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No continúes con ello, de lo contrario: ¡Te quedarás sin Wattpad, sin
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Annabelle Julieyrr Moni
Andreani Kass Panchys
Jo MaryLuna
PaulaMayfar
1. Gelatina Verde y Tortugas Lagarto
2. Mi Perro Tiene Hambre
3. Él Fue a Jared
4. Me Ama, No Me Ama
5. Chupe por un Dólar
6. Acción Detrás de la Puerta
7. Puta Borracha
8. El Increíble Encogimiento del Pene
9. No Golpear Bolas Antes del Almuerzo
10. Béisbol con el Ventilador de Techo
11. ¡Mami!
12. Mi Salchicha Apestosa Palpita y Las Patatas Horneadas Dos
Veces
13. Hora de Beber
14. Porno y Snozzberries
15. Sólo Di No a la Necrofilia
16. Hijo de Un Cara de Mierda
17. Shows de Burros y Enanos
18. Bolas de Benjamín
19. ¡Oops, lo hice otra vez!
20. Sin Acabar
21. Me Tragué un Centavo
22. Montar, Montar, Montar
23. Caquita, Caca-Caca
Epílogo
Carter, Claire y Gavin han formado su pequeña familia perfecta.
Sus amigos se van a casar y todo el mundo está creciendo, madurando y
listo para enfrentar el futuro. ¿O lo están ellos?
Desde despedidas de soltera del infierno, adicciones porno, cenas
de béisbol y propuestas de boda fallidas para descubrir que todas las
familias extensas están repletas de locos, Carter y Claire comienzan a
cuestionar la solidez de los lazos que los unen. Desafortunadamente,
estos lazos no tienen nada que ver con esposas afelpadas y todo que ver
con las diferencias crecientes entre ellos.
¿Sus amigos harán un lío de cosas con sus comentarios
inapropiados y necesidad de saberlo todo, o van a convencer a la
pareja de que vivieron-felices-por-siempre a veces puede comenzar con
un juego de beer pong?
Chocolate Lovers #2
Traducido por Noelle & Liillyana
Corregido por Val_17
Tengo un sueño.
Y en este sueño estoy bajo las sábanas de la cama, a unos escasos
centímetros de distancia del cuerpo de Carter. Me quedo mirando su
cuerpo tendido a mi lado, el resplandor azul verdoso proveniente del reloj
alarma sólo proporciona la suficiente luz para ver la suave subida y
bajada de su pecho. La sábana cubre su cadera mientras duerme
pacíficamente con un brazo sobre sus ojos y el otro descansando sobre
su tenso estómago desnudo. Deslizo mi cuerpo lentamente a través de la
cama, con cuidado de no molestarlo, hasta que estoy tan cerca que
puedo sentir la calidez de su piel calentarme de la cabeza a los dedos
de mis pies. Saco mis brazos de debajo de la sábana y mis manos se
extienden hacia él. Toco su liso y musculoso pecho, deslizo mis dedos
hacia arriba por su cuerpo, y… lo estrangulo con fuerza.
Bueno, ese no es realmente un sueño. Es más un deseo si así lo
prefieres, algo con lo que fantaseo cuando el negocio en la tienda va
lento, cuando estoy esperando en la fila del supermercado, o más o
menos en cada momento de cada día cuando me encuentro a mí
misma bostezando y de mal humor por la falta de sueño. Pero no es
como si alguna vez fuera a seguir adelante con esa fantasía. Amo a
Carter. Realmente lo hago. A veces sólo es una disputa sobre si amo más
o no el dormir.
Unos pocos meses atrás, ni siquiera sabía que Carter existía. Bien,
sabía que existía; en alguna parte allí fuera, sobre el arcoíris, en una tierra
muy, muy lejana viviendo su propia vida. Nunca creí ni en un millón de
años que alguna vez iba a parar y darme —a su revolcón de una noche
en la universidad— un segundo pensamiento. Resulta que estaba
equivocada en ambos casos. Una tierra muy, muy lejana resultó ser unos
pocos kilómetros de distancia de donde yo vivía, ¿y el segundo
pensamiento que pensé que nunca me daría? Bueno, muy a mi pesar, y
usando un cliché de una romántica novela Harlequin, había pasado sus
últimos años suspirando por mí y buscando a “aquella que se le escapó”.
Esa soy yo por cierto, en caso de que no hayas estado prestando
atención.
Aquí estoy yo, la madre soltera de veinticuatro años de edad de
Gavin, (un maravilloso regalo de despedida que recibí en apreciación
por mis locas habilidades al momento de dar mi virginidad) cuando de
repente, el chico al que espontáneamente le di mi virginidad después de
un emocionante juego de beer pong en una fiesta de fraternidad, se
presentó en mi pueblo para levantarme de mis pies y reclamar al hijo que
nunca supo que tenía. Eso no pasa en la vida real. Algo así de perfecto
sólo pasa en los libros o en películas de John Hughes.
Muy bien, así que Carter nunca había estado fuera de mi ventana
sosteniendo una radio sobre su cabeza y nunca había corrido por la calle
para atraparme en sus brazos y darme besos que curven los dedos de
mis pies, o darme un par de aretes de diamantes que le había dado a
otra mujer solo unos momentos antes. Nuestra historia no era
necesariamente un guión de una película ochentera. Ha habido ataques
de ansiedad, pérdidas de estribos, borrachas divagaciones, maldiciones
inapropiadas, malentendidos, discusiones, amenazas con dos dedos en
los ojos, y sexo cubierto de chocolate en un lugar público que sólo un
pelo del testículo de un mosquito evitó que fuera públicamente
televisado. A pesar de todo esto, Carter y yo nos la hemos arreglado
para resolver nuestros problemas con la velocidad y precisión de una
serie de treinta minutos en horario central de televisión. No es “Some Kind
of Wonderful”, pero es malditamente cercano. Sin embargo aún estoy
esperando por mi beso en la calle y mis aretes de diamantes.
En el medio de todo este caos, también estoy ocupada con el
sueño de abrir mi propia tienda de dulces y galletas. Lo sé, ¿bien? ¿Por
qué no agregar una cosa más por la que preocuparme a mi creciente
lista? Hay una razón por la que tengo un imán en la nevera que dice:
“Puedes dormir cuando estés muerto”.
Mi mejor amiga Liz y yo siempre habíamos hablado sobre abrir
nuestros propios negocios juntas. Mientras yo estaba ocupada con toda
la cosa de ser mamá soltera y ponía mis aspiraciones en un segundo
plano, Liz estaba terminando la universidad y conseguía una ventaja
sobre su sueño. Lo que yo no sabía, era que ella también había hecho
planes para asegurarse de que mis esperanzas no murieran junto con mi
capacidad de estornudar y no orinarme a mí misma.
Siempre he sido una persona muy independiente, así que tener a
alguien dándome mi sueño en un pequeño paquete con un lazo en la
parte superior tomó algún tiempo para acostumbrarme. Liz había
heredado una buena parte del dinero de su abuelo cuando murió años
atrás y poner ese dinero en un buen uso comprando un edificio en el que
podríamos tener nuestros negocios adyacentes era la única opción para
ella. Había tomado un par de días sacar mi cabeza fuera de mi trasero y
darme cuenta que ella no lo había hecho por compasión. Lo había
hecho porque me amaba y que su sueño se volviera realidad no habría
significado lo mismo para ella si el mío no lo hacía junto al suyo.
Así que en resumen, estoy AGOTADA. Y creo que eso nos lleva de
nuevo a mi asfixiante fantasía. Vivir con otro ser humano necesita un
poco de tiempo para acostumbrarse. Hasta el moment o sólo hay una
mínima cantidad de cualidades irritantes que encontramos en cada uno,
y hemos superado esos obstáculos y aún estamos creciendo
fuertemente. Amo a Carter más de lo que creía posible, y él ha
demostrado ser el mejor padre que una mujer podría desear para su hijo.
Pero juro por Dios, Jesús, María, José y el amigo de la infancia de Cristo,
Biff, que si él no deja de despertarme a las cuatro cincuenta y ocho de la
mañana, cada maldita mañana, con su zumbido de ronquidos, voy a
volverme David Carradine1 contra su trasero.
Oh sí, pequeño salt amontes, te ahogaras en t u sueño.
Aunque cuanto más pienso en ello, David Carradine se ahogó a sí
mismo en alguna rara cosa sexual, ¿no? No creo que pueda convencer
a Carter de asfixiarse a sí mismo, no importa qué tan desnuda esté.
Lo he intentado todo para hacer mis noches de sueño menos
irritantes. He presionado suavemente su brazo para que se diera la vuelta
porque según Google, un simple cambio de posición podría poner fin a
los ronquidos.
Falso. Y cállate, ¡todo en Google es verdad! Si no, ¿cómo iba a
saber que el pez dorado más viejo del mundo tiene cuarenta y un años y
su nombre es Fred? ¿O que cuando escribes “ladeado” en google la
página se ladeará ligeramente? ¡Estos son hechos, gente!
Mi padre me había dicho que tratara de comprar una caja de tiras
nasales para fijarlas a través del puente de la nariz de Carter cada noche
antes de acostarse.
No funcionó. Me desperté a la mañana siguiente con tiras nasales
atascadas en lugares donde nunca deben estar atascadas.
1
Actor estadounidense que usualmente hace películas de kung-fu.
Es todo diversión y juegos hasta que necesitas encerrarte en el
baño con pinzas, un espejo y una linterna.
He dado patadas con mis pies y golpeado mis manos contra el
colchón repetidamente por la frustración mientras susurro-gritando sobre
roncadores chupa-pollas y su falta de respeto por la gente que duerme
silenciosamente, lo he destapado, le he pegado en la cara con su propia
almohada, que le quité de debajo de su cabeza y tapé su nariz.
Oye, no me juzguen. Estoy perdiendo el sueño aquí.
Y sólo había tapado su nariz lo suficiente para que comenzara a
ahogarse con su propia saliva. Tan pronto como pudo hablar, me dijo
todo sobre el sueño que tenía cuando pensaba que se estaba
sofocando y cómo se dio cuenta que cuando se estaba muriendo en su
sueño se olvidó de decirme que me amaba antes de ir a dormir. Sí, me
sentí culpable. Sí, se lo compensé teniendo relaciones sexuales a las
cinco de la mañana, y no, nunca le he dicho que fui yo la que en
realidad intentó ahogarlo mientras dormía.
A veces las parejas necesitan algunos secretos.
Carter cree que mi irritación por su ronquido es adorable. Por
supuesto que sí. Él no es el que tiene las orejas sangrando en medio de la
noche, rogando por que su compañero de cama se asfixie en su sueño.
Oh no, él está fuera en sueñolandia, preguntándose por qué la banda
sonora de su buen sueño sexual incluye de repente la melodía de unos
cuchillos que se afilan.
Anoche, una de mis patadas bien colocadas en su muslo, er,
quiero decir gentiles golpes, finalmente consiguió callarlo y que se diera
la vuelta. Era una cosa de belleza. El silencio, paz y tranquilidad que fluía
a través de la habitación casi me hizo llorar de alegría. Por desgracia, tan
pronto como me quedé dormida y me puse feliz pasando a través de mi
propia tierra de los sueños, Carter me despertó sacudiéndome y me
preguntó si dije algo. Porque, según él, había estado durmiendo como un
tronco, pero podría haber jurado que escuchó que yo le pregunte si la
gelatina verde debía ir en el maletero con las tortugas lagarto.
Un anuncio de servicio público para los hombres: Si ves que tu
pareja está profundamente dormida y tú primera pregunta susurrada no
obtiene ninguna respuesta, no estés sorprendido si comenzamos a
escupir vomito verde de nuestras bocas girando la cabeza tan
rápidamente por despertarnos por una estúpida pregunta a cincuenta
decibelios más fuerte que la primera vez.
Así que aquí estoy de nuevo, despierta a las cinco de la mañana,
mirando con ira al amor de mi vida en la oscuridad y preguntándome si
voy a ser capaz de mantener una cara seria al mirarlo si voy y ordeno a
domicilio ese aparato con correa para sostener la barbilla que vi en el
Home Shopping Network la semana anterior. Mientras miro fijamente al
techo y me pregunto por qué un mecanismo de prevención para roncar
tiene que parecerse tanto a un suspensor para la cara, de repente me
acuerdo de algo más que leí en Google no hace mucho tiempo que no
he comprobado todavía (Fred, el pez dorado de cuarenta y un años de
edad —FRED ES REAL, ¡maldita sea!). El artículo había señalado que un
grito corto y fuerte de una palabra corta al azar, entraría lo suficiente en
la conciencia de la persona que ronca como para lograr que deje de
roncar sin despertarle plenamente.
Ruedo mi cabeza a un lado para mirar el perfil de Carter. Al verlo
dormir profundamente mientras actualmente resido en la tierra del
insomnio, como resultado directo de su tabique desviado, me hace sentir
traicionada. Ya que no puedo enojarme con su tabique sin hacerlo
sangrar, concluyo en que también podría intentar una cosa más. Sobre
todo porque al comprar el suspensor/de barbilla/anti-ronquidos, sería
necesario que le dijera a Carter Cara de Pene a partir de ahora. Algo
que supongo que él desaprobaría.
Respiro profundamente y suelto mi palabra corta. —¡JOOODEEER!
En un abrir y cerrar de ojos, sacudiéndose, Carter despierta con un
grito, agitando los brazos y las piernas y luchando a través de la cama
hasta que se cae de lado y golpea el suelo con un ruido sordo.
—¡Hijo de puta! ¿Qué demonios fue eso? —murmura desde el piso.
—Creo que hay gelatina verde en el maletero con las tortugas —
afirmo antes de rodar y acurrucarme bajo las mantas.
Traducido por Jo & Sofí Fullbuster
Corregido por Paltonika
2
Cubre las paredes con adornos navideños, ¡fa-ra-ra-ra-ra, ra-ra-ra-ra!
argumentos, y se ha rendido en la analogía de cerveza/sexo/cualquier
maldita cosa. Toma el periódico que dejó en el mostrador cuando
acababa de llegar, lo mete bajo su brazo y camina a una de las
pequeñas mesas junto a la ventana delantera para beber su café. Sin
importar el humor en el que me puso, ver las cuatro mesas negras
redondas puestas en el frente de la ventana, ubicadas en la parte
delantera de la tienda, me hace sonreír. Acaban de ser ent regadas la
semana anterior y ver a alguien sentado en ellas, aun si es mi padre, me
hace feliz. Esta es mi tienda y esas son mis mesas y nada puede arruinar el
eufórico sentimiento que siento.
La campana sobre la puerta suena nuevamente, y miro para ver a
mi amiga Jenny entrar a la tienda con un enojado ceño fruncido. Nunca
en un millón de años me imaginé siendo amiga de alguien como ella. Es
una hermosa modelo de pasarela y las cosas que salen de su boca rara
vez tienen sentido, pero ha probado ser una buena amiga en los pocos
meses desde que la conocí y ayudaría a cualquier persona con cualquier
cosa que le pidieran sin pensarlo dos veces. Para la gran sorpresa de
todos, Jenny se las arregló para agarrar al mejor amigo de Carter, Drew,
y envolverlo alrededor de su dedo meñique. Es el más grande prostituto
en el que nunca te fijarías, pero por cual sea la razón, Jenny es capaz de
domarlo. Un poco.
—Hola, ¿cómo estás? —le pregunto, mientras rodeo el mostrador
para encontrarla a mitad de camino. Bajo la mirada a mi reloj y veo que
son sólo las once de la mañana—. ¿Por qué no estás en el trabajo?
Jenny trabaja para la misma compañía de diseño computacional
desde su primer año de universidad.
Comenzó como una interna y rápidamente avanzó por los rangos y
ahora era una de las más talentosas diseñadoras gráficas que tenían en
el equipo. Me ayudó en un aprieto cuando intentaba abrir mi tienda e
hizo todos los volantes, folletos y tarjetas de negocios en su tiempo libre,
negándose a aceptar cualquier paga. Fue una de las razones más
importantes por las que decidí que me gustaba.
Cualquiera que no me cobre por sus servicios prestados es buena
gente en mi libro.
Jenny ríe maniáticamente ante mi pregunta acerca del trabajo y
cruza los brazos frente a ella. —Esa es una gran pregunta, Claire. Y la
respuesta sería, que me despidieron —responde antes de romper en
lágrimas, arrojando sus brazos a mi alrededor y enterrando el rostro en mi
hombro.
Oh Jesús, Dios, no.
Incómodamente, doblo el brazo y palmeo mi mano sobre su
espalda. Todavía tiene los brazos envueltos alrededor de mí en un agarre
de la muerte y eso es lo más alto que puedo alcanzar. Muevo mi otra
mano al bolsillo de mis jeans y saco mi teléfono móvil, enviando un rápido
mensaje de “por favor ayúdame, Dios” a Liz, que está en su lado de la
tienda.
Jenny continúa llorando, sorbiendo y cada pocos minutos,
sollozando. Luego de sutilmente escupir algo de su cabello fuera de mi
boca mientras se entierra más profundo en mi cuello y hombro,
ansiosamente miro mi teléfono móvil preguntándome cuánto más tendré
que fingir que disfruto consolar a la gente durante una crisis, antes de
que Liz traiga su trasero hasta aquí y me rescate. Probablemente no será
muy amistoso de mi parte si comienzo a enloquecer de que puede haber
un mont ón de moco de alguien más mojando el hombro de mi camiseta.
El teléfono móvil vibra en mi mano e inclino el cuello sobre el hombro de
Jenny para ver el mensaje.
Estoy ocupada con clientes. Vas a tener que ¡hacerte hombre! y
consolarla tú. Comienza a actuar como si tuvieras una vagina por Dios y
abrázala. XOXO, Liz.
Rechino los dientes al saber que estoy por mi cuenta en esto de
consolar.
—Ya, ya —digo, palmeándola en la espalda nuevamente.
Realmente creo que debería haber sido hombre. No conozco a
demasiadas mujeres que les moleste hacer la cosa de las
demostraciones de afecto. Si veo a una mujer llorando, normalmente me
voy por la dirección contraria. No soy del tipo de mujer que envuelve los
brazos alrededor de ella y le dice que todo va a estar bien, porque
probablemente no lo va a estar. Lo más probable es que apeste tanto si
te abrazo o si no, así que es mejor para todos los involucrados si me hago
a un lado y dejo que alguien más haga lo de tocar. Me siento más
cómoda revolcándome en la ira y sintiéndome molesta por algo en
privado hasta que mi cabeza explota. Eso es lógico. Abrazar, llorar y
moquear a alguien no.
—¿No habías conseguido un aumento de sueldo? ¿Por qué
demonios te despedirían? —pregunto mientras me deshago de sus brazos
y trato de alejarme sutilmente de ella.
No mires los mocos en t u hombro, no mires los mocos en t u hombro.
Sé que puedes sent irlos allí, pero por Dios, ¡no los mires!
Finalmente relaja el agarre en mí y usa el dorso de las manos para
limpiar las lágrimas que surcan a través de su rostro. Si sólo hubiera hecho
eso con sus mocos en vez de usar mi hombro.
—No tengo idea del por qué me despidieron en realidad. Me
dieron una canción y una cena sobre actitud positiva —responde con
una mueca.
—¿Quieres decir un baile? —pregunto, confundida.
—¡Claire, concéntrate! ¡Fui despedida! Este no es el momento para
hablar sobre bailes —grita.
Respiro profunda y calmadamente, pongo las manos en las
caderas para evitar estrangularla.
—Bien, ¿entonces te despidieron porque no les gustaba tu actit ud?
—reitero.
Me mira con incredulidad. —Lo sé, ¿cierto? Les dije que era la
persona más positiva en ese vertedero.
—¿Con esas mismas palabras? —le pregunto.
—No les prohibí nada 3 . ¿De qué estás hablando? ¿Me estás
escuchando? ¿Has estado bebiendo?
Lo últ imo lo dice en un susurro mientras mira a un cliente que llegó
anteriormente. Pellizco el puente de mi nariz y trato de no dar un pisotón
con el pie y hacer una rabieta como Gavin lo hace cuando le digo que
no puede jugar PlayStation.
—¿Qué voy a hacer sin trabajo? —gimotea mientras camina de un
lado al otro frente a mí—. Va a ser el tercer mes junto a Andrew. Le iba a
comprar algo realmente especial, pero ahora no voy a ser capaz de
hacerlo.
Agarro su codo para detener sus pasos, y la empujo detrás del
mostrador conmigo cuando veo que el cliente finalmente está listo para
ordenar.
—Estoy segura de que Drew entenderá —le digo mientras
comienzo a llenar una caja con el pedido de la mujer; pretzels cubiertos
de chocolate blanco.
—No, no lo entenderá. Va a estar tan molesto. Ya le dije lo que iba
a comprar, y realmente quería ese molde de vagina —dice con
desánimo.
Dejo caer al suelo la palilla de metal para coger los dulces y la
miro, mientras suspira miserablemente.
3
Juego de palabras entre Verbatim, que significa: Con esas mis mas palabras y Forbid them, que significa
prohibir. Claire dice Verbatim, pero Jenny entiende Forbid them.
Recojo la palilla, la lanzo al fregadero antes de agarrar una limpia,
mientras todos estos pensamientos que no debería tener cuando atiendo
a un cliente revolotean a través de mi mente, como vaginas cubiertas de
confites verdes y vaginas de queso bailando alrededor del recipiente
ubicado en la parte trasera de mi refrigerador, que tiene dos meses allí y
contiene espagueti.
Jenny levanta la mirada y ve el horror en mi rostro mientras trato de
bloquear la imagen mental de vaginas moldeadas cantando—: Molde,
molde, nena. —Con la voz del cantante de Vanilla Ice en mi cabeza.
—Claire, ¿no viste el nuevo producto que Liz trajo la semana
pasada? Es un molde que puedes hacer de tu vagina. Así tu chico
puede… ya sabes…
Jenny hizo el viejo gesto de un pene entrando en una vagina,
haciendo un círculo con su dedo medio y pulgar y usando el dedo
medio de la otra mano para moverlo dentro y fuera.
—Qué asco, ¿qué? Eso es asqueroso —susurro, golpeando sus
manos para detener el movimiento de los dedos mientras le entrego al
cliente su chocolate.
—No es asqueroso —dice—. Es romántico. Drew quiere una réplica
de mi… —Mira al cliente y luego baja la voz—, vagina así puede estar
conmigo cada vez que estemos separados.
Me alejo de ella para marcar el precio del producto que lleva el
cliente, tratando de no imaginar a Drew sosteniendo una flexible vagina
de silicona, mirándola y hablándole con voz de bebé como lo hace
cuando esta con Jenny. —¡Oh, t e quiedo dequeña y falsa vagina de
Jenny! ¡Sí, lo hago!
