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DILEMAS ÉTICOS

MORALES DEL

SIGLOXXI
INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo halaremos acerca de los “Dilemas éticos y morales del siglo
XXI”, los cuales abarcan principalmente cuatro subtemas que generan polémica entre las
masas, esto se ve reflejado en la época actual debido a las discusiones respecto al punto de
vista de cada persona.

Los problemas por tratar son: La eutanasia, el aborto, la ideología de género y la pena
de muerte. En el transcurso del presente trabajo responderemos y explicaremos las dudas
correspondientes como ¿Qué es?, ¿Dónde se originó?, así respectivamente en cada uno de los
subtemas a tratar.

El objetivo del presente trabajo es informar al leyente acerca de cuál es la problemática


actual con respecto a los dilemas morales y éticos y así mismo fomentar el interés en conocer
acerca del tema y estar preparado en caso de una discusión en la cual intervenga
subjetivamente los puntos de vista de caga persona.

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CAPÍTULO I

EL ABORTO

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EL ABORTO

En el presente capítulo se considera como parte de las distintas posturas éticas


contemporáneas: la bioética, el consecuencialismo y la deontología; dentro de esta ultima se
encuentran el enfoque kantiano, el feminismo y el naturalismo cristiano. Estos dos
planteamientos han sido incluidos dentro de la postura deontológica ya que el punto de vista
ético que proporcionan esta fundamentado en derechos y deberes. En el caso del feminismo
se destaca el derecho a disponer del cuerpo y en el del cristianismo el derecho natural.

A pesar de que dentro de estos enfoques éticos se pueden encontrar diversos autores,
aquí solamente se tomaran en cuenta algunos, los cuales se han manifestado acerca de la
problemática del aborto y han sido considerados de suma relevancia. A continuación, se
iniciara con la bioética.

2.1. La bioética

La bioética trata de ser funcional dentro de un paradigma de racionalidad ética,


estableciendo nuevos matices en el concepto de salud. Esto supone no solo la noción de
bienestar físico, sino también la realidad de la calidad de vida, así como el desarrollo integro
de la persona o su completa realización.

La relación existente entre la vida y la ética puede ser entendida con mayor o menor
amplitud según diferentes criterios. Hay quienes limitan la relación entre vida y valores éticos
al área de la actividad médica. Tradicionalmente, la ética médica ha establecido una serie de
valores que en general han sido admitidos. Por ejemplo, el principio de buscar siempre “el
bien del sujeto o paciente”, o en su efecto contrario, “no causar daño al sujeto o paciente”.
Salvar siempre la vida en la medida de lo posible, ha sido una expresión fundamental del
ethos de la medicina desde el código hipocrático hasta nuestros días.

En la actualidad, la bioética asume como importante a las nuevas posibilidades que


tiene el ser humano de intervenir en el marco de su realidad. Los avances científico-
tecnológicos representan un factor decisivo en la rápida configuración de la bioética. La
ingeniería genética, las nuevas técnicas de reproducción humana, las nuevas fronteras en el
trasplante de órganos y los progresos técnicos en la práctica de diagnosis prenatal representan
actualmente grandes avances en las ciencias biológicas, si no una “revolución biológica”, que
plantea un nuevo reto a la humanidad. Este reto presenta no solo nuevas posibilidades
médicas, sino también temas importantes de reflexión acerca de si todo lo que se puede hacer
técnicamente es éticamente aceptable.

Dentro de este contexto, se expondrán aquí algunas reflexiones en relación con dos
autores que son considerados importantes dentro del ramo: Vidal y Gafo.

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Vidal considera que:

La valoración moral del aborto debe hacerse teniendo en cuenta los planteamientos
fundamentales sobre el valor ético de la vida humana en general. Esto indica que para tomar
postura moral frente al aborto entran en juego un conjunto de criterios deducidos de la
inviolabilidad de la vida humana. (Vidal, 1994: 54)

Ante estas circunstancias Afirma Gafo que no debe ser el científico o el biólogo quien
emita juicios de valor sobre la realidad embrionaria y la posibilidad de poner fin al inicio de
una nueva vida, sino que debe instaurarse una reflexión ético-filosófica:

En la discusión pública sobre el aborto se tiende a dar un exagerado relieve a opiniones


expresadas por los biólogos o los médicos sobre el comienzo del derecho a la vida en el desarrollo
embrionario. Parece como si existiese una expectativa, aunque no esté normalmente explicitada,
de que son los científicos -del signo que sean- los que tienen la última palabra para aportar luz
ética a toda esta discusión, como si fuesen ellos la máxima autoridad para dilucidar si estamos
ante un ser humano o no. (Gafo, 1993: 62)

