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FACULTAD DE

CIENCIAS E INGENIERIA

PAZ Y CIVISMO
Marcial Rubio Correa

"Los textos han sido seleccionados para el uso exclusivo de los alumnos del curso
“Ética Profesional en Ing.Inudstrial-IN201” Queda prohibida su difusión y
reproducción por cualquier medio o procedimiento total o parcial, fuera del marco del
presente curso"

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Para abordar este tema, tenemos primero que ocuparnos de ciertas definiciones
que aclaren qué es aquello de lo que estamos hablando.
ASUNTOS CONCENTUALES La paz tiene que ver con la violencia y, en cierta
medida, son las antípodas del espectro. Tomamos el concepto de violencia
desarrollado en las investigaciones de la Asociación Peruana de Estudios e
Investigación: para la Paz-.APEP. Así para nosotras, la violencia es una presión
da naturaleza física, psicológica o espiritual, ejercitada directa o indirectamente
por un ser humano sobre otro ser humano, de manera que disminuye su
potencial da realización. 'Esta definición no pretendo ser solamente descriptiva,
aunque esta característica forme parte consustancial de ella. También delimita
conceptos y lo hace, principalmente, en dos aspectos: El primero, que sólo
reconoce violencia do humanos contra humanos. Así, no será violencia la fuerza
de un terremoto porque en caso alguno se trata de violencia humana. Desde
luego si la sociedad estuviera peor preparada de lo que pueda estar para
enfrentar el desastre natural (a través de un eficiente sistema de defensa civil
por ejemplo), esa falla de capacidad de respuesta organizativa, sí puede ser
considera-da violencia por omisión o por negligencia. Pero son dos cosas
distintas: el daño que en sí mismo cause el "hecho de Dios" como solía decirse
de las fuerzas naturales en el Derecho, y el daño que cause la falta de
preparación de la sociedad. Normalmente, en una sociedad preparada (no
necesariamente en una sociedad rica) los daños do la naturaleza directos sobre
los seres humanos son mínimos comparados con los que se producen en una
sociedad desorganizada.
Los humanos pueden ejercitar la violencia directamente (una agresión física, por
ejemplo), pero también indirectamente (por ejemplo, creando estructuras
sociales en las que por definición no estemos organi7ados para enfrentar los
fenómenos naturales).
A menudo somos muy conscientes de la violencia directa y poco o nada de la
violencia indirecta (o estructural). Las dos muchas veces, la segunda lo es más
que la
El segundo aspecto en el que esta definición de violencia delimita conceptos, es
aquel que la mide por su efecto: reducción de la posibilidad do realización del
ser humano. Esto es importante porque, de acuerdo a ello, no toda fuerza o
presión ejercitada por un humano sobre otro deviene en violencia. Sabemos que
hay presiones o fuerzas que son beneficiosas en el proceso de socialización.
Esta definición pretende, per ello, diferenciar los conceptos de fuerza positiva y
de violencia, negativa por el resultado.
Otros aspectos importantes de esta definición de violencia son los de considerar
presiones de naturaleza física (lesiones, muerte), psicológica (lavados de
cerebro, desestabilización emociona) o de naturaleza espiritual (por ejemplo,
agresiones de naturaleza cultura, racismo, etc. que si bien en un sentido podrían

