Está en la página 1de 38

LA INDEPENDENCIA DE CHILE Y SUS CADENAS

Rafael Sagredo Baeza


Pontificia Universidad Católica de Chile

Presentación

En te ensayo no proponemo refl xionar a rca el l fecto del r 8 de


s ptiembr , en uanto memoria, ol r la ociedad chilena en pe ial la
actual. Puelin1o. hab r vuelto obr lo antec dente , cau a y e~ to d l
tnovüniento man ipador· obr la características de u protagoni ta ; ilu -
trar br las preocupa ion el la historiografía reci nte qu in e tiga obre
aqu 1 período y pro· o ; pudimo , n r alidad ab rdar e te hito fundam ntal
d d ariados y num ro o puntos de vista p ro, finalm nte y por nuestra
xp ri ncia vital y profe ional decidimos ha rlo d d 1 pr nte qu nos
toca i ir y n fun ión de lo. ignificados qu le atribuy n. Ello, d spu ~ s
d haber in stigad y refle ionado , obr lo 1 ment e nciales li 'ados
al tema qu nos on o a: la historia d Chile, la ~ lit y 1 orden.
Pro o ado p r la tray ct ria d hile en 1 iglo xx, entre cuyos hecho
y fcnóm no el golp d 1973 y la di tadura militar qu entonce, se instaló
no son menore ·, p ro también por lo prepara ti s del bicent nario ya in-
minente , vi lumbré la potencialidad qu ti n abordarlo desd la per p tiva
d 1 contenido qu asigna al hito ha ta ahora in ·ustituible que e la Inde-
pend ncia. La pot
que tuvo y ti ne n nue tra olución como so iedad, e mi pr ocupación.
tratad una ojeada desd 1 pre nt hacia el pa ado de la Ind pend ncia
y su · protagoni ta , una Ind pendencia que pu de er el
único referent d la , o iedad chilena. Es una mirada a un fenómeno, a mi
juicio, ya prá ricamente petrificado, gen rador d h ~roe y modelos ociales
que han d v nido n verdadero fó il que han impedido la identificación,
1 conocin1iento y el protagonistno de nuevos modelos y valore ciale ,
más acorde con la trayectoria nacional del iglo xx, mar ada entre otro
hecho , por una V rrea dictadura, a la cual e enfrentaron muchos que tam-

209

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

bién merecerían su ingreso en el panteón de la república por, entre otra


causas, haber actualizado los principios republicanos que, supuestamente,
celebramos a propósito del 18 de septiembre de 1810.
Sin embargo, constatamos cómo el dieciocho y los ignificados a él
asociados se resisten a perder protagonismo. Cómo, año a año, y prác-
ticamente desde 181 1, se repiten una y otra vez los discur os, imágenes
y metáforas que hacen del dieciocho y sus actores principale lo únicos
referentes válidos e inamovibles de la sociedad chilena. Como i todavía
hoy, en pleno iglo xx1, el recu rdo, la celebración y el ensalzamiento de
la ge ta independentista fuera todavía e encial para la constitución de la
nación chilena, propó ito que videntem nte cumplió la fiesta patriótica
nacional en el iglo XIX.
¿Cuánto de r publicano, democrático e igualitario tiene la memoria del
1 8 de septiembre? ¿Cuál . el s ntido de su el bra ión? Tal vez, tanto como

para crear un entimiento de p rtenencia a la comunidad nacional, el di -


cio ho también ha sido, y igue iendo, utilizado para l gitimar un determi-
nado orden políti o y ocial; para ju tificar el predominio d un ctor d la
o i dad; para tratar de frenar y r tardar la exi t n ia de una so iedad má
plural, igualitaria y demo ráti a, una de la a pira i n s nciales de los
chilen · del iglo xx.
Lo · ignificados atribuido a la ind p ndencia y u bracione fun-
donan como verdadera cadena que ontienen a la oci dad chilena. o
la matan, p ro dificultan u pleno d arrollo hacia una oci dad más ple-
namente republicana. Corro n, mellan, lac ran y debilitan la aspiracione
bá icamente lib rtaria e igualitarias que, ha sostenido reiteradam nte,
stimulan el de env lvimiento nacional.

El origen del 18 de septiembre

Para los chileno la independencia nacional e tá asociada al 18 de septi m-


bre de 1810, día en que en el cabildo abierto convocado para di cutir los
efecto provocados por los suceso acaecido en la penín ula ibérica, se
re olvió la formación de una junta de gobi rno que a umiera el gobierno
de Chile. Luego de lo avatares del proce o de eparación de la metrópoli,
que incluyó algunos años de "reconquista española" entre octubre de 1814 y
febrero 1817, los patriotas alcanzaron triunfo militares en febrero de 1817

210

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

y abril de 1818 que les permitieron asegurar y proclamar la Independencia


el 12 de febrero de 1818.
Por algunos poco año las tres fechas esenciales del calendario cívico
patriótico entonces en formación, el 18 de septiembre, el 12 de febrero y el
5 de abril, convivieron como hito del proceso eparatista. El dieciocho por
er el momento de la primera expre ión del gobierno independiente; el 1 2
de febr ro por ser la fecha de la batalla de Chacabuco que inició la derrota
definitiva de lo e pañoles, adem.á s del día de la firma de la declaración de
independencia; y el 5 de abril por ser el día de la batalla de Maipú que, en
definitiva, selló la independencia de Chile. in embargo, para 1837 la nueva
r pública ya había ajustado u calendario de fiestas patrias, dejando al 18
de eptiembre como 1 hito e encial de la e 1 bración de la independencia.
D d entonce , es día re umió y concentró todos los significados atribuido
y a ociado al pr e o d independencia, entre otro el régimen republi-
cano y la fonna ión de la nación chilena.
No es in ignifi ant aludir al cabildo abierto del 18 d ptiembre de 1 8 1 o
qu terminaría tran formándo n 1 prin ipal hito patriótico na i nal. Pero
má que lo uce o qu onforman 1 a nt cimi nto, no int r a la citaci ~ n
que dio lugar a la reunión de l n tabl d la capital. En la con ida e mo
Acta de la instalación de la Primera junta de Gobierno, recogida entr otra
. cri do umentale en la e ione de lo cuerpo legislativo de la república
de Chile, l e: "En la muy n ble y leal ciudad de antiago de Chile, a r 8 d
pti mbr de 1810. El muy ilu tre ñ r pr sid nt y eñore del cabildo
congr gado con todo lo jefes de toda las corporaciones, prelados de las
omunidades r ligio a y vecindario noble de la capital, en la ala del Real
Consulado dijeron: Que i ndo el principal objeto del gobi rno y d 1 cuerpo
repre entante de la patria 1 ord n, qui tud y tranquilidad pública, perturba-
da notablemente en medio d la in ertidumbre acerca de la noticia d la
m trópoli, que producían una divergen ia p ligro a en las opinione de lo
iudadano , había adoptado el partido de onciliarla a un punto de
unidad, convocándolo al maje tuo o congre o en que e hallaban reunido
para on ultar la mejor de~ n a d 1 reino y sosiego común".
Como se apreciará, y de de lo orígene de la república, fue la inquietud
motivada por una po ible alteración del orden e tablecido, en este caso a
raíz de la incertidumbre qu provocaban la noticias llegada de de Europa,
la cau a e encial para citar a la asamblea de lo patricio de antiago que,

211

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL AGREDO BAEZA

como e deduce d 1 documento que abre la serie documental citada, veían


amenazado 1 orden vig nte y con él u po ición. Cierto que andando lo.
años la razón original de la reunión mudó en aspiración por la lib rtad y
n urgencia independenti ta de las élite criolla , pero lo cierto es qu lo
documentos e tán ahí y lo hecho también. obra señalar qu en el aconte-
cimiento germinal de la república, la lib rtad y la nación chil na , el pueblo,
1 ujeto popular, o como quiera qu e nombre a la ma a de la población,
no tiene papel alguno. alvo, quizá , como amenaza.
Como advertimos, a la fe ha d 1 r 8 de epti mbre s umaron otro hito
e enciale d 1 pr eso de independencia como lo son la batalla de Chacabu-
co, la declaración d independencia y la batalla de Maipú. En todos ello la
élit s o alguno de u mi mbro qu má · tarde terminarían como pró ere.
de la patria y n el pant ón d los héro , jugaron un pap 1 protagónico
aun cuando, e pr i o r ordarlo, en Chacabu o y Maipú a ompañadas de
una ma a, el bajo pu bl como ha ido llamado, qu d s mp ñó cotno
tr pa n batalla que en la memoria nacional re ultan épicas. Tanto por las
circun rancia n que s produjeron, cmno por los efectos qu tuvieron en
1 d stino, en ad lante ·amo repúl li a ind pcndient de la patria. urg
ya ntonces una tensión n la g n alogía r publi ana y por tanto en la
lebracioncs aso ·iadas a la ind p ncl ocia el ·rivada de la partí ipa i ' n el 1
puell en las gestas y d 1 pap 1 que debería asignárs l n la mi ma y ,
por tanto, en el futuro .
Com ha sid a · ntado por la hi toriografía , Chile fu organizado "d de
arriba ', pr s rvando u pap 1 dirigent ~ la elit , la cual n la r pública s io
n la necesidad d tnudar 1 ontrol so ·ial d hecho que j r ía obre 1 pue -
blo en la colonia n 1 galidad rcpubli ana. En e te pro o , las e lebraciones
patria tatnbién cumpli ron su pap l; n p cial i , tiene presente que a
tra és d la cr ación d una identidad ol cti a o sentimiento nacional, se
di imuló la incoherencia qu ofr ía un si t n1a políti o qu , una vez orga-
nizada la r pública, estuvo en o asiones muy leja de la oberanía popular y
de lo principio republicano . A cambio de la materialización d la república,
la elite conformó al pu blo haciéndolo partícip de la nación.
E ta realidad hoy interpretación, qu para alguno, ola pued paree r
una explicación poco edificante d la evolución histórica hil na, no solo
ust nta en la historia nacional, sino que indu o fue advertida por algunas
de la per onalidade más relevante del iglo x1x, como lo den1ue tra el

212

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

ca o del político intelectual Jo é Victorino La tarria. A propósito d 1 18 de


ptiembr de 1873, e te e cribió en lo que llamó Mi diario privado: ¡ alve
18 de eptiembre! Tú nos viste iniciar nuestra nacionalidad, pero todavía no
nos ha vi to afinnar nue tra libertad. i e to ucede alguna v z, suceda un
día de otra fecha; y entonce , yo t olvidaré por él, porque maldito lo que
me importa p rtenecer a un paí independiente d otra nacione , y e clavo
de un puñado de pillo que lo dominan".
La cruda conclusión de La tarria no una opinión ai lada. A í, por
ej mplo, con motivo d la celebración del centenario de la Independencia,
el político y líd r proletario Lui Emilio R cabarren hizo una dura valuación
en su conocido en ayo "El balanc de un iglo: ricos y pobr s a través de un
iglo d vida republi ana" apar cido en 1910. En él concluía que "la das
capitalista o burgu a ha he ho vidente progr . o ", mientra que "la última
lase vive hoy como vivió en 1810 , y e preguntaba, '¿cómo pret nd
as iar al pueblo a los rego ijo d 1 prim r ntenario?".
Durant poco má de una década, y junto con 1 di cio hoque ·otn nzó
a e lebrar en 18 II, de d 182 3 en ad lant se elebraron otras do. fi ta
cívica : 1 12 d febrero ani r ario de la O laración d Ind pend n ia y
d la batalla d Cha abuc -ad más d la fundación d Santiago-, y el 5
d abril ~ cha de Ja batalla de Maipú. Un estudio r cientc sobre Jas fi ta
ívica la monografía el Paulina Peralta apar ida n 1 2007 ¡Chile tiene
.fie tal El orig n del r8 de eptiembre (r8ro-1837), xplica que con el diecio-
cho se identifi ó el día qu nació la libertad chil na· el r2 de f br ro con la
id a de independen ia; y 1 5 de abril con la n ción de consolidación d 1
proceso separati ta. Razon s económica , de ord n público y prá ti o e pli-
can la ·u e iva eliminación de la fie ta d 1 5 de abril y del r 2 d febr ro·
pero también la hay de naturaleza cultural y simbóli a, omo el progresivo
u·aspa o del significado de independen ia hacia el r8 de eptiembr qu se
umaba así a la idea de libertad qu s le había adjudicado originalmente.
Así lo mue tra por ej mplo, 1 dictamen jurídico fr nte a una mo ión de un
diputado quien, en ptiembre de 1823, propu o proclamar nuevamente la in-
d pendencia de Chil , ahora por la repr , entación nacional. En la re olución,
recogida en las Se iones de lo cuerpos legislativos de la república de Chile,
los juri tas Juan Egaña y Agu tín Vial argumentaban que no era nece ario
pu s al Congreso solo cabía ratificar la que gozaba y o tenía Chile desde
que, "un 18 de eptiembr , e proclamó por la primera vez'.

