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Ella De Kim
LA CASA DEL ÁRBOL
Nota: las situaciones son ficticias, el maltrato no debe ser tolerado BAJO NINGUNA
CIRCUNSTANCIA
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Se preguntaba por qué es que eso había pasado, por qué después
de tantas veces de saltar por los árboles, por qué después de tantas
veces de balancearse en el columpio de la casa del árbol algo así
había ocurrido, y al no encontrar respuesta, lo repasaba una y otra
vez en su mente hasta que el detalle relevante llegó a sus
pensamientos de repente.
-Ah... ninguna de esas veces habíamos estado peleando, ¿verdad?-
Se dijo a sí mismo, en un tono casi fantasmal, con el cadáver de su
amigo frente a sus pies.
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12 años después...
-Jin...
A Jin siempre le gustó el olor que tenían los robles, por eso
caminaba entre ellos despacio, aunque con precaución, porque
hacía 12 años que aquella zona estaba cerrada al público y debía
ser cuidadoso, más aún por la posición en la que se encontraba y
sobre todo, porque la niebla lo cubría casi todo. El pasto tronaba,
inaudible, bajo sus zapatos bien lustrados, y las flores blancas en
sus manos humedecían las yemas de sus dedos mientras
continuaba con su discreta caminata por el bosque, siguiendo el
sendero casi invisible entre la verde yerba, hasta que llegó al sitio
en donde una enorme roca se alzaba, con flores secas
adornándola. Se arremangó su traje color negro para comenzar a
quitarlas con diligencia. Cuando terminó colocó las flores nuevas
alrededor y comenzó a rezar en silencio, con las manos juntas y
los ojos cerrados, como hacía cada año, desde aquel horrible día,
pero de su mente la bruma de la condena había desaparecido ya, y
ahora se sentía en paz consigo mismo, gracias a las plegarias
devotas y el perdón que el señor le había regalado con el paso de
los años.
No lo era...
No.
Fue aislado y temido, hasta que por petición del padre Seejin, un
exorcista del otro pueblo, de la orden menor de San Benito de
Nursia, el padre Goong Yoo, le realizó un exorcismo. Sabía que no
lo necesitaba, pero no podía hacer otra cosa, más que calmar el
miedo de su rebaño proclamando que el pequeño había vuelto a
ser una criatura de Dios gracias a su intervención.
Y...
El color de la impureza.
Era un demonio.
-¡N-no! ¡No, aléjate!- Gritó, desconcertando al chico que lo
sujetaba con fuerza de la muñeca, y forcejeó, logrando que lo
soltara. -Demonio...- Murmuró, viéndolo fijamente.
-Tú...- Gruñó
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-¡Jin! Por dios, ¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras bien?- Dijo Ken
sosteniéndolo en sus brazos.
-H-hermano...- Sollozó
-Tranquilo... tranquilo.
-Hermano... yo...- Dijo con voz entre cortada, gimoteando.
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-Toma- Dijo Ken ofreciéndole una vaso con agua, y Jin lo tomó
respirando más tranquilamente, dándole un pequeño sorbo-
Tranquilo, Hermano. Si te alteras así afectaras tu salud...
-Sí- Dijo sorbiendo su nariz y tras hacer una pausa, continuó -Ya
estoy bien.
-De acuerdo- Sonrió, acercando una silla con cuidado, y se sentó
justo delante de él, con una mirada comprensiva en el rostro-
Ahora dime, ¿qué es lo que ha pasado?
-Lo sé.
-Jin...
-Se que suena disparatado pero... después de todo, ese lugar está
maldito.
-Al principio pensé que era una persona, hermano, pero no podía
ver su rostro. Un manto oscuro y corroído lo vestía. Le reclamé el
estar en el bosque prohibido y se burló de mi usando palabras
ofensivas.
-No Jin. Si dices que se ha ido, se ha ido y ya. Haz hecho bien. Por
favor, no te culpes, estoy feliz de que estés bien- Dijo dándole un
breve abrazo- Cuando noté que no regresabas pensé que algo
había pasado pero debía esperar a que todos se fueran para ir a
buscarte, debí haber salido en tu búsqueda en ese instante, y
ayudarte...
Jin sintió su corazón tranquilo, cada vez más a medida que ese
pañuelo lo limpiaba con cariño, y cerró los ojos sintiendo el cálido
cuidado de su hermano.
-Gracias.
-Ken...
-¿Por qué?
-Porque nunca hemos estado separados, y cuando tomemos los
votos... tú y yo...
-Sí.
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Los pasos de ambos resonaban por los pasillos, en medio del eco
que ocasionaban los muros y el piso de duela, fríos y casi oscuros
a pesar de ser la tarde. Sin embargo, ese aspecto lúgubre de los
dormitorios en el orfanato se perdía unos metros más adelante,
cuando el sol entraba por entre las enormes columnas del patio
central, no tan grande como a los niños les gustaría, pero que tenía
algunos juegos, como unos viejos columpios, una resbaladilla y
algunas rocas pintadas de colores en las que podían saltar.
-Lo entiendo, padre mío. Por favor, déme el debido castigo, solo
así podré estar en paz y jamás volveré a repetirlo, puedo jurarlo
ante nuestro señor- Dijo con determinación, y tras un suspiro el
padre Seejin le dio un fuerte golpe en las manos, haciéndole arder
la piel como si lo hubiesen quemado.
Otro.
-Sí, padre.
-Le ayudarás a la Hermana Han a servir los desayunos y las
comidas de los niños, y también ayudarás al muralista que vendrá
el día de mañana, hasta que termine su trabajo.
-¡Qué terrible!
-Así son las cosas, hijo mío. Sin embargo, el señor no nos ha
dejado a la deriva -dijo sonriendo- ¿Recuerdas al señor Kim Min
Joo?
-Ya veo.
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-Hijo mío, sé que las manos te duelen, por favor para de una vez
-Hizo una pausa, coon voz preocupada continuó- Entiendo que el
Padre Seejin te ha encomendado esta tarea, pero no le diré nada,
así que vete a descansar.
-Gracias...
-No hay de qué -Dijo la anciana y comenzó a lavar- Ha estado
lloviendo muy fuerte los últimos días.
-Sí...
-Bueno, entonces no te sientas mal, aunque sabes que si me lo
pidieras yo podría llevar las flores a su tumba...
-Tu no hiciste nada malo, hijo mío, los accidentes pasan, y este no
fue la excepción, la gente podrá decirte que no tienes derecho de
visitar su tumba, pero debes tener en claro, muy claro algo -su
mirada se clavó en los ojos de Jin, y muy seriamente continuó -Tú
eres un buen chico, Seokjin y quien diga lo contrario es que no ha
tenido la suerte de conocerte.
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-No es nada.
-Nuestro Señor sabe que tus intenciones no eran malas -Dijo con
impotencia- Ven, déjame vendarlas -Murmuró, jalándolo del
brazo, y lo sentó en su cama para ir a buscar el botiquín.
A Jin le dolían demasiado las heridas sobre sus palmas, y aun así,
parecía que el dolor se disipó, cuando Jae Hwan se arrodilló frente
a él, y comenzó a untarle pomada en las heridas, con cuidado. De
su cabello aun escurrían algunas gotas de agua, que caían al piso
paulatinamente mientras vendaba sus manos, y lo hacía con tanta
atención que no podía darse cuenta que el castaño estaba mirando
su cuerpo a discreción, cada parte delineada de su espalda, las
sombras que se hundían tenues en sus clavículas. Sus brazos. Su
cuello. Sus labios...
-Jin...
-Amo tu saliva...- susurró Ken sobre sus labios, sin darse cuenta
de lo que pasaba
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-Lo haremos, es usted muy amable señor Kim.- Dijo Jin inclinando
la cabeza
Era el demonio
Aquel chico, con las manos metidas en los bolsillos y una gorra
puesta, se plantó enfrente de los presentes, moviendo en su boca
una paleta de limón de forma despreocupada, cuyo palito de
papel chocaba una y otra vez con los aros que adornaban sus
labios, unos piercings solo un poco más delgados que el que
portaba en la nariz. Jin no recuerda cuanto tiempo se quedó
estático mirándolo, solo que el viento se detuvo en un sordo
silencio, e hizo que los pasos del chico bajo la grava se hicieran un
eco dentro de su cabeza mientras se acercaba para ser presentado,
Jin se sintió desconcertado, por demás extrañado, como quien ve
una ilusión ante sus ojos
-¿Qué pasa?...
-Es... el demonio del bosque...-Dijo con el labio inferior
temblándole de nervios.
-¿Qué...?, ¿él?
-Si...-Dijo temblando
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-Pero... él
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-Si...
-Jin...
Y le pareció increíble
Sumamente bello
-Señor Namjoon...
Jin no podía creer que una persona así, pudiese dibujar algo tan
hermoso como aquello, y se quedó ahí un rato más, tratando de
imitar los movimientos de la mano de Namjoon sobre el papel
para comprender como es que lo hacía, pero después se le hizo
inútil, y se rio, por primera vez en mucho tiempo, aunque fuera de
sí mismo.
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-Bien, parece que no quiere hacer que nos llevemos bien, así que
dejaré de hablarle de una buena vez.- Refunfuñó
-Tu cabello...-Murmuró
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Miraba por la ventana al sol que caía por encima de las paredes
del orfanato, con un lápiz del número dos en la mano, con el que
llevaba un rato jugando. Debía estudiar arduamente, pues su
presentación de votos estaba cada vez más cerca, pero
sencillamente no podía dejar de pensar en las palabras de Kim
Namjoon, en que su actitud era completamente culpa suya desde
el inicio.
-¿Esta seguro?
-¿Menor...?-Masculló extrañado
-Ya veo...
-Kim Namjoon...
-¿Qué?
-Como sea...
-¿En serio...?
Jin abrió los ojos nervioso, sin querer comprender del todo sus
palabras, era imposible que él... lo supiera- Porque esa cara,
padrecito?¿ He tocado una fibra sensible?
-Así es... crees que no escuché cuando hablaban de lo que paso "la
otra noche"?
tyle="text-align:right;">"es un impuro"
"¡Adultera!"
"¡Ramera!"
"Bastardo"
"Demonio"
-Su...eltame.-masculló, ahogandose
Y Namjoon enfureció.
Jin gritó, haciendo que las cienes del rostro de le tornaran rojas.-
Detente! Detente!.- Chilló horriblemente, sintiendo los puntos de
ardor en su pecho, una y otra vez, entre gritos que estremecieron
al bosque entero, hasta que su verdugo terminó por apagar el
cigarro sobre su piel, habiéndole dejado marcas dolorosas en rojo.
El infierno comenzó.
CAPITULO 5: MALDITO
-Padre... ¿por qué me has abandonado?
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Cuando llegó al pasillo de los dormitorios se abotonó
correctamente el saco, lo mejor que pudo, cubriendo su camisa
rota cuyos botones habían sido arrancados, y se secó las lágrimas,
respirando de forma calmada para tratar de tranquilizarse.
-Claro que no, es que tengo alergia... estos libros están llenos de
polvo.- Sonrió, tratando de voltear al librero, pero su hermano se
lo impidió, tomándolo de los hombros
-La gente del pueblo... ellos... ¿te molestaron de nuevo...?-
Preguntó con angustia, y ante su miedo a que descubriera lo rota
que estaba su camisa y el olor a cigarrillo, tuvo que asentir,
mintiéndole a la persona que más lo quería.
-¿Porque no...?
-Porque... estoy maldito...
-Jin...
"Demonio..."
- Ken...
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-Padre...-musitó
-Bien, entonces los dejo, por favor cuando tengas avances déjame
verlos, estoy ansioso por ver tu obra, tu tío asegura que eres muy
bueno
-Por favor...- suplicó Jin, mirándolo a los ojos, y cuando por ese
segundo los encontró el golpe dentro de su pecho se hizo más
fuerte, obligándolo a que lo soltara, respirando con impaciencia -
Vamos... tenemos trabajo que hacer...-Gruñó.- ve a donde tengas
que ir y tráeme pintura roja, amarilla y los pinceles del número
10... corre.-Dijo empujándolo y Ji comenzó a correr con
impaciencia, dejándolo solo en su habitación.
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Le causaba asco, verlo pintar aquella divina escena, con sus manos
que solo sabían cometer actos violentos e impuros, no lo merecía,
y si antes pensaba que ese don de pintar sin duda era un talento
concedido por el señor ahora no tenía duda alguna de que ese don
se lo había regalado lucifer mismo, en su afán por engañar de
forma burlona a las almas terrenales, Porque era hermoso, su
pintura comenzaba a tomar la forma inicial, y era glorioso,
estético, limpio, todo lo que uno pudiese admirar de una pintura y
no podía creer que de verdad pudiese plasmar esa gracia cuando
pecaba contra ella con cada una de sus acciones.
-Oh... leí un artículo en internet sobre eso, pero pensé que era solo
un mito! Debe comprender que todo lo que escriben ahí son en su
mayoría mentiras
-N-no...
-¿Seguro? A mí me parece que si...
-¿En serio? Porque ese tipo siempre te mira con un cariño que da
asco y ahora... ha pasado de largo sin siquiera mirarte...
-Si...
-Si...
-s-si...
-Y-yo... lo... siento.- Dijo con miedo, temiendo tal vez la venganza
que se aproximaba
-Y-yo no puedo hacer nada para ayudarlo con eso.- Dijo con
terror. Y en cambio Namjoon soltó una carcajada,
desconcertándolo
-¿cómo dices?
-Yuri...
CAPÍTULO 6: OBEDIENCIA
-Después de lo que te haré Dios no te dejará entrar en su cielo....
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Namjoon caminó sobre pasos lentos, por el pasillo de la pequeña
austera casa que su tío poseía, atravesó la diminuta sala, dejando
su mochila a un lado, y abrió quedito la puerta del cuarto de su
tío, encontrándolo dormido, y sonrió, le alegraba ver una cara
apacible en él mientras dormía.
-Si
-Yo que sé, hace mucho que dejé de saber cómo funciona el
mundo
-¿En serio?.
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SeokJin estaba sentado, sobre el viejo tapete que cubría casi todo el
piso de la casa del árbol, y miraba alrededor, las pocas cosas que
adornaban el interior: Una pequeña mesa, improvisada con
cajones de madera y que tenía algunos dibujos casi invisibles, una
silla vieja de madera en la esquina y algunos cojines cuadrados y
largos que parecían haber pertenecido tal vez de un sofá viejo, que
probablemente el demonio había traído en los días anteriores,
para acostarse con la señorita Yuri a falta de moteles en el pueblo.
Observó el reloj en su muñeca, eran 5 para las 8 pm, y cuando se
dio cuenta comenzó a temblar, al igual que la llama en la lámpara
de queroseno que se encontraba a su lado. Por supuesto no había
traído a ninguna jovencita, prefería sufrir un calvario, antes que
someter a otra pobre alma a su verdugo, podían decir lo que
quisiera, jamás sacrificaría a otro en su beneficio, por eso
temblaba, porque estaba decidido, a enfrentarlo y lo pondría en su
lugar, que se negaría a cooperar con sus actos impuros y
deshonrosos, así le rompiera cada uno de los huesos del cuerpo...
así... todo el pueblo se enterara de la supuesta relación con su
hermano, él lo negaría, es más, se sacrificaría, diría que el impuro
era él, para que Ken no saliese herido y se proponía hacer mil
cosas más, cuando la sombra apareció en la puerta, y su rostro lo
encontró, para comenzar a temblar.
-Y-yo... su tío me dijo que era menor que yo... así que...
-V-veinte...
-Vaya, no me lo esperaba...-Dijo encendiendo un cigarrillo, al que
le dio una profunda bocanada.- Te ves mucho menor que yo...-
Dijo sin mucho interés, acomodándose
-¿Qué?...
-Y-yo...
-Que aburrido
-Lo... siento
-Vaya... si que eres intenso ah.- Dijo riéndose, y por ese segundo
SeokJin le hizo gracia.- ¿En serio nunca? ¿Ni siquiera le haz dado
unos buenos tragos al vino de consagrar?
-Yo...
-Que deprimente eres... una cerveza jamás debe tomarse con esa
cara, es una falta de respeto
-Un poco...
-¿qué dijiste?
-Sé que dijiste algo, vamos, repítelo.- Dijo notando que su tono de
voz comenzaba a distorsionarse.
-¿Mentecato?!
-Si! Mentecato!.- Afirmó, y para su sorpresa Namjoon comenzó a
reírse terriblemente, apretando su estómago.
-No soy aburrido!, deja de decir que lo soy!.- Dijo Namjoon sin
darse cuenta de que empezaba a hacerle la plática
-¿Como?
-Sé cocinar, se cocinar cualquier cosssa...
-Aburridoooo.- Reclamó
-Aburridoooo
-No es cierta tal cosa!.- Dijo con la cara completamente roja por lo
alcoholizado que estaba
-Como digas...
-Tú... ¿c-como...?
-¿Qué...?.- Dijo Jin, sin estar muy seguro de lo que había dicho,
pero Namjoon interrumpió su pensamiento
Jin sentía su cabeza dar vueltas, y aun así comenzó a juntar todos
los actos que había presenciado, había comparado
comportamientos, acciones, palabras, y tragando en seco suspiró
profundamente, retrocediendo un poco, pues el poco espacio lo
ponía demasiado incomódo, pero Namjoon no lo dejó alejarse, lo
tomó del brazo, aguardando por la respuesta, completamente
divertido.
Jin apenas pudo sentir que respiraba, porque parecía que los ojos
de Namjoon lo sujetaban con fuerza, y su corazón, que se
encontraba miedoso, ahora palpitaba con fuerza y sin embargo ese
palpitar se detuvo cuando lo escuchó continuar con sus palabras.
CAPÍTULO 7: ASMODEUS
-Ahora... trágalo...
