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.

En la escalera

.
Escalones hay •

En la oscuridad,
la escalera va
bordeando el vacío;
un cuerpo cayó
allí, por el hueco:
oigo el alarido.

Silencio, estás solo


silencio, no hay nadie

Aplastándome
contra l a pared
repico mi nombre;
hasta que en perdido
eco, se extravía.

Silencio, estás solo


silencio, no hay nadie

Otro cuerpo cae


se oyó otro alarido
su eco en el hueco;
m1 cuerpo a tientas
• •

en la escalera
clava sus uñas en la pared.

Silencio, estás solo


silencio, no hay nadie

11
Un suceso

Esa mujer
corre en la cuadra
de esquina a esquina
como una Furia;
para, se encresta
frente a ese hombre
al que señala:
grita -que la oigan-
" . "
¡es impotente.I

El hombre dice:
. ,
eso no es cierto
'' ,

Semidesnuda,
sostén, bombacha
rosa encendido,
blande un cuchillo;
el vecindario
contempla atónito,
la mira el hombre
calmo, a los ojos;
repite ella:
"¡es impotente!"

El hombre dice:
eso no es cierto
''
.
,,

El vecindario
da un paso atrás
-ojos cerrados­
en tanto ella
intima al hombre
que admite el filo

12
de su cuchillo
en la garganta;
ella amenaza:
"¡es impotente!"

El hombre dice:
eso no es cierto
'' . ,,

13
El árbol

Una mafiana
sintió del mundo
su extrafia, mágica,
plena presencia;
era un hechizo
que lo embargaba
y estremecía su corazón.

Creyó que era amor


y era terror

Su mente erraba,
confundida,
de un estupor
a otro estupor;
buscó un apoyo
cuando, de pronto,
en aquel árbol
por fin lo halló.

Creyó que era amor


y era terror

Lo abrazó fuerte,
quería sentirlo
pulpa en su carne,
savia en su sangre

-su vida cierta


en su vida incierta­
raíz que hiciera
raíz en él.

Creyó que era amor


y era terror

14
Violento, a veces

Violento, a veces,
cuando en familia
los suyos piensan
que esa no es hora
-cerrada noche­
sino de estarse
a cenar algo
o ver la tele
o irse a dormir,
de pronto, sale,

baja a la calle.

Por un momento
se siente otro:

se entona, erecto,
"todo es posible",
"cambiar la vida''
"
torcer el rum b"
o ,
se habla a sí mismo
entonces, cuando

ya está en la calle.

Eso le pasa;
pero, en la esquina,
él es vergüenza,
sombra cobarde;
entonces, vuelve
-trepa a su casa­
ran de improviso
igual que cuando

bajó a la calle.

15
La ta:za

Lucía la taza
allá, en lo alto,
entre mis dedos
su hermosura;
barro moldeado,
barro esmaltado
-joya del fuego-­
que al percutirla
dio su respuesta.

-Yo la escuché.

Sf, su materia
dio su sonido,
la clara nota
de un canto puro,
exacto, breve,
y ese sonido
-su resonanc1a-

en el silencio
se fue expandiendo.

-Yo la escuché.

Cuando mi mano
dejó caerla,
rota, porfiaba
sobrevivirse
en los añicos
de aquel sonido
de su arte bello.

-Yo la escuché.

16
El perro

-Estoy tumbado
en el sillón
Junto a m1 perro
• •

que me acompana.
..

Él me comprende

Le hablo, le digo:
. .

un sentimiento
"

que es tan profundo


como el que me ahoga
habría que aullarlo":
me mira fijo.

Él me comprende

"A 1
ruguna vez
este sentir

tuvo una voz


que sólo es hoy
sefial discreta,
débil suspiro
domesticado":
esto le digo.

Él me comprende

17
El escrutinio

En negras bolsas,
gente famélica,
examinaba
los desperdicios.

Manos glotonas

Ese escrutinio
los convocaba:
una salchicha
-hez descompuesta­
fue la elegida.

Manos glotonas

18
El flamenco

Lo veo volar
libre, rasante,
impulso puro
dejando el agua.

Un garabato
preso en mi mente

Planear, batir
-maJeStUOSO-

sus grandes alas,


atento al rumbo
y al equilibrio.

