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Ficha #7 - Procesos Emocionales
Ficha #7 - Procesos Emocionales
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Ficha de cátedra Nº 7
Procesos emocionales
Viviana Mandich y Jorge Mario Andreau
Índice
1. Síntesis del tema………………………………………………………… 2
1.1. Concepto de procesos emocionales….………………………………….. 2
1.2. Significado funcional de los procesos emocionales……………………... 3
2. La activación del sistema nervioso autónomo…………................……... 3
3. Emociones y expresiones faciales……………………...………………... 4
4. Reseña histórica de las teorías de los procesos emocionales.....………… 6
5. Tipos de procesos emocionales………………………………………….. 12
6. Control nervioso de los procesoso emocionales……………………….... 14
7. Conclusiones.…………………………………………………………… 28
8 Bibliografía…………….………………………………………………… 29
1
1. Síntesis del tema
2
cantidad de músculos faciales y su menor índice de inervación hacen que las
expresiones faciales de los no humanos sea más reducida. Sin embargo, algunos autores
enfatizan el rol “para-lingüístico” de las expresiones faciales o la utilización de las
expresiones faciales según el contexto social (p.e. la expresión de desagrado ante
determinados estímulos se observa en algunos casos sólo en compañía de otros
individuos).
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que no se describen fácilmente, pero que son muy similares en todas las culturas
humanas.
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Debido a que podemos ejercer control voluntario sobre nuestros músculos
faciales, es posible inhibir expresiones faciales verdaderas y sustituirlas por expresiones
falsas. Hay muchas razones para decidir mostrar una expresión facial falsa. Algunas de
ellas son positivas y algunas negativas. Hay dos formas de distinguir las emociones
verdaderas de las falsas. En primer lugar, hay microexpresiones de la emoción real que
a menudo se manifiestan a la vez que la expresión falsa. Estas microexpresiones duran
solo alrededor 0,05 segundos, en segundo lugar, a menudo existen diferencia sutiles
entre las expresiones faciales genuinas y las falsas.
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Figura 1. Ilustraciones del libro de Charles Darwin “La expresión de las emociones
en los animales y el hombre”. (A) miedo / terror; (B) ira / espanto / horror.
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especies diferentes, postulando su continuidad interespecies por presión de selección
para asegurar la supervivencia.
Darwin consideraba que la expresión de las emociones, como de las otras
conductas, era el resultado de la evolución, por lo tanto, trató de comprenderlas
comparándolas entre diferentes especies. A partir de estas comparaciones entre especies,
Darwin elaboró una teoría de la evolución de la expresión emocional que se componía
de tres ideas principales:
1) Que las expresiones de la emoción evolucionan a partir de conductas que indican lo
que probablemente el animal vaya a hacer a continuación.
2) Que si las señales que proporcionan dichas conductas son beneficiosas para el animal
que las muestra, evolucionarán de forma que aumentará su función comunicativa, y
puede que su función original se pierda.
3) Que los mensajes opuestos a menudo se indican por movimientos y posturas
opuestas.
La explicación de la teoría de Darwin de las manifestaciones de amenaza
consistía en lo siguiente: enfrentarse con los enemigos, alzarse y exponer las propias
armas constituían los componentes de las primeras fases de ataque o de lucha. Pero una
vez que los enemigos empezaron a reconocer estas conductas como señales de una
agresión inminente, los atacantes que podían comunicar su agresividad de forma más
efectiva, e intimidar a sus víctimas sin luchar realmente, obtenían una ventaja de
supervivencia. Como resultado, evolucionaron las manifestaciones elaboradas de
amenaza y disminuyó el combate real.
Para lograr su máxima efectividad, las señales de agresividad y sumisión deben
distinguirse claramente, por lo tanto, tendieron a evolucionar en direcciones opuestas.
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emocional al sentimiento emocional”.
En 1928, Walter Cannon propone un modelo diferente por el cual la expresión
emocional es independiente de la percepción sensitiva corporal y que ambas,
experiencia y expresión emocional ("lloramos y estamos tristes" según el esquema)
resultan de la actividad nerviosa superior inmediata al estímulo desencadenante. Existen
evidencias que apoyan (aunque parcialmente), ambas hipótesis: Pacientes con lesión de
médula espinal (incapacitados para percibir el estado de activación corporal por "de-
aferentación"), dicen experimentar estados emocionales con diferente calidad e
intensidad respecto de sujetos sanos. Por otro lado, animales privados de aferencias
sensoriales, son capaces de presentar comportamientos de expresión emocional. Walter
Cannon argumentó que en las conductas emocionales la actividad intensa de la división
simpática prepara al animal para utilizar totalmente los recursos metabólicos y de otro
tipo para las emergencias. Por el contrario la actividad de la división parasimpática del
sistema nervioso autónomo promueve un aumento de las reservas metabólicas. Cannon
sugirió además que la oposición natural del gasto y el almacenamiento de recursos se
expresa en una oposición paralela de las emociones asociadas con estos diferentes
estados fisiológicos.
