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PLAGUICIDAS

LÍMITE VERTICAL
“SEGURIDAD EN ALTURAS”
FICHA 2142193-3

GRUPO COLABORATIVO #3

ESTEFANÍA TORRES
MILENA GRISALES LÓPEZ
ROBINSON SAMIR SUAREZ

PRESENTADO A TUTOR:
GENNY CARVAJAL

SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE (SENA)


CENTRO TECNÓLOGICO DEL MOBILIARIO
JUNIO DE 2021
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PLAGUICIDAS

OBJETIVO GENERAL

Controlar plagas en plantas, animales y lugares en donde se almacenan


alimentos. Los plaguicidas son el único grupo de sustancias químicas que se
aplican deliberadamente en el medio ambiente.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

Los principales objetivos que se persiguen: 

* Aprovechar al máximo los productos aplicados, con el fin de reducir tanto los
costos como el impacto medioambiental, ya que son caros y en algunos casos
tóxicos.
* Maximizar el rendimiento del trabajo, entendido como superficie tratada por
unidad de tiempo, por razones principalmente de carácter económico. 
* Conseguir la máxima eficacia posible, desde los puntos de vista económico y
agronómico, para lo cual se requiere una distribución uniforme para el control de
las plaguicidas.

INTRODUCCIÓN

Desde las épocas tempranas del surgimiento y desarrollo del hombre, se tuvo la
necesidad de combatir las plagas que afectaban sus cultivos y productos, con el
uso de sustancias capaces de eliminarlos. En la llamada “era de los productos
naturales” (antes de nuestra era hasta mediados del siglo XIX), se tienen
evidencias en documentos escritos por Homero, del uso del azufre como sustancia
“purificadora” para eliminar los hongos; el rey de Persia, Jerjes, usó las flores de
piretro como insecticida y los chinos utilizaron los arsenitos para el control de
roedores y otras plagas, alrededor del primer milenio después de nuestra era.

A partir de la Revolución Industrial, se observó un crecimiento de las zonas


urbanas con una dependencia de las rurales para la obtención de los alimentos, lo
cual requería de una mayor producción, almacenamiento y protección de los
mismos. En consecuencia, hubo un incremento sustancial de producción de
sustancias químicas como parte del sostenimiento del desarrollo industrial y de la
agricultura, por lo que la rama química lanzó al mercado sustancias de toxicidad
inespecífica, pero de bajo costo.

En la segunda etapa, llamada “era de los fumigantes y derivados del petróleo” se


descubrieron accidentalmente la acción plaguicida de algunos elementos naturales
como el azufre, cobre, arsénico, piretrinas (sustancias obtenidas de los pétalos del
crisantemo (Chriysanthemum cinerariefolium) y el fósforo; así mismo se inició el
uso de los derivados del petróleo y se usaron otras sustancias relativamente
sencillas como el ácido carbónico y fénico, el sulfato de cobre con cal (caldo de
Burdeos), el acetoarsenito de cobre (verde de París) y diversos fumigantes como
el disulfuro de carbono y el bromuro de metilo.
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PLAGUICIDAS

La tercera etapa, llamada “era de los productos sintéticos”, comenzaron a


sintetizarse y utilizarse los dinitroderivados. Así mismo Müller, en 1940, descubre
las propiedades insecticidas del dicloro-difenil-tricloroetano, conocido como DDT
(Estrada, 1999), sustancia ampliamente conocida y utilizada en la segunda guerra
mundial, para la eliminación de algunos ectoparásitos que transmitían
enfermedades como el tifo.

A partir de esa fecha se sintetizaron otros plaguicidas potentes como los


organoclorados (poseen átomos de carbono, cloro, hidrógeno, en ocasiones
oxígeno y son muy estables en el ambiente) y los organofosforados (derivados del
ácido fosfórico), que son los más tóxicos y menos estables en el ambiente en
relación a los organoclorados.1,2 El objetivo del presente trabajo es exponer los
aspectos fundamentales de los plaguicidas relacionados con la salud humana y el
ecosistema.

DESARROLLO

Una herramienta muy importante a usar por los organismos estatales y no


gubernamentales cuando trabajan en la prevención de los daños causados por el
mal uso de los plaguicidas es el código internacional de conducta para la
distribución y uso de plaguicidas (Código Internacional). Fue adoptado por primera
vez en 1985 y actualizado sustancialmente en 2002, es un documento de
orientación de la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y
Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Desde su aprobación es considerado
como un estándar para la gestión de plaguicidas. Sus objetivos incluyen la
reducción de los riesgos asociados con la distribución y uso de plaguicidas, la
protección de la salud humana y el medio ambiente y el apoyo al desarrollo
agrícola sostenible, incluida la aplicación de las estrategias de Manejo Integrado
de Plagas (MIP). El Código es de particular importancia en aquellos países donde
el uso de plaguicidas es especialmente riesgoso, debido a las condiciones
nacionales y locales en que viven y trabajan las personas.

