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DEPARTAMENTO DE PEDAGOGÍA
CARNÉ: 201851962
El pragmatismo puede verse como una teoría del aprendizaje, ya que tiene que ver
precisamente con aprender de la experiencia, tiene que ver con razonar más efectivamente
en la ciencia, pero también en cualquier ámbito de la vida. El objetivo de esta
comunicación es precisamente proporcionar algunas claves para hacer explícita esa
concepción del pragmatismo como teoría del aprendizaje, hasta ahora poco explorada.
El conductismo es una de las teorías del aprendizaje que se ha mantenido durante más años
y de mayor tradición. Aunque no encaja totalmente en los nuevos paradigmas educativos
por concebir el aprendizaje como algo mecánico, memorístico, pasivo, deshumano y
reduccionista; la realidad es que la mayoría de las instituciones educativas actuales se basan
en las propuestas conductistas como la descomposición de la información en unidades, el
diseño de actividades que requieren una respuesta y la planificación del refuerzo.
El refuerzo es precisamente el paso que afianza, asegura y garantiza el aprendizaje, es el
auto-regulador, el retro-alimentador del aprendizaje que permite saber si los estudiantes
acertaron o no, si lograron la competencia y el domino del objetivo con la calidad que se
esperaba. Mientras el refuerzo no se cumpla los estudiantes tendrán que ocuparse de
observar, informarse y reparar los elementos que contiene el objetivo instruccional y
posteriormente realizar las prácticas y ajustar hasta lograr conducir el objetivo a la
perfección prevista; y es el profesor quien la acepta y la refuerza.
La finalidad del conductismo es condicionar al estudiante para que por medio de la
educación supriman sus conductas no deseadas, así alienta en el sistema escolar el uso del
procedimientos destinados a manipular las conductas, como las competencias entre
alumnos.
Hay ciertas conductas que necesariamente requieren de memorización y repetición de
algunos conocimientos. Por ejemplo, la memorización de poesías, práctica de instrumentos
y práctica de idiomas extranjeros.
El alumno mantiene una actitud activa al “aprender haciendo”, pues tiene que generar una
respuesta a la situación problemática planteada.
Sin embargo, si es aplicado en forma correcta, el refuerzo puede modificar con éxito el
comportamiento y estimular el aprendizaje, pero nunca la formación integral del alumno.
La finalidad del conductismo es condicionar a los alumnos para que por medio de la
educación supriman conductas no deseadas, así alienta en el sistema escolar el uso de
procedimientos destinados a manipular las conductas, como la competencia entre alumnos.
La información y los datos organizados de determinada manera son los estímulos básicos
(la motivación) frente a los que los estudiantes, como simples receptores, deben hacer
elecciones y asociaciones dentro de un margen estrecho de posibles respuestas correctas
que, de ser ejecutadas, reciben el correspondiente refuerzo (una estrella en la frente, una
medalla o una buena calificación).
6. Se basa en la medición de valores o desvalores del individuo, por lo que tiene en cuenta
aspectos más individuales que colectivos.
Se cuestiona que la visión constructivista no distingue los diferentes papeles que cumple la
experiencia en diversas edades; no tiene en cuenta situaciones en las que los conocimientos
no se pueden adquirir empíricamente; y se argumenta que la acción no garantiza la
comprensión.
En cuestión del pragmatismo no ve una diferencia fundamental entre la razón práctica y la
teórica, ni ninguna diferencia ontológica entre hechos y valores. Tanto los hechos como los
valores tienen un contenido cognitivo: el conocimiento es lo que debemos creer; los valores
son hipótesis sobre lo que es bueno en acción. La ética pragmática es ampliamente
humanista porque no ve una prueba definitiva de moralidad más allá de lo que nos importa
como humanos. Los buenos valores son aquellos para los cuales tenemos buenas razones.
La formulación pragmática es anterior a las de otros filósofos que han subrayado
importantes similitudes entre valores y hechos
El pragmatismo es una corriente filosófica centrada en la vinculación de la práctica y la
teoría. Describe un proceso en el que la teoría se extrae de la práctica y se aplica de nuevo a
la práctica para formar lo que se denomina práctica inteligente. Posiciones importantes
características del pragmatismo incluyen el instrumentalismo, el empirismo radical,
el verificacionismo, la relatividad conceptual y el falibilismo. Existe un consenso general
entre los pragmatistas de que la filosofía debe tener en cuenta los métodos y los
conocimientos de la ciencia moderna.1
La piedra angular del pragmatismo es la redención de la idea de verdad (y otras nociones
como el bien y la belleza) en la filosofía post-kantiana. Aunque según los pragmatistas el
conocimiento objetivo podría ser imposible, se puede redefinir la verdad como aquello que
funciona desde nuestra limitada forma de experimentar la realidad
El pragmatismo deja abierta la posibilidad y la legitimidad de métodos muy creativos de
investigación y descubrimiento. Tiene que ver con el examen y la creación de
posibilidades, con los vuelos de la imaginación, que está en el centro mismo del
pragmatismo, puesto que es necesaria para investigar las consecuencias posibles y para
idear los cursos de acción. El pensamiento tiene una función constructiva, creativa,
orientada al futuro. Somos participantes activos en un universo inacabado.