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PSICOPEDAGOGÍA
AÑO - 2023
Instancia de recuperatorio
Carrera:
Psicopedagogía
Profesor:
Estudiante:
Melina Vallejos
Viviana Cuevas Seminario
El psicoanálisis saca del lugar de objeto al niño, es decir, lo saca del lugar
en el que la ciencia lo pone para rehabilitar siempre algo por que tiene algún
síndrome. El niño en todo análisis, historiza. Viviana cuevas hace un recorrido
respecto a la conformación de la estructura psíquica y algunas características
importantes, como que la estructura psíquica no se modifica (psicosis, neurosis
y perversión), sin embargo puede apaciguarse (estas hoy en dia no se encuentran
más en el DSM). Por otro lado, el aparato psíquico tiene tres combinaciones según
Lacan. Menciona que las estructuras y organizaciones (ocultas) tienen que ver
con lo que es, lo que no es significante en el orden del deseo (palabras que
tienen una significación particular), se trata del deseo de cada uno; el deseo es
difícil de aprehender por que es del orden del Icc.
En cuanto al Icc, destaca que los sueños están en él, es decir el campo de
lo inconsciente no se ve, sin embargo tiene efectos en el campo de los sueños,
cuando dormimos algo sigue funcionando, debemos hacer foco en los mismos para
dar con el síntoma. Por otra parte, el niño no nace con el icc anudado, a los 3 o 4
años se pregunta - ¿cómo me quiere el otro? - ¿qué quiere de mí?, de los 4 a 5
años se pregunta constantemente ¿y por qué? siendo esta última una etapa nodal
en la construcción psíquica del niño, donde busca saber si el otro está
castrado; sin embargo es recién entre los 5 y 6 años donde este ICC ya se
anuda y se vuelve cerrado, es decir, el aparato psíquico queda soldado.
En otro orden de las cosas nos habla del Goce, y nos explica que el OTRO
SIMBÓLICO que arriba se menciona toma una forma por la vía de este y del deseo.
El goce no es placer, sino que es aquello que hace sufrir al sujeto y que está
de más (va más allá del propio placer), en el sentido de que se que me va a hacer
mal e igual lo hago, es decir, tiene su cuota de sufrimiento, conjugado con el
placer (está siempre presente en la neurosis). Si existe un goce excesivo, el
sujeto queda atrapado, permitiendo así que el goce sea lo único que para el
psicoanálisis (profesional) justifica su intervención, dado a que éste aparece
sin estar simbolizado y afecta en primer lugar el aprendizaje y luego lo social.
En este sentido son las figuraciones del otro le ayudan al niño a tramitar la
angustia que le provoca el encuentro con el goce del otro Estas figuraciones
que construye o genera el niño tienen que ver con no quedar atrapado en capricho o
en el goce del otro, aquí el niño termina siendo tomado como objeto y no como
sujeto del otro. Esto se desenlaza (síntoma) en fobia, inhibición, miedo, angustia
que se anudan en la psiquis, sin embargo son las respuestas que el niño puede
armar respecto al goce del otro.
Otro punto que destaca en el seminario luego del goce, son la perversión
con lo cual menciona que el perverso, lo es para toda la vida. Después menciona la
psicosis, y expresa que para prevenir la misma es necesario intervenir al menos 3
generaciones por otro lado y no menos importante si el niño/a sueña, entonces tiene
ICC, por lo tanto no entra en la psicosis. Por último explica la neurosis, aquí
Cuevas menciona que hay un mito individual del neurótico según lacan, donde se
intenta dar respuesta a aquello que no se tiene. Tiene en cuenta que la estructura
de la neurosis (receta) está compuesta por goce, deseo y angustia y estas tres
son propias de esa estructura familiar (en la neurosis hay un trayecto que se
constituye). Aquí el sujeto es preso del deseo y goce el otro, es importante
destacar que el rol del niño en la neurosis no es pasivo en el goce del otro. “La
novela familiar del neurótico” dice que es lo que la familia “cree” de ella/el.
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Santiago intenta hacer algo posible con eso que le pasa, y acude a hacer
historietas (aquí es el otro que debe historizar con diferentes tonos de voz),
comienza a dibujar las visiones, en donde aparecen zombies y personas terribles.
Sin embargo dibuja ideas napias que están todas amontonadas.
Para que pueda darse esta tramitación del síntoma, el niño debe haber
historizado su vida, la escritura (aparece la castración del otro, ya que omite letras a
la hora de elegir escribir una palabra). Lo importante es que el niño pueda transmitir
con el juego y la palabra. Es importante devolverle al sujeto su discurso invertido.
Con esto podemos decir que la labor de la profesional consta, en abrir una
pregunta para saber qué significa eso que dice el niño (nudo del síntoma que no
sabemos , no hay un modo de pensar ese cúmulo de significantes). Es importante
estar disponible para la escucha (el juego) y hay que navegar (estar disponibles)
sobre lo desconocido, debemos poder mediante la escucha receptiva tomar eso que
dice, ver cuales son los significantes que se repiten.
El paciente siempre llega al consultorio porque siente angustia, inhibición,
síntoma.
Jamás se dice textual lo que el niño dice, por ello debemos aprender a
trabajar con lo que hay ya que muchas veces papá / mamá no vienen a la
entrevista.