En los siete países del istmo centroamericano (Belice, Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) hubo un aumento constante en el
uso de plaguicidas en las últimas décadas, con un consumo per cápita de
plaguicidas de 1,3 kg de persona/por año, convirtiéndose en uno de los más altos
en el mundo. Se calcula que en años recientes se ha alcanzado un uso promedio
de 45 millones de kilos de ingredientes activos importados y preparados en 42
plantas industriales localizadas en esos países. Ese gran empleo de plaguicidas
estuvo acompañado de falta de cuidado en su uso y mercadeo y por su depósito
muchas veces inadecuado.

En los últimos años Cuba ha reducido en 50 % el uso de pesticidas químicos


mediante la utilización de soluciones biológicas para preservar los cultivos de
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PLAGUICIDAS

hortalizas y frutales de los parásitos e insectos además de emitir resoluciones


conjuntas MINSAP- MINAGRI acerca de la nueva estructura y funciones del
Registro Central de plaguicidas, que tiene a su cargo el estudio y aprobación del
uso de los mismos.8 Anteriormente, de 1990 a 2005 ya había disminuido en Cuba
el consumo de plaguicidas en 77 %. Esto ha sido posible gracias al desarrollo
alcanzado en el país del manejo ecológico de plagas (MEP) y a la implementación
del Programa Nacional de Control Biológico iniciado en 1988.

El uso cotidiano de esos químicos contribuye a la crisis de la agricultura que


dificulta la preservación de los ecosistemas, los recursos naturales, y afecta la
salud de las comunidades rurales y de los consumidores urbanos. La búsqueda de
la productividad a corto plazo por encima de la sustentabilidad ecológica,
practicada en las últimas décadas, ha dejado un saldo a nivel mundial de
contaminación y envenenamiento donde el pretendido remedio universal ha
resultado ser peor que la enfermedad.

El artículo 2° del código internacional de conducta para la distribución y utilización


de plaguicidas (FAO, 1990) define los plaguicidas como:

“cualquier sustancia o mezcla de sustancias destinadas a prevenir, destruir o


controlar cualquier plaga, incluyendo los vectores de enfermedades humanas o de
los animales, las especies no deseadas de plantas o animales que causan
perjuicio o que interfieren de cualquier otra forma en la producción, elaboración,
almacenamiento, transporte o comercialización de alimentos, productos agrícolas,
madera y productos de madera o alimentos para animales, o que se le pueden
administrar para combatir insectos, arácnidos u otras plagas en o sobre sus
cuerpos. El término incluye las sustancias destinadas a utilizarse como
reguladoras del crecimiento de las plantas, defoliantes, desecantes, agentes para
reducir la densidad de fruta o agentes para evitar la caída prematura de la fruta, y
las sustancias aplicadas a los cultivos antes o después de la cosecha para
proteger el producto contra la deterioración durante el almacenamiento y
transporte”

Los plaguicidas pueden ser de naturaleza química y biológica. Entre los primeros
existen alrededor de 1000 principios activos con los cuales se producen 30 000
formulados. Los plaguicidas biológicos tienen 195 principios activos y con ellos se
fabrican hasta 780 productos diferentes. Esta gran cantidad de mezclas fabricadas
a partir de diferentes principios activos a los que se asocian excipientes o
diluyentes denominados ingredientes inertes que constituyen una gran proporción
del producto y cuyos efectos nocivos superan frecuentemente los del propio
ingrediente activo, hace que sea difícil su manejo, de ahí que existan diferentes
clasificaciones, que favorecen el trabajo de las personas que interactúan con ellos,
además de tener cierto control sobre los efectos adversos sobre el ambiente y la
salud.
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PLAGUICIDAS

Algunos plaguicidas han sido identificados como un peligro a largo plazo para el
medio ambiente y están prohibidos o rigurosamente restringidos por convenios
internacionales, como el Convenio de Estocolmo sobre los Contaminantes
Orgánicos Persistentes (COP), que entró en vigor en mayo de 2004 y abarca 12
productos químicos, que incluye ocho plaguicidas y otros contaminados con
dioxina. Las clasificaciones incluidas en ese documento tienen una utilidad para
ayudar a las autoridades de los países en desarrollo a adoptar decisiones
prácticas destinadas a mitigar el riesgo de los plaguicidas y a dar prioridad, en sus
procedimientos reguladores, a la revisión de plaguicidas problemáticos
específicos.

Particularmente, los COP, son contaminantes que no se disipan fácilmente y


pueden permanecer en el medioambiente durante un tiempo prolongado. Dentro
de ellos están, el Aldrín, Clordano, DDT, Dieldrín, Endrín, Heptacloro,
Hexaclorobenceno, Mirex y Toxafeno, aunque el Comité de Examen de COP
(POPRC, en inglés) recomendó la inclusión de otros plaguicidas: clordecona,
lindano, alfa hexaclorociclohexano y beta hexaclorocicloexano. Estos
contaminantes, por su característica de ser lipo-solubles, pueden acumularse
progresivamente en la grasa de los animales vivos y rápidamente tener efectos
fisiológicos de largo plazo.

