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M I S T I C A

C I U D A D D E D I O S ,

M IL A G R O D E SU O M N IF O T E N C IA Y ABISM O DE

la gracia : historia d iv in a , y vid a de la V irgen M adre de

D ios , R eyn a y Señora nuestra , M aría santísim a, res­

tauradora de la culpa de E v a y medianera de la

gracia : manifestada en estos últimos siglos por

la misma Señora á su esclava

SOR M ARI A DMJESVS , ABADESA


del Ccnver.to de ia Im\ccuiaáa Ccncefcion de Ja vìììa de
Agreda^ de Ja Previncia de Burgos , de Ja regular
ehervancia de nuestro Seràfico Padre
San Francisco:

PARA N U EVA LUZ D E L M U N D O , A L E G R ÍA

¿e 2a Iglesia C atólica y confianza de los mortales.

TOM O P R IM E R O ;

Cp» Uftfícia : E n pamplona en la Imprenta de Joaquín

D o m in g o , año M D C C C V II.
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TABLA
D E LO S C A P ÍT U L O S Q U E C O N T IE N E EL L IB R O
prime ro de esta divina Historia y de su pii*
mera parte.

L IB R O PR IM E R O .

DE LA V W A r SACRAM EN TO S Z )E LA
Keyna del cielo. 7 loque e l A ltísim o obró en esta pura
•criatura desde su Inmaculada Concepción, basta que en
sus virgíneas entrañas tomo carne humana e l V trb o : j;
los favores que la hizo en estos primeros quince añosy
y lo mucho que por s í misma adquirió con la
divina gracia.

IN T R O D U C C IO N .

C a p . I. D e dos particulares visiones que el Señor mos­


tró á mi alm a , y otras inteligencias y misterios que m e
com pelian á alejarm e de lo terren o , levantando mi es«
píritu y habitación sobre la tierra , núm. i . pág 22«
C a p . 11. D eclárase el modo com o el Señor manifiesta á
m i alm a estos misterios y vida de la R ey na del cie-f
lo en el estado que su M agestad me ha pues­
t o , núm. t* . pág. 3S'
Cagp
T A B L A .
C a p , III- D e la inteligencia que tuve de la D ivinidad,
y del decreto que Dios tuvo de criar todas las cosas,
núm. 26. ' pág. 47.
Cap. IV. Distribúyense por instantes los divinos d e cre ­
tos , declarando lo que en cada uno determ iao Dios á
cerca de su comunicación ad extra ^nhm, 35. pág. 53.
Cap. V . D e las inteligencias que m í dió el Altísim o de
la Escritura sagrada , en confirmación del capitulo p re ­
cedente ; son del oélavo de los Proverbios , nu;n.
S2. pág. 65.
Cap. VI. D e una duda que propuse al Señor sobre la
¿ citrin a de estos capítulos , y la respuesta de ella,
núm. 72. pág. 79.
Cap. V il. Com o el Altísim o dió principio á sus obras,
y todas las cosas materiales crió para el hom bre; y á
los ángeles y hombres, para que hiciesen pueblo de quiea
el V erbo humanado fuese cabeza, núm. 80, pág. 88.
C ap. V llí. Q ue prosigue el discurso de arriba con U
explicación d el capítulo doce del Apocalipsis , núm e­
ro 9 4 - pág. 99.
C ap, IX. Prosigue lo restante de la explicación del capí -
tulo doce del A pocalipsis, núm. 106. pág. 1 10.
Cap. X. E n que se da fia á la explicación del capitu lo
d o ce del Apocalipsis , núm. 120. pág. 123.
Cap. XI. Q ue en la creación de todas las cosas el Se­
ñor tuvo preseate á C h risto Ssñor nuestro y á su M a -
j i r e santísim a, y eligió y favoreció i su pueblo , figu-
xan-
T A B L A .
rando es^tos misterios, núm. 133, pág. 133,
C a p , XII. Com o habiéndose propagado linage huma­
no , cred éro n los clam ores de los justos , y también c r e ­
cieron los pecados : y en esta noche de la antigua ley
envió Dios al mundo dos luceros que anunciasen la le y
de g ra cia , núm. 163. pág. 151.
Cap. X m . Com o por el santo Arcángel G a b rié lfu é e v a n ­
gelizada la Concepcion de M aría santísima : y como
previno Dios á santa A n a para esto con un especial fa ­
vor^ núm. 177. 163.
C ap. XIV. Com o el A ltísim o manifestò á los santos án­
geles el tiem po determinado y oportuno de la C o n ­
cepción de. M aría santísim a, y, los que le señaló para
su g u a rd a , núm. 189. pág. 174,
Cap. XV. D e la Concepción inm aculada de M aría M adre
de Dios p o r la virtud del poder d iv in o , núm. 208. pág. 188.
C ap. X VI. D e los hábitos de las virtudes con que do­
tò el Altísim o la alm a d e M aría santísima , y las pri­
meras operaciones que con ella tuvo en el vientre de
santa A na. Y comienza su M agestad misma á darme
la d cílrin a para su im itación , cúm. 224. pág. 199.
D oélrina que me dió la R eyn a del cielo sobre este cap i­
t u lo , núm. 237. ' pág. 210,
C ap. XVII. Prosiguiendo el m isterio de la Concepcion
de M aría sontísima , se me dio á entender el capitulo
21. del Apocalipsis, Parte prim era del .cap itu lo , número
^4 3 r P ‘i g - 2 i s .
Ca-
T A B L A .
Cap- X VIIL Prosigue el misterio de U Concepcion de
M aría santísima , con la segunda parte del ca p ítu lo s!-,
del A pocalipsis, núm. 264. pág. »36,
Cap. XIX. Contiene la última parte del capitulo 21. del
Apocolípsis en la-Concepcion de M aría santísima, núm.
282. pág. 233.
D jtìr ii.a que me dió la R eyna dél cielo «n estos ca p ltu -
¡los , núm. 309. p íg . 272.
C ap. XX. -Lo que -sucedió en los nueve meses del p r e ­
ñado 0 santa A n a , y lo que hizo M aría santísima en
su vientre , y «u madre en aquel tiempo , núme^
ro 3 ti pág. 275.
B octrina y respuesta de la R eyn a d el cie lo , núm e­
ro 321- pág. 284.
Gap. XXI. D el nacimiento dichoso de M a ría santísi­
ma Señora nuestra: los favores que luego recibió de m a -
-no del Altísim o , y com o la pusieron €fl nombre ea
el cielo , y tierra, núm. 325. pág. 288*
Respuesta y doftrina de la R eyna del tííelo, núm. 338. p. 300.
Gap. XXII. Com o santa Ana cum plió en su parto con
.el mandato de la le y de M oysés ; y com o la niña M a ­
ría procedia en su in fa n c ia , núm. 344. pág. gog.
Respuesta y doétrina d e la R eyna del c ie lo , núm e­
ro 334. p á g - 3 *3 -
C a p . XXllI. D e las divisas con que los santos ángeles
d e guarda d e M aría santísima se k manifestaban ; y de
sus peifecciones I núm. 3$o. pág. 313 .
D o c-
T A B L A .
Dod'rina que me dió la R eyna del c ie lo , núm. 374.. pág. 328.
Gap. XXIV. D e los exerd cios y ocupaciones santas de
la R eyna del cielo en el año y medio primero de su
infancia, número 377. pág. 330.
Do¿trina de la R eyn a del- cielo , n ú m .. 384. pág. 33S-
Cap. X X V . Gomo al ano y medio com enzó á hablar
; la niña M ar)a santísima , y sus ocupaciones hasta que
fué al te m p lo , núm. 388. pág. 338.
D oftrina d é l a R eyn a del c ie lo ,n ú m . 409.- pág. 55a..

i BIN D E LA TABLA DE C A P ÍT U L O S ..
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Á L A Ú N IC A V lR G E N M A D R E M A R ÍA SA N T ÍSIM A

S l N Q Ü l A R

ENTRE TODAS L A S P U R A S C R IA T U R A S ,

H IJA DEL ETERN O PADRE;

J7W EXEMPL O E N QUANTO FUE , ES t SERA,

M ADRE DEL H IJ O NATURAL DE D IO S-,

SIN S E M E J A N T E E N Q U A N T A S P E R SO N A S C R IA D A S

E L IG IÓ EL A M O R D IV IN O ,

ESPOSA D í L espíritu SANTO;

SO L A , PARA CELEBR AR LA C O M U N IC A C IO N

M AS- Í N T IM A DE D IO S A LAS C R IA T U R A S ,

TEMPLO D E LA SANTÍSIMA TRI NIDAD,

F R A Y AL O N SO SA L IZ A N E S,

MINISTRO G E N E R A L D E LOS MENORES*

J ^ A l l a s e por vuestro singular favor ( o serénísima Rey»


n a de los ángeles) la Religión Seráfica, si desde su prin­
cip io n o b ilíta d a , por ser vuestra propia casa milagroso
solar de su fam ilia ; si en su progreso ro b u sta, por ha­
berla escogido para feliz m ilicia de vuestro honor p ri­
m ero ; ahora en su ancianidad enriquecida con haber
^ vos
vos misma: depositado en ella el im ponderable, tesoro^
d e la historia entera de vuestra, sagrada vida , por
vos diétada , por una hija suya á vuestro precepto
e s c r ita ; O beata M aría ^ tibi digné valeat. tura-
gratiarum , ac laudum prceeonia rependere ? D igo con.
A g u stin o : ¿ Q u ié n , Señora , puede, ser poderoso para,
pagar los derechos de el agradecim iento á proporcion,
de tan iom enso. beneficio,? ¿ Qu 4 os ofrecerá , para
mostrarse agrad ecid a, la Familia que solo tiene lo que-
recibió de vuestra mano , quando lo que podía d é -
sempeñarla , es lo mismo que induxo la obligación?;
i Quid dignum poterit es se beneficiis ejús^ deciá en se­
mejante atiiccion Tobías, el mencjr, enriquecido por b e ­
neficio de un ángel. Y solo halló su noble corazon:
e l desahogo de ofrecer lo . mismo que habia recibido-
c r e y e n d o , que aunque no fuese desempeño de su d eu ­
d a , sería alguna muestra de su gratitud : la m ita d 'd e
quanto recibió por mano d e. su celestial bienhechor»
rogó á su Padre le consagrase humilde : Petó á te^
Pa ter mi ( le . dixo.) ut roges ewn ^ si fo r te dignabitur
tnedietatam de ómnibus , quce allata sunt , sibi asume"
re. L a m ism a. petición , . no lim itada i la mitadí , que
eso pudo correr con un á n g e l, sino extendida al to^
d o , c o m o ; pide lá emitiencid d t lá que es de todos
R e y n a , me parece llegó á mis o id o s, como pronun?
ciada por. la Religión de los Menores , de nuevo tan
gloriosam ente, enriquecida de su celestial bienhechora, á
m í , com o á . su . Padre y GéntiraL Prelado , para que
en algún desahogo de su afeflo agradecido ^ en alguna
señal de su reconocido ánimo , haga por todos mis hi­
jos este ofrecimiento. Condescendiendo pues á deseos tan
bustos, en nombre de todos mis M e n o re s, de toda la
R e-
Religión S e ráfica, p o s tra d o -à vuestras p lan tas, os rue^
go humilde ( ó piidosísim a madre ) os di::neis de re ci­
bir en vuestio sagrado de mano nuestra el mismo
tesoro con que nos enriquecisteis, las mismas rique­
zas que nos fiásteis, el don con que nos hicisteis fe­
lices. E sta divina h is to ria , por tantas razones vu es­
tra , séalo también ^ or este titulo d,e e s u r á vos con ­
sagrada»
Bien v e o , que aun este pequeño desahogo no se
puede desnudar de el color de interesado , pues sien­
do vuestras manos torní^tileí! y llenas de jacintos , es
p reciso , que el poner en ellas vuestros beneficios, sea
m edio de volverlos á recibir mas colmados. M as es­
ta es inevitable condiclon de vuestra liberalidad gene­
rosa. M ar inmenso de gracias os llam ó mi Serafín
Buenaventura y no porque sea condicion del m ar
com unicar mas copiosos los r ío s , q«e habiendo n acir
•do de él , volviéron 4 su seno , d exa de ser deu­
d a de la naturaleza dirigir á ese piélago los uiismos
:raudales que de él tuviéron principio. V u elva pueS
( ó M a r ía , m ar inexhausto de m ise rico rd ia s) el cau**
¿aloso rio de vuestra divina historia , que por los se^
vcretos condudos de particulares revelaciones com unicas­
teis à la -tierra, disponiendo brotase en el ameno ja r ^
din de la Religión Seráfica. V u e lv a , d ig o , á vos m is­
m a por el descubierto ca u ce de esta D ed icatoria, p a ­
ra que otra v e z de vos torne i correr en beneficio
com ún , derram ado por la redondez de la tierra en fe­
cundidad mas copiosa : /ocum ( digo con voces de
Bernardo ) unde exeuut , revsrtctntur fiumina grafia-
fu m , ut itsrum fluant, Kem ittatur ad suum principiti'^
xceUstt prufluvium, uherius terree refundatur. Y que-
f 2 de
de perpetuo este regre so , para que en este círculo, sin
tèrm iao de ofreceros agradecidos lo mismo que nos
comunicáis lib e r a l, y volvernos vos mas copioso e! don,
que recibido os ofrecimos , se eternice en vos el b e ­
neficiarnos , y en nosotros el agradeceros.

C E N S U R A D E L A O B R A , C O M IS IO N
y Ucencia de su impresión por la R digion
de San Francisco.

F r a y Alonso Salizan es, M inistro G eneral y Siervo de


toda la O rd en de nuestro Seráfico Padre San Francis­
c o , ó íc. A l Reverendo Padre F r. Josef Xim enez S a -
nianiego , L efto r Jubilado , E x — Provincial y Padre de
nuestra Provincia de Burgos de la R egular O bservan­
cia de nuestro Seráfico Padre San Francisco salud y
p az en nuestro Señor Jesu Christo.
Habiendo sido nuestro Seráfico Padre llam ado
por el Señor á la institución de su Religion S agra­
da p a n servicio de la santa Iglesia y utilidad espi­
ritu al de los fieles , es obligación de quien sucede á
tan gran Patriarca en el gobierno y prelacia gene-
í a l de su dilatada fam ilia procurar por los m edios
convenientes , que los beneficios que la divina pro­
vid en cia dispuso com unicar à los hijos de esa santa
ca tó lica Iglesia , tomando por instrumento algún s ü -
g eto de los que m ilitan debaxo de el gobierno de
esta Religion , no se escondan en los cerrados can cé-
les de el silencio , sino que se coloquen en el ca n -
delero de la p u b licid a d , para que iluminen i to d o s
los que están en esa cása de Dios. E n el segundo
aao de nuestro gobierno ( no sin especial disposicioa
di>
divina , com o nos obliga á pensar lo inopinado de el
suceso , lo extraviado de el viage para el lugar donde
se enderezaba nuestro camino ^ 'e l im pulso interior que
tuvim os para hacerlo , y el consuelo espiritual que
después sentimos ) nos hallam os en la V illa de Agre^
da , á tiem po que la Venerable M ad re Sor M aría
de Jesús , Religiosa profesa d e el O rd en d e la In ­
m aculada Concepción d e la m adre de D io s , y A b a ­
desa de el convento de D escalzas d e la misma O r­
den , sito extram uros de la dicha V illa , y sugeto á
nuestra obediencia en nuestra Provincia de Burgos, per­
sona que por m uchos años habia florecido con fa ­
m a grande é invariada de santidad , estaba en el
aprieto de su enferm edad últim a j y habiendo asis­
tido personalmente á su cabecera hasta su dicho­
sa m u e rte , que correspondió á la opinion d e su vi­
da , y celebrado los oficios funerales , procurando
que de la devocion fervorosa de el puebla no se
originase contravención alguna á los Breves A p o stó li­
cos , fuimos informados , que la dicha V enerable M a ­
d re dexaba algunos escritos de grande edificación y
dodrina á que la habia obligado la obediencia de
sus confesores y prelados. Recogim oslos conform e a l dé­
bito de nuestra obligación , y lo principal que entre
e l l o s hallamos y fué la H istoria de la vid a de l à m a­
dre de Dios , con este título : M ístic a Ciudad de
T>ios y milagro de su Omnipotencia y abismo de ¡a
gracia :■ H istoria divina , y vida de la V irg en M a ­
dre de Dios V Reyna y Señora nuestra M a ría santi*
sima , rest auradora ' de la culpa de E v a y medianera
de la gracia ; manifestada en estos últimos siglos por
2a misma Señorea á su esclava S o r M arta de Jesús^
pa-
para nueva luz del mundo, . alegría de ¡a Iglesia eatóliea^
y confianzci de los mortales. D ividida en tres p a rtes, y
escrita en ocho U b re s, todos de la Jetra y mano de
la misma Sierva de Dios , .como ae nos hizo .eviden­
te de la conferencia de .ellos con otros escritos j
cartas nqturiamente de su rletr.a y mano. Y habien­
do leído parte de esta obra , no sin grande adm ira­
ción y mocioii de nuestro interior , y conferido la
materia con personas doólas y espirituales de iatisfa c-
cion e n te r a , no^ pareció sería de gran servicio de
D ios y utiil.lad de sns fieles , que saiiese á luz lue­
go , conform e á U .facultad que dió el .Señor Papa
Urbano V l 4 * practicada freqüentemente en estos .tiem­
p o s , si despues de exáminado con toda diligencia,, se
.hallase corresponder .toda .la obra sin disonancia algu-
jia á lo que promete .su título ; y que era de nues­
t r a obligación acudir con todo cuidado á este exám ea
p o r los medios proporcionados á nuestra facultad.
Para cum plir con ella , instituimos ,en este nues­
tro Convento de San Francisco de M adrid una junta
,particular de ¿ugetos doélos y experimentados en m a­
teria s de espíritu de diversas P ro vin cias, de los mas
graves y calificados de esta Fam ilia. Estos fuéron el
Reverendísim o Padre Fr. Juan de M u n iesa, L eíto r de
Teología , Ca\ificado.r de el Santo O fic io , Predicador
de la M agestad C a tó lic a , despues de Confesor de las
D escalzas Reales de esta C orte , Pi*ovincial de nues­
tr a Provincia de Aragón , Difinidor G eneral , y C o ­
m isario G eneral de .esta Fam ilia C ism on tan a, aélual P a.
dre de la O rden,: íll Reverendísimo Padre F ra y A n -
,dres de G u a d a lu p e , Leélor Jubilad o, E xn P ro vin cia l de
nuestra Provincia 4 « los Á n g e le s, Vice:;;Com isario G e ­
ne-
ßcral dè tn a F a m ilia , Confesor de las Serenísimas
líífd ü u s de España , y a ^ u al Com isario General dé
las Indias : El Reverendo Padre F ra y Juan de M oli­
no , Le(fior Jubilado , Calificador del Santo O ficio , E xm
Provincial de nuestra Provincia d e la C o n c e p c ió n , y
C o n fe so r'd e la Augustísim a Señora E m peratriz: E l Pa--
dre Fray Cristovul D clgadillo , Lector J u b ila d o , d«s-
pnes de Confesor de las D éscalzas R é a lé s , y Custodio '
de nuestra Provincia de Cdstillá , aélnal G uardian d e
e.«te nuestro convento -d e ‘ San Fran'cisco de M adrid : ■
E l Padre F ra y Bartolom é G arcía de Escañuela , L e c ­
tor Jubilado , Predicador de s u ‘ M i g c s t a d \ y P a d re’
d e nuestra Provincia de G ranada : E l Padre F ray A b ­
ures de F u e n m a y o r D ifin id o r de nuestra Provincia do^
Burgos , que fué por* muchos años co n fe so r’ de l a ’
misma Venerable M a d re , y c o n ' quien' ella com unicó’’
las cosas dé su ’ espíritu ' h^sta • la ' hora d e * s u m uer­
te : y habiendo señalado horas - competentes en nues­
tra presencia con - asistencia de tóelos^ lös referidós Pa­
d r e s , se fue léyendo ¡á referida obra desde el p rin ­
cipio al fin , sin dexar sentencia que n ó 's e exám i-
nasc , ni aun término en que no se hiciese atento
reparo ; y despues dé este e x á m e n e n que se jgras-
taron algunos m eses, todos unánimes fuimos de pare­
cer , que en la sobredicha historia ninguna cósa se
cotittaia dísona á la fe 6' büeuas* coalam bres ; á iite s ’
bien- iodo - Ío que enseííaba ‘ era cónfiono á las á oá i’U
ñas ca tó lic a s, y que por ninguna de ¡a i regías q !ie'
dan lós místicos para discernir la? revelaciones ver­
daderas de las fa ls a s , se’ podia entrar en sospecha^
de las que componen ■ esta historia , sino qüe confor­
me á. CS4S r e g la s , se ppdia hacer juicio probable porr
vía
v ia de doélrina de que eran verdaderamente divinas ; y
que a s í , atenta la útilísima enseñanza que en toda
la obra parecía notoria , serU de grande servicio á
D ios , gloria de M aría santísima , y provecho de los
fie le s , saliese á là luz pública para edificación c o ­
m ún. M as porque el demonio que com o cruel ene­
m igo siempre reputa por daño propio nuestro bien,
suele, valiéndose de diversos pretextos de zelo ú de
p ie d a d , pretender con todo esfuerzo em barazar las obras
de que tem e tanto detrim ento ; pareció à la Junta
se previniese su in va sió n , haciendo notas á los luga­
res que pareciesen mas difíciles , y permitiendo á la
obra las doélrinas generales , que conducen á form ar
reítam en te e l juicio común de ella.
Conform e á este p a re c e r, determinamos se tra­
tase de la impresión de esta historia , y habiéndose
de encargar este trabajo según lo resuelto á per­
sona de entera satisfacció n , Nos , teniéndola de la
doélrina , piedad y prudencia de V . Paternidad , por
el tenor de las presentes le ordenamos y á m ayor
m èrito se lo mandamos por santa obediencia , que
tom e este negocio á su cuenta , con el cuidado que
pide su gravedad , haciendo las N o tas y Prefaciones
que le pareciesen n ecesarias, conforme al parecer de
la dicha Junta arriba re fe rid o , y exornandV) la edi-
G io n con to d o lo que le pareciere conveniente ; con
ta l que en ninguna cosa por leve que sea. varíe, añada
ni dism inuya el texto que escribió la dicha Venerable M a ­
dre ; que para eso entregamos á V . Paternidad con esta
un traslado de dicha obra conferido y ajustado en mues­
tra presencia por la referida Junta con e l mhmo (ori­
ginal escrito , com o dicho e s , de mano y letra de la
mis-
misma Sierva de Dios ; y fmandamos á V . Paternidad
por la misma obediencia , presida á la im presión, cui­
dando se haga con toda legalidad p o r e l exem plar
que le entregamos , sin variación alguna ; y si por
descuido de los impresores ó correítor , se com etiere
algún hierro , V . Paternidad lo note , y haga se
corrija en la fe de erratas , de suerte , que en nada
( quanto posible fu e re ) se falte á la verdad que p i­
de la materia. Y esta nuestra Patente s i r v a 'd e apro­
bación y licencia , quanto de parte de la Religión
se requiere , para hacer la impresión de d ich a his­
toria , ya con la diligencia ref.-rida exám inada , y por,
concorde parecer de varones tan eruditos y piadosos-
aprobada , con cu yo juicio nos conformamos. Pero las
N otas y Prefaciont^ , que V . Paternidad trabajare , no
las im p rim irá, sin traerlas primero á N os para que
exám inadas por nuestro orden , y hallándose ( com o
esperam os) dignas de aprobación , le concedam os licen­
c ia especial para h a c e rlo : de ceetero servatis servandis.
D ad a en el dicho nuestro Convento de San Francisco
de M adrid , firm ada de nuestra m a n o , sellada con el
sello m ayor de nuestro oficio , refrendada de nuestro
S e c re ta rio , en doce de N oviem bre de m il seiscientos
sesenta y ocho año?.
F ra y Alonso Sali%ams^
M inistro General.
Por mándado de su Reverendísima,
F ra y Patricio Tyrelo^
Secretario G eneral de la Orden.
C SSrSU R /i D E E L R E V E R E N D Í S I M O V A D T IE
M aestro A ndrés Mendo ^ de la CompaTúa de Jesús, P re­
dicador de su M .igestad , Calificador de el Consejo de
la Inquisicícn suprema , L e& or que fu á de Teología y
E scritura en Salam anca, y Examinador Sinodal
de su Obispado^

