1. Previene la acción cancerígena de los radicales libres
Los antioxidantes bloquean el efecto perjudicial de los radicales libres
que se crean durante la respiración, a causa de la contaminación, las infecciones, el estrés, las dietas ricas en grasas y la sobreexposición solar. Con los años, los radicales libres aumentan el riesgo que se produzcan alteraciones genéticas, es decir, pueden favorecer la aparición de cáncer.
2. Favorece la salud cardiovascular
La alteración del colesterol de densidad baja (el llamado "malo") por
acción de los radicales libres está relacionada con el inicio y el desarrollo de la ateroesclerosis. Los antioxidantes tienen acción bloqueadora de los radicales libres y, por lo tanto, contribuyen a reducir el riesgo que las arterias y venas del corazón y del cerebro se taponen.
3. Ayuda a digerir mejor
Las endibias, por su contenido en una sustancia llamada intibina −que es
la que le da el sabor amargo−, mejoran la función del hígado. En concreto, lo hace a través de dos acciones: son coleréticas y colagogas. La primera característica quiere decir que estimulan la producción de jugos biliares por parte del hígado, y la segunda significa que favorece la descarga de bilis al intestino. Por lo tanto, ayudan a digerir las comidas grasas.
La endibia es mejor consumirla en crudo, puesto que, con la cocción, se
eliminan la mayoría de las vitaminas (especialmente las hidrosolubles como la C o las del grupo B). ¿Cómo escoger las endibias en el mercado? Es mejor elegir los ejemplares limpios, sin golpes. Las endibias con las hojas más verdes serán más amargas y las más blancas, menos. Buscaremos las que tengan las hojas lisas porque así serán crujientes. Una vez en casa, las podemos conservar en el frigorífico entre cinco y siete días dentro de una bolsa de plástico perforada.
Endibias de cultivo ecológico, de proximidad y de temporada
Cómo habéis podido ver en la introducción, el cultivo de la endibia fuera
de temporada es un poco artificial, por lo tanto, es mejor consumirla cuando es temporada plena (verano-otoño) y que sea de cultivo de proximidad. Como nos comeremos las hojas, especialmente las más externas, porque son las que tienen más sustancias nutritivas, es mejor que se haya cultivado de forma ecológica.