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¿Por qué se oxida el acero inoxidable?

por Jn Aceros · Publicada abril 5, 2018 · Actualizado junio 14, 2019

Uno de los errores más comunes del acero inoxidable es que no se corroe ni presenta
manchas. Este tipo de acero se degradará como todos los demás metales arquitectónicos.
El término “inoxidable” implica una resistencia mucho mayor a las manchas, a la
oxidación y a las picaduras. El acero inoxidable generalmente tiene una mayor
resistencia a los efectos de la naturaleza, pero se verá afectado en algún punto.

En el siguiente artículo de Jn Aceros, te explicaremos sobre los niveles de corrosión del


acero inoxidable y qué debes hacer para evitar su corrosión antes de tiempo.

El acero inoxidable es un material omnipresente con una amplia variedad de


aplicaciones, desde el uso en dispositivos médicos, piezas de automóviles, joyería y
utensilios de cocina.

Gran parte de la “magia” de este material metálico es que es inoxidable, en teoría, no se


oxida.

Sin embargo, si alguna vez has tenido o usado un producto de acero inoxidable, es
probable que hayas notado óxido (corrosión) ¿Por qué un material promocionado como
“inoxidable” se oxida?

¿Por qué se oxida el acero inoxidable?


La mayoría de personas está familiarizada con la corrosión de los metales, incluido el
acero inoxidable, al ser expuestos a ambientes marinos.
A menudo, sin entender la ciencia exacta de lo que está ocurriendo, la gente acepta que
exponer un producto de metal al agua de mar tiene un efecto dañino. La que está detrás
de la corrosión es que el agua de mar contiene cloro, elemento corrosivo para los
metales, incluyendo el acero inoxidable.

Para comprender qué es lo que hace que el acero inoxidable se oxide, primero es
importante comprender la ciencia que generalmente evita que se oxide.

El acero está hecho de hierro y carbono; mientras que el acero inoxidable, de hierro,
carbono y entre 12-30% de cromo. El acero inoxidable puede contener otros
elementos como el níquel y el manganeso, pero el cromo es el elemento clave que lo
hace resistente a la oxidación.

Cuando la superficie de un acero normal se expone al oxígeno, generalmente forma


óxido férrico (Fe2O3) que produce el color rojo del óxido.

El óxido férrico no forma una capa continua en el acero porque la molécula de óxido
tiene un volumen mayor que los átomos de hierro subyacentes, y finalmente se astilla
dejando expuesto el acero fresco, iniciando así un ciclo de oxidación perjudicial.

Por otro lado, cuando el acero inoxidable se expone al oxígeno, se crea óxido de cromo
en la superficie del acero debido a que el cromo tiene una afinidad muy fuerte por el
oxígeno. El óxido de cromo es una capa muy delgada que no se desprende, y evita una
mayor oxidación del acero inoxidable.

Incluso si el acero inoxidable se raya y se elimina la capa de óxido de cromo, se formará


una nueva capa que protegerá el resto del acero inoxidable. Mientras que haya suficiente
cromo presente, la capa de dicho elemento continuará protegiendo el acero inoxidable y
evitará que se corroe.

¿Cómo prevenir la corrosión del acero inoxidable?


 Revestimientos protectores

El acero se corroe a través de lo que se llama “corrosión de ataque uniforme”. Esto


significa que la corrosión se produce de manera uniforme en toda la superficie del metal
expuesto.

Equipar al acero con una capa protectora es una de las formas más efectivas de prevenir
la corrosión uniforme.

El recubrimiento actúa como una barrera entre el acero y los agentes corrosivos, como
la lluvia, la humedad y la sal.

Los revestimientos preventivos, la mayoría de los cuales son fáciles de aplicar, vienen
en diversas formas y pueden ser a base de aceite o agua.

 Pintura metálica

Pintar sobre una superficie de metal es una de las formas más fáciles y asequibles de
prevenir la corrosión. Una capa de pintura metálica puede servir como una barrera
protectora contra la humedad y otros agentes corrosivos.

Sin embargo, dado que la pintura misma es susceptible al astillado y deterioro, es


importante volver a aplicarla siempre que se produzca desgaste.
 Lubricante de acero

La pintura no funciona tan bien en piezas de acero que se mueven, como bisagras,
juntas y cojinetes. Por lo general, pintar sobre las partes móviles hará que se peguen y la
pintura se rajará cuando se fuerce la pieza.

Aquí es donde un lubricante a base de agua puede ser útil. Además de permitir un
movimiento fácil, un lubricante también repelerá la humedad que puede causar
corrosión.

 Metal galvanizado

La galvanización es el proceso de aplicar una fina capa de zinc para proteger el acero de
la corrosión. Debido a que el zinc es más activo químicamente que el acero, se oxida
cuando se lo expone al aire, lo que le permite servir como una capa protectora.

El proceso de galvanización requiere productos químicos industriales y temperaturas


extremadamente altas. Por lo tanto, ¡solo los profesionales capacitados deben realizar la
galvanización!

¿Cómo remover el óxido del acero Inoxidable?