or comisioB de el Señor D o ílo r D oa Francisco


F orteza , V ic a rio de esta V illa de M adrid , he vis­
to y leído y exám ínado con grandísim a atencioa las
tres partes de la M ística C iudad de Dios > historia d i­
vina , y vid a d e M aría R e yn a y Seflor» nuestra , que
dexó escritas y perfeélamente dispuestas- la Venerable
M adre Sor M aría de Jesús y Religiosa y Abadesa d e
el convento de la Inmaculada Concepción, de la V illa
de A gred a. L e d u ra ha s i d o , que m e ha causado tan­
tas adtniraciooes com o renglones tiene. M as he apren­
dido d e e l l a , que de quantos libros, en muchos años
con desvelo continuo he estudiado en todas las m aterias
que toca , por la clarid ad , destreza y profundidad con
que habla. L a propiedad en los té rm in o s , la puntua­
lidad en las lo cu cio n es, e l acierto en la s m as sutiles
dificultades m otivan á una veneración y pasmo. Bien
se reconoce , qu e es doétrina de e l c ie lo y que guid
la pluma superior mano* Si es to d a esta obra luces
para e l entendim iento que le ilustran , n o es menos
llam as para la voluntad q u e la inflaman espoléan la
m oyor tibieza y afervorizan á la virtu d mas crecida.
C on leer este lib ro aten tam en te, saldrá uno doélo; con
leerle c x i d i f l i e o t e s e m o verá á ser santo ; porque sus.
do‘
documentos ahuyentan ignorancias y excitan á obrar
acciones heróycas. Esta es una mina p re cio sa , que se
ha d escu b ierto , para enriquecer á la Iglesia , de la
qual sacarán todos los estados ios m etales y piedras
de mas valor , para aliñar y com poner «us almas y
potencias^
Estrañará alguno dos cosas. La prim era ,
que una muger h a y a escrito obra tan consum ada; pues
en ella usa de toda la E scritura con raras noticias;
interpreta con novedad muchos lugares *de ella , sin
que hasta ahora los santos Padres ^ y los Interpre­
tes hayan dado tan singulares exposiciones ; traduc«
con palabras adequadas á nuestra lengua las clausulas
y períodos de las divinas L e tr a s , y d eclara los senti­
dos mas arduos. E n las m aterias que la Teología E s­
colástica disputa , es adm irable su comprehension y
d e lg a d e z a ; y en estilo terso y cla ro e x p lic a lo qu e
gasta muchos argum eníos y discursos ; usa de térm i­
nos tan ajustados com o si hubiera cursado las escue­
las. N o se desliza á tem eridad ó ig n o ra n cia , tra tá n -
do los puntos mas d i f í c i l e s s u t i l e s y escabrosos ; y
en su doéirina puede aprender el que mas hubiere
estudiado. E n la ciencia m ística , desde el principio
al fin son estos «scritos un asombro ; no h a y d elica­
deza de espíritu , que no quede de nuevo ilustrado;
ni grados de perfección en que no dé altísim os dO'
cumentos, L o s cam inos para adquirir virtudes , para
hallar á D io s , para seguirle por la via p u rg a tiva , ilu ­
m inativa y unitiva , se haltanan con c e le siia l doétri-
na. Las astucias y tentaciones del demonio se descu­
b re n ; los auxilios divinos se proponen ; los modos de
vencer á los enemigos invisibles y á nuestras pasio­
nes se enseñan ; y las alturas de la contemplación se
ponen á la vista. N o es fácil que la cortedad de mis
voces diseñe algo de la grandeza de esta obra ; y
p o r eso d ix e , que acaso alguno estrañ aria, que una
m uger fuese su Autora.
Pero leyendo el Prólogo y Introducción á cada
una de las tres partes de esta h isto ria , quedará sa­
tisfecho quien hiciere el reparo , viendo que le hizo
con grande eficacia la misma que la escribió , y que
no pudo resistirse á preceptos de sus prelados y con-
íeso re s , y á otros mas superiores de b io s y de la
sacratísim a Virgen. N o pudiera por sí sola la Vene­
rable Sor M aría de Jesús alcanzar tan profundos y
escondidos misterios ; ¡ pero qué m ucho los alcanzase,
si iba enseñándoselos M aría santísima Señora nuestra,
y com o llevándola la mano para escribirlos sus án­
g eles! Aquel Señor que es en sus santos adm irable,
que hace discretas y eloqilentes las lenguas de los in­
fantes , y de su boca recibe con gusto las alab an ­
zas , quiso que las de su purisima m adre se pronun­
ciasen por boca de una muger y se escribiesen con
su p lu m a , para que las acciones todas de ia vida de
la R eyo a de los cielos , ignoradas en gran parte, aho­
ra se manifestasen al mundo , y se aumentase su d e ­
voción en los fieles , con que tuviesen una prenda
grande de su salvación. N o puede nuestra l i m i t a d a
capacid ad com prehender el abismo de la sabidu­
ría de Dios , y lo investigable de sus consejos ; y
así es en vano discuriir por qué dilató d ar estas
noticias hasta los pre¿entet siglos , aunque la misma
Sier-r
Sicrva de Dios da las razones de esta dilación.
En los pasados hubo raugeres de insigne san­
tidad y sabiduría : y sin tccar tn santa Catalina que
confundió á los mas sábios Filosofes G entiles con su
ciencia ; ni en santa B rígida , que escribió sus reve­
laciones , de que la Iglesia hace mem oria en la ora-
cien que la señala ; ni en otras muchas , cuyos es-
critos veneramos ; en este éltim o siglo santa ere
sa de J esú s, prodigio de santidad , hcnra de E spa­
ña , escribió los Ubres , ^ue la misma_ Iglesia en íu
oracion llam a dcélrina celestial ; y quitn los e e , se
adm ira de que en vna muger cupiese tan relevam e
sabiduría. Aun en tiem po mas cercano escribió la v e -
.tierable Doña M arina de Escobar la d ta x in a y reve-
Jaciones que se contienen en la prim era parte ^
historia de su v i d a , tan leída de todos y a mira.^
da , y las que en la segunda parte saldrán á la u¿
pública. Pues no estando la mano de D i o s a trev icd a ,
no ha de m otivar estrañez el que se escribiese tcu
esta obra , y se dispusiese cabalrr.ente ^ por una
m uger , que sobre ser de tan realzadas virtudes , y
tan favorecida de la M agestad d ivina y de su ma­
dre puruim a , fué de ra ía ca p a cid a d , prendas y e n ­
tendimiento , de que tantos son testigos ; y no es íla-
ca prueba el haberla elegido con dispensacicn de vein
te y cinco años de edad por Abadesa de su conver.
to , continuando toda su vid a t i mismo of»tio ^ con
fum a a p io b a citn de sus prelados y de sus súbdi­
ta s.
L a segunda cosa que tEmbien alguno .
tra ñ a r, es el referirse en esta historia puntos in^ud*-
•tr\c -
ditos , de que no había conocimiento ; acciones d e
la Virgen no sabidas ; favores y privilegios ignorados;
raros y singulares casos y suC2sos de 5u v id a , ijue ni
escribiéron los Evangelistas , ni entre ellos San Juan
que la asistió siempr-i y venero com o á madre sin
apartarse de sy compañía ; ni los tocáron , ni cono-
ciéron después los O jctores y Padres de la Iglesia, ni
otros Interpretes que bin escrito tanto de M aría Se­
ñ o ra nuestra ; pues en ninguno se hallarán miichi>i-
m as cosas especiales que se contienen en esta obra.
Pero y a previno esta dificultad la misma V e ­
nerable M adre Sor M aría de Jesús , y aun la ade­
lantó llegando á discurrir , que se juzgarían sus re v e ­
laciones por consideraciones pias , meditadas en la o r a -
c io a ó ajustadas á la verisim ilitud. Q uitóla nuestro S --
ñor su rezelo , y con los preceptos humanes y d ivi­
nos que tuvo , fué esefibiendo , y dio razonas y mo­
tivos por qué habian astado ocultos tantos sucesos, y
por qué no los habían escrito los historiadores sagra-
do<i. Léase lo que dice , y cesará el reparo de la
novedad. Para que y o b a y a asentido , á que pasó
asi todo lo que refiere np b e necesitado de otro mo­
tivo que de leerlo , y me persuado su ced erá i los
dem as lo mismo. Porque ni la i 4 ea huixjana basta á
delinear los sucesos , ni e l discurso à form ar tan a d ­
m irable arm onía , ni la m editación d evota à eslabonar
tan preciosa cadena. ^Uo está publicando superior ma­
no , y que el d e 4 o de P io s apuntaba verdades tan
recónditas. L a adm iración que se concilje leyéndolo;
la suavidad y dulzura que causa en el alm a ; los afec­
tos fervorosos que en el corazon en g en d ra , efed o s son
de
de ser todas las clsúsulas did^das por M aría Señora
nuestra. Y sí y o con mí tibieza lo h e exptriinenta-
do estándolo le y e n d o , ¿ qué sentirán y exptTimeutarán
o íro s? E n persuadirse á que son ciertas las gran d e­
zas , prerogativas y privilegios que se cuentan de la
saniisima V irgen , nadie tendrá que escrupulizar , pues
todo cabe en quien fué madre de D io s ; y los Inter­
pretes y Autores m uy com unm ente enseñan , que he­
m os de atribuirla las perfecciones y excelencias to ­
das y que no son repugnantes y fueren proporciona­
das á la dignidad á que la encum bró la M agestad
divina. Y quanto en esta historia se pone , e» m uy
proporcionado á esa dignidad , sin que envuelva re p u g ­
nancia.
E n tre otros frutos que se cogerán de esta obra,
será m uy gustosa para la devocion entrañada en los
corazones , ver manifestada la Inm aculada Concepción
de M aría Señora nuestra sin pecado original un el p ri­
m er instante de su ser natural , que se propone en
m uchos lugares de esta historia , ei» especial desde
el capitu lo quince d e el. lib ro prim ero de la prim era
parte ; y aun sin el débito d e co n traer ese p e ca ­
d o , com o consta d el capítu lo q,uarta antecedente : y
uno y o tra enseñado- por la m ism a V irg en , hace
m as cierto y firm e lo que ya nadie co n tra d ice. Las
v o c e s » términos y razones co n que se declara este
M isterio , captan la atención , convencen el entendi­
miento y no dexan sombra d e dudar a l discurso.
E l c ré d ito m a yo r d e l a cierto de estos libro?
SOI» ellos mismos. M as no es pequeña confirmación et
hiiber sido tan cxám ínado y a p ic b s d o e l espirita de
la
la Venerable Sor M an a de Jesús que los escribió;
pues com o desde sus principios fué tan levan tad o, p u ­
so singular cuidado la sagrada Religion de S. Fran­
cisco de gobernarle con gran destreza y v ig ila n cia , y
de poner confesores doctísimos y espirituales que le r i­
giesen ; do»5 de ellos conocí y o y comuniqué , qué fu é-
ron el Reverendísim o F ra y Francisco Andrés de la T o r­
re , y el Reverendísim o F ray M iguel G u tié r r e z , Pro»
vinciales que fueron ambos de la P rovin cii de B u r­
g o s ; Varones llenamente sábios en t o la teología , es­
c o lá s tic a , moral y mística. Y el q u í estos y otros se"
mejantes, despues de largo exámen y comunicacior^ cons*
tantem ente aprobasen el tenor de vida de esta S ier-
v a de D ios , sus acciones , sus virtudes , sus r e -
vfelacioncs y escritos , rem irando en ellos hasta los
puntos y c o m a s, prueba grande e s , de que en ellos
son todas sinceras verdades sin m ezcla de revelaciones
apócrifas ni de discursos ra n o i ; pues no tiraba linea,
que no la registrase y diese razón de ella una y otra
v e z á sus confesores y p relad o s, que ni la so licita­
ban ap lau sos, ni mostraban connivencia, ni permitían
exterioridades. Háse reconocido bien la prudencia con
que se ha procedido ; pues estando acabada esta ' obra
e l año de sesenta , no se ha tratado de d a r á la
estam pa hasta a h o r a , despues de haber muerto la V e ­
nerable sor M aría , y de haberla revisto y exám ina-
do con m uchos ojos y con increíbles desvelos.
Y para que én vid a y muerte tuviese cabal
aprobación el espíritu de esta Sierva de Dios , con es­
pecial providencia suya aM-itió á su muerte el R eve­
rendísim o Padre M aestro F ray Aicnso S a liza u e s, M i-
nis-
nistro General de la Ó rden dé San Francisco ( cu ya
sabiduría y prendas son dignísimas de él puesto que ocu­
pa ) para que com o C abeza de toda la Religión diese
el mas auténtico testimonio de la rara obediencia, pro-«
fund^i humildad , insigne paciencia y de las demas vir­
tudes, cuyos efectos vio aquellos últimos d ia s , reconocien«
do la margarita inestimable que estaba escondida en
la concha de aquel cuerpo m ortal , y aprobando e l
concepto común que todos habian hecho de su santidad
h eró yca. Y dispuso también nuestro Señor esta asisten­
cia , para que recogiendo sus papeles , y entre ellos
esta historia , solicitase el que volviéndose á repetir el
exátnen de ella , salga á la luz pública , que es el
mas estimable benefìcio que podía hacer á domésticos
y estraños.
Grande apoyo es también de la seguridad del es­
píritu y de los escritos de esta Sierva de D io s , e l ha­
ber tenido con ella por m uy largo tiem po frequente
com unicación por cartas el Señor Felipe Q uarto nues­
tro R e y ( que eité en gloria ) en que trataría negocios
de suma m o n ta , y iiaría de sus respuesta« la lu z pa­
ra el acierto , y de sus oraciones las dichas para ¿u
alm a y para las empresas arduas que CQComendase á
ellas ; pues un M onarca tan p ia d o so , tan circunspec­
to y tan prudente no hubiera comenzado y continua­
do esta comunicación con cartas escritas d e su propia
m a n o , sin haber prim ero inquirido , exáminado y sa­
bido con toda m oral certeza , quan seguro era el es«
píritu de la V tiitra b le Sor M aría , y quanto obraba
D ios en ella , participándola sus luccs , g r a c ia s , donet
y sabiduría.
Bien puede la esclarecida Seráfica Religión d el
gran P atriarca San Francisco gloriarse de tener tal b i­
ja ; y aunque muchas suyas amontonáron riquezas e s­
pirituales , no sé si se puede decir , que esta las ex-
eedi^ á todas ; por lo ménos no será fácil el hal^af
en otra ventajas. M illares de escritores en todas cien­
cia s y facultades ha te n id o , con que ha ilustrado U
Ig le sia , adelantado las escuelas ^ desterrado ignoran,
c ía s , y convencido heregias. Cuente desde hoy un mi­
lla r mas , pues esta E scritora vale por m il. Aquel dr-
vino Padre de Familias» que (co m o e lla misma d ice
en el discurso de esta histopia ) saca de su ioagota-
b le tesoro misterios* antiguos y n u evos, ha querido m a-
'nifestar ahora' tantos nuevos , no por nuevamente suce­
didos , sino por ocultos y retirados hasta este tiempo-
p o r altísimos fines de su d ivina providecieia , y que \A
plum a de una muger varonil los escriba , añadiendo la
doííirina que la Virgen santísima la enseñaba sobre c a ­
d a capítulo que escribia. Admirém os las obras de Dios*
y engrandezcámosle por los beneficios y fevorcs que no-
cesa de hacer al mundo y á la Iglesia por medio d e
alm as tan puras. Los qwe hizo á esta Sierva de IMos»
fuera de los contenidos en esta historia ^ y las vir­
tudes que exercitó en heróyco grado , no es bien que
estén en sileucio ; con que el deseo público será » de
que se escriba y estampe su vida , la qual hará m a-
la villo sa consonancia, arm onía y correspondencia con es­
ta historia ; pues se afianzará el conocimiento de quc
escribió con acierto , firm eza y seguridad , la que v i­
v ió con tantos colmos de santidad y levantada v ir ­
tud.
No
No parezcan para una censura escusados y prolixos
estos preám bulos; que para darla en m aterias tan altas, tan
delgadas y por la m ayor parte nuevas, han sido funda­
mentos forzosos^ Y sobre ellos diré mi sentir, no usan­
do de aprobaciones panegíricas , como suelen darse á
otras o b r a s , sino de rigid a censura , en que me Jsu-
geto á la corrección de la Iglesia católica , y no d o y
á las revelaciones contenidas -en esta historia mas c e r­
teza y credibilidad , que la que perm iten los decretos
de la Santidad de U rbano VIH. los quales p ro testo , que
guardo. Juzgo píies que este lib r o , que se divide en
íres partes , de la M ística Ciudad de D ios , historia
de la vida de M aría Señora nuestra en todas ellas no
■contiene doéirina , suceso , cla u su la , razón , ni palabra
-que se oponga á la sagrada E scritu ra , ni á la fe ca ­
tó lica , ni á la piedad ni buenas costumbres. Y que
todas están llenas d e superiores y sanos docum entos; m ue­
ven á alabanzas de nuestro gran D io s , i dcvocion co a
su santísima m ad re, á salir d e culpas, á adquirir virtude*
y anhelíir á la cum bre de la perfección. C o n que para
el provecho de todos , y bien com ún de las alm as, se
puede y es debido dar licencia para que se im prim an, y soli­
citar que sea sin ninguna tardanza, porque no se ca re zc a
de los grandes bienes que espero han de seguirse de
leer esta celestial historia. E n este C olegio Imperial de la
Com pañía de Jesús de M a d r id , á ^9 O d u b re d e

Andrés Menao*
C E N S U R A ^ A P R O B A C IO N D E E L R E V E R E ]V -
dfsimo Padre , è Ilustrísimo Señor Don Fray D 'ego de
S ilv a , M aestro en Sagrada Teología , despues de Gene­
ra l de la Orden del gtan Patriarca de las Religiones
San B e n ito , ahora Obispo de Guadix.

p or comision de V . A . he visto los tres cuerpos de


historia de la M ística Ciudad de Dios , milagro de su
O m n ip o te n cia , y abismo de la g r a c ia , historia divi­
na , y vid a de la Virgen santísima madre de Dios, R e y ­
na y Señora nuestra , restauradora y medianera de la
g r a c ia , escrita en este siglo por su devota Sor María
de Jesús , Abadesa del convento de la Inmaculada c o n ­
cepción de la V illa de Agreda , manifestada por la
V irgen san tísim a, para nueva luz del m undo, alegría
de la Iglesia c a tó lic a , y confianza de los m ortales; y
aunque V . A . la sugetó á la censura , ella nació pa­
ra la admiración : todo es divino quanto co n tien e, y
de los tesoros de la Divinidad hace ostentación feliz
de la Sabiduría eterna encarnada , y abundante en
la vid a profligiosa de la madre de Dios , la novedad
de las riquezas celestiales que manifiesta son rayos de
la Om nipotencia , que penetran los corazones humanos,
y los abrasa en la llam a del amor divino , no se han
m anifestado á los mortales caraétéres de tanta erudi­
ción , tanto p ro v e c h o , tanta novedad : no solo es dig*
na esta obra de ver la luz sino executada , porque sal­
ga á darla á todos los h onbres. Con rayos de sol en
lu g a r de lin e á s , había de escribirse esta doctrina tan
sutil y feliz en lo escolástico que dibuxa ; tan sobera­
na
na en el e stilo , ron que la declara ; tan provechosa en
el fruto que deduce ; tan gloriosa en los d o c u m e n t o s
que repite ; y tan advertida en todas las teologías que
asegura , E scolánica , E xpositiva y M ística. L o sumo de
esta sabiduría no pide alabanza sino adm iración: Prolixa
laus est , ^üce non quícritur , sed tenetur , dixo San
Am brosio en ménos empeño , pues ninguna puede igua.
la r al asurapto de la obra , que es la viüa de M a ­
ría santísima. M u y á la letra le ajusta á este asun­
to la parábola del Evangelio de San M atéo , cap. 13
donde dice : Sim ile est regnum cosìorum thesauro abs-
condito in agro , quem qui invenit homo , ahscondtty
^ p r a gaudi« illiu s , vadit , <£? vendit universa, qua ha-
bet , ^ cmit agrum illum, R eyn o de los cielos es es­
te trabajo , porque está coronado de tantas estrellas de
erudición , de tantos rayos de Divinidad , que ningu­
na tiene de la semejanza del cielo tanta propiedad. T e ­
soro es el mas copioso de la sabidutia eterna , escon­
dido hasta estos siglos , manifestad« para nuestra ri*
queza. Hallóle la Sierva de Dios , arcaduz por don-
dt el mismo Dios nos com unicó las agu^s mas pu­
ras , que derram ó la fuente del paraíso en la católica
Iglesia. C o r r e , no para que se vuelva á esconder, si­
no para que riegue el cam po esteri! y seco de la chris-«
tiandad. H allóle una sierva de Dios en el retiro de su
convento de la Inmaculada Concepción de la V illa de
A greda ; y aunque por su grande hum ildad pretendió
esconderle ó no escribirle , ó despues de escrito que­
m arle ; pero volvió por su causa el teso rero , y nues­
tra gran necesidad nos le grangeó por dispensación m i­
sericordiosa y divina. Vendió todo su caudal la Au­
to ­
tora de estps velám enes paca com prar el tesoro ; y
e s te , aunque parece .vendido, se dá de valde á la Igle-
.sia : y e n i t i e m i t e tíbsque argento. Porque ni h ay riquezas
ni méritos para com prar tanta feUcidad. N o tiene precio n¡
^oam utagion m argarita tan preciosa. T odo quanto se es­
c r ib ie r e , es méaos. T odo lo que se ha manifestado, no
iguala. Venderse todo para la censura, es cortedad. E m ­
plearse todo en alabarla , es desigual precio. Com en­
zar en obediencia de registro , y acabar en pasmos de
lo adríiirable,, mas que obsequio es necesidad : si ,co-
íp o censor coniencé , acabaré com o quien suplica á ‘V«
A . que con el im perio real no solo p e rm ita , no solo
alargue la licencia , sino con el medio m as próvido d e
su dictám en obligue á que sia tardanza veamos el dia
íjias feliz de esta ir^presion,, donde puedan los m orta­
les descubrir las sendas de la etetriidad entre las letras
,de este sol que .nace p a ra nuestra alegría ; donde nues^
,tra ingratitud encuentre con las verdades del agradeci­
miento , y nuestro Shogo con la medianera de los m e­
jores alientos. E staba en sonabras de prpfecias escondi­
d o e l prodigio de la santidad de M aría. Salga á desem­
peño de nuestro consuelo en el principio de esta ense­
ñ an za , y á los que en las sombras de la muerte nunca
jnerecim os ver la luz de la infinita m isericordia executada
.en la única E m peratriz del cielo , se nos dá á conocer
^en e l peligroso camino de esta mortalidad , para hacer
.camino , de paz la vida tem poral que ántes era riesgo^
ilen a de. tropiezos, y escándalos. Sumo es el provecho de
.esta le s u r a , glorioso el d eleyte de esta novedad de
m ilagros, que se refieren en la vid a de nuestra R eyn a
M aría. 'Propísim o es eí estilo entre tantas luces : raro y
ea-
ef5cáz es e l ra yo de su persuasión. Todo con sumo apro-
▼echamienio á la seguridad católica. Argum ento evidentí­
simo de nuestra ingratitud ^ para convencernos desen­
gaño. Salga á l u z , pues la aumenta : no se d eten ga, pueS'
nos im porta: y sirva de remedio al siglo para quien na­
c ió , que adolece de tan m ortales achaques. A sí lo sien­
to , y siento mas no tener toda la sabiduría angélica^
para significar m i aprecio , m i veneración, m i deseo. E »
San M artin de M adrid , de la Religión de nuestro Pa­
dre San Benito , á quince de Diciem bre de m il scisciea*-
tos sesenta y seis años.

E l M aestro F r a y D iego de Silva^

A T R O B A C rO N DEL E ^ L C E L E N T ÍS IM O T IL U S ^
nísim o señor Don M igu el de Escartin^ Obispo de Tarm-
%ona y del Consejo de E stado de la M agestad Catálic»^
Diocesano de la Escritora*,

cumplimiento de m i o b % a cio n en la debida oBe*-


áien cia del real mandato de la R e y «a* nuestra Señora (que
D ios guarde muchos años) insinuado por e l Excelentísi­
m o señor D on G hristoval C resp i de Valdaura ^ del C on ­
sejo de su M agestad^ y su V icerrC an ciller en el Sacro
y Supremo de la Corona de A ragó n , y del Gobierno
naiversal de la Monarquía ^ he visto las tres partes de
la M ística C iud ad de D io s , com o m ilagro de su O m ­
n ipo ten cia, y abism o de la g ra c ia , manifestada por ia
purísim a R eyn a del cielo á su Sierva Sor M aría de Je*
sus , Abadesa del Convento de la Inmaculada Concepdon
de la V illa de A greda, en esta Diocesi de Tarazona.
V iviendo esta Venerable R elig io sa, vi la primera parte
de este tra ta d o , que me participé su Confesor. Sobre
ella dixe mi sentir al Padre General de la Religion del
Glorioso Padre San Francisco, en respuesta de carta en
que me lo pedia. Ahora despues de vistas las otras dos
partes, repetiré algo de lo que entonces me ofreció m i
d is c u rso , añadiendo lo que despues. me ha ministrado
la piedad de mi entender y la grandeza de la obra,
Quando en aquella primera parte entré en la de­
claración de los instantes de las prefiniciones y decretos
de Dios, quedé poseido de adm iración, por ver tan alta
y sutil teología , tratada por una muger con la ma^
y o r c la r id a d , coiícision y erudición que hasta ahora
han alcanzado las escuelas y sus mayores doctores y
m aestros, quedando en esto enseñados, que lo que d i-
xéron tantos y tan b ie n , pudo decirse mejor : y lo
que hasta este tiem po ha parecido m u c h o , ha podido
ser mas en la pluma de esta prodigiosa Escritora. Ha«
biendo visto despues tas otras dos p a r te s , ha crecido
m i suspensión, admirando en ellas el discurso de la v i­
da de la Virgen santísima y de su hijo soberano, co a
estilo tan a lt o , con razones tan eficaces y v iv a s , que
penetran lo intimo de los co razon es, inflamándolos en
am or de Dios y de su purísima madre , y en afecto
á la virtud con aborrecim iento de el vicio
N o podrá la calumnia mas maliciosa im putarle no
ser snya esta o b r a , por no ofrecerse sugeto á quien
prohijarla. Confesores y maestros de espíritu tuvo Ig
M adre Sor M aría m uy doctos y pios; pero ninguno le«
vantò tan alto el v u e lo , ni se conoció tan grande cora-
prehension de teología e sco lá stica , mística y expositi­
va , haciendo lengu-age propio y usual de la E scri­
tura , com o vemos en estos escritos. Algunos doélos lle-
gáron á com unicar esta sierva de Dios con vana cu ­
riosidad y con intento de hacer alarde de su saber, y
laliéron de su presencia enseñados y confusos, confesan­
do que su sabiduría era estulticia á vista de la doc­
trina de el c ie lo , que reconocian en esta Venerable
M adre ; hallando también en e l l a , que la lección de
los santos, la declaración d é la s dificultades m ayores de
la Escritura y misterios de nuestra santa f e , eran su
conversación y lenguage ordinario^ con que podémos cre­
er , era el dedo de D ios el que guiaba aquella dicho­
sa mano en lo que escribia.
Solo podia algún escrupuloso hacer reparo en si
puede tener parte en esta obra ángel malo , que tal vee
se transforma en ángel de luz. Para salir de esta du­
da , debemos acudir à los principios de la mas scgiT
ra teología. A c á entre los hom bres cada uno tiene su
voz d ife re n te , de modo que aunque uno esté apartado
con solo oirlo hablar decimos sin v e r lo : A q u e l que ha­
bla es Juan ó Pedro. Y si nos preguntan com o lo sa­
b e m o s, responderémos, porque conocemos su v o z , y pot
ella venimos en conocim iento de el que habla. T am ­
bién D ios tiene su vo z y m odo de h a b la r , por donde
en esta vid a m ortal podémos alcanzar 6 ccnccerlo.
Quando fovorece su divina M agestad á una a 'ir a con
tan singular gracia que se digna de h a b la rla , ahcra
sea en locucion externa y co rp o re a , que ccríi^ te en la
form acion del sonido en el a y r e , ahora sea por imprc-
síon interna de qualídad vital de intelección que Dios
prod uce en el entendimiento de la c jia tu ra y debemos
atender á las señales de la vo * p a ra conocer el prin­
cip io de donde nace^r
E l Cardenal Torquemada en el cxám en y apro­
bación que hizo con órden d e la Iglesia de las reve­
laciones de santa Brígida y trae ciñco' seBales por don­
d e se deben discernir estas locuciones y revelaciones,,
s i son de Dios & d e l demonior L a p rim e ra , s i son re ­
guladas por e l conocimiento d e varones dorios y maes­
tr o s experimentados en espíritu. L a segunda ^ por el efec­
to que hacen en el alma que recib e este favor.. La-
te rc e ra , por la m ateria que c o n tie n e n 'y su verdad. L »
q u a r ta , si conform an con las- E scrituras sagradas,, ó s e
oponen á ellas. L a quinta por parte de la persona,^ si
es de vida aprobada y virtud conocida. IrémoS’ discur-'
rien d o por estas cinco señales» para ver si las- halla-^
m os en estas locuciones de la V irg en santísima á. es­
ta Sierva suya.^
L a prin^era señal d e que v a y a n reguladas por I3
censura de doílos y maestros de espíritu, c» m uy cie r­
ta y sabida entre \o» mas experim entados. Llamó' D ios
á Samuél por tres veces con V025 tan parecida á la de
su m aestro H elí, que por todas ellas llegó el obedien­
te m a n ce b o , diciendole: E cce qtwmam voeasti me^
%, R eg. ^ O y e esto mi Padre San G re g o rio , y con
su acostum brado espíritu d ice: f^ocavit Deus puerum vo*
ce m aghtro simiU^ ut modum su¿e hcutionh' indicaret*
Q üando las locuciones á e D ios van ajustadas á la v o a
d é l Prelado y m a e stro , las debemos tener por seguras,
jK>r ser este el m edio por donde habla el mismo D ios
á
á sus sie rvo s, y le r «sta 4 a mas cierta sefial de su
v o z divina : Q u i ^os mdit^ me audit^ Lue® lo .
E sta señal tan cierta -en buena doftrina hallamos
cum plidam ente «n la madre M aría y sus escritos. N o ­
toria es en la R eligión y fuera de «Ha la obediencia
á los prelados y confesores con <jue vivió siem p re, re­
gulando las mas mínimas acciones por «u dirección y pre­
ceptos. En la Introducción á la prim era parte de esta
obra funda su mas seguro cim iento en su profunda h u ­
m ildad y -obediencia, co n que pudiese tener m ayor fir­
m eza la altura de tan grande edificio. E n e l núm. 7.
manifiesta com o se resistió p o r espacio de diez años
sin atreverse i poner la p r im e a piedra , hasta ^que se
h alló obligada por la fuerza d e la obediencia. E n e l
núm. 8. de de la misma Introducción refiere el m isterio-
«0 sermón que le hiciéron lo s santos á n g e le s, quitando
su turbación y alentando su desm ayo. D lcen le, que ellos
obedecen al poder de la divina diestra, porque ni la ignoran, ni
pueden ir contra ella viendo el >er inmutable d el Altísi-
i r o , y conociendo es sa n ta , pura y re d a su voluntad.
E sta certidunibre que tenemos los ángeles p o r la visión
beatifica ( le dicen ) teneis los m ortales , según e l e sta -
.do de via d o re s, con aquellas palabras que dixo el m is­
m o 5^ñor á los prelados j superiores: quien á vosotros
^oye , á mí m e o y e : y quien á vosotros o b e d e c e , i mí
me obedece.
Poco mas abaxo le dicen los mismos ángeles, st
no conviniera su obediencia , hici'^ra el Altísim o con su
plum a lo que con el obediente Abrahan qusndo llego
á sacrificar su hijo Isaac , que mandó á uno de sus es^
píritus án¿élicos detuviese el brazo y cuchillo , y squ
no manda que detengan su p lu m a , Sino que ía asistan
y ayuden , rigiéndola y llevándola con ligero vuelo.
Todas estas amonestaciones de los ángeles no fué-
to n poderosas para determ inar la voluntad de esta h u ­
m ilde Sierva de Dios , para cosa tan ardua y pere­
grin a á su condicion (como d ice ella misma en el núm e­
r o I I ) si no se juntára la obediencia de sus prelados
que han gobernado su a lm a , guiándola por el camino
de la verdad.
E n ocasion que su hum ildad halló apoyo en el
Confesor que la asistía en ausencia del principal que la
g o b ern a b a , quem ó los papeles que tenia escritos de es­
ta sagrada historia y de otras misteriosas m aterias, p a ­
deciendo por esto asperas reprehensiones de el Confesor
princip al que sabía y gobernaba su vida , y de los
superiores que de nuevo la mandáron con censuras
vo lviese à escribir y continuar esta obra , com o refie^
re la misma M adre en el número 19 de dicha Intro­
ducción á la primera parte. Podría acum ular otros mu­
chos lugares de estos escritos , en que consta haber si­
d o esta Venerable R eligiosa com pelida de la obediencia
d e sus prelados , para escribir los favores y avisos que
tu vo de el cielo , y con acuerdo los o m ito , por escu
*ar prolixidad, • '
Solo no puedo dexar de encomendar al L eétíc
que para prueba d e esta verdad y edificación suya se
v a y a á la Protestación que hace esta Sierva de Dios en
e l 6n de esta obra , parte tercera , nùmero 791 donde
con palabras llenas de profunda humildad y devocioa á
la purísima V ir g e n , d e c la r a , que la dexa escrita (com o
tiene repelido otras, veces en e lU misma ) por obedien,
cía