213

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

Además de la opción por una celebración que evocaba un acto civil,


como el cabildo abierto, en desmedro de uno militar, como la batalla de
Maipú, creemos que la inclinación de la elite por el r8 de eptiembre como
única fiesta conmemorativa de la gesta patriótica separatista tiene que ver con
el afianzamiento de la independencia como hito esencial del Chile que nacía
a la vida republicana; fenómeno potenciado con la llegada y consolidación
en el poder de los sectore con ervadores a fines de los años de r82o. La
independencia, una obra de la elite criolla, se transformará en el momento
fundante de una trayectoria que en los años de r83o ya se vislumbraba exito-
sa, como lomo traba la historia de Chile que entonces comenzó a escribirse.
De este modo, las circun tancias del momento, lo que se apreciaba como la
estabilidad institucional de Chile en el contexto de una América sumida en
caudillismo , militarismo, a onada y dictaduras, también tuvo u papel en
el proce o d relevar el r 8 de epti mbre como única fi ta conm morativa
de la ge ta paratista.
i e con idera que el festejo ofi ial ti n entre u propó ito reafirmar
un determinado orden so ial, no deb orprender que a travé de las fi sta
de independ n ia s pr tendiera también con rvar la realidad exi tent , en
espe ial en lo r lativo al predominio de la lit gob rnante. En e t entido,
la fie ta nacional tambi "' n da cuenta de las j rarquía pr nte en el interior
d la ociedad al consolidar e la cel bra ión d un u e o en el qu ol 1
cupo participación al tor dominante. La fiesta ficial ele ionada, gra-
ia al ignificado que le atribuy y a su per i t ncia como rito anual ,
tran forma así en un formidabl m dio, v rdadero instrumento didáctico, d
control social, ntre otra cau as gracias al m nsaje in1bólico que se trans-
rnite a travé de ella. En el ca o de Chile, a ociado al pap l d la elite en el
desenvolvimiento nacional, de de la ind p nd ncia en adelante, y al éxito
in titucional, so ial y material de su obra. A í por lo meno lo dejaba ver la
hi toria de Chil qu , n p cial, valoraba el orden que exhibía la república.
Orden y e tabilidad que pa aron a er un requi ito d exi tencia del nuevo
Estad , y para cuya pre ervación la fiestas patria eran un instrumento.

El orden en chile

La nece idad d orden n la sociedad chilena tiene una larga historia pue ,
o tenemo , emana de la repre entacion que sobre el territorio y el am-

214

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

biente natural de e ta parte de América se han construido a lo largo de los


iglos. Sus antecedentes se pueden rastrear en la época de la conquista,
cuando la urgencia de atraer colonos y recursos a un espacio geográfico
desprestigiado, llevó a los conqui tadores a exaltar las bondades naturales de
Chile. Luego de la frustrada empresa de Diego de Almagro a lo confines del
mundo, como para los inca e presentaba el extremo occidental de América
meridional, no solo los compañeros del Adelantado fueron estigmatizados y
llamados de manera burlona "los de Chile", sino también el territorio de la
fru trada empresa de conquista que pasó a er sinónimo de fraca o, derrota
y, en último término, de pobreza.
Así, la noción sobre e ta porción de América como un e pacio bendecido
por la naturaleza tiene su origen en una nec sidad práctica. Desde Pedro de
Valdivia en adelante, qui n describió esta tierra como "llana, sanísima", que
"parece la crió Dio adr d para poder tenerlo todo a la mano", el enalteci-
miento del uelo propio ha sido una a titud on tante, que se ac ntuó a lo
largo d 1 siglo XIX .
De d lo orígen de la república, lo embletnas patrio r pr entaron
las pond rada cara terí ti as naturale de Chile y su extr ma ubicación
geográfica, tanto como u vocación republi ana y unitaria. La franjas blan a
y azul d la bandera imbolizan la nieve de la cordillera y 1 ci 1 chileno
re pectivam nte, mientra que la llamada " trella solitaria", no ol re uerda
que la r pú lica de Chile e una la, también nue tra posición geográfica,
la más a u tral del orbe conocido".
La Canción Nacional adoptada en r 84 7 e la que má claramente recoge
la n ione obre nue tra singularidad geográfica. Ella de tina la mayor parte
d u versos a pintar la r alidad natural de Chil , y a exaltar la vocación
lib rtaria de la nación.
La condición insular del país, su r lieve montañoso, su gloria y sus
grande de tino ven reflejados en el himno:

Puro es, Chile, tu cielo azulado,


puras brisas te cruzan también
i tu campo de flores bordado
e la copia feliz del Edén.
Maje tuosa es la blanca montaña
que te dio por baluarte el Señor,

215

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL AGREDO BAEZA

i ese mar que tranquilo te baña


te promete futuro e :plendor.

A e ta noción, sin embargo, se suman concepciones ideológicas on


er o que exaltan la determinación libertaria del pu blo chileno derivada
de u valorada realidad fí ica. El coro d 1 himno patrio e elocuente:

Dulce Patria, recibe lo votos


con que Chile en tus ara juró
que, o la tumba será de lo libre
o el a ilo contra la opre ión.

in duda la alu ión al "jardín del Edén" no olo una tn táfora en r -


lación a la aract rística fí ica del territorio na ional, lo e taml?ién e mo
proyección el un e pacio político, en el ual preval ía la ley y la lib rtad,
un rdad r ' asilo contra la opr ión '.
En lo prim ros días el la Ind p nden ia lo patriota ya habían expu sto
la proyecci , n que la realidad natural d Chil t nía sobr su organiza ión po-
líti a. Camilo H nríqu z, en una pro lama el r 8 I r on ocancl a la e lec ión
el 1 e ngr aludía a la 'v rdad gc gráfi a qu i n a los ojo y que n
ha e palpabl la si tu a ·ión d Chil ", al gando qu la lib rtad y la ·ob raní
n p dían n gár 1 a " sta vasta región' que contaba ·on todo lo pr ci o
para " u i tir por í mi ·ma". Inclu o agregaba la xisten ia ind p ndi nte
de Chile está garantizada por hallarse " nc rrado com dentro de un muro y
separado d lo el tná pueblo · por una cadena el mont altí imo cubicrt s
de terna nie e, por un dilatado desi rto y p r el mar Pacífi o .
n poema d 1825 , compu toen conmemorad ' n d la batallad Cha-
cabuco que en r8r7 había con luido prácticatn nt con 1 dominio e pañol ,
re ume el d tino qu enton a izoraba para Chil y cómo e te también
manaba ele u ituación geográfi a:

Chile hoy dejó de er lo que ante era;


a er empieza lo que ser debía:
independiente, libre, de í mi mo,
cual la naturaleza le destina.

216

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chi/e y SIIS cadenas

Avanzada la vida republicana, un tópico reiterativo fue la concepción de


Chile como una nación estable, en la cual imperaba la ley y el orden, y en la
que prevalecía la libertad. Los antecedentes históricos de esta vocación los ha-
bía ofrecido el naturalista Claudia Gay en su Historia física y política de Chile.
En conceptos que para us lectore chileno debieron ser motivo de satisfac-
ción y orgullo, concluía que "el pensamiento de formar una grande familia,
una nación perfectamente organizada y re petable se ve, de de un principio,
en el arrojo y tesón de u primero colonos'; y, en fin, "en la noble ambición
por obtener los títulos y condicione de existencia que constituyen un estado
social completamente fundado, civilizado, respetable y re petado".
Esta concepción fue compartida, cuando no ideada e imaginada, y en
especial difundida, por la mayor part de los extranjeros que se radicaron o
visitaron Chile n la primeras décadas de la república. Domingo Faustino
Sarmiento, por ej mplo, en El Mercurio d 1 4 de mayo de 1842 concluía:
'mi ntra el Perú s halle cercado de enemigo y la república Arg ntina
arrancándo e la entraña con sus propia manos, ¡bendito ea Chil qu
tanto. bi ne di fruta y a qui n la bendicion s d 1 ci lo les vienen como
llovida ! Tranquilidad interior, gobierno constitucional, una administración
que se anda ten a ten con los progre o y la rutina. ¿Qu' má quieren?'.
El ord n, la paz, la lib rtad repre entaron a ·pira i n que emanaban
de la r alidad natural p ro también de la experi ncia ufridas luego de la
Independen ia, en la ép ca de la organización nacional. Las convul ione
vividas, sumada a la dramática realidad de algunos de lo países que nacían
a la vida independiente en América terminaron por xaltar el orden y la
estabilidad como elemento esenciale de la república d Chile, incluso por
sobre la libertad que para la elite, de todas formas estaba asegurada por la
vigencia del régimen republicano.
En Chile, la evolución de de la libertad como garantía esencial, hacia el
orden como necesidad superior, no tardó en llegar. En realidad, y como lo
hemo adv rtido, había nacido con la república cuando el 18 de septiembre
de I8Io, en el acta de instalación de la primera junta de gobierno, se asentó
que la reunión e verificaba porque "siendo el principal objeto del gobierno
y del cuerpo repre entante de la patria el orden, quietud y tranquilidad pú-
blica", perturbada notablemente entonces por la incertidumbre derivada de
las noticia de España, se había adoptado la determinación de reunir a los
ciudadanos para "acordar la mejor defensa del reino y so iego común".

217

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

La valoración de la e tabilidad política y acial está reflejada en lo


mensaje presidenciales . Entre r842 y r843, cuando el orden parecía total-
mente asegurado Manuel Bulnes inició su balance aludiendo a la uerte d
Chile, pue 'nada ha turbado la erenidad de nue tro afortunado paí ", y a
la continuidad de la "paz que ha gozado sin interrupción nue tra repúbli-
ca"; agregando, inmediatamente, una expre ión de gratitud "por el progre o
continuo de u prosp ridad y biene tar' .
En la década de r86o , la cuenta a la nación e inicia con fras como "la
república igue u marcha de pro peridad y progreso interior", videncia d
que para la elite en el poder su acción en el gobierno consistía en dar cauce
a una t ndencia innata en Chile. La mi ma que en conc pto d l president
]o é Joaquín Pérez en r864, e expr ó bajo la fórmula: "la república continúa
u progre o natural".
La e tabilidad políti a y el orden onstitu ional no olo fueron apreciado.
por la elit gobernante como una condición s n ial del de envolvimi nto
nacional. En 1 cont xto latinoameri ano d 1 iglo xrx, fue prácticam nt 1
úni o rasgo qu se grünió como argumento para di tinguir a Chile d la.
d má~ repúbli a ameri ana .
in e1nbargo, ¿cuál fue el precio pagado por la ociedad chilena para
alcanzar la p sición exc pcional qu se le atribuía n el concierto latinoame-
ri ano? in duda l autoritarismo mat rializado n un ar nal d m dalida-
de repre i as ontra la "anarquía , "lo perturbadore d 1 osiego públi o "
la conspiración, la pren a opo itora y ha ta el teatro ubv r ·ivo. Como la
realidad d lo siglos XIX y xx lo muestra -y ha sido tudiado y acreditado
por Brian Loveman y Elizabeth Lira en su erie Las uaves ceniza del olvido.
Vía chilena de reconciliación política r8r4-1932, La ardiente cenizas del
olvido. Vía chilena de reconciliación política 1932-1994 y El espejismo de la
reconciliación política en Chile 1990-2002- tas modalidade repr iva ,
tale omo allanami nto de ca a , pri ion arbitraria , cen ura confis ación
de biene , tortura exilio y fu ilami nto , in el debido proce
en la cultura política de la república".
El imperativo político derivado del ord n natural en que e creía que
Chile había nacido a la vida r publicana llevó a levantar una arquit ctura
legal que p rmitió ejercer un férreo control cuando no repre ión, obre la
ociedad para, en último término, velar por lo que se entendía era la "segu-
ridad interior del Estado".

