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Cinemática: describe los movimientos del cuerpo en conjunto y los movimientos relativos
de las partes del cuerpo durante las diferentes fases de la marcha. ...
Cinética: se refiere a las fuerzas que producen el movimiento. El cuerpo humano durante
la marcha utiliza al máximo la fuerza de gravedad y de reacción, la inercia y la mínima
fuerza del músculo. Estas son, junto con la fricción o rozamiento, las principales fuerzas
que influyen en la marcha..
MARCHA NORMAL
CICLO DE LA MARCHA
– El ciclo de la marcha es la secuencia completa de todas las funciones de una
extremidad al caminar, desde el contacto inicial hasta el siguiente contacto inicial (el
andar). Las fases del ciclo de la marcha suelen expresarse como porcentaje, a contar
desde el contacto inicial (0%) hasta la fase final de la oscilación (100%).
– Al correr, en cambio, no hay apoyo bipodal; ambos pies están levantados del suelo.
– El ciclo de la marcha se compone de dos períodos, apoyo y oscilación:
– Apoyo: período durante el cual el pie está en contacto con el suelo. A una velocidad de
la marcha normal, esta fase constituye aproximadamente el 60% del andar.
– Oscilación: período durante el cual el pie se separa del suelo y la pierna se mueve hacia
adelante. Supone el 40% del ciclo de la marcha.
– Los porcentajes correspondientes a estas dos fases de apoyo y oscilación dependen de
la velocidad.
– El ciclo de la marcha también puede describirse como andar y paso:
– Andar: Es la distancia entre dos contactos consecutivos con el suelo con el mismo pie.
– Paso: Es la distancia entre el contacto inicial con el suelo de uno y otro pie
alternativamente.
– Para desarrollar la marcha hacen falta tres tareas. Durante el apoyo, la pierna debe
aceptar el peso del cuerpo y éste apoyarse en una sola pierna. Durante la oscilación, la
extremidad debe avanzarse.
– El ciclo de la marcha se divide en tres etapas, 8 fases en total:
– Aceptación del peso (período de apoyo): contacto, carga sobre la extremidad.
– Apoyo unipodal (período de apoyo): apoyo medio, apoyo terminal, preoscilación.
– Avance (período de oscilación): oscilación inicial, media, terminal.
ANÁLISIS DE LA MARCHA
– Es un método clínicamente útil para evaluar la funcionalidad de las extremidades
inferiores mediante la observación visual o medidas cuantitativas.
ANÁLISIS VISUAL:
– El análisis visual comienza con un vistazo general, apreciando la simetría y la
uniformidad de los movimientos de las diversas partes del cuerpo.
– Deben observarse la cadencia (pasos por minuto), la amplitud de la base de
sustentación, la longitud de la zancada, el balanceo de los brazos, el movimiento del
tronco y la elevación del cuerpo. Estos son los fundamentos para un test de evaluación
clínica muy útil, el «test cronometrado de levantarse y andar» (Timed Up and Go). Para
ello, se hace que el paciente se levante de la silla, camine 3 m y vuelva a sentarse. Se
permite al paciente que emplee cualquier ayuda que use habitualmente, incluyendo
órtesis. Para un paciente anciano el tiempo normal es de hasta 10 segundos. Tardanzas
mayores se correlacionan con el riesgo de caídas y de dependencia para las actividades
de la vida diaria.
– Dadas la rapidez y la complejidad del proceso de la marcha, la simple observación
visual no aporta al médico información cuantitativa suficiente como para establecer el
diagnóstico preciso.
– Grabar el test en video es útil para complementar la observación directa.
MEDICIONES INSTRUMENTALES:
– La cinemática es el análisis del movimiento producido durante el ciclo de la marcha.
– La cinética es el análisis de las fuerzas que dan lugar al movimiento.
– La polielectromiografía dinámica permite analizar la actividad de los numerosos
músculos que intervienen en la marcha.
– El andar puede evaluarse en una cinta rodante u otros dispositivos con control de
tiempo. Las características a analizar incluyen la velocidad, la cadencia (pasos por
minuto), los tiempos de apoyo y oscilación y los intervalos de apoyo unipodal y bipodal.
Análisis cinemático:
– La grabación en video en dos planos es útil para registrar el movimiento.
– Se utilizan electrogoniómetros o tensiómetros para recoger por separado los
movimientos de cada articulación.
– Para el análisis del movimiento se usan múltiples cámaras que detectan los marcadores
colocados en el paciente. Con estos datos puede reconstruirse tridimensionalmente el
patrón de marcha del paciente.
Análisis cinético:
– Mediante las plataformas de fuerza se miden las fuerzas de reacción en el suelo y los
cambios del centro de presión mientras el paciente camina.
– Se utilizan métodos podobáricos para determinar la magnitud y distribución de las
fuerzas por debajo del pie.
– Las fuerzas de impulso y potencia de las articulaciones pueden calcularse con los datos
de fuerzas y movimiento.
Polielectromiografía dinámica:
– Permite medir y registra la actividad eléctrica en los múltiples grupos musculares que
trabajan durante la actividad funcional
FASES DE LA MARCHA HUMANA
Figura 3. Desarrollo del paso. A: Según las teorías clásicas. B: Según las teorías actuales.
