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INVESTIGACIÓN COMUNITARIA

Entendida como construcció n de conocimiento sobre las realidades sociales, tienen


que considerar el contexto en el que se desarrollan y las condiciones que llevan a
las personas a responder a los desafíos que éste les presenta. Hablar de contexto,
es situarse en una heterogénea cantidad de hechos y situaciones que configuran la
realidad; por ello es algo má s que un listado de problemas a enumerar, describir y
medir. El contexto comprende el campo de la realidad que se debe reconocer en la
investigació n, y es en él donde se dan una serie de articulaciones entre
experiencias, conocimientos, visiones, informació n e intereses, que llevan a
mostrar con mayor claridad unos aspectos, dejando en la oscuridad a otros. Los
procesos de investigació n comunitaria son condicionados por un contexto, pero es
en este, donde encuentran su justificació n, su significado y legitimidad social.

Hoy en día, los procesos investigativos esta tensionados por la exigencia que deben
responder a intereses políticos, econó micos, ambientales o culturales definidos,
ante esto no puede existir ingenuidad en el investigador, ni en la comunidad, otro
aspecto que hay que tener en cuanta se trata de la inestabilidad del modelo
econó mico, la incertidumbre política, la inexistencia de estrategias que permitan
actuar sobre las necesidades, reclamos y potencialidades de los sectores excluidos
y pobres, lleva a suplantar los deseos de cambio por desconfianza, frustració n,
desesperanza y fatalismo, y lo que es peor, a remplazar disposiciones y acciones de
diá logos y consensuació n, por hechos violentos que debilitan y fragmentan má s las
identidades culturales y los tejidos sociales fundados en la confianza y en la
solidaridad

INVESTIGACIÓN EN EL AULA

El uso de la investigació n en el aula, desde temprana edad, es una estrategia


pedagó gica acertada para estimular la producció n de conocimiento.

“Yo investigo…tu investigas…nosotros investigamos…”

El maestro como mediador es el responsable de introducir a las estudiantes en el


mundo de los científicos, buscando que esta llegue a la comprensió n del mundo y
del lenguaje científico. La concepció n que tiene el maestro de la ciencia ligada a la
pedagogía genera campos de saber, esto conlleva un cambio en la idea del maestro
y su rol.

La investigació n como estrategia pedagó gica ejerce un impacto vinculante entre la


prá ctica pedagó gica  y la investigació n, se le  brinda a los niñ os la posibilidad de
apropiarse de la ló gica del conocimiento y de herramientas propias de la ciencia
con la mirada puesta en la sociedad y sus necesidades, proyectá ndonos al
conocimiento significativo al que se refiere Ausubel (2001): para atribuir
significado al material objeto de aprendizaje no  só lo se deben actualizar sus
esquemas de conocimiento sino también revisar, modificar y enriquecer este
conocimiento.

En el á mbito de la educació n en la escuela, va cambiando el modo de entender la


actividad científica desde tres espacios en permanente interacció n: la innovació n,
su justificació n y aplicació n - enseñ anza. Esto construye una estructura del
conocimiento escolar con cuatro componentes: El mundo  de los estudiantes, los
fines de la escuela (su proyecto), la ciencia para este contexto y el método para
lograr este resultado.

Idealmente el aula es ese espacio comú n para el entendimiento mutuo, para cierta
negociació n de conocimientos y para la formació n de significados compartidos. En
este sentido enseñ ar es comunicar. En la escuela al enfocar la enseñ anza desde el
punto de vista comunicativo recurrimos a la investigació n como estrategia
pedagó gica que nos sugiere muchas posibilidades para orientar las actividades
educativas, recrear el aula y renovar las didá cticas.

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