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Principios o reglas del Derecho Probatorio

Como reglas técnicas, principios generales o informativos del derecho probatorio, de


obligatorio cumplimiento por el juez y por las partes, por ser normas de orden público, se
precisan:

1. Libertad en los medios probatorios a


recaudar
(A diferencia de la fijación previa de tales medios) a los cuales hay que recurrir, en forma
aislada o conjunta, para probar todo hecho o acto jurídico (C.P.C. art. 175), salvo aquellos
que requieren ciertos y determinados medios -ad solemnitatem-;

“Libertad.- Los hechos y circunstancias de interés para la solución correcta del caso, se
podrán probar por cualquiera de los medios establecidos en este código o por cualquier otro
medio técnico o científico, que no viole los derechos humanos” (Ley 906/2004, art. 373. En
igual sentido Ley 600/2000, art.237).

2. Apreciación razonada
Especial delegación al juez de la facultad para apreciar, en forma conjunta y exponiendo
razonadamente el mérito que le asigne a cada medio probatorio, conforme a las reglas de la
sana crítica, sin perjuicio de las solemnidades previstas en la ley sustancial para la existencia
o validez de ciertos actos (C.P.C. art. 187).

“Criterios de valoración.- Los medios de prueba, los elementos materiales probatorios y la


evidencia física, se apreciarán en conjunto. Los criterios para 76 apreciar cada uno de ellos
serán señalados en el respectivo capítulo” (Ley 906/2004, art.380).

3. Formalidades
El recaudo probatorio se encuentra sometido al sistema temporal y ritual, para la
incorporación de los medios probatorios al proceso. En consecuencia:

3.1. La carga de la prueba


Corresponde a las partes probar el supuesto de hecho de las normas que consagran el efecto
jurídico que las mismas persiguen (C.P.C. art. 177).
“Corresponderá al órgano de persecución penal la carga de la prueba acerca de la
responsabilidad penal. La duda que se presente se resolverá a favor del procesado.

En ningún caso podrá invertirse esta carga probatoria” (Ley 906/2004, art. 7º).

3.2. La conducencia
“Las pruebas deben ceñirse al asunto materia del proceso” so pena de que el juez rechace in
limine las legalmente prohibidas o ineficaces, las que versen sobre hechos notoriamente
impertinentes y las manifiestamente superfluas (C.P.C. art. 178).

“Pertinencia.- El elemento material probatorio, la evidencia física y el medio de prueba


deberán referirse, directa o indirectamente, a los hechos o circunstancias relativos a la
comisión de la conducta delictiva y sus consecuencias, así como a la identidad o a la
responsabilidad penal del acusado. También es pertinente cuando sólo sirve para hacer más
probable o menos probable uno de los hechos o circunstancias mencionados, o se refiere a
la credibilidad de un testigo o de un perito” (Ley 906/2004, art. 375).

3.3. Oportunidades probatorias


“Para que sean apreciadas por el juez las pruebas deberán solicitarse, practicarse e
incorporarse al proceso dentro de los términos y oportunidades señalados para ello en este
código” (C.P.C. art. 183), o sea:

3.3.1. La prueba documental


La prueba documentalanexa a la demanda, a las excepciones, incidentes o su respectiva
contestación o respuesta o los medios que hubieren sido allegados dentro de la
correspondiente inspección judicial u oportunidades en las que intervienen el juez y las
partes, por ser oportunidades en las que pueden presentarse pruebas que deben considerarse
y tenerse como integrantes del respectivo proceso, en cuanto no sean inadmisibles o
inconducentes, puesto que las pruebas así aportadas, cumplen con el requisito de ser públicas
y controvertidas, es decir, conocidas por la parte contra la cual se aducen quien tiene la
oportunidad y el derecho de fiscalizarlas y debatirlas.

