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TRATADO DE LA DEMOSTRACIÓN

CAPÍTULO 3: DE LA NATURALEZA DEL SILOGISMO


DEMOSTRATIVO

El orden del tratado del silogismo demostrativo pide que primero se


considere su necesidad, después su naturaleza y por fin su materia y su
forma.
En la consideración de la naturaleza del silogismo demostrativo, primero
debe decirse «quid sit», luego explicarse una de las partes de la definición
[los primeros principios] y finalmente excluirse los errores.

A. Definición de la demostración
[A. Definición del silogismo demostrativo]

En todas las cosas que son por un fin, la definición por la causa final:
(1) Es razón de la definición por la causa material;
(2) Y es el medio por el que se prueba la causa material.

Ejemplo: Puede definirse una casa por la materia así: «la casa es una
cobertura de piedra y madera», y la casa es así porque tiene por fin proteger
del frío y del calor, entonces la definición por el fin es: «la casa es una
cobertura para proteger del frío y del calor».
[La definición por la materia y por el fin, «una cobertura de piedra y
madera para proteger del frío y del calor».]
Lo que protege del frío y del calor, es hecho de piedra y madera;
Ahora bien, la casa es para proteger del frío y del calor;
Por lo tanto, la casa es hecha de piedra y madera.
El fin «proteger del frío y del calor» es el término medio que da razón de la
conclusión.
El silogismo demostrativo tiene como fin saber (scire), por eso haremos
tres cosas:
(1) Primero vamos definir lo que es saber;
(2) Luego podremos definir la demostración por su fin;
(3) Finalmente definir la demostración por comparación a su materia.

I. Definición de lo que significa «saber» [definición nominal]

Decimos saber algo simpliciter, cuando lo sabemos en sí mismo.


Decimos saber algo secundum quid, cuando lo sabemos en otro, en el que
puede estar de diversos modos:
(1) Como la parte en el todo;
Ejemplo: El que sabe simpliciter de casas, sabe secundum quid de paredes.
(2) Como el accidente en el sujeto;
Ejemplo: El que sabe simpliciter de perros, sabe secundum quid de
ladridos.
(3) Como el efecto en la causa;
Ejemplo: El que sabe simpliciter los principios, sabe secundum quid la
conclusión; y según otros modos semejantes.
Esto es saber per accidens, pero lo que nos interesa es definir lo que es
saber per se.
Lo que se sabe per accidens se presta la argumentación sofística.
Ejemplo [de argumentación sofística]:
Yo sé de Pedro, Pedro es sacerdote, Yo sé del sacerdocio.
Sabemos algo per se, cuando sabemos todo lo que le sucede de cualquier
modo.

Saber simpliciter algo es conocerlo perfectamente, es decir, aprehender


perfectamente su verdad.
Ahora bien, los principios del ser de la cosa [sus causas] son los mismos
que los de su verdad.
Por lo tanto, es necesario que el que sabe, para conocer perfectamente,
conozca la causa de la cosa sabida.

Pero para saber simpliciter algo, no basta conocer sólo la causa, porque si
no se conoce también el efecto en acto, no sería saber simpliciter sino sólo
virtute, que es saber secundum quid y como per accidens.
El que sabe simpliciter debe conocer la causa y la aplicación de la causa al
efecto.

La ciencia es un conocimiento cierto de la cosa.


Lo que puede darse de otro modo, no puede conocerse con certeza.
Por lo tanto, para saber simpliciter es también necesario que lo que se sabe
no pueda darse de otro modo, es decir, debe ser necesario.

El saber simpliciter es un conocimiento cierto, perfecto y actual.


Para ser conocimiento cierto, debe ser de lo necesario.
Para ser conocimiento perfecto, deben conocerse también las causas.
Para ser conocimiento actual y no virtual, debe conocerse la cosa y sus
causas en cuanto causas de la cosa.
Entonces, podemos definir así:
El saber es un conocimiento de lo necesario y sus causas en cuanto tales.

La definición es la razón que significa el nombre.


