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TRABAJO DE MAGÍSTER
JUAN P. CAMPOS R.
VALDIVIA-CHILE
2018
2
por
JUAN P. CAMPOS R.
Valdivia, Chile
2018.
3
Profesor Patrocinante
Comisión Evaluadora
RESUMEN
Both in the legal community and in the courts of justice, there is no uniform criterion as to whether
the cross-examination of witnesses contained in the Code of Civil Procedure is applicable to the procedure
of local police courts. This uncertainty generates problems of a procedural nature that affect those who
intend to submit testimonial evidence in support of a certain hypothesis in the process, in view of whether
the disabilities and defects of ordinary civil proceedings are applied to witnesses. To solve the problem, the
opinion of recogniced lawyers in the field of the local police courts was investigated, together with analysis
of judgments of national jurisprudence and probatory dogmatics, concluding that the position that validates
5
the application of challenge witnesses rules are justified in the consumers field. The result of the work
allows us to know the different points of view of the problem, in a way that has not been treated by the
most prestigious national authors in this matter, allowing lawyers and judges to know how the courts of
appeals have sentenced in recent years, and which of the formulated positions seems better founded.
INTRODUCCIÓN
Índice
Resumen ...................................................................................................................................... 4
Introducción ............................................................................................................................... 5
1. Antecedentes y conceptos............................................................................................... 10
Conclusiones ............................................................................................................................ 47
Bibliografía ............................................................................................................................... 49
10
1. ANTECEDENTES Y CONCEPTOS
1 Peñailillo, D., La prueba en materia sustantiva civil. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1989, p. 87.
2 Salgado, L., La prueba: objeto, carga y apreciación. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1979, p. 62.
3 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 34.
11
el juez de todos modos realizará un juicio de valor sobre la utilidad o pertinencia de ese
testigo4.
Código Procesal Civil?”, en Revista Ius et Praxis (Talca), volumen 23, 2017, p. 251.
7 Gascón, M., Los hechos en el derecho. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 141.
12
apreciar la prueba y establecer así los hechos en cada caso, siguiendo su íntima convicción
y sin que quede obligado a señalar en la sentencia cómo fue que arribó a ese
convencimiento» [sic]8. Según Paillás, este sistema es «el del íntimo convencimiento, en
el que la verdad fáctica depende por entero de la conciencia del juez, que no está obligado
por ninguna regla legal; en rigor, puede escoger las fuentes de su convicción fuera de los
medios fijados por la ley, y no está obligado a fundamentar la sentencia»9.
Este sistema nace como medio de freno ante la eventual arbitrariedad del juez en
el sistema de la libre convicción, introduciendo leyes que determinan el valor probatorio
8 Peñailillo, D., La prueba en materia sustantiva civil. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1989, p. 19.
9 Paillás, E., Estudios de Derecho Probatorio. Editorial Jurídica de Chile, Santiago 2002, p. 21.
10 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 39.
13
de la prueba rendida. Para Paillás, la prueba legal constituye un sistema en el cual la ley
fija determinadamente, en forma anticipada, el valor estricto que el juez debe asignar a
un medio de prueba, prescindiendo de su convicción11. Chiovenda, respecto a este
sistema probatorio, refiere que el legislador fija abstractamente el modo de recoger
determinados elementos de decisión, sustrayendo esta operación lógica a las que realiza
el juez para formar su convicción12.
En sus orígenes, el sistema nació como un medio creado por los legisladores para
controlar el riesgo de caer en la discrecionalidad judicial más absoluta, así como también
por las ordalías o «juicios de dios», en un intento por controlar la arbitrariedad de esos
sistemas13. Con la valoración legal se trataba de dar mayor seguridad jurídica, intentando
que se descubriera mejor la verdad de los hechos, en un intento por «positivizar» las
exigencias en la convicción de los jueces14.
11 Paillás, E., Estudios de Derecho Probatorio. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 27.
12 Paillás, E., Estudios de Derecho Probatorio. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 11.
13 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 48.