El porqué durante esta fase la rodilla se mantiene en una determinada flexión se debe a
que es en ella donde la acción de los músculos tríceps sural y glúteo mayor tienen la
mayor eficacia posible. Dicha flexión es de unos 135° en la articulación de la rodilla
(mantenida por la acción conjunta de los músculos cuádriceps e isquiotibiales,
correspondiéndose con 45° de inclinación de la tibia, de tal manera que si
descompusiéramos la fuerza que el astrágalo aplica sobre el pilón tibial en sus dos
componentes, ascensional y traslacional, tendríamos el mayor componente de impulso
(traslacional) posible (Fig. 4).
A B
CONTRACTURAS ARTICULARES
Contractura en flexión de la cadera:
– La contractura se compensa por aumento de la Iordosis lumbar.
– Para mantener la estabilidad con el centro de gravedad sobre los pies se precisa flexión
compensadora de la rodilla.
– La postura encorvada característica es enérgicamente ineficiente y obliga al paciente a
pararse antes.
Contractura en flexión de la rodilla.
– La contractura en flexión de la rodilla causa una dismetría relativa de las extremidades
inferiores.
– Las compensaciones para contracturas de menos de 30° son más pronunciadas con la
marcha rápida, mientras que las de más de 30° se aprecian a paso normal.
– La marcha típica es de punta en el lado afectado.
– Puede ser necesaria hiperflexión de la cadera y la rodilla del miembro opuesto para
levantar el pie (marcha equina), porque el miembro afectado es relativamente demasiado
largo.
– La contractura en flexión de la rodilla fija bilateral provoca marcha encorvada.
– Este tipo de marcha es más frecuente en adolescentes con parálisis cerebral y se cree
debida en parte a la incompetencia del tríceps sural.
Contractura en flexión plantar del tobillo.
– Esta contractura provoca un movimiento de extensión de la rodilla en el momento del
contacto del antepié con el suelo.
– Durante la fase de oscilación, la flexión de cadera y rodilla del miembro afectado
aumenta al levantar el pie (marcha equina), pues la extremidad es aparentemente más
larga.
INESTABILIDAD ARTICULAR
– La inestabilidad de la rodilla altera la marcha de diversos modos, dependiendo de los
ligamentos lesionados.
Genu recurvatum:
– La rodilla recurvada es consecuencia de la debilidad de los músculos flexores plantares
del tobillo y del cuádriceps.
– Durante la fase de apoyo, el paciente la compensa encorvando el tronco para poner el
centro de gravedad por delante de la rodilla.
– La consecuencia es el desgaste de las estructuras de la rodilla con el tiempo.
– Las lesiones del ángulo posteroextemo de la rodilla (ligamento cruzado posterior,
ligamento lateral externo, cápsula articular posterior y tendón del músculo poplíteo)
provocan una posición de la rodilla en varo en la fase de apoyo durante la marcha.
Marcha de evitación del cuádriceps:
– Este tipo de marcha se da en pacientes con lesiones del ligamento cruzado anterior de
la rodilla.
– Cuando está afectado el ligamento cruzado anterior, la tibia puede sufrir subluxación
anterior por la contracción del cuádriceps.
– Para intentar reducir la carga, durante la fase de apoyo del miembro afectado el paso se
acorta para evitar la flexión de la rodilla en la fase de apoyo medio.
Inestabilidad del tobillo:
– La inestabilidad del tobillo dificulta el apoyo del peso del cuerpo durante el contacto
inicial.
– El tobillo inestable con frecuencia se curva, lo que resulta en marcha antiálgica que
reduce la fase de respuesta a la carga del lado afectado.
PARESIA
Debilidad de los abductores de la cadera:
– Tiene como consecuencia la marcha llamada de Trendelenburg.
– Del mismo modo que en las compensaciones observadas en la artrosis de la cadera, el
paciente desplaza el centro de gravedad sobre el miembro afectado, lo que hace que el
cuerpo se incline hacia ese lado.
– Además, la pelvis bascula hacia el lado opuesto por la incapacidad de los abductores de
la cadera para mantener la posición de la articulación.
– Esta marcha puede corregirse con un bastón en el brazo contralateral para evitar la
caída hacia ese lado.
– El compromiso bilateral provoca la marcha de pato.
Debilidad de los flexores de la cadera:
– Limita el avance de la pierna en la fase de oscilación.
– Da como resultado el acortamiento del paso.
Debilidad moderada de los extensores de la cadera.
– Compensada por flexión del tronco hacia adelante.
– Esta postura facilita la contracción y mejora la eficiencia biomecánica de los músculos
extensores de la cadera.
– La debilidad severa de los extensores de la cadera hace necesario el uso de
dispositivos de apoyo de extremidades superiores para mantener la postura erguida.
Debilidad del cuádriceps:
– Hace que el paciente esté más propenso a caídas en la fase de apoyo inicial.
– El paciente trata de compensarla encorvándose para mantener el centro de gravedad
por delante de la articulación de la rodilla.
– Los gastrocnemios se contraen más vigorosamente para mantener la rodilla en
extensión.
– El paciente a veces se ayuda de la mano para extender la rodilla al inicio de la fase de
apoyo.
Debilidad de los flexores plantares del tobillo:
– Causa inestabilidad de la tibia y la rodilla cuando el centro de gravedad está por delante
de la rodilla.
– La actividad del cuádriceps aumenta para mantener la rodilla extendida.
– Esta compensación acorta el paso y predispone al paciente a síndromes álgicos de
sobreutilización de la rótula y el cuádriceps.
Debilidad combinada de cuádriceps y flexores plantares del tobillo.
– Obliga al paciente a hiperextender la rodilla para estabilizarla en la fase de apoyo inicial.
– Con el tiempo, esta compensación acaba provocando la deformidad de genu
recurvatum.