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Objetivo.

Reconocer las obras de misericordia, por las cuales el Espíritu Santo nos permite vivir en comunión con
nuestro prójimo y nos conduce a la vida eterna con Dios.

Profundización.

Que es la Misericordia.

Es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad, es el acto ultimo y supremo con el que Dios acude a nuestro
encuentro, es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona, cuando mira con ojos sinceros al hermano
que encuentra en el camino de la vida, es la vía que une a Dios y al hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser
amados por Dios a pesar del límite de nuestros pecados.

Las obras de misericordia

son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (Is
58, 6-7: Hb 13, 3). Las obras de misericordia son 14 y se dividen en 7 Espirituales y 7 Corporales.

Las 7 Obras de Misericordia Espirituales

Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espirituales, como también lo son perdonar y sufrir
con paciencia. (Catecismo)

1. Enseñar al que no sabe.

Es importante que cooperemos con nuestros hermanos, pero es más importante enseñarles a realizar por ellos mismos
aquello que no saben. Por ello, enseñémosle a orar, a perdonar, a perdonarse, a compartir, etc.

2. Dar buen consejo al que lo necesita.

Para dar buen consejo es necesario que nosotros mismos hayamos sido aconsejados por un director espiritual, que nos
ayude a orar a Dios Padre, para que nos envíe su Santo Espíritu y nos regale el don de consejo. Así, bajo la guía del
Señor, tanto nuestras palabras como nuestro actuar, serán un constante aconsejar a los que lo necesitan.

3. Corregir al que se equivoca.

Muchas veces nos enojamos o reímos cuando vemos a algún hermano equivocarse, olvidándosenos que no somos
perfectos e inevitablemente nos equivocaremos también. Pensemos, ¿nos gustaría que se rieran de nosotros?,
definitivamente NO, así que, cuando alguien se equivoque corrijámoslo con amor fraternal para que no lo vuelva a
hacer.

4. Perdonar al que nos ofende.

¡Qué difícil!, tanto que Jesús nos dice que debemos perdonar 70 veces 7, es decir, SIEMPRE. Además, en el Padre
Nuestro, nos pone la condición de PERDONAR NUESTROS OFENSAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS
OFENDEN. Así que, a perdonar, perdonar, perdonar….

5. Consolar al triste.

Jesús nos ha dicho: “Dichosos los que lloran porque serán consolados”. El consuelo de Dios, por medio de su Espíritu
Santo, nos consuela. Pero, además, Dios se vale de nosotros para consolar a los demás. No se trata de decir: no llore,
sino de buscar en las Escrituras, las palabras que mejor se adecúen a la situación. En los salmos podremos encontrar esa
palabra de consuelo que requerimos, por eso, es conveniente recitarlos y meditarlos constantemente.

6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.


¡Qué fácil es ver la paja en el ojo del prójimo y no vemos la viga en el nuestro! Cuando seamos capaces de disimular los
defectos de nuestro hermano, estaremos colaborando en la construcción del Reino del Señor. Tengamos paciencia con
los ancianos, los niños, el vecino, el compañero de trabajo y ellos la tendrán con nosotros, en nuestros defectos.

7. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos.

Cuando escucho a mis hijos orar pidiendo a Diosito por nosotros, por sus hermanos, por sus compañeros de escuela y
por sus abuelitos ya fallecidos, me siento agradecido de saber que muchos elevan una oración al Creador por mí y por
mis familiares o amigos que se me adelantaron a la casa del Padre. Cada oración es una intercesión, y el Señor nos pide
que oremos unos por otros para mantenernos firmes en la fe, así como El oró por Pedro para que una vez confirmado,
les ayudara a sus hermanos.

7 Obras de Misericordia Corporales

Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo
tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (Mt 25, 31-46). Entre estas obras, la
limosna hecha a los pobres (Tb 4,5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna: es también
una práctica de justicia que agrada a Dios (Mt 6, 2-4). (Catecismo)

1. Visitar a los enfermos.

Nuestros hospitales están llenos de enfermos olvidados por sus familiares, o bien, personas que, por la lejanía con el
centro hospitalario, no reciben visita alguna. Es bueno dar dinero para los necesitados, pero que bueno es darnos
nosotros mismos. Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una palabra de aliento, un rato de compañía
a esos cristos en su monte de los olivos.

2. Dar de comer al hambriento.

Jesús nos ordena compartir con el necesitado cunado nos dice, “El que tenga dos capas dele una al que no tiene, y el que
tenga alimento, comparta con el que no” (San Lucas, 3-11). Al compartir nuestro alimento, no solo les llenamos el
estómago a nuestros hermanos necesitados, sino que les mostramos el amor de Dios que no los deja desfallecer.