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se/- también psicológicas, pueden ser identificadas con aspes superiores de la
vida humana).
Todo ello quiere decir que cuando hablamos de la violencia, no tratamos un tema
pura o básicamente físico. Probablemente, analizadas las cosas desde una
visión integral, son muchos y más graves los casos de violencia psicológica o
espiritual que de violencia física, y también es probable que la violencia directa
sea igual o aún menos importante que la violencia estructural que se vive en la
sociedad contemporánea. Estudios empíricos de largo aliento podrán despejar
estas incógnitas, pero lo cierto es que hoy por hoy no tenemos base segura para
sostener que la violencia física directa siga siendo la forma predominante de
perjuicio a la realización del ser humano.
Si la paz es la antípoda de la violencia, entonces el contralto con este concepto
de violencia nos dará algunas pistas sobre ella. Las que consideramos más
destacables son:
.Como la violencia parte de relaciones entre los seres huma-nos su antípoda, la
paz, tendrá que construirse para cada ser humano, pero en el contexto de las
relaciones sociales. Es decir, es un concepto humano integral; toma a cada una
de las personas tanto en su dimensión individual como en su dimensión social:
la paz es una construcción personal, indi-vidual y social; no es sólo lo uno o lo
otro.
.Desde luego, paz será siempre la ausencia de presión negativa 'sobre los seres
humanos. Esto es lo que se llama paz negativa en la, literatura especializada y
consiste en una definición también negativa: la paz negativa no es un proyecto
positivo. Es, simplemente, la ausencia de violencia. No construye nada humano.
Es una ausencia (aunque, desde luego, una buena ausencia).
.La paz no tiene solamente que ver con la ausencia de presión negativa directa
de un ser humano contra otro. Puede en efecto existir esa situación (ningún. ser
humano agravia cara a cara a otro ser humano) pero, sin embargo, la sociedad
está organizada de tal manera que los seres humanos no pueden realizarse
plenamente: por ejemplo, si se les niega toda participación creativa en la vida
social; si tienen que conformar-se con trabajar acríticamente y sin participar en
el diseño de la sociedad, es decir, sin participación política alguna).
La paz, en su definición humana más completa, significa una situación en la cual
la realización del ser humano es posible porque se dan las condiciones de
relación humana y de estructura social que facilitan el desarrollo de las
potencialidades de las personas. Este concepto de paz es integral, porque
combina la ausencia de violencia directa o estructural, con la posibilidad de
realización del ser humano, y alumbra un sendero constructivo para la
organización de la sociedad: construirla para que los seres humanos se realicen.
Esto no es sólo una conclusión abstracta, retórica. Tiene consecuencias muy
concretas. Por ejemplo, nos permito preguntarnos: ¿hemos organizado un país
para que la gente se realice, o tiene estorbos para ello? Todavía podemos
preguntarnos más concretamente: ¿la institución en la que participo

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(universidad, ONG, facultad, empresa, etc.) está organizada para que la gente
se realice, tanto la quo está dentro como la que toma contacto con ella, o habría
que cambiarla o mejorarla y en qué?
Cuando una perspectiva teórica de las cosas permite preguntas críticas y
positivas, colabora a la construcción de mejores condiciones humanas. Creemos
que cate concepto do paz lo hace. En verdad, así lo consideran muchos aspectos
de la teoría reciente sobre ir enología (la ciencia de la paz).
Este concepto de paz, como conjunto de condiciones de realización del ser
humano, es lo que en la teoría se suele denominar paz positiva.

