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POSTURAS ÉTICAS Y DILEMAS ÉTICOS EN EL CONTEXTO SOCIOAMBIENTAL

Victoria Haro

Este breve ensayo propone un marco sencillo –y un experiemento- para introducir una reflexión
sobre la ética socioambiental.

Podemos definir la ética como el estudio del comportamiento humano en relación a evitar daños y
generar bienestar. La investigación ética por tanto implica la búsqueda de qué significa evitar dañar
y qué significa generar bienestar en contextos específicos y generales.

En muchas situaciones, aún bajo una hipótesis de información perfecta y plena consciencia, no es
posible evitar daños enteramente, pues suele suceder que para evitar un daño se deba producir
otro. Por ejemplo, ante una epidemia de un virus que produce a humanos una enfermedad mortal
sin cura conocida, evitar la mortalidad humana implica extinguir el virus (el caso de la polio o la
viruela, por ejemplo). O bien: no extinguir el virus cuando es posible hacerlo, implica optar por
muertes humanas. Los dilemas éticos precisamente plantean esta problemática: la elección entre
daños en una situación en donde no es posible evitarlos todos.

Desde esta perspectiva, un comportamiento ético es aquél que logra el menor daño posible y el
mayor bienestar posible (por ejemplo, no sería ético extinguir una especie de virus si es posible
evitar la enfermedad de otra manera). Se puede entonces hablar de comportamientos “menos o
más” éticos, según se ubiquen en el espectro de “daño mínimo posible-bienestar máximo posible”.
El mínimo requerimiento ético es entonces que no se produzcan daños evitables, mientras que el
máximo es que se produzca tanto bienestar como posible. Un punto crucial de la investigación ética,
es, por supuesto, determinar qué es “lo posible”.

La ética se distingue de la moral en tanto la moral dicta normas de comportamiento que una
sociedad considera adecuados en un momento dado, los cuáles pueden o no ser éticos desde la
perspectiva que hemos planteado. Es posible por tanto revisar las reglas morales desde la
perspectiva ética.

La investigación ética es compleja, puesto que es difícil determinar qué significa evitar dañar o
generar bienestar. ¿Lo definimos desde la perspectiva propia o de quien recibe el daño o bienestar?
¿La definición es subjetiva u objetiva? ¿Depende de la experiencia de sufrimiento y felicidad, y por
tanto del tiempo, de la cultura y de las creencias, o bien es atemporal y universal? ¿Qué significa
cuando nos relacionamos con lo no-humano?

Parece claro que imponer nuestras ideas de bien y mal sobre las de otros implica una actitud
colonialista con dificultades para ser ética, pero, ¿qué sucede por ejemplo ante un grupo que
considera que lo bueno es matar a quienes no respetan sus creencias religiosas (como los jihadistas)
o a quienes no tienen ciertas características físicas (como el Ku Klux Klan o los antisemitas en el
holocausto)? ¿Lo ético es respetar su idea de bienestar? ¿Es ético que las mujeres que les gusta usar
burka la usen aunque esto sin duda aumenta significativamente la probabilidad de que tengan
deficiencia de vitamina D y por tanto huesos frágiles, lo que por ejemplo provoca un índice relevante
de rupturas de pelvis en los partos? ¿Cómo podemos comprender qué significa un daño o un
bienestar para un árbol o un animal? ¿Es ético imponer un sufrimiento presente para evitar uno
futuro –por ejemplo, cuando llamamos la atención de un hijo pequeño por jugar con fuego y le
causamos malestar con nuestro regaño? ¿El mismo argumento aplica si el regaño incluye una
nalgada?

Dada la complejidad de estas preguntas, el ser una buena persona -en el sentido de tener la
intención firme y honesta de querer tener una conducta ética- claramente no garantiza que nuestra
conducta sea ética. Para ello, se requiere una investigación continua, crítica y profunda. Ser buena
persona, como definido, es una condición necesaria pero no suficiente para el comportamiento
ético. De hecho, el identificarse a uno mismo como “bueno” por tener estas intenciones, puede ser
un obstáculo para tener comportamientos éticos, lo cual sucede cuando esta identidad nos parece
suficiente y en consecuencia ya no investigamos nuestras acciones.