ip a
cía á sus prelados y confesores que gobiernan su at­
ina , asegurándose por este medio ser voluntad dé Dio-'^
que la escriba, Y aunque toda la ha presto á la cen ­
sura y juicio de dichos sus con feso res, sin haber pa­
labra que no la hayan visto y co n ferid o , de nuevo la
swgeta á su mejor sentir ; y sobre todo á la enmienda
y corrección de la santa Iglesia C ató lica Rom ana , á,
ctiya censura y enseñanza , com o hija su ya , protesta
estar sugeta, para creer y tener solo aquello que la m is­
m a santa Iglesia nuestra M adre aprobare y creyere, y
para reprobar )o que reprobare ; porque en esta o be­
diencia quiere vivir y niorir. Todas son palabras de ia
m isma Venerable M adre.
Con lo dicho queda probado concluyentem ente, que
en estas locuciones y r e v e la c i o n e s c o n que la M agestad
de D ios , y la R eyna del cielo favorecieron á esta attiada
Sierva suya , se halla claram ente la prim era señal que
trae el Cardenal T orqu em ad a, para que las recibam os y
conozcamos por suyas y libres de sospecha de poder te '
ner. parte el d em o n io , habiendo sido reguladas, y ajus­
tadas á la vo* de los p re la d o s, confesores y maestros
d e espíritu , por donde se conoce la vo z verdadera de
Dios»
L a segunda señal que trae Torquem ada para c«no-
cerlas, consiste en el efeílo que hacen. E sta señal es tambieii
m uy cierta entre los teólogos y maestros de espíritu*
Q uando la M agestad divina favorece á un^ alma con tan
singular gracia , que se digna de h a b la rla , debemos ateiv»
dex al efeéto que en ella h a c e » si se conoce coa mas
hum ildad , tem or santo de D io s , reverencia de la M a­
je s ta d su p rem a , y confusioa de si misma. E a «ste c a í
so
so d e cim o s, que !a locudon es de D io s , porque €s -es­
ta su voz y su modo de hablar al alm a ; pero al con­
trario , 5i quando tiene estas locuciones y revelaciones
le parece que -es y a perfeda y -santa, y que los de­
mas son ,im p e rfe to s ^ porque Dios no les hace ei mis­
m o fa vo r.; .entónces conocemos ser la revelación ò lo ­
cución .del espíritu .m alo , porque la vo z no :es de D ios,
sino del demonio.
>Jo con ménos evidencia podemos p r o b a r , ^ ue
esta segunda señal se jballa también «n esta obra de i«
M adre M aria de Jesús , que .tantas veces rep ite su in-
suficieacia., y con humildad profunda se postraba en íie rra ,
y se 'pegaba con el polvo á vista de los mayores re-
.galos y favores .de ,1a Virgen purísim a y de su d ivin o
.hijo.
'En la Introdudon á la primera p a rte , tiúm e-
•ro 3 dice de s\ misma : E l mismo Señor sabe por
.^ ué, y para <jué Á m í, la mas vil criatura, me des­
pertó , lla m ó , levantó y com pelió á que .escriba Ha
vid a de su divina m adre y Señora .nuestra.
;En el número J4. >en la m ism a Jntroduccion di-
.c e : Y o no escribiré como ^naestra , sino com o discipu-
l a ; no para enseñar, vsino p a ra a p ren d er; que bien en­
tiendo lian de ca lla r las mugeres por ,oficio en ,1a Igle­
sia sa n ta , y oÍr á los maestros ; y quiero que mi pre­
lado , maestro y confesor m e sea Juez vigilante y sevc-
ro.
En la lo trod uccion i la segunda parte , número
2(5 d ice también , com o fa v o re d d a con singulares m erce­
des de la R eyn a del cielo , se halla postida de m ayor
confusion y humillación, ¿C ó m o diré y o ( d ic e la hu-
m il-

n(
m iíde Sierva suya) los efefíos que causó en mí esta respues­
ta del todo Poderoso ? H um illóm e hasta mi nada, y co ­
nocí la miseria de la' criatura y m is ingratitudes para
coH' Dios. Deshacíase mi' corazon entre el dolor de mis
culpas , y el deseo' de conseguÍF la dicha no- merecida de
ser- hija de esta soberana Señora.
E n la Introducción á- la tercera^ parte ^ numero 3'
dice de sí- también- esta Venerable Religiosa ^ Puedo afir­
m ar sin rezelo , no dexo escrito período ni* palabra , n i
m e determino á escribirla,, sin reconocer maS' tentaciones*
qye escribo letras.-
ÜUimamente hallo s e r escusado: m u ltip lica r testi--
m onios d e la hum ildad y hum illación que' ocasiodabanJ
en el- ánimo d e la' M a d re M aría los favoreS‘ dé e l’ cie -
I b , de que están llenos- estos escritos-, dónde lo' testifica^
bien el haber quemado las prim eras obras aí m enor apo­
y o que' halló en e l confesor in term ed io , sintiendo hum il­
dem ente de s í , y reconociéndose por insuficiente ; con'
q ue q u e d a probada la segunda señal del efefto que haceisí
la s locuciones d e Dios- en e l alma^ favorecida' de- su gra­
cia.-
l a tercera señal que^ trae Tòrquem ada , se consi-
á e r a de parte d e la materia- sobre- que caen estas locu--
ciones y de sa verdad.
Para prueba d e esta señal- no- puede h a b e r m ayor
testim onio que la obra misma ,* con doétrina que en’ to­
d a ella nos está enseñando el conocim iento de la ’ gran­
deza d e Dios ,-y lá obligación de guardar sus divinos precep-
fos,.evítando siempre sus ofensas,-dando enseñanza' á los mor­
ta les para' v iv ir y m orir santamente; y alentando nuestra
«emisioa ár la- devocion- q u e debemos^ tener- la R eyn a
del-
del cielo y Señora n uestra, declarándonos el mHterio d e
su pureza en el primer instante de su concepdon : y que
la que de pies á cabeza está vestida de el sol , no p u ­
do tener en su persona la mas mínima sombra de c u l­
pa.
N o puede caber en juicio prudente, que el demonio
quiera hacerse maestro de virtud, y de evitar vicios, hacién­
dose también predicador de las mayores alabanzas de la m a­
gestad suprema de Dios, y de la pureza de la V irgen, que es
su m ayor contraria y le quebrantó !a cabeza. Hallánse en
esta obra singulares avisos y prevenciones pára conocer
las asechanzas del enemigo común , y para vencer sus
diabólicos ardides. E l demonio no pretende su destruc­
ción , sino la nuestra : objetándo los' incrédulos judíos
á Christo Señor nuestro , que en virtud de Belcebii la n ­
zaba los demonios de los cuerpos de los hombres , les
convence el divino Se 5 or de que no podia tener funda­
mento su pérfida m alicia ; porque si los demonios fu e­
sen contrarios de sí mismos , y tratasen de destruirsci
no podria conservarse su tenebroso y tiránico imperio.
S i autem Satánas in seipsum divisus est: iquomodo sta b it
regnum eius , quìa dicitis in Beelzebub ms eijcere dxmo^
ma\ Lucse i i . Pues si un demonio no se hará ministro
para lanzar los demonios d e nuestros cu erp o s, ¿cóm o lo
será para desterrarlos de nuestras almas ? Con esto irá
sin duda mas ajustado á la doftrína y verdad evangè­
lica el que d ig a , que en estos escritos no pudo tener
parte el ángel m a lo , sino que son enteramente de Dios.
N o convence con ménos fuerza esta verdad el
efeéio que hacen en las alm as de los que los leen , ò
los oyen leer , sintiéndose inflamados repentinamente e a
rm or
amor de D io s , en devocion de la Virgen y afeéío á la
virtud ; de modo , que podemos con propiedad decir de
esta le<5lura , que contiene palabras d€ vida cterra. A l­
gunos han entrado en ella con tibieza y fuspension , y
han salido enfervorizados en su espíritu, y con singular
gozo y jábilo de sus almas. E sta señal es también ir u y
c ie r ta , de que la leftura es de D io s , autor de la pjizi
alegria y consuelo de nuestras almas; com o al^contrario el
demonio solo es autor de confusion , quiebras y desaso­
siego de nuestro espíritu.
N i puede m inorar el crédito de estos escritos
verlos tan llenos de elegancia y propiedad en los tér­
minos escolásticos , y con palabras significativas de la
doélrina que contienen ; ántes hallo ser este su m ayor
crédito en una m uger , que de su primera edad se
crió en el retiro y soledad de una celda, sin haber po­
dido alcanzar noticia de escu ela s, ni estilos nuevos y
figuras retóricas, con que se conoce mas la mano de Dios*
N o está lim itado su divino poder á manifestar sus mis­
terios en lenguage hum ilde y vulgad*.
E n la misma Escritura sagrada hallam os buena
prueba de esta verdad con el testimonio de San G eró ­
nimo mi Padre en el prólogo sebre Isa ía s, en que ad­
vierte haber sido el estilo de este Profeta mas elegante
y rem o n tad o : D e Isaía asciendum , • quod tn sermone suo
dissertus s i t , quippe ut v ir nobilts , ^ urbanee eloqüen-
tic e , nec hahens quidquam in eloquio rusticitatis admtx^
tum. N o fué descrédito de la doítrina de Isaías haber
sido manifestada «n lenguage mas e le v a d o , com o ni d e
los m ayores doélores de la Iglesia que escribiéron con
singular elegancia.
E l M aestro F ra y L uis de León en la carta que
escribe á las Religiosas C arm elitas D escalzas de él coit—
v e n to .d e M a d rid , en aprobación de las - obras de la i
santa M$dre Teresa, de J e sú s, y vá impresa al prin­
cip io de sus obras, pondera, que en la graci i y elegancia del
e stilo , duda haya, en ■ nuestra leni<ua escrit<ira que la ig u a íe ..
Pero despues. condena por atrevim iento y error m uy feo,
querer enmendar las palabras.d e la que vivía en .ü io s; y ,
si entendiera bien el ca stellan o ,.vieran que el de la san-,
ta M adre Teresa es la misma eleg incia.^P.ialrras de F ray
L uis de L e ó n .. C on esto no se debe hacer reparo en la
eloqüencia singular de la M adre. María de Je}>us siendo >
este el estilo de Dios con las almas mas .favorecidas. .
Á ntes hallo un nuevo título por donde se hace
mas creíble que en estos escritos ha - obrado el p o icr d i­
vino, Tiénese por con stan te, que son de, esta Vencr<ib»e
M a d r e , y. h o y se conservan^en su ,co a v e n to los ori^ > -
nales escritos de su m a n o , que yo he visto con car­
tas escritas á su M agestad (goce de D io s ) cuyas copias .
tu v o - c u r io s id a d .d e guardar, la M y d re , e-critasrtam bién
d e su m a n o , y contienen el mis no estilo y , espirittiul
d ü á r in a .d e sus obras. .N i se. h a,co n o cid o .en estos =tiem ­
pos. sugeto de caudal , que pudiera, tenerlo para d ic­
tarlos, E sto supuesto y que exceden l i capacidad de muger
retirada!, se convence que han d_* s e r d e D;of,^ú dcl demo­
nio. D e este do es po-;ible , por no poder s .r maestro
de tanta pureza y espíritu com o queda probado ; c o a .
que se sigue haber de ser precisamente, de D io ^ .
E n la quarta señal de que esta obra cüncu*?rda
con la E scritu ra, sagrada , también . es . la m ayor prueba
cHa m ism a ,.ta n abundante y llena de la misma E scri­
t u r a , que apénas hay linea donde no se halle lu g a t
( k ci sagrado t e x t o , ^haciendo de ellos lenguage usual
co a

\\>
»con adm irable contextura. Tam poco ' este estilo es de el
^demonio , enemigo de la d ivin a'verd ad , á q\iien nus en-
ieñó á vencer e l divinp Maestro con la Escritura hiÍs-
. m a . Scriptum^ est Si alguna vez d ixo el demonio
a lg im a , se trasluce en la misma locución el intento de
introducir algún e rro r, de lo qual están >m uy léjos estos
t escritos.
. y no hálle pueda hacerse escrupulo d e que m u-
fc h a s cosas dé ellos parezcan n u e v a s, y que no las d i-
xéron los:'Evangelistas. Á esta duda nos responde San
Juan d icien d o , que si s e h u b i e r a n de escribir todos los
hechos de Christo Señor n u e stro , no cupieran los libros
f en e l m undo, lo a n .. 3 1 .
‘ D e el divino esposo d ice -la esposa: Respiciens per
fenestras^-prospicietis 'per eancellos. CantÍc. ,29. Que no
com unica -la luz de s«s divinas^ perfecciones en lleno, s i­
no con lim itación y por í-partes conforme la capacidad
de los su getos,^ á conveniencia de los tiem pos y juicios
ocultos de su d iv in a 'p ro v id e n c ia , .que no puede alcan ­
zar la cortedad de-nuestra m ortalidad.
'Alfonso P aleíto A r z o b i s p o Bononiense, en la histo­
ria Miranda de lesu C b risti <stigmatihus S a cr ^ Syndoni
itnpvesis , ■en el c a p . ' i . ‘ trae unas palabras m uy al in-
1 ten to : Quando D eus suee E cclesia divina providtntia tnuU
, tA quotidie p ^ tefa eia t, quce p n e tir itis temporibus illam
ìatère voluit* Quod innuere Salvator "voluit ilHs verhis\
. adhuc haheo multa vQhi% dicere ^ sed ^Mon p o te stis .p o r ta r t
. fnodò, loan. > 16. Q ue es estilo de Dios dexar cam po a b ie r-
. to en la inteligencia ¿ e sus misterios, y manifestarlos so­
lo por p a rte s, >para que cada uno pueda sacar^ fruto
espiritual , conforme su particular af^fío y devocion. E l
.m ism o Paleélo en el cap . 19* d e dicha historia tra eo tra *
. 9
palabras de Lansperglo sobre la pasión de Christo Señor
n u e stro , que notando la brevedad con que la escribié-
ron los Evangelistas , siente , no dixèron mas en ella, pa­
ra dar lugar á. la piedad de los fieles , que discurran
en particular conforme el sentimiento y ternura de c a ­
d o uno : Credo equidem, ut devotis meditandi tribucretur
cccasio ^ <£? ut pro devotione sua unicuique^ sic^vel sic dare“
tur occasio cogitandi. In ijs enim , quce in Scriptura non
exprimuntur ^ ñeque Scriptura contraria reperiuntur ^ ni-
hiique certe diffinirum est ab Ecclesia^ licèi absque peri^
culo unicuique sentire^ aut medit ari ^ undè ad maiorem^ v e l
compassionem, vel devotionem se potest excitare. No pa­
re ce se pueden hallar palabras mas al intento , para
efeéto de qu« no se deben reprobar por novedades das
pias contemplaciones de personas p ia s , devotas y san­
tas.
N i debe tam p o co 'h acerse reparo en estas ni otras
revela cio n es, en que sean sobre materias op in ab les, y
en que hay en la Iglesia diferentes modos de sentir. E s­
to hallam os en muchas revelaciones de santa Brígida. L a
m ism a Venerable M adre M aría de Jesús satisface á es­
ta duda en la primera parte de estos escritos , número
72. et deinceps, donde refiere com o la propuso á la m a-
gestad suprema de D io s , y le fué respondido por la
verd ad divina , que á los m ortales no se dá la luz de
lo s'm isterio s de Dios en llen o , por no ser capaces de
r e c ib ir la , y la plenjtud solo se dió á la humanidad de
el Unigénito. N i era conveniente que à uno se diese t o -
dá la ciencia de las cosas de D io s , sino proporcionada
al estado y merecimientos de cada u n o , y como c o n ­
viene à la providencia divina el distribuirla. N i reciben
Me m prc esta parte de lu z tan c la r a , que puedan asegu­
rar-
rarse en todo. E n las verdades de las mismas Escrituras
sagradas , unas veces coinuDÍra Üios su luz de lo alto
con claridad y distinción, y otras las dexa en parte en
solo la lu/> nitural. De donde se s ig a e , que los m or­
tales entienden los misterios con d.iversidad de parece­
res , y se hallan diferentes expUcaciones y sentidos an
las escrituras , siguiendo cada uno su opinion como la
entiende.
E n el libro séptimo de la tercera parte , niimero
327. ad-vierte t mblen esta Venerable Religiosa la d iver­
sidad de opiniones que hay sobre la salida de los após­
toles de Jerusalén á p re d ic a r, y sobre otros sucesos, v a ­
riando en los años y tiempos. En esto dice , no tiene
orden de el Señor para componer estas controversias,
contentándose con que lo que escribe va y a consiguien­
te , y no se oponga en cosa alguna al texto sa g ra d o , y
corresponda á la dignidad de la materia que t r a t a ; con
que ni puede dar m ayor autoridad á la historia, ni pue­
de pedir mas la piedad christiana. Palabras son de la
misma M adre M a r ía , en que parece dar satisfacción á
lo que podia objetarle en esta parte la curiosidad escru-^
pulosa.
Aun en m ateria de revelaciones no h a y incon­
veniente , que se hallen unas encontradas á otras. D o c ­
trina es de los teólogos, que las revelaciones particulares,
fuera de las de los Profetas y propuestas por la Iglesia,
ni se han de adm itir con tenacidad y certidum bre de
f e , ni se han de despreciar com o vanas é in útiles; án ­
tes se debe atender á ellas con pía cred u lid a d , exám i-
nando el fundamento que tienen de verdad con las
reglas que nos enseña la buena y sana doéirina de los
santos y maestros de espíritu. E scq nos significó el A pós­
tol
tol con la luz que tenia del c ie lo , i . ad Thesalon.
S firitu m tioìite extinguerc ^ prophetìas noUte spernere^om“
nia probate , ■
quod / bonum. est , - tenete ,
L iu jen cio A p o n te , sobre; el capítulo d e San
IW atèo, en la anotación nnoral , io 7 nùmero 38 d à por
sospechosa la revelación que se publica por cierta y con
pertinacia en su infahbilidad: cbsti-
noto , ^ deliberato , absque form idine deceptionis , num^
quam crede ; sed semper deceptionewt timens , esto cautus
in om nia, S nuHquam_ seturus.i attamen non siC y .u t sps~
ritum extinguas.
N o .s e .h a lla rá , este vicio en i las revelaciones. de
esta Venerable R d igio sa, porque repetidas veces está con­
fesando su insuficiencia , sugetando los; favores que r e c i'
b ia d e l cielo al exám en y , censura , de sus . confesores,
reconociéndose por m uger flaca y sugeta á engaños.. E n
e l lib ro primero de la primera p a r t e n ú m e r o 24 dice,
com o algu n as-veces'to m a los .términos para.declararse d e
lo que tiene entendido. vEq e s to , vd ice , podría ; errar -si
lo perm itiese . el Señor , porque soy , m uger ignorante : y
por esto quando tengo alguna dificultad, acudo á mi m aes­
tro y padre espiritual. E sta hum ildad de la M ad re , y
desconfianza.de si m ism a, nos debe .dar mas confianza
d e la verdad de su doctrina.
Engaño fué de E nrico d e A sia y otros, que Vien­
do que á santa B rígida revelo D io s una cosa, y á san­
ta C atalin a de Sena la con tracia, , inferían , que todas
las revelaciones dé una y otra parte eran falsas ; p o r­
que D io s es suma v e r d a d , y todo lo que revela lo ha
de s e r ; y el verd ad ero /P ro feta, d ic e » , ea ninguna c o ­
sa y e rra .
A esto responde e l Maestro F r a y Gerónimo Gra-*
, clan
cían de Ta M adre de D io s , confesor de la santa M adre
Teresa de Jesús, en el D ilucidario que escribió de su es­
píritu , parte 2 capitulo 11. y la respuesta se funda ea
la doctrina que vamos diciendo, que á estas revelaciones
particulares no se debe dar mas crédito, que de opinion
y fe h u m an a, fundada en la autoridad de la persona
que la tenemos por virtuosa, y que m erece mucho con D ios. •
C ierto e s , que en la divina verdad no puede caber er*
r o r , pero p .ieie suceder en la fragilidad de la ^criatu ­
ra, Y quaodo en. esta parte lo 'h u b iese , ^ quién ' sabe e l í
m otivo que pudo tener Dids para permitirlo? ¿ Quts cog-
novít sensum Do'nini i aut quis ' consiliarius' ejus f u it % A d •
Román. 1 1, En los secretos de la divina providencia pue- -
de haber modo de rconciUar lo que nuestra capacidad li­
m itada-concibe por-coiitradiccion. -Y; si eo lo que no e s - -
tá difinido por la Igleiia , es lic itO 'á c a ia uno m edi­
tar sus m is:crios x/V, vel /¿V, como* sii iiere ^mny r d e vo ­
ción : y com o advierte P j 1c¿Io tam bijii • pii Je • haber en *
los secretos-de la divina providcnr.ii • m o t.vo s’ para que '
se nos propongan x/V, v e l^ h ^ 'c o n viriedad y del m»--
do que a tia y g a , mas- e l espíritu - d e >los fieles ;en parti-i
cuUr* >
S a b i d a e s l a . d i v i s i ó n s :q u e ‘ h a y - e n l a l g í e s i a ; e n t r e
lo s fieles m a s - s a n t o s y p iü s s o b r e la 'in te lig e n c ia * d e lo s "
c la v o s d e la c r u ¿ d e . C h r i u o n u e s tr o b ie n , s in tie n d o u n o s
q u e - f u e r o n , t r e s , y ■o t r o s ‘ q u a t r o , Y no h a b r á ¿ q u ie n se
a tr e v a - á co n d eíiar n in g u n a de las p ^ r t e í , estan d o pot
la una sam a B iig iJa , y por la o tra sa n ia - C la ra de
M o n tefjlco . El m ism o -P a ie ílo e n el c a p í t u l o 19 , cita­
d o : Utraque- sententia.pia,-& . cathóliea est, Cbristum er^'
,
go V il tfih u s , V il quatuoT 'clavls^ poterit quis ctucÍ af“* *
fixuM. m eiitari , prout >m^gis se affici, aut ad pietatem ma-
g is y
g is accendi pius moverit contempíatof.
Pero para del todo evacuar esta d u d a , vayase el
LC(5tor á las revelaciones de saata Brígida , con el C o ­
m ento de Durando à Santo A n g e lo , donde hallará v a ­
riedad de revela cio n es, juntam ente con opiniones, espe­
cialm ente en el libro 4. capítulo i . nota 6. sobre la
m uerte de San Juan Evangelista. E n el mismo Ubro c a ­
pitulo 13 nota I . sobre el modo de haber librado á
T rajano de las penas del infierno. En el mismo libro, ca ­
pitulo 70 nota 3. sobre si la Virgen santísima padeció
pasmo y deliquio de los sentidos quando vi6 muerto
á C hristo Señor nuestro ; 61 nota 4. sobre si el cuerpo
santísimo de el Señor estuvo del todo desnudo. E n el
mismo libro 4 capítulo 70 nota $. del modo que el C i­
rineo ayudó à llevar la cruz de C hristo nuestro bien.
E n el libro 6. capítulo 31 nota 5. sobre el modo de el
gozo que tienen los demonios en la condenación de las
almas. En^el mismo libro capitu lo 49 nota ú n ic a , &
cap. SS nota i . sobre la revelación de la Concepción.
E n el mismo libro capítulo 67 nota ,2. sobre el n aci­
miento del A ntichristo.
E n el Com pendio de la vid a de la V , M adre Rosa de
Santa M aría , impreso en Roma ano de 166$, se trae
una protestación que hace su a u to r, en conform idad de
los decretos de la santidad de Urbano VU I. de feliz
m em oria, diciendo especialm ente de sus revelaciones, que
s it fides tantum penes auctorem^ com o se ha de entender
en las demas. C on esto queda bien probada nuestra p ro ­
puesta , de que estas revelaciones de la M adre M aría
d e Jesús no pueden parecer de oposicion à la E scritura
sagrada y dogmas de la Iglesia, con que también podré-
mos pasar á la quinta señal que trae Torquemada,
Es-
E sta se considera de parte de la persona^ si es de
•vida aprobada y de virtud conocida.
E sta verdad testifica el a|)lauso universal con que
tcélebran todos ia virtud de esta Sierva de D io s, ro solo
en esta tierra donde la han conocido y cra-tado , sino en
las cortes y provincias mas e s tra ñ a s ,d e donde han con­
currido períonas grandes y de todos estados á com u­
nicarla , y pedir su asistencia con Dios en sus m ayores
.desconsuelos ; saliendo todos de su presencia consolados)
edificados y con alivio en sus tra b a jo s, acudiendo la V e-
'nerable Religiosa con singular caridad igu alm e^ e á oír
■y consolar al mas pobre y des-valido , com o a l sugeto
^ e m ayo r calidad y grandeza.
Pero sin salir de estos e sc rito s, hallarém os prueba
d e la virtud de esta Sierva de D io s , y de lo mucho que
su alma llegó á m erecer de la divina m agnificeneia. L a
Iglesia canta á la R eyn a del 'Cielo aquellas palabras del
‘E clesiástico : Q u i operantur in me^ non peccabunt: qui elu-
cidant me , vitam ¿sternatn bahebunt, E cclesiast, 24. Q ue no
tiene cabida el pecado en quien Dios concedió la gracia
de trabajar en servicio y veneración de la V irgen ; y e l
dilucidar las perfecciones de esta R«yna y Señora, es el
^camino mas cierto para llegar al puerto de la felicidad
eterna. Pues ¿quién ignora la a^stencia co n tin u a , con que
la diehosa alm a de esta religiosa estuvo em pleada de sus
prim eros años en alabanza d e la R eyn a de los ángeles,
trabajando siempre en introducir en los ánimos de los
■fieles tan santa devocion? ¿Quién se ha empleado en mas
íreqüente y Iwcido estudio de liquidar las perfecciones de
l a V ir g e n , especialmente en el prim er instante de su ser?
¿Pues cu qué ju icio christiano y pió podrá caber , que fal*
te
te en esta vid a la g r a c ia , y crt la otra la gloria £ per­
sona tan benem èrita de la V irgen , donde la misma V ir ­
gen la tiene prometida?
A San Ildefonso díxo santa Leocadia : P er t e , //-
depbonse ^ vivit Domina mea» E sta vida que por los m éri­
tos d e l Santo adquirió nuevamente la V irgen ,.no fué otra
que la devocion con que por su predicación y d o c-
Irina com enzó á viv ir en los corazones de los fieles. Pues
si San li^ícfonso fué tan siogular predicador y maestro de
la pureza virginal de la R eyn a del cielo,, esta Venerable
M a d re lo es también de la pureza original de la misma
R eyna y Señora , y de todos los misterios de su vid a. Y
s i por la piedad y doétrina de S. Udefbnsoi, tuvo nueva v i­
d a eti la devocion de los fieles, no dexará de tenerla a q u í,
vien d o en la pluma d e una m uger tan ardiente d evota
s u y a , tan piamente celebrada y probada su Concepción
purísim a. Esto se ha dicho con la proporcion y tempera­
m ento debido y que lo que allí milagrosamente dixo una
Santa á un Santo de tanta excelencia en la Iglesia , aquí
lo discurre nuestra piedad en una Sierva de Dios y de la
V irgen , sin darle mas culto , que e l d e sugeto de
v id a tan aprobada y de tan conocida virtud,
X-a parte de sucesos prodigiosos y milagrosos que
h a obrado Dios p o r ’esta Sierva s u y a , rem ito á la proban­
z a jurídica que se hiciere con autoridad de la Iglesia en
conform idad de las Constituciones Apostólicas , contentán­
dom e con haber referido por m ayor lo q«e es tan no­
to rio de su vida e x e m p la r, y que ha sido generalm ente
aplaudida su virtud. Solo no puede dexar de poner en con­
sideración , teniendo por constante que estos escritos son
s u y o s , que no h a y buscar m as m ilagros que ellos mismos.
De
De ía n to T on iàs d ix o c l P o n tífice , que cada articulo de
sus iobras era un m ilagro, Îxj mismo podemos d ecir de ca ­
da capítulo de la& de esta V enerable M adre. E llas exceden
las fuerzas y capacid ad de m uger criada en su retiro y
sin estudios; con que es preciso h a y a obrado en ellas la
virtud d iv in a , sin que pueda haber sospecha de t e n e ^ a r -
te el ángel malo , por hallarse aquí todas las sraales
d e l poder divino que nos enseña la teología.
N i debe ocasionar duda al mas escru p u lo so , que
la M agestad de D ios y su purísim a madre se com unica­
sen en estos tiem pos tan fam iliarm ente con esta Sierva su­
y a . E s común mentir de los Padres de la Ig le sia , que se
llam a Santa por los santos que contiene en sí y en es­
ta form a entendémos aquellas palabras del Sím bolo de la
ífe: Credo in .unam San&am CatboUccini^ j^postolicam E c -
.clesim u Algunos han querido que esto sea d e fe ; pero
por lo ménos condenan ios teólogos por mas que tom e-
“ Tario, d e c ir , que no h ay este m odo de santidad en la
Ig le s ia , no solo en los infantes bautizados , sino en los
a d u lto s , porque iria contra el común sentir de la misma
Iglesia. Â los apóstoles sus discípulos dice e l d ivin o Maes­
tro:: lam non .dicam m s serves , quia servus n esd t quid
fa c ia t Dominus ejus. V o s autem d ix i amicos ^ quìa omnia^
qu<e .eludivi á P a ire meo ^ nota f e c i vobis , loan. 15. E l
siervo verdadero de D ios pasa á grado mas alto de ami«
g o , sin perder el título de siervo ,y le manifiesta su divina M a ­
gestad sus m ayores secretos, conform e su m ayor santidad
y -union con Dioa. Casiano , P a la d ío , So fro n io , M atafrastes
y otros escriben m uchas revelaciones de los Padres del
Y erm o , y los libros de Surio y Lipom ano están llenos
d e estas revelaciones y locuciones de los sautos ^ escritas
2 1^^.
por otros santos y autores gravísimos*.
M énos puede ponerse en duda , que estos escritosi
sean revelados á la M adre M aría por. set m u g er, y por­
que á: las in jgeres no toca enseñar en la Iglesia, Este-
punto se disputó ante el Pontífice Eugenio I I I . de propó^
sito , ¥n un C o n cilio de T x e v e ris, con o«aslon de las re­
velaciones y doctrina de santa H ildegardis y en presenciai
de los Pontífices G regorio lí. Urbano VI. y Bonifacio IX».
con el exám en de las revelaciones de santa Bj^ígida y de
santa Catalina de Sena., D¿ estas y de otras muchas san*
tas h ay aprobaciones auténticas en la Iglesia.. Á las Sibi­
la s , con ser G entiles , com unicò Dios con luz sobrenatu­
ra l tan altos y soberanos misterios de Christo Señor nues­
tro, ¿Pues por qué no com unicará el mismo Señor esta,
virtud en nuestra le y de gracia á las raugeres chrisiianas,.
santas y p ía s , que por su virtud, singular tienen merecidoi>
tanto con su dignación divina?
L a m ism a R eyn a del c ie lo ,.c o m o maestra soberao
na ensena á esta su, dichosa discípula la M adre Maria¿.
en la tercera parte de sus escritos (num . 620. & 621.)'.
no era conveniente que los escribiera un ángel ni un.
honabre sábio y docto , á cu ya ciencia se pudieran a tri­
b u ir, ó que con ella se equivocára la divina lu z , ó se
conociera ménos. M ayor gloria de Dios e s , que los es­
criba una m u g er, á quien n o.pu ed e ayudar la ciencia nii
la industria propia. E l crédito de esta historia ( dice la.
misma Virgen á la M adre M a r ía ),n o fiepende del ins­
tr u m e n to , sino de la sum a v e rd a d : y en esto nada le-
pudiera añadir el mas supremo seráfin si la escribiera ;;ni
to se la puedes quitar ni disminuir. Con esto quedó sose­
gado el espíritu de esta Sierva de la V irgea áú cuidan
do
do* en que la tenia la grandeza del asunto , reconocién­
dose por la menor y mas irú til criatura.
D e todo lo dicho resuelvo , que deben admitirse
estos escritos por pios y buenos , que contienen dodrina
del c ie lo , sin que pueda ofrecerse duda en contrario^ Si
aqui in bumanis nos presentan una carta con sello real,
y dentro de ella hallamos que no corresponde el estilo,
por ser' hum ilde é indigno de. tanta M agestad , dudamos
prudentemente que no es del R e y ; pero si viendo el se­
llo r e a l, hallam os que dentro contiene un estilo regio y
magestuoso, dirigido al bien pi'iblico y reform ación de co s­
tumbres , no nos queda puerta por donde entre la sospe­
cha de qoe aquella carta pueda ser-de otro qu« del R ey mis­
mo. pues en estos, escritos de la M adre M aría de Jesús h a lla --
mos el sello real de la-magestad de Dios, siendo obra sobre la^ ,
fuerzas humana», y.con eso de la virtud divina. Hallamos ta m -
bien uTia doctrina sólida; m a cb a y* verdadera, ajustada á la le y
^ a n g é lic a ,- alcomocimiento y reverencia de Dios y de su pig­
rísima madre, á seguir la virtud y aborrecer los vicios. Véase
donde pued^ entrar la mas mínima' sospecha d eq u e esta es­
critura no sea de Dio<5. Debemos dar infinitas gracias á la M a -
, gestad d'i vina , y reconocer nuestra d ic h a , por haberse d ig­
nado de manifestárnos en este siglo este tesoro excondido,
que tanto h ad e enriquecer las alm as de los fieles y d evo­
tos de la V irgen, reconociendo también á la misma Virgen el
sin g u la r favor de habernos concedida en nuestro tiempo
las m ayores noticias de su pureza y santUima v id a , por
m edio de esta sierva suya la M adre M aría de Jesús. Y úl­
tim a mente d ig o , que no habiendo h allad o en estos escri­
tos cosa que disuene de - la verdad católica , puede su M a -
ftcstad ea cum plim iento de su re al piedad mandar que
se- dèli á la estampa y salgan á Juz con toda brevedad^
que comunicados á manos de los fieles , logren la di-
c iw que les ofrece el cielo para bien y aprovechamiento
d e sus almas. E sto siento con la debida obediencia y su-
gecipn i la Santa .Iglesia C atólica Romana, madre y m aes-
U a de toda verdad. E n Tarazona á 0 de M a y o de 1667,

