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El aborto, en el ser humano, es la interrupción del embarazo hasta el tercer mes
de gestación, ya que desde el cuarto mes en adelante es posible que la criatura viva
fuera del cuerpo de su madre. Generalmente se considera hasta las 26 semanas de
gestació n.
En la ley: Todo aborto está penalizado como delito, excepto el aborto espontá neo, es
decir las mujeres que abortan, quienes lo practican, ayuden, etc. son autores,
có mplices o encubridores de delitos y van a la cá rcel. En Chile por má s de 50 añ os
(1930) el aborto terapéutico era legal hasta que en 1989, la Dictadura Militar lo
prohibió (no existía Congreso). De los procesados por aborto en Chile casi todos los
inculpados, proveedores y có mplices son mujeres y las abortantes procesadas son
mujeres jó venes, con hijos, con o sin relació n de pareja estable, de baja escolaridad y
de escasos recursos. Se aclara que no hay nadie condenado por práctica de aborto
terapéutico, porque para este delito el Có digo Penal considera que salvar la vida de la
madre es circunstancia eximente.
En las cifras: Sobre los nú meros de abortos en el país no hay cifras oficiales ya que
el aborto está penalizado, pero se cree que es una de las má s altas en Latinoamérica
(ú nico país sudamericano que penaliza el aborto terapéutico). Aproximadamente, se
realizan má s de 150.000 abortos al añ o, a pesar de que no son má s de 20.000 los
egresos hospitalarios por complicaciones derivadas del mismo (casos en que las
abortantes por complicaciones extremas llegan a la atenció n hospitalaria, muchas con
resultado de muerte). Son cerca de 5.500 abortos terapéuticos anuales informados
realizados porque se priorizó salvar la vida de la madre, estos serían los abortos que
la nueva ley despenalizaría.
ABORTO ¿VIDA O MUERTE? 2
Principales Riesgos:
que se reconoce a las personas. Esta posició n intermedia permite diferenciar las
obligaciones morales respecto del cigoto (unió n de ovulo y espermio), del embrió n
implantá ndose y del feto de 24 semanas. El embrió n humano se considera como un
sujeto en potencia respecto del cual no es posible actuar sin límites y sin dignidad.
Nuestro país aú n no tiene una legislación que trate los derechos sexuales y
reproductivos de hombres y mujeres, ni tiene políticas pú blicas definidas a largo
plazo segú n los acuerdos internacionales que, aunque no tengan cará cter vinculante
igualmente sirven. Chile só lo tiene normas sobre la defensa de los derechos del que
está por nacer, sobre la penalizació n del aborto y la protecció n de la maternidad.
La reproducció n humana, su control, los sistemas y sus formas en todas las sociedades
y en todos los tiemposson parte del debate político, religioso, ético y económico,
por lo que su definició n desata acaloradas y apasionadas discusiones, teñ idas de
conceptos morales, científicos, socioló gicos, éticos, etc., pero que en la realidad afectan
el espacio íntimo, personal, afectivo ysexual de las personas, y en el caso del aborto, al
cuerpo de una mujer, que se quiera o no es una persona integral que está dentro de
una sociedad.
Son personas comunes y corrientes, a las que las normas afectan directamente
en lo cotidiano las que deben opinar y hacer escuchar su voz, una vez que
conocen y han sido informadas sobre los temas que los legisladores discuten y que
luego las afectará n. Es el Estado el que debe velar porque la legislació n sea capaz de
asegurar el libre ejercicio de los derechos de todas las personas, y que en temas que
son tan íntimos, las personas decidan individualmente segú n sus creencias,
convicciones o valores, guardando de no imponer sino preocupá ndose de que exista el
espacio normativo que permita ejercer a cada uno libremente sus derechos.
ABORTO ¿VIDA O MUERTE? 4
Sin duda es bueno para el país. A pesar de que sabemos que no habrá ley, la
discusión ha permitido visibilizar el tema, incentivar que se converse sobre él en
los hogares, colegios, universidades, en la calle, y que las personas se informen, que
tengan opinió n sobre algo que pasa a diario en nuestro país,y cuyas consecuencias
má s negativas afectan a las mujeres jó venes má s pobres, perpetuando
indefinidamente un círculo de pobreza y dolor.
Una sociedad má s informada y con opinió n puede presionar para que existan leyes
que exijan que el Estado proteja y de garantías para el libre ejercicio de todos
los derechos de las personas, incluidos los derechos de reproducción, para que
cada uno libremente segú n sus propios valores pueda tener la conducta que en
conciencia crea apropiada.
Esto permitirá que existan políticas públicas que resuelvan graves problemas que
todos los días se ven en hospitales y clínicas, así evitar las cifras negras y la
clandestinidad en que se efectú an hoy la mayoría de los abortos, y como señ ala el
médico Ramiro Molina, académico de la Universidad de Chile, “hay una incongruencia
entre lo que dice la ley y lo que se está efectuando en la medicina. Cuando hay
incongruencia la sociedad pide que se legisle en el sentido de colocar en equilibrio lo
que la ley dice con lo que se hace”.
Esta discusió n abre muchas otras… por ejemplo, sobre derechos, limitaciones,
democracia, libertad, conciencia, vida, persona, valores… entonces, sin duda es bueno
y sano que la sociedad discuta sobre el aborto, exista o no exista ley.