3.3.2. Los medios de prueba


Los medios de prueba que hubieren sido decretados, practicados e incorporados (a petición
de parte o de oficio) dentro del término probatorio legal 77o judicialmente previsto para cada
clase de proceso o incidente o dentro de la ampliación de dicho término (C.P.C. arts. 183/4).
3.3.3. Ley 906/2004, art
374
Ley 906/2004, art. 374 : “Oportunidad de pruebas.- Toda prueba deberá ser solicitada o
presentada en la audiencia preparatoria, salvo lo dispuesto en el inciso final del artículo
357, y se practicará en el momento correspondiente del juicio oral y público”.

3.4. Preclusión de la prueba


Del latín prae -clusio, la preclusión se concibe como la “extinción, clausura, caducidad;
acción y efecto de extinguirse el derecho a realizar un acto procesal, ya sea por prohibición
de la ley, por haberse dejado pasar la oportunidad de verificarlo o por haberse realizado otro
incompatible con aquel.- II.- Principio procesal así designado por oposición al denominado
de secuencia discrecional, según el cual el juicio se divide en etapas, cada una de las cuales
supone la clausura de la anterior sin posibilidad de renovarla“ (Eduardo Couture,
Vocabulario Jurídico. Montevideo, Edit. Facultad de Derecho, 1960, pág. 4777).

La preclusión “consiste en la pérdida de una facultad procesal por haberse llegado a los
límites fijados por la ley para el ejercicio de esta facultad, en el juicio o en una fase del juicio”
(Giuseppe Chivenda, Instituciones de Derecho Procesal Civil, Traduc. E. Gómez Arboneja,
2ª Edic. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1948, T. I pág. 385), de manera tal que al no
contestarse la demanda, en tiempo, precluye la facultad para interponer excepciones; no
aportar o solicitar las pruebas, dentro del término y en las oportunidades establecidas, no
presentar la liquidación del crédito, no interponer los recursos dentro del término para ello
previstos, impide hacerlo en momento procesal diferente.

La preclusión se presenta cuando el sujeto procesal deja transcurrir la correspondiente


oportunidad, sin ejecutar o realizar el acto o conducta o cuando el juez (dentro del proceso o
en materia probatoria), deja pasar la oportunidad, o límite de tiempo, para el ejercicio de las
facultades que la ley le otorga.

Pese a que en el proceso penal no existe preclusión para establecer la verdad real -y la
preclusión probatoria es menos rigurosa-, las pruebas deben ser aportadas dentro de las
respectivas etapas que la ley señala, sin que el juez, pueda reabrir la instrucción o señalar
nuevo término probatorio.

4. Contradicción de la prueba
Los medios de prueba aportados al proceso deben ser controvertidos por los sujetos
procesales, cuando menos han debido tener, tales sujetos, la posibilidad de controversia, lo
cual se materializa en la presencia y participación de la práctica, en su aporte o discusión;
por lo menos, deben haber sido informados oportunamente, sobre la existencia, práctica,
aporte o recaudo procesal del respectivo medio de prueba, excepción hecha de la prueba
sumaria que, por su naturaleza, está llamada a producir efectos transitorios y mientras se surte
la 78indicada controversia, cual sucede con la prueba sumaria que el poseedor puede aportar
como soporte de su oposición al secuestro (Parágrafo 2º art. 686 C.P.C.) o a la entrega (art.
338 nrl. 2º id.), a condición del subsiguiente trámite para surtir la controversia.

La igualdad de las partes y la publicidad de las pruebas son elementos de la contradicción de


las mismas (sólo se puede controvertir la prueba que se ha dado a conocer).

El art. 29 de la Constitución Política determina el derecho a controvertir las pruebas que se


aportan al proceso, para cuyos efectos, el art. 183 del C.P.C. establece:

“Para que sean apreciadas por el juez las pruebas deberán solicitarse, practicarse e
incorporarse al proceso dentro de los términos y oportunidades señalados para ello en este
Código.