M ig u el ^ por la dignación divina^


indigno Obispo 4 s J^arax^na,

A P R O B A C IO N Z )E L A C E L E B E R R IH ^ 4
Universidad de Salamanca,

s. \eñor. E n el Claustro P l ^ o , que se congregó en


U niversidad 4 « S a la m a n ca , en la, form a acostuRibrada, el
dia veinte y uno de Julio de e ^ e atío de mil seiscientos
y noventa y nueye se le y ó la Cedul^ íí.e a l, que V , M a ­
je sta d fué servido despachar y firmar de su R eal mano
^ veinte y nueve de] Agosto de m il seiscientos y noven«
¿a y siete.: y para que mejor conste de su cum plim ien­
t o , la repetirémos á la le tr a , que es com o se sigue,
E L R E Y . Eenerables Rector y Claustro de la U niversi­
dad d e Salam anca, s a b e d , que F ra y Antonio de Jesús,
J£x— Custodio de la Provincia de Burgos, Procurador de 1^
C au sa de la Venerable M^^lre M aría de Jesús de Agreda^
en nombre de la R eligión de San Francisco, nos ha re ­
presentado , que siendo p ú b lic o , que el prim er to m o d e
]a lústoria y vid a de jvíaría saatlsima nuestra Señora, m ^
* tra-
traducido en lengua F r a n c e s a l e ha censurado y conde­
nado la facultad de teología de París con censura indig­
na , en agravio de las excelencias de nuestra Señora y
en perjuicio de la virtud y fam a de santidad de la V e ­
nerable M aría de J esú s, habia dispuesto el Com isario Ge-»
neral F ra y Antonio de Cardona y que los sug^tos mas doc­
tos de estos Reynos escribiesen en defensa de M aría san**
tísima Señora nuestra y de la V en erable M adre M aría
de Jesús ; cuyas defensas se estaban acabando, y deseaba
se calificasen , y aprobasen por algu n as, o por todas lasi
Universidades de estos R e y n o s p a r a que a sï calificadas y
aprobadas se pudiesen presentar en la curia Romana, don.
de únicamente pendía la determinación de esta causa; su­
plicándonos , os las mandaremos rem itir á este fin. Y vis­
to por los de el nuestro Consejo ^ y el decreto de nues­
tra R eal Persona á él r e m i t i d o s e acordó dar esta nues­
tra C éd ula , por la qual os mandamos, que luego que la
r-ecibais os juntéis en vuestro Claustro en la forma acos­
tum brada , veáis y exâmîneis con todo cuidado y aten­
ción las referidas d efen sas, que con esta nuestra C éd u la
se os entregaren- por parte de la Religion d e San Fran»-
ciscó ; y habiéndolas exáminado y reconocido, daréis ttaes-
tra censura en e lla s , para que con su v is t a , se pueda
tom ar la resolución que convenga , d e que me daré de
vos por m uy servido. Fecha en M adrid á diez y nue­
v e dias del mes de Agosto de mil seiscientos y noventa*
y siete años. Y O E L R E Y . Por mandado de el R ey nues­
tro Señor. Don Francisco N icolás de Castro. Y habiéii-
d ola obedecido con el respeto que corresponde á nuesi/a
©t>ligacion , la sagrada Religion de San Francisco exhibió
dos tomos ó partes de el libro im p re so , con título' de
"Palestra M ariana secundó edidía i et longè audla ,
E scrita por su autor el R . P. M . F ra y G abriél de N o -
boa , Leétor de Prim a y Regente de los estudios de su
real convento de esta Ciudad , y Doélor Teólogo de nues­
tro Claustro y Grem io. Y para poder dar la censura qu«
en razón de esta defensa apologética Magestad nos man.
da , despues de algunas conferencias que precediéron sobre
la substancia y modo de entrar en materia tan grave, s.e
tom ó reso lu ción , que los catedráticos de P rim a, así Ju­
bilados com o no Jubilados de toílas facultad es, y el D e ­
cano de la Teología, -que se halla catedrático de vísperas,
viesen y examinasen m uy de espacio con particular cui­
dado y atención dichos libros, que presentaba la Religión.
Seráfica y su A utor en su nombre, y que despues de haber­
los visto y exám inado, hiciesen relación en otro Claustro
d el juicio que habian formado de su contenido ; para que
la Universidad bien informada pudiese tom ar la providep-
c ia mas conforme al servicio de D ios y de V , Real M a­
gestad. Y para .este mismo fin dicha Religión y su A utor
dio á cada uno de Jos Com isarios y D ip u tados para el
exámen dichos libros.; y juntam ente los repartió entre c a ­
si todos los individuos graduados de la facultad de teología,
páÜk que no solo por la relación a g e n a , sino es también
por su propio conocimiento pudiesen V ü t a r despues lo mas
c o n v e n i e n t e , habiendo le id o y ei^áminado p o r sí la materia de

dichos libros. Juntóse este segundo Claustro igualm ente p le ­


n o que el prim ero, á que se reservó la resolución el dia
veinte y cinco de A gosto de este mismo año de mil seiscientos
y noventa y n u e v e , y en él los dichos Com isarios h i­
ciéron relación cada uno de por s) de el juicio que h a-
,biaa formado de dichos Jibros en co m iifl, y de algunos
jpua- ^
¡puntos particulares que contenían ; sobre que se hiciéroa
algunos doftos -reparos, 4 que el A utor procurò respon­
der y satisfacer, ponderando muchas autoridades con gran­
de modestia y resignación en el diélamen de la U n iver­
sid a d , co n clu yen d o , que solo deseaba se resolviese lo que
pareciese que mas podia convenir al servicio de una y
otra M agestad, De esta suerte se hizo capaz todo el Claus­
tro de la materia y dificultad d el a su n to , y a por lo que
cada uHO tenia en ten d id o , y había visto y leído en los
libros ; ya porque muchos individuos graduados, y comu*
nidades religiosas los habían aprobado ; y a por,, la clara
relación y doéto informe que hiciéron dichos D ep u ta-
dos ; ya por las conferencias que ocasionó su discreto
zelo de averiguar y discernir la probabilidad y defen­
sa de las proposiciones , y con tan prem editada y d eli­
berada prevención tal qual convenía para -resolver m a­
teria de tan sagrado peso y gravedad christiana , se
acordó y votó plenamente , que debíam os responder i
V , M agestad , com o lo hacemos con gustoso rendim ien­
to , lo siguiente , que «e registró y vo lvió á ver ea
.otro Claustro , que para este efeélo se juntó y co n gre­
gó h o y dia de la fecha. L o prim ero , que no intenta­
dnos aprobar , ni reprobamos la fo rm a , ó verdad de e l
hecho de las revelaciones que refieren dichos libros ha-
íjer tenido la Venerable M adre M aría de Jesús de A g re­
d a ; porque este punto no se nos co n su lta , ni toca, si­
ilo á la Suprema Cabeza de la Iglesia , á cu yo apostó-
Jico juicio rendimos con profunda veneración el nuestro,
(Conform ándonos con los decretos de la Santidad de L e c a
X , y U rbano V lII. que reservároa la aprobación de se­
mejantes revelaciones á la superior providencia de la S i-
lu
tía apostòlica. L o segianda y p rin c ip a l, hablando- direéla-
m ente sobre lo^ que V .. M agestad nos c o n s u l t a decimos,
que la apología que ha^ escrito en dichos libros - el R*
Padre M aestro F ray G a b r ié l'd e Noboa no contiene c o ­
sa alguna contra nuestra santa y. católica fe, ni contra bue­
nas costumbres-, ni co n tra -la sagrada E s c r i t u r a n i con--
ira dotìrina d e Santos-Padres ni: contra decretos de los •
sagrados Cánones y Concilios ántes-sí hallam os -que es
muy. conforme á. sus. autoridades' y sana teo lo gía, .y . q u e -
defiende concluyentem ente con ma;gisterio-y gravedad d e ­
bida al asunto,-que la materia que-contienen las-propo­
siciones , es seguramente- apta y capaz de poder ser re--
v f l a d a , convenciendo-con gran modestia> y felicidad la '
censura,, y respondiendo á las razones contrarias con fun­
damentos m uy sólidos dogmáticos-, teológicos, escolásti­
cos místicos, y con. tanta copia de oportunas noticias de
autoridades sagradas.-,, y de. uno y - d e otro derecho y aun
de m ed icin a, asi en lo escrito, com o en lo que gravem en­
te confirió, satisfizo y declam ó en - los congresos dé nues­
tros. C la u s tro s, que se le puede aplicar lo que-dixo L a c -
tan fió de la Apología dé Tertuliano : Hanc causam pieni
perornvit. Esta e s . S e ñ o r, la re!?piíesta que nuestra U o i-
versidad resolvió dar á V . Mágestad , y la ponemos en
sus reales manos , para que se sirva d e acordar Itì que
mas convenga , y q«edaíwos rogando á nwestro Señor, que
gtiarde y prospere su real y católica persona para la
tiia í C h r i s t i a n a y segura conservación de la Monarquía. D e
■nue''tro Claustro de la Universidad, de Salamanca à diea.
del mes de Septiem bre d el año de mil seiscientos y no­
venta y nueve. Don Juan M oreno de la C r u z , Réder*.
D c íto r Don Andrés García, d e Sam aniego, Decano y C a ­
te-
tedrático de Prim a de Sagrados Cánones Jubilado. Maes­
tro F ra y Manuel D uque., Decano de la facultad de T eo ­
logía y CatedEático de Vísperas. Por mandado de la Uni­
versidad de Salamanca, .Diego G a r d a de Paredes., Secre­
tario.

CEN SU RA D E :L 4 iN S J G N E U N I V E R S I D A D
de A lcalá,

^ 5 eñcr. Sirvióse V . M agestad p o r su R eal Cédula de


•diez y nueve de Agosto de > e l afio pasado de mil seis­
cientos y noventa y siete , m ardarnos, que juntos en el
Claustro de esta Universidad en la form a acostum brada,
viesemos y exáminasemos xon todo cuidado y atencioa
las defensas gue con dicha R eal Cédula se n o s entrega­
sen p o r parte de la R e l i g i ó n de S a n F r a n c i s c o sobre c i e r ­
tas proposiciones censuradas (según se dice) por la f a c u l t a d
d e teología de la Universidad de París, e n el prim er tom o de
la historia y vida de nuestra Señora, escrita por la V e *
nerable M.:dre María de Jesús de A greda, y que en vien­
do y reconociendo dichas defensas, diesemos nuestra cen­
sura á cerca de e lla s , p a r a que con su vista tom e V,
M agestad la resolución que convenga. V puesto en e x e -
cucion este real órden de V , M a j e s t a d , vim os, y reco­
nocim os , y exám iijam os á cerca de e'ito un defenso­
rio impreso en Salam anca el año p asid o de m il seis-
ciantos y noventa y s ie te , su título : Viscursus Apolo~
getlcus , su A utor el R. P. Fr. J o s e t de F a l c e s , que se
compreh-inde en ciento y se enta y -cin co páginas. V otro
defensorio impreso el mismo año en B u r g o s , su titu lo :‘5'^-
■ 2
g itta tn Sagittarium^ su Autor la Provincia de S. Francisco dfc*
Burgos, en doscientas y ocUenta páginas ; y Qtro impreso en;
G ranada el año pasado de noventa y ocho, su título:
natte Mysth'¿ff C ivita tis Propugnalo su A utor el Doétor:
D on Felipe Becerra , en doscientas y quarenta y seis pá­
ginas, que son los defensorios que hasta ahora se nos ham
entregado p o t parte d e dicha Religión ; los- quales satis-
facen abundantísim am ente todos los reparos que en la C en ­
sura (lla m a d a de la Universidad de París) se oponen, y.
responden à todos con gravedad y entereza , por arre­
glarse á las doctrinas de los San tos, Maestros, místicos, y
Teólogos g ra n d e s , por cu ya enseñanza deben gobernarse-
estos puntos en los didám enes prudentes y p i a d o s o s , que
sobre tales y tan altas materias han de formar los cató­
licos , miéntras nuestra santa madre Iglesia ó el Sumo
pontífice , que es su cabeza visible, no determine cosa en
co m ra rio ; sin que nos parezca se puede añadir á. dichos,
defensorios, nota , ó advertencia que sea necesaria pa-
Ta una adequada y plena satisfacción de quanto los Pa­
risienses (según se supone en el h ech o ) han censurado
en dicho to m o , quedando con las razones eficaces que se
alegan , según en los tres referidos defensorios, todas lás.
proposiciones notadas , totalm ente libres de sospecha, fá L
sedad ó e r r o r , como han sido tenidas en España , con
ia vigilan te censura y desvelo d e el exámen que hizo el
supremo tribunal de la Inquisición; y así le estiman y han
estim ado comunmente las personas mas d oílas y piadosas.
E ste es nuestro sentir , y V . M agestad tom ará en ello
2a resolución que fuere servido. D ios guarde la C atólica
y R eal Persona de V . M a g esta d , para am paro de su Igle-
«Í9 y bien d e estos Reynos, A lc a U y Jüniú veiftte y sie­
te
te de m il seiscientos y noventa y nueve. D o fto r Don Fran­
cisco Salvador Cabezudo, R eftor. Doélor Don Isidoro M o ­
rales y T o rre s , D ecano de Teología. D oélor F ra y B er­
nardo de C a n e s , Catedrático de Prim a de la U niversi­
dad. D oélor Don Tom ás E zquerra , C atedrático de T eo­
logía. D e acuerdo de la Universidad de A lca lá de H ent*
res. Don Estevan de V illam ayor y A tien za , Secretario.
Concuerda esta copia con ¡as censuras y aprobado'*
nes dadas por las Universidades de Salamanca y A lca lá
de Henares á los defensorios presentados en ellas por par*
te de la Religion de San F ra n cisco , sobre los reparos
puestos en la Universidad' de P a rís' á algunas proposiciones:
de la Venerable: M adre M arta- dé Jesús de Agreda^ su^
y as censuras y aprobaciones originales^ d e'd sn d esesa có es^
ta copia , quedan en ei arthivv del Consejo^ lá qual entre-^
go por su mandado y á instancia del Padre F ra y Anto^*.
nio de Jesús ^ V rocurim r' dé la Causa de dicha Venerable
M adre M aria >de Jesús. d% Agreda^ y o Don D iego Guerra
de Noriega , Secretario de su M agestad y de e l Conse^
jo. E n M adrid 4 treinta ■y uno d e OSiubre de mil seis^
cientos y noventa y nueve • años» ■

Den Diego Guerra de Noriega,


A P R O B A C I O N X>E L A M Í S T I C A C I U D A D
de D ios ^ por la Universidad de Lobayna,

revenido está y con razón, sobré las revelaciones nue­


v a s , ( i) lo qual no estando ligada la mano de el Señor,
.no im pide q u e ,la s pueda .hacer ,en eítos .últimos^ tiempos.
Pe-

( i ) ,Por la ïE sçfim ra, ;Pontlfices y Goncilios para no ad­


m itirlas indiscretos, ni rechazarlas temerarios, sino probar­
las : NoHte omni sptritu credere.^ sed probate spirit us si ex
Deo sint. loan. E p ist, i. c, 4. n. i.

. .^.
Omnia auttm probate^ quod,bQnum^est^_ tenete^ yhQS2i\,:cap^
5 ri, 19 20
Cum .h¿ec _ad CbatùUeorum manus -pervenerint^ B . 'Vaiiìì
A postoli sentent.iiipnvcedat', omnia probate^ quod ■bonutn^st^
tenete, Gelasio Papa /n c. San.£l, Rom. dist. 1%.
Inocentio 111. Abb. 4 n c, Cum .ex iniundi, extra de
reti, mandó que ninguno predicase ser embiado ,de ,Dios, .sin
probarlo con la .E -critura ò m ilagro.
E l Concilio Later^nense sub ,l.eo X . Sess. 1 1 . reservó
à la Sil'a Apostolica el exàmen de los que publicaban por
revelación el tiempo determinado de venir el A n te-C h ris-
to y juicio final.
Urbano VIII. .ordenó que ningunas revelaciones-priva­
das^ se publicasen sin facultad de la Silla Apostólica. C6e-
rub. JBulL torn. 4. const, 39. in Urban, V i l i , Después de­
c la r ó , se pndiesen publicar con protesta., de que no tienen
autoridad A postòlica , sino la humana que los motivos le
reconcilian. B jI-
Pero no serán creídas com o dim anadas de D io s , (2) si la
Iglesia no lis propone com o t a le s ; pues ni aun á los San­
tos Evangelios ha querido su M agestad , que les diesemos
esta fe divina sin la proposicion de la Iglesia. (3)
Entretanto p u e s ,-q u e la Iglesia aprueba á n o , las
revelaciones que debaxo del título Mística Ciudad de Dios
fe nos d a n , lo que podemos decir y sentim os, h a b ien d o ’
leido toda la obra', e%x}ue los fiélés pueden téerla sin peligro '
de alterar su fe ,-y sin que padezca la pureza de las cos­
tumbres , p o rq u e 'n o se hallará en. e lía cosa que in d u zc a '
á reláx'acion ni rigor' indiscreto;, ántes* b ie n ’ a i'c o n tra rio ‘
juagamos , que servirá utilísim am ente para recrear y au--
mentar la piedad de los’ fielés , el ■ c u lto d é la V irgen san -'
tísimá y respeto debido á los • sagrados misterios. -
Los fuertes y los - flacos, v los sábios y.‘ los- ignoran- *
tés^-

Baldellus, torn. 2., Ubi 3. «, 2 u -


L ezan a, fow. 4 . consult.- i^num,. 26^ E s arrojo rep ro b ar-'
la s sin cx á m eti, p o r e r peligro de oponerse á lo que Dios
dice. Y así-advierte San Pablo que no se désprecien. »Ípí-
rkum rtoHte extinguere^Prophetias nolíte spernere: omnia-aa-^ '
tem probátey quad honum est^ fe«eí^.^ Thesal. ¿‘. 5. n. 19. 20. •
(i) C o n fe católica divina,
(3) T àcita ó expresa ; p(>rque en los tres primeros si­
glos no sabemos que hubiese decreto expreso á cérca de
los libros de la sagrada Escritura mas que la tradición.
H asta e l ConcHio Landicense año 320, que en el Canon
últinío e x p r e s ó la serie de los libras’ canónicos. Frasen.V/'-J'^',
to/w. 439.
t e s , y finalmente todo e l mundo cogerá copiosos frutos
de la lección de estos libros , porque se halla en ellos lo
mas sublime de la teología , tratado con tan gran fa ci­
lidad y expresado con m odo tan se n c illo , fácil y claro,
que no es necesario mas que com enzar á leerlos con bue­
na in ten eio a , para entrar en grande inteligencia de nues­
tros misterios.
A esta sencillez acompaña gran número de d o ^ ri-
nas y m uy relevantes pruebas , sia que en toda ella se
pueda hallar cosa en contrario. E xp lica mil puntos ó lu ­
gares de la sagrada E'scritura de una manera i¿ u a l'
mente natural y elevada sobre -la imaginación. A cada
paso se encuentran cosas admirables , hasta ahora in­
cógnitas , las quales estaban ocultas debaxo de la le­
t r a , y se hallan en esta obra descubiertas y sacadas á
lu z. (^) En fia , no es otra cosa que un hermoso te x i-
do de palabras y sentencias de la Escritura , ■tan grd -
ciosamente enlazadas , que parece ( aunque tomadas ds
«US diversos libros ) se cortáron propia y expresam en­
te para el uso que de .ellas J^ace la Vefler^ble JVIa-
dre.
Sobre todo , las doi^rinas que la santísim a V ir­
gen

(4) V é la eitpUcacion d e los capítulos m principio


ü t Deus ^ Gen. i . part, i . ». 80.
Dominus posedit me. Prov. 8. .part., i. núm. 53,
Signum tnagnum apatuit in cáelo, Apoc, 12. part.
^úm. 94.
Mulierm fortem. Prov, 31. .part. i. n. 707, y por
«sto$ vendrás en conocimieiito de los 4ema&
gen al f n cíe cada capítulo da , contienen la moraVia
mas pura , instruyen , entretienen y juntamente persuade,
con una dulce violencia al amor de la virtud y aborre­
cim iento del v i c io ; poique los pintan con los colores mas
naturales j vivos. N o solo convencen al entendimiento,
sino contienen unción tan particular , que enciende un sa­
grado fuego en el alma. M editándolas, se gusta cierto sa­
bor extraord inario, que no se encuentra en las letura*
humanas; y quanto mas se leen , mas gusto se halla en
ellas. Finalmente toda la obra contiene alguna cosa d e m o­
do tan particular y atractivo , que comenzándose una vez
á leer apenas se puede dexar. (5)
L a novedad y variedad que en ellas se hallan*
alibian el lector y le recrean sobre lo mas agradable de
e l mundo, instruyéndole y fervorizándole. Y todos vendrán
á persuadirse, que si la vid a interior de Christo Señor
nuestro y la santísima Virgen ^ no fué com o está escrita
T O T O I ir aquí,

(s) E s de fe que la doéirina por inas disim ulada que


v e n g a , se conoce por el fruto ; y C h risto j^S. N . desdé e j

,
principio de su predicación nos dexó esta regla.

