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Informe sobre

“LA DIGNIDAD DEL MIEDO”

Taller integración III

Académico: Gonzalo Cofré Aravena

Estudiantes: Javiera Torrejón Luan

Javier Vega González

Jean Von Hrromada Vásquez

Viña del Mar, 15 de Octubre de 2021


Introducción.

Durante toda la vida nos enseñaron que sentir miedo está mal, es una emoción que
nos limita, indigna, despreciable y que al no llevar a cabo muchas cosas es culpa de
esta, si nos paralizamos por este sentimiento se nos considera como personas
débiles, cobardes etc, y que tenemos que, por todos los medios posibles, tratar de
no sentirlo, ignorarlo y atrevernos a realizar todo aquello a lo que le tememos.

Pues bien, ahora hablaremos sobre estas creencias y el daño que han causado a
tantas generaciones, daremos a conocer la nueva mirada dada por Norberto Levy,
en donde menciona lo que debemos saber sobre el miedo y cómo abordarlo para
que se convierta en un sentimiento positivo, y que nos ayude a reconocer cuales
son los problemas que nos generan miedo, cómo podemos afrontarlo, controlarlo y
hacer que este pase de ser un miedo disfuncional a un miedo funcional.

Además, se incorpora una visión del miedo desde el punto de vista de los gerentes
de organizaciones, en términos de las importantes decisiones que tienen que tomar,
con el objetivo de visualizar la problemática del mal manejo del miedo.
Desarrollo.

Análisis.

1. La reacción en cadena.

Los seres humanos al sentir una emoción, no solo nos quedamos con esta, sino que
también reaccionamos interiormente y se produce una segunda emoción, y como
menciona Norberto, esto es justamente lo que ocurre con el miedo, ya que este
sentimiento también produce rabia, impotencia, vergüenza etc, y es por esto que se
produce la secuencia de, a) registro de una amenaza, b) reacción de miedo y c)) la
respuesta interior a esa reacción de miedo, siendo esta última la que mayor
importancia tiene, ya que según como sea esta reacción el miedo original puede
aumentar o disminuir.

2. Creencias equivocadas con respecto al miedo.

Si bien el miedo es una emoción que todos sentimos o hemos experimentado más
de una vez en la vida, la creencia que se ha creado respecto a esta es muy
ineficiente y provoca que nadie quiera sentirlo, cualquiera sea el motivo de este.
Muchas personas creen que esta es una emoción indigna, negativa, un verdadero
problema, en donde si uno la siente, automáticamente lo convierte en una persona
cobarde, sin embargo, esta es una afirmación completamente errónea, el sentir
miedo nos advierte que hay una desproporción entre la amenaza a la cual nos
enfrentamos y los recursos que contamos para resolverla, esto además cuenta con
que todas las personas contamos con diferentes instrumentos para enfrentar aquella
amenaza, por lo que no todos nos sentimos amenazados de las mismas cosas, es
por esto que cuando una persona siente miedo y tú no, no es necesario criticar,
humillar o rechazar a aquella persona, esto porque uno no sabe el origen de aquel
miedo, además de que si uno reacciona de esta manera, la gente comienza a
reprimir el sentimiento, y a la larga será mucho peor ya que al no hacer nada al
respecto e ignorar lo que siente puede desembocar en que este aspecto temeroso
haya aumentado, ya que este sigue ahí y no está siendo escuchado, por lo que
puede pronosticar cada vez situaciones más catastróficas, con el fin de ser
escuchado.

3. Nueva mirada del miedo.

Como se mencionó anteriormente, el miedo es la señal que indica la existencia de la


desproporción entre la magnitud de la amenaza que uno se enfrenta y los recursos
que se tienen para resolverla, esta amenaza antes mencionada puede ser física o
emocional, se puede tener miedo por ser golpeado, ser excluido por el círculo
cercano, ser asaltados, ser juzgado etc, estos también se pueden entremezclar,
pero siempre uno predomina y lo que uno necesita para enfrentar aquella situación
está relacionada con los elementos de la amenaza. Por ejemplo, si uno tiene que
exponer un tema a la clase, será necesario que dispongamos de recursos
psicológicos, y de la información suficiente para poder enfrentar esta situación con
eficacia, y si quiza no se maneja bien el tema, uno puede pensar que tanto los
compañeros como el profesor pueden desaprobar cualquier duda o dificultad que se
podría presentar a la hora de recibir preguntas, y ante esta situación es seguro que
se originará el miedo, por lo que uno debe aprender a entender el miedo como un
indicador de que existe un problema, más no convertirlo a este en uno.

