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LA PRUEBA TESTIMONIAL EN EL PROCEDIMIENTO DE

LOS JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL

PROBLEMAS ACTUALES DE LA TACHA DE TESTIGOS

TRABAJO DE MAGÍSTER

JUAN P. CAMPOS R.

VALDIVIA-CHILE

2018
2

LA PRUEBA TESTIMONIAL EN EL PROCEDIMIENTO DE


LOS JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL

PROBLEMAS ACTUALES DE LA TACHA DE TESTIGOS

Trabajo final presentado a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la


Universidad Austral de Chile en cumplimiento parcial de los requisitos para optar
al Grado de Magíster en Derecho con mención en Derecho Privado.

por

JUAN P. CAMPOS R.

Valdivia, Chile

2018.
3

Universidad Austral de Chile


Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

INFORME DE APROBACIÓN TRABAJO FINAL DE MAGISTER

La Comisión Evaluadora de Tesis (o Trabajo Final) comunica al Director de la


Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias que el Trabajo Final de
Magíster presentado por el candidato

JUAN PABLO CAMPOS RULJANCIC

ha sido aprobado en el Examen de Defensa rendido el día __ de ______ de


_____, como requisito para optar al grado de Magíster en Derecho con mención
en ….. y, para que así conste para todos los efectos firman:

Profesor Patrocinante

Profesor: Iván Hunter Ampuero _________________________

Comisión Evaluadora

Profesora: Daniela Accatino Scagliotti _________________________

Profesor: Andrés Bordalí Salamanca _________________________


4

RESUMEN

Tanto en la comunidad jurídica como en los tribunales de justicia, no existe un


criterio uniforme respecto a si la tacha de testigos contenida en el Código de
Procedimiento Civil resulta aplicable al procedimiento de los juzgados de policía local.
Esta incertidumbre genera problemas de índole procesal que afectan a quienes pretendan
rendir prueba testimonial en apoyo de una determinada hipótesis en el proceso, en
atención a si se aplican a los testigos las inhabilidades y tachas del juicio ordinario civil.
margenPara resolver el problema, se investigó la opinión de reconocidos abogados en el
ámbito de los juzgados de policía local, en conjunto con análisis de fallos de
jurisprudencia nacional y dogmática probatoria, concluyendo que parece justificada la
posición que valida la aplicación de la tacha de testigos en materia de derechos de
consumidores. El resultado del trabajo permite conocer los distintos puntos de vista del
problema, de una manera que no ha sido tratado por los autores nacionales de mayor
prestigio en este ámbito, permitiendo a abogados y jueces conocer cómo las cortes de
apelaciones han fallado durante los últimos años, y cuál de las posiciones formuladas
parece mejor fundada.

Both in the legal community and in the courts of justice, there is no uniform criterion as to whether
the cross-examination of witnesses contained in the Code of Civil Procedure is applicable to the procedure
of local police courts. This uncertainty generates problems of a procedural nature that affect those who
intend to submit testimonial evidence in support of a certain hypothesis in the process, in view of whether
the disabilities and defects of ordinary civil proceedings are applied to witnesses. To solve the problem, the
opinion of recogniced lawyers in the field of the local police courts was investigated, together with analysis
of judgments of national jurisprudence and probatory dogmatics, concluding that the position that validates
5

the application of challenge witnesses rules are justified in the consumers field. The result of the work
allows us to know the different points of view of the problem, in a way that has not been treated by the
most prestigious national authors in this matter, allowing lawyers and judges to know how the courts of
appeals have sentenced in recent years, and which of the formulated positions seems better founded.

INTRODUCCIÓN

En la actualidad, los juzgados de policía local y las cortes de apelaciones han


fallado de manera oscilante respecto a si las disposiciones sobre la tacha de testigos
contemplada en el Código de Procedimiento Civil resultan o no aplicables al
procedimiento de los juzgados de policía local. La aplicación supletoria de las
disposiciones del Código de Procedimiento Civil al procedimiento de la Ley 18.287
contemplado para los juzgados de policía local, ha sido objeto de discusión en la
comunidad jurídica y tribunales de justicia.

Parte de la jurisprudencia y de la comunidad jurídica sostiene que el artículo 3 del


Código de Procedimiento Civil hace aplicables las disposiciones del juicio ordinario de
mayor cuantía al procedimiento de los juzgados de policía local, ya que este artículo
establece «que se aplicará el procedimiento ordinario a todas las gestiones, trámites y
actuaciones que no estén sometidas a una regla especial diversa, cualquiera que sea su
naturaleza». Otra parte postula que es improcedente aplicar al procedimiento de los
juzgados de policía local las disposiciones sobre prueba testimonial contenidas en el
Código de Procedimiento Civil, en atención a que no existen testigos inhábiles en los
procedimientos regidos por la valoración de la sana crítica, que supone una mayor
libertad probatoria.
6

Como la ley de procedimiento de juzgados de policía local contiene disposiciones


exiguas respecto a la rendición de la prueba testimonial, es menester determinar si son
aplicables al procedimiento de policía local las disposiciones del Código de
Procedimiento Civil y, entre esos enunciados normativos, la aplicación de disposiciones
relativas a la tacha de testigos. Pese a no existir cambios legislativos importantes en la
materia, los tribunales de justicia han mantenido dos posiciones en relación con la prueba
testimonial: la que reconoce la aplicación de la tacha de testigos y la que la rechaza por
improcedente. Para el autor Nemesio Rivas Gutiérrez, la Corte Suprema ha establecido
un criterio ecléctico al expresar que en ningún caso la aplicación supletoria del Código de
Procedimiento Civil puede modificar el esquema determinado por el legislador en un
procedimiento especial, y menos llegar a transformarlo, por este camino, en un juicio
ordinario establecido por el Código de Procedimiento Civil.

El asunto en cuestión ha mantenido dividida a la comunidad jurídica y a la


jurisprudencia desde hace largo tiempo que, en ocasiones, no distingue con claridad entre
la normativa aplicable a la rendición de la prueba y la de la valoración de la prueba, en
asuntos por responsabilidad infraccional o civil. Para resolver este problema, se recurre
a la interpretación del derecho en relación con la aplicabilidad de las disposiciones sobre
la tacha de testigos en el procedimiento de los juzgados de policía local, junto al estudio
de las diferentes posiciones dogmáticas y análisis jurisprudencial de distintas cortes de
apelaciones, a objeto de presentar argumentos en ambos sentidos, en un intento por
encontrar la solución mejor justificada, a un problema de posiciones opuestas en la
doctrina y jurisprudencia que se ha mantenido por largo tiempo.

Para ello, se recurre al estudio de manuales y artículos relacionados al


procedimiento de estos tribunales y a textos de derechos probatorio, para encontrar los
distintos criterios de la doctrina y que están disponibles en bibliotecas de la Universidad
Austral de Chile, del Congreso Nacional, Corte Suprema, Biblioteca Nacional, vLex Chile
7

y material disponible en internet. También se acude a fallos ejemplificativos de los


tribunales de justicia para conocer, principalmente, como han fallado algunas cortes de
apelaciones desde el año 2010, los cuales serán objeto de análisis en el capítulo II.
8

Índice

Resumen ...................................................................................................................................... 4
Introducción ............................................................................................................................... 5

1. Antecedentes y conceptos............................................................................................... 10

1.1 La valoración de la prueba ........................................................................................... 10


1.1.a) La libre convicción.................................................................................................... 11
1.1.b) Sistema de prueba legal o tasada............................................................................. 12
1.1.c) La sana critica ............................................................................................................ 13
1.1.d) La valoración de la prueba en la Ley 18.287 de juzgados de policía local ....... 16
1.1.e) Leyes reguladoras de la prueba................................................................................ 16
1.1.f) La admisibilidad, valoración y decisión como momentos de la actividad
probatoria ................................................................................................................................. 18

1.2. La prueba testimonial ................................................................................................. 21


a) De los testigos y las tachas en el juicio ordinario de mayor cuantía ......................... 21
b) Regulación de la prueba testimonial en la Ley 18.287 ............................................... 22
c) Disposición especial sobre tacha de testigos en la Ley 19.496.................................. 23

2. Análisis jurisprudencial de fallos sobre tacha de testigos aplicable al


procedimiento de la Ley 18.287 ......................................................................................... 24

2.1. Sentencias que apoyan la tesis sobre la procedencia de la tacha de testigos en el


procedimiento de la Ley 18.287 ............................................................................................. 24
a) Corte de Apelaciones de Puerto Montt, 03.04.2012, rol 20-2012..................... 24
b) Corte de Apelaciones de Talca, 19.05.2014, rol 108-2013................................. 27
c) Corte de Apelaciones de Concepción, 27.08.2015, rol 499-2015 ..................... 32
9

2.2. Sentencias que no admiten la tacha de testigos en el procedimiento de la Ley


18.287......................................................................................................................................... 34
a) Corte de Apelaciones de Concepción, 29.11.2010, rol 373-2010 ..................... 34
b) Corte de Apelaciones de Valparaíso, 3.06. 2014, rol 243-2014 ........................ 38

3. Improcedencia de la inadmisibilidad de testigos ................................................... 41

3.1. Interpretación del artículo 14 de la Ley 18.287 ....................................................... 41


3.2. El derecho a la prueba ............................................................................................... 42
3.3. Control sobre fiabilidad de los testigos .................................................................... 44

Conclusiones ............................................................................................................................ 47
Bibliografía ............................................................................................................................... 49
10

1. ANTECEDENTES Y CONCEPTOS

1.1 LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA

Las normas de valoración de la prueba constituyen uno de varios tipos de leyes


reguladoras de la prueba. Acercándose a una definición de valoración de la prueba,
Peñailillo señala que «es la determinación del poder de convicción que tienen los medios
de prueba para el establecimiento de los hechos»1. Para Salgado, haciendo referencia a la
ponderación de la prueba, señala que «es el proceso lógico o el razonamiento del juez
para establecer los hechos discutidos en el pleito y calificarlos adecuadamente, dictando
fallo ajustado a la ley»2.

