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ENSAYO ARTE Y POESÍA DE MARTIN HEIDEGGER

INRODUCCION:

Martin Heidegger (1889-1976) filósofo alemán, que influyo en las corrientes de la


filosofía contemporánea convirtiéndose en uno de los más importantes filósofos,
transcendiendo sus conocimientos en su obra:

El libro el "Arte y poesía" que nos lleva a analizar los conceptos sobre estética, el
arte y lo poético. Basado en la recopilación de dos ensayos:

"El origen de la obra de arte" de 1952 y

"Hölderlin y la esencia de la poesía" de 1937.

Abordaremos el tema comenzando por “EL ORIGEN DE LA OBRA DE ARTE” que


marca el estilo de Heidegger que consiste básicamente al movimiento del
pensamiento hacia la luz más común. Donde no siempre las articulaciones del
estilo coinciden exactamente con las articulaciones lógicas.

Entraremos a como se refiere a la “COSA Y LA OBRA” donde cada ente le


ponemos el nombre de cosa, y como la obra la patentamos con entes de los que
son y como son.

Más allá de la cosa esta la “OBRA Y LA VERDAD”, aquí hace una afirmación
anticipada acerca de lo que está en operación en la obra de arte, o sea, se pone
en operación la verdad. ¿En qué medida acontece en el ser obra de la obra, es
decir ahora, en qué medida acontece la verdad en la lucha del mundo y la tierra?
¿Qué es la verdad?

Entraremos a distinguir “LA VERDAD Y EL ARTE” donde buscamos su esencia


del arte en la obra real. La realidad de la obra se determinó por lo que opera en la
obra, por el acontecer de la verdad. Donde marca primordialmente una de las
ideas Heidegger "Todo arte es en esencia poesía"
Por ultimo entraremos al segundo ensayo, "HÖLDERLIN Y LA ESENCIA DE LA
POESÍA." Friedrich Hölderlin fue un poeta alemán del siglo XIX, que Heidegger
toma como referencia en sus estudios sobre la poesía.

DESARROLLO:

La búsqueda de la esencia del arte nos conduce el autor por medio de estos
apartados:

 “EL ORIGEN DE LA OBRA DE ARTE”


 “COSA Y LA OBRA”
 “OBRA Y LA VERDAD”
 “LA VERDAD Y EL ARTE”
 "HÖLDERLIN Y LA ESENCIA DE LA POESÍA."

“EL ORIGEN DE LA OBRA DE ARTE”

Comenzaremos como define Heidegger el ORIGEN el cual significa aquello de


donde una cosa procede y por cuyo medio es lo que es y como es. Lo que es algo,
cómo es, lo llamamos su esencia. El origen de algo es la fuente de su esencia. La
pregunta sobre el origen de la obra de arte, interroga por la fuente de su esencia.

Por otra parte, considera Heidegger que el artista es el origen de la obra. La obra
es el origen del artista. Ninguno es sin el otro. Sin embargo, ninguno de los dos es
por sí solo el sostén del otro, pues el artista y la obra son cada uno en sí y en su
recíproca relación, por virtud de un tercero, que es lo primordial, a saber, el arte, al
cual el artista y la obra deben su nombre.

Nos conduce a encontrar la esencia del arte que realmente está en la obra,
busquemos la obra real y preguntémosle qué es y cómo es.

Las obras de arte son conocidas por todos. Las obras de arquitectura y escultura
se encuentran en las plazas públicas, en las iglesias y en las casas. En las
colecciones y exposiciones se depositan obras de arte de las más diferentes
épocas y pueblos.

El artista y la obra, ambos elementos están separados pero unidos por el tercer
elemento, el arte, el cual define la dimensión artística que el artista transmite en la
obra para que ésta pueda llamarse artística. De ahí que la formación del artista, el
cual debe ser creativo y arquitecto, esto es vital en el proceso de la obra.

“COSA Y LA OBRA”

Hace mucho énfasis en lo "cósico de la cosa", que se refiere a encontrar la


esencia de las cosas, entre ellas de la obra de arte. Aquí Heidegger nos describe
como el cuadro de los zapatos viejos de labriego pintados por Vincent Van Gogh.
Nos habla de él para ilustrar que los objetos, en este caso los zapatos, sólo son
útiles si pueden convertir en "seres de confianza". Esto trasladado a la arquitectura
nos puede hablar de un espacio que es habitable no sólo porque estamos en él,
sino porque lo podemos hacer nuestro, y en la apropiación sentirnos libres y en
paz en él. Así lo hacemos un ser de confianza a la manera de Heidegger. Una
obra, sólo será útil si se vuelve significativa para la existencia humana, así
develará su verdad y esencia.

