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Mujeres frente al extractivismo

Boletín del Grupo Regional de Género y Extractivas

Año 2, Nº 5, Abril 2019.

En esta edición participan:

Ana Celso Peña / Habitante y ex promotora de Carrizalillo, Guerrero, México

Reina Cruz López / ex consejala del Concejo Indígena de Gobierno, pueblo Chontal de Oaxaca,
México

Rosario Batista / Awé Tibúame A.C. México


Hilda Salazar / Mujer y Medioambiente

Introducción

En el marco del Día Internacional de las Mujeres, desde el Grupo Regional de Género y Extractivas se
realizó el webinario Derechos de las mujeres en contextos extractivos. Este espacio contó con la
participación de compañeras de México, Perú y Nicaragua, quienes brindaron información sobre el
ejercicio de los derechos de las mujeres en dichos contextos. En este boletín, tendremos un extracto
de lo compartido en dicho espacio.

De otro lado, este número cuenta con la partcipación de Ana Celso, habitante de comunidad minera
en Guerrero (México); Reina Cruz López, exconsejala del Concejo Indígena de Gobierno Oaxaca; y,
Rosario Batista de Awé Tibúame A.C. de México, quienes compartirán con mayor detalle sobre la
situación en sus territorios.

Asimismo, Hilda Salazar de Mujer y Medio Ambiente, nos invita a leer una publicación que recopila
experiencias del Primer Encuentro Internacional de mujeres que luchan en Morelia. Veinticinco
mujeres que comparten sus percepciones y su sentir en lo pol ítico, artístico, deportivo y cultural.
“Derechos de las mujeres en contextos extractivos”

El 15 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, se realizó el webinario “Derechos de


las mujeres en contextos extractivos”, a fin de visibilizar el papel de las mujeres y los retos que
enfrentan como defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente, y así analizar la
problemática del ejercicio de los derechos de las mujeres en el contexto de extractivas. En dicha
oportunidad participaron: Maritza Rodríguez de Mujer y Medio Ambiente, a cargo de la moderación
de un panel; Ana Celso, habitante de comunidad minera en Guerrero (México); Karen Peralta,
representante del Movimiento Nacional Ambientalista Frente a la Minería Industrial (MONAFMI) de
Nicaragua; Reina Cruz López, exconsejala del Concejo Indígena de Gobierno Oaxaca de México;
Rosario Batista de Awé Tibúame A.C. de México y Ketty Marcelo de la Organización Nacional de
Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP).

Las extractivas en la región han traído muchos cambios en los territorios rurales, sobretodo,
violaciones a los derechos de los indígenas como a: la vida, la salud, la propiedad y el trabajo. Estos a
su vez repercuten en otros derechos, alterando el derecho a participación y consulta; por ejemplo,
Maritza Rodriguez señaló su preocupación frente a la minería y fracking, la cual altera la
disponibilidad y calidad del agua. Asimismo, declaró que las enfermedades derivadas de extractivas
generan un mayor trabajo en las mujeres, siendo ellas quienes se encargan de atender a los
enfermos. Además, carecen de servicios médicos en dichas zonas para la salud de las mujeres, pero
también para las afectaciones psicológicas y emocionales, estas últimas poco documentadas y
sistematizadas.

Desde Guerrero, Ana Celso señaló que su comunidad está afectada por la minería. El agua
contaminada está en contacto directo con las mujeres quienes son las más vinculadas a este recurso
por el uso diario de sus quehaceres. Los impactos de esta contaminación se manifiestan en casos de
abortos en mujeres embarazadas, o en su defecto, niños y niñas con malformaciones; razón por la
cual las mujeres viven angustiada y temerosas de embarazarse. Aun cuando las mujeres son m ás
afectadas, su participación se limita en sus asambleas, una dura batalla diaria para cambiar esta
situación.