Según Nieva Fenoll, cabe definir la valoración de la prueba como la «actividad de


percepción por parte del juez de los resultados de la actividad probatoria que se realiza
en un proceso»3. Para este autor, la valoración de la prueba no solo está presente una vez
que se haya rendido la totalidad de la prueba y el sentenciador deba apreciarla para juzgar,
sino que la valoración estará presente, inclusive, durante su rendición. En el caso de la
prueba testimonial en el juicio ordinario civil, una vez formulada la tacha, le es imposible
al juez hacerse una mínima idea acerca de la objetividad del testigo, cuando son las propias
partes quienes los están presentando. Asimismo, en caso en que no se deduzcan tachas,

1 Peñailillo, D., La prueba en materia sustantiva civil. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1989, p. 87.
2 Salgado, L., La prueba: objeto, carga y apreciación. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1979, p. 62.
3 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 34.
11

el juez de todos modos realizará un juicio de valor sobre la utilidad o pertinencia de ese
testigo4.

Para Cerda, la valoración de la prueba «es una operación intelectual destinada a


establecer la verdad en los enunciados fácticos planteados por las partes, mediante la
ponderación de los elementos de prueba, lo que incidirá necesariamente en el sentido de
la sentencia»5. En esta línea, Hunter señala que la valoración de la prueba «siempre opera
sobre un conjunto de información que es el resultado de la práctica de las pruebas
propuestas por las partes y el juez, información que incidirá directamente sobre el grado
(mayor o menor) de probabilidad que pueda tener una afirmación»6. Para Gascón, la
valoración de la prueba consiste en «la verificación de los enunciados fácticos
introducidos en el proceso a través de los medios de prueba, así como en el
reconocimiento a los mismos de un determinado valor o peso en la formación de la
convicción del juzgador sobre los hechos que se juzgan»7. Acorde con este párrafo,
podemos decir que valorar la prueba es determinar el grado o medida de confirmación
4de las hipótesis fácticas planteadas por las partes, mediante la apreciación de la prueba
rendida en el proceso.

Comúnmente se reconocen tres sistemas o modelos de valoración de la prueba,


los cuales son someramente tratados a continuación.

1.1.a) La libre convicción

También se conoce a este sistema como el de persuasión moral o de íntimo


convencimiento. Para Peñailillo, este sistema «asigna al juez amplias facultades para

4 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 29.


5 Cerda, R., Valoración de la prueba. Librotecnia, Santiago, 2008, p. 22.
6 Hunter, I., “Reglas de prueba legal y libre valoración de la prueba. ¿Cómo conviven en el Proyecto del

Código Procesal Civil?”, en Revista Ius et Praxis (Talca), volumen 23, 2017, p. 251.
7 Gascón, M., Los hechos en el derecho. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 141.
12

apreciar la prueba y establecer así los hechos en cada caso, siguiendo su íntima convicción
y sin que quede obligado a señalar en la sentencia cómo fue que arribó a ese
convencimiento» [sic]8. Según Paillás, este sistema es «el del íntimo convencimiento, en
el que la verdad fáctica depende por entero de la conciencia del juez, que no está obligado
por ninguna regla legal; en rigor, puede escoger las fuentes de su convicción fuera de los
medios fijados por la ley, y no está obligado a fundamentar la sentencia»9.

Históricamente, debió ser el primer sistema de valoración de la prueba, ante un


conflicto entre partes o personas que debió ser resuelto por un tercero, en épocas
remotas, lo que es lógico de concluir que ha falta de normas sobre cómo valorar la prueba,
el tercero debiera recurrir simplemente a la razón personal para obtener su
convencimiento sobre los hechos que le fuesen probados por las partes. Por lógica, y
ante la falta de cualquier otra alternativa, el sistema de libre convicción debió ser el primer
sistema de valoración de la prueba rendida10.

Si bien este sistema no se haya presente en nuestras leyes de procedimiento, sí


tiene cabida en la Constitución Política de la República, específicamente en el artículo 53
sobre atribuciones específicas del Senado, señalando respecto de las acusaciones que la
Cámara de Diputados entable con arreglo al artículo anterior, «el Senado resolverá como
jurado y se limitará a declarar si el acusado es culpable o no culpable del delito, infracción
o abuso de poder que se le imputa».

1.1.b) Sistema de prueba legal o tasada

Este sistema nace como medio de freno ante la eventual arbitrariedad del juez en
el sistema de la libre convicción, introduciendo leyes que determinan el valor probatorio

8 Peñailillo, D., La prueba en materia sustantiva civil. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1989, p. 19.
9 Paillás, E., Estudios de Derecho Probatorio. Editorial Jurídica de Chile, Santiago 2002, p. 21.
10 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 39.
13

de la prueba rendida. Para Paillás, la prueba legal constituye un sistema en el cual la ley
fija determinadamente, en forma anticipada, el valor estricto que el juez debe asignar a
un medio de prueba, prescindiendo de su convicción11. Chiovenda, respecto a este
sistema probatorio, refiere que el legislador fija abstractamente el modo de recoger
determinados elementos de decisión, sustrayendo esta operación lógica a las que realiza
el juez para formar su convicción12.

En sus orígenes, el sistema nació como un medio creado por los legisladores para
controlar el riesgo de caer en la discrecionalidad judicial más absoluta, así como también
por las ordalías o «juicios de dios», en un intento por controlar la arbitrariedad de esos
sistemas13. Con la valoración legal se trataba de dar mayor seguridad jurídica, intentando
que se descubriera mejor la verdad de los hechos, en un intento por «positivizar» las
exigencias en la convicción de los jueces14.

En nuestra legislación, se presenta un adecuado equilibrio entre los sistemas de


prueba legal y libre convicción, y en los casos en que se quiere dar al juez mayores
facultades, se dispone que la prueba se apreciará conforme a la sana crítica.

1.1.c) La sana crítica

Este sistema de valoración, también conocido doctrinariamente como de


apreciación en conciencia o persuasión racional, constituye un sistema intermedio entre
la libre convicción y la prueba legal o tasada, en el cual el juez debe atenerse a los medios
de prueba que señala la ley, valorando esos elementos conforme a la convicción que se
forme de los hechos, debiendo motivar la sentencia y explicando las razones que lo llevan

11 Paillás, E., Estudios de Derecho Probatorio. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 27.
12 Paillás, E., Estudios de Derecho Probatorio. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 11.
13 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 48.
14 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p 49.
14

a razonar de determinada forma15. La Corte Suprema ha señalado que «la “sana crítica”
es aquella que nos conduce al descubrimiento de la verdad por los medios que aconsejan
la recta razón y el criterio racional puesto en juicio […]. Se trata, por lo tanto, de un
proceso interno y subjetivo […] cuya estimación corresponde privativamente a los jueces
del fondo»16.

Nuestro Código de Procedimiento Civil, en el artículo 425, alude a las reglas de la


sana crítica sin definirla. Esta situación se repite en otros textos normativos que regulan
procedimientos en otras materias como, por ejemplo, el artículo 32 de la Ley 19.968 en
materia de familia, el artículo 297 del Código Procesal Penal y el artículo 456 del Código
del Trabajo. Para Alsina, «las reglas de la sana crítica, no son otras que las que prescribe
la lógica y derivan de la experiencia, las primeras con carácter de permanente y las
segundas, variables en el tiempo y en el espacio»17. Por su parte, Couture define las reglas
de la sana crítica como «las reglas del correcto entendimiento humano; contingentes y
variables con relación a la experiencia del tiempo del lugar; pero estables y permanentes
en cuanto a los principios lógicos en que debe apoyarse la sentencia»18.

Para González, existen varios elementos que constituyen la sana crítica, entre los
que encontramos: la lógica, las máximas de la experiencia, los conocimientos
científicamente afianzados y la obligación de fundamentar la sentencia19. En nuestro
ordenamiento jurídico, no tenemos mayores precisiones conceptuales acerca de qué se
entiende por lógica, máximas de la experiencia y conocimientos científicamente

15 Paillás, E., Estudios de Derecho Probatorio. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 22.
16 R., t. 60, sec. 1a, p. 340.
17 González, J., “La fundamentación de las sentencias y la sana crítica”. Revista Chilena de Derecho,

volumen 33, 2006, p. 95.


18 González, J., “La fundamentación de las sentencias y la sana crítica”. Revista Chilena de Derecho,

volumen 33, 2006, p. 95.


19 González, J., “La fundamentación de las sentencias y la sana crítica”. Revista Chilena de Derecho,

volumen 33, 2006, p. 100.


15

afianzados, de modo que el entendimiento conceptual de los jueces sobre tales elementos
puede derivar en errores de razonamiento.

Respecto a las reglas de la lógica, señalan Coloma y Agüero que éstas «fijan un
conjunto de razonamiento correctos; un conjunto de razonamientos posibles y, en algún
sentido, definen la actividad misma de razonar»20. Agregan que las reglas de la lógica no
aportan información sobre la realidad o el mundo, sino que delimitan el ejercicio del
razonamiento21, entendiendo que éstas no se limitan a los principios de la lógica clásica,
como los principios de identidad, contradicción, tercero excluido y de razón suficiente.

Las máximas de la experiencia, corresponden, en estricto rigor, a aquellas


generalizaciones que se construyen a partir de experiencias colectivas y de conocimiento
público. El carácter colectivo de la experiencia permite conformar inferencias que no se
agotan en experiencias individuales, y su carácter público provoca una inercia
argumentativa en caso de generar debate, ya que la generalización es compartida22.

Acerca de los conocimientos científicamente afianzados, señalan Coloma y


Agüero que es ciencia «aquella tarea (discurso) que persigue obtener nuevos saberes sobre
la realidad aumentando el grado de certidumbre sobre ella»23. El carácter de «científico»
lo distingue de los otros conocimientos, en cuanto a quien accedió a ellos, la forma en
que fueron adquiridos o el modo en que fueron fijados. A su vez, será «afianzado»,

20 Coloma, R. y Agüero, C., “LÓGICA, CIENCIA Y EXPERIENCIA EN LA VALORACIÓN DE

LA PRUEBA”. Revista Chilena de Derecho, volumen 41, 2014, p. 681.


21 Coloma, R. y Agüero, C., “LÓGICA, CIENCIA Y EXPERIENCIA EN LA VALORACIÓN DE

LA PRUEBA”. Revista Chilena de Derecho, volumen 41, 2014, p. 682.


