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Tertuliano
Nació en el 155 y murió en el 222. Tuvo padres paganos y desde el principio
tuvo una vocación filosófica muy clara, especialmente hacia la divinidad. Eso le hizo
recorrer las distintas escuelas filosóficas del momento, buscando una respuesta. Pero
ninguna de esas escuelas lo hizo convertirse al cristianismo. Murió abrazando una
herejía: el montarismo. Es claro que murió siendo un hereje.
El montarismo es una doctrina creada por un tal Montano, que se creyó
poseído por el espíritu de Dios para anunciar el fin del mundo. Tuvo mucha
importancia en su momento.
Teoría
Antropología
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estudio del macrocosmos, pero también y, especialmente, partiendo del microcosmos
—del alma como el conjunto de lo diverso.
Propone un conocimiento de la naturaleza de Dios a partir del conocimiento del
alma, de la Antropología.
El origen
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Tertuliano niega explícitamente la teoría platónica del olvido. Él niega la
preexistencia de las almas. El alma surge en el momento en que el individuo es
concebido. Por lo tanto, no puede hablarse de ningún olvido. En ese momento surge el
cuerpo y el alma de forma simultánea.
Ya sabemos cuando, pero no cómo. ¿Cómo llega al ser el alma? Tertuliano cae
en una doctrina herética para el cristianismo (contraviene la doctrina cristiana). Él
defiende la doctrina del traduccianismo. El traducianismo viene a decir que el alma no
sólo es material, sino que además es producida directamente por los padres igual que
el cuerpo. Procede por la vía de la generación.
En el 418 se establece en el cristianismo que el alma es puramente espiritual y
creada meramente por Dios.
Tertuliano niega la transmutación de las almas porque, en cuanto que cuerpo y
alma son producidos por la vía de la generación, constituyen una unidad sustancial.
Esto hace que ese alma sea ya incompatible con otro cuerpo.
El fin del alma después de la muerte es el mismo que el de Justino. Las almas
van a parar a un lugar intermedio en el que se someterán a una existencia disminuida
en caso que hayan tenido una vida alejada del bien, o vivirán la antesala de la última
felicidad y el encuentro con Dios cuando se acabe el mundo.
Esta escuela cristiana de Alejandría fue fundada en el año 180 por Panteno. De
Panteno sabemos muy poco, prácticamente, lo único que sabemos, es que murió cerca
del año 200. No dejó nada escrito y, lo que sabemos de él, es a través de su principal
discípulo —Clemente de Alejandría—, que le sucedió en la dirección de la escuela. Este
segundo sí que escribió mucho. Clemente de Alejandría vivió del 150 al 215, pero fue
en la última etapa de su vida cuando ostentó la dirección de la escuela de Alejandría.
El sucesor de Clemente de Alejandría es Orígenes. Él fue el último director de la
escuela de Alejandría y es el autor más representativo de la escuela, quien llevó a
dicha escuela a su cénit. Vivió entre el 185 y el 253; y es de quien vamos a hablar.
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observaba que, en un contexto multicultural, se estaba despertando un movimiento de
ateísmo que requería una intervención filosófica. Cada vez, el auditorio de la escuela
de Alejandría era menos creyente. Sólo podía llegar a difundir su propia fe a través del
lenguaje común, del lenguaje filosófico. Él trató de buscar las fuentes filosóficas para
hacer llegar el cristianismo a un auditorio que no era proclive a esa nueva religión. Ese
era el sentido de la escuela de Alejandría: hacer llegar la doctrina cristiana a través del
pensamiento platónico.
En esta escuela de Alejandría, Orígenes tenía asignada la enseñanza de los
alumnos más aventajados. Era un tío muy listo, con mucho conocimiento de la filosofía
griega y era muy capaz de persuadir. Enseñaba filosofía (a todo el mundo) y teología (a
los ya iniciados).
Fue un pensador muy inquieto, era muy capaz de profundizar. Y, aun siendo
profesor de alumnos de posgrado, asistía a clases de Amonio Sakkas, maestro de
Plotino. O sea, que Orígenes dio clases del fundador del neoplatonismo.
La escuela se mantiene durante varias décadas, hasta que el emperador
Caracalla dicta el cierre de la escuela. Entonces migra a Cesarea (Palestina), donde
funda una nueva escuela: la escuela de Cesarea. Fue como una sucursal de la escuela
de Alejandría, fundada por el último director de esta última. Pero la escuela de Cesarea
fue una escuela menor, no consiguió la magnitud de la escuela de Alejandría. Aunque
sí que tuvieron el mismo proyecto difundir el cristianismo a través de los clásicos, a
través de Platón.
Para Orígenes, la filosofía griega tiene un carácter preparatorio, pero no es algo
que conduzca necesariamente al cristianismo. Orígenes se sitúa entre Justino y
Tertuliano (que reniega de la filosofía).