Dentro de la argumentación de Gafo hay una consideración fundamental: la


importancia del inicio y continuidad del proceso que lleva al nacimiento del nuevo ser, cuya
vida ya ha considerado totalmente respetable. El proceso de desarrollo de sus potencialidades
es visto como una totalidad que guarda en sí misma todas las características posteriores. Es
decir, para Gafo, no hay diferencia entre el ser que nace y el que se desarrolló previamente,
son la misma entidad humana. De esta manera concluye que: “La continuidad del proceso
que arranca de la constitución del nuevo ser nos lleva a afirmar que el derecho a la vida, que
atribuimos al recién nacido, debe extenderse a las etapas previas de constitución del individuo
humano.” (Gafo, 1993: 74)

Si aceptamos las diferencias entre un embrión, un feto y un recién nacido, obviamente


la valoración de su derecho a la vida variará. De este modo, se puede ver que la debilidad y la
fuerza de la bioética dependen en gran medida de la teoría ética general en que se sitúen sus
planteamientos.

2.2. El consecuencialismo

Este enfoque considera que se puede abortar o no dependiendo de las consecuencias del
aborto. Una de las corrientes más fuertes dentro del consecuencialismo es el utilitarismo, que
nos da a entender que la moralidad de un acto radica en la utilidad que este proporcione.

A diferencia de los deontólogos, que se ocupan en conocer y hacer ver aquellas cosas que deben
ser consideradas fines en sí mismas y no medios para otros fines, los utilitaristas tienden a
interesarse en aquellos casos dignos de considerar bajo los cálculos de utilidad moral. Según el
principio de Bentham, fundador del utilitarismo, se trata de tomar en cuenta la posibilidad de
facilitar la mayor cantidad de dicha al mayor número de personas. (Rosentaly Iudin, 1973: 474)

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Desde otra interpretación de utilidad social, la perspectiva consecuencialista considera
que la moralidad de un acto puede calcularse como balance de satisfacciones y sufrimientos
obtenidos a consecuencia del acto en cuestión. Esta otra interpretación del utilitarismo se
interesa entonces en la cantidad de satisfacción de necesidades sociales.

Entre los representantes contemporáneos más importantes del consecuencialismo se


encuentra Peter Singer. Singer ha trabajado y realizado estudios de casos diversos dentro del
campo de la ética. Ha intentado reconocer y someter a prueba los intereses morales y
prácticos de quienes lleven a cabo un aborto sobre el criterio de utilidad moral. Considera que
el aborto plantea un problema ético difícil porque el desarrollo del ser humano es un proceso
gradual; sin embargo, define el zigoto de la siguiente manera:

“Si tomamos el óvulo fertilizado o zigoto, inmediatamente después de la concepción, es difícil


inquietarse por su muerte. El zigoto es una diminuta esfera de células, que no puede en modo
alguno sentir dolor ni tener conciencia de nada” (Singer, 1979: 136)

La discusión acerca del aborto, según Singer, se ha dividido entre la posición


“conservadora” y la posición “liberal”. De acuerdo con Singer, el principal problema dentro
de esta discusión radica en que no hay una línea “nítida” y “evidente” que separe el zigoto del
adulto. Los conservadores señalan la continuidad entre el zigoto y el niño, y desafían a los
liberales a que señalen, en este proceso gradual, un estadio que represente una línea divisoria
moralmente significativa.

El consecuencialismo considera entonces, en relación con este criterio de “estatus


moral”, que el principio de respeto a la vida y a la sensibilidad debería de tomar en cuenta a
muchos otros seres sensibles. Este principio así defendido solo en relación con el tema del
aborto no parece implicar que todos los seres sensibles tengan un igual derecho a la vida. Se
sabe que la mayoría de los animales vertebrados maduros normales como los mamíferos,
pájaros, reptiles, anfibios y peces son obviamente sensibles; sin embargo, miles de ellos
mueren diariamente y muchos resuelven el hambre y algunas otras necesidades de la gente en
el mundo.

El criterio de la sensibilidad se basa en la posibilidad que tiene un organismo de contar


con sistemas nerviosos que lo hacen sentir dolor, y desde esta perspectiva, avalaría la
creencia de que es más difícil justificar el aborto en una fase avanzada que el aborto
temprano. Aunque el feto, habiendo cumplido su primer trimestre, es ya un centro de
experiencia que puede sentir dolor, antes de esta etapa es considerado simplemente un
organismo vivo. El uso de este criterio sugiere que abortar al principio del embarazo no
plantea una cuestión moral tan seria, por lo menos en relación con su efecto sobre un feto
formado.

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2.3. La deontología

La deontología reflexiona los actos realizados a partir del derecho y los deberes. Este
enfoque se ocupa de defender principios, normas, costumbres y usos sociales como fines en sí
mismos y no como medios para otros fines. En este sentido, la deontología se opone al
utilitarismo.

