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3.7 Uso del cuadro de mando Integral.

Las empresas deben utilizar un cuadro de mando integrado ya que permite diseñar
estrategias para conseguir unos objetivos relacionados entre sí, cuantificables a través de
unos indicadores y relacionados con acciones empresariales que involucran a toda la
organización.
Con el uso de un cuadro de mando la empresa dispone de información real de la situación
de la empresa lo que le otorga una mayor capacidad de reacción ante desviaciones u otro
tipo de problemas. El cuadro de mando marcará desviaciones de los objetivos a nivel
global. Una vez detectadas, habrá que profundizar para encontrar las causas de dicha
desviación.
Quién utiliza un cuadro de mando
Los encargados de la toma de decisiones (gerentes, administradores, directivos, jefes de
departamento, o cualquier otro empleado con capacidad para tomar decisiones) utilizan
los datos que proporciona el cuadro de mando para poder planificar sus estrategias y
diseñar las tácticas necesarias para lograr los objetivos. No obstante, el cuadro de mando
general está pensado para que los gerentes de las empresas puedan tomar decisiones
estratégicas.
Dentro de una estructura empresarial es posible utilizar un CMI centrado en un
departamento, que muestre indicadores que faciliten la comprensión del estado actual del
mismo, por ejemplo, un CMI de recursos humanos o ventas.
Las grandes empresas fueron las primeras en utilizar los cuadros de mando para poder
diseñar y medir sus estrategias empresariales, pero no se trata de una herramienta
exclusiva de grandes corporaciones. En pymes un cuadro de mando probablemente
incluya distintos indicadores que los de un cuadro de una gran empresa, pero su utilidad
para conocer el estado de la empresa, diseñar estrategias y aumentar la capacidad de
reacción, es la misma.
Ventajas de utilizar un cuadro de mando
Son innumerables las ventajas que ofrece el uso de un cuadro de mando dentro de una
estructura empresarial. Entre los más importantes destacamos:
Muestra una visión global de la situación de la empresa
Un cuadro de mando ofrece una visión global y detallada de la marcha del negocio,
recogiendo distintos aspectos que son fundamentales para el buen desarrollo de la
empresa, no solo centrándose en variables financieras. Esta visión global está basada en
datos en tiempo real por lo que muestra una situación fidedigna de la empresa en ese
momento.
Facilita el diseño y planificación de estrategias
La visión general y en tiempo real que se tiene de la empresa a través de los indicadores
de un cuadro de mando permite diseñar estrategias a medio y largo plazo, además de
proporcionar información para la toma de decisiones rápidas (acciones a corto plazo).
Los datos que ofrece un cuadro de mando sobre las estrategias generadas, no solo se
basan en los resultados, sino que tienen en cuenta otras variables importantes que tienen
influencia en los procesos internos y externos de la empresa.
Ofrece información inteligente
Un cuadro de mando ofrece datos sobre los procesos internos de la empresa que ayudan
a la toma de decisiones por parte de la gerencia, que no tiene por qué estar al tanto de los
por menores de esos procesos.
Reduce los posibles riesgos del mercado
Con el uso de un CMI se tienen acceso a una visión de la evolución de la empresa,
pudiendo analizar tendencias y adelantarse a acontecimientos, lo que reduce mucho los
riesgos que genera el mercado.
Implica a la organización con la estrategia empresarial
El cuadro de mando incluye indicadores bajo la perspectiva de la formación y desarrollo
que tienen en cuenta el capital humano. Por lo tanto, ofrece información sobre la
satisfacción, rendimiento y otros parámetros relacionados con el personal de la empresa,
permitiendo tomar medidas para aumentar su implicación con los objetivos marcados en
la estrategia.
De nada sirven los datos que ofrece el cuadro de mando si los distintos departamentos no
realizan una correcta implementación de los mismos, de ahí la gran importancia de
involucrar a todo el personal con la estrategia empresarial.
Mejora la comunicación interna
La implicación de todos los empleados en la estrategia de la empresa se traduce en una
mejora en el conocimiento de los objetivos y la comunicación entre los empleados. Los
canales de comunicación interna tendrán un mayor flujo en ambas direcciones.
Permite valorar el éxito de la estrategia
El cuadro de mando muestra indicadores que ofrecen unos valores numéricos, a través de
los cuales se puede apreciar si la estrategia que se está desarrollando, está alcanzando
los objetivos fijados previamente. El CMI ofrece datos reales y medibles por lo que es una
herramienta potente y concreta para diagnosticar el estado actual de la empresa.
Desventajas de utilizar un cuadro de mando
Utilizar un cuadro de mando tiene algunos riesgos que hay que tener en cuenta. Las
empresas son entes dinámicos que evolucionan y cambian con el tiempo. Es por eso, que
la elección del CMI adecuado es importante, así como la actualización del mismo,
añadiendo o quitando los indicadores necesarios.
Un software profesional para la gestión de un cuadro de mando tiene un coste económico,
normalmente una cuota mensual. Es importante elegir un CMI con un coste adecuado a
las posibilidades financieras de la empresa, para que no represente un gasto
desproporcionado.
