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ÉTICA Y DEONTOLOGÍA PROFESIONAL


PARA DOCENTES

ÍNDICE
Introducción......................................................................................... Pág. 4
Qué significa ética.
Elementos de la moral.
Tipos o clases de ética.

I. CONDICIONES PARA LA MORALIDAD EN EL SUJETO............................ Pág. 8


Acciones del hombre y acciones humanas.
Sentir y conocer.
Conocimiento directo y reflexivo o consciente. La conciencia.
Características y formas de la conciencia.
Estados de ánimo, efectos de la conciencia, y los deberes fundamentales.
Voluntad y libertad.
Libertad condicionada.
Libertad y su valor supremo pero no absoluto.
Libertad y responsabilidad.

II. EL CONCEPTO DE BIEN Y MAL MORAL................................................ Pág. 18


Vida moral y estudio ético.
Una acción moral es un reconocimiento justo: el bien y mal moral en
cuanto cualidades de ciertos actos humanos.
Analogía en el concepto de bien y mal.
Bien y mal moral. El problema de la finalidad de la vida humana.
Diversos tipos de bienes: Bien objetivo y bien para el sujeto.
Bien útil, bien deleitable y bien moral.
Etimología y clases de valores.
El bien en cuanto valor y el mal en cuanto negación de valor.
El bien moral humano es realizado por la persona y es bien para la perso-
na.
Persona: sede de los derechos.
Moral y reconocimiento público.

III. LA NORMA DE LO MORALMENTE BUENO.......................................... Pág. 31


La naturaleza de las cosas y su lento descubrimiento.
Moral y normas.
La ley. Tipos de leyes.
Cualidades de las leyes positivas.
La naturaleza humana como norma, o sea, la ley natural de la moralidad.
Norma universal de la ética humana.
Otras normas de moralidad, según algunas escuelas éticas.
Resumen.

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IV. INTEGRIDAD DEL ACCIÓN MORAL HUMANAMENTE BUENA................. Pág. 48
La buena intención del sujeto que realiza el acto moral.
Tipos de finalidades.
Móviles y motivos.
Las circunstancias que rodean el acto moral deben ser buenas.
Acciones morales con doble efecto simultáneo.
La acción debe ser buena considerada en sí misma.
Moralidad culposa.

V.- El SURGIMIENTO Y EVOLUCIÓN DE LAS NORMAS MORALES EN LOS


NIÑOS.................................................................................................. Pág. 56
La concepción de J. Piaget sobre la conciencia moral en la infancia:
A) La vida entendida como autoconstrucción y autorregulación.
B)La educación entendida como construcción.
C) Diversos tipos de inteligencia, condición necesaria de diversos tipos
de moral.
D) Etapas de la moralidad.
E) La formación de la personalidad: una cuestión de valores.
Sugerencias para la educación moral:
Educar para el surgimiento de conductas personalmente morales.
Modelo e ídolo.
La sociedad y los criterios de la moral.
La disciplina heterónoma: premios y castigos.
Autoridad razonada.
Diálogo y reflexión. De la anomia a la heteronomía y a la autonomía.
Observaciones.

VI. DEONTOLOGÍA PROFESIONAL PARA DOCENTES................................. Pág. 76

Primera parte: Deontología de las profesiones


El concepto de profesión.
Otras cualidades morales deseables en el ejercicio de la profesión.
Consejos profesionales. Código de ética.
Las virtudes fundamentales.
Vicios capitales.
Ética profesional y contexto social.

Segunda parte. Sugerencias para una deontología del profesional docente.


Educación y docencia.
Deberes morales para consigo mismo.
Responsabilidad moral ante la institución educativa.
Responsabilidad moral ante los educandos: la convivencia y la disciplina
social.
Conflictos escolares.
Responsabilidad del docente educador para con los colegas.
Responsabilidad social con las familias y la sociedad.
Responsabilidad moral de los alumnos o aprendices.
Presupuestos éticos de la Ley Nacional de Educación.
Algunas cualidades morales y perfil de la educación superior en Argenti-
na.

3
APÉNDICE: EL CLIMA CULTURAL Y ÉTICO EN LA POSMODERNIDAD.......... Pág. 105

APÉNDICE II: DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS... Pág. 137

BIBLIOGRAFÍA....................................................................................... Pág. 143

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INTRODUCCIÓN
Qué significa ética

1. Frecuentemente se confunde, como si fuesen sinónimos, los términos “moral” y


“ética”.
El vocablo “moral” procede de la lengua latina mores y significa costumbres. La
palabra “ética” significa lo mismo. Ella procede de dos palabras griegas: !hqikhV (ethiké):
relativo a las costumbres o al carácter; la cual procede de h\qo" (éthos): carácter, forma
adquirida de ser; y se halla relacionada también con la palabra: e[qo" (éthos): uso, hábito,
virtud (disposición no natural o espontánea, sino adquirida con la reflexión, el esfuerzo
libre y el ejercicio).

