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ARGUMENTO La propuesta teérica de Ignacio Martin-Baré para una Psicologia Social latinoamericana* Maria A. Banchs La ausoncia fea do Marts Bar6 dea un vac spnileaho one ls pscologes 5 Gace Inoamereance Sn embargo, si ‘bray su ponsamiento siguon guard Stanido"s muchos proteinase que fretenden hacor def Peleg a peo ‘a conacontsacoray Woeratora “autor rocoge on ese artévo bs cinco prnepiosfandamenials que, seaan ofa, ‘MartivBar6: 1) asuir una posi orfica fon fades los dienes del earcci profesio~ ‘nal 2) sacar 1 fos conocimian- fos produoidos desde les mas diversas perspeaivas epistemotigicas en Psicologia Socta: 3) aptar por un onfogue mula pinaro an Psicologls Social 4) optar por ‘una Psicologia Socal que consiere al sor humano como un construcior de le rea ad, y 5) asumic fa perspective de las ma- yories opsimias. ™ Popencia psentadn on ol XXIN| Coogi t= reranetiano de Paodogi, Cosa Rica abo o2 1s Bs este el primer Congreso Interamerica- ‘0 de Psicologia en el cual no contamnos ‘con Ja presencia fisica de nuestro gran amigo y macsto Ignacio Martin-Baré, sin embargo todos sabemos que las leo: ciones que de &1 recibimos tanto a través de su obra, como en fa interaccidn cara a ceara con él ya forman parte de lo que hoy en dia somos muchas de los profe- sionales de la Psicologia Social en Amé fica Latina y lo mantienen cada dia mi vivo entre’ nosotros, recordandoncs. a corientacién que deberos dar a nuestra ac- ida, sefialdndonos ef norte de nuestra ‘actividad, En esta ponencia me propongo simplemente transmittles lo que yo pet~ cibo como Ta singularidad de Ia obra de Tenacio Martin-Baré y de su_ propuesta teérica para una Psicologta Social lati- noamericana. Para ello, me permite de- linear To que yo considero como los i co peincipios fundamentales que se des- prenden de su obra, a saber: 1, La critica como elemento articulador ‘de fa pranis profesional Bn Ignacio Martin-Bar6 encontramos tuna excelente ilustracién de lo que es luna permanente lectura critica de Ia reli- dad, de los conocimientos producidos, del ejercicio profesional. Sus dos textos teGtions (Accidn « ideatogia, 1983, y Sis: tema, grupo y poder, 19892) se desarro: Ian siguiendo un estilo de presentacién singular: en primer lugar, el autor pre- senta las diferentes aproximaciones teori- teas con las cuales se ha abordado el estt- dio de un tema particular; en segundo Iu- gar, hace una aguda lectura critica de las proposiciones en cada enfoque particular; ¥ por ukimo, nos sugiere qué es 0 qué ‘podemos rescatar de cada uno de ellos y ‘c6mio los podemoss redimensionar. Estos tres momentos de su exposicién no se presentan necesariamente de manera se- Cuoncial o estrictamente ordenados; sin embargo, en todas los temas te6ricos que abord6 en estas dos obras (la socializa- ign, fa percepcin, las actitudes, la coo peracign y solidaridad, tn violencia y la ‘agresin social, el poder, y los grupos) cconseguimes Ia presencia de esos wes ‘momentos en su exposicién. "En mi opini6n, si seguimos a Martin- ‘Bar6, més que aprender a elaborar teo- ras, aprendemos 2 analizar teocias, a 456 ANTHROPOS deshacer y rehacer conocimientos, a rela- cionarlos con objetos de la realidad; ‘uestionarlos severamente, para luego de esbrozarlos. sacar provecho de ellos Aunque hizo algunos intentos de aportar cexplicaciones tedricas originales, tales ‘como su propuesta de categorfas de ané- lisis aplicables al estudio de los grupos ‘humans, su concepeién de! fatal la tinoamericano, su andlisis del poder so- cial, su fuerza radica més bien en su alta ‘capacidad para saber hacer uso de los co- nocimientos existentes para interpretar nuestra realidad y orieotar nuestra ac ‘ign, Martin-Baré no era un teGrico cuya Finalidad fuese explicar un factor Xo Y de un fenémeno social Z; mal podria hae berlo sido cuando se