,
Attendite à falsis Prophetis qui veniunt ad vos iñ
uestimentís ovlum intrincesus trntem sunt lupi rapazes à ;
íru 6íihus eorum cognoscetis eos, ^Nunquid coUgent de espinis

;
tívas^ ctup de tribulis ficus'^ Sic omnis arbor bona fruUut
bonos facit mala autem arbor malos fru&us facit* Non

,
potest harbor bona malos frudius facete \ hefue arbor mala
bonos fruñus facete, Omnis arbor qucv non facet fruSiun^
bonutn exeidetur ^ S in ignem mittetur\ igituT ex fru^ibu$
€9 rum cognoscetis eos»
aquí , lo pudo ser. Y que fué conveniente que lo fuese
com o la escrib e , puesto que todo lo que en ella se d ice ,,
es digno de la magestad y hum ildad de Christo , y
corresponde á la santidad de la V irgen y dignidad de.
m a d re , no hallándose en toda la obra cosa que no s e a .
digna de uno y otro.
N o obstante todo lo dicho no nos admirarémos, si
tuviere censores criticos^ porque ¿quál es el libro que pue­
da eximirse de la contradicción de las gentes que se ha­
llan h o y ? (6) N o ha querido D io s , que sus sagradas E s­
crituras se hallasen fuera de este atentado en gran parte
de loís sábios d el m un d o.. Toda la filosofía de los Pagá-
nos los tiene puestos en el número de los contrarios
á Christo crucificado , y lo mismo hacen hoy los lib ertin o s..
Con todo confesamos que en esta obra h ay cier­
tos p u n to s, contra los quales se puede formar con aplau­
so alguna d ificultad, y que á nosotros nos la han h e c h o ..
Pero teniendo respéto á ló que hemoS' declarado de la
bondad y utilidad de esta obra , juzgamos, que estos po­
cos lugares no deben impedirnos las alabanzas que le
damos ; y que merece confesemos que nos podemos en­
gañar. (?)
L.Q que nos ha parecido mas razonable es , que

(6) Siempre há habido muchos preciados de sábios, que


lo que no han visto en otras historias y naturálihente no
puede s e r , lo niegan : H i autem quaxumque quidem igno­
rant^ blasphémant : qucecumque autem naturalitér^ tanquam mu*-
ta a n m a li’a , norunt, in his corrumpuntur, lu d a Epist,
(7) O bra tan dilatada de las cosas mas sublimes , no-
pi\€de ménos' de oontener algunas dificultades. Pero ningu­
na induce contra la f e , ni buenas costum bres, . ántes en
•en esta obra todo nos conduce á creer h ay en ella al-
,guna cosa mas que humana ; porque tan buena y subli­
me , no se puede atribuir á crèdula imaginación , siendo
la obra constantemente siempre la misma. (B) Tam poco
puede c r e e r , que obra tan difusa pudo hacerla algún m a­
lévolo , (9) la qual camina siempre á paso igual en las
. materias mas difíciles y recónditas sin contradecirse ja~
mas y descendiendo también freqüentemente á infinitos c a ­
nsos particulares y m uy circunstauciados.
H ay

ftodo conduce. Y en este caso gloria es de nuestra c o ít e -


^dad sugetar el juicio ; considerando lo poco que a lca n za ­
mos y los engaños que hay en las historias humanas. Pues
•fuera de las canónicas, lo mas de unas y otras suele fun-
.darse en -conjeiuras ó en autores dudosos, 'part. 'i.n . 678.
N o es obra esta para hacerse cargo de todas las d i­
ficultades ; satisface á las principales , las demas dice que
lo hagan los dodos , part. 3. n. 327.
(8) Si esta obra tan alta no fuera de D io s, t í o pudiera
•ser tan constante , com o dixo Gam aliel de la predicación
.de los apóstoles. O es D io s , ó no; si, no ella por sí misma
se disolverá , como sucedió con Teodas y su se<íla, y de-s-
pues con Judas. Si es de D io s, n<idie le podrá resistir. A ^ .
■Omnts arbor ,, qua non fa c tt fru6ium bonum^ excidetur,
^Mattb, 7.
(9) O bra tan difusa de m aterias tan recó n d itas, para
•ponerla tan consiguiente , ordenada y acorde á tantos mis­
terios de la f e , E s c r itu ra , trad icio n es, acciones y virtudes
de Christo y su santísima madre ; desengáñese el que lo
•esté, que son necesarias m uchas iateligencias jun tas maí?
^ue humanas.
H a y en esta historia unas cosas m uy relevantes^
d evotísim as, llenas y m uy seguidas para juzgarse obra so­
lo de mero discurso. Finalmente no puede atribuirse al d e­
m onio , porque desde e) principio al fin no inspira ni respira
otra cosa que humildad , paciencia , amor y sufrimiento
d e trabajos. (lo )
Debe pues atribuirse á la Religiosa á quien se a tri­
buye. ¿ Podia pues haberla hecho sin auxilio particul;ir
de lo alto? ( i i ) C o n clu y a m o s, que el bien publico pide
que la M ística Ciudad de Dios salga á luz á vista de
la utilidad que traerá. Este es nuestro sentir, el qual e n ­
teram ente sometemos al supremo juicio de la santa Sede,
á quien pertenece privativam ente juzgar de semejantes
obras. (12) Lobayna á veinte de Julio de mil setecien­
tos y quince.

Herman Damen, VoStor, Vrofesor Ordinario y Regente de


la facultad de Teología^ D eany Canonigo de la Iglesia Colegial
de San Vedrò, Presidente del Collegio de Arras^ Censor de li^
hros^iBc. A n t, Varmentier^Dodior', Profesor Ordinario y Ug­
gente de la facultad de Teologia ^Presidente de el Gran Cole­
gio de los Teólogos , <£?c.

(10 ) Señales que nos dexó Christo quando calumniaban


lU doctrina: E x fructibus eorum cognoscetis eos, M atth. 7.
(1 1 ) Pondere bien desde el principio y m ed io, hasta
e l fin , en qué discurso ni aun pensamiento humano pu­
do caer obra ta l.
(1 2 ) Sobré todo d ig a la exp erien cia com o le v á con ella.
P R O T E S T A C I O N .

iíii observancia de el decreto de nuestro Santísimo Pa­


dre U rb acíj O élavo , de felice recordación , expedido en
la Sagrada Cengregacion de la universal inquibi'cióo de la
Iglesia Romana , en trece de M arzo de mil seiscientos vein­
te y cinco, declarado por su Santidad en cinco de. Ju­
nio , año de mil seiscientos treinta y uno, y confirmado
en cinco de Julio de m il seiscientos treinta y quatro, co ­
mo quien da á l u z , por comision y mandato de m i Prc"
lado G eneral , esta obra de la historia y vida de la V ir ­
gen y m adre de D ios que escribió la M adre Sor M aría
de Jesús , y a d ifu n ta , manifestándosele, según en la mis­
m a obra ie dice , por revelación divina ; protesto , que
e l ser dicha obra así m anifestada por divina lu z , y el
ser divinas las visiones y revelaciones de que se com po"
n c , y las que en ella se refieren, y los favores extraor­
dinarios sobre el órden común que la E scritora dice re­
cibió, ninguna de estas cosas tiene hasta ahora autorida<Í
alguna de la Iglesia Rom ana , sino que el ser tales las
cosas referid as, solo tiene autoridad hunnana, fundada en
hum aaos motivos. Y com o autor de el Prólogo á est^
obra , de la Relación de la vida de la E scrito ra y de
las N otas á esta prim era parte , protesto asimismo, que
todas las visiones , revelaciones , m ilagros y favores ex­
traordinarios sobre el órden común , que declaro, confir­
m o y d e nuevo re fie ro , asi de la E s c r ito r a , com o de
otras personas no canonizadas ni beatificadas, solo tienen
la àiitoridad humana dicha, sin que les asista ninguna de lá
Iglesia Rom ana ; y en e ta conformidad quiero que se
reciban las razones que en el Pròlogo propongo, para per­
suadir que las visiones y revelaciones que componen d i­
cha obra son divin'^r» ; pues todas miran á conciliarles
autoridad humana de que lo son. Y si algunas veces apli­
co los elogios de Santidad ò Beatitud á la Escritora, ó
á otro alguno no canonizado ni beatificado^, protesto
,que no intento caygan sobre ia persona , sino sobre las
costumbres y opinion. Y todo lo sugtto á ia correQcipM
.de U Santa Iglesia C atólica Romana. .

Fray yosef Ximenez Samantegx)*


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V. • ■ i Ä
F e de Erratas de los diez^tomos de esta Obra,
ERRATAS DEL TOM O P R IM E R O .

P
A g . 44. linea 20. son m ortales, lee sgm os m ortales. P ag. 7 1. Un. 5. enca­
minados, lee encaminadas. P ag. 84. lin. la . pensaran, ite pesaran. P . 95.
]. t 6 . que aquel, lee que á aquel. P . 1 1 9 . 1. 8. porque e l, / « p o rq u e solo el.
P a g . 1 5 5 . 1.1 4 . convidados, lee convidarlos. P . »50. lin . a i . sobras, lee som ­
bras. P. 1 7 9 .1 . 5. ha d er,/cf ha de. P . 1 8 9 .1.3 . q u e era d e l , lee q u e era la
d el. P. 225. 1. z j . amas, lee jamas. P . 2 3 5 .1. 26. cite tabernáculo,/«í eítesu
tabernáculo. P . 2 6 4 .1. 17. am or, y reverencia, lee am or, ad oración, y reve­
rencia. P .5 2 9 . 1. I. dexes, lee m dexes. P. 5 5 4 . 1. 2, á v u e ílr o , lee i nueílro.
P a g . J47. lin. 18 . intcniísim o, lee intensísimo.
Erratas d el segundo tom o .
P ag. 1 8 6 .1. 15. releva, lee revela. P a g . 1 9 6 .1. l í . ciñite, tee cíñete.
Erratas del to m o tercero.
P ag. 5 . 1. 1 . d e la s R e lig io sa s,/ íí de las demas. P. 8 6 . 1. 1. alaben , /reía
alaben. P . 8 7 . 1. 11. poseer, lee tener. P . 9 ? . 1. 2 7 . 7 nuevas alab an zas, lee y
alabanzas. P. 1 1 1 . 1. 22. E vangelios, lee E van geliíU s. P . 1 8 6 .1. 5. g a íla b a ,/ «
gallaban. P. 2 1 5 . 1. 27. sentí, lee la sentí. P . 2,2 j . 1. i . n u e ltr o , Ue vu e ítro .
P a g , 2 6 4 .1. 27. tan n u e v o , lee tan nuevo y
Erratas d el to m o quarto.
Pag.* i , 1 .1 6 . tercera, lee certeza. P . 4 0 . 1. 2. zelos, lee recelos. P . 4 1 .1. i *
difundiese, /¿r defendiese. P . 5 1 . 1. 5. dulcísim o ,le e ía [ ic is im o , P . 69. lin. s .
amonefta, lee las amonefta. P . 7 5 . 1. i $ . e n a k a r ,/ í í en el altar. P. l y y . I.4.
y el verb o, lee y que el verb o. P . 160. 1. 18. am ado, lee am ante. P . 1 7 5 . 1.
2 2 .m ayor cu id ad o, lee m ay^ orduday cuidado. P. 1 8 5 .1.9 * no c o m ió el n i­
ñ o , lee no com ió e l niño D ios. P . 2 ^ 0 .1. 2. del m ism o D i o s , lee en e l m is­
m o Diüs. P . 1 5 4 . 1. 2. nueva com ocion , lee u n aco m o cío n . P . 2 j 8 . 1.6 . efec­
tos, le e i f c & o s , P . 2 4 1 , 1. 12. tom aba, le e tom a. P 2 6 4 .1. 7 . descencia, lee
descendía. P. 2 7 7 . lin, ultim a , m e r e z c a , lee m erezcan.
E rratas del to m o q u in to.
P ag. 1 4 ;. lin . 4. ceren orias, lee cerem on ias.P ag. 19^ . 1. 24. ]u , /^;la.
P a g . 5 7 5 .1. 5. a zo n , / « ra z ó n .
Erratas del to m o sexto.
P ag. ^7. lin. 7 . sentenoía, lee sentencia. P. 9 4 . 1. 5. e n tre g a n d o , ¿ íí en ­
tregad o. P. i } 2 . 1. I . andada, /«andaba« P . 1 ^ 7 .1. 6 . inhum a, le e in tin ta i^
n a. P. 20^.1. i^ . se s e r v a r,/ « reservar. P . z ^ 8 .1. 1 9 . d e s r e y e n d o , / « d e s ­
creyendo. P ag. 2 5 1 . lin. 6. eneñada , Ue enseñd.da.
Erratas d el to m o séptimo.
P ag. 1 ^ .1 . 11. atierra, lee aterra P. 4 6 , 1. 10. e , lee el. P . yo. 1. v
á él. p . 9 1 . lin. 9 . as virtu d es, lee las virtu d es. P. 5 2 8 .1. 24. d ex ó , U e d e x o .
■■Erratas d c l to m o oélavo.
P a g .2 7 .li n . 1 6 . e n c e n d ie n d o ,/ « e n c e n d ie n d o . P a g . 49* I . i 9 * “ ®P^®*
v a d a ,/ íí depravada. P . j r . 1. 19. sentisima, lee santísima. P . 5 5 . 1. i s . o b o -
in in a c io n cs ,/ íí abom inaciones. P . 6 2 .I. 15. scniisin>o ,/#« samisimo. P ag.
1 7 5 . lin. i o . s e g r e g a d o , lee segregado. P ag. 2 17 . lin. 26. palom ia, lee
palom a. P ag. 18 2 . lin. 5. la , lee las. P ag. 505. lin. 2 5 . mpia , Ict
impia. P ag. 5 15 . lin. 24. d l , / í t ; d e c l . P ag. 547. 1. 8. c o n i , lee com o,
p . ^ 4 9 .1.16 . R epon d iola , i « R esp o n d id a. P . 575). 1. 5. pasible, lee posible.
Id em 1. !?• p c r c c b ir , lee pcicibir. P. I.7 . fascivado, lee fascinado. P .
592. lin. 20. conform ándose, lee confirm ándose. P .4 0 0 .1. 8. muchasas,/f<
m uchas. P ag. 4 1 5 . 1. 1 1. t o m o , lee con. •
Erratas d e la prim era parte de las Notas.
P a g . 4 . 1. V iium anarum , lee hum anorum . P . 8 . 1. j z . reiciunt, lee reji-
ciunt. *P. i6> 1. 5 5- viscim , viciisim . P. 1 9 .1. 26. in vange, lee in evange­
lio , Idem I. 27. D eu m , lee D u m . P. 1. 14. praecepti, lee praecepit. P .5 1 ,
i . 19. d el fin o tr o , lee d el fin en otro. Idem 1. 1 r . reb ir, lee recibir. P. ^ I.
1 5 . exeso , lee exceso, P ag. 55. lin. 22. d u b id a d , /«dubiedad. P ag.
1 1 4 . lin. 2 . a m p lia s , lee amplius. P ag. n 8 . lin. ^5. non , lee n o.
P . 1 2 7 .1.9 . to d o , lee toda. P . 128. 1. 27. crnfiesa, lee confiesa- P . 1 4 2 .1. 8.
«ndierit, lee audierit. P. 1 8 5 .1. 17. decretsrsele, lee decréiarstle. P . 198.1.^5
h u is ,/ w hujus. P . a o S . l . »7. o lu m ,/ « s o lu n i. P. 264. I- i. l e s c i e n c i a , e s -
ciencia. P . 265. 1 20. ilu ílr , lee ilu íb a r. P , jo^;. 1. 19. C lo fa s , lee Cleofás.
P . J 1 4 . 1.4 $ . T i i b o , / « T r i b u .
Erratas de la segunda parr?.
P a c . í ; 8 . 1. 8. á s u , lee su. P . ^ 5 9 .1. 1 7 . rror, /« erro r. P . ^44. lin. 18 .
im perftíSc, lee in perfed é. P . ^ 5 0 .1, 1 5 . scilet, lee scilicet P. ^57. l . 't t . c x -
p e rim e n d o ,/« cxprim endo. P. 5 6 2 .1. 4 2 .6 !, ¿ fíe n . P. ^ 8 5 .1. 2 1. parecer,
íee padecer. P. 5 8 7 . 1. i originase, lee originese. P. 58». 1. i scien d o, lee
sciendum. P . 5 9 ? .! . i8 . dim im idia , / « dim idia. P. 4^5. 1. 25. a m isis,
omissis. P . 4 5 9 . ¡. 24. fa cicu lo s, lee tasciculos.
Erratas de la tercera parte.
P ag. 4 7 6 .1. 4.praíCcprorum , /íf príeceptorem . P . 476. lin, 10. au i da-
r c t, lee quid daret. P . 4 9 6 . lin. j . rero, lee reparo. P. 5 0 1 .1. 6 .co rp ó re , lee
corporeac. P . 5 0 9 .1. 8. th o lo g u i, lee thasologi P. 522. lin. 50. om n io , lee
om nia. P . 558. í i . á que in ftitu y e , lee al qu e inlUtuye.
Erratas en la relación de la V id a de la V . M .
P ag. 50. lin. 16. ve lec es, /« veloces. Pag. 68 lin. i8. c r u d o s , c r u e ­
les. P . 70 . lin. 16. tod o que lo , lee to d o lo que. P. 9 7 . 1. 14. ehvaciones, le e
elevaciones. P. 1 4 1 . 1- j e x c u t a b a , lee executaba P. 2 1 5 . 1. 4. elvandola,
lee elevándola. P. 2 1 9 . 1. 25. deagrada, lee desagrada. P. 2 5 9 .1. 3 7 aseguo, .
lee aseguro P a g . ^01. lin. 18. f u e , lee fuese.
H e vifto la O b ra de la M ífticaC .iu d ad de D ios , y con eftas erratas
corresponden á las qu e antes de aora eílan impresas. Pam plona 15 de Julio
d e 18 x6.
I r . Marcos C r e sp t, C m e Ü o r fo r e l Consejo»

L a licencia para eíla impresión o bra en el O ficio del Secretario Ibañes.


A LO S DOCTOS QU E Z E T E R E Ít

SSTA mSTORJAy

T O A Y JOSEF X IM E N E 2 S A M A N IE G O ,

^INmQNO SRATLM MENOR,

P R Ó L O G O G A L E A T O.

1 T j vl historia de la vid a de la m adre de D ios, tíd


'Como recogida de los escritos de los santos padres y d o c­
tores católicos con humano estu d io , no como im aginada
en lo s retiros de la contemplación con solo devoto a fec­
to» sino com o recibida por revelación divina en estos ú l­
timos tie m p o s, siendo una muger iliterata el sugeto á
quien se com unicó y el instrumento de escrib irla , sale á
la luz del mundo. ¡ N egocio á todas luces gravísimo! R e­
soluciones d e tanto peso piden la satisfacción á medida de
su gravedad. Por eso se determ inó, que en los umbrales
de la obra se diese á los doítos llena , para que no se
tuviese por imprudente ia resolución. Para h acerlo , pare­
ció preciso declarar m uy d e raiz los m o stivo s, comen­
zando de los principios que h a y p a r a o b r a r prudentemen-
:te en semejantes materias,
Tm , IX , Á. S-
P R O L O G O

S. I.

2 I S Í o hay duda, (*) que fuera de las revelaciones


públicas contenidas en la sagrada E scritura, divinas tra ­
diciones y difiniciones de la Iglesia, en que la fe c a tó -
lica e striv a , h ay revelaciones privadas con que el Se­
ñor ha ilustrado á sus fieles desde la prim itiva Iglesia
hasta el presente siglo. Para la Iglesia christiana tenia
D ios prometida esta gracia por su profeta Joel (ít) sin
lim itación de personas ni de sexós, E t erit post hcec (d i­
xo) ejfundam spíritum meum super omnem carnem ; ^ pro-
phetabunt filij ve stri ^ ^ filia vístrce'. senes vestri som^
nia somniahunt, ^ tuvenes vestri visiones videhunt. Vióse
esta promesa plenísimamente cum plida en la Iglesia p ri­
m itiv a , como consta del libro de los Hechos A postóli­
cos. (^) Numéra el Apóstol (ít) los dones maravillosos^
que en cumplimiento de ese vaticinio repartió el E spí­
ritu santo entre los fieles ; y en ellos pone la discreción dé
espíritus , la interpretación de palabras y la profecía; g ra ­
cias que incluyen revelación divina. L a freqüencia de las
revelaciones particu lares, que en virtud de esas gracias
hubo promiscuamente en los christianos prim itivos, la sig ­
nifica el mismo Apóstol {d) repetidas veces. N o se acabó
esa
.
(*) D ificultad general de la materia presente,
(a) h el. a. v. 28

. ai. . ?II.
l¿f) A6Í0. 3. v . 16. c, n . V, 27. €. 13, V, I.
32 c. v, 9 6
15. » .

.
( í t ) i . ad Corinth. i s . J v. 8 .

. *
(d) i , ad Corintk 14 vsrs. $» & á v, 23 ad 33
esa frequeiMíia con el primer siglo de la Iglesia. San Ire-
néo,-(íí) que í5o red ó en el segundo, por los años del
Señor 185. en el Im perio de Conm odo y padeció m ar­
tirio en la persecacion que movió Severo en el d édm o
año del s u y o , que fué el de 105. de C h risto , (è) refi­
riendo las gradas gratis datas que en su tiempo se e x ­
perimentaban en la Iglesia, como curación de enfermos,
expuliion de demonios , resurrección de muertos pone
entre ellas la presciencia de fu tu ro s, visiones *y revela-
dones proféticas : A H j autem (d ice ) prascieníiam
hahent futurorum , & visiones , S diSíiones prophéticas. V
luego añade la freqüencia que se veia de estas gracias,
diciendo : Non est numerum dicere gratiarum , quas per
universum mundum Ecclesia á Deo accipiens in nomini Chris--
t i desü Crucifixi sub Pontio Pilato per singulos dies in
cpitulationem gentium p erfidi, San Justino, {0) que floreció en
el mismo sig lo , de los d .nes de profecía que en aquel tiem ­
po se veian en los fieles, arguye la traslación de los b e ­
neficios divinos de la sinagoga á l a Iglesia C h r i s t i a n a ; Apud
nos ( dice á los hebréos ) bucusque etiam prophctica extant
dona ; unde ¿5* vos debetis intelligere , qua olim in s.é~
nere vestro fu e r e , in nos esse translata. Plantada la fe
d e Christo , cesó por los siguientes siglos aquella admi*
A 2 ra-

(íi)
S. Iraneus Uh» , a. advers. hcer* .
57 & apudEu-

des,
(¿)
seb, H. g. Hist or. cap.
Euseb. in Cbron. Sandl. Hieron^, de Scrip,

(<:) S . lustin, in Dialog, vfd, Euseb. H, 4.


4 P R Ò L O G O
xable freqüencia de esas g ra cia s, mas. ellas no cesáron».
C o n t in u ir o n s e n o y a en la. multitud, de los fie le s, sino
en algunos de singular sa n tid a d , como n o tò -Teodoreto:
(a) In. hanc eetatem ( d ix o ) boe donum permansiti et est
in sandiis virìs purum , et clarum mentis sensum videndi
habentibus y qui multa de fu tu ris prcenoscunt ., et p r a d i-
cunt. Llenas están las historias eclesiásticas escritas por
la sucesión de los siglos de testimonios de. esta verdad^
{b) E n ellas por autores , dignos de todo crédito,, se ha­
llan referidas tantas vision es, revelaciones y. predicciones
p r o fé tic a s c o m u n ic a d a s por divina luz á particulares
personas, de. conocida santidad de uno y otro sexo , que
se ve llenamente comprobada aquella sentencia del D oc­
tor A n g é lic o , (í?) de que no han faltado en cada_uno de
los tiem pos quien tuviese espíritu d e profecia : N on de-’
fuerunt singulis temporibus propbetice spiritum habentes.
E ntre las señales, de la. verdadera. Iglesia pone. Bocio {d)
esta de las, divinas, visiones y revelaciones privadas ; y
d ice han de durar hasta los, últimos tiempos.. M uchas,
tiene aprobadas la Silla A a p o stó lica , ya en decretos g e -
aerales , {e) ya e a bulas d e canonización, ( / ) ya. eneL
re -

[á) Theodoret. in loeL c, a..


\b) Recolleg, Gravin, in suo L yd . L ap , p . i.. Uh,
$íip, 2 .

(<r) Sandi. Thom. a . 2, q,. 174.. artic, 6 ,


(d) B o zi. de sign,. Eccles. ¡ib, 22. cap. 3. sign, 93.
í ? Hand. Franc. Pic., de Pranot, lib. 2. c. 6,
\e)‘ De consecrat, diSi, 3. cv Nosse vos,
(/)■ Bu^L Canoniz, S , B rìg it, per Boni/,. IX , conf, i
tklarti.
G A L E Á T O . S
rezo eclesiástico, (a) E l D erecho C a n ó n ico , (^) y G en e­
rales Concilios (c) suponen , que las puede haber en es­
tos tiempos. Consta pues de lo hasta aquí referido la su­
cesiva existencia de algunas revelaciones privadas, verda­
deramente d iv in as,, y que no se. lim itó á determ inado
tiem po la comunicación de esta gracia del Espíritu san­
to, de suerte, -que del todo h aya c e sa d o , sino que en es­
te , com o en los pasados siglos , cabe según las leyes
de la d ivin a p ro vid en cia,.q u e eL mismo Espíritu com u­
nique semejantes favores á criaturas de su especial agra­
do dividiéndolas, á cad a, una como, es su santa vo ­
luntad« .
3 Em pero también está fuera de d u d a , que en la su­
cesión misma de esos-siglos hasta el presente ha h a - '
h id o , aun entre los christian os,. profetas falsos' que tu -
viéron . visiones engañosas , publicáron - revelaciones- falsas
y. adivináron.-mentiras. Prevíoonos el Salvador de-este pQ-
lig r o , quando'dixo: {d )‘JÍttendite.á fa ls is pfOphetis,Cons^
ta der las historias eclesiásticas esta sucesiva existencia,
dosde^ para escarmiento se; refiere. Por dos-m edios dicen
falsedades los- hambres , com o ■advirtió-bien Seneca,. (?) ó
p o rq u e'd e intento quieren engañar , ó porque están
g a n a d o s ; . - mentiuntur- [d ic e ] ut decipianf^multi, quict
de^

{ a f Breviar: Ró. passim in f e s t , S S J


{b) ,D ic t: 15. cap, .Sane. q. 1, h fap^\Si
gOi in- cap. Cum ex- in. iun6t. di6í, 9. c. N oli,
(¿•) ConciL L a ten sub Leon,^ X , sess. . 1 1 . Tridentin^ sess^
6. c. 12 . can; 16 . ,
(d) M a t, 7.' v. 15 ,.
(e) í . de ira^ cap», 2^^
6 P R Ó L O G O .
dcccpti sunt. Por uno y otro llegó la falsedad á sacrile«
ga , vendiéndose su engaño por ' verdad divina. Muchos
d« propósito inieniáron engañar fingiendo visiones y re ­
velaciones , que mentían divinas , por el ínteres vano
de la humana estim ación, como advirtió el D odor Se­
ráfico (a) diciendo : M u lti finxerimt tnendacitèr ^ se vidisse
visiones , ne aut haberentur inferiores cceteris , aut p r x
cateris honorarentur , quasi san&iores , quibus secreta
D ei ostendantur» O por o tro s, ò mas inm undos, ó mas
terrenos fin es, com o se ha visto en diversos sucesos, (b)
Otros veadiáron sus ilusiones por divinas lu c e s , porque
fuéron engañados, ó del espíritu d iab ò lico, ó de su pro­
pio espíritu ; com o notó Ricardo Victorino. (<?) Freqüen-
te es ea el demonio engañar los hombres con visiones
y revelaciones va ria s, ocultando el infernal veneno con
apariencia de celestiales lu c e s , según aKjueUo del Após^
tol : ((i) Satañas transfigurat se in aíigelum lucis. Usa
quando se lo permite Dios , de este engaño su m alicia,
6 por emular la D ivinidad hurtando la profecía , como
dixo T ertu lia n o ; {e) M m uiatur Dimnitatem ^ dum fu r a -
tur divinationem ; ó por desautorizar las revelaciones ver­
daderas con la intrusión de las fingidas, confundiendo co a
la verdad la m entira, com o advirtió el Crisòstom o: ( / )
Cum diaholus cum veritate mendapium confundere níteretur^
6

(a) S , Bonavent. de Profedi, R elig, lib, 2. cap. 75.


