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1.

Lectura rápida

1. Relájate

Busca un lugar adecuado para tu lectura. Necesitas comodidad, aunque no


demasiada, pues también es necesaria buena postura y buena iluminación. Sentarte
frente a un escritorio es una excelente opción, siempre y cuando el escritorio esté
limpio y ordenado. Con esto evitarás distracciones.

2. No leas en voz alta

Tampoco susurres. Es más, no muevas los labios. Muchas personas


creen que leer en voz alta sirve para mejorar la concentración, pero esto
depende mucho más de un buen entorno. Cuando lees en voz alta, en
realidad lo que estás haciendo es repetir lo que ya has leído. Así que
mejor aprende a escuchar a tu yo interior y deja la lectura en voz alta
para cuando leas para alguien más.

3. Persigue las palabras

Puedes utilizar un lápiz o un palillo para guiar tu lectura. El objetivo es que tus ojos
‘alcancen’ las palabras que vas señalando. Este simple ejercicio aumentará
considerablemente tu velocidad al leer. Practica mucho y lleva a tus ojos al límite.
Intenta ir cada vez más rápido y descubre el punto máximo en el que no sacrificas la
retención de las palabras. Seguro te sorprenderás.

4. Agrupa las palabras

Con esta técnica darás pequeños saltos de un grupo de palabras a otro. Comienza
dividiendo oraciones en grupos de tres o cuatro palabras y, con algo de práctica, en
poco tiempo podrías estar leyendo renglones completos con solo fijar la mirada
brevemente. Para practicar, puedes utilizar un plumón para dividir las oraciones.

5. Nunca te regreses

¿Cuántas veces regresamos algunos renglones más arriba o incluso volvemos a la


página anterior porque no comprendimos algo importante? Esto es, en realidad, un
error de lectura. Aprende a confiar en tus ojos y en ti mismo y te sorprenderás de tu
capacidad de comprender mucho más de lo que crees. Así que ya lo sabes: nunca,
nunca, nunca regreses la vista. Con este simple ejercicio enseñarás a tu cerebro para
que comprenda todo lo que vas leyendo.

Errores en lectura rápida:

El primer grupo está compuesto por:

 Silabear o fragmentar las palabras.


 Saltarse renglones.
 Mover la cabeza para acompañar la lectura.
 Vocalizar los sonidos que se leen, ya sea en voz alta o mentalmente.

Estas cuestiones, según Bernal, impiden alcanzar el promedio normal de


250 palabras por minuto.

Entre los errores del lector avanzado, por su parte, se encuentran:

 Un exceso de fijaciones oculares: detener la vista en cada palabra que


se lee y no en los bloques de texto.
 Retroceder y releer por falta de concentración.
 Insuficiencia de vocabulario.
 No saber para qué se lee; para Bernal, saber qué se quiere aprender es
clave para leer más rápido un texto.
 No hacer un calentamiento previo -como un deportista- antes de una
larga sesión de lectura o estudio.

2 técnicas de lectura rápida:

- Técnica del Marcador

Alargando el dedo y señalando lo que vas a leer a continuación.


Literalmente marcando la letra o palabra (de ahí el nombre). Esto es
esencial para la lectura rápida porque establece una conexión entre el
texto que lees y tu cerebro.

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