En Nicaragua, Karen Peralta contó sobre la situación del caso de Santo Domingo de Chontales, lugar
donde el agua está contaminada debido a la minería. Además, existe una fuerte tensión por el
hostigamiento de la empresa, quien presiona a los habitantes para que salgan de la comunidad o
vendan sus casas. Las mujeres se vienen organizando para defender sus territorios porque creen que
el desarrollo en su comunidad debe ser uno alternativo al de las extractivas que ahora está causando
perjuicios en su salud y en los niños y niñas.

Rosario Batista demandó el reconocimiento de sus territorios en Mogotabo, su comunidad, donde


viven alrededor de 400 personas, todas raramuri, registradas con acta de nacimiento, pero el Estado
no las reconoce. Desde hace muchos años vienen luchando por sus territorios desde el tribunal
agrario, las calles y medio de comunicación.

Ketty Marcelo, representante de ONAMIAP, recalcó que las luchas de los territorios parten de
iniciativas de las mujeres aunque al momento de la toma de decisiones no las incluyen; la
participación de las mujeres es compleja ya que la lucha está dentro y fuera de sus comunidades,
puesto que no llegan a igualdad de condiciones; situación que se ha reflejado en diferentes procesos
de consulta previa. Hace unos meses ONAMIAP presentó un informe al respecto, donde
precisamente en procesos de consulta referidos a hidrocarburos y minería, las mujeres no son
consultadas, procesos en los que no se practica el enfoque intercultural, menos género.

Por otro lado, Reina Cruz, del pueblo Chontal de Oaxaca, comparti ó su preocupación por la defensa
del agua en su región a raíz de la contaminación y la tala. Reina manifestó algunas de las
afectaciones diferenciadas debido al asentamiento de la minera en su zona, como es el caso de las
complicaciones durante los embarazos. Asimismo, precisión las limitaciones de la participación de
las mujeres en los espacios de toma de decisiones, donde ell as pueden opinar pero no
necesariamente se les toma en cuenta.

La problemática de tierra, territorio y medio ambiente son ejes que estuvieron presentes en todas
las intervenciones de las panelistas, mostrando problemáticas pero también medidas de respuesta y
resistencia a algunas de estas. Existe una interrelación en los derechos, cuando se vulnera uno se
vulneran los demás. Finalmente, se propició un espacio de diálogo en que destacó que aun cuando
las afectaciones se dan de manera diferenciada queda como reto seguir promoviendo la
participación de las mujeres y la promoción de espacios de diálogo, discusión y toma de decisiones,
con un enfoque diferencial que tenga en cuenta la interculturalidad, el género, y otros factores de
interseccionalidad.

Los invitamos a conocer un poco más sobre las intervenciones de las compañeras en este boletín, y
si desea, puede acceder a la grabación del webinario aquí.
Mujeres, medio ambiente y salud

Comunidad minera de Carrizalillo, México


Escrito por Ana Celso Peña

Carrizalillo se encuentra en el estado de Guerrero en México, entidad que ocupa el cuarto lugar en
volumen de extracción de oro y segundo con mayor violencia a nivel nacional. En esta comunidad se
ubica parte del yacimiento de oro “Los Filos- Bermejal”, uno de los más importantes del país.

Desde que en 2005 la canadiense GoldCorp obtuvo las concesiones e inici ó la actividad minera en
Carrizalillo, el territorio y la vida comunitaria han sufrido una gran transformación. Probablemente
los impactos ambientales y a la salud son los más graves e irreversibles, entrelazados y
estrechamente vinculados con la cercanía al complejo minero.

Los daños ambientales han sido diversos, el primero y más evidente fue la pérdida de suelo y
biodiversidad, ello impactó en la flora y fauna, pero también en la vida de la comunidad que estaba
estrechamente vinculada con el uso y aprovechamiento de recursos naturales como el agua, la le ña
y las plantas medicinales por parte de las mujeres, y en el agave y la milpa por parte de los
hombres.