En 1928 Phillip Bard comunicó los resultados de una serie de experimentos que
señalaron al hipotálamo como el centro exacto de la coordinación de los componentes
autónomos y somáticos de la conducta emocional. Bard extirpó ambos hemisferios en
una serie de gatos. Cuando la anestesia quirúrgica se había terminado los animales se
comportaron como si estuvieran muy enojados. Esta conducta se desarrolló
espontáneamente e incluyó las correlaciones autónomas habituales de esta emoción,
aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, dilatación de las pupilas y
erección de los pelos sobre el dorso y la cola. Esta conducta fue denominada “rabia
fingida” o “falsa rabia”, porque no tenía ningún blanco obvio, al contrario de la rabia
mostrada por un gato normal. Bard mostró que se obtenía una respuesta completa de
rabia mientras el hipotálamo caudal estuviera intacto. Sin embargo no se pudo obtener
la rabia fingida cuando se seccionaba el encéfalo en la unión del hipotálamo y el
mesencéfalo, aunque se seguían observando algunos componentes incoordinados de la
respuesta. Bard sugirió que mientras la experiencia subjetiva de la emoción podría
depender de una corteza cerebral intacta, la conducta emocional coordinada no depende
necesariamente de los procesos corticales. Este autor destacó que las conductas
emocionales a menudo están dirigidas hacia la autopreservación y que las emociones
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son compartidas por muchas especies de vertebrados. La prevalencia de las emociones
entre distintos animales implica la participación de partes filogenéticamente mas
antiguas del sistema nervioso. Basándose en la observación, Bard llegó a la conclusión
de que el hipotálamo es esencial para la expresión de respuestas agresivas, y que la
función de la corteza cerebral es inhibir y dirigir estas respuestas.
Según la teoría propuesta por ambos autores, por éllo conocida como la teoría de
Cannon-Bard, los estímulos emocionales tiene dos efectos excitatorios independientes:
provocan tanto el sentimiento de emoción en el cerebro como la expresión de la
emoción en los sistemas nerviosos autónomo y somático. Por consiguiente la teoría de
Cannon-Bard, a diferencia de la teoría de James Lange, considera que la experiencia
emocional y la expresión emocional son procesos paralelos, que no guardan una
relación causal directa. "Lloramos y estamos tristes" (según el esquema) resultan de la
actividad nerviosa superior inmediata al estímulo desencadenante.
Las teorías de James - Lange y de Cannon - Bard hacen diferentes predicciones
sobre el papel de la retroalimentación de la actividad de los sistemas nerviosos somático
y autónomo en la experiencia emocional. Según la teoría de James y Lange, la
experiencia emocional depende totalmente de la retroalimentación de la actividad de los
sistemas nervioso autónomo y somático; según la teoría de Cannon-Bard, la experiencia
emocional es totalmente independiente de dicha retroalimentación. Cannon argumentó
que la actividad intensa de la división simpática prepara al animal para utilizar
totalmente los recursos metabólicos y de otro tipo para las emergencias. Por el contrario
la actividad de la división parasimpática del sistema nervioso autónomo promueve un
aumento de las reservas metabólicas. Cannon sugirió además que la oposición natural
del gasto y el almacenamiento de recursos se refleja en una oposición paralela de las
emociones asociadas con estos diferentes estados fisiológicos. Se ha demostrado que
estas dos posturas extremas son incorrectas. Por un lado, parece que, para que se
produzca la experiencia de emoción, no es necesaria la retroalimentación autónoma y
somática: los pacientes humanos cuya retroalimentación autónoma y somática se ha
visto eliminada en gran medida por la fractura de cuello son capaces de tener toda una
gama completa de experiencias emocionales. Por otro lado, hay numerosos informes, de
que las respuestas autónomas y somáticas a los estímulos emocionales pueden influir en
la experiencia emocional. Los resultados experimentales indican que la especificidad de
las reacciones del sistema nervioso autónomo esta en algún punto entre los extremos de
la especificidad total y la generalidad total. Existen muchas pruebas de que no todas las
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emociones se relacionan con el mismo patrón de actividad del sistema nervioso
autónomo, sin embargo no existen suficientes datos para defender el punto de vista de
que cada emoción se caracteriza por un patrón diferente de actividad del sistema
nervioso autónomo. El hecho de no haber encontrado apoyo sin restricciones tanto a la
teoría de James Lange como a la de Cannon-Bard ha llevado a la idea de que, cada uno
de los tres factores principales de la respuesta emocional, como la percepción del
estímulo provocador de la emoción, las respuestas autónomas y somáticas al estímulo, y
la experiencia de emoción, influye en los otros dos.
