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AMOR INTERRUMPIDO

Lo que transcribo a continuación es un extracto del libro "Aunque me


cueste la vida", de Stepahn Hausner (editoral Alma Lepik, Argentina). El
libro se consigue difícilmente en Montevideo, pero para los que tengan
acceso a él se los recomiendo. Hausner en este libro presenta algunos
casos de su vasta experiencia en constelaciones familiares relacionadas
a enfermedades y síntomas. Esto que publico, para compartir con
algunos pacientes, es una descripción clara y sencilla de lo que
llamamos "amor interrumpido": "Hablamos de un movimiento amoroso
interrumpido cuando un hijo pierde la confianza en los padres por
haberse separado pronto de la madre o del padre y cuando, por miedo a
volver a sentir esa pérdida, ya no accede a acercarse a ellos aunque
después de la separación se ocuparan amorosamente de él. El hijo se
defiende luego ante la atención de los padres y reprime su verdadero
anhelo para protegerse. Intenta exluirse sin desilusionar a la madre, y tal
vez desarrolla un síntoma para solucionar ese conflicto. Estas personas
más adelante despliegan una dinámica similar también en relaciones con
otras personas importantes para ellas. Muchos trastornos causados por
el miedo, así como cuadros de enfermedad como el asma, los dolores de
cabeza crónicos y las alergias, pueden remontarse a traumas de
separación en la primera infancia. Pienso en situaciones como el parto
por cesárea, la permanencia en la incubadora después del parto, estar
en la casa cuna o una hospitalización del niño o de la madre, por ejemplo
por el nacimiento de un hermano. También se da cuando los padres
dejan al hijo al cuidado de parientes o conocidos durante un tiempo, ya
sea para trabajar o para irse de viaje solos. A menudo suele pasar que,
transcurrido ese período de separación, el niño ya no vuelve a sentir la
misma confianza con sus padres. Además de las separaciones físicas,
efectos similares se pueden dar por una separación emocional temprana
del niño y la madre. Esta situación en algunos casos ya se produce en el
parto. La unión entre la madre y el hijo puede interrumpirse cuando la
vida de una u otro está en peligro, o también cuando el parto viene
acompañado de un gran miedo, por ejemplo en el caso de una caída.
También puede darse una separación emocional durante el embarazo,
por ejemplo cuando la madre teme por la salud o la vida del hijo, ya sea
por haber perdido uno anteriormente, o también por un diagnóstico o
declaración del médico que siembre la duda acerca de la salud del niño.
La consecuecia es que la madre ya no está libre para dedicarse
totalmente al hijo. En este contexto, la denominación embarazo de riesgo
también puede considerarse imprudente. Cuanto más pronto se dé la
separación entre madre e hijo y cuanto más larga sea, más difícil es para
él volver a emprender el movimiento hacia la madre siguiendo un impulso
propio. En general, no lo logra sin ayuda externa. La mejor forma para
solucionar la dinámica del movimiento amoroso interrumpido es que el
niño, en el marco de una terapia, sea contenido por su madre incluso
cuando opone toda resistencia, hasta que vuelva a ganar confianza.(...)
De esta manera, el movimiento amoroso anhelado tal vez llegue a la
meta y, en el futuro, el paciente aprenda a volver a permitir la cercanía.
Así el amor y la fuerza vital pueden volver a fluir, ya no sólo desde los
padres hacia los hijos y a la inversa, sino también en la pareja".

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