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Una narrativa infantil y juvenil para la memoria

Article · December 2015


DOI: 10.14198/AMESN.2015.20.04

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María Bermúdez Martínez


University of Granada
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América sin nombre, no 20 (2015) 49-62
DOI 10.14198/AMESN.2015.20.04
ISSN: 1577-3442 / eISSN: 1989-9831

María Bermúdez
Profesora de la Universidad de
Granada, Departamento de Didác-
tica de la Lengua y la Literatura.
Investigadora especializada en li-
teratura infantil y juvenil, narrativa
hispanoamericana contemporánea
y didáctica de la literatura.

Una narrativa infantil y juvenil para


la memoria
MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ
(Universidad de Granada)

RESUMEN

La problemática de la representación de la realidad histórica, política, social y la indagación


en el pasado a través de una narrativa de la memoria, recorre varias de las literaturas hispa-
noamericanas actuales desde los años ochenta y noventa, y parece haber comenzado también
su andadura en el ámbito de la literatura infantil y juvenil. Este artículo se propone como un
acercamiento, incompleto sin duda —no se pretende la exhaustividad ante un panorama tan
amplio y complejo, sino simplemente abordar algunas interesantes lecturas que van trazando
una senda—, a los acercamientos que la narrativa infantil y juvenil hispanoamericana ha tenido
hacia la realidad histórica y social y el tratamiento de la memoria, atendiendo especialmente al
panorama argentino y poniendo a la vez sobre la mesa algunas de las cuestiones centrales en las
que se debate la literatura infantil y juvenil en la actualidad.
Palabras clave: Literatura infantil y juvenil, memoria, América Latina, literatura argentina.

ABSTRACT

The issue of representation of the historical, political, social and inquiry in the past through
a narrative of memory, go over a number of current Latin American literature since the eighties
and nineties, and seems to have also started his career in the field of children’s literature. This
article is an approach, incomplete certainly —not completeness is intended to such a large and
complex panorama, but simply tackle some interesting readings ranging drawing a track—,
that children and young Hispanic narrative has to the historical and social reality and memory
handling, with special attention to the Argentine scene and at the same time putting on the table
some of the central issues in which children’s literature is discussed today.
Keywords:

La problemática de la representación de la una «literatura de la memoria, pensada espe- 1


La autora —centrándose en el
realidad histórica, política, social… y la inda- cialmente para chicos, dentro de las fronteras ámbito argentino— cita el libro
gación en el pasado a través de una narrativa del género de la literatura infantil y capaz de de Graciela Montes, El golpe, pu-
blicado en 1996 en Página/12,
de la memoria, recorre varias de las literaturas circular en los ámbitos de la educación for- que luego formó parte del libro El
hispanoamericanas actuales desde los años mal» (Nofal 21)1. golpe y los chicos (Buenos Aires,
Colihue, 1996), como ejemplo de
ochenta y noventa, y parece haber comen- Sin embargo, podemos trazar ya un re- esa recuperación de la memoria
zado también su andadura en el ámbito de la corrido por diversos textos que abordan, en el marco del género testimonial
o documental.
literatura infantil y juvenil; si bien, como in- desde diferentes perspectivas, episodios de
Una narrativa infantil y juvenil
dica Nofal, todavía queda mucho terreno por una historia más o menos cercana y que, sin para la memoria
recorrer para poder hablar de la existencia de tratarse específicamente de narrativa histórica, MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ

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2 recuperan hechos significativos de la realidad La autora recopila diferentes propuestas


Recupera, además, unas decla-
raciones de Rodari que sitúan el histórica, política y social para dar cuenta, de diversos agentes internos y externos al
tema en su dimensión histórica y memoria, del pasado. campo de la literatura para niños (autores,
política: «La literatura infantil, en
sus inicios, sierva de la pedago- Este artículo se propone como un acer- editores, padres, maestros, bibliotecarios, in-
gía y de la didáctica, se dirigía camiento, incompleto sin duda —no preten- vestigadores especialistas en el campo o los
al niño escolar —que ya es un
niño artificial—, de uniforme,
demos ser exhaustivos ante un panorama tan medios de comunicación), que son portadores
mesurable según criterios mera- amplio y complejo, sino simplemente abordar de ese discurso que hace «instalar el predomi-
mente escolares basados en el
rendimiento, en la conducta, en
algunas interesantes lecturas que van trazando nio de una función social-pedagógica-moral
la capacidad de adecuarse al esa senda—, a esos acercamientos que la na- en la lectura de los textos destinados a las
modelo escolar. Entre los siglos
XVII y XVIII nacen las primeras
rrativa infantil y juvenil hispanoamericana ha nuevas generaciones»; sobre el que, sin em-
escuelas populares, fruto último tenido hacia la realidad histórica y social y el bargo —insiste—, hay mucho que discutir,
de las revoluciones democráticas tratamiento de la memoria, atendiendo espe- planteando una serie de interrogantes que
y de la industrialización. Hacen
falta libros para esas escuelas; cialmente al panorama argentino y poniendo a alcanzan a las esferas centrales de la diana:
libros para ‘los hijos del pue- la vez sobre la mesa algunas de las cuestiones
blo’. Les enseñarán las virtudes
indispensables para las clases centrales en las que se debate la literatura in- ¿Por qué hoy tiene tanta fuerza este discurso pe-
subordinadas; la obediencia, la fantil y juvenil en la actualidad. dagógico-dogmático de transmisión de los valores
laboriosidad, la frugalidad, el
ahorro. La literatura infantil es a las nuevas generaciones? ¿Por qué la literatura y
uno de los vehículos de la ideo- Literatura infantil y juvenil y educación: otras manifestaciones artísticas son elegidas como
logía de las clases dominantes».
fuerzas de poder en el ámbito educativo y formas privilegiadas para esa transmisión? ¿Por qué
cultural la literatura infantil resulta tan permeable a este uso
moral al que se la somete? ¿Qué concepción de niño
Las palabras de Nofal citadas anterior- supone este programa de transmisión de valores?
mente nos remiten, asimismo, a uno de los ¿Qué concepción de la lectura, en particular de la
ejes que han ido conformando la literatura lectura literaria, y del lector implica este uso moral
infantil y juvenil desde sus orígenes, fuera de lo literario?2.
y dentro del ámbito hispanoamericano: su
presencia en el ámbito educativo y el valor En el eje de la reflexión de Carranza está la
didáctico-pedagógico indisociablemente uni- situación actual de una literatura infantil que
do a una literatura específica para niños; un parece no haber superado esa etapa o que, más
aspecto que enlaza directamente con la pro- bien, por diversas razones, después de una
blemática de los valores en la literatura infan- liberación de las ataduras del didactismo y la
til y juvenil y el funcionamiento de las fuerzas moral, ha vuelto a ella, si bien desde posturas
de poder en el ámbito educativo y cultural. diferentes ya que —como apunta la autora
Si bien la literatura infantil surge estrecha- recuperando a Ricardo Mariño (1999)— los
mente unida a una finalidad didáctica, llega un contenidos moralizantes de antaño son ahora
momento en que se desvincula de esas ataduras reemplazados por textos que despliegan una
y da rienda suelta a la fantasía en el marco de mirada más «progre» en su modo de entender
una libertad de miras que nunca antes había la realidad: «contenidos más actuales, y por
conquistado. No obstante, los últimos reco- esta razón casi invisibles», que podríamos
rridos vuelven a poner sobre la mesa la tensa llamar «políticamente correctos», al tratarse
relación entre una literatura que se llama a sí de textos para ser tolerantes, no discriminar,
misma y se piensa como literatura y sus aplica- fomentar el diálogo, respetar el medio am-
ciones didácticas en el ámbito educativo. Mar- biente, hablar de problemáticas sociales (dro-
cela Carranza, en el año 2006, se preguntaba: gadicciones, sida, pobreza, anorexia, maltrato
infantil…). En definitiva, nos encontramos
Anna Lindh Foundation. ¿Qué ha sucedido en el campo de los libros para chi- ante otra forma de tutelaje que contrasta
cos para que las editoriales insistan de este modo en radicalmente con la idea de texto literario
el cruce entre moral y literatura? Algo está pasando abierto (a la libertad de interpretaciones, a la
en la sociedad, pero particularmente en la escuela, plurisignificación), generador de expectativas,
principal comprador de libros para chicos, para que propulsor de interrogantes más que contene-
las empresas editoriales apunten sus dardos a los dor de verdades absolutas que, como señala
valores, como una evidente estrategia de mercado. Carranza, acercan el texto que se propone
Una narrativa infantil y juvenil
para la memoria La moral y los libros reunidos como estrategia de inicialmente como literario a la «publicidad,
MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ marketing. la propaganda, el panfleto o el sermón». Se