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-A... ¿no?- Se burló, empujándolo con fuerza tal que Jin se cayó de
espaldas a los cojines, y le abrió las piernas, poniéndosele encima,
riendose a carcajadas mientras Jin forcejeaba, sintiendo como la
cabeza le daba vueltas
-Wo... así que ahí están tus testículos.- Dijo soltando una carcajada
socarrona, que empeoraba tras cada lata que consumia.- Ya ya...
dejemos las hostilidades.- Sonrió.- acercándose a la bolsa de
plastico y de ahí sacó una lata nueva, de las ultimas que
quedaban.- Toma... sigamos sin rencores, argumentó.
Y lucia hermoso...
-J-joven Namjoon...
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-¿Impuro? Ahh... veo que les gusta mucho esa palabra por aquí...
-Dijo sonriendo, como si no le importara.- Lo tomaré en cuenta,
créame que sí.- Continuó, siguiendo su camino.- Y no debe
preocuparse demasiado por su
-Padre mío, por favor ayúdame.- Dijo hacia el cielo, sintiendo una
nauseas asquerosas subirle por la garganta, y aun así se mantuvo
de pie en la puerta de la enorme iglesia, cuando unos ojos
familiares llamaron su atención de repente.
-Estoy bien, Hermano, cada día más viejo, pero vivo.- Dijo de
forma amable
-Me llena de dicha verlo por aquí, aunque no es bueno para usted
caminar demasiado.
-Ya veo...
-No sabía que tenía una hermana, señor Min Joo, lamento mucho
su perdida, y la del Joven Namjoon .- al escucharlo Namjoon tensó
los músculos, sin que pudiese darse cuenta.
-Tio... será mejor que entremos de una vez, Hace frio.- Insistió el
de tez morena, y tras reverenciar a Seokjin con la cabeza
caminaron dentro de la iglesia, con lentitud.
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-Hermano... yo...
-Mientes...- Gruñó
-Hermano...
-Yo... solo quería conversar con él... y... y me ofreció una cerveza...
y-yo solo la tomé por educación
-mientes...-sentenció, mirándolo con furia.- dime que fue lo que
hicieron!- Exigió
-¡Me refiero a esos actos impuros que tienes en la cabeza, esos con
los que intentaste seducirme la otra noche! Sucio sodomita!.-
Gruñó
-Hermano...-Sollozó quedito
-Hermano...-Sollozó quedito
-Cállate.- Murmuró.- ¿Quién es?.- Dijo elevando su tono de voz,
tratando de tranquilizarse y sin siquiera dar la autorización de
que pasara, la puerta se abrió, mostrando el rostro serio de Kim
Namjoon en el umbral de la puerta.
-¿Qué necesita?
-Ya veo, que problema, tal vez el padre Seejin pueda darnos su
perspectiva también.- Dijo sonriendo y Ken, suspirando, casi
bufando del enojo salió de la habitación, pasando de largo y los
dejó solos
-Nosotros... no...
SeokJin toció de forma violenta, tanto que ese eco rebotó en las
paredes de la desierta iglesia, y comenzó a llorar, sintiendo el
dolor punzante en la piel de su cuello, se sentía caliente, y ardía,
igual que la piel de sus muñecas, y sus muslos, resultado del
altercado con Ken.
-que....?
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-Vamos amigo mío... debes firmar tu obra... lame sus pechos, son
una dulzura.- Aseguró en un tono que le erizó la piel
horriblemente, y lo jaló del cuello, obligándolo a inclinarse,
seokjin tenso su cuello, luchando por no ser jalado a la piel de la
chica, pero fue inútil, Namjoon lo preciono, casi rompiéndole el
cuello, y lo hundió en los pechos de la chica, dejándolo ir unos
segundos después y mientras la chica reia seokjin se alejó, con un
horror angustiante llenándole la cara.
Ahí estaba, ese cuadro maldito que creyó jamás volver a ver, ahí
estaba, y solo un detalle cambió en él, un detalle insignificante,
pero que le revolvió los pensamientos , casi mareándolo: una
mancha de pintura azul que caía por un lado de su ojo, como si
estuviese llorando la pintura.
-Vete.- Sentenció
-K-kim... Namjoon.
-Callaré, o
Sus ojos se abrieron incrédulos, pues era una imagen de él, con la
mirada de angustia, y unos ojos llorosos de los que caían lágrimas
color azul turquesa, y de fondo un armonizante purpura, rosa y
verde que se combinaban, como si fuera un amanecer liviano e
invertido. Era sencillamente maravilloso, y por ese segundo se
sintió demasiado halagado, aunque sabia que la vanidad era un
pecado.
Jin cerró los ojos, sin comprender que es lo que quería en realidad,
solo pensaba que a diferencia de los golpes aquellas pinceladas
eran amables, demasiado delicadas y finas, sumamente
cuidadosas, y las preferia antes que la violencia, por eso se quedó
quieto, aunque temblaba nerviosamente porque aquella sensacion
era agradable y aún así seguía apenado a muerte de que viera
parte de su cuerpo.
-Si...
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---------Recuerdos de Namjoon--------
Al principio fue tierno, pues la primera vez que lo hizo fue con
una especie de mariposa que vivían en el parque cerca de su casa,
eran color amarillo con negro, y su figura volvía loco al niño, por
eso las pintó varias veces y en distintas escenas, las plasmó con
acuarelas, gises, crayolas, colores de madera, carboncillo, oleo...
con todo lo que pudiese dibujar, pero después empezó a
capturarlas para verlas de cerca, las disecó, las aplastó, les arrancó
las alas y a otras las hundió en alcohol, todo para poder poseer su
esencia por completo.
--------fin de recuerdo---------
-Loco...- Masculló
Y no descifraba que es lo que quería de él. Estaba más confundido
que nunca
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-¿Flores?
-B-bueno colinda con el viejo camino al pueblo, así que debe estar
a unas tres horas caminando
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-K-kim Namjoon, esto no es una buena idea.- Dijo caminando tras
él, con impaciencia, pero Namjoon no le hacía mucho caso, seguía
caminando hacia el pueblo con las manos metidas en los bolsillos.
-La parada de autobús color azul, la que está al borde del pueblo,
vé ahí y espérame, debo hacer algo primero.- Dijo empujándolo
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Jin estaba escondido entre los arbustos, claro que lucía demasiado
ridículo pero no podía arriesgarse, porque si alguien del pueblo lo
veía en ese lugar seguramente le contarían al padre Seejin, por eso
aguardó en silencio, rezando mientras tanto, con los ojos cerrados
y las manos juntas, pidiéndole al padre perdón por su
desobediencia, cuando fue interrumpido por un ruido infernal
que lo sobresaltó.
-P-pero...
-No...-Dijo avergonzado
-Si señor...
-No!.- Chilló Jin, viendo su grito opacado por el ruido del motor,
sujetándose de los tubos de atrás de la motocicleta, mientras
Namjoon se reía histéricamente haciéndolo sufrir. Iba demasiado
Rápido, y a Jin por milagro de su santo padre no le dio un infarto,
adicional a su mala fortuna el camino de tierra tenía muchas
irregularidades, y pensó que moriría entre cada pequeño salto que
daba la motocicleta, fue por ello que sin darse cuenta se abrazó de
la cintura de Namjoon, como un gato asustado.
Y sonrió.
-¿Porque?
-¿que?
-Yo también opino lo mismo que él, no creo que hayas matado a
un niño
-Kim Namjoon...
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Escuchó los pesados pasos de las botas de Namjoon subir por las
escaleras, y él, poniéndose alerta como siempre se sentó sobre los
cojines, al lado de las flores que había metido en una cubeta con
agua.
-Joven Namjoon...
-Yo solo pinto lo que veo.- Dijo Namjoon sin más y cuando lo
escuchó Jin no puedo evitar como su corazon comenzaba a latir
como un loco, de tal forma en que tuvo que tragar en seco,
deseando que el menor no pudiese escuchar el rápido palpitar
dentro de su pecho, se encontraba desconcertado, se desconocía a
si mismo principalmente se hallaba ignorante de sus propios
sentimientos porque no estaba seguro de que era lo que le
provocaba ese intenso sentimiento dentro de su pecho, solo estaba
seguro de una cosa... no era temor.
-Si... señor...-Musitó
-P-para que...
v-Ábrela...- Volvió a pedir Namjoon, pasando su dedo pulgar
por los labios de Jin, y este con el corazón casi explotándole y la
cara ardiéndole en rojo tragó en seco y abrió sus labios poco a
poco, asustado y al mismo tiempo impaciente, aunque no supiera
porque lo estaba.- Bien... ahora saca la lengua...-Pidió Namjoon,
haciendo que su corazon se acelerara demasiado, pero esta vez no
reclamó, hizo lo que se le ordenó sin dudar un segundo, y sintió
como Namjoon colocaba algo sobre su lengua, era algo frio, muy
suave.
-Ven aquí.- Ordenó , y Jin con los labios temblándole negó con la
cabeza repetidas veces
-Es vergonzoso...
-¿Qué...?
-Buen chico.- Dijo posicionando sus dedos por arriba del ombligo
de Jin, y al sentir ese contacto con su piel Jin sintió estremecerse
nerviosamente, causando que su vientre se contrajera
nerviosamente.
-Shhh... tranquilo...-Murmuró Namjoon, comenzando a mover sus
dedos, dibujando con sus yemas dibujos sobre su vientre,
mientras Jin impaciente miraba los movimientos, como algo
prohibido, pero hipnótico.
De su palabra! Por eso disfrutas del dolor y del miedo! Maldito ser
miserable!
cuerpo...
-T-tu...
-Es lindo... ¿no crees?.- Dijo Namjoon divirtiéndose mientras
apuntaba a su espalda, en donde un enorme tatuaje de la cruz de
cristiana se extendía de forma casi difusa, distorcianada: El padre,
llenando su lado derecho, el hijo en su hombro izquierdo, y el
espíritu santo extendiéndose hasta su espalda baja, en donde unas
letras en verso se veía sumamente distorsionadas pero
entendibles. Era una oración:
-Por supuesto que no... ella pagó para que lo hicieran, y déjame
decirte que fue una buena cantidad porque, ¿después de todo que
tatuador tatuaría a un niño de 8 años?
-Yo...
-Oh por favor no sientas pena por mí o lograras que te patee hasta
el cansancio.- Dijo sonriendo de forma agridulce.- No te he
mostrado esto para que me tengas lástima, padrecito... en realidad
te lo he mostrado para que sientas pena por ti... para que puedas
darte cuenta de que Dios no existe... y si existe, estaba aquí ... y no
hizo nada para defenderte de mí... ni lo hará.- Sonrió, dándole la
espalda y tras ello salió de la casa del árbol, sin molestarse
siquiera en llevarse sus cosas.
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-Oh por favor no sientas pena por mí o lograras que te pateé hasta
el cansancio.- Dijo sonriendo de forma agridulce.- No te he
mostrado esto para que me tengas lástima, padrecito... en realidad
te lo he mostrado para que sientas pena por ti... para que puedas
darte cuenta de que Dios no existe... y si existe, estaba aquí ... y no
hizo nada para defenderte de mí... ni lo hará.- Sonrió, dándole la
espalda y tras ello salió de la casa del árbol, sin molestarse
siquiera en llevarse sus cosas.
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Estaba sentado, con pequeños pedazos de pintura seca
desprendiéndosele de la piel, como pequeñas hojas marchitas
color púrpura, que caían muertas, al igual que su mirada fija en el
piso de madera.
Habían pasado horas, estaba conciente de ello, pero sencillamente
no tenía la fuerza para moverse, siquiera para tomar su ropa y
vestirse, porque aquel altercado parecía haberle quitado todas las
fuerzas y ahora sólo le quedaba que el tiempo se las devolviera
pero no estaba funcionando.
-Hermano... como...
-Bueno... la señora Lee ha venido a contarme que los vió salir del
pueblo por la tarde
-Lo que hice no fue sólo errar... te violenté, te acusé aún cuando
juré que sería la única persona que no lo haría, y ahora Dios me ha
castigado, quitándome el amor del angel que me envió desde el
cielo...-Dijo con los ojos cristalizados, haciendo que el corazón de
Jin se detuviera por un segundo y le acarició la mejilla con cariño.-
No hay nada que lamente más en este mundo... que haber tratado
así a un regalo de mi Dios padre...
-Hermano, por favor deténgase... yo no soy un regalo... usted fue
un regalo para mi cuando llegó a este lugar...
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-Enfermo dices?
-Si...
-Gracias hermano...
Jin solía pensar antes como Ken, que él era un regalo de Dios, que
misericordioso lo había enviado a su lado para que no estuviera
solo, pero a diferencia de Ken, Jin empezaba a dudarlo... a partir
de ese momento, para su horrible culpa, comenzó a dudar de
todo... y eso lo hizo sentir miserable, sumamente miserable.
No hace falta describir del todo lo que pasó esa mañana, los días
de Jin siempre fueron al menos por las mañana, una repetitiva
rutina: lavarse, vestirse, abrir la iglesia, acomodar a los niños,
recibir a los feligreses, despedirlos , ayudar en la cocina y después
regresar a la parroquia para ayudar a Kim Namjoon siendo su
asistente, pero esa fue la cosa extraordinaria del día porque... de
nuevo Kim Namjoon no apareció por ninguna lado, ni ese dia... ni
el siguiente... y tampoco el siguiente de ese...
Y día tras día de esa semana en que se ausentó, Jin sintió dentro
de su pecho una súbita depresión, y eso lo abrumaba, porque
debía sentirse feliz, aliviado de que Kim Namjoon se reportara
enfermo toda esa semana, porque eso significaría que su verdugo
no lo molestaría, que no tendría que estar haciendo cosas
vergonzosas, ni seria golpeado, ni seria humillado pero... nada era
como él quería, porque la ausencia del chico de tez morena
extrañamente trajo a su vida un sentimiento que nunca creyó
sentir alguna vez por Kim Namjoon, aunque su cerebro no lo
aceptara y jamás lo aceptaría, su corazón... lo extrañaba, de una
forma muy enferma y masoquista, lo echaba de menos.
Pensó en solo pasar por ahí con la excusa de ir a algún local cerca
de su casa, pensó en llevar una canasta de frutas con el pretexto de
visitar a su camarada caído, pero no podía, cualquiera de esas
opciones seguro ocasionaría que Kim Namjoon lo moliera a
golpes, fue entonces que el reflejo de la vitrina en la sacristía le dio
la respuesta, porque vió reflejado su traje de seminarista,
ligeramente gastado, y encontró la solución.
-Padre.- Dijo entrando a la oficina del padre Seejin que se
encontraba revisando algunas notas de los niños, que iban
ligeramente mal en la escuela.
-¿Si?
-Por los trajes... que va a mandar a hacer... si es que los pidió por
talla creo que me quedará muy grade.- Dijo apenado
-Creo que ... ya está mejor ahora que lo pienso.- Dijo tomando el
teléfono, y marcó rápidamente un número, sin mirar a Jin que
seguía sus movimientos atentamente.- Ah, señor Min Joo, habla el
padre Seejin.- Dijo con una sonrisa.- Muy bien hijo mío, como
está?.... me alegro mucho, gracias Dios...-continuó, haciendo solo
pausas para escuchar lo que le decía el señor Min Joon y a pesar
de su esfuerzo Jin no pudo escuchar que era lo que le contestaba.-
Ah ya veo... si si hijo mio, de hecho de eso estaba hablando con
uno de mis niños... si... ¿está seguro?, con su sobrino enfermo...-
Dijo haciendo una pausa y de nuevo continuo.- Ah, ¿en serio?
Menos mal, es un alivio.- Dijo sonriendo.- Entonces le enviaré a
mis muchachos por la tarde.- Dijo feliz, y al escucharlo Jin no
cabía en la dicha de su corazón, lo había logrado
-Ya veo
-Me ha dicho que pueden ir hoy mismo a que les tome las
medidas para sus trajes, así que avisale a Ken y alístense
-Si padre.- Dijo sonriendo y tras ello hizo una gran reverencia para
salir corriendo segundos después de la oficina.
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-Oh por dios Namjoon, le has quitado a este viejo la comida con
grasas y el alcohol, no le quites también su trabajo
-Yo le voy a quitar lo que le tenga que quitar.- Dijo Namjoon y su
tío extrañamente hizo un berrinche viendo como su sobrino le
quitaba la cinta métrica de las manos
-Namjoon, soy tu tío, y te ordeno que me devuelvas la cinta
métrica, tengo trabajo que hacer.
-Puede hacer su trabajo desde esa silla, yo tomaré las medidas, así
que usted anote y deje de hacer que me preocupe.- Insistió, sin ver
a ninguno de los dos chicos siquiera una vez, estaba mas
preocupado por el berrinche que hacia el terco anciano.
-Listo.- Dijo el señor Min Joo con una sonrisa gigante.- ahora
mismo comenzaré a trazar los moldes
-Insisto...
-No hace falta señor Min joo, iré por mi cuenta, le agradezco su
amabilidad, espero que se encuentre bien.- Dijo sonriendo lo más
que pudo y salió de la casa sobre pasos firmes, dejando a todos
estupefactos y sumamente incómodos.
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-Tio...
-¿porque?
-Señor Min Joo por favor cálmese, tranquilo.- Dijo con un nudo en
la garganta
-Por supuesto que lo haré señor Min Joo!, por favor no lo dude ni
por un segundo, yo voy a ayudarlo.- Dijo acariciando su mano en
forma de consuelo, y el anciano la tomó con lágrimas en los ojos.-
Señor minjoo por favor, tranquilícese, le aseguro que haré todo lo
que esté en mis manos, pero por favor cálmese, cálmese o le hará
mal a su salud
-Enfermedad...
-Tengo cáncer hermano.... –Dijo llorando y el corazón de Jin se
rompió de repente. - Yo... voy a morir y pretendía hacerlo en
silencio pero... el hospital terminó notificándole a mi muchacho
que yo estaba enfermo, y él insistió en que vendría a cuidarme... a
este viejo inútil...
-Aquí están las galletas.- Dijo sin siquiera mirarlo y acto seguido
salió sobre pasos pesados de la casa, azotando la puerta
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En realidad no...