La significación de los nombres debe tomarse de lo que intentan significar
aquellos que comúnmente lo utilizan.
Ahora bien, tanto los que saben como los que no saben pero creen saber,
entienden por el nombre «saber» lo que se ha dicho.
Por lo tanto, la definición que se ha dado es recta.
La definición que se ha dado es más bien una definición de lo que significa
el nombre, es decir, definición nominal, que una definición de lo que la
cosa es, es decir, definición real.
Los accidentes sólo tienen quididad y definición si se los considera a modo
de substancia, es decir, en abstracto, y no como accidente, es decir, en
concreto.
El saber [scire] es acción de un sujeto, mientras que ciencia [scientia] se
entiende en abstracción del sujeto.
La que se ha dado es una definición nominal de lo que es el saber, es decir,
el conocimiento científico; si quisiéramos definir directamente la cosa
significada, convendría definir lo que es la ciencia, a la que puede darse
una definición propia por cuanto es especie de algún género.
[Es una definición nominal del saber, es decir, el conocimiento científico
(en concreto); porque si quisiéramos definir directamente la cosa
significada, convendría definir lo que es la ciencia, pues es un accidente,
que debe ser definido en abstracto.]

Hay también otros modos de saber [modus sciendi].


Puede saberse no por la causa sino per effectum por la demostración quia.
[Podemos saber también por los efectos.]
De un tercer modo se saben los mismos principios indemostrables, de los
que no puede encontrarse causa.
El modus sciendi propio y perfecto es el conocimiento por las causas [per
causam].

II. Definición del silogismo demostrativo

1º Definición por el fin

El saber es entender la verdad de alguna conclusión por demostración.


El fin o efecto del silogismo demostrativo es saber.
Por eso, podemos definir el silogismo demostrativo por su fin:
«La demostración es el silogismo científico, es decir, que hace saber.»
«syllogismus scientialis, idest faciens scire»
Llamamos «científico» no a todo silogismo que pueda ser usado por una
ciencia, sino sólo a aquel según el cual sabemos.
[La demostración es el silogismo que concluye acerca de algo necesario por
sus causas en cuanto tales.]

2º Definición por la materia

De la definición de la demostración por el fin podemos llegar a la


definición por la materia.
Si «saber» significa «un conocimiento de lo necesario y sus causas en
cuanto tales» es necesario que el silogismo demostrativo, es decir, el que se
adquiere por demostración, proceda de proposiciones verdaderas, primeras
e inmediatas; más notorias, anteriores y causa das conclusiones.
La demostración procede ex propositionibus veris, primis et immediatis,
notioribus, et prioribus, et causis conclusionibus.
Las proposiciones son inmediatas (ex propositionibus immediatis), en
cuanto no necesitan ser demostradas por otro medio, sino que son
manifiestas por sí mismas.
Las proposiciones son primeras (ex propositionibus primis) en orden a las
otras proposiciones que se prueban por ellas.
Las proposiciones de que procede la demostración son también principios
propios, pero no hace falta aclararlo, porque está implícito al exigir que las
proposiciones sean causas de la conclusión.
Las causas deben ser proporcionadas a los efectos.
Las proposiciones de que procede la demostración es causa de la
conclusión.
Por lo tanto, las proposiciones de que procede la demostración deben ser
proporcionadas a la conclusión, lo que quiere decir que deben ser
principios propios de la conclusión.
[Podemos definir la demostración por su materia así:
«La demostración es el silogismo que procede ex propositionibus veris,
primis et immediatis, notioribus, et prioribus, et causis conclusionibus.»]

Prueba de la causa materia por la causa final


El silogismo no requiere dichas condiciones en las proposiciones de las que
procede, pero sí se requieren para la demostración [silogismo
demostrativo], porque de otro modo no haría ciencia.
Ex propositionibus veris
No se puede tener ciencia de lo que no es.
Ahora bien, lo que no es verdad, no es, porque esse et esse verum
convertuntur.
Por lo tanto, es necesario que la conclusión del silogismo que faz saber sea
verdadera, y en consecuencia, que sean verdaderas las proposiciones de las
que procede.
Puede concluirse lo verdadero de lo falso, pero no puede tenerse ciencia ex
falsis.
[El silogismo que concluye lo verdadero de lo falso (ex falsis) non es
demostrativo, y no hace saber.]

