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Le foie gras (hígado graso) es un plato que se come sobre todo durante
las fiestas de Navidad. Es un producto alimenticio hecho del hígado
hipertrofiado de un pato o ganso que ha sido especialmente
sobrealimentado. Consumido mayoritariamente con pan y mermelada, el
foie gras es parte de la herencia cultural y gastronómica protegida en
Francia.
foie gras
Materia prima
Es muy rica por la cantidad de materias primas que se utilizan para la
elaboración de sus platos y recetas, Algunas de las materias primas más
utilizadas para la elaboración de platos franceses incluyen la mantequilla
muy buena por su sabor característico, aceite, foie gras, setas, el gran
armañac, tomates, aceitunas, patata, carnes de cerdo, manzana, crème
fraîche, etc.
Herramientas Utilizadas
Alsacia – Lorena:
Sus platos característicos proceden de una tradición de grandes banquetes
y festines, con una gastronomía muy diversificada que toma como ejemplo
los choucroute (col, patatas y bacon) y la Quiche Lorraine (tarta de queso,
bacon y jamón). Entre los platos dulces destacan las tartas, sobre todo de
manzana, ciruela y arándanos, la Brioche alsaciana y el Kougelhopf, un
bizcocho de Alsacia con forma de corona.
Aquitania:
El sabor describe exactamente la forma de vivir de esta zona. El foie gras,
el magret de pato, el entrecôte a la bordelesa, la garbure (sopa de col
espesa), la pularda Enrique IV, cuya leyenda cuenta que este rey quería
que los franceses comieran esto todos los domingos; el jamón de Bayona,
el caviar de Gironde, siempre acompañados del vino de Burdeos o
Bergerac, además de los licores de nuez, enebro, ciruela y frambuesas
para acompañar los postres. Las nueces, las fresas y el tabaco son los
productos más característicos de la región.
Auvernia:
Es conocida por las recetas hogareñas, la charcutería y los quesos. Entre
los platos más conocidos encontramos la potée (cerdo, zanahorias, patatas,
col y cebolla), el gallo al vino y los tripoux(ternera, bacon, cebolla y vino).
Dentro de la repostería, los millards (pastel de cerezas), los pompes
(pasteles de manzana), la fouasse (un bollo de leche), los cornets de Murat
(un postre con nata), las tartas de nata y los dulces de frutas.
Bretaña:
Es ideal para los que les gustan las comidas de mar: disfrutarás de ostras,
y mariscos, la cotriade (sopa de pescado), y los crêpes dulces y las galettes,
que es lo mismo pero en versión salada, así como también el pastel
llamado far.
Borgoña:
Sus vinos y su gastronomía datan de la época galo-romana, y tenemos
como prueba el Museo Arqueológico de Dijon. Entre las recetas más
famosas tenemos los caracoles, la ternera borgoñana, y el asado de
ternera. Además, la conocida mostaza de Dijon.
Valle de Loira:
Se ofrecen productos típicos como las lentejas verdes, el queso de cabra
Crotin de Chavignol, la mique (sopa de verduras y cerdo) y la tarta Tatin,
una tarta invertida y caramelizada, surgida de un accidente de una tarta
de manzanas.
Champagne – Ardenne:
El andouillette de Troyes, el jamón de las Ardennes y los bizcochos de
Reimms, sus tres especialidades. Además, el champagne, la bebida que ha
hecho famosa a esta zona, así como también las trufas.
Córcega:
El menú tradicional se compone de embutidos, pescados y mariscos, y
como postre un brocain (un dulce hecho con leche de oveja o de cabra).
Entre otros productos típicos encontramos la harina de castañas, la miel,
el Cédrat (un cítrico) y el licor de mirto.
Languedoc – Roussillon:
En Laguedoc se utiliza el aceite de oliva y la hierbas aromáticas (tomillo,
romero, enebro) para aderezar los caracoles de caza, las aves y las
verduras (berenjenas, tomates, calabacines y pimientos). Debemos
mencionar también los platos de mar, tales como las ostras y mejillones de
Bouzigues, la bourride sétoise (plato de pejesapo), las tielles de pulpo (una
masa de pan, pulpo, tomate, cebollas y especias) y la brandad de Nîmes
(bacalao picado con aceite de oliva, leche y ajo). Como postre, la conocida
crème brulée.