La minería ha desviado corrientes de agua y contaminado fuentes superficiales y subterráneas. Ello


ha traído consecuencias específicas para las mujeres al ser las principales responsables de la
provisión del líquido para consumo personal y doméstico. Los problemas de calidad y disponibilidad
han conducido a la compra desmedida de agua embotellada para preparar alimentos, para beber, y
para bañar a las y los niños pequeños quienes presentan frecuentemente problemas
dermatológicos.

1 - Carrizalillo.

Fotogra fía proporcionada por la a utora.

Los daños a la salud se observan tanto en los trabajadores de la mina que están sujetos a múltiples
riesgos laborales y ambientales, como en las y los habitantes de la comunidad por la exposici ón
permanente y prolongada a contaminantes en el aire, suelo y agua. En toda la poblaci ón se perciben
problemas ligados al uso del agua como comezón, salpullido y manchas en la piel (asociadas con la
absorción directa de metales pesados). Debido al polvo constante en el aire han aparecido
problemas respiratorios y malestares en los ojos como irritaci ón, enrojecimiento y ardor.

El principal padecimiento de las mujeres se vincula con un creciente y generalizado deterioro de la


salud reproductiva: abortos, nacimientos prematuros y malformaciones en los bebés. La
organización Procesos Integrales para la Autogestión de los Pueblos junto con un grupo de
promotoras y promotores de salud locales habían comenzado a realizar un registro de la incidencia
de todas estas problemáticas, sin embargo tuvieron que suspender la investigación por la creciente
inseguridad que se extiende por todo el país.

Los precarios servicios de salud local no son suficientes ni adecuados para atender el incremento de
los múltiples padecimientos, razón por la cual se ha incrementado la carga de trabajo de las mujeres
en el cuidado de niñas, niños y personas enfermas de cada familia.

A estas problemáticas se suman la pérdida de soberanía alimentaria debido a la disminución de la


producción agrícola y de traspatio, el deterioro del tejido social, el incremento de la inseguridad,
entre otras. La ruptura del tejido social, la imposibilidad de retornar a actividades productivas
previas y la consolidación de la actividad minera son condiciones que poco a poco desvanecieron
cualquier posibilidad de resistencia contra la mina.

En el transcurso de estos años, las mujeres en general no han participado en los beneficios de la
renta de la tierra ni han participado en la toma de decisiones pues no son titulares de la tierra, pero
sí han vivido las afectaciones y cambios ocasionados por la minería. Algunas compañeras señalan
que, quizás, si se les hubiera tomado en cuenta para decidir sobre el futuro de la tierra y el territorio,
otra hubiera sido la historia.

Puede encontrar mayor información en este informe elaborado por Mujer y Medio Ambiente en
colaboración con la Fundación Heinrich Böll.
2 - Carrizalillo.

Fotogra fía proporcionada por la a utora.

La participación de las mujeres en la defensa de sus territorios

“La voz de una mujer que representando a su pueblo, defiende su territorio”


Declaraciones de Reina Cruz López

Me asumo como mujer Chontal, médica tradicional, comunera, ciudadana, defensora y originaria de
la comunidad de Santa Lucía Mecaltepec, Yautepec, en la Sierra Sur de Oaxaca, México. Fui
Concejala por año y medio (2017- 2018) en el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) del Congreso
Nacional Indígena (CNI), espacio donde los pueblos originarios de México nos reunimos para
reflexionar, encontrar solidaridad y fortalecer nuestras luchas de resistencia.
En mayo del 2017, comunidades que integran la Asamblea del Pueblo Chontal para la defensa de
Nuestro Territorio me eligieron como concejala para representar al pueblo chontal en el Congreso
Nacional Indígena, con esa encomienda llegué a ser parte del Concejo Indígena de Gobierno. Mi
participación tuvo como objetivo hacer presente la lucha que se está llevando contra la concesión
Minera Zapotitlán 1, otorgada por la Secretaria de Economía a la empresa Minera Zalamera S.A de
C.V.