En el caso de que ya exista óxido en la superficie del acero inoxidable producto del uso
de herramientas contaminadas se recomienda realizar los siguientes pasos:

1. Remover el óxido con un producto desoxidante diseñado para la aplicación


en acero inoxidable, de esta manera se garantiza que no se manche ni se afecte la
estructura y apariencia del metal.
2. Pasivar la superficie para restablecer la composición química devolviendo la
característica inoxidable al acero.

Forma de Uso del Pasivante

1. Limpie previamente la superficie asegurándose que quede libre de grasas y


aceites.
2. Aplique el pasivante sobre toda la superficie que requiere proteger.
3. Deje actuar de 10 a 20 minutos.
4. Enjuague con agua y seque.
En Químicos Erco hemos diseñado la línea para el Decapado y Pasivado del acero
inoxidable bajo las normas y estándares internacionales, asegurándonos de la eficiencia
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Resistencia Natural a la Corrosión


Óxido de hierro, también conocido como óxido, es rojo y descascarado. El acero inoxidable
tiene una resistencia natural al óxido.

La corrosión es un fenómeno natural. Los elementos puros siempre reaccionan con el


ambiente a su alrededor, por lo cual hay tan pocos elementos que se encuentran
naturalmente en su forma pura. El hierro no es la excepción.

En condiciones lluviosas o húmedas el hierro reacciona con el oxígeno contenido en el


agua para formar óxido de hierro, también conocido como óxido. El óxido rojo y
descascarado se deteriora fácilmente, exponiendo más material a la corrosión. El hierro
y los aceros de carbón estándar son altamente susceptibles a este tipo de corrosión.

El acero inoxidable tiene la habilidad innata de formar una capa pasiva que previene la
corrosión. ¿El secreto?

Cromo.

El cromo encontrado en todos los aceros inoxidables reacciona rápidamente con


ambientes oxigenados, muy similar a como lo hace el hierro. La diferencia, sin
embargo, es que sólo una capa muy fina de cromo se oxidará (con frecuencia sólo unas
cuantas moléculas de grueso). A diferencia del hierro descascarado e inestable, el óxido
de cromo es altamente durable y no reactivo. Este se adhiere a las superficies de acero
inoxidable y no se transfiere o reacciona más con otros materiales. También es
autorrenovable-si se remueve o se daña, más cromo reaccionará con el oxígeno para
volver a reponer la barrera. Mientras más alto el contenido de cromo, más rápido se
repara la barrera.

Una vez oxidado, o apaciguado, el acero inoxidable típicamente se corroe a un paso


muy lento de menos de 0.08 cm por año. Cuando se mantiene en la mejor condición, el
acero inoxidable ofrece superficies limpias y brillantes ideales para muchos edificios y
diseños de paisaje.

El acero inoxidable provee un acabado atractivo y limpio con bajo costo de mantenimiento

Acero Inoxidable 304

El acero inoxidable 304 es la forma más común de acero inoxidable usada en el mundo,
en gran medida debido a su excelente resistencia a la corrosión y a su valor. Este
contiene entre 16 y 24 porciento de cromo y hasta 35 por ciento de níquel, como
también pequeñas cantidades de carbón y manganeso.

La forma más común de acero inoxidable 304 es el acero inoxidable 18-8 o 18/8, el cual
contiene 18 por ciento de cromo y 8 por ciento de níquel.

El 304 puede resistir la corrosión de los ácidos más oxidantes. Esa durabilidad hace al
304 fácil de desinfectar y por lo tanto ideal para aplicaciones de cocina y alimentos.
También es común en edificios, decoraciones y amoblado de sitios.

El acero inoxidable 304 tiene una debilidad: es susceptible a la corrosión por soluciones
de cloruro, o por ambientes salinos como la costa. Los iones de cloruro pueden crear
áreas localizadas de corrosión, llamadas “picaduras”, las cuales pueden expandirse por
debajo de las barreras protectoras de cromo para comprometer las estructuras internas.
Las soluciones con tan poco como 25 ppm de cloruro de sodio pueden empezar a tener
un efecto corrosivo.

Acero inoxidable 316


Las características arquitectónicas como este riel en acero inoxidable están protegidas de la
oxidación en ambientes húmedos y salinos.

El grado 316 es la segunda forma más común de acero inoxidable. Este tiene casi las
mismas propiedades físicas y mecánicas que el acero inoxidable 304 y contiene un
material de composición similar. La diferencia clave es que el acero inoxidable 316
incorpora cerca de 2 a 3 por ciento de molibdeno. La adición incrementa la resistencia a
la corrosión, particularmente contra cloruros y otros solventes industriales.

El acero inoxidable 316 es usado comúnmente en muchas aplicaciones industriales que


incluyen procesos químicos y también ambientes altamente salinos como las regiones
costales y áreas exteriores donde las sales de deshielo son comunes. Debido a sus
cualidades no reactivas, el acero inoxidable 316 también se usa en la fabricación de
instrumentos médico quirúrgicos.

Grados de serie 300 alternativos pueden contener hasta 7 por ciento de molibdeno. Ellos
proveen incluso mejor resistencia al cloruro, pero dicha resistencia tan potente sólo es
necesaria en condiciones industriales o de exposición a altas concentraciones.

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