Está en la página 1de 91

Colección de Textos

sobre Derechos
Manos
UNIDAD I. GRUPOS VULNERABLES

1.1 ¿Qué es vulnerabilidad?


1.2 Grupos vulnerables
1.2.1 Personas de la tercera edad
1.2.2 Personas detenidas
1.2.3 Personas con discapacidad
1.2.4 Mujeres
1.2.5 Niños y niñas
1.2.6 Pueblos indígenas
1.2.7 Persona con enfermedad mental
1.2.8 Personas con VIH/SIDA
1.2.9 Trabajadoras (es) migrantes
1.2.10 Minorías sexuales
24
II. APROXIMACIÓN AL CONCEPTO
DE VULNERABILIDAD
[…] la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por
base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los
derechos iguales e inalienables de todos los miembros de
la familia humana.
Declaración Universal de Derechos Humanos
(Preámbulo)
1. ¿Qué es la vulnerabilidad?
La Real Academia de la Lengua Española33 define como
vulnerable (del latín vulnerabĭlis) a quien “puede ser herido
o recibir lesión, física o moralmente”.
Así, siempre que una persona se encuentre en una
condición en virtud de la cual pueda sufrir algún tipo de
daño, está bajo una situación que la enfrenta a la vulnerabilidad.
Por tanto, la vulnerabilidad es un estado de riesgo al
que se encuentran sujetas algunas personas en determinado
momento.
La vulnerabilidad representa un estado de debilidad
provocado por la ruptura del equilibrio, que lleva a la persona
o al grupo de personas a una espiral de efectos negativos.
34
Ésta tiene su origen en la noción de riesgo, es decir, en
la probabilidad de que ocurran determinados acontecimientos
no previsibles, que puedan generar consecuencias
negativas significativas sobre ciertas personas o comunidades,
aumentando, incluso, su peligrosidad (en virtud de su
magnitud, frecuencia, duración e historia), lo que condiciona
el estado de vulnerabilidad.35
33 Real Academia de la Lengua Española, op. cit.
34 Cf. Jacques Forster, “Invertir la espiral de la vulnerabilidad”, Revista Internacional de
la Cruz Roja, p. 328.
35 Cf. Karin Heitzmann et al ., “Criterios para evaluar las fuentes del riesgo y de la
vulnerabilidad”, p. 8.
Grupos en situación
de vulnerabilidad
25
Cuando dicha vulnerabilidad o estado de mayor riesgo
se presenta debido a condiciones o características individuales
o de aspectos esenciales de una persona, o la imposibilita
para satisfacer sus necesidades básicas o defender
sus derechos, estamos frente a un posible acto de discriminación
contrario a la dignidad humana que, de ejecutarse,
resultará en una violación a sus derechos humanos y libertades
fundamentales. En otras palabras, “la vulnerabilidad
es la condición de ciertas personas o grupos por la cual se
encuentran en riesgo de sufrir violaciones a sus derechos
humanos”.36
Ésta no se limita a la falta de satisfacción de necesidades
materiales, sino que incluye conductas discriminato rias;37
es decir, actos injustos de intolerancia y rechazo a una persona
o grupo de personas por ser quienes son, como resultado
de prejuicios originados por la ignorancia, el miedo
irracional, cuestiones culturales, formación, etcétera.
Vemos que la vulnerabilidad nace o se incrementa por
intolerancia originada en prejuicios sociales contra determinados
grupos de personas, en función de su condición de
clase, origen étnico, preferencia sexual o cualquier otro rasgo
o característica. Esos prejuicios dan origen a prácticas discriminatorias
que constituyen un serio obstáculo para garantizar
el respeto a la dignidad y los derechos humanos.38
Por eso, al no atacar las prácticas de discriminación, se
genera una cadena interminable de violación de los derechos
de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad,
pues éstos les siguen siendo conculcados o
negados; ellas son sometidas a mayor riesgo y, en consecuencia,
se legitiman y perpetuan la vulnerabilidad y la
marginación.39
36 Ricardo Hernández Forcada y Héctor Eloy Rivas Sánchez, El VIH/SIDA y los
derechos humanos. Guía básica para educadores en derechos humanos , p. 11.
37 Cf. J. Forster, op. cit., p. 329.
38 Cf. R. Hernández Forcada y Héctor Eloy Rivas Sánchez, op. cit., p. 11.
39 Idem.
Personas Detenidas:
La detención es una medida cautelar personal que consiste en la privación temporal de
la libertad ambulatoria ordenada por una autoridad competente.
Tiene como finalidad la que establece la ley que, normalmente, consiste en la puesta a
disposición de una persona ante el juez. Entre las causas que dan lugar a la detención se
encuentran haber cometido un delito o ser sospechoso de ello o ser interrogado, quebrantado
su condena, fugado estando detenido o en prisión preventiva, o porque de otra manera su
comparecencia judicial se pudiere ver demorada o dificultada. Habitualmente existen límites y
requisitos legales, como plazos y formas, que es necesario cumplir.
La diferencia entre la detención y el secuestro está en el sujeto que realiza la privación de la
libertad. En el caso de la detención, la realiza una autoridad o un particular en el ejercicio de
sus competencias.
La detención es por definición una situación temporal. Debe desembocar finalmente en la
puesta a disposición de la persona detenida ante el juez, o bien en la puesta en libertad
pasado el plazo máximo de detención autorizado por la ley.
El motivo de dicha temporalidad es que la detención se realiza normalmente en una fase en la
que no existe todavía una decisión judicial que permita la privación de la libertad (ya sea a
través de la prisión preventiva o, mediante la condena a una pena privativa de libertad).
Al no haber habido decisión judicial, no ha habido tampoco posibilidad de que el detenido
ejerza su derecho a la defensa. Si la situación de detención se prolongase indefinidamente, se
podrían conculcar los derechos fundamentales de la persona sin que hubiese ningún control
judicial (tal y como ocurre en estados no democráticos, o en situaciones de guerra o de vacío
legal).
Detención ilegal es aquella realizada sin cumplir los requisitos que legalmente se establezcan.
Supone un abuso de autoridad, y en los estados de derecho existen medidas para defenderse.
Al procedimiento para solicitar la interrupción de una detención ilegal se le denomina habeas
corpus.
Requisito indispensable de la detención ilegal, que el agente ha de obrar con dolo, es decir,
saber que está cometiéndola y aun así realizarla.
El número de personas huyendo de conflictos y persecuciones está aumentando. Muchos
países están tomando medidas severas para desalentar a las personas que desean solicitar
asilo. Una de las más controvertidas es la de confinar a los solicitantes de asilo en centros de
detención. Es importante comprender el impacto que tiene la detención en la salud de estos
solicitantes, quienes ya de por sí poseen altos índices de traumas previos a su migración,
debido a su exposición a la guerra, genocidio o encarcelamiento. Estas experiencias los hacen
vulnerables a tener problemas de salud, y confinarlos puede empeorar dichos problemas.
Una revisión sistemática de 9 estudios realizados en Reino Unido, Japón, Canadá y Australia,
comparó a los solicitantes detenidos con lo que no lo fueron. Los resultados indican que la
detención tiene un impacto negativo en la salud mental de los solicitantes. Los niveles de
trastorno por estrés postraumático, depresión, y ansiedad, antes y después de la liberación,
fueron más altos entre los solicitantes de asilo detenidos comparados con los que no lo fueron.
Los formuladores de políticas deberían entonces considerar otras opciones que sean menos
dañinas que la detención, y monitorear las opciones que restringen la libertad de circulación.1
2. Mujeres
Artículo I. La mujer nace libre y permanece igual al hombre
en derechos... (Declaración de los Derechos de la
Mujer y de la Ciudadana)
Olimpia de Gouges, 1791
Conforme a los datos obtenidos por el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía durante el Censo de Población y Vi-
96 Realizada del 14 de octubre al 23 de noviembre de 2010 por el Consejo Nacional
para Prevenir la Discriminación y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México con el objeto de conocer y registrar
las percepciones y actitudes discriminatorias existentes en México, y saber qué
opinan quienes se enfrentan y se han enfrentado históricamente a las consecuencias
directas de la discriminación. Cfr. Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación,
Encuesta Nacional sobre Discriminación en México. ENADIS 2010. Resultados
generales, op. cit., pp. 6-8 y 13
97 Ibid., pp. 18 y 38.

Colección de Textos
sobre Derechos Humanos
46
vienda 2010,98 en ese año México tenía una población total
de 112,336,538 personas, de las cuales 57,481,307 eran
mujeres (51.17 %) y 54,855,231 eran hombres (48.83 %). 99
Como decíamos en su momento, cuando hablamos de
las mujeres como grupo en situación de vulnerabilidad claramente
no nos referimos a una minoría numérica, sino a
un sector de la población que históricamente ha sufrido actos
de discriminación sólo por cuestión de género.
Se ilustra lo anterior con el reporte de resultados de la
Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010,
según el cual 94.8 % de la población piensa que, en mayor
o menor medida, las mujeres mexicanas sufren violencia
física,100 frente a 4.3 % que asegura que las mujeres no son
golpeadas en este país.101
Además, a nivel nacional, frente a 78.4 % que sabe que
las mujeres no deben ser agredidas físicamente, 5.4 % considera
que “se justifica” golpear a una mujer debido a infidelidad;
0.8 % “por desobedecer a su esposo o a sus padres”,
0.8 % “cuando se lo busca, lo provoca o hay un motivo”, 0.7 %
“cuando comete un error o hace algo mal” y 7.6 % “no lo
sabe”; además, 3.2 % no contestó.102
Así pues, en pleno siglo XXI seguimos presenciando el
fenómeno de la desigualdad por motivos de género, y en
98 Realizado del 31 de mayo al 25 de junio de 2010.
99Vid. Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Censo de Población y Vivienda
2010, disponible en http://www.inegi.org.mx (Última consulta: 10 de julio de
2012).
100 Se aclara que, conforme a la ENADIS 2010, 62.8 % de las personas encuestadas
consideran que en México a las mujeres se les “pega mucho”; 22.6 % dice que se
les pega “algo”, y 9.4 % contestó que se les pega “poco”. No obstante, para esta
referencia se agruparon —sumando los porcentajes sin alterarlos— las respuestas
de “mucho”, “algo” y “poco” porque —en el criterio de quien escribe— aceptar
la existencia de “mucha” o “poca” agresión física contra las mujeres implicaría
una aceptación parcial del derecho a una vida sin violencia.
101 Cf. Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Encuesta Nacional sobre Discriminación
en México. ENADIS 2010. Resultados generales , op. cit., p. 28.
102 Vid. “¿En qué ocasiones se justifica pegarle a una mujer? Resultado nacional”, en
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Encuesta Nacional sobre Discriminación
en México. ENADIS 2010. Resultados sobre zonas metropolitanas: Ciudad de México,
Guadalajara y Monterrey, p. 85.
Grupos en situación
de vulnerabilidad
47
todo el mundo se observan evidencias de que las mujeres se
enfrentan a un riesgo mayor de ver sus derechos fundamentales
violados, lo que significa que el Derecho otorga a las
mujeres una “protección de menor seriedad e intensidad”.103
Lo cierto es que, en general, las mujeres se enfrentan a
grandes rezagos producto de muchos años de discriminación
y, aun cuando han alcanzado conquistas que les permiten
mostrar su potencial, todavía no se encuentran en la
situación que les corresponde.104
Claro ejemplo de esta situación es la subsistencia de
prácticas discriminatorias contra la mujer en el trabajo, que
repercuten negativamente en sus condiciones laborales.
Hablamos de salarios desiguales, roles y estereotipos de género,
barreras institucionales para ocupar cargos directivos
y falta de programas para conciliar la vida familiar y la laboral,
entre otras, a las que se suman el hostigamiento sexual y
el acoso laboral, que afectan el espacio de trabajo y deterioran
la productividad y la salud física y mental de la mujer.105
Sin embargo, genera esperanza saber que el papel tradicionalmente
desempeñado por la mujer en la sociedad
mexicana se ha ido modificando en forma drástica durante
las últimas décadas. Influyen en eso muchos factores, como las
transformaciones sociales y económicas en el mundo, que
han puesto a la mujer en el papel de proveedora parcial o
única del hogar. Esto reclama una urgente modificación en
las políticas públicas.106
103 Cf. Eduardo Ferrer Mac-Gregor y Fernando Silva García, “Homicidios de mujeres
por razón de género. El caso Campo algodonero”, en Armin von Bogdandy et
al., coords., La justicia constitucional y su internacionalización. ¿Hacia un Ius Constitucionale
Commune en América Latina?, pp. 259-260.
104 Cf. Instituto Nacional de las Mujeres, op. cit., p. 7.
105 Cf. Rocío García Gaytán, “Presentación”, en Instituto Nacional de las Mujeres,
op. cit., p. 5.
106 Cf. María Elena Álvarez de Vicencio, “Realidad de la mujer mexicana y propuestas
para mejorar su situación”, en Diego Valadés y Rodrigo Gutiérrez Rivas,
coords., op. cit., pp. 127-128.
Colección de Textos
sobre Derechos Humanos
48
A. El derecho a la igualdad de género
Comprendido el principio de igualdad y no discriminación,
y reconocida la igualdad entre hombres y mujeres, no debería
requerirse norma alguna, nacional o internacional,
que tuviera que especificar cuáles son los derechos de la
mujer,107 pues goza de todos los derechos humanos y, en
teoría, debería ejercerlos en igualdad de condiciones.
Pero a pesar de lo inaceptable que resulte, el Derecho
ha sido siempre un instrumento de control de la mujer, plagado
de un lenguaje que la excluye y la limita, y que, por la
misma dinámica con la que es diseñado, disminuye el goce
y ejercicio de sus derechos, tanto por ambigüedades como
por restricciones específicas.
En México la mujer no tuvo derechos políticos hasta
1947, cuando, por medio de la reforma al artículo 115 constitucional,
publicada en el Diario Oficial de la Federación
del 12 de febrero,108 se estableció el derecho de las mujeres
mexicanas a votar y ser votadas, pero sólo en las elecciones
de carácter municipal (es decir, no se le consideró apta para
decidir el futuro de su propio país).
Fue hasta el 17 de octubre de 1953 cuando se publicó
el Decreto109 del Poder Constituyente Permanente por el
cual se reconoció expresamente la ciudadanía de la mujer
mexicana, al reformar por primera vez el artículo 34 constitucional,
para quedar en los siguientes términos (hasta
1969, que se modificó lo relativo a la mayoría de edad110):
107 Salvopor aquellos, muy específicos, que en realidad son derechos exclusivos de la
mujer, como los relacionados con su salud sexual y reproductiva.
108 Decreto que adiciona el párrafo primero de la fracción primera del artículo 115
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
109 Decreto que reforma los artículos 34 y 115 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.
110 Según la reforma oficialmente publicada el 27 de diciembre de 1969, que estableció
los 18 años como edad para adquirir la ciudadanía, independientemente del
estado civil.
Grupos en situación
de vulnerabilidad
49
Son ciudadanos de la República los varones y las mujeres
que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los
siguientes requisitos:
I. Haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo
son, y
II. Tener un modo honesto de vivir.
Es decir, que la mujer mexicana fue reconocida como
ciudadana, en igualdad —formal— de condiciones que el
hombre mexicano, con personalidad jurídica propia y derecho
al voto activo y pasivo en todos los procesos electorales
del país.
Pero, como adelantábamos en el primer capítulo de
este trabajo, fue hasta el 31 de diciembre de 1974 cuando
se elevó a rango constitucional la igualdad de género, al
establecer específicamente que “el varón y la mujer son
iguales ante la ley” (artículo 4o., CPEUM), y el 14 de agosto
de 2001, cuando se prohibió constitucionalmente cualquier
forma de discriminación motivada, entre otras causas,
por el género (artículo 1o., CPEUM).
Además, la reforma de 2001 reconoció de manera expresa
el derecho de la mujer indígena a gozar de condiciones
de equidad respecto de los hombres, para elegir conforme
a sus normas, procedimientos y prácticas tradicionales, a
las autoridades o representantes para el ejercicio de sus formas
de gobierno interno (artículo 2o., apartado A, fracción III,
CPEUM).
Se anota que el 2 de agosto de 2006 fue publicada en
el Diario Oficial de la Federación la Ley General para la
Igualdad entre Mujeres y Hombres111 (en adelante, LGIMH),
la cual pretende proteger institucionalmente a las mujeres
y a los hombres que se encuentren en alguna situación
de desventaja por razón de sexo; regulando y garantizando
111 Reformada por última ocasión mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de
la Federación el 6 de marzo de 2012.
Colección de Textos
sobre Derechos Humanos
50
la igualdad de género, proponiendo lineamientos y mecanismos
institucionales para el cumplimiento de la igualdad
sustantiva en lo público y lo privado, y promoviendo el empoderamiento
de la mujer, bajo los principios de igualdad,
no discriminación y equidad (artículos 1o. a 3o., LGIMH).
Se trata de un marco legal para la creación de un Sistema
Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, y
de instrucción: al Gobierno Federal, de establecer una política
nacional en materia de igualdad; a los órganos legislativos
locales, de emitir normas en el mismo sentido; a los gobiernos
de las entidades federativas, de conducir la política
local en materia de igualdad entre hombres y mujeres; a los
gobiernos municipales, de implementar medidas congruentes
con dichas políticas, y a todos ellos de establecer bases
de coordinación para la integración y funcionamiento del
citado Sistema Nacional (artículos 8o. y 12 a 16, LGIMH).
Los objetivos de la política nacional cuya implementación
se ordena deben ser eliminar los estereotipos de género
y alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres en la vida
económica, la participación y la representación políticas, el
acceso y goce de los derechos sociales, la vida civil, el derecho
a la información y la participación social (artículos 33
a 45, LGIMH).
Además, México ha celebrado diversos instrumentos
internacionales que reconocen la igualdad de género y a la
mujer como titular de derechos humanos, fijando lineamientos
e instancias para la protección y garantía de los mismos.
Hablamos, entre otros, de la Convención Internacional para
la Represión de la Trata de Mujeres y Menores112 y su
Protocolo;113 la Convención Internacional Relativa a la Represión
de la Trata de Mujeres Mayores de Edad;114 la Con-
112 Adoptada por la Organización de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el 20
de septiembre de 1921.
113 Concluido en Ginebra el 30 de septiembre de 1921.
114 Aprobada por la Organización de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el 11
de octubre de 1933.
Grupos en situación
de vulnerabilidad
51
vención sobre Nacionalidad de la Mujer;115 la Convención
Interamericana sobre Concesión de los Derechos Políticos
a la Mujer;116 la Convención Interamericana sobre Concesión
de los Derechos Civiles a la Mujer;117 la Convención sobre
los Derechos Políticos de la Mujer;118 la Convención sobre
la Nacionalidad de la Mujer Casada;119 la Convención sobre
la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer120 y su Protocolo Facultativo,121 y la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do
Pará”.122
En septiembre de 1995 México participó en la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer, en Beijing, China, en
la que 189 gobiernos adoptaron la Declaración y la Plataforma
de Acción de Beijing, encaminada a eliminar los obstáculos
a la participación de la mujer en todas las esferas de
la vida pública y privada, mediante la definición de una
serie de objetivos estratégicos y que, para tal efecto, deben
adoptar los gobiernos, la comunidad internacional, las Organizaciones
No Gubernamentales y el sector privado.123
115 Adoptada por la Conferencia Internacional Americana, en Montevideo, Uruguay,
el 26 de diciembre de 1933.
116 Adoptada en la Organización de los Estados Americanos, en Bogotá, Colombia,
el 2 de mayo de 1948.
117 Adoptada por la Organización de los Estados Americanos en Bogotá, Colombia,
el 2 de mayo de 1948.
118 Adoptada por la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados
Unidos de América, el 31 de marzo de 1953.
119 Adoptada por la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados
Unidos de América, el 20 de febrero de 1957.
120 Adoptada por la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados
Unidos de América, el 18 de diciembre de 1979.
121 Adoptado por la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, Estados
Unidos de América, el 6 de octubre de 1999.
122 Adoptada por la Organización de los Estados Americanos, en Belém do Pará,
Brasil, el 9 de junio de 1994.
123 Cf. Centro de Información de las Naciones Unidas: México, Cuba y República
Dominicana, “Conferencias de las Naciones Unidas sobre la Mujer”, disponible
en http://www.cinu.org.mx/temas/mujer/confmujer.htm (Última consulta: 10
de julio de 2012).
Colección de Textos
sobre Derechos Humanos
52
Conforme a la Declaración de Beijing, los Estados firmantes
reconocen que los derechos de la mujer son derechos
humanos y se manifiestan decididos a promover la
igualdad, el desarrollo y la paz para todas las mujeres del
mundo, en interés de la humanidad, reconociendo que la
situación de la mujer no ha avanzado en aspectos importantes
y que persiste la desigualdad de género. Por ello, se
comprometieron a combatir las limitaciones y los obstáculos
que impidan a la mujer potenciar su papel y ejercer plenamente
sus derechos, incluida la participación en igualdad
en los procesos de toma de decisiones y en el acceso al
poder.
Se destaca el reconocimiento a la mujer, entre otros,
de los derechos a la igualdad legal, de oportunidades y de
acceso a recursos; la distribución equitativa de las responsabilidades
familiares; la erradicación de la pobreza; el
control de su salud y su fecundidad; el trabajo y alcanzar su
independencia económica; la prevención y eliminación
de la violencia, y la igualdad de género y de acceso a la
educación, la salud y la salud sexual y reproductiva.
Para ello, la Plataforma de Acción de Beijing estableció
los siguientes ejes estratégicos, todos directamente enfocados
en la atención a la mujer: pobreza; educación y capacitación;
salud; violencia en su contra; conflictos armados;
economía; ejercicio del poder y adopción de decisiones;
mecanismos institucionales para su adelanto; derechos humanos;
medios de difusión; medio ambiente, y niñas.
B. El derecho a la no discriminación
por motivos de género
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer,124 conocida por sus siglas
124 Adoptada por la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, Estados
Unidos de América, el 18 de diciembre de 1979, con vigencia internacional a
partir del 3 de septiembre de 1981; fue suscrita por México el 17 de julio de 1980,
Grupos en situación
de vulnerabilidad
53
en inglés como CEDAW125 (la cuales utilizaremos en lo sucesivo),
reafirma la dignidad humana y la igualdad de derechos
entre hombres y mujeres, y reconoce que ambos principios
son violados por la discriminación contra la mujer,
dificultando su participación en lo político, social, económico
y cultural en las mismas condiciones que el hombre,
en detrimento de su pleno desarrollo y del bienestar social
y familiar (Preámbulo).
La CEDAW define la discriminación contra la mujer
como (artículo 1o., CEDAW):
[...] toda distinción, exclusión o restricción basada en el
sexo, que tenga por objeto o por resultado menoscabar o
anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente
de su estado civil, sobre la base de la
igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y
las libertades fundamentales en las esferas política, económica,
social, cultural y civil en cualquier otra esfera.
Además, establece específicamente la obligación de
los Estados partes de reconocer la igualdad de la mujer y del
hombre ante la ley (artículo 15, CEDAW).
Por ello, los Estados partes condenan y convienen en
eliminar toda forma de discriminación contra la mujer, y
acuerdan tomar medidas para asegurar su pleno desarrollo
y adelanto, a fin de garantizarle el goce y ejercicio de sus
derechos humanos y libertades fundamentales, en igualdad
con el hombre (artículos 2o. y 3o., CEDAW).
Entre las políticas que se deben fijar para tal efecto son
válidas las de discriminación positiva, es decir, aquellas estrategias
temporales que permiten acelerar la igualdad de
facto —en oportunidad y trato— entre el hombre y la mujer,
aprobada por el Senado el 18 de diciembre de 1980, ratificada el 23 de marzo de
1981, publicada oficialmente el 12 de mayo de 1981, y vigente con la misma fecha
que en el ámbito internacional.
125 Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination against Women.