La concesión está ubicada en territorio chontal de las comunidades de Santa María Zapotitlán, Santa
Lucía Mecaltepec, San José Chiltepec, Guadalupe Victoria, San Juan Alotepec, en el Estado de
Oaxaca, México. Las comunidades no queremos que la minería llegue a nuestros pueblos porque nos
va despojar de nuestro territorio. De instalarse la minería la comunidad de Zapotitlán sería
totalmente desplazada, contaminaría el aire, el agua, traería enfermedades a la región, rompería la
vida comunitaria.

Como mujer indígena chontal he llevado la voz y la problemática contra la minería que enfrenta la
Asamblea del Pueblo Chontal al Congreso Nacional Indígena, y a otros pueblos de México visitados
con la vocera del CNI, María de Jesús Patricio (Marychuy). Mi participación ha implicado dificultades
económicas, tiempos, desvelos, críticas, ausencia de casa y de la vida comunitaria, pérdida de
animales, todo para lograr verdaderamente una participación continúa y activa. No ha sido fácil, en
las comunidades chontales aún no es aceptado y bien visto que las mujeres tomen la voz, tengan
una participación activa, se les dé un nombramiento o un cargo para desempeñar, por eso es más
difícil, pero siempre he dicho que nada es imposible. Por ello, que me nombraran como
representante del pueblo Chontal, donde la mayoría son hombres, fue muy simbólico e importante.

3 - Reina Cruz López

Fuente: Ma ritza Rodriguez

Nuestra lucha como pueblos chontales defiende la madre tierra, nuestros cerros, nuestras medicinas
naturales, la sabiduría de las ancianas, nuestras propias formas de organización, nuestra lengua,
nuestra vida. Cada vez he aprendido a participar más, a decir mi palabra, a dar talleres de medicina
natural, he conocido varias luchas, y a muchas compañeras de diferentes organizaciones.
Como parte de nuestra lucha hemos demandado al gobierno federal que cancele la concesi ón
minera Zapotitlán 1. En diciembre de 2018 la comunidad indígena de Santa María Zapotitlán, con
respaldo de todas las comunidades que seríamos afectadas, presentó un amparo que logró la
suspensión de plano para que no avance el proyecto minero hasta que se emita una sentencia,
esperamos que en ella se respete nuestro derecho a la libre determinación y la autonomía.

Nuestra estrategia no es sólo jurídica, creemos que también es necesario fortalecernos como
comunidades mediante estrategias de comunicación y difusión de información, y sobre todo con
organización y participación de todas y todos, mujeres, hombres, adultas y adultos mayores,
jóvenes, niñas y niños. Por ello es importante la labor que llevamos a cabo junto con la organizaci ón
Tequio Jurídico, para fortalecernos en nuestros derechos colectivos, pero tambi én en nuestros
derechos como mujeres, e incluso en garantizar nuestro derecho de acceso a la tierra, pues con ello
más mujeres podrían ser parte de la toma de decisiones de nuestros territorios y fortalecer la lucha.

4 - Escuela Agraria para la Defensa del Territorio

Fuente: Ma ritza Rodriguez

5 - Asamblea del pueblo Chontal.

Fuente: Ma ritza Rodriguez


6 - Asamblea del pueblo Chontal.

Fuente: Ma ritza Rodriguez


Rosario Batista / Awé Tibúame A.C. México

A las mujeres de mi comunidad les diría que luchen por su tierra, que hablen. Que
no se queden calladas, que también tenemos derecho de hablar y opinar. Que
valemos igual que los hombres. Que no les de pena, pueden hablar en su idioma.
Que reflexionen, ¡hay que estar más despiertas, mujeres!
Soy Rosario Batista Gutiérrez, nací en la comunidad de Mogótavo, municipio de Urique, en el estado
de chihuahua. Fui la segunda gobernadora indígena de mi comunidad cuando tenía 23 años. En ese
tiempo, ayude a mi pueblo para que no fueran desalojados; hacíamos reuniones, platicábamos los
problemas que había en la comunidad.