—¿No sería más fácil conseguirle una muñeca inflable y poner una
imagen tuya sobre el rostro? —pregunto mientras observo al cliente dejar
la tienda con su compra y esperando que no escuchara lo suficiente de
esta conversación como para evitar que viniera aquí de nuevo.
Jenny niega con la cabeza con lástima. —No tienes absoluto
sentido del romance, Claire.
Resoplo con indignación mientras lleno una caja de fresas
cubiertas de chocolate para una orden que va a ser recogida después
del almuerzo. Soy bastante romántica.
Sólo esta mañana mientras Carter dormía, le dejé una caja con sus
dulces favoritos junto a la almohada: Pilas de chocolate blanco, patatas
fritas y pretzels con algo de caramelo. Supuse que suavizaría la nota que
coloqué junto a la caja, diciéndole que si dejaba la tapa del baño
levantada una vez más y mi trasero tomaba una involuntaria ducha a las
seis de la mañana, pondría súper pegamento en la cabeza de su pene
mientras dormía. Incluso firmé la nota con un par de X’s y O’s.
¿Quién dice que el romance está muerto?
Cierro la caja de frutillas, la termino poniéndole el distintivo lazo
rosado y una etiqueta con el nombre y dirección de la tienda.
Poniéndola a un lado, me giro hacia Jenny y la encuentro olfat eando la
bandeja llena de chocolate blanco cubierto con galletas Nutter Butter
con el que experimenté esta mañana.
—Jenny, baja el chocolate y aléjate de la bandeja lentamente —le
digo con mi mejor voz negociadora de rehenes—. Quería preguntarte si
serías capaz de ayudarme con algunas cosas, pero sabía que estabas
ocupada con el trabajo —le explico mientras la bordeo y tomo la
bandeja de sus manos antes de que se dañe a sí misma o a otra persona
con su codicia al ser despedida.
—¡Trabajo! —dice con un gimoteo mientras su labio comienza a
temblar. Extiende ambas manos y coge de la bandeja medio vacía un
chocolate.
—Oh, Jesús, ¡¿me dejarás terminar?! —la regaño mientras golpeo
sus manos.
Suspira y finalmente deja ir la bandeja de chocolates, arrojando un
Nutter Butter a medio comer en medio del montón antes de volverse
para mirarme.
—Esas son deliciosas, pero siento náuseas ahora mismo —murmura,
poniendo una mano en el estómago.
Muevo la bandeja fuera de su alcance y de mi campo visual antes
de que yo misma me sienta asqueada.
—Como decía, tengo un montón de cosas que podrías hacer para
mí. Necesito un sitio web creado y mantenido, la publicidad manejada y
todas las cosas que incluya el marketing de las que no sé nada. Recibí
una llamada el otro día de una revista queriendo hacer una entrevista y
no tenía idea de lo que hacía. Sé que no es tu trabajo ideal, y
probablemente no pueda pagarte tanto como solías ganar, pero
mientras tanto, hasta que encuentres algo más, ¿te gustaría trabajar
para mí?
El chillido que sale de Jenny rompe la barrera del sonido y hace
que todos los perros pequeños ladren por todo el mundo con horror.
Lanza sus brazos a mí alrededor y salta de arriba para abajo,
haciéndome sentir incómoda una vez más ante las demostraciones de
afecto que la gente tiene la necesidad de dar.
—¡Muchas gracias, Claire! Te prometo que no te decepcionaré.
¡Voy a hacer un trabajo tan impresionante que quedarás sorprendida!
Levanto la mirada para ver a mi padre de pie detrás de Jenny,
luciendo como si prefiriese comer chocolate cubierto de galletas Nutter
Butter en ese momento que escuchar inadvertidamente nuestra
conversación.
—Sólo… Voy a… mi perro tiene hambre —murmura antes de girar y
alejarse.
Jenny me deja ir y lo mira mientras rápidamente sale de la tienda.
—¿Tú papá tiene un perro?
Sacudo la cabeza y dejo escapar un profundo suspiro. —No.
Traducido por Val_17
Corregido por *Andreina F*
4
Famosa tienda de joyas.
fondo de esos cojines. Algo que había aprendido rápidamente que era
un resultado directo de vivir con un niño.
—Probablemente tomé un taxi. O caminé. No lo sé, la noche se
puso un poco borrosa después de que encontré pegatinas en mi pene
cuando fui a orinar —responde con toda seriedad mientras se levanta de
sus rodillas y se gira para mirarme. La camiseta arrugada y manchada
que usa dice: “Pregúntame por mi enorme pene”, y tiene una de las
mangas arrancadas, prueba de que tuvo una noche difícil.
Ni siquiera me molesto en decirle que si no tenía sus llaves cuando
dejó el club o dondequiera que terminó anoche, es lógico pensar que no
estarán hibernando en mi sofá. Sin embargo, tengo otras cosas en mi
mente en este momento. Me alejo de Drew y entro en la cocina,
dirigiéndome hacia mi abrigo que está colgado en la parte posterior de
una de las sillas. Meto la mano en el bolsillo interior, tomo la pequeña
caja de terciopelo negro, y abro la tapa para mirarlo por diezmilésima
vez desde que lo compré la semana pasada.
La visión de un anillo de medio quilate de platino, con diamantes
situados en el satén blanco hace a mi corazón latir de emoción. Y no voy
a mentir, también me hace querer vomitar en mi boca. Sólo un poco.
Miro hacia ese precioso metal que me tomó ocho días y seis v iajes a la
tienda de joyas para elegir. El diamante principal es de corte princesa,
enmarcado por doce diamantes redondos de tres cuartos de quilates. El
anillo se complementa con las líneas de diamantes redondos a lo largo
de la banda. Es elegante y hermoso.
Sí, ya sé que suena como un anuncio andante de una tienda de
joyas y hombres en todas partes están tarareando la melodía de “Taps”
en este momento y con el cerebro gritando—: ¡Hombre Caído!, —pero
siento que merezco un saludo de puños por el hecho de que Claire será
capaz de mirar por encima a sus amigas toda presumida y decir—: ¡Él fue
a Jared!
Si dice que sí. Lo cual hará totalmente, ¡ja, ja! No estoy para nada
nervioso. No siento picazón ni las pelotas sudorosas pensando en hacer
estallar la pregunta y la posibilidad de que ella se ría en mi cara y diga
que estoy malditamente loco. ¿Quién se casa después de sólo estar
juntos un par de meses? ¿Quién tiene una aventura de una noche en la
universidad y se entera cinco años más tarde que resultó en un niñ o?
¿Quién pasa todos esos años convirtiéndose en un rarito que acecha
baños y tiendas cada vez que huele una nueva loción con aroma a
chocolate, y tiene una erección en el trabajo cuando un tipo, cuya
esposa acaba de tener un bebé, repartió barras de chocolate Hershey’s
con el pequeño envoltorio cursi que dice: “¡Ella ya nació!”
Este chico aquí. Ni siquiera pregunten cómo expliqué la erección y
el que no soy un pedófilo y que es totalmente natural excitarse cuando
un compañero de trabajo está hablando de un bebé.
Esa frase sonó mucho mejor en mi cabeza, así que vamos a
pretender que nunca dije eso y seguir adelante.
El hecho es que me pasé años deseando poder ver a mi aventura
de una noche de nuevo y averiguar si era real, con la esperanza de que
algún día pudiera reunirme con ella de nuevo y ver si aún podría
hacerme reír y encenderme con sólo el roce de su mano o el olor de su
piel.
Había tratado de llenar el vacío con una mujer cuya boca podía
contener más pelotas que un hambriento, hambriento hipopótamo, pero
descubrirla jugando a ocultar el salami de nuestro vecino me hizo darme
cuenta de dos cosas. Uno, nunca debería haber tratado de borrar de mi
memoria a la chica de mis sueños con otra persona. Y por “otra persona”
me refiero a una puta. Y dos, nuestro vecino tenía elefantitis en la pelota
y debería seriamente ver a un profesional médico de algún tipo. Y no,
eso no fue un error. Realmente dije pelot a, en singular. El colega sólo
tenía una pelota y era del tamaño de un coco.
En serio. Googlea una imagen de un coco. Esperaré. Porque
realmente necesitas obtener el efecto completo de lo que vi colgando
allí durante los veinte segundos que tardé en sacar mi cabeza de mi culo
y gritarle insultos a los dos.
Todo esto, además de darme pesadillas, me hizo darme cuenta de
que cuando encontré a Claire, sabía que iba a hacer lo que fuera para
no perderla de nuevo.
Podemos haber hecho todo esta mierda al revés, pero no
cambiaría nada. Claire y Gavin son todo mi mundo y quiero hacerlo
oficial. Quiero que ella sepa que nada podría arrancarme de ellos y que
estoy en esto a largo plazo. Empujando los nervios a un lado, sonrío
mientras observo mi futuro, y una gran parte de mi cuenta de ahorros,
metida en la pequeña caja de terciopelo. Cierro la tapa de un golpe
cuando Drew entra en la cocina colgando sus llaves de la punta de su
dedo índice, manteniéndolas lejos de su cuerpo en la medida de lo
posible.
—Así que realmente lo vas a hacer, ¿eh? ¿Vas a hacer de Claire
una mujer honesta? —pregunta mientras abre la llave del fregadero,
vierte aproximadamente la mitad de una botella de jabón líquido, y
lanza sus llaves en la creciente pila de burbujas. Cierra el grifo y se da la
vuelta para apoyarse en el mostrador. Le doy a él y al fregadero una
mirada interrogativa y él se encoge de hombros.
—Las encontré en el tanque del inodoro. Es mejor prevenir que
lamentar.
Gavin elige ese momento para entrar a la habitación y lo tomo en
brazos antes de que le pregunte a Drew por qué esta es la segunda vez
en un mes que ha perdido sus llaves en mi inodoro.
—¿Por qué está el tío Drew lavando platos? —pregunta Gavin
mientras envuelve sus brazos alrededor de mi cuello.
—No estoy lavando los platos. Estoy lavando mis llaves —explica
Drew de espaldas a nosotros mientras salpica el agua tratando de
recuperarlas. Las arroja fuera del fregadero mientras se da la vuelta,
salpicando a Gavin y a mí con espuma.
—No se lavan las llaves. Eso es tonto —responde Gavin serio.
—Um, ¿hola? También lavas llaves. Especialmente si tienen t u caca
en ellas porque est aban en t ú inodoro —replica Drew sacudiendo el
exceso de espuma fuera de su llavero.
—¡No hago caca sobre las llaves! ¡TÚ haces caca en las llaves! —
grita Gavin enojado—. ¡Voy a meter tu cabeza en el inodoro!
Probablemente debería haber intervenido ya, pero a veces esto es
el punto culminante de mi día. Desenrollo los brazos de Gavin de mi
cuello y lo pongo abajo.
—Está bien, eso es suficiente. Gavin, ve a tu habitación y toma tu
gorra de béisbol. Es casi la hora de recoger a mami e ir al partido.
Gavin sale corriendo, pero no antes de darle a Drew una mirada
enojada.
—Amigo, ese chico tiene problemas de ira. Espero que duermas
con un ojo abierto por la noche —murmura Drew mientras observa a
Gavin irse. Se gira hacia mí y cruza los brazos—. Así que, seguiste mi
consejo y harás la propuesta en el juego de béisbol. Genial. Buen trabajo.
—Por mucho que me duela decir esto, fue una muy buena idea. Un
tipo en el trabajo tiene un montón de entradas gratis para el juego de los
Indios hoy porque su hija trabaja para el servicio de conserjería en
Progressive Field. De acuerdo con este tipo, ellos no permiten que sólo
pagues por una propuesta más que ponen arriba en el marcador. Me dio
el número de trabajo de su hija y ella me habló de todo este paquete de
propuestas que tienen. Así que, por trescientos dólares ahora soy el
orgulloso propietario de un paquete de propuesta de los Indios de
Cleveland —explico orgulloso.
—¿Esos trescientos dólares aseguran que podrían ganar un partido
este año? —pregunta Drew.
Sacudo mi cabeza. —Probablemente no. Pero, conseguí que nos
cambiaran a asientos VIP en un palco después de que lo proponga, una
brillante foto de cinco por siete de la propuesta de cómo fue vista en el
marcador, una docena de rosas rojas, y un certificado de regalo para el
restaurante Terrace Club justo en el parqueo para que podamos tener
una cena para celebrar —le digo con una sonrisa mientras agarro mis
llaves del auto, no infectadas del inodoro, del mostrador junto con mi
billetera.
—Si ella dice que sí, quieres decir. De lo contrario esa sólo va a ser
la foto más deprimente que jamás hayas colgado en la pared y una
cena realment e incómoda —suministra Drew con un movimiento triste de
cabeza.
—Muchas gracias por ese voto de confianza —digo inexpresivo.
Y ahora los nervios están de vuelta. Pero no los dejaré salir. He
estado destrozando mi cerebro por semanas tratando de encontrar una
manera única y especial para proponérselo a Claire, y cuando ella
casualmente mencionó que nunca había llevado a Gavin al juego de los
Indios, sabía que iba a ser el escenario perfecto. Será frente a miles de
personas y nuestro hijo estará allí para presenciarlo. ¿Qué podría ser
mejor que eso? Y realmente, ¿a qué mujer no le encantaría eso?
***
5 Serie de televisión estadounidense que gira en torno al mafioso de Tony Soprano y las dificultades que
enfrenta tanto en su hogar como en la organización criminal que dirige.
Se gira y me besa, acostándonos sobre la cama, así que somos
una maraña de brazos y piernas.
—No tienes que mentir. Sé que te gusta la paz y tranquilidad
durante la semana y tener el dominio del control remoto —dice con una
sonrisa y aparta el cabello de mis ojos.
—Tienes razón, lo hago. Pero no significa que no te ame. Sólo
significa que puedo ver Amas de casas reales del Condado Orange 6 sin
que me ruedes los ojos y tus comentarios sarcásticos. Si alguien va a
juzgar a Gretchen y Slade por sus pobres decisiones en la vida, seré yo —
explico.
—Oh, eso me recuerda. Tengo algo para ti —dice quitando sus
brazos de mí y rodando sobre su espalda para poder cavar en el bolsillo
de su pantalón.
—¿Vas a decirme que tienes un regalo en tus pantalones para mí?
Porque tengo que decirte que he estado de fiesta en esos pantalones un
montón de veces. Casi consigo una contusión la última vez.
Carter cava más profundo en sus vaqueros y gruñe en mi dirección.
—No es mi culpa que no estuviese preparado para una mamada
en carretera. Pensé que no te sentías bien y que sólo ibas a poner tu
cabeza en mi regazo. Cuando la polla de un hombre hace su aparición
en un auto en movimiento un sábado en la noche, un empuje de cadera
involuntaria sucederá.
Finalmente saca su mano del bolsillo y la sostiene frente a mí, con la
palma hacia arriba.
—Este es tu regalo —me dice.
Miro su mano y observo dos pequeñas y anaranjadas piezas de
espuma con forma de campana guardadas en una pequeña bolsa de
plástico. Las observo con curiosidad tratando de decidir la respuesta que
uno debe dar cuando recibe algo parecido a los vestidos de las
muñecas Polly Pocket.
—Um, ¿no deberías haberlo hecho?
Carter se ríe de mi obvia confusión.
—Oh, debí haberlo hecho. Especialmente si quiero vivir otra noche
durmiendo a tu lado. Esto, querida, son los mejores tapones para oídos
6
The Real Housewives of Orange County es una serie televisiva del género reality de Estados Unidos.
que han existido. Tienen montones y montones de ellos en el trabajo. Si te
gustan, déjame saberlo para traerte algunos más.
Me est á dando t apones para oídos. REALMENTE me ama.
Tomo la bolsa de su mano y rasgo el plástico con mis dientes para
poder ponerme los tapones blandos y echarles un vistazo. Coloco uno
entre mis dedos índice y pulgar para reducirlo, y luego lo pongo en mi
oído.
Repito el proceso con el otro y me quedo perfectamente inmóvil
mientras la espuma se expande lentamente hasta que no pude escuchar
un solo sonido más allá de mi respiración.
—¡MUCHAS GRACIAS, SON PERFECTOS!
Al menos supongo que eso fue lo que dije. A mí me sonó más como
el profesor en la comiquita de Charlie Brown.
Carter sonríe y miro el movimiento de su boca.
—¿QUÉ?
Su boca se mueve de nuevo.
¿No entiende el concept o de los t apones de oídos? La palabra por
sí misma es bast ante explicita. Tapón. Oído. Del latín “No puedo escuchar
ninguna jodida cosa que venga de t u boca.”
Meto un dedo en mi oído y saco el tapón.
—Estaba diciendo, de nada. Tengo que irme al trabajo ahora.
¿Puede asegurar esto que puedo irme a dormir desde ahora o saber que
todas mis extremidades estarán unidas cuando despierte?
Sale de la cama, y saco el otro tapón de oído y los coloco en mi
mesa de noche, así puedo seguirlo fuera del dormitorio.
—Juro solemnemente que no seré Lorena Bobbet 7 con tu polla —
digo mientras hacemos nuestro camino del pasillo hacia la sala.
Carter le da una rápida despedida a Gavin, quien se encuentra
sentado en el sofá viendo comiquitas, y luego toma su bolso de trabajo
del piso frente a la puerta.
7
Lorena Bobbet se hizo famosa mundialmente por cortarle el pene a su marido mientras dormía, el 23 de
junio de 1993. La noche del suceso, su marido llegó borracho y la violó. Además de esto, según Lorena, la
motivación de su acción se basó en que John la sometía a humillaciones y maltrato continuo.
—No te olvides que la salida pre-boda de Liz y Jim, que nunca
vamos a referir como una despedida de soltero-barra-soltera, es este fin
de semana —le recuerdo a Carter y planto un beso en su mejilla.
—Lo sé, Drew ya me envió tres mensajes desde el almuerzo
tratando de hacerme admitir que estaba bromeando cuando le dije que
no habría strippers. Recibí una llamada de su teléfono después del último
texto que le envié pero él nunca habló. Creo que sólo estaba llorando
silenciosamente en el fondo.
Carter abre la puerta y se gira hacia mí antes de salir.
—Oh y t ú no olvides que mis padres vienen este fin de semana
desde Columbus. ¡No puedo esperar para que finalmente los conozcas!
Cierro la puerta tras de él y descanso mi espalda sobre ella.
—Yay. Conoceré a los suegros. —Me aliento a mí misma en una
manera nada alegre.
Traducido por Francisca Abdo Arias & Val_17
Corregido por CarolVanessa
8
Bic Lighter: Es una aplicación que simula a un encendedor, especialmente usada para conciertos .
Los gnomos de jardín son espeluznantes. Creo firmemente que vienen a
la vida después de que te vas a la cama por la noche y te violan.
—Mami y papi hacen un montón de ruido cuando se besan. Mami
le habla a Dios un montón. Yo también hablo a Dios algunas veces. Le
pedí un cachorrito y un nuevo camión monstruo pero yo fui bueno y no le
grité como hace mami. Sin embargo, Él todavía no me trae un
cachorrito.
Y en un segundo, despedimos a Gavin con un beso, saltamos al
auto y huimos de ahí.
Mi papá puede lidiar con las aves y las abejas, y las vacas y las
gallinas, y los caballos besadores, al mismo tiempo que ve a su hija
gritando a Jesús en su cabeza.
Nos detenemos en la casa de Liz y Jim quince minutos después y
estacionamos en la calle detrás de la limusina más grande que he visto.
Liz me había dicho que alquiló algo pequeño y modesto para llevarnos,
por lo que no habría que preocuparse por arruinar la noche de alguien y
obligarlos a ser el conductor designado. Obviamente su versión de
pequeño y modesto, difiere mucho de la mía. Esta cosa podría albergar
un equipo de fútbol entero con espacio de sobra.
—¡Ya era hora de que ustedes dos malditos llegaran aquí! —grita
Drew, mientras nos encuentra al final del camino de entrada, lanzando
una cerveza por el aire hacia Carter.
En honor a las rutas de v ino de la noche, Drew lleva una camiseta
con una imagen de un sacacorchos al frente que dice “Lo saco”.
Subimos las escaleras del autobús para unirnos a todos los demás,
notando que todos están bien en su camino hacia ponerse borrachos,
todos, excepto Liz. Ella está sola en la parte trasera del autobús, con los
brazos cruzados y el ceño fruncido sobre su rostro.
Tomo una mirada de ella y lo sé, había llegado justo a tiempo.
¿Cómo pudo haber pasado est o? ¿Por qué no había nadie
ayudando a mi pobre amiga?
Dejando a Carter en la parte delantera del autobús con Drew, Jim,
y Jenny, me apresuro por el pasillo y me siento junto a Liz.
—¿Quién te hizo esto? —le pregunto enojada, mientras envuelvo
mi brazo alrededor de su hombro.
Me mira y juro que veo temblar su labio.
—Está bien. Me puedes decir. Lo arreglaremos —le aseguro
mientras froto relajantes círculos en su espalda.
Veo destellos de esperanza en sus ojos, y sé que va a estar bien.
Voy a hacer esto mejor para ella, aunque sea la última cosa que haga.
—¡Mi madre! Fue ella. ¡Todo era ella! —grita con angustia.
Rápidamente miro la parte delantera del autobús, temiendo que
sólo pensar en la señora Gates de repente la haga aparecer. ¡Olvida a
noviazilla! La señora Gates es la madre-de-noviazilla. Ella es la más
grande boda nazi en el mundo. Todas y cada una de las tradiciones de
bodas, cuentos de esposas viejas, rituales, y costumbres, ella cree en eso,
lo practica, y obliga a todos a su alrededor a participar.
Ahora mismo, mi pobre mejor amiga, está usando una tiara de
diamantes de imitación, con un velo unido, una banda en la parte
delantera que dice “A ser la Novia”, y debajo de esa banda, una
camiseta, envuelta individualmente, con chupones estratégicamente
conectados encima de sus senos. En luminosa pintura rosa brillante están
las palabras, “Chupe por un dólar”.
—¡Estoy en el infierno de las despedidas de solteras! —chilla Liz.
Me acerco y comienzo a desplumar los chupones de sus tetas.
—Está bien, voy a sacarte de esto —le digo.
—¡Claire Donna Morgan, espero que estés dándole a mi hija un
dólar por cada uno de esos chupones que estás sacando de su
camiseta!
Es como algo salido de una película. La música que bombea de los
altavoces de la limusina se detuvo y todas las risas de nuestros amigos
mueren inmediatamente.