Ex propositionibus primis et immediatis


La demostración procede necesariamente de proposiciones primeras e
inmediatas, es decir, indemostrables.
No puede ocurrir que se tenga ciencia per se si no se tiene la demostración
de todo aquello de lo que puede haber demostración.
Podría darse que alguno tenga ciencia per accidens de una conclusión sin
conocer la demostración de las premisas, siendo estas demostrables, por
cuanto la sabe por otros principios.
Supongamos que alguno silogiza a partir de proposiciones demostrables o
mediatas;
Ahora bien, o tiene la demostración de estas proposiciones, o no la tiene;
Si no tiene la demostración de las premisas, no sabe [científicamente] las
premisas y por lo tanto, tampoco sabe [científicamente] la conclusión por
las premisas;
Si tiene la demostración de las premisas, como en las demostraciones no
debe irse al infinito, deberá llegar a alguna inmediata e indemostrable;
Por lo tanto, es necesario que la demostración proceda ex immediatis, o al
punto o por algún medio.

Ex causis conclusionibus
Para saber es necesario conocer las causas;
Ahora bien, sabemos la conclusión porque conocemos las premisas;
Por lo tanto, las premisas son causas de la conclusión.

[Objeción] ¿No estamos confundiendo el orden lógico con el real?


La causalidad de las premisas respecto a la conclusión es sólo una
causalidad lógica, porque la mayor se refiere a las causas reales, pero la
menor y la conclusión parecen referirse al orden lógico.
[Respuesta] Debe decirse que no es así.
La causalidad lógica de las premisas a la conclusión es propia de todo
silogismo, no sólo del demostrativo.
Cualquier silogismo nos hace conocer la conclusión, pero el silogismo
demostrativo no la hace saber, porque sabemos la conclusión cuando
conocemos sus causas reales.
Por lo tanto, cuando concluimos que las proposiciones son causas de la
conclusión, hay que entender que significan las causas reales que explican
científicamente la conclusión.

Para que un silogismo sea válido, alguna de las premisas debe ser
universal, es decir, necesaria, pues de dos particulares nada se sigue;
Y no puede darse nada necesario que no tenga un fundamento real.
Por eso, toda consecuencia lógica se funda en alguna causalidad real.
Los silogismos o son científicos o son aplicación de la ciencia a lo
particular, no hay, entonces, discurso silogístico sin referencia a la ciencia,
es decir, a lo universal [y necesario].
¿Qué sentido puede tener una lógica formal olvidad de las esencias?

Ex notioribus et prioribus
Toda causa es anterior y más notoria (prior et notior) que su efecto;
Ahora bien, las proposiciones son causas de la conclusión;
Ergo, las proposiciones son anteriores y más notorias que la conclusión.

Es necesario que la causa de la conclusión demostrativa sea más notoria no


sólo en cuanto al conocimiento de su naturaleza (quid est), sino también en
cuanto al conocimiento de su existencia (quia est).
Ejemplo: para demostrar que se produce eclipse del sol, no basta saber que
consiste en la interposición de la luna (quid est), sino que además hay que
saber que la luna de hecho se interpone entre sol y la tierra (quia est).

Hay dos modos de decir anterior (priora) y más notorio (notiora): quoad
nos y secundum naturam.
Hay que aclara que las proposiciones de las que procede la demostración
son priora et notiora simpliciter y según naturaleza, y no quoad nos.
Porque las premisas son más universales que la conclusión, y lo universal
es anterior y más notorio simpliciter (según naturaleza).
Lo anterior y más notorio quoad nos son los singulares.
Los singulares, que son las cosas próximas a los sentidos, se oponen a los
universales, que son las cosas más alejadas de los sentidos, con oposición
de anterior [quoad nos] a posterior o de cercano a remoto.

