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Relatoría capítulo 2: Hacerse un lugar en el mundo.

Enfrentar la mirada de los otros es una de las etapas fundamentales en el desarrollo de un


individuo y es algo que nace muy pronto en la infancia y se revive durante muchos momentos a
lo largo de la vida como: hablar ante un grupo, dirigirse a un desconocido, desnudarse en una
playa, presentarse a un examen oral, a una entrevista para un empleo.

Este temor no es algo que se solucione definitivamente, pero se puede delimitar una frontera
entre la ansiedad útil para el éxito y la inhibición nefasta, esta frontera esta en lo que uno se
imagina de la mirada de los otros porque a veces la mirada de los demás limita a una persona a la
imagen que tiene de si mismo y hace que movilice su energía en la mirada y no en la acción,
pero liberarse de esto exige un hecho previo: haberse liberado de la imagen de sí mismo y este es
un proceso difícil.

Dicho lo anterior, pienso que el miedo a hablar en público es una emoción muy frecuente. En el
ámbito laboral condiciona significativamente a las personas que lo padecen, generando un
elevado grado de malestar y frustración. Pero se pone de manifiesto también en otras actividades:
reuniones de vecinos, actividades de ocio, de formación, eventos, exámenes orales, etc. En estos
casos, las personas se sienten muy limitadas para expresar sus emociones o comunicar sus puntos
de vista sobre los temas o cuestiones que se comparten debido a la imagen que tienen de sí
mismos y el temor a ser juzgados negativamente por los demás. En todos los casos es importante
saber que en el origen de la emoción van a estar nuestros pensamientos como responsables de
generar la respuesta de miedo o ansiedad y que va a ser el modo en el que manejemos esos
pensamientos la clave para controlar y regular las emociones.

El método de la escucha rogeriana usado con Clara que consiste en que los otros practicantes
reformulan lo que se dijo o guardan silencio, sin comentarios, sin juicios y sin hacer preguntas, y
el psicoanalista garantiza el marco y limita sus intervenciones a algunas indicaciones o
puntualizaciones, asociando a ellas a veces una interpretación, me parece un buen método para
lograr liberar a una persona de esa imagen que una persona tiene de sí misma y así poder
expresar sus ideas con claridad porque, como dice el texto esto permite la escucha al otro y que
la persona implicada se descubra como sujeto y así pueda proyectarse en su proyecto de vida.
En este capítulo también se habla de tomar el poder, Hacerse su lugar" en el mundo del trabajo
requiere a veces tomar el poder en función de las propias ideas y competencias. Asumir el riesgo
de hablar y decir no, y tomar una posición en función de donde estoy yo y no en función del
deseo del que esta en frente. Tomar el poder compromete la aceptación del descontento de los
rivales.

Se puede decir que la capacidad de decir “no” es constitutiva de la conservación de una posición
de líder, pues perder su “no” provoca una desmotivación, una perdida de la estima de si y una
desvalorización y esto hace que el individuo sienta contrariedad y ganas de abandonarlo todo.

Para mi saber decir que no es una habilidad muy valiosa y junto al asertividad constituyen una
gran habilidad social, pero no es algo innato sino algo adquirido y el no saber decir que no nos
afecta en una forma decisiva, haciendo que percibamos falta de control tanto en nuestra vida,
como en al ámbito profesional y esta percepción de control es una de las claves para la gestión de
las emociones. Sin embargo, saber decir que no puede hacérsele más difícil a unas personas que
a otras porque como en el caso de Patricia esta dificultar puede venir de acontecimientos del
pasado y principalmente de la infancia.

Por otro lado, el texto habla del temor al fracaso debido a la falta de confianza en sí mismo, dice
que se puede atribuir a la angustia de castración, que en los en los niños se proyecta en
actividades asociadas a la imagen corporal de la erección, el riesgo a perder inconscientemente
sus atributos y las niñas proyectan esta angustia de castración, ya objetivada por su esquema
anatómico, por lo tanto, desprovista de temor imaginario, en su femineidad; lo cual no le impide
conquistar el mundo. Por lo tanto, se puede decir que la relación con el riesgo y con la creación
no es la misma según el sexo del creador de empresa, la mujer manifiesta una mayor lucidez en
la toma del riesgo y el análisis del entorno. También se ha comprobado que fracasos escolares,
fracasos de dirigentes, surgen después de la pérdida de un ser querido, cuyo duelo no fue
completado.

Respecto al miedo al fracaso, pienso que también puede venir de tener una pésima imagen de si
mismo y una autocrítica negativa, tras el miedo al fracaso hay una visión catastrófica y negativa,
que se presenta de manera recurrente y automática, cuando el miedo es moderado tiene un efecto
positivo ya que nos ayuda a superarnos, pero cuando se hace muy intenso,  llega a
bloquearnos llegando incluso a evitar que hagamos ciertas actividades o nos obliga a quedarnos
en una zona de confort y esto puede convertirse en un problema como en el caso de Bernard.

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