No supo porqué
Sólo se acercó a su rostro, mirándolo fijamente, y susurró de forma
casi inaudible.- No llores... deja de llorar o te reviento la cara.-
murmuró
Jin abrió los ojos, viendo como le quitaba la mordaza poco a poco,
y sintió un alivió gigantesco cuando la saliva pudo llenarle de
nuevo la boca, creyó que gritar seria su ultima oportunidad de ser
socorrido, pero los ojos de Namjoon lo atraparon, y ese gesto que
hizo con el dedo le indicó que guardara silencio.- Intenta gritar
siquiera... te reto a que lo hagas.- Sentenció y ante su amenaza jin
se quedó callado, temblando de miedo.
-K-kim n...
-Detente...-Suplicó
-Por favor...
Jin hizo una pausa, viendo sus ojos perdidos por un segundo, y
cuando hizo esa pausa Namjoon retiró sus dedos del interior de
su boca, llevándose con él un hilo de saliva brillante que miró con
detenimiento unos segundos para después suspirar pesadamente.
El castaño se sintió extraño, sollozaba pero... menos que antes, y
ahora, su corazón latiendo de terror y al mismo tiempo de
impaciencia sentía salirse de su pecho, después de haberle
chupado los dedos a Namjoon.
-P-para... Que...
Namjoon sacó los dedos del mayor de su boca, solo para hacer
una pausa.- Muévete más rápido... -Ordenó, volviendo a su tarea,
cerrando los ojos mientras succionaba los dedos del mayor con
diligencia. Jin pudo haber escapado, pudo haber abierto la puerta
y haber corrido por el pasillo pidiendo ayuda, aprovechando que
Namjoon en su errática conducta se distrajo pero...
-Vamos, dímelo...
-B-bien...-jadeó
-Por favor...
déjame parar...~-Suplicó sin dejar de moverse, volviéndolo loco
-No...~-Gimió
Él... quisiera...
-Quiero morderte...-Murmuró por fin, bañándole el rostro con su
cálido aliento.- Quiero... Moderte...- repitió perdido en sus
movimientos, y Jin temblando, suspiró de forma pesada, con un
calor incesante explotándole el cuerpo
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-Y-yo nunca he... hecho nada así...-Dijo temeroso, con las manos
de Namjoon acariciándole la espalda, y las piernas
-No mientas...
-Q-que haces...?-gimio-...no~.
-N-no sé hacerlo...
-Mmmmh...~mmmh...~
-Si...~
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-H-hermano...
-Detente hermano
-¡Dije que no!.- Gritó de repente, en el tono más furioso que había
usado en su vida y al escucharlo Ken lo soltó, completamente
desconcertado.- No quiero tener este tipo de contacto contigo
hermano, te amo, y entiendo que tu me ames también pero no de
esta forma...
-Jin...
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Sentado en el césped, recargado en la pared como una sombra se
encontraba el joven de tez morena, en silencio, y respiraba de
forma impaciente, tratando de tranquilizarse a si mismo, porque
juraba que estuvo a menos de un segundo de entrar de nuevo por
esa ventana cuando escuchó a Ken decir "Déjame acariciarte", y se
proponía romperle el cráneo contra alguna de las paredes para
después llevarse a su juguete sobre los hombros y no regresar
jamás, pero ese último pensamiento fue presisamente lo que lo
hizo desistir de tal plan porque se preguntó a si mismo porque de
repente... le importaba tanto que alguien más pudiese tocarlo...
----------------
Quería decirle algo, lo que fuera, aunque no tuviese nada que ver
con lo que había pasado anoche, y si no lo hacia sentía que
explotaría definitivamente, pero en dado caso no sabia que
decirle, porque cada idea que tuvo se vio retorcida por las escenas
de él, a medias luces, montado sobre su cuerpo... frotándose
contra su miembro; pensar en eso hacia que un remolino de culpa
le pasara por la garganta, por ello agitó la cabeza varias veces
durante las horas en que estuvieron ahí, hasta que finalmente
Namjoon se volteó hacia él, dejando de lado sus cosas.
-Vámonos...-sentenció, bajando del andamio, y Jin, titubeante lo
siguió como un perrito faldero, por el sendero hasta el bosque, en
donde se encontraba la casa del árbol.
-¿q-que?
-Me golpearon, al parecer es un grupo de hijos de perra que se
enteraron de que me follé a esa pequeña puta... ¿como se
llamaba?.- Dijo mirándolo por fin y Jin se puso nervioso.
-Ah si ella...
-Ya veo...
-K-kim Namjoon...
-La próxima vez que metas tus narices en mis cosas te romperé la
cara... -Suspiró.- Te lo estoy contando para que vayas y le digas a
mi tio que me porté mal, me dieron mi merecido, y ya, que no
pasará a más, tranquiliza su corazón por mi y después no vuelvas
a meterte en mis asuntos.- Dijo levantándose, y lo tomó del brazo,
llevándolo hacia la deteriorada silla de madera en una esquina
-Si...
-Si...
-No...pero...
-¿Porqué?
-Y-ya veo...
-no...
-Ábrela...
-No por favor.- Suplicó, bajando la cara, pero Namjoon lo sujetó,
obligándolo a levantar el mentón.
-P-porque...-Jadeó
-Es vergonzoso...
-No lo estaba!
-Entonces prefiero morir antes que... ser tocado por ti otra vez.-
Dijo cruelmente y Namjoon que se encontraba divertido hizo una
pausa, mirándolo seriamente.
-Su...el...tame...-Dijo entrecortadamente
-Ahí no... es muy sucio~- Suplicó Jin cuando Namjoon tomó en sus
manos la erección que lo llamaba con impaciencia
-Tú...
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-Porque...
-Si...
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-que... es eso?
-Son...
-Galletas... no las pudiste probar ese dia... son buenas.- Dijo
lentamente, evitándole la mirada.- Estaba abierta la pastelería así
que...
-¿Puedo abrirla?
-Es tuya, estúpido, claro que puedes.- Dijo sin perder su cara
sonrojada y Jin sonrió, sosteniéndola en sus manos con cariño
-Mejor no...-Sentenció
-Porque?
-Porque no quisiera acabármelas.- Dijo abrazando la caja como un
niño pequeño y en cuanto Namjoon lo vio se le subieron los
colores al rostro
-Me falta hacer los arcángeles del fondo y darle detalle a las
nubes... así que dos semanas más serán suficientes
-¿Tanto tiempo?
-Ya veo... está bien... de todos modos la toma de votos será en tres
semanas...
-Kim Namjoon...
-Kim Namjoon...
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Un beso pequeño... después otro... y otro más, pero no era en sus
labios, eran en su cuello, en el lóbulo de su oreja, sentados
cómodamente en los cojines, recargados en la pared, y Jin, sentado
entre sus piernas, recargando su espalda en su pecho recibía las
caricias poco a poco, cerrando los ojos, disfrutándolo.
-Que envidia...
-No tiene nada de envidiable, es algo que muchos podemos
hacer...
-Pintar?
-Claro que si, cada vez que he visto a alguna persona ver tu
trabajo siempre hacen la misma expresión: "wooooow...", "es
hermoso", "magnífico", "que trabajo más bello"
-No creo que sea por esa razón...-Dijo incorporándose y tras ello
volteó a verlo, con una sonrisa en el rostro
-Tu también tienes ese talento...-Dijo por lo bajo, y al no poder
escucharlo con claridad SeokJin ladeó la cabeza, curioso
-Ki...
-Yo solo dibujo lo que veo... -Dijo sin más, haciendo que seokjin se
ruborizara y soltara una pequeña risita.- ¿qué?
-Quisiera...
-Tu sabes la razón por la cual fui llamado niño demonio... ¿Por
qué yo no puedo saber lo que pasó contigo?
-No quiero...
-¿Quién carajo te dijo que aquí importa lo que quieras o no?!- Dijo
exasperándose, reluciendo la poca paciencia que poseía, y Jin,
apretando sus labios con impotencia se levantó, caminando hasta
él, poniéndose de rodillas enfrente de él para quedar a su altura,
pero no lo miró y al ver esa expresión de desafío Namjoon lo jaló
del brazo, estrechándolo entre sus brazos y lo besó
profundamente, pero Jin no le correspondió, estaba enojado
-¿Que?
---------------
-Si...
-Ya está hermano, ahora solo tiene que darle click aquí y
comenzara a sonar
-¿Que pasa?
There was a time when men were kind
When their voices were soft
En que sus voces eran suaves
And their words inviting
There was a time when love was blind
And the world was a song
And the song was exciting
Y la canción era emocionante
There was a time
Hubo un tiempo...
Then it all went wrong
-Hola...
-¿Estabas durmiendo...?
-Ya veo...
-Ella...
-Namjoon...
-Nuestro padre...
-Porque...
-Namjoon...
----------------------
Muy tarde.
-Finge estar resfriado, sólo haz cara como de que te mueres.- Dijo
levantándose de mala gana y tomó la jarra de agua, metiendo la
mano para salpicarle la cara, cuando la persona detrás de la
puerta volvió a insistir.
-¡K-kim Namjoon!
-No hay de qué, hijo mío, vuelve a la cama, volveré con el doctor
en un rato.- Dijo emprendiendo su camino con prisa y Jin cerró la
puerta, con una nube de bruma en la cabeza: acababa de mentirle
a la dulce madre Lee, y su vergüenza sólo fue más grande cuando
Kim Namjoon salió de debajo de la cama, riendo.
-Te odio...
-Ya sé.- Dijo cinicamente y tras ello lo jaló del brazo, estrechándolo
en sus brazos.- Ven aquí.
-Namjoon...
-Dime...
-¿Y si te muerdo?
-Porque sólo tienes que usar los labios, entiendes? Cuando entre
sólo chúpalo, como harías con un dulce..
-¡Vas a matarme!
-Hola Seokjin, tiempo sin verte.- Dijo el Doctor Han, médico del
pueblo, que tomaba asiento sobre la cama,abriendo su maletín y
tras ello miró a Jin un momento.
-Si... un poco
-Si padre.- Pronunció haciendo una reverencia y tras ello los dos
hombres dejaron la habitación, cerrando la puerta tras de si y un
silencio profundo llenó la atmósfera de repente.
-Porque sentí mucho calor por al fiebre, pero ahora tengo frio...-
Gruñó, tratando de recuperar la sabana pero Ken se lo impidió.-
Hermano, basta!
-Hermano.- Insistió
-Hermano...
-Hermano, detente!
-Jin... déjame ser uno contigo... Ya es tiempo-Murmuró,
metiéndose entre sus muslos, y tras ello comenzó a frotarse entre
sus piernas, meciendo un poco el cuerpo del Castaño, bajo el suyo
-Sueltame!
-Namjoon...
-Vistete...-sentenció
-P-pero...
-No me interesa
-Namjoon!
-Callate... o te haré callar.- Sentenció, mirándolo fulminantemente
y tras ello salieron por la puerta trasera del convento, con
dirección al bosque
-Imbecil...
-Debiste dejarme...
-Porque?!
-Y yo soy de tu propiedad...
--------------------
Padre mío... ¿que es lo que debería hacer?, si estoy pecando por desear a
un hombre y al mismo tiempo caigo en gracia porque lo amo...
Padre mío... padre mío... ¿está bien que pida el auxilio de tu consejo?, ¿es
tan hipócrita que te hable aún después de haber desobedecido a tu
palabra?, Padre mío... ¿porqué ante tu abandono encontré la felicidad?,
¿porqué incumpliendo tus reglas me siento libre, porque siguiéndolas me
siento abrumado?
---------
Cuando Namjoon lo llevaba de vuelta a la parroquia el sol estaba
cayendo. Iban caminando por la calle principal hacia la iglesia,
pues habían pasado antes a casa del señor Seo Min Joo a servirle la
comida de las 4, y Jin sonreía recordando la amable invitación del
tío de Namjoon, gracias a la cual comieron los tres juntos, gracias
a la cual había probado su desabrida y al mismo tiempo
reconfortante comida casera, y sin embargo, cuando vió la puerta
del convento cerca esa sonrisa desapareció, e hizo una pausa
pequeña, admirando la inmensidad de aquella puerta.
-Que estupidez
-Namjoon...
-Es la única visión del amor que tengo.- Dijo sin mirarlo.- Después
de todo el es él unico que... no me despreciaba
-¿Por qué?...
-Para que me llames si "tu hermano" intenta hacer otra vez sus
mierdas...-Dijo retirándolo de sus manos para encenderlo.-Alguna
vez has tenido uno, no?.- Dijo llevándolo a la cama y ambos se
sentaron juntos.
-No tienes que preocuparte tanto por mi...-Dijo sonriente y esa esa
sonrisa sonrojó a Namjoon unos momentos
-Ya te dije que no estoy preocupado por ti, es solo para que el
malnacido no toque mis cosas
-Está bien...
-Entonces... creo que me iré de una vez...-Dijo mirándolo unos
segundos, porque en realidad no quería irse, pero ya había pasado
una noche fuera de casa y no podía darse ese lujo, no con su tío
enfermo, pero la mirada de Jin no lo dejaba ir.
-¿que pasa?
-¿Qué tienes?
-Namjoon...
-Mmmmh?
-¿Por qué...?-musitó
-Namjoon...
-Si...
-------------------
-Tio Min Joo, ¿que cree que hace?, vayase a dormir ahora mismo
-¿Tiempo?
-Tio...
-------------
-Namjoon
-¿Querias que?
-¿Que?
-¿de que?
-¿En serio?
-Si...
-Gracias.- Dijo en un tono pequeñito que hizo que Namjoon
arrugara los ojos, resistiéndose a la dulzura del castaño
-¿qué lees?
-Les miserables...
-Ah
-La madre Lee lo acabó así que... creí que seria una buena idea
leerlo de nuevo
-No.- Interrumpió
-¿Entonces?
-Mi... nombre...
-¿M-me escuchaste?
-Si, Nam...
-¿Nam...?
-No puedo?
-Yay...
-Si
-Si, Nam
-Ok
-¿Que esperas?
-Que cuelgues
-No importa
-Nam...
-Jin, duérmete
-Si, solo, quería decirte algo antes de hacerlo, juro que colgaré
después de eso
-¿que es?
------------
-"Te amo porque eres un ángel..."
------------
-¿Subimos?
-¿Dormiste bien?
-¿Para qué?
-¿Quieres intentarlo?
-Oh no, lo arruinaría
-Yo te guiaré, así que ven.- Dijo por fin jalándolo y tras ello lo
colocó delante de él, poniéndole el pincel en la mano.- Bien,
sostenlo de esta forma, ¿lo tienes?
-Si...
-Ahhh...
-Ahora súbelo...
-Si...
La tarde pasó lenta, casi tímida, entre pinceladas torpes que
Namjoon arreglaba sin problemas, pero también entre risas y
caras de asombro por parte de Jin que descubrió que no era tan
malo pintando, y cuando todo acabó se limitaron a bajar del
cancel, felices porque podrían pasar el resto de la tarde juntos.-
por cierto hoy no iremos a la casa del árbol.- Dijo Namjoon,
tomando su mochila llena de cosas
-Grosero!
-¿Te gusta?
-Es bellísimo...
-Sip...
-Si, si lo eres
-que nooo
-que siiii.- Dijo acallando su voz con otro beso, despacio, mientras
posicionaba su mano en el pecho de Jin acariciándolo,
inclinándolo para acostarlo de vuelta en la hierba. Namjoon bajó
de sus labios a su mentón y luego a su cuello, estremeciéndolo,
mordiéndolo cada tantos centímetros, dejando una dolorosa y
deliciosa marca a su paso.- Eres malo...
-Lo eres porque te gusta que te haga estas cosas... ¿no es así?.- Dijo
al tiempo que le mordia ligeramente uno de los pezones rosas, y el
otro lo apretaba con los dedos, extremeciendolo
-Nam... ~
-Dime...
-p-pero...
-Nam...~
-¿Te gusta?
-Si... mucho...~
-Si...
-Nam...~
-Contesta...
-Nam...
-Si...
-Pensar que Jinishi y Jaehawn serán pastores en tan solo unos días,
me llena de júbilo
-Tu... pequeña perra... ¿como haz hecho para meterte tan dentro
de mi cabeza?...-Murmuró frunciendo el ceño, con frustración y al
mismo tiempo, con miedo.
-----------
-Ha llamado, no vendrá hoy, así que puedes irte.- Dijo secamente
Tal vez todo sus anhelos y esas cosas preciosas estaban dentro de
su cabeza, tal vez esos actos de amor solo eran
malinterpretaciones suyas, porque después de todo Namjoon se la
pasaba insultándolo, Namjoon seguía haciendo de él su
voluntad... Namjoon...
Pero todo había pasado tan rápido que la idea de pensar siquiera
en que se tendría que ir en algún momento lo hizo sufrir
demasiado, le había caído de golpe como un balde de agua fria, y
no supo hacer otra cosa más que llorar por ello.
-Bueno...
-¿Que tienes?
-Nam...
-Eso no importa
-¿porque no quieres decírmelo?!
-Tu siempre eres una molestia estés llorando o no!.- Dijo alzando
el tono de voz.- Ahora dime en donde estás...
-Namjoon...
-Pues lamento decir que soy responsable por lo que digo no por lo
que tu entiendas
-¿que?
-Nada...
-Oye oye.- Dijo acercandose a él de forma amenazante.- ¿que ha
sido ese tono que acabas de usar?
-Yo no hago cosas que no quiero hacer.- Dijo mirándolo con enojo,
cuando en realidad le llamaba demasiado la atención la actitud de
pelea que Jin estaba teniendo en ese momento.- Vine porque
quería
-Si... ya lo veo
-¿Que yo que?
-Jin...
-Jin...
-Por favor...-suplicó
-Jin...
-Yo... por favor, solo deja que me vaya... solo eso y ya, por favor
no quiero llorar enfrente de tí...
-¿Porqué llorar enfrente de mi se ha vuelto tan problemático de
repente?.- Dijo con un nudo en la garganta
-De verdad... ¿te importa tanto ser esa clase de persona para mi?
-¿Q-que...? ¿porque?
-Nam...-Musitó
-Nam...
"Enamorarte de mí..."
-Jin...
-¿Mmmh...?
-Jin...
----------
-N-nam...
