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El teatro de 1939 a 1975

Antonio Buero Vallejo


Los autores que se encuentran en el exilio también realizaron teatro, los mas
destacados son Rafael Alberti, Max Aub y Alejandro Casona.
Rafael Alberti: sus obras dramáticas en el exilio son El adefesio, tragedia con
elementos esperpénticos y simbólicos, también tenemos Noche de guerra en el Museo
del Prado, es un drama que ocurre en el sótano del Museo del Prado, los personajes de
los cuadros de goya cobran vida para lucha rcontra las tropas de Napoleón, que se
identifican metafóricamente con los sitiadores franquistas.
Alejandro Casona: durante la República dirigió el teatro del Pueblo, su objetivo era
difundir el teatro clásico. Cuando marcha al exilio ya había estrenado obras como
Nuestra Natacha. Fuera de España escribió sus mejores dramas Prohibidos suicidarse
en primavera, La dama del alba, La barca sin pescador o la casa de los siete balcones. A
diferencia de otros escritores el exilio no altera los planteamientos estéticos o
temáticos de sus obras en la preguerra.
Max Aub: destaca la tragedia de San Juan (1943), trata de que un carguero en el que
viaja un contingente de judíos que huyen de los nazis en busca de un puerto donde
desembarcar. No reciben autorización en ningún lado y finalmente el barca naufraga
en alta mar. La obra denuncia la positividad y la inhibición de las potencias
occidentales ante la tragedia de los desterrados.
El teatro de los años 40
Destaca la comedia burguesa y la comedia del disparate:
Comedia burguesa: toma como modelo las obras de Benavente, en ellas podemos destacar
autores como Benavente, Joaquín Calvo Sotelo o Edgar Neville. Es un teatro estéticamente
convencional e ideológicamente conservador que pretender entretener al espectador también
se denomina teatro bien hecho. Sus temas principales son la búsqueda de la felicidad, la
infidelidad y los celos, la oposición entre lo español y lo extranjero o el triunfo de los buenos
sentimientos.
Comedia del disparate: durante los años anteriores a la guerra civil había aparecido esta
comedia y seguido cultivando después de esta. Sus principales autores son Enrique Jardiel
Poncela y Miguel Mihura, en sus obras había humor absurdo de raíz vanguardista.
Miguel Mihura: destaca su obra Tres sombreros de copa en 1932 pero se estrenó en 1952.
Mihura ensaya diferentes mecanismos de comicidad: la acumulación de objetos inútiles, los
juegos de lenguaje o el encadenamiento de situaciones disparatadas. La ruptura con la lógica
ha permitido emparentar Tres sombreros de copa con el teatro absurdo, si bien la obra de
Mihura carece de fondo filosófico existencialista característico de los dramas de lonesco o
Beckett. En obras posteriores el autor tiene carácter más convencional.
Enrique Jardiel Poncela: presenta tres diferencias fundamentales respecto al teatro cómico
Arniches, Los Quinteros o Muñoz Seca. La incorporación de sucesos inverosímiles o fantásticos,
la comicidad basada en la agudeza verbal y la creación de situaciones insólitas que apela a la
inteligencia del espectador y la eliminación de elementos castizos o costumbristas. Una de sus
principales obras es Cuatro Corazones con freno marcha atrás.
Destaca el teatro existencial con obras como Historia de una escalera de Antonio
Buero Vallejo o Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre.
Teatro de los años 50
En los años 50 en España surge un teatro comprometido con la realidad social y
política del país.
El posibilismo de Antonio Buero Vallejo y el teatro de agitación que es una denuncia
explicita.
También tenemos a Alfonso Paso que se pliega a la censura.
Alfonso Sastre: irrumpe en la escena española con el drama Escuadra hacia la muerte.
La obra admite varias interpretaciones, por un lado, puede entenderse como una
tragedia antibelicista incita a la rebelión y por otro se trata de una reflexión sobre la
necesidad de asumir el agobiante peso de la libertad. Sastre evoluciona hacia un teatro
de agitación social y política con obras como La mordaza o La sangre y la ceniza. En la
taberna fantástica, que es una tragedia compleja, denuncia el abandono social de los
jóvenes en los arrabales de Madrid, empujados por el alcoholismo y la delincuencia.
Dramaturgo realistas destacan Laura Olmo, José Martín Recuerda, José María
Rodríguez Méndez, Carlos Muñiz o Ricardo Rodríguez Buded. Entre sus obras podemos
destacar:
La camisa, de Laura Olmo, este drama indaga en cuestiones como la marginalidad,
miseria o la emigración a través de la pareja formada por Juan y lola, que viven con su
familia en una chabola a las afueras de la capital. Juan no encuentra trabajo pero se
resiste a irse, Lola sin embargo se da por vencido y decide abandonar España.
Las salvajes de Puente San Gil, de José Martín Recuerda. Una compañía de revista llega
a un pueblo andaluz. La oposición de la Iglesia y las beatas y , a la vez, la sexualidad
reprimida de sus maridos y los mozos evidencian la hipocresía, la mojigatería y la
barbarie de la España profunda.
Los inocentes de la Moncloa, de José María Rodríguez Méndez. Los protagonistas son
unos opositores obsesionados por la obtención de una plaza que viven en una pensión
de Madrid. Uno de ellos agoniza en una cama víctima de un sistema que los aboca a la
alineación.
La madriguera, de Ricardo Rodríguez Buded. La acción se desarrolla en una casa
sórdida donde malviven varias familias. La falta de intimidad y las penosas condiciones
de vida convierten la convivencia en una guerra abierta.
Teatro de los años 60
Destaca el teatro experimental, el teatro del absurdo y el teatro de la crueldad.
Destaca:
Fernando Arrabal: que desarrollo parte de su obra en Francia. En 1962 fundó el
Movimiento Pánico. Entre sus obras podemos destacar El laberinto o El arquitecto y el
emperador de Asiria. Se trata de un teatro provocador, que aspira a sobrecoger o
escandalizar al espectador por medio de la violencia, el sexo o la locura. Sus obras no
pretenden ofrecer testimonio de la realidad, constituyen parábolas o alegorías que
presentan una imagen pesimista, atroz, de la condición humana, por ello es un teatro
simbólico vinculado al teatro del absurdo. Además destaca la importancia de los
signos no verbales y los diálogos, poéti0cos e incoherentes. Entre sus obras podemos
destacar:
Pic-nic: Los padres de Zapo acuden al frente con una cesta de alimentos para
celebrar con su hijo un picnic, al que se suma Zepo, el enemigo. Al final, una
bomba mata a los cuatro personajes, convirtiendo la obra en un alegato
antimilitarista.
El cementerio de automóviles: los personajes viven en los coches de un
desguace. Emanu toca la trompeta cada noche para aliviar la penosa existencia
de los más pobres. Los habitantes del desguace que no soportan esa muestra
de altruismo, terminan por crucificarlo.