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convierte así, también y de manera destacada, infancia «como encerrada en un corral con 3
Señala Montes: «Cuando en
la literatura infantil y juvenil, en un factor de el pretexto de ser protegida pero al mismo 1986 edité una serie de libros
dominación cultural. tiempo privada de libertad, atrapada en una de información para niños —
Entender y participar— en los
Es evidente que la literatura, como expre- prisión» (Machado 8): que hablaba del terrorismo de
sión cultural que es, nos enseña a vivir y nos Estado que se había instalado en
mi país a partir de 1976; varios
transmite valores; pero entender que esa es […] con el tiempo se elaboraron reglas muy claras me reprocharon que les ‘habla-
la funcionalidad de los textos, que ese es el acerca de cómo tenía que ser un cuento para niños. ra de esas cosas a los chicos’ y
un periodista del diario La Nue-
objetivo de su escritura y el fin de su lectura, En pocas palabras, tenía que ser sencillo y absolu- va Provincia de Bahía Blanca,
es equivocar sin duda los términos, y eso es tamente comprensible (había incluso una pauta que Carlos Manuel Acuña, curiosa
y coherentemente, incluyó en
lo que parece propugnarse desde el discurso fijaba el porcentaje de vocabulario desconocido que una misma nota condenatoria
de los valores en la literatura tan extendido se podía tolerar), tenía que estar dirigido claramente a esas ‘insoportables’ referencias
en la escuela y la sociedad. Esto es algo que en cierta edad y responder a los intereses rigurosamente a asesinatos y torturas en un li-
bro para niños y ‘la educación
ningún modo se cuestionaría en la literatura establecidos para ella. No podía incluir la crueldad sexual en las escuelas’. Diez
adulta y que, sin embargo, parece totalmente ni la muerte ni la sensualidad ni la historia, porque años después, en 1996, cuando
publiqué El golpe y los chicos, un
permisible cuando hablamos de literatura para pertenecían al mundo de los adultos y no al «mundo relato aún más pormenorizado y
niños. Ese control sobre la escritura viene una infantil», a la «dorada infancia», eran bestias del puntual del terrorismo de Estado
siguió habiendo quienes me re-
vez más a tratar de «proteger» al lector de los otro lado del corral y había que tenerlas a raya. Era procharon que insistiera en re-
supuestos peligros de la lectura literaria. De común que esa literatura llamara a su pretendido cordarles ‘esas cosas tan tristes’
a niños» (23).
ahí que también, durante mucho tiempo, haya interlocutor, al niño ideal, «amiguito»: una manera
estado ausente de esta literatura para niños y de ganarse su confianza y, a la vez, mantenerlo en su
jóvenes el tratamiento de determinados temas lugar (Montes 21; la cursiva es nuestra).
«peligrosos» en el marco de esa esfera de pro-
tección trenzada sobre el menor, de acuerdo Crueldad, muerte, horror, sensualidad,
con determinados principios pedagógicos o historia y fantasía aparecen como fronteras
psicológicos de control: el dolor, la muerte, la infranqueables para una escritura
crueldad y la maldad (pensemos en las distin- dirigida a los niños que impone
tas elaboraciones de los cuentos de hadas, en un singular y mal entendido tipo
nuestra entrañable Caperucita escondida en de realismo («la realidad era des-
un armario…), la utopía, la fantasía, el amor pojada de un plumazo de todo
o el odio y, cómo no, determinados aspectos lo denso, matizado, tenso, dra-
de la historia… Por ello la construcción de mático, contradictorio, absurdo,
un mundo literario infantil dirigido a los doloroso; de todo lo que podía
«amiguitos» niños y poblado de animalitos hacer brotar dudas y cuestio-
a orillas de idílicos laguitos, bosquecitos y namientos», Montes 22), aquel
praderitas… que no hacen sino desplegar una que no incomoda al adulto, que
determinada idea que el adulto tiene o desea perfila su figura ideal de infancia
desplegar sobre el menor escamoteando la y le sirve para ejercer el control
realidad concreta del niño: sobre ella. Desde esos paráme-
tros, está claro que «el ingreso
¿Qué es lo que se quiere proteger con ese gesto? Es- de la realidad histórica al mundo
conder lo malo, las brujas, los fantasmas, la muerte, infantil resulta siempre escanda-
son eternas discusiones en los ámbitos de selección losa»3 (Montes 23).
del material infantil. Cómo nombrar lo feo, lo terri- Habrá que esperar a bien en-
La historia interminable: creación de Gmork (Loren)
ble, lo siniestro..., buscar un nombre que el sistema trado el siglo XX para que, con http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/.
hegemónico de producción editorial para chicos se el desarrollo del psicoanálisis, la
empeña en borrar. Faltan las palabras para expresar fantasía entre de lleno en el mun-
lo vivido, faltan las palabras en la ficción para inscri- do literario infantil, apoyada por la idea
bir las huellas dolorosas del pasado (Nofal; la cursiva piagetiana del juego como constructor de lo
es nuestra). real y elemento decisivo en el desarrollo de la
inteligencia, si bien, como ya señalamos, aún
Significativa y esclarecedora es la imagen muchos siguen protegiendo al niño de esos
dibujada en el título del estudio de Graciela «peligros» encerrándolo en su «corral». La
Una narrativa infantil y juvenil
Montes El corral de la infancia que nos pre- literatura para niños entra entonces en una para la memoria
senta —en palabras de Ana Mª Machado— la etapa en que prima el valor literario del tex- MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ

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to y el desarrollo de religión o la patria. Gran parte de ese control era ejer-