Un garabato
preso en mi mente

Avanza, ahora,
pero n o avanza;
lo veo volar
pero no vuela.

Un garabato
preso en mi mente

19
Lewis Carroll

-Ver el horror,
verlo en lo cómico
y ver lo c6mico
en el horror:
ese es el juego.

Lo que no es loco
no es verdad

Cayendo a tientas
por el pozo
o atravesando
el blando espejo.

Lo que no es loco
no es verdad

Llama la risa
a lo siniestro.
Llama el sentido
al sin sentido,
llama el pensar
al desvariar.

Lo que no es loco
no es verdad:
ese es el rumbo.

20
Un té

Mrs. Hargraves
toma un té
con Mr. Dogson
que le sirve el té,
que toma su té
con Mrs. Hargraves.

Ella es la niña
de nombre Alicia:
treinta y ocho años

Y Mr. Dogson
besa la frente
de Mrs. Hargraves,
que besa la frente
de Mr. Dogson.

�l es el joven
Lewis Carroll:
cincuenta y nueve

Mrs. Hargraves
termina su té,
termina su té
Mr. Dogson:
las tazas ven
que han terminado
y se retiran

del aposento.

El aposento
no se retira

21
La sabiduría

Por la mafíana,
al levantarnos,
el pie de plomo,
firme, despierto.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

No comportarse
como en familia,
ser cuidadoso
con las palabras:
temer que digan
algo demás.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

Al mediodía,
cumpliendo horario,
en el almuerzo
comer lo que haya.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

Terminar rápido,
sin comentarios
• •

de sobremesa,
rápido irse.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

22
Irse al café
hastá la cena;
volver, cenar
si algo ha quedado
del mediodía,
ceder la tele
y, hasta el borde,
ceder la cama.

Lo sabio empieza
en lo doméstico

23
El ensayo

El balbuceo
de un tema simple,
que no se deja
completar nunca
en esa flauta
que alguien ensaya.

Graves y agudos
entrecortados

Intenta, insiste
-breve silencio­
sigue enseguida,
prueba otra vez.

Graves y agudos
entrecortados

Torpe, empeñoso,
desencantado,
-cómico el silbo-­
se desbarata.

Graves y agudos
entrecortados

24
Turf

No sé si vienen
detrás los otros
o si adelante
cierran mi paso;
• •

vuelo al galope
caballo y monta
en uno solo
que soy yo mismo:

castiga fuerte
esta memoria.

Ya doblo el codo

Veo la meta,
castigo duro,
cada lonjazo
mide mi apuro;
corro, me huyo,
el tiempo apilo

derecho al disco

25
Rembrandt (1)

-Me he retratado
JUnto a m1 esposa
• •

en el prostíbulo;
plumas y encajes,
la mesa lista,
alzo mi copa,
procaz, m1 risa
• •

de libertino.

¿Cuál descarrío?

¿Qué mejor sitio


para este brindis
donde la carne
mollar, dorada,
brinda sus goces?,
les pone precio
como yo mismo

cuando tan alto


taso mis cuadros:
¿me prostituyo?

¿Cuál descarrío?

Pinto, me pagan
y al que me paga
yo le prodigo
todos los goces
de mi Arre espléndido.

¿Cuál descarrío?

26
No me arrepiento
-en oro pagan-
m1 esposa, Joven,
• •

risa de puta,
m1 amor, m1 sueno,
. . -

pronto lo gasta.
¡Brindo a la vida!

¿Cuál descarrío?

27
Rcmbrandt (11)

El joven es
ya el viejo loco
que paz simula
en el maduro;
las tres edades
confundidas
en un prodigio:
tu pincelada.

De lejos oro,
de cerca caca.

¿Locura siempre?
¿Locura tuya
en esos gestos?
risa que escondes
detrás del rostro:
payaso calmo,
final, postrero.

De lejos oro,
de cerca caca

28
Loco en el bar

Ojos hipnóticos
entra en el bar
y nos somete
con su mirada.

Tiene la fuerza
de la locura

El universo
desvía su eje,
cuando él nos mira:
desequilibra
nuestras órbitas.