2.3.1. El enfoque kantiano del aborto

El pionero del enfoque deontológico de la ética Kant, expone el principio fundamental


de la moralidad y desarrolla la teoría de los deberes y la del derecho. Toma el camino
“trascendental” para considerar los actos humanos. Esto le permite explicar la universalidad y
necesidad de los juicios éticos. En su dimensión trascendente o nouménica, la razón puede ser
capaz de fundamentar principios absolutos de actuación. Tales principios incondicionados de
la razón dictan el “deber ser”. Este es resumidamente el enfoque de Kant en su
Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres.

Dentro de este enfoque, contemporáneamente, Hare ha trabajado una teoría ética sobre
el aborto. Considera que, aunque “no sabemos con seguridad” si los fetos en una fase tardía
del embarazo, “podrían o no tener algunas experiencias conscientes rudimentarias”,
incluyendo experiencias de sufrimiento, es “bien cierto” que, en fases más tempranas, “antes
que su sistema nervioso se haya desarrollado completamente, no tienen semejantes
experiencias”.

En relación con el problema de si el feto es o no una persona expresa:

Hay un sentido claro en el que un feto no es una persona. De hecho, es demasiado diferente de lo
que instantáneamente reconocemos como personas. Si el aviso de un elevador dice que no puede
transportar a más de seis personas, a una mujer embarazada le está permitido de todos modos
tener por compañeros en el elevador a cinco adultos. (Hare, 1989: 40)

No obstante, Richard Hare argumenta que la mayor parte de la gente prefiere que no la
hayan matado cuando fue feto, y que esto nos proporciona una razón general para sostener el
principio de que no debemos matar a los fetos.

Llamaré la atención hacia una razón obvia por la que bien podría no gustarme decir que fue correcto que
ella (su madre en el pasado) 26 abortara. Es una razón que puede ser superada por otras razones, pero es al
menos una razón. La razón es que si hubiera abortado, yo no hubiera existido ahora. Supongamos que soy capaz
de ir hacia atrás en el tiempo y de dar instrucciones a mi madre acerca de lo que debe hacer. Supóngase, incluso,
que ella es capaz de hacerme preguntas acerca de lo que debe hacer. Con el fin de colocarme en una posición en
la cual yo pueda comunicarme con ella en ese momento, tendré que penetrar en algún mundo noumenal fuera
del tiempo (esto se está poniendo realmente kantiano) y tener acceso a ella en ese tiempo pasado. Por supuesto,
esto plantea profundos problemas filosóficos en los cuales no voy a meterme. Pero simplemente supongamos
que puedo hacerlo. ¿Qué voy a decirle a ella? (Hare, 1989: 43-44)

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2.3.2. El feminismo

La postura feminista intenta reivindicar los derechos sociales y políticos de las


mujeres. Desde hace treinta años, la teoría feminista ha venido forjando conceptos nuevos
para el análisis de la condición de las mujeres y sus derechos reproductivos. En relación con
el aborto, el feminismo defiende el derecho de la mujer a “disponer de su propio cuerpo”.

Se podría decir que la concepción de este derecho femenino la inicia Simone de Beauvoir
cuando, en 1949, hace ver que el respeto a la mujer comienza con el respeto a su cuerpo. Según de
Beauvoir, el hombre siempre ha considerado su cuerpo en una relación directa y normal con el
mundo, al cual cree aprehender en su objetividad, mientras que ha considerado siempre que el
cuerpo de la mujer se encuentra “entorpecido”, por cuanto lo especifica: un “obstáculo’, una
“prisión”. (de Beauvoir, 1983: 12)

La convicción de esta filósofa, de que estos papeles femeninos no los limitaba la


naturaleza, sino un conjunto de prejuicios, de costumbres y de leyes arcaicas, hizo un llamado
al sentimiento de dignidad de las mujeres. La filósofa francesa señala una serie de frases de
varios filósofos que expresan claramente la conceptualización que han hecho de la mujer,
subestimándola como ser humano por la naturaleza de su cuerpo. Aristóteles decía, por
ejemplo, que “la hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades” y agregaba que se
debía considerar “que el carácter de las mujeres padece de un defecto natural”. Después de él,
Santo Tomás decreta que la mujer es un “varón frustrado”, un ser “ocasional”.

El feminismo considera que la diferencia de género de la mujer ha sido utilizada para


justificar que se le trate como un objeto para el uso y el abuso. La alternativa ha sido defender
la libertad y la igualdad de la mujer y, al mismo tiempo, señalar una justa preocupación por
las leyes que deben respaldar los derechos de las personas y, especialmente, el respeto a la
mujer. La propuesta incluye la posibilidad de legitimar su representación como personas
libres e iguales, y que su habilidad para controlar su cuerpo sea la que, a partir de una
concientización de integridad corporal, logre que la mujer se convierta en el árbitro a la hora
de tomar la decisión de abortar.