Si bien existen evidencias que apoyan (aunque parcialmente), ambas teorías, se
considera que las versiones extremas son incorrectas. Por un lado, pacientes con lesión
de médula espinal (incapacitados para percibir el estado de activación corporal por "de-
aferentación"), dicen experimentar estados emocionales con diferente calidad e
intensidad respecto de sujetos sanos. Además, animales privados de aferencias
sensoriales, son capaces de presentar comportamientos de expresión emocional. Por otro
lado, hay numerosos informes, de que las respuestas autónomas y somáticas a los
estímulos emocionales pueden influir en la experiencia emocional.
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aferencia hipotalámicas y se nutren de los sistemas efectores somáticos y autónomos en
el tronco encefálico y la médula espinal. Por lo tanto, su actividad puede producir
respuestas autónomas y somáticas difusas, que a menudo anulan la función refleja, y a
veces afectan a casi todos los órganos del cuerpo. La conducta emocional unificada se
logra así a través de la convergencia en la formación reticular del tronco encefálico, de
vías hipotalámicas y otras vías descendentes que controlan las neuronas motoras.
En la década de 1960”, Shacter efectuó experiencias en las que sujetos sanos son
expuestos a un mismo activador fisiológico (fármaco activador autonómico) pero a
diferentes situaciones de interacción social "favorables" y "desfavorables" a la
autoestima, obteniendo resultados consistentes en el sentido de que los distintos
estímulos situacionales provocaban diferentes estados emocionales. Estos resultados
fueron interpretados como la dependencia de los estados emocionales de la evaluación
cognitiva.
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5. Tipos de procesos emocionales
5.1. Emociones primarias
Según varios autores las emociones primarias son cuatro: miedo (o terror), ira (o
enojo), felicidad (vinculado a satisfacción o a expectativa de satisfacción y contención ),
y disgusto. Otros autores, como Eckman y Friese agregaron la sorpresa y la tristeza a las
emociones primarias.
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La agresión es una conducta multifacética, que no se produce por la activación
de un solo sistema aislado del cerebro. La investigación ha demostrado que las
conductas de agresión y defensa de las mismas especies aparecen en diversas formas
típicas, que tienen lugar en diferentes situaciones, que sirven para diferentes funciones,
y que tienen diferentes bases nerviosas y hormonales. El descubrimiento de que las
conductas agresivas y defensivas se producen de diversas formas estereotipadas
comunes a una especie fue el primer paso necesario para la identificación de sus bases
neurales. En estudios con animales se comprobó que existen dos tipos de conductas
agresivas diferentes, una relacionada con la amenaza y la otra con una conducta
predatoria. La conducta predatoria implica un ataque con el fin de obtener comida.
Dicho ataque va acompañado por pocas vocalizaciones y se lanza contra la cabeza o
cuello del adversario. Este tipo de conducta, no se asocia con altos niveles de activación
del sistema simpático. La amenaza, es una demostración, mas que un ataque, e implica
grandes niveles de activación del sistema simpático.
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de testosterona ligeramente superiores a los normales. Esta débil correlación podría
reflejar que los encuentros agresivos aumentan la testosterona en lugar de lo contrario.
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Figura 3. Algunas de las estructuras corticales y subcorticales relacionadas con el
procesamiento emocional.
