TEMA 12: AMAR ES ENTREGARSE A LOS DEMÁS Vicariato Apostólico de Yurimaguas

Tema 12.- Amar es entregarse a los demás

FUNDAMENTACIÓN
El amor se expresa con plenitud en la vocación de servicio. Servir es darse
a los demás. Cada uno según su realidad y sus posibilidades. Servir es
estar atento a las necesidades materiales o espirituales de nuestros
hermanos.
La Iglesia, fiel a las enseñanzas de Jesús, nos da los medios necesarios
para concretar nuestro amor al prójimo. Uno de estos medios son las
Obras de Misericordia, que son las acciones de caridad que los hombres
practican para socorrer a las personas en sus miserias y necesidades

Identifica las obras de misericordia como actos en los que ama y le acercan a Dios,
asumiendo la ayuda generosa a las personas que le rodean, por lo que valora su vida Mateo 25, 34-40
y la de los demás.

CONOCEMOS LA REALIDAD

• Despertamos el interés
Escuchamos la historia de la “Madre Teresa de Calcula”.

Su nombre de bautismo fue Agnes y nació en la actual Macedonia, en el año 1910. La profunda
religiosidad de su madre despertó en ella su vocación misionera. Ingresó en la Congregación Mariana
de las Hijas de María, abandonando su ciudad a la edad de
dieciocho años, para viajar a Dublín. Desde allí se embarcó en
viaje a la India, llegando a la ciudad de Bengala, donde hizo
sus estudios de maestra. Aquí eligió el nombre de Teresa.
Hasta el año 1948, fue profesora de un colegio de Calcuta.
Viendo la pobreza de Calcula y cómo había mucha gente que
moría en las calles, obtuvo del Papa la autorización para
dedicarse a los pobres de esta ciudad. En 1950 fundó la
Congregación de las Misioneras de la Caridad. Sus
integrantes debían dedicarse a los “más pobres entre los
pobres”. Debido a su estilo de vida, lograron un rápido
crecimiento en la India y en cien países más.
En 1979 recibió el Premio Nobel de la Paz, cuya dotación
económica donó a los pobres. Tras superar diversas enfermedades, falleció el 5 de septiembre de
1997. Miles de personas de todo el mundo se congregaron en la India para despedir a la Santa de las
Cloacas. Fue beatificada en el año 2003 por al Papa Juan Pablo II.
Cuentan que una vez, al verla curar a un enfermo de lepra, un hombre le dijo: “Yo no lo haría ni por
un millón de dólares. Ella entonces respondió: “Yo tampoco, lo hago por algo infinitamente más
valioso: por amor a Jesús”.

• Recogiendo los Saberes Previos

 ¿Qué conocen ustedes de la Madre Teresa de Calcuta?
 ¿A qué dedicó su vida?
 ¿Han oído hablar de la ciudad de Calcuta?
 ¿Conocen alguna ciudad que también tenga mucha gente pobre?
 Nombren personas que conozcan y que den su vida por los demás.

• Confrontamos los Saberes

 ¿Por qué Teresa de Calcuta cuidaba a los enfermos?
 ¿Cómo entendemos la palabra amar?
 ¿Cómo entendemos la palabra entregarse?
 ¿Por qué permitimos que haya pobres en nuestra sociedad?