—¡Corre! ¡Sálvate! —susurra Liz en voz alta mientras trata de
empujarme lejos de ella.
Lentamente me levanto y pongo una cara valiente, dejando que
mi amiga sepa que tomaré una por su equipo. Estaré en medio de ella y
la súbita muerte de su despedida de soltera. Me doy la vuelta justo a
tiempo para verla precipitándose por el pasillo.
—¡¿Puedes creer que mi bebé se va a casar?! —grita la Sra. Gates
mientras me lanza una banda por encima de mi cabeza, que dice
“Dama de Honor”, antes de que pueda parpadear.
Ella me tira en un fuerte abrazo, rebotándome arriba y abajo,
como si fuéramos compañeras de hermandad perdidas, el olor dulzón de
su perfume White Diamonds me rodea y amenaza con hacerme
lagrimear.
Cuando mi familia está más en la línea de la familia Connor de la
serie Roseanne, la familia de Alice se inclina más hacia The Brady Bunch.
Por la droga.
O tal vez el ácido.
¿Cuál es la que te hace ver conejitos borrosos cantando sobre
piruletas, y gatitos y perritos jugueteando en un arco iris?
—Claire, estoy confiando en ti para asegurar de que mi bebé se la
pase bien esta noche —dice la señora Gates con firmeza, mientras se
aleja de mí y empuja un pedazo de papel en mi mano—. Es una
búsqueda del tesoro para Liz. Tienes que asegurarte de que haga cada
cosa en la lista antes de que termine la noche. Me han dicho que está
de moda con ustedes los jóvenes.
No bajes la mirada hacia la lista; no bajes la mirada hacia la lista.
—Bueno, no te quedes ahí parada, Claire. ¡Mira la lista! —exige la
Sra. Gates con entusiasmo.
—Conseguir que un extraño les dé su ropa interior —murmuro,
leyendo la primera línea.
La Sra. Gates chilla como una niña pequeña. —Oh, Dios mío, ¡esto
va a ser un puntazo! ¡Sigue leyendo!
Tomo una respiración profunda, forzando al vómito que había
interpuesto en la garganta para que permanezca donde está y no
salpique todo el trozo de papel en mi mano.
Aunque pensándolo bien... no es igual a ninguna lista de búsqueda
del t esoro.
—Y no te preocupes, ¡he hecho suficientes copias para todos! —
dice la madre de Liz entusiasmada, mientras saca un puñado de papeles
de su bolso y empieza a repartirlos.
Tapo mi boca con mi mano mientras escaneo la lista. No tiene
sentido vomitar ahora. Nunca seré capaz de proyectar el vómito lo
suficiente como para llegar a todas las copias.
Encontrar un chico con acento.
Conocer a un tipo con el mismo nombre que el novio y tomarte
una foto con él.
Besarte con una de las damas de honor.
Realmente no creo que deba est ar sobria para est o ahora.
—Sra. Gates, está luciendo positivamente radiante esta noche. ¿He
mencionado eso ya? —afirma Jim dulcemente, mientras se acerca por
detrás a su futura suegra y pone su brazo alrededor de su hombro.
—Ahora, no trates de distraerme, James. Tengo algo para ti —dice
mientras despliega una gorra de béisbol que dice “Novio” y la coloca en
su cabeza.
—Amigos, si estos son todos, necesito que tomen sus asientos, para
así poder irnos —informa el chofer de la limusina cuando asoma la
cabeza por la puerta del autobús.
—Bueno, supongo que es mi señal para salir —dice la señora Gates,
cuando se pone de pie allí, sin hacer ningún intento de movimiento.
Ella mira a su alrededor, a todos expectante, esperando que
alguien le ruegue que se quede y se una a nosotros.
Nadie habla.
O se mueve. Podía haber sido incluso una tos incómoda que creo
vino del conductor.
—Está bien... bueno... ¡Ustedes chicos diviértanse ahora! —dice ella,
finalmente mientras camina hacia la puerta del autobús—. ¡Oh Dios mío,
casi se me olvida la cosa más importante!
Se da la vuelta y corre por el pasillo hacia Liz. Todos gruñen en
silencio.
La Sra. Gates se detiene frente a su hija y mete la mano en la
gigante maleta que ella llama bolso y saca un pene. O debería decir,
productos del pene. Montones y montones de productos de pene, cosas
que ni siquiera sabía que se hacían en la forma de un pene, y ahora
tendré que blanquear mis ojos ante la idea de la madre de Liz entrando
en una tienda y comprando estos artículos:
Un collar de caramelo lleno de penes azucarados, una botella de
agua en forma de pene, un chupón en forma de pene, que decide
necesitaba estar atado alrededor de mi cuello.
Sí, definitivamente voy a quedar elegant e est a tarde.
Pero ella aún no ha terminado, oh no. Lo siguiente de su bolsa de
trucos: Pasta en forma de pene. ¿En serio? ¿Por qué demonios cree que
necesitamos una bolsa de la pasta en forma de pene en un autobús
limusina? No vamos a llenar una olla con un poco de agua, en el
pequeño cuarto de baño en la parte trasera del autobús y pegarlo en el
motor para hervirlo para que así podamos hacer maca-penes con
queso.
Ella le alcanza a Jenny una caja de gomitas de pene que Drew le
dice que abra de inmediato porque quiere oírla decir—: Este pene sabe
tan bien. —Por último pero no menos importante, nos entrega a todos
lápices con diferentes tapas de colores en formas de pene. Como sabes,
en algún momento de la noche podría haber una emergencia que
requiera que alguien escriba una nota, usando sólo un lápiz con una
tapa de pene.
Debería comprobar la búsqueda del t esoro. Podría est ar en la lista.
La señora Gates parece una pervertida Mary Poppins, sacando
penes de su bolso. Estoy esperando que saque una lámpara en forma de
pene o un perchero en forma de pene. Cuando finalmente vacía su
bolsa de todas las cosas fálicas, se baja del autobús y todos dejamos
escapar suspiros de alivio, y luego arrancamos cada banda, sombrero,
velo, y artículos chupe por un dólar, fuera de nosotros.
Drew nos echa a todos un trago de Tequila Rose (en vasos de
chupito en forma de pene, por supuesto) y los pasa.
—¿Qué es esta mierda de coño? —pregunta Jim, mientras huele el
líquido espeso y de color rosa en su vaso.
—Huele a leche de fresa —le digo con un encogimiento. No sé
nada de esto, pero la leche y el licor no suenan como que deberían ir
juntos.
—Sabe a leche de fresa también. Y es una mierda buena. Pensé
que nos gustaría empezar con algo femenino esta noche, así que se
lanzan en la primera hora —explica Drew.
Todos asienten en comprensión. Nadie quiere ser el primero en
vomitar.
Nosotros seis, nos sentamos en la parte trasera del autobús, en el
sofá de cuero en semi-círculo. Levantamos nuestros vasos de chupito en
el aire, hasta que todos tintinean juntos en el centro.
—Me gustaría proponer un brindis —dice Drew—. Brindo por
ustedes, brindo por mí. Jódanse, ¡brindo por mí!
Todos bajamos los chupitos mientras el autobús arranca y se aleja
de la acera.
Traducido por CoralDone & Liillyana
Corregido por Alaska Young
***
9
Juego de palabras, confunde la palabra chopstick (palillos chinos), que es el nombre de la canción con chop
suey, que es un plato función de chino y estadounidense.
—Retira lo dicho —susurro amenazadoramente—. Retira lo dicho,
ahora mismo.
—JÓDETE, JUAN RAMÓN 10 —le grita Drew a su teléfono,
sosteniéndolo delante de su rostro.
—De todas formas, creo que movieron el puente de Londres. Se
encuentra en Arizona o alguna mierda de esas ahora —explico mientras
le quito la botella y la dejo sobre mi muslo.
—¿QUÉ CARAJO DICES? —grita Jim directo en mi oreja—. ¿El
puente de Londres se encuentra en Arizona? ¿Cuándo demonios sucedió
eso? ¿Londres sabe sobre esto? La reina tiene que estar enojada.
—Fue en la serie Amas de Casas Reales así que sabes que es cierto
—afirmo.
—¿La serie del condado de Orange o Atlanta? —pregunta.
—La del condado de Orange, ¿qué demonios está mal contigo?
¿Acaso alguien ve At lanta? —Argumento.
—¡TÚ Y TU ESTUPIDO SOMBRERO RAYADO ROJO Y BLANCO! ¡LOS
MALDITOS GATOS NO USAN SOMBREROS! —grita Drew con frustración
antes de lanzar su teléfono contra la pared.
¿De qué demonios hablamos? Sient o como si fuera a vomitar. ¿Y
por qué carajos Drew maúlla en la cocina? ¿Tenemos un gat o? Oh
demonios, ¿olvidé alimentar al gat o? Claire va a matarme si asesiné a su
gat o.
Lo último que recuerdo antes de perder el conocimiento es a Jim
diciéndome en un momento de brillantez borracha que Claire se casaría
conmigo si le daba de comer langosta y que deberíamos llamar a la
reina y preguntarle si intercambiaría con nosotros algo de mostaza Grey
Poupon por el puente que no sabe que perdió.
10
Juan Ramón, es un gato, personaje del libro Huevos Verdes con Jamón, escrito por el Dr S euss, del que
Drew está hablando.
Traducido por Edilmary
Corregido por LIZZY’
***
11
Enough nut talk: juego de palabras. “Nuts” significa tanto nueces como loco.
12
Lesbian, del inglés lesbiana.
—Oh, vas a cambiar de opinión sobre eso algún día —le dice Drew,
guiñándole un ojo.
—Gavin, ¿qué tal si vas a escoger una película para mirar en la
sala de estar? —sugiere Carter. Él obviamente todavía no quiere que
nuestro hijo aprenda el fino arte del sexo oral.
Gavin deja caer su tenedor con un estruendo sobre su plato, baja
de un salto de su silla y corre al estante de DVD’s en la sala de estar.
—Lo siento, Drew, mi infancia fue bastante tranquila —le digo,
volviendo la conversación al tema original—. Nadie tiene nada
remotamente interesante que decir —informo mientras alzo mi vaso sobre
la mesa en dirección a Liz para que lo rellene.
Mi mamá asiente de acuerdo y le dirige a Drew una mirada triste.
—Desafortunadamente, tiene razón. Claire fue una niña muy
aburrida. Le gustaba leer y tomar siestas. Solíamos inventar cosas que
hacer sólo para meternos con ella y echarla a perder un poco. Estaba
demasiado bien encaminada. Era inquietante. George, ¿recuerdas esa
vez cuando ella tenía ocho y llamaste a tu amigo Tim para que llamara a
la casa porque no te estaba haciendo caso? ¿No fingió ser Santa Claus?
Mi papá se reclina en su silla y está a un centímetro de distancia de
desabrocharse el pantalón para su felicidad post -cena antes de darse
cuenta que no está en su propia casa. Rápidamente cambia de
dirección y mueve su brazo hacia el respaldo de la silla de Sue.
—Síp, estaba siendo una pequeña basura bocazas, así que llamé a
Tim y le infundí el miedo de Santa —dice él entre risas.
—Oye, eso no fue divertido. Me dijo que era una niñita muy mala y
que me había estado observando. Dijo que vivía en el sótano y subía por
la noche para verme dormir. Él es la razón por la cual aún subo las
escaleras del sótano de dos en dos y por la que llamé a America’s Most
Wanted13 cuando tenía nueve, porque había un asesino suelto que se
escondía en los sótanos de las personas —expliqué—. Les dije que el
asesino era Santa, que me había llamado el año anterior y que
probablemente aún seguía en nuestro sótano.
—Recuerdo esa tarde. La policía nos interrogó por dos horas para
asegurarse de que no estábamos encubriendo a un criminal —dice mi
madre—. Fue un día tan largo y aburrido.
—No, no se preocupen por mí. Yo estaba muy bien —dije de
manera inexpresiva.
13
America’s Most Wanted: Es un programa de televisión, cu yo propósito es definir el perfil y ayudar a la
policía en la detención de fugitivos buscados por numerosos crímenes .
—Oh, deja de quejarte. No fue tan malo. Aún estas viva, ¿o no? —
pregunta mi padre—. Y no mientas, Rachel. Sólo nos interrogaron cerca
de treinta segundos. Luego tú les preguntaste si querían un porro y todo
quedó en el olvido. Los policías fueron mucho más divertidos luego de
eso —le dice al resto de la mesa.
Me giro hacia Carter. —Nunca, jamás vuelvas a preguntarme por
qué soy como soy. NUNCA. JAMÁS —le susurro.
—Una vez la interrumpí mientras jugaba con sus Barbies, y las tenía
a todas desvestidas, apoyadas una contra otra. Era un círculo raro de
sexo, y Ken estaba sentado en el medio simplemente observándolas,
totalmente vestido. Yo quería encender algo de incienso y establecer el
ambiente para ella, pero entonces vi que tenía uno de los caballos en el
círculo sexual y en ese punto se volvió inquietante. Nunca supe que
Barbie estaba metida en el bestialismo —dice mi madre solemnemente.
Me inclino hacia delante y empiezo a golpear mi cabeza
suavemente cont ra la mesa.
—¡Bien! Poniéndose rara con las Barbies. Me gusta —exclama
Drew.
—Creo que en honor a esta cena familiar, tenemos que recordar la
mejor parte de nuestras cenas de vacaciones, Rachel —le dice mi padre
con un brillo en sus ojos—. El béisbol con el ventilador de techo.
Mis padres comienzan a reír mientras recuerdan las cenas del
pasado, y yo continúo golpeándome la cabeza más fuerte.
Se suponía que est a sería una cena agradable y t ranquila.
—¡Oh, por Dios! ¡Recuerdo el béisbol con el ventilador de techo de
la secundaria! —dice Liz entusiasmadamente—. ¿Excepto que no lo
jugamos con patatas fritas un par de veces?
—Sí, hemos sido conocidos por hacer sustituciones —declara mi
madre.
—De acuerdo, ¿qué rayos es el béisbol con el ventilador de techo?
No es lo que creo que es, ¿verdad? —pregunta Drew mirando una y otra
vez a mis padres. Ambos me miran expectantemente. Liz prácticamente
está saltando en su silla por la emoción.
Oh, qué rayos.
Pongo los ojos en blanco y termino mi vaso de vino de un solo
trago, dejándolo de nuevo en la mesa con un golpe seco.
—De acuerdo, bien. Carter, trae la tabla de cortar madera que
tiene mango. Liz, pon todos los panecillos extra de la cocina en una
cesta. Jim, enciende el ventilador en lo más bajo y Drew, mueve la mesa
a un lado.
Todos me miran con sus bocas abiertas por exactamente tres
segundos, y luego todos se ponen en movimiento y comienzan a reunir
provisiones.
—¡Traeré más alcohol! —anuncia Jenny animadamente.
—Yo tengo el puré de patatas —dice mi papá casualmente.
—¿Para qué necesitamos el puré de patatas? —pregunta Carter
mientras vuelve a la habitación con la tabla de cortar, también
conocida como “bate de béisbol”.
—Claire, este hombre es caliente como el infierno pero es un poco
tonto —dice mamá mientras palmea a Carter en la mejilla
cariñosamente—. El puré de patatas es el guante del receptor. Duh.
Traducido por Nani Dawson
Corregido por CrisCras
***
14
Preparation H es una marca de medicamentos, usado en el tratamiento de hemorroides.
como se le dé la señal. En el fondo de la copa de Claire estará el anillo
de compromiso que dejé esta tarde cuando salí corriendo a recoger a
Gavin y mi esmoquin.
No podía creer que finalmente era el momento. Voy a proponerme
a la mujer de mis sueños, a la que pensé que nunca volvería a ver
después de nuestra noche en la universidad.
La mesera regresa y ha servido casi la mitad de las copas de
champán. Me imagino que es ahora o nunca.
Bajo mi mano y tomo la de Claire, que descansa en mi muslo,
subiéndola a mis labios, tratando de calmar los latidos frenéticos de mi
corazón.
Cuando siente mis labios en su mano, se voltea para mirarme.
—Te amo demasiado, Claire —le digo suavemente mientras veo a
la mesera moverse cada vez más cerca de nosotros por el rabillo de mi
ojo.
—También te amo, Carter —me responde con una sonrisa.
A la camarera sólo le quedan dos personas más a las que servirle
antes llegar a nosotros. Sé que tengo que acelerar un poco las cosas si
quiero que todo salga bien.
—Oh, mi Dios, espera hasta que escuches lo que me dijo Jenny
antes. No puedo creer que olvidara contártelo —dice Claire inclinándose
más cerca de mí y mirando sobre mi hombro para asegurarse de que
Jenny no esté escuchando.
También miro detrás de mí y veo a la mesera rodeando la mesa,
dirigiéndose directo hacia nosotros. Tengo que estar arrodillado cuando
ella coloque la copa de Claire enfrente.
¡Mierda!
—Claire, mantén ese pensamiento. Tengo algo que necesito
decirte.
Ella me ignora completamente y se gira de lado en su silla para
poder enfrentarme e inclinarse más cerca.
—¡Espera, esto es muy bueno! Lo vas a amar —dice con
entusiasmo, y mi pie comienza a rebotar frenéticamente en el piso
cuando veo que la mesera se detiene detrás de Claire y le dice algo a
Gavin—. Bien, así que Jenny dijo que Drew ha estado actuando gracioso
últimamente. Hablando acerca de bodas, propuestas de matrimonio y
preguntándole cosas hipotéticamente como “Si yo fuera a proponerme
a ti, ¿qué te gustaría que dijera?”, Drew es demasiado obvio.
Vuelvo a mirar a Claire, apenas registrando lo que está diciendo y
preguntándome si sería de mala educación decirle que cierre la maldita
boca antes de pedirle matrimonio.
—¿Eh? ¿Qué dijiste? —le pregunto mientras sigue hablando y me
pierdo las últimas oraciones.
—Dije que Jenny piensa que Drew va a proponérsele esta noche.
¿Puedes creer esa mierda?
Mi cabeza gira lentamente para enfrentarla, y mi boca cae abierta
en shock, la camarera con el champán queda olvidada.
—¿Drew? ¿Proponerse? ¿Esta noche?
¡JoderMierdaDemoniosDiablos!
—Lo sé, ¿verdad? En primer lugar, no han estado juntos desde
hace mucho, y segundo, ¿quién demonios se propone en la cena de
ensayo de otro? Eso es de mal gusto si me preguntas. Estás tomando el
centro de atención de la pareja que pronto se va a casar y lo pones en
ti. Es como una cachetada en la cara de ellos. Como “¡Oh, Oigan,
mírenme! ¡Soy un idiota y quiero que todos me vean en lugar de a las dos
personas que todos deben ver! Ja ja. Soy un idiota, ¿quién tiene una
cámara para documentar mis estupideces para toda la eternidad?” —
dice Claire con una carcajada y un movimiento de cabeza por el imbécil
imaginario de su mente.
¡Excepto que yo soy ese imbécil! ¡Soy el puto jodido imbécil!
Un brazo se desliza entre nuestros cuerpos y en la neblina de mi
estúpida fiesta de lástima, me doy cuenta de que hay una copa de
champán fija al final. Literalmente siento mi cerebro apagándose.
Escucho una voz computarizada contando hacia atrás desde cinco y
siento como si estuviera en la película Zona de Miedo, y no sé si cortar el
cable rojo o el azul.
¿El rojo o el azul? ¡¿EL ROJO O EL HIJO DE PUTA AZUL?!
Claire extiende la mano hacia la copa de champán.
¿Vieron cómo la gente siempre habla de que durante un moment o
de pánico sienten como si estuvieran en un sueño y todo avanzara en
cámara lenta? Nunca antes he experimentado eso, siempre asumí que
estaban llenos de mierda y que trataban de hacer que su historia sonara
mejor.
Bueno, tengo razón.
Esta mierda no se mueve en cámara lenta, se está moviendo más
rápido que la velocidad de la luz, y estoy cortando el cable equivocado
y explotando como un completo idiota.
Mi brazo, como si estuviera completamente separado de mi
cuerpo, vuela lejos de su lugar de descanso en la mesa, derribando una
vela encendida, el salero, mi propia copa de champán y dos vasos llenos
de agua hasta que mi mano agarra la copa de champán de Claire justo
antes de que toque sus labios.
Saco de un tirón la copa de su mano, derramando el costoso
champán por todos lados en el proceso. En el fondo de mi mente puedo
escuchar a alguien gritar “¡Noooooooooo!”. Y estoy totalmente
inconsciente del hecho de que el que grita como un loco demente en el
centro de Pier W soy yo.
Ni siquiera tomándome un segundo para pensar en mis acciones o
el hecho de que todos en el lugar me están mirando horrorizados,
rápidamente traigo la copa a mis labios, inclinando hacia atrás la
cabeza, y vertiendo todo en mi boca, incluido el anillo.
Drew se inclina y me susurra al oído cuando dejo de un golpe la
copa vacía sobre la mesa. —Amigo ¿estás cambiando el plan? Porque si
el nuevo plan es que intentar cagar ese anillo, tengo que decirte que no
es una idea muy romántica.
Hora De Beber
Traducido por SofiaG & Mel Cipriano
Corregido por Moni
Voy a llorar.
Voy a llorar como un maldito bebé y no hay nada que pueda
hacer para detenerlo. Se está haciendo difícil tragar porque mi
garganta está muy apretada, y me estoy empezando a sentir como si
estuviera en un rave15 con una muy mala luz estroboscópica 16 debido a
la manera en la que sigo parpadeando para mantener las lágrimas a
raya.
Hijo de puta, voy a llorar muy feo. Algunas mujeres pueden
lanzarse a llorar sin que su maquillaje se corra o sin secreciones de líquidos
saliendo de cada agujero de su cara, pero no yo. Estoy en un hermoso
vestido, mi cabello está hecho profesionalmente, mi maquillaje no tiene
defectos y en tres segundos voy a arruinar todo eso por perder
completamente el control de los músculos de mi cara. Voy a intentar con
todas mis fuerzas mantenerme quieta lo que va a joderme porque va a
forzarme a hacer sonidos que solo has oído en medio de la noche en
Discovery Channel. Para el momento en el que haya terminado, voy a
lucir como si tuviera conjuntivitis después de haber sido golpeada en la
cara por Mike Tyson 17.
Todo esto es culpa de Liz. ¿Por qué ella tiene que lucir tan
hermosa?
Estamos de pie en el nicho de la parte posterior de la iglesia, solo a
unos segundos de caminar hacia el altar. Las otras damas de honor ya
se habían ido a reunir con los padrinos en el frente del altar, las puertas
15
Tipo de fiesta caracterizada por música electrónica y espectáculos de luces.
