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ANALISIS ANATOMO FUNCIONAL DEL LANZAMIENTO DE LA JABALINA

Sánchez R. Celso
 Entrenador Deportivo
 Licenciado en Ciencias de la Actividad Física
Facultad de Ciencias Médicas
Universidad de Santiago de Chile

RESUMEN

El lanzamiento de la jabalina es una de las pruebas de las cuales consta el repertorio atlético
moderno. El lanzador sorprende por la forma en que utiliza su cuerpo como catapulta,
deformándolo y luego reordenándolo con el objetivo de proyectar el implemento lo más lejos que
sus características individuales le permitan.

Este estudio devela el orden de aparición de los eslabones musculares que se suceden en el tiempo
durante las fases finales del lanzamiento de la jabalina. Hace un profundo análisis anatómico y su
inmediata aplicación a la pertinencia de la estructura describiendo su función específica y su
relación respecto a las demás estructuras circundantes y al resto del cuerpo.

Palabras Claves: Cadenas Musculares,  Biomecánica, Lanzamiento de Jabalina, Anatomía


Funcional.
 

INTRODUCCION

El lanzamiento de la jabalina es una de las pruebas de las cuales consta el repertorio atlético
moderno. Se caracteriza por darle al artefacto (una jabalina de 600 ú 800 gramos según sea de
damas o varones, respectivamente) una aceleración lineal, y no rotatoria, como en los lanzamientos
tradicionales de disco y martillo.

Con el fin de simplificar su análisis, y también su enseñanza, el movimiento global se ha


descompuesto en las siguientes fases (modificado de Rius Sant, 2005):

   Carrera de aceleración
o  Cíclica

o   Acíclica

    Bloqueo o Doble apoyo


    Arco de tensión
    Descarga
    Reincorporación

La Carrera de Aceleración (foto a) tiene por objetivo aumentar en forma progresiva la velocidad


del lanzador y por tanto, la del implemento. Esta fase se puede dividir en dos sub-fases: fase cíclica,
que se realiza de forma similar a una carrera plana, la cual procura aumentar la velocidad del
lanzador, y la f ase acíclica, también denominada “ritmo de 5 pasos” (Foto b), que busca mantener
la velocidad ganada en la sub-fase precedente. Tiene por objetivo ubicar adecuadamente a la
 jabalina y a los segmentos corporales de óptima manera para el lanzamiento. La jabalina se retrasa
respecto del apoyo de pies. La fase de Bloqueo (Foto c), por su parte, frena el cuerpo del lanzador a
través del bloqueo de la articulación femorotibiopatelar (rodilla) para posteriormente, durante el
 Arco de Tensión (Foto d), traspasar la velocidad ganada al implemento por medio de una “posición
de catapulta” del cuerpo del lanzador. La  Descarga (Foto e) es el momento en el cual el lanzador
suelta la jabalina y la proyecta en dirección del lanzamiento. Las acciones posteriores, en la fase de
“Reincorporación” van destinadas a recuperar el equilibrio del lanzador evitando traspasar la línea
reglamentaria (Foto f).

Fotograma 1

Foto a Foto b Foto c

Foto d Foto e Foto f


 

Según un análisis biomecánico realizado por Campos, Brizuela y Ramón (2000) , los factores que
más influyen en el rendimiento del lanzamiento de la jabalina son:

•  La mayor velocidad alcanzada por la jabalina en la descarga.


•  La mayor velocidad del codo lanzador al momento de la descarga.
•  La inclinación y rotación de la línea de los hombros en el arco tensión con respecto al eje
sagital y longitudinal respectivamente.
•  Posición de la pelvis, alineada en la dirección del lanzamiento durante la fase de arco de
tensión.
•  Ángulo de ataque de la jabalina durante la descarga.
•  Altura del implemento al momento de la descarga

Los 5 primeros factores están íntimamente determinados por la posición en la cual se encuentran los
segmentos corporales y la secuencia de movimientos que sigue cada uno de ellos, los cuales a su
vez, están relacionados directamente con el dominio que el atleta tiene de su cuerpo. Este control
corporal proviene de características coordinativas del sistema nervioso central tanto genéticas como
adquiridas. El último factor proviene de la talla del lanzador, el cual no es modificable por las
acciones motoras.

