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El documento resume el primer viaje misionero de San Pablo y San Bernabé descrito en Hechos 13-14. Salieron de Antioquía en la primavera del año 45 y evangelizaron en Chipre, Cilicia, Panfilia, Licaonia y Pisidia, fundando comunidades. Predicaron en sinagogas y a gentiles. En Listra, Pablo curó a un cojo y fue apedreado. Regresaron a Antioquía para confirmar a los conversos.
El documento resume el primer viaje misionero de San Pablo y San Bernabé descrito en Hechos 13-14. Salieron de Antioquía en la primavera del año 45 y evangelizaron en Chipre, Cilicia, Panfilia, Licaonia y Pisidia, fundando comunidades. Predicaron en sinagogas y a gentiles. En Listra, Pablo curó a un cojo y fue apedreado. Regresaron a Antioquía para confirmar a los conversos.
El documento resume el primer viaje misionero de San Pablo y San Bernabé descrito en Hechos 13-14. Salieron de Antioquía en la primavera del año 45 y evangelizaron en Chipre, Cilicia, Panfilia, Licaonia y Pisidia, fundando comunidades. Predicaron en sinagogas y a gentiles. En Listra, Pablo curó a un cojo y fue apedreado. Regresaron a Antioquía para confirmar a los conversos.
Hechos 13 VIAJES MISIONEROS DE SAN PABLO En la perspectiva del libro de los Hechos entra el narrar cómo la salvación se extiende desde Jerusalén hasta los confines de la tierra. Pablo es el instrumento elegido por Dios para ello (cfr 9,1 5). En esta tercera parte se relatan sus viajes apostólicos extendiendo la predicación del Evangelio y fundando nuevas comunidades. VIII. PRIMER VIAJE APOSTÓLICO DE SAN PABLO Después de una breve descripción de la comunidad de Antioquía (vv. 1-3), el relato se detiene en la narración del primer viaje apostólico de San Pablo y San Bernabé por tierras de Asia Menor. Salieron de Antioquía en la primavera del año 45 y volvieron a esta ciudad unos cuatro años más tarde. En su ministerio, recorren Chipre y gran parte de las regiones de Cilicia, Panfilia, Licaonia y Pisidia, se dirigen a judíos y gentiles y fundan comunidades en los lugares por donde pasan. Más tarde, vuelven a los mismos lugares para confirmarles en la fe que habían recibido. Designación de San Pablo y de San Bernabé El libro de los Hechos se centra ahora en la iglesia de Antioquía y en la penetración del mensaje apostólico en el mundo pagano. La iglesia antioquena era una comunidad floreciente, cuya organización presenta rasgos análogos a los de la iglesia de Jerusalén, con algunos aspectos diferenciales. Hay en ella unos ministros ordenados que la gobiernan y atienden con la predicación y los sacramentos (cfr v. 2). Junto a ellos se encuentran profetas y maestros como miembros cualificados de la comunidad. Los «maestros» eran, en las primitivas iglesias cristianas, aquellos discípulos versados en la Sagrada Escritura que habían recibido un encargo de catequesis. En Chipre y paso por Asia Menor. Se nos dice incidentalmente que Saulo ha cambiado su nombre y que ahora también se llama Pablo (v. 9). Éste será el nombre que conservará a partir de ahora en el Nuevo Testamento. La acción de Pablo sobre Barjesús-Elimas es uno de los pocos milagros punitivos del Nuevo Testamento. Predicación en la sinagoga de Antioquía de Pisidia El discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia nos informa admirablemente sobre su manera de presentar el Evangelio a una congregación de judíos y prosélitos. Describe un cuadro general de la historia de la salvación, donde finalmente sitúa a Jesús como el Mesías esperado, en el que convergen los caminos de esta historia y las promesas de Dios. Las diversas etapas que conducen a Jesucristo, incluida la del Bautista, adquieren en la exposición un carácter transitorio. Lo antiguo y provisional debe hacerse a un lado para dejar paso en Cristo a lo nuevo y definitivo. El discurso recoge los que eran temas principales de la predicación apostólica: iniciativa divina salvadora en la historia de Israel (vv. 17-22), referencia al Precursor (vv. 24-25), anuncio del Evangelio o kérygma propiamente dicho (vv. 26b-31a), mención de Jerusalén (v. 31b), argumentos de Sagrada Escritura (vv. 33-37), complemento de doctrina y tradición apostólica (vv. 38-39) y exhortación