Colección de Textos
sobre Derechos Humanos
54
y que estarán vigentes hasta que se alcance dicho objetivo.
Asimismo, pactan modificar patrones familiares y socioculturales
de conducta de género para eliminar prejuicios, así
como suprimir la trata y explotación sexual de las mujeres
(artículos 4o. a 6o., CEDAW)
Con la intención de eliminar la discriminación contra la
mujer, se obligaron a garantizarle la igualdad con el hombre
para participar en todos los aspectos de la vida pública y política,
tanto nacional como internacional; ingresar a cualquier
nivel educativo; elegir la profesión en que desea desempeñarse;
tener acceso al trabajo, a la seguridad en el empleo y a una
retribución justa; el derecho a la salud; el acceso al crédito; la
participación en actividades de esparcimiento, deportivas y
culturales; el reconocimiento del trabajo no remunerado, y la
participación en todos los niveles del desarrollo rural y sus
beneficios (artículos 7o., 8o. y 10o. a 14, CEDAW).
También se comprometieron a asegurar a la mujer la
igualdad con el hombre en materia de derecho a la nacionalidad;
personalidad jurídica; capacidad de goce y ejercicio
de sus derechos; libertades de circulación y residencia;
estado civil y todo lo relacionado con el matrimonio (libre
elección, derechos y obligaciones, propiedad y disolución
del vínculo), y libre determinación sobre la maternidad y
crianza de hijas e hijos (artículos 9o., 15 y 16, CEDAW).
En congruencia, establecieron un Comité sobre la Eliminación
de la Discriminación contra la Mujer, el cual tiene
a su cargo examinar los informes de progresos en el
cumplimiento de la CEDAW que presenten los Estados partes126
(artículos 17 y 18, CEDAW).
En adición a los informes oficiales del cumplimiento
de los instrumentos internacionales vinculatorios, que son
126 Asícomo de recibir y considerar las comunicaciones presentadas por personas o
grupos de personas que se encuentren bajo la jurisdicción de alguno de los Estados
partes y aleguen ser víctimas de un violación, por ese Estado, de cualquiera de los
derechos establecidos en la CEDAW, o en nombre de esas personas o grupos de
personas (artículos 1o. y 2o. del Protocolo Facultativo, CEDAW).
Grupos en situación
de vulnerabilidad
55
de entrega obligada para los gobiernos de los Estados partes,
existen informes “alternativos” o “sombra” que, por iniciativa
de la Organización de las Naciones Unidas, presentan
las organizaciones de la sociedad civil, con la finalidad
de ofrecer a los Comités de Vigilancia una perspectiva distinta
a la oficial y, con ello, permitirles una mejor comprensión
de las condiciones de vida de la población.
Por tanto, con motivo del análisis de los Informes Oficiales
7o. y 8o. de México sobre el Cumplimiento de la
CEDAW, realizado el 17 de julio de 2012,127 más de 50 organizaciones
de la sociedad civil presentaron 18 informes “alternativos”
o “sombra” al Comité de la CEDAW. Ejemplo de
ello es el informe alternativo México. Atenco: 6 años de impunidad
por tortura sexual contra mujeres,128 relativo a los
casos de mujeres víctimas de tortura sexual en los municipios
de San Salvador Atenco y Texcoco, del Estado de México,
el 3 y 4 de mayo de 2006. En ese informe se denuncia el
incumplimiento de México de una recomendación emitida
por el Comité de la CEDAW a nuestro país para que otorgara
competencia de investigación al Fiscal Especial para la
Atención de Delitos Relacionados con Actos de Violencia
contra las Mujeres, de la Procuraduría General de la República.
De acuerdo con lo que indica el informe sombra en
cuestión, a más de seis años de los hechos no ha sido sancionado
penalmente elemento policiaco alguno y la Fiscalía
Especial, a pesar de tener facultades para investigar, declinó
su competencia en favor de las autoridades ministeriales
locales, los cuales “no han garantizado el acceso de las mujeres
a la justicia”.129
127 En el quincuagésimo segundo periodo de sesiones del Comité de la CEDAW,
celebrado en Nueva York, Estados Unidos de América.
128 Desarrollado por la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) y el Centro
de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro ProDH).
129 Cf. Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro ProDH) y
Organización Mundial contra la Tortura (OMCT), México. Atenco: 6 años de impunidad
por tortura sexual contra mujeres. Informe alternativo presentado al Comité de Naciones
Colección de Textos
sobre Derechos Humanos
56
Otro ejemplo es el Informe alternativo sobre la situación
de los derechos reproductivos de niñas, adolescentes y
mujeres en México,130 en virtud del cual se denuncia que, a
pesar de las múltiples recomendaciones generales que México
ha recibido del Comité de la CEDAW,131 no ha cumplido
sus obligaciones en materia de eliminación de la discriminación
contra la mujer en el ejercicio de los derechos a
la educación, al trabajo, a la salud y, en particular, a la salud
sexual y reproductiva (que comprende también la planificación
familiar).132
Por su parte, algunas organizaciones civiles133 remitieron
al Comité de la CEDAW una serie de cuestionamientos
en materia de mortalidad materna, reformas constitucionales,
protección a la maternidad, negación de servicios a víctimas
de violación sexual, anticonceptivos, educación se-
Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, disponible en http://
centroprodh.org.mx/ (Última consulta: 10 de junio de 2012).
130 Desarrollado por 26 organizaciones de la sociedad civil; entre ellas Fundar. Centro
de Análisis e Investigación, A. C.
131 México ha recibido del Comité de la CEDAW diversas recomendaciones generales
por incumplimiento o vicios en el cumplimiento en materia de presentación
de informes; campañas de educación y divulgación; reservas; mujeres con discapacidad;
violencia contra la mujer, e igualdad en el matrimonio y en las relaciones
familiares, entre otros ámbitos. Para mejor referencia, se sugiere ver el listado
completo en Observatorio Ciudadano de los Derechos de las Mujeres, “Recomendaciones
generales del Comité CEDAW a México”, disponible en http://
www.amdh.org.mx, Academia Mexicana de Derechos Humanos, Coordinación
de Humanidades y Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la Universidad
Nacional Autónoma de México (Última consulta: 10 de julio de 2012).
132 Cf. Fundar, Centro de Análisis e Investigación, A. C., et al., Informe alternativo sobre
la situación de los derechos reproductivos de niñas, adolescentes y mujeres en México , disponible
en http://fundar.org.mx/mexico/?p=7269 (Última consulta: 10 de julio de
2012).
133 Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE); Católicas por el Derecho
a Decidir; IPAS México; Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia,
A. C.; Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (DDSER); Consorcio
para el Diálogo Parlamentario y la Equidad; Balance: Promoción para el Desarrollo
y Juventud; Organización de Litigio Estratégico de Derechos Humanos
(Litiga OLE); Academia Mexicana de Derechos Humanos; Cátedra UNESCO
de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autónoma de México; Centro de
las Mujeres, A. C.; Centro de Mujeres Graciela Hierro, A. C., y Defensa Jurídic

y Educación para Mujeres “Vereda Themis”, A. C.


Grupos en situación
de vulnerabilidad
57
xual, situación de las y los jóvenes, derechos sexuales y reproductivos
de las mujeres privadas de la libertad y mujeres
con VIH.134
Como introducción a dichas preguntas, las organizaciones
refieren al Comité de la CEDAW que, a pesar de los
avances normativos en materia de derechos humanos que
en los últimos años se han alcanzado en México a nivel
constitucional federal, éstos no han sido implementados ni
se encuentran armonizados con los estándares internacionales
o con las legislaciones locales; refieren que, por ello y
por la persistencia de obstáculos estructurales para lograr la
garantía de los derechos de las mujeres y de políticas públicas
e instituciones con perspectiva de género o garantía de
protección de tales derechos, la situación de la mujer en
nuestro país sigue siendo precaria.135
Denuncian que uno de los ámbitos donde existen más
retos es en el de los derechos reproductivos de las mujeres,
niñas, jóvenes y adolescentes, cuya situación es de la mayor
preocupación de los mecanismos nacionales e internacionales
de protección de los derechos humanos, lo que ha
generado diversas recomendaciones en la materia al Estado
mexicano, que no han sido atendidas de manera cabal por
el gobierno mexicano.136
En otros informes alternativos presentados, las organizaciones
de la sociedad civil denuncian ante el Comité de
la CEDAW el alarmante incremento de homicidios y desapariciones
de mujeres mexicanas, así como la grave situación
en que se encuentran las mujeres en México debido a
violencia de género, feminicidio, trata de personas, mortalidad
materna, pobreza, asesinatos de periodistas y defen-
Cf. Grupo de Información en Reproducción Elegida, A. C., et al., Preguntas al Estado
134
Mexicano, disponible en http://www.gire.org.mx (Última consulta: 10 de julio
de 2012).
135 Idem.
136 Idem.