Según los mismos investigadores citados anteriormente, las fases que inciden mayormente en el
rendimiento del lanzamiento son:

•  Doble apoyo
•  Arco de tensión
•  Descarga.

La bibliografía actual (últimos 10 años) referente a estudios biomecánicos del lanzamiento de


 jabalina da cuenta sólo de modelos mecánicos cinéticos y cinemáticos carentes de explicaciones
anátomo-funcionales. Con el objetivo de aumentar el conocimiento que se tiene de este gesto
deportivo es que se hace necesario identificar y comprender las acciones musculares involucradas y
cómo se producen. De esta forma podemos obtener una visión de cómo podemos hacer el
movimiento global más coherente con las leyes físicas que rigen al aparato locomotor humano,
previniendo lesiones y mejorando el rendimiento atlético.

Por todo lo anterior el objetivo de este trabajo es dar a conocer la secuencia de movimientos que se
producen desde de la fase de bloqueo hasta que el lanzador pierde contacto con el implemento,
describir cuáles son los componentes musculares protagonistas y descifrar el patrón con el cual se
encadenan.

Como consideración inicial cabe destacar que todas las descripciones que aquí se hagan se hacen a
partir de un lanzador que utilice su mano derecha para tomar y proyectar la jabalina.
 

CONSIDERACIONES A LAS FASES CRÍTICAS

Las últimas fases del lanzamiento son cruciales, sin embargo también son las más críticas en cuanto
a la tensión que soporta y a la deformación que experimenta el cuerpo del deportista. Así, en la fase
de bloqueo, lanzadores de élite llegan a desacelerar su cuerpo de alrededor de 8 m/s a 0 m/s en 0,1
segundos (Tidow, G., 1994), (Rius Sant, 2005). Esta desaceleración es causada por la brusca
extensión (o semiextensión, dependiendo del estilo del lanzador) de la rodilla izquierda la cual, por
medio de una potente contracción isométrica llevada a cabo por los músculos periarticulares,
soporta esta tensión sin cambiar esta posición. La articulación coxo femoral izquierda es la
responsable de soportar esta misma fuerza de comprensión además de una rotación en torno a la
cabeza del fémur la cual hace de pivote para que el lado derecho del cuerpo se adelante en la fase de
arco de tensión.

Durante la fase de arco de tensión, y mirado desde una visión lateral, se pueden hacer interesantes
acotaciones. Una de ellas se produce cuando se marcan puntos anatómicos de referencia (Imagen 1).

En este caso, si trazamos una línea que pase por estos puntos podremos observar una línea curva
dibujada por el cuerpo del lanzador. Identificamos claramente acciones plasmadas según el plano
sagital y en torno al eje transversal: extensión global de la columna vertebral en sus porciones
lumbar, torácica y cervical, además de extensión a nivel de la coxofemoral derecha y flexión de
rodilla derecha. Podemos decir entonces que el cuerpo se encuentra en una posición de catapulta o
de arco. Este arco cuenta con un apoyo, representado por el miembro inferior izquierdo en
extensión y cuya “empuñadura” se ubica a nivel de la art. coxofemoral izquierda (punto de pivote)
(Imagen 2).

Imagen 1. Modificado de Campos, Brizuela y Ramón (2000) Imagen 2.

Desde una visión superior y haciendo el mismo tratamiento de la imagen 1, encontraremos en la


imagen 3 nuevamente un círculo trazado entre la sutura coronal y la empuñadura de la jabalina
pasando por la art. acromioclavicular y el olecranon. Esto nos da cuenta de una rotación en torno al
eje longitudinal y barriendo el plano horizontal en la cual se retrasa el complejo clavículo-escápulo-
humeral derecho con el objetivo de tener mayor distancia de aceleración del implemento. Una
visión un poco más acuciosa y a partir de un dibujo trazado por computación (Imagen 4 de Morriss,
Bartlett y Fowler, 1995) develará una inclinación lateral izquierda (en torno al eje sagital que barre
el plano coronal) que afectará tanto la cintura pélvica y la cintura escapular. Así tenemos un cuerpo
que utiliza rotaciones en torno a 3 ejes de giro buscando la máxima amplitud de movimiento que
permitirá posteriormente mayor utilización de cadenas musculares en el movimiento final de
descarga.
 