(b) D e quibus Moderni infrd cit.
(c) K iear, 4 S . V iS l. in Cantic, part. 2, cap, 1 7 ,
(d) 2. ad Corinth. 11. vers. 14.
(e) Tert. de p rescrip t, cap. 40.
{/) S . loa. Chrisos, in 1, ad Corinth, bomih 29.
G A L E A T O . 7
6 por ofender ton asechanza oculta , quando no lo pue^
de hacer con guerra descubierta, com o dixo el Nacian-
ceno : (íí) Ule caligo e s t , ^ lucem ementitury cum
aperto marte nibil proficit ; ó por hacer mas mal cor> la
apariencia del b ie n , com o enseñó S. Bernardo: [b) Transfi­
gurât se malignus Ule spéritus in ángelum lucis , ut vir~
tutis simulatione plus naceat. Tam bién es freqüente ser
engañados los hombres por su propio esp íritu , com o ad­
virtió el Doélor Seráfico : (r) M ulti putantes , se- vi'-
sionem vidisse ^ cum nihil viderm t ^ seducm t se ^ & alios,
Y suele ser este engaño tan ciego que se persuade el
hom bre que el espíritu propio es el Espísitu santo. Hu~-
nianus spiritus interdum se Spiritum SauSium esse simula^^
& m entitur, dixo R icardo : (d) L a causa de este daño,,
en unos es la elación dcl espiritu propio y el demasia­
do Ímpetu con que se lleva de su aprehensión apask>«
nada , con que mueve la im aginativa en tanta vehem en­
cia , que se persuade ve con soberana luz lo que im agina
con terreno afeito. E sto (d ic e el mismo R ica rd o ) (e) le
aconteció á Eliud uno de los amigos de Job: Qui vet^
ha protulit per tumerem sut sp&itus, quee à Sp íritu sano-
to in D ei x e h die.ere se ered id it, cum tatnen á solo pro-
p rij coráis Ímpetu moveretur, Y añade la freqiiencla de
este engaño diciendo : In multis talihus cordis motum^ si-
ve etiam v itij impulsum sequitur homo, ^ tamen á Spiriti*
sanC"

(a) S , Gregor, N a da n, Ora. de Baptism^


(¿) S , Bernard, S er, de utilit, ver, Dom.
(f) S . Bonav. loco citat,
(d) R icar, á S , V iU , in Cantic, cap, part^ 2,
(e) Rica&, Vi^,^ ihid.
3 P R O L O G O
san&o se moveri arbitratur. E n otros suele ser este en­
gaño priacipios de locura , com o acertadamente d ecla­

:
ró San Buenaventura. («) In quibusdam etiam ( d ic e ) j o -

,
Unt hujusmodi visiones esse iprceludiéí insania guia cere-
hro confuso & fumo ipsu^n obnubilante^ etiam.visus ocu-

, ,
Jorum confundHür, ,ut putet sibi aliquid apparere veraci-
t é r quod phantasticum e s t et falsum. D e todos {b) ios
referidos modos de visk>nes ilusorias y revelaciones fal­
sas se han descubierto tantas por la swcesion de los siglos
hasta el presente., que no se puede dudar ,de su suce­
siva existencia.
4 Siendo pues con stan te, que en e s te , com o en los
pasados sig lo s, dentro de la Iglesia católica puede h a ­
ber revelaciones privadas verdaderas que Dios comuni­
que á sus sie rv o s, y también revelaciones falsas ;que
los hombres ó finjan engañosos, ô .vendan engañados^'y
siendo dificultosísimo , como advirtió San Agustín , (í*)
discernir las .unas de las : otras , por vestirse el engaño
d e apariencias de v e rd a d , se hace manifieUa la necesl>
d ad de singular estudio y atención, que tiene ;el ¡varón d o c­
t o , á cuyas manos ;llegan.escritos de este género,., para
obrar á cerca de ,ellos con prudencia y acierto. Porque
se halla entre dos peligros su ju icio , ù de despreciar
com o ilusorias las revelaciones ^verdaderamente ;divina$, ú
de

(íj)
(b)
S , Bonav, Joco citat,
V id , M artin. D elr, ¡ib, 4. disquis, M agic, c, t ,
qucest, 3 . M ayol. coüoq. 3. de, vatic, Grav, L id , iap, part,
I , ¡ib, C, 6. & 7 . Z a rr. Novar* D esc, part, 2. ,dest»

^ (cj
vît*
S . Augustin, áe CeneSyüd Ütt, ¡ib, la.c. .13
de adm itir por divinas las que en la verdad son ilusorias. E»
uno y otro se halla no pequeño inconveniente, á que se podia
en algün modo aplicar aquella sentencia que trae San G eró ­
nimo : {a) S í quis sanctum dicit noti sanctum , et rursus non
san&um asserii sandium^ abominabilis est apud Dcum. Porque
por una parte despreciar las revelaciones que verdadera­
mente son divinas , siendo así que Dios las com unica, no
ociosamente , sino para altísimos fines de gloria suya y
utilidad nuestra, com o enseñó San Pablo : (b) Unicmque
autem datur manifesiatio spíritus ad utilitatem\ seria (fue­
ra de la irreverencia m aterial á la palabra de D ios, que
podia ser fo rm a l, al paso que el desprecio careciese de
m otivo ) frustrarle á D io s , quanto es de nuestra parte,
esos fines è impedir sus misericordias. Y lo mismo se se­
guirla de sepultarlas totalm ente en el olvido aquellos á
quien en algún modo pertenece solicitar su manifestación
por los medios convenientes, com o en semejante ocasion
ponderó gravem ente el M aestro F ra y Luis de Leon, (c*)
Por otra parte , adm itir ó publicar com o divinas las re ­
velaciones que en la verdad son ilu so rias, trae por sí tan
manifiestos d años, que seria ocioso detenerme á ponde**
rarios.

Tom, I X . B S. IL
{a) S . Hieron. F p is. ad Philip. í ? habetur i i . q, 3.
(b) T. ad Conrinth, 12. vers. 7.
(ít) Ludovic* Legion, EpistoJ, defensor, pr^tn. Cper, S^
Teres,
10 P R Ó L O G O

s. n.
S D e uno y otro peligro [*] nos previno el E spí­
ritu santo por dos sagrados apostóles, D:íI primero por S.
P a b lo , {a) que nos ordena no extingamos el espíritu, ni
menospreciemos las p ro fe cía s; Spiritum nolite extinguere:
Prophetias nolite espernere , dixo. D el segundo por Saa
Juan (¿) que nos m a n d a , que no demos á todo espirita
c r é d ito : N olite omni spiritui credere, dice.. Empero^ aun­
que los peligros de que nos previenen el uno y otro após­
tol son diversos; el remedio que nos dan para evitarlos,
es único. Que se prueben los espíritus , que se exáminen
las profecías : Omnia p robate, quod bonum e s t , te m te , en­
señó San Pablo. Probate spíritus , si ex Deo sint^ ordenó
San Juan. ¡ Ó si com o al sagrado Evangelista , que be­
bió en el pecho de Christo sus mas ocultos secretos, nos
ordenó que probásemos si eran de D ios los espíritus , se
hubiera dignado de decirnos, com o se ha de hacer esa
prueba ! Podíamos en la ocasion presente d e c ir , com o lo
dixo en otra Agustino : (ít) ¡ 0 s i sanSius loannes quomodo
nobis d i x i t : N olite omni spiritui credere , sed prcbate spi-
r it u s , si ex Deo s i n t ; dicere dignaretur, quomodo proben^-
tur spíritus^ si ex Deo sin tl Porque vista la necesidad con
la inminencia del p e lig ro , cooociendo el remedio con la
infalibilidad del testimonio de dos santos apóstoles , solo
se
1 1 . , , . i I , ■ . I — ■■ 1_ I ............. I I

Medios generales para la resolución.


(a) A d Thesah 5. vers. 19. 20.
I {y) ÍO'innis 4 . I.
(c) SanSi. Augüst, S e m , 30. de verh A p ost. c\ i .
se podia desear semejante certeza en el modo de su for­
ma ó aplicación, para que por todas partes se asegura­
se el acierto. Previniéronnos los sagrados apóstoles de los
peligros que habia á cerca d e las revelaciones privadas,
mandándonos que ni las creyésem os to d a s , ni todas las
despreciásemos. Enseñáronnos e l m edio de evitar esos pe­
ligros , diciendo, que las probásemos si eran d e D ios , y
tuviésemos las que por esa prueba se hallase verdadera­
mente ser divinas. L a forma con que se han de probar,
no la expresáron. N o dexó empero Dios destituida á su
Iglesia de la luz necesaria para negocio tan grave. Tres
medios proveyó por donde se hiciese esa prueba. Uno
{a) la perpetua asistencia d el E spíritu santo á la Iglesia
católica y á su visible cabeza el Sumo P on tífice, vicario
de Christo y sucesor de San Pedro , cu y a aprobación en
el modo que la h ic ie r e , tiene infalible verdad {b) en vir­
tud de esa asistencia. O tro el don ó gracia especial de
la discreción de espíritus, (e) que en la prim itiva Iglesia
fué frequente, y en estos tiempos suele com unicar el d iv i­
no íispíritu con modos diversos. Tòrcerò la doéirina {d)
tomada de la sagrada E sc ritu ra , escritos de los Padres y
documentos de varones dcélos y piadosos experimentados
en materias de espíritu. Por alguno de estos medios se
Ba de-

(a) Sumi, ex ConcïL Latef, suh Léon X. sess.


ex pri, Raphaël, à Turr. in 2 . 2 , q. 9 3 . ar. 3. disp, 3.
ii.
§.
£ x didiis^

(i*)
{h) V ià . Sm t. de fid. dîsp* g. ..
se&, 8
D, comm. de quo infrà num, 8
(d) De quo emties ira6i. de discret» ver» reveht*
fais.
TCt P R Ó L O G O
debe probár', si es de Dios la revelación , para hacer
juicio de ella. Y si despues de ese exámen se aprobare,
conform e el medio y modo de la aprobación , se le d e­
berá ó podrá dar prudentemente crédito.
6 E l primer m edio es de infalible verdad , pero el
modo de su aprobación es diverso. De dos modos puede
¿probar la Iglesia las revelaciones. Uao declarando y de­
finiendo que son divinas: y de esta forma algunos libros
contenidos hoy en la sagrada Escritura , de cuya infali­
ble autoridad se habia dudado ántes entre varones cató-
líeos , exáminando primero con toda exacción la m'’. teria,
los declaró por Canónicos y verdaderam(.nte divinos, (íí)
y por se rlo , de autoridad infalible. O tro dando especial
licencia para que las revelaciones se publiquen y lean en
la Iglesia , (^) por no contenerse en ellas cosa que se
oponga á las verdades que son de fe católica , ni á doc­
trinas constantes de los P a d res, ni á las bccncs costum ­
bres, ni haber principio declarado por donde se puedan tener
por ilusorias; ántes concurrir algunos p o rd rn d e se pueda
hacer ju icio probable de que son divinas. Ninguna reve­
lación hecha dejpues d tl tiempo de los apóvStcles, ha apro­
bado la Iglesia del prim er m odo. Si j u t d e ó lu hacerlo,
no es de este lugar exám inarlo. En otro (r) refiero lo que
h ay por uno y otro sentir. D e l segundo Hi0d0 aprobó el
Papa

(a) V id , Joan, de la H ay. ProJogom. ad B ib l. M axim , sec


12. per totam.
(b) D e que Card. Turrec. in Vefens. Reve!. Sandi. 5 r/^,
6. & M artin. D eir. l. 4. disquis. M ag. c. i . q. 3. se^,
Not* 5. in I. p .h u i.o p e r , §. 6,
Papa Eugenio tercero (íí) las reveldciones de santa H il-
d e g a r iis , aun viviendo la Santa ; y otros Pontífices las
de santa Brígida, {b) Da este modo de aprobación no tra­
tamos \ porque aun no la ha obtenido la presente
obra.
7 Tiene empero la Iglesia hechos algunos decretos ge­
nerales á ccrca de las revelaciones privr(^as que aun no
han alcanzado su especial aprobación . E l Papa Gelasio (c*)
en el c >ncilio que celibr.) ea R o n ii, hablando de los libros
que adm itia la Iglesia para que con seguridad los p u d ie.
sen leer los fieles , y habiendo mencionado uno en que
se contenían algunas revelaciones nuv’vas , que y a algunos
católicos leian , prescribe el modo que han de tener los
fieles en leer semejantes escritos , diciendo , que quando
llégaren á las manos de los ca tó lico s, preceda la sentencia
del Apóstol, de probar todas las cosas, y tener lo q u e es bue­
no : S ed cum hícc (dice) ad CathoJiccrum n:anus fcrvencrir.U
B ea ti Pau i Apostoli ssntcntia f.rceccdat : Gmúa probate^
quod bonum est tenete. Conform e á este decreto , los libros,
de revelaciones privadas , quanto á la calidad de ser
de esta m ateria, quedlron perm itidos por la Iglesia , pa­
ra que los católicos los pudiesen leer con la prevención de
hacer 1 1 exàmen que ensebó San P a b lo , para tener solo lo
que se averiguase bueno. Y en esta conformidad se fueron
publicando y leyendo muchos que contienen revelaciones
privadas sin e-ípecial aprobación de la Iglesia. E n ade­
lante y con ocasii^n de haber usurpado algunos hombres le“
gos

(a) Baron ad ann. T 148.


{b) Turrecrem, citat. c. \
ic) A h b , en c. Óat.d}, Rom, d h t, 15.
14 P R Ó L O G O
gos el oficio eclesiástico de la predicación pública con pre­
texto de oculta revelación y misión d iv in a , ordenó el Pa­
pa Inocencio tercero , (úi) que ninguno predicase, afirman­
do ser enviado especialm ente por D ios con misión invisible,
sin que primero probase esa misión divina oculta, ó con algún
testim onio especial de la sagrada Escritura , com o mos­
tró la suya el Bautista , ó con algún milagro manifiesto h e ­
cho en testificación de esa aserción , como la probó M o y -
s é s , quando fué enviado de Dios á los hijos de Israél pa*
ra sacarlos d el cautiverio. Después de lo referido , por
haberse experim entado algunos escándalos y turbaciones del
pueblo ch ristian o , m otivados de haber algunas personas
predicado la venida del Ante C hristo, la del juicio final y
de o tros graves m a les, con determinación de tiem po fixo,
com o recibida por revelación divina ; el Concilio L a te ra -
n en se, celebrado por el Papa Leon decim o , (¿f) reservó el
exàmen de las revelaciones ó inspiraciones de este género
á la Silla A postòlica , mandando por excomunión reser­
vada , que ninguno las predicase ó publicase , sin que pre­
cediese el exàmen y aprobación de esa Santa Silla. E m ­
pero , com o los decretos de Inocen cio, y del Lateranen-
se hablan de revelaciones privadas en aquellas determ ina­
das m aterias , á cerca de las de otros géneros se quedó
en su fuerza la permisión y disposición d e l decreto de G e la ­
sio. Entendiéronlo así generalmente los do¿tores católicos,
y en esa conformidad se p u b licáron , (c) ya en chronicas
de

(a) A b h . in c. Cum exiniunSt, extra de Hæretic»


{h) Condì. L ater, sub. Leon, X . ses, 11.
(£■) N otât. Lud, Legion, Epistol, defensor pram. Open S .
Theres.
G A L E A T O . 15
de religiones ; ya en historias especiales de las vidas de
santos y personas que m uiiércn con opinion de santidad
6 de especial virtud ; ya en Ubres particulares de so­
la esta materia , muchas revelaciones particulares con
título de divinas. E n nuestros tiempos el Papa U rba­
no oétavo , ( fl) considerando la m ultitud de escri­
tos que se publicaban de este género , y que de la p e r­
misión de la Silla Apostólica se podia ocasionar, que al­
gunas personas poco doctas y demasiadamente crédulas
diesen á esas revelaciones particulares mas crédito del jus­
t o , pensando ser aprobación de la Sagrada Silla lo que
es desnudamente p erm iso , o rd e n ó , que ningunas visiones
extraordinarias, ò revelaciones de personas que pasáron de
esta vida con opinion de santidad , se publicasen en ade­
lante sin consulta y facultad d e la Silla Apostólica^ M as
dudándose por varones doétos y pios (b) del fin y men­
te del Pontífice en ese decreto ; pues no se persuadían
quisiese se sepultasen [ con la dilación que pide lo exáéio
del exámen apostólico, ó cortos m edios que suele ha­
ber para su execucion ] los favores que suele D ios com u­
nicar á sus especiales a m igo s, para edificación y utilidad
de los fieles ; tuvo por bien su Santidad declarar su de^
creto , (c) de forma , que se pudiesen publicar libros que
refieran esos divinos favores; con ta l que en el principio
6 fin del libro proteste e l que lo saca á l u z , que las.
v l-

{a) ^pud.. Cberuh, in [Buílar^ to* 4 . in U r K V 1U \,


Const, 39.
(b) V id , Zezan^ to, 4.. Cónsul., i . A
(¿■) ^ p u d Baldellum ^ tom, a., lib, 3. disp, 13. ¿ núm*.
ut
i6 P R Ò L O G O
visiones y revelaciones que se refieren en él, ninguna a u ­
toridad tienen de la Silla Apostòlica , sino que el haber^
las Dios comunicado á las personas de quien se dicen, so­
lo tiene la autoridad humana que le concillan los hum a­
nos niotivos que asisten: con que (com o notó B áldelo) (a)
por una parte se consèrvo el antiquísimo uso de la Igle­
sia de publicar estos favores d iv in o s, y se asistió à la
voluntad de Dios que quiere que se sep an , según aque­
llo del Ángel á Tobias : (¿) Bueno es esconder el secreto
del R e y ; pero es honorífico revelar y confesar las obras
de Dios : y por otra prudentísimamente se cauteló , que
no se diese á las relaciones de esos favores mas crédito
que se debe. Con esta protestación , despues de la refe­
rida declaración del decreto de U rb an o , se han publi­
cado muchos libros que contienen visiones , revelaciones y
otros favores divinos, refiriéndolos como recibidos de Dios
por algunas personas de singular virtud. Con todo eso, co-
Tno siempre se quedó en su vigor el decreto de Gelasio
quanto á la prevención del exám en , que ordenó se hicie­
se según la doéirina de San P a b lo , y rem itió ¿ los ca­
tólicos , á cuyas manos llegasen libros de revelaciones nue­
vas ; tengo por m uy conforme á la intención de la Igle­
sia , que quando libros semejantes no han obtenido la apro-
4 )acion de la Apostólica Sede £ fuera de las aprobaciones
ordinarias que se requieren para dar á luz qualquie-
ra libro ] *e haga algún mas especial exámen no s o ­
lo á su edición previo , sino á su elección preám -
bu-

{a) BaláelL loco citat.


(h)' T&k. 1.2. V. 7.
bulo^íj) Por eso proseguimos á in q u irir, com o se puede ó
debe hacer esta prueba por los otros dos medios.
8 E l segundo medio de hacerla , es la gracia de discre­
ción de espíritu.«. Esta es en dos maneras : (è) una para
discernir el que la recibe las cosas de su propio in te­
rior , com o si la visión ó revelación que tiene es de Dios,
6 del demonio ó de su espíritu- propio. O tra para discer--
nir los interiores ágenos , como quién tiene buen espíri­
tu , quién m a lo , qurén es verdadero p ro fe ta , quién fal­
so. D e la discreción en la primera form a tratarém os abaxo
■en su lugar. (í-) En la segunda que pertenece á este, ia
describió así el Chrisòstomo (d) Discretio sp/rltuum stgnifi^
’ Cat cognithnem , qulsnam spirituuUs si£ ^ quis non, quis
p ro p b e ta ^ S 'quis deceptor, 'E.síq conocim iento que Dios
com unica á uno del interior de o tr o , discerniendo entre
el bueno y mal espíritu , en que consiste esta gracia, pae*-
de ser en dos modos. Uno por revelación divina , qu e
ó sea clara de los secretos del corazon ageno , según aque-
-Ho de 5an Pablo »(í) 'QccultA cordis eius munifiesta fiunt\
é sea o b scu ra , pero que Dios la proponga con m otivos
d e credibilidad suficiente-, para certificar al que la re ci­
be de que es d iv in a , y consiguientem ente de la bondad ó ma­
licia del espíritu ageno que por ella le descubre ; otro
S'om, / X -C por

(íí) Const, fa c t, in e d it.R ev sL SanSí. B rfg, Ope,


res. a^iar, .S S .
E¿] E x loa. Francisc. Pie. de p ra n ot. Ub. 9. cap. 6-
Afar. O elr. cit. quast. 3. sec 1.
W M r á à «. 5 4 .
[d\ S . h a . Cbrisos. in i . ad Qoriñth, 2, bom*
,{e) 1. ad Corin* 14, vers. 25.
i 9 ' P R Ó L O G O ^
por instinto del Espíritu santo , que es un género de co -
noci niento que D 'los causa en el aima con influxo especia^
d e l à b o l l a i ó m alicia del espíritu ageno,con tal obscu­
ridad que ni tiene evidencia del objeto , ni certeza de que
el conocimiento sea d^do, por el Espíritu santo ; y por
esp S^.nto Tomás (íí) llam ó á este instinto: Quidam imper-
fecíum in genere prophet,í¿e. Por esta razón aunque este ins­
tinto por ser sobrenatural, en sí infalible, no puede el
que lo tiene certifi.'ar-se pac é l de la verd ad ; si bien por
las experiencias de haberla s;a,Udo fceqüentemente verdade­
ro y otros prin cip io s, pqeJe hacer juicio probal^le co;i-
veniente al gobierno d.e U& almas que com upica. l<a gr?i-
cía de dis^crecion en esta forma la suele Dios çom ijpi-
car à las personas, (A) à quien por xazon de m .oficio o
dignidad incumbe el cuidado de las a l m a s , com o á pre-,
lados, p id res espirituales , ó confesores de personas que co a.
especialidad tratan de espíritu ; y por e lla , junta çon io«
medios de prudencia y doctrina , se hap descubierto mu­
chos engiñ:)s del demonio. A esto qlude San G regorio e l
grande , (ít) quando tratando de com o el demonio en sí y
en sus ministros [p ara engañar mas cauteloso] se viste dp
especie d e santidad ; á aquella pregunta de Dios á Job:(i)
iQ uís revelavlt faciem indumenti eiusÍ Añade : Suhaudis^
tiisi ego , qui servorum meorum mentibus gratiam subtilisi^
míe discretionis inspiro , ut revelata- malitia faciem eius fiu -
dam videant, quam cooperiam Ule sub babitu sanSiitatis
occultata
-------- L ■ .....
(a) Div^Tbom. 2. 1 . qwest. art, 3.
\ ¿ ) loan Franc, Pic. S M ari, D eir, loe, titat.
(r) D iv, Gre, M ag, libr-^ 33. Maral -c, 22*
(d) lo b 41. vers, 4.
9 D e lo- que se ha d ich o de la gracia à e discreción
de espíritus , consta que esie medio mas pertenece al exà*
men personal que se h ace de los efpirituales èn vida, que
Á la prueba real de lo que dexáron escrito , com o re^
cibido por revelación divina ; si bien , el sfab'er lo que se
obró en el primer exámen , conduce mucho ài segundo.
D ifíc il es que se halte prireba per el ríiedio de la discre­
ción de espíritus del piim er gènero. Lo u n o , por lo raro
de esa gracia , l'o otrt) porque afúnque se haHase alguno
que por ella testifiCasé la btìnddtì etcì fespfsitu de otro, pa­
ra qu£ ese testimonio fuese de auíbridad , evá mfenéster qirtJ
él espíritu del testificante éstuviése {>rim^ro calificado dfc
bueno. Por la discfécion de espiritad dél s€*gundo género
se puede tomar alguna prueba ; pórq'tte aunqüe ese don
sea oculto aun á la nfiisrtia persona qué lo tiene , si se
hallasé que el espíritu de alguna criatura de nòtoria fatna
de sahtidad hubicíe sido aprobado en la sucesioii conti­
nua d€ muchos años hasta su muerte por concorde juicio
de preladbs , cóhfésores y otros varones doAos y espiritua­
les que lo exám ináron; se tom aría dé ai no píqifdña prué-
ba de la bondad de ésé espíritu ; pbrquft atenta la pro­
videncia de Dios con sus fieles , y qúe suele comunicfft
aquel instinto á los que incumbe ptír oficio 6 dignidad el
cuidado de las a lm a s , es d ifícil persuadirnos, que si el es­
píritu fuese malo , lio hubiese entre tin to s comunicado á
alguno aquel in stin to , pórqlie no padeciesen sus fieles tan
dilatado engaño , sin haber alguna luz que á lo ménos los
hiciese dudar. Razón tom ada de San B ern ard o, (a) que
hablando del racdo de discernir la subidurla interior, dixoí
C 2

(«) D ív , B etnar. de útil, z ír . D e i ^Ser, 24.


20 P R Ó L O G O . .
Tune demum áD eo.noveris, tsse ^ si pcte?fíea-sit ^ si Vrcclati
tu\ , atque sptritualium approbatur indicio, quoniam non f a -
ciet D eus verbum. , quod non reveJaverit servís suis*
10 Redúcese pues la prueba derecha d in m ed iata, que.
según el decreto de G elasio debe preceder en los libros quci
contienen revelaciones particulares nuevas , .i la que se ha­
ce por e l tercer m ed io , que es el de la doítrina.(íí) Em-?
pero , com o en ese decreto se com ete el exáoíen á aque­
llos. católicos á cuyas manos llegaren libros de semejante
m a te ria , y esto se puede entender de aquellos á.cuyas ma-?-
nos llegáren ántes de publicarse , y de aquellos á cu ya s,
manos llegaren despues de publicad os, parece que c o n fo r t
me á* él , se requieren dos exámenes ó p ru ebas; una que;
preceda 4 la publicación de la o b r a ; otra que sea previa,
á. su lección. A§i se ha practicado por muchos siglos has-^
ta el presente , {b) precediendo á la publicación de seme­
jantes libros repetidos exámenes y consultas de varones d o c *
tos, y premitiendo á su lección prólogos eruditos , por.
donde los leéiores se in stru y a n , para formar re d o juicio,
en m ateria tan grave. Descendiendo de estas generalidaT-
des á nuestro caso in d iv id u a l, refcrirém os primero el exá*?
men que' ha precedido á la edición de esta obra , p a ra
que se vea lo prudente de la resolución de sacarla á luz*
y despues juntarémos las doéirinas conducentes al re d o
juicio de estas m a te ria s, para que fácilm ente lo pueda^
form ar e l leétor do¿^o en la presente.
S. III.

(a) D e quo vid, M artin.. D elr. q. 3. cita t, seSi. i , .


ib) y id, loan, B ap,L arrea 2, p ar, decis. Granatin, deas^.
ult, nuin,^’2Q,
S. Ilí.

II H a l l á n d o s e (*)pues la Religion de San Francisco


con los presentes libros de la historia de la madre de DÍos^
que afirmando la recibió por revelación d iv in a , escribió
la Venerable M adre M aría de Jesús , Religiosa del O r-'
den de la Inmaculada Concepción de la Virgen en el C o n ­
vento de Descalzas de la V illa de A gred a , donde vivió y.
murió debaxo de la obediencia de los Frayles Menores coa
ilustre fama de. santid.ad , extendida no solo por estos reynos
de España , sino también ppr otros muy distantes; no se pue­
de dudar fué m uy de la obligación de su Prelado Gene»
ra l aplicar á negqcio de tanto peso toda la atención que
su gravedad pedia. Así lo hizo el Reverendísim o Padr«
F ray Alonso Salizanes, M inistro G eneral de toda la Ór-»-
deo d& San Francisco, , que com o por feliz suerte se h a ­
lló á esta sazón ton .su g o b ie rn o , se halló también ( hq
sin especial providencia divina , (íz) - manifestada en lo ino^
pinado y im portante del suceso) asistiendo á la Sierva de
Dios en su últim a enferm edad y dichosa m uerte. En es­
ta ocasion tocó en parte el G eneral la adm irable virtud
de esta su súbdita , que ántes habia llegado á sus» oidos por
fama : experimento la devota conmocion de los pueblos en
'Veneración d e .s u santidad , ta n 'fe rvo ro sa , que le fue pre-
«iso a p licar todos los medios que le di¿ló su prudencia,
pa*

('*) Exáfrienes que han precedido á ’ lá ediccion de


tsta o b ra .
(a) R efert ipse Gener, in aprobé S facult, ifnpr.
22 P R O L O G O
p ira que no pasase U devocion à culto» y recogió los pa­
peles que obligada de la obediencia dexaba escritos ; y
entre ellos atendió con mas cuidado , como la m ateria lo
p e d ia , á los libros de esta historia. En orden à éstos obró
q u in to por las doctrinas generales a rrib i referidas consta
se debe obrar con semej intes escritos. Habiendo hecho, ya
por la lección propia de la historia , y i por informes de
varones d e todo crédito , alto concepto de la doctrina y
revelaciones que co n tien e; no fió de é l , sino que considé-
rando p ru d e n te , que ni está abreviada la mano delSeiíor
para no conceder en estos tiempos semejantes fa v o re s , ni
extinguida la m alicia humana , ó sosegada la astucia del
demonio para no obrar ahora sus engeños, recurrió para
huir de uno y otro peligro, ó de despreciar lo d ivin o, ó de
adm itir lo ilusorio, á l remedio do la prueba proveído en
ía sagrada Escritura aplicándole por los tres medios re­
feridos en quanto le faé posible.
12 O rdenó lo p r in e r o , que por parte de la Religión
se suplicase al Ilustrísimo Señor O bispo de Tarazona , en
cuya Diócesi está la V illa de A greda , hiciese las infor­
maciones d e la fam a de sa n tid a d , vida y virtudes de es­
ta Sierva de D io s , que por ofició y constituciones apostó­
licas les están á los Obispos Diocesanos co m e tid a s, (a) y
que en ellas se compulsasen los libros de esta historia, p a ­
ra que yen d o por este cam ino , que es el regular confor­
me á los sagrados C á n o n e s, {b) estas revelaciones à la al­
te-

(a) D e quo late F e lix Conterai, de Canoniz. SanSt, c» 4,


^ 25,
(b) E x Later, citat. sess. i r. Trid.sess. 25. de invoc, SanGt,
addi. D ecret, Urb. V l l l , apud Cher. tom. cons. 39. §. 2
teza de la Silla Apostòlica y á su e xám en , de la em i­
nencia de ese supremo tribunal en la tierra nos viniese la
segura resolución de si se habian de desecliar ó admitir*
A sí se executó, y están hoy estos escritos compulsados en e l
proceso sum ario, que llam an, Fumus S a n d íita tis, que tie­
ne ya el Señor Obispo concluido para rem itirlo á la Si­
lla Apostólica. Em pero com o la expedición de estos ne­
gocios en esa Sagrada Silla es p reciso sea d ilatad a por la
singular m adurez (a) y exáccion con que procede e n ‘ s e ­
mejantes m a teria s; considerando el G en eral la utilidad,
g ra n d e , que de la lección de estos libros se podia seguir
en el pueblo ch ristia n o , com o se ha experim entado con
la lección de otros de semejante género , y com o d e la
de estos se Ía prometían varones dodtos y pios ; y a d -
v irtie n d o , que porque no se dilatase el apro-vechamíento*
espiritual que de semejantes e s c r i t o s podi^n percibir los fíe ­
les , la Santidad de U rbano octavo habia d ad o permiso*'
para que pudiesen darse á l u z , con la protestación arriba
re fe rid a , (¿'). determinó usar d e esta facultad , si por los-
otros exámenes se hallasen estas revelaciones con las c a li­
dades necesarias » para que sin peligro y con edifícacioni
de lo s'fieles se pudiesen publicar.
13 Habi4 precedido en vid a de la S ierv a d e D ios el
exámen d e su espíritu , que regularm ente se puede h a cer
por el segundo de los medios referidos. E n mas d e quaren­
ta y seis anos que tuvo en la religión d e vid a espiritual
con cosas- extraord inarias y opinion de singular virtud,,
ha-

