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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

LICENCIATURA EN CIENCIAS SOCIALES LECS


FORMATO DE RESEÑA
ESPACIO ACADÉMICO:Historia de la ilegalidad en Colombia
FECHA: 19/08/2021 GRUPO: 1
NOMBRE COMPLETO: Steven Nicolay González Ávila CÓDIGO:20172255096
Juan Camilo Chocontá López 20152155067
Astrid Carolina Casallas 20152155512
Alejandro Medina 20161155039
TIPO DE TRABAJO: Reseña
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: Claver, P. (1987) Crónicas de la vida bandolera. Editorial
Planeta. Colombia.

INTRODUCCIÓN
Este texto se trata de una obra periodística literaria escrita por Clver Tellez, donde él
mismo pone en diálogo su experiencia personal, con sucesos del recorridos histórico
colombiano , el proceso de violencia, y la historia de algunos personajes que han
tenido participaciòn importante dentro del desarrollo de esa vida bandolera.

Según el autor, se trata entonces de una obra que relata los hechos propiciados por
personajes como Jose de Carmen Tejeiro, Jair Giraldo, Antonio Jesus Ariza, Clemente
Roncancio o Efrain Gonzalez, y los alcances de sus acciones hasta este momento.

POR LOS TIEMPOS DE VIRGILIO SALINAS

En forma de crónica, el autor recuerda el día que se acercó a la casa de Virgio


Salinas, con gran entusiasmo de conocer algunas experiencias más sobre los
sujetos denominados bandoleros que habían tenido presencia en el territorio
nacional y que Salinas, gracias al reconocimiento que tenía en este campo , tendrá
uno de los relatos más importantes en este aspecto.

Su recibimiento fue con agrado, lejos de tener en cuenta que sus familias tenían una
tendencia política diferenciada, donde el padre de Claver era liberal y a quien estaba
visitando era un hombre profundamente conservador. Virgilio Salinas conocía a
todos estos personajes de primera mano, ya que en algunas circunstancias tuvo la
oportunidad de viajar hasta los escenarios donde tuvieron presencia o bien, como lo
menciona, también había una relación aún más cercana con sujetos como Efrain
Gonzales de quien decía ser familia.

Salinas había recibido su título de poeta gracias a su prodigiosa memoria, y a su


obsesión con la lectura y difusión de la información que leía, al mismo tiempo de ser
un amante de la poesía y la proclama, con especial gusto por Julio Flkorez. Ya muy
viejo , cuenta Claver, este personaje se dispuso a recopilar la vida de personajes
relacionados con su pueblo, entre ellos, aquellos que fueran bandoleros o
guerrilleros y es ahí donde cobra importancia el relato del poeta dentro de la crónica
de Claver.

CINCO MIL Y MÁS AZOTES

Las románticas vidas de Jose del Carmen Tejeiro y Antonio de Jesus Aiza.
Por 1903, según el mayor Cuevas Jose del Carmen Tejeiro era culpable de ser un
espía para un asalto a su hacienda, que se ubicaba al borde rio Suarez, pero según
Salinas , dice que Tejeiro se ubicaba en este lugar gracias a que se encontraba
conquistando a una mujer que trabajaba en dicho lugar, mas no con un fin del
asalto, esto por supuesto no niega la reputaciòn que se había ganado Tejeiro a sus
cortos veinte años.

Al ser culpado Cuevas expide una orden de captura para Tejeiro quien, al verse
agarrado en su casa, se escapa del lugar, convirtiéndose en un prófugo, en un
bandido.Como respuesta a la presión ejercida para responder a este asalto, se
captura a su familia, y es sometida a un castigo brutal, Tejeiro se entera y envía una
carta al general, argumentando que es perseguido injustamente y que “me lo pagarà
todo a su hora”.