 
Imagen 3 Imagen 4

ACCIONES SEGMENTARIAS

Al observar en cámara lenta un lanzamiento de jabalina, específicamente en las fases cruciales ya


mencionadas, se puede apreciar claramente una secuencia de movimientos que van comprendidos
desde caudal a craneal. Respecto a esto los autores Meinel y Shnabel (2004) observan que en un
análisis detallado se muestra que el inicio de la fase de arco de tensión se observa primero en el
tronco y luego, desfasadamente, en las articulaciones distales del hombro, codo y muñeca.
Asimismo, cuando comienza la fase de descarga, primero se flexiona el tronco estando el brazo aún
relativamente quieto, cuando comienza el movimiento principal del brazo en la articulación del
hombro, el codo se encuentra aún flexionado, cuando comienza la extensión del codo, la muñeca se
encuentra todavía en extensión y aducción la cual realiza el movimiento de flexión y abducción
cuando ya casi ha finalizado la extensión del codo. Al observar este acontecer de hechos, de forma
encadenada en donde se suceden movimientos sobrepuestos unos con otros, la visión clásica por
fases que expresan los textos de atletismo y algunos estudios biomecánicos resulta insuficiente. Se
puede observar un exceso de simplismo que no se ajusta a la realidad. Estamos hablando de un
movimiento encadenado, una cadena cinética que presenta complicaciones al no haber un marcado
límite que indique el inicio y final exacto de cada fase. Nos apoyaremos pues, en el fotograma 2 que
muestra desde la fase de doble apoyo hasta el momento en el cual el lanzador suelta la jabalina.

Fotograma 2

Foto a. Foto b. Foto c. Foto d.

A priori, y mirando las 4 fotos, veremos que la jabalina permanece en una posición casi estática,
mientras que el cuerpo del lanzador mueve sus segmentos según una ordenada secuencia. Esta
secuencia comienza en el pie derecho trazando los siguientes movimientos desde la foto a la b:

•  Flexión de ortejos.
•  Flexión plantar + Aducción del pie + Inversión del pie.
•  Rotación medial de la tibia (leve por estar semiextendida la rodilla).
•  Rotación medial de fémur.
•  Adelantamiento relativo de la hemipelvis derecha con respecto a su homónima izquierda.
 

 
Desde la foto b a la c observaremos la siguiente secuencia:

•   Anteversión de pelvis.
•   Inclinación lateral + rotación hacia la izquierda + extensión de columna lumbar (aumento
de la lordosis lumbar).
•   Casi al mismo tiempo y en un movimiento encadenado se produce la flexión de tronco.
•   Antepulsión de hombro derecho (adelantamiento del complejo clavículo-escápulo-humeral).
•   Rotación medial + flexión horizontal (hacia el plano sagital medio) de húmero derecho.

Finalmente, desde la foto c a la d, y produciendo la aceleración final a la jabalina, en el lanzador


distinguiremos:

•   Extensión de codo
•   Flexión de muñeca
•   Extensión de los dedos pulgar e índice

ANÁLISIS MUSCULAR

Para comprender las acciones musculares durante la realización del gesto, primero es necesario
explicar el concepto de “Cadena Muscular”.

Según Busquet (2006) las cadenas musculares representan las estructuras dinámicas que ponen en
marcha la organización cinética del cuerpo. Esta concepción intenta comprender cómo el conjunto
de músculos, más allá de su función analítica, puede colaborar en un proyecto global con el fin de
asegurar la estática, el equilibrio y los movimientos. El resultado de un trabajo en cadena, desde la
cabeza a los pies, se convierte en una “pista indispensable”. Este autor plantea además que la
organización muscular se realiza en forma natural en líneas rectas y oblicuas (la dirección de las
fibras musculares) que encajan en circuitos de perfecta continuidad de dirección y plano.

Siguiendo esta concepción, cabe esperar que una continuidad muscular se pueda descubrir en
cualquier movimiento, siempre y cuando se estudie cuidadosamente la anatomía. Esa es ahora
nuestra tarea, determinar cuál es este circuito muscular solicitado en la técnica del lanzamiento de la
 jabalina.