Midi – Pyrénées:
En Toulouse, el plato más importante es el Cassoulet (judías, pierna de
cordero, tocino…). El foie gras o el confit, el pato à l’albigeoise y el
espárrago del Tarnais. En la montaña, los tripux de Naucelles (vino blanco,
jamón y ajo), la charcuterías de Entraygues o el alicuit. La región de Millau
nos ofrece el conocido queso Roquefort. Los vinos son muy importantes,
ente otros los de Cahors y Bergerac, con denominación de origen de gran
calidad.
Normandía:
Posee tesoros gastronómicos como los quesos, el caramelo de Isigny,
licores como el Calvados, la sidra, las manzanas, el Trou Normand
(manzanas, licor, menta, sal y agua helada).
Pays de la Loira:
Se pueden degustar ostras y mariscos, las famosas rillettes (paté casero),
un buen vino de la región de Anjou, y un típico pastel llamado brioche
vendéenne.
Poitou – Charentes:
Su protagonista es el mar, y su menú típico tendría ostras, pan de centeno
untado en mantequilla d’Echiré, tortilla de caracoles, cordero y queso
cabichou.
Rhône – Alpes:
En el Valle de Rhône se pasa de las aves de Bresse a la sopa de trufas,
pasando por el fondue, los raclettes, el gratin dauphinois (patatas, huevos
y leche). En Lyon tenemos las croquetas de lucio con mantequilla, el
salchichón de Lyon, la salchicha caliente con almendras y pistachos, el
pollo con nata, las galletas pérougiennes y los bugnes. Entre los postres
más famosos tenemos los Nougat de Montelimar (azúcar, miel, huevos, vainilla y
almendras) y los Marrons Glacés.
Recetario
Quiche lorraine
Ingredientes
1 lámina de masa quebrada o brisa redonda
100 gramos de beicon ahumado
2 huevos medianos
200 ml de nata líquida para cocinar
1 pizca de nuez moscada
sal y pimienta
Preparación
En primer lugar, precalentamos el horno a 200 ºC con calor arriba y abajo.
Forramos nuestro molde con la lámina de masa quebrada acoplándola a la
base y las paredes para que coja la forma.
Introducimos en el horno la masa durante 10 minutos para que se vaya
haciendo. Para que no se infle, podemos ponerle encima unas legumbres
secas que después retiraremos. Mientras se hornea, cocinamos el beicon.
Lo cortamos en trozos pequeños y lo sofreímos en una sartén con 2 gotas
de aceite de oliva, no vamos a necesitar más porque el beicon ya suelta su
propia grasa.
Lo vamos revolviendo hasta que coja color. Una vez esté dorado, lo
sacamos a un plato con un trozo de papel de cocina para que absorba la
grasa resultante. Reservamos. En un bol batimos los huevos y después les
incorporamos la nata. Mezclamos todo hasta que se integren bien los
ingredientes, le añadimos la nuez moscada y sazonamos a nuestro gusto
con sal y pimienta negra. Hay que tener en cuenta que el beicon de por sí
ya esta salado. Una vez que tenemos la masa fuera del horno ya a medio
hacer, le añadimos el beicon en trozos repartiéndolo por toda la base
uniformemente. A continuación, vertemos cuidadosamente la mezcla de
huevos y nata hasta el borde del molde, pero sin que se salga.
Introducimos el quiché en el horno otros 30 minutos hasta que la
superficie se dore y el relleno se cuaje. Lo podemos comprobar pinchando
un palillo en el quiché, si sale limpio ya estaría hecho.
Dejamos que enfríe unos minutos antes de desmoldar el quiché, cuanto
más tiempo esperemos, más fácil será desmoldarlo. Si tenemos
dificultades para hacerlo, podemos ayudarnos de una espátula para
separar el molde de la masa. El resultado es una tarta salada de lo más
sabrosa. Sólo queda cortarlo en porciones y servirlo templado.
Crêpes
Ingredientes:
harina
huevos
leche
azúcar
esencia de vainilla
mantequilla
cointreau (licor de naranja)
sal
Para preparar crepes tenemos que diluir la harina con los huevos, la
vainilla, la sal y la leche; y batir hasta conseguir una masa uniforme.
Después, debemos añadir el cointreau y dejar reposar la masa.