22Coloma, R. y Agüero, C., “LÓGICA, CIENCIA Y EXPERIENCIA EN LA VALORACIÓN DE

LA PRUEBA”. Revista Chilena de Derecho, volumen 41, 2014, p. 691.


23Coloma, R. y Agüero, C., “LÓGICA, CIENCIA Y EXPERIENCIA EN LA VALORACIÓN DE

LA PRUEBA”. Revista Chilena de Derecho, volumen 41, 2014, p. 686.


16

consolidado o asentado cuando es incuestionable, con un estatus de alta consolidación,


permitiendo sustentar avances tecnológicos que permiten su aplicación en la vida social24.

1.1.d) La valoración de la prueba en la Ley 18.287 de juzgados de policía local

El artículo 14 de esta ley dispone que «el Juez apreciará la prueba y los
antecedentes de la causa, de acuerdo con las reglas de la sana crítica y del mismo modo
apreciará la denuncia formulada por un Carabinero, Inspector Municipal u otro
funcionario que en ejercicio de su cargo deba denunciar la infracción». El mismo artículo
le impone al juez el deber de «expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas,
científicas o técnicas en cuya virtud les asigne valor o las desestime», agregando que
«tomará en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y
conexión de las pruebas y antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen
conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador».

En esta ley, a diferencia de otras leyes nacionales de procedimiento que recogen


la sana crítica, se explicita la necesidad del juez de evidenciar mediante consideraciones
de hecho los motivos de su convicción, lo cual hace posible fiscalizar todo el proceso
intelectual en cuya virtud tiene por establecidas las premisas de hechos en que se apoya
la declaración jurisdiccional25.

1.1.e) Leyes reguladoras de la prueba

En Chile, se ha sostenido que las leyes reguladoras de la prueba constituyen


normas básicas de juzgamiento, que contienen obligaciones, limitaciones o prohibiciones

24Coloma, R. y Agüero, C., “LÓGICA, CIENCIA Y EXPERIENCIA EN LA VALORACIÓN DE


LA PRUEBA”. Revista Chilena de Derecho, volumen 41, 2014, p. 686.
25 Aravena, L., Derecho del Tránsito. Gráfica Kolbe, Santiago, 2007, p. 196. Disponible en

www.scribd.com/document/96158538/Curso-de-Derecho-del-Transito-leonardo-aravena. [Fecha de
consulta:1.12.2017].
17

a que deben sujetarse los sentenciadores, las cuales deben ser respetadas por los jueces
para que su decisión o calificación sobre los hechos de la causa sea correcta26. Nuestra
Corte Suprema, el 4 de enero del año 2001, se refirió a las leyes reguladoras de la prueba,
señalando que son «normas fundamentales impuestas por la ley a los falladores en forma
ineludible, y que importan limitaciones concretas a su facultad de apreciación, dirigida a
asegurar una decisión correcta en el juzgamiento»27

Conforme a otro fallo de la Corte Suprema, las leyes reguladoras de la prueba


comprenden un amplio conjunto de disposiciones que regulan distintos aspectos
procesales, distinguiéndose: «1) a aquellas normas que instituyen los medios de prueba
que pueden utilizarse para demostrar los hechos en un proceso; 2) las que precisan la
oportunidad en que pueden valerse de ellos; 3) las que se refieren al procedimiento que
las partes y el juez deben utilizar para ofrecer, aceptar y aportar las probanzas al juicio; 4)
a aquellas reglas que asignan el valor probatorio que tiene cada uno de los medios
individualmente considerados y 5) a las que disciplinan la forma en como el sentenciador
debe realizar la ponderación comparativa entre los medios de la misma especie y entre
todos los reconocidos por el ordenamiento legal»28.

Conforme a lo anterior, podemos señalar que, con relación a las leyes reguladoras
de la prueba, existen conjuntos de disposiciones que se agrupan en los medios de prueba,
la admisibilidad de los medios de prueba, las normas sobre la carga, manera de producir
o rendir y forma de apreciar la prueba, las cuales deben ser respetadas por el sentenciador,
con el fin de asegurar una decisión correcta en el juzgamiento.

26 Salgado, L., La prueba: objeto, carga y apreciación. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1979, pp. 102-103.
27 R.D.J., T. 97, secc. 1a, p. 132.
28 Corte Suprema, 05.04.2012, rol 11746-2011.
18

1.1.f) La admisibilidad, valoración y decisión como momentos de la actividad


probatoria

Ferrer señala que existen tres momentos fundamentales en el proceso de toma de


decisiones en materia de hechos probados, los cuales son: 1°) la conformación de
elementos de juicio sobre cuya base se adopta una decisión; 2°) la valoración de esos
elementos; y 3°) la adopción de la decisión29.

Acerca del primer momento, señala que la decisión jurídica deberá ser tomada
con base en el conjunto de elementos de juicio que habrá de estar conformado
únicamente por las pruebas aportadas y admitidas al proceso, no pudiéndose tomar en
cuenta por el órgano decisor aquellas informaciones o elementos de juicio de los que
disponga «privadamente», como tampoco aquellos elementos que han sido aportados al
proceso y han sido excluidos, como la prueba ilícita, que es aquella que se obtiene con
vulneración de garantías constitucionales. En este caso, adquiere importancia el estudio
de filtros para la admisión de prueba en el proceso30.

Constituye un principio epistémico que, por obvio que parezca, si se trata de


determinar la verdad de un enunciado, es necesario contar con la mayor cantidad de
información útil disponible para alcanzar ese objetivo31. Ahora, no todos los elementos
que aportan información serán valorados por el juez, por distintos motivos. Como primer
filtro, tenemos aquel que admite toda la prueba relevante sobre los hechos que se juzgan,
calificándola de relevante si aporta apoyo o refutación de alguna de las hipótesis fácticas
del caso32, teniendo su fundamento en que la probabilidad de alcanzar una decisión
correcta respecto de la verdad de los hechos aumenta en la medida en que lo hace la

29 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 41.
30 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 42.
31 Taruffo, M., Simplemente la verdad. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 161.
32 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, pp. 42-43.
19

información sobre lo ocurrido. Ahora bien, a este primer filtro –principio de relevancia-
se añaden otros filtros que constituirían «reglas jurídicas de exclusión», como sucede con
las pruebas obtenidas con violación de derechos fundamentales, la prueba presentada
fuera de plazo, etc.

Estas exclusiones probatorias tienen su fundamento tanto en la protección de


otros valores distintos al de la verdad y que protegen derechos fundamentales, como la
intimidad o la libertad individual, como también tienen fundamento en evitar el riesgo de
darle mayor valor epistemológico a una prueba del que en realidad tiene -como sucede
con los testigos de oídas en el juicio ordinario del Código de Procedimiento Civil- y para
excluir la aportación de información poco fiable a ser valorada por el sentenciador. Estos
filtros pueden aplicarse antes de rendirse la prueba, como sucede con la tacha de testigos,
o después de rendida, como sucede en algunas legislaciones distintas a la chilena, durante
la etapa de motivación de la sentencia, respecto del examen de admisibilidad de
documentos acompañados por las partes en los procesos civiles.

Acerca de las exclusiones probatorias, Gascón ha señalado que los ordenamientos


jurídicos tienen que preservar valores extraprocesales que se consideran relevantes [como
la privacidad de ciertas relaciones, la dignidad humana] y, para preservarlos, se instituyen
ciertas reglas, las que impiden o limitan el uso de ciertas fuentes y/o medios de prueba
y/o suprimen o limitan la eficacia de la información aportada por la prueba, como sucede
en la Ley 18.287, con la inadmisibilidad de prueba testimonial respecto de los títulos
traslaticios de dominio de vehículos motorizados. Las reglas hacen prevalecer estos
valores extraprocesales a las exigencias procesales de averiguación de la verdad33. Agrega
la autora que estas reglas pueden menguar o incluso anular las posibilidades de

33Gascón, M., “Freedom of proof? El cuestionable debilitamiento de la regla de la exclusión de la


prueba ilícita”, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 2011, p. 9. Disponible en
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/4/1971/5.pdf. [Fecha de consulta: 1.12.2017].
20

averiguación de la verdad y, en esta medida, solo estarán justificadas cuando vengan a


garantizar valores o intereses que sean dignos de protección.

Para Taruffo, se pueden distinguir dos categorías de reglas de exclusión de pruebas


de acuerdo a su función. En una primera categoría, están aquellas reglas que cumplen
con una función epistémica, destinadas a evitar errores o mal entendidos en la
determinación del valor probatorio por parte del juez sentenciador, como ocurre con lo
dispuesto en nuestro Código Civil sobre la inadmisibilidad de la prueba de testigos de
una obligación que haya debido constar por escrito, al igual que con las tachas, como
medio para impedir que las declaraciones sean valoradas por el sentenciador. En la
segunda categoría, están aquellas disposiciones que no persiguen una finalidad epistémica
pero que implican la exclusión de pruebas relevantes, como sucede con la facultad de
guardar secreto contemplada en el artículo 303 de nuestro Código Procesal Penal34.
Advierte Damaška que, en los tribunales unitarios, donde es el mismo juez quien decide
sobre la admisibilidad de la prueba y quien la valora, la contaminación de la información
prohibida o excluida siempre ensuciará el pensamiento del juzgador, señalando que «no
parece probable que la mente humana sea capaz de tal procesamiento de información en
compartimentos estancos»35. De todo lo señalado, podemos decir que entre las
exclusiones probatorias y la declaración de tacha de testigos existe una relación de género
a especie, siendo la declaración de la tacha una especie dentro del género «exclusión
probatoria».

Respecto del segundo momento, y una vez que se han determinado los
elementos de juicio o pruebas, habrá que distinguir si la valoración de la prueba está
determinada por la propia ley, como sucede en el sistema de prueba legal tasado, o si el
sentenciador debe ponderar cada prueba rendida en relación con la hipótesis en conflicto,

34 Taruffo, M., Simplemente la verdad. Marcial Pons, Madrid, 2010, pp. 167-175.
35 Damaška, M., El Derecho Probatorio a la deriva. Marcial Pons, Madrid, 2015, p. 60.
21

de forma individual o en conjunto, como sucede en el sistema de la sana crítica. Con ese
análisis de la prueba, se obtiene el resultado que permita conocer el grado de
confirmación de alguna de las hipótesis planteadas en el conflicto36.