Como punto de inicio, deberemos observar cuidadosamente el fenómeno de la inversión de los


puntos de origen e inserción musculares. Según Latarjet (2004), el punto fijo que toma el músculo
se le llamará origen y el móvil será inserción. Interesante es observar que en este movimiento los
músculos implicados toman origen proximal con inserciones distales. Esto da como resultado un
movimiento “de látigo” (Ahonen, 2001) en el cuerpo del lanzador.

Cadenas en el Miembro Inferior

En primer lugar, se dijo que los primeros movimientos realizados durante el fotograma 2 fue una
flexión de ortejos asociado posteriormente a una flexión plantar, aducción e inversión del pie. Si
revisamos la anatomía podemos concluir que el músculo que más se adecúa a esta solicitación es el
m. tibial posterior con su acción de flexión plantar, aducción e inversión (Busquet, 2005). A pesar
de que este músculo se adecúa perfectamente a estas acciones, no lleva a cabo la flexión de ortejos,
debido a su inserción distal en la tuberosidad del escafoides, cuñas I, II y III y base de los
metatarsianos II, III y IV (Sobotta, 2005). Para ello debiera existir un músculo que, a partir de estos
puntos de inserción tenga acción sobre los ortejos y sobre el hallux. Aparece aquí el m. aproximador
del dedo gordo, específicamente su porción oblicua que le da el componente de estabilidad al arco
 

transverso del pie manteniendo la art. metatarso falángica del primer dedo en contacto con el suelo.
Este músculo además es el que precede la acción del m. tibial posterior. Interesante es analizar la
función que tiene este último músculo que, al estar insertado principalmente en la membrana
interósea, tiende con su contracción a juntar el hueso tibia con la fíbula, comprimiendo en su
extremo distal a la mortaja tibioperonea, otorgando mayor estabilidad a la articulación tibio-
peroneo-astragalina.

Ya tenemos dos eslabones de una cadena. La acción del m. tibial posterior es co-dirigida por dos
músculos que tienen el mismo orden en sus fibras: el m. flexor largo de los dedos y el m. flexor
largo del dedo gordo. Estos imprimen el componente de flexión de las articulaciones interfalángicas
y metatarso falángicas de las que carece el m. tibial posterior. Las fibras de ambos músculos están
dirigidas hacia arriba y lateral (ver imagen 5).

Imagen 5.

El gesto deportivo que aquí se describe, es violento, descarga una gran cantidad de energía en unas
pocas centésimas de segundo. Los músculos mencionados no producen la cantidad de energía
suficiente para llegar a ese objetivo. La cadena muscular superficial de la pierna y pie dan
explicación a esto. El vientre lateral del m. gastrocnemio produce el componente de flexión plantar
e inversión a una gran velocidad. Continúa esta acción desde el hallux el m. flexor corto de los
dedos, otorgando el componente de fuerza a la acción (Imagen 6).

El siguiente eslabón de esta cadena muscular lo representa el m. poplíteo, el cual continúa la misma
dirección de las fibras que los músculos anteriormente citados y produce un movimiento de rotación
medial de la tibia con respecto al fémur. Es un músculo profundo, monoartiocular cuya función de
“ligamento activo” es crucial entregando información propioceptiva.

Aquí la cadena muscular se bifurca en dos dando como resultado una cadena medial y otra lateral:

Cadena medial:

Compuesta por dos segmentos, el m. semitendinoso y m. aductor mayor. El primer músculo


produce rotación medial debido a que la inserción de su tendón terminal se encuentra hacia caudal,
posterior y lateral del eje de giro de la art. coxofemoral, la contracción de este músculo acompañada
de la contracción isométrica de los mm. extensores de rodilla (los cuales anulan la flexión de
rodilla) producirá un grado de rotación medial. El m. aductor mayor se encuentra en una disposición
similar a la del m. semitendinoso pero al ser un músculo de mayor tamaño y con puntos de
inserción más alejados del centro de giro de la art. coxofemoral, tiene mayor incidencia en el
movimiento de rotación medial.
 