interesaba simulté- ‘neamente por aspectos tan diversos de la Psicologfa Social. El objetivo de Maitin- Bard, todos lo sabemos, no era haver ciencla, torizar 0 demostrar el inewestio- nable Valor cientfico de nociones y con- ceptos; su objetivo claro e inconfundible ‘era su omnipresente compromiso para lo- ‘grar una mayor justicia social, para tratar de contagiamos su entusiasmo por Ia causa de las mayortas oprimidas y para aaportamos herramientas apropiadas para 1 praxis liberadora. En cuanto al contenido, t queremos re- imi en pocas palabras el gje aticulador de sus erticas, podkiamos decir que 28 el cardcterahistrico y legitimador de un sis- Tema social que el define coma «un desor- den establecidon, uno de los elementos Fundamentales desu cuestionamiento de a Psicologia Social convencional, Esa Psico- logfa, seiala el autor, responds a preble- mas de otras realidad y. (Je lector tatnoamedeane no puede me- nos de sentir que les aspectos mas erciles de 5 propia exstencia, de su propia historia, no ‘on ni siguier tingenialmente considerados [os textos de psicologia social not proponen cexquemas que nos evan) a apieer prams sépicos, ue imponen camisas de fuerss barbarismos presuntuosos a Tos hechos [st problema ex que] delimitan la realidad por lo ‘conocido y confunsenidooldgearsente Io fae ‘ual con 1 posible (1983, pp. 2-3), Ademés de ser ahisttica, esa Psicolo- fa Social gs asocia, ya que peca de un Psicologismo que reduce los fenémenos ¥, procesos sociales a una «simple adi ‘ién de procesos puramente psicolégi- cos» (1983, p. 23), este tipo de enfoque SO/ANTHROPOS 156 tiende a atribuir ta cavsalidad de los he- chos 2 los individuos, haciendo recaet sobre ellos la responsabilidad de solucio- nar todo tipo de problemas. Su agenda seoreia es mantener intocable el sistema social, ya que no se trata de problemas y de soluciones sociales sino de problems 1y de soluciones individuales, Pero la ertica de Martin-Bar6 no se queda tnicamente a nivel concepeual, Ia critica para él es una postura frente @ la vida, frente a Ja accién y al quehacer profesional. Es por ello que nos invita a asumic auestro rol desde la perspective de un compromiso erfico, Para él, ese ‘compromiso cxitico, {1 supone, amt too, Ja sceptacién de que tas ciencias sociales no soa asics, sin cue involucran opciones de valor que no simple= mente entzan en eb momento de alicar mies- {ro conocimisnto con una w ota fnalida, ind que configuranjntnsccemente of mismo sa- bet [Debles, 1985, p76). Ese compromiso critico pasa por el re- conocimiento de que siempre tomamos partido por Ios valores en que ereemos ¥ por endo debemos avepiar que toda op- ccién es una opcién parcial y limitada, Por otra parte, la acttud erfica debe co imenzat por la autocrtica, cuidando siem- pre de no caer en ningtin tipo de ortodo- xia. En este sentido, el autor apunta que... [1 mo hay nada més castrate, menos ce ‘ico yy en ultima instancia, mas empobrece- ddr gue cl scmetimien a una pres erto- ‘ovis, culguita ela sea (Dobies, 1986), Tanto en el ejericio aplicado de su profesisn, como en su ejercicio teérico, Podemos reconocer en la postura episte- molégica de Marfa-Bar6 un basamento gue sigue casi al pie de Ia let los tres sgos centrales que segin Rodsiguer Ibiez caracterizan la teorfa critica de la sociedad propuesta por la Escuela de Frankfurt, estos son: 4) una avtorreexvided y una histricidad, ‘sto es un techazo a concebi Ta sociedad y Ia historia como uta suoesiin de bechos exter: os, objetivauos sin mediacktn alguna de los sujtos, 2) ef catiterhisrico Walético, es ‘evi, que el aconteces histrieo socal se fia gun como una toaldad conereta, expresada ea tuna serie de momentos que se derandan mu- ‘wamente; ¢) el sentido oral insito en toda c fica, ya que se considera que 6a tiene siem- [re un sentido préctico deni de un proyecto femancipatario de