16
Fuente luminosa que emite una serie de destellos muy breves en rápida sucesión
17
Ex boxeador Americano 2 veces ganador del título mundial.
de entrada a la iglesia se cierran detrás de ellas para mantener la vista
de la novia en secreto de los invitados hasta el último minuto.
La Sra. Gates está ocupada revoloteando alrededor de Liz,
haciendo ajustes de último minuto en la cola de su vestido y
recordándole sonreír, aunque no demasiado o en las fotos se verán
arrugas en las comisuras de sus ojos. Ella está de pie y en cuclillas una y
otra vez mientras rodea a Liz, y yo riendo y bufando por las lágrimas
formándose en mis ojos ya que me recuerda a un caballo en un carrusel.
De repente quiero preguntarle a Liz si tiene una fusta que pueda
prestarme, así puedo batir a su madre y hacer que vaya más rápido.
—No puedo creer que te estás casando. —Le susurré a mi mejor
amiga mientras ambas ignoramos a su madre quien le recuerda apretar
las nalgas al caminar.
—Yo tampoco —dice ella con una sonrisa a través de sus propias
lágrimas.
—Amo a Jim y sé que ustedes dos serán muy felices juntos. —La
tranquilicé—. Pero como tu mejor amiga, es mi deber decirte que si lo
necesitas, mi carro está fuera, con el tanque lleno, las llaves en el
encendido y un maletín con vodka en la maletera. También estaré
guardando mi fuerte y sensual palma, solo en caso de que Jim se salga
de la línea y necesite una pequeña bofetada.
Ella se ríe y me inclino para darle un rápido abrazo, con cuidado
de evitar tirar del velo o echar a perder cualquier parte de ella. No
necesito la ira de Mary Gates lloviendo sobre mí.
—Gracias, mejor amiga. Te amo.
El sonido de jadeos y golpes interrumpe nuestro momento estilo
tarjeta Hallmark y nos volteamos para ver a la pequeña prima de Jim,
Melissa en su vestido de niña de las flores montándose encima de Gavin
en el suelo, tratando de ahogarlo. Gavin patea debajo de ella, tratando
de quitar sus manos de alrededor de su cuello.
—¡Oigan! —Grito bajo. Ambos cesan todo movimiento y voltean a
mirarme—. ¡¿Qué están haciendo?!
Gavin empuja con todas sus fuerzas y Melissa cae lejos de él. Se
apresura a levantarse, agarrando la almohada portadora de los anillos y
apretándola contra su pecho.
—¡Maldito infierno, ella tomó mi almohada! ¡Punk estúpida! —dice
Gavin en voz alta.
—¡Él me dio una patada en mi zona no tocable! —Melissa se
explica con una pisada del pie.
—Oh Dios — murmura la Sra. Gates.
—¡Deberías comer tierra! —se voltea Gavin y le grita a Melissa.
—¡Yo NO comeré tierra! —ella contraataca.
—¡CÓMELA CON TU CARA DE POLLO!
Es total y completamente anarquía infant il y antes de que pueda
tomar un niño y gritarle, la música en el piano cambia y empieza a sonar
la canción en la que tenía que caminar por el pasillo con Gavin y Melissa
justo detrás de mí. Rápidamente me agacho frente a ambos y los miro de
lleno a la cara con la más severa expresión de la que soy capaz.
—Escuchen los dos, pequeños monstruos. Tan pronto como
pongan un pie fuera de esas puertas, más les vale tener sonrisas en la
cara y sus voces grabadas dentro de sus cuerpos. Si ustedes hablan,
golpean, empujan, maldicen, discuten, o incluso pestañean hacia el
otro, voy a sacar sus culos fuera de esta iglesia y encerrarlos en el sótano
con los temibles payasos.
Me enfado para enfat izar mi punto y me pongo de pie, tirando del
frente de mi vestido strapless.
—Si veo un payaso, lo golpearé en los testículos.
—¡Gavin Allen! —Lo regaño.
—¿Qué? Aún no hemos dado un paso fuera de esas puertas —
afirma, señalando detrás de mí.
—El chico tiene un punto —susurra Liz.
—Compórtate —susurro entre dientes mientras giro y asiento a los
dos asistentes de la iglesia para que puedan abrir las puertas dobles para
mi entrada.
—Mi mamá no tiene miedo de golpear a un niño. —Oigo a Gavin
susurrar a Melissa mientras tomo mi primer paso hacia el altar.
Afortunadamente, mi amenaza da sus frutos y ambos niños llegan
a la parte delantera de la iglesia sin matarse el uno al otro. La ceremonia
es hermosa y la única interrupción se produjo durante la comunión.
Liz es católica por lo que ella había querido un servicio católico
romano completo. Carter es una especie de católico, bautizado en su
nacimiento, hizo la primera comunión y todo lo demás que era requerido
durante su crecimiento, pero solo va a la iglesia los días de fiestas, bodas
y funerales. En cualquier caso, cuando llega el momento de la comunión,
se pone en la línea y toma a Gavin con él ya que, está en su lado de la
iglesia en la ceremonia.
Yo realmente no creo en ninguna religión, pero he estado en
algunos servicios de vez en cuando, solo en caso de que alguien allá
arriba esté tomando nota. Tomo asiento en la primera fila junto a otra
dama de honor que no es católica y vemos la procesión y sonreímos a
todos los que pasan por ahí. Estiro el cuello y veo con alegría como
Carter sostiene la mano de Gavin mientras se pone frente al sacerdote y
recibe su pequeña ostia de Jesús. En la tranquila serenidad del proceso,
con solo los bellos sonidos del piano para llenar el silencio, ráfagas de la
voz de Gavin atraviesan la tranquilidad.
—¿Qué tienes en la boca?
Me muerdo el labio y me estremezco con cuán fácilmente la voz
de Gavin llega a través de la iglesia. Carter se inclina y le susurra algo
mientras se voltean y empiezan a caminar de vuelta a sus asientos en
primera fila al lado opuesto del mío.
—¡DAME LO QUE TIENES EN LA BOCA !
Me tapo los ojos con la mano, pero no antes de ver a Gavin
tratando de empujar su pequeña mano en la boca de Carter. Carter
golpea su mano lejos y tan pronto como se sientan, saca su celular del
bolsillo del pantalón de su traje y se lo entrega a Gavin. Su cara se ilumina
con alegría cuando arrebata el teléfono de las manos y se sienta en
silencio a su lado. Obviamente, está aprendiendo rápidamente que
como padre, nada funciona tan bien como un soborno. Segundos
después las primeras notas del inicio de A ngry Birds 18 estallan y se
mezclan con el suave sonido de la música del piano, y Carter agarra
rápidamente el teléfono para silenciar los sonidos mientras Gavin grita—:
¡Oyeeee!, ¡estaba jugando eso!
La ceremonia finalmente termina y pasamos el siguiente par de
horas tomando fotografías. Antes de darme cuenta, estamos terminando
la cena de la recepción y el personal empieza a limpiar las mesas. Como
parte de la fiesta de bodas, estamos todos sentados en la larga mesa
cabecera en la parte delantera de la sala. Siempre es divertido sentarse
frente a un grupo de doscientos extraños así ellos pueden verte comer.
Carter toma su asiento junto al mío después de un viaje rápido al
baño, y me di cuenta que se estaba frotando el hombro con dolor.
—¿Qué pasó?
—Pasé a Jenny y Drew en mi camino de regreso del baño. Ella
quería saber si me gustó el Balsa McPollo que tuvimos para la cena —
explica Carter con un levantamiento de ceja.
18
Juego de celular.
—¿Supongo qué le dijiste que se llama pollo balsámico?
—No, le pregunté si eso era algo nuevo que McDonalds estaba
sirviendo en su menú con el McRib. Drew me golpeó.
Echo un vistazo alrededor de la habitación hasta que encuentro a
mi padre y lo veo levantarse de la mesa. Él se ofrece a salir temprano y
llevar a Gavin a casa con él tan pronto como se canse. Miro hacia la silla
que está a mi lado donde Gavin está durmiendo con la cabeza, brazos y
piernas colgando hacia el suelo.
—No, no lo golpeé como a una foca bebé —le aseguré a mi papá
mientras él pone sus manos sobre la mesa y se inclina para echar un
vistazo a su nieto.
—Tu madre está empezando a decirle a la gente acerca de la
hora de beber. Creo que es mi señal de salida —dice, mientras me
levanto con Carter quién está cargando a Gavin en brazos y se lo pasa.
—¿Qué es la hora de beber? —pregunta Carter mientras vemos a
Gavin suspirar y acurrucar su cara en el hombro de mi papá,
murmurando algo sobre linternas y patadas de burro.
Mi papá le sonríe maliciosamente a Carter y luego me mira—. Voy
a dejarlos a ustedes dos para discutir la tradición sobre la hora de beber
de Rachel Morgan.
Decimos adiós y tan pronto la puerta del vestíbulo se cierra detrás
de ellos, la voz de mi madre resuena desde el altavoz del micrófono.
—¡LA HORA DE BEBER! ¡ES LA HORA DE BEBER! Todo el mundo
reúnanse en el bar en ¡cinco minutos! —Cierro los ojos y suspiro en cuanto
oigo a Jim dejar escapar un gritó emocionado y saltar de su asiento.
Cuando abro los ojos, Carter está viendo como un grupo de unas
veinte personas, encabezado por Jim, camina hacia el bar.
—¿Qué está pasando?
—¡Carter! Ya que eres parte de esta familia, es hora de que
aprendas acerca de la enorme y antigua tradición que es la Hora de
Beber —exclama mi madre mientras empuja su camino entre nosotros,
nos agarra a ambos del brazo y nos lleva hacia bar—. Es un viejo ritual
que mi familia lleva a cabo en todas las bodas para asegurarse de que
la pareja casada viva una larga y feliz vida juntos, y que todos sus altos y
bajos estén en la habitación.
Jim llega al bar, rebotando sobre las puntas de sus pies, lleno de
entusiasmo, mientras caminamos hasta él.
—¡Señora Morgan! ¿Cuál es nuestra primera orden para esta Hora
de Beber? —pregunta con una gran sonrisa.
—Creo que el whisky es el primero en la agenda de esta noche, mi
novio guapo —responde con una nalgada, mientras saluda a alguien de
otra mesa.
—¡Espera, espera un segundo! —grita la madre de Liz, corriendo
hacia nosotros—. Debemos cortar el pastel, todavía no han hecho su
primer baile y el fotógrafo aún necesita…
Mi mamá pasa por delante de la trayectoria de Mary, y pone una
mano sobre ella para impedir que se acerque más a Jim.
—Mary, querida, te ves estresada. ¿Cuándo fue la última vez que
utilizaste la bala que te di para tu cumpleaños el año pasado y te
provocaste un bonito y gran orgasmo?
Mi madre, después de haber lidiado con Mary Gates por bastantes
años, sabe exactamente cómo desviar su atención a otra cosa. Es
agradable verla enfocarse en la vida sexual de otra persona por una vez.
Con Mary pulverizada y sin palabras, la lista de recepción de la boda se
olvida.
—Tengo que decir que estoy un poco sorprendido por el hecho de
que todavía fueras virgen la noche en que nos conocimos. ¿Cómo es
posible que tu madre nunca te alquilara un prostituto para tu
cumpleaños? —pregunta Carter.
Jim deja escapar un grito de júbilo al ver a su suegra
prácticamente huyendo de la barra y le grita al camarero para que sirva
veinte tragos de whisky para todos.
—Así que en realidad, la Hora de Beber no es más que otra excusa
para emborracharse en una boda —preguntó Carter.
—Eso sería correcto —le respondo mientras me tomo el vaso lleno
de líquido color ámbar que me entregaron—. Llamarlo “Hora de ser
Estúpido” sería demasiado obvio.
—Supongo que el hecho de que estés bebiendo significa que este
magnífico semental no te ha embarazado de nuevo —dice mi madre,
mientras toma el suyo.
—¡MAMÁ! —la regaño.
—¿Qué? ¿Puedes culparme por querer otro nieto? Ustedes dos
hacen hermosos bebés. El hombre obviamente tiene súper esperma. Y
por el aspecto de sus citas de cocina a la madrugada, todavía sabe
dónde ponerlo.
Mort ificación, fiesta para uno, su mesa est á lista.
—¿Te he contado sobre del novio que tuve en la universidad, ese
que creía que las mamadas podían causar un embarazo? Es una pena,
realmente. Puedo chupar una pelota de tenis a través de una pajilla
loca, pero él se lo perdió.
¿No debería haber algún tipo de ley sobre las personas que saben
estas cosas acerca de uno de sus padres?
Mi madre finalmente se calla cuando Jim lidera al grupo en un
brindis que consiste en todos elevando sus vasos, cantando: "¡Hora de
Beber, Hora de Beber, Hora de Beber!" antes de tragarse el whisky.
Carter aprende rápidamente las entradas y las salidas de la Hora
de Beber. Básicamente, la persona a cargo (mi madre) toma el
micrófono del DJ y anuncia cuando es Hora de Beber. Comienza como
cada veinte minutos. Después de las primeras rondas, todo el mundo
olvida rápidamente cuán espaciado se supone que las Horas de Beber
deben ser. Llega un momento en que es cada diez minutos, luego cada
cinco, y luego hay alguien vomitando en medio de la pista de baile y el
camarero está sin trabajo porque los participantes de la Hora de Beber
rápidamente saltaron de veinte personas a setenta y ocho, y han
tomado el bar para que puedan verter los tragos más rápido.
Cada boda a la que he asistido desde que tenía tres años tuvo una
Hora de Beber. Y, francamente, incluso algunos funerales adoptaron la
misma tradición, ya que honrar a los muertos solo se puede lograr con los
adultos sentados junto al ataúd, riendo en voz alta y discutiendo sobre
cómo piensan que acaban de ver al cuerpo moverse.
Dos horas después de la primera Hora de Beber, me siento en una
de las mesas, me quito los zapatos, y pongo mis pies sobre una silla para
poder ver a Carter, Jim, y Drew intentando bailar break dance con una
canción de Celine Dion. Drew hace tiempo que se quitó el saco del
esmoquin y su camisa blanca, sin importarle quien vea la camiseta que
lleva debajo y que dice: "No soy el novio, pero voy a dejarte ponerme un
anillo” con una imagen de un anillo para el pene debajo. Miro a Carter
intentando hacer el Running Man 19 , incapaz de detener la enorme
sonrisa que se propaga a través de mi rostro.
—Menos mal que te encuentro de buen humor —afirma Liz cuando
de repente aparece al lado de mi silla y me agarra la mano,
levantándome. —Mueve ese culo. Es hora de tirar el ramo.
Solté su mano y volví a sentarme.
19
Paso de baile.
—Buen intento —le digo con una sonrisa.
Liz se mueve justo frente a mí con las manos en las caderas y me
mira.
—No me des esa mirada —amenazo—. No voy a ponerme de pie
por ahí, en medio de la pista de baile, fingiendo que me importa agarrar
tu estúpido ramo.
A nuestro alrededor, las mujeres solteras empujan gente para llegar
a la pista de baile con la esperanza de que van a ser las elegidas: la
mujer que es considerada lo suficientemente valiosa y amada como
para ser la próxima en caminar por el altar. No importa si tienen un novio
o no. Si ese ramo lleno de toda la buena suerte de la mujer recién
casada vuela por el aire en tu dirección, eres la mejor novia, a los ojos de
todo el mundo que te rodea.
Aunque yo realmente no creo en todo eso de que si agarras el
ramo, serás la próxima persona en casarse, todavía no tomo ningún
riesgo. Había aprendido que probablemente no soy una buena
candidata para el matrimonio. Realmente no tengo un magnífico
ejemplo de éxito en esa área. Mis padres tienen cinco matrimonios entre
ellos. Comparto los mismos genes que las personas que continuaban
casadas porque la asistencia médica era más barata. Y también porque
la única vez que habían hecho una cita con un abogado, hacía ocho
años, mi madre pinchó un neumático en el camino. Ella sigue afirmando
que era una señal de un poder superior, por lo que no debían divorciarse.
Algo como: “Si quieres a alguien no debes dejarlo libre, o conseguirás
una pinchadura en tu neumático”.
No voy a admitirle a nadie que he estado secretamente curiosa
sobre cómo sería estar casada con Carter. Francamente, no debería
estar pensándolo, o un rayo golpearía y arruinaría todo. Nuestra vida es
perfecta tal como es. Unos pensamientos perdidos aquí y allá sobre
cómo sería firmar con el nombre de Sra. Claire Ellis no significan nada.
Sólo quiere decir que, de vez en cuando, puedo actuar como una chica
normal. Esto no quiere decir que tenga el deseo de ponerme un vestido
blanco y desfilar frente a cientos de personas cuyo único pensamiento
sobre mí, en ese momento, es si es o no apropiado que yo lleve blanco.
Y, además, los hombres corren por las colinas tan pronto como tú
tienes la más pequeña idea de que es posible que desees, algún día,
casarte con ellos. Si con tan sólo mirar una revista de bodas en la tienda,
comienza a hiperventilar e imaginar bolas y cadenas aseguradas
permanentemente a sus piernas por toda la eternidad. De verdad, estoy
haciendo esto por Carter. Lo estoy salvando de un infarto, o alguna otra
enfermedad que amenaza la vida tras pensar en el matrimonio. Creo
que leí en alguna parte que solo decir la palabra matrimonio hace que
las bolas de un hombre se encojan. Debe haber sido en Google.
Antes de saber lo que estaba sucediendo, tanto Jenny como Liz
me están arrastrando a la pista, en medio de hordas de mujeres que se
encuentran echando espuma por la boca y prácticamente pateando
lejos a los niños que corrían de sus padres para unirse al juego de la
captura.
Una vez que estoy rodeada de vertiginosas y molestas mujeres, Liz
se da vuelta y huye de la escena.
—¡Oh, Dios mío, oh Dios mío, oh Dios mío! ¡Espero agarrar el ramo!
¿Y si lo hago? ¡¿Puedes imaginarlo?! Debemos acercarnos a la parte
delantera. O tal vez ir a la parte de atrás. ¿Puede Liz lanzar muy lejos?
Espero que no se atasque en una de los candelabros.
Cruzo los brazos frente a mí en señal de protesta, y ruedo mis ojos
ante el incesante parloteo de Jenny en mis oídos como un cencerro
molesto.
—Los padres tienen que venir aquí y tener a sus hijos. ¿Qué pasa si
uno de ellos toma el ramo? ¿Alguien les pedirá que lo devuelvan? Esto es
como… una cosa muy importante. No se supone que ellos estén aquí.
Suspiro y escaneo la mult itud en busca de Carter, con la esperanza
de conseguir una sonrisa de aliento que me ayude a enfrentarme a esta
tormenta. Él podrá sentir mi dolor y saber lo mal que estoy en este
momento, rodeada de locos.
Cuando mis ojos se mueven a través del mar de gente de pie
alrededor mirando, Liz toma el micrófono y de espaldas a las mujeres
solteras, comienza su cuenta regresiva.
—¡5, 4, 3, 2, 1!
Finalmente, mis ojos encuentran los de Carter, de pie cerca de Liz.
Las comisuras de su boca comienzan a levantarse cuando una repentina
falta de definición de la actividad a mi alrededor hace que mi enfoque
disminuya. Los tacones vuelan, las telas están girando, y las mujeres se
van abajo como fichas de dominó. Yo despliego mis brazos para
alejarme del caos cuando el ramo que Liz lanza cae en mis manos como
un regalo de los cielos.
Todos los movimientos en el suelo a mí alrededor se detienen, y el
montón de mujeres que luchan, miran hacia mí con reverencia, como si
tuviera el Santo Grial en mis manos. Tengo la urgencia de clavarlo al
suelo como una pelota de fútbol y lanzarlo lo más lejos posible.
No sé qué me asusta más. El hecho de que el impulso de
deshacerme del ramo desaparece tan pronto como me encuentro
sosteniendo las flores como un bebé, por miedo a que alguien vaya a
tratar de quitármelo, o la mirada de horror en el rostro de Carter cuando
mis ojos encuentran los suyos de nuevo.
Traducido por Cris_Eire & Daenerys ツ
Corregido por ElyCasdel
20
Sabor misterioso, generalmente asociado a una fruta con sabor increíble.
salté del sofá conmocionada y apagué la televisión lo más rápido que
pude.
—Hola, ¿qué haces? —preguntó. Dejó el bolso el bolso de trabajo
en el suelo y se dirigió hacia el centro de la sala para recoger la manta
que había tirado en mi prisa por apagar la televisión.
—Mmm... uh... nada. No veía nada —balbuceé, mirando
nerviosamente de un lado para otro, entre la televisión y Carter.
Levantó una ceja hacia mí y miró el mando de televisión en mi
mano, donde mi dedo todavía se encontraba suspendido sobre el botón
de apagado.
Sus ojos se movieron lentamente de nuevo a mi cara, que ahora se
hallaba cubierta por una delgada capa de sudor a causa de mis nervios
fuera de control. Podía sentir mis mejillas calentándose y sabía que debía
preguntarse por qué estaban poniéndose rojas si no tenía nada que
ocultar.
Iba a saber que grabé "Say Yes t o the Dress: Atlanta". No podía ser
feliz simplemente con el de Kleinfeld. Oh no, tenía ser codiciosa y ver lo
que la gente compraba en Novias de Lori.
Carter se volvió para mirar la televisión, otra vez y luego de vuelta a
mí, sus ojos se abrieron de pronto.
—Oh, Dios mío. Claire, estabas viendo…
—¡No! —le interrumpí—. No veía nada.
Reí nerviosamente y bajé la mirada al mando de televisión en mi
mano, y lo arrojé al sofá tan rápido que hubieras pensado que me
quemaba.
—Santo infierno... si lo estabas —dijo mientras me miraba con
asombro.
No tenía ni idea de lo que pensaba, pero si se hallaba tan feliz de
encontrarme viendo el canal de bodas, entonces, tal vez, no tendríamos
un problema tan grande como pensaba.
—Está bien. No tienes de qué avergonzarte. Es en realidad un
poco caliente.
Lo miré como si estuviera loco. Y tal vez lo estaba. Tal vez trabajar
todas estas horas de noche finalmente le afectó. Mientras me hallaba allí,
medio despierta, con mis pantalones de yoga y mi camiseta de tirantes,
mi pelo todo despeinado, cara enrojecida y avergonzada, me miró de
arriba abajo como si quisiera devorarme. Había empezado a preguntarle
de qué hablaba y por qué me miraba de esa manera, cuando de
repente se me ocurrió. Eran las cuatro de la mañana y me había sentado
sola en el salón bajo una manta, luciendo como si hubiera tenido una
muy satisfactoria retozada en el sofá... conmigo misma.