218

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

Si el Chile de de 1830 ha ta por lo meno 1861 había ofrecido a ilo a


vario extranjeros, en lo mismo año per iguió y exilió a vario héroe, de
la independencia y a los má notorio exponente de la corriente liberal. De
este modo, la excepcionalidad chilena incluye er el primer paí de América
Latina con 'estado de sitio' en su Con titución y también el primero que
e tableció con ejo. de guerra perman ntes. Con1o ha sido advenido en la
monografía de Brian Loveman y Elizabeth Lira sobre el autoritarismo en
Chile, ha ta 1861 mucho. reformi tas y liberale no encontraron a ilo contra
la "opre ión" en el paí ino que tuvieron la n e idad de exiliarse.
De est modo e puede ost n r que asegurada la independ ncia y la
lib rtad y una v z constatada la n e idad práctica d un régin1en autorita-
rio apaz de mantener el orden e buscaron argumentos que reforzaran y
validaran la opción tomada.
La refer ncia a la naturaleza y a u prodigalidad para on Chile fu una
manera d legitimar el r 'gim n autoritario que de e te modo terminaba
siendo una prolongación ivil del orden natural, y por lo tanto prácticam n-
t inn1utabl , tanto otno el pred n1inio político de quiene Jo itnponían.
También e pu d r lacionar el autoritari mo con la uln rabilidad de la
exi renda n1aterial colonial. O e n la debilidad objetiva el 1 Chile r publi-
cano en comparación con Argentina P rú que en término de recur o y
población, siempre lo han superado, y a lo ual s solo e Je podía hac r
frent gracias a la in titucionalidad y e tabilidad chilena.
A te r specto, id ntifi ar los ra ·go propios de la n1 ntalidad de una
población marcada por u precariedad y ai !amiento resulta muy ilustrativo
para acceder a las e. tructura de larga duración pr sente en la o iedad
chilena, entre ellas la n ce idad de orden y . tabilidad. Esta t ndría u origen
en el ai !amiento de Chile, ituado en el verdadero fine terrae del mundo;
en su inferioridad y desmedrada condición re pecto de las otra colonias
del rey; en las dificultades económica que siempre ha debid arro tar; en
la crudeza de la existencia en una tierra de guerra"; o en la consecuencias
de un "acontecer infau ro' por Ja terrorífica uce ión de d astres ocurridos
a lo largo d lo iglos. A 'Í, y para hacer frente a esta endémica fragilidad, el
cuerpo acial de arrolló diver o mecani mo que le permitieran fortalecer ·e
y enfrentar exitosamente los de afío de la realidad, entre ello , un e tri to
ord n político y acial, que 1 dieran e tabilidad. El orden autoritario e
transformó en una condición de exi tencia del nuevo E taclo.

219

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

Al promediar el siglo XIX, adelantada ya Ja organización republicana de


Chile, Alberto Ble t Gana, un agudo observador de la vida nacional, definió
a través de una metáfora la realidad in titucional del país. En el periódico
La Semana del 6 de agosto de r859 escribió: "la verdadera república es algo
como el huemul de nuestro escudo de arma , que casi nadie ha visto y cuya
existencia ponen en duda la mayor parte".
La alu ión al huemul, desde r834 en el escudo nacional por ser el "cua-
drúpedo má raro y singular de nue tras sierras", no es accidental y sirve
también para ilustrar la estrecha vinculación que es posible advertir entre la
realidad natural y la evolución histórica e in titucional del país.
egún el naturalista Claudia Gay, solo en r833 el gobierno había con-
firmado la exi tencia de esta "rara y bella especie". El mi m o año de la pro-
mulgación de la Constitución que materializó la organización republicana d 1
país. Entonces también una admirada originalidad política en América.
En la cción zoológica d su Historia física y política Gay e cribió que
se trata el "un animal qu no frecuenta má qu lo altos vericu to d la
ordillera", aunque solo muy raramente se dejaba ver a "causa de u natural
tímido y barde que lo impele a huir al m nor p ligro, escapando con
una rapid z solo comparabl a la del vuelo". Ofr ciendo una lámina con su
repr ntación agr gaba que el hu mul había sido incorporado junto al
cóndor n el e cuelo nacional, aunque ahí aparecía di eñado no gún u
forma y caracter naturales, ino conf rm a la descripción que había dado
el abate Juan Ignacio Melina en r 788 en su conocido Compendio de la historia
geográfica, natural y civil del reino de Chile, "es decir, con e a exageración
fabulo a" y repr . ntando "exactamente un caballo' .
La descripción, aplicada a la institucionalidad chilena, es una metáfora
asi perfecta d 1 régimen instaurado en el iglo xrx en e te montañoso rin-
cón de Am ~rica del Sur, que por su nonnativa autoritaria hoy . difícil de
identificar como republicano y que, por el temor de quienes lo su tentaban,
de aparecía rápidamente al más 1 ve movimiento social, corrientemente,
interpretado como amenaza. Resultó a í que la aplicación del instrumental
represivo diluía el carácter democrático del sistema, transformándolo en 1
fondo en un régimen ab olutista, aunque con figura de república. Pero no
cualquier república, sino que una muy prometedora como lo e tableció la
primera historia de Chile que se e cribió en el país que, entre otras valora-

220

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

cione , apreció el movimiento de independencia encabezado por la elite y


u tarea de organización r publicana.

La independencia en la historia de Chile

Fu en la década de 1830 cuando urgió la n e idad de e cribir la primera


hi toria d Chile. La iniciativa vino del gobierno de la época y se xpre ó a
travé el 1 ministro de Culto e In trucción Pública, Mariano Egaña. El mom nto
puede ayudar a explicar la actitud del secretario de Estado pue fue en 1839,
en medio d la euforia nacional desatada por 1 triunfo chileno obtenido en
el me de enero de aqu 1 año en 1 conflicto militar que lo había enfrentado
contra Perú y Bolivia en la llamada, en Chile, Guerra contra la Confed ración
Perú-B liviana.
Alentado por el éxito militar del "Ejército R taurador" ncab zad por el
g n ral Manu 1 Bulnes, y e timulado por 1 ntusia mo popular y el ~ rvor
patriótico qu s de encad nó luego d la Batalla de Yungay qu liquidó la
a pira ion del mari cal Andr~ de anta Cruz, ánimo qu prolongaría
durant prácticam nte tod 1 año ha ta qu l I 8 de diciembr d 18 39 el
g neral ven eclor y u tropas ntraron en antiago, el gobi rno aquilató
la conv ni ncia d contar con una hi toria el Chil digna, a la altura de Ja
república que había conquistado la gloria n lo campo d batalla. Con-
tribuyó también en el ánimo ofi ial, e decir la elit , la conci ncia obre la
obra realizada en Chile ha ta enton s, qu , de pobre, muy p bre colonia
e. pañ la, n poco ti mpo luego de la independ ncia ya ocupaba un lugar
central n América, r alidad que, siguiendo la costumbre clá ica inaugurada
por 1 s romano , ameritaba celebrar a travé de una hi toria.
El entimiento patriótico que fomentó 1 triunfo de las armas chil na ,
acrecentó la noción de comunidad que el t rremoto del 20 de febrero de
1835 también había permitido expresar. Com antes, y en muchas oca ion .
d pu ~. , la catástrofe natural que de truyó el centro- ur del país tuvo el efecto
de p tenciar 1 sentido el pertenencia a una nación ntonces, en proceso de
formad~ n. Ambo evento , el desastre telúrico y el militar glorio o, con u
potencial unificador, ademá e produjeron en una década marcada por el
gobi roo del omnipotente ministro Diego Portale que, con u ecuela de
per ecucione y arbitrariedades, cuando no de crímene no había contribuido

221

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL AGREDO BAEZA

precisamente al clima de encuentro nacional, muriendo ase inado en 1837 .


En este contexto, el triunfo de enero de 1839 no podía ser desaprovechado.
La nación que se proyectaba al futuro nece itaba de una hi toria que, junto
con encomiar su triunfos, contribuyera a con olidarla.
Hasta entonces, pensaban su autoridades, Chile no contaba con una
historia concebida con criterio moderno, propio del iglo XIX, que, alejada
de las preocupaciones de naturaleza religio a, narrara lo suce o de pués de
haberlos confrontado con la fuentes. El mini tro Mariano Egaña quería una
hi toria que respirara entido crítico, ajena a la incertidumbre la leyenda, la
imaginación y la tradición, y pensó que el único que entonces podía cribirla
era un naturali ta que de de 1830 prestaba ervicios al Estado comisionado
para explorar el territorio y preparar una hi toria natural de Chile. Muy pro-
bablement 1 influyente Andrés Bello también estuvo tras sta a piración
de los gob rnante de la ~poca.
La prim ra reac ión d Claudia Gay a la petición d 1 mini tro de Culto
e In tru ción Pública r fl ja bi n u visión urocéntrica, pue pr guntó a
Mariano Egaña i a aso creía qu 1 pasado de Chil ignificaba algo n
el oncierto de la civilización. La r pue ta del gob rnant no solo no se
hizo e. perar, definitivamente mue tra la conciencia que la elite t nía de la
o i dad que gob rnaba y de u obra, y marca ademá el rumbo al impro-
i ado hi toriador y creemo , a la hi toriografía nacional. En ella es ribió
Egaña: ' Ciertamente ese aport e. algo. La civilización e pañola e ·alvó en
Chile de pa ar a manos de lo holande e o de los ingle e n la época d 1
filibu teri mo. La guerra de Arauco durante casi tres siglo hiri ron aquí d
muette el conc pto imp rial astellano al doblegar el orgullo de la armas
española , qu de de entonces perdieron t en la invencibilidad. De pué , fu
en Chile donde e dieron la dos batalla de i iva d la libertad de América:
Chacabuc y Maipü. La expedición Libertadora del P rú hizo impo, ibl la
continuación del imperio e pañol en e te contin nte. Además, actualmente
e Chile el único país organizado en e tos mom ntos que exi te en América
ometido a un régimen político y re petuo o de u istema r publicano. E ,
pues, algo de lo que Chil ha dado a la civilización europea '.
Como se apreciará, la noción sobre la excepcional situación y trayectoria
chilena en el concietto americano estuvo presente en la élites chilena de la
primera mitad del siglo XIX aun ante de que e escribiera la hi toria nacional.
Era consecuencia de la realidad, del contexto local e internacional existente

222

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y ms cadenas

ntonce y que e ta vivieron inten a y dramáticamente, como u participa-


ción en la independencia, la organización republicana y la guerra contra la
onfederación lo habían demo trado. Pero también de la ponderación que el
abate je uita Juan Ignacio Malina había resutnido en u leído Compendio de
la historia geográfica, natural y civil del reino de Chile, verdadero re umen
de la conciencia criolla local, para la ual Chile en palabras de Malina, ra
'el jardín de la América meridional, [... ] xt ndiéndose [. .. ]mucho má a lo
largo que a lo ancho, tiene la proporción necesaria para recibir y madurar
todo género de produccione apetecible '.
]u tamente por todo lo anterior es qu era preci o e críbir una historia
de Chile. Como Mariano Egaña e lo hizo sab r a Claudia Gay, era "una ne-
ce idad nacional', pues e a ponderación de la realidad natural y del pasado
chil no, p ro n e p cial de su ordenada volución luego de la indepen-
d n ía, s ría la bas obre la ual e u tentaría la unidad nacional, para no
m ncionar la concep ión que atribuía a la elite el pr dominio en todo orden
de o a . Gay totnó la recomendación del ministro Egaña como una verda-
dera orden, convenciéndo de que, en m dio del pr cario niv 1 int 1 ctual
nacional, efectivamente era el único qu entone podía cribir una hi toria
de Chile, poniendo ahora en ella el método y rigor qu aract rizaba sus
inve tigacione en el ámbito de la hi toria natural.
Tomada u detenninación, el acopio de materiales, en e ' te caso de docu-
mentación que bu có en archivo público y entr las familias protagonista ,
de la independencia y la organización republicana fue el primer paso dado
por Gay para fundar su historia. E pecial preocupación tuvo en hacer e d
documento. oficiales y de pistolarios de per, onalidades del gobierno co-
lonial que le p rmiti ran ' aclarar" lo que llamaba "puntos importantes de la
hi toria de Chile".
Interé mo tró también por acopiar noticias sobre la que llama "historia
de la independencia", para lo cual tuvo la fortuna d dar con epistolario de
autoridades monárquicas de la época de la luchas militare entre patriota y
reali tas, lo cual s demo traban, como Egaña se lo había señalado, la trascen-
dencia de la batalla de Maipú sobre la suerte de América y la nacione que
surgieron como con ecuencia de la gesta libertaria. Ya entonce Gay pudo
concluir, como lo expresa en un informe de r839, re pecto de la "parte activa
y d ci iva' que le cupo a Chile valorando a í a una sociedad que hasta ese
momento solo e había mirado ' como una parte integrante del Perú o como