Gracias a Orígenes, toda la línea cristiana se nutrió de neoplatonismo, porque
él comenta casi todas las obras de especial relevancia.
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- Traducianismo. El alma individual surge por la vía de la generación igual
que el cuerpo, no hay una intervención de Dios. No defendida.
La preexistencia de las almas sí que es defendida por Orígenes, pero si
defiende esto no puede defender al mismo tiempo el traducianismo. Si las
almas existen, no pueden ser producidas en el seno de la generación.
También defiende una metempsícosis, pero en otro grado diferente. Se
dice que defendía que el alma humana podía reencarnarse en cualquier ser
(incluidos animales) dentro del cosmos. Aunque esto no lo dice nunca. Lo que
defiende él es una forma de metempsícosis que puede caber en el cristianismo.
También defiende el subordinacionismo, pero de la misma forma que lo
hacía Justino. Era un subordinacionismo de expresión, no ontológico.
Teología racional/cosmología
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que está siempre creando desde toda la eternidad, porque Él es eternamente
activo. Luego, está creando desde toda la eternidad. Esto es lo que conocemos
como creación ab eterno.
Si él está obligado a crear durante toda la eternidad, no es omnipotente,
porque no puede no crear. Luego ya no lo puede todo. La creación tiene que
ser un acto libre, puede crear o no, Pero si la creación es por obligación, por
naturaleza; no es creación, es emanación.
Dios seguirá siendo Dios, haga lo que haga. Su naturaleza es inmutable. El
problema está en que él dice que, si realmente es inmutable, no puede decidir
crear, porque entonces habría un cambio: de no crear a crear. No puede haber
un momento en el que no cree y otro en el que cree, porque Dios estaría
cambiando de decisión. Esto le niega la libertad.
Nociones fundamentales:
Dios
- Espíritu
- Luz
- Eternidad
- Comienzo
- Unidad
- Actividad
- Inmutable
- Omnipotencia
Antropología
Todos los espíritus son una participación del logos. Para él, todos los espíritus
son iguales entre sí, y son creados en el origen del cosmos. Estos espíritus gozan
todos ellos, en cuanto que espíritus, de libertad. Pueden ser condicionados, pero
nunca determinados. Por su libertad, cada uno de ellos decide su propio destino.
Esos espíritus creados inicialmente iguales entre sí, adquieren distintas naturalezas
en función de su elección. Hay algunos que deciden reconocer abiertamente su
procedencia del logos y adherirse de forma definitiva a la misma divinidad.
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En el cosmos que conocemos hay distintos tipos de espíritu que se diferencian
entre sí por la decisión que tomaron y mantendrán para siempre su naturaleza
primigenia, porque todos los espíritus, si tomaran la misma decisión, seguirían siendo
espíritus puros.
Otros espíritus, sin dejar de reconocer su origen creado —y su dependencia de
Dios—, asumen una cierta independencia de esa divinidad. Reivindican un espacio
propio, no se adhieren plenamente a Dios, que es el único que explica su
naturaleza. Por su decisión libre de no adherirse a Dios asumen cierta materialidad
sutil y carente de la densidad de la materia corpórea. Son los cuerpos celestes.
Por último, hay algunos espíritus que se separaron de Dios de forma plena. No se
reconocen participación del logos y pierden esa adhesión inicial con Dios creador. Las
almas humanas son espíritus que se han separado de Dios y se han aprisionado en un
cuerpo material pesado. Es un cuerpo que lastra y hace complicado el retorno de la
naturaleza material pura.
Tipos de espíritus:
- Espíritus puros
- Espíritus astrales
- Almas humanas
Esos son los tres tipos de espíritu que se forjan en el principio de los tiempos. Hay
que tratar desvincularnos, a lo largo de la vida, de ese cuerpo pesado, que nos lastra y
aleja del principio espiritual.
Dentro de la escala de las almas hay distintos grados, porque no todos los espíritus
que deciden desvincularse de Dios lo hacen con la misma intensidad. Hay algunos que,
simplemente pierden esa conexión con el principio original, y otros que reniegan de
ella.
Dentro de que todas las almas están lastradas, hay algunas que tienen más
capacidad de captar la verdad que otras, porque eso depende del nivel de
participación en el logos que conserve. Cuanto más participe, mayor logos tendrá,
mayor capacidad intelectual y mayor capacidad de retorno.
El alma tiene que intentar desvincularse de toda materialidad, de tal forma que
recupere por su propia voluntad, esa semejanza que ha perdido. Porque, en la medida
en que el espíritu se ha degradado vinculándose a un cuerpo material, pierde la
semejanza con Dios y, por consiguiente, esa idea de imagen.
