Está en la página 1de 24

APRECIACIÓN ESTÉTICA Y SU DIMENSIÓN

AUDIOVISUAL

EL ORIGEN DE LA OBRA DE ARTE


(HEIDEGGER)

Dra. Olga Espinal Maestrantes:


Julio César Matos
Edwin Josué Ramírez
Arnold Martínez
Martin Heidegger nació en 1889 en Messkirch, un
pueblo de Alemania. Sus padres eran católicos
romanos devotos; esto llevó a Heidegger a
estudiar teología en la Universidad de Freiburg,
aunque finalmente decidió dedicarse a la filosofía.
En el año 1914 se doctoró con una tesis sobre el
psicologismo, corriente que destaca el rol de los
procesos mentales. En la década de 1920 trabajó
como profesor de filosofía en la universidad de
Marburg , en la que ejercería durante el resto de
su carrera.
La Filosofía Heideggeriana se centra fundamentalmente en
el estudio de la existencia humana y en la historia del ser. La
expresión más representativa de su filosofía, se encuentra
en la inconclusa obra Ser y Tiempo donde el erudito
profundiza de una forma insondable en la existencia.
Heidegger empieza sus aportes a la filosofía señalando la
prospectiva de su pensar, es decir, la dirección hacia dónde
ve su proyecto del otro pensar, nombrado así
significativamente por ser el tránsito de la metafísica al
pensar según la historia del ser.
Heidegger considera que la filosofía es revivencia o
repetición de la vida inmediata y espontánea. Pero esta
repetición no puede tener la forma de la reflexión que
propone Husserl, porque ésta produce una modificación
esencial en la vivencia primitiva.
El arte, para Heidegger, no es ya el lugar para lo bello o
la perfección, sino que es el espacio donde se asienta el
ser del ente, donde se pone la verdad del ente. En la
obra de arte, no se da, solamente, el ser del ente, sino
que también se abre el mundo y la tierra de ésta.

En la música Heidegger hace referencia a las obras de los


autores Stravinski con la sinfonía de los salmos y Perséfone
que ambas obras son música en el sentido supremo de la
palabra: obras regaladas por las musas.
Mozart fue uno de los oyentes de entre los oyentes, lo que
quiere decir que lo seguirá siendo.
Según Heidegger si se tiene en cuenta que una obra de arte
musical quiere ser escuchada, se pueden aducir, por otra
parte , los pensamientos de escuchar, emitir y el sonar en
relación con la pregunta por la esencia del lenguaje.
Psicología Martin Heidegger elaboró un pensamiento con
consecuencias importantes para la comprensión del ser humano.
Su descripción del hombre como Dasein implica en un cambio de
paradigma que pretende superar la relación objetivante que se ha
desarrollado en la civilización occidental, es decir, en la
Metafísica.

El planteamiento de Heidegger existencialismo procura el


esclarecimiento de problemas inherentes a la condición humana,
el sentido de la existencia, la significancia del ser y la naturaleza
de la libertad y de la responsabilidad individual.
Martin Heidegger, el filósofo que nos ocupa, negó su vinculación
con la filosofía existencialista; de hecho se han distinguido dos
periodos en su obra, y el segundo de ellos no se puede clasificar
dentro de esta corriente de pensamiento. No obstante, las
propuestas y los objetos de estudio de su primera etapa tienen un
carácter existencialista evidente.
Heidegger dice que el origen significa aquí aquello a partir
de donde y por lo que una cosa es lo que es y tal como es.
Qué es algo y cómo es, es lo que llamamos su esencia.

-El artista es el origen de la obra, la obra es el origen del


artista y ninguno puede ser sin el otro, pero ninguno de los
dos soporta tampoco al otro por separado.

-El arte ya no es más que una palabra a la que no


corresponde nada real. En última instancia puede servir a
modo de término general bajo el que agrupamos lo único real
del arte: las obras y los artistas.
-Todo el mundo conoce obras de arte: en las plazas
públicas, en las iglesias y en las casas pueden verse
obras arquitectónicas, esculturas y pinturas. En las
colecciones y exposiciones se exhiben obras de arte de
las épocas y pueblos más diversos.
En las colecciones y exposiciones se exhiben obras de
arte de las épocas y pueblos más diversos. Si
contemplamos las obras desde el punto de vista de su
pura realidad, sin aferrarnos a ideas preconcebidas,
comprobaremos que las obras se presentan de manera
tan natural como el resto de las cosas.
LA COSA Y LA OBRA
- Las cosas en sí y las que aparecen, todo ente que es de alguna
manera, se nombra en filosofía como cosa.
Heidegger repara que del hombre no decimos que es una cosa, ni de nada
animado, sólo de lo inanimado decimos que es una cosa, «Para nosotros,
serán más bien cosas el martillo, el zapato, el hacha y el reloj. Pero tampoco
son meras cosas. Para nosotros sólo valen como tal la piedra, el terrón o el
leño. Las cosas inanimadas, ya sean de la naturaleza o las destinadas al uso.
Son las cosas de la naturaleza y del uso las que habitualmente reciben el
nombre de cosas.»
Heidegger asume que el arte tenía que ver con lo bello y la
belleza y no con la verdad y que se hablaba del arte a diferencia
de la artesanía útil, y afirma «En el arte bello, no es bello el arte,
sino que se llama así porque crea lo bello. Al contrario, la verdad
pertenece a la lógica. Pero la belleza se reserva a la estética»
(p. 51)
Aquí surge la pregunta a Heidegger de si al relacionar arte con
verdad regresamos a la tesis de que el arte es una imitación y
copia de lo real. La edad Media llamó a esto una adaequatio,
smoiosis dice Aristóteles. Así es como se entiende usualmente
la esencia de la verdad. Pero en este caso, un cuadro como el
de Van Gogh la tesis de la verdad como adecuación a la
realidad, no logra esa concordancia.
Heidegger advierte que este no es el cometido de la obra de arte, «no se trata
de la reproducción de los entes singulares existentes, sino al contrario de la
reproducción de la esencia general de las cosas.» (p.51).