En vista de esta amenaza el general sale apresuradamente a buscar al mensajero


quien según él era el culpable, luego al finalizar Tejeiro encuentra al general a quien
somete a un castigo de 50 azotes y le hace firmar una carta con esta información.
Es con este acto comienza a forjar su leyenda.

EL JINETE DE LA NOCHE
Más adelante en el texto se relata la vida y cruel muerte de Clemente Roncancio,
quien se movió en la época inmediatamente posterior al Bogotazo, durante los
enfrentamientos más violentos entre cachiporros y godos, que sacudían al país de
sur a norte. Roncancio era un campesino que se enlistó en la guerrilla liberal, desde
donde perpetraba robos, saqueos y asesinatos. Fue apresado en Albania, allí
posteriormente sería arrancado del cuidado de un cura y un juez para ser
crucificado boca abajo por la comunidad. Agonizaría hasta la muerte.

LOS BANDIDOS TAMBIÉN SABEN AMAR


Otro de los famosos bandoleros de los que se hace mención en el libro, es Jair
Giraldo, una leyenda bandolera, el cual pertenecía al partido liberal y se movía entre
varios departamentos del centro de Colombia. Inició su vida al margen de la ley
cuando dio por muerto a un hombre que coqueteaba con aquella a la que él amaba,
y durante toda su vida en el monte nunca dejó de ir a buscarla y de encontrarse con
ella en diferentes pueblos y veredas cercanas. Muchas veces le dijeron sus
compañeros que dejara de hacerlo, que esta mujer iba a ser su perdición y la del
grupo, pero pese a esto él seguía frecuentandola. Por temporadas dejaban de
verse, pero siempre volvía donde su amor.
Ya durante la implantación en el país del frente nacional, el cual es visto como una
traición, él declara la guerra contra policías y militares, los cuales representaban al
régimen. Para esto,decidió unirse con otros grupos bandoleros tanto Conservadores
como Liberales, diciendo que era una bobada que ellos se estuvieran peleando y
derramando sangre mientras que sus verdaderos enemigos se encontraban
repartiendo el poder. La banda de Efraín vería su sentencia de muerte con el del
asesinato, a manos de ellos, de un locutor de radio, Martínez Acevedo.
La policía logró al fin encontrarlo cuando se encontraba con su amada en un hotel,
los emboscaron, los rodearon y aunque Efraín Gonzalez dio batalla, lograron
dispararle y darle de baja cuando intentaba escapar por los tejados contiguos

EL MITO DE “SIETE COLORES”


Perteneciente a la banda de Jair Gonzalez era Efrain “el siete colores”. Comenzó
militando en una banda en el Quindío, la de Jair, para luego ir a zonas de Boyacá.
Se lo recuerda por su sangre fría, su devoción extrema por la iglesia católica, por la
cual cuentan, ejercía fuertes penitencias para expiar sus culpas y realizaba
diferentes ritos que le permitieran la salvación. Se cuenta, también, que muchas
veces antes de asesinar a sangre fría a sus víctimas, los hacía besar un crucifijo
que llevaba colgado en su arma.

Su gran enemigo fue “El Chispas” bandolero liberal, al cual siguió hasta su pueblo
natal (el de Efraín) donde se quedaría a pasar unos días en la casa de su padre.
Cuando estaban allá, el paterrana tuvo un sueño extraño. Era una premonición, el
ejército los estaba acechando. Cuando por fin los encontraron, intentaron persuadir
a Efrain para que se rinda, pero este se niega. Se abre fuego de lado y lado y se
libra una gran batalla, quedaría un gran número de agentes muertos, así como los
padres, pareja e hijos de González; este y sus dos amigos logran escapar .

