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Instituto Superior de Formación Docente N°22 “Dr.

Adolfo Alsina”
CÁTEDRA: EDI.
PROFESORA: Canabal, Juliana.
ALUMNA: Villamarín, Ludmila.

FECHA: 09/11/2019.

LECTURA CRÍTICA-ANALÍTICA

La casa de Bernarda Alba es una obra de teatro escrita por Federico García Lorca en 1936. La
historia se centra en demostrar cómo es la vida dentro de una casa, en ella conviven mujeres con edades
y personalidades diferentes, que se cerrará para el mundo exterior durante ocho años de luto y en donde
reinará el autoritarismo y la represión. Entre las mujeres se encuentran las cinco hijas de Bernarda
Alba, Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela, quienes discuten por un personaje que nunca
aparece en escena pero que se vuelve protagonista de la historia, Pepe el Romano, porque es el
pretendiente de Angustias, la heredera de una enorme fortuna, pero se siente profundamente atraído por
Adela, la encarnación de una apasionada rebeldía y, a su vez, ha enamorado a Martirio, la eterna
enamorada.

Las vírgenes suicidas es una película de 1999 basada en la novela homónima de Jeffrey Eugenides y
dirigida por Sofía Coppola que cuenta, con una trama centrada a mediados de los 70’s, cómo es la vida
de la familia Lisbon luego de que la menor de las cinco hermanas, Cecilia, decide quitarse la vida tras
varios intentos fallidos y el cómo reaccionan las cuatro restantes (Therese, Bonnie, Mary y Lux) tras el
máximo aislamiento que deben atravesar después de que Lux rompe las reglas de su autoritaria madre.

En los siguientes párrafos, entonces, se abordará un análisis entre la obra de teatro escrita por
Federico García Lorca y la película dirigida por Sofía Coppola que dará cuenta de las relaciones que
existen entre dos discursos que responden a distintos lenguajes artísticos.

La primera relación tiene que ver con el tema de la religión. En la obra aparece representado en el
acto primero cuando la familia regresa de la iglesia y hacen una especie de oración para recordar al
hombre recién fallecido:

Ber.— Con nuestra santa caridad y las almas de tierra y mar.


Todas.— ¡Descansa en paz!

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Ber.— Concede el reposo a tu siervo Antonio María Benavides y dale la corona de tu santa
gloria.

Todas.— Amén (García Lorca, 2019, p.27).

En la película, en cambio, se representa a partir de la figura autoritaria de la madre, en su cuello


siempre lleva colgado un rosario, y cuando el narrador de la historia cuenta que, el domingo siguiente
de sacar a las chicas de la escuela y cerrar la casa con un aislamiento de máxima seguridad, “después
de un sermón de la iglesia, la señora Lisbon le ordenó a Lux destruir sus discos de rock” (Las vírgenes
suicidas, 1999).

La segunda relación tiene que ver con las matriarcas de las familias. Bernarda Alba es una mujer de
sesenta años que, con ideas morales y conservadoras comunes de la época, tiene la culpa de todo lo
malo que ocurre en su casa porque con tiranía, gritos, violencia y bastonazos (símbolo de autoritarismo
masculino) obliga a sus hijas no sólo a vivir recluidas del mundo exterior durante los ocho años que
dure el luto de Antonio María Benavides, sino también a permanecer solteras ya que no cualquiera
puede desposarlas. Esto es explicado, además, por Luis García Montero en El teatro, la casa y
Bernarda Alba:

“Casi todas las interpretaciones de La casa de Bernarda Alba se basan en la prohibición de


salir, en la distancia que la madre pone tajantemente entre la familia y el pueblo. […] Esta
falta de libertad ha empujado a encauzar en un único sentido la lectura, condensando en el
bastón de Bernarda toda la separación existente entre la intimidad y el exterior, origen de
las frustraciones” (1958, pp.364-365).

La crítica permanente de la Poncia y la Criada dan a entender que Bernarda siempre llevó las riendas
de la familia y esto permite establecer una relación con la señora Lisbon porque es una mujer
demasiado sobreprotectora con sus hijas y todas las decisiones a tomar deben consultarse primero con
ella. Esto se observa, por ejemplo, cuando Trip habla con el señor Lisbon para explicar que quiere
llevar a Lux al baile, él le dice que la familia tiene determinadas reglas y una de ellas es que no pueden
salir, pero hará lo que pueda y lo consultará con su esposa.

Sin embargo, entre ambos personajes también reside una diferencia importante relacionada con la
manera de actuar frente al suicidio de sus hijas ya que ambas reaccionan de diferente manera: la señora
Lisbon, al menos durante una cierta cantidad de tiempo, se deprime y Bernarda, con autoritarismo,
quiere ocultar lo que realmente pasó antes de que los vecinos empiecen a husmear.