Los plaguicidas presentan múltiples clasificaciones en función de algunas de sus


características principales, su toxicidad aguda, la vida media, su estructura
química y su uso. En 1978, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció
una clasificación basada en su peligrosidad o grado de toxicidad aguda, definida
ésta como la capacidad del plaguicida de producir un daño agudo a la salud a
través de una o múltiples exposiciones, en un período de tiempo relativamente
corto.

Esta se basa principalmente en la toxicidad por vía oral en ratas y ratones.


Usualmente la dosis se registra como el valor de DL 50 (Dosis Letal Media) o de la
concentración letal media (CL 50), que es la dosis requerida para matar al 50 % de
la población de animales de prueba y se expresa en términos de mg/kg del peso
del cuerpo del animal. Ambos parámetros varían conforme a múltiples factores
como la presentación del producto (sólido, gel, líquido, gas, polvo, etc.), la vía de
entrada (oral, dérmica, respiratoria), la temperatura, la dieta, la edad, el sexo, etc.
Al basarse en la observación de especies animales, es importante señalar que
estos indicadores no proporcionan información sobre los efectos crónicos, ni sobre
la citotoxicidad de algún compuesto.

Un plaguicida es ubicado en la clase más estricta cuando existen diferencias en


los resultados de la toxicidad según vía de ingreso y cuando el ingrediente activo
produce daños irreversibles a los órganos vitales, es altamente volátil, acumulativo
en su efecto, o en observaciones directas se encuentra que es especialmente
peligroso o significativamente alergénico para el hombre.
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PLAGUICIDAS

Según el tipo de organismo que se desee controlar y la etapa del ciclo de vida
sobre la que actúan, se encuentran los insecticidas (larvicida, formicida,
pulguicida), los garrapaticidas, nematicidas, molusquicidas, rodenticidas, ovicidas
(columbicida), bacteriostático y bactericidas, fungicidas, herbibidas (defoliante,
arbusticida).

Una de las codificaciones encontradas con frecuencia en la literatura internacional


es según el grupo o familia química de estas sustancias, clasificándose en
Organoclorados (DDT, aldrín, etc.), Organofosforados (malatión), Carbamatos,
Tiocarbamatos, Piretroides, derivados bipiridilos (diquat, paraquat, etc.), derivados
del ácido fenoxiacético, derivados cloronitrofenólicos, derivados de las triazinas,
compuestos orgánicos del estaño, compuestos inorgánicos y los compuestos de
origen botánico. Ramírez y Lacasaña ofrecen otra clasificación.

En Cuba se utiliza una clasificación parecida a la de la OMS,  que establece cuatro


categorías según la DL dérmica de los plaguicidas: "A", "B", "C" y "D".

 Plaguicidas clase "A": son aquellos extremadamente tóxicos, por lo que


se evitará todo contacto con la piel, boca o vías respiratorias. Su carga y
descarga debe ser preferiblemente mecanizada, sus manipuladores deben
usar aditamentos específicos y ropa adecuada para su manipulación y
mantener una adecuada higiene personal (el baño y cambio de ropa) al
terminar el trabajo (Ej.: ácido cianhídrico, el bromuro de metilo, dibromuro
de etilo, acrilonitrilo y monofluoracetato de sodio o 1080, entre otros). Se
incluirán en este grupo todos aquellos plaguicidas con una DL 50 dérmica
inferior a 100 mg/kg.
 Plaguicidas Clase "B": son aquellos cuya incorrecta manipulación,
preparación o aplicación puede también producir frecuentes intoxicaciones,
por lo que deben utilizarse las mismas precauciones que para los de la
clase "A" (Ej.: gusatión, asuntol, heptacloro, baygón, nitrobenceno y fluoruro
de sodio). Además, se incluirán aquellos otros plaguicidas cuya
DL50 dérmica oscile entre 101 y 300 mg/kg.
 Plaguicidas Clase "C": son productos de menos toxicidad que los
anteriores. Debe tenerse cuidado de no ingerirlos y evitar su contacto con la
piel y vías respiratorias. Para su manipulación es necesario el uso de botas,
guantes y delantales impermeables, siendo importante también el aseo
personal (Ej.: Bi-58 (rogor), toxafeno, nabam, clordano, lindano, BHC,
diazinón, pentaclorofenol, oxalato de sodio, entre otros). También se
incluyen aquellos plaguicidas cuya DL 50 dérmica fluctúa entre 301 y 1 000
mg/kg de peso corporal.
 Plaguicidas Clase "D": son aquellos de más baja toxicidad, aunque para
su manipulación se recomienda el uso de guantes y buenas normas de
higiene personal (Ej.: DDT, aphidán, captán, baftol, ferbán, ziram, maneb,
entre otros). También se incluyen los demás plaguicidas cuya DL 50 dérmica
sea superior a 1 000 mg/kg de peso.
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PLAGUICIDAS

Usos más frecuentes de los plaguicidas

El uso de los plaguicidas es múltiple y variado. La agricultura es la actividad que


más emplea este tipo de compuestos, consumiendo hasta el 85 % de la
producción mundial, con el fin de mantener un control sobre las plagas que
afectan los cultivos. Un 10 % de la producción total de los plaguicidas se emplea
en salud pública para el control de las enfermedades transmitidas por vectores,
como la malaria, dengue, enfermedad de Chagas, entre otras; control de roedores,
etc.