Podemos definir la posición ética como la escala de valores que permite una decisión ante un dilema
ético. Cuando no hay un dilema, en el sentido de que no es necesario elegir entre daños, entonces
no necesitamos definir una escala o priorización de valores, pues todos los valores se pueden
atender (si puedo salvar a los humanos y al virus al mismo tiempo, entonces no tengo que definir
qué valoro más: vidas humanas o una especie viral). Pero ante un dilema, la elección entre daños
forzosamente se hace atendiendo a un valor sobre de otro. Esta priorización es lo que define la
postura ética. En muchas ocasiones es difícil identificar nuestra postura solo conceptualmente: lo
que realmente nos la informa es el encontrarnos en un dilema real. Los experimentos de
pensamiento nos pueden ayudar a vislumbrar la complejidad de encontrar una postura ética.

Hay distintas maneras de nombrar las posturas éticas resultantes de escalas de valores diferentes.
Una útil para reflexión en el ámbito socioambiental es el espectro egocentrismo-etnocentrismo-
antropocentrismo-geocentrismo-biocentrismo-cosmocentrismo. Ante un dilema ético, cada una
implica una priorización de valores distinta, pero es importante ver que esta priorización solo es
relevante ante un dilema –de otra forma todos los valores involucrados son atendidos y no se
necesitan priorizar. Estas posturas pueden definirse de la siguiente manera:

 Egocententrismo: Ante un dilema ético, la elección de lo valioso para mi sobre lo valioso


para otros.
 Etnocentrismo: Ante un dilema ético, la elección de lo valioso para mi comunidad, tribu o
etnia, sobre lo valioso para mí o para otras comunidades.
 Antropocentrismo: Ante un dilema ético, la elección de lo valioso para los humanos sobre
lo valioso para mí o para los no-humanos.
 Geocentrismo: Ante un dilema ético, la elección de lo valioso para el planeta Tierra, sobre
lo valioso para mí, para los humanos o para algún grupo no-humano.
 Biocentrismo: Ante un dilema ético, la elección de lo valioso para la vida, sobre lo valioso
para mí, para los humanos o para algún grupo no-humano.
 Cosmocentrismo: Ante un dilema ético, la elección de lo valioso para el cosmos, sobre lo
valioso para mí, para los humanos, los no-humanos o el planeta Tierra.
La perspectiva de definición enfatiza el contexto del dilema y la priorización de valores, de manera
que, por ejemplo, un antropocentrista no encontraría ético el extinguir un virus letal si hubiera una
manera alternativa de impedir totalmente su infección a humanos –pero elegiría la extinción del
virus si es la única manera de impedir la mortandad humana.

Estas definiciones permiten reflexiones interesantes, por ejemplo: ¿refleja una visión
antropocentrista el contaminar el planeta con nuestras actividades industriales? Es decir, ¿es
posible cuidar a los humanos al no cuidar al planeta? No parece posible, al menos en el largo plazo.
Pero esto es distinto bajo una visión egocéntrica, bajo la cual sería posible cuidar mis intereses en
este momento sin cuidar al planeta, pues esto afectará a otros en el futuro. En todo caso, hace
mucha diferencia la información con la que se actúa: un antropencentrismo miope puede no
observar que contaminar un río que “se lleva la basura” está dañando a la humanidad. Un
antropocentrismo en un contexto de consciencia biosistémica, en cambio, observaría mejor las
relaciones (¿podríamos entonces distinguir el “antropcentrismo biosistémico?). Entonces, si la
información cambia la conducta bajo el mismo sistema de valores, ¿el que una conducta sea ética o
no depende de la información con la que se actúa?

Por otro lado, podemos también tener una óptica crítica sobre una visión geocéntrica o biocéntrica
que por ejemplo implique el sacrificar un grupo humano por conservar un ecosistema o una especie:
tal podría ser el caso de las comunidades indígenas desplazadas para conservar áreas naturales o
bien los millones de niños que murieron de malaria en África cuando se prohibió el uso del DDT para
evitar daños a pájaros.

El experimento de pensamiento del “Dilema de la Ballena” nos ayuda a identificar, explorar y


analizar críticamente nuestra postura ética en el espectro de posturas expuesto. El dilema es el
siguiente (hay que tomar en cuenta que el dilema es ficción y no todos los datos corresponden a la
realidad, pero la idea es tomarlo como si fuera totalmente real, sin cambiar ningún dato):