 
La posición de arco de tensión ofrece una gran base de sustentación en sentido anteroposterior, pero
una pobre superficie de lado a lado. Cabe destacar además el rol de estabilizador de la posición de
los fémures que juegan los mm. aductores mayores de ambos lados los cuales impiden que se abra
la base de sustentación del lanzador por medio de la contracción isométrica que se opone a la
abducción.

Cadena lateral:

Compuesta por los músculos tensor de la fascia lata, glúteo medio y glúteo menor. Esta cadena tiene
por objetivo otorgarle fuerza y velocidad al movimiento debido a la disposición de sus
componentes. El primero de ellos es la continuación anatómica del m. poplíteo, el tensor de la
fascia lata. Se llega a él desde el retináculo ligamentoso lateral de la patela y el tracto iliotibial. El
m. tensor de la fascia lata produce una ligera rotación medial, si embargo son el glúteo medio y
menor, que siguen en la ubicación espacial los que potencian esta acción. Gracias a que la cadera se
encuentra en extensión y rotación lateral el glúteo medio puede agregar mayor cantidad de fibras
hacia la rotación medial. Mirados desde lateral, observaremos que la disposición de las fibras de los
3 músculos mencionados se encuentra dispuesta hacia arriba, delante y lateral (Imagen 7 y 8).

El siguiente movimiento observado en la cadena cinética es el adelantamiento y rotación hacia


anterior de la espina ilíaca antero superior derecha con respecto a la izquierda, movimiento
conjugado de anteversión más aumento de la lordosis lumbar. Para explicar esto deberemos volver
al retináculo ligamentoso lateral de la patela que hace relevo con el ligamento patelar
encadenándose hacia arriba por medio del m. recto femoral, el cual llega a su inserción en la espina
ilíaca antero inferior y que promueve este movimiento.

El adelantamiento de la hemipelvis derecha con respecto a su homónima izquierda queda asegurado


en fuerza y velocidad de ejecución por el m. glúteo mayor derecho. Este acerca sacro y la cresta
ilíaca a la tuberosidad glútea de la cara posterior del fémur asegurando la posición adelantada de
toda la pelvis y la extensión de la cadera manteniendo la tensión de la parte anterior del cuerpo.

Imagen 6. Vientre Lateral del m. Gastrocnemio y m. Poplíteo


 

 
Imagen 7. Imagen 8. Glúteo Medio y Glúteo Menor y la dirección de sus fibras
Tensor de la
Fascia Lata
y la dirección
de sus fibras.

Cadenas en el tronco

Las acciones musculares provenientes del miembro inferior confluyen en las siguientes estructuras
anatómicas: pubis, espina iliaca anterosuperior, espina iliaca anteroinferior, isquion. Las tres
primeras estructuras se unen a partir del ligamento inguinal el cual actúa como una estación de
relevo para la continuación de las cadenas musculares. Aquí encontramos, al igual que en el
miembro inferior, dos caminos, una Cadena Cruzada Posterior y otra Cadena Recta Anterior.

Cadena Cruzada Posterior:

Está dada por la continuación del m. glúteo mayor derecho hacia el lado izquierdo con el m. oblicuo
interno, cuadrado lumbar (fibras oblicuas costotransversas), iliocostal lumbar, mm. intercostales
internos y el m. serrato posteroinferior para actuar sobre la columna vertebral lumbar y la caja
torácica; y con el m. dorsal ancho para actuar sobre la extremidad superior izquierda. Por la
disposición de sus fibras hacia arriba y lateral, estos componentes musculares provocarán:

•  Rotación lateral hacia la izquierda de tronco (columna vertebral lumbar y torácica)


•  Inclinación lateral izquierda
•  Extensión de columna (más notorio hacia el lado izquierdo)

Si revisamos los textos clásicos de fisiología articular estos tres movimientos unidos están presentes
en las vértebras debido a (Kapandji, 1997):

-  La forma de cuña de los discos intervertebrales


-  La angulación de las carillas articulares vertebrales
-  La disposición espiroidal de los ligamentos vertebrales
-  La disposición espiroidal de los músculos que se relacionan con la columna

Aquí volvemos a encontrar una disposición de dos cadenas: una profunda, que otorga el
componente de dirección y otra superficial, que proporciona la fuerza de contracción.
 