ibeacion hnmana (Munn, 1982, pp. 9697), En efecto, aunque en ninguno de sus cescritos Martin-Baré se defina a sf mis mo como peiteneciente a una escuela de pensamiento particular, cuando leemos Su obra y la manera como Horkheimer define lo que se considers la teoria erii- fa, no podemos dejar de pensar que la Postura cpistemoldgica de Martin-Bars encaja como el anillo al dedo en esa de- Finicisn: La teonfa exten en ura entioa Inmanente (J de ta sociedad explatita para doscubrit sis conadicciones y scelerar una sociedad sin explotacién, Es el aspcto infelectal de tina prética potica en el que el conocimien- to dela sociedad Se conviere sl misma tem- po en ur jueio 0 evauacidu deta misma. a Tahara ds considerar una teoca no sco cuenta l conccimiento que proporciona, sino tan- bin ef interés social condlclonido histéres- ‘mente que la promovi6 (Munn, 1982, p. 9) 2. ELaprovechamiento de todo tipo ‘de conocimientos producidos or la Psicologia Social En su adhesin a los principias de ta teo- fa critica podriamos decir que Martin- Bar6 es frankgfurtiano; sin embargo, ofre- cerfamos una imagen completamente cerrada de su produccién intelecual y de su praxis profesional si lo ubicdsémos dentro de esta escuela. En efecto, Mari 'Baré parece escapar a todo tipo de clasi- ficacién dentro de una escuela teérica, ya que uno de los aspectos singulares dé su obra es justamente su cardcter exhaustive ANALISIS E INVESTIGACION en Ta cual podemos encontrar conceptua- lizaciones que se inseriben en las més di- versas perspectivas: conductistas, psico- analista, cognosciivsts, interaccionis- fas simbolicos y marxistas, entre ottos, enan las paginas de sus libros. De he- cho, si se quieren conocer los mdiples ‘enfoques con fos cuales fa sido abordado algin tema de la Psicologia Social, y si por suerte s ese uno de Ios temas que él tratara, no hay dua de que su obra es tuna fuente de consulta obligatoria. Si bien sus ericas al enfoque positivisia y ‘la concepcién de neutralidad ideolégica de fa ciencia Jo ubican claramente fuera de est perspective, no por ello rechaza los conocimientos producidos desde ese enfoque, ni deja de_ utilizar’ métodos cuantitaivos en st trabajo como invest sgador. Sus estudios sobre Ia opinign pi- blica salvadoreia son un ejemplo de ello; sin embargo, hasta en tos. titlos de sa obra «La encuesta de opiniGn pi- blica como elemento desideologizadon- (19852) observaonos la. manera singular como el autor rescata lo vaioso cle fos conocimientos y téonicas que previamen- te han pasado por el tamiz de su ertca, ‘A mi entender dos grandes escuclas parecen servirle de apoyo fundamental para definir Ja perspectiva teérica que nos propone asumir, tas son el marxs- mo y ol interaccionismo simbélico en sus Giferentés expresiones. Es asf que del ‘marxismo toma categoras tales como la alienacién, la conciencia de clase, la es- tructura social como nivel de andlisis propiamente psicosocial y la ideologia, ‘Aunque él mismo reconocfa que su c ‘cepcin de: ideologfa «no es muy “to- ddoxa” ni para los Funcionalistas ni para los marxisias», como él mismo indicaba, tiene mas de estos sitimos que de los primeros. Define la desideotogizacion ‘coma el quchacer del psicdlogo social en tos siguientes teminos: {.] sia Ia Psicologia Socal le compete el studio de fo ideatgico en el comnportarisata hhumano, sv mejor aporte al desarelio dea democracia en los paises fatinoamereancs ‘onsite en desenmascarar toda ieologi an- Uipopules es deci, aquelas formas be setido comin que operativizan justiiean un siste- sma social explotador y opresivo. Se tata de poner al descuberto lo que de enajenao hay En egos presupucstos en que se eaaia la vida fotidlana y quo furdamentan Ia pasvide, a ‘sums y el fataliseo (19856) ARGUMENTO Hera con pr, do Ferando Boro Por otra parte, nos propone asumi la Psicologia Social desde una perspectiva