 Eres un rescatista de ballenas trabajando en Baja California Sur para una ONG dedicada a la
conservación de varias especies de ballenas en riesgo de extinción. La ONG ha marcado a
las ballenas remanentes de estas especies en Baja California.
 Una mañana llaman a la oficina de la ONG para avisar que hay una ballena varada en una
playa cercana. No hay nadie más que tú en la oficina. Te lanzas a la playa y llamas a tu
equipo, pero tardarán 30 minutos en llegar.
 No hay nadie en la playa cuando llegas. El riesgo de la ballena es que se deshidrate: lo que
debes de hacer para mantenerla viva, es mantener mojado su lomo con agua de mar.
Cuando llegas, por el tiempo que lleva la ballena varada, sabes que si dejas de mojarla dos
minutos, se deshidratará y morirá. Sin embargo, si la mantienes continuamente mojada, la
probabilidad de que se salve es 100%, pues tu equipo llegará y podrán regresarla al mar
entre todos.
 Por tus conocimientos, te das cuenta de que la ballena, que está marcada, es la última
hembra conocida de su especie.
 Estás hincado mojando a la ballena cuando de pronto escuchas a un niño pequeño gritar.
Está adentro del mar y se está ahogando. El mar está tranquilo y puedes rescatarlo sin
NINGÚN riesgo para tu vida. La probabilidad de rescatarlo si vas por él, es 100%. Sin
embargo, sabes que te tardarás más de dos minutos en hacerlo, aun siendo lo más veloz
posible.
 Por tanto, debes escoger entre salvar al niño o salvar a la ballena, pues no es posible salvar
a los dos simultáneamente. Este es el dilema. ¿Qué haces?

Una vez que se resuelve qué se haría, si se ha elegido la ballena, se plantea una segunda variante:

 Resulta que fuiste a la playa con tu hijo pequeño y mientras estabas mojando la ballena te
distrajiste, se metió al mar y se está ahogando. Ahora que el niño es tu hijo, ¿qué haces?

El dilema tiene los siguientes posibles resultados:

a) Se elige salvar al niño en las dos variantes: Esto refleja una postura antropocentrista: “hago
por los demás humanos lo que haría por mí”, puesto que salvo al niño cuando es mi hijo y
cuando es el hijo de otro. La postura etnocentrista también es posible: “hago por los
miembros de mi comunidad lo que haría por mí” (se puede explorar la diferenciación entre
ambas posturas introduciendo otra variante antes de la indicada arriba: ¿hace una
diferencia si el niño es mexicano o gringo?).
b) Se elige salvar a la ballena en la primera variante y salvar al niño en la segunda variante:
Esto refleja una postura egocentrista: “no hago por los demás humanos lo que haría por
mí”, puesto que sólo salvo al niño si es mi hijo, pero no si es hijo de alguien más.
c) Se elige salvar a la ballena en las dos variantes: Esto puede reflejar una postura geocentrista,
biocentrista o cosmocentrista dependiendo del argumento expresado. Por ejemplo, si el
argumento es que una especie es más valiosa que un miembro de una especie, la postura
es biocéntrica; y si el argumento es que el planeta requiere a la ballena para estar en
equilibrio, la posición es geocéntrica.

Este experimento, si tomado en serio, permite vislumbrar la complejidad de la investigación ética y


de la definición y el establecimiento de una postura ética ante dilemas. También plantea otras
preguntas de reflexión útiles, como: ¿es lógicamente posible tener posturas distintas en dilemas
distintos? Es decir, ¿es lógicamente sostenible un sistema que cambia de postura según el dilema?
¿O la postura ética de cada quien es una sola? El pensar la postura ética como el faro que alumbra
la decisión en un dilema ético, puede ayudar a pensar esta pregunta con claridad.

Este ensayo se concentró en el lado del requerimiento mínimo de la conducta ética: el minimizar o
evitar el daño. La generación de beneficios presenta también preguntas complejas – en particular
por que la definición de bienestar desde una perspectiva, puede significar la producción de daño
desde otra perspectiva. En todo caso, el dilema de elegir entre beneficios, es en general éticamente
menos crucial que el de elegir entre daños. Es romántico pensar que nuestro ámbito principal de
riesgo ético es la generación de menos bienestar del posible –pero es miserable sólo atender el
ámbito de minimización de daños. Hay enorme potencial humano en la investigación, conexión y
atención del bienestar humano y no humano.
Queda mencionar también la reflexión sobre la pregunta milenaria: ¿hay algún principio o principios
generales que puedan orientar la conducta ética? La antigua directriz básica de “no hacer a los
demás lo que no te gustaría que los demás te hicieran a ti” parece difícil de mejorar.
Interesantemente, la directriz en sentido positivo puede tener riesgos éticos: “hacer a los demás lo
que te gustaría que los demás te hicieran a ti”. Desde tu perspectiva, el que se aborde una acción o
una omisión, ¿cómo cambia la consideración ética de la directriz?

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