2. La moral es una realidad: es la forma en que vive la gente y valora las acciones
de su vida individual y socialmente. La moral podría definirse, entonces, como el modo
bueno o malo de comportarse de las personas (moral personal) o de los grupos (moral
social) de acuerdo con criterios de valor.
La ética, por su parte, está constituida por el estudio filosófico y sistemático de
esas formas de vida y de comportamiento moral de las personas. Ahora bien, como hay
distintas concepciones del ser de las cosas, de los sucesos, de la sociedad y de las per-
sonas, también existen diversos sistemas filosóficos y distintos tratados de ética.
La ética filosófica comparte, pues, la materia de estudio (las conductas humanas)
con otras ciencias (la psicología, la sociología, la antropología cultural, etc). Si bien el
objeto de estudio de la ética está constituido por las formas de comportamiento de las
personas, la ética se diferencia de esos otros saberes en cuanto estudia estas formas
sistemáticamente desde una perspectiva propia: para saber si son, en última instancia,
buenas o malas. Lo que sea bueno o malo deberá ser luego aclarado: habrá diversas
concepciones según diversas teorías filosóficas. “Bien” y “mal” son adverbios que modi-
fican la calidad de los verbos o acciones; refieren a modo de ser (a un aspecto ontológi-
co). Si en lugar de “bien” o “mal” empleamos los términos “justo” o “injusto” nos refe-
rimos a un aspecto del ser netamente moral. Si empleamos los términos “correcto” o
“incorrecto” nos referimos a la parte normativa de la moral (a la adecuación o inadecua-
ción de una acción con una norma).
En ética, en efecto, debe tener en cuenta por un lado la cuestión del ser y valor
de las acciones; pero, por otro, la cuestión de la estructura normativa en la cual los va-
lores adquieren una forma y sirven de guía social para el trato recíproco de las personas
en una comunidad. El ser y valor de las acciones son lo interno o alma de la conducta
ética; las leyes o normas son la parte exterior en la que se corporizan los valores. Esto
nos permite distinguir la moralidad de la legalidad. Se tiene una conducta legalmente
correcta cuando se cumple con una ley; pero la moralidad exige, además, que se cum-
pla con la ley por el ser y valor que salvaguarda. Como un cuerpo sin vida está muerto,
una vida legal sin moralidad es sólo un caparazón de conducta humana, necesario pero
no suficiente.

5
Elementos de la moral

3. La ética estudia la vida moral. Ésta está constituida por actos internos. Algunos
de éstos tienen, además, manifestaciones externas y les llamamos acciones. Los actos
pertenecen a las personas; por ello llamamos buena a una persona que realiza actos
buenos.
El estudio de los actos humanos nos posibilita, a su vez, distinguir (sin separar)
tres grandes partes en el estudio de la ética. Un acto, en efecto, implica: a) un sujeto
que realiza el acto; b) el acto o acción misma; c) el objeto (ideal o real) de la acción; d)
el criterio con el que se mide o establece si este acto es bueno o malo. Por ejemplo, una
docente (sujeto de la acción) ayuda (acto o acción ) a un niño a aprender a escribir (ob-
jeto real del acto moral); mas esta acción es calificada de buena moralmente por refe-
rencia al criterio (la idea de que ayudar a otro es humano y bueno).

Acción moral

1) Sujeto 2) El acto 3) Objeto del acto moral: aquello (fina- 4) Criterio o


del acto moral en sí lidad real e intencional) a lo que tiende norma con el
moral mismo. la realización del acto. El fin es un bien que se mide la
que se valora, y motiva a las personas bondad o mal-
a la acción sin determinarla. dad del acto.