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Pero, ¿cuándo el alma vuelve a ser espíritu puro? Está claro que durante la vida no.
A lo máximo a lo que podemos llegar es a un acercamiento, situándonos dentro del
estatuto superior del grupo de las almas. Estamos vinculados sustancialmente a un
cuerpo y eso nos impide ser el espíritu puto que éramos. ¿Y después de la muerte?
Tampoco, porque, por mucho que hayamos hecho a lo largo de la vida para trascender
la materialidad y purificarnos; seguiremos siendo alma. Seguiremos manteniendo una
vinculación con un cuerpo que ya habrá muerto, pero con el que seguimos conectados,
unidos; incluso después de la muerte.
En función de lo que hayamos hecho a lo largo de la vida, pueden ocurrir dos cosas:
1) Que ascendamos al cielo sin dejar de ser alma.
2) Que no hayamos llevado a término ese ejercicio de purificación durante la vida
y que sea necesario proseguirlo después de la vida.
Estos espíritus que vuelven a ser espíritus puros vuelven a ser libres, igual que lo
eran al principio. Eso supone que pueden decidir libremente su destino. Vuelta a
empezar. Algunos deciden seguir siendo puros, otros prefieren separarse un poco de
Dios y otros, separarse del todo. Se da una sucesión infinita de cosmos, cuyos
momentos de destrucción son decididas por Dios en función de la degradación moral y
física.
Orígenes tiene que defender filosóficamente esto. Sin embargo, él conserva una
cierta esperanza vital (no una argumentación filosófica). Él confía, en sus últimas obras,
en que esta repetición de lo mismo no sea exactamente una repetición de lo mismo,
sino que las almas aprendan algo de su existencia mundana. Y que recuerden ese algo
aprendido cuando retornen a su naturaleza original. Que recuerden la existencia que
tuvieron con un cuerpo mundano, y no repitan el mismo camino.
Las almas sí que recuerdan su naturaleza original y, por eso, tienen una cierta
facilidad para la acética y la recuperación. En su esperanza aparece el problema de que
debe haber un cosmos, aunque no esté habitado.
La escuela oriental
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1. La razón sirve para hacer verosímil la fe. En aquellos casos en los que no puede
ser demostrada razonablemente, al menos puede hacerla comprensible por
todo el mundo.
2. La filosofía sirve para refutar errores. Si hay misterios de la fe que no pueden
ser demostradas, sí que hay doctrinas opuestas a estas verdades de fe que sí
pueden ser negadas. Aunque no podamos demostrar algunas verdades de fe, sí
que podemos refutar, mediante la razón, que las doctrinas opuestas están
equivocadas.
3. Convencer a los escépticos. Se le ofrecen instrumentos racionales de la filosofía
del momento para presentar esas doctrinas como algo asequible a la razón. Eso
puede hacer que el escéptico, finalmente, se adhiera a la fe. Por la vía de la
razón, porque le han presentado verdades de fe de un modo compatible con la
filosofía neoplatónica.
Por esta vía, llega al convencimiento de que hay verdades de fe, y especialmente
las referentes a la existencia de Dios, que pueden ser demostradas. Pero dice que, si
bien hay verdades de fe que pueden ser demostradas racionalmente, también es
cierto que hay otras que no pueden ser demostradas, precisamente por su naturaleza.
Aunque, en esto, la filosofía tiene mucho que hacer, porque la filosofía puede ilustrar
de algún modo lo que es una verdad irrefutable. Él se refiere al misterio trinitario. La
Trinidad está siempre presente en la filosofía medieval, de una u otra forma.
Esto no explica la Trinidad, pero nos hace posible entenderla y poder hablar de ella.
Para el ser humano, entendimiento y voluntad son accidentes del alma, luego en Dios
tienen que ser mucho más que meros accidentes. En la naturaleza divina,
entendimiento y voluntad, se convierten con él en un único Dios. Se convierten con Él,
sin dejar de ser tres. Todos se convierten en un único principio: Dios.
Esta doctrina trinitaria hecha verosímil con la filosofía griega, que nos ofrece el
conocimiento filosófico de la naturaleza humana.
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Trinidad:
Alma (princip. De vida) / Dios / Principio
Entendimiento (logos)
Voluntad (espíritu)
A partir del conocimiento del ser humano podemos conocer a Dios, en cuanto que
modelo de la propia naturaleza humana. Luego, conociendo al ser humano,
conocemos a Dios. Pero en la misma medida en que conocemos a Dios, estamos
conociendo al ser humano con mayor medida, puesto que el ser humano es imagen de
Dios.