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CONSTRUIMOS EL APRENDIZAJE

• Iluminamos con la Palabra de Dios

Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo
en sus necesidades corporales y espirituales.
 Las Obras de Misericordia Corporales, son las que nos permiten ayudar al
prójimo en sus necesidades físicas o materiales.
Dar de comer al hambriento: Jesús nos pide compartir lo que tenemos con
el necesitado. Al compartir nuestro alimento, no solo quitamos el hambre a
nuestros hermanos, sino que les mostramos el amor de Dios
que no los deja desfallecer.
Dar de beber al sediento: Con cuantas ganas nos bebemos
un vaso de agua o de mazato luego de recorrer un largo camino para calmar
nuestra sed. Pensemos en aquellos que se enferman porque deben calmar su sed
con agua contaminada, aquellos que mueren de sed porque otros la desperdician.
Dar posada al necesitado: Existe mucha gente que espera nuestra ayuda para
poder vivir dignamente junto a su familia. Recordemos a los hermanos desposeídos
que merecen, al menos, una Tienda de Encuentro con el amor Divino.
Vestir al desnudo: A menudo nos encontramos con hermanos que están
vestidos con harapos o se encuentran desnudos. Ayudémosles con una
vestidura limpia y respetable, que les permita reencontrar al Señor en la bondad.
Visitar al enfermo: Nuestros hospitales están llenos de enfermos, algunos de
ellos olvidados por sus familiares, o bien, personas que por la
lejanía con el centro hospitalario, no reciben visita alguna.
Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una palabra de aliento,
un rato de compañía a esos Cristos sufrientes.
Socorrer a los presos: Cada día vamos con libertad a nuestros colegios. Jesús
nos pide que ayudemos a estas personas privadas de libertad, con el cariño y
con lo que podamos en comunidad, para que se sientan parte del Señor.
Enterrar a los muertos: Sepultarlos no significa olvidarlos.
Al enterrarlos no debemos olvidar que es nuestro deber
mantener sus sepulturas en buen estado, pues en ellas se contienen los
restos mortales de aquellos que fueron personas queridas y cercanas.
 Las Obras de Misericordia Espirituales, son las que nos permiten ayudar
al prójimo en sus necesidades espirituales.
Enseñar al que no sabe: Es importante que cooperemos
con nuestros hermanos, pero es más importante
enseñarles a realizar por ellos mismos aquello que no
saben.
Dar buen consejo al que lo necesita: Para dar buen consejo es necesario que
nosotros pidamos ayuda a Dios Padre para que nos envíe su Santo Espíritu y
nos regale del don de consejo.
Corregir al que se equivoca: Muchas veces nos enojamos o reímos cuando
vemos a algún hermano equivocarse. Eso no está bien. Lo que debemos hacer, cuando alguien se
equivoca, es corregirlo con amor fraternal para que no lo vuelva a hacer.
Perdonar las ofensas: Es muy difícil, por eso lo pedimos cada vez que
rezamos el Padre Nuestro, aunque con la condición de que nosotros también
sepamos perdonar. Así que, a perdonar, perdonar, perdonar...
Consolar al triste: Dios se vale de nosotros para consolar a los demás. No se
trata de decir: no llore, sino de buscar en las Escrituras, las palabras que mejor
se adecúen a la situación.
Sufrir con paciencia las molestias de nuestro prójimo: ¡Qué fácil es ver la
paja en el ojo del prójimo y no ver la viga en el nuestro!. Cuando seamos capaces de tener paciencia
con los demás y sus defectos, estaremos colaborando en la construcción del Reino del Señor.
Rogar por los vivos y los muertos: Es de agradecer las oraciones que se realizan por las personas
que nos adelantaron a la casa del Padre. Cada oración es una intercesión, y el Señor nos pide que
oremos unos por otros para ayudarnos en nuestras necesidades.

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• Contexto de la Palabra
Misericordia deriva de: Miser= miseria. Cordia=corazón. Por tanto, misericordia significa sentir con el
otro sus miserias y necesidades, y como consecuencia de esa compasión (sentir con) ayudarlo y
auxiliarlo.
En la descripción del Juicio Final que nos presenta el Evangelio
de San Mateo, Jesús da una especie de lista sobre cómo mostrar
nuestro amor al prójimo en algunos aspectos materiales: Tuve
hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber;
forastero y me recibieron en su casa; sin ropas y me vistieron;
enfermo y me visitaron; en la cárcel y fueron a verme… Basada
en este texto, la Iglesia nos ha dado un listado bastante
completo, que nos sirve de guía en nuestro amor al prójimo. Son
las llamadas Obras de Misericordia Corporales.
La lista de las Obras de Misericordia Espirituales, la Iglesia las ha
tomado de otros textos que están a lo largo de la Biblia y de
actitudes y enseñanzas del mismo Cristo: el perdón, la corrección
fraterna, el consuelo, soportar el sufrimiento, etc.
Son expresiones externas del amor que se lleva dentro del corazón. A través de estos actos, se
manifiesta siempre la presencia de Dios Amor.

 Escuchamos la Palabra

Entonces el Rey dirá a los que están a la derecha:

_ ¡Vengan, los bendecidos por mi Padre! Tomen
posesión del reino que ha sido preparado para
ustedes desde el principio del mundo.

