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Sincronicidad Psicologia y Religion
Sincronicidad Psicologia y Religion
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SINCRONICIDAD
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"Sincronicidad. Este fenómeno consiste en una imagen simbólica constelada en
el mundo psíquico interno, un sueño, por ejemplo, o una visión de vigilia, o una
corazonada súbita de origen inconsciente, que coincide de forma `milagrosa’,
no de forma causal o racionalmente explicable, con un evento de significado
similar en el mundo externo."
“Hay personas –siempre las ha habido- a las que les resulta imposible no tomar
consciencia de que el mundo y la experiencia del mundo poseen una
naturaleza metafórica y constituyen en realidad el reflejo de algo que yace
oculto en las profundidades más íntimas del sujeto, en la propia realidad
transubjetiva.”
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1. POR EJEMPLO
“Lo mismo se puede decir incluso de los sueños premonitorios. El otro día un
amigo mío me explicaba que hace muchos años, cuando él hacía mucho
montañismo, tuvo un sueño, antes de emprender una expedición, en el que una
avalancha de piedras terminaba con su vida. Al despertarse por la mañana
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estaba muy preocupado y se cuestionaba si debía partir, pero entonces creyó
que si no iba se sentiría como un cobarde y se avergonzaría de sí mismo.
Probablemente también le picara la curiosidad de descubrir si aquello
sucedería o no. De modo que decidió ir, pero contrató a un segundo guía, que
no era necesario en absoluto, como pronto podrán ver, pero esa era su idea de
tomar precauciones. Se fue a hacer el ascenso y no sucedió nada, salvo que
en el camino de vuelta hubo una avalancha de piedras y no les tocó de milagro.
El segundo guía no les hubiera servido de nada y todos habrían muerto. El
inconsciente no pudo predecir con precisión lo que iba a pasar, pero sí predijo
un accidente en las montañas y entonces se produjo una pequeña historia
única en un lugar u otro que no se podía prever. En el sueño sólo se predijo
una probabilidad.
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2. SINCRONICIDAD COMO PRINCIPIO DE CONEXIONES ACAUSALES
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3. ACERCA DE LA SINCRONICIDAD
“Von Franz comprendió que todos los fenómenos mentales y físicos son
aspectos complementarios de una misma realidad unitaria transcendental. En
su propia raíz, existen ciertas formas dinámicas fundamentales denominadas
“arquetipos”. Cada proceso específico, ya sea físico o mental, es una
representación particular de algunos de estos arquetipos.”
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acontecimientos externos. Se trata de un mecanismo que tiene lugar por
analogía, y su matriz se encuentra fuera del tiempo y del espacio.”
“El suceso sincronístico no es un “signo” que nos diga qué tenemos que hacer,
como un semáforo que indica que podemos cruzar la calle. La sincronicidad es
más bien un conjunto de símbolos que no siempre implica una respuesta literal
al impulso que provoca.
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“Es como si la formación de patrones dentro del inconsciente fuese
acompañada de patrones físicos en el mundo exterior. Principalmente, cuando
los patrones psíquicos están a punto de alcanzar la conciencia, las
sincronicidades llegan a su apogeo; por otra parte, tienden a desaparecer
cuando el individuo conscientemente se da cuenta de una nueva alineación de
fuerzas dentro de su personalidad.
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4. TIEMPO Y MUERTE
(Carta de Wolfgang Pauli a Carl G. Jung [23]; en: Carl A. Meier, Wolfgang Pauli
y Carl G. Jung : un intercambio epistolar 1932-1958)
Tanto para el hombre conectado con el Sí-mismo [= Self], como para el niño y
el primitivo, el azar no existe (...)
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“According to the main argument of this book, it appears that matter and psyche
form merely the inner and outer aspects of the same transcendental reality. We
ventured this conclusion because the ultimate constituents of matter present
themselves to our observing consciousness in forms similar to those forms
representing the ultimate foundations of the inner factor, the collective
unconscious. This transcendental unitary reality (unus mundus) calls forth the
hypothesis of animate matter.
We know that at death the material part of man dissolves into inorganic material
constituents, into something, therefore, which modern physics would define as
an electromagnetic field, whose excited points represent particles. The old
religious texts referred to, which aim, as it were, at an introspective perception
of the same process, describe death as an ascension into the realm of the
gods, i.e., into the archetypal field of the collective unconscious (…)
The psychic kernel of the soul, which has become conscious, and its
surrounding field of energy thus also seem in some way able to retain an
individual identity after death within the psychophysical unus mundus.
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SOBRE PSICOLOGÍA Y
RELIGIÓN
“El mundo entero es Dios, y Dios está en el mundo entero desde el principio.”
1. EL SELF (= EL SÍ-MISMO)
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La figura de la madre que lleva a cabo esta función de reflejo empático es
denominada por Kohut `objeto de self´. Él usa este término paradójico para
designar a las personas del medio ambiente del bebé que son experimentadas
por él como si fueran partes de su propio self.