La intensificación de la producción de alimentos conduce a menudo a un abuso de


plaguicidas. Da lugar a nuevos brotes de plagas (reapariciones), selecciona
poblaciones de plagas resistentes (insectos, bacterias y malas hierbas), aumenta
los riesgos para la salud humana y el medio ambiente y plantea obstáculos al
comercio (residuos). Los países reforman sus políticas para reducir estos
problemas y garantizar paralelamente una producción de alimentos intensificada
mediante la aplicación de alternativas a los plaguicidas.

También se emplean en la ganadería y en el cuidado de animales de cría y


domésticos; en el control de plagas de grandes estructuras como barcos, aviones,
trenes, edificios y centros comerciales. Se aplican en áreas verdes ornamentales y
de recreo como parques y jardines, para controlar la proliferación de insectos,
hongos y el crecimiento de hierba y maleza. Con el mismo fin, se esparcen a lo
largo de autopistas, vías férreas y torres con líneas de corriente de alta tensión.

En reservas naturales o artificiales de agua estos compuestos se emplean para


prevenir el crecimiento de hierbas, algas, hongos y bacterias. En la industria se
utilizan ampliamente en la fabricación de equipos eléctricos, neveras, pinturas,
papel, cartón y materiales para embalaje de alimentos, entre otros, para evitar en
estos productos el desarrollo de bacterias, hongos, algas, levaduras o que sean
dañados por plagas de insectos y/o roedores.24

Su uso en el hogar está dado por la incorporación de los mismos en productos


como cosméticos y champús para preservarlos del desarrollo de hongos y
bacterias, en repelentes de insectos y también en productos destinados al cuidado
de mascotas y plantas para atacar o prevenir infestaciones por insectos. 9

Efectos de los plaguicidas sobre el medio ambiente

La contaminación ambiental por plaguicidas está dada fundamentalmente por


aplicaciones directas en los cultivos agrícolas, lavado inadecuado de tanques
contenedores, filtraciones en los depósitos de almacenamiento y residuos
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PLAGUICIDAS

descargados y dispuestos en el suelo, derrames accidentales, el uso inadecuado


de los mismos por parte de la población, que frecuentemente son empleados para
contener agua y alimentos en los hogares ante el desconocimiento de los efectos
adversos que provocan en la salud. La unión de estos factores provoca su
distribución en la naturaleza. Los restos de estos plaguicidas se dispersan en el
ambiente y se convierten en contaminantes para los sistemas biótico (animales y
plantas principalmente) y abiótico (suelo, aire y agua) amenazando su estabilidad
y representando un peligro de salud pública. Factores como sus propiedades
físicas y químicas, el clima, las condiciones geomorfológicas de los suelos y las
condiciones hidrogeológicas y meteorológicas de las zonas, definen la ruta que
siguen los mismos en el ambiente.

¿Qué son los plaguicidas?

Los plaguicidas, pesticidas o biocidas son tipos de compuestos


químicos destinados a repeler, atraer, destruir, prevenir o combatir cualquier
especie indeseable de plantas o animales.

Se utilizan durante las etapas de producción, almacenamiento, transporte y


distribución de alimentos de origen agrícola, ya sean alimentos para humanos o
animales. También se incluyen en los plaguicidas las sustancias que se le
administran a los animales de cría para despojarlos de ectoparásitos (parásitos
que viven en la parte externa del cuerpo de los animales).

En el término plaguicida no se incluye diversas sustancias de uso cotidiano en


la industria agrícola, como diferentes fertilizantes, nutrientes, aditivos y
medicamentos animales.

Sí se consideran plaguicidas los desecantes, los agentes defoliantes (sustancias


que provocan que se desprendan las hojas de las plantas), productos que
disminuyen la densidad de las frutas, sustancias que inhiben la germinación,
sustancias que se le ponen a los alimentos durante la cosecha, almacenamiento y
transporte para retardar su deterioro, y productos que regulan el crecimiento de las
plantas. Las sustancias plaguicidas se utilizan para combatir a las más frecuentes
plagas de las especies vegetales alimenticias, como pueden ser
insectos, hongos, bacterias, moluscos, pequeños mamíferos, pájaros e incluso
otras especies vegetales.

Sin llegar necesariamente a constituir venenos, estas sustancias pueden


resultar perjudiciales tanto para el ser humano como para otras terceras especies,
que las consumen inadvertidamente en los alimentos o sus productos derivados.

Desde tiempos tempranos se emplearon plaguicidas de diverso tipo en la industria


agrícola moderna. En la década de 1980 ocurrió una verdadera explosión de
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PLAGUICIDAS

plaguicidas que permitió el incremento de la producción agrícola mundial a niveles


revolucionarios.

Relativamente económicos y muy efectivos, llegaron a usarse incluso como


medida preventiva, sin esperar a tener señales de algún tipo de contaminación, lo
cual condujo a un escenario catastrófico.