Porque tuve hambre y ustedes me

alimentaron; tuve sed y ustedes me dieron
de beber. Pasé como forastero y ustedes me
recibieron en su casa. Anduve sin ropas y
me vistieron. Estaba enfermo y fueron a
visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a
ver.

Entonces los buenos preguntarán:

_ Señor. ¿Cuándo te vimos hambriento y te dimos de
comer? Sediento y te dimos de beber, o forastero y
te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te
vimos enfermo o en la cárcel, y te fuimos a ver?

El Rey responderá:
_ En verdad les digo que, cuando lo hicieron
con alguno de estos pequeños que son mis
hermanos, lo hicieron conmigo. (Mt. 25, 34 – 40)

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• Interiorizamos la Palabra
El amor al prójimo es el fruto de nuestro amor a Dios. Si pretendemos primero amar a los demás sin
antes amar a Dios, estamos siendo altruistas, benefactores, pero eso lo puede hacer cualquiera que
no tenga fe. El cristiano tiene que amar al prójimo desde Dios. El
resultado de la ayuda puede parecer ser el mismo, pues se resuelve un
problema personal o social, pero no es igual para nuestra alma, ni para
quien recibe la ayuda. Al amar al prójimo desde Dios, el Señor reparte su
gracia a todos los involucrados en ese acto de amor.
Él Señor ama a las personas con nombre y apellidos, a través de
acontecimientos, de hechos concretos ocurridos en nuestra vida, a
través de otras personas encontradas en el camino de la vida. Esas
personas que aman, entre las que debemos encontrarnos nosotros, son
las bendecidas por Dios, son las que Él acoge por toda la eternidad.
Esas personas no lo sabían, pero en su acto de amor, estaba presente el
Señor, estaba Jesús en cada uno de aquellos que hicieron el bien, que ayudaron al otro.
Jesús nos recuerda que todo lo bueno que realicemos con las personas, encontradas en la vida, se lo
hemos hecho a Él mismo. Por eso, porque amaron, es por lo que participarán de la vida divina.

 Mensaje para hoy

Los medios eficaces para vivir ese amor que Jesús nos enseña, son las Obras de Misericordia.
Pues al ponerlas en práctica estamos reviviendo lo que Jesús nos dice: “Todo aquel que ayuda,
colabora con una persona necesitada, desvalida, pobre… a mí me está ayudando, a mí me lo está
haciendo.” Al ayudar a otros, ponemos de manifiesto nuestra misericordia y nuestro amor con las
personas necesitadas, y en ese momento, nos introducimos
en la vida de Dios, por eso compartiremos el Reino de los
Cielo con Jesucristo, porque hemos sido esos pequeños
“jesucristos”, aquí en la tierra, que han sabido transmitir el
amor profundo y total de Dios Padre.
Comencemos a hacer el bien desde ahora. No esperemos
el día del juicio final, para que el Señor nos recrimine
nuestra flojera y nuestra insensibilidad hacia el dolor y la
necesidad de los demás. Jesús nos alerta a que no nos
quedemos dormidos, sino que trabajemos, que seamos
prudentes.
Hoy vemos muchas personas cercanas que nos necesitan: puede ser un vecino, un compañero de
clase, un amigo cercano o mi propia familia; es el momento de actuar. Ya no podemos ser simples
espectadores. Vayamos a ver en el hospital aquel hermano que quiere consolación. En la cárcel, a
aquel que espera mi visita. Aquel compañero que desea compartir un partido de fulbito…
El Reino de Dios será para todo aquél que haya ayudado a su prójimo, que haya amado.

 Conversamos
 ¿Para quienes será el Reino de Dios?
 ¿Si ayudo a mi amigo, estoy ayudando a Dios?
 ¿Qué sucederá con aquellos que no hacen nada por los demás?
 ¿Los que hacen el bien a los demás, tienen que pedir algo a cambio?
 ¿Si piden algo a cambio, cómo crees que Jesús le Juzgará?
 ¿Cuáles son las Obras de Misericordia Corporales?
 ¿Cuáles son las obras de Misericordia Espirituales?

 Recordamos

Jesús ofrece el Reino de Dios a todo aquél que sea misericordioso.