Colección de Textos
sobre Derechos Humanos
58
soras de derechos humanos, y vulneración de sus derechos
sexuales y reproductivos.137
C. El derecho a una vida libre de violencia
En 1992 el Comité de la CEDAW emitió la Recomendación
General 19. Violencia contra la mujer, donde señaló que la
violencia de género constituye discriminación en el marco
del artículo 1o. de la CEDAW que, conforme explicó, “incluye
la violencia basada en el sexo, es decir, la violencia
dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en
forma desproporcionada”, mediante la coacción, la privación
de la libertad y los actos —o amenaza de realizarlos—
que le generen daños o sufrimientos de índole física, mental
o sexual.138
Por tanto, entre otras acciones, recomendó a los Estados
partes adoptar medidas apropiadas y eficaces para
combatir actos de violencia por razón de género; cuidar
que las leyes (contra la violencia y los malos tratos en la
familia, la violación, los ataques sexuales y demás tipos de
violencia contra la mujer) la protejan de manera adecuada
y respeten su integridad y dignidad; proporcionar protección
y apoyo apropiados a las víctimas de violencia de
género, y capacitar al personal del Estado para aplicar la
Convención.
Dando continuidad al contenido de la Recomendación
General 19 de la CEDAW, el 20 de diciembre de 1993
la Organización de las Naciones Unidas definió como vio-
137 Cf. Gladis Torres Ruiz, “Preparan ola de denuncias ante Comité de la CEDAW.
‘Informe sombra’ documenta agresiones contra las mexicanas”, entrevista a la
profesora Gloria Ramírez, de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de
la Universidad Nacional Autónoma de México, en Agencia Informativa Matrix,
Canal Matrix HD Noticias CIMAC, disponible en http://canalmatrix.wordpress.
com/2012/06/06/preparan-ola-de-denuncias-ante-comite-de-la-cedaw/
(Última consulta: 10 de julio de 2012).
138 Vid. Comité sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, Recomendación
General 19. Violencia contra la mujer, 11o. periodo de sesiones, 1992.
lencia contra la mujer todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino que ocasione o pueda ocasionar
un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la
mujer, y las amenazas de tales actos, así como la coacción
y la privación arbitraria de la libertad, ya sea que se produzcan
en la vida pública o en la privada.139
Es importante mencionar la afirmación de la comunidad
internacional, en el sentido de que la violencia contra
la mujer constituye una violación a sus derechos humanos
y libertades fundamentales; limita el reconocimiento, goce y
ejercicio de los mismos, y, en particular, impide y anula sus
derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales,
por lo que en 1994 firmó en la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer, “Convención de Belém do Pará”,140 a fin de proteger
los derechos de las mujeres y garantizar su ejercicio libre y
pleno (Preámbulo y artículo 5o. Belém do Pará).
La Convención de Belém do Pará define la violencia
contra la mujer como “cualquier acción o conducta, basada
en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público
como en el privado” (artículo 1o.).
El concepto de violencia contra la mujer incluye la
agresión física, sexual y psicológica, independientemente
de dónde se genere,141 y aquella perpetrada o tolerada por
el Estado o sus agentes (artículo 2o., Belém do Pará).
Por ello, la Convención de Belém do Pará reconoce
que “toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia,
139 Vid. Organización de las Naciones Unidas, Resolución de la Asamblea General
48/104, del 20 de diciembre de 1993 (A/RES/48/104): Declaración sobre la eliminación
de la violencia contra la mujer.
140 Adoptada por la Organización de los Estados Americanos en la ciudad de Belém
do Pará, Brasil, el 9 de junio de 1994, con vigencia internacional a partir del 5 de
marzo de 1995. Ratificada por México el 12 de noviembre de 1998 y publicada
en el Diario Oficial de la Federación el 19 de enero de 1999.
141 Dentro de la familia o unidad doméstica u otra relación interpersonal, en la comunidad
u otro espacio.
Colección de Textos
sobre Derechos Humanos
60
tanto en el ámbito público como en el privado” y, por tanto,
a ser libre de toda forma de discriminación y a “ser valorada
y educada libre de patrones estereotipados de comportamiento
y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos
de inferioridad o subordinación” (artículos 3o. y 6o.,
Belém do Pará).
En congruencia, los Estados partes condenan todas las
formas de violencia contra la mujer y se obligan a adoptar,
sin dilaciones, políticas orientadas a prevenirla, sancionarla
y erradicarla (artículo 7o., Belém do Pará).
La mujer, como no podría ser de otra manera, tiene
derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y protección de
todos los derechos humanos y a las libertades consagradas
por los instrumentos regionales e internacionales sobre derechos
humanos. Estos comprenden, entre otros, los derechos
a la vida; a la dignidad; a la integridad física, psíquica
y moral; a la libertad y la seguridad personal; a no ser sometida
a tortura; a la protección de su familia; a la igualdad
ante la ley y a la protección ante la ley; a la libertad de asociación;
a la libertad de culto; a un procedimiento legal
sencillo y rápido que la ampare judicialmente ante la violación
de sus derechos, y al acceso a las funciones públicas y
a participar en los asuntos públicos de su país (artículo 4o.,
Belém do Pará).
Por tanto, los Estados partes se obligaron a tomar medidas
legislativas, administrativas y judiciales para prevenir,
investigar y sancionar la violencia contra la mujer y asegurar
que toda mujer víctima de violencia tenga acceso al resarcimiento,
a la reparación del daño y a otros medios de
compensación justos y eficaces, y a fomentar el conocimiento
y la observancia de los derechos de la mujer a una
vida libre de violencia y al respeto y protección de sus derechos
humanos (artículos 7o. y 8o., Belém do Pará).
Para ello, deberán tomar en cuenta si se trata de una
niña, adolescente o adulta mayor; si se encuentra en situación
de vulnerabilidad en razón de su raza, condición étniGrupos
en situación
de vulnerabilidad
61
ca, de migrante, refugiada o desplazada, o si ha sido sometida
a violencia durante el embarazo, tiene discapacidad,
está en situación socioeconómica desfavorable o ha sido
afectada por conflictos armados o privación de la libertad
(artículo 10, Belém do Pará).
Ahora bien, el 1 de febrero de 2007 fue publicada en
el Diario Oficial de la Federación la Ley General de Acceso
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia142 (en lo sucesivo,
LGAMVLV), con el fin de establecer un sistema de
coordinación entre la Federación, las entidades federativas
y los municipios, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres, y fijar, conforme a los principios
de igualdad y no discriminación, las bases para garantizar
su acceso a una vida libre de violencia y, por tanto, su desarrollo
y bienestar (artículo 1o., LGAMVLV).
Para ello, la ley ordena que, bajo los principios de libertad,
igualdad jurídica entre la mujer y el hombre, respeto
a la dignidad humana y no discriminación, se diseñen y
ejecuten medidas que garanticen la prevención, atención,
sanción y erradicación de todas las formas de violencia
contra la mujer, y promuevan su desarrollo integral y su
plena participación en todas las esferas de la vida (artículos
3o. y 4o., LGAMVLV).
Consistente con la Convención de Belém do Pará, la
ley define la violencia contra las mujeres como cualquier
acción u omisión basada en el género que les cause daño o
sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual
o la muerte (artículo 5o., fracción IV, LGAMVLV).
Por tanto, dicha violencia puede ser psicológica, física,
sexual, patrimonial, económica u otra análoga que lesione
o pueda dañar la dignidad, la integridad o la libertad de la
mujer (artículo 6o., LGAMVLV).
142 Reformada por última ocasión por medio de Decreto publicado en el Diario Oficial
de la Federación
II UNIDAD SITUACION DE LOS GRUPOS
VULNERABLES A NIVEL MUNDIAL
2.1 Personas de la tercera edad
2.2 Personas detenidas
2.3 Personas con discapacidad
2.4 Mujeres
2.5 Niñas y niñas
2.6 Pueblos indígenas
2.7 Persona con enfermedad mental
2.8 Personas con VIH/SIDA
2.9 Trabajadoras (es) migrantes
2.10 Minorías sexuales
Personas detenidas.
Algunas veces es fácil pensar que los derechos de los presos y de las presas no tienen nada
ver con nosotros, y que de alguna manera estas personas han renunciado a sus derechos por
una vida de delincuencia. Es una idea equivocada, por dos razones. En primer lugar, todas las
personas tienen los mismos derechos de los que nunca se las puede privar,
independientemente de dónde estén o de lo que hayan hecho. En segundo lugar, el mero
hecho de que esté en prisión no significa que una persona sea culpable de un delito: si ha
tenido la suerte de tener un juicio, quizás no haya sido un juicio justo.

Desde los inicios de Amnistía Internacional en 1961, sus activistas siempre han estado listos
para actuar inmediatamente en favor de las personas detenidas que se enfrentan a un peligro
inminente, enviando faxes y tuits, realizando llamadas telefónicas o manifestándose en las
calles. Como recuerda Jenni Williams, cofundadora de Mujeres de Zimbabue, ¡En Pie!
(WOZA):“Las llamadas telefónicas a la policía durante mi detención me salvaron de las
torturas y de la violación. La comisaría estaba tan saturada que dejaron de responder al
teléfono".

Si bien hemos logrado miles de victorias, es difícil conseguir un cambio sistémico, y aún son
muchas las personas que siguen languideciendo bajo custodia, aisladas, incomunicadas y con
miedo.

Agentes de policía apostados en un corredor del Centro de Detención Número 1 de


Pekín, 25 de octubre de 2012. © Ed Jones/AFP/Getty Images
El problema
Existen siete problemas fundamentales.

• Presos y presas de conciencia: personas que, sin haber empleado la violencia ni haber
propugnado su uso, están encarceladas por ser quienes son (por su orientación sexual, origen
étnico, nacional o social, idioma, nacimiento, color, género o situación económica), o por sus
creencias (por sus ideas políticas, creencias religiosas u otras convicciones profundas).
• Detención arbitraria: detención sin ninguna razón legítima o sin que medie un procedimiento
legal.
• Detención en régimen de incomunicación: detención sin acceso a familiares, asistencia
letrada, etc.
• Detención secreta: detención en un lugar secreto.
• Condiciones de reclusión inadecuadas: tales como hacinamiento o largos periodos en
régimen de aislamiento.
• Juicios injustos: juicios que se llevan a cabo sin las mínimas garantías judiciales.
• Tortura y otras formas de maltrato.

Amnistía Internacional pide:


• Que no haya detenciones secretas.
• Que no haya tortura ni otras formas de maltrato.
• Un acceso rápido y regular a abogados, médicos y familiares.
• Un procedimiento legal eficaz que permita impugnar la detención y el trato.
• Jueces independientes.
• Condiciones de detención adecuadas, incluido el fin de la detención prolongada en régimen
de aislamiento.
• Que se investiguen sin demora y de forma independiente las muertes bajo custodia.
• Que órganos de vigilancia independientes visiten regularmente los lugares de detención.
• Un juicio justo dentro de un plazo razonable o la puesta en libertad.
• La libertad incondicional de todos los presos y presas de conciencia.

Más información sobre el tema


En virtud del derecho internacional de los derechos humanos, nadie puede ser detenido sin
razones legítimas y toda persona acusada de un delito tiene derecho a un juicio justo. Sin
embargo, en muchos países de todo el mundo no se siguen los procedimientos adecuados y
no existen salvaguardias: abogados presentes durante los interrogatorios, médicos
independientes disponibles para examinar a las personas detenidas, contacto con los
familiares y garantía de que las confesiones obtenidas mediante tortura nunca se puedan
utilizar como prueba.

El Manual de Juicios Justos de Amnistía Internacional es una guía práctica sobre las normas
internacionales sobre juicios justos. Constituye una herramienta fundamental para abogados,
jueces y observadores en procesos judiciales. También pueden utilizarlo a modo de manual de
autodefensa los presos políticos que se representan a sí mismos ante los tribunales, como
Albin Kurti, que utilizó el Manual para representarse a sí mismo ante un Tribunal de Naciones
Unidas en Kosovo, y fue puesto en libertad.

Todas las personas detenidas son titulares de los derechos y normas consagrados en el
derecho internacional. Con carácter universal, las principales salvaguardias están en los
siguientes tratados:

• Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos


• Convención de la ONU contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes y su Protocolo Facultativo
• Convención Internacional de la ONU para la protección de todas las personas contra las
Desapariciones Forzadas
• Convención de la ONU sobre los derechos del niño
• Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
• Conjunto de principios de la ONU para la protección de todas las personas sometidas a
cualquier forma de detención o prisión
• Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos
• Reglas de la ONU para el Tratamiento de las Reclusas y Medidas no Privativas de la
Libertad para las Mujeres Delincuentes (Reglas de Bangkok)
• Reglas Mínimas de la ONU para la Administración de la Justicia de Menores (Reglas de
Pekín)
• Reglas de la ONU para la Protección de los Menores Privados de Libertad
• Reglas mínimas de la ONU sobre las Medidas no Privativas de la Libertad (“Reglas de
Tokio”)
Personas con discapacidad
La discapacidad forma parte de la condición humana: casi todas las personas sufrirán algún tipo de
discapacidad transitoria o permanente en algún momento de su vida, y las que lleguen a la senilidad
experimentarán dificultades crecientes de funcionamiento. La discapacidad es compleja, y las
intervenciones para superar las desventajas asociadas a ella son múltiples, sistémicas y varían según
el contexto. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), aprobada
por las Naciones Unidas en 2006, pretende “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en
condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las
personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”. La CDPD se hace eco
de un cambio importante en la comprensión de la discapacidad y en las respuestas mundiales a este
problema. El Informe mundial sobre la discapacidad reúne la mejor información disponible sobre la
discapacidad con el fin de mejorar la vida de las personas con discapacidad y facilitar la aplicación
de la CDPD. Su propósito es: ■ ofrecer a los gobiernos y la sociedad civil un análisis exhaustivo de la
importancia de la discapacidad y de las respuestas proporcionadas, basado en las mejores pruebas
disponibles, y ■ recomendar la adopción de medidas de alcance nacional e internacional. La
Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), adoptada
como marco conceptual para el Informe, define la discapacidad como un término genérico que
engloba deficiencias, limitaciones de actividad y restricciones para la participación. La discapacidad
denota los aspectos negativos de la interacción entre personas con un problema de salud (como
parálisis cerebral, síndrome de Down o depresión) y factores personales y ambientales (como
actitudes negativas, transporte y edificios públicos inaccesibles, y falta de apoyo social). ¿Qué
sabemos sobre la discapacidad? Estimaciones más elevadas de la prevalencia Se estima que más de
mil millones de personas viven con algún tipo de discapacidad; o sea, alrededor del 15% de la
población mundial (según las estimaciones de Informe mundial sobre la discapacidad 8 la población
mundial en 2010). Esta cifra es superior a las estimaciones previas de la Organización Mundial de la
Salud, correspondientes a los años 1970, que eran de aproximadamente un 10%. Según la Encuesta
Mundial de Salud, cerca de 785 millones de personas (15,6%) de 15 años y más viven con una
discapacidad, mientras que el proyecto sobre la Carga Mundial de Morbilidad estima una cifra
próxima a los 975 millones (19,4%). La Encuesta Mundial de Salud señala que, del total estimado de
personas con discapacidad, 110 millones (2,2%) tienen dificultades muy significativas de
funcionamiento, mientras que la Carga Mundial de Morbilidad cifra en 190 millones (3,8%) las
personas con una “discapacidad grave” (el equivalente a la discapacidad asociada a afecciones tales
como la tetraplejía, depresión grave o ceguera). Solo la Carga Mundial de Morbilidad mide las
discapacidades infantiles (0-14 años), con una estimación de 95 millones de niños (5,1%), 13
millones de los cuales (0,7%) tienen “discapacidad grave”. Cifras al alza El número de personas con
discapacidad está creciendo. Esto es debido al envejecimiento de la población -las personas
ancianas tienen un mayor riesgo de discapacidad- y al incremento global de los problemas crónicos
de salud asociados a discapacidad, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y los
trastornos mentales. Se estima que las enfermedades crónicas representan el 66,5% de todos los
años vividos con discapacidad en los países de ingresos bajos y medianos (1). Las características de
la discapacidad en un país concreto están influidas por las tendencias en los problemas de salud y
en los factores ambientales y de otra índole, como los accidentes de tráfico, las catástrofes
naturales, los conflictos, los hábitos alimentarios y el abuso de sustancias. Experiencias diversas Las
visiones estereotipadas de la discapacidad insisten en los usuarios de silla de ruedas y en algunos
otros grupos “clásicos” como las personas ciegas o sordas. Sin embargo, a causa de la interacción
entre problemas de salud, factores personales y factores ambientales, existe una enorme
variabilidad en la experiencia de la discapacidad. Aunque la discapacidad se correlaciona con
desventaja, no todas las personas discapacitadas tienen las mismas desventajas. Aparte de los
obstáculos discapacitantes, las mujeres con discapacidad sufren discriminación de género. Las tasas
de matriculación escolar difieren según el tipo de deficiencia; así, los niños con deficiencias físicas
suelen correr mejor suerte que los que padecen deficiencias intelectuales o sensoriales. Los más
excluidos del mercado laboral son a menudo los que presentan problemas de salud mental o
deficiencia intelectual. Las personas con deficiencias más acusadas experimentan con frecuencia
mayor desventaja, tal como se ha constatado en innumerables contextos, desde la Guatemala rural
(2) hasta Europa (3). Poblaciones vulnerables La discapacidad afecta de manera desproporcionada
a las poblaciones vulnerables. Los resultados de la Encuesta Mundial de Salud indican que la
prevalencia Resumen 9 de la discapacidad es mayor en los países de ingresos bajos que en los países
de ingresos más elevados. Las personas en el quintil más pobre, las mujeres y los ancianos también
presentan una mayor prevalencia de la discapacidad (4). Las personas con pocos ingresos, sin
trabajo o con poca formación académica tienen mayor riesgo de discapacidad. Los datos de las
encuestas a base de indicadores múltiples en países seleccionados ponen de manifiesto que los
niños de las familias más pobres y los que pertenecen a grupos étnicos minoritarios presentan un
riesgo significativamente mayor de discapacidad que los demás niños (5). ¿Cuáles son los obstáculos
discapacitantes? Tanto la CDPD como la CIF subrayan el papel que desempeña el entorno para
facilitar o restringir la participación de las personas con discapacidad. El Informe aporta pruebas
sustanciales de los obstáculos a que se enfrentan, como los siguientes: ■ Políticas y normas
insuficientes. La formulación de políticas no siempre tiene en cuenta las necesidades de las personas
con discapacidad, o bien no se hacen cumplir las políticas y normas existentes. Por ejemplo, en lo
referente a las políticas educativas inclusivas, una revisión de 28 países que participaron en la
Iniciativa Vía Rápida de Educación para Todos comprobó que 18 de ellos proporcionaban muy poca
información sobre las estrategias propuestas para incluir a los niños con discapacidad en las
escuelas, o no mencionaban en absoluto la discapacidad o la inclusión (6). Un déficit habitual en las
políticas educativas es la falta de incentivos económicos y de otro tipo orientados a que los niños
con discapacidad acudan a la escuela, así como la falta de servicios de apoyo y protección social para
los niños con discapacidad y sus familias. ■ Actitudes negativas. Las creencias y prejuicios
constituyen obstáculos para la educación, el empleo, la atención de salud y la participación social.
Por ejemplo, las actitudes de los maestros, administradores escolares, otros niños e incluso
familiares influyen en la inclusión de los niños con discapacidad en las escuelas convencionales. Los
conceptos erróneos de los empleadores de que las personas con discapacidad son menos
productivas que sus homólogos no discapacitados, junto con el desconocimiento de los ajustes
disponibles para llegar a acuerdos, limitan las oportunidades de empleo. ■ Prestación insuficiente
de servicios. Las personas con discapacidad son particularmente vulnerables a las deficiencias que
presentan los servicios tales como la atención de salud, la rehabilitación y la asistencia y apoyo.
Según los datos de cuatro países de África meridional, solo el 26-55% de las personas recibía la
rehabilitación médica que necesitaba; el 17-37% recibía los dispositivos auxiliares que necesitaba;
el 5-23% recibía la formación profesional que necesitaba, y el 5-24% recibía los servicios de bienestar
social que necesitaba (7–10). Una investigación realizada en los estados indios de Uttar Pradesh y
Tamil Nadu comprobó que, después del costo, la falta de servicios en la zona era la segunda razón
más frecuente por la que las personas no acudían a los centros de salud (11). Informe mundial sobre
la discapacidad 10 ■ Problemas con la prestación de servicios. La mala coordinación de los servicios,
la dotación insuficiente de personal y su escasa competencia pueden afectar a la calidad,
accesibilidad e idoneidad de los servicios para las personas con discapacidad. Según los datos de la
Encuesta Mundial de Salud en 51 países, las personas con discapacidad tenían más del doble de
probabilidades de considerar que los proveedores de asistencia carecían de la competencia
adecuada para atender sus necesidades; una probabilidad cuatro veces mayor de ser tratadas mal,
y una probabilidad tres veces mayor de que se les negara la atención de salud necesaria. Muchos
cuidadores están mal remunerados y tienen una formación insuficiente. Un estudio efectuado en
los Estados Unidos de América encontró que el 80% de los asistentes sociales no tenía formación ni
cualificaciones formales (12). ■ Financiación insuficiente. Los recursos asignados a poner en práctica
políticas y planes son a menudo insuficientes. La falta de financiación efectiva es un obstáculo
importante para la sostenibilidad de los servicios, sea cual sea el nivel de ingresos del país. Por
ejemplo, en los países de ingresos altos, entre el 20 y el 40% de las personas con discapacidad no
tienen cubiertas sus necesidades de asistencia para las actividades cotidianas (13–18). En muchos
países de ingresos bajos y medianos, los gobiernos nacionales no pueden proporcionar servicios
adecuados, y los proveedores comerciales de servicios no están disponibles o no son
financieramente asequibles para la mayoría de las familias. Un análisis de la Encuesta Mundial de
Salud de 2002-04 en 51 países señaló que las personas con discapacidad tenían más dificultades que
las personas sin discapacidad para obtener exenciones o reducciones de los costos de atención de
salud. ■ Falta de accesibilidad. Muchos edificios (incluidos los lugares públicos) y sistemas de
transporte y de información no son accesibles a todas las personas. La falta de acceso al transporte
es un motivo habitual que desalienta a las personas con discapacidad a buscar trabajo o que les
impide acceder a la atención de salud. Los informes de los países que tienen leyes sobre la
accesibilidad, aun en el caso de que éstas tengan una antigüedad de 20-40 años, confirman un bajo
nivel de cumplimiento (19–22). Se dispone de poca información en formatos accesibles, y no se
satisfacen muchas necesidades de comunicación de las personas con discapacidad. Las personas
sordas a menudo tienen problemas para acceder a un servicio de interpretación en lengua de señas:
una encuesta efectuada en 93 países puso de manifiesto que 31 de ellos no tenían ningún servicio
de interpretación, mientras que 30 países tenían 20 o menos intérpretes cualificados (23). Las
personas con discapacidad, en comparación con las no discapacitadas, tienen tasas
significativamente más bajas de uso de tecnologías de información y comunicación, y en algunos
casos es posible incluso que no puedan acceder a productos y servicios tan básicos como el teléfono,
la televisión o la Internet. ■ Falta de consulta y participación. Muchas personas con discapacidad
están excluidas de la toma de decisiones en cuestiones que afectan directamente a su vida. Por
ejemplo, donde las personas con discapacidad no pueden decidir y controlar cómo se les preste
apoyo en sus hogares. Resumen 11 ■ Falta de datos y pruebas. La falta de datos rigurosos y
comparables sobre la discapacidad y la falta de pruebas objetivas sobre los programas que
funcionan pueden dificultar la comprensión e impedir que se adopten medidas. Conocer el número
de personas con discapacidad y sus circunstancias puede mejorar los esfuerzos para eliminar
obstáculos discapacitantes y proporcionar servicios que permitan la participación de las personas
con discapacidad. Por ejemplo, para facilitar la identificación de intervenciones ambientales
rentables deben estudiarse mejor el entorno y sus efectos sobre los diferentes aspectos de la
discapacidad. ¿Cómo está afectada la vida de las personas con discapacidad? Los obstáculos
discapacitantes contribuyen a las desventajas que experimentan las personas con discapacidad.
Peores resultados sanitarios Hay pruebas crecientes de que las personas con discapacidad tienen
peores niveles de salud que la población general. Dependiendo del grupo y el contexto, las personas
con discapacidad pueden experimentar mayor vulnerabilidad a enfermedades secundarias
prevenibles, comorbilidades y trastornos relacionados con la edad. Algunos estudios también han
indicado que las personas con discapacidad tienen tasas más elevadas de comportamientos de
riesgo, como el hábito de fumar, una dieta deficiente e inactividad física. Las personas con
discapacidad también corren un mayor riesgo de estar expuestas a violencia. La necesidad no
satisfecha de servicios de rehabilitación (incluidos los dispositivos auxiliares) puede tener malas
consecuencias para las personas con discapacidad, como el deterioro del estado general de salud,
limitaciones de las actividades, restricciones para la participación y peor calidad de vida. Peores
resultados académicos Los niños con discapacidad tienen menos probabilidades que sus homólogos
no discapacitados de ingresar en la escuela, permanecer en ella y superar los cursos sucesivos. El
fracaso escolar se observa en todos los grupos de edad y tanto en los países de ingresos altos como
bajos, pero con un patrón más acusado en los países más pobres. La diferencia entre el porcentaje
de niños con discapacidad y el porcentaje de niños no discapacitados que asisten a la escuela
primaria va desde el 10% en la India hasta el 60% en Indonesia. Por lo que respecta a la enseñanza
secundaria, la diferencia en las tasas de asistencia escolar oscila entre el 15% en Camboya y el 58%
en Indonesia (24). Incluso en países con altos porcentajes de matriculación en la escuela primaria,
como los de Europa oriental, muchos niños con discapacidad no asisten a la escuela. Menor
participación económica Las personas con discapacidad tienen más probabilidades de estar
desempleadas, y generalmente ganan menos cuando trabajan. Los datos mundiales de la Encuesta
Mundial Informe mundial sobre la discapacidad 12 de Salud indican que las tasas de empleo son
menores entre los varones y mujeres discapacitados (53% y 20%, respectivamente) que entre los
varones y mujeres no discapacitados (65% y 30%, respectivamente). Un estudio reciente de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (25) comprobó que, en 27
países, las personas con discapacidad en edad de trabajar, en comparación con sus homólogas no
discapacitadas, experimentaban desventajas significativas en el mercado laboral y tenían peores
oportunidades de empleo. En promedio, su tasa de empleo (44%) era ligeramente superior a la
mitad de la de las personas sin discapacidad (75%). La tasa de inactividad era unas 2,5 veces mayor
entre las personas sin discapacidad (49% y 20%, respectivamente). Tasas más altas de pobreza En
consecuencia, las personas con discapacidad presentan tasas más altas de pobreza que las personas
sin discapacidad. En promedio, las personas con discapacidad y las familias con un miembro con
discapacidad tienen mayores tasas de privaciones -como inseguridad alimentaria, condiciones
deficientes de vivienda, falta de acceso a agua potable y salubridad, y acceso deficiente a atención
de saludy poseen menos bienes que las personas y familias sin una discapacidad. Las personas con
discapacidad pueden tener costos adicionales de asistencia personal, atención médica o dispositivos
auxiliares. Debido a estos gastos más elevados, es probable que las personas con discapacidad y sus
familias sean más pobres que las personas sin discapacidad con unos ingresos similares. En los países
de ingresos bajos, las personas con discapacidad, en comparación con las personas sin discapacidad,
tienen una probabilidad un 50% mayor de enfrentarse a gastos sanitarios ruinosos (4). Mayor
dependencia y participación limitada El recurso a soluciones de institucionalización, la falta de vida
comunitaria y unos servicios deficientes aíslan a las personas con discapacidad y las hacen
dependientes de otros. En los Estados Unidos, una encuesta efectuada entre 1.505 adultos no
ancianos con discapacidad comprobó que el 42% no podía entrar y salir de la cama -o sentarse y
levantarse de una silla- porque no tenía a nadie que le ayudara (26). Se ha señalado que las
instituciones residenciales son responsables de la falta de autonomía y la segregación de las
personas con discapacidad con respecto a la comunidad general, aparte de otras violaciones de los
derechos humanos. La mayor parte del apoyo procede de familiares o redes sociales. Pero recurrir
exclusivamente al apoyo informal puede tener consecuencias adversas para los cuidadores, como
tensión psicológica y emocional, aislamiento y pérdida de oportunidades socioeconómicas. Estas
dificultades aumentan a medida que envejecen los miembros de la familia. En los Estados Unidos,
los familiares de niños con discapacidades del desarrollo trabajan menos horas que los de otras
familias, tienen más probabilidades de perder el empleo, tienen problemas económicos más graves
y es menos probable que se incorporen a un nuevo trabajo. Resumen 13 Abordar los obstáculos y
desigualdades En el Informe se sintetizan las mejores pruebas científicas disponibles sobre cómo
pueden superarse los obstáculos a los que se enfrentan las personas con discapacidad en cuestiones
tales como la salud, rehabilitación, apoyo y asistencia, entorno, educación y empleo. Mientras que
en los capítulos del Informe puede encontrarse información detallada, el presente resumen ofrece
orientaciones en consonancia con la CDPD para mejorar la vida de las personas con discapacidad.