-Eres tan lindo...-Dijo con una media sonrisa, llevando dos de sus
dedos a los labios de Jin y tras acariciarlo los metió entre sus
labios.- Se buen chico... y lámelos bien... -Susurró, viendo la cara
de Jin completamente sonrojada, mientras lamia sus dos largos
dedos con lujo de perversión.- Vamos... mojalos más... o va a
dolerte.- Sentenció, sintiendo como Jin comenzaba a chuparlos con
una perversión que le endenció la cabeza de forma demasiado
peligrosa, pero se tranquilizó, dejando los labios de Jin al tiempo
que un halo de saliva cálida se desvanecia entre su boca y la punta
de los dedos del menor, y mirándolos por un momento Namjoon
sonrió, haciendo que Jin abriera las piernas debidamente.-Sostén
tus piernas... ¿está bien...? Debes abrirlas lo más que puedas...
-Nam... ~
-Dime mi amor...
-----------
-Si Nam...
-Jin... si vas a tatuarte algo debe ser algo que quieras no algo que
yo quiera
-Jin...
-Ok...
------------
Cuando entraron a la casa del árbol Namjoon no le dijo nada, dejó
caer la pesada mochila sobre la mesa y tras ello sacó un pequeño
banco armable de ella y lo desplegó, acercando la vieja silla de
madera.
-Eso es...
-¿Qué es eso?
-Eso no lo sabes
-Vale...
-Si Nam...
-¿porqué?
-Porque en este momento aún no podrías contarme... porque
representa nuestro amor...-Dijo sonriendo de forma hermosa y
Nam sintió su corazón palpitar como un loco, por eso se acercó,
agachándose a su altura para darle un suave beso en los labios.
-¿De verdad soy lindo?.- Dijo con inocencia y Nam sintió que de
verdad moriría pronto si seguía haciendo esos gestos.
-¿Porqué?
-Jin...
------------------------------
-Jin...
-Kyun...
-Es el niño que todos dicen que maté...-Dijo sin más, con la mirada
fija en la luna y sonrió levemente, desconcertando a Nam.
-¿Porqué?
-No entiendo...
-Es que jamás había podido hacer eso... es la primera vez que no
tengo miedo... ni vergüenza de nada... y eso me hace sentir
liberado.- Dijo feliz, haciendo comprender sus acciones a
Namjoon por primera vez.- Por eso me rio... y ahora que lo
pienso... ya no necesito este columpio más.- Sentenció, bajándose
del mismo, y tras tomar la mano de Nam con una sonrisa lo invitó
a sentarse, a lo que el menor obedeció, mirándolo de forma
cautivante.- Yo... ya no necesito sentir que floto... porque cada vez
que me besas lo hago...-Musitó y se puso detrás del menor
poniendo sus palmas en la espalda de Nam para darle un
empujoncito.- Por eso... quisiera que tu pudieras sentirte de la
misma forma que yo...-Dijo dándole un empujón un poco mas
fuerte y Namjoon guardó silencio, sintiendo el movimiento.-
Quisiera que como yo... jamás vuelvas a sentirte observado ni
temeroso... quisiera poder darte un poco de todo lo que tu me haz
dado.- Musitó sonriendo, empujando a Nam en el columpio de
manera tranquila.
--------------
-No lo diré...
-Claro que no
-¿Lo prometes...?
-Pues debe saber señor que a pesar de que usted hable de forma
despectiva sobre su persona para mi sigue siendo lo mas hermoso
de este mundo.- Dijo fingiendo molestia.- Y tener un bebé que
lleve tu sangre... me haría demasiado feliz...
-N-no lo sé...
-¿C-como...?-Dijo avergonzado.
-Mueve tus caderas... como lo hago yo cuando te follo...
--------------------------
--------------------
-No... nada, es solo que estaba pensando que el sol parece más
bonito el dia de hoy, ¿no crees? Mira como se cuela entre las
hojas...-Dijo sin más, sonriendo hacia el cielo, y Namjoon presionó
su mano con cariño, sonriendo.
-Ya no me duele...
-Sé que sí, pero esta vez será diferente... la primera vez hice las
siluetas y coloree los detalles mas fáciles... ahora debo rellenar el
tatuaje... duele un poco más
-No importa, ya me acostumbré.- Dijo orgulloso, sonriéndole de
forma triunfante y Nam revolvió su cabello con cariño, dándole
un beso en la frente.
-Te haz vuelto rudo ah...-Dijo con una sonrisa torcida, haciéndolo
sonreir, y tras ello sacó de su bolsillo una pastilla, que acercó a los
labios de Jin.- Abre mi amor...-Dijo al tiempo que Jin sacaba la
lengua y la colocó en la punta, viendo como la tragaba con
obediencia.- Que buen chico...
-¿En serio?
-Sip
-¿Porqué?
-No quisiera decepcionar tus expectativas...-Dijo en voz baja, con
la mirada fija en el dibujo
-Te lo diré... lo sé
-----------------
-Vaya...
- Bien...
-Jin...
-No...
-¿E-esta...?
-Mmmm... en mi habitación
-Ahhh...
-Si...
-Jinie...
------------------------
-Nam...
-------------
-Padre, buenos días.- Dijo Jin haciendo una respetuosa reverencia
agradeciendo que el padre Seejij no hubiese llegado 20 minutos
antes o todo hubiese Sido demasiado caótico, y Namjoon, con el
pincel en la mano sólo inclinó la cabeza un momento, regresando
al mural que pintaba con cuidado.
-Si, padre...
-Irnos?, a donde?
-No, no, padre, insisto.- Dijo dejando los pinceles a un lado, sin
importarle que la pintura al secarse podría arruinarlos y se
encaminó a las escaleras para bajarlas, sin dejar que el padre
pudiese argumentar nada más.
--------------
-Oh Ken, ya estás aquí.- Dijo el padre, tomando asiento junto a él,
y el nombrado le sonrió de forma hermosa, de esa forma en la que
siempre le sonreía a todos, y solo por ese acto hipócrita Nam no
pudo evitar buffar sin darse cuenta, desconcertando a los
presentes
No era tan valiente, no tenía esa fuerza, e irse con Namjoon habría
sido solo un estorbo de sentimientos encontrados y de culpa, no
quería eso para su amor... no quería ser una carga más para su
vida, y en dado caso ¿A donde irían?, si sabia perfectamente que
Namjoon había quedado en la quiebra por pagar las cuentas de su
tio y era poco lo que le quedaba, si no tenían a donde ir a parar, y
si es que Namjoon conseguia un lugar y trabajaba que se supone
que haría el para contribuir? Si lo unico que sabia hacer era rezar...
era hablar latin, era tal vez cocinar un poco, pero nada más que
eso... solo le pondría a Nam las cosas más dificiles.
-No, no, no Minjoo, sabes que esas cosas no me gustan, la tela que
haz usado es sumamente fina y hemos de pagar por ella
----------
-Ken, basta
-El daño que me haz hecho a mi es algo con lo que puedo lidiar
pero... verlos de esa forma me hace pensar... si serias lo
suficientemente despiadado para defraudarlo de la peor manera
existente...
Dieron las 12... y después la 1... las 2 y las 3 am, y él, incrédulo,
volteaba ante cualquier pequeño ruido, pero no sirvió de nada,
porque no era Nam...
Dieron las 4.. las 5... y después las 6... pero Namjoon no apareció,
no apareció cuando tuvo que levantarse a bañarse, no apareció
cuando muerto de sueño recibió a los feligreses para misa de 8, no
apareció durante la misa, no apareció después de ella, y así, una
tras otra las horas se desvanecieron entre llamadas a su celular
que no fueron contestadas y tiempo roto, desesperado, hasta que
sin fuerza alguna llegó a la casa del árbol, y temblando, dándose
por vencido se arrastró hasta los cojines, para comenzar a llorar
amargamente.
----------------
Dieron las 4.. las 5... y después las 6... pero Namjoon no apareció,
no apareció cuando tuvo que levantarse a bañarse, no apareció
cuando muerto de sueño recibió a los feligreses para misa de 8, no
apareció durante la misa, no apareció después de ella, y así, una
tras otra las horas se desvanecieron entre llamadas a su celular
que no fueron contestadas y tiempo roto, desesperado, hasta que
sin fuerza alguna llegó a la casa del árbol, y temblando, dándose
por vencido se arrastró hasta los cojines, para comenzar a llorar
amargamente, y ahí se acurrucó, metido entre sus rodillas como
un niño que intenta protegerse en vano, y cerró los ojos, sintiendo
el ardor del aún recién hecho tatuaje en su pecho, ese que
representaba lo más hermoso, lo más doloroso de su vida.
Tal vez para Namjoon la puesta de ese traje había hecho que
pusiera los pies en la tierra, tal vez verlo de esa forma hizo que el
menor se pudiera dar cuenta de lo mal que estaba todo, de lo que
se echaría sobre los hombros si seguía con esa relación, de los
problemas... de las complicaciones, y había decidido terminar con
ese sueño efímero, dejándolo como tal vez solo un amor de
verano, como un amorío más entre un desconocido en un pueblo
y Jin lo comprendía, porque era totalmente lógico y justificable
que ese sueño tibio en el que ambos se encontraban se hubiese
roto de repente, como una burbuja de jabón.
Por eso lloró, lloró por horas hasta que sus ojos sintieron
hincharse de sangre, hasta que su cara cubierta por aquella capa
salina pidió piedad, y hasta que sus labios, secos, hambrientos, no
pudieron seguir sollozando, y de ese modo, sintiendo la
penumbra de la noche caer sobre la casa del árbol se quedó
dormido, deseando que cuando despertara todo estuviera bien,
aunque sabía que nada de eso era ya posible.
----------------
-Nam...
-Nam...
-El primer padre que se ha puesto una borrachera con un
delincuente, que orgullo, de verdad...
-Jin...
-Jin...
-Nam...-Musitó rompiéndose.
-Nam...
-Mi amor...
----------------
El traje para tomar los votos fue puesto sobre un gancho elegante,
y tras ello lo metió dentro del closet, con una sonrisa agridulce en
el rostro, para después dirigirse al crucifijo de madera que colgaba
en su pared, y lo contempló unos momentos, en silencio.
-------------
-¿Porque?
-Vale...
-Oye Nam... ¿el tatuaje ya está sano, verdad?.- Dijo mirando hacia
el horizonte
-¿Quieres salir...?-susurró
-Nada... es tonto...
-Vamos dime...
-Y yo a ti, mi angel...
- Toda la vida...
-Siempre...-Musitó
-No quiero que pienses que solo te quiero como amante o algo
así... -Continuó, sumamente avergonzado y en cambio el agua
alrededor de Jin casi comenzaba a evaporarse.-Y-yo en realidad es
la primera vez que le pido a alguien que hagamos una relación
oficial, así que no sé exactamente que hacer.- Prosiguió nervioso
sin darse cuenta de que comenzaba a divagar.- Pero juro que
intentaré hacer lo mejor y...
-Lo cuidaré mucho mucho.- Aseguró, cerrando los ojos con cariñó,
meciéndose un poco por la emoción, y Nam sonrió mirándolo con
ternura.
Jin frunció el ceño preocupado, y Nam, que nos les quitó la vista
de encima llevó su mano con cuidado al cuerpo de Jin, y lo puso
detrás de él, cubriéndolo con su espalda.
-¡Asquerosos anormales!
-Mira... tal vez deberíamos empezar con ese.- Dijo uno con la
intención de acercarse al agua, y Jin se hizo un poco para atrás
-Ah, así que ese es el que hace de mujer? Que puto asco...
Nam, que estaba con la mirada en el suelo no dijo nada, dejó que
el agua escurriera un poco mientras el menor de ellos se acercaba
sonriéndole.
-No! ¡Basta por favor!.- Suplicaba, con lagrimas en los ojos.- Vas
matarlos, detente, detente te lo ruego, tengo miedo...- Namjoon se
detuvo, jadeando como un animal agresivo, y llevó su mano a la
de Jin, que trataba de detenerlo.- Por favor... basta... estoy
asustado...-Continuó en voz pequeña, rota.
--------------------
-¿Estás seguro?...
-Pero...
-Nam, no pod...
-Dije que nos vamos ya.- Interrumpió con hastío de nuevo, casi
gruñendo, y Jin sintió un nudo crecerle en la garganta, Nam se dio
cuenta, por eso bufó hacia el cielo, sintiendose un completo
cretino, no le gustaba hacerlo sentir de esa forma, a veces olvidaba
que Jin era demasiado amable, demasiado inocente.-Ven...-Dijo
autoritario, extendiéndole la mano y Jin la tomó, siendo atraído
hacia su cuerpo, y en un pecho se hundió unos momentos,
suspirando.-Perdóname... no debi hablarte así...
-Nam...
Namjoon no era tonto, sin que Jin pudiese percatarse fue tapando
las huellas a su paso, revolviendo la tierra, pateando hojas, ramas
y demás a su paso a discreción con el fin de perder aquel rastro, y
aprovechando que Jin estaba distraído, pensativo, tomó otro
camino, uno que rodeaba casi todo el condado, y entraron por el
mismo camino lodos al pueblo, ya caída la noche.
-Si... así es.- Contestó Jin con una pequeña sonrisa en el rostro.- El
padre Seejin quiere que sea una sorpresa, y lo será, ha quedado
completamente maravilloso
-Me imagino que sí, estoy anciosos por verlo, los dibujos de mi
muchacho han madurado mucho
-Pero en serio, Hijo mío, ¿crees que yo nací ayer? Esa cara de
enamorado que llevas desde hace tiempo.- Dijo soltándolo.- No
flotas porque esa cabezota dura te mantiene en el suelo
------------------
-Yo también...
-No lo sé, pero de cualquier forma eso no pasará, nos iremos los
tres juntos... pase lo que pase...
-Si... lo sé
-¿Irnos?
-Si...
-O-osea que...
-Si!, además dice que es muy bonito, tiene algunos muebles que el
arrendatario no quiso llevarse y tiene un balcón, pequeño pero es
un balcón, tengo fotos, mira...-Dijo sacando su teléfono celular y
tras ello se las mostró, viendo en Jin una creciente y centellante
luz, que casi chispeaba.-
Es muy pequeño, tiene un baño y dos habitaciones, le dejaremos a
tio Minjoo una y nosotros compartiremos la otra... dice que solo
cabe una cama por habitación pero bueno... no es que necesitemos
dos... -Dijo pasando a la siguiente foto y los ojos de Jin se abrieron
enormemente, sin embargo él sin darse cuenta continuó.- Además
con el tiempo conseguiremos otra cosa más grande, lo prometo,
mientras tanto...
-Siii y botas
-N-no solo tu, ¡yo también lo haré! Encontraré algo que hacer y
trabajaré
-Promételo...
-Lo prometo...-Susurró y Jin sonrió besándolo profundamente
"Juntos..."
-No debes preocuparte por eso, con el dinero que me darán por el
mural será suficiente para vivir algunas semanas, modestamente,
pero sólo en lo que consigo trabajo.
-No pero aun está el festival, si me apuro puedo hacer una tanda
de postres muy grande... siempre terminan pidiéndome más...
-¿En serio?
-Si... pero yo amm... crees que la gente se enoje si les subo un par
de wones más?
-Nam... es tarde...
-Que malo...
-Nada...
-¿En serio?
-En serio...
-Jin...-Insistió
-Pervertido.- Reclamó
-Hermoso...
---------------------
-Lo mereces...~?
-Perdóname mi amor...
-¿Porqué?~
-Si mi amor...-Jadeó.
-D-detente... espera...
-Nam... palpitas...~
-Ca...llate...-Gruñó
-N-Nam...-Musitó
nervioso cuando el de tez morena llevó sus dientes al cuello del
mayor, y sembró una pequeña mordida dolorosa, haciendo que
tuviese que morder su labio para no gritar.
-Mentiroso...
-No miento, primero dijiste que tres y luego que dos
-Dos...
-¡Nam!
-Buenos días mis niños, ¿cómo van?.- Dijo una anciana de apacible
voz, que venía entrando con un par bolsas
-Buenos días Madre Lee.- Dijo Jin con respeto, bajando la cabeza y
Nam lo imitó, sonriendo un poco, acababa de ser salvado, o al
menos eso pensó.- Iríamos mejor si el joven Namjoon siguiera mis
instrucciones
-Tienes razón Hijo.- Dijo riéndose un poco y Jin se puso rojo como
un jitomate enfadado
-Nam...
-Gracias Madre...
-Si madre.- Dijo Namjoon sonriendo y tras ello la vió salir, sobre
pasos lentos pero seguros hasta que los dejó solos y en el instante
unos ojos hostiles lo encontraron.
-No me importa...
-Oye...
-Ahh... es cierto...
-Puedes decírmelo las veces que quieras...-Agregó, mientras Nam
secándose las manos caminaba hacia él, y depósito un pequeño
beso en su oreja, musitándole despacio al oído.
------------------------
-Lo logramos...
-¿Como?
-Yo sólo los hago, algunos de mis niños son los que los venden
-Nam...
-No lo soy, además así está mejor, los niños aprenden a ganarse el
dinero con su trabajo, por lo general hago unos 200 pastelitos y lo
que se gana de ahí lo utilizo para comprarles cosas
-¿En serio?
-Sip
-¿Porqué haces eso?, pensé que aquí les daban todo lo necesario...
-¿Entonces...?
-No entiendo...
-¿De verdad?...
-Por supuesto
-Gracias Nam...-Dijo sonriéndole y le dio un pequeño beso en la
mejilla, suspirando.- Por cierto ni siquiera los has probado.- Dijo
abriendo una de las cajas, y tras ello le ofreció uno, que Nam
observó unos segundos, en realidad se veian un poco raros,
incluso insípidos, los pastelitos de Jin consistían en una especie de
panqué redondito color amarillo claro, que eran tan esponjosos
que se movían con el movimiento, como si fuese una gelatina.-
Vamos... no está envenenado
-¿De verdad?
Jin se rió alejando la caja de sus manos.- Más tarde te daré otro,
¿vale?