14 Nieva, J., La valoración de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2010, p 49.
14
a razonar de determinada forma15. La Corte Suprema ha señalado que «la “sana crítica”
es aquella que nos conduce al descubrimiento de la verdad por los medios que aconsejan
la recta razón y el criterio racional puesto en juicio […]. Se trata, por lo tanto, de un
proceso interno y subjetivo […] cuya estimación corresponde privativamente a los jueces
del fondo»16.
Para González, existen varios elementos que constituyen la sana crítica, entre los
que encontramos: la lógica, las máximas de la experiencia, los conocimientos
científicamente afianzados y la obligación de fundamentar la sentencia19. En nuestro
ordenamiento jurídico, no tenemos mayores precisiones conceptuales acerca de qué se
entiende por lógica, máximas de la experiencia y conocimientos científicamente
15 Paillás, E., Estudios de Derecho Probatorio. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 22.
16 R., t. 60, sec. 1a, p. 340.
17 González, J., “La fundamentación de las sentencias y la sana crítica”. Revista Chilena de Derecho,
afianzados, de modo que el entendimiento conceptual de los jueces sobre tales elementos
puede derivar en errores de razonamiento.
Respecto a las reglas de la lógica, señalan Coloma y Agüero que éstas «fijan un
conjunto de razonamiento correctos; un conjunto de razonamientos posibles y, en algún
sentido, definen la actividad misma de razonar»20. Agregan que las reglas de la lógica no
aportan información sobre la realidad o el mundo, sino que delimitan el ejercicio del
razonamiento21, entendiendo que éstas no se limitan a los principios de la lógica clásica,
como los principios de identidad, contradicción, tercero excluido y de razón suficiente.
El artículo 14 de esta ley dispone que «el Juez apreciará la prueba y los
antecedentes de la causa, de acuerdo con las reglas de la sana crítica y del mismo modo
apreciará la denuncia formulada por un Carabinero, Inspector Municipal u otro
funcionario que en ejercicio de su cargo deba denunciar la infracción». El mismo artículo
le impone al juez el deber de «expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas,
científicas o técnicas en cuya virtud les asigne valor o las desestime», agregando que
«tomará en especial consideración la multiplicidad, gravedad, precisión, concordancia y
conexión de las pruebas y antecedentes del proceso que utilice, de manera que el examen
conduzca lógicamente a la conclusión que convence al sentenciador».
www.scribd.com/document/96158538/Curso-de-Derecho-del-Transito-leonardo-aravena. [Fecha de
consulta:1.12.2017].
17
a que deben sujetarse los sentenciadores, las cuales deben ser respetadas por los jueces
para que su decisión o calificación sobre los hechos de la causa sea correcta26. Nuestra
Corte Suprema, el 4 de enero del año 2001, se refirió a las leyes reguladoras de la prueba,
señalando que son «normas fundamentales impuestas por la ley a los falladores en forma
ineludible, y que importan limitaciones concretas a su facultad de apreciación, dirigida a
asegurar una decisión correcta en el juzgamiento»27
Conforme a lo anterior, podemos señalar que, con relación a las leyes reguladoras
de la prueba, existen conjuntos de disposiciones que se agrupan en los medios de prueba,
la admisibilidad de los medios de prueba, las normas sobre la carga, manera de producir
o rendir y forma de apreciar la prueba, las cuales deben ser respetadas por el sentenciador,
con el fin de asegurar una decisión correcta en el juzgamiento.
26 Salgado, L., La prueba: objeto, carga y apreciación. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1979, pp. 102-103.
27 R.D.J., T. 97, secc. 1a, p. 132.
28 Corte Suprema, 05.04.2012, rol 11746-2011.
18
Acerca del primer momento, señala que la decisión jurídica deberá ser tomada
con base en el conjunto de elementos de juicio que habrá de estar conformado
únicamente por las pruebas aportadas y admitidas al proceso, no pudiéndose tomar en
cuenta por el órgano decisor aquellas informaciones o elementos de juicio de los que
disponga «privadamente», como tampoco aquellos elementos que han sido aportados al
proceso y han sido excluidos, como la prueba ilícita, que es aquella que se obtiene con
vulneración de garantías constitucionales. En este caso, adquiere importancia el estudio
de filtros para la admisión de prueba en el proceso30.