Abordar los obstáculos a la atención de salud Lograr que todos los niveles de los sistemas de salud
existentes sean más inclusivos y que los programas de salud pública sean accesibles a las personas
con discapacidad permitirá reducir las desigualdades y las necesidades no satisfechas en la esfera
de la salud. En contextos sanitarios convencionales, se han utilizado múltiples estrategias para
superar los obstáculos físicos, de comunicación y de información, como introducir modificaciones
estructurales en las instalaciones, utilizar equipos con características de diseño universal, comunicar
información en formatos apropiados, realizar ajustes en los sistemas de contratación y emplear
modelos alternativos de prestación de servicios. La rehabilitación basada en la comunidad ha
resultado satisfactoria en contextos de pocos recursos para facilitar el acceso de las personas con
discapacidad a los servicios existentes y para evaluar sistemáticamente y promover los servicios
sanitarios preventivos. En países de ingresos elevados, se han incorporado criterios de acceso y
calidad en los contratos con proveedores de servicios, tanto públicos como privados y voluntarios.
Ciertas medidas concretas, como orientar los servicios, preparar planes asistenciales
individualizados e identificar a un coordinador de la asistencia, permiten llegar a personas con
necesidades complejas de salud y grupos difíciles de contactar. Aunque las personas con
discapacidad deberían recibir los servicios de los equipos de atención primaria, hay que disponer de
servicios, organizaciones e instituciones especializadas para asegurar una atención de salud integral
cuando sea necesaria. Con el fin de mejorar las actitudes, aptitudes y conocimientos de los
proveedores de servicios de salud, la educación de los profesionales debe incluir información
pertinente sobre la discapacidad. Involucrar a personas discapacitadas como educadores e
instructores puede mejorar el conocimiento y las actitudes. La potenciación de las personas con
discapacidad para que administren mejor su propia salud a través de cursos autogestionados, apoyo
inter pares y suministro de información ha resultado eficaz para mejorar los resultados sanitarios y
puede reducir los costos de la atención de salud. La diversidad de opciones financieras tiene el
potencial de mejorar la cobertura y accesibilidad financiera de los servicios de salud. Una de ellas
consiste en garantizar unos seguros y pagos compartidos por servicios de salud de bajo costo para
las personas con discapacidad. Para las personas con discapacidad que no tienen otros medios de
financiar los servicios de salud, la reducción de los pagos Informe mundial sobre la discapacidad 14
directos y el suministro de apoyo económico para que atiendan los costos indirectos de acceder a
atención de salud pueden mejorar el acceso y la utilización de tales servicios. Los incentivos
financieros pueden animar a los proveedores de cuidados sanitarios a mejorar sus servicios. En los
países en desarrollo con mecanismos efectivos de atención primaria y desembolso, las
transferencias condicionales y orientadas de dinero por asistencia sanitaria pueden mejorar el uso
de los servicios. Abordar los obstáculos a la rehabilitación La rehabilitación es una buena inversión
porque genera capacidad humana. Debería incorporarse en la legislación general sobre salud,
empleo, educación y servicios sociales, y también en leyes específicas para las personas con
discapacidad. Las respuestas en materia de políticas deberían hacer hincapié en las intervenciones
tempranas, las ventajas de la rehabilitación para promover el funcionamiento de las personas con
múltiples problemas de salud y la prestación de servicios lo más cerca posible de donde vive la gente.
Por lo que se refiere a los servicios establecidos, habría que centrar la atención en mejorar la
eficiencia y eficacia, ampliando la cobertura y mejorando la calidad y asequibilidad. En contextos
con menos recursos, el interés debería estar en acelerar el suministro de servicios a través de la
rehabilitación basada en la comunidad, complementada con derivaciones a servicios secundarios.
Integrar la rehabilitación en los establecimientos de atención primaria y secundaria de salud puede
mejorar la disponibilidad. Los sistemas de derivación entre diferentes modalidades de prestación
de servicios (hospitales, ambulatorios, asistencia a domicilio) y niveles de prestación de servicios de
salud (centros de atención primaria, secundaria y terciaria) pueden mejorar el acceso. Las
intervenciones de rehabilitación proporcionadas en la comunidad son una parte importante del
proceso continuo de la atención a las personas con discapacidad. Aumentar el acceso a los medios
tecnológicos auxiliares mejora la autonomía, fomenta la participación y puede reducir los costos de
asistencia y apoyo. Para que resulten apropiados, los dispositivos auxiliares deben estar adaptados
tanto al entorno como al usuario e ir acompañados de un seguimiento adecuado. El acceso a las
tecnologías auxiliares puede mejorarse tratando de establecer economías de escala, fabricando y
ensamblando los productos localmente y reduciendo los aranceles de importación. Teniendo en
cuenta la falta de profesionales de rehabilitación en todo el mundo, es necesaria una mayor
capacidad de formación. Pueden requerirse niveles mixtos o graduados de formación. La
complejidad de trabajar en contextos con pocos recursos exige educación universitaria o una
diplomatura técnica superior. Los programas de formación de nivel medio pueden constituir un
primer paso para abordar la carencia de personal de rehabilitación en los países en desarrollo o para
compensar las dificultades de reclutar a profesionales de nivel superior en los países desarrollados.
La capacitación de agentes comunitarios puede resolver el problema del acceso geográfico y
responder a la escasez de fuerza laboral y la dispersión geográfica. Aplicar mecanismos e incentivos
para conservar al personal puede asegurar la continuidad del servicio. Resumen 15 Algunas
estrategias de financiación, aparte de las mencionadas para superar los obstáculos en la atención
de salud, son la redistribución o reorganización de los servicios existentes (por ejemplo, de servicios
hospitalarios a servicios comunitarios), la cooperación internacional (incluida la rehabilitación en la
ayuda para las crisis humanitarias), las alianzas entre los sectores público y privado y la financiación
orientada a las personas pobres con discapacidad. Abordar los obstáculos a los servicios de apoyo y
asistencia Facilitar la transición a la vida comunitaria, proporcionar una serie de servicios de apoyo
y asistencia y respaldar a los cuidadores informales promoverán la autonomía y permitirán que las
personas con discapacidad y sus familiares participen en actividades económicas y sociales. Hacer
posible que las personas con discapacidad vivan en la comunidad exige ante todo sacarlas de las
instituciones y prestarles apoyo mediante diversos servicios de apoyo y asistencia en su comunidad,
como centros de día, hogares de acogida y apoyo a domicilio. Los países deben planificar
adecuadamente la transición a un modelo de servicios basado en la comunidad, con financiación y
recursos humanos suficientes. Los servicios comunitarios, si están bien planificados y dotados,
tienen mejores resultados pero tal vez no sean más económicos. Los gobiernos pueden estudiar
diversas medidas de financiación, como contratar externamente los servicios con proveedores
privados, ofrecer incentivos fiscales y delegar el control de los presupuestos a las personas con
discapacidad y sus familias para la compra directa de servicios. Algunas estrategias
gubernamentales prometedoras son establecer procedimientos justos de valoración de la
discapacidad y criterios claros de elegibilidad; reglamentar la prestación de servicios, fijando normas
y haciéndolas cumplir; financiar servicios para las personas con discapacidad que no pueden
permitirse la compra de servicios, y, cuando sea necesario, proporcionar servicios directamente. La
coordinación entre los sectores de la salud, el bienestar social y la vivienda puede asegurar un apoyo
adecuado y reducir la vulnerabilidad. Los resultados de los servicios pueden mejorarse cuando los
proveedores rinden cuentas a los usuarios y su relación está reglamentada mediante un acuerdo
formal de servicios; cuando los usuarios participan en las decisiones sobre el tipo de apoyo, y cuando
los servicios son individualizados, en vez de servicios únicos controlados por cada organismo. La
formación para los trabajadores de apoyo y los usuarios puede mejorar la calidad del servicio y la
experiencia del usuario. En los países de ingresos bajos y medianos, apoyar la prestación de servicios
a través de organizaciones de la sociedad civil puede ampliar la cobertura y gama de los servicios.
Los programas de rehabilitación basados en la comunidad han resultado eficaces para proporcionar
servicios en zonas muy pobres y desatendidas. El suministro de información, el apoyo financiero y
los cuidados temporales beneficiarán a los cuidadores informales, que prestan la mayor parte del
apoyo a las personas con discapacidad en todo el mundo. Informe mundial sobre la discapacidad 16
Crear entornos favorables Eliminar los obstáculos en los espacios públicos, transporte, información
y comunicación hará posible que las personas con discapacidad participen en la educación, empleo
y vida social, reduciendo así su aislamiento y dependencia. En todos los dominios, los requisitos
fundamentales para abordar la accesibilidad y reducir las actitudes negativas son las normas de
acceso; la cooperación entre los sectores público y privado; una organización líder responsable de
la ejecución; la formación en accesibilidad; el diseño universal para los planificadores, arquitectos y
diseñadores; la participación de los usuarios, y la educación pública. La experiencia demuestra que
para eliminar las barreras físicas en los edificios se requieren unas normas mínimas preceptivas e
impuestas por ley. Para establecer estas normas es necesario un planteamiento sistemático basado
en datos objetivos, que sea pertinente para diferentes contextos e incluya la participación de las
personas con discapacidad. Las auditorías de accesibilidad por parte de organizaciones de personas
con discapacidad pueden fomentar el cumplimiento. Un plan estratégico con prioridades y objetivos
cada vez más ambiciosos puede sacar el máximo provecho de recursos limitados; por ejemplo,
centrarse inicialmente en la accesibilidad en los nuevos edificios públicos (el costo adicional del 1%
que supone ajustarse a las normativas de acceso en los nuevos edificios es inferior al de adaptar los
edificios existentes), y luego ampliar la cobertura de las leyes y normas para incluir mejoras de
acceso en los edificios públicos existentes. En el transporte, la meta de accesibilidad continua a lo
largo de toda la cadena de desplazamiento puede alcanzarse determinando prioridades iniciales a
través de consultas con personas con discapacidad y proveedores de servicios; introduciendo pautas
de accesibilidad en los proyectos ordinarios de mantenimiento y mejora, y desarrollando mejoras
de diseño universal de bajo costo que produzcan beneficios demostrables para un amplio espectro
de pasajeros. En los países en desarrollo se están adoptando cada vez más sistemas accesibles de
tránsito rápido por autobús. Los taxis accesibles son una parte importante de un sistema integrado
de transporte accesible porque tienen en cuenta la demanda. También se requiere formación del
personal de transporte, junto con financiación gubernamental de tarifas reducidas o gratuitas para
las personas con discapacidad. Las rampas, las aceras rebajadas y los pasos de peatones mejoran la
seguridad y aseguran la accesibilidad. Algunos medios de avanzar en el acceso a la tecnología de la
información y comunicación son fomentar la sensibilización, aprobar leyes y reglamentos, elaborar
normas y proporcionar formación. Servicios tales como la transmisión telefónica por medio de
dispositivos especiales de telecomunicación, las emisiones televisivas con subtítulos, la
interpretación en lengua de señas y los formatos accesibles para la información facilitarán la
participación de las personas con discapacidad. Puede lograrse una mejor accesibilidad a la
tecnología de la información y comunicación combinando enfoques de reglamentación de los
mercados y medidas no discriminatorias con medidas sobre protección del usuario y contratación
pública. Generalmente los países con una legislación sólida y mecanismos de seguimiento alcanzan
niveles superiores de acceso a la tecnología de la Resumen 17 información y comunicación, pero la
reglamentación debe seguir el ritmo de la innovación tecnológica. Abordar los obstáculos a la
educación La incorporación de los niños con discapacidad en las escuelas convencionales promueve
la terminación universal de la educación primaria, es rentable y contribuye a la eliminación de la
discriminación. Incorporar a los niños con discapacidad en el sistema educativo exige cambios en el
propio sistema y en las escuelas. El éxito de los sistemas educativos inclusivos depende en gran
medida del compromiso del país para adoptar una legislación apropiada, proporcionar una
orientación normativa clara, elaborar un plan de acción nacional, establecer infraestructuras y crear
capacidad de ejecución y asegurar una financiación a largo plazo. Lograr que los niños con
discapacidad puedan tener el mismo nivel educativo que sus homólogos no discapacitados requiere
a menudo un incremento de la financiación. Crear un entorno de aprendizaje inclusivo ayudará a
todos los niños a aprender y realizar su potencial. Los sistemas educativos tienen que adoptar
planteamientos más centrados en el alumno, con cambios en los planes de estudio, métodos y
materiales de enseñanza y sistemas de evaluación y examen. Muchos países han adoptado planes
de educación individual como herramienta para apoyar la inclusión de los niños con discapacidad
en los ámbitos educativos. Muchas de las barreras físicas a que se enfrentan los niños con
discapacidad en la educación pueden superarse fácilmente con medidas tan simples como cambiar
la disposición de las aulas. Algunos niños requerirán acceso a servicios adicionales de apoyo, como
maestros de educación especial, auxiliares de aula y servicios de terapia. La formación apropiada de
los maestros convencionales puede mejorar su confianza y sus aptitudes para educar a niños con
discapacidad. Los principios de la inclusión deberían formar parte de los programas de formación
de maestros e ir acompañados de otras iniciativas que proporcionen a los maestros oportunidades
para compartir sus conocimientos y experiencias sobre educación inclusiva. Abordar los obstáculos
al empleo Las leyes contra la discriminación ofrecen un punto de partida para promover la inclusión
de las personas con discapacidad en el mundo laboral. En los países donde la legislación exige a los
empleadores que realicen adaptaciones razonables -como facilitar el acceso a los procedimientos
de selección y contratación, adaptar el entorno de trabajo, modificar los horarios laborales y
proporcionar tecnologías auxiliares-, estas adaptaciones pueden reducir la discriminación en el
empleo, mejorar el acceso al lugar de trabajo y modificar las percepciones acerca de la aptitud de
las personas con discapacidad para ser trabajadores productivos. Para reducir costos adicionales
que, de otra forma, deberían asumir los empleadores y empleados, puede estudiarse una serie de
medidas financieras, como incentivos fiscales y financiación para adaptaciones razonables. Aparte
de la formación profesional convencional, la formación inter pares, la tutoría y la intervención
temprana son opciones prometedoras para mejorar Informe mundial sobre la discapacidad 18 las
aptitudes de las personas con discapacidad. La rehabilitación basada en la comunidad también
puede mejorar aptitudes y actitudes, reforzar la formación en el empleo y proporcionar orientación
a los empleadores. En diversos países, los servicios de colocación para las personas con
discapacidad, controlados por los propios usuarios, han promovido la formación y las oportunidades
de empleo. Para las personas que desarrollan una discapacidad mientras están empleadas, los
programas de gestión de la discapacidad -tratamiento de casos, educación de supervisores,
adaptación del lugar de trabajo, reincorporación rápida al trabajo con apoyos apropiados- han
mejorado las tasas de reintegración al mundo laboral. Para algunas personas con discapacidad,
incluidas las que presentan dificultades significativas de funcionamiento, los programas de empleo
con apoyo pueden facilitar el desarrollo de aptitudes y las oportunidades de empleo. Estos
programas pueden incluir adiestramiento para el empleo, formación laboral especializada,
supervisión adaptada individualmente, transporte y tecnologías auxiliares. Donde predomina la
economía informal, es importante promover el empleo de las personas con discapacidad por cuenta
propia y facilitar el acceso a microcréditos a través de una mayor divulgación, mejorando el acceso
a la información accesible y estableciendo unas condiciones crediticias personalizadas. Los
programas convencionales de protección social deberían incluir a las personas con discapacidad, al
tiempo que promueven su reincorporación al mundo laboral. Entre las posibles opciones de políticas
figuran separar el componente de subsidio de apoyo del componente destinado a compensar los
costos adicionales que deben asumir las personas con discapacidad (como el costo de desplazarse
hasta el trabajo o el costo de equipo), utilizando prestaciones de duración limitada y asegurando
que merezca la pena trabajar. Recomendaciones Aunque muchos países han empezado a adoptar
medidas para mejorar la vida de las personas con discapacidad, es mucho lo que queda por hacer.
Las pruebas presentadas en este Informe señalan que muchos de los obstáculos a que se enfrentan
las personas con discapacidad son evitables, y que pueden superarse las desventajas asociadas a la
discapacidad. Las nueve recomendaciones siguientes son transversales, y están guiadas por las
recomendaciones más específicas que aparecen al final de cada capítulo. Ponerlas en práctica
requiere la implicación de diferentes sectores (salud, educación, protección social, trabajo,
transporte, vivienda) y de diferentes agentes (gobiernos; organizaciones de la sociedad civil,
incluidas las organizaciones de personas con discapacidad; profesionales; el sector privado;
personas con discapacidad y sus familias; el público general; el sector privado, y los medios de
comunicación). Es esencial que los países adapten las medidas recomendadas a sus contextos
específicos. Cuando los países adolecen de recursos limitados, algunas de las intervenciones
prioritarias, especialmente las que requieren asistencia técnica y creación de capacidad, pueden
incluirse en el marco de la cooperación internacional. Resumen 19 Recomendación 1: Posibilitar el
acceso a todos los sistemas y servicios convencionales Las personas con discapacidad tienen
