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“Libertad.- Los hechos y circunstancias de interés para la solución correcta del caso, se
podrán probar por cualquiera de los medios establecidos en este código o por cualquier otro
medio técnico o científico, que no viole los derechos humanos” (Ley 906/2004, art. 373. En
igual sentido Ley 600/2000, art.237).
2. Apreciación razonada
Especial delegación al juez de la facultad para apreciar, en forma conjunta y exponiendo
razonadamente el mérito que le asigne a cada medio probatorio, conforme a las reglas de la
sana crítica, sin perjuicio de las solemnidades previstas en la ley sustancial para la existencia
o validez de ciertos actos (C.P.C. art. 187).
3. Formalidades
El recaudo probatorio se encuentra sometido al sistema temporal y ritual, para la
incorporación de los medios probatorios al proceso. En consecuencia:
En ningún caso podrá invertirse esta carga probatoria” (Ley 906/2004, art. 7º).
3.2. La conducencia
“Las pruebas deben ceñirse al asunto materia del proceso” so pena de que el juez rechace in
limine las legalmente prohibidas o ineficaces, las que versen sobre hechos notoriamente
impertinentes y las manifiestamente superfluas (C.P.C. art. 178).
La preclusión “consiste en la pérdida de una facultad procesal por haberse llegado a los
límites fijados por la ley para el ejercicio de esta facultad, en el juicio o en una fase del juicio”
(Giuseppe Chivenda, Instituciones de Derecho Procesal Civil, Traduc. E. Gómez Arboneja,
2ª Edic. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1948, T. I pág. 385), de manera tal que al no
contestarse la demanda, en tiempo, precluye la facultad para interponer excepciones; no
aportar o solicitar las pruebas, dentro del término y en las oportunidades establecidas, no
presentar la liquidación del crédito, no interponer los recursos dentro del término para ello
previstos, impide hacerlo en momento procesal diferente.
Pese a que en el proceso penal no existe preclusión para establecer la verdad real -y la
preclusión probatoria es menos rigurosa-, las pruebas deben ser aportadas dentro de las
respectivas etapas que la ley señala, sin que el juez, pueda reabrir la instrucción o señalar
nuevo término probatorio.
4. Contradicción de la prueba
Los medios de prueba aportados al proceso deben ser controvertidos por los sujetos
procesales, cuando menos han debido tener, tales sujetos, la posibilidad de controversia, lo
cual se materializa en la presencia y participación de la práctica, en su aporte o discusión;
por lo menos, deben haber sido informados oportunamente, sobre la existencia, práctica,
aporte o recaudo procesal del respectivo medio de prueba, excepción hecha de la prueba
sumaria que, por su naturaleza, está llamada a producir efectos transitorios y mientras se surte
la 78indicada controversia, cual sucede con la prueba sumaria que el poseedor puede aportar
como soporte de su oposición al secuestro (Parágrafo 2º art. 686 C.P.C.) o a la entrega (art.
338 nrl. 2º id.), a condición del subsiguiente trámite para surtir la controversia.
“Para que sean apreciadas por el juez las pruebas deberán solicitarse, practicarse e
incorporarse al proceso dentro de los términos y oportunidades señalados para ello en este
Código.
La igualdad de oportunidades que las partes e intervinientes tienen para ejercer sus derechos
en materia probatoria, comprende el derecho para ofrecer y para producir los medios
probatorios que al efecto correspondan así como el derecho a controlar, en su integridad, la
producción e incorporación de los medios de prueba que la otra parte o interviniente alleguen
y el de alegar su mérito o realizar y manifestar las observaciones que resulten pertinentes en
curso del litigio. En consecuencia:
La parte contra quien se opone un medio de prueba, debe tener la oportunidad procesal para
conocerla, para discutirla y contraprobar. En otros términos: todo medio de prueba debe ser
aportado al proceso con conocimiento, audiencia y participación de las partes, por lo que no
puede existir prueba alguna sin la oportunidad de contradecirla, con lo que se excluye la
prueba secreta, sin el conocimiento de la parte contraria o bajo el simple conocimiento del
juez. La prueba practicada sin la observancia de tal requisito carece de todo valor (es nula de
pleno derecho la prueba obtenida con violación del debido proceso, lo dispone el art. 29 de
la Constitución Política).