Lo que Heidegger interpreta en el proceso de investigación del cuadro de Van


Goth es “El ser de la cosa” una interpretación del ser de la cosa que nos permitiera
descubrir lo que tiene de cosa la obra y nos encontramos con interpretaciones que
tienden a valer por igual para la cosa, la obra y el útil, lo cual resulta muy
comprensible si tenemos en cuenta que el útil está especialmente próximo a la
representación humana, porque llega al ser mediante nuestra propia producción.

Entonces, en la obra no se trata de la reproducción de los entes singulares


existentes, sino al contrario, de la reproducción de la esencia general de las cosas.

En "La obra y la verdad" nos habla de cómo en las obras artísticas está en
operación el acontecer de la verdad, de la esencia. Heidegger explica este
acontecer de la verdad o de la esencia con un templo griego. Por sí mismo como
objeto físico no representa nada, pero si mediante el templo el ser humano se
contacta con lo divino, entonces también será la delimitación de lo sagrado. Esa
es la esencia de un templo, se pone en operación la relación divina, es el lugar
donde dios habita y el hombre lo encuentra, donde dialogan más directamente.

“OBRA Y LA VERDAD”

Aquí nos habla de cómo en las obras artísticas está en operación el acontecer de
la verdad, de la esencia. Heidegger explica este acontecer de la verdad o de la
esencia con un templo griego. Por sí mismo como objeto físico no representa
nada, pero si mediante el templo el ser humano se contacta con lo divino,
entonces también será la delimitación de lo sagrado. Esa es la esencia de un
templo, se pone en operación la relación divina, es el lugar donde dios habita y el
hombre lo encuentra, donde dialogan más directamente.

El templo por primera vez construye y congrega simultáneamente en torno suyo la


unidad de aquellas vías y relaciones en las cuales el nacimiento y la muerte, la
desdicha y la felicidad, la victoria y la ignominia, la perseverancia y la ruina, toman
la forma y el curso del destino del ser humano.

El estar en pie el templo da a las cosas su fisonomía y a los hombres la visión que
tienen de sí mismos, dice Heidegger. Esta visión queda abierta sólo mientras la
obra es una obra y el dios no ha huido de ella. Lo que para Heidegger constituye
la esencia de la obra de arte —el que establezca un mundo haciendo una tierra—
depende, en el caso del templo, de la creencia de que es habitado por un dios.

“LA VERDAD Y EL ARTE”

Heidegger aquí, refuerza ideas como que el origen es la fuente de la esencia de


las cosas, o sea la verdad, la cual siempre tiene una connotación iluminativa o
mística. El arte es el origen del artista y la obra de arte. En la obra está en
operación el acontecimiento de la verdad, porque ahí se revelará el ser oculto, a
manera de un ser vivo que el artista ayuda a desentrañar en el acto creativo. Esta
verdad se revelará en la obra terminada, y en el caso de la arquitectura, cuando el
espacio se revele como habitable. A su vez la esencia descubierta será la que,
quien experimente la obra, podrá percibir más allá de sus cinco sentidos externos,
hasta sus dimensiones sensibles y espirituales. Esto sobre todo lo hace la poesía,
la cual trasciende la realidad física y con el lenguaje y sus metáforas ayuda a
instaurar nuevos mundos, y a ampliar lo significativo de la existencia humana.

Heidegger, se extiende explicando que la poesía más que ninguna otra


manifestación artística, está directamente vinculada con la verdad y la esencia
divina de la vida, y nos dice, "todo arte es en esencia poesía."

Sí "todo arte es en esencia poesía," entonces la arquitectura es capaz de poetizar


desde su dimensión artística partiendo desde el proceso de diseño y la reflexión.
La arquitectura crea espacios que pueden propiciar una poética del habitar, con su
propio lenguaje, el de muros y vanos, volúmenes, juegos de luz, textura y color,
que crean recorridos con sus matices y pausas. Dar poesía para provocar y
contribuir a la construcción de la vida como obra de arte, sería proveer de una
arquitectura capaz de trascender su tridimensionalidad física para con ello
favorecer que su habitante tenga experiencias significativas, en lo cotidiano y lo
extraordinario.