29 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 41.
30 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 42.
31 Taruffo, M., Simplemente la verdad. Marcial Pons, Madrid, 2010, p. 161.
32 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, pp. 42-43.
19
información sobre lo ocurrido. Ahora bien, a este primer filtro –principio de relevancia-
se añaden otros filtros que constituirían «reglas jurídicas de exclusión», como sucede con
las pruebas obtenidas con violación de derechos fundamentales, la prueba presentada
fuera de plazo, etc.
Respecto del segundo momento, y una vez que se han determinado los
elementos de juicio o pruebas, habrá que distinguir si la valoración de la prueba está
determinada por la propia ley, como sucede en el sistema de prueba legal tasado, o si el
sentenciador debe ponderar cada prueba rendida en relación con la hipótesis en conflicto,
34 Taruffo, M., Simplemente la verdad. Marcial Pons, Madrid, 2010, pp. 167-175.
35 Damaška, M., El Derecho Probatorio a la deriva. Marcial Pons, Madrid, 2015, p. 60.
21
de forma individual o en conjunto, como sucede en el sistema de la sana crítica. Con ese
análisis de la prueba, se obtiene el resultado que permita conocer el grado de
confirmación de alguna de las hipótesis planteadas en el conflicto36.
Por último, señala Ferrer respecto del tercer momento, que habrá que proceder
a determinar si se tiene por probada alguna hipótesis con el grado de confirmación que
corresponda, el cual variará dependiendo del ámbito a que corresponda. Así, en el ámbito
civil, debería operar el estándar de prueba de la probabilidad prevaleciente, de modo que
una hipótesis está probada dependiendo de si su grado de confirmación es más alto que
la hipótesis contraria37. En cambio, en el ámbito penal, se exige que la hipótesis esté
confirmada en el grado de «más allá de toda duda razonable», como lo prescribe el artículo
340 del Código Procesal Penal. El mayor o menor estándar para dar por acreditada una
hipótesis dependerá del derecho que esté en juego.
36 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 45.
37 Ferrer, J., La valoración racional de la prueba. Marcial Pons, Madrid, 2007, p. 47.
22
admiten a declarar, tacha de testigos, apremios, testigos de oídas, y reglas sobre fuerza
probatoria de la prueba de testigos.
El artículo 356 del Código de Procedimiento Civil dispone que «es hábil para
testificar en juicio toda persona a quien la ley no declare inhábil», y luego, en los artículos
357 y 358 del mismo código, se expone un catálogo de inhabilidades para declarar como
testigo. Las inhabilidades de mayor ocurrencia son las que dicen relación con el
parentesco, la amistad y la de tener el tercero un interés en el resultado del juicio.
Para hacer efectiva las inhabilidades de testigos se instituyen las tachas, que son
«medios establecidos por la ley para hacer efectivas las inhabilidades que establecen los
artículos 357 y 358 del Código de Procedimiento Civil»38. Para Rivera, con la tacha «se
ataca al testigo porque está en una situación que afecta a su credibilidad», sobre los cuales
se sospecha su parcialidad o inverosimilitud de su declaración39.
existencia o fecha de un acto que sea título traslaticio del dominio de un vehículo
motorizado.
Como hasta ahora hemos visto, la Ley 18.287 solo contiene una disposición exigua
respecto a la prueba testimonial, la cual se ve complementada por el artículo 50, letra c),
de la Ley 19.496 sobre protección de los derechos de los consumidores. El inciso segundo
del artículo dispone que «las partes podrán realizar todas las gestiones procesales
destinadas a acreditar la infracción y a probar su derecho, incluidas la presentación,
examen y tacha de testigos».
Acá se aprecia que la propia Ley 19.496 hace aplicable al procedimiento del juez
de policía local, las disposiciones relativas sobre el examen y tacha de testigos, cuestión
que no es contemplada en la Ley 18.287.