Una mala elección o interpretación de los indicadores del cuadro de mando puede llevar a
la toma de decisiones erróneas o no favorables para la empresa. Por eso, lo más
aconsejable es disponer de un asesoramiento profesional sobre la configuración e
interpretación del cuadro de mando, o la contratación de profesionales cualificados para
ello.
Cuadro de mando flexible y personalizable
La principal característica que debe ofrecer un cuadro de mando es la de ofrecer una
visión integral de la situación de la empresa y su evolución. Sin embargo, las empresas
son dinámicas y mucho más, en este mercado actual globalizado, donde la competencia y
la innovación son constantes.
Es necesario que el cuadro de mando sea flexible y dinámico en este marco actual,
permitiendo personalizar sus indicadores para poder mostrar la realidad de la empresa en
todo momento. Un CMI no puede permanecer constante en el tiempo, sino que debe
poder adaptarse, mostrando indicadores relevantes para la situación actual de la empresa
en su entorno.
Utilizar un cuadro de mando en una empresa posibilita que la toma de decisiones por
parte de la gerencia o directiva se vea facilitada al disponer de una visión global y real de
la situación de la empresa. Se trata de una herramienta de gestión empresarial muy
potente que tiene en cuenta todas las perspectivas dentro de una organización, y que
implica a todo el capital humano en los objetivos marcados en la estrategia empresarial.
3.8 Insumos del cuadro de mando integral.
Características. Evidencia algunas características representativas del Cuadro de Mando
Integral como:
 Es una herramienta de gestión que involucra el sector interno y externo de la
organización de manera sincronizada para poder dirigir el funcionamiento de cada
factor de la organización con el fin de cumplir las estrategias y objetivos
empresariales.
 Es flexible, adaptable a cualquier actividad cuyo objetivo es suministrar datos que
permitan analizar el pasado, tomar decisiones en el presente y anticiparse al
futuro.
 La información es sintética para una correcta comprensión de la misma.
 Cada responsable puede utilizar el CMI de forma individual y tomarlo como
referencia para sus fines específicos dentro de la organización.
 Ayuda a tomar decisiones formales o informales para poder dirigir las funciones
con respecto a las estrategias
Indicadores del cuadro de mando integral
Una vez que ya sabemos qué es el balanced scorecard, toca ponerse manos a la obra y
realizarlo. Para ello hay que indicar las 4 perspectivas que forman el cuadro de mando
integral:
Interna o de procesos.
Cliente.
Financiera.
Desarrollo.
En cada una de estas perspectivas hay que considerar varios indicadores, que veremos a
continuación.
1. Indicadores de la perspectiva de procesos
En este punto toca analizar todos los procesos llevados a cabo en la empresa para
obtener la productividad deseada y tener satisfechos a los clientes. Por tanto, todos los
indicadores irán orientados a una conseguir una óptima calidad en los procesos al menor
coste posible.
Algunos de los posibles indicadores serán:
Eficiencia del proceso de fabricación.
Coste de fabricación del producto.
Tiempos de entrega.
Calidad del producto.
Calidad de las materias primas.
Higiene y seguridad.
Mantenimiento de los productos.
Trazabilidad de los procesos.
Productividad de los trabajadores.
Estos son algunos posibles indicadores, que habrá que concretar según las necesidades
de la empresa. Los indicadores señalados sirven para una empresa industrial, pero si
fuera de servicios todos estos puntos serán muy diferentes.
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2. Indicadores de la perspectiva del cliente
Los más importante en esta perspectiva es responder a qué necesitan tus clientes para
estar contentos con tu empresa. Para ello es necesario definir quiénes son tus clientes y
sus expectativas. Algunos indicadores relevantes desde la perspectiva de los clientes son:
Precio de nuestros productos.
Satisfacción de los clientes.
Imagen que tienen los clientes de la empresa.
Posibles nuevos clientes.
Atención al cliente.
Tiempo que se quedan los clientes con nosotros. Es importantísimo tener clientes fieles.
Publicidad de los productos.
Los indicadores para observar aquí serán los que solucionen las necesidades de los
clientes actuales y además nos hagan llegar a más clientes.
3. Indicadores de la perspectiva de desarrollo
Es este apartado se tendrán en cuenta las acciones que debe realizar una compañía para
crecer y mejorar. Algunos posibles indicadores para ir en la dirección correcta serán las
relacionadas con los trabajadores, por ejemplo:
Motivación laboral.
Satisfacción con el trabajo y con la empresa.
Formación.
Productividad.
Capacidad para trabajar en equipo.
Condiciones laborales.
Prestaciones sociales.
Bajas y absentismo.
En definitiva, estos indicadores recogen el factor humano de implicación con la empresa,
que es lo que le permitirá avanzar y mejorar.
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4. Indicadores de la perspectiva financiera
Esta fue la perspectiva estrella en el pasado, tanto que las demás quedaron en segundo
plano. Como ironía a esto la mostramos en último lugar. Todos los indicadores tenidos en
cuenta en esta perspectiva serán los relativos a la contabilidad y finanzas de la empresa.