El mal uso de plaguicidas por un lado ocasionó importantes daños ecológicos que
llevaron a la prohibición de muchos de ellos (como el DDT, diclo difenil
tricloroetano). Por otro lado, condujo al surgimiento de plagas resistentes o nuevas
plagas agrícolas distintas, como ciertas especies de ácaros.

Tipos de plaguicidas

Existen diversos tipos de pesticidas, generalmente ideados para atacar a un tipo


específico de plaga, ya sea animal, microbiana o vegetal. En base a este
propósito, podemos clasificarlos en:

 Alguicidas. Retrasan el crecimiento o impiden la aparición de algas.


 Antimicrobianos. Destruyen gérmenes y microbios vegetales,
especialmente bacterias y virus.
 Desecantes. Ocasionan la pérdida de agua de ciertos tejidos vegetales,
secando así las plagas de origen vegetal.
 Defoliantes. Causan que ciertas especies vegetales pierdan sus hojas,
impidiéndoles así la fotosíntesis.
 Bombas contra insectos. Aniquilan insectos. Son conocidas en inglés
como “foggers” porque se aplican desde aviones o drones y crean una
especie de neblina (fog) sobre el cultivo.
 Herbicidas. Matan las hierbas o especies vegetales indeseadas que
proliferan en las áreas de cultivo, compitiendo con las especies agrícolas.
 Molusquicidas. Ocasionan la desecación de las babosas y otros moluscos.
 Reguladores del crecimiento de insectos. Inhiben determinados pasos
en el circuito reproductivo de los insectos.
 Raticidas. Matan ratones, ratas y otros roedores similares.
 Antimicóticos o fungicidas. Impiden la aparición de hongos o los eliminan
de los frutos y las plantas.
 Repelentes. Recubren las especies protegidas y les confieren un olor y
sabor desagradable que aleja a las pestes comunes.
 Pesticidas sinérgicos. Potencian y maximizan la efectividad de otros
plaguicidas.

Según la magnitud del daño que pueden causar al ser humano, los pesticidas
también se pueden clasificar en:
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PLAGUICIDAS

 Peligrosidad baja. No implican daños considerables al ser inhalados,


ingeridos o al entrar en contacto con la piel.
 Tóxicos. Implican un daño considerable al ser inhalados, ingeridos o al
entrar en contacto con la piel.
 Nocivos. Implican un daño grave que puede dejar secuelas crónicas o
incluso provocar la muerte al ser incorporados al organismo humano por las
vías descritas en los puntos anteriores.
 Extremadamente tóxicos. Implican un daño muy grave, de tipo agudo, que
puede provocar la muerte en poco tiempo. También se pueden diferenciar
según la forma en que se aplican a los determinados cultivos o animales.
En este sentido pueden ser:

 Gases
 Aerosoles
 Polvos
 Tabletas o pastillas sólidas
 Líquidos

RIESGOS DE LOS PLAGUICIDAS

El uso de estos productos plaguicidas implica ciertos riesgos. Entre ellos,


podemos enumerar los siguientes:

 Deterioro de especies benignas. Debido a su uso indiscriminado a lo


largo de grandes extensiones de cultivo, los plaguicidas pueden ocasionar
la muerte de especies inocuas o incluso benignas para el cultivo, haciendo
daños ecológicos enormes al medio ambiente y, en ocasiones, incluso
fomentando accidentalmente el surgimiento de nuevas plagas por ausencia
de depredadores
 Daños permanentes al organismo humano. Las trazas de estos
productos que en ocasiones pueden hallarse en los alimentos, en el agua
de los ríos y lagos (o aguas provenientes de depósitos
subterráneos contaminados) o incluso inhalados directamente del aire,
pueden causar distintos tipos de daños a las personas. De acuerdo al daño
causado, los plaguicidas pueden ser:
o Cancerígenos. Causan distintos tipos de cáncer y/o leucemia.
o Neurotóxicos. Ocasionan daños directos al cerebro o al sistema
nervioso central.
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PLAGUICIDAS

o Teratógenos. Causan deformaciones en los fetos y daños en los


bebés en crecimiento, y dañan además el sistema reproductivo de
las personas.
o Asfixiantes. Ocasionan daños en el sistema respiratorio y pueden
inducir a la asfixia o la insuficiencia pulmonar.

 Contaminación de los alimentos. Dado a su uso abundante a lo largo de


distintas etapas de la cadena productiva, es posible que los alimentos
destinados al consumo del ser humano o de los animales contengan trazas
de variable concentración de estos productos tóxicos.

Plaguicidas y pesticidas

Los términos plaguicidas y pesticidas son sinónimos en español. El primero


proviene de “plaga” y el segundo de “peste”. La palabra “plaga” implica una
invasión de organismos dañinos. La palabra “peste” remite a una enfermedad
contagiosa. Ambos términos, son para efectos agrícolas, son totalmente iguales.