PAZ: DIMENSIONES INDIVIDUAI, Y SOCIAL


Consideramos que el tema de paz y civismo debe ser entendido en el contexto
de la paz positiva que incluye tanto la ausencia de violencia, como la creación
de condiciones de realización del ser humano, y todo ello en el contexto de la
organización de la sociedad.
Así enfrentadas las cosas, la paz no consiste meramente en la ausencia de
violencia directa ni es sólo una aspiración inalcanzable. Por el contrario, se
convierte en un instrumento conceptual que permite analizar críticamente la
sociedad y construir condiciones de vida, de progreso humano, es decir, más
humanas.
Desde luego, hay aquí un componente que, hasta cierto pun-to, es indefinible o,
tal vez mejor, no cuantificable: la realización humana. Pero, a nuestro juicio, ésta
es una observación de validez relativa: en la mayoría de las situaciones podemos
determinar si la persona se halla o no en un contexto que permito su realización.
Hay, es verdad, casos discutibles y zonas grises en las que no sabemos a ciencia
cierta si el resultado de fuerzas o presiones es a la larga positivo o negativo. Sin
embargo, es probable que estos casos sean los menos y siempre será posible
desarrollar conocimientos sobre el ser humano, así como instrumentos de
medición, que permitan aclarar las cosas de manera progresiva. Lo importante,
creemos, es mantener firme el concepto de que la paz debe ser un instrumento
de medición de la sociedad para beneficio de la realización humana.
No podemos, en un entorno como el de esta reunión, desarrollar extensamente
las consecuencias de estas afirmaciones. En las últimos diez años, la Asociación
Peruana de Estudios e Investigación para la Paz ha producido cerca de tres rail
páginas de estudios sobre paz y violencia, sólo para el Perú, y los países
andinos, fruto de investigaciones ad /loc. La bibliografía sobre paz crece
incesantemente en el mundo. Por ello, aquí nos limitaremos a señalar algunos
de los temas que consideramos importantes para analizar la problemática do la
paz desde este punto de vista.
Nuestra finalidad no es la de agotar los temas, sino la de poner en la vitrina
algunos de ellos para colaborar a la reflexión conjunta

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PAZ Y SUPERACION DE LA, MISERIA SOCIOECONOIECA
El Perú de los años del terrorismo se acostumbró a una discusión, uno de cuyos
términos era el siguiente: unos decían que la pobreza engendraba terrorismo y
otros que no porque si eso fuera cierto, en el Perú habría demasiados terroristas,
en la medida que los pobres existen en número significativo.
La relación entre pobreza y terrorismo existe pero está muy lejos de ser
mecánica. Tal vez, exista más bien, una relación entre extremas disparidades en
la distribución de la riqueza y formas de violencia (entre ellas el terrorismo). Es
un tema clásico de discusión que sólo pretendo recordar aquí, no desarrollar ni
mucho menos zanjar.
Sin embargo, la miseria no solamente tiene que ver con estos grandes y
dolorosos conflictos sociales. A veces tiene dimensiones desconocidas aunque,
en verdad, deberían ser previsibles.
Por ejemplo estudios empíricos han demostrado que muchas veces, los hijos de
familias pobres callan su hambre porque si protestan, inmediatamente se genera
una discusión entre los padres, que puede concluir con violencia física, si no con
la separación del hogar. La violencia que un niño puede sufrir al reprimir de esa
forma sus necesidades tan esenciales, tendrá luego un efecto incalculable en
sus posibilidades de ser un constructor de la paz. Antes bien, lo razonable es
que genere en su personalidad condiciones para la violencia, no sólo do
producirla como agresor sino, peor aún, de prepararlo para ser observador
pasivo do la violencia en la sociedad.
Otros estudios han señalado que si un menor de edad es obligado a mendigar
desde sus primeros años, sufre dos procesos muy complejos que a la larga le
generan una personalidad feble, que puede tener proclividad a la frustración y
en consecuencia a formas muy variadas de conducta violeta. El primer proceso
en que debe mendigar en vez de jugar. Con ello, su desarrollo emocional e
intelectual se frustra en niveles muy significativos y produce un yo débil, poco
creativo y con incapacidad de realización personal.
Un segundo proceso negativo consiste en que, para obtener la limosna, debe
hipertrofiar ciertas habilidades de pedigüeño, lo que a la vez, significa la
postergación del des-arrollo de otras habilidades. El niño que parece tener tanta
`fiara" para lograr una moneda en la luz roja de un semáforo, en realidad está
construyendo su incapacidad de desarrollo integral como ser humano y ello
conducirá, a su vez, a un yo débil, sin mayores posibilidades de realización en el
largo plazo.
Basten estos ejemplos para mostrar las tremendas complicaciones que presenta
la miseria en la sociedad, tanto para crear condiciones favorables a la violencia,
como para estorbar el progreso de la paz. La miseria es no sólo un problema
social en sí misma. También, y tal vez sobre todo, es un condicionante para la
producción de violencia en dimensiones incalculables por la construcción de

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personalidades fuertemente deficitarias de valores y posibilidades sociales
dentro mismo de la persona.
Es por eso correcto decir que la superación de la pobreza es creación de
condiciones de paz en muchos aspectos de la vida.