Es por todo esto que se debe aprender ahora a curar el miedo, esto se refiere a
transformar el miedo disfuncional en miedo funcional, pero, ¿qué es el miedo
disfuncional y el miedo funcional?, “el miedo disfuncional es aquel que angustia,
inhibe, desorganiza y bloquea la posibilidad de experiencia y aprendizaje, por el
contrario, el miedo funcional es aquel cuya angustia es utilizada como señal que
muestra una desproporción entre el peligro a que nos enfrentamos y los recursos de
que disponemos, y que además pone en marcha la tarea de reequilibrar tal
desproporción”. (Levy, 2000), y es esto lo que se relaciona con lo mencionado al
principio, que depende de cómo se lleve a cabo la fase c) de la reacción en cadena
para saber cuál será la funcionalidad final del miedo, si las respuestas son
inadecuadas predominará el miedo disfuncional, y se activará el círculo viciosa que
aumenta el miedo, mientras que si las respuestas son las correctas, en donde se
escuche y respete al aspecto temeroso, y buscar los recursos que se necesitan para
que este no aumente, estará presente el miedo funcional y será posible producir la
solución anhelada a aquella amenaza sentida.

Reflexión.

El mal manejo del miedo como un problema negativo frente a la toma de


decisiones a nivel gerencial en las organizaciones.

Como futuros Ingenieros Comerciales, sabemos bien que una de nuestras


principales funciones será la toma de decisiones en función de resolver problemas y
concretar objetivos de una organización, ya sea en el ámbito social o empresarial.
Sin embargo, algunas de estas decisiones no serán nada fáciles y probablemente
nos surjan dudas si las opciones que elijamos sean las correctas o no. Porque
sabemos muy bien la responsabilidad que conlleva esta tarea, ya que un error
puede ser costoso para una empresa, las cuales son principalmente económicas,
pero también podría afectarnos personalmente con nuestra pérdida de trabajo.

Es aquí donde radica la importancia del miedo al momento de tomar decisiones y a


cómo enfrentarlo de la mejor manera dándole la perspectiva correcta a esta
emoción que puede desfavorecer la correcta realización de nuestros objetivos.

“A mi juicio, entre los ejecutivos el miedo es una emoción híper abundante pese al
intento de esconderla, negarla o camuflarla. Temores de distinta naturaleza: fracasar
y no alcanzar los logros que se espera conseguir, sentir rechazo de parte de las
demás personas (las propias jefaturas, los colaboradores, los pares), sentirse
impotente, en términos de proponer decisiones que no sean seguidas por los demás
y tener poca influencia, temor a equivocarse y descubrir al cabo de un tiempo que
las decisiones tomadas han sido poco adecuadas, temor a las críticas de otras
personas.” (Carlos Díaz Lastreto, 2016).

El psicólogo y coach ejecutivo Carlos Diaz nos menciona que el factor miedo está
frecuentemente presente a nivel ejecutivo, por las distintas consecuencias que
puede traer una mala toma de decisión. Sin embargo ahora, si lo analizamos con la
perspectiva propuesta por Norberto Levy respecto al miedo, nos damos cuenta que
los ejecutivos no están visualizando el verdadero problema.

Norberto dice que el miedo no es el problema, si no que, es la señal la cual nos está
indicando que existe un problema, por lo tanto, ante lo expuesto por Carlos Diaz, si
lo analizamos, los gerentes no lo están identificando correctamente, dicen temer a
las consecuencias, pero la verdad es que solo se les está presentando una señal,
una alerta que necesita ser resuelta.