En 1937, James Papez propuso por primera vez que estructuras de lóbulo
límbico formaban parte de los circuitos cerebrales vinculados con la experiencia y la
expresión emocionales. Papez propuso que la función del lóbulo límbico podría ser
distinta de que la función exclusivamente olfatoria. Sus argumentos se basaron
principalmente en la neuroanatomía, en la neuropatología de pacientes psiquiátricos y
de animales afectados con el virus de la rabia. Este autor sabía a partir del trabajo de
Bard y Hess, que el hipotálamo influye en la expresión de la emoción. Además, sabía
que las emociones alcanzan la conciencia y que las funciones cognitivas superiores,
afectan la conducta emocional. Finalmente, Papez mostró que la corteza y el hipotálamo
están interconectados a través de vías que son conocidas hoy como el "circuito de
Papez". En este circuito, el hipotálamo (específicamente los cuerpos mamilares),
proyecta axones hacia el núcleo anterior del tálamo dorsal, el cual a su vez se proyecta a
la corteza del cíngulo. A su vez, la corteza del cíngulo (como otras partes de la corteza
cerebral) proyectan al hipocampo. Por último, el hipocampo proyecta nuevamente hacia
el hipotálamo a través del fornix (un haz de fibras). Papez postuló que estas vías
proporcionaban las conexiones necesarias para el control cortical de la expresión
emocional. Con el tiempo, el circuito adquirió algunos elementos nuevos y llegó a
llamarse "Sistema Límbico". Uno de estos componentes mas nuevos y mas
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sobresalientes es la amígdala, que está constituída por un conjunto de núcleos incluídos
en la sustancia blanca del lóbulo temporal, por delante del hipocampo.
Figura 4. Esquema del circuito propuesto por Papez, el cual involucra varias
estructuras cerebrales interconectadas: nótese el sentido de las flechas.
Alrededor de los años 1970 Paul Mc Lean formuló una hipótesis especulativa de
las emociones según la cual los seres humanos y algunos mamíferos modernos, en los
cuales existe bien desarrollada la neocorteza y conservan las estructuras del sistema
nervioso presentes en especies más antiguas (paleocorteza, archicortaza), existiría una
cierta independencia entre estos tres niveles de control neural en el control funcional del
comportamiento emocional (hipótesisi del cerebro “tri-conformado”), lo que explicaría
en los seres humanos la relativa dificultad para el manejo de los estados emocionales en
condiciones especiales.
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- Es un concepto legítimo fundamentalmente desde el punto de vista de las relaciones y
particularidades anatómicas.
- De la totalidad del "sistema límbico" sólo algunas estructuras tienen claras relaciones
con aspectos específicos del comportamiento emocional (p.e. amígdala y miedo
condicionado o sindrome de Klüver & Bucy), mientras otras no las tienen por lo menos
directamente (p.e. hipocampo y memoria).
En 1937, James Papez propuso por primera vez que los circuitos encefálicos
específicos están dedicados a la experiencia y la expresión emocionales. Buscando
partes del encéfalo que pudieran regular esta función, este autor comenzó a explorar una
región de la corteza conocida como Lóbulo Límbico. En la década de 1850 Paul Broca
había popularizado el término lóbulo límbico para referirse a esa parte de la corteza
cerebral que forma un borde alrededor del cuerpo calloso sobre la cara medial de los
hemisferios. Dos componentes sobresalientes del lóbulo límbico son la circunvolución
del cíngulo, ubicada arriba del cuerpo calloso y el hipocampo que está en el lóbulo
temporal medial. Durante muchos años las estructuras del lóbulo límbico junto con los
bulbos olfatorios se consideraban que estaban dedicadas solamente al sentido del olfato.
Papez supuso que la función del lóbulo limbico podría ser mas interesante que la
del rinencéfalo. Su argumento se basó principalmente en la neuroanatomía. Este autor
sabía a partir del trabajo de Bard y Hess, que el hipotálamo influye en la expresión de la
emoción. Además, sabía que las emociones alcanzan la conciencia y que las funciones
cognitivas superiores, afectan la conducta emocional. Finalmente, Papez mostró que la
corteza y el hipotálamo están interconectados a través de vías que son conocidas como
el circuito de Papez. En este circuito, el hipotálamo (específicamente los cuerpos
mamilares), se proyecta hacia el núcleo anterior del tálamo dorsal, el cual a su vez se
proyecta a la corteza del cíngulo. La corteza del cíngulo (y también una parte del resto
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de la corteza) se proyecta al hipocampo. Por último, el hipocampo se proyecta a través
del fornix ( un haz grande de fibras) nuevamente hacia el hipotálamo. Papez postuló que
estas vías proporcionaban las conexiones necesarias para el control cortical de la
expresión emocional. Con el tiempo, el circuito adquirió algunos elementos nuevos y
llegó a llamarse Sistema Límbico. Uno de estos componentes mas nuevos y mas
sobresalientes es la amígdala, una masa nuclear enterrada en la sustancia blanca del
lóbulo temporal, rostral al hipocampo.