finalidades lúdicas cido a través de la escuela, tal como demuestran las
inherentes al juego instrucciones de la ‘Operación Claridad’ (firmadas
literario por encima por el jefe del Estado Mayor del Ejército, Roberto
de todo condicio- Viola), ideadas para detectar y secuestrar bibliografía
nante didáctico, con marxista e identificar a los docentes que aconsejaban
un desarrollo de la libros subversivos (citado por Sotelo).
fantasía y una pre-
sencia palpable de la Se desarrolla así una política de «genocidio
realidad sin ataduras cultural» que afecta de manera directa a la lite-
que, no obstante, co- ratura infantil y juvenil, en muchos casos con
mo señala Montes, prohibiciones directas y totales de libros, cie-
siempre acababan rre de editoriales, quema de libros o, en otros,
—aun cuando inten- con censuras parciales que si bien no prohi-
taban contenerlas— bían la circulación de los textos sí exigían su
por zafarse y colarse modificación, reelaboración o recortes para
en un mundo litera- su circulación. Más allá de la irracionalidad
rio infantil que cada de cualquier pensamiento único y autoritario
Ilustración de John Bauer.
vez se acerca más al mundo adulto borrando como el que subyace en la base de cualquier
las fronteras y afirmando un único territorio, dictadura, uno de los factores motivadores de
entre la fantasía y la realidad, para la literatura esta censura directa sobre la literatura para
(«Hoy hay señales claras de que el corral se niños tiene que ver con la posibilidad que la
tambalea, de que grandes y chicos se mezclan ficción ofrece para abrirse a nuevos mundos,
indefectiblemente», Montes 27). a diferentes realidades y a diversas formas de
entender la vida y la realidad. Y así aparece,
La Literatura infantil en la dictadura militar evidente, en muchas de las argumentaciones
argentina de tales prohibiciones, si bien enmascaradas
en otro tipo de justificaciones más específicas
Posturas de este tipo —de control sobre la o puntuales. Tengamos en cuenta, además,
escritura infantil y la idea de infancia— lleva- que la literatura —como apunta Josefina
das al límite, fueron aprovechadas y sirvieron Oliva respondiendo a la pregunta «¿Qué les
de justificación, en su momento, para deter- podía molestar a los militares de un cuento
minadas actitudes hacia los libros para niños y para chicos?»—, «forma parte de la produc-
jóvenes, como las que refleja la censura sobre ción cultural de una época» y los años setenta
la literatura infantil y juvenil en varios países «marcaron un periodo de lucha y resistencia
hispanoamericanos en el marco de las diferen- que se dejaba ver en las creaciones de carác-
tes dictaduras que recorrieron su historia en ter cultural y que se oponían al discurso del
el pasado siglo. Nos centraremos en analizar, poder de la dictadura» (Raggio y Oliva 2).
especialmente, el caso de la última dictadura Si bien se trata de textos que no tematizan
militar argentina, el eufemísticamente llamado directamente la dura situación vivida, sí nos
«Proceso de Reorganización Nacional» que ofrecen —como en el caso de la literatura di-
sufrió el país entre 1976 y 1983. El amplio rigida a adultos— vías de crítica a una realidad
alcance de la censura en el marco de una dicta- uniforme, monolítica y direccional que es la
dura afectó también a la literatura y, de manera que trataban de imponer los militares y civiles
muy especial, como señala la periodista Judith que en aquel momento ostentaban el Poder.
Gociol en el fascículo Un golpe a los libros A su vez, otra de las causas tiene que ver
(1976-1983), a la literatura infantil y juvenil: directamente con la transformación que esta-
ba sufriendo la literatura misma ya que duran-
Si bien las prohibiciones se instalaron en todos los te los años setenta se producen en la esfera de
frentes, hubo un espacio que el ojo del censor vigiló la producción para niños y jóvenes «cambios
con firmeza: el de la literatura infantil. Los militares que darían un vuelco en la literatura infantil,
se sentían en la obligación moral de preservar a la depositados en el lenguaje, en la transforma-
Una narrativa infantil y juvenil
para la memoria niñez de aquellos libros que —a su entender— po- ción de las atmósferas en las cuales transcu-
MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ nían en cuestión valores sagrados como la familia, la rren las historias, en una nueva relación con el

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lector y en el humor y la parodia como forma denuncias de organismos oficiales o de per-


de criticidad» (Raggio y Oliva 2); dibujando sonas particulares. A partir de ahí se realizaba
líneas paralelas a la literatura adulta que supo- un análisis ideológico-político del libro y se
nen, en el marco de la literatura para niños el emitía un informe (Invernizzi y Gociol 66).
triunfo definitivo de la fantasía y la apertura La Comisión Orientadora de Medios Educa-
de significados, algo que evidentemente no tivos (desde 1979) y la Superintendencia Na-
gustaba a los por entonces gestores del país: cional de Enseñanza Privada (SNEP), fueron
los medios encargados de ejercer ese control
La fantasía, los finales abiertos, las preguntas, el sobre la literatura para niños y jóvenes. Evi-
color, las líneas de los dibujos que se salían de una dentemente, los libros escolares e infantiles
figura «real», eran capaces de abrir nuevos inte- fueron un foco de especial atención, ya que Julián Ortega Martínez. “Liber-
rrogantes en los chicos, y esto no convenció a los la escuela era uno de los ejes fundamentales tad de expresión/Censura”.
dictadores de turno. Justamente lo que menos vieron para ejercer el control y difundir el mensaje.
en las nuevas obras fue literatura. A través de cada El Ministerio de Educación y Cultura obli-
historia se suponía un arma sospechosa, difusora de gó a la difusión en los centros escolares del
ideas peligrosas, que atentaban contra los valores de opúsculo Subversión en el ámbito educativo
«la moral, la familia y la patria» que se pretendían (conozcamos a nuestros enemigos), que tuvo
imponer (Raggio y Oliva 2). una amplia vigencia durante los años 1977,
1978 y siguientes. Entre otras cuestiones,
Ya la escritura de Mª Elena Walsh anti- indicaba (Capítulo III «Estrategia particular
cipaba, desde los años sesenta, esa primacía de la subversión en el ámbito educativo»;
de la imaginación, la invención y el elemento apartado dedicado al nivel inicial —preescolar
lúdico y humorístico, con una literatura diri-
y primario—):
gida a los niños en la que el objetivo funda-
mental y razón de ser de la misma es el placer
El accionar subversivo se desarrolla a través de maes-
por la lectura en sí misma y no el elemento
tros ideológicamente captados que inciden sobre las
didáctico-moralizante que la había teñido
mentes de los pequeños alumnos, fomentando el
hasta entonces. Después nos encontramos
desarrollo de ideas o conductas rebeldes, aptas para
con las escrituras de Laura Devetach, Elsa
la acción que se desarrollará en niveles superiores.
Bornemann, Gustavo Roldán, Graciela Cabal
La comunicación se realiza en forma directa, a tra-
o Graciela Montes, entre otros. Esta última
vés de charlas informales y mediante la lectura y
explica así el cambio producido desde una
literatura entendida como forma de apren- comentario de cuentos tendenciosos editados para
dizaje y tutela sobre el niño a una literatura tal fin. En este sentido se ha advertido en los últimos
gestada como literatura misma y desde la tiempos, una notoria ofensiva marxista en el área de
tradición literaria misma: la literatura infantil. En ella se propone emitir un
tipo de mensaje que parta del niño y que le permita
En general veníamos de la literatura, es decir que «autoeducarse» sobre la base de la «libertad y la
éramos lectores, y, cuando escribíamos, teníamos alternativa»(Invernizzi y Gociol 105).
ilusiones de literatura y no de escuela. Hacíamos
entrar en el imaginario otro tipo
de historias. Nos Las indicaciones de la «Operación Clari-
negábamos a las moralejas, nos gustaba urticar. No dad», dirigida por el jefe del Estado Mayor del
éramos solemnes, recurríamos al humor. Y usábamos Ejército del Proceso, Roberto Viola, incidían
otro tipo de lenguaje. Un lenguaje cercano, menos sobre el control de los siguientes aspectos:
neutro y más propio, más vital.
 Como éramos lec-
tores de literatura, solía haber intertextos, un cierto
 1) Título del texto y la editorial, 2) Materia y curso
diálogo con la literatura argentina y mundial que nos en el cual se lo utiliza, 3) Establecimiento educativo
precedía; ese
vínculo con la literatura adulta resultaba en el que se lo detectó, 4) Docente que lo impuso o
bastante novedoso... (Machado y Montes). aconsejó, 5) De ser posible se agregará un ejemplar
del texto. Caso contrario, fotocopias de algunas pá-
La censura sobre los libros estaba a cargo ginas, en las que se evidencie su carácter subversivo,
de la Dirección General de Publicaciones, que 6) Cantidad aproximada de alumnos que lo emplean,
Una narrativa infantil y juvenil
ejercía el control político. Solía partir bien por 7) Todo otro aspecto que se considere de interés para la memoria
iniciativa propia de la Dirección o bien por (Gociol). MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ

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4 En el panorama general de la edición


Como el caso de La cuba elec-
trolítica, libro de Física censura- argentina, editoriales tan destacadas como
do porque contenía la palabra Eudeba (Editorial Universitaria de Buenos
«cuba» en su título; o El cubismo.
Invernizzi y Gociol (14) señalan Aires) y CEAL (Centro Editor de América
también la prohibición de «la Latina) fueron perseguidas. Significativa fue
matemática moderna por su alu-
sión a las clases, los conjuntos y la quema de libros del depósito del CEAL
los vectores». en un baldío de Sarandí, donde ardieron
un millón y medio de ejemplares. Muchos
escritores, cuyos libros fueron censurados,
se exiliaron; otros fueron encarcelados, tor-
turados y otros engrosan la lista de 30.000
desaparecidos. 15 de diciembre. Aniversario de la creación de la CONADEP.