Tiene la fuerza
de la locura

Viene y se va
como hace siempre;
queda el pavor
de su mirada.

Tiene la fuerza
de la locura

29
La cortadora

Despierta un pasto
en el jardín,
despierta un pasto,
duermen los otros.

Lo que ha crecido
hay que cortarlo

El pasto observa
a su alrededor:
en un rincón
la cortadora su filo afila.

Lo que ha crecido
hay que cortarlo

El sol brillante
brilla en el cielo,
brilla en e l filo:
la cortadora
en su rincón
ya esta dispuesta.

Lo que ha crecido
hay que cortarlo

El pasto alerta
a los otros pastos,
grita alarmado;
gritan despiertos
los otros pastos:
la cortadora
resuelta avanza.

30
Lo que ha crecido
hay que cortarlo

31
El caballero

Cual si temiera
quebrar un rito,
frente a la copa
recién servida,
el Caballero
guarda distancia
-tal su cuidado­
bien se diría,
reverencial.

Sonriéndose

El licor quieto
llena la copa
que transparenta
su luz rubí;
el, despacioso,
la está llevando
hasta sus labios
con atildado,
fino ademán.

Sonriéndose

No bebe; sólo
moja sus labios
por un instante

que pareciera

una eternidad;
luego la copa
posa de nuevo,
pasa el meftique
sobre sus cejas.

Sonriéndose

32
La conferencia

Un hombre calvo
bajo su gorra
-tema su calva­
quita la gorra
de su cabeza,
muestra su calva
lustrada, ovoide;
la calva esplende.

La conferencia
va a comenzar

Cubre otra vez


su calva ovoide;
se apaga el brillo
de su cabeza,
pulida, monda,
bajo la gorra
(con su visera)
que la encasqueta.

La conferencia
va a comenzar

Y se descubre
otra vez, solemne,
.

pone s.u gorra


sobre la mesa
de conferencias,
mira a su público
de iguales calvas,
calvas hendidas
que ahora supuran
como la de él.

33
La conferencia
va a comenzar

34
El pillo

En el jergón,
a espaldas nuestras,
sufrir simula;
seguro, ríe.

Él es un pillo

Seguro, ríe
(su risa oculta
cuando se arroja
a nuestros brazos
llorando a mares)

Él es un pillo

Parece, entonces,
solicitara
nuestra piedad,
pero eso es cuando
más nos desprecia.

Él es un pillo

35
Quarks
Ese Algo

1.-

Hundido
en el sill6n
como en la noche
misma.

2.-

Entredormido.
Entredormido.

-
3.

Algo
desprendiéndose.

4.-

Algo
saliendo
y entrando.

5.-

Entra
y vuelve
a salir.

39
6.-

Algo que busca


su espacio

propio.

7.-

Ese algo.

8.-

Vuelve
y sale
otra vez.

9.-

Se va.
Se va.

10.­
Todavía
amarrado.

40
Desfile

1.-

Pasan.
Pasan.

2.-

Y pasan
más.

3.-

Y siguen
pasando.

4.-

Y continúan.

5.-

Vienen.

6.-

y
pasan más.

41

7.-

y
. ,

cont1nuan.

8.-

y

vienen.

9.-

Y pasan
,

mas.

10.-

Y siguen
pasando.

42
La cara de Dios

1.-

Una
sucia

cortina.

2.-

No
deja
ver.

3.-

Oculta.

4.-

Aquí
viene

se

a conocer
la Cara
de Dios.

5.-

La cortina
se mueve.

43
6.-

Pero sigue
ocultando.

7.-
Se escucha
una
imprecación,
una voz
ronca.

8.-

La cortina
es descorrida
de un tirón.

9.-

Aparece
la Cara
de Dios.

10.-

Es
esa
herida.

44
Cuando llega el amor

1.-

Todo en un músculo
que se endurece
y yergue
y un agujero

penetra.

2.-

Amor,
adentro, adentro
y más adentro aún
hasta dcsenrejar
el enrejado
rugido.

3.-

Ya estamos,
estás y estoy
en este enlazamiento;
me muevo,
muévete.

4.-

Me muevo,
muévete;
me muevo
muévete.

45
5.-

El goce
es el roce:
flotamos
en el frote;
de ti p endo
de mí p endes.