Por último, señala Ferrer respecto del tercer momento, que habrá que proceder
a determinar si se tiene por probada alguna hipótesis con el grado de confirmación que
corresponda, el cual variará dependiendo del ámbito a que corresponda. Así, en el ámbito
civil, debería operar el estándar de prueba de la probabilidad prevaleciente, de modo que
una hipótesis está probada dependiendo de si su grado de confirmación es más alto que
la hipótesis contraria37. En cambio, en el ámbito penal, se exige que la hipótesis esté
confirmada en el grado de «más allá de toda duda razonable», como lo prescribe el artículo
340 del Código Procesal Penal. El mayor o menor estándar para dar por acreditada una
hipótesis dependerá del derecho que esté en juego.

1.2. PRUEBA TESTIMONIAL

1.2.a) De los testigos y las tachas en el juicio ordinario de mayor cuantía

La prueba testimonial se encuentra regulada en el libro segundo, título XI, desde


el artículo 356 al 384, inclusive, del Código de Procedimiento Civil. Acá se contienen
disposiciones relativas a las inhabilidades para declarar como testigos, excepciones a la
obligación de declarar, forma de rendir la prueba testifical, cantidad de testigos que se

36 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 45.
37 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 47.
22

admiten a declarar, tacha de testigos, apremios, testigos de oídas, y reglas sobre fuerza
probatoria de la prueba de testigos.

El artículo 356 del Código de Procedimiento Civil dispone que «es hábil para
testificar en juicio toda persona a quien la ley no declare inhábil», y luego, en los artículos
357 y 358 del mismo código, se expone un catálogo de inhabilidades para declarar como
testigo. Las inhabilidades de mayor ocurrencia son las que dicen relación con el
parentesco, la amistad y la de tener el tercero un interés en el resultado del juicio.

Para hacer efectiva las inhabilidades de testigos se instituyen las tachas, que son
«medios establecidos por la ley para hacer efectivas las inhabilidades que establecen los
artículos 357 y 358 del Código de Procedimiento Civil»38. Para Rivera, con la tacha «se
ataca al testigo porque está en una situación que afecta a su credibilidad», sobre los cuales
se sospecha su parcialidad o inverosimilitud de su declaración39.

1.2.b) Regulación de la prueba testimonial en la Ley 18.287

Esta ley de procedimiento solo contiene una disposición relativa a la prueba de


testigos, contemplada en el artículo 12 de la ley, que dispone que no podrán presentarse
por cada parte más de cuatro testigos, cualquiera que fuera el número de hechos
controvertidos. Asimismo, dispone respecto a la prueba testimonial en los casos de
accidentes de tránsito, que la lista de testigos deberá ser entregada en secretaría del
tribunal antes de las doce horas del día hábil que precede al designado para la audiencia.

Por otra parte, y en relación con la prueba testimonial en accidentes de tránsito,


el mismo artículo prescribe que no será admisible la prueba testimonial para acreditar la

38 Benavente, D., DERECHO PROCESAL CIVIL. JUICIO ORDINARIO Y RECURSOS


PROCESALES. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 67.
39 Rivera, R., La prueba: un análisis racional y prueba. Marcial Pons, Madrid, 2011, p. 190.
23

existencia o fecha de un acto que sea título traslaticio del dominio de un vehículo
motorizado.

1.2.c) Disposición especial sobre tacha de testigos en la Ley 19.496

Como hasta ahora hemos visto, la Ley 18.287 solo contiene una disposición exigua
respecto a la prueba testimonial, la cual se ve complementada por el artículo 50, letra c),
de la Ley 19.496 sobre protección de los derechos de los consumidores. El inciso segundo
del artículo dispone que «las partes podrán realizar todas las gestiones procesales
destinadas a acreditar la infracción y a probar su derecho, incluidas la presentación,
examen y tacha de testigos».

Acá se aprecia que la propia Ley 19.496 hace aplicable al procedimiento del juez
de policía local, las disposiciones relativas sobre el examen y tacha de testigos, cuestión
que no es contemplada en la Ley 18.287.
24

2. ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL DE FALLOS SOBRE


TACHA DE TESTIGOS APLICABLE AL
PROCEDIMIENTO DE LA LEY 18.287

En el presente capítulo se analizan fallos ejemplificativos de distintas cortes de


apelaciones, contenidas en el sitio web de vLex Chile, desde el año 2010.

2.1. SENTENCIAS QUE APOYAN LA TESIS SOBRE LA


PROCEDENCIA DE LA TACHA DE TESTIGOS EN EL
PROCEDIMIENTO DE LA LEY 18.287

2.1.a) Corte de Apelaciones de Puerto Montt, 03.04.2012, rol 20-2012: «no cabe sino
compartir los argumentos vertidos por la recurrida en su informe, en la medida que el propio articulo 50
letra b) de la ley 19.496 hace referencia expresa a la institución de la "tacha" de testigos, por lo que esta
alegación deberá ser desestimada».

En el presente caso, en materia de derechos del consumidor, se presentó un


recurso de queja en contra de la jueza subrogante del 2° Juzgado de Policía Local de
Puerto Montt, esgrimiéndose una infracción a la ley al admitir el tribunal la tacha de un
testigo, señalando que tal resolución es improcedente, al ordenar el artículo 14 de la Ley
18.287 que la prueba debe ser valorada conforme a las reglas de la sana crítica. La jueza
25

subrogante, haciéndose cargo de la acusación, informa a la corte que debe distinguirse


entre la generación de prueba y su valoración, rigiendo en el primer caso las normas
supletorias del Código de Procedimiento Civil, y respecto del segundo, lo preceptuado
en el artículo 14 de la Ley 18.287, lo cual se ve corroborado por el artículo 50 letra b),
donde se alude expresamente a las tachas de testigos.

Compartimos la explicación de la jueza subrogante en cuanto a que existen etapas


dentro del íter probatorio, distinguiendo el momento de la rendición de la prueba del de
la valoración de la misma. Por su parte, la Corte de Apelaciones de Concepción, ha
señalado en materia de protección de derechos de consumidor, que «la Ley del Consumidor
permite a las partes en este procedimiento, entre otras gestiones, tachar a los testigos. Entonces, y sin
perjuicio de ser una actuación que no se aviene del todo con el sistema de valoración de la prueba conforme
a las reglas de la sana crítica, existiendo norma expresa al respecto, ellas son admisibles»40.

Quizás, lo más lógico, acorde con el sistema de la sana crítica, sería que el
sentenciador tome conocimiento directo de toda la prueba rendida para ponderarla
conforme a la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente
afianzados, como sucede en los otros procedimientos que acogen este sistema de
valoración, pero lo cierto es que acá tenemos una disposición expresa en la Ley 19.496
que introduce la tacha de testigos en el procedimiento de policía local y, por ende, tendrán
aplicación las disposiciones contenidas en el Libro II del Código de Procedimiento Civil
sobre inhabilidades y tachas.

Además de las cortes de apelaciones de Puerto Montt y Concepción, la Corte de


Apelaciones de La Serena también ha declarado procedente la tacha de testigos en

40 Corte de Apelaciones de Concepción, 27.08.2015, rol 499-2015.


26

materia de protección al consumidor41, al igual que la Corte de Apelaciones de


Coihaique42.

Por otra parte, si la Ley 18.287 contempla como exclusión probatoria la rendición
de prueba testimonial para acreditar la existencia o fecha de un acto que sea título
traslaticio de dominio de un vehículo motorizado, suponemos que por la sola existencia
del sistema de la sana crítica no podría dejarse sin efecto la disposición de inadmisibilidad
probatoria, en razón de la libertad que debiese tener el juez para valorar la prueba rendida,
por expresa disposición del legislador. Por ende, estimamos que sí puede excluirse prueba
rendida de la valoración de juez de policía local. En este caso, la ley del consumidor, ha
sido el legislador quien instituye las tachas como filtro probatorio.

Ahora bien, esta situación excepcional en que coexisten las inhabilidades y tachas
con la sana crítica no es única. Tengamos en consideración que, en las disposiciones del
juicio ordinario en el Código de Procedimiento Civil, se contempla respecto de la
escritura pública, que procede su invalidación mediante prueba testimonial a la cual
concurran cinco testigos contestes y sin tacha, más otros requisitos establecidos,
señalando el inciso segundo del artículo 429 del Código de Procedimiento Civil que el
tribunal apreciará la prueba según las reglas de la sana crítica. En este caso, el legislador
estableció un filtro o regla de exclusión propio del sistema de prueba legal tasada, como
la exigencia «sin tacha» del testigo, permitiendo al juez analizar la prueba conforme a la
sana crítica, lo cual no ha generado problemas a nivel de jurisprudencia sobre este
enunciado normativo.

41 Corte de Apelaciones de La Serena, 08.03.2016, rol 124-2015, y Corte de Apelaciones de La Serena,


04.03.2016, rol 129-2015.
42 Corte de Apelaciones de Coihaique, 31.08.2016, rol 18-2016.
27

2.1.b) Corte de Apelaciones de Talca, 19.05.2014, rol 108-2013: «las tachas de los testigos
en el procedimiento substanciado ante los juzgados de policía local, al no estar reguladas en la ley que lo
trata, se rigen, supletoriamente, por las disposiciones pertinentes contenidas en el Libro Segundo del
Código de Procedimiento, pues el artículo 3° de éste lo permite; y en la especie no estamos en presencia de
un proceso penal reglamentado por el Código Procesal del Ramo, en el que no caben las inhabilidades de
los testigos».

Este caso corresponde a la apelación de un fallo condenatorio en lo infraccional


y civil, en materia de Ley del Tránsito, respecto de un accidente con resultado de daños.
Sobre el contenido de la sentencia, en relación con la tacha de testigos, podemos concluir
dos cosas: 1) que son aplicables las disposiciones del Libro II del Código de
Procedimiento Civil y, 2) que no cabe aplicar las disposiciones del Código Procesal Penal
respecto a la prueba de testigos.