3. Dar de beber al sediento.

Con cuantas ganas nos bebemos un vaso de agua fresca luego de recorrer un largo trecho para calmar nuestra sed.
¿Cuántas veces pensamos en nuestros hermanos que no tienen un lugar donde beberlo? Pensemos en aquellos que se
enferman porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellos que mueren de sed porque otros la
desperdician, incluso Jesús, en su trance de muerte, sintió sed y lo exclamó con tanta vehemencia, que un soldado
romano le acercó una esponja con hiel y vinagre para que la calmara. ¿Somos nosotros peores que ese soldado romano
como para negar agua al sediento?

4. Dar posada al peregrino.

Existen muchos inmigrantes que esperan nuestra ayuda para poder vivir dignamente junto a su familia, ayuda que debe
hacerse presente en toda forma y a todo momento. Recordemos que esos hermanos desposeídos son Sagrarios del
Espíritu Santo que merecen al menos una Tienda de Encuentro con el amor Divino.

5. Vestir al desnudo.

A menudo nos encontramos con hermanos que están vestidos con harapos o bien se encuentran desnudos, viéndose
disminuida su dignidad de hijos de Dios. Ayudémosles a recobrarla brindándoles una vestidura limpia y respetable, que
les permita reencontrar al Señor en la bondad de los demás.

6. Visitar a los presos.


Cada mañana nos levantamos y corremos a los centros de estudio o trabajo, y posiblemente pasemos frente a un centro
de reclusión en el que muchos de nuestros hermanos sufren la soledad y la indiferencia. Nuestra Santa Madre Iglesia nos
llama a llevarles, no solo cosas materiales, sino el cariño de toda la comunidad a cada uno de ellos, para que se sientan
parte del rebaño del Único Pastor.

7. Enterrar a los muertos.

Sepultarlos no significa olvidarlos, por el contrario, esta obra de misericordia corporal nos lleva a la obra de misericordia
espiritual que nos invita a rezar por los vivos y los muertos. Al enterrarlos no debemos olvidar que es nuestro deber
mantener sus sepulturas en buen estado, pues en ellas se contienen los restos mortales de aquellos que fueron Templo
del Espíritu Santo.

Actividad.

1. ¿Qué obra de misericordia has practicado más en tu vida diaria? Describe como lo has hecho.
2. ¿Cuál es la obra de misericordia que menos has practicado y por qué?
3. Ahora te colocaras un reto y practicaras las obras de misericordia que menos hayas realizado alrededor de tu vida.
4. Aprenderse las obras de misericordia.
SOMOS HIJOS DE DIOS Y PERTENECEMOS A SU FAMILIA LA IGLESIA.
Objetivo: que el niño sepa que la Iglesia es el principal instrumento que Dios utiliza para hacernos creer en la salvación.

Que el niño entienda que en la Iglesia hay unas personas “los sacerdotes” que son los encargados de cuidar, guiar y
enseñar a todos.

Información.

1. ¿Qué es la Iglesia en este mundo?

Es un sacramento de Salvación, un signo y el instrumento de la comunión con Dios y entre los hombres.

2. ¿Cuál es la misión de un sacerdote en la Iglesia?

Enseñar auténticamente la fe, celebrar el culto divino y dirigir al pueblo de Dios.

La Iglesia

Iglesia es Asamblea, comunidad de creyentes animada por el Espíritu Santo.


Asamblea es una congregación cuando se reúnen un número de personas para un fin en común la congregación es lo
mismo.
La asamblea y la congregación se reúnen para leer, entender y alimentarnos del cuerpo y de la sangre a través de la
palabra de Dios. Hacemos todo eso y formamos la iglesia en la Eucaristía.
Llegamos a ser parte de la Iglesia en el bautismo, empezamos a ser del Pueblo de Dios como hijos de Dios; el bautismo
es el sacramento de iniciación cristiana, hacemos parte de la iglesia como creyentes que profesan la Fe en Jesucristo.
Para ser iglesia no importa la raza, el color, la condición social, partido político o nacionalidad.
Lo que Dios Busca del Hombre (SALMO 51) Todos somos pueblo de Dios y nos va a escuchar por igual, todos somos
llamados y formamos la iglesia porque somos bautizados y creemos en Jesucristo.
La iglesia es una comunidad de creyentes animada por el Espíritu Santo y la cabeza de la iglesia es el mismo Jesús, en la
tierra quien está al frente de la iglesia es el Papa.

Cabeza de la Iglesia
JESUCRISTO

Dirige a la iglesia en la tierra (Sucesor de San Pedro)


El PAPA

CARDENALES (Un cardenal por país)

OBISPOS

SACERDOTES

Diáconos

Seminaristas, Religiosos y Religiosas

Pueblo de Dios
Todos somos llamados a servicios diferentes de acuerdo a nuestra condición de vida como consagrados, como solteros o
casados.

