Está en la página 1de 5

RESPONSABILIDAD FISCAL

CARLOS ALFONSO PADILLA SUAREZ


Doc. Académico

FRANCELENA RUA JAIMES

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO

ARAUCA-ARAUCA

2021
ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD FISCAL

A partir de la promulgación de la Constitución Política de Colombia en 1991, se han


adoptado diferentes mecanismos de control que regulan el ejercicio de la función fiscal de
las entidades y, a su vez las actuaciones de los servidores públicos a cargo del manejo del
erario patrimonial del Estado, uno de ellos es el control fiscal, el cual se rige a través de un
medio procedimental propio, y en donde se busca encaminar la defensa de todos los
recursos públicos y su correcta utilización a los fines esenciales del Estado, expuestos a su
vez en el artículo segundo superior. En la nueva normatividad constitucional se ha
permitido un mecanismo de control fiscal, el cual se constituye en la gestión fiscal como su
objeto de vigilancia, permitiendo de esta manera que si se hiciere un ejercicio inadecuado o
existan conductas que puedan amenazar o pongan en peligro los bienes de uso público, sean
sancionadas de manera tal que se indilgue una responsabilidad de carácter patrimonial por
parte de los entes que tienen a su cargo el deber de control fiscal, tales como las
contralorías.

Ahora bien, encontramos el fundamento constitucional del control fiscal en el artículo 267,
donde se establece que la Contraloría General de la República es la entidad encargada de
realizar el ejercicio de control fiscal, además se encargará de la vigilancia de la gestión
fiscal de la administración y de los particulares o entidades que estén facultadas para el
manejo de fondos y bienes del Estado y, legalmente la Responsabilidad Fiscal está regulada
en la ley 610 de 2000 “Por la cual se establece el trámite de los procesos de
responsabilidad fiscal de competencia de las contralorías”. Es en artículo primero de la
anterior mencionada ley que se nos da una definición acerca de lo que es el proceso de
responsabilidad fiscal: “El proceso de responsabilidad fiscal es el conjunto de actuaciones
administrativas adelantadas por las Contralorías con el fin de determinar y establecer la
responsabilidad de los servidores públicos y de los particulares, cuando en el ejercicio de
la gestión fiscal o con ocasión de ésta, causen por acción u omisión y en forma dolosa o
culposa un daño al patrimonio del Estado.”

Luego entonces, la Responsabilidad Fiscal debe entenderse cómo la consecuencia de


culpabilidad al ocasionarse un daño patrimonial al Estado, y que quien tiene la
responsabilidad de que se adelanten procesos de carácter administrativo para el
resarcimiento de los daños que se puedan ocasionar serán las Contralorías del país.

Por medio de la ley 610 de 2000, podemos conocer cuál es el objetivo de la


responsabilidad fiscal, nos ilustra acerca del mismo y expresa que la responsabilidad
fiscal tiene como objeto que los daños que sean ocasionados por quienes realizan gestión
fiscal ya sea por conducta dolosa o culposa, sean resarcidos de manera tal que se pueda
compensar el perjuicio sufrido por la respectiva entidad estatal.
Así mismo, la responsabilidad fiscal ha de ser entendida por su naturaleza jurídica, en el
sentido autónomo e independiente, aunque se pueda observar que tiene relación o que
comparte los mismos elementos técnicos de la responsabilidad civil.

De igual manera la sentencia de la Corte Constitucional en la sentencia SU–620796 de


noviembre 13 de 1996, reconoció que la responsabilidad fiscal goza de completa
independencia y autonomía, así mismo la define como meramente administrativa,
patrimonial y única y exclusivamente resarcitoria de daños causados por parte de
determinada entidad estatal.

En consecuencia, la corporación ha sostenido que la responsabilidad que ha sido declarada


a través de un proceso de responsabilidad fiscal es de carácter administrativo, debido a que
lo que se juzga es la conducta del individuo que tiene a su cargo el desarrollo de una
función pública, ya sea porque el mismo haya incumplido un deber propio de su función, o
porque el mismo se ha visto inmerso en un incumplimiento de una función que le atañe, o
porque de igual manera se ha visto inmerso en conductas antirreglamentarias que
amenazan la correcta utilización de los recursos públicos y en su defecto, ponen en peligro
el patrimonio estatal.

Se recalca además de que la responsabilidad es de carácter patrimonial, pues se obtiene


como consecuencia, que el imputado a través de su declaración deberá resarcir el perjuicio
ocasionado por la irregularidad de la gestión fiscal, este resarcimiento se efectuará por
medio de indemnización, que compense el detrimento patrimonial causado al Estado.