Conforme a la primera conclusión, gran parte de la doctrina y jurisprudencia ha


señalado que procede aplicar las disposiciones del Código de Procedimiento Civil, por
disposición del artículo 3 del cuerpo normativo, que prescribe que «se aplicará el
procedimiento ordinario en todas las gestiones, trámites y actuaciones que no estén
sometidos a una regla especial diversa, cualquiera que sea su naturaleza». Este artículo 3
debe ser complementado por el artículo 1 del mismo código, haciendo las disposiciones
aplicables a las contiendas civiles entre partes, cuyo conocimiento corresponda a los
tribunales de justicia.

Para Menenteau, frente a la falta de ley procesal o de fondo, debe aplicarse


supletoriamente las disposiciones del juicio ordinario del Código de Procedimiento Civil,
por remisión del artículo 3 de ese código, lo cual resulta evidente ante un procedimiento
reducido a un comparendo de contestación, conciliación y prueba, no sería posible
28

resolver las tercerías, los incidentes, el abandono de procedimiento, el desistimiento de


la demanda, las cuestiones de competencia, entre otras cosas43. El mismo autor, señala
respecto a las tachas de testigos que, por analogía, deberán aplicarse las disposiciones
contenidas en los artículos 357 y 358 del Código de Procedimiento Civil en el
procedimiento de los juzgados de policía local44. No compartimos este criterio de
aplicación analógica de los artículos 357 y 359 del Código de Procedimiento Civil, por las
razones que se exponen al final de este subapartado.

Sin embargo, según Rivas, parte de la doctrina considera que los juzgados de
policía local no forman parte de los tribunales de justicia, entendiendo por tales a los del
fuero común, basándose fundamentalmente en la historia fidedigna del Código de
Procedimiento Civil, concluyendo que el propósito de la ley [las disposiciones del código]
era el de excluir su aplicación a los juzgados especiales, dejando vigentes las normas que
regían a estos juzgados45.

En cuanto a si los juzgados de policía local son o no tribunales de justicia,


concordamos con que señala Aravena respecto a que los juzgados de policía local «están
establecidos por la ley, son Tribunales de Justicia y conocen de contiendas entre partes,
por lo que la aplicación supletoria de las normas del Código de Procedimiento Civil tiene
cabida absoluta y pertinente, de conformidad a lo expresado»46. Agrega que estas normas
se aplican a toda contienda civil entre partes, independiente de si su conocimiento

43 Menenteau, H., MANUAL DE DERECHO DEL TRÁNSITO Y DE LOS JUZGADOS DE


POLICÍA LOCAL. Editorial Metropolitana, Santiago, 2002, p. 118.
44 Menenteau, H., MANUAL DE DERECHO DEL TRÁNSITO Y DE LOS JUZGADOS DE

POLICÍA LOCAL. Editorial Metropolitana, Santiago, 2002, p. 168.


45 Rivas, N., “Aspectos generales del procedimiento aplicable a los accidentes del tránsito ante los

juzgados de policía local”, en Revista de Derecho, Universidad de Concepción, número 207, 2002, p.
97.
46 Aravena, L., Derecho del Tránsito. Gráfica Kolbe, Santiago 2007, p. 158. Disponible en

www.scribd.com/document/96158538/Curso-de-Derecho-del-Transito-leonardo-aravena. [Fecha de
consulta:1.12.2017].
29

corresponde a un tribunal ordinario o especial, como se colige de un fallo de la Corte


Suprema en un caso de «conflicto entre marcas, de conocimiento del Director del
Departamento de Industrias Fabriles, que en ese caso estaba en presencia de una
controversia promovida en el orden temporal»47. Sin embargo, no coincidimos con que
se deba aplicar supletoriamente las disposiciones del juicio ordinario de Código de
Procedimiento Civil a la valoración de la prueba en los juzgados de policía local. La
supletoriedad no aplica en todos los casos.

También nuestra Corte Suprema ha fallado que es procedente la supletoriedad de


las normas de Código de Procedimiento Civil en el procedimiento de juzgados de policía
local, señalando que es aplicable la notificación tácita del artículo 55 del Código de
Procedimiento Civil en el procedimiento de la Ley 18.287, que contiene normas
especiales sobre notificaciones, pero que «en silencio de la mencionada ley especial, debe
aplicarse supletoriamente, según fluye del artículo 1° del Código citado. En consecuencia,
si la notificación personal no se hizo por error del receptor, el demandado ha de tenerse
por notificado si realizó con posterioridad en el juicio gestiones que suponen
conocimiento de la demanda y su traslado»48.

Aun cuando se sostenga que es procedente la supletoriedad de las normas del


Código de Procedimiento Civil, debemos considerar que no es conveniente aplicar la
supletoriedad a todas las situaciones no previstas por la Ley 18.287, teniendo presente
los objetivos y formas procesales incompatibles que tendría con las disposiciones del
juicio ordinario, lo cual parecería contrario a los objetivos de la Ley 18.287 si se aplicaran

47 Aravena, L., Derecho del Tránsito. Gráfica Kolbe, Santiago, 2007, p. 158. Disponible en

www.scribd.com/document/96158538/Curso-de-Derecho-del-Transito-leonardo-aravena. [Fecha de
consulta:1.12.2017].

48Rivas, N., “Aspectos generales del procedimiento aplicable a los accidentes del tránsito ante los
juzgados de policía local”, en Revista de Derecho, Universidad de Concepción, número 207, 2002, p.
96.
30

las disposiciones relativas al término probatorio, por el hecho de no contemplarlo la ley


especial. En esta dirección ha fallado la Corte Suprema, estableciendo un criterio
intermedio entre aplicabilidad e inaplicabilidad de la supletoriedad, que variará en cada
caso no contemplado, señalando que «la aplicación supletoria del Código de
Procedimiento Civil en el procedimiento ante los juzgados de Policía Local ha sido
discutida por ser las normas que regulan este último posteriores a aquel Código y referirse
dichas reglas expresamente al mencionado cuerpo legal cuando ha querido que sus
normas tengan aplicación. En ningún caso la aplicación supletoria del Código de
Procedimiento Civil puede modificar el esquema determinado por el legislador en un
procedimiento especial, y menos llegar a transformarlo, por este camino, en un juicio
ordinario establecido por el Código de Procedimiento Civil»49.

Por su parte, Aravena ha sostenido en su libro «Derecho del Tránsito», que la


aplicación supletoria de las disposiciones del Código de Procedimiento Civil al
procedimiento en los juzgados de policía local resulta inconveniente de aplicar,
entendiendo que no debería aplicarse a cada caso no contemplado por la Ley 18.290. En
lugar de aplicar la supletoriedad de las disposiciones del Código de Procedimiento Civil,
plantea que estas normas deben ser aplicadas al procedimiento de juzgados de policía
local por analogía, lo que permitiría al juez aplicar la norma general con justicia y equidad,
sin que sea obligatoria su aplicación, pudiendo de esta forma ser ignorada por el
sentenciador.

Agrega que en caso de aplicar la supletoriedad del Código de Procedimiento Civil


al proceso ante la justicia de policía local lo desnaturalizaría, haciéndole perder su
perseguida agilidad, razón principal de su establecimiento. A modo ejemplar, señala que
la recepción de la causa a prueba y la fijación de los puntos de prueba tratado como

49Rivas, N., “Aspectos generales del procedimiento aplicable a los accidentes del tránsito ante los
juzgados de policía local”, en Revista de Derecho, Universidad de Concepción, número 207, 2002, p.98.
31

obligatoria en el artículo 318 de Código de Procedimiento Civil, no tiene aplicación en el


procedimiento de la Ley 18.287, pese a no contradecirse con el espíritu ni con la letra de
la norma que rige el procedimiento. Benavides difiere de esta forma de aplicar las
disposiciones del Código de Procedimiento Civil, atendido a la especialidad de la Ley
18.287 y a lo breve y concentrado del procedimiento, no podrían aplicarse las
disposiciones del Código de Procedimiento Civil sobre rendición de prueba50.

Continua Aravena señalando que esta forma de entender la aplicación analógica


del Código de Procedimiento Civil es resultado de una razón de conveniencia para la
buena administración de justicia, «desde que la aplicación de las ritualidades procesales
comunes a contiendas que se substancian ante tribunales que no son los ordinarios, evita
la arbitrariedad en la dictación de los fallos judiciales»51.

Por nuestra parte, consideramos que ante el silencio del artículo 14 de la Ley
18.287, en relación con las inhabilidades de los testigos, no cabe complementar la
disposición recurriendo al Código de Procedimiento Civil, ya que, para darle sentido a la
disposición, debe recurrirse al resto de leyes procedimentales que recogen la sana crítica
para entender que no hay testigos inhábiles, ya que este sistema de valoración supone una
mayor libertad probatoria que el sistema de prueba legal o tasado. Será el juez quien al
momento de motivar la sentencia deberá demostrar haber sido imparcial, como garantía
ex post, a diferencia de lo que sucede con las tachas de testigos, que constituyen un control
ex ante, a objeto de que las declaraciones no lleguen a ser valoradas por el tribunal.

50 Benavides, P., La especialidad de la Ley N° 18.287 (juzgados de policía local) en relación al artículo 3°
del Código de Procedimiento Civil. Gaceta jurídica, número 281, 2004, p. 29.
51 Aravena, L., Derecho del Tránsito. Gráfica Kolbe, Santiago 2007, p. 160. Disponible en

www.scribd.com/document/96158538/Curso-de-Derecho-del-Transito-leonardo-aravena. [Fecha de
consulta:1.12.2017].
32

Respecto a la segunda conclusión, entendemos que la Ley 18.287 es una ley


especial de procedimiento que no contiene remisiones normativas a ese cuerpo legal.
Tampoco creemos que sea conveniente aplicar la ley procesal o de procedimiento en
atención a la «naturaleza» o carácter de la disposición de fondo transgredida, ya que
resultaría muy inconveniente para la tramitación ante los juzgados de policía local, si en
un caso de contravención, por ejemplo, a la Ley de Vivienda y Urbanismo, aplicásemos
normas sobre derecho administrativo y, por ende, disposiciones de procedimiento sobre
lo contencioso administrativo; o si en caso de infracción a la Ley de Rentas Municipales,
el juez de policía local o las partes pretendieran sostener la aplicación de normas de
procedimiento del Código Tributario.