El circuito profundo de la Cadena Cruzada Posterior (a partir del m. glúteo mayor derecho hacia
posterior y lado izquierdo) está conformado por:

•  Iliocostal lumbar
•  Oblicuo Interno
•  Serrato Posteroinferior
•  Cuadrado Lumbar

El circuito superficial (imagen 9) por:

•  Dorsal ancho

Cadena Recta Anterior 

Se hace manifiesta observando la continuación de los músculos tensor de la fascia lata, recto
femoral, glúteo medio y glúteo menor a través de la cresta ilíaca y el ligamento inguinal por medio
del m. oblicuo externo derecho, los mm. intercostales externos, el m. serrato anterior, el m. pectoral
menor, el m. subescapular y el m. pectoral mayor (el más fuerte). Todos ellos presentan fibras en
dirección (desde proximal a distal) hacia arriba y lateral con algún pequeño componente hacia
delante. Su acción conjunta provocará rotación e inclinación del lado derecho del tronco hacia
delante y a la izquierda y tracción hacia delante del complejo clavículo-escápulo-humeral
(antepulsión de hombro) sumado a la rotación medial de húmero asegurada por el m. pectoral
mayor.

La cadena recta anterior a partir de los músculos glúteos menor y mediano y tensor de la fascia lata
se continúa en la profundidad (imagen 10) por:

•  Oblicuo externo
•  Intercostales externos
•  Serrato anterior
•  Pectoral menor
•  Subescapular

Y por la superficie (imagen 11):

•  Recto abdominal
•  Pectoral mayor

Imagen 9. Cadena cruzada posterior superficial.


Mm. Glúteo mayor ( flecha inferior) y Dorsal ancho
 

Imagen 10. Cadena recta anterior profunda. Mm. Oblicuo externo, Serrato anterior, Pectoral menor,
Intercostales Externos y Subescapular

Imagen 11. Cadena recta anterior superficial.


mm. Recto anterior y Pectoral mayor.

Imagen 12. En azul cadena profunda cruzada. En rojo cadena superficial recta.

Cadenas en el Miembro Superior

La cadena recta anterior superficial se continúa por el brazo lanzador a través del m. deltoides en su
porción anterior y de la porción larga del bíceps (imagen 12); la profunda lo hace por los mm.
coracobraquial y porción corta del bíceps los cuales comparten inserción en la apófisis coracoides
con el m. pectoral menor. Ambas cadenas musculares a través de sus respectivos eslabones que
enlazan el tronco con el miembro superior producirán los movimientos de antepulsión de hombro,
flexión horizontal y rotación medial de húmero en torno a la art. escápulo humeral derecha.
 

 
Imagen 13. Mm. Coracobraquial, Bíceps corto (flecha amarilla), Bíceps largo (flecha blanca) y Deltoides
anterior (flecha roja).

La potente extensión del codo observada a partir del fotograma 2, foto d, queda a cargo de la
porción larga del tríceps. Este movimiento es apoyado direccionalmente por el ancóneo haciendo el
mismo papel del poplíteo en el miembro inferior. El último movimiento realizado por el lanzador ya
en la fase de descarga de la jabalina es la flexión de la muñeca asociada con la extensión de los
dedos pulgar e índice, esta queda a cargo de los músculos que hacen relevo desde la aponeurosis
bicipital y del m. braquial: los mm. flexor cubital del carpo, flexor radial del carpo y palmar largo.
En conjunto realizan la flexión de la mano dándole el penúltimo impulso al implemento. La otra
cara de este último impulso, está configurado por el relevo del tríceps: los mm. extensor largo del
pulgar, extensor corto del pulgar y extensor propio del índice. Estos 3 músculos participan una vez
que finaliza la flexión de la muñeca en un movimiento coordinado y fluido.

Imagen 14. Flexores de muñeca desde epicóndilo medial. Imagen 15. Flexión de mano asociado a
extensión de dedos.
 