La igualdad de oportunidades que las partes e intervinientes tienen para ejercer sus derechos
en materia probatoria, comprende el derecho para ofrecer y para producir los medios
probatorios que al efecto correspondan así como el derecho a controlar, en su integridad, la
producción e incorporación de los medios de prueba que la otra parte o interviniente alleguen
y el de alegar su mérito o realizar y manifestar las observaciones que resulten pertinentes en
curso del litigio. En consecuencia:

La parte contra quien se opone un medio de prueba, debe tener la oportunidad procesal para
conocerla, para discutirla y contraprobar. En otros términos: todo medio de prueba debe ser
aportado al proceso con conocimiento, audiencia y participación de las partes, por lo que no
puede existir prueba alguna sin la oportunidad de contradecirla, con lo que se excluye la
prueba secreta, sin el conocimiento de la parte contraria o bajo el simple conocimiento del
juez. La prueba practicada sin la observancia de tal requisito carece de todo valor (es nula de
pleno derecho la prueba obtenida con violación del debido proceso, lo dispone el art. 29 de
la Constitución Política).

“Además de conocer la prueba, de intervenir en su práctica, de objetarla, discutirla y


analizarla, la conclusión del juez sobre la prueba debe ser conocida por las partes y estar a
disposición de cualquier persona que, en aquella, tenga interés para cumplir, así, la función
o carácter social, por lo que la contradicción y la publicidad de la prueba es requisito
fundamental para su valoración.

Si se trata de prueba documental o anticipada también se apreciarán las que se acompañen a


los escritos de demanda o de excepciones o a sus respectivas contestaciones o aquellos en
que se promuevan incidentes o se les dé respuesta. El juez resolverá expresamente sobre la
admisión de dichas pruebas, cuando decida la solicitud de las que pidan las partes, en el
proceso o incidente.

Cuando el proceso haya pasado al despacho del juez para sentencia, las pruebas practicadas
por comisionado que lleguen posteriormente, serán tenidas en cuenta para la decisión,
siempre que se hubieren cumplido los requisitos legales para su práctica y contradicción...”
79

Ley 906/2004, “Art. 378.- “Contradicción.- Las partes tienen la facultad de controvertir,
tanto los medios de prueba como los elementos materiales probatorios y evidencia física
presentados en el juicio, o aquellos que se practiquen por fuera de la audiencia pública”.

Como cada uno de los medios de prueba tiene su propia forma de contradicción, así
encontramos:

a
La prueba trasladada
Las pruebas que se hubieren practicado, válidamente, en un proceso, pueden ser trasladadas,
en copia autenticada, a otro en donde serán apreciables sin más formalidades “siempre que
en el proceso primitivo se hubieren practicado a petición de la parte contra quien se aducen
o con audiencia de ella” (C.P.C. art. 185);

“Las pruebas practicadas válidamente en una actuación judicial o administrativa dentro o


fuera del país, podrán trasladarse a otra en copia auténtica y serán apreciadas de acuerdo con
las reglas previstas en este código”.

“Las pruebas legalmente practicadas en un juicio son aceptadas en otro, y esto, porque las
pruebas elaboradas legalmente, son actos jurídicos auténticos que demuestran la realización
de ciertos hechos determinados como suficientes para producir efectos también
determinados” ( LXXII pág. 42 (2) ).

Si se hubieren producido en otro idioma, las copias deberán ser vertidas al castellano por un
traductor oficial (Ley 600/2000, art. 239):

“Las partes tienen la facultad de controvertir, tanto los medios de prueba como los elementos
materiales probatorios y evidencia física presentados en el juicio, o aquellos que se
practiquen por fuera de la audiencia pública“ (Ley 906/2004, art. 378).

b
La confesión
La providencia que decrete el interrogatorio que, como prueba anticipada debe absolver una
de las partes, “se notificará a ésta personalmente; el de interrogatorio en el curso del proceso
se notificará por estado” (C.P.C. art. 205), para éste último caso, se citará al absolvente quien,
en forma personal, deberá concurrir en la fecha y hora para tal fin señalado; si por enfermedad
no lo puede hacer, se le prevendrá para que permanezca en su habitación el día y hora
señalados (204 idm.);

Requisitos en materia penal


En materia penal requiere: que se haga ante funcionario judicial; que la persona esté asistida
por defensor, previo informe sobre el derecho a no declarar contra sí misma y que sea hecha
en forma conciente y libre (Ley 600/2000, art. 280); el funcionario competente debe practicar
las diligencias pertinentes para determinar la veracidad de lo confesado y averiguar las
circunstancias de la conducta punible (Ley 600/2000, art. 281). Para la valoración de la
confesión, el funcionario judicial debe tener en cuenta las reglas de la sana crítica y los
criterios para apreciar el testimonio (Ley 906/2004, art. 282).