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pilorección). Cada una de estas formas de comportamiento parecen estar controladas por
diferentes estructuras nerviosas.
En 1928 Phillip Bard comunicó los resultados de una serie de experimentos que
señalaron que el hipotálamo era el centro de la integración de los componentes
autonómicos y somáticos de la conducta emocional. Bard extirpó ambos hemisferios en
una serie de gatos. Cuando los animales se recuperaron, el comportamiento
predominante fué el de enojo o ira. Esta conducta se desarrolló espontáneamente e
incluyó las correlaciones autonómicas habituales de esta forma de comportamiento
emocional (aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, dilatación de las
pupilas y erección de los pelos sobre el dorso y la cola). Esta conducta fue denominada
"falsa ira", porque no se dirigía a un objeto o ser determinado, al contrario de la furia
mostrada por un gato normal. Bard mostró que se obtenía una respuesta completa de
furia mientras el hipotálamo estuviera intacto (ver cuadro 1). Sin embargo no se pudo
obtener la conducta de falsa furia cuando se seccionaba el encéfalo en la unión entre el
hipotálamo y el mesencéfalo, aunque se seguían observando algunos componentes
incoordinados de la respuesta de furia. Bard sugirió que mientras la experiencia
subjetiva de la emoción podría depender de una corteza cerebral intacta, la conducta
emocional coordinada no depende necesariamente de los procesos corticales. Siguiendo
las teorías de Darwin y Cannon, Bard destacó que las conductas emocionales a menudo
están dirigidas hacia la autopreservación y que las emociones son compartidas por
muchas especies de vertebrados. La prevalencia de las emociones entre distintos
animales implica la participación de partes filogenéticamente mas antiguas del sistema
nervioso. Basándose en sus observaciones, Bard llegó a la conclusión de que el
hipotálamo es esencial para la expresión de respuestas agresivas, y que la función de la
corteza cerebral es inhibir y dirigir estas respuestas.
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Los experimentos de Bard y Hess, condujeron a la conclusión importante de que
existen circuitos básicos para los comportamientosemocionales en el diencéfalo y en las
partes del tronco encefálico conectadas con él. Más aún sus investigaciones mostraron
que el control del sistema nervioso autónomo no es totalmente separado del control de
otras vías efectoras como la somática. La estimulación que produce respuestas
autónomas casi siempre produce también respuestas motoras somáticas. La conducta
emocional unificada se logra así a través de la convergencia en la formación reticular
del tronco encefálico, de vías hipotalámicas y otras vías descendentes que controlan las
neuronas motoras.
La estructura principal sobre la que proyecta el hipotálamo es la formación
reticular. Esta estructura incluye algunos de los núcleos que controlan los estados
encefálicos asociados con el sueño y la vigilia, la función cardiovascular, la respiración ,
la micción, los vómitos y la deglución. Las neuronas reticulares reciben aferencia
hipotalámicas y se nutren de los sistemas efectores somáticos y autónomos en el tronco
encefálico y la médula espinal. Por lo tanto, su actividad puede producir respuestas
autónomas y somáticas difusas, que a menudo anulan la función refleja, y a veces
afectan a casi todos los órganos del cuerpo.
6.3.1. La amígdala
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Figura 5. Esquema que representa los nucleos de la amigdala y sus conexiones con
otras estructuras del sistema nervioso central vinculadas al procesamiento
emocional.
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6.4. Mecanismos nerviosos del “miedo condicionado”
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mismo, y entonces la amígdala activa los circuitos oportunos de respuesta simpática de
la conducta en el hipotálamo y la sustancia gris periacueductal, respectivamente.
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Figura 7. Diferentes vías de salida del núcleo amigdalino que controlan diferentes
respuestas del “miedo condicionado”.