24
2.1.a) Corte de Apelaciones de Puerto Montt, 03.04.2012, rol 20-2012: «no cabe sino
compartir los argumentos vertidos por la recurrida en su informe, en la medida que el propio articulo 50
letra b) de la ley 19.496 hace referencia expresa a la institución de la "tacha" de testigos, por lo que esta
alegación deberá ser desestimada».
Quizás, lo más lógico, acorde con el sistema de la sana crítica, sería que el
sentenciador tome conocimiento directo de toda la prueba rendida para ponderarla
conforme a la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente
afianzados, como sucede en los otros procedimientos que acogen este sistema de
valoración, pero lo cierto es que acá tenemos una disposición expresa en la Ley 19.496
que introduce la tacha de testigos en el procedimiento de policía local y, por ende, tendrán
aplicación las disposiciones contenidas en el Libro II del Código de Procedimiento Civil
sobre inhabilidades y tachas.
Por otra parte, si la Ley 18.287 contempla como exclusión probatoria la rendición
de prueba testimonial para acreditar la existencia o fecha de un acto que sea título
traslaticio de dominio de un vehículo motorizado, suponemos que por la sola existencia
del sistema de la sana crítica no podría dejarse sin efecto la disposición de inadmisibilidad
probatoria, en razón de la libertad que debiese tener el juez para valorar la prueba rendida,
por expresa disposición del legislador. Por ende, estimamos que sí puede excluirse prueba
rendida de la valoración de juez de policía local. En este caso, la ley del consumidor, ha
sido el legislador quien instituye las tachas como filtro probatorio.
Ahora bien, esta situación excepcional en que coexisten las inhabilidades y tachas
con la sana crítica no es única. Tengamos en consideración que, en las disposiciones del
juicio ordinario en el Código de Procedimiento Civil, se contempla respecto de la
escritura pública, que procede su invalidación mediante prueba testimonial a la cual
concurran cinco testigos contestes y sin tacha, más otros requisitos establecidos,
señalando el inciso segundo del artículo 429 del Código de Procedimiento Civil que el
tribunal apreciará la prueba según las reglas de la sana crítica. En este caso, el legislador
estableció un filtro o regla de exclusión propio del sistema de prueba legal tasada, como
la exigencia «sin tacha» del testigo, permitiendo al juez analizar la prueba conforme a la
sana crítica, lo cual no ha generado problemas a nivel de jurisprudencia sobre este
enunciado normativo.
2.1.b) Corte de Apelaciones de Talca, 19.05.2014, rol 108-2013: «las tachas de los testigos
en el procedimiento substanciado ante los juzgados de policía local, al no estar reguladas en la ley que lo
trata, se rigen, supletoriamente, por las disposiciones pertinentes contenidas en el Libro Segundo del
Código de Procedimiento, pues el artículo 3° de éste lo permite; y en la especie no estamos en presencia de
un proceso penal reglamentado por el Código Procesal del Ramo, en el que no caben las inhabilidades de
los testigos».
Sin embargo, según Rivas, parte de la doctrina considera que los juzgados de
policía local no forman parte de los tribunales de justicia, entendiendo por tales a los del
fuero común, basándose fundamentalmente en la historia fidedigna del Código de
Procedimiento Civil, concluyendo que el propósito de la ley [las disposiciones del código]
era el de excluir su aplicación a los juzgados especiales, dejando vigentes las normas que
regían a estos juzgados45.
juzgados de policía local”, en Revista de Derecho, Universidad de Concepción, número 207, 2002, p.
97.
46 Aravena, L., Derecho del Tránsito. Gráfica Kolbe, Santiago 2007, p. 158. Disponible en
www.scribd.com/document/96158538/Curso-de-Derecho-del-Transito-leonardo-aravena. [Fecha de
consulta:1.12.2017].
29
47 Aravena, L., Derecho del Tránsito. Gráfica Kolbe, Santiago, 2007, p. 158. Disponible en
www.scribd.com/document/96158538/Curso-de-Derecho-del-Transito-leonardo-aravena. [Fecha de
consulta:1.12.2017].