Francisco Nieva: sus obras escritas en los años 60, no pudieron ser
estrenadas hasta después de la muerte de Franco, como por ejemplo, Pelo de
tormenta, Nosferatu o Combate de Ópalos y Tasia. Los temas centrales de sus obras
son la crítica a la España tradicional, la transgresión y la liberación de los instintos,
mediante un lenguaje dramático caracterizado por el erotismo y la desinhibición, al
que incorpora elementos del carnaval, el esperpento o el surrealismo.
Antonio Buero Vallejo
Podemos dividir sus obras en diferentes etapas:
Años 40: destaca Historia de una escalera, una obra de carácter
existencial. Esta obra transcurre en la escalera de una comunidad de vecinos, en ella
los personajes sueñan con una vida mejor, lejos de la miseria y la mediocridad que los
aplasta. El segundo acto transcurre 10 años después y el tercer acto 20 años después,
en este los protagonistas escuchan con melancolía las conversaciones que tienen sus
hijos en el rellano, unas conversaciones muy parecidas a las que ellos tuvieron en el
primer acto. Destaca la circularidad de la acción y la presencia simbólica de la escalera .
Años 50-60: lleva a cabo un teatro social posibilista, es decir, obras sociales que pasan
el filtro de la censura. Para ello sitúa sus obras en el pasado pero dando a entender
que esa situación se puede extrapolar al presente. En esta etapa podemos destacar En
la ardiente oscuridad, Las meninas, El sueño de la razón, El tragaluz, La doble historia del
doctor Valmy.
Años 70-80: realiza el teatro experimental, en esta corriente destacamos obras
como La Fundación, la cual está protagonizada por cinco condenados a muerte que
esperan su ejecución, uno de ellos, Tomás, incapaz de afrontarlo, imagina que está en
una lujosa fundación. También podemos destacar La denotación, que hace referencia
a Larra.
En sus obras Buero pretende que el espectador tome conciencia, sin autoengaños, de la trágica
condición del ser humano. Sus obras son tragedias con elementos simbólicos, construidas
sobre una base realista, las cuales admiten una lectura en clave social. En ellas se lleva a cabo
una crítica de la realidad española.
En cuanto a su estilo podemos destacar una serie de estrategias teatrales:
 El uso de personajes históricos para reflexionar sobre el presente, como podemos
observar en Las meninas o en El sueño de la razón.
La presencia de elementos simbólicos, como es la ceguera de los personajes en la obra
En la ardiente oscuridad.
Los efectos de inmersión, por ejemplo en El concierto de San Ovidio y En la ardiente
oscuridad, protagonizadas por ciegos, la escena queda a oscuras.

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