Cuando el proceso haya pasado al despacho del juez para sentencia, las pruebas practicadas
por comisionado que lleguen posteriormente, serán tenidas en cuenta para la decisión,
siempre que se hubieren cumplido los requisitos legales para su práctica y contradicción...”
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Ley 906/2004, “Art. 378.- “Contradicción.- Las partes tienen la facultad de controvertir,
tanto los medios de prueba como los elementos materiales probatorios y evidencia física
presentados en el juicio, o aquellos que se practiquen por fuera de la audiencia pública”.
Como cada uno de los medios de prueba tiene su propia forma de contradicción, así
encontramos:
a
La prueba trasladada
Las pruebas que se hubieren practicado, válidamente, en un proceso, pueden ser trasladadas,
en copia autenticada, a otro en donde serán apreciables sin más formalidades “siempre que
en el proceso primitivo se hubieren practicado a petición de la parte contra quien se aducen
o con audiencia de ella” (C.P.C. art. 185);
“Las pruebas legalmente practicadas en un juicio son aceptadas en otro, y esto, porque las
pruebas elaboradas legalmente, son actos jurídicos auténticos que demuestran la realización
de ciertos hechos determinados como suficientes para producir efectos también
determinados” ( LXXII pág. 42 (2) ).
Si se hubieren producido en otro idioma, las copias deberán ser vertidas al castellano por un
traductor oficial (Ley 600/2000, art. 239):
“Las partes tienen la facultad de controvertir, tanto los medios de prueba como los elementos
materiales probatorios y evidencia física presentados en el juicio, o aquellos que se
practiquen por fuera de la audiencia pública“ (Ley 906/2004, art. 378).
b
La confesión
La providencia que decrete el interrogatorio que, como prueba anticipada debe absolver una
de las partes, “se notificará a ésta personalmente; el de interrogatorio en el curso del proceso
se notificará por estado” (C.P.C. art. 205), para éste último caso, se citará al absolvente quien,
en forma personal, deberá concurrir en la fecha y hora para tal fin señalado; si por enfermedad
no lo puede hacer, se le prevendrá para que permanezca en su habitación el día y hora
señalados (204 idm.);
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c
El testimonio
Las partes podrán interrogar al testigo, interrogatorio que puede ser ampliado por el juez,
requiriendo las aclaraciones y explicaciones que juzgue pertinentes (C.P.C. art. 218 nrls. 4 y
12).
En materia penal, toda persona, salvo las excepciones constitucionales y legales, tiene la
obligación de rendir el testimonio que se le solicite en la actuación procesal (en el juicio oral
y público o como prueba anticipada). Al testigo menor de 12 años no se le recibe juramento,
y en la diligencia deberá estar asistido por su representante legal, en lo posible o por pariente
mayor de edad a quienes se les tomará juramento pero acerca de la reserva de la diligencia
(Ley 600/2000, art.266, Ley 906/2004, art. 383).
5. Inmediación de la prueba
La inmediación de la prueba determina la relación que debe existir entre el juez y la prueba;
que sea el juez quien de manera personal y directa, sin intermediario alguno y como director
del proceso, practique o recaude los medios de prueba. La mediación, por el contrario,
permite que tal práctica y recaudo ocurra mediante funcionario o persona diferente al juez
que decide el litigio o el juicio.
La inmediación, pretende la intercomunicación directa entre el juez y las partes dentro del
respectivo proceso, fundamentalmente entre el juez y el recaudo de la prueba, puesto que le
permite, como fallador, estar más cerca de la fuente del conocimiento y de la convicción de
los hechos lo cual, a su vez, lo acerca o lo ubica en un plano más justo o equitativo y por
tanto “imprescindible para el logro de mejor justicia”.