223

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

una de su lejanas provincias". Ponderando lo te timonios, en un rasgo que


le fue caracterí tico, agregó que "tal vez el amor propio de cierto pueblo no
querrá reconocer esta gran influencia, pero será siempre confesada por la co-
rrespondencias de per onajes que por u posición y sus opiniones no pueden
sino merecer plena y completa confianza de parte del historiador imparcial".
Esta y otra informaciones, como por ejemplo la que sus conversa iones con
Bernardo O'Higgins le pro uraron, formaban para Gay "la base de una buena
historia de esa brillante época de la independencia", in duda ya, y aun ant s
de comenzar a escribir su obra, el punto culminante de la tnisma.
Toda la información recopilada y seleccionada, sometida a una riguro a
crítica, permitió al abio, como lo señala en el prólogo de su Historia, esca-
par de toda e peculación, d t rminar los hechos que constituían la historia
de Chile, d echar los ucesos inverosímiles y corr gir las interpretacion s
ligeras, satisfaciendo a í ' las e peranzas que el patrioti mo chil no ha pu to
n esta obra".
u Historia, cuyo prim r tomo apareció en I 844, abordó 1 pasado chil no
desde lo primero mom nto de la dominación e pañola, ha ta el cambio d
década ntr la d 182o y la de 1830, momento ulminante del proce ·o de
organización nacional que ucedió a la Indep nden ia.
En lo tom s 1 a IV de la obra los chileno cono ieron por primera ez y
d manera istemática, completa y acabada , su pa ·ado colonial. Ahí ta a
el cuadro histórico de las alternativa d una ociedad a la que, e deduce
d la lectura d 1 texto, la ad er idad s habían d safiado una y otra v z,
itnponiéndole sacrificios trem ndo que , ta había up rado ha ta urgir
reponiéndose d u pe ar s. D t modo 1 "a ontec r infausto", carac-
terí tico de la evolución chilena, al igual que la capacidad de la pobla i , n
para sobreponerse, pa ó a con tituir una de la nota di tintivas, y n1otivo
de orgullo, de la nu va nación. Tanto como la idea de la aspiración por la
lib rtad que d sde las primeras páginas, Gay eñala como propia de los
habitante de Chile. Así, por jemplo, refiri ndo las alt rnativas d la expe-
dición de Di go de Almagro y ·u encu ntro violento con los indíg na del
norte en 15 36, ani.tna el relato concluyendo: "estas fueron las primicias de
la angr chilena y e pañola que regó aquella tierra de libertad, aquel uclo
de probado valor y exquisito heroísmo".
En contraste con la época de libertad que vivía luego de la indepen-
dencia, la obra del naturali ta, como de pué la de los hi toriadores clá ico

224

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y srts cadenas

del iglo XIX, mue tra el p ríodo colonial como una etapa de usurpación,
de favorable para lo americano , tanto como para sostener, como lo hace
n el último tomo que dedica a ella, qu 'ha ta ahora, la historia del reino
de Chil ha ido puramente la historia de u infancia y de lo male infinitos,
increíble que ha tenido que re i tir para hacer e adulto fuert y capaz de
existir por í solo", y para profetizar qu en razón d todos los elemento de
u crea ión y de su naturaleza, Chile e taba d tinado a " u duración futura
o su perpetuidad de exi tencia".
En concepto qu para sus lectore chileno debieron r motivo de
atisfacción y orgullo, y qu muestran elocu ntemente el propósito encial
de u texto, el naturali. ta, luego d compl tar el relato de la época olonial,
concluía que

el p n amiento d formar una grande familia, una nación perfecta-


m nt organizada y r sp table se ve , d ·de un principio, n 1 arro-
jo y t són d u prim ro colono ; n la unanimidad d sus mira ;
en la probidad y celo d u admini trador s; en la per v rancia
h r i a d uno y de lo otro n lucha~ contra adv rsidad qu
hubieran podido d animarlo mil vec
hallaron sin el menor au ili para ontrarre. tarJas , abandonado, a
í mismos y al ol impuL o d u braz y de , u · ·orazones; y, n
fin , en la noble ambición d ilu trar e an iando, pretendí nd y ob-
teni nd a fuerza de con, tancia y el una conducta política fundada
esen ialtnente n los má. e, crupulo. o principio - de honradez los
título y condicione: d existencia que con tituyen un e tado so ial
completamente fundado, civilizado, re petable y resp tado.

En el r sto de la sección histórica, en esp cial n lo tomo v y VI, Gay


aborda la Independencia, p ríodo al cual pre tó ·pecial d dicación en
irtud del interé con que , ta sección era esperada, pr cisam nte por, n
. u pala ra , "ser la re olución chilena, in di puta, la parte má nobl , la
má importante y la má gloriosa de u hi. toria '. En este contexto, el autor
la pre ntaba como ' emblema del gran movimiento ocial que ha acado al
país de u pañales y 1 ha hecho crecer de repente, comunicándole ba tan-
te fu rza para conqui tar u nacionalidad, que el egoí mo 1 había negado
ha ta entonce '.

225

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL AGREDO BAEZA

Claudio Gay pre enta la independencia, pero también la hi toria de Chile,


como una obra ca i exclu iva de la lite. De hecho, y como hemo mo trado,
aun antes de e cribirla, la historia de la nación chilena había sido trazada por
ella , cuando encargaron u obra a Gay, y por este cuando concluye el último
tomo dedicado a la olonia; ahí, en el párrafo final se lee: 'A la gloria de la
conquista mas portento a de cuantas e leen en hi toria alguna, gloria a la cual
sería inútil buscar un parangón, los chil no han añadido la d la perseveran-
cia más heroica en formar olos una grand y noble nación, olos, luchando
contra re istencias int rna y contra envidias extrañas; luchando contra lo
hombres y contra lo el m ntos, sin haber desmayado nunca, y la civiliza i / n,
y el mundo ent ro, y el cri tianismo, le deben gracias y alabanzas que, a la
verdad, la civiliza ión y la religión mi ma , 1 jo de negár la , le tributan alta
y universalmente". Qué duda cab d que los llamados 'chileno " por Gay on
lo mi n1bros de ]os grupos dominant s, lo protagoni ta de su historia.
La historia de la ind p nd n ia y los primeros años de vida r publicana,
narrado en lo tomo vn y vm, y en e p cial el papel de u a tor , fue-
ron apreciados por la elit chil na prácticamente como una rónica d su
pasado, mucho d cuyos mi mbro ofr cieron u te tin1onio n alidad d
protagoni ta d la qu Gay califi a on1o la etapa má "glorio a" d 1 pasado
na ional. La conclu ión era obvia at ndi ndo a u fuente - y al hecho de
que el naturali ta, sin duda atento a la r ac ión del grupo gobernante qu
le había encargado la "hi. toria de Chile", dado la facilidade para u eje ·u-
ción, financiado us trabajos y pre tado declaración, . intió comprometido
con ello pue , om eñala Di go Barro · Arana uno d ·u biógrafo má
rele antes, "no quetia herir la u ceptibilidad de los dese ndientes de lo
per onaje cuyo he ho narra".
Por lo anterior, y por u formación científica, es que Gay narró, narró y
narró hechos y hechos. Evitó los juicio y los pronunciamiento en especial
i e tos debían ca r obr individuo . Lo dicho se aprecia n el tono general
de u obra, como en los calificativos qu aplica a d terminado período
hi tóricos y gn1po de la sociedad.
Sin embargo, Claudio Gay no ahorra adjetivo para referir la que llama
"revolución" de indep nd ncia una empresa, afirma, "tan d licada como
difícil". En u historia la presenta al comienzo "humilde, débil e indeci a',
adelantando solo a tirones "bambol ándo e bajo el enorme peso de su em-
pre a' ; pero de pué , la ofrece 'fortificada por la en ación moral que tenía de

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y stts cadenas

su cau a y educida por las verdades de u principios"; ha ta levantar cabeza


proclamando su independencia bajo el liderazgo de "espíritus adelantados",
que nombra "generoso chilenos". Para el historiador ella "derramó por toda
la clases de la ociedad la benéfica claridad que pone de manifiesto lo
derechos del hombre vivifica su genio y le prepara gloria y prosperidad",
que no otro era el destino de Chile.
En su obra señala el inicio de esta trayectoria encomiable en el cabildo
abierto del r8 de eptiembre de r8ro, que califica de "m morable asamblea,
que proporcionó un brillante día d gloria a la patria". Día, afirma seguro,
·'que el pu blo e l bra, y celebrará aun por muchos año , en homenaje
r ndido a la libertad y a los prim ro apó tole de la nacionalidad chilena",
como eD ctivamente ha ocurrido desde r8r r en adelante gracia , entre otro
factores, a la narración, significado y tra cend ocia que él mismo 1 dio a la
jornada en u Historia de Chile, mocl lo de las po terior .
Todo lo dicho revi te gran importancia en razón de qu ejemplifica
algunas de la nota distintivas de la historiografía chilena, que Claudio
Gay inaugura n tanto hi toria ari tocratizante, elitista, apitalina, política y,
e encialmente, triunfalista· n l entido de la valoración que e ha hecho
de la tray ctoria nacional qu , n rmalm nte, e ha pr entado como re -
pon abilidad prácticam nt exclu iva de la élites na ionales. En rigor se
ha confundido la hi toria de la elite con la hi toria de Chile, iendo esta una
forma el 1 gitimación de la preeminencia social y política de aquella. in
duda Gay ontribuyó también a esta noción al privilegiar y no podía ser de
otro modo dada la épo a en que escribió, el documento como materia prima
d la hi toria. La ba. e de su obra hi tórica fue el te timonio oficial, sellado y
firmado, aquel que e encialmente emanaba de los agentes del Estado, de lo
gobernantes que, mayoritariamente, p rtenecían al grupo dominante.
Resultado de todo lo anterior, en el siglo XIX la elite chilena no solo do-
n1inaba el presente; ad más, protagonizaba el pasado de la nación, su obra,
que a través de la con trucción de su historiografía ayudaba a consolidar
para también, dominar el futuro.

El papel histórico de las élites

En términos amplios, podetnos considerar que la mayor parte d la hi torio-


grafía chilena aborda casi exclusivamente la evolución histórica de las élites.