El punto de vista feminista con respecto a la legalización del aborto defiende la vida de
la mujer, la cual corre siempre algún riesgo al quedar embarazada y tener que dar a luz.

2.3.3. El naturalismo cristiano

La tradición de la Iglesia ha planteado y discutido acerca de la recepción del alma


racional, basada en las ideas filosóficas de Aristóteles y Santo Tomás.

Para Aristóteles las condiciones constitutivas del individuo natural son esencialmente
dos: la materia y la forma. La sustancia en su plenitud concreta es el resultado de ambas, su
unidad. La materia es determinada por la forma, y es también potencia de ella; por esta razón

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es también aspiración y esfuerzo hacia el acto o forma en el cual se realiza tal potencia.
(Aristóteles, LII, 412 a5. 37)

Si se analiza la existencia de un individuo natural aristotélicamente, este nace porque


existe quien lo procrea (padre), se constituye de una materia (orgánica) y recibe una forma
(humana), que es justamente el fin al cual tiende su desarrollo natural. Según la visión del
pensamiento griego, las mujeres “dan a luz” mientras que los hombres ‘engendran’. Esta idea,
ya expresada por Esquilo, nos permite cuestionar a los griegos y preguntar por qué, aun
aceptando que los hijos se engendran, crecen y nacen del cuerpo femenino, desde su punto de
vista, el verdadero generador de los hijos es el hombre.

Las condiciones o causas de su existencia son, pues, cuatro: la causa motora, la


material, la formal y la final. Para Aristóteles “el alma debe ser sustancia en el sentido de la
forma de un cuerpo natural que tiene dentro de él la vida en potencia”. La materia es
potencia; la forma entelequia, y este último término se dice en dos acepciones: como
conocimiento y como ejercicio del conocimiento. (Aristóteles,LII, 412 a10. 37)

Posteriormente Santo Tomás, quien tuvo gran influencia aristotélica, afirmó que la
recepción del alma racional acontecía después de que el feto había adquirido forma humana.
Consideraba que en la concepción de otra vida se procede por etapas y que en los primeros
momentos el feto no tiene alma humana:

“el embrión tiene al principio un alma sensitiva, substituida después por otra más perfecta, a la
vez sensitiva e intelectiva” (Tomás de Aquino, I, 76, art 3,ad3. 215).

Hoy en día la Iglesia Católica, por medio de su Pontífice, no ha dejado de condenar el


aborto. Manifiesta una clara afirmación de que la vida humana es inviolable desde el
momento de la concepción. Y señala la importancia de un mandamiento o mandato, el quinto
del decálogo, que no se refiere directamente al aborto, pero parece expresar el carácter
irreconciliable del aborto con la ética cristiana:

El derecho a la vida es para el hombre el derecho fundamental. Y sin embargo, cierta cultura
contemporánea ha querido negarlo, transformándolo en un derecho “incómodo” de defender. Con
frecuencia la cuestión se presenta como derecho de la mujer a una libre elección frente a la vida
que ya existe en ella, que ella ya lleva en su seno: la mujer tendría derecho a elegir entre dar la
vida y quitar la vida al niño concebido. Cualquiera puede ver que esta es una alternativa sólo
aparente. No se puede hablar de derecho a elegir cuando lo que está en cuestión es un evidente
mal moral, cuando se trata simplemente del mandamiento de ¡No Matar!(Juan Pablo II, 1994:
218-219)

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CAPÍTULO II

LA EUTANASIA

LA EUTANASIA

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La eutanasia es uno de los dilemas éticos más recurrente y crítico del siglo
XXl. Por esa razón, trataremos de aclarecer todos los puntos vinculados a este para
su mayor entendimiento. Asimismo, daremos un punto de vista tomando en cuenta
el respeto que se merece la persona en cuestión.

DEFINICIONES DE LA EUTANASIA
La palabra eutanasia viene del griego: eu = bueno, thanatos = muerte. "Buena
muerte" término que ha evolucionado y actualmente hace referencia al acto de
acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su
sufrimiento.
Según la Real Academia Española, la eutanasia es concebido como
“intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de
cura”.

Para efectos prácticos se toma como definición de Eutanasia la siguiente: Un


derecho del paciente a decidir la forma y el momento de su muerte., esto dentro de
una definición corta, pero que busca como único fin el librar a una persona de sus
intensos sufrimientos, de una agonía inmisericorde que padece como resultado de
una enfermedad grave e incurable (por ejemplo, algunos tipos de cáncer o
un paciente con SIDA). Dicha enfermedad o estado debe haber sido diagnosticado
suficientemente, de manera que su característica de irreversibilidad, sea tal, que se
determine la muerte como algo inevitable.

La eutanasia se fundamenta en la administración de fármacos u otras


sustancias con la intención de producir la muerte de una persona a petición de esta
o de sus representantes, con el objetivo de conseguir la muerte con un método
teóricamente seguro, relativamente rápido, y sin dolor.