La inmediación aconseja que el juez instructor, ya sea civil, laboral, administrativo o penal,
sea quien dicte la sentencia de fondo, por cuanto la recepción de las pruebas está íntimamente
relacionada con la decisión, pues la prueba es el medio para llegar a la decisión; “para que la
voz de las pruebas lleguen sin alterar el ánimo del juez, se requiere que ellas se presenten, en
cuanto sea posible, de manera inmediata ante dicho juez, a fin de que éste pueda examinarlas,
en forma inmediata y no a través de la penumbra de las imprecisiones de otras personas o de
las equívocas expresiones de otras cosas” (N. Flamarino De Maltesta, Op. Cit. T. I, pág. 101).
Es que “la prueba es tanto más segura como más próxima a los sentidos del juez se halle el
hecho a probar” (F. Carnelutti, Teoría General del Derecho, Roma, Edit. Foro Italiano, 1951,
No. 12 pág. 55).
La mediación e inmediación en el
ordenamiento Colombiano
El ordenamiento procesal instituye la inmediación, así: Código de Procedimiento Civil:
“Artículo 181. -“Juez que debe practicar las pruebas .- El juez practicará personalmente
todas las pruebas, pero si no lo pudiere hacer por razón del territorio, comisionará a otro para
que en la misma forma las practique...”
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Código de Procedimiento Penal (Ley 600 de 2000); artículo 234.- “El funcionario
judicial buscará la determinación de la verdad real... Durante la actuación, la carga de la
prueba de la conducta punible y de la responsabilidad del procesado corresponde a la Fiscalía.
El juez podrá decretar pruebas de oficio”, cuya práctica o recaudo tiene ocurrencia, luego de
haber sido escuchado el sindicado -dentro de la respectiva audiencia pública- (Art. 403 ib.).
Por su parte, los arts. 16 y 379 de la Ley 906/2004, establece: “Inmediación.- El juez deberá
tener en cuenta como pruebas únicamente las que hayan sido practicadas y controvertidas en
su presencia. La admisibilidad de la prueba de referencia es excepcional”.
I
El hecho material es demostrable por cualquier medio
recibido en derecho, el acto jurídico tiene un régimen
probatorio determinado
“El fin de la prueba ante la jurisdicción es demostrar que un hecho ha sucedido o no, que
existió o no, o que existe en la actualidad: pero tratándose de hechos generadores de derechos
y obligaciones como son los que sostienen la acción o la excepción, es menester distinguir
entre el hecho material y el acto jurídico porque aquel es demostrable por cualesquiera
medios recibidos en el derecho, al paso que el segundo está sujeto a un régimen probatorio
determinado.
Acto jurídico es el humano que se ejecuta en orden a producir una incidencia jurídica; tal el
contrato, acto bilateral, o el unilateral como el concluido por el agente oficioso, o la
policitación, o la aceptación de la herencia; cuando se le invoca en juicio para sobre su
ocurrencia edificar pretensiones, han de probarse 82cuantas circunstancias lo constituyen no
como meros hechos materiales sino como sucesos concurrentes a dar estructura a la unidad
del acto jurídico, porque entre éstos los hay complejos, es decir, que no operan creando,
extinguiendo o transformando de inmediato una situación jurídica, sino que desde la
actividad original en donde se iniciaron se van proyectando sobre eventos futuros cuyo
acaecimiento los van configurando hasta llegar a una ocurrencia final en donde se
perfeccionan por último produciendo, entonces, todos los efectos queridos al consignar la
expresión voluntaria generadora de la actividad inicial. Tal el acto condicionado, como la
constitución del fideicomiso, que mantiene pendiente la existencia y realidad del derecho del
beneficiario mientras sobrevive el suceso prefijado como ocasión para consolidar en su
patrimonio el dominio eventual e incierto de que era titular pendente conditione.
En estos casos en que los derechos hallan su fuente en actos jurídicos complejos, todos los
diversos hechos que encadenados concurren a la formación de la fuente han de probarse no
como meros hechos materiales sino como actos jurídicos, arreglando la demostración de ellos
a las normas reguladoras de cada fenómeno. Por ejemplo la muerte de una persona, hecho
material que en tal carácter es susceptible de cualquier linaje de prueba, como el testimonio
de quienes hayan visto el cadáver, cuando es condición para que otro sujeto asuma una
calidad jurídica determinada se amolda a la índole general de la fuente cuando se la invoca
para pretender el derecho que en ella se origina; entonces su tratamiento probatorio no será
el propio de los hechos materiales sino el que compete al acto jurídico de cuyos complejos
factores forma parte generando con ellos, derechos y obligaciones” (T. LXIV, Pag. 80/1).