(íi) D e qua e x p fc fi L u c- Qüiteltn.y. lih.* de dilat. Cano*


nix, Sandi,
(fi) Spur, mm, 7.
24 P R Ó L O G O
habiendo tenido siempre confesores doctos y exp erim en ta­
dos, que con especial estudio y deseo del acierto asistían
á su gobierno, y entre .ellos el con veneración recolendo
P. Fr. Francisco Andrés de la T o r r e , Le¿lor Jubilado,
C a l i f i c a d o r del Tribunal Supremo de la Inquisición de E spa­

ña , Provincial tres veces de la Provincia de Burgos^


y pifin idor G eneral de la O rden., varón llenam ente d o c ­
to ., prudentemente p í o , y verdaderamente religioso , que
la ..gobernó por m is de veinte a ñ o s, hasta el del Señor
de .16 4 7 , en que con muestras de grande y constante
v irtu d , descansó en p a z en el Convento ,de -San Julián
de A greda de Religiosos Recoletos de la misma P ro yin -
cia : ninguno de ellos dudó de la b o n d a d , ni verdad del
espíritu de esta criat.ura ; ántes todos hiciéron fixament€
altísimo concepto de é l, como lo manifestáron en las oca­
siones que fué preciso declararlo. E l mismo concepto h i-
cúéron constantemente los Prelados^, no solo los P ro ­
vinciales , que com o á quien mas de cerca tocaba es­
ta obl\g^cion, ex,ámináron estas materias con mas fre -
q.iiente cu id a d o , sino los G enerales , ^ u e sabiendo la fa ­
ma de santidad con que era celebrada esta s.u súbdita , tu ­
vieron por negocio público de la Religión el exáéto exá­
lte n de su espíritn. E ntre ellos los que con mas espe­
cialidad atendieron á este cuid ad o, fuéron el R everendísi­
mo Padre F ray Bernardino de Sena , M inistro G eneral de
toda U Ó r d e n , despues Obispo de V is e o ; el R everend í­
simo Padre F ray Juan de Ñapóles , también M inistro G e ­
n e r a l; el Reverendísim o Padre f r a y Juan de P a lm a , C o ­
m isario G en eral de esta fam ilia , Confesor de la Señora
R e yn a D oña Isabel d eB o rb ó n de buena memoria ; y e l R e -
yerendisim o P. Fr. Pedro M a n e ro , Mimstxo G e o e ra l,d e s­
que*
o A Id E A T 0 «
pués Obispo de Tarazona, M uchos Príndpes de la Igle­
sia qu e la eom unicáron personal y intim am ente, la vé- •
neráron com o á persona que Üorecia en santidad. E ntre
ellos fué singular en la devocion que la tu v o , el E m i­
nentísimo Señor Cesar M o n ti, N uncio Apostólico en e s­
to s reynos de E sp a ñ a , despues C ardenal Arzobispo de
M ilán. Y n o .fu é menor la piedad con que le fué d eveto
■el que ahora con singular dolor acabam os de perder Su­
m o Pontífice Clem ente IX. siendo en estos reynos Nuncio^
la q u a l, n i olvidó la ausencia , ni entibió la púrpura^
de que puedo yo testificar por lo que le oí en Rom a e?
año d e 1654. fu é r o n m uchos los religiosos d e diversas
religiones letra d o s-y espirituales., que 6 movidos de la
'fam a de su san tid a d ,© con otras o casio n es, llegáron á
^comunicarla , .y habiéndolo h e ch o , calificáron su espíritu,
quedándole perpetuamente devotos. E n tre ellos es de m u -
<áia autoridad él testim onio-, que dió el Reverendísim o
■P. M . F r. Juan d e Santo T o m a , d e que adelante d ire.
(íi) Cosa es de singular ad m iración ., que en m ateria tan
-sugeta á variedad de pareceres., ningún hombre de letras,
^ espíritu de quantos com unicáron á esta Sierva de D ios,
■pusiese en duda la bondad de su espíritu. E l Santo T r i-
fbunal d e !a ^Inquisición envió á exám inada sus m inistros: el
-exim en se h iz o ; ningún efed o adverso se vió ; propicios
•resultáron algunos.; creció la devocion á la Venerable M a -
-d re ; dilatóse-la fama d e su sa n tid a d ; roboróse'la .opinioa
<de-su adm irable virtud.
14 T a m b ié n h a b ia p reced id o «n v id a de la V e n e r a ­
b le tYíadre el exám en y ap ro b ació n d e esta h i^ o ria p(^
3 'otu* IX » D teó~

( t f ) In fr á , n t^ , p a ,

íife
■26 P R O L O G O
teólogos graves en doéìrma y espíritu. Sucedió en esta fo r­
m a : E l Señor R e y Filipo Q uarto ( d e gloriosa memoria)
habiendo visto y comunicado á esta Sierva de Dios en
los tránsitos que hizo para Zaragoza por A greda , le que­
dó pilsimamente devoto. Y teniendo noticia de que habia
escrito por divina luz la Historia de la M adre de Dios,
solicitó con vivas ansias, movido de su ardentísima d e ­
vocion á la santísima V irgen , se le diese un traslado de
la Historia. N o pudiéron los prelados y confesor negarse
à tan soberano im p e rio , con que fué preciso el ’dárselo.
L e y ó la Historia el piísimo y catolich im o Monarca ; y
si com o piadoso quedó afeito á la doctrina , como c a tó ­
lico quiso que seexám inase , ó para su seguridad en guar­
dar el escrito , S para saber si podía comunicarlo. C o ­
m etió el exácnen á las personas mas de su satisfacción
en doctrina y virtud que tenia su C orte ; y todas con
adm iración la aprobáron.'T engo en mi poder una carta
original del Reverendísim o Padre F ra y Juan de Ñapóles,
M inistro General de la O rd en , escrita de M id rid á la
Venerable Madre en 12 de Septiembre de 164« , donde dá
testimonio de este exámen y aprobación con esta claúsu-
la : A q u í se han visto los libros por orden de su M a g es­
ta d poT personas muy graves de fu era y de nuestra Kelt-^
gion\y no se ha hallado {á D ios g r a c ia s ) cosa , por p e ­
queña que s e a , que quitar. T así hemos de asistir à su
divina g ra c ia , que continúe las mercedes à gloria suya
de su Madre santísima. Tengo también en mi poder o ri­
ginal la respuesta - que dió á su Magestad católica el R e ­
verendísimo Padre F ra y Juan de l^alma , Com isario G e ­
neral de esta F a m ilia , uno de los teólogos , á quien c o ­
m etió el exàmen de esta obra , c u y a tenor de aprobación
g r a *
gravísim a pondré abaxo en com petente lugar, {a)
15 Informado el presente G en eral por personas de en­
tera satisfacción de la verdad de las cosas referidas, pa­
só á hacer de nuevo, el exámen inm ediato de esta H is­
toria por el medio de la doctrina. Instituyó para este fin
una junta (¿) de sugetos de diversas provincias de los ^ a s
g ra v e s , doélos y exercitados en e l gobierno y dirección
de almas que tenia esta familia. E n ella , presidiendo y
asistiendo siempre su Reverendísim a > se fué exám inan­
do la obra con la exáccion que pedia la gravedad de la
m ateria , sin dexar pasar sentencia , ni aun palabra que
pareciese digna de reparo , que r¡o se probase con
atención especial. C oncluyd o el exámen , pareció á to ­
dos la obra verdaderamente d iv in a , y fuéron^ ‘Unáníme's
de parecer que seria m u y d el servicio de D io s , glo ­
ria de su M adre y utilidad de los fieles, se diese luego á
lu z en la form a que los decretos apostólicos disponen.
Los sugetos de que se compuso esta ju n ta, sus calidades y
forma en que aprobáron la H istoria , se halla todo refe­
rido en la patente que despachó, su Reverendísim a , para
que se hiciese la im presión, que vá puesta al principio
de este tomo.
16 N o se contentó el G eneral con e l exámen referi­
do , sino que considerando, quanto se debe atender en
cosas de este género al parecer de los Señores Obispos,
(í?)en cu yas Diócesis viviéron y muriéron las personas que
recibieron revelaciones semejantes; pues juntándose en ellos
D2 con

(íj") Infrá, Ww 98,


(¿) D e qu^ in approb. £? facuU Gener, prafilff* Oper,
^ (c) Episccp»- Ccuius Dei» c. Oves, 6. quccst* i .
a8 P R O L O G O
con la dottrina magistral la superioridad tan s a g ra d a , se-
puede esperar les asistirá Dios con especiales luces en
m aterias de tanta im portancia pertenecientes á ovejas
p ro p ia s; determ iné e l recurrir á esta prueba. H alló en .
e l Ilustrísimo y E xcelentísim o Señor D on M iguel E scartin ,.
O bispo de T a ra z o n a , del Consejo de Estado de la M ages­
tad católica y en relevante grado« todas las calidades que*
para c;onformarse seguramente con su juicio podía d e se a r,.
í^orque fuera de su eminente doéirina en todo género de-
teología sa g ra d a , venerada ántes en la Universidad de
H uesca , cuyas catédra« regentó por muchos años , y
siem pre célebre en el R eyn o de A ragón ^ concurren ea»
su E xcelen cia ( no puede ser lisonja la verdad notoria quan­
do es preciso d e c ir la ) severidad de juicio con prudencia*,
v ive za con m a d u re z, piedad con discreción , lección con^
experiencia y m agisterio de perfección con exercicio. A.
esté Principe pues ,q u e fué Pastor Diocesano d é la Vene­
rable M adre , y com o t a l , estaba haciendo las inform a­
ciones referidas de su vida. » consultó el G eneral sobre la»,
doctrina dte sus escritos. N o habia leido à la sozon cV
Obispo sino la prim era' parte de la H istoria : Y asi de*
sola ella le escribió su parecer de grave aprobación alen ­
tán d o le á que sacase á lu z la obra , si correspondiesea
las otras partes á la que habia leído. E m pero deseando e l
G eneral tener parecer de tanta autoridad, no en parte, si­
no en todo ; no en carta misiva , sino en instrumento pú­
b lico r solicitó con los Señores del R eal Consejo de A rá f
gon , que la censura previa al privilegio de impresión pat*
ra aquella co ron a, se remitiese al Diocesano d é la Sierva»
de D i o s , c u y o juicio- en materias de este género h a cia
tanto peso. Asíj se h iz o , y el Señor O bispo , sabiendo e l
fin
G A t E A T o. ®9
fin de rem itirle la censura d e esta H istoria , determ inó'
exám inarla con singular diUgencia. Señaló horas y lugar
en sus palacios episcopales, para que con asistencia (a) de
algunos prebendados de aquella santa Iglesia , doélos y
p io s , se fuese leyendo y advirtiendo toda su do(9;rina, sin
perdonar ninguna cláusala. C on la gravedad de este con­
curso se hizo el exám en, y se concluyó , alabando todos
a l Señor , de que fuese tan a d m ira b k en sus obras. Si­
guióse á él el dar el S e ñ o r O bispo la aprobación g ra ­
vísim a que queda arriba puesta.
17 Estas son las pruebas que precediéron á la reso­
lución dé publicar esta Historia , com o recibídá por r e ­
velación d iv in a , que sin duda la muestran prudente. Pa­
r a que^= SU" lección tuviese fácil el necesario exám en se o r­
denó íjue se prem itiese á la H istoria un Prólogo en que
s e propusiesen los principios y noticias necesarias, para
hacer recto juicio de la obra en com ún ; y qu e se hiciesen
juntam ente anotaciones á los- lugares en que se podia-
h acer algún reparo , para que no hubiese em barazo ea^
lo parti:cular>-
S; IV .

18 A mí , ( * ) hombre llanam ente inferior á ló q u e '


pide la gravedad d el empeño , com etió el R éverendisi-
mo Padre G eneral esta p ro v id e n c ia , junto con la presi­
d e n c ia á la impresión. Com o el valor de la obedieacia^
rin -

(íi) Conform, ad disp. T rident í? D écr: U rb , V I I T -


loc.-citat,
(* )E n o r d io - y. p artició n d e l e x á a isn d o c tr in a l.
^30 ‘^ P R Ó L O G O ,
rindiá la voluntad á que abrazase lo arduo del precep­
to , y cautivó el entendimiento á que venciese el juicio de
la propia ineptitud ; también alentó el corazón á que em*
prehendiese la obra en confianza del auxilio d iviao, vin­
culado á esa virtud. O brando pues en e lla , juntaré aquí
los principios por donde se debe formar el juicio pru­
dente á cerca de la Historia ; ó á lo ménos los que de<
be atender él que lo hubiere de formar. Es preciso, qué
así en esos principios com o en su aplicación, y mas en
la relación de la vid a de la Venerable M a d re , parte p r i ü
cipal de este Prólogo aunque se pone despues de él, *e
incluyan muchos loores d e la E scritora , que tomó el Se­
ñor por instrumento de esta m aravilla de su mano: y de
aquí tam bién podia parecer yo ménos apto {Ära este em­
pleo por la particular cercanía que suele hacer sospecho­
sa la alabanza. Fué la Venerable M adre M aría de Jesus
h ija , no solo de mí R elig ió n , sino de mi P rovin cia; hi­
ja espiritual desde su niñez de aquellos venerables pa**
d res, que debo reconocer por p ro p io s; criada coa su es­
píritu , alimentada con su doétrina, gobernada por su di­
rección. Y siendo por tantos títulos hermana m ia, y su*
cosas tan propias , no parece segura en rai pluma su ala­
banza. Em pero quando la intención es re¿la y la execu-
cion conveaiente , no se debe em barazar por el temor
de los juicios á que se suele precipitar tem eraria la ma­
licia. H ablaré á los bien intencionados usando de las sen­
tencias , con que preocupó el Nacianceno (a) semejante
objeccion orando en alabanza de Gorgoaia hermana
suya. So-

(a) D iv . Greg,. N azian, O rat. fu m h , in laúd, sor, sua


Gorgon, i i .
19 Sororem laudans ( digo con palabras de G regorio el
T eòlogo) domestica pr¿sdicaho : non támen quia domestica^
ideó falso ; sed quia vera , ideó laudabilitér. Siendo p re- ■
ciso el alabar á mi thermana , tannbien lo es el celebrai
cosas tan propias com o de casa. Harélo con desnuda ver,-
dad , no inclinado por la pasión de domésticas á la cxá-
geracion, sino obligado por la razón de verd ad eras á la
alabanza. í^era autem ,nen modo quìa ju sta , sed quia no­
ta* Testigos serán de su verdad , no solo lo ajustado de la
narración á los testimonios que descubrirá el tiem po, si-
Ho la notoriedad que está viva en m uchas partes : Neí>
veró ad gratiam , etiam si cupiamus , h qui conceditur: quíp-
p é cum auditor tanquam peritus quidam arbiter inter ora--
tionem , ^ veritatem stet , ut imm eritas laudes improbans^
ita meritas effiagitans, si probus equus Wí, Aunque qui­
siese la pasión hablar á su fa v o r, la detendría el rubor
de haber de ser la falsedad conocida *, pues estando tan
fresca la noticia de las cosas en la memoria é instru­
mentos de su p ru e b a , es preciso h a y a de llegar lo q u e
escribiere á manos de leétores , que sean árbitros p e ­
ritos entre la narración y la verdad ; d e c u y a equidad
me debo p ersu ad ir, que quanto desean las alabanzas ju s­
tas que conduzcan a l crédito de la o b r a , tanto re p ro ­
barían las que fuesen por exágeracion engañosas -.Q uocir-
ca non hoc vereor, «í ultra v erita tis metas prosiieam', sed
illud contra, ne i n veritatem subsistam , ac proeul áret
f r a

disnitate r e m o t u s .laudatione mea gloriam ipsius in.mmuam.


N o temo pues pasar los lím ites de la verd ad p o rexceso;
sino al contrario no lle g a r á ig u a la rla f c r cortedad, dis-
ipinuyendo la gloria que debia c e le b r a r , por la infe­
rioridad de mis palabras,'á la dignidad de la m ateria. Pro-
ia-
34 P R Ó L O G O
indi nec quidquid alienum e s t , laudetur »s í intqitum s i t : níc
quidquid proprium , ^ domésticum e s t , contemnatur , si bo»
nestum , iximium. Siendo esto pues así, coitio no se ­
ria razón alabar lo agen o , si es o ía lo ; tam poco lo s e r i
sepultar en el silencio lo propio y doméstico, si junto coa
ser honesto., es exim io. N e alioqui, illi lucrum sit úlie-
mum esse <S? buic propinquitas detrimento cedat, Desdic.ha
seria ser propio , si siendo digno de alabanza , solo pot
«sa causa hubiesen de .enmudecer los que con mas .ver*
dad lo pueden celebrar , por ^ener mas individuales»<;er-
canas y ciertas las noticias de su excelencia. No h ay d^«
d a j, que muchos buenos se holgaran j i e ser informa­
dos con verd ad de las cosas que conducen .a l. crédito de,
esta H istoria , y de hallar esa noticia en sus uipbrales.
Puede ser que algunos no ta le s , nos calum nien de n im ie­
d ad apasionada en celebrar nuestras cosas. J^as no^es ra­
zón, por .tem or de la calum nia tpaliciosa d e ,lo s ma«
l o s , dexemos de satisfacer al deseo ji^to de ; 1 q s buenos,
que seria absurdísimo , com o co n clq ye el Naciancenp;
Quod mahrern improborum^ qui nos ad gratiam loqui criminan^
tur y quám proboru/n^ qui pteritas laudes.exposctrnt^ rationefft
babeamus. C on sinceridad pues y verdad ingenua .propon*
d ré en genei^l las doétrinas d e los santos y D oílores c a ­
t ó lic o s , y .e n especial lo que se halla correspondiente
en estas o b ra s, p m ^ue por el «justado <aivel d e aque­
l l a s , se m i4a b reéíitud de estas.
20 Y porque .ajip entre los .teólogos ( á quienes por
su profesion pertencce form ar e l Juicio d e estas materias
por e l m edio d e e ? ^ dodrina ) h ay diversos humores,
que lo suelen indiscr^am ente atropellar; para ocurrir e a
■Jto posible i este d a ñ o ,.s e rá preám bulo 6 la proposicipia
4 c
G A L E A T O . 33
de los principios de form arlo la advërtencia de un teó-
logo d o d o prudente y experimentado. E ste es el piísimo
Juan Gerson , [a) que en su tratado de la distinción en­
tre las verdaderas y falsas visiones, debajo de la m etáfora
del exámen que se hace de la moneda para averiguar si
es verdadera o falsa , declara el que se debe hacer de las
revelaciones nuevas , para evitar el engaño. Previene que
h ay dos géneros de teólogos por uno ù otro extrem o en es­
te punto viciosos. Unos tan intratables en é l , que aun so*
lo el nombre de revelación divina nueva les bace horror;
y llegada á sus manos ó noticia, sin mas exámen que el des:
tem ple que tiene con esa voz su dureza , con escaraio la
rien , con indignación la desechan, y con acedia la acusan*
Apud tales numularios G e rs o n , habiendo puesto sus
ca lid a d es, que yo c a llo ) nova qucelíhet moneta divince reve-^
lationis sic incógnita e s t, & barbarea, ut confestim ad se
deduSiam , cum grandi cachinno , (S? indignatiom reiiciant%
irrideant , & accusent. O tros p j t el contrario tan fáciles y
de leve corazon para c r e e r , que aun los sueños supersti­
ciosos , vanos é ilusorios de delirantes, las fantasías por­
tentosas de meláncolicos y las imaginaciones desatinadas
de lésos admiten por revelaciones divinas. A l i j sunt (dice)
qui ex adverso in oppositum ruunt vitium , qui supersticiosa
etiam , S vana , S ilusoria dellrorum hominum fa £ ía , ^
sotnnia, necnon ¿egrotantium , S melancbolicorum portentosas
cogitationes revelationibus adscribunt. Unos y otros son fea-
raeate viciosos ; estos por la facilidad liviana , aquellos por
la intratable dureza : Is tis leve cor nimis ad credendum\
T o m iX .. E alijs

(a) Toan. Gers. traSi, de diisir.Sii. ver. reve/at, á faU


in iniiio. part. i . Oper,
34 P R Ó L O G O
€tliis nitnium intraSiahile í? asperum. Contra el desacierto
de los prim eros arguye G e rso a con estas eficaces razones:
S i statim negemus omnia ^ v e l irrideamus ^velJnculpemus vi--
dehwiur infirmare authofitatem divinee revelationis^.qüíe nunc^.
ut olim potens e s t ; ñeque enim manus eius abreviata est^
ut revelare non possit» Scandalizabimus prcetereá simplic£sdi-
centes y quod ita de nostris, revelationibus , prophetiis po~^
terunt esse calumnia» D esechar todas las revelaciones pri«
vadas nuevas sin mas exámen que el verlas,con ese nom.-
b r e , solo puede nacer d e dos p r i n c ip io s ó de pensar , que
las revelaciones divinas de este tiempo no tienen autoridad; y
esto seria error, pues en qualquiet tiem po .que Dios revele, tie-
ne su revelación la suma autoridad que le da la infalibilidad de
su ciencia infinita y la verdad de su infinita re¿titud,por donde
ni puede engañarse, ni en gañ ar; ó de creer, que Dios en estos,
tiempos nada r e v e la ; y esto fuera de ser volun tario,pues
lé la mano de Dios está abreviada para, no poder en es*
tos tiem pos com o en los pasados r e v e la r , ni h ay medio
por donde auo levem ente se pruebe que D ios se haya
puesto esa ley ; es contra lo que suponen, manifiestamente
los sagrados, concilios, (a) los decretos y bulas apostólicas;
contra las aprobaciones que ha hecho, la Iglesia de reve­
laciones privadas nuevas , que á lo ménos. obtienen que
nada h a y a en e lla s, por d«nde no .se puedan, tener, pro­
bablem ente por divinas ; contra las historias, eclesiásticas,
que por todos los siglos hasta el presente con aprobación
las refieren ; contra m uchos santos y doctores clásicoi,.que
dan reglas para discernir las verdaderas y falsas ; y con ­
tra casi todos los teólogos escolásticos , que en el tratado de
fe

{d) Vid» cit» Margin, supr» num» a.


G A l i E A T O*
f e , corno cosa fuera de controversia , suponen'su existencia.
Allégase e r escándalo que causarían en los pequeños tan
arrojadas y generales calumnias. C ontra la sim pleza in­
cauta de los segundos opone Gerson estos inconvenientes
gravísimos.: N e fo r te deemones^qui monetarti quafnlibet,& divi-
nam í ? ¿fonam falsare sütagmt., subintroducant pro vera., (S* le ­
gitima falsatam , reprobatami esset hoc in detrimentumnon
mediocre E cclesia stici f i s c i , & e r a rii, seu thesauri imperialis
Faltar al exá¿lo-exám en d é l a precisa moneda <ie
las TevelacioBes divinas., y adm itir con pretexto d e p ie ,
dad qualquiera -que traiga esa inscripción honorífica , sin
probarla con toda vigilan cia en la piedra d e l toque d e la
doctrina -de los padres y doctores x^atólicos-, es abrir la
pu etta para que el demonio que siem pre ha solicitado
introducir con ese especioso "color sus engaños , m ezcle en­
tre la^legítim a'm oneda del R«y de la gloria la falsa de
sus >erros-infernales : y aunque nunca podrá introducirla
en el erario de la doftrina aprobada p o r la Iglesia, pues
• en su aprobación en «1 grado que la h iciere no puede
«caber ei^áño ; con to d o eso n o seria pequeño detrimento,
. que anduviesen en las mános de los fieles los engaños d ía -
íbólicos con e r sobrescrito de verdades divin as, y que en*
.tre la .m oneda legítim a ^del Rey corriese la que falseó su
‘ e n e m ig o , 'V e s tid a de su apariencia. E ntre estos dos noto­
riam ente viciosos extremos^ el medio es el camino que ase­
gura la consecución de un prudente y bien form ado juicio,
co n c lu y e este 'Du&.ox \ S cio certissimum esse ^ quod apud
Nasonem .scribitur : medio tutísimus ibis» E s este medio se­
guir la enseñanza de los dos Apósiülts arriba ponderada : ni
adm itir sin exámen , ni reprobar sin averiguación ; probar­
i o todo al nivel de la doélrina católica , y io que se Ua-
Ea Ua-
36 P R Ó L O G O
?iare por esa regla débio reprobarlo ; lo que conforme á
ella se descubriere reélo, tenerlo. A sí lo resuelve G erson:
Teneamus ergo medium ; secundum apóstoli loannis docu'
fnentum , non credatmis omni sp ítu i, sed prebemus spíritus*
si e x V eo sint\ & obedientes Apóstolo , quod bonum est
teneamus. Suspenda pues su juicio el varón d o é to , has­
ta hacer figuroso exámen por todos principios de for­
m arlo en tan grave m a teria , sin a d m itir, ni desechar por
solas apariencias ; pues com o advirtió el Crisòstomo, (¿j)
el consejo de San Pablo e s , que se prueben todas las c o ­
sas de este género , así las falsas com o las verdaderas, pa­
ya que díscerBÍéndolas por el m edio de h aprobación exác-
ta , ni h aya ye rro en recibir lo falso , ni temeridad en
reprobar lo verd ad ero : Omnia probate túmfalsa^ tám
v s r a , ut cum certá probatione discernatis , í ? ab illis abs~
tineatis , S istis adbareatis.
21 Habiendo pues de proponer los principios que con­
ducen al crédito de esta Historia, para que por el me­
dio de la dodlrina se pueda form ar juicio prudente hu-
maijo á cerca de la verdad de las revelaciones que con­
tiene , es conveniente que sea tam bitn doctrinal el método*
E l mas excelente en este género es el que procede á la prue­
b a de la verdad ó exámen de las cosas por sus causas; y por
eso en materia sin comparación mas sublima lo usó el
D oétor Seráfico, (b) Y aunque en la presente, con solo
que se averiguase la causa eficiente principal, quedaría con­
cluida la p ru eba; pues siendo in d u b ita b le, que D io s , c ¡
pue-

(^a) Sa n ^ . loa, Cbrisost, in i , adThes.c,% .hcm , i i .


{b) Div^ Bonav, de Princip, S a cr, S e r , init, tom, i.
G A L E A T O . 37
puede ser causa especial de lo m alo, ni engañarse ni en­
gañar , en constando que la revelación sea de D ios, cons­
taría ser buena y verdadera ; que por eso todo su exá­
men mira á si es ó no d ivin a, según aquello de San Juan: {a)
Frobate spiritus , si e x V eo sint. C on todo e s o , estando
oculta esa causa , y habiéndose de investigar con alguna
probabilidad por el medió de la d o éirin a , será congruen­
te método hacer la prueba por el concurso de las otras
ca u sas, que por una parte se muestra concurrir á las re­
velaciones de esta H isto ria , y por o tr a , según las doc­
trinas de los padres y doélores m ísticos, no se juntan, si­
no quando es Dios la causa eficiente principal de la re ­
velación. Conform e i e s t o , com o las causas se reducea
á quatro géneros , m a te ria l, formal , eficiente y final, re­
duciré á ellas los principios por donde se debe hacer
doélrinalmente el juicio humano de estas revelacio n es: á
la material la materia de que tratan , y cosas que por
ellas se re v e la n : á la formal la forma ó modo que tienen
en sí mismas: á la eficiente la persona que las recibió, y
fué causa instrumental de escribirlas : á la final la uti­
lidad y fines honestos á que conducen.