PLAGUICIDAS Y FERTILIZANTES

A diferencia de los plaguicidas, los fertilizantes son sustancias destinadas a


mejorar o potenciar el crecimiento y la producción de las especies vegetales
agrícolas. Usualmente consisten en sustancias añadidas al suelo o al agua que
brindan a las plantas un plus de nutrientes para acelerar su crecimiento, suplir las
carencias de nutrientes del suelo o impulsar la producción frutal.
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PLAGUICIDAS

Sin embargo, los fertilizantes también son sustancias, en muchos casos, de


origen inorgánico y capaces de causar daños diversos. Su uso excesivo puede
destruir la planta que intenta alimentar, haciendo que el suelo endurezca
demasiado para sus raíces o modificando los niveles de sustancias químicas
propias del suelo.

Además, el exceso de fertilizantes es lavado por las lluvias o las aguas y suele
desembocar en ríos, lagos y mares, donde añade un componente inusual a la
disponibilidad de nutrientes, generando crecimientos anormales de algas y otras
especies vegetales.

Esto puede conducir a crisis ecológicas que llevan a crisis alimenticias o turísticas,


como lo que ocurre con el sargazo en la Península de Yucatán, en México.

Plaguicidas orgánicos

Los plaguicidas orgánicos o biopesticidas son aquellos que son extraídos de


fuentes naturales, como otras plantas, o minerales abundantes, es decir, no
provienen de un laboratorio. Tienen un impacto mucho menor en el ecosistema,
aunque no necesariamente acarrean menores riesgos para la salud humana, por
lo que también requieren un manejo escrupuloso.

Este tipo de pesticidas suele tener un efecto más limitado, una actuación más
lenta y menores problemas de presencia residual, por lo que muchas veces no son
escogidos en lugar de los pesticidas tradicionales.

Además, en lugar de erradicar las poblaciones de plagas, suelen más bien


mantenerlas bajo control, dentro de parámetros mínimamente aceptables, que
causen un mucho menor daño en el balance ecológico de las especies.

Algunos de estos biopesticidas pueden ser de origen microbiano y, en ocasiones,


son simplemente especies depredadoras de las plagas, que se ocupan de
mantener controlado su crecimiento, sin poner en riesgo otras especies benignas.

INTOXICACIÓN POR PLAGUICIDAS

Los plaguicidas son sustancias químicas utilizadas para controlar, prevenir o


destruir las plagas que afectan a las plantaciones agrícolas. La mayoría de estas
sustancias son fabricadas por el hombre, por eso son llamados plaguicidas
sintéticos. La producción de estas sustancias surge a partir de la Segunda Guerra
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PLAGUICIDAS

Mundial, donde los países industrializados inician la fabricación de plaguicidas con


carácter comercial con el fin de aumentar la producción agrícola.

Uno de los primeros plaguicidas y más comunes fue el DDT, para combatir las
plagas en la agricultura y los mosquitos transmisores de malaria. En la actualidad
existen grandes cantidades de marcas de plaguicidas en el mundo.

Manejo de los Plaguicidas

Durante años se ha promovido la venta de plaguicidas sin informar


adecuadamente el riesgo que pueden generar para la salud, para el medio
ambiente y para la agricultura misma.

En Costa Rica por ejemplo durante muchos años se han reportado problemas
serios tanto en los humanos como en animales. Lo lamentable es que ha existido
poca información ante los usuarios para prevenir los problemas de salud que
causan, si no se manejan adecuadamente. A pesar de que surgen como una gran
solución para el combatir enfermedades, en la actualidad todavía existen muchas
enfermedades que son transmitidas por insectos, tal es el caso del dengue, la
leishmaniasis, conocida como papalomoyo, y otras enfermedades que a pesar de
los esfuerzos de las autoridades de salud no se han logrado erradicar.

Uno de los problemas que ha presentado es la resistencia de los insectos hacia


este tipo de sustancias y en muchos casos se debe al abuso en su utilización.

Daños en la salud

Muchos de los plaguicidas producen intoxicaciones, a veces mortales en el ser


humano. Como existen diferentes clases, algunos producen efectos a largo plazo,
pueden llegar a causar enfermedades serias y hasta cáncer. Solo para mencionar
uno de los que causa mayores problemas en la salud es el
llamado PARAQUAT conocido como Gramoxone, es un plaguicida de alta
toxicidad que puede causar intoxicaciones severas y en muchos casos mortales, y
la persona puede intoxicarse con solo respirarlo o al tener contacto con la piel. La
ingestión es mortal. El paraquat puede causar serios daños en los pulmones,
riñones, cerebro, hígado e incluso uno de los problemas más serios es que puede
liberarse y penetrar hacia las plantas y aguas contaminando también los suelos.

Existen dos tipos de toxicidad, aguda y crónica, una toxicidad aguda es cuando el


efecto es de inmediato, por ejemplo, una persona está aplicando el plaguicida por
primera vez y se descompone, este es un efecto de inmediato. La intoxicación
crónica se refiere cuando un trabajador ha estado expuesto en forma repetida a
los plaguicidas por algún tiempo, puede aparecer con síntomas importantes o
malestares que son ocasionados por una intoxicación crónica.