necesidades ordinarias: de salud y bienestar, de seguridad económica y social, de aprendizaje y
desarrollo de aptitudes. Esas necesidades pueden -y deberían- quedar satisfechas por los programas
y servicios convencionales. Por medio del proceso de transversalización de la discapacidad, los
gobiernos y otras partes interesadas afrontan los obstáculos que impiden que las personas con
discapacidad participen, en condiciones de igualdad con otros, en cualquier actividad o servicio
previstos para la población general, como educación, salud, empleo y servicios sociales. Para
conseguirlo, pueden estar indicados cambios de leyes, políticas, instituciones y entornos. La
transversalización de la discapacidad no solo satisface los derechos humanos de las personas con
discapacidad: también puede ser más rentable. La transversalización de la discapacidad exige un
compromiso a todos los niveles, asumido por la totalidad de los sectores e integrado en las leyes,
normas, políticas, estrategias y planes, nuevos y existentes. Adoptar el diseño universal y realizar
adaptaciones razonables son dos estrategias importantes. La transversalización también requiere
una planificación eficaz, recursos humanos e inversión financiera suficientes, acompañados de
medidas específicas, como programas y servicios orientados (véase la recomendación 2), para
asegurar que se satisfagan adecuadamente las necesidades diversas de las personas con
discapacidad. Recomendación 2: Invertir en programas y servicios específicos para las personas con
discapacidad Aparte de los servicios convencionales, algunas personas con discapacidad pueden
requerir acceso a medidas específicas, como rehabilitación, servicios de apoyo o formación. La
rehabilitación -incluidos los dispositivos auxiliares, como sillas de ruedas o audífonos- mejoran el
funcionamiento y la autonomía. Una serie de servicios comunitarios de asistencia y apoyo
debidamente regulados puede satisfacer las necesidades de cuidado y hacer posible que las
personas con discapacidad vivan autónomamente y participen en la vida económica, social y cultural
de su comunidad. La formación y rehabilitación profesionales pueden brindar oportunidades en el
mercado laboral. Aunque es necesario disponer de más servicios, también se necesitan unos
servicios multidisciplinarios mejores, más accesibles, flexibles, integrados y bien coordinados, sobre
todo en los procesos de transición, como entre los servicios pediátricos y los destinados a los
adultos. Hay que revisar los programas y servicios existentes para valorar su rendimiento e
introducir cambios que mejoren su cobertura, eficacia y eficiencia. Los cambios deberían basarse en
pruebas objetivas sólidas, ser apropiados para la cultura y otras características locales, y ensayarse
en el ámbito local. Informe mundial sobre la discapacidad 20 Recomendación 3: Adoptar una
estrategia y un plan de acción nacionales sobre discapacidad Una estrategia nacional sobre
discapacidad presenta una visión consolidada e integral a largo plazo para mejorar el bienestar de
las personas con discapacidad, y debería abarcar tanto las áreas de políticas y programas
convencionales como los servicios específicos para las personas con discapacidad. La formulación,
aplicación y vigilancia de una estrategia nacional deberían aunar a todo el espectro de sectores y
partes interesadas. El plan de acción articula la estrategia a corto y mediano plazo, estipulando
medidas y calendarios concretos para su puesta en práctica, definiendo objetivos, designando
organizaciones responsables y planificando y asignando los recursos necesarios. La estrategia y el
plan de acción deberían estar informados por un análisis de la situación, teniendo en cuenta factores
tales como la prevalencia de la discapacidad, las necesidades de servicios, la situación social y
económica, la eficacia y deficiencias de los servicios actuales, y los obstáculos ambientales y sociales.
Se necesitan mecanismos para clarificar a quién corresponde la responsabilidad en materia de
coordinación, toma de decisiones, vigilancia y presentación de informes periódicos, y control de
recursos. Recomendación 4: Asegurar la participación de las personas con discapacidad Las personas
con discapacidad tienen a menudo perspectivas únicas acerca de su discapacidad y su situación. Al
formular y poner en práctica políticas, leyes y servicios, hay que consultar con personas con
discapacidad y lograr su participación activa. Las organizaciones de personas con discapacidad
pueden necesitar procesos de generación de capacidades y recibir apoyo para emancipar a sus
miembros y abogar por sus necesidades. Las personas con discapacidad tienen derecho a controlar
su vida, y, por tanto, deben ser consultadas sobre cuestiones que les incumban directamente, bien
sea salud, educación, rehabilitación o vida comunitaria. Puede ser necesario apoyar la toma de
decisiones para hacer posible que algunos individuos comuniquen sus necesidades y elecciones.
Recomendación 5: Mejorar la capacidad de recursos humanos La capacidad de recursos humanos
puede mejorarse a través de una educación, formación y contratación eficaces. Una revisión del
conocimiento y las competencias del personal en áreas pertinentes puede proporcionar un punto
de partida para formular medidas apropiadas que permitan mejorarlos. En los currículos y
programas de acreditación vigentes debería incorporarse la formación pertinente en materia de la
discapacidad, que incluya los principios de los derechos humanos. Debería impartirse formación
dentro del servicio a los actuales profesionales responsables de la prestación y gestión de los
servicios. Por ejemplo, reforzar la Resumen 21 capacidad de los trabajadores de atención primaria
de salud -y asegurar la disponibilidad de personal especializado cuando se requiera- contribuye a
una asistencia sanitaria eficaz y asequible para las personas con discapacidad. Muchos países
carecen de personal suficiente en campos como la rehabilitación y la educación especial. Elaborar
pautas para la formación de los diferentes tipos y niveles de personal puede contribuir a abordar
este déficit de recursos. En ciertos contextos y sectores pueden ser pertinentes las medidas para
mejorar la conservación del personal. Recomendación 6: Proporcionar financiación suficiente y
mejorar la asequibilidad La financiación suficiente y sostenible de los servicios prestados por el
sector público es imprescindible para asegurar que éstos lleguen a todos los beneficiarios
potenciales y sean de buena calidad. Algunas medidas que pueden contribuir a mejorar la prestación
de servicios son adjudicarlos a contratistas externos, reforzar las alianzas entre los sectores público
y privado y delegar el control de los presupuestos a las personas con discapacidad para que compren
directamente la asistencia que necesitan. Durante la elaboración de la estrategia nacional sobre la
discapacidad y los planes de acción conexos, deberían estudiarse y financiarse debidamente la
asequibilidad y sostenibilidad de las medidas propuestas. Con el fin de mejorar la asequibilidad de
los bienes y servicios para las personas con discapacidad y compensar los costos adicionales
asociados a la discapacidad, deberían tenerse en cuenta la ampliación de la cobertura de los seguros
sanitarios y sociales -asegurando que las personas pobres y vulnerables con discapacidad se
beneficien de redes de protección social orientadas a la pobreza- y la introducción de exenciones
de honorarios, tarifas reducidas de transporte y reducciones en los impuestos y aranceles sobre
importaciones de productos médicos duraderos y tecnologías auxiliares. Recomendación 7:
Fomentar la sensibilización pública y la comprensión de la discapacidad El respeto y comprensión
mutuos contribuyen a una sociedad inclusiva. Por consiguiente, es fundamental mejorar la
comprensión pública de la discapacidad, oponerse a las percepciones negativas y representar la
discapacidad en su justa medida. Recopilar información sobre el conocimiento, creencias y actitudes
acerca de la discapacidad puede ayudar a identificar deficiencias en la comprensión pública que
puedan superarse mediante educación e información pública. Los gobiernos, organizaciones
benéficas y asociaciones profesionales deberían estudiar la puesta en marcha de campañas de
marketing social que ayuden a cambiar las actitudes frente a las cuestiones estigmatizadas, como el
VIH, las enfermedades mentales o la lepra. La participación de los medios de comunicación es crucial
para el éxito de estas campañas y para asegurar la divulgación de historias positivas sobre personas
con discapacidad y sus familias. Informe mundial sobre la discapacidad 22 Recomendación 8:
Mejorar la recopilación de datos sobre discapacidad En el plano internacional, es necesario
desarrollar metodologías para recopilar datos sobre las personas con discapacidad. Estas
metodologías deben ensayarse en diferentes culturas y aplicarse de forma congruente. Es necesario
normalizar los datos y compararlos internacionalmente para medir y vigilar los progresos realizados
en las políticas sobre discapacidad y en la aplicación de la CDPD en los ámbitos nacional e
internacional. En el plano nacional, la discapacidad debería incluirse en la recopilación de datos. Las
definiciones uniformes de discapacidad, basadas en la CIF, pueden posibilitar la obtención de datos
comparables internacionalmente. Como primer paso, pueden recopilarse datos del censo nacional
de población, de acuerdo con las recomendaciones del Grupo de Washington sobre medición de la
discapacidad y la Comisión de Estadística, ambos pertenecientes a las Naciones Unidas. Un
planteamiento rentable y eficiente consiste en incluir preguntas sobre discapacidad -o un módulo
sobre discapacidad- en las encuestas por muestreo existentes. Los datos también deben desglosarse
por características de la población para determinar patrones, tendencias e información sobre
subgrupos de personas con discapacidad. Las encuestas específicas sobre discapacidad también
pueden ayudar a obtener información más exhaustiva sobre las características de la discapacidad,
como la prevalencia, los problemas de salud asociados a la discapacidad, el uso y necesidad de
servicios, la calidad de vida, las oportunidades y las necesidades de rehabilitación. Recomendación
9: Reforzar y apoyar la investigación sobre discapacidad La investigación es esencial para aumentar
la comprensión pública acerca de la problemática de la discapacidad, informar las políticas y
programas sobre discapacidad y asignar recursos de manera eficiente. En este Informe se
recomiendan diversos ámbitos de investigación sobre la discapacidad, como el efecto de los factores
ambientales (políticas, entorno físico, actitudes) sobre la discapacidad y cómo medirlo; la calidad de
vida y bienestar de las personas con discapacidad; lo que funciona en la superación de los obstáculos
en diversos contextos; y la eficacia y resultados de los servicios y programas para personas con
discapacidad. Es necesario crear una masa crítica de investigadores especializados en discapacidad.
Asimismo, deberían reforzarse las aptitudes de investigación en una diversidad de disciplinas, como
epidemiología, estudios sobre discapacidad, salud, rehabilitación, educación especial, economía,
sociología y políticas públicas. También pueden ser útiles las oportunidades de aprendizaje e
investigación de carácter internacional, conectando universidades de países en desarrollo con otras
en países de ingresos altos y medianos. Resumen 23 Traducir las recomendaciones en la adopción
de medidas Para poner en práctica las recomendaciones, se requiere que una amplia gama de partes
interesadas adopte un compromiso y unas medidas firmes. Aunque los gobiernos nacionales
desempeñan la función más significativa, otros agentes también tienen papeles importantes. En los
siguientes apartados se destacan algunas de las medidas que pueden adoptar las diversas partes
interesadas. Los gobiernos pueden: ■ Examinar y revisar las leyes y políticas existentes para
cerciorarse de que sean coherentes con la CDPD; examinar y revisar los mecanismos de
cumplimiento y aplicación coercitiva. ■ Examinar las políticas, sistemas y servicios convencionales y
específicos para la discapacidad, con el fin de identificar lagunas y obstáculos y planificar la adopción
de medidas para superarlos. ■ Formular una estrategia y un plan de acción nacionales sobre
discapacidad, estableciendo líneas claras de responsabilidad de los distintos sectores y mecanismos
de coordinación, vigilancia y notificación entre ellos. ■ Reglamentar la prestación de servicios
introduciendo normas y vigilar y asegurar su cumplimiento. ■ Asignar recursos suficientes a los
servicios existentes de financiación pública, y financiar de forma apropiada la aplicación de la
estrategia y el plan de acción nacionales sobre discapacidad. ■ Fijar normas nacionales de
accesibilidad y asegurar su cumplimiento en los nuevos edificios, en el transporte y en la información
y comunicación. ■ Introducir medidas para asegurar que las personas con discapacidad estén
protegidas contra la pobreza y se beneficien adecuadamente de los programas convencionales de
mitigación de la pobreza. ■ Incluir la discapacidad en los sistemas nacionales de recopilación de
datos y presentar, en la medida de lo posible, datos desglosados por discapacidad. ■ Emprender
campañas de comunicación para aumentar el conocimiento y la comprensión públicos de la
discapacidad. ■ Establecer mecanismos para que las personas con discapacidad y terceras partes
presenten denuncias sobre cuestiones de derechos humanos y sobre leyes que no se aplican o
cumplen. Los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones de las Naciones Unidas para
el desarrollo pueden: ■ Incluir la discapacidad en los programas de ayuda para el desarrollo,
utilizando un enfoque de doble vía. ■ Intercambiar información y coordinar acciones con el fin de
acordar prioridades en las iniciativas para adquirir enseñanzas y reducir la duplicación de esfuerzos.
24 Informe mundial sobre la discapacidad ■ Proporcionar asistencia técnica a los países para que
generen capacidad y refuercen las políticas, sistemas y servicios existentes; por ejemplo,
compartiendo prácticas buenas y prometedoras. ■ Contribuir al desarrollo de metodologías de
investigación comparables internacionalmente. ■ Introducir periódicamente datos pertinentes
sobre discapacidad en las publicaciones estadísticas. Las organizaciones de personas con
discapacidad pueden: ■ Apoyar a las personas con discapacidad para que sean conscientes de sus
derechos, vivan de forma autónoma y desarrollen sus aptitudes. ■ Apoyar a los niños con
discapacidad y sus familias para asegurar su inclusión en el sistema educativo. ■ Representar las
opiniones de sus miembros ante los proveedores de servicios y los responsables de tomar decisiones
de los ámbitos internacional, nacional y local, y abogar públicamente por sus derechos. ■ Contribuir
a la evaluación y vigilancia de los servicios, y colaborar con investigadores para apoyar
investigaciones aplicadas que puedan contribuir al desarrollo de servicios. ■ Fomentar la
sensibilización y comprensión públicas acerca de los derechos de las personas con discapacidad; por
ejemplo, mediante campañas y formación sobre discapacidad e igualdad. ■ Realizar auditorías de
entornos, transporte y otros sistemas y servicios con el fin de promover la eliminación de obstáculos.
Los proveedores de servicios pueden: ■ Llevar a cabo auditorías sobre acceso, en colaboración con
grupos locales de personas con discapacidad, para identificar barreras físicas y de información que
puedan contribuir a su exclusión. ■ Asegurar que el personal esté convenientemente cualificado en
cuestiones de discapacidad, proporcionando la formación necesaria e incluyendo a los usuarios de
los servicios en la preparación y realización de actividades de capacitación. ■ Elaborar planes de
servicios individuales en consulta con las personas con discapacidad y sus familias, cuando sea
necesario. ■ Introducir sistemas de gestión de casos, derivación y mantenimiento electrónico de
registros para coordinar e integrar la prestación de servicios. ■ Asegurar que las personas con
discapacidad estén informadas de sus derechos y de los mecanismos para formular denuncias. Las
instituciones docentes pueden: ■ Eliminar obstáculos para la contratación y participación de
estudiantes y personal con discapacidad. ■ Asegurar que los cursos de formación profesional
incluyan información adecuada sobre la discapacidad, basada en los principios de los derechos
humanos. 25 Resumen ■ Efectuar investigaciones sobre la vida de las personas con discapacidad y
sobre los obstáculos discapacitantes, en consulta con organizaciones de personas con discapacidad.
El sector privado puede: ■ Facilitar el empleo para las personas con discapacidad, asegurando que
la contratación sea equitativa, que se ofrezcan adaptaciones razonables y que los empleados que
resulten discapacitados en el desempeño de su trabajo cuenten con apoyo para reintegrarse al
mundo laboral. ■ Eliminar los obstáculos al acceso a la microfinanciación, de modo que las personas
con discapacidad puedan desarrollar sus propios negocios. ■ Desarrollar una serie de servicios de
calidad que apoyen a las personas con discapacidad y sus familias en diferentes etapas de su ciclo
vital. ■ Asegurar que los proyectos de construcción, como espacios públicos, oficinas y viviendas,
incluyan un acceso adecuado para las personas con discapacidad. ■ Asegurar que los productos,
sistemas y servicios de la tecnología de la información y comunicación sean accesibles para las
personas discapacitadas. Las comunidades pueden: ■ Poner en entredicho y mejorar sus propias
creencias y actitudes. ■ Promover la inclusión y participación de las personas con discapacidad en
la comunidad. ■ Asegurar que los entornos comunitarios (como escuelas, áreas recreativas y centros
culturales) sean accesibles para las personas con discapacidad. ■ Oponerse a la intimidación y
violencia contra las personas con discapacidad. Las personas con discapacidad y sus familias pueden:
■ Ayudar a otras personas con discapacidad mediante el apoyo entre pares, formación, información
y asesoramiento. ■ Promover los derechos de las personas con discapacidad dentro de sus
comunidades locales. ■ Participar en campañas de sensibilización y marketing social. ■ Participar en
foros (internacionales, nacionales, locales) dirigidos a establecer prioridades para el cambio, influir
en las políticas y configurar la prestación de servicios. ■ Participar en proyectos de investigación.
Conclusión La CDPD estableció un programa para el cambio. El Informe mundial sobre la
discapacidad analiza la situación actual de las personas con discapacidad. Pone de relieve las lagunas
existentes en el conocimiento de este problema y hace hincapié en la necesidad de llevar a cabo
más investigaciones e impulsar la formulación de políticas. Las recomendaciones aquí presentadas
pueden contribuir a establecer una sociedad inclusiva y favorable para el progreso de las personas
con discapacidad.
Mujeres