------------
-No del todo, yo solo superviso que hagan sus deberes y que se
porten bien durante la misa, también estoy a cargo de la diciplina
pero nunca ha sido necesario usarla, todos son buenos niños.-
Afirmó.- Las que se encargan de ellos en realidad son la madre
Lee y las hermanas, ellas los visten los alimentan y también son
sus maestras de clase, tanto de mi grupo como el de Ken
-Ya veo...
-Si...-Dijo haciendo una pausa.- Bueno... vámonos, debemos ver
como nos fue.- Dijo jalándolo un poco del brazo, camino al
convento, mientras Nam lo seguía pensativo
-Ah... cierto.- Dijo Jin como si fuese algo demasiado sencillo y sin
embargo al entrar en cuenta abrió la mirada, encontrando la de
Namjoon igual de sorprendida.-582 000 wones....-Murmuró
-¿Que es eso...?
-Son mis cosas...-admitió avergonzado.- Lo único que no guardé
es mi ropa.- Dijo señalando el interior del closet, en donde 4
ganchos colgaban con su acostumbrado traje de seminarista, una
pequeña caja con ropa interior y una pijama.-No... tengo muchas
cosas...-Murmuró lentamente, con una mueca de vergüenza en el
rostro
-¿T-tiene novio?
-Si, de hecho es más grande que yo, tiene 25... ¿quieres verlo?
Tengo una foto de nosotros juntos
-Si claro!
-Así es...
-Es guapo...
-Oye!
-------------------
Se mantenían a distancia, no demasiada, sus manos a veces se
rozaban mientras caminaban por las calles llenas de gente
proveniente del festival de la iglesia, esas que quedaban jugando
en algunas atracciones, viendo las luces, comiendo golosinas, por
eso , aprovechando el bullicio, a discreción se tomaron de los
dedos meñiques, sonriendo con complicidad, y caminaron
lentamente, cálidos, complacidos, hasta que la puerta de la casa
del señor Min Joon se les puso enfrente, y entraron como siempre,
sonriendo de forma alegre, encontrando al anciano sirviendo dos
tazas de te humeante.
-Señor Min Joo!.- Dijo Jin dejando caer la caja, y solo por
milímetros alcanzó a sostenerlo, cayéndose junto con él al suelo.
El doctor Han, había corrido junto con él hasta la casa del señor
Min Joo, con su maletín en mano, y sus ojos encontraron a
Namjoon histérico, con el cuerpo de su Tío en las manos.
No hubo mucho que el doctor Han pudiera hacer, con sus pocos
recursos mantuvo los signos vitales del anciano hasta que después
de 15 minutos- todo un record para un pueblo tan aislado-llegó la
ayuda, y los paramédicos lo subieron con prisa a la ambulancia.
Aceleró solo un poco más, dando vuelta tal como decía el mapa, y
de a poco, como si estuviese entrando en otro mundo edificios
enormes, que solo había visto en televisión se alzaron enfrente de
él, luminosos, imponentes, y aunque el más alto de ellos apenas
superaba los 10 pisos a el le parecía que era la estructura más alta
que había visto en su vida.
No pudo.
Se aferró a los hombros de Jin como si el cuerpo fuese a
derretirsele, y comenzó a llorar con desesperación, metido en el
hombro del castaño, deshaciéndose. Las piernas de Namjoon
temblaron, como un anuncio de lo inevitable, y después sus
rodillas, inválidas, se doblaron estrepitosamemte, haciéndolo
perder la fuerza. Jin no pudo sostenerlo, lo acompañó de rodillas
hasta el suelo, con un nudo en la garganta que le quitaba el aire, le
quitaba la vida, y mientras Namjoon se rompía estrujándolo con
fuerza, mientras se deshacía en un llanto que tronaba el mismo
suelo, Jin sólo pudo guardar silencio, sólo eso.
-------------------
Parecía una mala broma, un acto de saña por parte del destino,
porque estaba lloviendo.
Aunque no lo suficiente para frenar su marcha, no lo suficiente
para que se diera cuenta del enorme desastre de lodo que venia
colgándole de los pies a cada paso de sus pesadas botas negras.
-Amén....
-Nam... tranquilo...
-Puedes ser lo terco que quieras pero te diré algo, sólo lograrás
preocupar a tu tío si te ve haciendo esto
-Namjoon...
-Nam...
------------------
-¿Qué...?
------------Inicio de flashback--------
-Hijo...
-Tio...
-No me digas que no tienes, sé que tienes, dale a este viejo ese
placer...
-Te amo....
Jin había estado con él desde que sus padres habían muerto, desde
que fue llevado por su único familiar al orfanato y ahí
abandonado con el pretexto de que el hombre no podía cuidarlo.
Jin había sido su amigo, su confidente, y su única familia, y juraba
que lo amaba, que ellos siempre se amarían, por eso no podía
concebir el hecho de que él hubiese elegido a alguien más como su
compañero de vida, no podía concebir la idea de que Jin quisiera a
alguien más que no fuera él, porque él... al único que quería era a
Jin
...Dios apareció...
Tocó la puerta de su habitación.
------------------
-Si, muy buenos.- Dijo Ken pasando su mano por el hombro de Jin
y lo estrechó de repente, incomodándolo.- A veces me dan envidia
-Solo quería decirte que tal vez sea buena idea ir al hospital a
ofrecer nuestros respetos al padre y a su hermano menor,
podríamos llevar unas flores, recitar un poco para que puedan
hayar un poco de paz en estos momentos de dolo.
Jin abrió la mirada sin darse cuenta, por ninguna razón debía ir...
porque lo sabía. Que era muy grande, demasiado grande la
posibilidad de que aquellas personas heridas en el hospital fueran
las mismas que... los emboscaron en el lago, y si reconocían su
cara, dios... no sabría que es lo que pasaría.
-Me encantaría, hermano, sin embargo debo admitir que la ciudad
me causa muchos nervios, y además creo que en este momento
solo causaríamos molestias, puesto que deben concentrarse en los
suyos.- Afirmó.- Tal vez cuando sepamos que ha salido de peligro
sea prudente ir a visitarlos.- Dijo en un tono firme, sociego, pero
Ken pudo ver algo raro tras de él, conocía a Jin lo suficiente como
para saber cuando algo lo alteraba, cuando escondía cualquier
cosa...
-Llevarnos...?
-Nam...
-Vale...
-Así es
-¿Porque no?
-E-esposa...?
-Solo si lo mereces
-¿Deverdad...?
------------------------
-Mucho gusto...
-¿Cómo extraña?
-Si... era una piel oscura...he visto personas con la piel así antes.-
Aseguró.- pero este hombre estaba lleno de marcas paganas...
-Marcas paganas...
-Una cruz... -Dijo abriendo los ojos, sin poder creer que la
descripción encajaba en una de las personas que conocía.- Y la otra
persona... ¿como era?
-¿Porque?
-----------------------
Llevaba varias horas despierto, lo sabe porque el pequeño reloj en
la pared, a pesar de la oscuridad, se distinguía por tener las
manecillas en las 12 pm, y Namjoon, acogiéndolo en su brazo
dormía apaciblemente sin poder darse cuenta que su amante no
había pegado los ojos en toda la noche. Había decidido quedarse a
dormir con él, creyó que sería buena idea ya que después de
empacar algunas cosas de la casa lo notaba un poco deprimido,
bastaba con que se levantara más temprano de lo común y entrara
a la iglesia sin que nadie lo viera, para hacer sus tareas de siempre,
pero no lo haría bien descansado, porque los pensamientos dentro
de su cabeza no lo dejaban conciliar el sueño.
-Tramposo...
-Hermoso.- Musitó restregando la cara en su cuello, jugando un
poco
----------------
-No entiendo...
-Si lo es... así que anda, ve a hacer tus cosas, estaré listo cuando
llegues...
-¿Qué pasa?
-¿Porqué?
-Por esto.- Dijo mirando hacia abajo y Namjoon pudo ver con una
sonrisa divertida lo que le había provocado
-Jinie... ¿y eso?
-Buen chico
--------------------
Y de nuevo la rutina, esa aburrida, ligeramente desabrida, pero
que hizo con una sonrisa más grande de lo habitual, quería
disfrutarlo, disfrutar de sus niños y de la palabra de Dios que el
padre Seejin sabia enseñar con gran paciencia y sobre todo belleza,
porque sabia que pasaría mucho antes de que pudiese gozar de
ello una vez que se hubiese ido del pueblo.
-Así que... esta es la casa del árbol.- Musitó aquella figura altiva de
zapatos bien lustrados, y traje negro, metiéndose al interior de la
casa, mientras con mirada curiosa examinaba las paredes.-
Siempre había querido verla a pesar de que sabía que estaba
dentro del bosque prohibido... pero bueno, aunque hubiese
querido hacerlo no creo haber podido localizarla yo solo, está
bastante alejado del sendero principal...
-Nadie conoce esta casa... sólo el padre Seejin, los demás que
conocían su ubicación ya no están en este pueblo...
-Hermano...
-Si, Jin... - Interrumpió.- ya sé que quieres que hablemos en otro
lugar pero... la verdad es que creo que este es un buen lugar para
lo que debemos hablar...-Dijo frunciendo el ceño con angustia y
eso llenó de preocupación el pecho de Jin
-Ken...
Ken soltó aire de forma pesada, viendo hacia el cielo, dejando a Jin
a la expectativa de su primera palabra...-Primero debo
preguntarte...-Musitó, viendolo fijamente.- Tu... ¿Dejaste que él te
hiciera uno de esos dibujos paganos en el cuerpo?.- Dijo
rompiendo a Jin como un espejo
Ken soltó aire de forma pesada, viendo hacia el cielo, dejando a Jin
a la expectativa de su primera palabra...-Primero debo
preguntarte...-Musitó, viendolo fijamente.- Tu... ¿Dejaste que él te
hiciera uno de esos dibujos paganos en el cuerpo?.- Dijo
rompiendo a Jin como un espejo
-Jin...
-No es de tu incumbencia!
-Lo és!.- Le respondió de vuelta, levantándose, embistiéndolo acto
seguido.
Fue entonces que lo vió, con dolor, esos trazos de colores que
sobresalían sobre la palidez de su hermano, esa hermosa piel pura
que ahora era condenada por el pecado de las costumbres
paganas.
-N-no entiendo...
-¿Como crees que se sobre ese tatuaje?! Crees acaso que puedo ver
a través de tu ropa?!.- Gritó, decepcionado, y se llevó las manos al
cabello, angustiado.- Sé que estaba ahí porque alguien más dijo
que lo estaria, pero yo no quería creerlo, yo no quería creer que tu
fueras capaz de semejante acto, no tu!
-Entonces fue él! Fue el quien lastimó a las personas sin importale
nada
-No soy tal cosa! Y el tampoco lo és.- Sollozó con furia.- Nos
defendimos! Nos defendimos y no hay nada malo en ello
hermano...
-Eso es mentira!
-Ken...-Dijo desconcertado
-Yo... Debí llevar esa descripción al sheriff desde hace dos dias...-
Dijo rompiendo el silencio con un tono de voz tenue, doloroso.-
Pero no lo he hecho... no quiero hacerlo.- Musitó sorbiendo la
nariz.- Estoy siendo complice de todo esto porque... no quiero que
te hagan daño.- Dijo en un tono que rompió a Jin en pedazos.- No
lo soportaría...
-Si puedes ser indulgente conmigo, puedes serlo también con él!
-Hermano...
-Yo... me encargaré por todos los medios de que la gente no hable
sobre ti, de que nadie encuentre alguna pista de que tu eres uno
de los individuos que participaron en la agresión... pero lo haré
por ti, solo por ti, no por él... por él no haré nada y es lo mejor!
Porque de lo contrario tu... te irás con él... a un lugar desconocido
con gente desconocida, te irás! Con esa personas que estuvo a
punto de asesinar... que podría hacerte daño! A ti... mi regalo de
Dios...
-Jin...
-Jin, suéltame
-Jin...
-Hermano...
-Si me pides una prueba del amor que te tengo entonces aquí la
tienes...-Dijo apacible, estrechándolo entre sus brazos.- Le daré
otras descripciones al sheriff... aunque sea peligroso...
-D-de verdad lo harás?.- Dijo Jin alzando la mirada, viéndolo con
esos ojos hermosos y húmedos
-Si... lo haré...
-No entiendo...
-¿Entonces...?
-Mi amor...
-¿Q...ue....?
-Jinie... ellos...
-No me reconoció porque está ciego!.- Gritó, rompiendo en llanto.-
Y la policía no encuentra a los sujetos de la descripción que dió!,
porque buscan a alguien que tiene un tatuaje de cruz en la
espalda! Por eso! Porque nunca nadie ha visto ese tatuaje tuyo...
solo yo... y tu tio...
-Jin... tranquilo...
-y a que costo!
Corrió con todas sus fuerzas, saltando las ramas caídas, los hoyos
y las piedras del bosque, corrió, lo hizo con la vida lléndose en ello
porque sabía que si no lo hacía no habría marcha atrás, ¡por eso
corrió!, como un loco y un desesperado, llorando, de la manera
más amarga que había llorado alguna vez. Lloró recordando su
rostro triste ante sus ojos, la forma en que había dicho ese último
"mi amor"... lloraba al recordar el ramo de flores que había dejado
en el suelo, y siguió llorando.
------------------
Y aún así espero en silencio, con esas flores que se fueron secando
en sus manos, con el tictac de la mañana... de la tarde... de la
noche... pero Jin... no llegó, y entonces, borrando esa sonrisa de su
rostro frunció el ceño angustiado, sumamente cansado, y las dejó
a un lado, para tomar su chaqueta de cuero negro y salir a la calle,
sobre pasos lentos y tortuosos.
Quería ver su rostro más tranquilo, y sabía que después de aquel
miedo era mejor dejarlo solo para que pudiera tranquilizarse y
pensar con claridad, porque había aprendido con el paso del
tiempo que darle su espacio era bueno, y sano, pero esa fría noche
su corazón desesperado le suplicó que fuera a verlo, que por lo
menos lo viera dormir plácidamente en su pequeña cama, y tal
vez con algo de suerte lo encontraría despierto, leyendo un libro.
--------------------
-Al otro pueblo... creo que ha ido por los sirios que usaremos en la
toma de votos, deberías decirle que te los muestre, son realmente
bellos
---------------------
Se sentó en la parada de autobús, casi todo el día, esperando a que
Jin apareciera por el camino, tratando de tranquilizarse a si
mismo, fue solo un momento, en el que se despegó de aquel lugar,
en el que corrió a la tienda, y compró un pan, una manzana y una
cajetilla de cigarros, para consumir todo antes de que terminara
desmayándose, y había terminado la última mordida de la
manzana, cuando vió esa hermosa figura aproximándose a lo
lejos, cargando en sus brazos 4 enormes sirios envueltos en papel.
-No me toques...
-¿Porque estas asi?.- Dijo con los ojos húmedos, sin saber que
hacer, Jin estaba matandolo.-Amor...
-Yo no soy tu amor... ¡yo no soy tu nada!.- Le gritó, sacandose el
anillo de plata de la mano, y se lo arrojó a la cara con crueldad.-
Lárgate! Asqueroso impuro!
---------------------------
Pero así estaba bien... porque si seguía con ello entonces confiaba
en que Nam se cansaría, y dejaría el pueblo...
Pero no lo hizo...
Se quedó ahí, como una vieja estatua, como un fantasma, que lo
perseguía.
Porque si... esa era una de las condiciones de Ken, debían dormir
juntos para garantizar que no se escapara para verlo en las noches,
y Jin resignado solo se limitaba a acostarse de lado, sintiendo las
manos frias de Ken rodearlo, estrujarlo.
Hubo veces en las que Namjoon asistió a misa, solo para poder
interceptarlo cuando terminara, pero Jin lo ignoraba, se pasaba de
largo o se escondía detrás de Ken, escudándose, como un cobarde.
Y ese celular que le había regalado se quedó oculto en un cajón,
apagado, ante las insistente llamadas de Namjoon que jamás dejó
de hacer... aunque el teléfono siempre dijera que se hallaba
"apagado o fuera del área de servicio"
Y poco a poco, el sol se apagó para ambos... en medio de la
incertidumbre y la desesperación de no poder tenerse, el uno al
otro.
-Kim Namjoon...
-O te partiré la cara...
-Jin...
-Jamás...- Contestó
-Basta...
-Suéltame...
-Suéltame!
-Mírame!.- Gruñó
-Sabes a sangre...
-Jinnie...
------------------------
-No... fue culpa de ese ser violento... tu solo fuiste una víctima de
todo... ¿lo entiendes?.- Dijo acercándose lentamente, dándole un
beso pequeño en la mejilla.
-No entiendo...
-Me amabas... eso significa que tenias deseos de tocarme... ¿no es
así?
-¿De verdad...?
-Jin... espera...-Musitó
-Tuve esos pensamientos... los tuve y pensé que eran malos pero
no lo son... son normales... y sé que tu los tuviste... sé que los
tuviste...
-Basta...
-N-no...
-Si...-Dijo hundiéndose en sus labios profundamente, y Ken,
completamente cautivado alargó el cuello siguiendo sus besos,
rodeándolo por fin con los brazos sin pena alguna, estrujándolo
con fuerza contra su erección, y Jin, sonriendo se separó de él,
jadeando.- ¿Entonces lo quieres...?-Susurró.- ¿Quieres... meterla
dentro de mi...?
-Yo...-Balbuceó
-¿Qué...?
-Jin...
-Dices que jamás haz tenido esa clase de pensamiento... dijiste que
siempre me viste como un hermano, que los besos y las caricias
que nos brindamos por tantos años no fueron más que amor
fraterno, querías fundirte conmigo, querías penetrarme... hacerme
gemir, pero todo en nombre de Dios... y yo me pregunto, si es que
en este momento Dios pasó siquiera por tu pensamiento alguna
vez... mientras te frotabas en mi cuerpo
------------------------
A buscar a su amor.
Jin sabía que debió quedarse entre esos árboles, que tal vez era
mejor regresar al convento y terminar todo ahí pero... su corazón
no lo dejó, tenía la esperanza de que él de verdad no dejase entrar
a esa chica a su casa... no a esa casa donde habían compartido
tanto, por eso lo siguió a discreción y a escondias, hasta que lo que
temía se hizo realidad, y Namjoon sin bajarla sacó las llaves de su
casa, y Jin no pudo evitar sollozar quedito, tapándose la boca.