"HÖLDERLIN Y LA ESENCIA DE LA POESÍA."

El segundo ensayo se titula, "Hölderlin y la esencia de la poesía." Friedrich


Hölderlin fue un poeta alemán del siglo XIX, que Heidegger toma como referencia
en sus estudios sobre la poesía, donde dicho poeta describe que, "su poesía está
cargada con la determinación poética de poetizar la propia esencia de la poesía….
es el poeta del poeta". El filósofo estudia la obra de Hölderlin y propone en este
texto, lo que él llama "las cinco palabras guía" como premisas extraídas del
análisis de la obra de este artista:

Poetizar, la más inocente de todas las ocupaciones, pues la poesía es sólo como
un sueño, un juego inocuo de palabras sino se lleva a la acción. Pero su materia
prima, el lenguaje no es tan inocente, y de ahí viene la segunda guía.

Se refiere a que el lenguaje es un bien y puede representar un peligro si se


distorsionan sus mensajes y se utiliza para manipular, pues tiene el poder de
comunicar.
Somos un diálogo y podemos oír unos de otros. El lenguaje comunica, es habla, y
cuando ya forma un diálogo con otro, nos relacionamos con nuestros semejantes.
Por medio del diálogo expresamos nuestras experiencias en incluso nombramos a
nuestros dioses, es nuestra manera de relacionarnos y expresarnos en el mundo
como seres individuales.

Pero lo que queda lo instauran los poetas. El lenguaje instaura lo permanente.


Incluso "el poeta nombra a los dioses y a todas las cosas en lo que son". Esto es
que, con el poder de las palabras, la poesía logra trascender lo físico, crea
metáforas que van más allá de la llamada realidad, donde lo importante no reside
sólo en lo dicho, sino en lo que esto sugiere para que la imaginación lo termine de
construir. Queda un territorio por descubrir en cada individuo, donde a partir de lo
que lo poético despierta, terminamos de crear en nosotros, tejiendo pensamiento y
emotividad.

Pleno de méritos, pero es poéticamente como el hombre habita esta tierra. La


quinta y última guía que parece cerrar con broche de oro las ideas que hemos
explorado en Heidegger. Habitar poéticamente significa "estar en la presencia de
los dioses y ser tocado por la esencia cercana de las cosas,". Es decir, por la
verdad.

CONCLUSION:

El estilo de Heidegger es admirable, fastidioso e hipnótico. Desde su estudio en


particular "El origen de la obra de arte" que consiste particularmente en pasar de
esa luz heideggeriana peculiarísima a la luz más común en que el pensamiento
generalmente se mueve.

Esto no puede hacerse sin ciertas concesiones: debemos mantener casi siempre
la terminología heideggeriana, inclusive los giros con que la introduce y la mueve,
bajo amenaza de hacerle decir otra cosa de lo que, a menudo ambiguamente,
dice.
El primer resultado de esta audacia escolar, incómodo y promisorio a la vez,
consiste en el descubrimiento de que no siempre las articulaciones del estilo
coinciden exactamente con articulaciones lógicas del pensamiento.

En general, todo el pensamiento estético de Heidegger está centrado de


antemano en su teoría de la verdad: los demás elementos del problema van
jugando con la verdad y en torno de ella: "Si la obra es obra, en ella está puesta
en operación la verdad"

Este libro detona la reflexión de lo artístico como alimento del ser sutil que habita
dentro del cuerpo humano. La poesía en arquitectura se libera cuando desde su
creación, y en el desarrollo del proceso de diseño se le infunden las cualidades
necesarias para realmente albergar al alma humana.

Los dos ensayos mostrados, muestran en conjunto las reflexiones que Heidegger
dedicó al problema de la estética, estrechamente vinculadas con la materia de El
ser y el tiempo. De tal suerte que, de acuerdo con el impecable traductor, el
filósofo Samuel Ramos, estos dos “pequeños ensayos estéticos pueden
considerarse como una ontología del arte en su más estricto sentido”. Para
Heidegger era evidente que la obra de arte es un ente y ese carácter es lo que
pretende descubrir: ¿el arte es una mera cosa o algo más?

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