80

c
El testimonio
Las partes podrán interrogar al testigo, interrogatorio que puede ser ampliado por el juez,
requiriendo las aclaraciones y explicaciones que juzgue pertinentes (C.P.C. art. 218 nrls. 4 y
12).

En materia penal, toda persona, salvo las excepciones constitucionales y legales, tiene la
obligación de rendir el testimonio que se le solicite en la actuación procesal (en el juicio oral
y público o como prueba anticipada). Al testigo menor de 12 años no se le recibe juramento,
y en la diligencia deberá estar asistido por su representante legal, en lo posible o por pariente
mayor de edad a quienes se les tomará juramento pero acerca de la reserva de la diligencia
(Ley 600/2000, art.266, Ley 906/2004, art. 383).

5. Inmediación de la prueba
La inmediación de la prueba determina la relación que debe existir entre el juez y la prueba;
que sea el juez quien de manera personal y directa, sin intermediario alguno y como director
del proceso, practique o recaude los medios de prueba. La mediación, por el contrario,
permite que tal práctica y recaudo ocurra mediante funcionario o persona diferente al juez
que decide el litigio o el juicio.

La inmediación, pretende la intercomunicación directa entre el juez y las partes dentro del
respectivo proceso, fundamentalmente entre el juez y el recaudo de la prueba, puesto que le
permite, como fallador, estar más cerca de la fuente del conocimiento y de la convicción de
los hechos lo cual, a su vez, lo acerca o lo ubica en un plano más justo o equitativo y por
tanto “imprescindible para el logro de mejor justicia”.
La inmediación aconseja que el juez instructor, ya sea civil, laboral, administrativo o penal,
sea quien dicte la sentencia de fondo, por cuanto la recepción de las pruebas está íntimamente
relacionada con la decisión, pues la prueba es el medio para llegar a la decisión; “para que la
voz de las pruebas lleguen sin alterar el ánimo del juez, se requiere que ellas se presenten, en
cuanto sea posible, de manera inmediata ante dicho juez, a fin de que éste pueda examinarlas,
en forma inmediata y no a través de la penumbra de las imprecisiones de otras personas o de
las equívocas expresiones de otras cosas” (N. Flamarino De Maltesta, Op. Cit. T. I, pág. 101).
Es que “la prueba es tanto más segura como más próxima a los sentidos del juez se halle el
hecho a probar” (F. Carnelutti, Teoría General del Derecho, Roma, Edit. Foro Italiano, 1951,
No. 12 pág. 55).

La mediación e inmediación en el
ordenamiento Colombiano
El ordenamiento procesal instituye la inmediación, así: Código de Procedimiento Civil:
“Artículo 181. -“Juez que debe practicar las pruebas .- El juez practicará personalmente
todas las pruebas, pero si no lo pudiere hacer por razón del territorio, comisionará a otro para
que en la misma forma las practique...”

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Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000); artículo 234.- “El funcionario
judicial buscará la determinación de la verdad real... Durante la actuación, la carga de la
prueba de la conducta punible y de la responsabilidad del procesado corresponde a la Fiscalía.
El juez podrá decretar pruebas de oficio”, cuya práctica o recaudo tiene ocurrencia, luego de
haber sido escuchado el sindicado -dentro de la respectiva audiencia pública- (Art. 403 ib.).

Por su parte, los arts. 16 y 379 de la Ley 906/2004, establece: “Inmediación.- El juez deberá
tener en cuenta como pruebas únicamente las que hayan sido practicadas y controvertidas en
su presencia. La admisibilidad de la prueba de referencia es excepcional”.

