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Algunas emes más

No se le está dando importancia, pero la semana pasada nos brotaron tres emes
nuevas en la estrategia alfabética contra el Covid. Durante meses hemos tenido tres
emes (mascarilla, manos y metros) y funcionaba. Era fácil de recordar. Un trío de
palabras. Pues ahora hay más. El Gobierno puso a circular la novedad tras la última
Interterritorial de Salud. Sensible como soy a la tradición y el abecedario, me sonó
raro. Como si el Papa en uno de sus mensajes dijese que hay que esforzarse por
cumplir los Catorce Mandamientos y pasase a otro asunto.

Fue lo que hizo el miércoles la ministra Darias. Recitaba una vez más las medidas
(mascarilla, manos, metros) en lo que parecía un ritual y aquello se transformó sin
previo aviso en una innovación doctrinal de primer orden. El trío se transformó en
sexteto como si estuviese al mando un eurodiputado ultraderechista húngaro.
«Maximizar la ventilación, minimizar los contactos y me quedo en casa», añadió la
ministra. Ya digo que me llamó la atención. Y me indignó un poco. ¿Me quedo en
casa? ¿Dónde está la síntesis y el genio léxico? Con lo sencillo que hubiese sido
sustituir lo del aire en abundancia por 'mistral'. Y lo de no ver a nadie y encerrarse
en casa por 'misantropía'. Serían cinco emes, pero sonaría imponente: mascarilla,
manos, metros, mistral, misantropía. Si hasta parece un título de Baroja que le
hubiese quedado un poco largo.

Si se trata de llegar a las seis emes, siempre podría añadirse 'moderación', o sea,
«cordura, sensatez, templanza en las acciones». Lo digo porque crece la inquietud
con la Navidad. En parte porque puede que la curva de contagios no sea tan
descendente como quisiéramos. Y en parte porque da la sensación de que la
apertura de la mano con las restricciones puede ser confundido con alguna clase de
barra libre por una ciudadanía harta y exhausta. En este sentido, resulta muy
curiosa la delegación de responsabilidad en los gobiernos. Esa interpretación
adolescente del permiso. Como si hubiésemos olvidado que, cuando no hay
pandemias y nuestra vida es normal, son infinitas las cosas que cualquiera puede
hacer sin la menor limitación y que sin embargo no hace porque tampoco está loco.

Pablo Martínez Zarracina, El Correo, 7 de diciembre de 2020


FUNCIONES DEL LENGUAJE
En este texto, la intención comunicativa del escritor es expresar la opinión con respecto a la
situación pandémica y restricciones en las Navidades. Por lo tanto, la función predominante es la
expresiva o emotiva, que se expresa mediante la primera persona del singular en pronombres
(“me”) y verbos (“soy”), así como verbos de valoración personal (“me indigna”) y el empleo de un
tono irónico a lo largo de todo el texto (“el trío se transformó en cuarteto...”, “resulta muy
curiosa…”, “con lo sencillo que hubiese sido sustituir…”). Asimismo, la intención comunicativa no
solo consiste en ofrecer su opinión, sino también buscar causar alguna reacción sobre este tema en
el lector. Lo lleva a cabo con la primera persona del plural, requiriendo la función apelativa (“nos”,
“hemos tenido”); para la que también aplica las preguntas retóricas (“¿Me quedo en casa?”...).

Sin embargo, para reforzar su tesis, Pablo Martínez Zarracina informa a los lectores sobre los
factores a tener en cuenta en estas fechas, las “emes” a las que se refieren desde el Gobierno
español. Podemos observar esta función referencial en el empleo de la tercera persona en
determinantes (“el”) o verbos (“puso a circular”), así como la recurrencia a frases impersonales (“No
se le está dando importancia”). Además, añade citas textuales como (“Maximizar la ventilación,
minimizar los contactos y me quedo en casa”).

Por último, cabe destacar la función poética que ya se ha mencionado en la utilización de las
preguntas retóricas, ironía y abundantes símiles como en “como si el Papa…”. Siguiendo por esta
línea, como juego poético, encontramos la función metalingüística, ya que vertebra la temática
textual y además, da nombre al artículo - Algunas emes más. Para ella, inserta diferentes tecnicismos
referentes a la lengua como “emes”, “estrategia alfabética” y “abecedario”.

TIPOLOGÍA TEXTUAL
Nos hallamos ante un texto expositivo-argumentativo, aunque fundamentalmente sea
argumentativo, pues la intención comunicativa del autor es expresar su opinión sobre las decisiones
gubernamentales sobre la pandemia en Navidades y convencer a los lectores de la validez de su
tesis: _______________. Para defender esta tesis el autor, utiliza argumentos de diversa índole,
principalmente la comparación en tono irónico (ejemplos de símiles*). Asimismo, recurre a los datos
“El Gobierno puso a circular la novedad tras la última Interterritorial de Salud” o citas textuales, al
argumento por generalización: “como si hubiésemos olvidado que…”) y a la causa y consecuencia
(“lo digo porque crece la inquietud por la Navidad”). El razonamiento sigue un método inductivo
plasmado en una estructura sintética.

Desde el punto de vista lingüístico son recursos asociados a la argumentación el léxico valorativo
(ejemplos*), las figuras retóricas (ejemplos*) o el uso de la primera persona (ejemplos*). [Aquí
podéis añadir los que veáis, yo solo he seguido el modelo del cuadernillo]

En cuanto a la exposición, ___________________________________________________________


[Os puede servir lo aprendido con la objetividad, siguiendo el modelo de argumentación y la teoría
del cuaderno]

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