ialéetica y explica que... {u] el método diskédico (.]esume que et ‘objeto se consitaye precisarnene por una m- fa negacidn de poles, y que esto ocr en un proe89 histéico, En el caso concreto de la psicologia social, aplcar el metodo diakstico fulere covir quel etic Ios problemas, se pate dl presupusto de que potsona y sie fadno simplemente interactdan como algo eonsituido sino que se constayenmutua- mente y, por consiguiente, que negindose uno Yeo se afimaan como ais.) Bn la pret Gl milodo dilécico va e significa que no ppodemos entender los prooesos ideolSeos de [a persona sin alender como parte esencial @ su eatructuracin social (1983, p. 2). ‘Estas dos citas ilustran claramente su utlizacién de un lenguaje y de catego- vias marxistas. Como deciamos antes, Ia otra gran escuela sobre la cual se poya parece ser la llamada Escuela do Chicago 0 det Intereccionismo simb6l co y sus aledafios. Bsta influencia 1a fobservamos en diversas aspects. Su propuesta de estudiar «la realidad coti- diana tal como es vivida por Ia mayo- ia de 1a poblacién centroamericana> (1983, p. 4) coincide con la de los in- teraccionistas, en el sentido de estudiar al ser humano en su quehacer ubicai- donos desde la perspectiva del actor. Por otro lado, cuatido sefaia que nues- tro objetivo de estudio debe ser la ac~ cidn en cuanto ideolsgica, funde en ‘esta proposicién elementos’ interaccio- histas y marxistas, de estos dltimos he- mos ya indicado su definicién de ideo- Jogia, de los primeros toma Ia defini- cid de Ta accisn a al oval se refiere en Jos siguientes términos: Cuatro elementos son ssenclales part que © 6 info intesprsona: un sue, los ts, ‘ua accion conereia y un sistema o red de slgnificacones propio’ de una sociedad 0 de tun grupo social. Toda accin se realiza en Ia tela de este sistema de sigifcaciones, que ‘constiuye la inteioidad “del aio lsino mis allé de su forma extema. (Una oc cin humana no es una simple ooneatenscin {de movimientes sino Ta poesia en ejpeuein de un seatido (J. La pstologia social est dia pues el comportamiznto humane en la me- ida en que es significado y valorao, y en fu esta signifiacidn yvateeci6n vincla @ 1 persona con una sociedad concreta 1985, ple Esta manera de defini la actin, se acerca bastante al enfoque que Blumer (1972) planiea como propio del interac cionismo simbclico, para quienes la ac cin es el resultado de un proceso de @cciéninferpretaiva, como dita Mac- uin-Bac6 es In puesta en ejecucign de un sentido, Por oo lado, también encontra- mm0$ Ia influencia de los interacconises simbslicos en su concepcién de fa real dad como una construct social de os Individuos, concepeicn éxta que si bien se exptesa ya en su primer libro de texto, ‘queda reafimada de manera més clara fen su segunda obra, cuando parte del texto sobre Ia Construccion social de la realidad de Berger y Luckman (1972) para explicar la genesis del orden social, autores Estos con una clara influencia in- teraccionsta, ‘Algunos de sus lestoresperciben tam- bign en su obra una fuerte inflvencia funcionalista, en particular parsoniane, Por su propuesta de tomar la ac” in como objeto de estudio privilegiee do. En uno de los cursos que dictara en Venezuela, se le pregunté si é! se defi nia. como parsoniano, ao cual respon- i6 de una manera discreta pero clr mente negativa. Igualmente, en el pric mer capitulo de su segundo libro de tex- to, queda claro, por las citicas que real- za la obra de Parsons, que el autor no se pout ubicar dent de esta perspec- tiva. Ni dentro de esta ni, como hemos dicho, dentro de ninguna otra, ya que uno de tos aspectos-valorables. de su obra es su capacdad para combinar en tn fodo coherente elementos, nociones y Conceptos. procedentes de. perspectivas dispares, sin que podamos decir que se trata en €1 de una Suerte do eclecticism, 186 ANTHROPOS'S1 ANALISIS E INVESTIGACION ‘ya que al redimensionar los atomos de ‘onccimiento tomados de aqui y de al hos offece una visién nueva con un de- ‘nominador comén: el hilo conductor de Su obra es interpretar Jo propio de nues- aa realidad y desbrozar el camino, para trabajar en pro de una mayor just social 3. Su opeida por un enfoque ‘ultidiscplinario de la Peicologfa Social Es muy frecuente ente psicclogos 20- Gieles encontrar referencias a la neces ded de acogerse a un enfoque mulls. Ciplinaro, debido al caretermultivaria: do de auesto objeto de estudio que la ‘mayoria define como el estudio de la int teracciéa social. Lo que es poco fre. ‘vente es encontrar en la peta Ia pe. seacia de conceptos procedentes dea tores que no se definen como psicSlogos Sociales. En otro de nuestros trabajos (980) hemos anelizado. esta incohe. encia que nos parece que obedece a fos problemas de identidad de los que todas ia sufte tanto te disciplina como ios profesionales. El uso de un enfoque Iultdisciplinacio es otro de los aspects singulares de la obra de Martin-Bar6. Ea Sus textos encontrams citados anleres fo Sélo de diferentes perspectvas tebe cas, sino de diferentes nacionalidades y de difecentes profesiones. Junto a Skis. nee, Bandura, Rotter, Seligman, Asch, Hollandes, Cartwright, Festinger, tc, ce |a linea dominante de la Peicologte Se. cial estadounidense, podemos lee css de Moscovici, Jodeet, Tair, Torregro. &, Hofstater, Israel, Tafel, Armistead é¢ las escuclas europeas de Psicologia Social, y otras de Lane, Codo, Pemex. ez Ciistieb, Montero, Salszzr, de la Eaa : ‘heim, Merton, Parsons, Fanon, Freire, Chomsky, Bemstein, Arendt, Mattelard, Foucault, cic. Fildsofos, psicélogos, an’ ‘ropélogos, socslogos, lingtisas, etlo- 208, psiquiatras y antipsiquiatras, en- uentran un lugar en sus explicaciones, En sus textos, se hace evidente no sélo. 1a perenne actualizacién de-sus conoci- migncos sino la seguridad con que sal. SQANTHROPOS 158 ARGUMENTO snfa la tarea de definie nuestro campo y e integrar a él todo conocimiento que 4 permitiera reforzar su objetiva de sea tar las bases tedricas para orienta una béctica profesioral liberadore. En este sentido, Marin-Bar6 sigue también uno de tos principios de la teorfa erftic. La twansdisciplinariedad tipica de los frank funianos obedece, segtin Munné (1982, B. 96) a «la adopeién sin concesiones del principio de totalidads, Dentro de esta transdisciplinariedad, tipica de la obra de Martin-Bars, he. mos dejado para el final Ja resefa de lun conjunto de autores y trabajos: se ‘sata de todos aquellos gi analizan en Paticular la problematica salvadoresa, los problemas politicos, econémicos, agretios,'religiosos, obsero-patronales, familiares, ideol6gicos y, en general, la problemética latinoamericana. ‘Todos Jos ejemplos” aplicades que encontea- ‘mos en sus obras se refieren a algun problema especifico de su pa‘s: la gue. ‘14, la opresign, las elecciones, Jos es- cuadrones. de la muerte, Ia toituia, 1a reforma agrara, los desplazamientos de campesinos, Ta vida en un mesGn, [as telaciones obrero-patronales, la vida de poltticas, empresétios, burgteses, obze- 496 y campesines, el machismo, @l fata: lismo, son los"temas alrededor de los cuales "Se" aticulan Jos conocimientas ara una Psicologia Social latinoameri- cana. Para hacerlo, recurre tanto a arth culos de prensa, como a testimonice, a obras literarias y a trabajos cientificos, Dresenténdonos & Mafalda y a sus com” Pinches como una gran maestra de Psi cologia Social y todo ello sin perdee Ia Perspectiva académica y el rigor de Ja certica, de la reflexi6n, de la discusiéa ‘erica. 