6. La necesidad de la prueba
Los hechos materia del litigio o del juzgamiento, deben ser probados dentro del proceso, en
forma regular y oportuna; sin la prueba de los hechos el derecho es inaplicable, o lo que es
lo mismo; lo que no aparece del juicio es como si no existiera; no basta que el juez sepa sino
que es necesario que lo sepa con arreglo a los resultados del juicio; el juez debe ejecutar -
según Ulpíano- lo que es justo y verdadero, de acuerdo con las pruebas legalmente recogidas
ante él, con los modos y formas legales.
Con la salvedad de las providencias de sustanciación, “Toda decisión judicial debe fundarse
en las pruebas regular y oportunamente allegadas al proceso” (reza el art. 174 del C. de P.C.).
“La prueba, en derecho comercial se regirá por las reglas establecidas en el Código de
Procedimiento Civil, salvo las reglas especiales establecidas en la ley” (C. de Co. art. 882,
inc. 2º) “Serán admisibles todos los medios de prueba señalados en el Código de
procedimiento Civil” (Art. 57 C.C.A.);
“Son admisibles todos los medios de prueba establecidos en la ley” (C.S. L. Art. 51).
83
“No se podrá dictar sentencia condenatoria sin que obren en el proceso pruebas que
conduzcan a la certeza del hecho punible y la responsabilidad del sindicado” (Ib. 247).
“Conocimiento para condenar.- Para condenar se requiere el conocimiento más allá de toda
duda, acerca del delito y de la responsabilidad penal del acusado, fundado en las pruebas
debatidas en el juicio.
7. Comunidad de la prueba
En cuanto las pruebas hubieren sido solicitadas y, aún decretadas -a petición de parte o de
oficio- sin que se hubieren practicado o incorporado al proceso, quien las hubiere solicitado,
en común acuerdo con su contraparte o en forma unilateral, puede desistir de su práctica e
incorporación, eventualidad en que corresponde al juez practicarlas de manera oficiosa. Así
lo establece el artículo 186 del C.P.C. cuando previene:
“Las partes pueden pedir de común acuerdo, en escrito autenticado como se dispone para la
demanda, que se proceda a dictar sentencia con base en las pruebas acompañadas a la
demanda y a la contestación, o que se dé por concluso anticipadamente el término para la
práctica de pruebas, desistiendo de las que estén pendientes, a fin de que el proceso continúe
su curso...”. Norma ésta reiterada por el artículo 20 de la Ley 446 de 1998, la cual dispone:
“Las partes de común acuerdo podrán solicitar al juez antes de precluir el término u
oportunidad probatoria y sin perjuicio de la facultad oficiosa de éste para decretar y practicar
pruebas que falle el proceso en el estado en que se encuentre...”, solicitud que conlleva tanto
el desistimiento de las pruebas que, hasta entonces, no se hubieren practicado o aportado
como el de los correspondientes traslados, recursos, incidentes, trámites especiales que los
sustituyen y en general de cualquier petición pendiente en esa fecha.
El artículo 344 del Código de Procedimiento Civil, por su parte, autoriza a las partes para
desistir -aún en forma unilateral- de los recursos interpuestos, de los incidentes, de las
excepciones y de los demás actos procesales que hayan promovido, pero “ No podrán desistir
de las pruebas practicadas, salvo respecto del documento que, habiendo sido tachado, quien
lo aportó desista de invocarlo como prueba.
8. Unidad de la prueba
Los diferentes medios de prueba recaudados en el proceso integran una unidad (conocida en
el derecho canónico como “información para perpetua memoria” y, como tal, inherente al
derecho de defensa, a su vez, constitutivo del debido proceso, de cuya valoración (conforme
a la sana crítica probatoria) depende la decisión del litigio.