—¡OH DIOS MÍO! Crees que veía…
—Cariño, en serio, ¡está bien! No tienes que asustarte. Todo el
mundo ve un poco de porno de vez en cuando. Sólo habría deseado
que me hubieses esperado —dijo con una mueca.
Así que es eso. Mi novio piensa que soy una observadora de porno
secreta, que me siento a solas en la oscuridad mientras se encuentra en
el trabajo todas las noches viendo el canal de adultos y masturbándome
yo misma. Hay algo malo en mí si prefiero que piense que tengo una
adicción al porno, que una necesidad profundamente sembrada por
saber si David Tut era21 podría convertir un cargamento, armas de fuego,
y una boda temática, en una obra maestra.
Para tratar de disuadirle de mi inclinación falsa hacia el porno, sola
en la oscuridad en el sofá, y tratar de borrar el recuerdo de mi mente de
la expresión de puro terror en su rostro en la boda de Liz y Jim cuando
atrapé el ramo, decidí que la psicología inversa era el mejor camino a
seguir. Funciona bien en los niños. Y de todos modos, los hombres son,
más o menos, bebés gigantes la mayoría del tiempo, así que imaginé
que tenía una oportunidad de luchar para conseguir que las cosas
volvieran a la normalidad entre nosotros. Ya que la boda lo había vuelto
a poner al límite y se hallaba nervioso a mí alrededor. Creo que tiene
miedo de despertar una mañana atado a la cama vistiendo un
esmoquin, conmigo vestida de novia, de pie sobre él, agitando un
martillo sobre mi cabeza al estilo de Kat hy Bat es, amenazándolo con
aplastar sus rodillas si no se casa conmigo.
Francamente, debería estar más preocupado porque mi papá
haga eso.
Empiezo lentamente diciéndole que absolutamente no creía que
en toda esa tradición sobre que todo aquel que coge el ramo de la
novia es el siguiente en casarse. Creo que podría haber utilizado las
palabras porquerías y disparat es en esa conversación para alcanzar mi
objetivo. Pero Carter cree que dije t onterías y luego estuvo toda la tarde
diciendo—: ¿Tontería dijiste? No puedo tontirte. Vamos a ver si puedo
tontenderlo —Mientras intento enseñarle cuán indiferente soy a esa
costumbre, me deshago del ramo. La hermosa gerbera, orquídea, y el
lirio del ramillete, que se ven impresionantes en mi mano.
21
Diseñador y planificador de bodas, también es presentador de Mi Boda Perfecta.
Cállate. Habían dado "Experta en Boda”, la otra noche y Jennifer
López me enseñó lo que es un ramillete. También aprendí que Alex, el
doctor caliente de "Grey’s Anat omy", no es tan caliente cuando actúa
como un tipo tonto con un acento italiano de mierda. Y que también, el
tipo del infomercial de la Magic Bullet se parece mucho a Nigel, el jurado
de "So You Think You Can Dance". Además, la televisión nocturna debe
ser ilegal en los cincuenta estados y tal vez, realmente estaría mejor si
viera "Sweet Home I'll-a- Slam -Ya" o "Paseando a la señora Daisy".
—Claire, ¿cuál demonios es tu problema? Has estado apagada
todo el día —dice Jenny mientras sale de la oficina de la tienda con
algunas facturas en la mano para que las firme.
Salto ante el sonido de su voz, y me doy cuenta que he estado
sumergiendo el mismo pretzel en el chocolate durante los últimos veinte
minutos.
Liz podría no encontrarse aquí, pero al menos tengo a alguien con
quien soltar mis pensamientos.
—Carter cree que tengo una adicción a la pornografía —dejo
escapar.
—¡Oooooh, yo también! —responde con alegría.
Mi boca abre y la miro fijamente en estado de conmoción.
—¡Oh no! No quiero decir creo que t ú tengas una adicción a la
pornografía. Bueno, no que yo sepa. Me refiero a que Drew cree que yo
tengo una adicción a la pornografía también. ¡Somos como gemelas!
Sí, no lo creo.
—Tengo una membrecía a un club porno del mes. Es algo así como
un club de gelatina del mes, excepto que no tiene gelatina. Y no puedo
decirle a mi mamá sobre ello. El porno, no la gelatina. A ella le gusta la
gelatina, así que puedo hablarle de eso. Acabo de recibir "Las armas de
la destrucción del culo" y " Forest Hump 22”. El sexo es como una caja de
co-jo-lat e —dice en su mejor voz de Forest Gump—. ¡Tenemos que verla
juntas!
No va a suceder.
—Awww, echas de menos a Liz, ¿no? Sé lo que va a animarte. Voy
a llamar a Drew y le haré venir para ayudar a helar todas esas galletas
para la fiesta del bebé de mañana. Se tomó la noche libre del trabajo
hoy, pero no tenemos planes. ¿Te he dicho que su mamá ha estado
haciendo estas sorprendentes galletas para su tío enfermo y el tío sólo
22
Juego de palabras entre el apellido de Forest, “Gump”, y la palabra “Hump”, follar.
habla de ellas y siempre pide más? Haré que traiga alguna para que
puedas probarlas. A lo mejor encienden un poco la chispa de genio
creativo que tienes. Puedes ponernos a trabajar, ponerte cómoda,
relajarte, y disfrutar de las galletas de alguien más por una vez —dice
mientras camina y saca su teléfono móvil para hacer la llamada—. No
olvides que tienes esa entrevista con la revista “Lo Mejor de la Repost ería”
así que podemos repasar algunas cosas mientras estamos en ello.
Aunque ahora me encuentro al tanto de mucho más de la vida
sexual de Jenny y Drew de lo que siempre quise saber, y que el sonido de
su monótona voz empieza a darme dolor de cabeza, tengo que admitir
que contratarla para ayudar con todas mis cosas de oficina fue algo
brillante. Me aseguró mi propio dominio de internet, en lugar de un sitio
web que incluye las palabras "espaciogratisparatodoelmundo" en la
dirección, y una vez que le prohibí a Drew que colgara imágenes en
miniatura de su pene en la sección "Acerca de mí", en realidad se veía
muy profesional. Los clientes pueden hacer sus pedidos en línea e incluso
imprimir cupones gracias a Jenny. Organizó mi horario para poder
trabajar en torno a los tres días de clases de Gavin y ver a Carter antes
que se vaya a trabajar todos los días, y me consiguió una entrevista en
estudio con el canal de noticias locales y tres artículos en las revistas de
repost ería locales, la primera de las cuales está programada para
mañana.
En pocos días, mi mejor amiga regresará en casa de su luna de
miel, y seré capaz de obtener su consejo acerca de Carter. Me
encuentro muy preocupada por decir o hacer algo para asustarlo y
llevarlo al límite. Cuando me preguntó esta mañana si quería más crema
para mi café respondí—: Hablando de crema. ¿Por qué las mujeres usan
crema para sus bodas? Las bodas son estúpidas. Las personas casadas
son estúpidas. Creo que me rompí el dedo pulgar.
No, no sé por qué coño le dije que pensaba que me rompí el
pulgar. Tuve pánico. Y ahora, me encuentro bastante segura que piensa
que mi pulgar roto se debe al hábito nocturno pornográfico que
simplemente no puedo quitarme, y que es ya sea por: A) Presionar
rápidamente los botones de rebobinado y pausa o B) Presionar MIS
botones demasiado rápido. No me importa ninguna opción cada vez
que mira en mi dirección reflexionando sobre mí.
Paso el resto de la tarde tratando de pensar en maneras de
convencer a Carter que no voy a presionarlo a casarse y, al mismo
tiempo de asegurarme de no verme como si necesitará treinta días en un
centro de rehabilitación. He tratado de pensar en nuevas ideas de cosas
que puedo cubrir en chocolate para la tienda. La cobertura de
chocolate de las papas fritas y pretzels triturados mezclados han sido un
gran éxito y una de las principales atracciones de los últimos tiempos.
Quiero algo divertido y nuevo de que hablar en la entrevista de la revista
a la mañana siguiente, así que pongo todos mis pensamientos de
condenación a un lado y me concentro en lo que mejor hago. Por una
vez no temo una visita de Drew. Con su apetito, me encuentro segura de
que podríamos llegar a algo espectacular.
***
23
Es un juego de palabras, ella lo insulta literalmente diciendo “Filet a fish” que también es una hamburguesa
que se sirve en McDonalds.
Traducido por Cynthia Delaney & Daenerys ツ
Corregido por Gaz W. Finley
***
24
Es cuando una mujer tiene una gran vagina, de modo que golpea contra su muslo haciendo un sonido de
muy baja frecuencia similar a un trueno.
Obviamente ya ha olvidado la cajita feliz y la gaseosa que le
prometí. Dios, si me est ás escuchando, ayúdame a no matarlo. Al menos
hast a que est emos en casa.
—Entonces, Claire, ¿cómo te ha ido con el negocio en la tienda?
Me detengo mirando a Gavin y espero que por algún poder de
súper mamá él aún sea capaz de sentir mi ira flotando a su alrededor y
mantenga su boca cerrada.
—El negocio ha ido muy bien. Estoy absolutamente maravillada de
ver que la gente en realidad quiere comprar las cosas que hago —le
digo riendo.
No puedo creer que alguien est é entrevistándome para una
revist a. No soy nadie. ¿Cómo est á pasando est o?
—¿Le parece difícil hacer malabarismos siendo dueña de una
empresa y pasar tiempo con su familia? —pregunta Lisa mientras escribe
en su computadora portátil.
—Esa es la ventaja de ser la dueña de un negocio. Básicamente,
puedo hacer lo que quiera.
Lisa ríe y continúa escribiendo.
En cierto modo es como hablar con una de mis amigas. Liz nunca
presta atención a nada de lo que digo y está siempre ocupada
haciendo otra mierda cuando le estoy abriendo mi corazón.
—¿Puedes hablarnos un poco más sobre eso? —pregunta ella.
—Bueno, si quiero que Gavin pase el día conmigo, él puede. No
necesito encontrar una niñera o enviarlo a la guardería cuando no está
en el preescolar. Y si necesito cerrar temprano para llevarlo a una cita
con el doctor o ir a una presentación en su escuela, puedo hacerlo
fácilmente sin t ener que conseguir el permiso de alguien más o que me
descuenten de mi pago por el día perdido —explico.
—Mi doctor me da galletas y pegatinas. Su enfermera tiene cara
de salchicha y me da golpes —añade Gavin.
Lisa suelta una risita, sus ojos nunca dejando la pantalla mientras
escribe frenéticamente.
Oh Dios mío, por favor dime que ella no escribió las palabras “cara
de salchicha” en mi ent revista.
—A tan solo tres meses de haber abierto, Seduction and Snacks ya
se está convirtiendo en un beneficio. Eso es casi inaudito para un
negocio nuevo y pequeño. ¿Cuál piensas que es la clave del éxito?
¿Me veo como Donald Trump 25?
No sé nada sobre nada. Cubro las cosas con chocolate y horneo
galletas. La clave del éxito es fingir que realmente esto no está pasando,
así no enloqueces pensado en ello.
Contesto la pregunta lo mejor que puedo sin parecer una idiota
despistada. Le digo que todo es cuestión de suerte y que honestamente
no tenía idea de cómo me había pasado esto.
Finalmente Lisa toma un descanso de su escritura y levanta la
mirada hacia mí.
—¡¿No hace daño tener un hijo famoso tampoco, ¿verdad?! Todas
las personas con las que he hablado de Seduction and Snacks me han
dicho que absolutamente tenía que conocer al hijo de la dueña.
Oh querido Dios. Aquí vamos.
—Estoy casi asustada de preguntar qué más dijeron ellos sobre él.
Es afortunado de ser lindo, o lo habría puesto en la acera con la basura
hace años —le digo mientras compartíamos una risa.
—¡Cierra la boca cuando me estés hablando! —grita Gavin.
Rápidamente me acerco y cubro su boca con mi mano.
Debí haber empacado cita adhesiva y un taser.
—Si lo puede creer, varios clientes me han preguntado que si se lo
pueden llevar a casa. Si sólo supieran. Un sargento de marina pasó hace
unos días de camino a su trabajo y bromeó sobre que debería llevar a
Gavin con él a un entrenamiento básico. Pensó que Gavin haría llorar a
sus hombres más rápido de lo que él podría —le digo.
Ella escribe con una pequeña sonrisa en su rostro, y me pregunto si
esta será la primera y última entrevista para una revista.
—Como usted sabe, hacemos una pequeña investigación sobre las
personas a quienes vamos a entrevistar. Siendo de un pueblo pequeño,
no es un secreto que quedó embarazada y tuvo que dejar la universidad.
Es una gran lucha ser una madre soltera. ¿Qué consejo le daría a otras
mujeres que podrían estar pasando por lo mismo? —pregunta Lisa
mientras inclina la cabeza y vuelve a chasquear sus dedos en el teclado.
Encantador. Me cogí a un tipo en una fiesta de fraternidad, me
embaracé, y tuve que trabajar en un bar para llegar al fin de mes. La
única otra opción disponible para mí en ese momento era ser una
stripper embarazada. ¿Es esto algo que la gente de “Lo Mejor de la
Repost ería” quiere saber? Parecen ser un grupo conservador —de los
25
Es un multimillonario ejecutivo y empresario.
que hablan sobre pastelitos y reducciones balsámicas, no ping pong con
cerveza y vaginas palpitantes.
—Um, sí. Definitivamente no soy la mejor persona para dar consejos
en esa área —le digo con sinceridad—. Todo lo hice mal. Por suerte, el
padre de Gavin es un hombre maravilloso y fuimos capaces de encontrar
nuestro camino de regreso. Sinceramente no sé qué haría sin él. No
puedo imaginar mi vida sin él en ella.
¡Mierda! ¡¿Puedo borrar esa declaración?! Eso suena demasiado
como a decir que quiero pasar el resto de mi vida con él. Lo que quiero.
Pero él no puede saber eso. Se asustaría como un chico. Lo cual es.
Cuando lea esto, su mente inmediatamente va a pensar en matrimonio y
probablemente comenzará a gritar. ¡CAMBIA EL TEMA, CLAIRE!
—Además, me gusta mucho ver pornografía.
¡NO, NO, NO! ¡ABORTA LA MISIÓN! ¿De qué demonios se supone
debería estar hablando? Oh, cierto. Consejo.
—A caballo regalado no se le busca colmillo o morderá la mano
que te da de comer.
Oh dulce Jesús, acabo de convert irme en mi madre.
Lisa no muestra ninguna señal de pensar que está hablando con
una lunática. Solo sigue escribiendo. Está comenzando a asustarme.
¿Realmente está escribiendo cada palabra que digo? De repente
tengo ganas de gritar las palabras “VERRUGAS ANALES” solo para ver si
sigue escribiendo sin pestañear.
Quiero preguntarle si me escuchó decir que era adicta a la
pornografía. Tal vez el ruido de los niños jugando a nuestro alrededor o los
fuertes jadeos y suspiros de Gavin bloquearon lo que dije. Obviamente,
no puedo tocar el tema y preguntar si me escuchó, porque si no lo hizo,
querrá que lo repita. Y conociéndome, lo repetiré para ser amable y eso
jodería todo esta ansiedad que estoy teniendo actualmente.
Por esto prohibiré la palabra “pornografía” en mi vocabulario. Me
está metiendo en demasiados problemas.
Lisa deja de escribir y me da la seña universal con el dedo de que
espere un minuto mientras responde una llamada de su celular.
—Puta madre —murmuro.
—Dijiste una mala palabra —me informa Gavin.
—Tengo permiso. Soy una adulta.
—¡Yo quiero ser un adulto! —dice con entusiasmo.
Unos minutos más tarde, Lisa termina su llamada y vuelve su
atención hacia Gavin.
—¿Qué tal si te hago unas preguntas ahora? ¿Estaría bien?
—Claro —dice encogiéndose de hombros.
—¿Tienes un apodo? ¿Puedo llamarte Gav? —pregunta Lisa.
—¿Puedo golpearte en la cara? —pregunta él.
—¡Gavin! —le regaño.
—¿Cuál es tu color favorito? —pregunta Lisa, ambos ignorándome.
—Me gusta el verde. El verde es verde. Me tiro pedos verdes.
Oh maravilloso. Est a está resultando ser una ent revista estelar.
—¿Cuál es tu comida favorita?
— Skabetti con albóndigas. ¡Las bolas son deliciosas! —exclama
Gavin.
Lisa y yo compartimos una risita con eso.
—Si Phineas y Ferb y Bob Esponja tuvieran una pelea, ¿quién
ganaría? —pregunta Lisa.
Gavin piensa sobre ello por un minuto antes de responder.
—Bob Esponja porque es un duro hombre grande. Phineas y Ferb
son más tontos que su pipí.
Ruedo los ojos y niego con la cabeza. Esta entrevista se ha ido
oficialmente al cagadero.
—¿Cuál es tu día festivo favorito?
—Pedorrear.
—Gavin —le advierto.
—¿Cuál es tu animal favorito?
—Las ovejas, porque son estúpidas —responde Gavin con una
carcajada.
—¿Cuál es tu olor favorito?
Oh, ésa es una súper pregunt a para hacerle a un niño de cuat ro
años que acaba de decir que su día fest ivo favorito es echarse gases.
—Gatos apestosos. Y pies —dice Gavin con una risita.
—¿Cuál es tu canción favorita? —continúa Lisa.
Por favor no digas “99 Problemas pero la Perra no es Uno”, o
ahogaría a Cart er mientras duerme por descargar eso en su iPod.
—SMELLY CAT, SMELLY CAT, WHAT ARE THEY FEEDING YOU! 26 —
canta Gavin tan fuerte como puede.
—¿Cómo sabes esa canción? —le pregunto.
Gavin responde encogiéndose de hombros.
—Te gusta mucho decir palabras de adultos. ¿Por qué? —pregunta
Lisa.
—Porque me gusta. Porque soy un hombre.
—He escuchado que también te gusta mucho hablar sobre tu
salchicha. ¿Por qué es eso?
—Porque es estúpido. Me cagué en mis pantalones.
Gavin se ríe a carcajadas de sí mismo.
—¿Disculpa? Sabes que se supone que no digas esa palabra —le
regaño.
—Tampoco puedo decir la palabra m-i-r-d-a. ¿Qué diablos se
supone que diga? —pregunta Gavin rodando los ojos.
Esto es con lo que tengo que lidiar. ¿Se supone que lo corrija
cuando deletrea mal la palabra “mierda”? ¿Por qué demonios nadie ha
impreso un manual de crianza aún?
—¿Cuál es tu pasatiempo favorito?
—Pedorrearme en la cara de todos —dice Gavin entre risas—.
¡PEDORREAR!
—Es obvio que te gusta mucho decir “pedorrear” —dice Lisa con
un risa.
—¡Porque me gusta decirla para siempre, idiota!
Pongo mi codo en la mesa y mi cabeza en mi mano. No tiene
sentido ni siquiera tratar de ponerle fin a este desastre.
—¿Qué te gusta más, las galletas o las chicas? —pregunta Lisa.
—Mi mami hace galletas deliciosas. Las chicas son estúpidas.
Excepto por mami porque tiene tetas —responde Gavin con seriedad.
—Caramba, gracias, cariño —murmuro mientras levanto mi cabeza
y miro a Lisa para ver si luce tan horrorizada como yo me siento.
26
Canción conocida de la serie “Friends”. La canta Phoebe. Traducción: “Ga to apestoso, gato apestoso, ¿qu é
te dan de comer?”
—Cuando seas grande, ¿quieres casarte?
Obviamente, el hecho de que cualquier oportunidad de ganar un
Pulitzer por esta entrevista es cosa del pasado, no le importa ni un ápice
a esta mujer.
Gavin se levanta sobre sus rodillas en el asiento y coloca un ruidoso
y húmedo beso en mi mejilla.
—Quiero casarme con mami. Nos besaremos y nos casaremos y la
llevaré a citas y seremos amigos para siempre y nos haremos muchas
llamadas telefónicas.
No, no, no, no. Sólo… no.
—¿Llamadas telefónicas? ¿Quieres decir que llamarás mucho a tu
mami cuando estés mayor? —pregunta Lisa.
No lo hagas. Por amor a Dios, no lo hagas.
—No, haremos llamadas como mami y papi cuando van a su
habitación y cierran la puerta con seguro y gritan y hacen ruidos extraños
—responde Gavin.
Traducido por EyeOc & Michelle ♡
Corregido por Aimetz
27
Nutjob: Persona completamente loca o insana.
más de una vez que solo le dijera y dejaría todo así podríamos sentarnos
y hablar, pero me siento mal sobre imponérmele. Es una recién casada
con su propio negocio por el cual preocuparse. No quiero preocuparla
con mis inseguridades. Si no hablo con alguien, sin embargo, voy a
explotar. Lo puedo sentir.
O a lo mejor vomitar. Repentinamente tengo la imagen en mi
mente de una persona literalmente explotando en pedazos con sangre,
violencia y partes del cuerpo desparramadas contra la pared. Con la
mano en mi boca corro hacia el baño y vomito la pequeña cantidad de
café que consumí.
***
—¿En serio Claire? ¿Cómo es que hemos sido amigas todos estos
meses y no sabía que tú nunca has estado en uno? —pregunta Jenny
con una expresión de asombro en su cara.
—¿Qué estamos discutiendo aquí, damas? ¿Shows de burros?
¿Shows de burros y enanos? ¿Juegos de ping pong de vagina en
Tijuana? —pregunta Drew cuando regresa del baño y toma asiento en la
mesa.
Carter llama a todos temprano por la mañana y demanda que
despejen su agenda para una salida en la noche. No era tan difícil
convencerlos de hacer esto. Pero sigo apreciando el hecho de que
organizó esto por mí y sabe cuándo lo necesito. Justo estamos
terminando de cenar en Lorenzo´s, nuestro local de pizza favorito. Es
famoso no solo por la buena comida sino por la cerveza de barril barata.
Mi estómago aún sin sentirse al cien por ciento bien después de esta
mañana. Mientras todo el mundo a mi alrededor disfrutan de sus
cervezas, me atengo a una gaseosa marca 7up con la esperanza de
calmar las cosas.
—Claire nunca ha estado en una tienda de juguetes sexuales —le
informa Jenny.