Estuvo viviendo en un monasterio, “Desierto de la Candelaria”, en inmediaciones de


Ráquira, con el propósito de abandonar la vida bandolera, y tratando de esconderse
tras el pseudónimo de hermano Juan, pues en sus últimas actuaciones había
sesgado la vida a más de dos decenas de personas y había sido traicionado. Duró
bastante tiempo encerrado, haciendo enitencia y llevando una vida austera. Poco a
poco salió nuevamente a las calles, a caminar, pero se dio cuenta que la gente
podía reconocerlo y que un detective le seguía los pasos.Debido a esto regresó al
monte. Termina creando un poderío bandolero bastante amplio, basado
especialmente en el asalto a fincas cafeteras.

UNA TRAMPA PARA "CHISPAS"

En éste apartado del libro, se nos narra la trampa que se le fue tendida a Teófilo
Rojas ,empezando con anunciarnos sobre el contenido de una carta que
supuestamente era de "chispas". La cuál estaba destinada a. Olga Lucia Botero,
reina nacional de bellezas comentó su disgusto con los ideales de Rojas. Sin
embargo, el contenido de la carta demostraba estar muy bien redactada como para
ser del bandido, esto debido a que el era medio analfabeta, siendo posible que la
carta, la cuál enuncia ideas que no correspondían con los ideales vistos por aquellos
que lo apoyaban, conllevando así a que el bandido se quedara solo sin gran parte
del apoyo que anteriormente tenía.

Así, uno día, Rojas mandó una carta a un campesino en la cual le comunicaba que
su hija se convertiría en la esposa del bandido, razón más que suficiente para que el
ejército planeara tenderle una trampa con el fin de terminar con la vida del bandido.
Dicho plan constaba en colocar un gran grupo de militares alrededor de la finca en
la cual el campesino y su hija residían. El bandolero terminó asistiendo a la reunión
con su nueva esposa, hablando cómodamente con su "suegro", conducta extraña e
inesperada, sabiendo la situación en la que se encontraba. Al final, después de una
buena charla, se retira con su nueva esposa a la espesura del bosque, con el
"suegro" observando a su hija desvanecerse en la oscuridad, con la promesa de que
ella conseguirá escabullirse de él lo más pronto posible.

Eventualmente, el bandido tiene una pequeña charla con su "esposa" en la que le


comenta lo feliz que debe sentirse, ya que él traerá la revolución a Colombia y ella lo
confortará en ese proceso. De repente, ella empieza a parar la marcha, él la
interroga y ella le comenta que no se preocupe, que le seguirá en breve. Sin
embargo, un disparo sorpresivo le da en el pecho, seguido de varios otros que
terminan con su vida. Al examinarlo, éste tiene una foto de su peor enemigo y su
última figura de respeto, con las leyendas: " no me cansaré hasta matarte" y "Ché,
por favor guía mi camino" siendo éste el final del gran bandido.

"DESQUITE" NO HAY SINO UNO

En este apartado del libro, se nos narra los últimos momentos de José William Angel
Aranguren, alias "Desquite". Este relato nos comunica como, a través de varias y
desafortunadas acciones, algunas de ellas cometidas por la ira, la posición del
bandolero fue encontrada, conllevando a su fusilamiento en Honda, dónde se
resguardaba. El apartado del libro inicia con él dirigiéndose al pueblo con el fin de
arreglar y comprar pilas para su tocadiscos, encontrándose con un campesinos con
un burro a sus espaldas, después de una charla jovial, hicieron negocios orientados
a la venta del animal, cosa que resultó fructífera para el bandido. Este encuentro fue
el inicio del final para la vida del bandolero, ya que poco después de eso, describió
la ubicación de aquel que terminó matando a sus padre, Oviedo el cual termina por
asesinar de un balazo en la cabeza junto con toda su familia, esto delataría más su
posición para las autoridades, haciendo que este tuviera que esconderse por un
tiempo, sin embargo, con ayuda de varios de sus compinches, entre los que se
encontraban alias "Veneno" y alias "peligro" junto a otros varios como alias la "Gata"
y "Chispas" cometerían diversos atracos, asesinatos y demás crímenes con tal de
obtener dinero para su familia. Sin embargo, en sus inicios, estos actos no pasaban
de solo atracos a buses de pasajeros y camiones con diversos recursos. Es más, él
detestaba que en su territorio otros bandidos armados abusaron sexualmente de las
profesoras rurales, cometieron asesinatos mordaces sin razón y otros, por lo que se
ganó varios enemigos que, sin lugar a dudas, desencadenaron su final.