Las mujeres representan la mitad de la población mundial. Más de


3.600 millones de niñas, chicas, mujeres y ancianas que viven en condiciones
muy distintas según el país, la ciudad o la zona en la que se encuentren.

Sin embargo, la desigualdad de género es un problema que afecta a


mujeres de todo el mundo de distintas formas y en ámbitos diferentes
de nuestro día a día: en el hogar, en la escuela, en el trabajo, en
la calle…

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer para dar


visibilidad a la situación de la mujer, romper estereotipos, concienciar
sobre las desigualdades e impulsar el cambio hacia una sociedad más
justa e igualitaria.

Impulsar la figura de la mujer en la sociedad también es una de las


prioridades de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones
Unidas. Así, el ODS 5 se centra en la igualdad de género y promueve
proyectos e iniciativas para empoderar a niñas, chicas y mujeres en todo
el mundo.

El poder en manos de los hombres


Si juntáramos los parlamentos, congresos y cámaras legislativas de
todos los países, sólo 1 de cada 5 representantes sería una mujer.

Según el último mapa de Mujeres en la política, de 2019, en todo el


mundo solo hay 10 jefas de estado de 152 países y 10 jefas de
gobierno de un total de 193 países.
La falta de mujeres en los órganos de gobierno supone un obstáculo
para que se aprueben leyes más igualitarias. Por ejemplo, para
promover la igualdad salarial, alargar la baja de maternidad, proteger a
las víctimas de violencia de género, etc.

La desigualdad salarial entre hombres y mujeres es del 23%


(promedio mundial): eso significa que, de media, las mujeres ganan el
77% de lo que ganan los hombres, según datos del 2017 de ONU
Mujeres.

En el mundo laboral, las mujeres cobran menos a pesar de ocupar el


mismo cargo y tener la misma responsabilidad que los hombres.
Además, menos de una tercera parte de los puestos directivos están
ocupados por mujeres, según datos de Naciones Unidas.

También acostumbran a tener trabajos más precarios. Según la ONU,


el 60% de mujeres hace trabajos vinculados a la economía
informal. Eso significa que no tienen contrato o no tienen una seguridad
laboral, lo que las expone a la pobreza.

Además, las mujeres acostumbran a dedicar el triple de tiempo que los


hombres a llevar a cabo trabajos no remunerados, como las tareas del
hogar o a cuidar familiares o hijos, según las Naciones Unidas.

Cuanto más pobres, más desiguales


Los datos de Naciones Unidas muestran que la desigualdad de género
está muy extendida en todos los continentes. Sin embargo, en
las regiones menos desarrolladas, las niñas y mujeres son más
vulnerables.

Ante la falta de recursos, las familias priorizan la educación de los hijos


varones y mantienen a las hijas en casa para ocuparse de las familia y las
tareas del hogar. En todo el mundo, más de 120 millones de niños y
adolescentes no van a la escuela: más de la mitad son niñas.

Además, se calcula que hay unos 875 millones de personas adultas


analfabetas, de las cuales dos terceras partes son mujeres. La falta de
educación limita muchísimo las posibilidades de tener un futuro mejor.

Si las niñas, chicas y mujeres tuvieran las mismas oportunidades que los
hombres, la economía mundial crecería y la situación de
igualdad reduciría los conflictos sociales.

Invertir en el futuro de las niñas y mujeres es una apuesta para


transformar el mundo en el que vivimos.

Las mujeres no son el sexo débil


Históricamente, las mujeres han estado sometidas a la voluntad de los
hombres por motivos culturales, religiosos o incluso por ley. Esta
situación empezó a cambiar a principios del siglo XX, con las primeras
manifestaciones y huelgas de mujeres trabajadoras.

Actualmente, las leyes internacionales les reconocen como iguales:


mujeres y hombres tienen los mismos derechos, pero en la práctica no
siempre se cumplen. A menudo, las mujeres sufren abusos,
discriminación y violaciones de sus derechos por el mero hecho de
ser mujeres.

Problemas como la violencia de género, el matrimonio infantil o


los abusos sexuales se producen porque en todo el mundo sigue
existiendo la percepción de que la mujer es más débil y no merece el
mismo respeto que un hombre.
Y no sucede solo en los países más pobres. El escándalo de abusos
sexuales en Hollywood y la campaña del #MeToo demuestran que no es
una cuestión económica.

Se trata, sobre todo, de una cuestión cultural, educativa e histórica.


Debemos luchar contra los estereotipos, cambiar la visión que una
parte de la población (tanto hombres como mujeres) tiene sobre
las mujeres y su papel en la sociedad.

Hasta que ya no sea necesario reivindicar los derechos de las mujeres.


DESAFÍOS GLOBALES
NIÑOS Y NIÑAS

Infancia
La agencia de la ONU para la infancia
La Segunda Guerra Mundial dejó a la infancia en Europa en una situación muy
precaria. Ante este reto, se creó una nueva agencia de las Naciones Unidas con el fin
de proporcionar a estos niños comida, ropa y asistencia sanitaria.

En 1953, UNICEF se convirtió en una organización permanente dentro del sistema de


la ONU y puso en marcha una exitosa campaña a nivel mundial de lucha contra la
frambesia (o pian), una enfermedad que provoca desfiguraciones y que afectaba a
millones de niños, pero que se puede curar con penicilina.

Declaración de los Derechos del Niño

En 1959, La Asamblea General de la ONU adoptó la Declaración de los Derechos del


Niño en la que se establecen sus derechos a la protección, la educación, la atención
sanitaria, la vivienda y a una nutrición adecuada.

Educación

Tras más de una década centrada en los aspectos relacionados con la salud de la
infancia, UNICEF amplió sus actividades para hacer frente a todas las necesidades
que tiene un niño. De este modo, comenzó su constante preocupación por la
educación, que se inició con el apoyo a la formación del profesorado y con el
equipamiento de las aulas en los países que acababan de alcanzar su independencia.

En 1965 la organización recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor en pro de «la
promoción de la confraternidad entre las naciones». Hoy en día, UNICEF trabaja en
190 países y territorios para ayudar a toda la infancia, centrando principalmente sus
esfuerzos en llegar a los niños más vulnerables y excluidos.

La Convención sobre los Derechos del Niño

La labor de UNICEF está guiada por la histórica Convención sobre los Derechos del
Niño (1989). La Convención ha sido el tratado internacional de derechos
humanos que de manera más amplia y rápida se ha ratificado de toda la
historia. La Convención cambió la forma de ver y tratar a los niños, es decir, dejaron
de ser objetos pasivos que necesitaban cuidados y caridad, para verlos como seres
humanos con un conjunto diferenciado de derechos. La aceptación sin precedentes de
la Convención demuestra claramente el gran compromiso a nivel mundial de hacer
avanzar los derechos de la infancia.

Hay mucho que celebrar desde la aprobación de la Convención, como el descenso de


la mortalidad infantil hasta el aumento de la escolarización, aunque todavía queda
mucho por hacer.

Estado Mundial de la Infancia

Todo niño tiene derecho a la salud, la educación, la protección. Además, las


sociedades deben participar en ampliar las oportunidades de desarrollo durante la vida
de los niños. Aun así, a millones de niños en todo el mundo se les niega o limita el
acceso a este tipo de oportunidades por el país, el sexo o las circunstancias en las que
han nacido.

La pobreza afecta a los niños de manera desproporcionada. En todo el mundo, 1 de


cada 5 menores vive en un contexto extremo de carencias, sobreviviendo con menos
de US$ 1,90 al día. Sus familias no pueden pagar la atención sanitaria que necesitan o
la nutrición que precisan para su correcto desarrollo. Privaciones que dejan una huella
duradera; en 2019, casi 149 millones de niños menores de cinco años sufrieron
retraso en el crecimiento.

A pesar del gran progreso en escolarización que se ha visto en muchas partes del
mundo, más de 175 millones de niños no están matriculados en educación preescolar.
El perderse esta etapa educativa fundamental para su desarrollo tiene un impacto
enorme, y cementa las profundas desigualdades a las que se enfrentan desde el
comienzo de sus vidas. Actualmente, según un informe de la UNESCO de 2017, 6 de
cada 10 niños abandonan la escuela primaria sin alcanzar niveles mínimos de lectura
y matemáticas. Un desafío que es agravado por la duración cada vez mayor de los
conflictos armados.

Los niños y los conflictos armados


Hace más de veinte años que el mundo se unió para condenar y movilizarse contra el
uso de niños en los conflictos armados. Desde entonces, se ha liberado a miles de
ellos gracias a los planes de acción dispuestos por el Consejo de Seguridad de la
ONU y a otras acciones diseñadas a acabar y evitar el reclutamiento y utilización de
niños por fuerzas y grupos armados. Sin embargo, todavía existen importantes retos
para conseguir proteger a todos los niños cuyas vidas y desarrollo se ven amenazadas
por un conflicto bélico.

Cerca de 250 millones de niños viven hoy en países o zonas afectadas por conflictos
armados. En Siria, diez años de guerra han acabado con la vida de más de 400.000
personas, según las estimaciones del antiguo enviado especial para Siria, Staffan de
Mistura. En total, más de 7.000 niños han muerto o han sido mutilados desde que
estallara este conflicto en 2011. En Afganistán, solo en la primera mitad de 2019, el
número de víctimas infantiles representaron casi un tercio del total de víctimas civiles,
con 327 fallecimientos y 880 heridos.

En Somalia, los niños siguen siendo los más perjudicados por el conflicto y la
inestabilidad que vive su país desde los años 80. Sólo en 2018, más de 5 200 niños y
niñas fueron víctimas de graves violaciones de sus derechos. Y esto solo representa el
número de casos denunciados. Más de 3 millones no asistieron a la escuela en 2018,
cientos de miles sufren desnutrición y muchos han sido mutilados.

Millones de niños y niñas de todo el mundo, muchos de ellos solos o separados de sus
familias, son desplazados por los conflictos armados. Como resultado, estos niños se
encuentran en una situación de riesgo y vulnerabilidad extrema en - o alrededor - de
campamentos y otras zonas de refugiados. Es necesario que se actúe con urgencia
para aliviar la difícil situación en la que viven los menores desplazados por estos
conflictos. El Secretario General de la Naciones Unidas anima a los Estados Miembros
a respetar los derechos de los niños refugiados y desplazados y a prestarles los
servicios de apoyo necesarios.

La violencia contra los niños


El derecho de los niños y niñas a la protección contra la violencia está consagrado en
la Convención sobre los Derechos del Niño. Sin embargo, mil millones de niños sufren
cada año alguna forma de violencia emocional, física o sexual. Y en lo que tardas en
leer este texto, digamos cinco minutos, un niño muere cada cinco minutos como
resultado de la violencia.

La crueldad contra los niños no conoce límites de cultura, clase o educación. Ocurre
en las instituciones, las escuelas y el hogar. La violencia entre niños también es una
preocupación, al igual que el aumento del acoso cibernético. Los niños expuestos a la
violencia viven aislados, en soledad y aterrorizados, sin saber dónde encontrar ayuda,
especialmente cuando el culpable es alguien cercano. El género, la discapacidad, la
pobreza, la nacionalidad, el estatus migratorio o el origen religioso de los niños
aumenta el riesgo de estar expuestos a situaciones de violencia, siendo especialmente
vulnerables los más jóvenes, ya que son menos capaces de expresarse y buscar
apoyo.

En 2006, un estudio de las Naciones Unidas proporcionó una serie de


recomendaciones sobre cómo poner fin a la violencia contra los niños. En 2009, el
Secretario General nombró un Representante Especial para asegurar el seguimiento
efectivo y vigilar la implementación de estas.

Actualmente, muchos Estados ya cuentan con legislación específica para prohibir la


violencia física, mental y sexual contra los niños y niñas, y para apoyar a las víctimas.
Además, alrededor del mundo se han diseñado campañas orientadas a concienciar
sobre el impacto de la violencia en la infancia y se están abordando la intimidación, la
violencia sexual y las prácticas nocivas contra ellos. Todo esto apoyado por una mayor
disponibilidad de datos sobre la prevalencia y la naturaleza de la violencia contra los
niños.

En los últimos años se han logrado progresos importantes, pero aún queda mucho por
hacer. La inclusión de una meta específica (16.2) en la Agenda 2030 ha demostrado el
compromiso del mundo para poner fin a todas las formas de violencia contra los niños
y niñas. Debemos seguir trabajando para asegurar que esta noble visión se convierta
en una realidad para cada niño del planeta.

Los niños y los Objetivos de Desarrollo Sostenible


Durante 15 años los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) sirvieron de guía para
atajar muchos de los problemas que afectan a las vidas de los niños, los jóvenes y sus
familias. En este período se alcanzaron grandes progresos, como la reducción en el
número de muertes infantiles prevenibles, el aumento en la escolaridad, la reducción
de la pobreza extrema, y el mayor acceso a agua potable y a alimentos nutritivos.

Sin embargo, este progreso ha sido irregular y muchos de los retos más apremiantes a
nivel global no fueron debidamente cubiertos por los ODM. Entre esos problemas se
incluyen hacer frente a las desigualdades, promover un crecimiento económico
inclusivo, proteger a los niños frente a la violencia y combatir el cambio climático.

Con la llegada de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en septiembre


de 2015, los líderes mundiales se comprometieron a acabar con la pobreza para 2030.
Pero si no se intensifican los esfuerzos, en el año 2030:

 casi 52 millones de niños y niñas morirán antes de cumplir los cinco años
entre 2019 y 2030.
 los niños en África subsahariana tendrán 16 veces más posibilidades de
morir antes de los cinco años que aquellos que vivan en países de ingresos
altos.
 nueve de cada diez niños en situación de pobreza extrema vivirán en África
subsahariana.
 más de 60 millones de niños en edad escolar se quedarán sin escolarizar;
aproximadamente el mismo número que en la actualidad. Más de la mitad
de ellos vivirán en África subsahariana.
 se habrá obligado a contraer matrimonio a más de 150 millones de niñas
antes de que cumplan 18 años.

Estas profundas desigualdades y peligros no solo violan los derechos de cada niño,
poniendo en peligro su desarrollo y futuro, sino que además perpetúan ciclos
intergeneracionales de desventajas y desigualdades que socavan la estabilidad de las
sociedades e incluso la seguridad de las naciones.
Los niños y el sistema de la ONU
El sistema de Naciones Unidas se pone al servicio de la infancia por medio de distintas
organizaciones: desde el trabajo de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que se centra en la educación, a los
esfuerzos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por abolir el trabajo
infantil, pasando por el programa de niños y juventud del Organismo de Obras
Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el
Oriente Medio (UNRWA); o a las iniciativas de alimentación y salud escolar apoyadas
por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), así como las campañas para la
erradicación de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Recursos
 Informe sobre el Estado Mundial de la Infancia (2019)
 Informes anuales de la Representante Especial del Secretario General de la
ONU sobre la Violencia contra los Niños
 Niveles y tendencias en la mortalidad infantil - Informe 2019

Los pueblos indígenas.


Los pueblos indígenas son grupos sociales y culturales distintos que
comparten vínculos ancestrales colectivos con la tierra y con los recursos
naturales donde viven, ocupan o desde los cuales han sido desplazados.
La tierra en la que viven y los recursos naturales de los que dependen están
inextricablemente vinculados a su identidad, cultura y medios de
subsistencia, así como también a su bienestar físico y espiritual. A menudo
buscan ser representados por sus líderes y organizaciones tradicionales,
que son distintas o están separadas de aquellas de la sociedad o cultura
dominante. Muchos pueblos indígenas siguen manteniendo una lengua
diferente de la o las lenguas oficiales del país o región en la que residen.