Namjoon se detuvo un momento, y bajó a la hica de su hombro,
sonriéndole.- pasa preciosa... olvidé comprar cigarrillos.- Dijo
empujándola dentro
-Fui a caminar...
-Fuiste a verlo...-Musitó.
-Pues ya lo sabes...
Pero lo hizo...
-Ven...-Sonrió
-No...-Sentenció
-Déjame en paz...
-Wao... así que aprendiste algo de mi, eso es muy bueno, pero no
debes olvidar... que yo... siempre golpeo de vuelta y que tu....
Sigues siendo mi pequeña perra...
-"Sé que soy tuyo... siempre seré tuyo..."-Pensaba Jin, cerrado los
ojos, luchando contra si mismo, luchando por no gritarle que lo
tomara en ese momento, por gritarle que lo besara
profundamente, que le dijera lo mucho que lo amaba, ¡Y luchó!...
lo hizo, contra todo pensamiento, contra todo deseo y esperanza
de salir huyendo tomados de la mano y no volver nunca más,
porque eso no serviría de nada... huir sólo les daría burdo
tiempo... y solo lograría que le hicieran daño, que lo mataran a
golpes.
Su rutina, esa que haría toda su vida, fue ejecutada por una
especie de vegetal andante, que sonreía solo por sonreír, que
saludaba sólo por saludar, que respiraba por simple inercia, que
existía solo por cruel destino, y Ken, que lo notó a leguas siquiera
se atrevió a acercarsele, miedoso por sus palabras del dia anterior,
porque de nuevo pusiera en evidencia la cruel realidad de su falta
de franqueza.
-Namjoon...
PARTE 45: ODIO
-------------------
-Namjoon...
-----------------
Lo odiaba.
Lo odiaba.
Porque lo había abandonado, y sustituido como un vidrio que se
rompe y que reemplazas, y más aun cínicamente se escondía
detrás de la espalda de ese maldito... de ese hipócrita pervertido
que pretendía ser un sacerdote, había preferido a ese malnacido
hijo de Dios, que sabía, le había lavado el cerebro de alguna forma
que no lograba descifrar.
Lo odiaba.
Lo odiaba.
-K-kim Namjoon...
-L-lo que haces está mal, por favor ... déjame ir...-Suplicó, siendo
interrumpido por el dedo de Namjoon que lo acalló
-Nam...
-Nam...
-Sólo... -Dijo con voz casi inaudible, que temblaba.- S-sólo déjame
ir...
-Te dije que te calles!.- Gritó, viéndolo a los ojos por fin, y lo
encontró llorando como un niño, sufriendo, deseando que por
favor se detuviera.
Y ya no sonreía.
Era la nada.
-Nam...
Jin se quebró
En un sonido seco que retumbó en las paredes, y finalmente,
contra todo mal pronóstico, alcanzó aquella mano que sostenía la
botella y puso su mano encima, suavemente, dejando a Nam frio.
-Dime...-Musitó
-...Mátame...
Sonrió el menor, arqueando las cejas, hablándole sinceramente,
pidiéndole piedad
-Nam...
-Hazme este favor, Jin.- Suplicó.- Evitame tener que vivir con la
conciencia de que lo más hermoso de mi vida nunca existió.- Dijo
rompiendo en llanto.- Hazlo... libérame.- Dijo presionando el
cuchillo, y Jin, que trataba de resistir su fuerza luchaba porque no
siguiera profundizando el roce, al ver como una pequeña estela
roja se volvía de repente una gota de sangre.
-Soy tu perra... no soy nada más que eso... -Insistió, sin dejar los
movimientos hipnotizantes, completamente deliciosos, y cerró la
mano de Nam entre las suyas, obligándolo a jalar la cadena.-
Asúmelo y tómame de una vez...-Lo exhortó.- Pero entiéndelo... y
después vete... porque no tienes nada más que hacer aquí.-
Sentenció, impidiéndole dar respuesta alguna, pues sus labios,
temblando, lo besaron con fuerza, mientras sus brazos, casi
desesperados lo rodearon añorándolo en silencio.
-Jin...-Dijo Nam sobre sus labios, recibiendo sus besos de forma
deliciosa, y sus lágrimas, abundantes que hace unos segundos
parecían no tener fin ahora encontraban la muerte, y después la
extinción, todo porque estaba siendo besado de esa forma, esa que
le recordaba los buenos días, en los que fue feliz con él, en los que
creyó que jamás en su vida volvería a sentir dolor.-Jin...
-Pruébalo...-Sentenció
PARTE 49:COLLAR
-Nam...
-Nam...
----------------
-Ese hijo de perra... sigue sin contestar... estoy preocupado por él.-
Dijo haciendo una mueca de frustración
YoonGi:
Se que ya leíste el mensaje pequeño hijo de perra, más vale que contestes
o averiguaré en donde estás y te asesinaré✔✔
En fin, por favor llámame de vuelta, sabes que odio estar jodiendote con
estas cosas, pero solo quiero saber que no te ahogarás en tu vómito, ¿está
bien?✔✔
-Es la primer señal que tenemos de él en semanas, ¿que tal si pasó algo?!
Déjalo hablar!
-P-pero
-Yo hablaré con él, ¿está bien? Tu vas a asustarlo.- Dijo aquella voz
dando un portazo tras de sí y seokjin escuchó como se aclaró la garganta
antes de comenzar a hablar.- Hola? Sigues ahí?
-H-hola...-Tartamudeó desconcertado
-Bien... ahora que sabes con quién hablas dime ¿porqué haz
llamado del teléfono de Namjoon?
-¿Ayuda en qué?
---------------------------
Lo amaba...
Y seguiría intentándolo.
Porque por más humillante y desesperanzadora que fuera la
situacion no estar con SeokJin representaba no otra cosa que la
muerte.
-----------------
-¿Porqué quieres una habitación tan alejada, hijo mío? Hace años
que no usamos ese edificio, es muy frio-Dijo el padre seejin desde
su escritorio.
--------------------
-Estás huyendo...
-Sigues ilusionandolo
--------------
-El funeral de Tio fue más caro de lo que pensé, eso es todo, te lo
pagaré en cuanto consiga trabajo.
-¿Porque no?!
-Eso no te incumbe
-Claro que me incumbe, deja de hablarme de ese modo o te
romperé la boca.- Gruñó.- Te crié, págame lo que me debes ya, y
eres libre de ser un granjero o la mierda que sea que quieras ser
aquí, pero hasta que no consigas el dinero no juegues al
pueblerino y regresa a donde perteneces, ¿o piensas convertirte en
pocahontas y robar maíz del maldito campo de al lado?
-Si...
-Incluso había comprado tu regalo ya.- Dijo una voz suave, cuya
figura entró a la sala, cargando varias bolsas, y en el instante
ambos se separaron, sintiéndose incómodos
-¿Cómo entraste?
-Hieres mi corazón...
-Nos llamó ese tipo ayer.- Dijo sin más, terminando su cerveza
-¿Que tipo?
-¿Que?
-Ahhhg...-Dijo Jimin siguiendo en los suyo.- Kim SeokJin nos
llamó, diciéndonos que te lleváramos a casa porque terminarían
linchandoce por todas las estupideces que has estado haciendo,
aparentemente
-Así es...
-Así que en vista de que no quiero que esta gente extraña nos mate
a los tres nos iremos mañana a primera hora, así que alístate.
-¿Qué?
-Claro que lo és, mírate, estas flaco, con ojeras y además tienes esta
casa hecha una mierda, yo te crié para que fueras fuerte, ¿y te
estas tirando a la mierda por un estúpido niño de pueblo?
-Yoongi...-Dijo Jimin dirigiéndole de nuevo una mirada hostil, a
veces no sabía cuándo parar, era demasiado franco.
-A caminar
-No vas a huir, pussy boy.- Sentenció Suga, tomándolo del brazo
con fuerza
-¿Que?
-Jin... sé que es duro para ti, pero es lo mejor, haberte ido con él
sería muy peligroso, es mejor que viva su vida lejos de nosotros.-
Dijo poniéndole la mano sobre el hombro y lo acarició con cariño
un momento
----------------
-Si... gracias
-No lo és, por favor.- Insistió, retirando las canasta de sus manos
-Gracias pequeño, eres muy amable, solo será un tramo corto, hay
que llevarlas al convento
-Ya veo...
-Ya que vas con nosotras ¿quieres que le digamos que estás aquí?
-Que lindos, claro que si.- Dijo la madre Lee, despiéndose con la
mano y Jimin se preparó para conocer a la razón de que Namjoon
hubiese perdido la cabeza por completo.
-¿Qué...?
-Yo... yo no soy la persona que buscas, él ha salido así que por eso
he venido a recibirte yo.- Aseguró nervioso y Jimin se acercó,
ladeando la cabeza, mirándolo de cerca, apenas a centímetros de
su rostro, y Jin no pudo evitar tragar en seco un segundo, porque
ese joven, debajo todos esos anillos de metal, tenía uno de los
rostros más bonitos que hubiera visto alguna vez, eso le resultaba
ligeramente intimidante y sin embargo Jimin lo distrajo de sus
pensamientos, cuando bufó.
-Joven Jimin -Interrumpió. -siento que tenga que ser tan descortés
con usted.- Dijo tratando de tranquilizarse.- Pero esa persona... ya
no tiene nada que ver conmigo... les he llamado por cortesía,
porque sé que esa persona es importante para ustedes, pero no
hay nada más que yo tenga que hacer en esta situación, su amigo
ha estado comportándose de forma errática en los últimos días y
eso ha hecho exasperar a mis feligreses, es por ello que les pido de
la manera mas atenta que se vayan con él de aquí... antes de que
algo malo pase
-¿Qué fue lo que pasó? ¿De repente te cayó la culpa de Dios sobre
tus hombros? ¿Te asustaste?
-Yo... yo sentí mucha culpa, eso fue todo.- Dijo sediendo.- N-no
pude más con ello...
-¿De verdad?
-No puedo...
-¿porqué no?
-¿Que?
-¿Qué es eso?
-Soy alguien que se prepara para ser sacerdote, pero aun no lo soy
-Oye... todo tiene solución, estoy seguro de que sea lo que sea
puede arreglarse
-¿Porqué?
-Oye...
-Sólo... llévatelo de aquí
-¿Cómo lo sabes?
-Cocinar?
-Por favor...
-Siempre la hay
-¿Porqué?
-¿Porqué?
-Yo...
-No puedo...
-No creo que lo esté... sólo siento que tiene miedo de estar solo,
yo... me he tratado de poner varias veces en su lugar, pensar en
que haría si la única persona que tengo en el mundo de repente
tratara de irse con alguien que parece ser malo, a un lugar
desconocido
-Namjoon no es malo...
-¿A donde podríamos huir?, ¿sería digno para nosotros huir toda
la vida por el crimen que cometimos? Yo no quiero eso para él...
que sea un ave enjaulada toda la vida porque trató de
defenderme... yo no quiero correr cada segundo, ni que vivamos
con miedo, solo porque queremos estar juntos, joven Jimin... eso
no es vida...
-Namjoon no es un asesino...
-No lo es... tiene razón... pero... yo no puedo evitar pensar en que
Ken es un obstáculo muy grande en este momento y si yo fuera
Namjoon... si yo... me encontrara tan desesperado...
-Eso no importa...
-No es justo...
-No... no.- Dijo Nam tratando de safarse con todas sus fuerzas.-
Yo... Yo voy a llevarmelo! No lo dejaré aqui!
-No... por favor déjame ir.- Lloró, viendo a Jin desde lejos, desde
su escondite entre los arbustos
-Hyung...
-Lo siento, Joven Jimin... por poner esta carga sobre sus
hombros...-Musitó, separándose de él, y Jimin sólo alargó las
mangas de su playera para secarle las lágrimas que le empapaban
el rostro, con cuidado
-Si... lo haré...
--------------
-Quítate, Jimin...-Gruñó
-Si... habla con él.- Dijo sin más, retrocediendo, limitándose a ser
un espectador, mientras Jimin, poniéndose de cunclillas enfrente
de Nam examinó un poco su rostro, un rostro que ardía por el
golpe, pero que no expresaba otra cosa que no fuera angustia.
- No, Hyung...
---------------------
-Déjalo...
-Pero...
-¿Porque...?
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---------------
-¿Estás seguro?
-Es hora mis hijos... el padre GoongYo ya está aquí.- señaló sin
más, saliendo de la sacristía
----------------------
-No me profanaste... Jamás hiciste tal cosa...-Le dijo compasivo, aquel
espejismo que lo había perseguido desde que dejó el pueblo, ese espejismo
de cabello castaño y sonrisa presiosa, y Nam lo miró un segundo, con
sonrisa agridulce
-Sé que no, pero sólo come un bocado... sólo uno ¿si?, estas
enflacando mucho y ni siquiera ha pasado un mes...
-Nam...
-Si, Hyung...
-De verdad no
-Nam...-Insistió
-Puedo intentarlo
-Jimin...
-------------------
-¿Como se siente?
-No he dejado esta cama porque ustedes dijeron que debía estar
aquí
-¿Columpio?
-B-bueno... no creo que sea mucho problema, solo que estas muy
delicado en este momento, no estoy seguro de que sea una buena
idea
-Si crees eso entonces debemos ir.- Dijo sonriendo, y tras ello se lo
llevó fuera del convento, cuidando que no hubiera testigos,
porque seguramente lo regañarían, pero en los últimos días lo
unico que quería es que Jin volviera en si, sabía que estaba
deprimido, que su mente estaba en medio de una crisis, pero no
quería aceptar que él había causado esa crisis, con su deseo de
tenerlo, y en su egoísmo, preferia tratar de que se recuperara, en
vez de dejarlo libre.
Era un lugar bonito, Ken no había estado ahí desde que eran niños
y Jin se lo había mostrado, aunque debía admitir que jamás se
subió en él, le tenía miedo a las alturas, y más aún al barranco que
caia en picada directo a una montaña de rocas de rio, que se veía
cuando el riachuelo de abajo se sacaba en verano.
-Hermano...
-Jin...
-Jin...
-Jin... cálmate...
-Duele.- Dijo mientras las lágrimas se escurrían de su rostro, hasta
el verde pasto de la colina.- Duele...- Se abrazó a sí mismo,
desconcertándo a Ken
-Yo... sé que lo que trato de hacer está mal... pero ya no hay nada
más que tenga que hacer aquí... se que nuestro padre va a
perdonarme, Jaehwan... porque puede ver mi sufrimiento...-Dijo
sonriendo de forma agridulce
-No sufras por mi Ken... todo pasará rápido... como pasó con
Kyun...
-¡Jin, no! Te lo ruego!.- Gritó histéricamente
Y se dejó caer.
----------------------
Había sido obligado por Min Yoongi a sentarse en ese lugar, a "no
regresar a su habitación como un perdedor" a hundirse en su
miseria, como había hecho hasta ese momento, porque juraba que
esa noche traería mucho alcochol, y muchísima comida para
celebrar su cumpleaños numero 20 e incluso prometío tal vez
llevarlo por prostitutas, si es que se portaba bien. Por supuesto
que era broma, pero igual se rió cuando Jimin le dio un golpe en la
cabeza, mirándolo de forma hostil.
-Porque formo parte de ti... siempre voy a formar parte de ti...- Sonrió,
sintiendo el corazón fundírsele.
-¿Y si muero...?
-¿Porqué no...?
-¿Que pastel?
-J-jinie...
---------------------
El nacimiento de lucifer.
-Eres...
-Perdóname...
Y como lucifer, ese dia un ángel perdió las alas... perdió la pureza,
perdió la luz en su alma, y se hundió en las tinieblas, vistiendo un
anillo de plata en su mano derecha y un crucifijo en el pecho en
vez de una espada, se dejó consumir por los brazos del demonio,
por la luz violenta y valiente de un ser perverso que lo poseía, y
juró que jamás en su vida la dicha se había derretido para formar
parte de sus venas, y supo en ese instante, que esa dicha era que le
haría bombear su corazón, que esa dicha se iba a quedar para
siempre, hasta el final del mundo, como fue en el principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos...
-"Amén".
-Yo voy a protegerte.-Musitó besándolo en la frente.-Lucifer...
-El... ¿él te lo hizo?!.- Dijo angustiado, con una ira que comenzaba
a inundarle la cabeza, y que fue interrumpida por las suaves
manos de Jin sobre su rostro, y una mirada amable que por un
momento logró tranquilizarlo.
-Jin...
-Es una larga historia la que debo contarte... pero, ahora mismo
me gustaría no hablar de ello, ¿está bien...?-Pidió, acariciando su
rostro con suavidad, y Namjoon tragando en seco asintió
obediente, sintiendo sus cálidos labios sobre los suyos,
asegurándole que todo estaria bien.
-Lo sé, Hyung... -Dijo Nam riéndose ligeramente, pues Jin estaba
con la cara completamente ardiendo en rojo, mientras de nuevo se
escuchaba el forcejeo por le teléfono, volviendo a la voz de Min
Yoongi
-Si... lo sé...-Sonrió
-Es un pastel de queso japonés... como el que
-Soy... tan feliz Nam.- Dijo sonriéndole, y Namjoon por fin pudo
encontrar su rostro, uno apacible, siempre amable, pero del que
un a gota de sangre se asomaba, por la comisura de esos labios
rosa pálido, que se volvieron carmín de un momento a otro a
causa de un chorro de sangre que salió de ellos
"¡Jin!"
--------------------------
Jimin se pasó alrededor de 9 luces rojas, y para suerte del mundo
entero casi no había nadie en las calles. Se estacionó de forma
abrupta enfrente de la entrada del hospital, mientras Namjoon,
saltando de la camioneta corría con el cuerpo de Jin en sus brazos,
y sin decir palabra alguna se internó en la sala de urgencias,
siendo seguido por Min Yoongi que no podía creer lo rápido que
podía correr con un cuerpo en las manos.