Hace algunos años nos enteramos que estaba vendido el territorio donde habitamos ahorita. Fue en
el 2008 que llegó un grupo de inversionistas, representantes de políticos; ellos planearon hacer
hoteles de lujo, pues es un lugar muy bonito. Por lo anterior, nosotros, hombres y mujeres
comenzamos a ir a la ciudad de Chihuahua, al Tribunal Agrario, junto con el gobernador ind ígena a
quien nosotros le llamamos siríame. La magistrada nos decía que no existía nuestra comunidad, pero
nosotros siempre hemos vivido ahí. Poco a poco me di cuenta que a nosotros como indígenas no nos
hacen caso, porque no dominamos bien el castellano. Cuando fui gobernadora no sab ía hablar,
hablaba muy poco en castellano, pero poco a poco fui aprendiendo. Creo que los chabochi, es decir
los mestizos, se aprovechan de nosotros, nos quitan la tierra que es de nosotros, no nos respetan.

Por lo general en mi comunidad participan más los hombres que las mujeres, nosotras nos
quedamos más calladas. Algunas dicen que sus maridos las regañan, que por eso no participan.
7 - Rosario Batista

Fuente: Alianza Sierra Ma dre A.C

Nuestra lucha por el territorio

En la comunidad de Mogótavo somos 400 personas, todas somos rarámuri –tarahumaras-. Desde
1912 la comunidad cuenta con registros, con actas de nacimiento, fe de bautismo, sin embargo, la
titularidad de nuestro territorio no ha sido reconocida. En 1984, la Procuraduría Agraría negó a la
comunidad de Mogótavo, dijeron que no existía. Durante años hemos estado luchando por el
reconocimiento de nuestro territorio en el tribunal agrario, y tambi én por medio de comunicaciones
en televisión, radio; con los periodistas hicimos un documental que se llama Divisadero Tierra Nativa
Rarámuri.

Los problemas con nuestras tierras, comenzaron cuando se construyó un hotel en el Divisadero, en
una zona donde se encuentra una ranchería que pertenece a nuestra comunidad, ahí vivían familias
rarámuri que tuvieron que alejarse, por miedo que les hicieran algo.

Dos personas chabochi –mestizas-, dicen que son dueños de nuestro territorio, pero no es así,
nuestros abuelos crecieron ahí y siempre han vivido en la comunidad. Ellos, los chabochi , tienen el
título de la propiedad, y lo consiguieron con tequila, se lo pagaron a un se ñor que ni era de la
comunidad. Después de eso, las personas chabochi vendieron 150 hectáreas de nuestro territorio a
un grupo de inversionista mobiliarios, pues Divisadero es una de las zonas más turísticas de
Chihuahua, es donde están las Barrancas del Cobre, donde hay tirolesas, teleférico, donde pasa el
Tren Chepe. Por esa razón, en 2009 nos querían reubicar a otro lugar. A 19 familias de Mogótavo nos
estaban ofreciendo $10,000 pesos por familia para que nos fuéramos de ahí. Como rechazamos la
oferta nos amenazaron, nos dijeron que nos iban a mandar soldados si no nos íbamos de ahí.

En ese entonces las mujeres dijeron, que a donde nos iban a mandar no había aguajes, ni tierra
donde sembrar. Aparte de eso, como nosotros tenemos huertas sembrado en nuestra tierra, ¿cómo
le vamos a hacer? No querían irse porque también tenían sus animales.
8 - Fuente: Al ianza Sierra Ma dre A.C

Gasoducto El Encino-Topolobampo

Después de tener problemas con los chabochi que vendieron parte de nuestro territorio, para los
proyectos del Divisadero, vino el problema del Gasoducto El Encino-Topolobampo. Comenzaron a
construirlo en 2015, y no nos consultaron. Tuvimos que hacer un amparo, nos apoyó una asociación
civil de Chihuahua -Tierra Nativa-. Nos amparamos para que no siguieran trabajando. Después los
del gasoducto fueron a platicar con los de la comunidad lo que querían hacer. Ni el siríame ni la
comunidad estaban de acuerdo, pues lo que querían hacer los del gasoducto destruía y contaminaría
el bosque. Escuche a algunas mujeres que preguntaron: ¿qué era lo que querían hacer con el
gasoducto?, ¿Cuáles iban hacer las afectaciones en el futuro, pues estaban preocupadas por sus
hijos? también, estaban preocupadas porque con la construcción del gasoducto se iba a destruir las
plantas medicinales; además, iba a ver mucho riesgo para las niñas que andan cuidando las chivas. Y
también porque se contaminarían los aguajes donde las personas y animales toman.