48Rivas, N., “Aspectos generales del procedimiento aplicable a los accidentes del tránsito ante los
juzgados de policía local”, en Revista de Derecho, Universidad de Concepción, número 207, 2002, p.
96.
30
49Rivas, N., “Aspectos generales del procedimiento aplicable a los accidentes del tránsito ante los
juzgados de policía local”, en Revista de Derecho, Universidad de Concepción, número 207, 2002, p.98.
31
Por nuestra parte, consideramos que ante el silencio del artículo 14 de la Ley
18.287, en relación con las inhabilidades de los testigos, no cabe complementar la
disposición recurriendo al Código de Procedimiento Civil, ya que, para darle sentido a la
disposición, debe recurrirse al resto de leyes procedimentales que recogen la sana crítica
para entender que no hay testigos inhábiles, ya que este sistema de valoración supone una
mayor libertad probatoria que el sistema de prueba legal o tasado. Será el juez quien al
momento de motivar la sentencia deberá demostrar haber sido imparcial, como garantía
ex post, a diferencia de lo que sucede con las tachas de testigos, que constituyen un control
ex ante, a objeto de que las declaraciones no lleguen a ser valoradas por el tribunal.
50 Benavides, P., La especialidad de la Ley N° 18.287 (juzgados de policía local) en relación al artículo 3°
del Código de Procedimiento Civil. Gaceta jurídica, número 281, 2004, p. 29.
51 Aravena, L., Derecho del Tránsito. Gráfica Kolbe, Santiago 2007, p. 160. Disponible en
www.scribd.com/document/96158538/Curso-de-Derecho-del-Transito-leonardo-aravena. [Fecha de
consulta:1.12.2017].
32
En este fallo, sobre materia de derechos del consumidor, señala la corte, que no
existe una disposición normativa que excluya expresamente las disposiciones de la tacha
de testigos en la Ley 18.287. Más aún, la Ley 19.496 sobre protección de derechos del
consumidor contempla expresamente la tacha de testigos como derecho de las partes
que, como sabemos, es materia de conocimiento del juez de policía local.
Trabajo, prescribe que durante la audiencia de juicio «no se podrá formular tacha de
testigos»; 2°) el artículo 309 del Código Procesal Penal dispone que «en el procedimiento
penal no existirán testigos inhábiles. Sin perjuicio de ello, los intervinientes podrán dirigir
al testigo, preguntas tendientes a demostrar su credibilidad o falta de ella»; 3°) en el
artículo 50 de la Ley 19.968 que crea los tribunales de familia, se dispone que «en el
procedimiento de familia no existirán testigos inhábiles»; 4°) el artículo 132 de la Ley
20.322, sobre jurisdicción tributaria y aduanera, señala que «en el procedimiento no
existirán testigos inhábiles, sin perjuicio de lo cual el tribunal podrá desechar de oficio a
los que notoriamente aparezcan comprendidos en alguna de las situaciones del artículo
357 del Código de Procedimiento Civil»; 5°) el artículo 35 de la Ley 20.600, que crea los
tribunales ambientales, declara que «no habrá testigos ni peritos inhábiles, lo que no obsta
al derecho de cada parte de exponer las razones por las que, a su juicio, la respectiva
declaración no debe merecer fe». Por otra parte, en la Ley 19.996, Ley de Propiedad
Industrial, que contempla la valoración de la prueba conforme a la sana crítica en los
artículos 16 y 111, excluye a la prueba testimonial como medio de prueba, según lo
dispuesto en el artículo 12 de la misma ley.
verdad real de los hechos, de allí la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica, y no
la verdad que las propias partes le presentan al juez, como ocurre en el segundo».
Ahondando en las medidas para mejor resolver, señala Botto que éstas son
inconstitucionales, «ya que no responden a un proceso racional y justo». Refiere que con
ellas siempre se favorecería a una de las partes, que sería aquella que debía probar y no
probó, en perjuicio de la otra y que, por lo tanto, ellas deberían ser derogadas de todo
sistema que pretenda respetar la garantía procesal del debido proceso53. Respecto a la
facultad del juez civil para aportar pruebas, señala Palomo que «la producción probatoria
debería estar en manos de las partes, por ser más razonable y por constituir la única vía
respetuosa con la garantía constitucional de imparcialidad»54.
