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Universidad pedagógica y tecnológica de Colombia

Seminario de autor moderno I


Laura Vanessa Hernández Moreno código: 202127374
Profesor: Camilo Diagama
Reseña.
Investigación sobre el conocimiento humano- David Hume
Sección 11: de la providencia y de la vida futura
En esta sección el autor pretende establecer la separación entre la
filosofía y las creencias especulativas de la religión. La explicación se
centrará del mismo modo como se ha venido demostrando en las
secciones anteriores, en la experiencia y la relación causa-efecto como
eje central del conocimiento humano, dejando a un lado las creencias
tradicionales que escasean de argumentos.
Esta sección esta escrita a manera de dialogo en la que el autor narra lo
compartido con un amigo. Comienza el autor a exponer las ideas que
comenta en la conversación, mencionando que en la antigua Grecia la
filosofía pudo haber florecido de una mejor manera, debido a que no
estuvo sujeta a los diferentes credos ni a leyes penales, como en el
tiempo moderno que, aunque la filosofía es mas robusta y resistente,
hay gran dificultad porque se oponen a ella.
Aquí interviene su amigo y menciona que, aunque lo que dice Hume
acerca de la filosofía suena excepcional, solo es el curso natural de las
cosas y es inevitable en cualquier lugar y de lo que se queja es un
elemento que, al juntarse con la superstición, se vuelve un enemigo
para la filosofía. Los dogmas especulativos de la religión son objeto de
disputa, explicando su amigo que esto no se concebía en edades
tempranas de la humanidad, debido a que era analfabeta y la idea
religión fue adecuada a su débil entendimiento y así crearon los credos
principalmente basados en cuentos de creencia tradicional. Es por esto
que cuando se concluye sobre la primera alarma que surgió de las
paradojas de los filósofos, estos maestros aparentaron haber vivido
desde la edad antigua, con armonía a sus creencias establecidas y de
haber hecho una justa repartición en dos; la primera reclamando para si
los sabios y la segunda poseyendo a las analfabetas.
Aquí el autor interviene diciendo que dejo a un lado la política y que no
supone que un sabio magistrado puede dudar o sospechar de ciertas
doctrinas filosóficas como la de Epicuro que, negando la existencia
divina, la providencia y vida futura, parecen aflojar los lazos de
moralidad.
Por lo tanto, el autor presenta un escenario en el que se pregunta si, en
una sociedad creyente, una posición similar a la de Epicuro, negando la
existencia de una deidad y una vida futura, sería incómoda para los
sabios. Ante tal discusión de estas creencias, ¿cómo se defendería
Epicuro de la comunidad ateniense? Ambos deciden tomar la posición de
Epicuro y los plebeyos atenienses y comienzan el razonamiento
apropiado imitando ese escenario.
El autor empieza a encarnar el personaje de Epicuro y declara ante la
asamblea ateniense (simulada por su amigo) que no pretende discutir lo
que atañe al origen y gobierno del mundo, sólo quiere averiguar hasta
qué punto fue lo que enseñó en su escuela sobre la filosofía especulativa
para la paz social y la seguridad del estado. Expone una serie de
argumentos, como el hecho de que se pueden inferir causas a partir de
los efectos y algunos ejemplos para explicar esta idea y como va
relacionada con el concepto de dios.
El punto central de Epicuro es el establecimiento de la conexión entre
causa y efecto y su proporcionalidad, cita como ejemplo que un cuerpo
de diez onzas colocado sobre cualquier peso puede servir como
evidencia de que el contrapeso de la balanza excede las diez onzas, pero
eso no basta para afirmar que supera las cien. Teniendo en cuenta este
ejemplo, establece lo siguiente “La causa debe ser proporcional al
efecto; si la proporción es exacta y precisa, no hallaremos nunca en ella
propiedades que apunten más allá o permitan inferencia alguna respecto
de otro designio o realización.”
Por otro lado, sí es posible admitir que los dioses son los autores de la
existencia u orden del universo, y proporcionalmente, poseen medidas
precisas de poder, inteligencia y benevolencia que se manifiestan en sus
obras. Sin embargo, no se puede inferir que suposiciones arbitrarias
alteren tales apariencias y atribuyan tales propiedades a la divinidad.
Es probable que negar la providencia y la vida futura esté relacionada
con el desorden general entre los hombres de la sociedad mencionada,
cuando son privados de la justicia divina que castiga o premia en la vida
futura, lo que significa que no la hay. Así, la afirmación de la
inexistencia puede tener un efecto negativo en el comportamiento de