󰁅󰁓󰁑󰁕󰁅󰁍󰁁 󰁄󰁅󰁌 󰁒󰁅󰁃󰁏󰁒󰁒󰁉󰁄󰁏 󰁄󰁅 󰁌󰁁󰁓 󰁃󰁁󰁄󰁅󰁎󰁁󰁓 󰁍󰁕󰁓󰁃󰁕󰁌󰁁󰁒󰁅󰁓 󰁅󰁎 󰁅󰁌 󰁌󰁁󰁎󰁚󰁁󰁍󰁉󰁅󰁎󰁔󰁏 󰁄󰁅 󰁌󰁁 󰁊󰁁󰁂󰁁󰁌󰁉󰁎󰁁

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CONCLUSIONES

9.a. Conclusión

Un movimiento tan complejo como el lanzamiento de la jabalina en donde el rendimiento se


observa de manera objetiva, a través de una huincha de medir y con pocas variables externas que
influyen en la distancia que alcanza el implemento es una buena forma de dar a conocer una nueva
forma de realizar análisis de movimientos. Las cadenas musculares se iniciaron como una inquietud
frente a la solución de problemas posturales de muchos pacientes que no lograban alivio desde las
terapias conocidas hasta el momento, y este trabajo, es un primer intento de llevar esta concepción
hacia el análisis de movimientos complejos. Puedo concluir que es perfectamente posible seguirle la
pista a las estructuras anatómicas involucradas en un movimiento partiendo desde la base que un
gesto para que sea eficiente deberá estar totalmente de acuerdo a la morfología del cuerpo que la
realiza. Creo por mi parte, que los músculos funcionan en forma de relevos, es decir, cuando uno de
ellos termina su participación en alguna acción motriz, de forma inmediata y continuando su labor
entra en funcionamiento el siguiente eslabón muscular de la cadena asegurando la continuidad y
fluidez del movimiento, hablamos entonces, no de músculos por separado, sino que de todo un
sistema muscular el cual funciona como un único vientre fusionado que trabaja en pos de un
objetivo motor. El lanzamiento de la jabalina no es la excepción a este pensamiento.

9.b. Aplicaciones Prácticas

Este estudio puede servir para realizar análisis de otras pruebas del atletismo o de modalidades
deportivas distintas sirviendo de base para el entrenamiento de la técnica buscando el aumento del
rendimiento que la máquina humana es capaz de realizar y minimizando las lesiones que se
produzcan dentro de la preparación del deportista. Teniendo muy claro las estructuras que se ponen
en funcionamiento dentro de la acción, será más fácil llegar a la explicación de la lesión.

9.c. Lineamientos para Futuras Investigaciones

Este trabajo es sólo el comienzo de una línea investigativa que va orientada a dilucidar ya de forma
experimental la realidad de lo que sucede con el funcionamiento muscular. Para esto se utilizarán
instrumentos tales como electromiografía, y comprobar la secuencia que siguen las cadenas
musculares en lanzadores de alto nivel competitivo y contrastarlo con su rendimiento atlético y con
la incidencia de lesiones por descoordinación en la secuencia muscular.

De este trabajo se abren variadas perspectivas de investigación, para contestar algunas dudad tales
como:

1.  ¿El hecho de que el lanzador realice de la mejor forma posible los círculos de fuerza
mostrados, será determinante en que logre una mayor distancia de lanzamiento?
2.  Si el lanzador es capaz de coordinar con mayor precisión sus cadenas musculares, ¿será
posible disminuir la incidencia de lesiones tales como artrosis de cadera izquierda,
epitrocleitis o bursitis de olecranon?
3.  ¿Todos los lanzadores utilizan en el mismo orden las cadenas aquí descritas?
4.  ¿Los segmentos medulares que contienen la 2ª neurona motora, también se activarán en
cadena según los músculos involucrados?
5.  ¿Cumplirá solamente un papel de apoyo el miembro inferior izquierdo, o también ayuda al
traspaso de energía a la jabalina?
 

9.d. Agradecimientos

Al Profesor Hugo Morales, profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de


Santiago de Chile, por su motivación, entusiasmo y conocimiento lo cual me impulsó a realizar este
trabajo.
A Ignacio Guerra, récordman chileno de lanzamiento de la jabalina por su entusiasta participación
en el desarrollo de este trabajo.

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