La palabra grega «agorá» significa en primer lugar «asamblea del
pueblo», de allí «lugar de la asamblea» y de allí «lo que se hace en ese lugar», es decir «discurso» o «prédica». La palabra «agorá» es usada especialmente en el vocabulario político o jurídico. El compuesto «kategoreo» significa «hablar en contra», «acusar» sobre todo con significado jurídico, de allí «revelar», «hacer conocer» y de allí «expresar», «significar», «enunciar». La palabra «kategoria» significa «cualidad atribuida a una cosa», «atributo», «predicado». El libro de Aristóteles fue traducido y comentado por Boecio. La traducción y el comentario de Boecio fueron recibidos y muy estudiados en el Occidente cristiano. El libro fue comentado por San Alberto Magno. Entre los tomistas, fue comentado por Cayetano, Juan de Santo Tomás y Silvestre Mauro. II. De la intención de esta obra
La intención de esta obra no aparece suficientemente afirmado en la
obra misma. [La perfección de las operaciones de la razón es la verdad.] Las operaciones de la razón necesitan ser reguladas en la medida en que pueden fallar en alcanzar su perfección. [La primera operación es simple.] En la primera operación no hay verdad o falsedad. No es claro qué regulación la Lógica puede hacer de la primera operación. El error puede mezclarse en la primera operación de dos maneras: ya per se, ya per accidens. Per se, la simple aprehensión puede considerarse de dos modos: en sí misma o por parte de su objeto. Considerada en sí misma [per se ex parte sui], la simple aprehensión no necesita regulación para alcanzar su objeto sin error. El intelecto en su primera operación tiene un objeto incomplejo (en cuanto objeto). Por lo tanto, o el intelecto alcanza su objeto o no alcanza nada. In IX Metaph, lec.11, n.1901-1909
El error aparece al componer o dividir, y al discurrir.
Considerada por parte de su objeto [per se ex parte objecti], la simple aprehensión necesita regulación para alcanzar su objeto sin error. Per accidens, la simple aprehensión necesita regulación para alcanzar la definición. Para alcanzar la definición, es necesario un ars deffinitiva. Este tratado de las categorías es una incoación del arte de definir. La intención de este tratado es regular per se la simple aprehensión por parte de su objeto. [La intención de este tratado es regular la simple aprehensión per se ex parte objecti.]
El objeto de la primera operación es «lo que es», el ente incomplejo.
El ente se halla disperso en diversos de modos de ser. El ente se halla confuso, porque estos modos se entremezclan. El ente se halla obscuro, porque se nos oculta su naturaleza. Ejemplo: fácil es ver algo blanco, pero no es fácil distinguir lo que es la blancura, porque se halla como confundida y mezclada con la figura, la cantidad, la substancia, relaciones, etc. [En este tratado,] distinguimos los diversos órdenes de cosas [modos de ser] y los unificamos bajo un número no muy grande de modos genéricos de ser, dando además las propiedades que los caracterizan, así podemos considerar los incomplejos de manera fácil y pronta. Así se quitan la dispersión, la confusión y la obscuridad del ente incomplejo: (1) se quita la dispersión del intelecto al conocer qué es una cosa, pues ya no se pierde en la infinidad de modos de ser que se nos presentan, sino que puede discurrir con seguridad preguntándose por estos pocos modos determinados; (2) se quita la confusión de los modos de ser, por haberlos distinguido y ordenado; (3) se quita la obscuridad que los ocultaba, al dar las propiedades de cada modo de ser.
De tres maneras se puede errar al definir: (1) al aplicar las partes de
la definición a lo definido; (2) en la conjunción de las partes de la definición entre sí; (3) en la atribución de toda la definición a lo definido. La intención de este tratado es también regular la primera operación per accidens en orden al arte de definir. En este tratado, evita se incoativamente el primer error al definir, porque enseña a quién se atribuí correctamente la primera partícula de la definición (el primer género). Por las propiedades generalísimas determinadas en este tratado, se puede discernir a qué género supremo pertenece cada cosa.