"Se lo ruego..."
"¡Se lo ruego!"
No lo dejaron entrar...
Yoongi le dejó marcada la mano en el antebrazo, por la fuerza con
la que tuvo que sujetarlo para que no corriera tras la camilla que
llevaba el cuerpo de Jin, y jamás en su vida Min Yoongi se había
sentido de esa forma, porque Namjoon estaba metido en su pecho,
llorando como un niño, desconsolado, casi roto, mientras él sólo le
palmeaba la espalda con el corazón en la garganta, y deseó darle
un golpe en la cabeza, tal vez hacerle un torniquete, para que se
desmayara, y pudiera dejar de sufrir por lo menos un rato, pero
no lo hacía, en su lugar lo abrazó con mayor fuerza, mirando a
veces a su novio que abrazaba a Namjoon por la espalda, siseando
de vez en vez para tratar de tranquilizar su llanto.
--------------Inicio de flasback-------------
-Si... yo... abandoné el pueblo, pero no supe bien hacia donde ir...
por eso te llamé.- Dijo sonriendo de forma agridulce, haciendo
una pausa, titubeante, para después continuar.-¿ Como está él...?
-Hoy es su cumpleaños...
-¿Porque lo perturbarías?
-¿Porque?
-Jiminishi...
-¿Quieres ir a verlo?
-Si, sólo necesita reposo, mucho reposo y una dieta especial, pero
estará bien, no debe preocuparse demasiado mientras siga las
instrucciones al pie de la letra, hago énfasis en ello porque tiene
señales de haber sido atendido ya por un médico, sin embargo
debió haber llevado a cabo una actividad física brusca y eso
ocasionó el sangrado.- Sentenció.- Pueden pasar a verlo cuando
gusten.
-Nam...
-¿Y que se supone que estas haciendo ahora?.- Lo regañó, sin dejar
de besarlo
-Perdóname...-Musitó
-No, no... nada de contacto de ese tipo hasta que estés bien, el
doctor dijo que... El sangrado fue causado por... Una actividad
brusca.-Dijo aclarandose la garganta con un poco de vergüenza y
culpa.-Bueno dijo que necesitas reposo absoluto
-Ya no importa...
-------------------------
-No importa
-Nam...
-Shhh
-Nam...
-Eso no lo sabemos
-Yo lo sé...
-Tu tampoco
-Jin...
---------inicio de flashback-------------
-----------------
-¿que...?
-Ya lo ví... ya no importa.- Dijo helandole la sangre
-Pero no debes...
-Ken...
-Quisiste ir con nuestro padre... porque estás sufriendo... pero no
es tu culpa estar sufriendo porque no hiciste nada malo.- Sollozó.-
y hasta ahora me doy cuenta
-Un regalo me fue enviado del cielo... un ave del color de las
nubes... y en mi egoísmo quize poseerlo...-Musitó acariciando su
rostro.- No me dí cuenta de que no podía enjaularla... de que la
enviaron para que me diera amor y consuelo... pero que después
debía regresarla... no me dí cuenta...
-No entiendo...
-Jin...-Musitó desconcertado
-Ken...
-Pero hermano...
-Hermano...
-Toma...
-Esto... para que...
-Jin!
-Mi regalo de Dios... por favor escucha mis palabras y deja este
lugar... porque jamás podría vivir si algo malo te pasa...-Musitó
cuando sin siquiera esperarlo la puerta de la habitación comenzó a
abrirse y una figura altiva entró sin más, cerrando la puerta tras
de sí
-Padre...
-Padre...
-Padre...
El padre Seejin cerró los ojos con dolor, suspirando, y Jin bajó la
cabeza con arrepentimiento, esperando el castigo, ese que debía
darse a los impuros, pero en su lugar el padre Seejin suspiró,
limpiándose las lagrimas.- El doctor Han... ha visto ese dibujo en
su pecho... Todo el pueblo vió el mural en la iglesia...
-¡No permitiré que uno de mis hijos sea lastimado!.- Le dijo con
firmeza, tomándolo de los hombros.- Que me perdone nuestro
padre este acto de soberbia... este acto de egoísmo... pero... no
dejaré que lastimen a uno de mis niños... ¡no voy a permitirlo!
-Escúchalo...
----------------------
-Ken...
-Por eso... estabas herido...-Dijo Nam, uniendo por fin las piezas
dentro de su cabeza
-Sé lo que vas a decir, así que por favor no lo hagas, me siento
avergonzado por ello, como no tienes idea...pero...-Musitó, con un
nudo en la garganta.-en tu ausencia... respirar me dolía.-
Admitió.- Y la comida era ceniza
----------------------------------------------------
-Ya veo...
-¿Te gusta?
-Nam...-Dijo boquiabierto
-No es mucho pero... espero que puedas estar más cómodo
-Para mí si, quiero que estés cómodo ya que debes estar en reposo
y también porque estaremos aqui un tiempo
-No, claro que no, tú te vas a quedar aquí como dijo el doctor
-Nam, ya me siento mejor
-¿que pasa?
-Mi mochila...
-Jiminishi... no tenías...
-Te faltan las botas.- Dijo riendose y tras ello se dirigió a él para
abrazarlo por la espalda, dándole un pequeño beso en la oreja.
-Por cierto Namjoon, también traje las otras cosas que me pediste,
las dejé en la mesa.- Musitó Jimin llamando su atención
-No entiendo...
----------------------
-Eres bueno
-Ve con alguien más.- Dijo sin más, volteándose para quitar la
imagen del ipad.- Siguiente cita
-Si...
-Si, pero traerá buen dinero amor, pronto podré pagarle a Hyung
y...
Namjoon hizo una pausa, mirándolo a los ojos, y tras ello sonrió
de forma amable, acariciándole la mejilla como consuelo.- Lo hago
por ambos, mi ángel... para que tengamos un lugar que podamos
llamar nuestro, como lo prometí, un lugar bonito
--------------------
-Jin...
-Quédate quieto, lo haré por ti.- Musitó a su oído, tomando la
esponja y comenzó a tallar su espalda de forma amable,
repasando el jabón con suavidad por el tatuaje distorsionado de
aquella cruz negra, y por un momento no pudo evitar pensar en la
primera vez que la había visto, en como estaba llorando y
Namjoon riendo con tristeza, el día en que Namjoon le había
dicho que Dios no existía, y que si existia no haría nada por
protegerlo.
-Ah...
-Te dije que esto pasaría.- Dijo el de tez morena, pasando sus
dedos lentamente por las flores púrpura en el pecho de Jin.- ¿No
te encanta?
-Que..?
-La de ambos...
-¿Porque la de ambos...?
-Jin...
-Mi angel... no
-Nam...~-Suspiró
-Mi Ángel... estás tan duro que me duele no poder follarte como
quiero...
-Jinnie...
-Sólo un poco Nam...~ no vas a lastimarme.- Suplicó en un tono
que lo volvía loco y tras ello comenzó a sentarse sobre su
miembro, apretándolo tras cada centímetro que lo invadió hasta
que tocó el límite, y se tapó la boca, enterrando un poco los dedos
de la mano con que se sostenía en el pecho del menor, que
respiraba con impaciencia, pero no lo dejó siquiera negarse, sus
nalgas comenzaron a moverse tan lentamente que le quitaron todo
pensamiento de la cabeza a Namjoon, porque se levantaba por
completo, casi dejándolo ir, solo para después sentarse con fuerza
sobre él, gimiendo de forma deliciosa y Nam, encajando un poco
sus dígitos sobre la piel blanca de su cadera se estremecía,
gruñendo hacia el cielo.
-Jinnie...
-¿En serio?
-Si...
-¿T-te gusta...?
-Jin...
-No hace falta que salgas, además ahora mismo nadie puede
acompañarte y tu no conoces las calles
-No soy un niño como para perderme tan fácil Nam.- Dijo
tratando de que lo mirara.- A-ademas... Jimin dijo que el dueño de
la librería de la esquina necesita un ayudante, tal vez..
-Nam... tu...
-Si...-Dijo sonriendole
-¿De verdad?
-Ya lo hice
-¿Y porque estás en la cama?
-Mas tarde
-No quiero
-Ahhh...-suspiró.- Bien, entonces me voy, la primera cita es en 20
minutos.- Dijo sonriendo, con la intención de levantarse de la
cama cuando sintió su brazo siendo jalado bruscamente y tras ello
se encontró a si mismo debajo de las cobijas, con el cuerpo de
Yoongi subiéndosele encima.
-Yoongi~
PARTE 71:PASTELITOS
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Eran muchas personas a pesar de que cada una tenía una cita para
cierta hora, pero la mayoría de las veces Namjoon terminaba antes
de lo programado, y sus clientes no podían perder la oportunidad
de pasar un poco o mucho antes de su cita, aunque a veces
resultaba aburrido y sumamente engorroso para los presentes. La
mayoría estaba en sus celulares, aún así Jimin ponía un canal de
videos musicales en la tele para que hubiera otro ruido de fondo
que no fuera la vibración de la bobinas de la máquina de
Namjoon, también les ofrecía algún refrigerio, pero en el momento
en que Jin llegó con una platón repleto de pequeños panquecitos
todos se le quedaron viendo curiosos, y después anciosos, por el
aroma de vainilla, queso y mantequilla dulce que provenía de
ellos hacia salivar a cualquiera, más porque ya era hora del
almuerzo.
-Si.- sonrió
-Pues son los mejores que he probado, a mis hermanas les gustan
mucho.- Dijo sonriendo hasta que por un momento hizo una
pausa, pensando.- Oye... ¿crees que puedas venderme algunos?
Me gustaría llevarle a mis hermanas...
-Pensé que eras Jimin! Cálmate ya.- Dijo mirándolo fijamente, con
suplica.- ¿Ok?.- Jin asintió, con los ojos cristalizados tiernamente,
en medio de un puchero.- Voy a soltarte pero no llores, está bien.-
Dijo recibiendo el asentimiento de Jin, y lo soltó, dejándolo
respirar.- ¿Porque carajo vienes a mi habitación?!
-¿Prestamo?
-¿Prestamo?
-¿Seguro?
-Sip
-Mmmmh... está bien pero cierrate bien el abrigo... ¿si?
-Bien...
-Claro claro...-Dijo en voz baja.- Lo dice el que se folla a un
sacerdote.- Musitó sonriendo por lo bajo, cerrando la puerta tras
de si y dejó a Namjoon por primera vez ruborizado.
---------------------
-No tienes que estar tan nervioso, ya te dije que fue un accidente
-Yoongi...
-Mmmmh?
-Yoongi está bien.- Dijo dando la vuelta a la esquina
-Si... lo és
-Si...-Balbuceó
-Ahhh...-Dijo feliz
-Puedo tocarla para ti después.- Dijo sonriendo
-Que mal...
-Si...
-También tengo guitarras en el estudio, puedo prestarte una si
quieres practicar
-Lo siento...
-Si....-Sonrió.- Es hermoso
-¿Puedo?
-¿Le gusta?
-Gracias...
-¿Quiere verlo?
-¿Puedo?
-¿Le gusta?
-Si, mucho... se esmeró de verdad... es de los mejores que ha hecho
-Gracias...
----------------------------
-¿Porqué?
-Bueno... los entiendo porque antes era como ellos, tuve mucho
miedo de algo que yo desconocía ... cuando Nam llegó a mi vida
tan sólo verlo me provocaba... bueno, sentimientos horribles
-¿El lobo...?
-Así es...
-Si...
-Min Yoongi...
-Min yoongi...
-Me desconcierta demasiado lo que haces... casi me enferma.-
Murmuró de repente
-Pensé que la razón por la que ese otro padrecito loco te quería era
porque tenía un capricho contigo.- Continuó, susurrándole casi
sobre la tez, como si le dijera un secreto.- y después pensé que
Namjoon sólo estaba cautivado por tu belleza, tal vez por la
inocencia que cargas en los ojos, pero luego Jimin... de verdad creí
que sentía lastima por ti, que de ahí venía ese afecto repentino
hacía ti, pero...
-Y-yo...
-----------------------
-¡¿Que?!
-¡Basta!
-Si padre... no saldrán por lo menos por ahora, por todo lo que
causaron, además debemos esperar para saber si el padre Jae
Hwan quiere presentar cargos...
-Ya veo...
-Dime
-No padre... los puse en riesgo y peor aún ahora usted está
involucrado
-No importa
-Déjeme padre...
-¡Ken!
-Min yoongi...
-Pensé que la razón por la que ese otro padrecito loco te quería era
porque tenía un capricho contigo.- Continuó, susurrándole casi
sobre la tez, como si le dijera un secreto.- y después pensé que
Namjoon sólo estaba cautivado por tu belleza, tal vez por la
inocencia que cargas en los ojos, pero luego Jimin... de verdad creí
que sentía lastima por ti, que de ahí venía ese afecto repentino
hacía ti, pero...
-Y-yo...
-M-min...
-Si...
-Tu puedes hacer que eso sea posible, ¿quieres saber como...?-
Sonrió, al tiempo que lo miraba fijamente
-¿C-como...?
-Es algo muy sencillo en realidad.- Dijo relamiéndose
discretamente, sin soltarle la mirada.- Tienes que acostarte
conmigo....- Dijo sin culpa alguna, mientras Jin sentía un balde de
agua fría calléndole sobre la cabeza- ¿Qué te parece?
-Yo... no
-Min Yoongi...
-Solo te follaré una vez... Estoy seguro de que lo habras hecho ya...
¿No es cierto? Piénsalo... Una vez y todos sus problemas se
acaban...¿Si...?-Musitó casi rozándole los labios, relamiéndose.-
Ahora... sé bueno y bésame... Te gustará.- y tras ello lo besó
lentamente, metiéndose entre sus labios de a poco, pero Jin se
negaba a seguirlo.- ¿Estás... consiente de que si no accedes puedo
echarlos a la calle?.- Dijo de repente, helándole la sangre a Jin, que
lo miró atonito, fijo, mientras Yoongi le sonreía de forma
perversa.- Ah... creo que ya lo haz entendido, pequeño...
-¿A dónde...?
-A casa, no es obvio?
-Jiminie...
-Jin me dijo que habían traído muchas cosas, ¿te ayudo con las
bolsas?
-Bueno... digamos que tuve que hacer algo radical para probar un
punto, pero estoy bien...
-¿Radical?
-Lo estaré después de que te folle en el auto, ven.- Dijo sin más,
metiéndolo de un movimiento al interior de la camioneta,
sorprendiéndolo y tras ello cerró la puerta, haciendo a su presa
sonriente cautiva, entre besos de amor cariñosos
Fue gracias a las bolsas de harina que los cartones de leche y los
huevos no se rompieron en el momento en que Jin soltó las bolsas
del super mercado, y es que la fuerza se le había escapado de
repente de los dedos, al ver el cuadro casi surrealista que inundó
sus ojos, porque una cara cansada, de ojeras marcadas, casi
hundidas lo miraron de forma amable, pero al mismo tiempo
triste
-Ken...
-Padre...
-Min Yoongi! Ten más respeto!.- Dijo Jimin jalándolo del brazo,
cuando aquel escándalo se vio interrumpido por el altivo y
gallardo anciano que se levantó lentamente, dirigiéndose a
Yoongi, y este, al verlo enmudeció de repente, mirándolo
-Él...-Musitó el anciano
No recuerda que hora era cuando Jimin volvió a la casa, sólo sabe
que esperó la madrugada entera a su regreso, pues había ido a
dejar al padre Seejin al punto más cercano posible al pueblo, una
ruta de autobuses que quedaba a unas 5 horas, y sin embargo, aún
con el sol escondido en el frío de la noche permaneció con los ojos
abiertos, sintiendo una mezcla extraña de felicidad y tristeza,
mientras miraba a su hermano dormir profundamente en el sofá
cama de la habitación de huéspedes, en el fondo. Su cara estaba
golpeada, como si repetidos martillazos hubieran impactado con
ella cruelmente, y eso le partía el corazón, porque a pesar del
sufrimiento Ken no lo delató... había preferido recibir el castigo en
nombre de su hermano.
-Jiminie...-Dijo levantándose
-Estaba esperándote
-No tenías que hacerlo
-Es muy guapo...- Sonrió.- Casi tanto como tú... ¿Por qué los
hombres apuestos de tu pueblo se vuelven sacerdotes? ¿Es una
clase de fetiche extraño o algo así?
-¿F-fetiché...?
-Si...
-Nam...
-Estaba cuidándolo
-Namjoon...
-Ya basta!
-Nam...
-Sueltame!
-Mierda Jin...
-Jin!
-Yo sé que estas cuidando de él!, por eso enloquecí ¿de acuerdo?!...
yo... no puedo con la idea de que él esté aquí... no después de lo
que hizo, de lo que siente por ti... ni siquiera puedo con la idea de
que haya alguna posibilidad de que tú... pudieras darle lo que me
das a mi...
-Jinnie...
-Nam...
-Nam... Ven...-Susurró
-Jinnie... que...
-¿Como te sientes?
Ni siquiera había terminado de abrir los ojos del todo, cuando una
sonrisa amable lo recibió, como una bendición, porque después de
todo el dolor que lo había aquejado aquella sonrisa amplia y
blanca, como la de un angel le obsequiaba paz, y sobre todo
felicidad. Entonces todo se fue: el dolor en su espalda, su
incertidumbre y su miedo de estar en un lugar desconocido,
porque su hogar estaba delante suyo, y con felicidad acercó la
mano a su rostro herido, examinándolo cariñosamente, como
hacía desde que eran niños.
-No... yo... sólo recuerdo que me llevó a casa del señor Minjoo...
dijo que iba a buscar una dirección y después...-Musitó, viendo
hacia la nada, tratando de recordar.- Había un auto...
-¿Min... Yoongi?
-Padre... él...
-Si...-Dijo tranquilizándose.
-¿Estás bien...?
-Claro...
-Ya veo...
-Si Nam...
-Si necesitan algo díganmelo, ¿está bien?- Dijo de forma amable,
tomando el rostro de Jin para darle un beso tierno en la frente
-Te amo...
-¿Que?
-Hermano...