Fideicomiso

Después del proceso de consulta, y de negociar con la empresa encargada de la construcci ón del
gasoducto, obtuvimos un fideicomiso. Para ello, se formó un comité técnico de seis personas de
Mogótavo y sus rancherías, mismas que fueron nombradas durante una asamblea comunitaria. Sólo
una persona del comité es mujer. Las personas que son parte del comité técnico se encargan de
autorizar los proyectos y programas que estén dentro de los objetivos del fideicomiso.

Dejamos un informe sobre la lucha en la Sierra Taraumara en este enlace.


A continuación, un documental sobre Mogotavo:

(también puede encontrarlo en este link)

9 - Documental "Divisadero: Tierra Nativa de Mogotavo"

Publicación: Resonancias. Primer Encuentro Internacional, político,


artístico, deportivo y cultural de mujeres que luchan.

Nos invita: Hilda Salazar de Mujer y Medioambiente, México.

A un año de la realización del Encuentro convocado por mujeres del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional con motivo del Día Internacional de la Mujer en 2018, un grupo de asistentes dieron a
conocer sus “Resonancias” en un libro que reúne las impresiones de 25 participantes.

Se trata de un texto que no tiene el propósito de hacer un análisis del evento; las autoras tampoco
se proponen hacer un balance político, pero su lectura da una visión muy completa de lo que ahí
ocurrió. Hay que recordar que el Encuentro convocó entre seis mil y ocho mil mujeres, una
aglomeración diversa en edad, origen nacional y étnico, ideología, intereses y propuestas. El
Encuentro –convocado, organizado y conducido por mujeres indígenas zapatistas– dio la
“Bienvenida a las mujeres del mundo”, como lo recuerdan en sus escritos algunas de las autoras.

Las narraciones contenidas en este libro surgieron de la idea de compartir las vivencias, emociones y
reflexiones de tres días de convivencia. Las crónicas narran los bailes, denuncias, expresiones
culturales, deportes, cantos e intercambios que tuvieron lugar en el Caracol, Morelia, pero sobre
todo el significado personal que el Encuentro tuvo en cada una de ellas. Los testimonios a t ítulo
personal permiten una cercanía a las emociones y las resonancias que dejó una reunión singular que
esperamos pueda repetirse y multiplicarse en muchas latitudes.

Les invitamos a conocer este libro de fácil lectura y rico contenido político para todas las mujeres
que luchan alrededor del mundo.

Para encontrar esta, y otras maravillosas publicaciones, ingrese aquí.


Puede leerlo directamente aquí.

10 - Portada de la publicación: Resonancias.

Fuente: .mmambiente.org/publicaciones
Sobre el Grupo Regional de Género y Extractivas

En 2017 emerge el Grupo Regional de Extractivas y Género (GREG), que aglomera organizaciones y
mujeres de la sociedad civil de Latinoamérica y el Caribe. Confluimos como un espacio de
articulación de iniciativas que brindan soporte a las mujeres en situaci ón de vulnerabilidad por
extractivas: coordinando acciones con otras organizaciones y movimientos de mujeres indígenas,
visibilizando la problemática de género, fortaleciendo las redes de mujeres y difundiendo la lucha de
las defensoras, generando estudios y análisis que acompañen sus testimonios. Se han realizado a la
fecha eventos públicos, webinars y actualmente se está impulsando un boletín para facilitar la
socialización de la problemática y casos donde los derechos de las defensoras se vean vulnerados o
haya un riesgo de que así sea.

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