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Antífona de entrada Jr 3, 15
Salmo 18
Antífona de entrada Jr 3, 15
Oración colecta
Señor Dios nuestro,
que para regir a tu pueblo
has querido servirte del ministerio de los sacerdotes,
concede a estos diáconos de tu Iglesia
que han sido elegidos hoy para el presbiterado
perseverar al servicio de tu voluntad
para que, en su ministerio y en su vida,
busquen solamente tu gloria en Cristo.
Él, que vive y reina contigo.
Formulario I - 87
Ordenación
120. Comienza, seguidamente, la Ordenación de presbíteros.
El Obispo se acerca, si es necesario, a la sede preparada para la Ordenación,
y se hace la presentación de los candidatos.
Homilía
123. Seguidamente, estando todos sentados, el Obispo hace la homilía, en la que,
partiendo del texto de las lecturas proclamadas en la liturgia de la palabra, amonesta
al pueblo y a los elegidos sobre el ministerio de los presbíteros. Puede hablar de tal
ministerio con éstas o parecidas palabras:
Queridos hermanos:
Ahora que estos hijos nuestros, de los cuales muchos de vosotros
sois familiares y amigos, van a ser ordenados presbíteros, conviene
considerar con atención a qué ministerio acceden en la Iglesia.
Aunque, en verdad, todo el pueblo santo de Dios es sacerdocio
real en Cristo, sin embargo, nuestro gran Sacerdote, Jesucristo, eligió
algunos discípulos que en la Iglesia desempeñasen, en nombre suyo,
el oficio sacerdotal para bien de los hombres. Él mismo, enviado por
el Padre, envió, a su vez, a los Apóstoles por el mundo, para conti-
nuar sin interrupción su obra de Maestro, Sacerdote y Pastor por
medio de ellos y de los Obispos, sus sucesores. Y los presbíteros son
colaboradores de los Obispos, con quienes en unidad de sacerdocio
son llamados al servicio del pueblo de Dios.
Estos hermanos, después de pensarlo seriamente, van a ser orde-
nados al sacerdocio en el Orden de los presbíteros, para hacer las
veces de Cristo, Maestro, Sacerdote y Pastor, por quien la Iglesia, su
Cuerpo, se edifica y crece como pueblo de Dios y templo santo.
Al configurarse con Cristo, sumo y eterno Sacerdote, y unirse al
sacerdocio de los Obispos, la Ordenación los convertirá en verda-
deros sacerdotes del Nuevo Testamento para anunciar el Evangelio,
apacentar el pueblo de Dios y celebrar el culto divino, principalmente
en el sacrificio del Señor.
A vosotros, queridos hijos, que vais a ser ordenados presbíteros,
os incumbirá, en la parte que os corresponde, la función de ense-
ñar en nombre de Cristo, el Maestro. Transmitid a todos la palabra
de Dios que habéis recibido con alegría. Y al meditar en la ley del
Señor, procurad creer lo que leéis, enseñar lo que creéis y practicar
lo que enseñáis.
Que vuestra enseñanza sea alimento para el pueblo de Dios; que
vuestra vida sea un estímulo para los discípulos de Cristo, a fin de
Formulario I - 89
Súplica litánica
126. Seguidamente, todos se levantan. El Obispo, dejando la mitra, de pie, con las
manos juntas y de cara al pueblo, hace la invitación:
92 - Ordenación de presbíteros
128. Concluido el canto de las letanías, el Obispo, en pie y con las manos extendidas,
dice:
Todos:
R
96 - Ordenación de presbíteros
Todos:
R.
Antífona
104 - Ordenación de presbíteros
Antífona
Cristo, el Señor, sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec,
ofreció pan y vino. (T.P. Aleluya.)
No se dice Gloria al Padre. Pero se interrumpe el salmo y se repite la antífona
cuando todos los ordenados hayan recibido la unción de las manos.
135. Seguidamente, los fieles llevan el pan sobre la patena y el cáliz, ya con el vino y
el agua, para la celebración de la Misa. El diácono lo recibe y se lo entrega al Obispo,
quien a su vez lo pone en manos de cada uno de los ordenados, arrodillados ante
él, diciendo:
Recibe la ofrenda del pueblo santo
para presentarla a Dios.
Considera lo que realizas
e imita lo que conmemoras,
y conforma tu vida
con el misterio de la cruz del Señor.
136. Finalmente, el Obispo besa a cada ordenado, diciendo:
La paz contigo.
El ordenado responde:
Y con tu espíritu.
Y lo mismo hacen todos o al menos algunos presbíteros presentes.
137. Mientras tanto, puede cantarse el responsorio:
R.
106 - Ordenación de presbíteros
R.
V.
R.
V.
R.
Antífona
Salmo 99 (100)
108 - Ordenación de presbíteros
Antífona
Vosotros sois mis amigos,
si hacéis lo que yo os mando,
dice el Señor. (T.P. Aleluya.)
No se dice Gloria al Padre. Pero se interrumpe el salmo y se repite la antífona,
una vez que el Obispo y los presbíteros hayan besado a los ordenados.
138. Prosigue la Misa como de costumbre. Se dice o no el Símbolo de la fe, según
las rúbricas; se omite la oración universal.
Liturgia eucarística
139. La liturgia eucarística se concelebra como de costumbre; pero se omite la
preparación del cáliz.
Oración sobre las ofrendas
Tú has querido, Señor,
que tus sacerdotes sean ministros del altar y del pueblo;
Formulario I - 109
Salmo 33
Rito de conclusión
143. En vez de la acostumbrada, puede darse la siguiente bendición. El diácono
puede hacer la invitación:
Inclinaos para recibir la bendición.
O con otras palabras.
Y, seguidamente, el Obispo, con las manos extendidas sobre los ordenados y el
pueblo, pronuncia la bendición:
El Dios que dirige y gobierna la Iglesia
mantenga vuestra intención
y fortalezca vuestros corazones
para que cumpláis fielmente el ministerio presbiteral.
R. Amén.
El Obispo:
Que él os haga servidores y testigos en el mundo
de la verdad y del amor divino,
y ministros fieles de la reconciliación.
R. Amén.
El Obispo:
Que os haga pastores verdaderos
que distribuyan la Palabra de la vida y el Pan vivo,
para que los fieles crezcan en la unidad del cuerpo de Cristo.
R. Amén.
Formulario I - 113
El Obispo:
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre, + Hijo + y Espíritu + Santo.
R. Amén.
144. Dada la bendición y despedido el pueblo por el diácono, se vuelve procesio-
nalmente a la sacristía al modo acostumbrado.
FORMULARIO II
Antífona de entrada Jr 3, 15
Os daré pastores a mi gusto
que os apacienten con saber y acierto.
147. Los ritos iniciales y la liturgia de la palabra se realizan del modo acostumbrado,
hasta el Evangelio, inclusive.
Oración colecta
Señor Dios nuestro,
que para regir a tu pueblo
has querido servirte del ministerio de los sacerdotes,
concede a este diácono de tu Iglesia
que ha sido elegido hoy para el presbiterado
perseverar al servicio de tu voluntad
para que, en su ministerio y en su vida,
busque solamente tu gloria en Cristo.
Él, que vive y reina contigo.
Formulario II - 115
Ordenación
148. Comienza, seguidamente, la Ordenación del presbítero.
El Obispo se acerca, si es necesario, a la sede preparada para la Ordenación,
y se hace la presentación del candidato.