—Espera, estoy confundido. Liz es dueña de una tienda de juguetes
sexuales, y está justo al lado de donde Claire —le dice Drew volviendo su
atención hacia mí—. Hombre, ¿nunca te acercaste a la tienda que está
conectada a la tuya? Eso es un poco raro.
—Claro que he estado en la tienda de Liz. Sólo no he estado en
alguna otra tienda y realmente no creo que su tienda cuente ya que no
es que esté llena de juguetes sexuales justo en frente —explico.
—Cierto, mi tienda es como un mullet 28. Negocio en el frente, fiesta
en la parte de atrás —afirma Liz.
—O como sexo anal —dice Drew con una risa.
Todo el mundo se le queda mirando.
—¿Qué? Es totalmente como el sexo anal. Negocio en el frente,
fiesta en la parte de atrás. ¿Hola? ¿Por qué eso no es gracioso?
Jenny acaricia su brazo para consolarlo y todos continuamos
nuestra discusión.
—Si recuerdan chicos. Ni siquiera t enía un vibrador hasta que Liz me
estafó por uno en una de sus fiestas —les recuerdo.
—Ahhh si, la famosa cena en donde hablamos acerca de tu
vagina y juguetes sexuales durante toda la noche —dice Jim riéndose.
Esa noche va a la historia como una de las noches más humillantes
de mi vida. Había pasado la noche después de ver a Carter de nuevo
por primera vez desde nuestra aventura de-una-noche. Entré en la casa
de Liz y Jim, diciendo tonterías sobre mi vagina y como nunca había
tenido un orgasmo con otro ser humano cuando me di vuelta y vi a
Carter y a Drew sentados en el sofá escuchando cada palabra. Jim se
había encontrado con ellos temprano ese día y sin el consentimiento de
Liz o mío, los había invitado a cenar. El resto de la noche había
transcurrido discutiendo cuantos juguetes sexuales recibí en la fiesta de la
noche anterior y el hecho de que solo había tenido sexo una y media vez
en mi vida.
—De todos modos —digo con una mirada feroz a Jim, trayendo la
conversación de vuelta—. No, nunca he estado en una tienda de
juguetes sexuales, una real tienda de juguetes sexuales.
Drew empuja su silla hacía atrás y se pone de pie, poniéndose las
manos en sus caderas.
—Agarren sus llaves, amigos, vamos a hacer reventar la genial
juguetería de Claire.
Todos pagan sus cuentas y Liz anuncia a los chicos que las chicas
necesitan un tiempo a solas. Todos los hombres se amontonan en el auto
de Drew y Jenny y yo nos metemos en el auto de Liz para dirigirnos a un
Adult Mart 29 pasando unas cuantas ciudades.
—Está bien, escúpelo perra. ¿Qué pasa con ustedes? —pregunta
Liz cuando sale del aparcamiento y sigue el auto de Drew.
28
Mullet: Es un peinado de los 80’s. Corto por delante y largo por detrás.
29
Adult Mart: Es la más grande tienda con artículos para adultos en los medio oeste de los Estados Unidos.
Es todo lo que toma para que la presa se rompa. Inmediatamente
me pongo a llorar.
Maldita sea. ¿Qué mierda est á mal conmigo?
Jenny se inclina hacia adelante del asiento de atrás y me da un
pañuelo desechable. Lo tomo y me sueno la nariz, tomando profundos
respiros para calmarme.
—No creo que Carter quiera casarse conmigo —les digo entre
sollozos.
—Espera, detente un minuto. ¿Te dijo eso? Voy a patear su culo de
mierda. Liz amenaza mientras enciende su luz intermitente y llega a la
rampa de la autopista.
—¡No! No, no lo dijo con esas palabras. Son solo pequeñas cosas
que han sucedido en las últimas semanas —le digo.
—Está bien, ¿qué pequeñas cosas? Y, ¿por qué es noticia para mí
que te importe casarte? Tú eres una firme defensora de la vida en
pecado a causa de tus padres. ¿Por qué el repentino cambio de
opinión?
Aquí es donde me siento estúpida. ¿Suena tonto que mi cambio de
parecer provenga de celos por ella y Jim? ¿Qué verlos tan felices y
manifestando su amor uno al otro, hizo darme cuenta lo mucho que
quiero eso para mí?
—Sé lo que siempre he dicho, y creo que parte de mi realmente
cree eso. Quiero decir, vamos, mis padres no tienen exactamente el
mejor historial. Lo que me hace pensar, ¿sería buena en ese tipo de
cosas? —le pregunto.
—Cariño, no se sabe si serán buenos en ese tipo de cosas. No es
como que naciste con un gen de matrimonio. Todo eso depende de la
persona con la que estas. Si puedes mirar a esa persona y saber sin lugar
a dudas que quieres pasar el resto de tu vida dándole besos de buenas
noche y despertando a lado de él, el matrimonio es para ti —me dice.
Comienzo a llorar otra vez y pongo mi cabeza en mis manos.
—Cuando atrapé el ramo en tu recepción. Debiste haber visto la
expresión de horror en el rostro de Carter. Se vía seriamente petrificado
de que el cuento de viejas “se haría realidad”. —explico mientras me
limpio las lágrimas de mis mejillas y tomo una respiración profunda.
Liz me mira fijamente mientras estamos en un semáforo en rojo.
—¿Qué? —pregunto.
—¿Quieres decir que eso es todo? ¿Ahí es de donde proviene toda
esta duda y tristeza? ¿Te miró un poco raro cuando atrapaste un ramo
de flores en una boda? Eso no es exactamente gritar: “odio el
matrimonio”. ¿Sabes? Pudo haber estado un poco sorprendido.
¿Realmente dijo que estaba asustado de que atrapaste el ramo de
flores?
Resoplo y mi tristeza es remplazada inmediatamente con irritación.
—No, no vino directo hacia mí y me lo dijo, pero me di cuenta. Y no
sé, ha habido un montón de otras pequeñas cosas, cosas aquí y allá.
Estaba todo raro en tu cena de ensayo, golpeando el champán de mi
mano y ha hecho estos comentarios acerca de cómo no se me
arrastraba hacia el altar y como se alegra que nunca tendrá que
preocuparse de pedir el permiso a mi padre, porque mi papá todavía lo
asusta demasiado —le digo.
—Um, no quiero meterme aquí o algo así pero, ¿no crees que dice
cosas así porque sabe cómo t e sientes sobre el asunto? Tal vez realmente
quiere casarse contigo pero no quiere asustarte sobre todo desde que
has dejado claro que tus padres dejaron una impresión duradera en ti en
esa área —dice Jenny desde el asiento trasero con una sorprendente
cantidad de conocimiento.
—Sorprendentemente est oy de acuerdo con Jenny. Hasta que te
sientes y hables con él sobre esto, vas a sacar conclusiones precipitadas y
hacerte miserable. Te amo Claire pero estas actuando como una idiota
—dice Liz mientras se ponía en el aparcamiento del centro comercial—.
¿Sabes lo que pasa cuando supones las cosas?
Dejo escapar un suspiro. —Nos pone en ridículo a ti y a mí.
—No, tú sola te pones en ridículo. Yo, nunca estaría tan enferma —
responde—. Amas a Carter y es obvio lo mucho que te adora. Deja de
ser una idiota, ponte los pantalones y habla con él. Siéntalo y dile que
realmente no tienes una adicción a la pornografía por las noches, pero
que has estado viendo programas de bodas y que te cuelas en el pasillo
de revistas en la tienda de abarrotes en chándal, zapatillas, gafas de sol
y un abrigo para escanear las revistas de novias como alguna ama de
casa desfavorecida que necesitan una solución Playgirl 30 —dice Liz con
firmeza.
—Ohhh, me encanta Playgirl —dijo Jenny—. Tengo una
preinscripción para esta. Aprendí como profundizar la garganta mientras
colgaba la cabeza de la cama, el mes pasado ¿Saben, como en la
película “Virgen a los 40” Steve Carrell grita el nombre de Kelly Clarkson
30
Revista para adultos cuyo mercado objetivo son principalmente mujeres.
cuando está siendo depilado con cera? Drew gritó en nombre de Willie
Nelson cuando se vino. Fue tan caliente.
—Oh Dios mío. Jenny. Demasiada información —le digo con una
mueca mientras cubro mi boca con la mano y trago de nuevo un poco
de vomito. Eructo al pensar en ese momento el dormitorio de Drew y
Jenny.
—Oye, ¿te sientes bien? Te ves un poco verde —afirma Liz cuando
abrimos nuestras puertas del auto y salimos al aire de la noche.
Tomo unas cuantas respiraciones profundas y ordeno a mi
estómago calmarse y no arrojar la cena.
—¿Y qué demonios te pasaba a ti esta noche bebiendo una
gaseosa en Lorenzo’s? Eso es como blasfemia —me dice Liz mientras
hace clic en la cerradura de la puerta automática de las llaves y el auto
emite un pitido una vez—. No estás embarazada, ¿verdad?
Ella y Jenny comienzan a reírse a carcajadas mientras caminan
delante de mí, para reunirse con los chicos que están de pie sosteniendo
la puerta de la tienda abierta para nosotras.
Camino detrás de ellas a unos pocos pasos, la sonrisa muriendo de
mis labios mientras comienzo a hacer cálculos en mi cabeza. Me
detengo en seco a pocos metros de la puerta y miro horrorizada a
Carter.
Él me da una sonrisa de infarto en respuesta, cubro mi boca con la
mano y corro hacia los arbustos de la orilla de la acera, depositando dos
rebanadas de pizza, dos vasos de soda y mi dignidad en el jardín
delantero.
Traducido por Vane Ryan & Michelle ♡
Corregido por Daniela Agrafojo
31
Pelicula porno.
32
The Silence of the Lambs (El silencio de los corderos en España, El silencio de los inocentes en
Hispanoamérica) es una película estadounidense de 1991, dirigida por Jonathan Demme. Protagonizada por
Jodie Foster y Anthony Hopkins en los papeles principales.
para preguntarle y hacerlo oficial ante los ojos de Dios y de todos los que
conocemos.
Viviendo el momento. ¿No es esa la forma en la que se supone
hagas est as jodidas cosas de t odos modos?
Trago el nudo que se forma en mi garganta, de repente nervioso
de que el momento haya llegado. El que he estado planeando y
ensayando, está aquí y es jodidamente ahora.
Aparto mi vista de Claire p or un momento y miro alrededor. Porno,
consoladores de diferentes tamaños, formas y colores y una estantería
llena de lubricante anal.
Jesús ¿Eso dice lubricant e anal con sabor a canela? Ni si quiera
quiero pensar sobre una sit uación que requiera lubricant e anal con
sabor. Debo est ar loco para est ar cont emplando hacerlo just o ahora.
Me quedo ahí con mis manos sudando, mi corazón golpeando y
un bote de crema Lickity Stiff Arousig apretado contra mi pecho.
Mierda.
Tomo una respiración profunda, mi decisión t omada. Con
determinación, camino hasta donde Claire aún se encuentra hablando
con Jenny. Se vuelve hacia mí cuando me acerco y toma la botella que
estoy sosteniendo para leer su contenido.
—¿Crema Lickity Stiff Arousing? Estoy muy segura que no necesitas
esto —dice Claire con una carcajada.
Se da la vuelta para dejarla en la estantería y tomo una respiración
profunda, busco en mi bolsillo, envuelvo mis dedos alrededor de la caja
de terciopelo que todavía llevo conmigo por si acaso. Con la espalda de
Claire hacia mí, saco la caja y comienzo a arrodillarme.
—¡Santa mierda!
La exclamación interrumpe mi descenso al piso y me detengo con
ambas rodillas ligeramente flexionadas, viéndome como si estuviera listo
para correr en una carrera. Claire da la vuelta mientras una mano rodea
mi bíceps y me arrastra hacia atrás.
—Liz ¿Qué estás haciendo? —pregunto Claire
—Solo necesito hablar con Carter por un segundo. Necesito una
opinión de chicos sobre porno, ¡no te preocupes!
Tropiezo y meto la caja del anillo en mi bolsillo mientras trato de dar
la vuelta y mantener el ritmo de Liz. A pesar de mis protestas, ella
continúa sosteniendo mi brazo y caminando de prisa.
—¡Liz! ¡¿Qué carajo?! Estaba en medio de algo —me quejo,
mientras nos alejamos de Claire, que nos ve con confusión en su cara.
—Oh, yo sé en el medio de qué jodidos estabas, ¡idiota! —susurra
en voz alta.
Finalmente se detiene cuando llegamos al lado contrario de la
tienda en donde está Claire y se gira hacia mí.
—¿Se lo ibas a proponer a Claire? —pregunta, con sus manos en la
cadera y una mezcla de asombro y enojo en su cara.
—Bueno, t rataba de hacerlo, hasta que fui groseramente
interrumpido —le digo, poniendo mis manos en mis caderas, mirando
hacia abajo. Ella es pequeña y conflictiva, pero tengo pollas a mi lad o.
Miles de ellas que puedo lanzarle y después huir en la otra dirección
cuando ataque.
—Se lo ibas a proponer a Claire.
Esta vez es una afirmación en vez de una pregunta.
—Um, creo que ya hemos cubierto eso. Déjame adivinar, crees que
es demasiado pronto. O tienes miedo de que le haga daño. Adelante,
dímelo. Espera ¡mierda! ¿Ella te dijo algo de no querer casarse conmigo?
¡Joder! Está actuando raro desde tu boda y sé que ha hablado bastante
sobre no querer casarse, pero pensé que era solo eso, hablar. ¿Qué
chica no quiere casarse? Oh mierda, Claire es del tipo de chica que no
quiere casarse. Oh por Dios, ella no quiere casarse conmigo —me paseo
de un lado a otro en frente de una exhibición de pintura corporal de
chocolate.
—Oh por el jodido amor de Dios, cálmate, Nancy. Juro que ustedes
dos son las personas más estúpidas que conozco. Viven juntos y nunca
hablan. ¿Cómo es eso jodidamente posible? —pregunta con irritación.
—¿De qué estás hablando?
Liz suspira. —TU. ERES. ESTÚPIDO —repite, pronunciando cada
palabra y haciendo gestos al azar con las manos, simulando que usa el
lenguaje de señas. Salvo que estoy bastante seguro de que la seña para
“estúpido” no es el dedo medio.
—No debería decirte esto porque Claire es mi mejor amiga y es
una seria violación al código de honor de mejores amigas entre chicas,
pero tenemos una situación en nuestras manos. Estoy dispuesta a recibir
una patada en la vagina por ti cuando se entere de esto, ¡así que es
mejor que limpies tus oídos y escuches de una puta vez! —dice
empujando mi pecho con su dedo—. Claire ha estado enloqueciendo
últimamente porque t ú no quieres casarte con ella, porque tiene la idea
en su cabeza de que eres el típico chico y que la idea de casarte te
hace querer vomitar, lo que podría explicar la depuración que hizo en los
jardines de afuera. No tiene un fetiche porno. Simplemente no quiere que
tú sepas que desde mi boda no ha hecho otra cosa más que pensar en
casase contigo, y está asustada hasta la muerte de que eso te espante.
Me quedo mirándola con la boca abierta, sin estar seguro de cual
hecho me hace sentir más triste: Claire pensando que no querría
casarme con ella, o que Claire realmente no es adicta al porno. Ese es un
problema que estoy seguro podemos superar juntos y sin lágrimas ni
vomito… a menos que fuera el tipo de porno que tenía enfrente, pero
estoy bastante seguro de que podemos superarlo juntos. Tal vez. Pero
supongo que eso no es un problema ahora.
—De acuerdo, entonces ¿por qué diablos me detuviste? Me
encontraba a segundos de alejar todos sus miedos —me quejo.
—Um, toma un minuto y mira alrededor, Romeo. ¿Realmente
quieres proponérselo a Claire en frente de una exhibición de anillos para
pollas?
Miro a mi alrededor, realmente observando lo que me rodea y
pienso sobre lo que estoy haciendo.
—Dentro de muchos años, cuando vuelva a contar esta historia a
tus nietos, ¿realmente quieres que diga: “bien niños, su abuelo soltó la
pregunta justo al lado de las bolas anales y las mordazas de bola? —dice
Liz con voz de anciana.
—Lo siento, no entiendo cuál es el problema aquí —dice Drew
mientras aparece de repente al lado de Liz, lamiendo una paleta con
forma de un par de tetas.
—Vete, es un secreto —dice Liz.
—Buen intento, pequeña idiota. Escuché la mayoría de lo que
dijeron y como que quiero t omar a Carter y frotar mis nueces en su
cabeza por no decirme que planeaba proponérsele a Claire en el lugar
más feliz de la tierra —declara Drew, dándome una sucia mirada. Bueno,
la más sucia mirada que puede manejar con tetas de azúcar en un palo
colgando de su boca.
—¿No es Disneylandia el lugar más feliz de la tierra? —pregunta Liz.
—Es como si no me conocieras —le dice Drew.
—Mira, fue una decisión de último minuto. No es como si hubiera
planeado arrodillarme en medio de este lugar.
Aparto la mirada de ellos y le doy un vistazo a mí alrededor.
¿Por qué coño creí que esto era una buena idea? Claire me habría
matado, asesinado justo en donde estoy. Mi obituario diría: Murió bajo un
montón de pollas de goma color rosa y púrpura y baterías doble A.
—Estaba envuelto en el momento y sólo reaccioné —les digo
tímidamente.
Drew me da una palmadita en la espalda. —Awww, te pusiste
sentimental en una tienda porno. ¿Quieres casarte conmigo en lugar de
con ella? —pregunta con una carcajada.
Lo silencio con un puñetazo en el pecho.
—Espera, si no planeabas esto, ¿Por qué llevas el anillo en tu
bolsillo? —pregunta Liz suspicazmente.
—Uh, yo, um, como que lo llevo conmigo a todas partes —le digo,
sintiéndome más incómodo al estar admitiéndolo en voz alta—. He
tenido un par de planes de propuestas en las últimas semanas que han
fracasado. He estado destrozándome el cerebro, tratando de encontrar
el plan perfecto y cada vez, algo ha salido mal. Me gusta mantener el
anillo en mi bolsillo para poder meter la mano y tocar la caja. Me da
tranquilidad para seguir intentándolo.
El labio inferior de Liz tiembla y Drew me mira sin comprender.
—Amigo, ¿Has estado manoseando esa caja en el bolsillo todo
este tiempo? Pensé que tenías ladillas o algo. Iba a dejar que pidieras
prestada mi crema —dice Drew, con un triste movimiento de cabeza—.
Eso es patético, oficialmente has perdido tu tarjeta de hombre. Si
regresas ahora y me dices que hay un agujero en tu bolsillo y te la
estabas jalando como el viejo del pasillo doce, te perdono.
Liz pellizca la piel de su axila, y Drew deja escapar un aullido,
frotando el punto que ahora se está volviendo rojo.
—Cállate, trasero de mierda. Esa es la cosa más romántica que he
escuchado —dice Liz con un sorbido—. Déjame ver el anillo.
Miro detrás de mí y veo a Claire examinando detenidamente
los DVD ahora que el hombre jugando billar de bolsillo se ha ido. Deslizo
la caja de mi bolsillo y la abro rápidamente para que Liz lo vea.
—Santa mierda fuiste a Jared´s33 —dice ella con asombro.
—¡SÍ! Ja, ja, ¡reivindicación! —grito, levantando mi puño.
33
Famosa tienda de Joyería.
Liz y Drew me callan y nos damos vuelta para ver si Claire ha oído
la conmoción. Cierro la caja del anillo rápidamente y la meto en el
bolsillo, para ver que esta ajena al ruido y sigue metida hasta el cuello en
la papelera de porno en liquidación.
Eso es t an caliente.
Incluso si mi abuela entrara en este momento, creo que sería
incapaz de deshacerme de mi erección.
Lo sient o, Nana, mi novia está en una tienda de sexo tratando de
seleccionar la pornografía perfect a para nosot ros, para verla más t arde.
Cart er junior no va a ninguna part e por un tiempo. Por favor, escoge
chica con chica, por favor escoge chica con chica.
—Oh, por el amor de Dios, cierra la boca, Carter, o te entrarán las
moscas —me regaña Liz, atrayendo mi atención de nuevo—. Y Drew,
deja de mirar el culo de Jenny. Tendrás un montón de tiempo para eso
más tarde.
—En realidad, ya lo hemos hecho tres veces hoy. Estoy algo
agotado —responde Drew con otra lamida a su paleta.
—En primer lugar, eso es asqueroso, y hubiera dormido mucho
mejor esta noche si no hubieras compartido eso, en segundo lugar,
¿Cómo diablos encontraste tiempo para tener relaciones sexuales tres
veces? Estuviste en mi tienda todo el día ayudándome a descargar el
inventario. Ni siquiera viste a Jenny hasta que llegamos al restaurante —
pregunta Liz.
—En primer lugar —contesta Drew, burlándose de Liz—. Tú dijiste
"carga" y tenemos que reconocerlo. Je je, ¡carga! Y segundo, fueron más
como una punto dos veces, técnicamente hablando. Tuve sexo con el
molde de Jenny dos veces en el cuarto de baño de tu tienda, y tuve
relaciones sexuales con Jenny en el baño del restaurante.
Y ahí va mi erección.
—Hay tantas cosas mal con esa declaración, creo que mi cerebro
explotó. Lavarás con blanqueador mi baño mañana, cabeza de culo —
dice Liz, enojada.
—Oigan, ¿de qué están hablando chicos? —pregunta Claire,
acercándose al grupo.
—Estamos hablando de cuántas veces he eyaculado en Jenny hoy
—afirma Drew con orgullo.
—Lamento haber preguntado —contesta Claire, girando a la
derecha y alejándose.
—Nunca, nunca uses esa palabra de nuevo. Nunca —le dice Liz a
Drew, una vez que Claire esta fuera del alcance de oírlos—. De acuerdo,
Carter, entiendo adónde ibas esta noche con todo lo del “calor del
momento" y es un bonito detalle, pero necesitas un plan.
—Oye, Christopher se lo propuso a Adriana sin ningún tipo de plan.
Sólo entró a la casa de su madre y le entregó el anillo. Tal vez tuvo la idea
correcta —le digo indignado.
—¿Quién diablos son Christopher y Adriana? —pregunta ella.
—Um, ¡duh! De Los Sopranos —responde Drew.
—Sin embargo, ahora que lo pienso, en realidad no termina del
todo bien. Él jodía todo lo que usaba falda, aspiró cocaína, heroína y la
mató. Además, la razón por la que se lo propuso fue porque acababa de
golpearla como la mierda —razono.
—Cielos, es increíble que fueras capaz de llegar a la conclusión de
que no sea la mejor idea basar tu propuesta de matrimonio de un
espectáculo de mafia de HBO —dice Liz, rodando sus ojos.