227

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

En efecto, i consideramos como elite a la minoría rectora, aquella que e


mantiene apartada del re to d la sociedad por u autoridad y mérito, cuyo
miembros han ejercido los pa pele dirigentes personificando los símbolos de
la vida en común y lo valores de la sociedad, e puede concluir que para la
mayor parte de los estudio os del pasado chileno, los protagonistas de la
evolución histórica han sido las élite .
Lo señalado no debe sorprendernos i consideramos la importancia y el
peso que tuvo, y tiene aún hoy, la historiografía tradicional entre los estudio-
sos de la historia nacional. El método po itivi ta, la crónica política y militar
y el protagonismo de los per onajes de gobi rno, e lo que ha caracterizado
u investigacione y ha transformado la historia de Chile n la hi toria d la
élit , de la élites capitalina y citadina . Ha contribuido también el h cho
d qu , ha ta bien entrado el iglo xx, la mayor parte de lo cultores el
la historia nacional fu ron, precisamente, miembros de lo que tradicional-
m nt se ha consicl rado la lit chil na. Ello escribieron obre el grupo al
que pert n .ían por razon s vinculadas a u condición o ial, u id ología
p líti a o los el safíos xistent s en la oci dad a la qu p rtenecieron y,
también, porqu n su época, la historia, la hi toria verdadera, era la de los
grupos en l pod r.
O e ta f rma, , i como la propia historiografía lo ha demo trado, fu la
elite la qu d minó los destinos d 1 paL durante tod el iglo XIX ju to en
una época en qu la historia como ofi io id ntificaba con el pa ado de
e tas no debe llamar la atención qu en 1 e tudio s bre nu tra hi toria
e confunda el pa ad nacional on ·u d senvol imiento.
Luego de Claudia Gay, lo primero que abordaron la historia d Chile
fueron los historiadore decimonónico y, entre ellos, una parte fundamental
corr sponde a la produ ción de lo llamado hi toriadores clásicos. Diego
Barro Arana, Migu 1 Luí Amunátegui y Benjamín Vicuña Mackenna publi-
caron num ro ' O libro , todos llo. crito iguiendo a Gay, con el método
y estilo aracterí tico de la historiografía positivi ta. De este modo ofrecen
una detallada crónica de la vici itude políticas y tnilitare experimentadas
por el país y por sus protagonista , los grupo dominantes.
En sus estudios, y salvo la excepciones que correspondan se halla la
crónica, lisa y llana, d los gobiernos coloniales y de los conflictos políticos
acaecidos en el Chile de la primera mitad del siglo. Para estos historiadores,
la élite equivalen a lo "personajes político ", principalmente lo gobernan-

228

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y ms cadenas

te · y las autoridades, y solo la diferencian entre sí por las distintas posiciones


políticas e ideológicas que a un1en.
Como e comprenderá entre los clá ico no existió el propósito de his-
toriar a la élite nacionale . i finalmente re ulta a í es porque su trayectoria
constituye lo hi tórico para us autores. En razón de lo anterior, ninguno
plant ó la necesidad de definir su objeto d e tudio o de caracterizarlo,
todo partieron del upue to de que, la que hoy llamaríamo élite políticas
y ociales, eran las conformadas por quiene luchaban y actuaban en función
d l poder político, sin perjuicio de que tambi .. n poseían el poder onómico
y l pr tigio acial.
E ta vi ión de la hi toria nacional no olo marcó la historiografía chilena
en el ntido de mimetizarla con la tray ctoria d la élite . Tambi .. n la marcó
n r la ión al balanc qu e hacía d la traye toria nacional. Como Claudia
Gay ya lo había hecho, al caractetizar la volución d Chile, en sp ialluego
d la indep nd n ia, p ro n comparación con la Colonia y con l r to de
Am .. rica, lo hi toriador clásico olvi ron a evaluarla muy positivam nte.
Chil ra un éxito d organización republicana , un jemplo para la demás
nacion d 1 ontin nte.
Ya en el iglo xx, orre p ndería a Alb rto Edward. , cara terizado como
un hi toriad r cons rvador s ñalar larament qui .. n s ran lo re ·pon abl
d e. ta jemplar tray ctoria. u bra La fronda aristocrática aparecida en 1927
constituy un hito al abordar 1 e tudio de la. élit s chilena mo conjunto,
cara t rizándolas por lo qu él pi nsa on . u. ra go e ·en iale . í, abandona
la crónica, la narración d lo h cho políticos y la acción el los per onajes, y
conc ntra n l omportatni nto colectivo el 1 ector ari tocráti o.
A Edward le pre upó el pap l de la aristocracia y de u prohombre
n la _ olución de la r pública. in embargo, a diferen ia d otro , no e
contentó con la crónica de u actuación política, fue má allá y penetró n
u característica esenciales, n u e píritu, u alma, u ética y su mentali-
dad, toda las cual confundió con la d la nación. Angu tiado por lo que
con id ró la de aparición de la honradez, el patriotismo, la obriedad la
prudencia y el e píritu d empre a que habían caracterizado a la ari tocracia,
no olo di tinguió su evolución interna, sino también su d moronamiento
y con este la decaden ia del país.
La importancia de lo señalado radica en que Edwards es el primero en
indicar, explícitamente, la coincidencia entre el predominio de la ari tocracia

229

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

y el buen gobierno, la e tabilidad, el orden y el progreso del Chile decimo-


nónico; el E tado "en forma" como lo llamó. Así, si hasta 1927 la historia del
país e confundía con la de lo ectores dominante , como por lo demás
continuaría ocurriendo, en La fronda aristocrática no o lo se confirmaba e a
simbio is, sino que, además, se reafirmaba la connotación po itiva encarnada
en un ector concreto, la elite chilena.
E ta vi ión de las da es alta , que exaltaba u participación en la evolu-
ción hi tórica nacional confundiéndola con la hi toria patria, no e tuvo exenta
de crítica que, sin embargo, no hicieron más que confirmar la preeminencia
histórica d la élit s. Su primeros y más istemático impugnadores fueron
los historiadore marxistas qu en lo años cincuenta comenzaron a ocu-
par e de la historia nacional. En sus obras, autore como Julio Cé ar Jobet
y Hernán Ramír z Necochea, junto al tono d reproche con que abordan la
partí ipación de la élite en la historia de Chile, intentan demo trar que la
evolu ión nacional iempr ha e tado subordinada al exdu ivo provecho de
los grupos dominantes. Para ello las élites corre pond na la da s du ñas
de lo m dio de producción, la po e dora del capital, las usufructuad ras
de la plu valía, en d finitiva, lo hombr s acaudalado que ellos identifican,
preferent mente, on la burgu ía. En u textos, además de caract rizarla
como una da, e egoí ta, cruel, tartufa atra ada , inculta y rú tica xplican
brev m nt u evolu ión como "da e · cial capitali. ta ', u lucha int rna
-entre minero , indu triale, y terrateni ntes- y las formas en que e · ·tru turó
como "da. dominante" en el contexto de la tran ~ rmacione ufridas por
el paí a l largo d 1 siglo XIX .
Lo autore m ncionados confirmaron lo qu de una u tra manera
todo, sabían pero que nadie había hecho explí ito ha ta entonce , esto
e , que la élite no solo habían po eído el poder político, ino también el
económico.
El pap 1 fundamental de las élit en el de envolvimi nto nacional ha
ido r forzado por la historiografía chilena en las últimas décadas, en rigor
desde 1973 en adelante. Así, por ejemplo, en u En ayo histórico obre la
noción de Estado en Chile en los siglo XIX y xx, aparecido en r 98 r, Mario
Góngora, al explicar cómo el Estado modeló la nacionalidad en el iglo XIX,
muestra y r leva la obra de lo sectore dirigente en la vida nacional. La
conclusión de que la élite forman parte e encial del E tado en realidad lo
controlan, y que por lo tanto ella fueron la que construyeron la nación e

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

dedu e claramente, aunque el autor no lo explicita. Góngora no hace más


que reconocer una realidad evidente para la historiografía sobre Chile, pue
muestra que el papel de etnp ñado por la /lite nacionales e fundamental
para expli ar nue tro de envolvimiento como pueblo, dado que fueron sus
accione intere es lo qu , en gran medida, determinaron lo proce os
hi tórico xperim ntados en el paí .
La identificación de la lite, ahora con el E tado y u obra, esto e la
nación chilena, pue la te, i e ntral de Góngora e que la nacionalidad chi-
lena ha sido formada por un E tado que la ha antecedido, de empeñando
este un papel re tor en la configuración de la nación, confería un nuevo
título, cuando no motivo de exaltación, al grupo dominant . Al n1i mo se
sumarían otro que el Chil n olib ral mod lado por la dictadura 1 ofr ció
la oportunidad de agr gar.
Junto a la obra in titucional, cultural y ocial de la elite, e to es la r pú-
blica y la nación chil na , la economía de libre m rcado hizo po ible advertir
su p t n ialidad y contribu ión como agent s económico . Al ritmo d lo
tiempos, y evid ntem nt ondicionada por 1 nuevo mod lo con ~mi o
u t ntado en 1 mercado, la ini iativa privada y el papel ub idiario del E -
tado, la histori grafía na ional de lo años o ·henta n ad !ante e adentró,
por ej mplo, n el pap 1 el la burgue ía y de lo· empre ario en la hi toria
d Chile. Entone pudo mo trar lo que e aprecia como un notable aporte
d las élites al d arrollo del paí en tanto agentes productivo , valorando
y legitimando hL tóricam nt el modelo e onómico vigent n Chile de de
entonce , así como a lo. protagonistas d 1 mismo.
El poder de la élite en Chile en oca ione ha re. ultad el tal manera
pr ponderante qu , inclu. o han logrado tran formar us intereses y objetivos,
d alcance parcial y limitados, en propó ito de carácter nacional. Así, por
ejemplo, y para no aludir a la hi toria reciente del paí , e puede apreciar
a propó. ito d la Guerra del Pacífico, la principal contienda internacional
enfrentada por Chile a lo largo de su historia.
Como ha ido cabalm nte demostrado por Luí Ortega en su docu-
m ntado trabajo Chile en ruta al capitalismo. Cambio euforia y depre ión.
r8so-r88o, fue la da e dirigente la que en medio de una crisis económica
de magnitud desatada a mediado de la década d r 870 incentivó una po-
lítica de confrontación y de expansión territorial como salida má viable a
la ncrucijada, pre ionando para incorporar el alitre al patrimonio chileno

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL AGREDO BAEZA

como una solución permanente a la coyuntura crítica. El planteamiento


d Ortega e que el papel de lo empresarios y de los político , "o de lo
políticos-empre ario ", fue determinant en "la creación y difusión de una
demanda que, originada n el interé privado, en un breve lap o adquirió la
connotación de tarea nacional". En u concepto, el estudio de lo oñgen
d l conflicto d mu tra que, "en realidad, no exi tían mayor s diferencia
entre el interé del paí y el de la da e dirig nte". La conel u ión, cree m o ,
puede ser aplicada a mucho fenóm no y hecho de la trayectoria hi tórica
nacional, en e p ial i e ta es apre iada a travé de la hi toriografía tradi-
cional que la fom nta.
La narración pormenorizada de lo acont cimiento. y hecho que dan
f rma al movimi nto eparati ta criollo, la id ntifi ación d lo ujeto que
forman part de él, el relato de us acto y g sta militar s, la mención de
su sacrifi io. p r la patria, la glo. a l lo docum nt jurídi o que d li-
nean el régimen republicano, entre mu hos otros elemento d natural za
ncialment política, jurídica y militar tan propio de , poca como la d
la Indep nd ncia, pa ar n a con tituir 1 saber histórico d el que Claudi
Gay compu o u obra br hil . n ono imiento qu al xac rbar 1
tono épico de lo qu s con id raba una hazaña in parangón en la historia
de los pu blo a m ri anos, transf rm ' a lo protagoni ta. d la ' po a to
militare políti o y gobernant s, prácticament en los C1ni os a tores d
la hi toria dando lugar a una formad con el ir el e tudio d 1 pa ·ado qu ,
alguna · vez on iderada clásica, n 1 iglo xx e olu ionó n tradicional.
S ha ju tificado sta forma de ent nd r la historia en l ontexto d
. iglo XIX, uando la id ología liberal, la n idad d onsolidar la repúbli a
y la urgencia d formar la nación, tra pa. ar n la obra d lo fundador d
nuestra historiografía. De ahí u vi ión políti a republicana y su glorifica ión
de los n1ilitar y civile que en ab zar n la independencia y di ron forma
a la república. La p rman ncia, todavía ignificativa, de ta concepción no
11 va a so ten r, sin embargo, que e ta forma de on cimiento histórico que,
ntre otros efecto , ha ignificado confundir la hi toria nacional con la de lo
grupo en el poder, ha ido también un instrumento utilizado por la élit
na ional para mant n r u po ición privilegiada.
Lo anterior no e una realidad ino ua pues ostenemo , la concepción
tradicional de la hi toria que ha prevalecido en el paí contribuyó a la mayo-
ritaria aceptación del autoritari mo qu no afectó violentamente entre 197 3