Antropología
En cuanto que todo su sistema gira en torno al hombre como imagen de Dios, algo
que él siempre tiene presente, lo tiene que ser todo él. Si el ser humano goza de
unidad y es imagen de Dios, esa imagen tiene que darse en todas y cada una de las
dimensiones humanas. Entonces él se pregunta ¿cómo es posible que una realidad del
ser humano que es intrínsecamente corpórea, intrínsecamente material y totalmente
cambiante, puede ser imagen de algo que es eterno, de naturaleza espiritual y
absolutamente inmutable? ¿Cómo podemos decir que el cuerpo humano es imagen de
Dios? Este es un gran problema.
Él responde a este problema con una teoría (aunque no es sólo una teoría)
conocida como la teoría de la doble creación o la teoría del hombre ideal. Filón ya
propuso algo similar y Gregorio de Nisa conocía muy bien a Filón.
En lo que respecta al hombre, hay una doble creación. En primer lugar, Dios crea al
ser humano, pero en su dimensión genérica. Es decir, la especie humana, la
Humanidad, la del hombre celeste. Es decir, la de un hombre sin ningún tipo de
diferenciación sexual. La de un hombre compuesto, eso sí, por cuerpo y alma, pero con
un cuerpo espiritualizado. Con un cuerpo sometido a la naturaleza espiritual, lo que lo
hace ser asexual.
Por otro lado, cabría entender que esta doctrina es una mera hipótesis de trabajo,
algo que no es descabellado, porque él usa el mismo término hipótesis para referirse a
esta doctrina. Aunque también podemos descartarla, porque si la consideramos una
mera hipótesis de trabajo, no podríamos entender su doctrina del destino de las almas.
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Lo más pertinente es adoptar un término intermedio, que encaja con su doctrina
del destino de las almas: hay una doble creación, pero son simultáneas. En la misma
creación del hombre real se constata y observa un doble movimiento, pero en el
mismo acto hay una doble creación. Luego, la primera creación (el hombre celeste)
entendida de forma autónoma al hombre terrestre sólo puede ser entendida en la
mente divina, pero en la realidad ambas creaciones se dan de forma simultánea. Es
importante entender esto, porque de lo contrario no se podría entender el destino de
las almas.
Esta doctrina la adopta el ser humano como los tres estados: estado sobrenatural
(hombre celeste), estado prenatural (antes de caer) y el estado real (hombre real). Por
lo tanto, hay un enriquecimiento mutuo entre la fe y la razón.
El hombre terrestre por la responsabilidad exclusiva del ser humano. Surge como
ser sexuado para garantizar la multiplicación de aquellos individuos que renegaron de
su condición inicial. Es decir, el ser humano inicialmente estaba concebido para ser
hombre celeste, es decir, con un cuerpo puramente espiritual. Y surge al apartarse de
la espiritualidad. El hombre terrestre es responsabilidad exclusiva del ser humano.
Podemos, entonces, decir que la creación de la materia es más creación del ser
humano, que, de Dios, porque este último, se ve obligado a crear la materia por culpa
de la obra del ser humano. Entonces, la materia procede de Dios porque es el precio
de la libertad humana, pero es responsabilidad del ser humano y no de Dios, ya que
este reniega a su origen. Esto hace que, al final de los tiempos, ese hombre real
alcance su categoría inicial de hombre celeste. Si esto no fuera real, si sólo fuera una
hipótesis, esto no tendría sentido. Porque él dice que al final de todos los tiempos
habrá una reconciliación en la que los hombres reales volverán a su estado de
hombres celestes.
Hay otro problema: el hombre celeste (este también puede reproducirse, al modo
de los ángeles) es un hombre genérico, es la humanidad que se diversifica en el
hombre terrestre. Cuando acontezca el fin de los tiempos y, todos los hombres
terrestres recuperen su naturaleza celestial, ¿lo harán individualmente o de forma
genérica, universal? Es decir, ¿habrá tantos hombres celestiales como hombres
terrestres? Gregorio de Nisa no responde a esta pregunta.
1. Dios no crea nada después de crear al ser humano. El ser humano es creado
cuando su hábitat está dispuesto para acogerlo.
2. Todo procede de Dios, y lo hace por creación.
3. El cuerpo y el alma surgen simultáneamente, en tanto que no hay preexistencia
de las almas.
Pero, si esto es así, si Dios no ha creado nada después del ser humano, y en esa
creación son simultáneos la creación del cuerpo y de las almas, ¿cómo se explica el
origen divino del ser humano que está naciendo ahora mismo?
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Él dice que el primer hombre, están contenidos virtualmente el conjunto de los
individuos humanos. Por lo tanto, aunque Él no cree directamente todos los seres
humanos, sí que puede decirse que son creación de Dios, porque todos están
contenidos en el primero. Luego, en el origen de cada individuo humano está el
acto de creación divina porque lo que de genérico hay en él es una creación de
Dios. Luego él interviene en la creación de cada individuo de un modo indirecto.
Sólo se necesita del auxilio de los padres para crear la materia.
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