—Oye, siempre y cuando Claire no vaya al FBI y nos delate podría
funcionar totalmente —manifiesta Drew—. Eso es sentido común. Las
perras son soplonas —dice, arrojando señales de pandillas para enfat izar
su punto.
—Es obvio que voy a tener que hacer esto por ti. Dame un par de
semanas y voy a tener el problema resuelto —me asegura Liz.
No estoy tan seguro de que tener a alguien más planeando mi
propuesta para Claire sea una buena idea, pero Liz es su mejor amiga.
¿Quién mejor para ayudarme con esto? Además, aliviará un poco la
presión que siento.
Los tres regresamos al otro lado de la tienda donde Claire y Jim
están de pie, mirando a Jenny con la mandíbula floja.
—¿Qué debería hacer? Él me dijo que los probara, así que lo hice.
¿Cómo iba a saber hasta qué punto se atascarían? —gimotea ella
cuando llegamos al grupo.
—¿Qué pasó? ¿Qué está pasando? —pregunto a nadie en
particular.
Me doy cuenta de que Claire luce un poco verde de nuevo, y
pongo mi brazo alrededor de su cintura y la atraigo hacia mi lado.
—Compré algunas de esas bolas de Benjamin Wa, y sé que se
supone que debes probar las cosas antes de salir de la tienda para
asegurarte de que funcionan. Ahora no puedo sacarlos —se queja.
No es hasta ese momento que me doy cuenta de que ella está de
pie con las piernas ligeramente extendidas, como si fuera a cagar en el
piso.
—¿Acaba de decir bolas de Benjamin Wa? —le susurro a Jim, que
está a mi lado.
—¿En serio? ¿Eso es lo que te preocupa? Se metió un producto en
la vagina antes de salir de la tienda. Y planeaba dejarlo de nuevo si no le
gustaba —susurra Jim con voz horrorizada—. Nunca debí haber tocado
nada aquí.
Jenny se balancea de un pie a otro y sacude un poco sus caderas,
en un esfuerzo por soltarlas, supongo.
—Este tipo, Benjamin Wa, debería haber ideado un mejor plan
para sacarlas —afirma Jenny.
—Jesús, ¿Quieres dejar de llamarlos así? ¡Son bolas de Ben Wa! —
grita Liz—. Y no se supone que pruebes los productos en la tienda. Eso es
sólo para los juguetes que requieren baterías y el vendedor se las pone
para asegurarse de que la cosa en realidad funciona antes de salir con
él.
—¿Cómo diablos iba a saber eso? Y yo que pensaba que era sólo
un apodo y que habían acortado el nombre para que alcanzara a
caber en el envase. Estaba usando el nombre formal —le dice Jenny,
mientras sigue moviendo sus caderas en un círculo gigante como si
estuviera jugando con el aro de hula-hula en cámara lenta.
Todos nos paramos alrededor mirándola mientras hace su raro ritual
de apareamiento para conseguir soltar las bolas de Benjamín. Es como
un choque de trenes del que no podemos escapar.
—Nunca voy a dejar que nadie use el baño en mi tienda. Nunca —
dice Liz en voz baja.
—¡Ooooh, creo que solté una! —exclama Jenny.
—¡Totalmente te amo en este momento! —le dice Drew.
—Creo que voy a vomitar —afirma Claire, llevándose una mano a
la boca y corriendo hacia la salida.
Traducido por Valentine Fitzgerald & Drys
Corregido por Amélie┼
***
34
Reality Show.
¿Sabías que la Tienda del Dólar vende pruebas de embarazo? Es
verdad. Y pienso que todas esas estúpidas tiendas del dólar deberían
cambiarse el nombre a “La Tienda del Dólar: Todo No Está a un Dólar En
Realidad, Solo Nos Gusta Joder Contigo”, las pruebas de embarazo son
de hecho una de las pocas cosas que cuestan un dólar, lo cual me
obliga a preguntar: ¿Por qué demonios obtuve una mirada despectiva
de la cajera cuando le pedí por esas treinta y siete pruebas? ¿Qué?
¿Nunca ha pasado algo como eso? Son pruebas de embarazo a UN
DÓLAR, gente. Gavin gana un dólar por hacer algunas tareas de la casa
de vez en cuando. Incluso ÉL puede darse el lujo de comprar una prueba
de embarazo. ¿Por qué un niño de cuatro-años-y-medio compraría una
prueba de embarazo? Está más allá de poder entenderlo, pero así son los
hechos.
Discutir con la cajera y decirle que espero que sus gigantescas
tetas se queden atrapadas en el momento de cerrar la caja registradora
no es posiblemente el momento más agradable, pero mantiene a mi
mente alejada del hecho de que puede que est é embarazada.
Sí, dije puede. Acabo de terminar de orinar la prueba numero
treinta y tres y el doctor Williams me dijo que estaba embarazada con
solo manosear mi útero, pero pudo haber estado equivocado. Los
doctores se equivocan todo el tiempo. Sacan un riñón cuando tienen
que sacar la vesícula, y se olvidan de usar la grapa y sacar lo malo de
alguien antes de cocerlos. Definitivamente podría estar equivocado
sobre mi útero. ¿Cuántos úteros explora cada día? Tal vez solo está fuera
de combate. Quizá ni siquiera había tocado mi útero sino que tuvo sus
manos en mi bazo; pero probablemente eso significaría que estaba
hasta sus codos en mi vagina. Había sido incomodo, pero no tan
incómodo como codos profundamente.
Me quedo en el baño mirando la prueba de embarazo que yace
en mi mano, esperando los cincos minutos para así sacar mis ojos cuando
vea el resultado positivo. Cuando el cronómetro de mi celular suena con
su nuevo tono (¡JESÚS DULCE MALDITO DE PUTA, ES TIEMPO!) que
descargué solo para este propósito, bajo la mirada y trato de no llorar.
Una hora después, Carter y Gavin llegan de la tienda y me
encuentran acurrucada en posición fetal en el suelo del baño, rodeada
de pruebas de embarazo, instrucciones y cajas abiertas.
—¡Mamá! ¡¿Dónde obtuviste todas estas varitas mágicas?! —grita
emocionadamente Gavin cuando entra al baño.
Coge uno de los exámenes y se hace pasar por Harry Potter,
apuntando con el examen a distintos objetos al azar del baño mientras
grita—: ¡Te maldigo con mi varita, de papel higiénico!
Ni siquiera levanto la cabeza de los azulejos fríos, se sienten muy
bien contra mis mejillas manchadas de lágrimas como para moverme. Lo
veo con mis ojos y me pregunto brevemente si soy una mala madre por
dejar que juegue con algo en lo que me oriné. Eso solo comienza otro
ataque de llanto cuando me doy cuenta de que seré una mala madre
de dos hijos. Tengo una visión del futuro en donde mis dos hijos están
sentados en un baño lleno de orina mientras yo estoy en coma en el
suelo.
Carter se acerca a la puerta, me mira, luego a la basura en el suelo
y entra en acción.
—Oye, Gavin. ¿Qué tal si tiras esa varita y vas por las burbujas que
acabamos de comprar? Incluso dejaré que las soples en tu habitación.
—¡Genial! Esta varita huele raro de todos modos, y está dejándome
la mano húmeda —afirma Gavin, mientras la deja caer al suelo y sale
corriendo del baño.
—Deberías decirle que se lave las manos —murmuro, al suelo.
—Eh, estará jugando con las burbujas, que son como un jabón, así
que lo dejará limpio —responde Cart er, mientras entra en la habitación y
se sienta en el suelo frente a mí.
Me incorporo, empujando las pruebas y las cajas fuera de mi
camino para poder cruzar las piernas y sentarme al estilo indio frente a él,
con nuestras rodillas tocándose.
—Entonces, ¿qué tal tú día? —pregunta Carter, gentilmente
mientras se acerca y me saca el pelo fuera de los ojos. Estornudo y miro
el desastre.
—Oh, ya sabes, lo de siempre. He estado trabajando, haciendo
algunos recados, un hombre puso las manos encima de mi chimichanga,
felicitaron a mi útero y me metí en una pelea con un empleado de La
Tienda de un Dólar.
—¿Fue porque prácticamente nada en esa tienda es a un dólar?
—pregunta.
—Oh, Dios mío, ¿no? ¿Qué diablos pasa con eso? No voy a una
tienda llamada La Tienda de un Dólar para comprar un juguete de cinco
dólares. Alguien tiene que enseñarle a esa gente acerca de la
publicidad veraz —me quejo.
A los pocos segundos de un periodo de silencio, sabía que Carter
estaba esperando a que mencionara el enorme elefante: "Estoy
embarazada" en la habitación. ¡Al diablo con ese elefante! Puede
sentarse en la esquina a comer cacahuetes mientras me mira con
disgusto. Eres el único jodido en el suelo, elefante, no me mires así.
Carter extiende sus piernas a cada lado de mí, se acerca y me
agarra ambos tobillos, desenrolla mis piernas y me tira hacia él. Vuelve a
enganchar mis tobillos detrás de su espalda y lleva las manos a cada
lado de mi cara, obligándome a mirarlo a los ojos.
—Dilo —susurra—. Me lo perdí la primera vez. Quiero oírtelo decir.
Mi garganta está cerrada. Estoy segura de que ni siquiera seré
capaz de tomar otro aliento, y ¿él quiere que lo diga?
—Por favor —me pide en voz baja.
Me sonríe y puedo ver cómo sus ojos comienzan a llenarse de
lágrimas. Quiero decirle tantas cosas, pero estoy demasiado abrumada
por la emoción y, francamente, un poco por el vómito. Dos palabras son
todo lo que puedo reunir.
—Estoy embarazada —le susurro, de vuelta con un estornudo.
—¿Estás embarazada? —pregunta, con una gran sonrisa.
¿Um , duh? ¿Qué diablos CREES que significa todo est o? Oh Dios
mío, ¿qué hay de malo en mí? ¡Lo sient o! ¡Te quiero!
—¿No estás contenta de estar embarazada? —pregunta,
mostrando el primer signo de preocupación desde que entró en la
habitación.
—Pensé que TÚ no estarías feliz. Estás totalmente jodido ahora. Si
decides que no te gusto, te tengo durante dieciocho años. Soy mamá
del bebé número dos. Eso es frívolo.
Carter se ríe y envuelve sus brazos alrededor de mí cintura para
poder tirarme contra él.
—Deja de tratar de citar a Kanye. No eres una cazafortunas, y no
hay duda de quién son los niños —dice, mientras toma una de mis mejillas
con una mano y la acaricia con el pulgar.
—Eso es lo que piensas. Los espermatozoides del suelo de la tienda
de juguetes sexuales podrían haber saltado de la alfombra y entrado en
mi vagina. No se sabe de quién es.
Me mira fijamente durante unos minutos antes de besar la punta
de mi nariz.
—Sé que te estás volviendo loca. Está bien. Sólo tienes que hablar
conmigo. Sea lo que sea que sientas, quiero saberlo. Y estoy
perfectamente bien con esto. De hecho, estoy EMOCIONADO con esto.
No hay absolutamente nada que pueda arruinar mi buen estado de
ánimo por esta noticia —afirma.
Realmente no puede haber un hombre más perfect o en el mundo
que él.
—¿En serio? Porque estoy segura de que concebimos a este niño la
noche en que me comí la galleta del tarro. Tengo un ochenta y cuatro
por ciento de seguridad de que nuestro hijo va a nacer con una cabeza
con forma de tarro. Va a salir con rastas y vistiendo como Bob Marley. Su
primera palabra será probablemente ‘Hoooolaaaaaaaa’. Nunca, nunca
vas a poder dormir en toda la noche porque siempre va a tener hambre.
Carter se ríe entre dientes y me aprieta más contra él. Envuelvo mis
brazos alrededor de su cuello y descanso mi barbilla en su hombro.
—Si ese es el caso, tendremos que asegurarnos de que tenemos un
montón de Cheet os en la mano todo el tiempo y un poco de música
Grat eful Dead para jugar en la guardería —afirma.
Suspiro y giro la cabeza para poder descansar mi mejilla en su
hombro y ponerla en un lado de su cuello.
—Todo irá bien. Te lo prometo. Te amo y no me voy a ir a ninguna
parte. Esta es la mejor noticia que podrías haberme dado. Nada me
haría más feliz justo ahora.
Gavin viene repentinamente pasando a través de la puerta.
—¡Papá me desperté esta mañana y estaba como un arma de
fuego! —dijo, emocionado—. Y mi pene se sintió extraño de nuevo. No
dejaba de estar elevado.
—Oh, Dios mío. Retiro lo dicho. ESTE es el momento más feliz de mi
vida. Mi hijo acaba de conseguir una erección durante Sopranos 35 —
susurra Carter.
—De tal palo tal astilla —digo.
Carter me saca fuera del suelo del cuarto de baño; me dice que
deje el desorden y que él limpiara después. Dice que no estoy autorizada
a hacer nada más durante el resto del día, solo puedo tumbarme en el
sofá y esperarlo. Siempre sabe exactamente qué decir para hacerme
sentir mejor y se preocupa mucho por mí. Soy una idiota por estar
decepcionada de que no me hubiera pedido de inmediato que me
casara con él. Me ama y está contento de que vamos a tener un bebé.
Aunque no puedo evitar preguntarme por qué no me lo ha pedido. Es
evidente que no está en shock como yo, por lo que tiene que haber otra
35
Los Soprano: es una serie de televisión estadounidense creada y producida por David Chase .
razón. Mientras me acurruco en el sofá con la cabeza en el regazo de
Carter, trato de ignorar el dolor en mi corazón al pensar que tal vez él no
me considera material de boda.
Traducido por Gaz Walker & Jess16
Corregido por CarolHerondale
***
—¿Por qué demonios están esas perras por ahí dándome una
mirada sucia? —pregunta Liz, mientras mira hacia abajo a cinco madres
que han acompañado a sus hijos a la fiesta de Gavin.
—Supongo que es porque la mujer que trajo a su esposo, se dio
cuenta de que él te ha estado mirando las tetas que se salen fuera de tu
camisa —le digo mientras corto el pastel y lo coloco en platos de papel.
—Oh, dame un respiro. Una mirada a ese tipo y se puede decir que
ha acabado con tanta fuerza que si le soplas un beso probablemente
reventará. Ninguna de esas mujeres luce como que tienen relaciones
sexuales si no es para procrear —se queja.
—Es probable que sólo lo hagan en la posición del misionero, con
las luces apagadas —agrego.
—Apuesto a que piensan que el perrito es un tipo de baile —dice
Liz con una sonrisa, y le sopla al marido un beso.
Le aparto la mano y la miro mal.
—¿Vas a cortarlo? Tengo que estar en torno a estas madres todo el
tiempo en la escuela de Gavin. Juega bien —le advierto.
—¡Mira! —dice con entusiasmo—. Ese pobre hombre apenas se
ajustó la basura. El total llegó en los pantalones.
Hasta ahora la fiesta ha sido un éxito. Los niños están gritando y
corriendo por toda la tienda, ahora sobreexcitados por el azúcar. Había
pensado que tenerlos haciendo sus propios helados con galletas sería
divertido, hasta que se me olvidaron las galletas y comenzaron a comer
helado con las manos. Que Drew le haya traído una bolsa de Pixy Stix y
veinte onzas de Mountain Drew como regalo a Gavin, no facilita las
cosas. Abrió el regalo y se comió la mitad antes de que siquiera me diera
cuenta. Por el momento tengo un asimiento en él, parece que ha estado
esnifando coca. Sus ojos están inyectados de sangre, el pelo es un
desastre, y tiene polvo blanco alrededor de su boca. Cuando veo a
Drew, susurro en su oído derecho antes de que Gavin corra hacia mí y
me grite—: ¡Tengo sangre de tigre corriendo por mis venas! —Sé que es
hora de sacar a los niños lejos de él.
Y por supuesto no obtengo nada más que miradas sucias de las
madres más perfectas del mundo. No pueden dejar a sus hijos fuera y
volver como los padres normales que echan espuma por la boca
cuando se enteran de que tendrán unas horas de tranquilidad y hacen
que sus niños salten fuera del vehículo en movimiento en la acera, antes
de ir a conseguir un masaje o ir al bar. ¡Oh, no, tienen que estar en la
esquina de su camarilla perfecta, juzgándome con sus suéteres de
colores pastel, pantalones de lino, y la cadena de perlas! Drew ya ha
dicho a uno de ellos que tiene un collar de perlas mucho mejor que
puede darle más tarde esa noche, de ahí el acurrucarse en un rincón.
Creo que realmente pensaban que iba a sacar su polla en la fiesta
infantil y masturbarse en uno de sus cuellos. En realidad, es de Drew de
quien estoy hablando. Hay una clara posibilidad de que pudiera hacerlo.
Ellas pasan el día entero mirándolos, molestas con que estén aquí.
Levantan sus narices en mis decoraciones compradas por tienda y una
incluso dice:
—Oh, ¿así que dejaron de hacer centros de mesa y favores de
mesa? ¿Y oí decir que esto no era atendido? Eso es una vergüenza.
Um, corríjanme si me equivoco, pero est o es una fiesta para un niño
de CINCO AÑOS. No es un puto Bar Mitzvah. No estoy descodificando
nada, con una pistola de pegamento, o tallando una escultura de hielo,
y les aseguro que no estoy sirviendo langosta y filete. Les doy de comer
pizza y perritos calientes, y bolsas llenas de regalos con Play Doh y
burbujas.
De donde vengo, así es como se celebra el cumpleaños de un niño
pequeño. Contengo mi lengua, sin embargo, porque no quiero ser esa
mujer que se metió en una pelea de gatas en la fiesta de cumpleaños de
su hijo. Estoy cansada, irritable, y al borde, ya que es porque no he
hablado con Carter todavía. Él había trabajado la noche anterior y nos
condujo por separado a la fiesta para que pudiera dormir. Si otra de esas
perras engreídas dice algo más de mí, no voy a ser responsable de mis
acciones.
Liz toma dos platos de pastel y deja tomar uno a Jim, y
antagonizar el padre solitario, cuya esposa probablemente amenazaba
su masculinidad si él no venía con ella a la fiesta.
Ella probablement e le dijo que él no conseguiría sexo de
cumpleaños de misionero est e año, donde él podría rozar sobre su cima
durant e treinta segundos, mientras est aba t otalmente vestida. Pobre
chico.
—Oye, ¿cómo te sientes? —pregunta Carter viniendo hacia a mí y
ayudando a poner los tenedores sobre todos los platos con una
rebanada de pastel en ellos. Sólo nos hemos dicho algunas palabras
entre sí, de paso, desde que llegó aquí. Hemos estado corriendo por
todas partes asegurándonos que cada uno estuviera feliz y la fiesta fuera
un éxito. Había lucido un poco horrorizado al principio, cuando llegó
aquí, ya que nunca había experimentado la fiesta de cumpleaños de un
niño pequeño antes, pero rápidamente saltó justo, agarró una lata de
Silly y comenzó a gritar y correr con los niños.
—Estoy bien. Solo cansada —le digo. Quiero lanzar mis brazos
alrededor de él y decirle que lo siento por ser tan perra últimamente,
pero sé que va a hacerme llorar y no voy a hacer eso delante de toda
esta gente. Él parece nervioso aquí conmigo y esto me pone triste
porque le he hecho esto. En lugar de envolver sus brazos alrededor de mí
y hacer una broma como lo haría normalmente, mantiene su distancia,
probablemente tiene miedo de que vaya a morderle o echarme a llorar
como lo he hecho durante tres meses.
Soy la perra más grande en el mundo ent ero.
Me vuelvo para mirarlo, sabiendo que tengo que decir algo para
limpiar el aire, incluso si es sólo para decirle que lo amo, cuando una de
las lobas acechado nos interrumpe.
—Disculpa, pero creo que debes saber que tu hijo acaba de decir
una mala palabra —me informa con altivez, con las manos en las
caderas.
Hija de put a. Esto no es lo que necesit o ahora.
—Lo siento. ¿Qué dijo? —pregunto. Me pregunto si está demasiado
consternada para decir la palabra en voz alta. Probablemente va a
deletrear la palabra para mí, y no voy a tener más remedio que apuntar
y reírme de ella. J-O-D-E-R, C-U-L-O, M-I-E-R-D-A... ¿Qué va a ser?
Esperemos que sepa cómo se escriben las malas palabras o esto va a ser
un nuevo nivel de impresionante.
Drew se acerca a nosotros y la mujer mira su camisa que dice
“¿Has visto mi perfecto trasero de hombre?” y resopla con irritación.
—¿Cuál es el problema, amigos? —pregunta, tomando una
mordedura de una galleta y escupiendo migajas mientras habla.
—Le estaba diciendo a Claire que Gavin dijo una mala palabra
delante de mi hijo —explica de nuevo.
—Lo sentimos mucho —dijo Carter, reiteradamente.
—¿Y qué te dijo? ¿Chupa pollas, coño trueno, follar? —pregunta
Drew con toda seriedad. En circunstancias normales tendría
probablemente que darle un golpe en el brazo por esto, pero la
conmoción en el rostro de la Madre Teresa en frente de mí, es
satisfacción suficiente. Pongo mi mano sobre mi boca para ocultar mi
risa.
Ella chisporrotea y jadea un par de veces antes de que finalmente
responda con enojo.
—Para su información, dijo la palabra m-i-e-r-d-a.
Los tres nos quedamos ahí mirándola divertidos.
—¿Y bien? ¿No vas a hacer algo al respecto? —pregunta cuando
nadie dice o hace nada.
—Lo siento, ¿acabas deletrear la palabra mierda? —Drew pide con
confusión.
—Sí, esa es la palabra que Gavin dijo —le dice ella.
Drew se echa a reír. Fuerte, revienta y ríe en voz alta.
—Oh Dios, me hiciste totalmente ir allí por un minuto —le dice a
Drew entre risas—. Realmente pensé que G-man iba a estar en
problemas.
Las otras madres deben haber oído la conmoción y se acercan a
formar parte de nuestro pequeño grupo.
—Yo debería haber sabido que no harías nada al respecto. Quiero
decir, es obvio que no sabes la primera cosa sobre ser un buen padre.
Las habilidades de padre que has mostrado son espantosas. Dejar a tu
niño fuera de control, hablando como un camionero veterano o un
marinero. La gente real no habla de esta manera entre sí. La cantidad de
veces que he escuchado la palabra vagina, por sí sola es un shock. Si
todo este despliegue era una historia que estaba leyendo, sería un
decepcionante ‘no terminó para mí’.