6.-

Dame
y te doy;
dame
y te doy;
dame
y te doy.

7.­
¡Vamos!

8.-

Irnos, amor,
irnos

sin dejar
de unirnos
en el irnos:
ruJeS, rUJO
• •

pujas,

pu JO.

46
9.-

¿Vas adónde
yo voy?
Sí, a ese vacío
vaciador;
ya, ya.

10.-

Y regresamos, amor,
de vuelta
vueltos:
tu cabeza en la almohada,
más lejana
que el planeta
más lejano.

47
Los enanos

1.-

En la noche.

2.-

En las sombras
-latiendo--
dos pequefios
bultos.

3.-

Dos pcquefias
carnes.

4.-
Una pareja
de enanos
contra
el seto.

5 .-

Se estrechan
uno al otro,
se abrai,an,
se acar1c1an.
• •

48
6.-

Se besan,
se apasionan.

7.-

Se enamoran.

8.-

Se inventan
reinventan.

se

9.-

Arrobados,
se adoran.

10.-

Crecen.

49
El triunfo del tenis

1.-

A unlado,
al otro lado.
Rápido,
más rápido.

2.-

A un lado,
al otro lado.
A un lado,
al otro lado.
A un lado,
al otro lado.
Más rápido.
Más rápido.

3. -

A un lado,
al otro lado.
A un lado,
al otro lado.
A un lado,
al otro lado.
A un lado,
al otro lado.
Más rápido,
más rápido,
más rápido.

50
4,-

La red estalla.

5.-

Las raquetas
estallan.

6.-

La pelota
estalla.

7.-

l.os jugadores
estallan.

8.-

El público
estalla.

9.-

La cancha
estalla.

10.-

Triunfo del tenis.

51
En l a pJa:za

1.-

Grupas
jóvenes
de madrecitas
jóvenes.

2.-

Inclinadas,
los primeros
pasos
de sus crías
guían.

3.-

Un pasito,
otro pasito.

4.-

Plaza
o mundo
donde la cría
aprende.

52
s.-

El sol,
allá arriba,
candente
arde.

6.-

Plaza,
mundo de grupas
agrupadas
criándome
las ganas.

7.-

Glúteos encendidos,
prendidos, ardiendo:
carnosos
soles.

8.-

Hendiduras
que me hablan
desde candentes
hoyos:

53
9.-

-Un pasito,
otro pasito;

pasito,

un

otro pasito;

. ¡y otro!
¡y otro!

10.-

-Poema, ahora
eyacular
ya.

54
El globo

1.-

Empieza
a ser
inflado.

2.-
.

Se hincha.

3.-

Turgente.
Tenso.

4.-

Curvo,
inflado.

s.-

Rebota,
bota.

6.-

Rebota,
bota.

55
7.-

Curvo.
Hinchado.

8.-

Turgente,
tenso.

9.-

No estalla
todavía.

10.-

Aguantará
hasta
reventar.

56
La niña y las máscaras

1.-

Papeles.
Colores.

2.-

Tijeras.

3.-

La niña
trabaja
con ahínco.

4.-

Hace
máscaras
de rostros
jóvenes.

5.-

Graciosas
bocas:
rojas,

frescas.

57
6.-

Tersa piel,
rizados y negros
cabellos,
ojos límpidos.

7.-

La niña
trabaja
con ahínco.

8.-

Con premura.

9.-

Y concluye.

10.-

Ahora,
va colocándolas
-una después
de la otra­
sobre el rostro
de su padre
VlCJO.
• •

58
Los tortolitos

l.-

Dos tortolitos.

2.-

Cruzan
sus piquitos.
• •

3.-

Los frotan
con gracia.

4.-

Inquietos,
entusiastas.

5.-

Juegan
al amor.

59
6.-

Aletean
sin echarse
a volar;
mueven
sus cabecitas.

7.-

Pequeños
picos,

estrenadas
plumas.

8.-

Frotamientos,
delicia.

9.-

¡Aprenden!
¡Se inician!

10.-

Yno
cansados labios,
desplumada
carne.

60
El buscado •

l.-

Sigiloso.

2.-

Al acecho.

3.-

Merodeando.

