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Crisis en Colombia

El presidente Iván Duque tiene que convocar un gran pacto de


unidad, acabar con los abusos policiales y depurar
responsabilidades
EL PAÍS
07 MAY 2021 - 03:58 CEST
La ola de protestas desatada en Colombia contra la fallida reforma fiscal ha derivado
en un reguero de sangre al que el Gobierno debe poner fin urgentemente. El
presidente, Iván Duque, tiene que convocar un gran pacto de unidad, acabar con los
abusos policiales y depurar responsabilidades. Con 20 muertos sobre el asfalto ya
no se puede mirar hacia otro lado.

El hecho de que las movilizaciones hayan continuado después de que Duque


retirase su proyecto fiscal el pasado sábado muestra la profundidad del malestar
ciudadano. La reforma tributaria fue el detonante de un hartazgo generado por la
desigualdad y el aumento de la pobreza, factores que la pandemia ha disparado y
que ya sacaron a las calles a miles de personas a finales de 2019. A ello se ha
unido una represión policial intolerable, criticada desde hace tiempo por muchos
sectores políticos, de la sociedad civil y organismos internacionales y de la que esta
semana han llegado a alertar la Organización de las Naciones Unidas y la Unión
Europea.

La brutalidad policial es algo de lo que se viene alertando desde las protestas de


2019. Para nada ayudan, en este sentido, declaraciones como las del expresidente
Álvaro Uribe, que animó a las fuerzas de seguridad a utilizar las armas. Colombia,
con una historia reciente marcada por la violencia, no necesita que ninguno de sus
dirigentes eche más leña al fuego.

Es hora de que todos los actores políticos colombianos aparquen cualquier tipo de
cálculo electoral y asuman la responsabilidad con los ciudadanos. Los titubeos del
presidente, que por un lado llama a construir un diálogo nacional y por otro estudia
la posibilidad de declarar el estado de conmoción interior, deben parar. Haría bien
Iván Duque en escuchar los reclamos de quienes han salido a protestar, en su gran
mayoría pacíficamente, al tiempo que frena los excesos de las fuerzas de orden
público que, en última instancia, dependen de él.

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