final de carácter escatológico –anuncio del futuro– (vv. 40-41). El texto presenta abundantes semejanzas con los discursos de San Pedro (cfr 2,14ss.; 3,12ss.), especialmente en la proclamación de Jesús como Mesías y en las numerosas citas de la Sagrada Escritura que se aducen para interpretar el hecho decisivo de la resurrección como garantía de la divinidad de Cristo. San Pablo y San Bernabé se dirigen a los gentiles Pablo esperaba quizá que el cristianismo arraigara entre los judíos, de modo que la sinagoga entera desembocara pacífica y religiosamente en el Evangelio, que era su natural culminación según los planes divinos. La experiencia le dio a conocer una realidad muy distinta, y le enfrentó con el desconcertante misterio de la infidelidad de gran parte del pueblo elegido, que era su propio pueblo. Sin embargo, la evangelización del mundo pagano no es una consecuencia del endurecimiento judío. Deriva, por el contrario, del carácter universal del cristianismo, que ofrece a todos los hombres la única gracia que puede salvar, perfecciona la Ley mosaica y supera los limites étnicos y geográficos del judaísmo. Hechos 14 Evangelización en Iconio y posterior persecución Lucas denomina aquí «apóstoles» a Pablo y Bernabé (v. 14). Aunque Pablo no pertenece al grupo de los Doce, para quienes Lucas suele reservar el nombre de Apóstoles, es considerado y se consideraba a sí mismo Apóstol por razón de su singular vocación (cfr 1 Co 15,9; 2 Co 11,5) y su incansable predicación entre los gentiles. Cuando en los escritos de los Padres se menciona al Apóstol, y no se concreta más, el término se refiere a San Pablo, pues es el más citado y comentado, debido a sus numerosas cartas. En este apretado resumen de la actividad en Iconio (vv. 1-7) se muestra cómo en el desarrollo de la misión apostólica se cumple a la letra cuanto se había anunciado en el Evangelio: los signos que acompañan a la predicación (v. 3: cfr Mc 16,15-18), Jesús como signo de contradicción (v. 4; cfr Lc 2,34), etc. El relato de la actividad de Pablo en Listra (vv. 8-18) guarda ciertas semejanzas con la actividad de Pedro. También Pedro curó a un cojo (3,1-10) y también Pedro (10,26), como ahora Pablo (v. 15), tuvo que corregir a Cornelio diciéndole que era un simple hombre. Curación de un cojo en Listra Lapidación de San Pablo Lucas, siguiendo la enseñanza paulina (cfr v. 22), señala en estos versículos el progreso y la victoria de la Palabra de Dios, al tiempo que no deja de apuntar que el camino de los predicadores es un camino de cruz. Regreso hacia Antioquía Hechos 15 IX. CONCILIO DE JERUSALÉN Se podría decir que estos versículos son el centro del libro de los Hechos, no sólo por el lugar que ocupan sino porque narran el episodio más decisivo para la extensión universal del Evangelio y su plena difusión entre los gentiles. Están relacionados directamente con la conversión del pagano Cornelio, hecho del que ahora se extraen, con la ayuda del Espíritu Santo, todas las consecuencias. Lucas, con el orden que le caracteriza, refiere el origen del conflicto (vv. 1-5), el desarrollo de la reunión en Jerusalén (vv. 6-29) y las consecuencias para la Iglesia (vv. 30-35). Conflicto con los judaizantes en Antioquía Algunos cristianos de procedencia farisea llegados a Antioquía afirman categóricamente que no es posible la salvación a quien no se circuncide y practique la Ley de Moisés. Han aceptado que los gentiles convertidos puedan bautizarse y formar parte de la Iglesia. Pero no han entendido bien la nueva economía evangélica, y piensan aún que es necesario hacerse primero judíos y cumplir todos los preceptos y ritos mosaicos. Las graves afirmaciones de estos discípulos no sólo turban el ánimo de los cristianos antioquenos sino que comprometen la propagación de la Iglesia misma. Se plantea por lo tanto la necesidad de una apelación a los Apóstoles y presbíteros, que se encuentran en Jerusalén y llevan el gobierno de la Iglesia. San Pablo y San Bernabé van a Jerusalén Discurso de San Pedro al Concilio Lucas conserva tres acontecimientos importantes relacionados con el tema planteado: el discurso de Pedro (vv. 7-11), el de Santiago (vv. 13-21) y el decreto que se envía a las iglesias (vv. 23-29). El