Otros indicadores para medir pueden ser:
Ventas.
Liquidez.
Ampliaciones de capital.
Endeudamiento.
Nuevos equipamientos.
Gasto en publicidad.
Fusiones o absorciones.
Creación de filiales.
Todos estos indicadores nos llevarán a responder por los objetivos financieros que nos
plantearemos en el futuro, los cuales deben ser consecuentes con la realidad del
mercado. Todos los indicadores expuestos en este apartado son muy generales y habrá
que adaptarlos a la empresa que tengamos. A continuación, pasaremos de lo general a lo
concreto y para ello vamos a mostrarte ejemplos de cuadro de mando integral.
3.9 Componentes del cuadro de mando
El CMI comprende varios componentes, los cuales están articulados de tal manera que
generen la sinergia necesaria para su adecuada aplicación e implantación en las
organizaciones. Estos componentes son:
Perspectivas. Las perspectivas enmarcan los objetivos estratégicos, sus indicadores y
metas, y los lleva hasta iniciativas o proyectos estratégicos. Su implementación implica la
búsqueda del establecimiento de prioridades y el mantenimiento del equilibrio entre los
objetivos de corto y largo plazo, entre los resultados deseados y los inductores de
actuación. El método original consideró cuatro perspectivas básicas: financiera, de cliente,
de procesos internos y de desarrollo/aprendizaje organizacional. No obstante, vale la
pena considerar una quinta perspectiva, relacionada con el “Core” del negocio y las
necesidades y expectativas de las partes interesadas; una muy atractiva y relevante es la
perspectiva social, por el carácter humanista de las organizaciones, especialmente
aquellas de prestación de servicios o enfoque humanitario (salud, ONG, ayuda social,
etc.). Pero, también podría considerarse una perspectiva medioambiental, en
organizaciones que deben considerar la protección y sostenibilidad del medio ambiente
(empresas del sector hidrocarburos, sector químico, etc.). Es decir, la selección de las
perspectivas dependerá de la estrategia de largo plazo de la organización y de las
necesidades y expectativas de las partes interesadas.
Relaciones de causa-efecto. Constituye la hipótesis de la estrategia y la esencia del
sistema de gestión de la organización, con el fin de identificar la “ruta” para la creación de
la propuesta de valor para el cliente (y para otros grupos de interés), así como para tomar
decisiones de manera más ordenada y estructurada. El establecimiento de las relaciones
de causa-efecto permite:
Establecer la veracidad de la relación entre objetivos. Ejemplo: ¿la fidelización de clientes
generará mayores ingresos?
Estimar el impacto entre objetivos. Por ejemplo, el incremento de la cuota de mercado,
¿qué tanto mejorará el margen operativo de la organización?
Establecer qué objetivos son realmente estratégicos.
Cómo los objetivos inductores (internos) están generando valor, mediante los objetivos de
resultados (externos).
Mapa estratégico. Es la representación de los vínculos causa-efecto identificados en cada
perspectiva. Da coherencia al modelo y a la manera de presentar los objetivos
estratégicos y la estrategia global de la organización. De acuerdo a lo planteado por
Norton y Kaplan (Gestión 2000), el mapa estratégico se basa en varios principios, los
cuales guían su diseño y establecimiento en la organización:
La estrategia debe equilibrar los objetivos de corto y largo plazo, esto es, debe mantener
la mirada en el largo plazo, sin dejar de hacer hoy lo necesario para llegar allá.
La estrategia debe basarse en una oferta de valor diferencial para el cliente (y otras partes
interesadas) que sea clara y “enamore”.
El valor se crea mediante procesos internos; esto es, debe pasarse de la teoría a la
acción, mediante procesos eficientes y bien definidos, de tal manera que la propuesta de
valor se convierta en realidad.
La alineación estratégica determina el valor de los activos intangibles, en la medida en
que estos activos (como el talento humano y el conocimiento) tengan la capacidad de
contribuir al logro de los objetivos estratégicos, al poner en práctica su estrategia.
Indicadores y metas. Los indicadores son ratios o reglas de gestión que sirven para medir
y valorar el cumplimiento de los objetivos estratégicos. Son de dos tipos:
Los inductores, los cuales miden las acciones que se realizan para conseguir los
objetivos, por ejemplo, inversión en formación.
Los de gestión, que miden el grado de obtención de resultados, por ejemplo, índice de
satisfacción de cliente.
Los indicadores deben hacer la medición contra una meta establecida, esto es, contra un
valor objetivo establecido; este es importante para darnos cuenta del grado de logro
obtenido y de la necesidad de establecer acciones correctoras que permitan alcanzar el
objetivo planificado.
Iniciativas y proyectos estratégicos. Las iniciativas estratégicas son planes, programas o
proyectos que la organización debe desarrollar para que los objetivos y las metas se
cumplan de acuerdo con lo planificado y, con esto, se pueda entregar la propuesta de
valor al cliente y a otras partes interesadas.

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