Después de perpetrados sus robos, el bandolero optaba por relajarse en su casa o


en alguna cantina. Era conocido como un fiestero en la comunidad, seguramente
debido al constante estrés al que era sometido día a día, ya que este tenía el
presentimiento que su vida llegaría a su final pronto. A pesar de haber amainado
sus actos criminales por un periodo de tiempo corto, para que los militares le
perdieran la vista, debido a la urgencia de dar de comer a su prometida Maura y sus
compinches, poco a poco tuvo que recurrir a actos más violentos, ya que la disputa
del territorio entre las fuerzas armadas y los bandoleros complicó bastante la
obtención de suministros. Sin embargo, éste encontraría su final en un día calmado
en el que planeaba comprar algunas cosas y una accesorio para su mujer. Al
descender hacia el pueblo más cercano desde su finca, se encontraría nuevamente
con aquel campesino que le vendió una burra, a su vez que, por medio de un
transistor que tenía el campesino, escuchaba historias de sus compinches siendo
encontrados y asesinados. Dicho campesino fue el que pudo reconocer al bandolero
e informó a las autoridades de su ubicación, finalizando con su muerte ese mismo
días, el de su esposa y el de sus compinches, cada uno asesinado a balazos por las
fuerzas militares de Colombia.
UN TRAFICANTE CONDECORADO CON LA CRUZ DE BOYACÁ

El autor cuenta la vida de Evelio Buitrago Salazar, donde este personaje era un
suboficial del ejército, el cual había desarticulado numerosas bandas y cazado al
mayor número de bandidos en la historia de Colombia.

Evelio había ingresado a las filas del ejército por la falta de oportunidades en el país,
durante su paso por el servicio militar, demostró bastantes destrezas en el manejo
de las armas, viajó por varias zonas del país participando en diferentes
enfrentamientos armados; consiguiendo así diferentes distinciones en el campo de
batalla. Gracias a esto fue ascendiendo rápidamente en el ejército y se le asignó
misiones imposibles de las cuales salió bien librado. Empezó a infiltrarse en bandas
armadas, haciéndose hombre de confianza de los altos dirigentes. Exterminando
así, poco a poco a los más peligrosos bandoleros de la época. Para ese tiempo
estaba Guillermo león Valencia como presidente, a pesar de que no tuvo un buen
desempeño como mandatario, si se caracterizó por el exterminio sucesivo de los
principales cabecillas bandoleros, insurgentes, rebeldes sociales y todo aquel que
tenía ideas revolucionarias, como “Desquite”, “Chispas”, “Sangre Negra”, Jair
Giraldo y Efraín González. Fue por este excelente servicio brindado al gobierno de
León Valencia, este consideró que Evelio Buitrago merecía la presea más grande
concedida por la nación: La Cruz de Boyacá, en el grado de comendador, siendo el
primer suboficial y el más joven en recibir este reconocimiento, con esto se ganó el
título del “Pacificador”. Además, se ganó un puesto en la embajada de Colombia en
Perú.