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El análisis entre Bernarda Alba y la señora Lisbon permite establecer un punto de contacto con
algunos aportes de Jaroslav Rosendorfsky1 cuando explica que en Doña Perfecta (1876) chocan dos
concepciones opuestas: la progresista, defendida por los jóvenes, y la conservadora, defendida por los
adultos. Este choque se ve representado implícitamente en ambas historias bajo las típicas discusiones
madre-hija de Bernarda-Adela y Sra. Lisbon-Lux porque las madres autoritarias representan los valores
conservadores y las hijas menores, con quienes más discuten, representan la rebeldía contra la moral
establecida.

La tercera relación tiene que ver con la figura de los vecinos ya que en ambas historias están
pendientes de todo lo que ocurre en las casas. Con respecto a la película, al comienzo dos mujeres
opinan que los culpables del suicidio de Cecilia son sus padres porque ella no quería morir, sino salir
de la casa debido a que son demasiado estrictos y lo que beneficiaría a la muchacha, según el doctor
que la está tratando luego de que ella se cortara las venas en un intento de suicidio fallido, sería
socializar fuera del sistema escolar con muchachos de su misma edad. Esta relación también se observa
cuando los hombres están sacando la reja sobre la que Cecilia cayó cuando se arrojó por la ventana y
las mujeres de la cuadra están pendientes de la situación, incluso una de ellas aparece en escena con
una bandeja llena de vasos y lo que pareciera ser limonada.

La cuarta relación tiene que ver con las hermanas de ambas historias. En La casa de Bernarda Alba
la diferencia de edad entre las cinco hermanas es notable y quizás esa es la razón por la cual resulta
comprensible que Angustias, Magdalena, Amelia y Martirio reaccionen con impresión y descaro ante la
rebeldía pasional de Adela. En una misma casa conviven mujeres pertenecientes a diferentes
generaciones y con pensamientos completamente diversos en torno a lo que es moralmente bueno o
malo, por ejemplo, todas las mujeres de la casa, excepto Adela que ve la situación como algo horrendo,
están de acuerdo en que el pueblo, “conjunto de vecinos que murmura, que mira detrás de las tapias,
pega los oídos a las paredes y actúa como enemigo” (García Montero, 1958, p.366), castigue a la hija
de la Librada por matar a su hijo, producto de no se sabe con quién, y enterrarlo bajo unas piedras.

Con respecto a este punto, resulta interesante hacer hincapié en el personaje de Lux porque su
personalidad es una combinación de Martirio y de Adela. Lux es la cuarta hija del matrimonio Lisbon.
Se destaca de sus hermanas por ser la más enamoradiza (igual que Martirio), pero también por ser
promiscua, apasionada y rebelde porque no está de acuerdo con las reglas de su madre (igual que
Adela) así que, luego del obligado aislamiento, comienza a tener relaciones sexuales con hombres

1
“Algunas observaciones sobre Doña Perfecta de B. Pérez Galdós y La casa de Bernarda Alba de F. García Lorca” (pp.181-
210).
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extraños en el techo de su casa. Adela tampoco está de acuerdo con la tiranía de su madre ni con el
casamiento de Pepe el Romano con su hermana Angustias, sin embargo, esto no es obstáculo para que
se reencuentre con su amado.

Por último, la quinta relación tiene que ver con la muerte y se analizó desde la diferencia porque,
por un lado, las primeras en morir son las más jóvenes de la familia, Adela y Cecilia, pero no deciden
quitarse la vida por las mismas razones. La primera, lo hizo porque creyó que su madre había matado a
Pepe el Romano de un escopetazo y que su vida, sin él, no tendría ningún sentido. La segunda, en
cambio, no dejó razones claras y los chicos que investigaban el caso creían que Cecilia, la hermana de
trece años que pintaba y escribía poesía, era una soñadora con inestabilidad emocional (conclusión a la
que llegan luego de leer su diario íntimo).

Por otro lado, las dos historias concluyen de una manera muy distinta porque en “La casa de
Bernarda Alba” la única que se suicida es Adela, sin embargo, en “Las vírgenes suicidas” las hermanas
restantes (Bonnie, Mary, Therese y Lux) deciden suicidarse colectivamente y de distintas maneras
dejando a sus padres y a los chicos que planeaban ayudarlas a escapar sin respuestas ya que nunca se
descubrió realmente cuáles fueron los motivos que las llevaron a tomar esa decisión si, como su madre
pensaba, nunca les faltó amor.

BIBLIOGRAFÍA.

 GARCÍA LORCA, F. La casa de Bernarda Alba, ed. Salim. Buenos Aires, 2019.
 COPPOLA, F. y COPPOLA, S. Las vírgenes suicidas. 1999. Estados Unidos: Paramount
Vantage y American Zoetrope.
 GARCÍA MONTERO, L. El teatro, la casa y Bernarda Alba, 1958, pp.359-370.
 ROSENDORFSKY, J. Algunas observaciones sobre Doña Perfecta de B. Pérez Galdós y La
casa de Bernarda Alba de F. García Lorca, s.f, pp.181-210.
 Las vírgenes suicidas.
1. https://www.gradesaver.com/the-virgin-suicides/study-guide/character-list.
 La casa de Bernarda Alba.
1. http://profgadespanol.blogspot.com/2013/02/analisis-de-la-casa-de-bernarda-alba.html.

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