Otros conceptos más:

1. producen la muerte de los pacientes, es decir, que la causan de forma


directa e intencionada mediante una relación causa-efecto única e inmediata,
2. se realizan a petición expresa, reiterada en el tiempo, e informada de
los pacientes en situación de capacidad,
3. se realizan en un contexto de sufrimiento debido a una enfermedad
incurable que los pacientes experimentan como inaceptable y que no ha podido
ser mitigado por otros medios, por ejemplo, mediante cuidados paliativos, y
4. son realizadas por profesionales sanitarios que conocen a los
pacientes y mantienen con ellos una relación clínica significativa.
DIFERENCIA ENTRE EUTANASIA, SUICIDIO ASISTIDO Y
LIMITACIÓN DEL ESFUERZO TERAPÉUTICO

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Es importante realizar una diferencia entre estos tres casos para su plena
comprensión y para evitar confusiones al momento de argumentar. Por tales
motivos mencionados se dará a continuación las correspondientes definiciones.

Eutanasia: se fundamenta en la administración de fármacos u otras sustancias


con la intención de producir la muerte de una persona a petición de esta o de sus
representantes, con el objetivo de conseguir la muerte con un método teóricamente
seguro, relativamente rápido, y sin dolor.

Suicidio asistido: consiste en la facilitación a la persona que desea morir de


fármacos u otras sustancias que puedan ser auto administrados para producirle la
muerte.

Limitación del esfuerzo terapéutico: es la retirada o no instauración de una


medida de soporte vital o de cualquier otra intervención que, dado el mal pronóstico
de la persona en términos de cantidad y calidad de vida futuras, constituye, a juicio
de los profesionales sanitarios implicados, algo fútil, que solo contribuye a prolongar
en el tiempo una situación clínica carente de expectativas razonables de mejoría.

Como se ve, mientras que en la eutanasia y el suicidio asistido la muerte se


produce por una acción deliberada e intencionada de producir la muerte a través de
la administración de un agente externo, en la limitación del esfuerzo terapéutico la
muerte se produce a consecuencia de la enfermedad, y es ésta la que genera la
muerte del paciente. Solamente en este último contexto (limitación del esfuerzo
terapéutico) la acción del médico, a través de los cuidados paliativos puede ser
considerada una buena práctica clínica, con independencia del tiempo que
transcurra desde la toma de decisión de la limitación terapéutica y la muerte.
Durante ese periodo, las actividades de los equipos médicos van dirigidas a paliar el
dolor y aliviar el sufrimiento, y la muerte se producirá a consecuencia de la
enfermedad y no como consecuencia de la administración de fármacos u otros
agentes externos.

ARGUMENTOS CONTRA LA EUTANASÍA

1- La eutanasia legal favorece una "pendiente peligrosa" en contra del


derecho a la vida en otros campos

En Holanda la eutanasia se aplica no ya a enfermos, sino simplemente a gente


que no quiere vivir, como el senador socialista octogenario Brongersma, que pidió y
logro ser "finalizado" no porque estuviese enfermo o deprimido, sino porque estaba
cansado de vivir. Se calcula que en Holanda se dejan morir a unos 300 bebes al año
por nacer con minusvalías y hay casos (en este país rico) de negar la implantación
de marcapasos a mayores de 75 años; la eutanasia favorece otras actuaciones de
"eliminación de los infantiles".

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2- La eutanasia empeora la relación médico-paciente e incluso la relación
paciente-familiares

¿Queda algún margen para que los enfermos, ancianos o incapacitados, sigan
manteniendo aquella plena confianza en quienes, hasta ahora, tenían por obligación
-casi sagrada- procurar la sanación de sus dolencias? ¿Quién impondrá a la víctima
potencial el deber de confiar en su verdugo? ¿Quién podrá devolver a los enfermos
holandeses su sentimiento de fiducia en la clase médica? ¿Y cómo confiar en que el
medico va a esforzarse por mi vida si mis parientes presionan en un sentido
contrario?

3- La eutanasia desincentiva la inversión en cuidados paliativos y en


tratamientos para el dolor

De 1995 a 1998 Holanda apenas invirtió en cuidados paliativos; solo a partir de


1998 ha invertido en cuidados paliativos, pero presentados siempre como una
alternativa más, siendo la eutanasia la más apoyada desde las instituciones e
incluso por parte de la sociedad. Se tiende a pensar que, si tratar el dolor con
cuidados paliativos es caro, hay que fomentar la opción barata: matar al enfermo.