4.-

Olfatea.

5.-

Va y ...

6.-

viene.
.

7.-

Va a atacar.

61
8.-

Va a saltar.

9.-

¡Salea!

10.-

Un animal del
bosque.

62
Francesca e Paolo

1.-

Más boluda
que una paloma,
enlazada
a más boludo
que un palomo.

2.-

En un mundo
de ávidos,
aviesos

gavilanes...

3.-

Asesinos.

4.-

Fraudulentos.

5.-

Farsantes.
Impostores.

63
6.-

Canallas.
Rufianes...

...que gobiernan
el impulso
del violento
torbellino:

8.-

Pueblos enteros,
cauda en ruina
de ruinosa
gente.

9.-

Ytú
yyo
entre ella.

10.-

Fingiendo ser,
aun,
'

inocentes

.
v1ct1mas.
'

64
Ceremonia

l.-

Inclinarse.

2.-

Enderezarse.

3.-

De rodillas.

4.-

Echarse.
Pararse.

5.-

Dar vueltas
en redondo,
dar vueltas
en redondo.

6.-

-¡Detenerse!

65
7.-

Inclinarse.
Enderezarse.

8.-

Enderezarse.
Inclinarse.

9.-

-¡De rodillas!
Echarse.

1 O.-

Reptar,
reptar.

66
El submarino

1.-

-A bordo,
sólo un maldito,
puerco
pasajero.

2.-

-Ni capitán,
ni jefe de navegación,
ni tripulación,
ni nadie más
que él y y o,
perdido el rumbo.

3.-

-¡Abajo! ¡Abajo!
Escondido, secreto,
vago por esos mares:
las corrientes
me llevan
me traen:
los instrumentos
no funcionan y a.
¡Arriba! ¡Arriba!:
en la superficie
de un desierto
océano.

67
-
4.

-Sólo este pasajero


yyo.
¡Sólo élyyo
y su asqueroso
tufo!

5.-

-Lo sé,
él piensa
en un final.
En el fin del fin,
en el final
del final. No
en otra cosa...
¡El idiota!
¡El idiota!

6.-

¡Descendemos!
¡Descendemos!
¡Tocamos fondo!
¿Dónde?
¿Adónde?
¡Peligro!
¡Crujo!

68
7.-

-¿Qué pasa?
¿Qué pasará ahora?
¿Y sólo queda mirar hacia arriba?
¿Sólo esto queda?
¡Maldición!

8.-

-Este hombre
arodillado, extraviado,
gritando,
arrastrándose
de la proa a la popa,
de la popa a la proa.

9.-

-De una punta


a la otra:
¡No fui hecho
para resistirlo!
¡Sucumbimos!

10.-

Una mancha
apestosa
que grita

a la deriva.

69
El chasco

l.-

Un río.
Una
ribera.

2.-

Lo que
fue
error
quedó atrás.

3.-

Lo
que fue
pas1on
. ,

4.-

obsesión.

5.-

Todo
es
dejar
todo

70
6.-

menos
el deseo
de
dejarlo
todo.

7.-

La neblina.

8. -

La cerrazón
que
duró
.
cien anos.
-

9.-

y
ahora:

10.-

el chasco de
habitar
este
cuerpo.

71
Hombre acodado

!.­
Hombre
acodado.

2.-

Todo
oreJa.

3.-

¿Escucha
bien?

4.-

Soniditos.

5.-

¿Juegan
a confundirlo?

6.-

Soniditos.

72
7.-

Se multiplican.

8.-

Hirientes.

9.-

Lo
ensordecen.

10.-

Acodado
resiste.

73
Liras del hondón
Quevedo frente al espejo

-Mírate de boludo
en el espejo; bolas tristes, bolas,
del que no pudo o pudo
pero no quiso; a solas,
mírarelas son, sí, rus tristes bolas.

Te pesa, son pesadas,


con un pensamiento que da muerte
y no vida; allí, colgadas,
como tu mala suene
que abominas,-como abominas vene.

No escupas al espejo
sin embargo; y síguete mirando
en tus bolas, añejo:
ya no recuerdas cuando
un día fueron felices, desovando.