El self también se manifiesta con gran poder en una amplia gama de símbolos
de la divinidad. Esto proporciona la base para la psicología de la religión de
Jung, la cual ocupa un lugar central en su obra, ya que desde un punto de vista
empírico ciertos símbolos del self no pueden ser distinguidos de la imagen de
Dios (…)
Como hemos dicho, el self se manifiesta a través de símbolos del más alto
valor, por ejemplo, la imagen de un tesoro difícil de encontrar, la rama dorada,
la perla, o el oro filosófico de los alquimistas. El self puede expresarse en
símbolos que representan estructuras de orden, tales como el mándala o la
cuaternidad. También puede ser personificado por figuras dotadas de
cualidades sobrehumanas. Las imágenes religiosas de dioses que han tomado
forma humana y la creencia cristiana en Dios como padre y Cristo como hijo
son representaciones simbólicas del self.
El self posee una fuerte carga afectiva que, cuando toma expresión en tales
símbolos, se siente como algo numinoso.”
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“Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un
soberano poderoso, un sabio desconocido – llámase sí-mismo [Self]. En tu
cuerpo habita, es tu cuerpo.”
(F. Nietzsche, Así habló Zaratustra, `De los despreciadores del cuerpo’)
“El self es por definición la totalidad de todos los hechos y contenidos psíquicos
(…)
Por lo tanto, el término self a menudo se mezcla con la idea de Dios (…)
Por esto, deberíamos reservar el término `Dios’ para una deidad remota a la
que se le supone como característica la absoluta unidad de todas las
singularidades.
El self sería la etapa anterior, un ser que es más que un hombre y que
definitivamente se manifiesta; éste es el pensador de nuestros pensamientos,
el hacedor de nuestros actos, el fabricante de nuestras vidas, sin embargo está
todavía dentro del alcance de la experiencia humana (…)
El self contiene todos los arquetipos: se podría decir que una experiencia
arquetípica es una experiencia del self (…)
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El self consiste, entonces, por un lado en las más recientes adquisiciones del
yo consciente, por otro lado en material arcaico (…)
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2. LA RELIGIÓN
Los psiquiatras, al tratar sus casos, saben que estas cosas ocurren dentro del
alma de sus pacientes. Hay infinitas ideas, imágenes de lo inconsciente, que se
han comparado a conceptos mitológicos, pues se probó que eran idénticas”.
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“Hay que tener en cuenta que yo me ocupo de los fenómenos psíquicos que
son (como se puede demostrar empíricamente) las bases de los conceptos
metafísicos y que, cuando digo por ejemplo “Dios”, no puedo referirme a otra
cosa que a unos hechos psíquicos constatables y que por cierto poseen una
realidad estremecedora. A quien esto le parezca increíble le recomiendo que se
dé una vuelta por un manicomio (…) La tarea de una ciencia empírica no es
averiguar si ese contenido anímico está causado y determinado por la
existencia de una divinidad metafísica. Eso es asunto de la teología, de la
revelación y de la fe. Mi crítico parece no ser consciente de que, cuando habla
de Dios, está hablando primero desde su consciencia y después desde su
presupuesto inconsciente (…) No pongo en cuestión su convicción de estar en
relación viva con un tú divino, pero pienso que esta relación se refiere en
primer lugar a un contenido anímico autónomo que Buber define de una
manera y el Papa de otra”.
(C. G. Jung, La vida simbólica, O.C. vol. 18/2, “Religión y psicología” : una
respuesta a Martin Buber)
Y una y otra vez ha sucedido y sigue sucediendo que, de esta suerte, terminan
sabiéndose demasiadas cosas del `buen’ Dios, y conociéndosele demasiado
bien, hasta el punto de que uno acaba confundiéndolo con las propias ideas y
figurándose que estas últimas serían sagradas por el sólo hecho de haber
perdurado durante milenios.”
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3. DIOSES (IMÁGENES) Y EMOCIONES
“Nuestros afectos son la manifestación interna de Yahvé (…) pero es muy difícil
captarlo, porque nos identificamos con nuestros afectos. Incluso les llamamos
nuestros –`mi afecto’, `mi cólera’, `mi amor’. Sería más exacto quitar el
posesivo.
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4. TRANSFORMACIONES DEL SELF/SÍ-MISMO (= DE DIOS)
“Dr. Jung: Ella asoció la reencarnación de su padre [en el sueño] con su propio
renacimiento y renovación. Esta es una idea arquetípica en los sueños.
Dr. Binger: Creo que es la propia alma del hombre, una suerte de ánima. (…)
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Dr Binger: Puede ser el self [sí-mismo] renovado.
Dr. Schlegel: Algo que pertenece a su futuro. Es más joven que el soñante, un
self más joven.
Dr. Jung: Sí, una parte futura de él mismo representada como un niño. (…)
Todos los viejos dioses fueron hechos psicológicos que más tarde llegaron a
ser ideas. (…)
Los paralelos colectivos muestran a este niño conectado siempre con las ideas
correspondientes a la época. En la Edad Media este niño es cristiano, es el
`Bambino’, Jesús. Ellos no sueñan con él llamándolo Tammuz o Dionisos.”
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5. LO INCONSCIENTE COLECTIVO
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“Los instintos tienen un aspecto dinámico y un aspecto formal. Este último se
expresa, entre otros modos, en imágenes de la fantasía que (como cabía
esperar) presentan una semejanza sorprendente en todos los lugares y en
todas las épocas. Al igual que los impulsos, estas representaciones tienen un
carácter relativamente autónomo; son numinosas, por lo que las encontramos
sobre todo en el ámbito de las representaciones numinosas, es decir,
religiosas. He elegido para este aspecto formal del instinto la denominación
arquetipo”
APÉNDICE
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