4- La eutanasia pervierte la ética medica que desde Hipócrates se ha


centrado en eliminar el dolor, no en eliminar el enfermo

Los médicos insisten en que la eutanasia, como el aborto, no son actos


médicos, ya que el fin de la medicina es curar, y si no se puede curar al menos
mitigar el dolor, y en todo caso atender y acompañar. La eutanasia no cura nada.
Los médicos que entran en una mentalidad eutanásica la incorporan a toda su visión
profesional y olvidan a Hipócrates. Es significativo que el primer régimen que
instaura la eutanasia desde del viejo paganismo romano es la Alemania nazi... y
solo dos estados por ahora se han apuntado a la eutanasia.

5- La eutanasia no es solicitada por personas libres, sino casi siempre


por personas deprimidas, mental o emocionalmente trastornadas

Cuando uno está solo, anciano, enfermo, paralitico tras un accidente... es fácil
sufrir ansiedad y depresión que llevan a querer morir. En un país sin eutanasia, los
médicos y terapeutas se esfuerzan por curar esta depresión, devolver las ganas de
vivir y casi siempre tienen éxito si el entorno ayuda. Por el contrario, en un país con
eutanasia, en vez de esforzarse por eliminar la depresion se tiende a eliminar al
deprimido "porque lo pide".

6- La eutanasia no es un derecho humano, no está recogido en el


Convenio Europeo de Derechos Humanos, por ejemplo

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Según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el caso de Dianne Pretty
en el año 2002, no existe el derecho a procurarse la muerte, ya sea de manos de un
tercero o con asistencia de autoridades públicas. El derecho a la autonomía
personal no es superior al deber de los Estados de amparar la vida de los individuos
bajo su jurisdicción.

7- La eutanasia, como el suicidio, es contagiosa

Una vez una persona deprimida se suicida, otras personas deprimidas de su


entorno pueden copiar su comportamiento con más facilidad. Esto es así en
suicidios con o sin asistencia, lo cual incluye la eutanasia.

8- La eutanasia dificulta el trabajo de los terapeutas que trabajan con


minusválidos, deprimidos, enfermos...

Las personas que ayudan a otros a vivir con una grave minusvalía o en duras
circunstancias ven su trabajo saboteado por la otra opción, la eutanasia, que
legalizada aparece con atractiva insistencia como una salida fácil para el enfermo.

9- La eutanasia tenderá a eliminar a los más pobres y débiles

Como el aborto, la eutanasia tenderá a hacerse especialmente accesible y


promocionada entre las clases económicamente más débiles, los grupos étnicos
desfavorecidos, etc... Al desatenderse la oferta en cuidados paliativos, estos serán
un lujo solo para gente con medios adquisitivos.

10- La eutanasia legal no impedirá las eutanasias ilegales, sino que las
potenciará

Como en el caso del aborto, aprobar una ley que permite la eutanasia "con
todos los controles que haga falta" no impedirá que se extienda el fraude de ley, los
permisos escritos sin examinar al paciente, la laxitud en la aplicación de la ley y el
fraude de ley generalizado.

Con todo, el mejor argumento contra la eutanasia siempre será el testimonio


de miles de hombres y mujeres en circunstancias dificilísimas que, apoyándose
mutuamente, con la ayuda de sus valores, su familia, amigos o profesionales
demuestran día a día que la dignidad del hombre les lleva a vivir y enriquecer la vida
de otros.

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CAPÍTULO III

LA PENA DE MUERTE

PENA DE MUERTE

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Las ejecuciones y las condenas a muerte han disminuido en todo el mundo tras haber
alcanzado máximos históricos en años anteriores.

Durante 2017 se registraron 993 ejecuciones en 23 países. Se trata de una reducción


del 4% respecto a 2016, con 1.032 ejecuciones, y del 39% respecto a 2015, cuando la
organización informó de la cifra más elevada desde 1989.

Amnistía Internacional registró 2.591 condenas a muerte en 53 países en 2017, lo que


supone un descenso considerable con respecto a la cifra récord de 3.117 condenas a muerte
registrada en 2016.

INFORMACIÓN POR PAÍSES

La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar en China, Irán, Arabia Saudí, Irak y
Pakistán, por este orden.

China siguió siendo el mayor ejecutor del mundo, aunque se desconoce la verdadera
magnitud del uso de la pena de muerte en ese país, pues los datos al respecto están
clasificados como secreto de Estado. En la citada cifra global de al menos 993 ejecuciones no
están incluidas los miles que se cree que se han llevado a cabo en China.

Excluyendo a China, el 84% de las ejecuciones conocidas tuvieron lugar en tan sólo
cuatro países: Arabia Saudí, Irán, Irak y Pakistán.

Irán ejecutó al menos a 507 personas, el 60% del total de ejecuciones confirmadas en
Oriente Medio y el Norte de África. Al menos cinco personas fueron ejecutadas por delitos
cometidos cuando eran menores de 18 años, y otras 80, como mínimo, permanecían
condenadas a muerte.