52 Hunter, I., “Poderes del juez civil: algunas consideraciones a propósito del juez de familia”, en Revista
303 Y 304.
54 Palomo, D., PROCESO CIVIL ORAL: ¿QUÉ MODELO DE JUEZ REQUIERE?, en Revista de
Agrega Taruffo que, por una parte, no se puede pretender que las partes aporten
pruebas objetivas y desinteresadas en pos de alcanzar la verdad, porque éstas tratarán de
ganar su caso a cualquier costo, y si es necesario, al costo de la verdad, escondiendo
algunos hechos al tribunal. Asimismo, justifica la actuación del juez en la actividad
probatoria en aquellos casos de desigualdad económica y/o cultural entre las partes, que
podría mermar el derecho a rendir prueba de la parte «pobre»56. Respecto de lo último,
creemos que la desigualdad económica generalmente producirá desequilibrio entre las
partes para apoyar sus respectivas hipótesis del caso, ya que, por ejemplo, será la parte
más adinerada la cual podrá costear no solo mejores abogados, sino que podrá pagar, a
su vez, más y mejores peritajes para apoyar su posición.
En conclusión, estimamos que tanto el juez de policía local como el juez civil
tienen el deber de averiguar la verdad de los hechos, siendo más extensivas las facultades
del juez de policía local para su averiguación, pero en ningún caso concordamos con la
56 Taruffo, M., “Investigación judicial y producción de prueba por las partes”, en Revista de Derecho,
Universidad Austral de Chile, volumen 15, p. 210.
59 Bordalí, A., “Función del proceso y de la prueba en el Proyecto de Código Procesal Civil.
Repercusiones para las partes y el juez”. Cuadernos de extensión jurídica, Universidad de los Andes, n° 23,
2003, p. 97
38
corte en cuanto al juez civil no le incumba averiguar la verdad de los hechos, como se
desprende de las actuales disposiciones relativas a las medidas para mejor resolver, la
inspección personal del tribunal y el reconocimiento de peritos en el Código de
Procedimiento Civil.
2.2.b) Corte de Apelaciones de Valparaíso, 3.06.2014, rol 243-2014: «la tacha habrá de
ser rechazada, teniendo en cuenta que las normas de apreciación probatoria en materia de procedimientos
seguidos ante Juzgados de Policía Local es el de la sana crítica […], debe quedar establecido que el
aspecto reseñado, ligado a la mayor o menor credibilidad de la deposición aportada, es dable de ser
considerado a la época de valoración de fondo de la respectiva prueba».
Desde su origen, los juzgados de policía local fueron creados para resolver asuntos
mediante un procedimiento, rápido, concentrado, otorgando al juez amplia libertad para
apreciar la prueba. Si bien la Ley 18.287 no señala nada acerca de inhabilidades de testigos,
podemos darle sentido a su sistema de valoración de la prueba conforme al artículo 22
inciso segundo del Código Civil, completando su sentido con otras leyes de
procedimiento con sistema de valoración de la sana crítica, para entender que conforme
a este sistema no existen testigos inhábiles ni tachas.
Acorde con el objetivo de conocer la verdad de los hechos, el juez debiese contar
con toda la información relevante y que le aporte elementos de convicción. La tacha de
testigos reduce ese material probatorio.