2.1.c) Corte de Apelaciones de Concepción, 27.08.2015, rol 499-2015: «esta Corte se


pronuncia sobre el rechazo de las tachas contenido en el fallo de primer grado, porque no comparte el
fundamento esgrimido por el juez para desestimarlas, porque por lo menos hasta ahora, el legislador no
ha proscrito la institución de las tachas en los procedimientos ante los juzgados de policía local ni en la
Ley N° 19.496, como sí lo ha hecho en otros, como por ejemplo en los juicios penales y laborales luego
de la reforma procesal a los mismos».

En este fallo, sobre materia de derechos del consumidor, señala la corte, que no
existe una disposición normativa que excluya expresamente las disposiciones de la tacha
de testigos en la Ley 18.287. Más aún, la Ley 19.496 sobre protección de derechos del
consumidor contempla expresamente la tacha de testigos como derecho de las partes
que, como sabemos, es materia de conocimiento del juez de policía local.

En relación con otras leyes de procedimiento o códigos que recojan el sistema de


apreciación de la sana crítica, podemos señalar que: 1°) El artículo 454 del Código del
33

Trabajo, prescribe que durante la audiencia de juicio «no se podrá formular tacha de
testigos»; 2°) el artículo 309 del Código Procesal Penal dispone que «en el procedimiento
penal no existirán testigos inhábiles. Sin perjuicio de ello, los intervinientes podrán dirigir
al testigo, preguntas tendientes a demostrar su credibilidad o falta de ella»; 3°) en el
artículo 50 de la Ley 19.968 que crea los tribunales de familia, se dispone que «en el
procedimiento de familia no existirán testigos inhábiles»; 4°) el artículo 132 de la Ley
20.322, sobre jurisdicción tributaria y aduanera, señala que «en el procedimiento no
existirán testigos inhábiles, sin perjuicio de lo cual el tribunal podrá desechar de oficio a
los que notoriamente aparezcan comprendidos en alguna de las situaciones del artículo
357 del Código de Procedimiento Civil»; 5°) el artículo 35 de la Ley 20.600, que crea los
tribunales ambientales, declara que «no habrá testigos ni peritos inhábiles, lo que no obsta
al derecho de cada parte de exponer las razones por las que, a su juicio, la respectiva
declaración no debe merecer fe». Por otra parte, en la Ley 19.996, Ley de Propiedad
Industrial, que contempla la valoración de la prueba conforme a la sana crítica en los
artículos 16 y 111, excluye a la prueba testimonial como medio de prueba, según lo
dispuesto en el artículo 12 de la misma ley.

Conforme al párrafo anterior, en otros procedimientos sujetos a la sana crítica, ha


sido el legislador quien se ha encargado de señalar bajo las expresiones «no existirán
testigos inhábiles» o «no se podrá formular tacha de testigos» para excluir la aplicación de
disposiciones sobre inhabilidades y tachas del Código de Procedimiento Civil, cosa que
no sucede con el procedimiento de la Ley 18.287.

Ahora bien, consideramos que la aplicación de la hermenéutica, ilustrando una ley


mediante otras leyes, puede funcionar como un «argumento bisagra», en el sentido de
que, por un lado, podemos afirmar que en los otros procedimientos que recogen la sana
crítica no existen testigos inhábiles, razón que permite entender que en el procedimiento
de los juzgados de policía local no cabrían las inhabilidades y tachas; por otro lado,
34

también mediante la hermenéutica, podríamos llegar a una solución opuesta, si


pretendemos dotar de sentido a la Ley 18.287 con la Ley 19.496 sobre protección a los
consumidores, que en su artículo 50, dispone que las partes podrán realizar todas las
gestiones procesales destinadas a acreditar la infracción y a probar su derecho, incluidas
la presentación, examen y tacha de testigos.

En este último caso, vislumbramos razones epistemológicas y protectoras que


justifican que las inhabilidades y tachas en materia de consumidores deban tener efectiva
aplicación, y que las otras materias de competencia de los juzgados de policía local tengan
un tratamiento probatorio distinto. Por un lado, desde el punto de vista epistemológico,
el consumidor, como parte del proceso, estaría en desventaja frente a su contraparte –el
proveedor- por la relación de subordinación y dependencia que tendrían los trabajadores
que representan a su empleador frente a los consumidores, situación que genera
desconfianza por su grado de fiabilidad del testimonio de los trabajadores en favor de
sus empleadores; por otra parte, la Ley 19.496 se creó con el fin de proteger a la parte
más débil, que es el consumidor, permitiéndole excluir ex ante al testigo y trabajador
dependiente de la contraparte, con la finalidad de excluir su testimonio de la valoración
del tribunal.

2.2. SENTENCIAS QUE NO ADMITEN LA TACHA DE TESTIGOS EN


EL PROCEDIMIENTO DE LA LEY 18.287

2.2.a) Corte de Apelaciones de Concepción, 29.11.2010, rol 373-2010: «No corresponde


traer a un proceso infraccional limitantes probatorias que son propias de un sistema tasado o tarifado de
pruebas, como ocurre con el procedimiento civil, porque en aquél lo que interesa es el establecimiento de la
35

verdad real de los hechos, de allí la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, y no
la verdad que las propias partes le presentan al juez, como ocurre en el segundo».

Estamos de acuerdo con el fallo en cuanto a que no corresponden traer limitantes


probatorias al procedimiento de los juzgados de policía local, salvo que se trate de materia
de derechos del consumidor, como ocurre en este caso, por estar las tachas de testigos
expresamente consagradas en la Ley 19.496. Sin embargo, no concordamos con las
razones expuestas en este fallo respecto a que al juez que está sujeto a las disposiciones
del Código de Procedimiento Civil no deba averiguar la verdad real de los hechos.

Es efectivo que el juez de policía local tiene el deber de averiguar la verdad en el


proceso para resolver, según se concluye del artículo 16 de la Ley 18.287, que prescribe
que «El Juez podrá decretar en todos los asuntos de que conozca, durante el transcurso
del proceso, las diligencias probatorias que estime pertinentes». Como se puede apreciar,
el juez cuenta con una amplia libertad para decretar todo tipo diligencias para resolver de
mejor manera el asunto de fondo, y en cualquier momento del proceso. Ahora, respecto
a lo señalado por la corte acerca de que en el procedimiento civil no interesa el
establecimiento de la verdad de los hechos, sino la verdad que las propias partes
presenten ante el juez, no adherimos a este pensamiento. Para ilustrar nuestra postura,
nos basamos en la contemplación de las medidas para mejor resolver en el Código de
Procedimiento Civil, limitadas, en relación con el artículo 16 de la Ley 18.287, a que el
juez civil solo podrá decretarlas dentro del plazo para dictar sentencia, facultándolo para
dictar alguna o algunas de las señaladas en ese artículo.

En doctrina, se ha discutido acerca de si el juez civil puede actuar de oficio en la


producción de la prueba para alcanzar la verdad de los hechos. Según Hunter, en una
posición de la doctrina están aquellos que «sustentan la idea de que dotar al juez de
36

facultades para aportar pruebas en el proceso civil implica despojarlo de su calidad de


tercero ajeno a los derechos subjetivos o intereses de la litis, cercenando su imparcialidad,
creando de paso un mecanismo de prejuzgamiento que, al final de cuentas, termina
favoreciendo a alguna de las partes»52. Agrega el autor que, conforme a esta posición de
la doctrina y desde el punto de vista constitucional, se producirían atentados al debido
proceso por la pérdida de imparcialidad y la calidad de tercero del juez.

Ahondando en las medidas para mejor resolver, señala Botto que éstas son
inconstitucionales, «ya que no responden a un proceso racional y justo». Refiere que con
ellas siempre se favorecería a una de las partes, que sería aquella que debía probar y no
probó, en perjuicio de la otra y que, por lo tanto, ellas deberían ser derogadas de todo
sistema que pretenda respetar la garantía procesal del debido proceso53. Respecto a la
facultad del juez civil para aportar pruebas, señala Palomo que «la producción probatoria
debería estar en manos de las partes, por ser más razonable y por constituir la única vía
respetuosa con la garantía constitucional de imparcialidad»54.

Para Taruffo, se justifica que en los distintos sistemas procesales se otorguen


facultades probatorias a los jueces civiles, como ha sido la tendencia en países del civil law
como Alemania e Italia, así como también en Estados Unidos e Inglaterra –en el common
law-. Justifica el rol activo del juez en la producción de la prueba, atendiendo a que, en
ocasiones, no será suficiente la prueba rendida por las partes para averiguar la verdad de
todos los hechos relevantes55.

52 Hunter, I., “Poderes del juez civil: algunas consideraciones a propósito del juez de familia”, en Revista

de Derecho, Universidad Austral de Chile, volumen 20, 2007, p. 207.


53 Botto, H., Inconstitucionalidad de las medidas para mejor resolver. Editorial Fallos del Mes, Santiago, 2001, p.

303 Y 304.
54 Palomo, D., PROCESO CIVIL ORAL: ¿QUÉ MODELO DE JUEZ REQUIERE?, en Revista de

Derecho, Universidad Austral de Chile, volumen 18, 2005, p. 171-191. Disponible en


https://dx.doi.org/10.4067/S0718-09502005000100007. [Fecha de consulta:1.12.2017].
55 Taruffo, M.,“Investigación judicial y producción de prueba por las partes”, en Revista de Derecho,

Universidad Austral de Chile, volumen 15, 2003, p. 211.


37

Agrega Taruffo que, por una parte, no se puede pretender que las partes aporten
pruebas objetivas y desinteresadas en pos de alcanzar la verdad, porque éstas tratarán de
ganar su caso a cualquier costo, y si es necesario, al costo de la verdad, escondiendo
algunos hechos al tribunal. Asimismo, justifica la actuación del juez en la actividad
probatoria en aquellos casos de desigualdad económica y/o cultural entre las partes, que
podría mermar el derecho a rendir prueba de la parte «pobre»56. Respecto de lo último,
creemos que la desigualdad económica generalmente producirá desequilibrio entre las
partes para apoyar sus respectivas hipótesis del caso, ya que, por ejemplo, será la parte
más adinerada la cual podrá costear no solo mejores abogados, sino que podrá pagar, a
su vez, más y mejores peritajes para apoyar su posición.

