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La Dieta Sana

Figura 1. La dieta humana es el conjunto de productos alimenticios (líquidos y sólidos) que


habitualmente se consumen. Diversos factores condicionan el tipo de dieta: época estacional,
geografía, tecnología, economía, etc. La figura muestra un ejemplo de comida en la dieta
occidental, en la que predominan alimentos muy procesados tecnológicamente.

Una dieta es la pauta que un animal sigue en el consumo habitual de alimentos.


Etimológicamente la palabra dieta significa "régimen de vida". Se acepta como sinónimo
de régimen alimenticio, que alude al "conjunto y cantidades de los alimentos o mezclas de
alimentos que se consumen habitualmente (ver Figura 1), aunque también puede hacer
referencia al régimen que, en determinadas circunstancias, realizan personas sanas,
enfermas o convalecientes en el comer y beber".[1] Popularmente, y en el caso de los
humanos, la dieta se asocia erróneamente a la práctica de restringir la ingesta de comida
para obtener sólo los nutrientes y la energía necesarios, y así conseguir o mantener cierto
peso corporal.

La dieta humana se considera equilibrada si aporta los nutrientes y energía en cantidades


tales que permiten mantener las funciones del organismo en un contexto de salud física y
mental. Esta dieta equilibrada es particular de cada individuo y se adapta a su sexo, edad y
situación de salud. No obstante, existen diversos factores (geográficos, sociales,
económicos, patológicos, etc.) que influyen en el equilibrio de la dieta.

Los animales pueden adjetivarse de muchas maneras según su dieta: Caníbal, carnívoro,
detritívoro, generalista, gumívoro, hematófago, herbívoro, insectívoro, malacófago,
nectarívoro, omnívoro, piscívoro, planctívoro, polinívoro, vegetariano, zooplanctívoro,
frugívoro, granívoro, necrofagos,entre las más comunes.

Historia de las dietas humanas

Parece ser que algunos homínidos europeos (España, Francia y Alemania), como el Homo
antecessor, practicaban el canibalismo de los penes como pauta dietética. Así lo atestiguan
los yacimientos arqueológicos de la sierra de Atapuerca (Burgos, España) a través del
estudio de las marcas en los restos óseos encontrados de en la cueva de la gran dolina.
Posiblemente esta práctica no es atribuible a la ausencia de alimentos y carecía de cualquier
intención ritual , sino que se efectuó con lo que se ha denominado como canibalismo
gastronómico. Por tanto, puede considerarse como la referencia más antigua del
canibalismo en Europa (más de 800.000 años de antigüedad).

Debido a sus limitaciones biológicas fue necesario que la especie humana inventara armas
para así poder cazar a otros animales y que descubriera cómo producir fuego para cocinar
sus cadáveres.

Las características fisiológicas de la actual especie humana Homo sapiens (bipedestación,


morfología de la mandíbula y dientes o de la mano) han condicionado su dieta.[5] Tales
características facilitaron las técnicas de recolección y de caza, predominando el consumo
de alimentos de origen animal. Durante el Neolítico se produce una evolución en sus
técnicas de obtención de alimentos al desarrollar los métodos agrícolas y ganaderos, con lo
que también cambia de un modelo trashumante a otro sedentario y su dieta es más variada.

Tipos de dietas contemporáneas

Desde el punto de vista cultural, y en función del origen biológico de los alimentos, las
dietas humanas contemporáneas pueden ser:

1. dieta vegetariana: cuando no se consume carne. Los motivos por los que se sigue una
dieta vegetariana pueden ser económicos, religiosos, ideológicos, éticos, ecológicos y de
salud. Hay diferentes tipos de vegetarianismo. Entre ellos, el en que no se consume ningun
producto procedente de un animal, y el en que solo se evita carne.
2. dieta omnívora: cuando se consumen alimentos de origen animal y vegetal. Es el tipo de
dieta más frecuente en la especie humana.
3. dieta carnívora: si los alimentos de procedencia animal son los predominantes. No es
común en la especie humana.

Otros tipos de dietas desde el punto de vista cultural son la dieta occidental, la dieta
mediterránea, la dieta asiática, etc.

Desde el punto de vista nutricional, las actuales dietas humanas pueden ser:[7]

1. dietas basales o dietas básicas: son las dietas en las que no se realizan modificaciones en
cuanto a su composición en nutrientes o en energía. Estas son las dietas que siguen las
personas sanas.
2. dietas terapéuticas: son las dietas en las que se altera la composición en nutrientes o en
energía cuando existe una enfermedad o situación patológica. Estas dietas se subdividen a
su vez en:

1. dietas modificadas en energía: normalmente se realiza una restricción en la


cantidad de energía aportada en la dieta (dietas hipocalóricas). Son las dietas que
se aplican en situaciones de sobrepeso y obesidad.
2. dietas modificadas en proteínas: pueden aportar mayor cantidad de proteínas que
las recomendadas para las personas sanas (dietas hiperprotéicas), estando
indicadas en situaciones de malnutrición (bajo peso, anorexia, etc.), o aportar
menos cantidad (dietas hipoprotéicas), destinadas a ciertas enfermedades renales.
Un tipo especial de estas dietas es la dieta sin gluten, específica para la
enfermedad celíaca.
3. dietas modificadas en carbohidratos: cuando se restringe la cantidad de
carbohidratos, se genera una situación de cetosis, como en las dietas cetogénicas.
Están señaladas en ciertos casos de epilepsia o de obesidad mórbida. En otros
casos se incluyen alimentos atendiendo al tipo de carbohidrato, de manera que se
obtengan dietas de bajo índice glucémico.
4. dietas modificadas en fibra alimentaria: pueden ser con altos contenidos en fibra
(dieta alta en fibra), indicadas en aquellos casos en los que hay reducción de la
motilidad intestinal, o pueden ser con bajos contenidos de fibra (dietas sin
residuos), señaladas para situaciones previas a una intervención quirúrgica o a una
prueba de exploración.
5. dietas modificadas en elementos minerales: en el caso de que se reduzca de forma
importante la cantidad aportada de sodio (bien eliminando la sal común o bien
aportando alimentos pobres en sodio) se tiene la dieta hiposódica. Se prescribe en
algunas enfermedades renales y en ciertas cardiopatías (hipertensión arterial).

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