Algunas Recomendaciones
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PLAGUICIDAS

Antes de adquirir un plaguicida toda persona debe conocer para que tipo de plaga
o cultivo sirve. Cuáles son los riesgos que corre al aplicar dicho plaguicida, qué
cantidades debe aplicar, cuáles son las normas establecidas para el manejo,
también es recomendable que la persona lea la información que viene en la
etiqueta del producto, sus precauciones o advertencias. En caso de que tenga
dudas para su interpretación consultar a los técnicos en la materia. De esta
manera se evitará que surjan problemas mayores por el mal manejo.

LOS 3 PRINCIPALES TIPOS DE PLAGUICIDAS PARA EL CONTROL DE


PLAGAS

Existen distintos tipos de productos para controlar cualquier organismo


considerado como plaga, los cuales se llaman “Plaguicidas”. Los plaguicidas son
sustancias o mezcla de sustancias de origen natural (plaguicidas orgánicos) o
sintético, destinadas a prevenir, destruir o controlar cualquier plaga, incluyendo los
vectores de enfermedades humanas y de animales.

Con la ayuda de la ciencia se han descubierto nuevos compuestos químicos para


el control de plagas y estos reciben su nombre con base en la plaga a controlar,
las tres principales clases de plaguicidas son:

1. Insecticida-Insectos

2. Mosquicida-Moscas

3. Rodenticida-Roedores

1. TIPOS DE INSECTICIDAS

Un insecticida es un compuesto químico o natural utilizado para matar insectos. El


origen etimológico de la palabra “insecticida” deriva del latín y significa
literalmente “matar insectos”.

Existen 2 clases de insecticidas distintas:

Orgánicos Sintéticos
 Su acción es inmediata y pueden acabar con distintos tipos de plagas.
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PLAGUICIDAS

 Desaparecen lentamente, por lo que siguen actuando tiempo después de


su aplicación.
 Con poca sensibilidad a los factores ambientales (temperatura, radiación
UV, humedad) que presentan la mayoría de estos productos.

Inorgánicos
 Debido a su rápida degradación pueden ser más selectivos con insectos
plaga y menos agresivos con los enemigos naturales.
 Los patógenos tienden a desarrollar una menor resistencia a los productos
naturales que a los productos químicos.
 Su rápida degradación puede ser favorable pues disminuye el riesgo de
residuos en los alimentos.
 La mayoría de estos productos tienen una peligrosidad relativamente baja
ya que suelen degradarse fácilmente.

Ventajas de los insecticidas


 Son de acción inmediata.
 Atacan a distintos tipos de plagas.
 La mayoría de los insecticidas permanecen por un tiempo prolongado en la
superficie aplicada.
 Su producción es masiva por lo que son fáciles de adquirir.
 Se encuentran en diferentes formulaciones y presentaciones.
 Se adaptan a los diferentes factores ambientales.

Plagas a las que controla


 Los insecticidas para plagas controlan principalmente: hormigas,
cucarachas, mosquitos, moscas, piojos, polillas, escarabajos, pulgas,
avispas, termitas, ácaros, caracoles, babosas, pulgones, orugas, trips,
moscas blancas, infecciones parasitarias de gusanos, polillas, escarabajos
y otras plagas.
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PLAGUICIDAS

 También es importante señalar que algunos insecticidas son perjudiciales


para otros insectos como las abejas, que son beneficiosos para el
ecosistema.

Consideraciones
Las propiedades de algunas sustancias químicas, tales como los plaguicidas,
implican cierto nivel de riesgo tanto para el medio ambiente como para la salud
humana. Debido a esto, es necesario contar con un mayor conocimiento de los
plaguicidas, con la finalidad de prevenir y minimizar los riesgos asociados con su
uso indiscriminado.

2. TIPOS DE MOSQUICIDAS
El término “Mosquicida” se usa comúnmente para denominar a los antiparasitarios
externos (ectoparasiticidas) o ambientales (biocidas) con actividad insecticida
contra las moscas adultas. Además de mosquicidas veterinarios y ambientales
también existen los mosquicidas agrícolas.

Los cebos a base de mosquicidas orales son muy utilizados para el control de
moscas domésticas y otras moscas no picadoras. Contienen numerosos tipos de
insecticidas, sobre todo organofosforados, carbamatos, piretroides y últimamente
nuevas sustancias activas como el dinotefuran, el fipronil, imidacloprid,
metaflumizona, spinosad y tiametoxam.

Existen 2 clases de mosquicidas distintas:


Veterinarios: Se ocupan principalmente aplicar directamente al ganado.
Ambientales: Para el tratamiento del entorno: superficies, estiércol, lugares donde
posa la mosca, pero no directamente en los animales.
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PLAGUICIDAS

En base a su modo de acción encontramos los que son por contacto o por
ingestión.

Ventajas de los mosquicidas


 El uso adecuado de estos plaguicidas químicos nos ayuda a mantener
nuestras instalaciones libres de estos insectos.
 Son de acción rápida.
 Se mantienen por tiempos prolongados en las superficies.

Plagas que controla


Excelente en el control de: mosca doméstica, mosca de los establos, mosca del
basurero y mosca de la carne.

Consideraciones
Es muy importante realizar una buena inspección para determinar qué tipo de
mosquicida más adecuado a utilizar y recordar que el “control cultural” (Limpieza,
manejo adecuado de los desperdicios, mantener los lugares cerrados, lugares
libres de maleza, etc.,) también es de suma importancia para poder tener un
adecuado programa de control de moscas.