Para Bordalí, siguiendo la línea de Taruffo, sostiene que el «derecho civil no es


una cuestión que interese solo a las partes, pues la realización del Estado de Derecho
interesa al Estado-juez». Por ello, se necesitaría de un rol activo del juez con poderes
suficientes para intervenir en el probatorio, sin remplazar a las partes ni conculcando su
derecho a utilizar los medios de prueba que estime, sino para que complementen las
carencias u omisiones en el que las partes pudieran haber incurrido. Agrega que el juez
que complementa la actividad probatoria de las partes no se transforma en un juez parcial,
puesto que no conoce aún el resultado de la actividad probatoria que ha ordenado
producir, por lo que desconoce si favorecerá al demandante o demandado57.

En conclusión, estimamos que tanto el juez de policía local como el juez civil
tienen el deber de averiguar la verdad de los hechos, siendo más extensivas las facultades
del juez de policía local para su averiguación, pero en ningún caso concordamos con la

56 Taruffo, M., “Investigación judicial y producción de prueba por las partes”, en Revista de Derecho,
Universidad Austral de Chile, volumen 15, p. 210.
59 Bordalí, A., “Función del proceso y de la prueba en el Proyecto de Código Procesal Civil.

Repercusiones para las partes y el juez”. Cuadernos de extensión jurídica, Universidad de los Andes, n° 23,
2003, p. 97
38

corte en cuanto al juez civil no le incumba averiguar la verdad de los hechos, como se
desprende de las actuales disposiciones relativas a las medidas para mejor resolver, la
inspección personal del tribunal y el reconocimiento de peritos en el Código de
Procedimiento Civil.

2.2.b) Corte de Apelaciones de Valparaíso, 3.06.2014, rol 243-2014: «la tacha habrá de
ser rechazada, teniendo en cuenta que las normas de apreciación probatoria en materia de procedimientos
seguidos ante Juzgados de Policía Local es el de la sana crítica […], debe quedar establecido que el
aspecto reseñado, ligado a la mayor o menor credibilidad de la deposición aportada, es dable de ser
considerado a la época de valoración de fondo de la respectiva prueba».

La razón expuesta en este fallo, en materia de consumidor, es común a otros


pronunciados por las cortes de apelaciones de Santiago y Concepción. Aparentemente,
para este sector de la jurisprudencia, la valoración de la prueba de acuerdo con las reglas
de la sana crítica permitiría analizar toda la prueba testimonial rendida, siendo el juez libre
de otorgar valor probatorio a la deposición, dependiendo del grado de credibilidad de
ésta, aún en procesos regulados por la Ley 19.496.

En similar sentido ha fallado la Corte de Apelaciones de San Miguel, que ha


señalado en materia de derechos del consumidor que «lo cierto es que en este procedimiento
infraccional la prueba se aprecia en conformidad a las reglas de la sana crítica y sujeta a la ponderación
del tribunal en conformidad a tales reglas, por lo que se desestimará la tacha, sin perjuicio del valor que
se pueda otorgar a la declaración en los términos planteados»58.

58 Corte de Apelaciones de San Miguel, 19.05.2017, rol 337-2017.


39

Por su parte, la Corte de Apelaciones de Santiago, sobre materia de derechos


del consumidor, ha expresado que: «las tachas deducidas en autos respecto de la testigo del
querellante y actor civil, y del testigo de la querellada y demandada civil, conforme a las normas que
inspiran la valoración de la prueba en la materia, esto es, la sana crítica, habrán de ser rechazadas»59.

En los tres casos –arriba- citados en este subapartado, que corresponden a


materias de derechos del consumidor, fueron rechazadas las tachas planteadas por las
partes, básicamente, en atención a la mayor libertad probatoria con que cuenta el
sentenciador, conforme a lo dispuesto en el artículo 14 de la Ley 18.287, ignorando las
cortes, en los tres casos, hacer mención o explicar por qué no habría de aplicarse lo
dispuesto en el artículo 50 c) de la Ley 19.496. Creemos que las cortes erraron en la
aplicación del derecho, ya que la disposición del artículo 50 c) de la ley del consumidor
contiene una disposición expresa que hace procedente las inhabilidades y tachas de
testigos como filtro probatorio.

En otro fallo de esta corte, en materia de Ley de Tránsito, intentando explicar la


sana crítica en el procedimiento de policía local a los operadores jurídicos, señala la corte
que «debemos clarificar que tanto las tachas de testigos como las objeciones de documentos, dicen relación
con mecanismos técnicos que la ley ha otorgado a los litigantes para impedir que lleguen a ser valorados
por el juez determinados medios de prueba, dentro del sistema de prueba legal o tasada. Esto es, no tienen
relación con las reglas de la sana crítica, que otorgan libertad al juez para apreciar las pruebas, sujetos a
los principios de la lógica, las máximas de experiencia y los conocimientos científicamente»60.

Desde su origen, los juzgados de policía local fueron creados para resolver asuntos
mediante un procedimiento, rápido, concentrado, otorgando al juez amplia libertad para
apreciar la prueba. Si bien la Ley 18.287 no señala nada acerca de inhabilidades de testigos,
podemos darle sentido a su sistema de valoración de la prueba conforme al artículo 22

59 Corte de Apelaciones de Santiago, 30.06.2016, rol 1810-2015.


60 Corte de Apelaciones de Santiago, 20.05.2016, rol 320-2016.
40

inciso segundo del Código Civil, completando su sentido con otras leyes de
procedimiento con sistema de valoración de la sana crítica, para entender que conforme
a este sistema no existen testigos inhábiles ni tachas.

Como ya se ha señalado, el juzgador no debería estar limitado por las tachas de


testigos para conocer del testimonio de un testigo si éste puede aportar información útil.
Pensemos, a modo de ejemplo, en un accidente de tránsito en el cual un conductor va
acompañado por un pariente, ¿por qué no podría declarar ese pariente si es testigo
presencial y, quizás, conste en el parte de carabineros haber estado en el lugar?, creemos
que no parecería razonable su exclusión probatoria a priori en razón del parentesco,
porque pudiese reducir el material probatorio del cual el juez debe ponderar para resolver
el litigio y, con ello, aumentaría la posibilidad de resolver sin conocer la «verdad material»
de los hechos, en situaciones que el material probatorio es pobre y escaso, como sucede
en accidentes de tránsito en zonas rurales, donde no suelen haber otros testigos ni
cámaras de vigilancia, huellas de frenadas en caminos de tierra que desaparecen en poco
tiempo, etc.

Acorde con el objetivo de conocer la verdad de los hechos, el juez debiese contar
con toda la información relevante y que le aporte elementos de convicción. La tacha de
testigos reduce ese material probatorio.
41

3. IMPROCEDENCIA DE LA INADMISIBILIDAD DE
TESTIGOS

3.1. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 14 DE LA LEY 18.287

Como hemos visto en los capítulos I y II, el artículo 14 de la Ley 18.287 dispone
que el juez valorará la prueba y los antecedentes del proceso conforme a las reglas de la
sana crítica, sin hacer mención respecto a si serán procedentes las disposiciones sobre
inhabilidades de testigos del Código de Procedimiento Civil, como tampoco menciona si
no habrá testigos inhábiles en el proceso, como contemplan los procedimientos
instituidos desde el Código Procesal Penal en adelante. Sin duda, la Ley 18.287 del año
1984, fue escriturada con una distinta técnica legislativa a la actual, razón por la cual debe
desestimarse como argumento que, si bien la ley no señala nada acerca de disposiciones
sobre inhabilidades de testigos, deban ser aplicadas las disposiciones del juicio ordinario
del Código de Procedimiento Civil sobre inhabilidades y tachas.

Por esta distinta técnica legislativa, y para dar sentido de completitud a la


disposición, el artículo debe ser interpretado conforme a las disposiciones de leyes de
procedimiento más recientes, redactadas en forma más completa y que recogen el sistema
probatorio de la sana crítica, en los cuales, expresamente, no existen testigos inhábiles,
debiendo descartarse la tesis de supletoriedad o aplicación por analogía a las disposiciones
del Código de Procedimiento Civil sobre prueba testimonial.

Sumado a lo anterior, se debe tener presente el contexto histórico en que surgieron


el sistema de prueba legal tasada y el de sana crítica, naciendo el primero para evitar la
42

arbitrariedad de los jueces y las ordalías o juicios de Dios. Hoy en día, y atendiendo al
contexto histórico, con juzgadores profesionales y con el deber de motivar las sentencias,
no se justifica mantener el sistema de la prueba legal o tasada, siendo la sana crítica el
sistema de valoración de la prueba que impera en las legislaciones del mundo moderno.

3.2. EL DERECHO A LA PRUEBA

Conforme al criterio de algunos autores, se podría esgrimir como argumento para


no aplicar las tachas de testigos el llamado «derecho a la prueba». Desde el punto de vista
de la dogmática probatoria, señala Taruffo respecto de las garantías fundamentales, que
una posición dominante considera que «el derecho a presentar todas las pruebas
relevantes es parte esencial de las garantías generales sobre la protección judicial de los
derechos y del derecho de defensa, pues la oportunidad de probar los hechos que apoyan
las pretensiones de las partes es condición necesaria de la efectividad de tales garantías»61.
Esto supone el derecho de las partes a presentar prueba relevante y admisible para apoyar
su versión de los hechos, como garantía al debido proceso.

En principio, toda la prueba rendida por las partes debería estar al alcance del juez
[principio de inclusión], quien posteriormente realizará un examen de admisibilidad de la
prueba que presenten las partes en apoyo de sus hipótesis, debiendo recurrir al «principio
de relevancia», que define Taruffo como «estándar lógico de acuerdo con el cual los
únicos medios de prueba que deben ser admitidos y tomados en consideración por el
juzgador son aquellos que mantienen una conexión lógica con los hechos en el litigio, de
modo que pueda sustentarse en ellos una conclusión acerca de la verdad de tales

61 Taruffo, M., La prueba. Marcial Pons, Madrid, 2005, p. 56.


43

hechos»62. Conforme con lo anterior, deberían ser excluidas aquellas pruebas que no
sirvan de ninguna utilidad en la decisión del litigio.