Hay, sin embargo, partidarios de la mediación en materia probatoria, puesto que a la


inmediación le atribuyen la congestión y la crisis de la administración de justicia denotando,
para ello, la imposibilidad en la que el juez se encuentra para aplicar la inmediación que
delega en los subalternos con el asentimiento de los sujetos procesales; para evitar mayor
dilación y como, en últimas, es la segunda instancia quien define el pleito, la mediación que
así se aplica es la gran triunfadora.

Los partidarios de la mediación pretenden la intervención de comisionados, de instructores o


de funcionarios especializados en el decreto y práctica de las pruebas, pretendiendo agilidad
y eficacia en la administración de justicia.

Sin embargo, la experiencia ha demostrado lo contrario; no se concibe un instructor


(especialista en el decreto y práctica de pruebas) y un fallador que decida el respectivo
conflicto sin las facultades del primero. Al final, debe asumir el juez o fallador la
correspondiente instrucción, inclusive, para desvirtuar o suplir lo actuado por el instructor o
comisionado y, ello, redunda en mayor caos y en impedimento de una pronta y cumplida
justicia.

I
El hecho material es demostrable por cualquier medio
recibido en derecho, el acto jurídico tiene un régimen
probatorio determinado
“El fin de la prueba ante la jurisdicción es demostrar que un hecho ha sucedido o no, que
existió o no, o que existe en la actualidad: pero tratándose de hechos generadores de derechos
y obligaciones como son los que sostienen la acción o la excepción, es menester distinguir
entre el hecho material y el acto jurídico porque aquel es demostrable por cualesquiera
medios recibidos en el derecho, al paso que el segundo está sujeto a un régimen probatorio
determinado.

Acto jurídico es el humano que se ejecuta en orden a producir una incidencia jurídica; tal el
contrato, acto bilateral, o el unilateral como el concluido por el agente oficioso, o la
policitación, o la aceptación de la herencia; cuando se le invoca en juicio para sobre su
ocurrencia edificar pretensiones, han de probarse 82cuantas circunstancias lo constituyen no
como meros hechos materiales sino como sucesos concurrentes a dar estructura a la unidad
del acto jurídico, porque entre éstos los hay complejos, es decir, que no operan creando,
extinguiendo o transformando de inmediato una situación jurídica, sino que desde la
actividad original en donde se iniciaron se van proyectando sobre eventos futuros cuyo
acaecimiento los van configurando hasta llegar a una ocurrencia final en donde se
perfeccionan por último produciendo, entonces, todos los efectos queridos al consignar la
expresión voluntaria generadora de la actividad inicial. Tal el acto condicionado, como la
constitución del fideicomiso, que mantiene pendiente la existencia y realidad del derecho del
beneficiario mientras sobrevive el suceso prefijado como ocasión para consolidar en su
patrimonio el dominio eventual e incierto de que era titular pendente conditione.

En estos casos en que los derechos hallan su fuente en actos jurídicos complejos, todos los
diversos hechos que encadenados concurren a la formación de la fuente han de probarse no
como meros hechos materiales sino como actos jurídicos, arreglando la demostración de ellos
a las normas reguladoras de cada fenómeno. Por ejemplo la muerte de una persona, hecho
material que en tal carácter es susceptible de cualquier linaje de prueba, como el testimonio
de quienes hayan visto el cadáver, cuando es condición para que otro sujeto asuma una
calidad jurídica determinada se amolda a la índole general de la fuente cuando se la invoca
para pretender el derecho que en ella se origina; entonces su tratamiento probatorio no será
el propio de los hechos materiales sino el que compete al acto jurídico de cuyos complejos
factores forma parte generando con ellos, derechos y obligaciones” (T. LXIV, Pag. 80/1).
6. La necesidad de la prueba
Los hechos materia del litigio o del juzgamiento, deben ser probados dentro del proceso, en
forma regular y oportuna; sin la prueba de los hechos el derecho es inaplicable, o lo que es
lo mismo; lo que no aparece del juicio es como si no existiera; no basta que el juez sepa sino
que es necesario que lo sepa con arreglo a los resultados del juicio; el juez debe ejecutar -
según Ulpíano- lo que es justo y verdadero, de acuerdo con las pruebas legalmente recogidas
ante él, con los modos y formas legales.