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y srts cadenas

y 1990. Esta historia le mostró a g neracion s d chileno y chilenas que el


centro de la evolución histórica era la lucha política; que lo gobernante hacían
la hi toria; que la etapa que e sucedían no tenían solución d continuidad
y que cada gobi rno práctican1 nte partía d nu vo pues la obra del anterior
no era reconocida. E. to a pecto , junto con la valoración del orden y la con-
sigui nt ju tifi ación del autoritarismo que lo hacía po ible y que la historia
tradicional ha privilegiado, explican lo que afirmamo . Todo in negar que la
r forn1a tructurale , comenzadas n r 964 y profundizada a partir de r 970
por al ador Allende, a~ ctaron la situación y los int r de lo grupo qu ,
como la hi toria había en eñado, eran lo que naturalm nt predominaban.
Fueron e ta nodon s, tan arraigadas ntr no otro ·, la que fa ilitaron
la r e p ·ión d l régimen autoritario y la prolongación de una di tadura qu
tuvo en s tor de la elite chilena su má entu, ia ta partidarios y más
afortunados beneficiado . ¿Acaso podía re ultar xtraña la aparición d un
gobierno cuyo propósito e n ial era borrar el pasado y r fundar 1 paí ·?
¿D un líd r dispu sto a ha erl , ntre otra cosas, liminando lo v tigio
de un pa ado qu s · stimaba vi iado?
na el la imág ne má caract rí ti ca d la di tadura e taba n 1
muro d 1 alón de a to qu utilizaba. Se trata de los do añ colo ado
tra · el p dio en el que ·e e lebraban la · er m nias má tra ndente d 1
régimen militar, siempre pre ididas por la Junta Militar, e toe "r810-1973 "·
Ello mu tran 1 significado profundo del golp de 1973, u túpida pr -
tensión funda ion al y d arra, ar e n todo; pero, también el entido últiJno
qu de, el u orígenes , e ha otorgado a la indep nd ocia.

La independencia: el dieciocho y sus efectos

Prácticatn nte desd que xi te esta fiesta, en Chile el aniversario de la inde-


pendencia nacional ha ido motivo de cel bración y una gran oportunidad
para dar rienda uelta a la complacencia por nu stra trayectoria. Año a año,
cada r8 de , pti mi re permit que el mundo oficial la opinión pública y
los diver o actor s que con motivo de la conmemoración rinden homena-
je a la hi toria nacional se tnanifiesten. El di cur o e reiterativo y no e
preciso d tener e en él pues u contenido quedó fijado ya en la primera
celebracione y fue a alado por la hi toriografía que e produjo sobre Chil
n el iglo XIX.

233

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL AGREDO BAEZA

La hi toriografía clá ica, cuyo máximo exponente e Diego Barro Ara-


na y u monumental obra Hi toria general de Chile, legitimó el di cur o al
aludir, por ejemplo, al "memorable cabildo abierto del r8 de eptien1bre de
r8ro", para luego entrar en el pormenorizado relato de lo acontecimiento
político y militare que, aquel día, "el día má grande de Chil " habían te-
nido lugar. Es la Crónica de r8ro qu otro de lo clá ico d la hi toriografía
liberal y po itivista decimonónica, Miguel Luis Amunátegui, llevó a la prensa.
Fue también este hi toriador el que, motivado por "el brillo del triunfo que
rodea a lo. ilu tre próceres por qui nes fue realizada nue tra eparación
de la metrópoli", que opacaba "a lo que antes de ello dieron principio a
la grandiosa obra", decidió componer Los precursore de la independencia
de Chile una obra en la q u proponía bo quejar lo e fu rzo. de lo
primeros qu en Chile pr pararon la ejecución, o intentaron llevar a cabo,
Ja independ ncia '.
Desd ntonce , desde siempr , inónimo de hi toria d Chile pa ó a er
la crónica d lo os político y b ~ lico , la trayectoria ele los político y
u obra y las ge ta de lo 1nilitar q u s batieron por la libertad, la patria
y la nación. El di ciocho pa ó r la portunidad d rendir hotnenaj a
todo llos, pero obr todo la op rtunidad de reiterar 1 discur exultante
obr Chile y u gobernante , el grupo dominante.
Como en l centenario de la independ ncia, la salisfa ci ~ n y 1 ntu-
ia mo nacionali ta han cara t rizado la el bracioncs diecio hera que ,
en 1910, aden1á estuvieron marcadas , omo ñala B rnardo ub rcaseux
n su libr Historia de la ideas y d 7 la cultura en Chile. El centenario y la
vanguardia por "la auto onciencia d er un país prósp ro, cult institu-
cionalmente ólido camino a onvertir en una gran nación".
En r96o a propó ito d lo " r so año d vida independi nt , El Mercurio
del r 8 de eptiembre de aquel año editorializó recordando los logros de la
nación: "La labor d ci oto cincu nta años ha sido, en t ~ nnino gen rale ,
acumulativa, ya que en el paí ha reinado la paz ocial, y políticament ha
di frutado de libertad y de garantía para todo lo grupos. El pueblo chileno
e con ecuent en toda u da e y d bido a ello la tarea de gobernarlo
e no olo fácil y cómoda, sino también ha edera. i n alguno año pudo
parecer dí colo, pronto hubo de captar, intuitivament , la v ntajas d la
paz, y por ella optó decididam nte, de una vez para iempre in arrepen-
tir e jarná de la elección. La dos principale agitaciones intestina de que

234

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

on erva noción la historia, la de 1859 y la de 1891, no alteraron en nada


u tancial la 1narcha progresiva de la nación. Más todavía: el orden iguió a
la guerra civil prontamente '.
Más elocuente fue el diario oficial, La Nación, que en u editorial del
18 de septiembre d 1960 titulado "Independencia en la libertad', escribió
qu

Chile cumpl hoy ciento cincuenta año de vida ind p ndiente,


p ro lo que da a te h cho un relieve singular es que los chilenos
hemos gozado de e a independ ncia n la libertad.
Esta con rancia radica en nu tro apego a la ley, a la norma jurí-
di a , omo supr ma garantía de todos lo derecho .
Pa an1o al gobierno aut ~ nomo en 1810 en un acto de derecho
in rebeldía sánicas ni furore tumultuo o y defendimo nu . tra
autonomía y nuestra lib rtad a í adquirida , on el val r qu corres-
ponde a lo que es inalienabl in1pr s riptibl .
Nue tro. gobi rno -bueno o malos- iempre han sido una ex-
pr . ión d la voluntad popular n1anif tada en la forma pr ·crita
p r la Con titu 'ión, y lo br e perí dos d anarquía o de usurpa-
ción del pode r público que hemo debido soportar, más bien pare-
cen fen "menos de cr cimiento, porque ni durante ello ni nun a,
hemos conocido la evicia al aje de las tiranías.
De e ·te modo, a travé d ciento cincuenta años hemo ido
construyendo una nación, creando y perfeccionando la in titucio-
nes propias de una rdadera democra ia. o ha ido e o por cier-
to , faena fácil y a cubi rto de obre alto , que de todo hemo teni-
do, grande inquietudes y peligro , depre ione y bonanza , inclu o
guerra , pero gloriosas.
La realidad, nuestra r alidad esp ranzada, e · la de una demo-
cracia que vive y de arrolla n la libertad bajo la égida de un
gobierno que e atiene a la ley y promueve con denuedo el imperio
del bien común.

Sin duda la satL facción por la evolución nacional que exhiben lo edi-
toriali ta le impidió como a prácticamente toda la sociedad, vi lumbrar el
quiebre que olo tr e año de pué , en 1973 , sufrieron la in titucionalidad y

235

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

la ociedad chilena oY ello pe e a que alguna de la condicione del mismo,


lúcidamente llamadas "de equilibrio estructurales , ya e taban pre entes y
de de hacía año , en la realidad nacional. Má todavía, podría o tener ,
a la luz del proce o de polarización y viol ncia que Chile experimentó en
el último tercio del iglo xx, que la mentadas cualidades republicana y
democrática que cada aniver ario patrio se hacían explícita , no habían
calado en la nación todo lo hondo que 1 di cur o exultante permitía supo-
n ro O bien, qu por razones derivadas d 1 pre, tigio nacional, la imagen del
E tado, la nación, lo gobernante o lo que fuera, iempr se ha preferido
omitir el aspecto m no edificant de nue tra trayectoria, como si el mismo
pusiera enrie gola existencia de la nación y del régimen r publi ano, para
no m ncionar el predominio de los de si mpreo
Esta po itiva visión ha tran formado prácticam nt cualquier a unto de
la hi toria y d la r alidad chilena en un tabú , pu s todas aqu llas vi ion s
que muestran ángulos que cue tionan o critican la id a, imagen o noción
que las in titucione o p rsona ti nen d í tni tna , d las demá , o in-
lu ·o el la tray toria histórica na ional, pu den 11 gar a tran formars n
nsurable o
Lo di ho no d be ·orpr nderno i tomamo en cuenta qu durante mu -
cho tiempo la hi toria de Chil , en 1 e. ncial, ha ervid ·omo in ·trument
d on trucción d la repúbli a la nación y 1 E tad , d donde re ·ulta qu
a travé de lla han f rtalecido in. titucion , como la relaci nadas con
lo podere del tado, el Ejército o la Igl , ia; omo in trumento de respaldo
d tray ctoria laudabl , ejemplare ·, qu pre tigia y 1 gitima el accionar d
lo gn1pos ociale , orrientemente lo · dominant , , como la elite dirig nt ,
y de exaltación d p r onalidade de bronce, como lo h , roes rnilitar 1s
rganizador s d la r pública y prácticamente todo · 1 s hombr públi o
nacionales, civil s, ele. iá ticos y militare o
De e te modo de de us oríg n en el siglo XIX, el estudio de la
traye toria hi tórica del país, de una per ona, grupo ocial o in titución,
má que como una xplicación, ha ido con ebido como una in tanda de
afirmación d id ntidad y de legitimidad; como un m dio a travé del cual
obtener poder, autoridad y respetabilidad pública, cuando no privilegio oEn
e te contexto, toda exploración, por ju tificada que sea, en la historia d co-
nocida de lo ujeto o entes, público o privado que con tituyen nue tra
ociedad; toda expre ión que no cuadre con lo aceptado ocialmente, con

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

lo abido y repetido por todo , o que mue tre una debilidad, una flaqueza
un hecho impropio, por muy conocido que e te sea, e transforma n objeto
de censura en la medida que e apreciado como un ataque, un intento por
d pre tigiar ante la opinión pública al ujeto o la institución objeto de e tu-
dio. Ello, pese a que lo planteado se demuestre como cierto y, obviamente
todos declaren u de eo de conocer la verdad ha ta el final. Pero ¿acaso e
podría negar que desde I8Io en ad lante e posible identificar numeroso
intere e mpeñados en resaltar solo d terminado aspecto , valore y mo-
d lo de nuestra realidad?
Una de las singularidade de Chile son lo cont nido. que la celebra-
ción de la independ ncia actualiza, por ej mplo la liberad, la demo racia, el
imperio d la 1 y, el orden y la estabilidad lo que iempr e tán vigente
al mom nto de la conmemoración, incluso luego de I 97 3 y en m dio d la
dictadura militar. La ind p nd ncia y su ignificados y valore no olo on
into able , por la fu rza d ·u r iteración, por la fortal za r publi ana y na-
cionali ta del discur o que s hre ella difunde, por la ficacia de lo medio.
a trav 's de lo cual pr pagan sto con pto ; in lu o, l · significad
y valore de la indep nd ncia han tenido la virtud d mudar, transformar
radicalment , y aunqu olo ea por uno o do día. , la r alidad de los suj to.
que e lebran. El dieciocho, hile sietnpr e una r pública pl na, en la cual
itnpera la ley y la lib rtad; es "el a ilo contra la opre, ión", "la copia feliz del
Edén", cotno ñala la Canción acional.
Cómo xpli ar la majadera reitera ión aut complaciente de nuestra hi -
toria, inclu o hoy, a pesar de haber i ido en tiempos reciente experiencias
diametralm nt opuestas a la que ella relata y que contradi en u edifi ante
"ver ión oficial' . El u o de la hi toria de Chile, y del hito que le dio exi tencia,
la ind p ndencia, como in tn1mento de control, de e tabilidad, de orden, de
unidad y d dominación podría r una f01ma de explicarlo. Así por lo meno
e desprende de lo elem ntos y factores revi a do má arriba.
Junto con u eficacia como instrumento de constru ción de la nación, la
hi toria tambi "'n irvió como medio para ponderar la actuación de Ja élites
n la trayectoria nacional, como herramienta para difundir us objetivos e
int rese , como el orden y la e tabilidad, y, en definitiva, como mecanismo
de control político y social.
La que conocemo como celebración d la independencia de Chile e ,
n realidad el fe tejo del acce o al poder de la aristocracia criolla, trans-