El ejercicio del derecho a la prueba entra en conflicto con las llamadas reglas de
exclusión probatoria [véase 1.1.f)], cuya aplicación puede afectar a la búsqueda de la
verdad si lo que pretende la regla es evitar errores en el juzgador, o bien, la regla de
exclusión podrá evitar prejuicios y pérdidas de tiempo, en pos de un proceso imparcial,
eficiente y preciso63. Según Ferrer, para Bentham, respecto a las exclusiones probatorias,
señala que «no hay que excluir ninguna prueba, ningún testimonio por el sólo hecho de
ser engañado». Para cumplir con este objetivo, es necesario «sustituir el principio de
exclusión por el de suspicacia» ante las pruebas disponibles64. Agrega Ferrer que, por su
parte, Twining, explicando la «anti-nomian thesis» de Bentham, señala que el sistema
jurídico «no debe contener ninguna norma que excluya testigos o pruebas […], ninguna
exclusión de pruebas, salvo aquellas que sean irrelevantes o superfluas o si su
presentación supone perjuicios, gastos o retrasos excesivos en las circunstancias del caso
específico»65.

A pesar de que el debido proceso tenga rango constitucional, como se desprende


del artículo 19 número 3 de nuestra carta fundamental, suele suceder que los tribunales
no admitan ciertas probanzas en resguardo de otros derechos fundamentales,
disposiciones procesales opuestas o intereses extraprocesales. Las inhabilidades y las
tachas de testigos se opondrían a esa libertad de prueba con que deberían contar las partes

62 Taruffo, M., La prueba. Marcial Pons, Madrid, 2005, p. 37.


63 Taruffo, M., La prueba. Marcial Pons, Madrid, 2005, p.57.
64 Ferrer, J., “La prueba es libertad, pero no tanto; Una teoría de la prueba cuasi-benthamiana”, en

Accatino, D., (coord..), Formación y valoración de la prueba en el proceso penal. Legal Publishing, Santiago,
2010, pp. 4-5.
65 Ferrer, J., “La prueba es libertad, pero no tanto; Una teoría de la prueba cuasi-benthamiana”, en

Accatino, D., (coord..), Formación y valoración de la prueba en el proceso penal. Legal Publishing, Santiago,
2010, p. 5.
44

para sostener sus hipótesis respecto de un determinado caso, debiendo ser el


sentenciador quien juzgue la credibilidad de lo depuesto por los testigos.

Conforme a esta posición de la doctrina, la tacha de testigos, así como otras


exclusiones probatorias, atentan en contra del derecho a la prueba. No es concebible que
no se permita a las partes a defenderse probando. Este derecho a la prueba, por tener
rango constitucional, tiene una jerarquía superior a las disposiciones sobre inhabilidades
y tachas, por lo cual debería primar la garantía al derecho de mayor relevancia, vale decir,
al debido proceso.

3. 3 CONTROL SOBRE LA FIABILIDAD DE LOS TESTIGOS

Como hemos concluido en este trabajo, no son admisibles las disposiciones sobre
inhabilidades de testigos en el procedimiento de la Ley 18.287. Si bien es cierto que las
tachas constituyen un medio para inhabilitar a testigos de quienes se sospecha su falta de
credibilidad, también las partes tienen durante la sustanciación del proceso el derecho a
probar el peso, credibilidad y fiabilidad del testimonio, a lo cual se le conoce en doctrina
como «prueba sobre la prueba», la cual ha sido definida por Gascón como la «actividad
procesal desarrollada por los sujetos del proceso penal cuya finalidad consiste en
convencer al órgano jurisdiccional de que la eficacia probatoria que merece un
determinado medio de prueba debe aumentar, disminuir o incluso desaparecer en el
proceso de libre valoración de la prueba que precede a la sentencia»66.

Consideramos que existen diversas razones que justifican que las partes hagan
valer su derecho a defensa mediante la rendición de prueba sobre la prueba, como sucede

Gascón, F., EL CONTROL DE LA FIABILIDAD PROBATORIA: «PRUEBA SOBRE LA


66

PRUEBA» EN EL PROCESO PENAL. Ediciones Revista General de Derecho, Valencia, 1999, p. 29.
45

con las preguntas que se hagan al testigo presentado por la parte contraria y que tenga
una relación de parentesco o amistad con la parte que la presenta, ya que constituiría un
importante elemento probatorio a ser valorado por el juzgador, ya que, probablemente,
afecte su fiabilidad. También les correspondería a las partes tener derecho a saber si el
testigo es presencial o de oídas, a conocer las circunstancias que rodean la declaración del
testigo, a oponerse a la formulación de preguntas sugestivas y capciosas, y a velar por la
incomunicación entre los testigos que han declarado y los que estén por hacerlo67.

Para García y Contreras, «el derecho a una adecuada defensa implica la aptitud
procesal de presentar pruebas y tener derecho a impugnar aquellas que vulneren las
pretensiones y derechos que se hagan valer»68. Respecto al derecho a presentar e
impugnar pruebas [que forma parte del debido proceso], ha señalado el Tribunal
Constitucional que el legislador «está obligado a permitir que toda parte o persona
interesada en un proceso cuente con medios apropiados de defensa que le permitan
oportuna y eficazmente presentar sus pretensiones, discutir las de la otra parte, presentar
pruebas e impugnar las que otros presenten, de modo que, si aquellas tienen fundamento,
permitan el reconocimiento de sus derechos […]; excluyéndose, en cambio, todo
procedimiento que no permita a una persona hacer valer sus alegaciones o defensas o las
restrinja de tal forma que la coloque en una situación de indefensión o inferioridad»69.

Por su parte, la Corte de Apelaciones de Santiago, respecto a las tachas de testigos


y la sana crítica señaló que «si las partes tachan a un testigo, en función de algunas de las
inhabilidades de los artículos 357 o 358 del Código de Procedimiento Civil […], tales

67 Gascón, F., EL CONTROL DE LA FIABILIDAD PROBATORIA: «PRUEBA SOBRE LA

PRUEBA» EN EL PROCESO PENAL. Ediciones Revista General de Derecho, Valencia, 1999, pp.
75-95.
68 García, G. y Contreras, P., “EL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL Y AL DEBIDO

PROCESO EN LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL CHILENO”.


Estudios Constitucionales, volumen 11, 2013, p. 267.
69 Tribunal Constitucional, 07.09.2010, rol 1411.
46

controles ejercidos por la contraria sin duda que pueden otorgar información útil para
los efectos antes reseñados, en cuanto a resolver acerca de la relevancia del medio de
prueba, así como para valorar su credibilidad y su fuerza o peso probatorio»70.

En consecuencia, entendemos que el derecho a plantear preguntas al testigo en el


procedimiento de los juzgados de policía local, acerca de su fiabilidad, no puede ser
considerada como impertinente durante el interrogatorio, ya que la pertinencia relativa a
los hechos objeto de la prueba se extiende a una pertinencia respecto a otros hechos que
permitan adquirir la convicción acerca de la verosimilitud o idoneidad del testimonio,
como concepto «elástico». Sostener lo contrario atentaría en contra el principio de
contradicción o bilateralidad de la audiencia, que comprende el derecho de rendir y
controvertir prueba.

70 Corte de Apelaciones de Santiago, 20.05.2016, rol 320-2016.


47

CONCLUSIONES

Como resultado del presente trabajo, arribamos a las siguientes conclusiones:

1°. La jurisprudencia nacional y la comunidad jurídica se encuentran divididas acerca de


la admisibilidad de las disposiciones de la prueba testimonial del Código de
Procedimiento Civil en el procedimiento de los juzgados de policía local.

2°. Un sector de la doctrina y la jurisprudencia estima que son aplicables las tachas de
testigos en el procedimiento de la Ley 18.287, aduciendo a la necesidad de aplicar la
supletoriedad del Código de Procedimiento Civil, por la vaguedad de la Ley 18.287 en
materia de rendición de prueba testimonial, lo cual haría aplicables las disposiciones sobre
inhabilidades y tachas de testigos del juicio ordinario.

3°. Otro sector considera que no son aplicables las disposiciones del Código de
Procedimiento Civil, debido a la suficiencia del artículo 14 de la Ley 18.287 sobre
valoración de la prueba bajo las reglas de la sana crítica, que no hacen necesaria una
mención explícita acerca de la habilidad o inhabilidad de los testigos, ya que la sana crítica
confiere mayor libertad probatoria que el sistema de prueba legal.

4°. Resulta mejor fundada la posición que rechaza la aplicación de las inhabilidades y
tachas en el procedimiento de policía local, al tomar en consideración lo dispuesto en
otros procedimientos de nuestro ordenamiento jurídico que se rigen por el sistema
probatorio de la sana critica, para advertir que no hay testigos inhábiles en este
procedimiento, manteniendo una coherencia dentro del ordenamiento jurídico respecto
de la sana crítica.

5°. En materia de la Ley 19.496 sobre derechos de los consumidores, y de forma


excepcional, procede la tacha de testigos en la tramitación ante el juez de policía local por
48

expresa disposición de la ley, constituyendo una exclusión probatoria que hará prescindir
al juzgador de la valoración de la declaración del testigo tachado.

6°. Una parte de la doctrina del Derecho Probatorio estima que las exclusiones
probatorias, como la tacha de testigos, atentan en contra del derecho a la prueba que
tienen las partes para fundar o apoyar una determinada hipótesis, al disminuir el material
probatorio a valorar por el juzgador en perjuicio de las partes, lo cual vulnera la garantía
constitucional al debido proceso.

7°. Como consecuencia de la inadmisibilidad de la tacha de testigos, las partes mantienen


un control respecto de la fiabilidad o idoneidad de los testigos, como sucede con las
preguntas dirigidas a probar el peso, credibilidad y fiabilidad del testimonio, las cuales
serían pertinentes en el interrogatorio.
49

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Corte de Apelaciones de La Serena, 04.03.2016, rol 129-2015.

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Corte de Apelaciones de Santiago, 20.05.2016, rol 320-2016.

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