Objeción: En la Física parece decirse lo contrario, porque se dice que lo


universal es anterior quoad nos y posterior secundum naturam.
In Physic. I, lect. 1 n. 6: “Circa primum ponit talem rationem. Innatum est nobis ut
procedamus cognoscendo ab iis quae sunt nobis magis nota, in e aquae sunt magis nota
naturae; sed e aquae sunt nobis magis nota, sunt confusa, qualia sunt universaliza; ergo
oportet nos ab universalibus ad singularia procedere.”

Respuesta: En la orden del singular al universal simpliciter, responde al


orden entre el conocimiento sensitivo y el intelectivo en nosotros. Como el
conocimiento sensitivo es en nosotros anterior al intelectivo, el singular es
prius et notius quoad nos que el universal.
En la Física, en cambio, no trata del orden del universal al singular
simpliciter, sino más bien del universal al menos universal, como da animal
a hombre. Y en este sentido, lo más universal es prius y más notorio quoad
nos.
En toda generación, lo que es en potencia es prius tempore et posterius
natura, mientras que lo que es en acto es prius natura et posterius tempore;
Ahora bien, el conocimiento del género es como potencial en comparación
al conocimiento de la especie, en el que se conocen en acto todo lo esencial
a la cosa;
Por lo tanto, en la generación de nuestra ciencia se conoce prius lo más
común que lo menso común.

Objeción: En la Física se dice también que nos es innata la vía por lo más
notorio para nosotros; por lo tanto, la demostración no se hace a partir de lo
que es anterior simpliciter, sino quoad nos.
In Physic. I, lect. 1 n. 6: “Circa primum ponit talem rationem. Innatum est nobis ut
procedamus cognoscendo ab iis quae sunt nobis magis nota, in e aquae sunt magis nota
naturae; sed e aquae sunt nobis magis nota, sunt confusa, qualia sunt universaliza; ergo
oportet nos ab universalibus ad singularia procedere.”

Respuesta: Hablamos aquí según que lo que es en el sentido es más notorio


quoad nos que lo que es en el intelecto; en la Física hablase según lo que es
más notorio quoad nos en el mismo intelecto.
Mas las demostraciones no proceden de los singulares que están en el
sentido, sino sólo de los universales, que están en el intelecto, de allí que
aquí se diga que no se parte de lo notior quoad nos [pero de lo notior
simpliciter].
[Otra respuesta]: Podemos decir también que en toda demostración es
necesario proceder de lo que es más notorio quoad nos, pero no de los
singulares sino de los universales; porque algo no puede hacerse notorio
para nosotros sino por aquello que no es más notorio;
Ahora bien, a veces lo que es más notorio quoad nos, es también más
notorio simpliciter y secundum naturam;
Ejemplo: En las matemáticas, donde, por la abstracción de la materia, no
se hacen demostraciones sino a partir de principios formales, los que son
notiora simpliciter.
A veces, en cambio, lo que es notius quoad nos no es notius simpliciter;
Ejemplo: En las ciencias naturales, en las que las esencias de las cosas, por
cuanto son en materia, son ocultas y se nos manifiestan por lo que aparece
de ellas exteriormente. En estos casos, las demostraciones se hacen
mayormente por los efectos, que son más notorios quoad nos y no
simpliciter.
Pero no hablamos de este modo de demostraciones (quia), sino del primero
(propter quid).
En la Física se distingue entre los principios del conocimiento y los
principios de las cosas.
Hay algunos principios de las cosas que se alcanzan por demostración quia,
y otros por resolutio.

Ex propriis
Podría agregarse que la demostración debe proceder de principios propios.
La demostración procede de proposiciones primeras, esto implica que éstas
sean principios propios.
Esto es así, porque «primero» y «principio» son como lo mismo, porque lo
primero en cada género y lo máximo es causa de todo lo que le es posterior.
Conviene conferir a la lesión 2 del comentario a la Metafísica de Santo
Tomás.

B. De las proposiciones primeras e inmediatas

El principio de la demostración es la proposición inmediata.