discurso de Pedro, aunque breve, es determinante. Fundado en lo que Dios le ha hecho comprender con motivo del bautismo de Cornelio (cfr cap. 10), Pedro resume las discusiones de la larga deliberación (v. 7) y presenta una tesis que coincide con la de Pablo y Bernabé: no salva la Ley sino la gracia, y por lo tanto la circuncisión y la Ley misma han quedado superadas por la fe en Jesucristo (v. 11). Intervención de Santiago Santiago reafirma, con pruebas de la Escritura, los contenidos del discurso de Pedro: Dios ha querido hacerse su nuevo pueblo de entre todas las naciones. No obstante, propone que se guarden unos pocos preceptos rituales contenidos en el Antiguo Testamento.) para evitar el escándalo de los judíos que vivían en las ciudades de la diáspora (v. 21). También San Pablo más tarde, con ocasión de la cuestión de las carnes sacrificadas a los ídolos, proclamará la libertad total del cristiano en lo referente a este tema, pero pidiendo el respeto debido hacia los más débiles. Resolución del Concilio El decreto apostólico resume en breves trazos toda la cuestión: el origen del problema y la solución. Llama la atención la expresión del v. 28 por la que se presenta la decisión de los Apóstoles también como obra del Espíritu Santo. Efectos del decreto Pablo y Bernabé, acompañados por Judas y Silas (15,22.27.32) vuelven a Antioquía para confortar a la comunidad y transmitirles el decreto apostólico. Inmediatamente partirán hacia los lugares evangelizados en el primer viaje apostólico (15,39-41) para transmitirles aquellas decisiones (16,4). Algunos manuscritos añaden (v 34): «Pero Silas decidió permanecer allí, de modo que sólo Judas volvió a Jerusalén». X. SEGUNDO VIAJE APOSTÓLICO DE SAN PABLO Comienza ahora el segundo viaje de San Pablo. Como en el anterior, parte de Antioquía y regresa otra vez a esa ciudad unos tres años más tarde: hacia la primavera del año 53. La narración de Lucas ocupa casi tres capítulos, hasta 18,23, donde comienza, sin solución de continuidad, el tercer viaje apostólico. Silas, compañero de San Pablo Comienza el viaje, aunque esta vez Pablo y Bernabé no lo harán juntos. Se separan con motivo de sus diferencias sobre Marcos. Hechos 16 Timoteo acompaña a San Pablo San Pablo toma ahora a Timoteo que tanto le ayudó después en su apostolado (cfr 17,14ss.; 18,5; 19,22: 20,4; etc.). La madre de Timoteo, Eunice, y su abuela Loide eran cristianas y de ellas había recibido la fe. Como explica San Lucas (cfr v. 3), Pablo lo circuncidó por un motivo de prudencia pastoral. Nada más comenzada la evangelización, es de nuevo el Espíritu Santo, llamado aquí Espíritu de Jesús (cfr v. 7), quien la dirige. En el v. 10 ha comenzado Lucas a escribir en primera persona del plural, dando a entender así que él era compañero de Pablo en aquel viaje. Visita a las iglesias de Asia Paso a Macedonia Lucas recoge este entrañable relato en el que se dan cita el don divino de la vocación y el agradecimiento humano. Es, en efecto, Dios quien abre el corazón (cfr v. 14. Pero, después (cfr v. 15), Lidia muestra su agradecimiento con obras. Curación de una endemoniada y encarcelamiento de San Pablo En la mitología griega Pitón era una serpiente que pronunciaba los oráculos de Delfos. De ahí el nombre de «espíritu pitónico» (v. 16) que se le atribuye a la joven esclava. San Pablo juzga que es el demonio quien actúa en ella y por eso lo expulsa. Con la expulsión del espíritu pitónico se produce el primer conflicto entre Pablo y hombres no judíos. No toma la forma de una revuelta, como en las ciudades de Asia Menor, sino de una denuncia legal ante los magistrados locales. La reacción de las autoridades (cfr vv. 22- 24) parece desproporcionada. Bautismo del carcelero Como en otros lugares del Nuevo Testamento (16,15; 18,8; 1 Co 1,16) se alude aquí (v. 33) al bautismo de toda la casa. A esa acción apostólica se remite la práctica pastoral de la Iglesia cuando recomienda el bautismo de los niños. Liberación y salida de Filipos La acción de Pablo al invocar su condición de ciudadano romano, y al ejercer su derecho como tal, pone de manifiesto también que los cristianos, por ser tales, no renuncian a su condición secular. Hechos 17 En Tesalónica, dificultades