Arabia Saudí ejecutó a 146 personas, el 17% del total de ejecuciones confirmadas en
la región y un número levemente inferior al alcanzado en 2015 (158), que constituyó la cifra
más alta registrada en ese país desde 1995.

Estados Unidos siguió siendo el único país de América que llevó a cabo ejecuciones
por noveno año consecutivo. El número de ejecuciones (23) y condenas a muerte (41) en
Estados Unidos aumentó ligeramente respecto a 2016, pero siguió estando dentro de las
tendencias históricamente bajas de los últimos años.

Como métodos de ejecución se utilizaron la decapitación, el ahorcamiento, la inyección


letal y muerte por arma de fuego.

En Irán se llevaron a cabo al menos 31 ejecuciones públicas.

En muchos países donde hubo condenas a muerte o ejecuciones, los procedimientos


judiciales no cumplían las normas internacionales sobre juicios justos. Tal incumplimiento

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supuso la obtención de “confesiones” mediante tortura u otros malos tratos; esto sucedió,
entre otros lugares, en Arabia Saudí, Bahréin, China, Irak e Irán.

¿QUÉ HACE AMNISTÍA INTERNACIONAL CONTRA LA PENA DE


MUERTE?

Poco después de su creación, en 1961, Amnistía Internacional comenzó a actuar contra


la pena de muerte. El abogado británico, Peter Benenson, publicó un llamamiento en el diario
londinense The Observer en el que hacía referencia al uso de la pena de muerte contra
presos de conciencia: "Abran el periódico cualquier día de la semana y descubrirán que
alguien, en alguna parte del mundo, ha sido encarcelado, torturado o ejecutado porque sus
opiniones o su religión resultan inaceptables para el gobierno de su país".

Con el tiempo, nuestro trabajo sobre la pena de muerte se fue ampliando. La


organización comenzó su campaña global contra la pena de muerte en 1977. En aquel
momento, la pena capital estaba abolida solo en 16 países. Cuarenta años después, 142 países
han abolido la pena de muerte en la ley o en la práctica; 57 países se consideran ahora
retencionistas, y el número de los que la siguen utilizando es mucho menor.

Amnistía Internacional sigue trabajando para poner fin a las ejecuciones y en favor de
la abolición de la pena de muerte en todo el mundo y en toda circunstancia. La organización
considera que es un castigo inhumano e innecesario, que supone una violación de dos
derechos humanos fundamentales: el derecho a la vida y el derecho de toda persona a no
ser sometida a penas crueles, inhumanas o degradantes.

ARGUMENTOS CONTRA LA PENA DE MUERTE

Niega derechos humanos. Condenar a muerte a una persona supone negarle el derecho
a la vida, proclamado en la Declaración de los Derechos Humanos.

Es irreversible y se cometen errores. Ejecutar a una persona es definitivo e irrevocable y no


se puede descartar nunca el riesgo de ejecutar a inocentes. En Estados Unidos, desde 1976,
150 condenados a muerte han sido absueltos. En algunos casos, la absolución llegó cuando ya
habían sido ejecutados.

No disuade contra el crimen. Los países que mantienen la pena de muerte suelen afirmar
que es una forma de disuasión contra la delincuencia. Esta postura ha sido desacreditada en
repetidas ocasiones. No hay pruebas que demuestren que es más eficaz que la cárcel a la hora

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de reducir el crimen.

Suele emplearse en sistemas de justicia sesgados. Algunos de los países que más personas
ejecutan tienen sistemas judiciales profundamente injustos. Los tres países que más usan la
pena capital (China, Irán y Arabia Saudí) lo hacen en circunstancias turbias y poco claras.
Muchas condenas de muerte se basan en "confesiones" obtenidas mediante tortura.

Se aplica de forma discriminatoria. Si eres pobre o perteneces a una minoría racial, étnica o
religiosa, tienes más probabilidades que el resto de personas de ser condenado a muerte,
debido a la discriminación que existe en el sistema de justicia. Además, los colectivos pobres
o marginados tienen más dificultades para acceder a los recursos legales que necesitan para
defenderse.

Se usa como herramienta política. Las autoridades de algunos países usan la pena de
muerte para castigar a los opositores políticos.

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CAPÍTULO IV

LA IDEOLOGIA DE GENERO

La Ideología de Género

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 ¿Qué es la Ideología de Género?
La “ideología de género” considera que nuestro comportamiento bifurcado en
masculino y femenino es producto de la influencia cultural y social del
entorno, y la propia sexualidad depende más de los acontecimientos
biográficos y sociales de nuestra vida que de las características fisiológicas.
Ser hombre o mujer no estaría determinada fundamentalmente por el sexo,
sino por la cultura.