Con la salvedad de las providencias de sustanciación, “Toda decisión judicial debe fundarse
en las pruebas regular y oportunamente allegadas al proceso” (reza el art. 174 del C. de P.C.).

“La prueba, en derecho comercial se regirá por las reglas establecidas en el Código de
Procedimiento Civil, salvo las reglas especiales establecidas en la ley” (C. de Co. art. 882,
inc. 2º) “Serán admisibles todos los medios de prueba señalados en el Código de
procedimiento Civil” (Art. 57 C.C.A.);

“Son admisibles todos los medios de prueba establecidos en la ley” (C.S. L. Art. 51).

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“Toda providencia debe fundarse en prueba legal, regular y oportunamente allegada a la


actuación” (C.P.P. D. 1700/91, art. 246, Idem art. 232 Ley 600 /00);

“No se podrá dictar sentencia condenatoria sin que obren en el proceso pruebas que
conduzcan a la certeza del hecho punible y la responsabilidad del sindicado” (Ib. 247).

“Conocimiento para condenar.- Para condenar se requiere el conocimiento más allá de toda
duda, acerca del delito y de la responsabilidad penal del acusado, fundado en las pruebas
debatidas en el juicio.

La sentencia condenatoria no podrá fundamentarse exclusivamente en pruebas de


referencia” (Ley 906/2004, art. 381).

7. Comunidad de la prueba
En cuanto las pruebas hubieren sido solicitadas y, aún decretadas -a petición de parte o de
oficio- sin que se hubieren practicado o incorporado al proceso, quien las hubiere solicitado,
en común acuerdo con su contraparte o en forma unilateral, puede desistir de su práctica e
incorporación, eventualidad en que corresponde al juez practicarlas de manera oficiosa. Así
lo establece el artículo 186 del C.P.C. cuando previene:

“Las partes pueden pedir de común acuerdo, en escrito autenticado como se dispone para la
demanda, que se proceda a dictar sentencia con base en las pruebas acompañadas a la
demanda y a la contestación, o que se dé por concluso anticipadamente el término para la
práctica de pruebas, desistiendo de las que estén pendientes, a fin de que el proceso continúe
su curso...”. Norma ésta reiterada por el artículo 20 de la Ley 446 de 1998, la cual dispone:
“Las partes de común acuerdo podrán solicitar al juez antes de precluir el término u
oportunidad probatoria y sin perjuicio de la facultad oficiosa de éste para decretar y practicar
pruebas que falle el proceso en el estado en que se encuentre...”, solicitud que conlleva tanto
el desistimiento de las pruebas que, hasta entonces, no se hubieren practicado o aportado
como el de los correspondientes traslados, recursos, incidentes, trámites especiales que los
sustituyen y en general de cualquier petición pendiente en esa fecha.

Una vez practicada, aportada o incorporada al proceso la prueba, independientemente de


quien la hubiere aportado, la hubiere solicitado, o habiéndose decretado de oficio o a petición
de parte, ni el juez ni las partes podrán prescindir de aquella, pues se transforma en elemento
o pieza común .

El artículo 344 del Código de Procedimiento Civil, por su parte, autoriza a las partes para
desistir -aún en forma unilateral- de los recursos interpuestos, de los incidentes, de las
excepciones y de los demás actos procesales que hayan promovido, pero “ No podrán desistir
de las pruebas practicadas, salvo respecto del documento que, habiendo sido tachado, quien
lo aportó desista de invocarlo como prueba.

8. Unidad de la prueba
Los diferentes medios de prueba recaudados en el proceso integran una unidad (conocida en
el derecho canónico como “información para perpetua memoria” y, como tal, inherente al
derecho de defensa, a su vez, constitutivo del debido proceso, de cuya valoración (conforme
a la sana crítica probatoria) depende la decisión del litigio.

Autor: Pedro Alejo Cañón R.

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