con los judíos Tesalónica era la sede del gobernador romano de la provincia de Macedonia. Distaba de Filipos unos 150 km. Había sido fundada en el siglo IV a.C., y declarada ciudad libre por Augusto en el año 42 a.C. Poseía una colonia judía, como demuestra la existencia de una sinagoga. La estancia de Pablo en Tesalónica debió de durar bastantes semanas. Durante este tiempo recibió algunos donativos de los cristianos de Filipos (cfr Flp 4,16) y hubo de trabajar para ganarse el sustento (cfr 1Ts 2,9). Fue un periodo de dificultades (cfr vv. 5-8) y alegrías (cfr v. 4). Acogida en Berea En Berea los judíos reciben con espíritu más abierto a Pablo y eso les lleva a creer en el Señor. Lucas anota explícitamente la nobleza, el interés y la diligencia (cfr v. 11) de aquellas gentes. San Pablo en Atenas El relato sobre la estancia de Pablo en Atenas es de una riqueza de matices admirable. El narrador apunta el celo del Apóstol y su manifestación en obras de evangelización con judíos (v. 17) y con paganos (v. 18). En toda la Tradición de la Iglesia, y muy particularmente en los inicios, se ha tenido presente que también los pueblos paganos han recibido una cierta manifestación de la Verdad que les prepara para aceptar a Cristo, única Verdad. Discurso en el Areópago Éste discurso, el más extenso de San Pablo predicado a los paganos (cfr 14,15ss.), constituye probablemente el primer modelo conocido de apologética cristiana: tiende a mostrar la naturaleza razonable del cristianismo y lo mucho que puede decir en favor de sí mismo al mejor pensamiento humano. Está evidentemente pronunciado por el mismo autor de los tres primeros capítulos de la Epístola a los Romanos, que lleva largo tiempo ocupado en predicar el Evangelio a paganos, según un esquema que habla primero del único Dios vivo y verdadero y anuncia a continuación a Jesucristo, Salvador divino de todos los hombres. Después de una introducción destinada a atraer la atención de los oyentes y anunciar el tema principal (vv. 22-23), el discurso se divide en tres partes: 1) Dios es el Señor del mundo y no necesita habitar en templos fabricados por hombres (vv. 24-25); 2) el hombre es criatura de Dios y depende en todo de Él (vv. 26-27); 3) existe una relación entre Dios y el hombre, de modo que la idolatría es un gran error (vv. 28 29). Sigue una conclusión en la que Pablo exhorta a sus oyentes a abandonar sus errores acerca de Dios y decidirse al arrepentimiento, teniendo en cuenta el Juicio Final que realizará Jesucristo resucitado (vv. 30-31). Hechos 18 San Pablo en Corinto, con Aquila y Priscila Pablo debió de llegar muy abatido a Corinto por los sucesos ocurridos en Atenas, y con gran estrechez económica. Corinto era una ciudad eminentemente comercial y cosmopolita. Ocupaba el istmo entre dos golfos –hoy unidos por un canal–, y a ella arribaban naves de todas partes. El ambiente moral no era favorable para la difusión del Evangelio. Las costumbres relajadas, el exclusivo afán por ganar dinero y honrar a la diosa Afrodita con la más refinada lujuria podían hacer suponer que no era el lugar adecuado para sembrar la Palabra de Dios; pero el Señor puede más y su mensaje de salvación es capaz de convertir los corazones. Predicación a judíos y gentiles San Pablo ante Galión El procónsul Galión del que habla el texto era hermano del filósofo estoico Séneca, nacido en Córdoba. Sabemos que Galión comenzó a desempeñar el gobierno de Acaya, cuya capital era Corinto, en julio del año 51. La comparecencia de Pablo ante el procónsul debió de ocurrir hacia finales del 52. Éste es uno de los puntos mejor establecidos en la cronología del Apóstol. Regreso a Antioquía pasando por Éfeso El Apóstol llega por primera vez a Éfeso, capital del Asia proconsular. Tenía cerca de 200.000 habitantes y era una de las ciudades más florecientes del Imperio. Entre sus monumentos destacaba el Artemisión o templo de Artemisa (Diana), una de las maravillas del mundo antiguo. El teatro que dominaba la ciudad tenía capacidad para 23.000 espectadores. En este viaje, Pablo permanece en la ciudad poco tiempo. En el viaje siguiente Éfeso será, sin embargo, el centro de su misión. XI. TERCER VIAJE APOSTÓLICO DE SAN PABLO El tercer viaje