Como ya mencionamos anteriormente, el miedo es una desproporción entre la


magnitud de la amenaza a la que nos enfrentamos y los recursos que tenemos para
resolverla. Entonces, si un ejecutivo tiene miedo para tomar cierta decisión,
probablemente sea porque no cuenta con los recursos necesarios para resolver el
problema, no cuenta con la información suficiente para determinar la decisión más
eficiente. Si lo observamos de ese modo, entonces los factores como son el
rechazo, la vergüenza, o incluso el despido, no serían la consecuencia del miedo.

“En general es poco habitual que un ejecutivo se atreva a decir que siente miedo, ya
que asume que el juicio de decir aquello será muy negativo. Incluso, muchas veces
no se lo dice ni a sí mismo, negando que niega el miedo. Además, ¿a quien se lo va
a decir?, puede que en la propia empresa haya poca escucha para algo de ese tipo.
A lo más se lo podrá decir a sus personas de confianza y si estas están igual de
asustadas con él puede que no haya contexto para aquello.” (Carlos Díaz Lastreto,
2016).

Carlos Diaz también nos deja en evidencia un habitual error que deja reflejado
Norberto Levy en su libro, el cual es que las personas tienen una concepción errada
del miedo, pero en este caso a nivel gerencial. El cual es verlo como un factor
negativo y vergonzoso e incluso llegar al límite de negarlo hacia uno mismo,
tratando de anestesiarlo, como si este no estuviera o no existiera. Lo cual es más
preocupante, porque primero, de esta forma nunca se atacará el verdadero
problema que hace surgir el miedo y como consecuencia nunca encontrará el o los
recursos necesarios para solucionarlo, y segundo, porque son personas en puestos
importantes que probablemente estén a cargo de un gran grupo de personas, con
acceso a presupuestos importantes, lo cual un mal manejo de sus emociones como
lo es el miedo podrían afectar el buen funcionamiento de la organización.

“El tema no es sentir miedo, sino que ser capaces de administrarlo y enfrentar de
igual forma los desafíos que una posición directiva depara. Por ello, partir
reconociéndolo es una buena práctica, no para huir, ni para inmovilizarse ni para
atacar a nadie, sino que para integrar y superar los desafíos que una posición
ejecutiva implica.” (Carlos Díaz Lastreto, 2016)

Carlos Diaz propone la capacidad de administrar el miedo para enfrentar los


desafíos que el puesto directivo demanda, sin embargo si tomamos la perspectiva
de Norberto podemos decir que una forma de gestionar ese miedo es transformar el
miedo disfuncional (el que angustia y desorganiza) a un miedo funcional, el cual usa
esa angustia como señal que manifiesta la desproporción entre el peligro a que nos
enfrentamos y los recursos de que disponemos, y que además inicia la tarea de
equilibrar esa desproporción.
Conclusión.

Como conclusión, creemos que el factor miedo como un problema en la toma de


decisiones a nivel gerencial es un tema que debe ser estudiado y trabajado con un
alto grado de importancia. Como futuros Ingenieros Comerciales seguramente nos
enfrentaremos a grandes desafíos, donde tendremos que tomar decisiones
importantes, las cuales deben ser tomadas con responsabilidad y decisión. Sin
embargo, como nos explicaba el psicólogo Carlos Diaz, el miedo frente a estas
situaciones se da muy seguido, pero estamos convencidos que si lo analizamos tal
cual Norberto Levy nos refleja en su libro, ese miedo puede ser gestionado de tal
forma que las fuerzas de nuestros recursos se equilibren con la amenaza a la cual
nos enfrentamos. Por lo tanto, es de suma importancia identificar las fases del
problema, el cómo percibimos esa emoción, dejar de verla como algo negativo, sino
como una oportunidad de aprendizaje y experiencia para dar solución a esa
amenaza que se nos presenta.

Es de vital importancia que entendamos la relevancia de manejar esta emoción


desde la perspectiva gerencial, ya que puede determinar la capacidad que tiene una
persona para estar en un cargo de gran importancia y responsabilidad, donde se
toman decisiones relevantes para una organización.
Referencias bibliográficas

- Carlos Díaz Lastreto. (2016). Gerencia y Miedo.

https://www.recursohumano.cl/post/2016/09/05/gerencia-y-miedo

- Levy, N. (2000). La sabiduría de las emociones. PLAZA Y JANES EDITORES

S.A.

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