PAZ Y SUPERACION DEL RACISMO


El Perú es un país racista en la realidad, aunque no lo sea en las normas y, tal
vez tampoco en las buenas intenciones. Estudios recientes indican que a pesar
que la educación formal incide mucho en la no discriminación, las personas
incorporan plenamente los códigos del racismo para interpretar las situaciones
sociales, y para conducirse en ellas.
El racismo se transmite en el Perú a través de la familia., de las conversaciones
informales e, inclusiva, de la televisión, como por ejemplo determinadas
programas cómicos en los que se ridiculiza a ciertas razas o culturas y que son
tomados por cómicos, precisamente, porqué utilizan los códigos de
discriminación racial y cultural existentes.
El racismo no es sólo la postergación de los demás. Ni siquiera es sólo la
dominación de un grupo sobre el otro. Es más que esa: es la demonización de
la otra raza. Y si esto nos parece raro, basta ver nuestra propia experiencia: entre
nosotros expresiones como "blanco bruto» o "blanco de... tal por cual" carecen
de sentido por-que el insulte o la consideración de incapacidad humana no
corresponden al blanco como raza, sino a otras razas del país. Hace cuatro días,
una tesis de Magister aprobada en esta Universidad ha mostrado cómo ya en el
siglo XVI los españoles calificaron jurídicamente al indio de incapaz para el
trabajo y de '<miserable". Es bastante obvio que estas conceptualizaciones han
pasado a la vida social de manera plena y quo han pervivido por más de
cuatrocientos años con una longevidad y una energía dignas de mejor causa, es
decir, repugnantes. Es indudable que el racismo ha sido un obstáculo para el
desarrollo de decenas (si no cientos) do millones de seres humanos a lo largo
de nuestra histeria. Es un típico ejemplo de violencia estructural
sistemáticamente reproducido en el país, y con un clarísimo perjuicio a personas,
a grupos humanos y, en verdad a toda la sociedad. Superar el racismo es crear
condiciones de paz porque permitirá que muchos más se realicen cabalmente
en el Perú.

PAZ Y SUPERACION DEL MACHISMO


El machismo tiene consecuencias inconmensurables en nuestros países y,
particularmente en el Perú., para la producción de violencia sobre las personas.
La caricatura (desgraciadamente muy frecuente en la realidad) es la del maltrato
físico do la mujer por su pareja masculina.