237

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL AGREDO BAEZA

formada con 1 tiempo en la gesta de toda la nación. De acontecimiento


libertario y republicano, promotor de la libertad y la igualdad la ciudadanía
y u derechos, como alguna vez fue celebrado por las razon que ean,
tornó en cerco y guardián, en muro de contención de la a piracion s,
hoy llamaríamo democráticas, de la sociedad. La compren ión oficial de la
indep ndencia impide apreciar la evolución del país, la heterogeneidad que
la realidad social ofrece el protagoni mo de lo ujeto que a lo largo de la
hi toria se han transformado en a tores ociale , conómicos, culturale. y
políti os r 1 vantes, ante aparentemente insignificant pero hoy tan visi-
ble como la mujer, lo niños, lo ujeto populare , lo. luchadore por lo
d recho humano , ntre otros.
El fe tejo de la indep nden ia, y todo lo a ociado a lla, en d finiti a,
d , conoc la mi ma traye toria histórica, republicana, demo ráti a e igua-
litaria que ha so t nido reiteradament , ella inaugura, tran formándos
la mayor part de la vece , en una cel bración vacía y patriotera, uyo
ignificado y formato a tual es n1antenid . olo por in r ia, cuando no por
ínter es d grupos.
E· válido pr guntar si p rtinent s guir creyendo que lo úni os
héro · y modelos ocia! son lo militar s qu pel aron n la lu ha por
la independ n ia y los próceres qu má tarde organizaron la r públi a.
¿A as cada generación, m la qu . eparó d España y dio forrna al
E tado y la nación, no tien der ho a proponer y con, agrar u propio
hito ímbolos y jemplos?
i con ideramos s lo el ·iglo xx la o iedad hilena ha ivid tra e n-
dentes proce o de tinado a actualizar lo alore republicanos, que e han
mar rializado en lucha por la ju ·ticia y la democracia que han buscado pro-
fundizar lo derecho y li ertade d la población y ampliar las p ·ibilidade
de participación y bi ne tarde su ciudadano . Ni qu' decir de los qu ,
opu ieron y lu haron ontra la dictadura militar y n favor de lo derechos
humanos; o si se prefi r hablar d hito , del plebis ito del 5 d octubre de
r 988 que significó la d rrota de Pinochet y con ella la r u p ra ión d la
libertad política, la democracia y el imp río el la ley.
¿A as . ta. lucha. y su protagoni ta , hombr y mujere d toda on-
dición y caracterí tica , en oca iones muy lejano a la élite tradicional
no tnerecen ingresar en la hi toria de Chile y en el panteón de lo prócere ?
¿Por qué negar y hacer prácticamente invi ible u a cione y nombr ? ¿Por

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia d.e Chile y ms cadenas

qué cualquier intención o iniciativa por revelarlo igualarlo a los "padre


de la patria", equiparando su accione a la que dieron libertad y forma a la
república, re ulta cen urada, criticada o encillamente, ignorada? ¿Por qué el
hito que es la independencia y el ignificado que e le ha atribuido, re ultan
inamovible , como i u pérdida de protagonismo en la vida nacional fuera
prácticam nt un at ntado contra la nacionalidad, la unidad de la , ociedad
o el ord n e tablecido? Tal vez preci ·amente, porque un cambio emejante
implica subvertir lo valore. y principio obre lo que e u tenta nue tro
orden al darle valor a la hi toria reciente del país y, con ella a figura alejadas
d lo grupos dominant tradicional , una de cuya forma de control e
el protagonismo hi tórico que le ha dado u poder para d finir lo hi tórico
n Chile.
A í, p r ejemplo, la ind p nd n ia de Chile impid comprend r que
ha ya rato no exi t una historia de Chile al e tilo d la Hi toria física y
política de Chile de Claudio Gay, d la Historia general de Chile de Diego
Barro Arana, de la flistoria de Chile de Franci co Antonio Encina o de los
num roso. manual d Hi toria de Chile apar ido. d sde que en r846
nte Fid 1 Lóp z ditó el primero. Ba ta una m ra r vi ión de la pro-
du ión hi toriográfi a d l último treinta o uarenta añ s, o la 1 tura
d 1 libro Hi toriadore chileno frente al bicentenario aparecido en 1 2oo8,
para apr ciar e ta r alidad. Porque i algún mérito ti ne el bi ent nario e
e 1 haber hecho po ible un pacio público d debat y p nderación obre
nuestra realidad omo ocie dad y, en él la con tatación de la existencia de
por lo rneno do p rspectivas para apreciar nue tra evolución hi tórica: como
"memoria feliz' que pondera nuestra trayectoria exito a, o como "memoria
infau ta" qu mue ·tra la que e pre nta omo trayectoria fru trada al no
h. ber ido capaz de crear una oci dad verdaderamente republicana. De
e. t modo, ya no es solo qu la hi toria de Chile se mue tr fragmentada
ern la múltiples po ibilidad que ofrecen la historia ocial, de gén ro, de
la. minorías, del movimiento popular o de la regione · también, y egún
la per pectiva de análi i , que no puede er evaluada como una evolución
e~ cepcional pues, en mucho momento y para grandes ectore , solo fue
e clu ión, precariedad y dolor.
A la luz de lo eñalado, e de apreciar que la hi toriografía finalmente
r coja la r alidad del urgimiento de nuevos actore ociale que, una vez
iru talados como ujeto activo de la ociedad, reclaman también su lugar en

239

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

la hi toria; muchas vece en po icione contrapuesta con lo tradicionales


protagonistas del acontecer hi tórico, los grupos dominante . Una historia
de Chile acostumbrada a mostrar la loable trayectoria del E tado y la nación,
y a relatar la evolución de Chil como un todo homogéneo, bajo la abia
dirección de sus gobernantes y el ejemplo de h roicidad de sus militar ,
debe ahora compartir protagoni mo con actores diversos, y con muchos que,
o e han desarrollado al margen d llo y us modelos, y in disfrutar de
lo beneficio del i t ma, o han ufrido la per ecución de lo agentes del
Estado creados para protegerlos. Se muestra a í una realidad hi tórica plural,
"las historia en y de Chil ' tanto como de la sociedad actual, mucho menos
edificantes que la conocida y qu , además, y por tod lo anterior, pon n n
entredicho l xclu ivo protagoni mo d los ectores que tradicionalmente
han predominado. Ejemplo de esto e la reacción frente a a t nden ia a
naturalizar la d . igualdad y la jerarquía, tan propia de la ·ociedad chil na
y de u historiografía tradicional, a tra é. d 1 e tudio de lo fenómeno ,
hechos y ondicione qu la han hecho p 'ible y qu han llevado a Chil a
d O cidente on peor distribu ión del ingr o , mayor
grega ión y má esca a cohe ión ocial.

Independencia, élites y orden en chile

Tres ·on la id a bá ica u yo orig n n u ntra en l 18 d . pti mbre de


x8ro, y que s siguen reprodu iendo ha tala actualidad. La conc pción de la
independ n ia omo hito e encial, impr cindible, inolvidable, fundador y
ejemplar de la tray ctoria de Chil · m m nto único e irrepetibl , imborrable
e insu tituible en u condición de máxima re~ r n ia nacional.
También el protagoni mo d la elite, llám 1 como e le llame al grupo
dominante, en la traye toria de Chile, ituación que, si ya s había h cho
pat nte en la Colonia, la indep ndencia, su obra, vin a re elar en toda u
magnitud; ahora de modo épi o y gl rio o pero también exultante y prome-
tedor al ofr e rle la oportunidad d crear un E tado, organizar una r pública
y formar una nación, como la hi torio grafía ha tablecido de de r 81 o en
adelante· una obra impecable a la que el mi mo des nvolvimiento del paí
que ha liderado le ha permitido ir umando nuevo logro , por ejemplo, el
de envolvimiento material, el progre o y la modernización de la última dé-
cada , que atribuye a la iniciativa privada, empresarial, su principal cau a.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y s1ts cadenas

Por último, y como demo tramo , e tá tras 1 llamado al cabildo abierto


el r8ro p ro también de la institucionalidad republicana, otro concepto esen-
cial, verdadero requi ito d exi tencia: e el orden como e tímulo, objetivo,
factor, elemento, m dio, instrumento e encial de la sociedad chilena orden
que a u v z hace po ible la e tabilidad, que no olo implica un régimen auto-
ritario y presidenciali ta también el recorro imiento del papel preponderante
de la elite, de u valore y d su vi ión de la ociedad, en la vida nacional.
E ta concepción ha ido l gitimada por la historiografía, pero también, y año
a año d modo reit rativo y práctica1nente in cambio o evolución concep-
tual, por la celebración oficial de la indep nd n ia que pondera el hecho y
a qui n s lo hicieron posible fo ilizando la realidad histórica y en especial,
lo mod Jos que a travé d su repr entación e fomentan.
La elebra ión d la independencia, desde por lo m no la década de
r83o, ha t nido por bj tiv , al igual que lo e rito por nu stra historiogra-
fía, pond rar y valorar la tray toria de Chile. La onmemoración del h cho
o urrido aquel r 8 d s ptiembre que no dio la libertad es una exaltación
de la volución de Chil , pero tambi 'n de la r alidad nacional exi t nte al
momento el la ce] bración. E la oportunidad más propi ia para recordar lo
xito a que nu , tra historia republic na, como, oci dad, E tado y na ión.
Entre otra razone ·, esta no ión tan xit a d 1 de envolvimiento na ional e
po ibl p rque el mo imiento parati ta tu o 'xito y la indep ndencia e un
h cho. P ro ad más, porqu ha o t nido qu Chil es un paí organizado
t mpranament iahl , e tabl y ord nado, d nd imp ra la in titu ionalidad,
máxima que , afirmaba aún n m dio d la dictadura· un paí , ademá
con momentos de gran progre o mar rial, e mo el que actualmente vivimo ,
ge tado, preci amente, durant el régimen militar.
u e tra hi toria r publi ana . considera exito a tambi 'n porque ~ c-
tivamente hay, desde muy temprano luego de la independencia, un E tado
que ejerce us atrihu iones, que cuenta con medios para hacer valer su so-
beranía, qu impone la ley, y que, inclu. o ha guiado a la ·o iedad en medio
de conflicto internacionale . Má todavía, un E tado que en oca ione y por
largos período ha proporcionado algún grado de bienestar a cada vez má
grupos de la sociedad.
Exi te también una nación chilena, obra del E ·tado, identificable, que
forma una comunidad que muestra caracterí tica que la distinguen de otra
ociedade . Una nación que inclu o, como afirmó el cardenal arzobispo

