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Escuela de Psicología

Teorías Sociales en Psicología


Paula Alday Coddou

Dialéctica del iluminismo


En su obra “Dialéctica del iluminismo”, Adorno y Horkheimer indagan en cómo la
humanidad desembocó en un nuevo género de barbarie. Esto lo explican a través del
efecto que ha tenido el Iluminismo en el género humano, pues la humanidad parece vivir
de un modo irracional donde ya no es el dueño del mundo, sino que más bien su siervo y
esto surge gracias a un uso instrumental de la razón que comienza con la Ilustración.
Mediante el uso de la razón instrumental el ser humano se ha podido distanciar de la
naturaleza volviéndola su objeto. Así se da la separación de sujeto-objeto. Por lo tanto,
todo lo que es dominado es objetivado; en otras palabras, la verdad importa en tanto sea
operativa. Sin embargo, después es el mismo ser humano quien es objetivado y
dominado tanto por la naturaleza y otros seres humanos como por su propia naturaleza
interna o sí mismo. Adorno y Horkheimer enuncian la doble tesis de que el mito es ya
iluminismo y el iluminismo vuelve a convertirse en mitología; ya en las primeras mitologías
hay un uso instrumental de la razón, y por otro lado el iluminismo se convierte en mito,
pues la dominación del sí mismo termina en la pérdida de identidad. En pocas palabras,
se habla de un uso instrumental de la razón que, en lugar de llevar al sujeto a una mayor
humanidad, lo esclaviza a los objetos que pretendía dominar. El individuo pierde su
autonomía y su libertad mediante el trabajo que es lo que lo domina y lo lleva a la cultura
de masas.

Se puede afirmar que en “Dialéctica del Iluminismo” Adorno y Horkheimer plantean que el
Iluminismo, al causar la pérdida de identidad del individuo, lo deja en una posición de
vulnerabilidad. Esta postura se da a entender en varios segmentos del texto.

En primer lugar, se puede fundamentar esta postura a partir de lo que se dice en el texto
acerca de cómo el uso instrumental de la razón que se da en el iluminismo ha llevado a la
construcción de una sociedad homogénea que sobrepasa al individuo a la vez que le
aterra. Se habla de cómo el aparato económico confiere de modo automático valores a las
mercancías que deciden el comportamiento de los seres humanos. Mediante la
producción y cultura de masas se inculca al individuo los modos en los que se debe
comportar, presentándolos como los únicos naturales o razonables. De esta manera el
individuo es cosificado y se guía por su adecuamiento a su función en la sociedad y a las
normas que le han sido fijadas, aprende la fuerza de lo colectivo (pg.30). El pánico que
sentía el ser humano ante la totalidad de la naturaleza corresponde al que sienten ahora
ante esta totalidad que son ellos mismos y sobre la cual nada pueden (pg. 30). Con esto
se da a entender que la pérdida de identidad a la que conlleva el iluminismo deja al
individuo en una posición de vulnerabilidad, ya que el mercado y el sistema de trabajo ha
moldeado la identidad del individuo, generando sus necesidades por anticipado y
mostrándole a seguir un único camino. El verdadero carácter del individuo se pierde bajo
el dominio del trabajo y es así como la sociedad se ha transformado en una totalidad igual
de incomprensible e inconmensurable que la misma naturaleza. El ser humano cosificador
pasa a ser él mismo lo cosificado, perdiendo la identidad propia y, por lo tanto, su
autonomía. Al no tener identidad propia está indefenso ante la sociedad pues no cuenta
con la autonomía que le daría tener sus propios ideales que defender. Pasan a ser meras
herramientas en un sistema y pierden así toda capacidad de autorreflexión.

Por otro lado, se puede demostrar la postura expuesta en base a lo que dicen los autores
acerca de cómo el estado actual de la civilización permite el totalitarismo. La sociedad
autónoma e indiferente tiene como consecuencia la impotencia de aquellos dominados.
La multitud pierde toda capacidad de reflexión y es llevada por órdenes que sigue
ciegamente. Esto deviene en que los objetivos de los dominadores son vistos como
inevitables. Los mismos dominadores presentan sus maquinaciones como si fueran
necesidades objetivas, como si fueran ingenieros de la historia universal. Mientras son
solo los dominados quienes toman como necesaria e intocable la evolución que cada vez
los vuelve un poco más impotentes, son reducidos a objetos de administración, que da
forma anticipada a todos los sectores de la vida y proyecta frente a los dominados una
necesidad objetiva ante la cual estos se creen impotentes (pg. 39). Para el individuo
resulta impenetrable el Estado y las instituciones que, desde los puestos de comando
hasta la economía, perpetúan el status quo (pg. 39). De esto se puede concluir que la
sociedad iluminista deja al individuo en una posición de vulnerabilidad frente al
totalitarismo, debido a que las necesidades de los dominadores pasan a ser parte del
mismo sistema impenetrable en el que el sujeto no tiene voz. Esto explica como surgen
totalitarismos tales como el fascismo en Europa.

En conclusión, se puede decir que el Iluminismo, al causar la pérdida de identidad del


individuo, lo deja en una posición de vulnerabilidad. Ello, debido a que el Iluminismo ha
llevado a la construcción de una sociedad homogénea, de la que el individuo no puede
salir al no contar con su propia identidad. En segundo lugar, esta falta de identidad los
hace vulnerables al desarrollo de totalitarismos pues no cuentan con sus propios ideales y
piensan que todo lo que se les impone es tan solo el curso que las cosas deben tomar.
Por último, cabe preguntarse, ¿a través de la reflexión y el autoconocimiento el sujeto
podrá superar su estado de vulnerabilidad? ¿por medio de qué instrumentos políticos o de
el ser humano puede despertar y tomar el control de su vida?

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