Estando en Perú, Evelio Buitrago escribe unas infames memorias, el cual tituló:
“Zarpazo, la otra cara de la violencia”, y tiene como subtítulo: “Memorias de un
suboficial del ejército colombiano”. Este libro, no le dio dividendos en un inicio y
volvió a Colombia con las manos vacías, pero con estas memorias llenas de
aventuras violencia y hazañas de su pasado. Esto abrió los horizontes de Buitrago y
se quedó con la plaza de agente secreto, llegando a trabajar en el servicio de
inteligencia colombiano (SIC) lo que le permitió llegar a trabajar en el palacio
presidencial, en el servicio privado de varios presidentes, en el período de
Betancourt fue enviado a España y Alemania a capacitarse en defensa y custodia
de personajes importantes, volviéndose uno de los mejores agentes del mundo.
Viajó a EEUU invitado por el departamento de estado de ese país, allí leyeron sus
memorias y llegó a manos de la Interpol, los cuales estuvieron interesados en sus
servicios. Le ofrecieron por traducir sus memorias al inglés la suma de 90.000
dólares. Empezó negocios en Miami y se retiró de guardaespaldas, le iba muy bien
en su negocio, viaja muy recurrente entre Miami y Armenia.

El 10 de marzo de 1984, la policía dio un fuerte golpe contra el narcotráfico


interviniendo en “Tranquilandia” capturando el cargamento más grande de la historia
del narcotráfico, treinta días después es asesinado Rodrigo Lara Bonilla a manos de
sicarios de la mafia del narcotráfico.

Es capturado Evelio Buitrago Salazar, y le encuentran evidentes razones para


vincularlo con la Mafia, es investigado y sometido por la justicia penal militar y en los
calabozos recordará ahora el día que fue héroe y recibió como recompensa, la
mejor presea que tiene Colombia: La Cruz de Boyacá.

ITINERARIO DE LA “MUERTE TIZNADA”

En estas tierras de Santa Helena del Opón eran liberales pero con un buen número
de conservadores y desde los años 60 son víctimas de la arremetida guerrillera de
las FARC. Los conservadores siempre pusieron resistencia desde el primer
momento escandalizados por la supuesta tentativa del comunismo por apoderarse
de sus parcelas, estuvieron reacios a la idea de que con las FARC iban a estar
seguros, cómo se negaron este grupo insurgente, recurrió al expediente del terror
por medio del boleteo, la extorsión y el chantaje. Se puso de moda el pago de un
tributo que se denomina entre “vacuna ganadera” qué liberales y conservadores
debían cubrir mensualmente para el sostenimiento de la guerra que libran contra el
Gobierno y sus Fuerzas Armadas. También apareció la figura del secuestro y los
liberales algunos por simpatía, o por miedo se resignaron a colaborar a cambio de
contraprestaciones: que no correrá peligro su vida y limpiarán la región de abigeos y
delincuentes comunes. Pero los conservadores se cerraron a la oposición y de las
palabras pasaron a los hechos como montando una resistencia que venía con
simpatía de las Fuerzas Armadas com a esto le dio pie para la creación de
numerosos grupos paramilitares como “Los Grillos” y “Los Caratejos” Muy cerca de
ellos se encontraba José María "Chepe" Santos, hombre quisquilloso, reputado
compadre y segundón de Carolimpo Mateus, jefe liberal de la región. Las historias
de Carolimpo Mateus, José María "Chepe" Santos y Leovigildo Garavito merecen
capítulo especial porque ilustran aún más claramente la situación. Carolimpo poseía
cuatro fincas , ganado y una casa en el pueblo, en tanto que "Chepe" Santos sólo
poseía una finca en la Cueva de Pavas, una casa en el pueblo y vivía del sueldo
que le procuraba su pernada de maestro de tercera categoría. Pero contra las
prevenciones de "Chepe" Santos , Carolimpo Mateus contrató a un joven que había
llegado hacía pocos meses a la región, pero cuyos padres y sus más remotos
antepasados vivieron allí por más de un siglo y habían sido sus amigos. Todo
marchaba bien, hasta que un día "Chepe" Santos apareció por la casa de su
compadre Carolimpo Mateus con las ideas más extrañas en la cabeza. Ese día
acompañaban a Carolimpo algunos miembros de su familia, la peonada de
costumbre y el administrador de Las Trochas, Alfonso "Pocho" Saavedra, quien ya
se había adaptado del todo y manejaba la finca y la casa con tanta eficacia que se
ganó la confianza de Carolimpo, un hombre que tenía fama de huraño y cuya
tacañería llegaba a límites extremos. Pero lo que no reveló "Chepe" Santos a su
compadre es que el jefe guerrillero le había exigido, primero en broma y después en
serio, que allanara el camino para llegar hasta Carolimpo Mateus. Lo cierto es que
para todos fue una sorpresa, menos para "Chepe" Santos, la visita que días más
tarde hiciera fa guerrilla a casa de Carolimpo Mateus en su finca de Las Trochas.
Con estas ideas en la cabeza, "Pocho" Saavedra, mirándolas día y noche, decidió
renunciar a su empleo y viajó a casa de Carolimpo Mateus para hacérselo saber.
Los unía un interés común y unas ideas que iban tomando cuerpo como la
eliminación de José María "Chepe" Santos, Leovigildo Garavito y el viejo cacique
liberal, ahora auxiliador de la guerrilla, Carolimpo Mateus. Ese día, Carolimpo
Mateus se encontraba en Las Trochas tratando de arreglar la situación que se había
originado con la renuncia de su administrador "Pocho" Saavedra, En la tarde,
cuando Mateus se hallaba dispuesto a regresar a Santa Helena del Opón, un grupo
de hombres armados y vestidos a la usanza militar, se presentó en el patio de la
casa. En los siguientes seis meses, además de "Chepe" Santos, Leovigildo Garavito
y Benjamín Meza, su trabajador, por lo menos doscientas personas fueron
masacradas en las veredas La Cueva de Pavas, la Loma de Álvarez y Las Trochas.