En otro ejemplo habla de Hölderlin y su himno El Rin, o el poema de la fuente


romana de Meyer.
Así puede recapitular Heidegger:

A. Se busca la realidad de la obra de arte para encontrar ahí el arte


verdadero que está en ella.

B. Se comprobó que lo real es su cimiento cósico,

C. Para aprender el ser de la cosa no bastan los conceptos tradicionales de


cosa (esencia de lo cósico),

D. Se mostró en general que el ser del útil ha afirmado una peculiar


preeminencia en la interpretación del ente,

E. Esta preeminencia da señal para renovar la pregunta sobre lo que tiene de


útil el útil, evitando las interpretaciones corrientes.
EL ORIGEN DE LA
OBRA DE ARTE

MARTIN HEIDEGGER
La verdad y el arte
Julio César Matos.

El presente análisis es una especie de meditación sobre la obra de arte y la esencia


de la verdad desde el pensamiento de Martin Heidegger. Con El origen de la obra de
arte, el autor alemán incorpora el problema del arte a su filosofía sobre la metafísica,
sobre la verdad y sobre el pilar de su ontología fundamental.
Julio César Matos

La concepción tradicional de la verdad arranca, a juicio de


Heidegger, de las siguientes tres premisas: primero, el lugar de la
verdad es la proposición (el juicio); segundo, la verdad se
caracteriza por la correspondencia entre el juicio y el objeto; y,
tercero, ambas proposiciones tienen como fundador a Aristóteles.
Además, al concepto de verdad como adecuación se suman otras
dos características: por un lado, la función binaria del concepto de
verdad (esto es, el ser o bien verdadero o bien falso; y, por otro lado,
el carácter regulativo de la verdad como correlato de la realidad.
Julio César Matos

A partir de este punto Heidegger se propone cuestionar el ideal de la evidencia


de la filosofía de la conciencia (como garantía última de toda verdad),
remitiéndose constantemente al factum de un mundo ya siempre y previamente
abierto.

La concepción de la verdad elaborada por Heidegger en Ser y tiempo se mantiene


prácticamente inalterable en la conferencia El origen de la obra de arte, en la que los temas
de la constitución del sentido y de la apertura del mundo se abordan en términos de
«fundación de la verdad y de acontecer de la verdad», respectivamente.
El artista es artista gracias a la obra de arte, la obra de arte es gracias al artista,
pero ambos están implicados gracias a algo que los hace ser: el arte.

La pregunta por el arte nos lleva a indagar por su esencia desde «la obra de arte»,
pero ambas ideas van relacionadas, de tal manera que para saber qué es el arte
debemos acudir a la obra de arte, y para saber qué es la obra de arte, debemos
acudir al arte, lo cual implica un círculo vicioso.
Heidegger hace ver la complejidad de esta pregunta por el arte, pues uno puede
mirar la historia del arte y a partir de las múltiples obras de arte indagar sobre la
esencia del arte, sin embargo este es un problema, pues ¿cómo sabremos cuáles
son obras de arte y cuáles no, si no sabemos aún qué es el arte? Pero tampoco
podemos hablar del arte desde los conceptos de lo que sea el arte, porque eso está
dando por supuestas aquellas determinaciones de lo que es el arte.
Juulio César Matos

A partir del método fenomenológico, el arte lo encontramos en todos lados, nos


vemos rodeados de él: Todo el mundo conoce obras de arte. En las plazas
públicas, en las iglesias y en las casas pueden verse obras arquitectónicas,
esculturas y pinturas. En las colecciones y exposiciones se exhiben obras de arte
de las épocas y lugares más diversos.
Sin embargo, si las vemos desde su pura realidad cotidiana, el arte no es más que
una cosa como tantas otras que observamos, el cuadro cuelga de la pared como un
sombrero, una sombrilla o un espejo, por igual los cuartetos de Beethoven yacen
amontonados en cajas de las editoriales de la misma forma que los plátanos y
yucas en un granero.
Pero para encontrar la esencia del arte, que verdaderamente reina en la obra,
debemos adentrarnos a ver lo que realmente es.
. El significado y el valor de una obra de arte son meras formas de aprehensión de
validez únicamente subjetiva y no pertenece ni al modo originario de darse la obra
de arte ni añaden verdad objetiva a la misma.
Fuentes bibliográficas

Contra el arte domesticado. Una lectura más sobre “El origen de la obra de arte” y el nazismo
Recuperado a partir de https://revistafilosofia.uchile.cl/index.php/RDF/article/view/47595

Domínguez, J. (1991). La teoría estética en Heidegger. Areté, 3(2), 183-205.

De La Vega Visbal, M. (2010). Heidegger: Poesía, estética y verdad. Eidos, (12), 28-46

De la Maza, L. M. (2005). Fundamentos de la filosofía hermenéutica: Heidegger y Gadamer. Teología y vida,


46(1-2), 122-138.
Julio César Matos

También podría gustarte