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Es un, hecho grave en sí y documentado extensamente en el Perú, pero no es
el único, ni la única consecuencia que acarrea es el daño a la mujer maltratada.
Estudios recientes han mostrado los traumas que sufren los niños que ven a su
padre maltratar a su madre. Es probable que el peor efecto del maltrato a la
madre se produzca no en ella sino en los hijos menores de la pareja. La fuerza
contenida por la in-capacidad de defender a la madre del padre (o peor aún si se
trata de una pareja extraña a los niños), puede conducir más tarde a reacciones
de violencia directa imprevisibles con la propia pareja, con las hermanas o con
las hijas, reproduciendo el fenómeno con una gran intensidad.
El machismo conduce a la seducción y a la violación, predominantes bajo la
forma do agresión del varón a la mujer. Muchas veces, esto significa la
procreación de un hijo sin padre, cuando no rechazado también por la madre, en
mayor o menor grado de intensidad. El efecto que esto tendrá en el niño desde
la etapa pre-natal no es positivo en absoluto para la formación de un ciudadano
con vocación do paz.
También el machismo conduce al abandono de la familia y a la consiguiente
ilegitimidad de los hijos. El Perú ostenta un porcentaje de hijos ilegítimos (desde
esta definición), considerable-mente alto. El hijo abandonado por el padre no
sólo suele caer en la miseria, con los problemas que ya hemos mencionado, sino
también sufrirá los traumas emocionales de carecer de padre y, probablemente,
de sentir abandonada a su madre. Tampoco son efectos positivos para su
posterior conducta do ciudadano. Combatir el machismo bajo estas formas tan
extendidas y, desafortunadamente tan legitimadas en la cultura predominante de
los varones (como también de las mujeres, muchas veces resignadas a la
inevitabilidad do estas circunstancias) será un aporte decisivos al desarrollo de
condiciones de paz. Esto sobre todo si, como hemos visto, el fenómeno es
tremendamente extendido y afecta a porcentajes significativas de la población
del Perú.
Curiosamente, la protección de la familia pero no sólo ni básicamente bajo
formas represivas, sino desarrollando en las personas la vocación de
preservación do dicha institución natural, fortalecerá los esfuerzos de paz no sólo
en la sociedad en su con-junto, sino fundamentalmente en el interior de cada
individuo a través de un proceso de socialización más sano y formativo. Como
podemos ver, problemas y soluciones tan antiguos_, tienen siempre nuevas
posibilidades de aplicación positiva y, con ello, demuestran su solidez.
La idea es que hijos formados en un entorno familiar natural integrado y sólido,
serán mañana personas mejor capacitadas para la creatividad y para la paz, por
lo que también lo serán para el desarrollo de sí mismos y de los demás. Este es
sólo un atisbo de la importancia que para la paz tiene el proceso de socialización
del individuo.

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PAZ Y CONDICIONES DE PROGRESO SOCIAL
El ser humano tiene un ansia de progreso que parece consustancial a su
naturaleza. En verdad, el progreso entendido como el perfeccionamiento y el
bienestar de la persona en todas sus dimensiones es un elemento muy
importante para el control de la violencia y no sólo para el mejoramiento de la
persona en sí misma, sino también para la generación de condiciones de paz
social en el conjunto de las relaciones humanas.
Cabe preguntarse si tenemos o no una sociedad organizada para el progreso de
las personas que la conforman. Una breve mirada histórica parece llevar a la
conclusión de que no es así., que una buena parte de la población fue
sistemáticamente marginada del progreso.
Pacificar el Perú será preguntarse ¿cómo logramos crear condiciones sociales,
económicas y políticas para que en el país cada persona pueda decir de tanto
en tanto que está mejor que antes y que tiene un futuro gruesamente hablando
promisor?
Como es obvio, esta es una pregunta cargada de contenido político y es que en
realidad, la construcción de la paz, porque es una construcción de la sociedad,
es también de naturaleza política: consiste en un plan de construcción social.
Puede muy fácilmente verse, al mismo tiempo, que el progreso o el
estancamiento social está muy relacionado al machismo, a la miseria, al racismo,
y a muchos do los males que hemos descrito y cuestionada en esta exposición.
Es que el problema, como hemos dicho al principio, es humano y abarca la
integridad de la problemática individual y social

PAZ Y SOLUCION DEL PROBLEMA. DE LA CRIMINALIDAD


La criminalidad común se desarrolla constantemente en el mundo y también ha
sufrido un peligroso incremento cualitativo y cuantitativo en nuestro país.
El efecto violento inmediato de la criminalidad es evidente por sí mismo. Pero
hay otros efectos más sutiles y peligrosos.
Uno de ellos es la tendencia al aislamiento humano para ganar seguridad: de la
casa al trabajo y viceversa. No salir de noche, Los yapa no van a la calle porque
pueden ser agredidos, robados o secuestrados. ¿Qué tipo de vida humana es
ésta en la que para estar seguro hay que negarse a la sociabilidad? ¿Cuál es el
efecto que esto tiene en el proceso de socialización de los niños de hoy? No
estamos ya hablando aquí del acostumbramiento (y por tanto de la insensibilidad
y poco pudor) que un niño moderno duele mostrar frente a la violencia laica y
dolor físico humano, vuelto familiar en la calle, en las conversaciones, en la
materialidad del noticiero televisivo y que es un problema de grandes
dimensiones. Nos estamos refiriendo solamente al efecto' negativo que producirá
en las próximas generaciones el estar restringidas en su libre tránsito por los
espacios públicos gracias a la violencia común existente