En el mundo, hay aproximadamente 476 millones de indígenas en más de


90 países. Si bien constituyen más del 6 % de la población mundial,
representan alrededor del 15 % de las personas que viven en pobreza
extrema. La expectativa de vida de las personas indígenas es inferior en
hasta 20 años en comparación con las personas no indígenas (PDF, en
inglés).
Los pueblos indígenas a menudo carecen de reconocimiento formal de sus
tierras, territorios y recursos naturales, suelen ser los últimos en recibir
inversiones públicas en servicios básicos e infraestructura y enfrentan
múltiples obstáculos para participar plenamente en la economía formal,
obtener acceso a la justicia y ser parte de los procesos políticos y la toma
de decisiones. Este legado de desigualdad y exclusión ha aumentado la
vulnerabilidad de las comunidades indígenas frente a los impactos del
cambio climático y los peligros naturales, que incluyen brotes de
enfermedades como la COVID-19. Las vulnerabilidades ante la pandemia
se exacerban con la falta de acceso a sistemas nacionales de salud, agua
y saneamiento, el cierre de los mercados y las restricciones de movilidad
que han afectado enormemente sus medios de subsistencia, seguridad
alimentaria y bienestar.
Aunque los pueblos indígenas poseen, ocupan o utilizan una cuarta parte
de la superficie del mundo, protegen el 80 % de la biodiversidad que aún
queda en el planeta. Tienen conocimientos y experiencias ancestrales
acerca de cómo adaptarse, mitigar y reducir los riesgos derivados del
cambio climático y los desastres naturales. En el contexto de la pandemia
de COVID-19, existe la oportunidad de trabajar con las autoridades
tradicionales y los curanderos de los pueblos indígenas para entregar
información fidedigna sobre la prevención de la enfermedad, distribuir
artículos de protección y de higiene, y apoyar la medicina tradicional, los
medios de subsistencia y la recuperación de acuerdo con sus prioridades y
culturas.
Aunque los pueblos indígenas poseen, ocupan o utilizan una cuarta parte
de la superficie del mundo, protegen el 80 % de la biodiversidad que aún
queda en el planeta. Tienen conocimientos y experiencias ancestrales
acerca de cómo adaptarse, mitigar y reducir los riesgos derivados del
cambio climático y los desastres naturales. En el contexto de la pandemia
de COVID-19, existe la oportunidad de trabajar con las autoridades
tradicionales y los curanderos de los pueblos indígenas para entregar
información fidedigna sobre la prevención de la enfermedad, distribuir
artículos de protección y de higiene, y apoyar la medicina tradicional, los
medios de subsistencia y la recuperación de acuerdo con sus prioridades y
culturas.
Gran parte de las tierras ocupadas por los pueblos indígenas está
bajo propiedad comunal (PDF, en inglés) y, sin embargo, muchos
Gobiernos reconocen la propiedad formal o legal de solo una fracción de
ellas. Incluso cuando los territorios y tierras indígenas son reconocidos, la
protección de las fronteras o del uso que hacen entes externos de los
recursos naturales suele ser débil. La tenencia insegura de la tierra es un
factor que produce conflictos, degradación ambiental y escaso desarrollo
económico y social. Esto amenaza la supervivencia cultural y los sistemas
de conocimientos vitales, ambos aspectos que contribuyen a la integridad
ecológica, la biodiversidad y la salud ambiental de las cuales depende toda
la población del planeta.
Mejorar la seguridad de la tenencia de la tierra, fortalecer el buen gobierno,
promover las inversiones públicas en servicios de buena calidad y
culturalmente adecuados, y apoyar los sistemas indígenas de resiliencia y
los medios de subsistencia son medidas cruciales para reducir los aspectos
multidimensionales de la pobreza y contribuir, al mismo tiempo, a los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El Banco Mundial trabaja con los
pueblos indígenas y los Gobiernos para asegurar que los programas de
desarrollo globales reflejen las voces y aspiraciones de dichas
comunidades.
En los últimos 20 años, se han reconocido cada vez más los derechos de
los pueblos indígenas con la adopción de instrumentos y mecanismos
internacionales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP) (PDF) de 2007,
la Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas (PDF,
en inglés) de 2016, las 23 ratificaciones del Convenio sobre Pueblos
Indígenas y Tribales de 1991, la creación del Foro Permanente de las
Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas (UNPFII), el Mecanismo
de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (EMRIP) (i), y
el relator especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas (UNSR) (i).

Última actualización: Mar 19, 2021


Persona con enfermedad mental
DESAFÍOS GLOBALES

Sida
En junio de 1981, científicos en los Estados Unidos informaron de la primera evidencia
clínica de la enfermedad que más tarde pasaría a ser lo que se conoce como el
síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida. Su causa, el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH), se identificó en 1983.

Desde el inicio de la epidemia, en torno a 75 millones de personas han contraído la


infección del VIH y alrededor de 32 millones han fallecido a causa de enfermedades
relacionadas con el sida. En 2018 había 37,9 millones de personas con el VIH.

El VIH está presente en los fluidos corporales de una persona que ha contraído la
infección (sangre, semen, fluidos vaginales o leche materna). Se puede transmitir a
través de relaciones sexuales sin protección y también se propaga entre las personas
que consumen drogas intravenosas con agujas no esterilizadas, así como por medio
de productos sanguíneos no controlados. Las madres pueden transmitirlo a sus hijos
durante el embarazo, el parto o el amamantamiento si estas son seropositivas.

Tratamiento antirretrovírico
Durante las décadas posteriores, la tasa de infección aumentó de forma drástica, al
igual que lo hizo el número de fallecidos, pero un nuevo tratamiento antirretrovírico
comenzó finalmente a prolongar la vida de aquellas personas que habían contraído el
virus. En 2018, 23.3 millones tuvieron acceso a terapia antirretrovírica, frente a los 8
millones en 2010. Sin embargo, a pesar de que el número de nuevas infecciones por
el VIH ha disminuido, todavía existe una cantidad inaceptable de nuevas infecciones,
así como de fallecimientos relacionados con el sida que se producen cada año. En
2018, alrededor de 1,7 millones de personas contrajeron la infección del VIH y 770.000
murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida.

Las nuevas infecciones han disminuido un 16% desde 2010 (un 41% entre los niños) y
los fallecimientos asociados al sida han caído un 55% desde su punto más alto en
2004.

ONUSIDA
Las Naciones Unidas se han situado a la vanguardia de este progreso. Desde 1996,
sus esfuerzos están coordinados por ONUSIDA, el Programa Conjunto de las
Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA. Esta es una innovadora iniciativa conjunta de la
Organización de las Naciones Unidas, que aúna los esfuerzos y los recursos de 11
organizaciones del sistema de la ONU para unir al mundo en la lucha contra el sida.
Entre estas se encuentran ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, OIT,
UNESCO, OMS y el Banco Mundial.

Objetivos para poner fin a la epidemia de sida


Objetivos de Desarrollo del Milenio

En el año 2000, durante la Cumbre del Milenio de la Asamblea General, los líderes
mundiales establecieron unos objetivos específicos para detener y revertir la
propagación del VIH. Los jefes de Estado y los representantes de gobierno aprobaron
la Declaración de Compromiso en la Lucha contra el VIH/SIDA que estableció una
serie de objetivos nacionales y acciones mundiales para revertir la epidemia. En 2002,
se creó el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. En
2006, la Asamblea realizó un examen de alto nivel del progreso realizado desde su
sesión especial y aprobó así una Declaración Política de 53 puntos sobre el acceso
universal a la prevención del VIH, el tratamiento, la atención y los servicios de apoyo.

Los líderes mundiales se reunieron en Nueva York para celebrar, en junio de 2011,
la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de la Asamblea General. Las promesas que
realizaron entonces definirían los siguientes pasos en la respuesta mundial al VIH.

En 2015, el mundo alcanzó los objetivos relacionados con el sida presentes en


el sexto Objetivo de Desarrollo del Milenio: detener y revertir la epidemia de sida. Este
destacado logro supone que, por primera vez, un objetivo de salud mundial se ha
alcanzado e incluso superado. A mediados de 2015, el número de personas con
acceso a terapia antirretrovírica alcanzó casi los 16 millones, el doble que cinco años
antes.

El mundo ha detenido y revertido la propagación del VIH. Se ha conseguido disminuir


la epidemia y las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida
se han reducido de forma drástica desde que esta alcanzara su punto álgido. Ahora la
respuesta va más allá: acabar con la epidemia de sida para 2030.

Objetivos de Desarrollo Sostenible

Acabar con la epidemia de sida para 2030 es una parte integral de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS), que fueron adoptados unánimemente por los Estados
Miembros de las Naciones Unidas en 2015. Las lecciones aprendidas en la respuesta
al VIH desempeñarán un papel fundamental en el éxito de muchos de los ODS;
especialmente en el ODS 3, sobre salud y bienestar y en los objetivos relacionados
con la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, así como con la reducción
de las desigualdades, con las alianzas mundiales y con la creación de sociedades
justas, pacíficas e inclusivas.
Acción acelerada para poner fin a la epidemia de sida: los objetivos 90-
90-90

Para avanzar en la respuesta al sida, ONUSIDA ha desarrollado una


acción acelerada para alcanzar una serie de metas con plazos definidos para 2020.
Entre estos objetivos se incluyen que el 90% de las personas que viven con el VIH
conozcan su estado serológico; que el 90% de las personas que conozcan dicho
estado puedan acceder al tratamiento antirretrovírico; y que el 90% de los pacientes
en tratamiento posea un nivel de carga vírica indetectable. También se encuentran la
reducción en un 75% de nuevas infecciones por el VIH y eliminar la discriminación.
Minorías sexuales

"Actualmente, 72 Estados continúan criminalizando la actividad sexual entre personas


del mismo sexo y en 45 de estos países la ley se aplica tanto a mujeres como a
hombres", informó Aengus Carroll, coautor de un informe divulgado por la Asociación
Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA), con
ocasión del Día Internacional contra la Homofobia, el próximo 17 de mayo.
Según el investigador, aunque hay ligeras mejoras en algunos lugares del mundo, la
situación global es preocupante. "Pese a que el número de leyes que criminalizan las
prácticas sexuales entre el mismo sexo se está reduciendo, la persecución y la fuerte
estigmatización persisten en muchos países", comentó.
Como ejemplos de avances recientes mencionó los casos de Seychelles y Belice, donde
se anularon ese tipo de leyes el año pasado, así como el creciente número de países que
han adoptado leyes específicas para proteger a este colectivo de discriminación y
violencia. En esa línea, 43 países cuentan con disposiciones legales contra delitos de
odio, 72 contra discriminación en el lugar de trabajo, 39 contra la incitación al odio y
en 23 se permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, precisa el informe.
Países y terroristas que castigan con pena de muerte
La ILGA señala en su evaluación que la igualdad total para gais, lesbianas y bisexuales
"por desgracia está muy lejos de alcanzarse porque siguen siendo mayoría los países
donde no existe legislación protectora". Irán, Arabia Saudí, Yemen y Sudán castigan de
manera general con pena de muerte las relaciones entre personas del mismo sexo,
mientras que en Somalia y Nigeria esto ocurre en algunas provincias.
El informe recuerda que la organización terrorista Estado Islámico castiga con la
muerte a esas minorías sexuales en los territorios que controla en el norte de Siria y el
noroeste de Irak. En otros cinco países (Pakistán, Afganistán, Emiratos Árabes Unidos,
Catar y Mauritania) la pena de muerte está técnicamente permitida por una
interpretación de la ley islámica (Sharia), pero la ONG dijo que, a su entender, no se
aplica.

ILGA dedica un capítulo de su informe a la situación de las ONG que trabajan en


cuestiones relacionadas con la orientación sexual y revela que en 25 países enfrentan
obstáculos para la formación, para su registro o establecimiento. En otros 22 países
hay leyes de "moralidad" que impiden la promoción o expresión pública de realidades
sobre relaciones entre personas del mismo sexo.
"El caso actual de Chechenia ofrece últimamente el ejemplo más terrible de tales
abusos, ya que allí se teme que las cuentas en redes sociales de personas (detenidas)
que se cree que pueden ser homosexuales sean pirateadas y utilizadas para identificar a
otros que todavía no han sido arrestados", denunció el director general de ILGA,
Renato Sabbadini.
América Latina, graves amenazas, palizas o muerte en las calles
En el caso de América Latina, salir a la calle como homosexual significa estar expuesto
a graves amenazas, palizas o incluso la muerte, precisa, a propósito de este Día
Internacional contra la Homofobia, un informe de la agencia de noticias alemana dpa.
Eso ocurre por ejemplo en la Baixada Fluminense, uno de los barrios más violentos en
la periferia de Río de Janeiro, la ciudad brasileña donde se celebra el Carnaval (la fiesta
de la diversidad y la permisividad sexual por excelencia) más famoso del mundo.
Muchos homosexuales son atacados arbitrariamente en las calles donde se prostituyen
para ganarse la vida.
"Les disparan desde motos", explica Vagner de Almeida, un cineasta que trabaja ahí
desde 1998 apoyando a la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales e
intersexuales (LGTBI). "No les roban, son sólo crímenes de odio", concluye De
Almeida, que ha rodado documentales con personas amenazadas en la Baixada: "De
algunas protagonistas de mi primera película sólo pude hacer obituarios en la
segunda".
Brasil, el más grave
La ONG Transgender Europe coloca en números absolutos a Brasil primero entre 33
países con asesinatos de personas LGBTI registrados en 2016, con 123 casos, seguido
por México (52). Sin embargo, en relación al número de habitantes, hay países
pequeños que están peor. "Honduras, por ejemplo, tiene una tasa de 10,77 denuncias
de asesinatos de personas trans y por género por millón de habitantes", señalan las
estadísticas de la organización desde 2008.
La tasa correspondiente a ese periodo es de 6,02 en Belice, de 4,49 en Brasil y de 2,21
en México. Desde enero, al menos siete personas transgénero fueron asesinadas en El
Salvador. Aunque muchas naciones africanas o asiáticas son consideradas más
peligrosas porque castigan la homosexualidad por ley, América Latina sigue siendo
vista como particularmente hostil con esta comunidad.
"Esta situación de violencia, que no siempre es reconocida por los Estados, está
conllevando a la migración forzada", dijo Aldo Dávila de la asociación guatemalteca
Gente Positiva ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

stadios, figuras públicas y Justicia


En México un grito habitual en los estadios de fútbol para molestar al rival es "¡eeeeh,
puto!", sancionado varias veces con multas por la FIFA. Marchas de la Iglesia Católica
frenaron en ese país una iniciativa para reconocer a nivel nacional el matrimonio
igualitario.
Además del tradicional machismo cultural, un factor decisivo es la religión, cree el
directivo de la ONG peruana Promsex George Hale. "A nivel de opinión pública, se
mantiene un estigma propio de la influencia religiosa que tenemos en nuestros países
para hablar de la orientación sexual abiertamente", dice Hale.
Aun así la situación va mejorando a través de los años. La decisión del cantante Ricky
Martin de dar a conocer su homosexualidad en 2010 y el trabajo de organizaciones que
defienden la diversidad sexual ayudaron a la comunidad LTGBI a abrirse camino.
En países como Venezuela y Ecuador se reconoce el cambio de género y hay diputados
transgénero. En México, machista por tradición, la Suprema Corte resolvió en 2013
que expresiones como "maricón" y"puñal" eran homófobas, no protegidas por la
libertad de expresión.

Matrimonio igualitario
Argentina es pionera en el tema. En 2010 se convirtió en el primer país de la región en
permitir el matrimonio igualitario. Meses después, por primera vez un bebe fue
inscrito en el Registro Civil argentino con dos mamás.
En Cuba, un país que persiguió a los homosexuales en los primeros años de la
revolución de Fidel Castro, su sobrina, Mariela Castro, lidera ahora con éxito la lucha
contra la homofobia, aunque su proyecto de ley de una "unión civil" para parejas del
mismo sexo choca aún con el recelo de la "vieja guardia" castrista.
Colombia ya permite el matrimonio gay, pero la resistencia de sectores religiosos se vio
reflejada en 2016 en las campañas de rechazo al histórico acuerdo de paz con la
guerrilla de las FARC, al que acusaban de promover una "ideología de género".
El debate ideológico y las calles
El tema es también actual en el Perú, donde sobre todo iglesias evangélicas impulsaron
en marzo protestas bajo el lema "Con mis hijos no te metas", acusando al Gobierno de
Pedro Pablo Kuczynski de querer "homosexualizar" a los niños por sus planes de
reformas el currículo escolar incluyendo un enfoque de género.

El debate ideológico y las iniciativas legales tienen en la calle su contracara más triste.
La CIDH lo resumió así en un informe sobre homofobia en América: "Existe una
amplia y generalizada intolerancia e irrespeto hacia las personas LGBTI o aquellas
percibidas como tales, lo cual se suma al fracaso de los Estados en adoptar medidas
efectivas para investigar y castigar efectivamente la violencia por prejuicio".

También podría gustarte