dicha sociedad.
Luego continua su discurso con lo establecido a lo largo de la obra, que
es incierto derivar de la naturaleza una cierta razón intelectual porque
trasciende la experiencia humana.
Seguidamente continua la argumentación por parte del pueblo ateniense
(su amigo) trata de explicar que la experiencia no puede ser el único
criterio y proporciona ejemplos claros de obras imperfectas, pero de las
que se puede inferir una inteligencia superior, como un edificio a medio
construir del que sólo se puede concluir que tiene alguna inteligencia y
sigue siendo imperfecto, pero algo con el tiempo está completamente
construido, es decir, absolutamente perfecto. ¿Será posible que no
estemos acabados como una obra maestra? ¿Podemos estar de acuerdo
con el método de razonamiento en un caso y no en el otro?
Epicuro responde que, de hecho, podemos sacar la conclusión
precisamente en el caso del hombre que construye el edificio, porque
sabemos ampliamente por nuestra experiencia cómo procede el hombre,
conocemos sus motivos y planes, y además sus proyectos e
inclinaciones tienen una cierta conexión y coherencia con las leyes de la
naturaleza cuando no lo es, si tuviésemos razón al calificar este
razonamiento de complejo y erróneo.
También se podría explicar de la siguiente manera:
Supongamos que salimos de la casa y está el suelo mojado, entonces
podemos inferir que llovió y lo podemos comprobar, a partir de la causa
de la lluvia y inferir varias cosas:
entonces si el suelo está mojado es porque llovió, el pasto también está
resbaladizo por esta misma razón tendremos que caminar con cuidado,
es posible hacer esto porque hay una variedad de casos en este
ejemplo, donde muchas veces hemos presenciado la lluvia, sabemos lo
que es y hemos presenciado sus efectos en muchas ocasiones, entonces
sería válido inferir otro efecto a partir de la causa que es la lluvia, sin
embargo, la idea de dios no la niegan tal cual en la conversación y dicen
que si bien el efecto es el universo, dios creo al universo entonces
podemos ver sus efectos en el mundo material de muchas formas y
podemos razonar al punto a que lleguemos a una primera causa, dios,
sin embargo que sería lo que ellos denominan una hipótesis vacía
porque no tendría ningún sustento, sin embargo sería válida, pues
podemos pensar que dios existe, pero al final va a ser solo un
argumento que sirve para explicar algo que no entendemos o las cosas
que no alcanzamos a comprender. Si llevamos el razonamiento hasta la
idea de dios hasta ahí no hay problema para Hume, el problema es
cuando a partir de tomar como válida la existencia de dios comenzamos
a inferir otra serie de efectos de las cuales no estamos seguros,
considerando que es pura imaginación de los filósofos religiosos porque
no hay evidencia que lo pruebe por lo que dios está más allá de la razón
y es esta misma idea de la sección diez de que razón y fe no son
compatibles y tendrían que estar separadas. La fe busca justificarse a
través de la razón, pero al final se basa en algo que no se puede
comprobar o de lo que no tenemos experiencias para poder
comprobarlos, entonces de dios no podría inferir otras cosas como
serian la perfección o la bondad de dios, por ejemplo, esto ya sería solo
imaginación. Lo que nos tratan de explicar en esta sección, es
prácticamente que, si bien podemos inferir causas a partir del efecto, no
podemos proceder más allá en el caso de la primera causa que sería
dios por el hecho de que dios es un caso singular a la lluvia donde
hemos visto gran variedad de casos donde conocemos los efectos desde
diversas experiencias que hemos tenido. También nos pone el ejemplo
de una persona que está en la playa, está él arena mojada y hay una
huella en la arena, podría hacer la inferencia de que en este caso el
efecto sería la huella, la causa fue que una persona estuvo ahí, y a
partir de eso también se podrían inferir otros efectos. Por el hecho de
que es algo que pudo haber existido una vez. Hay una cantidad de
experiencias de las cuales podemos inferir demás cosas, otra muestra
de esto sería que, si solo hubiéramos visto una huella del pie derecho y
no la otra, podríamos inferir que había dos, pero se borraron, y así otra
variedad de casos, pero muy diferente al ejemplo de la idea de dios.
Concluye explicando que, por esta razón, ninguna filosofía del mundo, ni
ninguna religión, que es solo un tipo de filosofía, puede llevarnos más
allá de la experiencia ordinaria y no ofrecer otro criterio de conducta y
comportamiento que el reflejo de la vida cotidiana.

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