Aunque en algunos casos los informes


recuperados parecen responder a «la igno-
rancia, capricho o paranoia de los censores Un elefante ocupa mucho espacio, de Elsa
militares» y en otros parece que bastaba Bornemann
con que aparecieran términos como «pue-
blo», «huelga» o determinadas temáticas El 13 de octubre de 1977 el libro Un ele-
solidarias4, para que fuesen prohibidos; en fante ocupa mucho espacio, de la argentina
la mayor parte de los casos, como indica In- Elsa Bornemann fue prohibido por el Decreto
vernizzi, los informes eran precisos, estaban nº 3155/77 del Poder Ejecutivo Nacional. El
debidamente motivados y basados en una informe sobre el libro, recogido en el Decreto
investigación: 1774/73 (Raggio 13), indica que «propicia la
difusión de ideologías, doctrinas o sistemas
políticos, económicos o sociales tendientes a
El funcionamiento de la censura era extremada-
derogar los principios sustentados por nues-
mente simple, eficiente y prolijo. El criterio era:
tra Constitución Nacional», incidiendo en el
no se censura porque sí; porque fulano cae mal o
análisis de algunos de los cuentos que integran
porque es zurdo, porque es comunista o peronista
el volumen.
combativo. Detrás de todo acto de censura de libros
Con respecto al cuento homónimo al
había una investigación del libro. Muchas de esas
volumen, «Un elefante ocupa mucho espa-
investigaciones las encontramos. A veces el informe
cio», el informe señala que en el mismo «se
sobre el libro son tres carillas, y a veces hasta cua-
evidencia la intencionalidad de la autora,
renta. Esos informes eran escritos por intelectuales,
a través de una forma cooperante de dis-
por profesionales, profesores de letras, abogados, gregación social, tratando de sembrar ideas
sociólogos, antropólogos. Gente inteligente, capaz disolventes en la mente infantil». El cuento
y preparada. Y más de uno de estos estudios los narra la historia de un elefante que decide
sorprendería porque es más que aceptable el nivel convocar a todos los animales de su circo a
intelectual. Es más: en líneas generales, deberíamos una huelga general, en busca de la «alegría
decir que tenían razón en lo que decían, no se equi- de la libertad». Consigue el apoyo del resto
vocaban. Desde el punto de vista de los intereses de de animales, que le nombran «delegado»,
clase de la dictadura y de su proyecto ideológico, lanzándose a la tarea de trastocar el orden
los libros que ellos identificaban como «peligrosos» determinado adiestrando ahora ellos, los
o como representantes del pensamiento crítico, por animales, a quienes antes les adiestraban,
decirlo de alguna manera, estaban correctamente los hombres («¡Caminen en cuatro patas y
identificados, no se equivocaban (citado por Ruffa). luego salten a través de estos aros de fuego!
¡Mantengan el equilibrio apoyados sobre sus
A la par de esta labor de censura, había cabezas! ¡No usen las manos para comer!
también un proyecto complementario de ¿Rebuznen! ¡Maúllen! ¡Píen! ¡Ladren! ¡Ru-
rellenar ese hueco cultural, un «plan de sus- jan!», Bornemann 13). El dueño del circo no
titución cultural», de reemplazar ese vacío puede resistir la situación y accede al trato,
censurado con producciones orientadas hacia embarcando a todos los animales de vuelta a
su proyecto de sociedad basada en la premisa África, a la Libertad, contratando dos avio-
Una narrativa infantil y juvenil
para la memoria «estado, religión y familia» (Invernizzi y nes «porque todos sabemos que un elefante
MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ Gociol 114). ocupa mucho, mucho espacio…» (14).

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«Caso Gaspar», el segundo de los relatos lenguaje claro y accesible a los


que integran el volumen, nos presenta a un niños se les acerca al poeta chile-
personaje que, cansado de gastar suelas reco- no activo militante comunista».
rriendo la ciudad vendiendo manteles, decide «Donde se cuentan las fe-
un día empezar a caminar sobre sus manos. chorías del Comesol», nos pre-
La actitud de los demás hace que Gaspar se senta a un gato abandonado,
sienta rechazado («Me rechazan porque soy el «pequeño tigre de ciudad», ais-
primero que se atreve a cambiar la costumbre lado del resto de gatos absorto
de marchar sobre las piernas… Si supieran en la idea de construir un apara-
qué distinto se ve el mundo de esta manera, to, un «acaparasol» para atraer
me imitarían…» 20); le tildan de «loco», los rayos solares. Construye su
pero nada afecta a un Gaspar que entiende invento y deja sin sol el baldío
las críticas como «opiniones» que incluso le en el que viven, de manera que “Sub-version 2.0”.
divierten, haciendo caso omiso de ellas. Un el resto de animales debe com-
día es detenido por la Policía («Un camión prarle barriles con rayos de sol para poder
celular lo condujo a la comisaría más próxima, sobrevivir. La situación llega a ser tan extrema
y allí fue interrogado por innumerables poli- que los gatos se unen en «asamblea general»
cías» que lo consideran por su forma de andar y juntos consiguen destruir el acaparasol:
«muy sospechoso», 21-22); pero Gaspar logra «Nunca había imaginado que todos los demás
revertir la situación ya que hace ver a la Po- podían unirse en su contra. Juntos, juntos. Y
licía que caminar sobre las manos no forma juntos abrieron los toneles de sol que se api-
parte del entramado de prohibiciones («¿ES- laban formando casi una montaña. Y juntos
TÁ PROHIBIDO CAMINAR SOBRE LAS destrozaron el acaparasol» (89). Así, la inter-
MANOS? Y por más que buscaron en pilas pretación que la censura realiza del cuento es
de libros durante varias horas, esa prohibición que «el tigre representa al sistema capitalista
no apareció. No, señor. ¡No existía ninguna que oprime a los gatos, la clase trabajadora,
ley que prohibiera marchar sobre las manos ni situación que se mantiene hasta que los gatos
tampoco que obligara a usar exclusivamente unidos en defensa de sus intereses destruyen
los pies» 22). De esa manera «Gaspar reco- al Comesol [...]
En síntesis, aquí se muestra la
bró la libertad de hacer lo que se le antojara, lucha del proletariado con conciencia de clase
siempre que no molestar a los demás con su contra el capitalismo al cual derrota».
conducta» (23). El decreto incide en que en En definitiva, se considera que los relatos
este relato «existe por parte de la autora la de Un elefante ocupa mucho espacio «poseen
intencionalidad de crear en la mente infantil una finalidad de adoctrinamiento que resulta
imágenes distorsionadas de nuestro sistema preparatoria a la tarea de captación ideológica
de vida, utilizando para ello la forma del tra- del acciona subversivo», de manera que «dado
bajador que intenta un cambio en las formas el contenido ideológico existente en la publi-
y que por ello es reprimido». cación, lesivo hacia nuestro sistema de vida
Las referencias a la realidad política y so- occidental y cristiano y teniendo en cuenta
cial vuelven a estar presentes en una escritura fundamentalmente que la obra se dirige al
que hace de la imaginación el eje sobre el que público infantil, se propone la apreciación
se construye la narración a través de trabajo referida y su inclusión en lo dispuesto por la
poético con el lenguaje, como en «Pablo», ley 20.840/74» (recogido en Raggio 12). Así,
que narra la historia de un pueblo marinero el decreto de prohibición (3155/77), ordena
que se queda sin voz, en el que las palabras el inmediato secuestro de todos los ejem-
vuelan hasta detenerse ante la casa de Pablo «el plares en circulación del libro, al considerar
poeta, hermano del amor y la madera, amigo que, en virtud de «que uno de los objetivos
de paraguas y flores, caminador de muelles y básicos fijado por la Junta Militar en el acta
de inviernos, timonel del velero de los pobres, del 24 de marzo de 1976 es el de restablecer la
voz de los tristes, de piedras y olvidados…», vigencia de los valores de la moral cristiana,
que acababa de morir. Las palabras rinden su de la tradición nacional y de la dignidad del
último homenaje al poeta «su ángel guardián, ser argentino» y de que «dichos objetivos
su domador, su padre, su sembrador» (36). El se complementan con la plena vigencia de
Una narrativa infantil y juvenil
informe señala que
 el relato «está dedicado a la institución familiar y de un orden social para la memoria
Pablo Neruda, a quien se apologiza y con un que sirva efectivamente a los objetivos de la MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ

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América sin nombre, no 20 (2015) 49-62

Nación», el libro de Bornemann (así como El Universitaria de Córdoba. El libro se editó


nacimiento, los niños y el amor, de la autora con un estímulo del Fondo Nacional de las
francés Agnes Rosenstiehl, ambas publicacio- Artes. La autora ya había recibido previamen-
nes de Ediciones Librerías Fausto), «agravia a te varias distinciones en concursos literarios
la moral, a la familia, al ser humano y a la so- por algunos de los relatos que lo integran y la
ciedad que éste compone».
Se señala también obra tuvo muy buenas críticas en periódicos
a la editorial, que «comparte dichos agravios y provinciales y nacionales (Clarín, El Diario de
es contumaz en esa difusión». Así, se decreta Mendoza y La Prensa, entre otros). Fue, sin
la prohibición y el cese temporal de la activi- embargo, prohibido, entre otras razones, «por
dad de la editorial: su ilimitada fantasía». La prohibición se inició
en la provincia de Santa Fe en 1976, de donde
Art. 1. Prohíbese la distribución, venta y circulación procede la autora, después continuó en Men-
en todo el territorio nacional, de los libros «Un doza, Buenos Aires, la zona sur y finalmente,
elefante ocupa mucho espacio» de Elsa Isabel Borne- en 1979, se extendió a nivel nacional. La autora
mann y «El nacimiento, los niños y el amor» de Ag- explica así el mecanismo de la censura:
nés Rosentiehl, ambos de «Ediciones Librería Faus-
to» y secuéstrense los ejemplares correspondientes. Era la gente de adentro la que se encargaba de mandar
Art. 2. Dispónese la clausura por el término de diez lista... y el señor de charreteras en el escritorio firma-
días de «Ediciones Librería Fausto» con domicilio en ba... listo. Es más, los fundamentos, por ejemplo de
Santa Fe 1715, Capital Federal.
 la prohibición de La torre de cubos, yo sé quienes los
Art. 3. Lo dispuesto en el artículo anterior no im- dieron. Y son dos colegas» ( Raggio 3)
pedirá la realización de las tareas administrativas,
inherente a «Ediciones Librería Fausto».
 Sin embargo, Devetach indica asimismo
Art. 4. La Policía Federal dará inmediato cumpli- que también fueron colegas y compañeros,
miento a lo dispuesto en el presente decreto.
 educadores, maestros, los que propiciaron
Art. 5. Comuníquese, etc. Videla - Harquindeguy. que dicha prohibición fuera subvertida y su
(Recogido en Raggio 13). libro siguiera circulando, oculto, escondido,
sin nombre de autora, entre niños y jóvenes…
El alcance de esta prohibición motivó que (Invernizzi y Gociol 315). El maestro Paulino
Elsa Bornemann tuviera prohibido el acceso Guarido expone su testimonio («Bartolo ¡está
a cualquier centro de educación pública del vivito y coleando!») en la «Propuesta Didác-
país hasta el final de la dictadura (Invernizzi tica. Libros: memoria con futuro», elaborada
y Gociol 110), aún cuando un año antes Un por Claudia Rodríguez Paoletti:
elefante ocupa mucho espacio había sido ga-
lardonado por el IBBY (International Board Bueno, lo cierto es que yo me había enamorado
on Books for Young People) integrando el de dos cuentos: «La planta de Bartolo» de Laura
Cuadro de Honor del Premio Internacional Devetach y «Un elefante ocupa mucho espacio» de
«Hans Christian Andersen», que lo considera Elsa Bornemann. Un día comenzó a correr de boca
«un ejemplo sobresaliente de Literatura con en boca, en las escuelas, en el sindicato y en algunas
importancia internacional». El libro no volverá librerías, que había una lista de libros prohibidos.
a ser publicado hasta 1984, con el retorno de la Después, con el tiempo, nos enteramos que la lista
democracia. Desde entonces se han realizado estaba escrita, que amenazaban a los autores, que se
ya varias ediciones y su lectura actual, dentro y quemaban los libros. Sin embargo, mientras tanto,
fuera del marco escolar, primando el valor esté- yo quería que mis pibes disfrutaran de esta literatu-
H.C. Andersen. Foto: Greger tico de los relatos y el triunfo de la fantasía que ra; que conocieran a Bartolo, ese pibe tan pero tan
Ravik. representan en el marco de la literatura infantil solidario.
y juvenil contemporánea, se propone sin duda Entonces, para no meterme en problemas, lo que ha-
como un importante ejercicio para la memoria cía era escribir en un cuaderno —en el cual los maes-
de las generaciones actuales. tros teníamos que escribir lo que íbamos a enseñar
día por día— nombres de otros cuentos, o cambiarle
La torre de cubos, de Laura Devetach el autor o modificar el título. Había que tratar, ade-
más, que no quedara nada escrito, ni siquiera dibujos.
Una narrativa infantil y juvenil
para la memoria La Torre de cubos se publicó por vez pri- Los que lo hacíamos —porque con el tiempo también
MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ mera en 1966, por EUDECOR, la Editorial nos enteramos que muchos compañeros hacían cosas

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América sin nombre, no 20 (2015) 49-62

parecidas— era intentar que eso quedara en la memo- Muchos de los elementos de juicio coinci- 5
Recogido también en Gociol.
ria y en el corazón de nuestros pibes. Fue la forma den con los términos de la prohibición de Un Véase asimismo el documental,
que muchos encontramos para no traicionar nuestros elefante ocupa mucho espacio, pero en el caso producido por Hernán Belón
bajo la dirección de Nicolás
ideales y, a la vez, cuidarnos entre todos5. del libro de Devetach destaca la formulación Carreras, titulado «Prohibido no
explícita como criterio específico de censura leer», realizado por la TV Públi-
ca y la Secretaría de Cultura de
Devetach pone de relieve el control sobre su «ilimitada fantasía». La escritora Graciela la Presidencia de la Nación, a
toda escritura que marcara modelos y meca- Montes, reflexiona sobre esta construcción través del Centro de Producción
nismos de convivencia o que reflejara aspectos utilizada por los represores en la resolución e Investigación Audiovisual en el
marco del ciclo de documentales
relativos a la realidad social —como hemos ministerial: «30 Años de Democracia» (dis-
visto en el caso de Un elefante ocupa mucho ponible en www.youtube.com/
watch?v=yhSnlOOybew).
espacio—, así como el control ejercido sobre En fin, la fantasía es peligrosa, la fantasía está bajo
el lenguaje del que debía ser desterrada cual- sospecha: en eso parecen coincidir todos. Y podría-
quier marca de regionalismo o coloquialismo; mos agregar: la fantasía es peligrosa porque está fuera
y recuerda el alcance que para ella, como es- de control, nunca se sabe bien adónde lleva.
critora y como persona, tuvo la prohibición:
Pero ¿de qué se acusa en realidad a la lite-
La torre de cubos se prohibió primero en la provincia ratura infantil cuando se la acusa de fantasía?;
de Santa Fe, después siguió la provincia de Buenos ¿por qué tanta pasión en la condena?; ¿en
Aires, Mendoza y la zona del Sur, hasta que se hizo nombre de qué valores se lanza el ataque?;
decreto nacional. A partir de ahí la pasé bastante mal. ¿qué es lo que se quiere proteger con ese
Porque no se trataba de una cuestión de prestigio gesto? Tengo la impresión de que, en esta apa-
académico o de que el libro estuviera o no en las rente oposición entre reali-
librerías. Uno tenía un Falcon verde en la puerta. Yo dad y fantasía, se esconden
vivía en Córdoba y más de una vez tuve que dor- ciertos mecanismos ideoló-
mir afuera. Finalmente nos vinimos con mi marido gicos de revelación/oculta-
a Buenos Aires en busca de trabajo y anonimato. miento que les sirven a los
Durante todo ese período quise publicar y no pude adultos para domesticar y
(Devetach). someter (para colonizar) a
los niños (Montes 16).
Los pilares que sustentan la resolución Laura Devetach señala
N° 480 que prohibió a nivel nacional La el giro que venía dando
torre de cubos, con fecha del 23 de mayo la narrativa para niños y
1979 —que reitera los términos del Boletín nº jóvenes en esos años co-
142, de julio de 1979, por el cual el Ministro mo una de las causas de la “Children’s Carnival”, Paul Landacre.
de Educación de la Provincia de Santa Fe censura a su libro, el paso
prohibió el uso de La torre de cubos en las de «valores de óptica adulta, estereotipados
escuelas de educación primaria (recogida en y previsibles» a la irrupción de «voces dis-
Nofal, «Los domicilios de la memoria»)—, tintas» que introducían aspectos, temáticas,
son su «simbología confusa, cuestionamientos experiencias y voces «que no entraban en
ideológico-sociales, objetivos no adecuados el listado oficial de lo aceptado para decir
al hecho estético, ilimitada fantasía y carencia a los niños»; de manera que, «una vez más
de estímulos espirituales y trascendentales», en el mundo» —quizás como si la memoria
señalando, de manera más específica tampoco en ese momento funcionara— «lo
diferente» se convirtió, del nuevo, en «lo
Que algunos de los cuentos narraciones incluidos en prohibido o peligroso». La libertad creadora,
el libro, atentan directamente al hecho formativo que y de su mano esa ilimitada fantasía, era una
debe presidir todo intento de comunicación, centrando vez más escamoteada en defensa de una su-
su temática en los aspectos sociales como la crítica a la puesta y nada inocente defensa de valores. La
organización del trabajo, a la propiedad privada y al incomodidad del cuestionamiento de deter-
principio de autoridad enfrentando grupos sociales, minadas ideas y valores sociales y la fuerza
raciales o económicos con base completamente mate- arrolladora de la peligrosa fantasía fueron las
rialista, como también cuestionando la vida familiar, causas de la prohibición; si bien las razones
distorsiones y giros de mal gusto, lo cual en vez de ayu- esgrimidas, como también en otros casos, se
Una narrativa infantil y juvenil
dar a construir, lleva a la destrucción de los valores tra- presentan como mucho más directas, visibles para la memoria
dicionales de nuestra cultura (Invernizzi y Gociol 313). e incluso surrealistas: MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ

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6 La doble moral de siempre impulsó las argumenta- plegando la visión de una sociedad alienada
«Me consta que, en mi caso,
inquietaron de entrada ideas ciones por caminos más generales y casi surrealistas. en la que nadie toma conciencia de las necesi-
como la de la mujer gris que va Les fue útil «La planta de Bartolo» y su conflicto dades del otro, salvo la mirada del niño Totó.
lagañosamente a la iglesia todas
las mañanas, en «El monigote de ancestral entre los que tienen y los que no tienen. Buenos Aires aparece como «una ciudad muy
carbón». O el hecho de expresar Es quizás lo más visible, pero no fue el único deto- grande que no está hecha ni de caramelo, ni de
que una niña roza con el vértice
de las piernas la torre que armó
nante de una prohibición que venía pautada de antes galleta, ni de café, sino de casas altísimas, de
con cubos, para saltar por sobre por mentes «civiles» que trabajaban en educación autos, de semáforos y de calles que se trenzan
ella, en el cuento «La torre de y en cultura, que denunciaron y construyeron los entre sí nada más que para confundir al que
cubos». O la descripción de la
realidad de otra niña que duer- argumentos para el decreto final, de orden nacional no conoce la ciudad» (28). El niño Totó y
me en la cocina y hace tareas (Devetach)6. Carbonilla, el deshollinador que le descubre
en su casa mientras los padres
salen a trabajar en «El pueblo las chimeneas en las que se esconden «las
dibujado». Eran ideas incómo- Invernizzi y Gociol (311) resaltan el valor mejores canciones de viento, las adivinanzas
das para los medios educativos
y la iglesia. Sin embargo no eran
de una censura que acusa, sorprendentemen- y los versitos que a veces se escapan», viajan
esos los argumentos que luego se te salvo que en el marco de un decreto de por la ciudad en busca del obelisco (que «se
esgrimirían para la prohibición.
La doble moral de siempre im-
prohibición, a la escritura de Devetach de levantaba como un largo caramelo apuntando
pulsó las argumentaciones por «ilimitada fantasía», esa que recorre página a a las nubes», 37-38), montados en la bicicleta
caminos más generales y casi página toda La torre de cubos, desplegando de Carbonilla, invisibles para el resto de habi-
surrealistas» (Devetach).
un mundo de imaginación y valores poéticos tantes que «estaban muy ocupados en pelear
destacables todavía hoy en el panorama de y con un enojo de muchos años encima» (37).
la literatura infantil. Es, sin duda, un texto Totó lleva a Carbonilla a casa de Laura, la
que proclama la defensa de la literatura y la «inventora de cuentos para chichos», que, en
imaginación en el universo infantil a través un ejercicio intertextual que recorre varios
de ocho relatos de enorme calidad estética. de los relatos del volumen, conoce «todas las
En el homónimo al volumen, «La torre de chimeneas […] y los deshollinadores y los
cubos», Irene construye una torre de cubos monigotes de las paredes» y sabe «lo que les
de colores e ingresa en el mundo fantástico de pasa a los chichos cuando se tragan un silbi-
los caperuzos, cuyas casitas «eran pepitas de do» y «adonde se esconden las campanadas
luz suspendidas entre las colinas» (Devetach, de los relojes». Será Laura quien consiga un
La torre de cubos 18), un universo de armonía trabajo para Carbonilla haciéndolo personaje
ética y estética en el que sus habitantes defien- del cuento.
den al que lo necesita, en el que no existen Poeticidad, humor, irrupción de lo mara-
diferencias ni discriminaciones y que la autora villoso, un amplio y magistral despliegue de
describe envuelto en una atmósfera poética imaginación sobre una escritura cargada de
magistralmente dibujada («El sol era un jugo humanidad… son las marcas que caracterizan,
lento sobre las colinas azules; Irene pasó toda asimismo, al resto de los relatos: «Nochero»
la tarde conociendo maravillas. Aprendió a (donde un viejecito recorta de la noche, con
hacer delicadas torres de arena, a llamar a los unas tijeras, una silueta de caballo que cobra
peces rojos, a remontar barriletes desde los vida para que Luis salga a cabalgar); «Mau-
barquitos pardos», 17). La imaginación se ricio y su silbido» y «Monigote de carbón»
despliega en «La planta de Bartolo» haciendo (en el que un monigote dibujado sobre una
crecer cuadernos en la maceta en la que un día pared que ve pasar diariamente a la gente
Bartolo sembró un precioso cuaderno. Barto- sin que nadie se fije en él —entre ellos a «la
lo destina esos cuaderno a los chicos pobres mujer gris que iba lagañosamente a la igle-
del pueblo que no pueden comprarlos y no se sia todas las mañanas» (69-70)— consigue
desprenderá de la planta ni por un «tren lleno desprenderse para que Roque lo complete
de chocolate», ni por «una bicicleta de oro y dibujándole un «ojito negro, pícaro, redon-
doscientos arbolitos de navidad», ni por «un dito, un gran sombrero, un trabuco, botas,
circo con seis payasos una plaza llena de ha- un velero maravilloso», pintándolo «con los
macas y toboganes», ni por «una ciudad llena colores más hermosos: con sol, con naranjada,
de caramelos con la luna de naranja»… Ni los con briznas de pasto y caramelos de frutilla»
soldaditos azules de la policía, enviados por el para que desde entonces luzca orgulloso,
Vendedor de cuadernos, lo consiguen. premiado, enmarcado en la pared, 76-77); «El
Un magnífico despliegue de imaginación pueblo dibujado» por Laurita (un pueblo con
Una narrativa infantil y juvenil
para la memoria y poeticidad inunda asimismo las páginas de lluvia y sin colores cuyos monigotes cobran
MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ «El deshollinador que no tenía trabajo», des- vida y aprenden a hablar con sopa de letras);