41
3. IMPROCEDENCIA DE LA INADMISIBILIDAD DE
TESTIGOS
Como hemos visto en los capítulos I y II, el artículo 14 de la Ley 18.287 dispone
que el juez valorará la prueba y los antecedentes del proceso conforme a las reglas de la
sana crítica, sin hacer mención respecto a si serán procedentes las disposiciones sobre
inhabilidades de testigos del Código de Procedimiento Civil, como tampoco menciona si
no habrá testigos inhábiles en el proceso, como contemplan los procedimientos
instituidos desde el Código Procesal Penal en adelante. Sin duda, la Ley 18.287 del año
1984, fue escriturada con una distinta técnica legislativa a la actual, razón por la cual debe
desestimarse como argumento que, si bien la ley no señala nada acerca de disposiciones
sobre inhabilidades de testigos, deban ser aplicadas las disposiciones del juicio ordinario
del Código de Procedimiento Civil sobre inhabilidades y tachas.
arbitrariedad de los jueces y las ordalías o juicios de Dios. Hoy en día, y atendiendo al
contexto histórico, con juzgadores profesionales y con el deber de motivar las sentencias,
no se justifica mantener el sistema de la prueba legal o tasada, siendo la sana crítica el
sistema de valoración de la prueba que impera en las legislaciones del mundo moderno.
En principio, toda la prueba rendida por las partes debería estar al alcance del juez
[principio de inclusión], quien posteriormente realizará un examen de admisibilidad de la
prueba que presenten las partes en apoyo de sus hipótesis, debiendo recurrir al «principio
de relevancia», que define Taruffo como «estándar lógico de acuerdo con el cual los
únicos medios de prueba que deben ser admitidos y tomados en consideración por el
juzgador son aquellos que mantienen una conexión lógica con los hechos en el litigio, de
modo que pueda sustentarse en ellos una conclusión acerca de la verdad de tales
hechos»62. Conforme con lo anterior, deberían ser excluidas aquellas pruebas que no
sirvan de ninguna utilidad en la decisión del litigio.
El ejercicio del derecho a la prueba entra en conflicto con las llamadas reglas de
exclusión probatoria [véase 1.1.f)], cuya aplicación puede afectar a la búsqueda de la
verdad si lo que pretende la regla es evitar errores en el juzgador, o bien, la regla de
exclusión podrá evitar prejuicios y pérdidas de tiempo, en pos de un proceso imparcial,
eficiente y preciso63. Según Ferrer, para Bentham, respecto a las exclusiones probatorias,
señala que «no hay que excluir ninguna prueba, ningún testimonio por el sólo hecho de
ser engañado». Para cumplir con este objetivo, es necesario «sustituir el principio de
exclusión por el de suspicacia» ante las pruebas disponibles64. Agrega Ferrer que, por su
parte, Twining, explicando la «anti-nomian thesis» de Bentham, señala que el sistema
jurídico «no debe contener ninguna norma que excluya testigos o pruebas […], ninguna
exclusión de pruebas, salvo aquellas que sean irrelevantes o superfluas o si su
presentación supone perjuicios, gastos o retrasos excesivos en las circunstancias del caso
específico»65.
Accatino, D., (coord..), Formación y valoración de la prueba en el proceso penal. Legal Publishing, Santiago,
2010, pp. 4-5.
65 Ferrer, J., “La prueba es libertad, pero no tanto; Una teoría de la prueba cuasi-benthamiana”, en
Accatino, D., (coord..), Formación y valoración de la prueba en el proceso penal. Legal Publishing, Santiago,
2010, p. 5.
44
Como hemos concluido en este trabajo, no son admisibles las disposiciones sobre
inhabilidades de testigos en el procedimiento de la Ley 18.287. Si bien es cierto que las
tachas constituyen un medio para inhabilitar a testigos de quienes se sospecha su falta de
credibilidad, también las partes tienen durante la sustanciación del proceso el derecho a
probar el peso, credibilidad y fiabilidad del testimonio, a lo cual se le conoce en doctrina
como «prueba sobre la prueba», la cual ha sido definida por Gascón como la «actividad
procesal desarrollada por los sujetos del proceso penal cuya finalidad consiste en
convencer al órgano jurisdiccional de que la eficacia probatoria que merece un
determinado medio de prueba debe aumentar, disminuir o incluso desaparecer en el
proceso de libre valoración de la prueba que precede a la sentencia»66.