3. TIPOS DE RODENTICIDAS
Son sustancias químicas cuya función es eliminar, controlar, prevenir, repeler o
atenuar la presencia o acción de los roedores.

Existen 2 clases de rodenticidas distintos:


 Anticoagulantes: El hígado produce una enzima especial que permite a
nuestro cuerpo reciclar la vitamina K, la cual es vital para que los agentes
de coagulación de la sangre en nuestro cuerpo que nos protegen no
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PLAGUICIDAS

permitan sangrar demasiado en caso de una herida. Los anticoagulantes no


dejan que esta enzima haga su trabajo. Nuestros cuerpos almacenan un
suministro adicional, pero si estamos expuestos a suficiente anticoagulante,
el suministro se agotará y puede comenzar un sangrado interno.
 De primera generación: El roedor consume el cebo por varias ocasiones
consecutivos para la entrega de una dosis letal. Ejemplos: Clorofacinona,
Warfarina, Difacinona.
 De segunda generación: Los rodenticidas anticoagulantes de segunda
generación son mucho más potentes que los compuestos de la primera
generación y una dosis letal se puede ingerir en una sola alimentación.
Ejemplos: Brodifacoum, Bromadiolona, Difenacum, etc.

 No Coagulantes: Estos rodenticidas pertenecen a tres diferentes clases


químicas que difieren una de la otra y también de los anticoagulantes en su
modo de acción o el cambio anatómico que conduce la muerte del roedor .

Ventajas de los rodenticidas


El manejo de rodenticidas es una de las prácticas posibles para el control de
roedores, ya que son venenos hechos para matar roedores, lo que los convierte
en uno de los métodos más populares, lo que ayuda a controlar el problema de
raíz.

Plagas que controla


Principalmente controla: ratón doméstico, rata gris o noruega y rata negra o de
los tejados.

Consideraciones
Es importante recordar que la eliminación de roedores con rodenticidas no
mantendrá a los roedores fuera de una propiedad en el futuro. Para eliminar ratas
y ratones permanentemente es necesario sellar todos los puntos de entrada en su
hogar o instalaciones y eliminar atracciones de roedores tales como comida y
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PLAGUICIDAS

agua, manteniendo los alimentos guardados en contenedores de vidrio o plástico y


reparando fugas en las tuberías.
La primera línea de defensa contra los roedores es la exclusión y la captura. Estos
métodos no ponen a niños, mascotas o fauna silvestre en riesgo de
envenenamiento.

Riesgos ambientales: Se indica cual es el riesgo de intoxicación para abejas,


organismos acuáticos, aves y animales domésticos, además de incluir los
pictogramas de seguridad correspondientes. Normalmente se incluye una
recomendación para no contaminar las aguas superficiales durante la aplicación y
el lavado de los equipos.
 Riesgos físicos o químicos: inflamable, corrosivo, etc.
 Primeros auxilios. Variable según cada producto.
 Indicaciones para el médico en caso de intoxicación.
 Indicación de los centros donde consultar en caso de intoxicación.
 Indicaciones de uso: normalmente es un cuadro de cuatro columnas donde se
indica para cada cultivo y tipo de plaga: dosis adecuada y momento de aplicación.
 Restricciones de uso: Se refiere al periodo mínimo que debe existir entre el
momento de aplicación y la cosecha del producto comestible.
 Compatibilidad: Se indica la posibilidad de mezclar o no con otros pesticidas.
 Fitotoxicidad: Se indica si existen riesgos de fitotoxicidad para algún tipo de
cultivo o para alguna de sus partes.
 Siempre es recomendable, antes de la aplicación de un pesticida, conseguir y
leer, además, la correspondiente “Hoja de Seguridad”, en la que se nos indicará
cuales son los riesgos más frecuentes y cómo actuar ante una emergencia. En
otros países, la Hoja de Seguridad debe obligatoriamente ir, o bien incorporada en
la etiqueta, o bien entregarse como una “separata”, con la compra del producto.
Esto no sucede en nuestro país.
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PLAGUICIDAS

CONCLUSIONES

Los insecticidas organofosforados, herbicidas y algunos fungicidas son los que se


aplicaron en mayor cantidad y con mayor frecuencia. La mayoría de ellos son de
mediana a alta persistencia, están clasificados como mediana a extremadamente
dañinos para la salud y están restringidos y/o prohibidos en otros países. La
información obtenida puede aplicarse a otros distritos rurales de la región con una
mayor superficie sembrada y con los mismos cultivos citados. Este estudio no
mide la exposición a plaguicidas, por lo que sus resultados no predicen posibles
impactos en la salud. Se requiere información adicional del metabolismo,
transporte y vías de exposición de los compuestos estudiados. Sin embargo, la
metodología y los resultados pueden ayudar en la planeación de estudios de
riesgo como biomonitoreo de plaguicidas en poblaciones humanas rurales y en el
ambiente, así como en el diseño de programas preventivos de salud.
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