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

de Santiago Raúl Silva Henríquez en septiembre de 1974 en el Te Deum


con motivo de un nuevo aniversario patrio, tiene un alma caracterizada
por "el aprecio y costumbre de la libertad, individual y nacional", ajena a
"la persecución y la venganza política ", en una nueva ponderación de la
trayectoria nacional en ese momento marcada por el imperio del gobierno
militar.
La po itiva trayectoria chilena, que la historiografía chilena, e incluso la
extranjera, mue tran una y otra vez, finalmente se puede graficar con lo que
Sergio Villalobos llamó "calidad de una historia" al explicar en 1977, y ante
los profesores del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Inve ti-
gacion s Pedagógica , la razone del triunfo del paí ante Perú y Bolivia en
la llamada Gu rra del Pacífico d atada en 1879. Entone s interpretó que los
hombr , lo chileno que lucharon y vencieron en ese conflicto, "no eran
ser ai lado , ino qu ran parte de una so iedad y de una hi toria que los
había moldeado y había cr a do circunstancia favorables para el triunfo". Que
es la historia entera del país, la transcurrida ha ta 1879, "la que e tá pre ente
en el onflicto y determina la victoria' pue , n definitiva, y en una evidente
exaltación de la evolución chilena, e ta había he hopo ible "el proce o d
con trucción de una nación".
Villalo o re alta d Chile la homogeneidad d u habitante y 'un n-
tin1iento nacional acri olad qu tra pa aba toda la da e ociale '; p ro
también el ord n jurídico que había mantenido "inalterable" y la direc i ' n
"d grand figura de la política' qu habían mant nido una "admini tra ión
sobria y a rtada ' . Ello en contra t ab oluto "con aqu llo do países, Perú
y Bolivia, envu lto en el de orden y el uartelazo g b rnado por caudi-
llo ambicio o y juzgado por la e pada". Y concluye qu 'en la lucha
e impu o la uperioridad de una hi toria ' . Una hi toria que, comenzando
por los llamado "padres de la patria" y los organizadore de la r pública,
hizo de los hombre de arma , juri tas, políticos, gobernante y e tadi ta
en gen ral, lo héroe máximo d la nueva comunidad· la mayor parte d
ello , cuando no todo , miembro de la élites en el poder de de 18 1o en
adelante. El modelo, que e reproduce ca i automáticamente, fue el que la
ge ta de independencia generó.
Sin duda que una hi toria 'tan perfecta" impide apreciar toda las
dif r n ias, inju ticia y hechos innobles de nue tra trayectoria, pero también
la gran distan ia que hay entre el Chile oñado y el real. Es una visión que

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y sus cadenas

invita al conformi mo má que al de arrollo o crecimiento como sociedad.


En definitiva, también actúa como cadena.

Héroes o fósiles

ercano a la celebración del bicentenario de la independencia nacional, el


hito en que e data el inicio del proceso de organización republicana y de
onstrucción de la nación, en Chile e acrecienta la atracción que hacia la
hi toria su ita ron l treinta años del golpe de 197 3; fenómeno estimulado
por la detención de Pinoch t n Londr en 1998, que, como es abido no
olo hizo po ible que la ociedad chilena abordara tema tabú ntre no otros,
ino también la hi toria reciente del país.
Expresión de la atención que el mercado mu stra por la hi toria son las
erie dramáti a qu la tel visión ha producido y la publicaciones conme-
morativa qu la ocasión ha propiciado. Héro y epopeyas han provocado
gran int r ~ s p r nue tro pa a do, l qu . e ha materializado también en textos
biográfico de ca i lo mismo. hombre él bre d siempre, y n r edicion s
de obras de la hi toriografía nacional compue ta con criterio d ha más d
i n año , e de ir con un nfoqu tradi ional.
En rela ión con la Ind pendencia, no preguntamo po ibl hoy,
cuando el istema r publicano e tá vigente y la nación tien ya una larga
trayectoria, eguir o teniéndol como el úni o hito ncial d nu tra
omunidad. ¿Aca o Chile no ha experim ntado en l último siglo hecho y
proce o que debieran ll varnos a mirar, no olo 1 1 jano p ríodo en que
pa amo de colonia a república, sino aquello momentos en los que efec-
tivament alcanzaron mayore e pacio de libertad, e crearon nuevas y
m jore oportunidade para la ociedad toda y e logró una exi tencia más
plenamente republicana? ¿No rá tiempo de complementar nu stra ati fac-
toria mirada hacia el pasado y su momento inicial, 1810 y todo lo relaciona-
do con él, con una vi ión relacionada con la efectiva materialización de lo
valores republicano que se tratan de vivir de de entonce ?
i la Independencia y todo lo a ociado con las gestas que hacen posible
nuestra existencia republicana y la con olidación de la nación on la guía de
nue tra mirada al pa ado, no debe extrañarnos que los héroe y epopeyas
de hoy ean lo mi n1o que se hubieran eñalado en 1910 de haberse hecho
e te ejercicio, y imilar s a lo que en 1854 se seleccionaron para la galería

243

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL AGREDO BAEZA

de hombre cél br de la épo a. i toma1nos lo que r cientemente s ha


exhibido como ejemplo, e trata e encialmente de model s militare y auto-
ritario , d época d turbulencia y conflicto ; xiliado , muerto a e inado ,
o uicida , por alguna cau a que la hi toriografía má tarde int rpretó como
razón patriótica, nacional, republicana o de E tado.
¿E te tipo d per onaj son lo único que debemo xhibir como arqu -
tipos ociale ? ¿Es este m do de ·ervicio a la patria, a la nación o al E tado
la única forma de entrega a la oci dad? ¿ on las batalla y la n1u rte h -
roicas, la creación d in tituciones jurídicas o 1 jercicio del poder político,
la única fu nte d tra cendencia hi tórica?
Que la gen ración que luchó y alcanzó la ind p ndencia elevara te
tipo de persona a la cat goría d figura de la hi toria para celebrar u
propia gesta, e entendible; inclu o lo el que en función el 1 proce d
on truc ión na ional e utilizaran las hazaña militare , y a . us protagoni ta.
para crear un ntimi nto de comunidad. Lo que par e m no. compr n i-
ble e qu hoy o igan iendo los modelo , como i la formación el la
nación y la exi ten ia d la r públi ·a todavía e tuvi ran n duda. Como si
no hubieran tran urrido el ti mpo y la historia ntr I 8 I o y la actualidad.
Como i nue tra o iedad e hubi ra p trifi ·ado n la ind p nd n ia n
u con ucncia ..
¿Qué mod lo p cierno ofrecer para j mplificar la lu ha por la justicia
y la quidad la igualdad de oportunidad s y la lib rtad, y a í ntrihuir a
al anzar 1 hj ti o el con tituir una o iedad con una f tiva "cultura
demo rática '? ¿A travé el qu , j mplo hi tóri o n1o tramo el valor d 1
trabajo ist máti o el e píritu mpr ndedor y el pap 1 el 1 ono imi nto
científico, l arte y la humanidades n nue tra trayectoria e mo ociedad?
todo lemento indi pen abl ~ en una omunidad que a pira al rang d
país mod rno y de arrollado. ¿P r m dio el qué figura val ramo 1 compr -
miso con el recimi nto económico y la justicia o ial? ¿A travé de qui , nes
repre entamas la riqueza de la het rog neidad, el alor de la diferen ia, el
papel en la hi toria, y por tanto n 1 futuro , de uj to. qu hoy on actor
ocial fundamentales como los niño , lo jóvene la muj r y lo adult
mayores?
¿ o rá hora ya de abandonar lo fó ile y volver a la vida? ¿No erá
tiempo de qu el Chile de hoy asuma su propia hi toria y seleccione lo
héroe y heroínas que la encarnan? ¿ o es ya el m01nento de reconocer la

244

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
La independencia de Chile y stJS cadenas

tray ctoria del último siglo, d valorar a aqu llo que la protagonizaron al
lu har por a recentar el legado de la ind penden ia, de transformar el ueño
de una vida como repúbli a en realidad democrática?

Bibliografía

Am~nátegui, Migu 1 Lui ·. 191 r-1912 . Crónica de 1810. antiago: Imprenta Litografía
i Encuad rnación Barc lona .
Arm.:nátegui , Miguel Luis. 1870-1872. Losprecursore de la independencia de Chile.
antiago : Imprenta de la República d Ja into uñ z.
Barro. Arana, Di go . 1884-190 2/ 2ooo-2005 . Hi toria general de Chile. antiago:
Editorial Univ r itaria y C ntro d In tigacion . Diego Barro · Arana .
Ed 1rd., Alb rto . 1927lr997 . Lafronda aristocrática. antiago: Editorial niver i-
Clfia .
ay, Clauclio. 1844-T854hoo7 . Hi toriafi..;;icaypolítica de Chile. antiago: Biblioteca
Funda m ntos el la Constru ci ' n d Chil .
óngora, Mario. 1981lr998. En ayo hi tórico obre la noción de Estado en Chile en
lo iglos XIX y xx . , ntiago: Editorial ni r itaria .
jobct, Julio ~ sar, En ayo crítico del de arrollo económico-, ocia/ de Chile, , antiago,
ditorial ni rsitaria , 1955 .
La. tarria , Vi torino. Mi diario privado. In é!. lito.
Letclicr, al ntú1. r887-190 8 . e ione de los cu erpo legi latiz os de la república de
Chile. r8r r a 1843 ., anliago: Imprenta C rvante ..
Loveman , Brian Elizabeth Lira . 1999. La uaves ceniz a del olvido: Vía chilena de
reconciliación política 1814-1932 . antiago: LOM Edi ione y C ntro ele Investi-
gacion . Diego Barros Arana .
Lov man, Brian y Elizab ·th Lira . 20 00 . La ardiente · cenizas del olvido: Vía chilena
de reconciliación política 1932-1994. 'antiago : LOM dicione y Centro de In-
ve tiga ·ione Diego Barros Arana.
Loveman, Brian y Elizab th Lira . 2002. El e ¡peji modela reconciliación política en
Chile 1990-20 02. 'antiago : LOM Edicione y Centro de Investigacion Diego
Barro. Arana .
Ortega LuL. 2005 . Chile en ruta al capitalismo: Cambio, euforia y depresión. 185o-
188o. antiago: LOM Edicion y Centro de Inve tigaciones Diego Barro Arana .
Par ntini, Luí Cario , comp. 2008. Hi toriadore chilenos frente al Bicentenario.
antiago: Cuaderno Bicentenario, Pre idencia de la República.
P ralta, Paulina. 2007 . ¡Chile tiene.fie tal: El origen del 18 de septiembre (18 10-1837).
antiago: LOM Edi ion s.
R cabarren, Luí Emilio. 2001 . 'Rico y pobr a trav' de un iglo de vida republi-
cana". En El Chile del Centenario, los ensayistas de la crisis. Cri tian Gazmuri, ed.,
262-285- antiago: In tituto de Hi toria , Pontificia niver idad Católi a de Chile.

245

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RAFAEL SAGREDO BAEZA

Sagredo Baeza, Rafael. 1996. "Élites chilena del iglo xrx. Hi toriografía'. En Cua-
dernos de Historia 16, antiago, Universidad de Chile: 101-130.
agredo Baeza, Rafael. 2oo6. "Nacer para morir o vivir para padecer. Los enfermo y
su patología ". En tomo n de Historia de la vida privada en Chile. Rafael Sagr do
y Cristián Gazmuri, directore , 9-5 7. antiago: Tauru .
Sagredo Baeza, Rafael. 2007. "De la historia nacional a la historia natural. La Historia
física y política de Claudio Gay y la nación chilena". En Claudio Gay. Historiaft ica
y política de Chile, IX-LVIII. Santiago: Biblioteca de la Construcción de Chile.
Sagredo Baeza, Rafael. 2008. "Chile: define terrea imperial a 'copia~ liz del edén'
autoritario". En Crear la nación: Lo nombre de lo países de América Latina. ]o é
Carlos Chiaramonte, Carlos Marichal y Aimer Granado , comps., 41-67. Bueno
Aire : udameri ana.
an Franci co, Alejandro. 2007. "La ind pendencia de Chil ". En Debates sobre las
independencias iberoamericana . Manuel Chust y ]o ' Antonio . errano, d .,
119-141 E paña: AHILA-lberoamericana-Vervu rt.
ilva A., Bárbara. 2008. Identidad y nación entre dos iglo :Patria Vieja, Centenario
y Bicentenario. antiago: LOM Edi ione .
Subercaseux, B rnardo. 2004. Historia de las idea y de la cultura en Chile: El Cen-
tenario y las vanguardias. antiago: Editorial Universitaria.
Villalobos, rgio. 1977. Calidad de una historia. antiago: MinL t rio de Edu a-
ción.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

También podría gustarte