Tipos o clases de ética

4. La ética filosófica estudia las condiciones de posibilidad de los actos o acciones


morales. Ella reflexiona sobre lo que hace que exista o no exista la moralidad: estudia el
ser de la moralidad; en qué consiste y qué hace al ser de la moralidad, según lo puede
descubrir con la luz natural de la inteligencia humana, con el razonamiento natural.
Las éticas teológicas establecen cómo deben ser las conductas según luz de la
verdad revelada por un ser superior (en la Biblia, en el Corán, en el libro de Mormón, en
los Vedas, etc.)
La historia filosófica de la ética estudia lo que se ha considerado ético (bueno o
malo) en diversas épocas históricas.
La ética puede ser, además, general y entonces estudia los principios generales
de la ética; o bien ética particular y entonces se dedica a considerar algún sector o as-
pecto de la ética (ética de médico, del docente, del técnico en familia y minoridad, etc.).
La casuística estudia los casos o hechos morales en particular; y les aplica las
normas de moralidad para calificarlos de buenos o malos.
La deontología (devon: necesidad, deber) se constituye con el estudio sistemático
de lo que se debe hacer en cada profesión. Encierra el conjunto de las obligaciones o
deberes profesionales en cada actividad. Existe pues lugar para una deontología profe-
sional del médico, del abogado, del docente, del técnico, etc. La deontología es la parte
normativa de la ética.
El derecho no se confunde con la moral y la ética. La ética supone la moral sobre
la cual reflexiona, y el derecho supone la ética. El derecho, en efecto, puede conside-
rarse ya como: a) la facultad o poder que alguien tiene de hacer algo que no le puede
ser impedido por los demás, precisamente porque lo que hace es bueno, éticamente
lícito1; b) o bien como las normas jurídicas establecidas, en una sociedad, para el ejerci-

1
ROSMINI, A. Filosofía del diritto. Padova, CEDAM, 1967, Vol. Y, p. 108.
6
cio de esa facultad. Una acción es lógica y ontológicamente lícita (esto es, permitida por
la ley) porque es buena; pero no a la inversa: no siempre es bueno, sin más y para to-
dos, todo lo que está permitido o no prohibido por una norma jurídica positiva. El con-
junto de leyes (generalmente) escritas) constituye el código del derecho. El derecho, a
su vez, fundamenta el accionar de las demás actividades humanas: codifica lo que se
puede hacer y/o se debe hacer porque así está establecido por las normas de una socie-
dad; aunque la moral exige que, además, lo que se normatiza sea éticamente bueno
para los socios.

Moral  Estudiada por la 


Ética  General: Los principios de la ética
 Particular: Aspectos de la ética (social, individual, histó-
rico)
Casuística  Ética aplicada a casos particulares
Deontología  Estudio de los deberes profesionales
Derecho  Facultad del obrar lícito (derecho sujetivo), de acuerdo a
una normativa (natural o positiva)

5. Por último, no se confunda moralizar con ética.


Por moralizar se entiende el intento teórico-práctico de producir, siempre y en
todas partes, con todos los medios, un cambio de conducta, acorde con la concepción
moral que posee el moralizador. Mas, como veremos luego, la buena voluntad de una
persona, su buena intención, no es suficiente para hacer que una acción o una actividad
sea, sin más, buena. “De buenas intenciones está lleno el infierno”, dice un refrán popu-
lar. Frecuentemente el intento por hacer que otro cambie de conducta, presionándolo,
es inmoral, pues suprime o atenúa la libertad de su semejante al cambiar de conducta
solo bajo presión.
La ética, por su parte, es una actividad teórica, cuyo resultado es una ciencia o
un modo sistemático de saber filosófico acerca de la práctica moral. Este saber implica
la aceptación de algunas concepciones fundamentales acerca del ser del hombre, de su
posibilidad de conocer y decidir, y de sus formas de relacionarse; mas la ética no es una
forma de imponer con la fuerza (física, psicológica o simbólica) un cambio en las con-
ductas de las personas.

7
I

CONDICIONES PARA LA MORALIDAD EN EL SUJETO


Acciones del hombre y acciones humanas

1.- No toda conducta o acción de los seres humanos es objeto de estudio de la ética.
Así, por ejemplo, si bien normalmente se suele considerar que el bebé es humano desde
que es concebido, o desde que nace, no todas sus acciones son, sin embargo, conside-
radas típicamente humanas en relación con la ética.
Podemos distinguir, entonces, dos grandes clases de actos y acciones2:
A) Las acciones que los hombres no provocan pero que les sucede o acaece, como, por
ejemplo, el dormir, el respirar, el crecerle el cabello. Estas son acciones del hombre, por-
que el hombre es el sujeto de esas acciones aunque él no haga nada para producirlas y
no sea responsable de ellas3.
B) Los actos y acciones que los seres humanos producen en forma libre y consciente:
éstos son actos y acciones humanas. Por ejemplo decidir escribir una carta. Esta acción
de un sujeto que actúa libre y conscientemente es típicamente humana.
Los actos, pues, que realiza un hombre, en forma no consciente y libre, serán ac-
tos pre-morales o moralmente indiferentes.
Serán llamados morales los actos conscientes y libres del ser humano, con él que
éste reconoce (y entonces el acto será llamado moralmente bueno) o desconoce lo que
son las cosas (y entonces será llamado moralmente malo). El concepto de inmoral es
ambiguo, pues, a veces, significa “no moral” o “indiferente”, y otras veces, moralmente
“malo”.