Así mismo menciona que dentro del espacio donde se desarrolla la entrevista
se debe dar la trasferencia, y la misma debe ser potencial y transicional, ya que es
en ella donde "El inconsciente del niño comienza a hablar con el inconsciente del
analista" Winnicot, esta transferencia es el motor y también la resistencia. Alloco
tiende a que en los espacios de intervención haya modos de relaciones más sanos,
la idea es que cada sujeto sepa aquello tiene, o que le está pasando.
El acto clínico nunca es a priori. Ella considera que la salud mental es poder
pasar a otra cosa. Es labor del analista permitir la circulación de los significantes
para que no se encripten. Por ello destaca que cuando se trabaja con el niño es
importante trabajar con el nombre propio, ya que es el primer “YO SOY”, es decir, es
el cable a tierra o donde el mismo está posicionado. (Podemos verlo en el caso de
la niña que el sobrenombre que se otorga no es menor).
Caso:
Se trata de una niña que tiene dos hermanas, una de 17 meses mejor que
ella, y otra que tenía 3 o 4 meses cuando los padres se separan hechos que
empiezan a darle escena a la angustia, y la angustia se va canalizando en
indiferencia por el lado del padre o desatención, y una omnipotencia de la
madre que da cuenta con un dedo que hay un solo modo de ver las cosa (esta
madre posee una estructura muy rígida, con poco desarme, encasillada). Una de las
problemáticas puntuales tiene que ver con que la niña tiene sobrepeso, se
encuentra con unos padres flacos, estéticos, que visten de élite, lo que de
alguna manera lleva a la misma a actuar con su síntoma aquello que no está
dicho, es decir carga y desentona con su sobrepeso. Miriam menciona que
conectamos con el inconsciente de los sujetos, en este caso de la niña con la
clínica, en este diálogo de consciente o inconsciente.
Dentro de las entrevistas se vuelve notorio que hay un reniegue por parte de
la madre respecto a lo estético, por lo cual podemos apelar que el ensuciarse y
tirarse al suelo produce de determinada manera una ruptura epistemológica dentro
de este vínculo/lazo familiar. En este caso el trabajo de la analista fue un poco
buscar permeabilizar y acoger lo “diferente” , (acoger el sufrimiento, a la niña y a los
padres con sus respectivas particularidades), ya que considera que cuando surgen
muchas defensas frente a lo diferente hace en este caso que se empantane lo dicho
y el vínculo.
Dentro de las sesiones hay desafíos que pueden ser muy costosos para
los sujetos, en el caso de estos padres, el poder lograr ir juntos a una sesión,
en cuanto al trabajo de la psp, consistió en hacer de intermediaria para que ambos
padres puedan sostener una relación amena. Este tipo de conflictivas lleva a que
la niña actúe con su síntoma aquello que no dijo, es decir actúa el enojo de la
madre o el padre y carga con ese sobrepeso, que termina desentonando con
el ideal imaginario. (Hay mucho del goce de la madre en lo que se presenta en la
niña). Era fundamental trabajar con los padres, ya que al perderse cierto ritmo en la
dinámica familiar, hace que aparezca en la niña la enfermedad/síntoma/llamado de
atención.
Por otro lado, y no menos importante, hay que tener en cuenta que hay dos
hermanitas que de alguna manera “llegan a invadir su territorio”. Aquí
podemos destacar que la niña más pequeña tiene otra permeabilidad, ya que lo
simbólico en su caso construyó un cuerpo descarado (sin embargo, es algo que
debe tenerse en cuenta al reeditar las tres etapas del jugar en la adolescencia, ya
que estas cosas no resueltas a la cual les hizo cuerpo, van a resonar más adelante).
Se va a trabajar con las tres partes, con esta triada madre, padre e hija, a fin
de poder instalar una transferencia, y poder realizar una lectura que nos dé lugar a
intervenir o no. Debemos ubicar la demanda y visualizar cual es el desequilibrio
simbólico que se presenta, y como él mismo se organiza en relación con el
otro, el tiempo y espacio, ya que si esto no está organizado es el niño quien
cae con el síntoma y con los llamados de atención, como lo vemos en la niña.
Es decir, debemos saber que lugar viene a ocupar esta niña en el ideal de los
padres, por esto es importante hacer un trayecto (lo libidinal, la información que se
promulgó durante el crecimiento, y demás). Nuestra labor consiste en ser
cuidadosos para no entrar en lo imaginario del otro, para poder prestar
atención al discurso de la niña y despejar lo que es ella y lo que no le
corresponde, en este caso ciertos estados emocionales de los padres que dan
cuenta que la sintomatología de la niña es lo que rompe con esa pareja, ya rota.
Con todo lo recopilado y visualizado en las sesiones, Alloco dice que en este
caso está en juego el objeto amoroso con los padres del niño, ya que en lo
transferencial el niño llega de la mano de alguien, y es aquí donde el saber que
tienen esos padres se ha visto cuestionado por el sistema del niño. Ambas
partes tienen una parte de verdad en su discurso, en su historia, es en el juego
esencial (el juego simbólico) en el que introduce el juego del YO y rompe con
lo dual (en tanto la relación dual como espejo, espero que sea imaginario). El
objeto de deseo o de juego es aquel objeto que voy a intercambiar con el otro,
y esto va a instalar el encuadre y la transferencia. El trabajo simbólico que
aplica, se va a dar en torno al cuerpo del niño, la lengua, podemos ver a nivel
representación en función de lo trabajado en los encuentros, la niña armó un
robot, el cual era bastante grande, y una especie de espejo, ya que mostraba
cómo se veía, o como esas palabras de un otro terminaron definiendo su
cuerpo….es ahí donde hubo un hito dado a que de alguna manera se retrató.