Iglesia Misionera Porque su misión es anunciar a Jesucristo

La fortaleza de la iglesia: No se fortalece ni en el dinero, ni en el poder, ni en el número de miembros la fortaleza de la


iglesia es el Espíritu Santo.

La iglesia universal es Una, Santa, Católica y Apostólica.

La iglesia es una porque su fundador es el hijo de Dios que es Cristo. También se le atribuye esa característica por la
creencia en un único Dios trinitario siendo, un solo Padre, un solo Hijo y un solo Espíritu Santo, es una porque nos llama
como iglesia a tener una sola que no se distingan países y que todos sean unidos.

La iglesia es una parte su fundador es el mismo Hijo de Dios, nos llama a ser llama a ser un mismo cuerpo, un mismo
espíritu y una misma vocación. También es una porque el mismo Jesús después de su resurrección la deja en manos de
Pedro y de sus apóstoles para que la pastorearan, la extendieran y la gobernaran.

Santa: Es la única iglesia que fundo Cristo y la que confesamos en el credo haciéndola con estos atributos
inseparablemente unida entre sí. No se tiene por sí sola, quien la sostiene y mantiene es el Espíritu Santo. Solo la Fe la
puede reconocer con propiedades divinas.

Además, Cristo la santifico entregándose por ella El mismo en cuerpo, alma y divinidad. Todos somos llamados a ser
santos de acuerdo a nuestra forma de vida dentro de la iglesia.

Católica: Universal porque en cualquier rincón del mundo hay un católico. Es la única en donde encontramos la plenitud
sacramental de Jesús. Es la única que nos da los medios de la salvación. Nos une también sacramentalmente en
cualquier parte del mundo, solo busca la unidad y no la división.

Apostólica: Es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles enviados por el mismo Cristo, ellos son a quienes
Jesús enseño y se les otorgo la misión de continuar la obra del Hijo de Dios en el mundo, cuidar de su rebaño y guiarlos
hacia la vida eterna.

EXPERIENCIA.

Imagina la llegada de un nuevo bebe, ¿Qué pasaría si él bebe no tuviera una familia que lo protegiera, lo alimentara, le
enseñara a hablar, a caminar, a relacionarse con los demás? El tiempo pasa y ahora la familia comparte el juego, ¿en tu
familia conviven y ríen juntos? Después la vez hablando, ¿en tu familia comparten lo que sienten y viven?

En un dibujo miramos a un padre cuidando a su hijo, ¿crees que Dios te cuida a través de tus padres?

Cuando entras al colegio te encuentras a tus profesores ¿piensas que eres bendecido por Dios por medio sus enseñanzas
y eres agradecido porque sabes que te servirá para un futuro?

PROFUNDIZACION.

Lectura: Catecismo de la Iglesia Católica numerales 780 y 939.

La Iglesia es, en este mundo, el sacramento de la salvación, el signo y el instrumento de la comunión con Dios y entre los
hombres

Los obispos, ayudados por los presbíteros, sus colaboradores, y por los diáconos, los obispos tienen la misión de enseñar
auténticamente la fe, de celebrar el culto divino, sobre todo la Eucaristía, y de dirigir su Iglesia como verdaderos
pastores. A su misión pertenece también el cuidado de todas las Iglesias, con y bajo el Papa.

Todos los que hemos creído en la buena nueva de la salvación y que por el nos bautismos somos hijos de Dios
pertenecemos a una gran familia: La Iglesia, así como un bebe no podría sobrevivir sino tuviera una familia, necesitamos
pertenecer a la Iglesia para vivir la salvación de Jesús, sentir su presencia, ser protegidos, alimentados aprender hablarle
a Dios, a caminar, en la fe, a relacionarnos con los demás, hermanos.

La Iglesia es el pueblo de Dios, que el Señor escogió para ser su instrumento ante el mundo para salvarlo y unirlo a Él y
unirnos entre nosotros. Dentro de ese pueblo que tiene una misión de parte de Dios, hay personas elegidas para
enseñar en nombre de Jesús, de dirigir el culto a Dios y guiar a la Iglesia en nombre de Jesús.

Así como en nuestra vida cotidiana hay personas que nos cuidan o nos enseñan o nos dirigen, en la Iglesia Jesús llama a
unas personas para que en su nombre sean los pastores, los guías.

¿Qué crees que deberías hacer para permanecer unido a la Iglesia?

¿Cómo crees que debería ser tu relación con los sacerdotes, y todos lo que están al frente de la iglesia?

ACTIVIDAD.

Investiga el nombre del Papa y que significa la palabra PAPA.

Investiga el nombre de nuestra Diócesis.

Investiga el nombre de tu párroco y de tu parroquia y el nombre de nuestro Obispo.

Consulta los mandamientos de la Santa Madre Iglesia y aprendérselos.

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