LA GUERRA DE LAS ESMERALDAS

El autor empieza hablando acerca del occidente de boyacá y su maravilla de


recursos minerales y su título de la guerra de las esmeraldas donde Se denomina
así a esa inextricable carnicería, generada por la’ codicia de las valiosas gemas, en
la que han caído abatidos, a lo largo de los años, varios centenares-de hombres y
mujeres, sin que ninguna de las políticas adoptadas para la pacificación de la región
arroje resultados positivos. Minutos después, y mientras contemplamos el
monumento erigido al bardo boyacense y leíamos el poema allí grabado,
observamos, disimuladamente, el ir y venir de por lo menos diez hombres y algunas
mujeres que ofrecían. No hablábamos casi, o cuando lo hacíamos era
monosilábicamente, pero un hombre de unos treinta años que estaba sentado en la
mesa vecina, siguió el hilo de nuestra conversación y se sintió tentado a hablar.
Las tierras aledañas a la carretera, por lo general aptas para el cultivo y la
ganadería, se encontraban despobladas de animales y las escasas sementeras y
casas de habitación se veían solas. Mientras estuvimos allí, vimos asomar
intempestivamente en la curva varios camperos, a bordo de los cuales iban hombres
oscuros y quisquillosos. Por eso cuando vimos a Pauna en la distancia, desde un
recodo de la carretera, sentimos alivio. La población que, a lo largo de su historia ha
tenido varios nombres, fue fundada en 1847 por colonos y aventureros que llegaron
a estas tierras atraídos por la fiebre de las esmeraldas y la abundante producción de
quina. Nos detuvimos frente a una cantina en la que hombres y mujeres parados al
pie del mostrador tomaban cerveza y sostenían mutuas conversaciones, Pero
cuando entramos nosotros, todas las conversaciones se silenciaron y un frío glacial
se apoderó del ambiente. Pasen derecho, hagan de cuenta que la mina no existe.
Súbitamente, desde lo más alto de la carretera, divisamos a la derecha los vértices
blanquecinos y erectos del cerro Fraterna. Me habló de sus primitivos habitantes, los
aripiés y los muzos, relató emocionado la aventura de la conquista, plena de
episodios fabulosos, también ominosos, sobre la llegada de los españoles y de la
codicia que se despertó entre estos hombres cuando, en 1556, un devoto
colaborador de la Orden de los Predicadores, el capitán Juan Penagos, encontró en
el vientre de una gallina una estupenda esmeralda de los más altos quilates, dos
veces más grande que un grano de maíz calentano. Me contó la historia de la
princesa Furatena y del cacique Tizquizoque y revivió, paso a paso, su aventura de
minero frustrado y empleado oficial por un tiempo muy corto, pero que marcó su
vida para siempre. Sí, al frente estaba el Furatena y yo sabía que Fernando, sin
importarle la escasa luz de la tarde mortecina, saltaría a tierra para accionar su
cámara. El Furatena es alto y majestuoso, está semioculto por el follaje de
imponentes árboles. Dicen los geólogos que el Furatena fue, en su origen, un alto
estribo de la cercanía del noroeste, roto al través por algún terremoto que dio paso
al río Zarve, ahora llamado Minero, y añaden que las aguas del río, que en otro
tiempo era caudaloso y corría a razón de una legua por hora, labraron la rotura
hasta bajarla a nivel del cauce, cortando la peña verticalmente. Quienes han estado
al pie de estos imponentes cerros, aseguran que se trata de un espectáculo
impresionante frente al cual se ven reducidas las fuerzas del hombre.