Míralas sin gemidos,


sin pena, sin dolor, con una risa:
si tan plenas han sido
alguna vez, desliza
al menos una mueca si agonizan.

Flácidas, agrietadas,
un bulto innecesario que re inclina
a huir hacia la Nada,
esperma que declina
como, sin pausa, tu país en ruinas.

77
Cabeza quemada

En un depto de mierda,
multitud de invasoras cucarachas,
a derecha y a izquierda,
circulaban en rachas
y por el centro, también, de la covacha.

Un alma atormentada,
desde un mugre sillón menesteroso,
nerviosa la mirada
seguía, sin reposo,
sus giros sin parar, vcn1g1nosos.
• • • •

Por el piso, el techo,


las paredes, ellas se descolgaban;
él meditaba el hecho,
su cabeza llameaba:
era ascua que un incendio alimentaba.

Nunca, meditaciones
de su mente lo habían provocado,
¿eran sus confusiones
las que habían causado
en su cabeza, un incendio de tal grado?

Ah!, su pensar político,


sus gustos, sus amores, sus jugadas.
Ah!, su sentido crítico,
¿Ángel? ¿Cucaracha alada?
¿Cuál vela su cabeza calcinada?

78
Pequeña cámara Dante

-Microcámara adentro
de la vagina de la hembra aquella,
descendida a ese centro
donde lo áspero sella
con su fragancia, el jardín de la bella.

Fondeada en el caldero,
aguardo enfocando la llegada;
un primer lano espero:
filmar la ruda entrada
del gliptodonte haciendo su parada.

Aproximado avanza
al interior de tentadora cueva
y entra como una lanza:
en carnal punta lleva
la pócima que siempre el goce abreva.

Oh!, ese cataclismo


vi yo y alcancé a registrarlo;
sin duda que fue un sismo,
¿amor?, ¿cómo negarlo?,
¿mas habrá alguien que pueda razonarlo?

Ni un dios, aquí, hundido


en esta atmósfera infernal, hirviente,
ni un dios aquí venido
podrá, omnisapiente,
razonarlo en lo divino de su mente.

79
Minotauro en el café

Hipnótico se mece
en ese mundo, ida y vuelta de pocillos,
cuando a ratos, a veces,
lo turba un estribillo
o alguna imagen de indiscreto brillo.

Desde olvidado tiempo,


ecos lejanos le llegan a su mente
que es su Dédalo; tiempo
que estaba ausente
de su memoria y ahora ya es presente.

Y, de pronto, se inquieta
aunque no se lo ve desosegado;
simulando se reta
a estarse, así, calmado
cuando vuelve a su tiempo, desdoblado.

Desdoblado, un extrafio,
que se conoce mas no se reconoce;
sujeto de ese daño
de divididas voces
con las que él mismo-otro mismo-persiguióse.

• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

Ha vuelto a su presente
de hombre del café, allí sentado,
mas todavía siente
por debajo, tensado,
el hilo de aquel tiempo no cortado.

80
A una enana más allá de la muerte

-Enana, la verdad,
qué solo me has dejado, ¿hay derecho?,
camino la ciudad,
de trecho en trecho,
te busco, miro, tu presencia acecho.

En la ciudad, ¿recuerdas?,
¿recuerdas tus graciosas travesuras?
y en el bus ¿lo recuerdas?,
con tu breve estatura
poniendo la moneda en la ranura..

Era color de rosa,


entonces, el más negro de los días;
era maravillosa
toda esa picardía
que, en medio del dolor, feliz me hacía.

Así, con un saltito,


ensartándola; o como cuando me dabas
tu pequeño anillito
y aquel brinco inventabas
para llegar a mí cuando me amabas.

Esta memoria es yesca


que aún arde; mas no creo que te incumba;
¡Ay!, cuando al final perezca,
¿oirás cómo zumban
de amor por ti, los gusanos en mi tumba?

81
Un luchador

-Me dicen de un Orlando


que cambiaba de sexo a cada vuelta
de cada siglo, cuando
su figura esbelta,
en mujer o varón era resuelta.

Que fuera así, no dudo


porque yo, aunque aúlle el eremita,
me acerco a lo que pudo
Orlando; y, tal me excita,
aunque aclaro que no soy hermafrodita.