 ¿Cuáles son las raíces de la “Ideología de Género?


a) Una visión dialéctica que sostiene que la historia y la sociedad avanzan por
la superación de los contrarios. En la actual ideología de género, los que se
contraponen son: la relación hombre-mujer, la relación naturaleza-cultura y la
relación sexo-género.

b) Un contexto de “revolución cultural” que supone el desprestigio de la


tradición, la “decadencia” de la razón que ha perdido su vinculación con la
verdad y ha supuesto el apogeo de la voluntad, el sentimentalismo y la
rebelión contra el orden social.

c) El marco de la globalización que, en esta materia, tiende a generar una


cultura dominante y homogeneizante. En particular, en numerosas
conferencias internacionales (p.e. El Cairo, 1994 y Pekin 1995) el “feminismo
de género” o “feminismo radical” sostuvo la necesidad de trasladar el centro
de atención de la mujer al concepto de género, reconociendo que toda la
estructura de la sociedad, y todas las relaciones entre hombres y mujeres, en el
interior de esa estructura, tenían que ser reevaluadas.

 ¿Qué valoración merece la “Ideología de Género”?

La “ideología de género” se presenta como una categoría de análisis que


“tiende a cancelar las diferencias entre hombre y mujer, consideradas como
simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural. En esta nivelación, la

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diferencia corpórea, llamada sexo, se minimiza, mientras la dimensión
estrictamente cultural, llamada género, queda subrayada al máximo y
considerada primaria.

 ¿Por qué insistimos en decir "género" y no "sexo"?


Casi cada día nos estremecemos ante un nuevo crimen. Los medios de
comunicación nos martillean repetidamente con el espanto que provocan los
reiterados casos de violencia contra mujeres. Homicidios o agresiones cada
vez más crueles, con víctimas de toda edad y condición, delante de los niños,
que, para mayor horror, muchas veces acaban también siendo ellos víctimas de
la furia destructora. En ocasiones, el propio suicidio del criminal. La violencia
de género es un gravísimo problema en todas las sociedades, pero, sin lugar a
dudas, en la nuestra se ha convertido en un hecho endémico de enorme
gravedad, ante el que no debería caber sino el afán común para afrontarlo y
erradicarlo.

 ¿Cuáles son las consecuencias de la “perspectiva de género”?


a) Cambio de eje: de la mujer al género: La lógica asumida por la
“perspectiva de género”, en tanto supone dar primacía a las
dimensiones culturales de lo femenino y lo masculino, ha terminado
por mutar el eje de las políticas públicas vinculadas con la mujer. En
lugar de dedicar tiempo y esfuerzo en el diseño de políticas que
apunten al corazón de las situaciones que las mujeres más están
sufriendo, las políticas públicas y sus elaboradores se distraen en
consideración de temas que poco importan a la mujer y que resultan
extraños a los intereses genuinos de ella. Por ejemplo, en lugar de
“cupo femenino” se habla ahora de “cupo de género”.
b) Difusión de comportamientos contrarios a la vida y a la familia: En el
marco de las políticas públicas con perspectiva de género se promueve
la distribución de anticonceptivos, inclusive abortivos, la
despenalización y legalización del aborto y la esterilización. Se trata de
conductas contrarias a la vida y la familia que importan, también,

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violaciones a derechos humanos fundamentales, como es el caso del
derecho a la vida.

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CAPÍTULO IV

CONCLUSIONES

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Se ha pretendido ofrecer aquí una síntesis de diferentes enfoques éticos al problema del aborto
para suscitar un análisis desde la perspectiva social y filosófica. Hemos visto cómo el punto de
vista consecuencialista y el de la bioética se separan de los puntos de vista deontológicos como el
enfoque kantiano, el naturalismo cristiano y el feminismo, ya que estos últimos consideran los
actos a partir de derechos y deberes. Sin embargo, es clara la oposición entre la postura de la
Iglesia y la del feminismo.

Ahora bien, si las acciones se evalúan por sus consecuencias, como afirma el consecuencialismo,
se podría argumentar con fundamento que la prohibición del aborto es algo indebido en algunos
casos. En los países del Tercer Mundo, por ejemplo, los embarazos no deseados agudizan la
pobreza, aumentan los índices de mortalidad

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CAPÍTULO V

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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 Comer, B. 1998. Abortion. Boston Review.
 de Aquino, T. 1960. Del Ente y la Esencia. Madrid: BAC.
 de Beauvoir S. 1983. El Segundo Sexo. Buenos Aires: Siglo XX
 Gafo, J. 1993. 10 Palabras Claves en Bioética. Navarra: Verbo Divino
 Gafo, J. 1979. El aborto y el comienzo de la vida humana. Santander:
Sal Terrae.
 Hare, R. 1989. Un Enfoque kantiano del Aborto. Theories and
Aplications. R H. Nueva York.
 Hottois,G. 1991. El Paradigma Bioético. Barcelona: Anthropos.
 Jaramillo, J. 1999. Los Hijos de la Oscuridad. Bogotá: Norma.

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