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Y una dimensión tremendamente peligrosa de esto es la del acostumbramiento
y la aceptación pasiva. No es extraño escuchar algo así como: ¿de qué nos
quejamos, si hasta en Nueva York es imposible pasear por los parques de
noche? Es probable que en el imaginario social haya llegado a producirse una
cierta inevitabilidad de asociar 'progreso" con delincuencia. Después do todo,
¿cuál ciudad es más progresista que Nueva York? La asimilación de desarrollo
de la criminalidad con progreso económico es una corruptela muy peligrosa para
la paz social porque no sólo da resignación, sino que estimula a pensar que lo
uno y lo otro se relacionan. Para pacificar es importante luchar contra este
prejuicio y buscar mecanismos para lograr una disminución drástica de la
violencia común que, desgraciadamente, no agota sus efectos negativos en la
agresión física del malhechor a la víctima. Por el contrario, podría bien decirse
que ese no es sino sólo uno de sus efectos y, tal vez, ni siquiera el más grave.

TEMAS IMPORTANTES QUE SOLO TOCAMOS TANGENCIALMENTE


En este trabajo no hemos sino resumido los que aparecen como temas centrales
al objeto. De ninguna manera son todos. Pensemos sólo en el rol que cabo a los
medios de comunicación en la formación do la conciencia cívica colectiva.
Podremos preguntar-nos: ¿cumplen adecuadamente su función? ¿Cuáles son
los mecanismos que permitirán que la cumplan? Son preguntas que requieren
una respuesta en todos los ámbitos de la vida social: ético, económico,
institucional, de poder público, de concertación privada, de protección al
consumidor, etc. Tampoco nos hemos referido aquí al papel que juega la
organización política en cuanto tal: la calidad de la representación política; la
manera cómo se ejercita el poder del Estado; la posibilidad do participación del
pueblo; la seriedad con la que se lo informa al tomar decisiones políticas; la
organización de la estructura del Estado en toda su complejidad: poderes
dimensión nacional y local, etc. Todos estos factores tienen una importancia
decisiva en-la construcción de la paz y del civismo. Sin embargo„ son matarías
que, de por sí, requerirían para su desarrollo un lapso por lo menos igual al que
hemos tenido para abordar este tema hoy día. Por ello, simplemente, cabo
dejarlas mencionadas como temas fundamentales.
Finalmente, sólo hemos tocado tangencialmente temas muy importantes para la
paz como el autoritarismo, al hablar del racimo y, sobre todo, del machismo. El
autoritarismo en un sistema fundado en la sumisión incondicional a la autoridad
dice el Diccionario de la Lengua Española y no encontramos mejor definición que
ésa para lo que queremos referir.
Nosotros asimilamos inmediatamente el autoritarismo a la organización política.
Do hecho es un tema que hoy está en plena y acalorada discusión en el Perú.
Pero la orientación de este comentario, hoy, no es política sino social en el más
amplio sentido de la palabra. Por ejemplo, podemos preguntarnos: ¿cuán
autoritaria es la formación del niño en la casa? ¿En la escuela? ¿Cuán autoritario
es el régimen de trabajo en la institución de la que participo? ¿Cuántas veces
utilizo el argumento de autoridad en vez de la razón o el sentimiento para