2.- Ahora bien, solamente las acciones humanas son el objeto de las consideraciones
éticas humanas. La ética es un estudio filosófico sobre las conductas, pero en tanto y en
cuanto éstas son humanas, esto es, conscientes y libres.
En consecuencia, la ética supone el estudio previo acerca de qué es el conoci-
miento consciente y de qué es la voluntad y la libertad4.
Ser consciente requiere que el sujeto de la acción moral: 1) conozca lo que hace
(conocimiento directo, espontáneo); y 2) lo conozca conscientemente, esto es, en forma
reflexiva, de modo que el sujeto se dé cuenta, sepa que sabe. El conocimiento conscien-
te -como veremos- implica un acto de conocimiento previo sobre el cual el sujeto vuelve
y lo toma en consideración.

2
Generalmente no establecemos una distinción entre un acto y una acción; pero si somos precisos: a) un acto es el inicio
interno de una acción (como, por ejemplo, el decidir escribir una carta) y una acción es la realización y terminación de esa
decisión (escribir de hecho la carta), y generalmente tiene aspectos exteriores o visibles.
3
Cfr. DAROS, W. El hombre. Número íntegro monográfico en la revista Didascalia, nº 8, Octubre de 1979, p. 465-515.
4
Cfr. MORA, H. Freud y la conciencia moral o Freud en breve excurso por el imperativo categórico de Kant en Revista de
Filosofía de la Universidad de Costa Rica, 1999, nº 92, p. 249-260. DAROS, W. Requerimientos de la moral en el sujeto
según Rosmini en Rivista Rosminiana di Filosofia e di cultura, 1989, n. 1, p. 13-20.
8
Actos indiferen- No conscientes ni libres; o no relacionados con el valor
tes, pre-morales, “bien” o “mal”.
o no morales

1) Conocimiento,
2) consciente
Actos Requieren como condición
morales que el sujeto posea:
3) Voluntad, y
4) libertad

Si con ellos se
reconoce el Entonces el ser humano se considera bueno, justo y su
ser de cada cosa. actuar correcto.
Si con ellos se
desconoce el ser El ser humano se considera malo, injusto y su actuar in-
de cada cosa. correcto.

Sentir y conocer

3. Adviértase ante todo que conocer no es lo mismo que sentir. Sentir es la modifi-
cación de nuestra vida. Nuestra vida es sentimiento tanto de nuestro cuerpo como de los
otros cuerpos y objetos que modifican el nuestro. La vida del hombre es un sentimiento
fundamental, permanente. Ese sentimiento permanente termina en dos términos senti-
dos: a) nuestro cuerpo, por lo que tenemos un sentimiento sensible que se materializa en
cosas corporales; b) nuestra ideas, por lo que tenemos sentimientos espirituales, incorpó-
reos, no extensos (de modo que no sentimos en un lugar de nuestro cuerpo). Cuesta a
veces advertir la existencia de sentimientos espirituales, pero si reflexionamos sobre
nuestra vida debemos admitirlos como un hecho. Podemos, por ejemplo, sentir compa-
sión por personas que sufren en India, o en un barrio de Rosario. Sentimos alegría por el
hecho de vivir, por el descubrimiento de la solución de un problema, etc.
Sentir es siempre algo que nos sucede como sujetos. Nadie puede sentir por otro,
como nadie puede vivir por otro. Pero podemos sentir cosas materiales como las partes
de nuestro cuerpo (un dolor de muelas, el sabor fresco de un rico helado) y lo sentido
sensiblemente siempre se ubica en algún lugar. Lo sentido espiritualmente tiene por obje-
to ideas y las ideas se pueden referir a algún lugar, pero ellas en sí mismas, no son sen-
sibles, sino inteligibles.

Conocimiento directo y reflexivo o consciente. La conciencia

4, Mas debemos distinguir aún: a) el sentir (tanto corporal como espiritual); b) del
conocer. Sentir, como vivir, es un acto directo del sujeto que vive: el sentir no es reflexi-
vo; el sentir no se vuelve sobre el sentir.
El conocimiento, por el contrario, puede ser conocimiento directo (conozco algo) y
conocimiento reflexivo (advierto de conocer algo; soy consciente de conocer algo).
Conocer algo implica captar el ser que algo tiene y lo constituye en lo que es. Im-
plica llegar a sus cualidades esenciales que hacen que esto, por ejemplo, una mesa sea
una mesa y no una silla u otra cosa. Sentir algo es, por el contrario, la modificación que
el objeto, mediante alguno de nuestros sentidos, produce en mí. La sensación es una
modificación de mi ser, y en mi ser, que yo atribuyo a un objeto exterior que la causa en

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