Frente a los elementos de la responsabilidad fiscal tenemos que son los mismos que hacen
alusión a la responsabilidad civil. Puesto que, se requiere que exista un daño que recaiga
sobre el patrimonio público, y que esta a su vez sea producto de una conducta activa u
omisiva y, que su vez sea dolosa o culposa y que haya sido producida por un servidor
público o un particular.

 Conducta dolosa o gravemente culposa atribuible a una persona que realiza gestión
social.

La acción antijurídica que se imputa al sujeto del daño, hace alusión a la facultad de
ejercicio de las funciones de un servidor público, mediante el cual en el ejercicio de las
funciones públicas causa un daño patrimonial, respecto de los bienes o fondos que han sido
dispuestos a su cargo para su administración o custodia.

Es importante de igual manera recalcar que al momento de efectuar la valoración de la


acción antijurídica, no solo se evaluara y se involucrara como gestor fiscal responsable del
daño a quien figure como autor material de la ejecución, sino, también, a quien haya obrado
como determinador del mismo.

Se ha establecido mediante la Ley 610 de 2000, que el grado de esa responsabilidad puede
deducirse como el de la culpa leve, que se define en el Código Civil en su artículo 63, como
“la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus
negocios propios, lo que se opone a la diligencia o cuidado ordinario o mediano.”

 Daño patrimonial

De acuerdo con el artículo 6º de la Ley 610 de 2000, se entiende por daño patrimonial al
Estado, la lesión al erario público, representada en el menoscabo, disminución, perjuicio,
detrimento, pérdida, uso indebido o deterioro de los bienes o recursos públicos, o a los
intereses patrimoniales del Estado, producida por una gestión fiscal antieconómica,
ineficaz, ineficiente, inequitativa e inoportuna, que en términos generales, no se aplica al
cumplimiento de los cometidos y de los fines esenciales del Estado, particularizados por el
objetivo funcional y organizacional, programa o proyecto de los sujetos de vigilancia y
control de las contralorías.

Ahora, al hacer hincapié en la acción ejecutada por el gestor fiscal como factor
determinante de la responsabilidad que le pueda ser indilgada, deberá analizarse quien se
considera como tal y, por tanto sujeto activo en el desarrollo de un proceso de
responsabilidad fiscal, en el evento en que se busque establecer una responsabilidad por
detrimentos a los recursos públicos que sea derivada por la gestión fiscal.

Tenemos que lo que determina para que se pueda vincular una persona a un proceso de
responsabilidad fiscal será que los hechos materia de investigación correspondan a una
actividad o función que sea calificada como gestión fiscal.

 Relación de causalidad

La relación de causalidad como elemento de la Responsabilidad Fiscal hace referencia a


que entre la conducta efectuada por la persona o gestor fiscal y el daño patrimonial
ocasionado, se hace necesario que exista una proporcionalidad, como factor transcendental
que determine la causa-efecto. Este nexo causal desaparece cuando surgen circunstancias
de fuerza mayor o caso fortuito.

Con la creación de nuevas leyes que regulan la materia respecto de la responsabilidad


fiscal, los órganos encargados de la vigilancia y manejo de los recursos como las
contralorías y los gestores fiscales, se sujetan a una normatividad que rige lo
correspondiente en el ejercicio mismo de cada uno, esta normatividad legal estipula y
precisa cuales son las obligaciones, garantías y deberes de los mismos. Haciendo que de
una u otra manera el ejercicio de sus funciones constitucionales de estos organismos que
tienen a su cargo el control fiscal favorezcan el propósito de su función: protección del
patrimonio público.

Es importante decir, que el método de control que se estipulo en la carta política de 1991,
ha sido importante en la regulación de estos ejercicios puesto que, se han adoptado diversos
mecanismos que ayuden a sancionar irregularidades en el ejercicio del control fiscal, como
a prevenir los mismos y que generen detrimento a los recursos públicos ya que, finalmente
son nuestros mismos recursos. No podríamos decir que estos mecanismos han sido
completamente eficaces en el momento de aplicar sanciones o prevenir futuras lesiones en
los recursos públicos, pero que si por menos han sido herramientas que han ayudado a que
este tipo de conductas sean menos frecuentes en quienes tienen a su cargo el manejo de los
recursos del Estado.

Finalmente, el ejercicio del control fiscal aunque esté a cargo de entidades determinadas
como tal, somos nosotros como personas que tenemos la gran responsabilidad de ayudar en
la vigilancia acerca de los destinos en los cuales se invierten los dineros públicos, somos
nosotros quienes debemos ayudar a contribuir para que conductas no beneficiosas al Estado
se sigan presentando, y sigan beneficiando solo a unos pocos, omitiendo el principio de que
el interés general siempre ha de primar sobre el particular.

También podría gustarte