Preparacion
Ingredientes
1 pollo de 1,4 kg
200 gr de panceta
250 de champis
200 de cebollitas francesas
Aceite
1 dl de coñac
750 ml de vino tinto
2 ajos, laurel y tomillo.
Si hiciese falta para espesar la salsa podemos utilizar un poco de maizena
desleída en agua tibia.
Preparacion
Ingredientes
Preparación
Vamos a preparar un plato muy rico y saludable conocido como
Ratatouille, que tiene su origen en la región francesa de Provenza. Esta
receta está elaborada a base de verduras condimentadas con hierbas
provenzales, y se suelen cortar en rodajas para presentar el plato
intercalando las rodajas de los ingredientes, o bien en forma de espiral o
bien formando capas con los mismos, lo que hace que sea visualmente
muy llamativo, por la forma y por el contraste de colores. Se puede hacer
de varias formas, al horno, en una cazuela, haciendo las verduras por
separado, todas a la vez… todas se consideran tradicionales. Nosotros
vamos a proponeros una que nos parece perfecta para comenzar. Vamos
con la receta.
Elijas la forma que elijas de preparar la Ratatouille, para darle más sabor a
las verduras, se le agregan por encima una buena cantidad de hierbas
provenzales, un poco de sal y perejil picado junto a los ajos que habíamos
picado antes. Esto puedes hacerlo también mezclando un poco de aceite de
oliva virgen con las hierbas y el perejil y los ajos, y agregar la mezcla. Si no
tienes hierbas provenzales de las que ya vienen mezcladas, emplea una
combinación de las que tengas en ese momento. Debes intentar que todas
las rodajas queden impregnadas, para que tengan buen sabor, sobre todo
si usas la primera opción, ya que entonces es mejor hacerlo capa a capa,
ya que de la segunda forma si echas por encima la mezcla, irá hacia abajo
y así todas las rodajas quedan impregnadas.
Ingredientes
Preparación
Colocar una pava u otro recipiente con agua sobre el fuego para que vaya
tomando temperatura. Cuando hierva volcar el agua sobre una jarra o similar
y agregar dos o tres cubos de caldo de carne. Así estará listo para utilizarse
cuando sea necesario. Dorar los diversos ingredientes por separado. Cortar la
panceta en cubos y llevarla a una sartén con fuego fuerte. Debe dorarse
mucho por todos lados para que quede crocante y además desprenda grasa.
Una vez lista reservar pero conservar la materia grasa que quedó en la sartén
para el salteado del resto de los ingredientes. Cortar los champignones en
mitades o cuartos y dorar. Es importante no llenar demasiado la sartén para
que puedan dorarse bien. Dorar los cebollines, también cuidando de no llenar
mucho la sartén. Reservar hongos y cebollines. Por último, sellar el osobuco.
Es importante que ambas caras de la carne tomen un buen color dorado pero
no que se cocine en el centro; esto se logrará más adelante. Cortar la
zanahoria en cubos y ciselar la cebolla. Colocar en una olla grande junto con
la panceta y el osobuco. Agregar el caldo, el vino y llevar a fuego fuerte. Una
vez que rompe el hervor, bajar el fuego a medio o mínimo para que siga
hirviendo pero de una manera casi imperceptible. Esta forma de hervir se
llama “fremissement” en la gastronomía francesa. Dejarlo cocinar durante una
hora y media. Cada tanto chequearlo para asegurarse de que cuenta con
suficiente líquido. Si empezase a escasear, adicionar más caldo o en su
defecto agua caliente. Una vez transcurrido ese tiempo, agregar los
champignones y los cebollines y dejar cocinar media hora más. Mientras
tanto, disolver la fécula de maíz en medio vaso de agua fría. Esto servirá como
espesante. Transcurrida la media hora, retirar todos los ingredientes, dejando
sólo el líquido, y agregar la fécula de maíz disuelta. Revolver con una espátula
y dejar cocinar 15 minutos más, para que la salsa se reduzca y se ponga
espesa. Por último volcar los ingredientes nuevamente en la olla para que
vuelvan a tomar temperatura y se bañen en la salsa. Adicionar sal y pimienta
si es necesario; es importante dejar esto para el final de la cocción ya que
como la salsa se reduce cambia su sabor.
Balance en la nutrición