¡Oh no, ella no lo hizo!
Me quedo ahí por un par de minutos con la boca abierta en
estado de shock, mientras que las otras madres perfectas suben al carro
de “tú eres una madre de mierda” y asienten con sus acuerdos. Estas
mujeres son verdaderas piezas de trabajo. Quiero decir, yo sin duda
hablo de ustedes a sus espaldas, pero nunca sería tan mala y perra en la
cara o decir algo para herir sus sentimientos.
Hasta ahora.
Zorras, se han met ido con la mujer embarazada incorrect a.
—Oh, lo siento. No me di cuenta que han acaparado el mercado
de crianza perfecta. ¿No está tu hijo sentado en el suelo allí comiendo
sus mocos y nombrando a sus pedos? Un genio real que tienes en tus
manos ahí. Y tú —digo, dirigiéndome a uno de los otros—. Tu hijo me dijo
cuando llegó aquí que no se le permite comer azúcar procesada, flor
blanca, número de colorante rojo cinco, o ver a Bob Esponja porque es
demasiado violento. ¿No es él el que está sentado en la silla junto a la
puerta meciéndose hacia adelante y hacia atrás cantando “Odio a los
humanos”? Mi hijo puede ser un bocazas, y él puede decir cosas
inapropiadas de vez en cuando, pero soy una maldita buena madre. Me
acabo de enterar hoy que mi hijo obtuvo calificaciones más altas en las
pruebas de su jardín de infantes que todos sus pequeños tontos juntos. Él
puede ver a Bob Esponja, comer azúcar, y puede recoger las frases que
los adultos que lo rodean dicen, pero puedo garantizarles que cuando
sea mayor, no vas a encontrar una cabeza humana en su congelador,
como el pequeño Johnny allí, quién está golpeándose la cabeza contra
el cristal desde hace una hora, debido a que está en shock por tener un
pedazo de pastel, por primera vez en su vida. Y para tu información, la
gente real en realidad habla así. Gente muy simpática que tienen
amigos impresionantes no tienen gigantes pegados en el trasero como tú
obviamente haces.
Carter se inclina cerca de mi oído. —¿Gavin anotó bien en sus
pruebas?
—Lo sé, sorpresa total para mí también. Obviamente no recibió sus
cerebros de nosotros —le susurro.
Me doy la vuelta y me doy cuenta de que todas las mujeres se han
dispersado de nuest ro pequeño y divertido pow-pow, agarraron a sus
hijos, y se escabulleron por la puerta sin decir nada más.
—Ah, y por cierto, probablemente deberíamos mirar en algunos de
los nuevos jardines infantiles —declaro.
Traducido por Valen Drtner & Amy Roose
Corregido por Wonderland.
***
36
Lap dance: es un baile de tipo sensual que ha alcanzado popularidad en los clubes y salas eróticas de
Europa y Estados Unidos.
Verla feliz y sonriente confirman mi decisión de hacer esto ahora,
de esta manera exactamente. Si sólo pudiera conseguir la imagen de
Claire bailando con otra mujer fuera de mi cabeza.
¡Maldit o seas, pene, no est ás a cargo est a noche! Tómat e un
descanso, vuelve a dormir, nada que ver aquí.
—Aunque me duele decir esto, el baile erótico puede esperar, pero
me vas a probar ahora mismo que todavía eres bueno en el beer pong.
Las pelotas de ping-pong están frente a ti. Coloca tu bola en tu boca —
dice levantando su ceja.
—Hmm, eso no suena justo, pero creo que me gustaría intentarlo —
le digo encogiéndome de hombros. Agarra una de las pelotitas
alineando su tiro y rebota en el borde de la primera taza, aterrizando en
una detrás de ella.
—Sí, eso era lo que quería —dice burlándose mientras yo retiro la
pelota y me tomo la leche. Dejo a un lado el vaso vacio y agarro mi
propia pelotita apuntando mientras trato de mantener mi mano sin que
se mueva, sé que tengo que hacer tantos tiros como pueda para que
esto funcione de la manera que quiero que lo haga. Lanzo la pelota y se
hunde justo en el vaso que tenía más cerca, dejo escapar un suspiro
mientras quita la pelota y bebe del vaso.
—Tiro de suerte —dice después de tomarse la leche.
—Te amo más de lo que pensé que fuera posible —digo
suavemente cuando deja el vaso a un lado, ella inclina la cabeza a un
costado y me sonríe.
Agarro otra pelota y la tiro antes de que pueda decirme otra cosa.
La pelotita cae en otro vaso frente a ella, agarra el vaso y toma de él.
—Te amo porque me haces reír y me haces querer ser un mejor
hombre.
Ya tenía otra pelota en la mano cuando Claire todavía no había
terminado su vaso, me mira con los ojos abiertos cuando la pelota hace
pop sobre un vaso de la misma línea y vacila antes de tomarlo, espero a
que ponga el vaso en su boca y hablo nuevamente—: Te amo porque
cada día me sorprendes.
Una lágrima se escapa de uno de sus ojos mientras tiro otra pelota
dentro de otro vaso, nunca había jugado tan bien a esto en mi vida.
Supongo que es lógico ya que este es el único juego en el que estoy
jugando por mi vida.
Toma el vaso y lloriquea antes de beberlo.
—Te amo porque eres la mejor madre en el mundo.
Una pelota más, y esta era la que contaba, contuve la respiración
hasta que cayó en el vaso y caminé alrededor del mostrador y esperé a
que terminara su vaso.
Un jadeo salió de su boca cuando lo deja y siente un ruido,
entonces se lleva el vaso a la boca y mira al fondo, me pongo de
rodillas.
Sacudiendo las manos mete sus dedos en el vaso y saca el anillo
con el diamante que había estado cargando en mi bolsillo por meses, se
mueve para poder mirarme y jadea nuevamente cuando v e dónde
estoy.
—La primera vez que hicimos esto cuando uno embocaba la
pelotita el otro tenía que decir algo sobre sí mismo, yo me acuerdo que
me contaste que tu color favorito era el rosado y que mirabas la película
“Girls Just Want To Have Fun” una vez al año porque te daba nostalgia
los años en los que Sarah Jessica Parker no se veía como un troll.
Claire ríe entre las lágrimas que ahora salían de sus ojos.
—Esta vez necesito que sepas por qué te amo, me quise casar
contigo desde la primera vez que te volví a ver, quería ponerme de
rodillas y que nunca me dejes, debería haberlo hecho y no haber
esperado tanto tiempo, no hay otra persona con la que me pueda
imaginar pasando el resto de mi vida, quiero enseñarle cosas
inapropiadas a nuestros hijos contigo por siempre, Claire Donna Morgan
¿puedes por favor, por favor casarte conmigo y amarme por el resto de
tu vida?
Ella se inclina y me abraza, sollozando mientras dice la palabra
que he estado esperando escuchar de ella.
—¡Sí! —me separo un poco y tomo el anillo que tiene en su mano,
se lo pongo en su dedo pero nuestro momento feliz es interrumpido
segundos después por Gavin corriendo a la cocina.
—¡Mamá!, ¡adivina qué! ¡Me trague una moneda! —Anuncia él,
Claire y yo nos separamos el uno del otro y giro para ver a todos nuestros
amigos y el padre de Claire de pie en la puerta vistiendo la camiseta que
había elegido que decía: "Jugué beer pong y todo lo que conseguí fue
esta camiseta malísima, estar embarazada, y un prometido".
—Lo siento, Carter, no me resistí a la remera y creo que fue
apropiada a la manera en que se lo pediste —Liz dijo con una sonrisa.
—Esperen, perdón pero, ¿Gavin acaba de decir que se trago una
moneda? —dice Claire sacándose las lágrimas de sus mejillas.
—Bueno sí, no lo sabemos, creemos que se tragó una moneda, no
estamos muy seguros —explica Drew—. Dijo que quería caramelos,
entonces Liz puso su bolso en el piso porque estaba segura de que tenía
un paquete de Tic Tac en el fondo, él empezó a revolver el bolso y a
meterse cosas en la boca antes de que viéramos qué estaba haciendo,
según él, se tragó una moneda, pero los niños mienten —Gavin pisotea el
piso.
—¡TU ERES EL MENTIROSO GRAN GORDO PAVO!
—No soy gordo, soy puro musculo, dejemos las cosas claras —
discute Drew.
—Bien ¿alguien puede decirme si mi niño realmente se tragó una
moneda? —pregunta Claire alto poniéndole un fin a la discusión.
—Bueno, googleé “chicos tragándose monedas” y te quedaras
impactada sobre cuántos resultados me salieron —dice Liz—. Igual,
mientras que la moneda esté echa después de 1982 él estará bien. —
Claire me mira fijamente por unos momentos y luego explota.
—¿Qué mierda?
—¡Mamá! —la regaña Gavin.
—Lo siento, ¿Qué M-I-E-R-D-A significa E-S-O y qué haremos A-H-O-
R-A? —Ella se ha convertido oficialmente en una de las madres perfectas,
deletreando las palabras que ni siquiera hay que explicar porque está
tan asustada, no va a ser feliz con esto.
—Está bien, Claire, usé mi detector de metales en él y la moneda
no estaba allí —declaró George.
—¿Ustedes me están jodiendo verdad? ¿Saben que está esa cosa
fantástica llamada hospital donde pueden ir, verdad? —pregunta.
—Caminé hacia arriba en ambos sentidos en una tormenta de
nieve sin zapatos solo para llegar a la escuela cuando tenía su edad, y
comí virutas de metal por diversión. Un poco de cobre no va a hacerle
daño —sostiene George.
—A menos que la moneda esté hecha después de 1982 porque
entonces se hace con suficiente zinc para derretir el esófago —dice Drew
con toda la naturalidad del mundo—. Y estoy casi seguro de que ya
debería de haber pasado, así que él está bien. —Claire se agacha al
lado de Gavin y lo empuja a sus brazos
—Cariño, ¿cómo te sientes? ¿Te duele tu barriguita? —le pregunta.
—Mi barriga está bien, papá dice que tengo que soltar los dulces y
ver si hay dinero, ¡puedo hacer caca con dinero! —dice emocionado.
—Yo desearía poder defecar plata —se queja Drew, me agacho al
lado de Gavin y de Claire juntándolos a los dos en mis brazos.
—Solo para que los sepas, escapamos —le dije a ella.
—Gracias Dios —respondió.
Traducido por Blaire Grey & Sofí Fullbuster
Corregido por SammyD
***
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***
—Sólo recuerda, Carter, cuando el bebé esté fuera, te llamaremos
aquí, al pie de la mesa de operaciones, así lograrás tomar fotos y
observar a tu pequeño ser limpiado, medido y pesado. Pero no lo olvides,
lo que sea que hagas, no mires a Claire —advierte el médico.
—¿De qué demonios está hablando? —susurra Carter, inclinándose
hacia mi oído.
Estoy atada a la mesa de operaciones con mis brazos extendidos
en una T a cada lado de mí. Una enorme, cortina azul está unida a
postes para intravenosas a ambos lados de la mesa y puesto
estratégicamente de modo que no consigo ver más allá de mi pecho.
Cuando tuve mi cesárea con Gavin, me pregunté cuál era el gran
problema por colocar esta cortina. Quería ver qué sucedía ahí abajo y
asegurarme de que no lo arruinaran. Luego, un par de meses después,
había visto una cesárea en el canal médico y casi vomité. NO es algo
que alguna vez quieras ver ser hecho en ti misma, recuerda mis palabras.
—Estoy bastante segura de que no quieren que me mires con
todos mis intestinos colgando por todo el lugar y enloquezcas —le digo a
Carter.
—De acuerdo, Claire, vas a sentir un montón de jaloneos mientras
sacamos al bebé —me dice el médico.
Definitivamente recuerdo esta parte de la primera vez. Sin dolor,
pero en serio malditamente extraña. Como si alguien está agarrándose a
la piel de tu estómago con ambas manos y tirándola por todo el lugar. El
hecho es que sé que hay un hombro del médico profundo dentro de mi
estómago en este momento lo que es más doloroso.
Carter se sienta en un banco al lado de mi cabeza junto al
anestesiólogo y sigue alisando un par de mechones solitarios de cabello,
que se han escapado del gorro del hospital, alejándolos de mis ojos.
Continúa preguntándome como estoy y besa mi frente cada pocos
segundos, diciéndome cuánto me ama y cuán orgulloso está de mí. Es
tan fuerte y soy una vez más recordada de cuán afortunada soy de tener
este maravilloso hombre en mi vida.
—Bien, Carter, ten tu cámara lista. Cuando diga la palabra, puedes
colocarte de pie y apuntar tu cama sobre el borde de las mantas para
tomar una foto —dice el doctor.
—Trata de no incluir mis órganos internos en la foto. Ellos no
fotografían bien —le digo a Carter.
Juguetea con la cámara digital y la prepara. Miro hacia atrás a su
cara al revés y lo veo sonriend o de oreja a oreja. Todo sobre el año
pasado desde lo bueno y lo malo hasta lo feo, todo lo vale por este
momento justo aquí. Carter se había perdido de ver el nacimiento de
Gavin y el hecho aún me entristece. Pero está aquí ahora y espero que
ver a este próximo bebé nacer, alivie algo el dolor para él.
—¡El bebé está afuera! ¡Y es una niña! —grita el médico—. ¡Toma tu
foto, papá!
Carter se levanta de un salto y sujeta la cámara por encima de su
cabeza, haciendo rápidamente una foto antes de volver a sentarse
directamente y dejar una lluvia de besos por toda mi cara mientras lloro.
—¿Una niña? ¿Estás seguro? ¿Está bien? —pregunto a través de las
lágrimas.
El siguiente sonido que oímos es el lamento de un par de saludables
pulmones.
Carter se ríe a través de sus propias lágrimas y continúa alejando
las mías con besos.
—¡Oh, nena, lo hiciste! Estoy tan orgulloso de ti. ¡Tenemos una niña!
El anestesista hace algunos ajustes en mi vía intravenosa ahora que
el bebé ha salido, y momentáneamente me pregunto si estaría bien que
simplemente empezara a cantar “¡Morfina, morfina, morfina!” realmente
alto.
—Regresa a ver a tu niña, papá —dice una de las enfermeras.
Carter me da un beso más en la mejilla antes de levantarse y
empezar a rodear el palo de la vía intravenosa para caminar hacia el
final de la mesa de operaciones.
—Carter, no lo olvides, no mires mi…
—¡¡¡Oh, Jesucristo!!! ¡¿Eso son sus intestinos?! ¡¿Qué demonios es
eso?! ¡¡¡Oh Dios mío!!!
Oigo el sonido de tenis chirriando sobre el suelo mientras las
enfermeras probablemente corren al lado de Carter para alejarlo del
espectáculo de terror.
—Oh, mierda, ¿acabo de pasar encima de un tubo de sangre que
está drenándose de ella a un cubo? ¿Para qué demonios es eso?
Cuando te han hecho una cesárea, no hay mucho que puedas
hacer excepto estar allí tumbada y escuchar la conmoción de
alrededor. No es como si pudieras estar “Oye, Doc, ¿Puede darme un
minuto? Necesito levantarme y revisar a mi novio para asegurarme de
que no vomite sobre nuestro nuevo bebé”. Me habían puest o una
inyección espinal antes de esta cosa, lo que significa que estoy
entumecida del cuello para abajo. No soy nada bueno para nadie
ahora mismo.
—¡Te dijeron que no miraras! —le grito a Carter.
—¡Esa es la cosa número uno que no debes decirle nunca a nadie!
Por supuesto que si me dices que no mire voy a mirar. Oh, Dios mío,
Claire, creo que vi tu bazo apoyado en tu pecho.
La siguiente cosa que sé es que Carter está justo a mi lado
sosteniendo un diminuto y perfectamente envuelto bebé. Ella parece un
burrito, envuelta estrechamente en su manta blanca, azul y rosa del
hospital y con su gorrito de bebé rosa sobre su cabeza.
Carter la trae junto a mí y la deja sobre la almohada al lado de mi
cabeza, así puedo besar su mejilla.
—Oh, Dios mío, es perfecta —lloro mientras miro fijamente su rostro
dormido.
—Bueno, casi perfecta. Pero creo que tiene elefantiasis de la
vagina —dice Carter en voz baja.
Me río y extiendo un brazo para acariciar su suave y rosada mejilla.
—Eso es normal. Todos los bebés tienen los genitales ampliados
cuando nacen —dice una de las enfermeras mientras pasa junto a
nosotros para coger algo de un cajón que hay contra la pared.
—Oh, sí, deberías haber visto el tamaño de las bolas de Gavin
cuando nació. Jesús. Podría haberle cabido un pequeño país en esas
cosas —digo.
—Oye, probablemente era la forma en que se suponía que iba a
nacer. Ya sabes, siguiendo a su padre, y todo eso —dice Carter mientras
se inclina y besa la mejilla de nuestra niña antes de besar la mía.
—Bueno, papá, si quieres ir con tu niña por el pasillo hasta la
guardería, puedes ayudar a darle su primer baño y comunicarles la
buena noticia a sus familiares —dice el doctor—. Tendremos a Claire en
recuperación alrededor de unos cuarenta y cinco minutos. Tenemos que
coserla.
Una enfermera viene y levanta a nuestra niña y la coloca en la
cuna con un cartel en la punta que dice: “Sophia Elizabeth Ellis, 3 kilos 483
gramos.
Me niego a un nombre de Los Soprano, pero accedí a permitir que
Carter eligiera un nombre italiano.
—Te amo mucho —me dice Carter, ahuecando su mano contra mi
mejilla e inclinándose sobre mi cabeza para besar mis labios al revés.
Giro la cabeza y observo al amor de mi vida caminar detrás del
moisés que contiene a nuestra nueva hija.
Cuando se han ido, cierro los ojos e intento disfrutar de la morfina
que corre por mis venas y cuento todas las increíbles bendiciones que me
han sido concedidas. Desafortunadamente, pierdo la cuenta. A medida
que el doctor me cose, él y las enfermeras cuentan en voz alta, y es una
gran distracción. Yo había preguntado durante la cesárea de Gavin qué
demonios hacían, y me dijeron que tenían que contar todos los
instrumentos y esponjas para asegurarse de que ninguno se quedaba
atrás. En ese momento pensé que sería divertido empezar a decir
números aleatorios en voz alta para ver si rompía su concentración. Dos,
siete, uno, quince, treinta y cinco. Pero luego me di cuenta de que no
sería divertido si fuera la cavidad de mi cuerpo en donde perdieran esas
cosas. Es divertido al ser otra persona, no tanto si tengo que volver al
hospital seis meses después porque hay un par de tijeras pegado a mi
riñón o porque estoy cagando esponjas.
Bloqueo el incesante zumbido del recuento y pienso acerca de lo
perfecta que es mi vida ahora. No puedo esperar a que Gavin conozca
a su nueva hermanita, y en realidad estoy emocionada de enseñársela a
los padres de Carter. Es un cara o cruz a pesar de si soy o no tan feliz
porque sé que los próximos cuatro días pasarán estando muy bien
servida con morfina y vicodin para animarme, por si alguna vez siento la
necesidad de rajar mis propias muñecas.
El hombre al que amo más que a nada quiere casarse conmigo,
tenemos un niño increíble que nos mantiene alerta, una nueva y
saludable niña, y la mejor familia y amigos. De acuerdo, tal vez no los
mejores. Tolerables. La vida es buena. Nada puede arrebatarme este
sentimiento ahora mismo a menos que el anestesista cierre mi goteo de
morfina. Únicamente le quitaré su virilidad si eso sucede. Estoy segura de
que el doctor puede encontrar un bisturí extra en mis intestinos para mí.
—Vaya, ¿podría echar un vistazo a eso? —oigo decir al doctor.
—Oh, ¿qué pasa? —pregunto.
—¿Puede alguien conseguirme una cámara?
Está bien, eso no es algo que requiera oír cuando tu estómago está
abierto y atada a una cama.
Que alguien baje la jodida sábana. Me importa un culo de rat a si
puedo ver a t ravés de mi estómago y mi vagina. Incluso t e ayudaré a
volver a rellenar esa mierda.
Puedo oír algunos susurros, lo cual me incomoda un poco. Quiero
decir, ¿Sobre qué podrían estar posiblemente susurrando? ¿Hay otro
bebé allí dentro sobre el que nadie sabía? ¿Han encontrado otro
estómago? Quizás se suponía que iba a tener una gemela y me la comí.
¿Han hallado a mi hermana gemela? ¿Les está mirando ahora mismo
como “¿Qué demonios, gente?” Sacarme de aquí. Tengo veinticinco
años y soy del tamaño de un puño. ¿Parezco cómoda?
Siempre he querido una hermana. Puedo llevarla por ahí en mi
bolso como Paris Hilton lleva a su perro. Puedo colocarla sobre mi hombro
y ella puede ser como el ángel bueno que me dice qué decisiones debo
tomar.
¿Pero qué pasa si es mala? Veinticinco años es mucho tiempo para
estar dentro del estómago de alguien. Incluso Jesús mismo
probablemente dejaría caer unas cuantas malas palabras acerca de
esas tonterías. Ella puede sentarse en mi hombro y simplemente lanzarle
insultos a todo el mundo.
—¿Estás cansada? Vete a la mierda. Yo he usado un útero como
almohada durante veinticinco años.
—He hecho cacas más grandes que tu pene. Y he tenido que
hacerlo dentro de un estómago con un bebé mirándome.
—Eres tan feo que ni siquiera te dejaría follar mi diminuto y fosilizado
coño.
Mmmmm, est a morfina es deliciosa. Como galletas de marihuana y
vodka, pero sin t odos los ext raños efect os secundarios como
alucinaciones y charlas locas. Me encant a la morfina. Es t an bonita.
—Oh, no te preocupes —responde finalmente el doctor—.
Simplemente es que tu útero tiene una forma extraña ahora mismo.
Tenemos una pared de fotografías de los órganos de la gente en mi
oficina y es un poco como cuando alzas la mirada al cielo y adivinas de
qué tienen forma las nubes. Excepto que lo hacemos en mi oficina con
imágenes de placenta y úteros. Sólo tomaré una rápida fotografía
instantánea y a terminar de coserte.
No, eso no es en absolut o extraño. Doc, ¿Puedes aument arme la
morfina?
—Así que, ¿a qué se parece? —pregunto.
¿Realmente quiero saber la respuesta a esto? Las drogas dicen sí,
pero el cerebro dice no.
—En realidad parece una cara. Y está sonriéndonos.
¡Oh, Dios mío, marica! ¡Voy por t i, marica!
—¡Mierda!
Traducido por MaryLuna
Corregido por Melii