Furatena, es, pues, una palabra compuesta que, en el lenguaje de los muzos,
significa hombre y mujer. Según la leyenda, en medio de esas fabulosas soledades,
vivió la princesa Furatena, una hermosa indígena de ojos refulgentes como
esmeraldas y cabello intensamente negro que le caía hasta los muslos. El primero
en aparecer fue el capitán Juan Lancheros en 1539 y, a partir de ese momento, el
país de la princesa Furatena ha sido el escenario de toda suerte de invasiones y
batallas inspiradas en la codicia de las esmeraldas. Pero Lancheros se encontró con
una tribu unida y efectiva en el combate, capitaneada por el cacique Maripí, padre
de la princesa Furatena, quien causó serios descalabros en la tropa de Lanceros, a
quien al cabo arrojaron de su territorio bien escarmentado.Venció Lancheros y
noticioso de que en los cerros de Itoco había copiosas muestras de esmeraldas
finas, fundó allí cerca una ciudad que llamó Trinidad de los muzos, que es hoy el
triste y miserable pueblo de Muzo. Pero la verdadera fiebre de las esmeraldas, se
desató a partir del año 1556, cuando un devoto colaborador de la Orden de los
Predicadores, el capitán Juan Penagos, encontró en el vientre de una gallina una
esmeralda. Sólo al otro día, cuando estuvimos en la mina, pudimos darnos cuenta
que el color de las aguas se debe al permanente desprendimiento de pizarra que
rueda de las paredes de la mina y que desmenuzada cae a lo profundo de un patio,
donde es lavada y canalizada mediante acequias que después desembocan en
quebradas y éstas en el río. Todo tenía su origen en la mina, como consecuencia del
laboreo de las esmeraldas y debido al rompimiento de la paz entre las partes
allegadas al conflicto.Por otro, los planteros y guaqueros que derivan su sustento y
sus utilidades de los sobrantes que deja la mina. Del muchachito quien no demoró
en unirse a un grupo de hombres sentado a lo largo de una banca colocada en el
andén, frente a una casa de un piso. Nos salió al paso un hombre de unos treinta y
cinco años, bajito, fornido, de grandes bigotes, con la camisa desabrochada y una
inmensa cadena de oro de la cual colgaba un Cristo. Hace veinte días había sido
asesinado en Bogotá un hombre con estos apellidos y la víctima era precisamente
de allí, de Borbur. Lo que está sucediendo, concretamente, es que somos víctimas
de los atropellos de los Señores arrendatarios de la mina y sus secuaces. López
Gualteros se sorprendió con la pregunta, se sobó las manos, de dedos gruesos,
donde brillaba un anillo de oro con incrustaciones de esmeraldas. El hombre se
tornó sombrío, se golpeó con el puño la rodilla y frunció el ceño. Quiero decir, todos
los que de alguna manera tenemos que ver con la explotación de las esmeraldas.