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fundamentar las cosas como se debe? Son preguntas pertinentes porque el
autoritarismo es frustrante entre los seres humanos, que por definición buscan
el saber, el explicarse, el encontrar las causas. En realidad, desde este punto de
vista, el autoritarismo es una forma de violencia muy sutil y, con seguridad, de
gran potencia. Es muy probable que las raíces autoritarias de nuestra cultura
estén no en la organización política sino en la conducta familiar, sobre todo de
los padres para con los hijos. La literatura política clásica del Estado Moderno (a
partir de los siglos XVI y XVII, hace una permanente analogía del poder del padre
dentro de la familia, con el poder del príncipe dentro de la sociedad, en base a
la patria potestas romana que, como sabemos era en realidad una potestas. Son
los liberales del siglo XVIII en adelante los que se rebelan a este argumento
paternalista y autoritario. Por consiguiente, es muy probable que nosotros
basemos el autoritarismo en las relaciones más íntimas del ser humano: las
paternos filiales. Para lograr un ciudadano modelo, o cuando menos pava
acercarnos a él, es preciso combatir, el autoritarismo y generar una conciencia
de responsabilidad y participación. Pero en ello, por las consideraciones hechas,
tendremos que ir contra nuestras propias convicciones.

A MANERA DE SINTESIS
A través del desarrollo anterior podemos ver cómo el tema de la construcción de
la paz pasa por muy diversas instancias. La formación del individuo en cuanto
tal es un primer paso esencial. La necesidad de lograr que desarrolle todas sus
capacidades para que se convierta en una persona de yo sólido, de posibilidades
creativas y de realización es, verdaderamente, el primer paso para lograr al buen
ciudadano del futuro.
Esta tiene que ver con que tenga lo esencial para vivir desde el punto de vista
físico y espiritual, pero también con que pueda llegar a tener una familia
sólidamente establecida, que le dé seguridad y capacidad de desarrollo sano. La
familia, por tanto, es un elemento fundamental para la pacificación de la
sociedad.
Las relaciones intrafamiliares son muy importantes. Aquí no nos hemos detenido
a analizar las relaciones de paternidad y filiación con detalle porque su
importancia en el contexto es obvia. Pero sí nos interesa destacar qué aspectos
como el machismo, son de una perniciosa influencia en la malconformación del
ser huma-no para la paz. Si no logramos cambiar asuntos tan importantes y tan
perseverantes, difícilmente podremos construir una sociedad pacífica en el largo
plazo.
En el plano social son importantes muchas cosas. Una sociedad con racismo,
con delincuencia y con miseria difícilmente podrá crear condiciones de paz. Y los
tres son problemas atávicos en la sociedad peruana. ¿Cómo iniciar la
transformación para ser real-mente eficientes en ella? la respuesta a estas
interrogantes puede llegar a ser tremendamente conflictiva, aún en el plano
político, pero no debemos rehusar su abordaje.

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En resumen, paz y civismo son un reto de largo plazo y de concepción global de
la vida y de la sociedad. Lo importante creemos, es no desmayar ni en la valentía
para realizar el diagnóstico de lo malo, ni en el esfuerzo para buscar las
condiciones do progre-so humano. El problema más grave a enfrentar puede ser
que, como henos visto al mencionar el autoritarismo, muchas veces nos
encontraremos con que buscar la paz os chocar con nuestras propias
convicciones, porque ellas han sido a su vez forjadas en el contexto de la
sociedad existente, con sus virtudes y sus defectos.
Descartes planteó como uno de los postulados de su método de pensamiento,
dudar hasta que la proposición sea clara y distintamente cierta. Sería bueno que
los peruanos (como en verdad todos los humanos), aplicáramos esta receta a
nuestras concepciones de lo que es pacífico y violento, de lo que es correcto e
incorrecto. Probablemente encontraremos, no sin horror, que para cambiar la
sociedad primero tendremos que cambiar nosotros, nuestras relaciones y
nuestras formas de actuar. Eso no será suficiente pero, sin ello, difícilmente
podremos contribuir con nuestro grano de arena a cambiar a la saciedad en pos
de la paz.

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