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La emocionalidad parece estar lateralizada en los hemisferios cerebrales al
menos en dos formas. En primer lugar, partes del hemisferio derecho son especialmente
importantes para la expresión y la comprensión de los aspectos afectivos de las palabras
y de la expresión facial. Así, los pacientes con daño de las porciones suprasilvianas de
los lóbulos frontal posterior y parietal anterior del lado derecho pueden perder la
capacidad para expresar la emoción por la modulación de sus patrones de palabra. ( esta
pérdida de las respuestas emocionales se denomina aprosodia, una lesión similar del
lado izquierdo daría origen a una afasia de broca). Los pacientes que muestran
aprosodia tienden a hablar con voz monótona, sin importar las circunstancias o
significado de lo que se diga. Aun cuando estos pacientes no pueden expresar emoción
al hablar, sus sentimientos emocionales son normales. Tanto los estudios clínicos como
experimentales sustentan la idea de que el hemisferio izquierdo está mas relacionado,
con las que se pueden considerar emociones positivas, mientras que el hemisferio
derecho esta mas relacionado con las emociones negativas. Por ejemplo, la incidencia y
la gravedad de la depresión es significativamente mayor en los pacientes con lesiones
del hemisferio anterior izquierdo en comparación con cualquier otra localización. Por el
contrario, los pacientes con lesiones del hemisferio anterior derecho a menudo se
describen como extraordinariamente alegres. Estas observaciones sugieren que las
lesiones en el hemisferio izquierdo pueden producir la pérdida de sentimientos
positivos, que llevan a la depresión, mientras que las lesiones del hemisferio derecho
pueden producir la pérdida de sentimientos negativos y aparece en un optimismo
exagerado.
Hay estudios que sugieren que el hemisferio derecho está mas íntimamente
involucrado tanto con la percepción como con la expresión de las emociones que el
hemisferio izquierdo, aunque como en el caso de otras conductas lateralizadas
participan ambos hemisferios.
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En algunos estudios de pacientes con lesiones cerebrales unilaterales se ha
hallado dominancia del hemisferio derecho respecto de la expresión emocional,
mientras que en muchos otros no se ha encontrado. Hay datos que indican que el hecho
de que las lesiones del hemisferio derecho alteren la expresión emocional mas que las
lesiones del hemisferio izquierdo, depende de la localización de las lesiones en cada
hemisferio.
En 1939 casi al mismo tiempo en que Papez propuso que el lóbulo límbico y las
estructuras asociadas eran importantes para la integración de la conducta emocional,
Klüver y Bucy llevaban a cabo una serie de experimentos sobre monos rhesus, en los
cuales extirparon gran parte de ambos lóbulos temporales mediales, destruyendo así
gran parte del circuito de Papez. Estos autores comunicaron un conjunto de anomalías
en la conducta de estos animales que se conocen actualmente como el síndrome de
Klüver-Bucy. Entre los desórdenes mas salientes que observaron, existían cambios
pronunciados en la conducta emocional. Dado que los monos habían sido atrapados en
la vida salvaje, la reacción típica era la hostilidad y el temor frente a los seres humanos
antes de la cirugía. Sin embargo, en el postoperatorio estaban mansos. La aproximación
de los seres humanos, ya no generaba reacciones vocales y motoras asociadas
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generalmente con el enojo o el temor, y los monos mostraban ahora poca o ninguna
excitación cuando los experimentadores los manipulaban. Tampoco mostraban temor
cuando se les presentaba una víbora, un estímulo repulsivo para un mono rhesus normal.
Otros desórdenes descritos fueron: 1) agnosia visual, aparente incapacidad de reconocer
objetos, aunque los animales no estaban ciegos; 2) conductas orales extrañas, (por
ejemplo se colocaban todo tipo de objetos en sus bocas, incluídas algunas cosas que
normalmente un mono no tocaría); 3) tendencia a explorar objetos conocidos de forma
repetida; 4) hiperactividad e hipersexualidad, aproximándose y haciendo contacto físico
casi con cualquier elemento de su medio ambiente. En los primates, la mayoría de los
síntomas del síndrome de Klüver-Bucy parecen ser del resultado de lesiones en la
amígdala.
En 1954 Karl Pribram realizón una serie de experimentos en los cuales realizaba
lesiones en la amígdala en primates no humanos. Se comprobó que la lesión de la
amígadala producía una disminución de la agresividad natural de los especimenes
macho, y que esto se asoció a cambios en el rango social que ocupaba el individuo en la
colonia de monos.
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que la respuesta de defensa se encuentra mediada por eferencias hacia la sustancia gris
central provenientes de otras regiones distintas al hipotálamo.
7. Conclusiones
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8. Bibliografía
Bear M.F., Connors B.W. & Paradiso M.A. Neurociencia. Explorando el Cerebro.
Masson. Williams & Wilkins. Barcelona, 1998. Cap. 16.
Carlson N.R. Fundamentos de Psicología Fisiológica. Prentice Hall. Mexico, 1996. Cap.
11.
Guyton A.C. Anatomía y Fisiología del Sistema Nervioso Central. 1994. Cap. 22.
Rosenzweig M.R. & Leiman A.I. Psicología Fisiológica. Mc Graw Hill. Madrid, 1992.
Cap. 15.
29