Consideramos que existen diversas razones que justifican que las partes hagan
valer su derecho a defensa mediante la rendición de prueba sobre la prueba, como sucede
PRUEBA» EN EL PROCESO PENAL. Ediciones Revista General de Derecho, Valencia, 1999, p. 29.
45
con las preguntas que se hagan al testigo presentado por la parte contraria y que tenga
una relación de parentesco o amistad con la parte que la presenta, ya que constituiría un
importante elemento probatorio a ser valorado por el juzgador, ya que, probablemente,
afecte su fiabilidad. También les correspondería a las partes tener derecho a saber si el
testigo es presencial o de oídas, a conocer las circunstancias que rodean la declaración del
testigo, a oponerse a la formulación de preguntas sugestivas y capciosas, y a velar por la
incomunicación entre los testigos que han declarado y los que estén por hacerlo67.
Para García y Contreras, «el derecho a una adecuada defensa implica la aptitud
procesal de presentar pruebas y tener derecho a impugnar aquellas que vulneren las
pretensiones y derechos que se hagan valer»68. Respecto al derecho a presentar e
impugnar pruebas [que forma parte del debido proceso], ha señalado el Tribunal
Constitucional que el legislador «está obligado a permitir que toda parte o persona
interesada en un proceso cuente con medios apropiados de defensa que le permitan
oportuna y eficazmente presentar sus pretensiones, discutir las de la otra parte, presentar
pruebas e impugnar las que otros presenten, de modo que, si aquellas tienen fundamento,
permitan el reconocimiento de sus derechos […]; excluyéndose, en cambio, todo
procedimiento que no permita a una persona hacer valer sus alegaciones o defensas o las
restrinja de tal forma que la coloque en una situación de indefensión o inferioridad»69.
PRUEBA» EN EL PROCESO PENAL. Ediciones Revista General de Derecho, Valencia, 1999, pp.
75-95.
68 García, G. y Contreras, P., “EL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL Y AL DEBIDO
controles ejercidos por la contraria sin duda que pueden otorgar información útil para
los efectos antes reseñados, en cuanto a resolver acerca de la relevancia del medio de
prueba, así como para valorar su credibilidad y su fuerza o peso probatorio»70.
CONCLUSIONES
2°. Un sector de la doctrina y la jurisprudencia estima que son aplicables las tachas de
testigos en el procedimiento de la Ley 18.287, aduciendo a la necesidad de aplicar la
supletoriedad del Código de Procedimiento Civil, por la vaguedad de la Ley 18.287 en
materia de rendición de prueba testimonial, lo cual haría aplicables las disposiciones sobre
inhabilidades y tachas de testigos del juicio ordinario.
3°. Otro sector considera que no son aplicables las disposiciones del Código de
Procedimiento Civil, debido a la suficiencia del artículo 14 de la Ley 18.287 sobre
valoración de la prueba bajo las reglas de la sana crítica, que no hacen necesaria una
mención explícita acerca de la habilidad o inhabilidad de los testigos, ya que la sana crítica
confiere mayor libertad probatoria que el sistema de prueba legal.
4°. Resulta mejor fundada la posición que rechaza la aplicación de las inhabilidades y
tachas en el procedimiento de policía local, al tomar en consideración lo dispuesto en
otros procedimientos de nuestro ordenamiento jurídico que se rigen por el sistema
probatorio de la sana critica, para advertir que no hay testigos inhábiles en este
procedimiento, manteniendo una coherencia dentro del ordenamiento jurídico respecto
de la sana crítica.
expresa disposición de la ley, constituyendo una exclusión probatoria que hará prescindir
al juzgador de la valoración de la declaración del testigo tachado.
6°. Una parte de la doctrina del Derecho Probatorio estima que las exclusiones
probatorias, como la tacha de testigos, atentan en contra del derecho a la prueba que
tienen las partes para fundar o apoyar una determinada hipótesis, al disminuir el material
probatorio a valorar por el juzgador en perjuicio de las partes, lo cual vulnera la garantía
constitucional al debido proceso.
BIBLIOGRAFÍA EXTENDIDA
JURISPRUDENCIA CITADA