De un monstruo no nací;
nací de un hombre probo y madre santa
y mucho padecí,
humillaciones tantas,
pruebas de lo que el ser humano aguanta.

Sí, el humano fue hecho


para el horror aguantar de su destino;
o nacido bien hecho
o nacido cretino,
y aunque duro le lluevan desatinos.

Lucho por mis derechos,


eso ayuda y el disfraz; me desespero,
un fuego arde en mi pecho
y cuida de mis fueros:
esta noche en el parque los espero.

82
Dama con potros

-Que me entres por detrás


o me entres por delante, a toda hora,
no pienses que me das
lo que imaginas ahora:
nada me das de aquello que una añora.

Jamás me satisfago;
tu sabes que no es cuento, no es conseja
y no es inverso halago:
ninguna se asemeJa
• •

en mi dejar hacer: nada me veja.

Que me entres de parada


o en otras bien distintas posiciones,
a mí no me anonada;
cuido mis emociones
aunque, bestial, me rompas los calzones.

(Deseo del deseo


que no tiene más fin ni más consuelo
que el vacío; deseo,
al que espera un duelo
cual el de la escritura y su desvelo).

A veces pienso, sueño


potros salvajes, lujuriosos; potros,
con los que me despeño
-y un potro y otro potro-
y en tanto hago con uno, pienso en otro.

83
El sunidor

Pasmoso movimiento
de una mano, que hace su recorrido
de un modo tan violento
que el día, sacudido,
despierta en plena calle, confundido.

Un hombre se masturba
contra el escaparate de un negocio;
la gente no lo turba,
no disturba su ocio
de vagabundo tratando con su socio.

Cuida sólo del acto


que le dicta su deseo de gozo:
cumplir con este pacto,
momento deleitoso,
que hace fruncir el ceño a los curiosos.

Invita a ellos a hacerlo


pero no tiene éxito ninguno,
no quieren comprenderlo:
"el mundo sería uno
-dícese él- más solidario y oportuno"

Y queda solo, incierto,


eyaculando vida sin ahorro
.
y piensa: antes que muerto,
"

v1v1r como me corro


• •

cada vez que resurjo en este chorro"

84
Cantor en el hond6n

Un cantor encopado,
confinado en su hondón, haciendo arcadas:
tantea el encordado
y -voz entrecortada-
se encomienda a su musa derrengada.

Implora a ella un milagro,


alguna imagen novedosa, en tanto,
los temas en su magro,
balbuceante canto,
se suceden entre risas y llanto.

¿Risa por no llorar?


¿Llanto por el dolor que hay en su risa?:
pretendió un día alzar
el Canto que eterniza:
para él no era esa altura y agoniza.

Cantó a un Solicitante
y a un loco que escribía garabatos:
aquel tuvo su instante,
éste se ahogó en un rato;
lo que resta es igualmente insensato.

Pretenciones a un lado,
sólo esbozos que tendían a extinguirse;
intentos destinados
a la Nada: antes de irse,
asoma mudo sin dejar de reírse.

85
Indice

CANCIONERO DEL PILLO 7


En la escalera 11
Un suceso 12
El árbol 14
Violento, a veces 15
La taza 16
El perro 17
El escrutinio 18
El flamenco 19
Lewis Carroll 20
Un té 21
La sabiduría 22
El ensayo 24
Turf 25
Rembrandc (1) 26
Rembrandc (11) 28
Loco en el bar 29
La cortadora 30
El caballero 32
La conferencia 33
El pillo 35

QUARKS 37
Ese Algo 39
Desfile 41
La cara de Dios 43
Cuando llega el amor 45
Los enanos 48
El triunfo del tenis 50
En la plaza 52

87
El globo SS
La niña y las máscaras 57
Los tortolitos 59
El buscado 61
Francesca e Paolo 63
Ceremonia 6S
El submarino 67
El chasco 70
Hombre acodado 72

LIRAS DEL HONDÓN 75


Quevedo frente al espejo 77
Cabeza quemada 78
Pequeña cámara Dante 79
Minotauro en el café 80
A una enana más allá de la muerte 81
Un luchador 82
Mujer con potros 83
El surtidor 84
Cantor en el hondón 8S

1111
88

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