4. Su concepeida del hombre como constructor dela realidad social ial, sefitia que si en el pasado los-psi cosoeiélogos se ociparon de estudiar ué es Jo que nos mantiene unidos en tna Sociedad y qué integra al hombre al orden establecido en el futuro, nos ocue pparemos de entender qué nos libera del desorden establecido, y que para haceclo ‘nos basaremos en tres aspectos: la vision de le realidad como construcci6n, el en- foque conflicivo del oxden social y el Bapel politico de 1a Psicologia Social, En este sentido, su intuiciSn es proséet, 2, Al finalizar la década de los Gchenta cfectivamente las comrientes tedricas emergentes, tanto en Euzopa como en Estados Unidos y América Latina, se ca. ‘acterizan justamente por acogersé a una © varias de estas concepeiones. En Euro pa las propuestas de teéricos, como Moscoviei, Fax, Armistead, por s6lo ‘nombrar algunos, se ubican ‘claramente dentto de estes tres concepciones privic legiaado la visiéa del Rombre somo constructor de su realidad y la, visién politica de Ia Psicologts Sacisl. Tam- bigs, en Europa y en Estados Unidos, bajo la influencia de autores como Ke. eth Gergen, Shower, Hang, entre otros, surge Ia perspectiva’ construccionista desconstruccionista, teniendo como rait broposiciones tanto del interaccionismo. simblico como de la etnometodologia y lingitstica, Bl caso de Espatia os fo paradigmitico, en Ja dé- cada de los ochenta, aparecen miltiples ‘obras que hablan a favor de ese enfo- que emergente: entre los que optan por el enfoque conflictivo (basido en una visién de 1a sociedad preponderante- mente marxista) encontramos a Munné (1982, 1989), y entre los que optan por tuna visién construccionista encontranos a Tbdiiez (1988, 1989, 1990) a Dario Péea (1989), a Torregrosa (1983), entre ous, En América Latina encontramos también expresiones recientes de esta Contiente emergente tanto en los trabajos de Montero (1984, 1988) como en los de Maurer Lane y Codo (1984), Maurer Lane (1991), Jiménez (1990),' Banchs (1986, 1987, 1988, 1989, 19902) y Fer. nindez Christlieb (1988): Las dos obras recientes de Montero (1988) y Jiménez ANALISIS E INVESTIGACION (1990) itustran Ja emergencia de esta perspectiva, De (ado esto, fo singular es que ya en 1985 el texto que nos ofrece Martin-Bard se ubica desde esta perspectiva que'sigue fl camino construccionista del hacer y deshacer, para seguir adelante (Ver Tbi- fez, 1989), y el camino de la Psicologfa Social crtica (Wexoer, 1983) de desea- mmascarar el papel legitimador del sistema gue han jugado Tos conocimientos de la Paicologfa Social En este sentido, encontramos en Martin- Baré a un psicélogo social constrccionis- fa, es decir, que considera que los cono- citmientos sobre la. realidad social. son eminentemenehistrcos y, por lo tno, er: nentemente provisorios, por lo cual hice falta revisarlos permanentemente, descons- tmuilos y teconsrlos. 5. La opetén profesional « favor de las mayorias oprimidas No nos extenderemos sobre este punto gue ya hemos tstado en ot trabajo (ver Banchs, 19906) y que seguramente todos ustedes conocen, Martin-Baré 0 eesaba de invitaos a optar por los pobre, los oprimidos (1988), a realizar una praxis lberadora (1986) y a ejeroer nuesto rol desde una perspective de In concientiza ién (1985, 19895). Para hacerlo. nos propone el método de investigacién-ac- ida, porque considera que. fo) constiaye una de las formas mds orii- ‘ales come ef confi social puede compro ‘meterse eriieamense con los movimiento po- plares [Dobles, 1986), Ese e$ ef reto que nos dejé: el de tra- bajar en procesos de desarrollo comu- nal y el de generar conocimientos para tuna psicologfa liberadora porque, de- cia él, [1 sila psicelogé ttinoamericana quiere ser verdaderamente vehieulo de liberi, allo Te exige como condieién esencial el que ila misona se hibere de sus propias cedenas En otrae palsbeas, realizar una psicologi de Ja beracion exige primera ta iberaciéa de la misma psicolosa (1986), Bsa es la labor para fa cual dej6 senta- das. sélidas bases, nos toca @ nosotros continuarla, 186 ANTHROPOSISS

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