Jesús quiere que amemos a quien lo necesita, viendo al mismo Dios en el prójimo.
Jesús nos promete que todo aquel que ayude a las personas indefensas, entrará en
el Reino de Dios.
Jesús quiere que hagamos el bien, sin pedir nada a cambio.

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APLICAMOS LO APRENDIDO

• Actuando en la vida
 Organizan grupos y preparan una escenificación sencilla. Escogen algunas de las obras de misericordia que
más les llame la atención. Procurar que se hagan las Espirituales y las Corporales.

 Descubre el mensaje de la lectura “Una mujer devota” y qué obras de misericordia podía haber realizado la
mujer de la historia.
Érase una vez una mujer muy devota y llena de amor a Dios. Acostumbraba ir a la Iglesia todas
las mañanas, y por el camino solían pedirle algo los niños y
los mendigos, pero ella iba tan preocupada por sus
devociones, que ni siquiera los veía.
Un buen día, tras haber recorrido el camino acostumbrado,
llegó a la Iglesia en el preciso momento en que iba a
comenzar la misa. Empujó la puerta, pero ésta no se abrió.
Volvió a empujar, esta vez con más fuerza, y comprobó
que la puerta estaba cerrada con llave.
Afligida por no haber podido asistir a misa por primera vez
en muchos años, y no sabiendo qué hacer, miró hacia
arriba… y justamente allí, frente a sus ojos, vio una nota clavada en la puerta con un chinche. La
nota decía: “Estoy afuera” (A. de Mello)

 Relaciona con una flecha las Obras de Misericordia al cuadro que corresponda.
 Consolar al triste.
 Visitar a los presos.
 Dar de comer al hambriento.
 Dar posada al peregrino.
CORPORALES
 Enseñar al que no sabe.
 Corregir al que se equivoca.
 Enterrar a los muertos.
 Dar de beber al sediento.
 Vestir al desnudo.
 Dar buen consejo. ESPIRITUALES
 Sufrir con paciencia los errores del prójimo.
 Visitar a los enfermos.
 Perdonar las injurias.
 Rezar por los vivos y los muertos.

 Colorea los dibujos y escribe una reflexión sobre la práctica de las Obras de Misericordia, en donde vivimos.

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• Compromisos
Personal: Ayudaré a mis hermanos y compañeros en sus tareas, sin pedir nada a cambio.
Social: Relataré un caso de amor al prójimo donde se resalte una obra de misericordia.
Eclesial: Leeré la cita de Mateo 25, 33-46, para descubrir las obras de misericordia.
Ecológico: Haré un dibujo sobre una de las obras de misericordia y lo comentaré.

• Vivimos la Celebración
En este momento vamos a colocar una mesita en el centro del aula, con una Biblia y una vela encendida,
significando que Dios está en medio de nosotros. En su presencia, realizamos esta celebración.
 Iniciamos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
 Escuchamos el canto: “Estuve enfermo y me visitaste”.
Estuve enfermo y me visitaste.
Sentí dolor y me aliviaste.
Estuve preso y me consolaste.
Estuve solo y me acompañaste.
Dime cuando hice todo eso Jesús.
Yo no te recuerdo ni triste, ni solo.
Si estuviste enfermo yo no, no recuerdo.
Dime cuando te visité.
Fue con cada enfermo y con cada pobre.
Fue con cada hermano en necesidad.
Cuando los cuidaste, cuando los amaste,
conmigo lo hiciste y me consolaste. (2)
Entra en el Reino, entra en mi casa.
Que ya en el cielo tienes un hogar. (2)
 Recordamos brevemente la lectura bíblica de hoy.
 A continuación se realiza un pequeño comentario
sobre el mensaje que nos deja la lectura para
nuestras vidas.
 Juntos realizan la siguiente oración:
Dios Padre Santo,
Rey del Universo.
Infinitamente misericordioso.
Ilumina mi corazón y hazme bondadoso
para ayudar siempre a los demás,
para entregarme a mis hermanos,
porque eso es amar. Amén.
 En forma espontánea los alumnos
y alumnas hacen una oración de
petición o de agradecimiento,
relacionada con el tema de hoy.
 Al finalizar las peticiones, oramos
con el Padre Nuestro.
 Terminamos la celebración con el
canto: “Estuve enfermo y me
visitaste”.

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