No sólo impedían que nuestros trabajadores ingresaran a los sitios indicados, sino
que ni siquiera nos permitían tomar el tramo de carretera que va a Santa Bárbara y
luego a la mina, Montaron en Casablanca una especie de aduana y ’el cobro legal al
paso por allí es la bala, la muerte. Además de la empresa que tiene en arriendo la
mina, se quieren adueñar de la situación los señores Germán Barrera García y Luis
Enrique Murcia Chaparro. Viven en Casa- blanca, que es paso obligado para la
mina. Estos señores tienen un ejército de unos 200 hombres bien armados, al
mando de José Ruperto Córdoba, alias «El Colmillo». Ellos, con el patrocinio de la
mina, se convirtieron en dueños de la situación. No sólo porque tienen el apoyo de
la mina, de «El Colmillo» y su banda, sino porque el señor Barrera García es primo
del exgobernador Napoleón Peralta Barrera. Por eso, ellos sí tienen acceso a la
mina. Pero ellos, por el favor que prestan a la mina, como dueños de la situación, se
arrojaron ese privilegio. Todos, porque el noventa por ciento de la gente que vive por
aquí, dependemos de la mina. Esos que le acabo de mencionar, incluidos nosotros,
somos los damnificados de la mina, si así pudiera decirse. Por fortuna, durante el
tiempo que trabajó en la mina conseguimos levantar esta casa, poner el almacén
que ya conocen y un ganadito que tenemos paseando por allá arriba en un potrero.
Todo el mundo asegura que lo mató «El Colmillo», un indio que pagan los inquilinos
de la mina para que saque corriendo a todo el mundo, pero no se ha hecho justicia.
Pero la verdad es que se trata de un cobarde, no se deja ver la cara, como los
hombres, sino que vive escondido en la mina. Sus patrocinadores son no sólo la
mina, sino los Barrera y los Murcia. Los pocos policías que han llegado hasta la
mina no encuentran a nadie, salvo a los trabajadores de la mina, entre los cuales
hay varios asesinos camuflados. Pero cuando hacen las requisas, «El Colmillo» y
sus hombres de confianza, porque dicen que maneja unos 200, huyen hacia La
Culebrera. Abajo, bien abajo de la mina, entre el monte. De Borbur en adelante el
tramo de carretera. Se sube hasta una altura equiparable a la de Pauna, desde
donde también se puede divisar el Furatena, y luego se rueda sobre el lomo de una
cordillera bordeada de profundas cañadas. No obstante, pudimos apreciar a lado y
lado de la carretera innumerables cruces, algunas de ellas casi completamente
tapadas por los matorrales.Nos encontramos a lo largo de este trayecto de unos
cinco kilómetros ni una sola persona, ni una casa a la orilla de la carretera, índice de
que en aquellos ventisqueros nadie se atrevía a construir una vivienda. Pero, por
fortuna, superado este tramo la carretera se abre en un valle muy hermoso, al
descubierto, tapizado de pastizales y potreros aptos para la ganadería. Un hombre,
ya viejo, que iba arreando un hato, nos dijo que Santa Bárbara estaba próxima. Es
este un caserío pequeño, de gran comercio, y el sitio donde se bifurca la
carretera.Entonces se nos acercó un hombre alto, macizo, en mangas de camisa y
con el pecho velludo al aire. El hombre tomó una bestia de cabestro y empezó a
caminar calle arriba, hacia las afueras. La mina, para que no nos dejen trabajar en
paz.

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