-La verdad es que pensé que ... por mucho que te amara y tu a él...
no podía quitar de mi cabeza la imagen de una casa fría y sucia,
llena de vagabundos con dibujos paganos... consumiendo drogas
-Dios me ampare...
-¿Idea?
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-¿Desayunar?
-Es gracioso.- Dijo bajo risitas.- Ellos hablan igual, como ancianos,
pero son muy jóvenes...
-Disculpe...-Musitó Ken avergonzado
-Bien, espero que sean solo unos días...-Dijo sin más, poniendo a
todos incómodos
-Si... ese es
-Yoongi!
-Oye... no cualquiera puede hacer pastel del diablo...
-¿Trabajo?
PARTE 79: LATIDO
-Jin... sabes que te apoyo pero no creo que sea la mejor idea que
salgas a la calle a repartir estas cosas.- Dijo Namjoon viendo los
pequeños papeles con publicidad en sus manos, y no podía evitar
sonreír con una combinación que iba desde la pena ajena hasta la
ternura que te derretía, porque Jin le había pedido a Min Yoongi
ayuda para hacer los panfletos, y el rubio, siendo un total vegetal
en el diseño había utilizado Paint y letra arial para hacerla, por
supuesto que había hecho su mejor esfuerzo, más aún cuando el
pago era un pastel del diablo entero para él solo, pero nadie podía
negar que el resultado había sido algo de lo más cómico, y podía
leerse de la siguiente forma:
Tel: 000-XXX-XXX
-Nam!
-Tu calla.- Dijo Jimin a su novio.- Que sólo estás ayudando porque
te prometieron más postres gratis
-No temas por ellos, estarán bien Namjoon, no son unos niños
-Lo sé Jiminie... - Dijo sonriendo.- Aunque si te soy sincero me
siento un poco abandonado, esperaba pasar mi dia ibre con él
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-¿Te gusta?
-Ese Hyung...
-Deja de pensar que es una buena acción de él, te servirá saber que
él lo verá como una inversión
-¿De verdad quieres tocar ese tema?.- Dijo divertido, aunque con
ligera bruma en la mirada.- Pensé que nunca íbamos a hablar de
eso
-No importa.- Dijo ladeando la cabeza para lograr verlo a los ojos,
y encontró su mirada, casi penitente, que de a poco subió, para
verlo tambien.-Quien diría que Kim Namjoon un dia me pediría
una disculpa...-Dijo riendose.- Jin te hace bien... eso me alegra
-Jimin...
-No entiendo
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-¿Me recuerda?
-¿En serio?
-Si.- Dijo volteándose dejando ver a Jin que vestía una playera
ligeramente rasgada de la espalda y entre las hendiduras pudo ver
un árbol que parecía flotar sobre su espalda con las raíces
colgando y fue entonces que lo recordó, el primer dia que
Namjoon había empezado a trabajar:
-------Mini flashback---------
-Eres bueno
-Si... lo és.
-D-de hecho.- Dijo sacando de su mochila un cuaderno de dibujo
torpemente, y tras les mostró a Jin un increíble, de una especie de
bestia mitológica de lucia alucinante.- Yo... me he inspirado
mucho en su trabajo, quisiera convertirme en un tatuador como él
-Claro...
-Eso creo...
-Por cierto, soy Jung Taek Woon.- Dijo extendiéndole la mano con
una sonrisa.- pero mis amigos me dicen Leo, estudio en la
universidad que está a unas calles
-¿Leo...?
-No, no podría
-¿Estás seguro?
-¿Hermano?
Le había dicho a Jin que él no recibía ese tipo de visitas, que había
una interminable lista de personas que decían admirarlo y querían
ser tomados como aprendices, pero la mayoría sólo eran "niñós
estúpidos" que únicamente querían dos cosas de él: colgarse de su
fama o robarse sus técnicas, y sin embargo, ante la insistencia de
su hermoso novio – y un sexo oral que le voló los sesos esa
mañana- había accedido a conocerlo.
-Lo siento...
-Como digas, pero te diré una cosa, puedes decir lo que quieras
sobre ello, pero pensaraás diferente cuando lo hagas y no vas a
soportarlo, los hermosos papeles en donde les enseñan a dibujar
no sangran... no se quejan, no se mueven, y no pueden contraer
una infeccion, en este papel no se borra ni se corrige... esto no es
para tí.- Aseguró, levantandose sin más y el corazon del chico
sintió romperse
-Mi novio es bueno, no conoce lo bajas que pueden llegar a ser las
personas, pero lo entenderá a la mala, de eso me encargaré
-N-no por favor, yo fui quien le mostró mis dibujos, él solo trató
de ser amable.- Dijo levantándose, abrazando su carpeta a su
pecho.-Me iré enseguida...-Musitó con la cabeza gacha, y a su lado
la figura de Namjoon pasó caminando sin prisa, perdiéndose en el
pasillo
-Estoy moribundo por tus actos, criminal.- Dijo Ken entre dientes,
forcejeando
-Tienes que saber que seré muy exigente, no porque le caigas bien
a mi novio significa que te daré un trato especial
-Nam!.- Dijo una cara sonriente, de ojos color avellana, que entró
al local con calma, cargando dos cajitas de cartón con cariño,
vestido con una gabardina negra que destacaba su cuello largo y
su piel blanca
-Jinnie...
-¿Que...?
-Tu cara... -Musitó.- Han pasado dos años... desde la primera vez
que la vi...
-Por cierto... le dije a Ken que estaré ausente el jueves... para que
puedas trabajar en mi
-Pervertido
-Hermoso.- Sonrió
-Si...
-Angelus meus...
Mi ángel
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Leo:
Anexo esta nota para agradecer tus amables comentarios sobre mis
postres. Espero que disfrutes de las galletas.
Saludos cordiales.
JaeHwan.
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-Nam...~
-Sucio...
Jin asintió de nuevo con calma, abriendo todo lo que pudo, tras
ello lo sintió pasar a través de sus labios y despue de eso hasta su
garganta, donde contuvo la respiración para aguantar la invasión
de Nam.
Jin frunció el ceño, apretando las sábanas bajo sus manos, y gimió
quedito, cerrando los ojos, sintiendo como comenzaba a flajelarlo
con aquel objeto, un dildo pequeño con la colita esponjada
colgándole
-¿Sólo bien...?
-Si...~
-Que pasa... ¿no es tan bueno?-Murmuró
-¿Porqué...?-Jadeó complacido
-¿Quemás...?
-Nam...~
-Pesado...
-¿Donde lo conseguiste?
-Mmhhh...?
Angelus Reprobi
tattoo art studio
-Nam...
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--------Inicio de flashback---------
Jimin no hizo ruido, tan solo los observó con los ojos rojos y
dilatados por el llanto, esperando a que se dieran cuenta en
cualquier momento de su presencia y que lo echaran del lugar,
pero los incautos intoxicados no se dieron cuenta, menos aún,
cuando la chica miró aquella silueta enorme con una sonrisa y a
media luz, de su escote sacó una pequeña bolsa, con un polvo
blanco, tomó un poco con la uña larga de su dedo meñique y lo
aspiró, suspirando como una loca acto seguido, y tras ello se lo
ofreció al chico, que tomó un poco con calma, y lo aspiró de sus
dedos, suspirando.
-Jimin...-Musitó atónito
-¿Jimin?, ¿conoces a este tipo?-Apuntó la chica insulsa mientras
Jimin con el corazón comprimido esperaba la respuesta
-Ah...-Titubeó.- Es...
-Por eso hice esto! Porque eres un maldito dramático Jimin! Mira
lo que haz hecho, me haz obligado!.- Le gritó, pateándolo en el
estómago.- ¡Me estás obligando a golpearte!.- Gruñó
-Lo siento...
-Lárgate...-Sonrió
-Igual gracias...
-Bien, un consejo, si vas a golpear a alguien asegúrate de que no
sea mas grande que tu.- Dijo poniéndose el casco, y tras ello se
subió a la moto
-O-oye...
-Mierda no te acerques...
data-p-id="51f6cad35098e75b840c24af5abe0ee8">-¿P-puedo ir
contigo?
-No, quítate
-Ese no es mi problema
-Vamos...-Insisitó
-----------------------------------------
-Entonces... te llamas Jimin... es un nombre muy gay, combina con
tu cara.- Dijo cínico el de piel morena, y a pesar del insulto Jimin
no le hizo demasiado caso, estaba distraído, viendo el
departamento al que lo había llevado, uno muy pequeño en una
zona de mediano estatus, y sin embargo el interior era
impresionante, porque las paredes eran murales de arte hermoso,
y estaba adornado con sillones retro y algunas figuras, y lo mas
impresionante dentro de todo eso era que en un rincón se alzaba
un muy elaborado escritorio, lleno de monitores, micrófonos,
instrumentos musicales y demás cosas.
-¿Eso... es tuyo...?
-Claro que si
-De mi Hyung...
-Algo así...
-¿Y tu...?
-¿Yo que...?
-E-esta increíble...
-Si llegas al precio.- Dijo abriendo otra lata.- Aunque ahora que lo
pienso no creo que lo aguantes, los tatuajes duelen señorita.-
Sonrió
-Bien mientras viva bajo el mismo techo que mis padres debo
ocultarlo
-No hay nada que no haría por drogas gratis.- Dijo brindando
-Esa chica...
-Pues si...
-¿Porqué no es lo mismo?
-No se...
-Yo estuve con chicas antes de aceptar que era gay, y sabes una
cosa? Una mujer difícilmente la puede chupar así.- Aseguró
apuntándolo con el dedo en forma de recriminación, y el mareado
chico de tez morena le puso atención, concentrándose en no
perder la conciencia.- Un hombre sabe como chuparla porque es
hombre y sabe donde tocar
-Que idiotez
-¿Que...?
forma brusca. Fue cuando comenzó a embestir su cabeza
contra la pared que cerró los ojos, suspirando al cielo, y
Jimin, resintiendo los impactos sentía como la erección
dentro de sus pantalones comenzaba a chorrear, de forma
generosa, al igual que la saliva que se venia escurriendo de
su boca hasta su cuello y después a sus clavículas.
-Déjame ver...
-¿Que...?
-Sigue...
-Mhhh?
-¿Cuál es tu nombre?
-A casa...
-----------------------
-Tu...-Musitó
-Es... -Interrumpió el rubio, acercándose un poco sin estar seguro
de lo que diría, porque aquella criatura tenía una de las caras más
bonitas que había visto en su vida.- Mierda Namjoon, es un
hombre...-Dijo riéndose
-¿Qué?!
-¿Ahora resulta?!
-¿En serio?
-Eso dicen todas.- Dijo burlón el rubio.- Pero menos mal, pensé
que le habían empezado a gustar los hombres a mi hermanito
-¿Y eso que tendría de malo?! Estúpido.- Dijo sintiéndose
sumamente ofendido
-¿Que qué tiene de malo? Suficiente es tener que lidiar con las
mujeres que se coge, sería una molestia tener que lidiar con
hombres también, eso es lo único que tiene de malo.- Aseguró
-L-lo siento...
-¿P-porqué...?
-Gracias
------------flashback: continuación--------
-¿P-porqué...?
-Porque tu rostro es muy bonito.- Dijo sin pena alguna.-
arrancando el auto, y permaneció en silencio mientras Jimin moría
sonrojado, viéndolo fijamente; aquel chico era agradable, era
sarcástico, si, malvado como lo era Kim Namjoon y sin embargo
no sentía el mismo recelo, ni la misma agresión, él solo era...
amable
-------------Fin de flashback----------------
-Buenos días...-Sonrió, mientras Yoongi sin abrir los ojos, abrió las
sabanas para él, invitándolo a acercarse, y Jimin sin esperar mas
indicación se metió en la pequeña guarida, acomodándose en la
calidez de sus brazos.
-Ah... -Dijo tras soltar una risita.- Te veias tan lindo llorando
-Yoongi...
-Y un culo increíble...
-Eres horrible
-Yoongi...~
-Dime mi amor...-Dijo sonriendo, con mirada felina
-Yoongi
-Ah... Hyung...-Titubeó
-¿Estaban besándose?
-N-no...-Tartamudeó
-S-si...
-P-pero Ken...
-Ken es un adulto
-¿Y quién montaba a quien?.- Preguntó riéndose el cínico
-Min yoongi!
-Nam!.- Gritó Jin deteniéndolo del brazo, con sus otros dos
impacientes amigos detrás suyo
-Ah... si pero Hyung quiere que comamos todos juntos, por eso
estamos aquí
-No pasa nada, queremos comer todos juntos, es solo eso Nam,
hace mucho que no lo hacemos.- Interrumpió Jimin
-Bien...- Dijo aun incrédulo.- Entonces solo déjenme ir a decirle a
Leo que...
-¿porqué no?
-A mi no me mires...-Gruñó Yoongi
-Hyung... dime porque no puedo ir.- Dijo sin bajarle la mirada un
segundo y Yoongi con los brazos cruzados suspiró mirando a su
novio que le puso toda su atención
-Yoongi...-Suplicó Jimin
------------------Inicio de flashback--------------------------
Ken estaba curioso, porque juró que Jin le había dicho que estaría
ahí para las 8, por eso estaba esperándolo a las 7:50 am, después
de haber salido a comprar algunos insumos para la cafetería, pero
ya eran las 8:10 y Jin no daba señales de vida. Llamó a su celular
un par de veces, el buzón le contestó cada una de ellas, así que sin
más se puso a ordenar algunas cosas en las alacenas del fondo,
pero cuando terminó siendo 8:20 Jin todavía no llegaba, pensó que
probablemente se habría distraído con Namjoon en el estudio, y la
idea de que lo estuviera dejando plantado por andar jugueteando
con su novio lo hizo sentirse ligeramente molesto, más cuando
sabía que a Namjoon no le hacía gracia tenerlo en el estudio, pero
al tomar eso en cuenta una idea llegó a su mente, junto con una
cabellera blanca y unos labios bonitos que le sonreían, si bien era
cierto que no era bienvenido en el estudio de Namjoon, ir a buscar
a Jin era imprescindible para comenzar con las actividades del dia,
y entonces si iba con el pretexto de buscarlo tal vez... tal vez...
Los ojos brillantes que encontró parecían haber sido fosforos que
encendieron su rostro, porque Ken, que colocaba la caja en un
lugar seguro encontró su rostro de repente, haciéndolo sonrojar.
-Ya veo...
-¿N-no te avisaron?
-Si... estaban muy buenos, myas las galletas de las última vez
-Si, las galletas...-Sonrió.- La mermerlada la hice yo
-¿En serio?
-¿ah si?
-¿Mmmh?
-¿Me ayudas a subir esa caja? Creo que me torcí un poco la mano
-Gracias...
-Pero...
-Si, gracias
-Leo...
-Leo...
-Házmelo...~-Gimió dirigiéndole una mirada suplicante, y
alargando la mano alcanzó la punta de la erección de Ken,
invitándolo de forma casi tortuosa.- Házmelo...~
-M-me que...?
-Si...-Dijo sonriendo
-J-jefe no es su culpa
--------------------------------------------------
-------------------------------
-Lo sé...
-¿Vas a aguantar?
-¿Tu crees que puedo aguantar?
-Puedo aguantarlo...
-Estás loco...
---------------------------
Lucifer
-¿Porqué...?
-Listo... vamos
-¿Qué?...
-No hay nada más bello en este mundo... que tu bajo la ducha...
-------------------
Namjoon bajó del elevador junto con Jin, tomándolo de la mano
como si fuera un niño pequeño, mientras el otro bostezaba a sus
anchas, tallándose uno de los ojos, y siguió caminando sin prisa,
pero no caminaron hacía la camioneta de Yoongi, sino a un rincón
en el estacionamiento, en donde un extraño y gran objeto se
encontraba tapado con una manta, Jin terminó por tallarse ambos
ojos cuando Namjoon la destapó abruptamente.
-Vamos, póntelo...
-Ya casi llegamos...-Dijo sin más, avanzando con la señal del siga,
por la calle que aun desierta que comenzaba a tener un poco a
pesar de la oscuridad.
Llegaron a una calle amplia, en donde Namjoon estacionó la
motocicleta con calma, y tras ello dejaron los cascos encima,
dirigiéndose a un edificio de apenas 3 pisos de altura, que lucía
lindo, y sin embargo se veía bastante antiguo.
-Si, lo és.- Dijo Jin viendo a su alrededor.- Sólo siento que fue
demasiado
-Lo sé, es solo que quería que todo ese peso sobre su espalda se
disipara primero
-¿En serio?!
-Así es... ¿de verdad crees que estos años de trabajo no habían
traido ganancias?
-¿Porque no me lo dijo?...
--------------------------------------------------
-Entonces... ¿En qué lugar quieres que sea nuestra boda?.- Dijo
seriamente una voz grave a su espalda, y él, que se encontraba
sentado debajo del árbol, mirando como el sol se metía, volteó
lentamente, encontrando a su novio hermosamente alto y
sonriente como siempre, sosteniendo en sus manos dos tazas de té
humeante.
-Eres horrible
-Nam...
-Mmmh...?
-¿Como qué...?
- Como que... el tiempo nos coma rápido, y nos separe otra vez...
Namjoon hizo una pausa, incorporándose ligeramente y tras
suspirar continuó - Pero eso ya no importa Jinnie...-Musitó, y Jin
desconcertado, levantó la mirada, y esa expresión de angustia, que
podía casi ahogarlo, se desvaneció cuando encontró su sonrisa
liviana, completamente despreocupada.- El tiempo para nosotros
no importa ya... porque dentro de él permanecemos como lo
juramos... porque nosotros los condenados no morimos... no
importa en que lugar estemos.- Murmuró apacible y tras eso tomó
su mano, entrelazando sus dedos.
-Nos buscaremos...
-Después de todas las veces que estuve aquí... jamás la vi.- Dijo el
espectro detrás de él
-No creí que fuera buena idea que la gente dentro me viera... no
quiero causarle problemas así que... soló deje la invitación de
nuestra boda en la sacristía...
-Así es...
-Como nosotros...
-Día y noche...
-Malo y bueno...
-Y Dios padre...
En el cielo
Fin