La intención de este tratado es unir en sus géneros generalísimos
todos los entes, distinguiéndolos, ordenándolos y señalando sus propiedades, para dirigir la primera operación del intelecto per se ex parte objecti, y per accidens incoativamente en orden a la definición. III. Del sujeto de este tratado
El tratado de las categorías no tiene como sujeto a entes de razón, las
intenciones secundas que son sujeto de la lógica. El tratado de las categorías tiene como sujeto a entes reales, pero no se los considera in rerum natura, sino ut intellecta. Hay una reflexión, una secunda intención, pues el intelecto considera por un nuevo acto del entendimiento lo que ya está concebido, pero no se considera el concepto en cuanto concebido, sino que considera el concepto en cuanto a su objeto, en lo que alcanza de lo real. Ejemplo: el filósofo considera la naturaleza «homo» en primera intención, en lo que tiene de esencial, dejando de lado lo singular. En los predicables, el lógico considera la naturaleza «homo» como aquello en lo que se da una cierta manera de la universalidad, la intentio secunda «especie», mira a la manera de ens per accidens a «especie hombre» compuesto del accidente «especie» y de la substancia «hombre». En los predicamentos, el lógico considera las quididades ut intellecta, ordenándolas bajo las más genéricas, pero no se ordenan en cuanto al modo de la universalidad sino en razón de la quididad misma. Los predicables son universales lógicos. Los predicamentos son universales metafísicos. In VII Metaph. lec. 13, n. 1576: "Secundum logicam considerationem loquitur Philosophus in Praedicamentis. Logicus autem considerat res secundum quod sunt in ratione, et ideo considerat substantias prout secundum acceptionem intellectus subsunt intentioni universalitatis."
Boecio dice que la intención de este libro es tratar de vocibus
incomplexis ut significativae sunt rerum incomplexarum. Es lo mismo tratar de las cosas ut intellecta que tratar de las voces en cuanto significan las cosas así concebidas, porque todo lo que se atribuye a las cosas ut rei se le atribuye proporcionalmente a las voces ut signo. [Todo lo que se atribui a las cosas ut rei, se atribuí a las voces ut signo secudum analogiam proportionalitatis.] [Todo lo que se atribuí al significado, se atribuí al signo según analogía de proporcionalidad.] El lógico considera las voces por necesidad, porque sin palabras exteriores no podemos expresar, enseñar, unificar y ordenar las cosas concebidas. El tratado de las categorías trata principalmente de rebus non absolute sed incomplexe conceptis et consequenti necessitate significatis. Es oficio del lógico considerar la coordinación de los predicados superiores e inferiores. Pero, es su oficio sólo ex parte materiae, porque no considera las intenciones segundas, sino las intenciones primeras, que son materia de aquellas. Es oficio del metafísico considerar la naturaleza das cosas. Los predicamentos son tratados también en la Física y en la Metafísica, ya no ut conceptis sino in rerum natura. Physic III, lect. 5, n. 322: "Modi autem essendi proportionales sunt modis praedicandi. Praedicando enim aliquid de aliquo altero, dicimus hoc esse illud, unde et decem genera entis dicuntur decem praedicamenta".
Metaph. V, lect. 9
IV Utilidad, orden, división y método
1º La utilidad
Las demostraciones científicas tienen como principio a las
definiciones. Las definiciones no pueden darse sin la doctrina de los predicamentos. La utilidad de este tratado para las ciencias valde magna est.
2º El orden
¿En que orden se debe estudiarlo?
Según Cayetano, se debe estudiarlo antes del tratado de los predicables. Las categorías se ordenan a perfeccionar la primera operación per se, y los predicables pertenecen ya al arte de definir, que se ordena a perfeccionar la primera operación per accidens. Sin embargo, Porfirio escribió su tratado como introducción a las Categorías y tradicionalmente se lo explicó primero. En este tratado, se asignan los diez géneros supremos y se dividen por diferencias esenciales en sus especies subalternas e ínfimas, y se asignan los accidentes propios y comunes de tales géneros y especies. Para entender bien esto, es útil y necesario conocer primero qué es el género, qué es la especie, etc. Respuesta a Cayetano: la doctrina de los predicables es sólo incoación del arte de definir, para cuyo desarrollo es necesaria también la doctrina de los tópicos.
3º La división
Este tratado se divide en tres partes:
(1) Antepredicamentos, donde se trata algunas cosas necesarias para entender qué es el predicamento y cómo se coordina. Ejemplo: por encima de los predicamentos sólo hay análogos y por debajo unívocos. (2) Predicamentos, donde se trata de los diez predicamentos. (3) Postpredicamentos, donde se trata de cinco modos que se siguen de todos o varios predicamentos, a modo de passiones generales.