Conviene considerar qué es la proposición inmediata, cómo se divide y
cómo se conoce.
I. Definición de la proposición inmediata [quid sit]

Decimos proposición «inmediata» a la proposición de la que no hay otra


anterior.
«Qua non est altera prior»
La demostración es ex priora.
La proposición mediata es la que tiene medio por el que se demuestra el
predicado del sujeto.
Por lo tanto, cuando una proposición es mediata es necesario que las
proposiciones por las que se demuestra sean anteriores a ella.
Esto es así, porque el predicado de la conclusión es per prius en el medio
que en el sujeto, y al sujeto le pertenece per prius el medio que el
predicado.
Por lo tanto, aquella proposición de la que no hay otra anterior es
inmediata.

La «proposición» es una de las dos partes de la enunciación, en la que se


predica uno de uno.
La enunciación tiene dos partes, la afirmación y la negación.
El que demuestra debe proponer sólo una de las partes de la enunciación y
no ambas.
[Es decir, la proposición de que procede la demostración es o afirmativa o
negativa.]
El que promueve la cuestión, en cambio, propone ambas y en esto se
distingue la proposición del problema (propositio a problemate).
El que propone un problema enuncia sin afirmar ni negar, por ejemplo
«utrum homo sit risibilis», pero el que demuestra afirma o niega.

Así como en un único silogismo no se concluye sino algo uno, así también
es necesario que la proposición, que es principio del silogismo, sea una;
Es una aquella proposición en la cual se dice uno de uno.
De donde, al poner que se predica uno de uno, separamos la proposición de
la enunciación compuesta, en la que se predica mucho de uno o uno de
muchos.

La proposición demostrativa toma una de las partes de la enunciación.


La proposición dialéctica toma indiferentemente una y otra de las partes da
enunciación.
[El silogismo dialéctico] procede ex probabilibus, por eso tiene abierto el
camino a ambas partes de la contradicción.
De allí que al proponer soluciones, [la dialéctica] toma cualquiera de las
partes de la contradicción y la propone como interrogando (quaerendo).
La proposición demostrativa toma determinadamente una u otra parte de la
enunciación, porque el que demuestra no sigue otra vía sino la que va a
demostrar la verdad.
La proposición demostrativa toma siempre la parte verdadera de la
contradicción, por eso el que demuestra no interroga, sino que lo asume
como evidente (quasi notum).

La «enunciación» abarca ambas partes de la contradicción.


La contradicción puede definirse como la oposición de la que no hay
medio según sí misma.
Entre la privación y el hábito [opuestos privativos] y entro los contrarios
inmediatos [opuestos contrarios] puede no haber medio respecto a
determinado sujeto, sin embargo, tienen simpliciter medio.
Ejemplo: (de privación y hábito sin medio) la piedra no es ni ciega ni
vidente, y (ejemplo de contrarios inmediatos) la blancura no es ni par ni
impar.
No tendrían medio se nunca pudieran afirmarse o negarse a la vez de
ningún sujeto, pero vemos por los ejemplos que los opuestos privativos y
contrarios pueden negarse a la vez de muchos sujetos.
Y aun lo que tienen de inmediatos respecto a determinados sujetos, lo
tienen en cuanto participan de la contradicción, porque la privación es
negación en un sujeto determinado, y uno de los contrarios tiene algo de
privación.
La contradicción carece de medio simpliciter in ómnibus, y no lo tiene por
otro, sino por sí misma, por eso dijimos que de la contradicción no hay
medio según sí misma.
Contradicción es la oposición de afirmación y negación.
Una de las partes de la contradicción es la afirmación, que predica algo de
algo; y la otra es la negación, que remueve algo de algo.
Podemos concluir que:
La proposición inmediata es la afirmación o negación simple de la que no
hay anterior.

II. División de las proposiciones inmediatas

El principio inmediato del silogismo [demostrativo] es doble:


(1) La «positio» o «tesis» es un principio indemostrable, por lo tanto
inmediato, que no es necesario que lo entienda al que aprende.
(2) La «dignitas» o «axioma» o «máxima» es un principio indemostrable,
que debe tener en mente y asentir todo aquel que deba ser enseñado.

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