apostólico de Pablo comienza, como los anteriores, en Antioquía y acaba con la partida del Apóstol hacia Jerusalén. El viaje fue largo. Lucas se centra sobre todo en la actividad desarrollada en Éfeso. Comienzo por Galacia y Frigia Apolo en Éfeso y Corinto El texto nos presenta un excelente ejemplo del modo con que el celo de este matrimonio cristiano –Aquila y Priscila (v. 26)– redundó en eficacia (vv. 27-28). Hechos 19 Discípulos de San Juan Bautista en Éfeso La existencia en Éfeso de un grupo de discípulos que sólo habían recibido el bautismo de Juan presenta algunas dificultades de interpretación. Puede pensarse que estaban relacionados con las enseñanzas del Bautista –habían recibido su Bautismo–, y Pablo debió de considerarlos cristianos en un primer momento. Pero en el Nuevo Testamento la condición de Cristiano va unida siempre a la recepción del Bautismo de Jesucristo y a la posesión del Espíritu Santo, y éstos son los pasos que aquellos hombres dan a continuación (vv. 5-6). En todo caso, en esta escena, el texto señala (v. 6), como otras veces en el libro de los Hechos, el paralelismo entre la labor de Pablo y la de Pedro. Predicación y milagros de San Pablo en Éfeso La actividad de Pablo en Éfeso es descrita por Lucas como un eco de la de Jesús en Galilea (vv. 11-12), También en cuanto a la forma, con milagros que confirman las palabras, la acción de Pablo imita el proceder de Jesús. Quema de libros mágicos Proyectos de viaje de San Pablo El éxito del apostolado de Pablo en Éfeso se muestra no sólo porque provoca la preocupación en los plateros que veían así disminuir sus ganancias, sino también por su relación cordial con los magistrados de Éfeso: los asiarcas (v. 31). El texto pone en contraste la actitud interesada de Demetrio y los plateros con la actitud más ponderada del magistrado (vv. 35-40). En las palabras del magistrado se puede percibir que la excelencia del mensaje cristiano es capaz de impresionar favorablemente a quienes lo examinan con buen sentido. Lucas menciona el término «Camino» (v. 23) para referirse al cristianismo y a la Iglesia. Probablemente era un término bastante usado por muchos cristianos de la época. Esta palabra «camino», tenía raigambre bíblica, con el significado de conducta moral y religiosa e, incluso, de norma de conducta. Motín de los plateros de Éfeso Hechos 20 Paso a Macedonia. Comienza el regreso El narrador retoma ahora el hilo del viaje que había abandonado en 19,22. Este viaje hacia Macedonia es probablemente el mismo que se menciona en 2 Co 2,12-13. «Cuando llegué a Tróade, para anunciar el Evangelio de Cristo, aunque se me había abierto una puerta en el Señor, no hallé sosiego para mi espíritu por no encontrar a mi hermano Tito; así que me despedí de ellos y salí para Macedonia». En el v. 7 se encuentra la primera mención explícita del libro de los Hechos a la costumbre cristiana de reunirse en el primer día de la semana para celebrar la Sagrada Eucaristía Celebración de la Eucaristía y resurrección de Eutico De Tróade a Mileto La exhortación a los presbíteros de Éfeso es el tercer gran discurso del Apóstol en el libro de los Hechos, junto a los que dirige a judíos y paganos en Antioquía de Pisidia (13,16ss.) y Atenas (17,22ss.), respectivamente. Constituye una despedida emocionada en la que Pablo parece decir adiós a todas las iglesias que ha fundado. El discurso se divide en dos partes. La primera (vv. 18-27) contiene el breve resumen que Pablo hace de su abnegada vida en Éfeso al frente de la iglesia que había establecido, así como los difíciles acontecimientos que barrunta para el tiempo inmediato. Dos secciones paralelas (vv. 18-21 y 26-27) encuadran un pasaje central (vv. 22-25). En la segunda parte, el Apóstol habla encendidamente sobre la misión y tarea de los presbíteros. Dos series de recomendaciones (vv. 28-31 y 33-35) se agrupan también en torno a un versículo eje (v. 32). Las recomendaciones que hace aquí son muy semejantes a las que encontramos en las cartas pastorales a Timoteo y Tito. Todo el discurso del Apóstol pone de manifiesto que su ministerio ha ido siempre acompañado de la abnegación y puede, por eso, servirles de ejemplo. Discurso de despedida a los presbíteros de Éfeso