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y «Bumble y los marineros de papel» que dad de comunicar, la imposibilidad de contar 7


Moyano relata así a Mempo
descubren el mar y dibujan su silueta muy lo vivido-traumático: Giardinelli su regreso a la es-
cerca de la orilla. Los relatos de Devetach, critura después del silencio: «Yo
ya no creía en nada y le tenía
envueltos en una atmósfera general de fantasía Una de las características de las experiencias traumáti- miedo a volver a creer en la lite-
e irrealidad, nos muestran además, a través cas es la masividad del impacto que provoca creando ratura. Además, habían pasado
muchas cosas en el país, en mi
de pequeñas pinceladas, huellas o atmósferas un hueco en la capacidad de «ser hablado» o contado. vida, y bueno, yo no me consi-
que se despliegan por ese universo poético Se provoca un agujero en la capacidad de representa- dero un escritor realista y por lo
(los soldaditos azules de la policía enviados ción psíquica. Faltan las palabras, faltan los recuerdos. tanto no sabía qué hacer. Pero
estaba muy cargado. Así que un
por el Vendedor de cuadernos para destruir a La memoria queda desarticulada y sólo aparecen hue- día me planté y le dije a Osval-
Bartolo; los habitantes de Buenos Aires que llas dolorosas, patologías y silencios. Lo traumático do: «Mira, yo no tengo más tías,
y solamente sé escribir sobre mis
nos muestra «El deshollinador que no tenía altera la temporalidad de otros procesos psíquicos y tías, así que planto y se acabó».
trabajo» como seres «muy ocupados en pelear la memoria no los puede tomar, no puede recuperar ni Entonces él me dijo: «Ah, bueno,
yo tengo una, te la presto». Y
y con un enojo de muchos años encima»…), transmitir o comunicar lo vivido (Jelin 8). siguiendo la broma, le pregunté
rastros de una realidad exterior inabordable cómo se llamaba y me dijo: «Se
llamaba Lila y era preciosa; vive
e inexplicable. En este sentido, la escritora Otros libros prohibidos todavía». Me gustó ese nombre.
apunta al trabajo con el lenguaje realizado por Él empezó a contarme: «Mi tía
los escritores argentinos durante el período: El pueblo que no quería ser gris (1975), Lila...» y yo lo interrumpí: «No,
no me cuentes nada, porque si
con texto de Beatriz Dourmec e ilustraciones no, no voy a poder imaginar.
[…] muchos argentinos, habíamos aprendido a ha- de Ayax Barnes, fue otro de los libros prohi- Déjame ver si te cuento yo sobre
la tía Lila». Y se produjo como
blar de alguna manera en doble sentido, donde acá bidos. Narra la historia de «un rey grande en un pinchazo en esa bolsa de an-
podía andar perfectamente pero en otro lado se un país chiquito. En el país chiquito vivían gustias que yo tenía adentro, y
por el agujerito empezó a salir el
podían leer un montón de cosas que no estaban tan hombres, mujeres y niños. Pero el rey nunca cuento, que ahora te regalo para
manifiestas. Ella me decía que habíamos hecho una hablaba con ellos, solamente les ordenaba...». la revista. En realidad yo no lo
especie de trabajo en el lenguaje y debe haber sido así. Cuando ya no sabe qué más ordenar, se le escribí, sino que estaba, se hizo
solo, lo tenía guardado. Más
Es decir, así como uno hizo un trabajo con su propio ocurre la idea de que todos los habitantes del aún, yo intenté no contarlo sino
tono, con su propio cuerpo, con su vida, supongo pueblo pinten su casa de color gris. Todos que sólo quise que sucedieran
las cosas».
que aprendió a trabajar elípticamente y sin embargo obedecen, «todos menos uno; uno que estaba
diciendo cosas, ¿no?» (Raggio 4). sentado mirando el cielo, y vio pasar una pa- 8
La edición censurada de Un ele-
loma roja, azul y blanca», y decidió pintar de fante ocupa mucho espacio, de
Unas veces por la necesidad de escamotear esos colores su casa. El resto de habitantes le Bornemann, tenía también unas
significativas ilustraciones de
esa censura que, sin embargo, como venimos imitan, hasta que todo el pueblo y sus alrede- Ayax Barnes. Por su capacidad
observando, fue pertinaz en el campo de la dores deja de ser gris. de hablar y sugerir a través de
literatura para niños y jóvenes; otras por la La presentación de un rey absoluto en- la imagen, las ilustraciones tam-
bién fueron un señalado objeto
necesidad de nombrar el horror desde posi- frentado de repente a una acción individual de control por parte de la cen-
cionamientos que permitan hablar cuando no que consigue cambiar el contexto social, sura.

se puede narrar o cuando, tras el horror, ya enlaza directamente esta narración con «El
no quedan palabras; la literatura argentina del año verde» de Un elefante ocupa mucho es-
período, como indicaba Devetach, habla en pacio, en el que un muchacho toma una lata
un doble sentido, crea un lenguaje y un tono de pintura verde y hace llegar el año verde en
propio que permite hablar sin hablar. Ese es el que todos serán felices siempre prometido
el caso, por ejemplo, haciendo una correlación por un poderoso rey sordo a las necesidades
con la literatura para adultos, de Nadie nada de su pueblo («¡El aire ya huele a verde! ¡Si
nunca, de Juan José Saer o Respiración arti- todos juntos lo soñamos, si lo queremos, el
ficial de Ricardo Piglia (ambas publicadas en año verde será el próximo!», Bornemann 81).
1980), narraciones que se convierten en la pri- También fue objeto de prohibición La
mera figuración de la violencia de la argentina línea, publicado en 1974 por Beatriz Dou-
de los años ochenta y noventa y en las que, merc y Ayax Barnes, que recibió en 1975 el
desde diferentes posiciones, lo real histórico, Premio Casa de las Américas. Volverá a reedi-
político, entra en la literatura a través de es- tarse, en la colección Libros Álbum en el 2003
trategias narrativas muy elaboradas y basadas por Ediciones del Eclipse8.
en una figuración alegórica de la violencia; o Otros muchos libros fueron prohibidos,
del relato «Tía Lila» de Daniel Moyano, que aunque no se han podido recuperar muchos
permite al escritor riojano poder hablar de datos y algunos de los textos: Los zapatos vo-
Una narrativa infantil y juvenil
nuevo, y hablar del «horror», después del si- ladores de Margarita Belgrano, de la colección para la memoria
lencio7. Elisabeth Jelin explica así la incapaci- Cuentos del Chiribitil, un proyecto del CEAL; MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ

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9 Dailán Kifki de María Elena Walsh; Jacinto sentido podemos leer La composición de Skár-
En este artículo nos hemos cen-
trado exclusivamente en los rela- de Graciela Cabal (Editorial Sudamericana. meta, otro texto que recupera la memoria de
tos escritos por autores argenti- Buenos Aires, 1977) y otros textos internacio- las dictaduras del cono sur. Sin referencias es-
nos y publicados en Argentina.
nales como El principito de Antoine de Saint paciales que nos permitan vincular la situación
Exupery9. narrada específicamente a la dictadura chilena
de Pinochet, el texto de Skármeta recrea el
Recuperaciones de la Memoria asfixiante clima de aquella y otras dictaduras
como las sufridas por Argentina, Uruguay
En La piedra arde (1980), Eduardo Ga- o Paraguay en la segunda mitad del pasado
leano nos presenta a un anciano, encorvado siglo: censura, terror, incomunicación, control
y cojo, con la nariz torcida y una cicatriz que absoluto sobre las vidas individuales y las rela-
le atraviesa la mejilla, con apenas pelo y sin ciones sociales… Desde la mirada de un niño,
dientes. Cuando Skármeta recrea ese clima demostrando que sí
el niño Carasucia se puede hablar, que no existen temas tabú en
le ofrece al buen la literatura para niños y que la clave está en có-
anciano romper mo narrar esa historia. Con un lenguaje lírico,
la piedra mágica aunque también preciso y directo, muestra las
que le devolve- inquietudes de niño hacia la realidad histórico-
rá la juventud y social y la construcción de una posición ante
borrará sus cica- ella, dándole la posibilidad de actuar.
trices (¡El viejo En el ámbito de la literatura infantil argen-
bailará como un tina podemos referirnos a textos como el relato
trompo y saltará «Los desmaravilladores» de Elsa Bornemann,
como una pulga incluido en el libro de relatos homónimo
Eduardo Galeano, Brasilia, 2014. Foto: Rafael H. Barroso.
y volará como (1991), que hace memoria de la dictadura mi-
un pájaro! ¡No litar argentina tematizando la desaparición de
volverá a toser! ¡Tendrá las piernas sanas y personas y adopción de niños durante el perío-
una cara sin tajos y una boca con todos los do. Una niña de entre 13 y 16 años que escribe
dientes!, 10), el viejo le responde, relatando bajo el pseudónimo de Humo envía un relato
su historia: a un concurso de relatos históricos organizado
por la «Academia Nacional de Historia de la
—Estos dientes no se cayeron solos. Me los arran- República de Sudaquia». El relato enviado al
caron a golpes. Esta cicatriz que me corta la cara, no certamen pone sobre la mesa algunas cuestio-
viene de un accidente. Los pulmones... La pierna... nes centrales para la reflexión: el concepto de
Rompí esta pierna cuando me escapé de la cárcel, «historia» desde la perspectiva infantil/juvenil
porque era muy alto el muro y había vidrios aba- («ella no se olvidaba de que aún éramos niños
jo. Hay otras marcas, también, que no puedes ver. y que lo que había acaecido doce o quince años
Marcas que tengo en el cuerpo y no solamente en el atrás también formaba parte de la historia. De
cuerpo y que nadie puede ver. una historia reciente para los adultos —por
[…] supuesto— pero ocurrida cuando no había-
—Si parto la piedra, estas marcas se borrarán. Pero mos nacido y —por lo mismo— tan lejana
estas marcas son mis documentos, ¿comprendes? Mis con la que se reproduce en los manuales»); la
documentos de identidad. Me miro al espejo y digo: atmósfera de represión y violencia del perío-
«Ése soy yo», y no siento lástima de mí. Yo luché do («No transcurría una semana sin que se
mucho tiempo. La lucha por la libertad es una lucha difundieran comunicados prohibiendo esto,
de nunca acabar. Ahora hay otros que luchan, allá le- aquello y lo de más allá también, o proclamas
jos, como yo he luchado. Mi tierra y mi gente no son incitando al caos; sin que estallaran artefac-
libres todavía. ¿Comprendes? Yo no quiero olvidar. tos explosivos en cualquier parte; sin que se
No parto la piedra porque sería una traición (18-20). produjeran sangrientos enfrentamientos entre
«los desmaravilladores»); y la situación —eje
El relato de Galeano es un texto referente de la trama— de secuestro y desaparición de
de una narrativa de la memoria que recupera la personas («Decenas, cientos, miles de personas
huella de un pasado histórico traumático pero fueron como evaporadas… Miles y miles de las
Una narrativa infantil y juvenil
para la memoria necesario para afrontar el presente y dibujar un que sus familias no volvieron a tener noticias
MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ futuro desde la experiencia vivida. En el mismo ni, en muchísimos casos, a enterarse de porqué

60
América sin nombre, no 20 (2015) 49-62

de sus desapariciones. Como aspirados por desde planteamientos un


una perfecta máquina de volatizar niños y tanto arquetípicos, co-
bebés también»). El relato escrito por Humo, mo denuncia —sin dis-
una de esas niñas nacidas en cautiverio tras cutir la eficacia narrativa
la inenarrable suerte corrida por sus padres a de los textos y el placer
manos de los «desmaravilladores» en el poder, que produce su lectura—
compara la situación con «una excelente novela Fernández Felsenthal. Si
de terror». bien en ocasiones prima la
Es interesante resaltar que si bien textos fórmula, con estructuras
como los citados refieren de manera más o arquetípicas de buenos
menos directa esa historia reciente, hay otros y malos y reiteración de
Centro clandestino de detención El Olimpo, Buenos Aires. Foto:
textos que, sin referencias directas, a través de determinados temas y vi- Adam Jones.
las atmósferas recreadas, hablan —como ya siones, los textos citados
apuntamos— sin hablar. A ello se ha referido destacan también por su construcción narra-
en alguna ocasión Laura Devetach, llamando tiva, por su posicionamiento enfrentado a la
la atención de la crítica sobre «las marcas de la «doxa» del Poder y, sobre todo, por poner
historia en todos los que escribimos durante sobre la mesa un asunto crucial para la litera-
esas épocas» (Devetach, «Autobiografía») y tura infantil y juvenil, el cruce de dos posturas
en este sentido se construye también, según históricas sobre el niño y la infancia: por un
nos explica Ana Garralón, la interpretación lado, la esfera de protección hacia el menor
que hace Cristina Colombo acerca del auge (los «corrales» de los que hablaba Graciela
del género de terror en la Argentina de los Montes) y la consideración del niño/adoles-
años ochenta, refiriéndose al libro de Elsa cente como sujeto activo de derecho (véase,
Bornemann Socorro o a textos como Irulana y en este sentido, la lectura realizada por Scerbo
el ogromonte (un cuento de mucho miedo) de de El mar y la serpiente de Paula Bombara).
Graciela Montes: Volvemos así al planteamiento inicial sobre
el funcionamiento del poder en los discursos y
Estoy persuadida de que en estos relatos de terror la circulación del material cultural, en este caso
aparecen los verdaderos fantasmas que han estado una incipiente narrativa que nos ofrece marcos
y aún están rondándonos desde la reciente historia interpretativos para la comprensión del pasado
argentina: la crueldad, el sadismo, desapariciones, y la formulación del proyectos de futuro en el
secuestros, terrorismo, monstruos que se devoran a marco específico de una literatura infantil y ju-
sí mismos, pánico, complicidad en el silencio, muerte venil cuyo objetivo, en palabras de Felsenthal,
y desolación (citado por Garralón 42). «es, y será siempre innegable: los individuos en
formación» (que no, matizamos, la formación
Si bien la llegada de la democracia supuso de los individuos); lo cual pone de manifiesto
un gran despegue para la literatura infantil también las siempre necesarias tensas relacio-
y juvenil en Argentina (con proliferación de nes de dicha literatura con la institución escolar
sellos editoriales, colecciones, instituciones y, en definitiva, con el poder.
de fomento de la literatura y la lectura….), De ahí la importancia de desplegar esas
tendremos que esperar más de una década tras miradas que recuperen, polifónicamente, esa
la vuelta de la democracia, para encontrarnos memoria histórica para los niños y jóvenes
con textos que recuperan la memoria del pro- —en un mundo actual en el que rigen otras
ceso para un lector juvenil, como Cruzar la fuerzas de poder y otros «corrales» como
noche de Alicia Barberis (1995), Los sapos de diría Montes— y la relevancia que en dichas
la memoria, de Graciela Bialet (1997), El mar miradas debe jugar la literatura misma, sus
y la serpiente de Paula Bombara (2005), entre leyes y sus juegos que, evidentemente, no son
otros. Entre estas recreaciones ficcionales los de la historia.
del período que comienzan a verbalizar de
manera directa esa historia, la temática de la Bibliografía
desaparición de personas y las situaciones de
secuestro y adopciones de niños, son las más barberis, Alicia. Cruzar la noche. Buenos
frecuentes en la literatura juvenil argentina. Aires: Colihue, 1995.
Una narrativa infantil y juvenil
Se trata de relatos que van conformando una Bialet, Graciela. Los sapos de la memoria. para la memoria
escritura de la memoria si bien, en ocasiones, Córdoba: Op Oloop Ediciones, 1997. MARÍA BERMÚDEZ MARTÍNEZ

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