S. V .

22 j P a r a la mas clara inteligencia de esta materia (+)


se ha de a d v e n ir , que revelación ( cu ya etim ología (b)
se

{a) 1 , loannis 4 . ü . i*
(*) Principios de probar por parte de la materia.
(b)E x S , Hieron* in E p ist, ad Gal, cap, 1. & S , So-
nav, de itin, ^ter, Itin, g, distiuSl, 4.
3 »
i!e toma de quitar
PRÓ:lOGO
ó correr velo ) generalmente .Teci-
bida es lo mismo que manifestación de alguna verdad
o c u lta , h e c h a , ó com unicada p o r algún agente intele(5tuai
extrínseco. D e a q u í^ s , que como á la criatura inteleftual
le fuesen muchas verdades ocultas, cuyo conocimiejjto üo
se le debia , y Dios por especiai favor ijuiso manifestar
algunas d e ellas á alguna ó á algunas de esas criaturas
en particular , esa manifestación indebida^ ;y ^por eso so­
brenatural , com unicada en p a rticu lar, y por eso extraor­
dinaria , es propiamente revelación divina privada, y .s e
llam a d iv in a , por ser D ios su agente principal.\Y d exa-
das las revelaciones divinas .hechas á los „ángeles, que.no
son d el presente a su n to , tratarém os de las :que se haceji
á los hombres , que son las que buscam os; cu ya .materia
es mas dilatada^ por ser mas las verdades que natural­
mente están á los hom bres ocultas ; y-ta m b ié n mas sus
especies , por ser mas los modos que atiene el hombre de
entender. Quanto á sn m a te ria , aunque .la luz divina, por
la qual se hace la revelación , se puede e xten d er.á todas
las verdades, d e qualquier género . que -sean , . com o ad vir­
tió santo T o m á s ;^ a ) con todo e so , com o -la ‘revelación
d ice manifestación de cosa o c u lta , se lim itajcom unm en-
te á solas aquellas verdades que .están léjos de nuestro
con o cim ien to, según notó .el .mismo Santo habland o.d e
la profecía en quanto es revelación. D e ¿diversos ^modos
pueden estar las verdades .léjos del conocimiento huma­
no, I. Por la eminencia d e los objetos sobre todo enten­
dim iento c ria d o ; com o los misterios de la T rin id a d , de
Ja E ncarn acioa y otros secretos y consejos divinos, *. Por
;U

»
(a) Vív, Tbom, 2» a, quisst* 1 7 1 arf,
G A L E A T O 39
la indiferencia de las cau sa s, que haee que ántes de su
determinación no sean sus efeétos cieitam en te conocibles,
sino por el entendimiento infinito y eterno de la prim e­
ra causa ; com o los futuros contingentes. 3. Por la dis-«
tancia del tiempo p a sa d o , en que las cosas sucediéron,
y no haber quedado en la memoria d e los hombres , ò
haberse borrado de ella com o estaban los sucesos de la
creación d e l mundo y su prim era' ed ad , quando Dios los
reveló á M oysés. 4, Por limitación del conocimiento al
siigeto propio; com o los secretos del corazon , que cada
uno conoce los pro p io s,.y ninguno, puede conocer los age-
nos. 5. Porque aunque la verdad se pueda naturalmente
c o n o c e r, y otros adualm em e la conozcan, este sugeto de*
terminado no tiene causas ó prirtcipios- aplicados por
donde pueda conocerla ;. com o lo que pasó-en secreto, ó
sucedió en lugar distante ,-respeéio- de aquel à quien no
ha podido llegar, por m edio humano la noticia. D e to­
dos estos- géneros de verdades ocultas ha revelado D ios, c o ­
mo prueban con. testinoonios de la sagrada E scritu ra,.S aa
Gregorio,, (rt) y santo Thom ás,. el qual añade al quinto m o­
do : : per hunc modum ■ etiam ea ,. qua unus 'scit ■
demons^
trativé.^ a lij .possw\t- prophetieè revelari,
2.3 , E sto supuesto, el principio de investigar 'p o r par­
te: de: la m a te ria ,.si la revelación-es d iv in a,se toma d e S ,.
Juan V que habiéndonos ■ordenado que probásemos los es­
píritus si eraa de D ios , nos dió esta regla de conocer­
lo /o boG eogtmcitüT spíritus D ei^ [¿>] m n is spíritus, qu$
es-

{a ),D iv , Gr^^-bomiL i. in. E zech. S ,. Thom. loe, cl~


la t,
loann, 4. vers, a. ^
40 P R O L O G O
eorifitetur lesum Christum in carne venisse^ e x D eo est. E n
estas palabras , según la interpretación de San A gu stia,
(fl) no quiso significar el E vangelista , que el medio de
conocer por parte de la materia si el espíritu es de Dios,
sea sola la conformidad de lo que enseña con el artícu ­
lo preciso de la E ncarnacioa del Hijo de D io s , sino que
lo sea la conformidad de lo que d ice con toda la d o c­
trina católica que la Iglesia enseña. A toda esa católica
d o ttr in a , dice A gustin o, (^) que comprehendió San Juaa
en aquellas palabras : lesum Christum in carne venisse'.
porque como prueba el mismo D octor santo, ninguna h e -
regía h a y , que no repugne al V erbo encarn ad o, por quan­
to se opone à la doétrina que vino á enseñar al mundo, y
dexQ en su Iglesia formada en orden gerárquico
con una Cabeza visible , que conservase , enseña,
se y declarase esa d o d r ia i con inefable verdad. Y por
fiso el misino Santo (í*) en otro lugar roduxo este principio,
à que las revelaciones no sean contra bonos mores , vel re -
gulam fidei. D e aquí es concorde sentir de los doctores,
(d) que el prineipio , ò regla general de probar por parte
de la m iteria ’, si son de Dios las revelaciones privadas
que manifiestan misterios ocultos , declaran cosas sobreña -
turaltís , y dan generales documentos y exhortaciones de d i­
rección de costum bres{ del qual género de revelaciones so-
io nos piccenecc tratar , por ser de solo él las que com -
po-

{a) Biv» August, de verb, A p ostoh Serm, '^ x .c a p .u


\b) Viv^ A u g . ibi, cap, 7,
D iv , Aug* de Gene, ad litt, libr. 12. c , X4>
{d) V id , Suar, de fid . dis, 3. sec, 10.«. 7 . ^ R aphaeU
in 2. qu^, ^5.. a rt, 3. dlsp, a . ^ 3 *
G A L E A T O . 41
ponen esta H isto ria ) es mirar , si en todo se conforman
con la doctrina de la Iglesia , así en lo que ella propone,
para que con fe católica crea m o s, com o en lo que nos
manda y amonesta que obremos. Pero esta conform idad
no debe ser t a l , que las revelaciones privadas ninguna c o ­
sa manifiesten , ó declaren fuera de lo que la Iglesia tie­
ne d e cla ra d o ; ( que si fuese a s i, el exámen no seria p a ­
ra dar asenso á sus objetos , com o suponen los textos
que mandan las probem os) sino tal , que nada de lo que
por ellas de nuevo se manifiesta , declara ó enseña , se opon­
ga d ireéta, ni indirectam ente á la doctrina de la Iglesia.
A sí se infiere llanamente del c o iiu n sentir de los santos
Padres, (a) Á que añade San Buenaventura , (¿) que no di-*
suenen de la doctrina de los maestros eclesiásticos, y de la
tradición de los teólogos ap ro bad o s; pues no se debe po-
iier en duda lo que universalmente todos ellos con testi­
monios de los sanios Padres y razón tuvieren determinado.
D tcldrando el Santo aquello de S. NoUte omni spíri^
tui credere , sed probate spifitus , si e x Deo sint , dice: N i^
h il recipiendum e s t , qvod ab Eccksiasticorum do6írina Mci-
gistrorum , S approbatorum Tbcologorum traditione disso-
n a t ; nec revocandum in duhium , quod ab eis universaUter
cum testimoniis Sahdtorum Patrurn fu e rit rationabilitér de^
finitüm ; que es lo que comunmente dicen los modernos, que
las revelaciones privadas no sean contra la sentencia con^
corde de los P a d re s, ni contra lo que en conséqüencia á
ia doéirina de la Iglesia sienten se debe decir sin co n tro -
Tom. I X . F ve r-

(fl) i.
H îv, Ambras. Augusti. Chrts. ¿7 alti apud Cornei
à Lapid. in Epist. ad Gaiat. c.
ifi) D iv . Bunavgnt, de profes. R elig . Ub. 2. cap. 72.
42 P R O L O G O
versia los doctores católicos. De donde el Padre M artin
D elrio (íi) dice hablando de este gé;iero de revelaciones*
S i quid f o r t i communiori Scolasticorum sententice repúgnete
non ideó confestim damnandum, ut erroneum ;. cum p i é ,
■prudentér intelle£ium ^.suis quoque probatis Audíoribus.,^ ra~
tionibus. non absurdis stabiUatur,^ AlioquiVohtífices Roma­
ni , ut Kugenius- I I I . H tldigardis , Bonifacius. vera V I I L .
V ir g it a revelationum librot , adhibito-. maturo Do6íorum , & '
Cardinalium Concilio. , atque examine. , non permisissent , ad
E c c le s ia utilitatem^.in vulgus edi. Pertenece, también á e s ­
te principio el que en el contexto de las mismas re v e la - •
ciones no se halle inconseqüencia, ó contrariedad inconci­
liable pues no pudiendo dos contradictorias ser juntam en­
te verdaderas, no puede h iber verdad en la aserta revela-,
cion que. las asegurase entrambas.!
24 Por' este principio se prueban las revelaciones prir
va d a s,ó negativam ente, esto es , que de parte de la m ate­
ria ninguna cosa tienen por donde no se puedan tener por
d iv in a s ; ò positiv.am ente, esto es ^ que realmente son de
Dios. L a prueba negativa es urgente , porque,el m edio ù n i­
co d e convencer de no divinas esa t revelaciones de par­
te de la materia , es la falta de verdad , 6 honestidad
en lo que enseñan ; que la falta de u tilid a d , que es otro
m edio de conocerlo ^pertenece al fin , de cu yo órden se to­
m a la utilidad , según doctrina del d o cto r A ngélico : {b)
Y siendo las rev.daciones pcivadas de cosas sobrenaturales
y ocultos secretos á cerca de los misterios de la religión
Christiana , y de la dirección de costumbres dentro de esa.
re-

^b) Div. Tbom.


4
.
i.2. 7. a.
{a) Mart. Delr, q. z^cit. sec.
^uast. art. aii.
G A L E A T O . 43
religion ; solo por la doctrina de la Iglesia , 6 por lo q u e
conforme á e l l a , 6 en su conseqiiencU enseñan los P a­
dres y doctores católicos sin -controversia , que se debe
tener ò por su contrariedad , puede convencer lo que
■esas revelaciones manifiestan de fa ls o , ó inhonesto : y así,
hallándose las revelaciones de ese gènero en todo confor­
mes con la dodfina de la Iglesia en la forma explicada^
y sin la c o rtra ricd id d ic h a , ninguna cosa obsta de par­
te de la 4nateria, para ^que no se puedan tener por d i­
vinas.
La prueba po itiva solo induce una probable persua­
sió n , fundada en doctrina de santas y doctores-m ísticos.
Fórmase a sí: La revelac’on privada que -alguno afirm a
que recib ió,-solo puede tener una de tres causas p o rp rin -
cipal éficiente ; (a) ò Dios que la com unica , ó el demo­
nio que -transfigurado en ángel de l u z , engaña ; ó el p ro ­
pio espíritu del que la tu v o , que ó la afecta engañado, ó
queriendo la finge; y asi si se probase de algunas revéla-

ciones p rivad as, que ni eran fabricadas por el demonio^
ni afecta d a s, à de propòsito fingidas por él «spíritu pro""
pío del que afirma las recibió , quedarla que eran de'D ios.
Qunndo las revelaciones >privadas pues (siendo d e l género
arrrit>a expresado, y tantas de una m ism a -persona, que ha­
gan enteros tratados ) se conforman en todo con la d o c­
trina de ia Ig lesia, «in «nsefiar cosa que directa ni in ­
directam ente se le oponga , ni en lo que pertenece á la
i i e , ni en io qu¿ tuca á costum bres, y sin inconseqüencia
-F-a Ò

{a) Sumitur ex D , ide Genes, ad litter, Íih^ I2. à


'12. K x prim, éiiffard, á S , p'USw» io Canta 17; ^
^poü* CQmmtuu
44 P R O L O G O
6 contrâriedad inconciliable , se prueba de ai , que ni
son del dem onio, ni del propio espíritu.
25 Q ue no sean del demonio se prueba por la comun
d o ctrm i de los Padres, que enseñan que ese revelde esp í­
ritu , com o incesantemente procura nuéstro m al ^ aunque
alguna vez comienze enseñando cosas buenas , para ase­
gurarnos con la especie del bien, siempre sobreingiere U s
malas á que nos pretende lle v a r: A si nos lo advit-nió
San Am brosio (fl) Soient spíritus inmundi (dixo) falla citér
quasi per imitationem dicers bona , S ínter hæc su^erinitt-
cere p ra v a , ut per hcec qnæ bona sunt , accepta fcrantur í ?
mala, Y el Autor del im perfecto entre las obras del C r i ­
sòstomo (¿) ad vierte, que si el demonio dice alguna Ver­
dad , lo hace solo para introducir con ella su mentira;
Diabolus interdum vera d ic it, ut mendatium suum rara ve­
ritate commendet. Y aun muchas verdades suele engañoso
d e c ir , para enlazar al últim o con una mentira á la alma,
com o nos lo advirtió San G regorio ^ (¿*) S o k t multa vera
pr¿edicere^ ut ad extremim valeat animam e x una, aligna
fa lsita te laqOeare. Ese es el fin que tiene (dice Agustino)
(¿) enseñar algún b ie n , hacer confiada al alma , para in ­
troducirla el mal : Transfigurat se , sicut scriptum e s t , ve-
iut in angelum h c i s , ad h»Cy ut cum illi in manifestis bonis
creditum f u e r i t , seducat ad sua. D e aquí es , que aunque
al principio de su comunicación engañosa diga verdades, ó
ca-

(a) V iv , Ambros, in c. 5. E p iít. i . ad Thes,


{b) AuSt, Imperfec. in M attb, bom. 19. int, Oper, Chri-
tQSt, tom .‘i ,
{c) D iv . Gregor, in D ia l, c, 48.
(í^ D iv , Aug, de Genes, ad litt, lih, 12. c, 13.
enseñe virtu d es, nunca la dexa hasta arrojar ta semilla de
sus males : J\Ialus angelus (decia Santo T o m ás) (íj) in prin­
cipio quidem prcetendit hona^ sed postmodum volens expkre-
desideritm suum, í ? quod intendií , instigat ad mala. Por
eso en las que son obras s u y a s , aunque mas se coloreen
con especie de p ied a d , nimca falta la m ezcla de su in ­
fernal ven en o , según aquello de San Leon: (¿) Qjiamvis sint
in ilUs qucedam , quce videntur hahere spectem pietatis, nun-
qimn tamen sunt vacua vensnis. N i puede ese veneno d isi­
mularse ta n to , que no se c o n o zc a , si con diligencia se
exám ina ; com o nos ad virtió San Bernardo (e) hablando de

sti m ayor rebozo , que es quando se transfigura en ángel
de luz : S e d S tune quoqite (dice) si diligentér advertimus^
rMnquam, nisi amaritudinis , & discordia semina spargit.
D e donde concluye R icardo V ictorino , (d) que todo lo
que fuere de ese espíritu m a lo , se pue 4 e en alguna parte
convencer de (¿ h o t Q uidquid à malo spirita exí (d ix o ) <3//-
qua parte fuJsTim deprehendi potest* Conform e á esta tan au­
torizada d o c trin a , sr las revelaciones privadas que algu *
na persona afirma que r e c ib ió , son m u ch a s, y todas tan
confortnes á la doctrina de la Iglesia , que en ninguna de
sus partes ni al p rin cip io , ni á lo últim o se pueda de-
prehender ni falsedad ni m alicia , llanam ente se infiere que
no son del demonio.
26 Q ue tam poco sean del propio espíritu de Ta perso­
na que afirma las recibió »se persuade; porque aunque a l-
gu-

(fl) Div. Thom* in c. xi. Epistol* ad Galat*


(¿) Sane* Leo Eptst 9'3. ad Turih* Episcop* Astor»c* x$>
(¿“) Div, Bern. Ser. de utilít* verb. Dei*
{d) Bicard* á S. ViSlcr* in Car>tic* c* 17«
46 P R Ó L O G O
guna v e z los verdaderos profetas , con el freqüente ' uso
de profetizar, suelen decir algunas cosas de su propio es­
p íritu , pensando que son de Dios, com o advirtió San G r e ­
gorio : (fl) Aliquando Propbetæ San6ii , dúrtí consuíuntur^
e x magno usu prophetandi ^ quadam suo spiritu profe-
ru n t, í ? se bcec ex propbetia spíritu dicere suspicantur.
E sto solo puede tener lugar en una ù otra revelaciog,
no en la multitud que hizo su uso - fieqüente. Y en ese rea-
so e l prófcta ve rd a d e ro , {b) como no tendria en sí cer­
teza de que D io s-le h ab lab a, , sino solo , s )specha , según
declara el texto de San G re g o rio : E x propbetice spíritum
suspicantur ; Tam poco aseguraría con firm eza, que era del
e;?píntu de Dios lo q u e .d e c ía ,.c o m o lo advirtió S. Agus­
tín (f) en su m adre santa M ó n ic a , de ,quien refiriendo,
que entre las revelaciones verdaderas, tenia algunas visio­
nes de su pFopio espíritu , dice de estas el ^Santo, hablan­
d o con D io s: E t parrabat mbi^ non cum fiducia ^ qua to-
lebat ^ cum tu demonstrares sed -contemnens eas» Y -e s tan
fiel el Señor con sus verdaderos .siervos, que si alguna vez
padecen aquel engaño , con celeridad los c o r r ig e , y jes
descubre la verdad para , que se retraten , -como enseña el
mismo San Gregorio, (rf) S ed quia SanSit sunt, per sane*
tum Spíritum citius correSii .ab eo , quce vera sunt , .au*
d iu n t, sefwtipsos , .^uia fa ls a dixerint , reprebcndunt.
T odo lo qual ilustra con e l «xem plo 4 ^ N atán, {e) Em-
______ _______ pe-

(a) D iv, Gregor, hom, ,j. in Ezecb.


{b) D e quQ vid. Suar, de fide , disp, 8. sec^ 4. núm 5.
(c) D iv. Aug, lib. 6. Confes, cap, 13 .
{d) D iv , Grtgor. loe. citat,
{e) 2, Regum^ 7. à 4«
percy asegurar con firmeza y constancia alguna persona de
sí muchas y freqüentes revelaciones, diciendo que son de
D io s , siendo en la verdad de su propio espíritu , solo
puede nacer de uno de tres prin cip io s, segua los doétores
místicos. ( a ) Ó de lesión de la fa n ta sía , con principios
de lo cu ra ; y entonces es moralmente imposible que no ■
diga notorios desatinos , por donde se manifieste su enga.
ño. Ó del tumor del e sp íritu , que afcftando, y deseando
cosas «obre el poder de la n a tu ra le za , se. engaña á sí
mismo. Y esta afeélacion y deseo [d ic e San Vicente F e r-
rer ] (¿>) . no se puede h a l l a r - sin raiz y fundamento de so ­
berbia y presunción, y aun de tentación de curiosidad á -
cerca de las cosas divinas ,..ni sin alguna vacilación y
fluéluacion en la fe y. en pena de este- p e c a d o , la jus­
ticia divina desampara á la alma que las afeéia y- d e­
se a , y permite que- ca yg a en varias ilusiones y tehtacio-
nes d e l d ia b lo ,, y que s e a - engañada-con visiones y re ­
velaciones fal-as : .Tale namquc desiderzum [ d ic e el Santo]
non- poteste-reperiri -abique radice^ ^ fundamenta superht¿e^
& pr¿esun;ptionis^ immò^ tensatknis ■curiositatis' erga res
d i v i n a s a l i q n a - vacillatiúne ^ &. finSitiatione fidet*

,
Oh huius peccati pcBJiam divina ju stitia deserti ta/em ani-
ptam. hac afeSíantem & desiderantem.\ S permitíit^^ ut in
iüusiones varias -^ B- tentationes diaboli incidat S falsis
visis ^ reveUiticnibus dec^iatur.' si el-dem onio entra
tan de lleno á engañar con ilusiones, tentaciones, visio"
nc& y revelaciones falsas á esa alm a - desamparada , rw
PP-

{ a ) D iv . Bónav,. de prof. Reiig.. Uh. eapi''H> Gers.


& alii- cit. in progr.
{fi) D iv . V ine. F e r. traSí. de v it. spir. cap. 12.
4^ P R Ó L O G O
podrá según la doéirina de los Padres arriba p u e sta , (a)
dexar de encontrarse en eUas alguna mezcla de inhones­
to ó falso.
27 Ó nace últim am ente de voluntad afeélada de en­
g a ñ a r , mintiendo expresamente revelaciones d iv in as: Y
e l que así finge , aunque en u n a , ú otra mentida re v e ­
lación , pueda no tener desliz de e r r o r , ó inhonestidad
en el objeto m aterial que miente le ha sido revelado*,
m as en muchas y freqüentes que hagan serie de doétri­
na de cosas divinas , sobrenaturales, ocultas y d elica­
das, parece imposible conforme á la ordinaria providen­
c ia de DiOS, que no lo tenga t a l, que en la misma d o c ­
trina se descubra el error ó la m alicia. De los profetas fal
sos de este género d ixo principalmente Christo : {b) A
frudiibüs eorum cognoscetis eos. Y por ios frutos , según
C ornelio ((?) y otros expositores , se entienden , no solo
las obras sino también la doéirina : Per frucius árboris^
id est ^doSioris , accipi, tum eius dodirinam ^ quce á vera vc'
r a , á falso fa ls a promanat. Y aun parece lo expreso t i
mismo Señor por San L u c a s , (d) que habiendo puesto la
m ism a sentencia a ñ a d ió : Bonus homo de bono thcsauro cor*
dis sui profert bonum: í? maíus homo de malo thesauro
p rofert muluin\ ex abundantia enim co rd is, os loquitur» Dán­
donos pues Christo por señal, para que conozcamos es­
tos falsos p ro fetas, la doéirina que enseñaren, parece in­
cum be á su divina providencia» que en ella se pueda com-
pre-

(fl) Supr, núm. 24.


M at. 7 . V. 16.
(c) Cornel, á Lap. in hunc loe,
{^d) L us, ó. V. 45.
G A L E A T O . 49
prehender algún error ó m alicia , por donde se conozca
la falsedad del profeta y mentira de sus profecías. E l m e­
dio de esta providencia es, que com o el hombre necesi­
ta de auxilio de especial gracia para tratar (a) dilatada­
mente muchas materias altas, sobrenaturales y ocultas sin
ningún error ; al que entrase á tratarlas con tan grande
oTensa de la divina verd ad, que intentase vender por re­
velaciones divinas sus propias imaginaciones y discursos,
justam ente le -negaría Dios la luz de su g ra cia , permi-
.tiéndele caer en errores ta le s , que por ellos se pudiese
convencer su falsedad. N o habiendo pues mas medios,
por donde las asertas revelaciones puedan ser del propio
espíritu; y siendo taa probable, que las del gènero r e ­
fe r id o , que provienen del espíritu p ro p io , por qualquie-
ra de estos medios se pueden en algo de lo que ense­
ñan convencer de falsedad ó m alicia es consiguiente, que
las que en ninguna cosa se pueden convencer de estos
v ic io s , no son del espíritu propio. D e donde quedando
p ro b a d o , que tampoco pueden ser del diabólico , por la
suFicieflte numeración de las causas en virtud de la m a­
teria , se hace prueba positiva de que son del Espíritu d i­
svino. A 'í entiendo aquella regla de el Cardenal T u rrecre -
mata : (^) Quando reveiationes per totum continent verita-
'tem sine adm ixthne alicuius fa ls ita tis , non dubium quin
>sint a S p íritu qui doSior, inspirator est ve~
■^itatis.»

Tem, IX , S.VI.
(a) E x commun, Tbeolog. in mat, de grat,
{b) Turrecrem. in Defensor, revel, S , Birg. c, 3.
so P R Ò L O G O

S. VI;

28 j/\_ pÌicando el princìpio propuesto á nuestro ins­


tituto, [* ] se descuhire mas nervoso en la una y la otra
prueba* So» las revelaciones privadas de que tratamos*
tan tas que componen una dilatada obra, bastante pa­
ra llenar tres justos tomos. E s su principal materia, quan­
tos favores , g r a c ia s , prerogativas , excelencias preparó
y com unicò el altísim o Dios á su dignísima m adre, des­
de que en la eternidad la eligió para esa dignidad ine­
fable , hasta que en tiem po la eternizó en la posesio»
de su real trono de gloria inaccesible. En órden á
ese prim er objeto y para su plena ioteligencia * se d e­
claran en ella los principales misterios- de la religión
christiana , se tratan lo í principios y estabilidad de la
católica Iglesia , se exponen m uchos textos difíciles de la
sagrada E scritura , se aj,ustan los mas intrincados cóm ­
putos de la historia E vangélica , se explica^ los mas
ocultos decretos de la providencia divina , trátase lo mas
eminente de las virtudes , lo mas encumbrado de la per­
fección , \q mas secreto de la elevación del espíritu ; y
para decirlo de una^ v e z , fuera del argumento p rin c i­
pal tan so beran o, son su materia incidente los puntos
mas delicados de todo género de teología sagrada, d o g ­
m ática , expositiva , escolástica, ética , suasoria, mística.
Siendo .pues tan eminente la materia de estas revelaciones,
y habiéndose hecho de ellas , fuera de las aprobaciones
or-

{*] P ru e b a p o r p a r te d e la m a te ria .
G A L E A T O . SI
ord in arias, los exámenes arriba referidos de tan singular
exáccion , así por el modo con que se hiciéron , com o
por la autoridad y doctrina de los sugetos que en ellos
se halláron , nada se encontró en tan dilatados escritos,
que disonase de la doctrina de la Iglesia ni en dogmas
ni en costumbres ; todo pareció cónsono , no solo á la«
verdades que -la fe enseña , sino á quaato conforme á
ellas enseñan se debe se n tir, ó concordes los padre?, ó sin
controversia los doctores católicos. Testigos son de este
juicio los mismos que hiciéron los exámenes. Persuádo-
rae harán el mismo quantos varones dorios con igual lan­
c e pesaren lo contenido en esta obra. D el mio puedo afir­
m ar , que habiéndola leído muchas veces con ánim o de
tiotar lo que co n a'guna razón pudiese parecer difícil, y
habiendo hecho los reparos que propondré al principio
d e cada N o ta , al llegar á exáminar cada punto por el ni­
vel de ias doélrinas católicas., me pareció de mas adm i­
rable consonancia lo que habia» concebido de m ayo r d i­
ficultad.
.29 D é la verdad c o n q u e se ajusta aquel principio g e ­
neral á nuestro caso con singulares y mas urgentes c ir­
cunstancias , se hace no solo mas robusta la prueba ne-
.gativa de que de parte de la m<teria nada obsta para
que las revelaciones que componen esta Historia se ten­
gan por d iv in a s , com o se ve ^ sino también mas p ro ­
bable la positiva de que son de Dios, Porque tan in vio ­
la d a rcnsonancia con la dottrina de la Ig le sia ,s in des­
cubrirse cosa que aun Jevtn.ente d isuen e, ni dé la v e r ­
dad que proprne , ni üe la honestidad que enseña , en obra
tan dilatada , de tan sagradas m aterias y puntos tan de-
.U cad os; lú e l demonio la fin g e , n ie l espíritu propio la
Gz ima-
52 P R Ó L O G O
im agina engañado, ó la discurre engañoso. Y a^í, si quien la
«scribe, la escribe com o divina, afirm andola recibió de D ios,
la misma m ateria prueba no levemente su aserción. Añádese
7 a adm irable consonancia y mutua correspondencia de d o c-
^ftrinas , sucesos y enseñanzas qiie se hallan en esta Historia
en el todo y en las partes , y en estas' entre si , sin c o ­
sa que disuene i otra ; que es argumento de verdad, se­
gún aquello del Filòsofo : (íi) Omne verum vero consonat. Y
siendo en m aterias d ifíciles y remotas de los sentidos» lo
reputò por tan u rg e n te , que llam ó à esa consonancia se­
ñal insoluble de verd ad. D e donde dixo Lactancio:(¿»)//<fr^
est mendatiorum n a tura , ut ccbcerere non possint. No pa­
rece seria posible tal coherencia y consonancia mutua, co ­
mo en esta o b r a s e m ira , si el padre de la m en tira,ó
espíritu engañado ó mentiroso hubiese en ella influido;
y ásí esa consonancia confirma la prueba positiva de ser
toda de D io s , y le podemos a c o m o d a r, con la inferio­
ridad d e b id a , lo q u e el mismo Lnélancio dixo hablando
de la christiana d o d rin a : {c) Quia vera est ^ quadraiun-
dique^ac s ib ito ta consentii \ S ideo persuadete quìa cons­
tanti ratione su ffu lta est,
30 H aráse com o mas persuasiva , mas hermosa tam ­
bién esta prueba positiva , si á la verdad de no hallar­
se en la materia de esta Historia cosa que disuene de la
doctrina de la iglesia , y hallarse en ella tan admirable
c o n s o o incfa , se allega el m ostrar que á quanto principal­
m ente en ella de nuevo se r e v e la , patrocina la razón y
au*

{a)Vhysic&r. cap.%. & in j. E té .


(¿) LaSíant. ¡ib. 5. cap. 3. im i.
(c}La6ía?ii. ibi.
G A L E A T o* S3
autoriza la locucidn de los Padres , ó ya con exp resió n ,ó
y a en generai, declarando el sentido figurativo de alg u ­
nas textos de la Escritura. Ei Glorioso M ártir San C ip ria ­
no (rt) habiendo tenido una revalacion privada á cerca de
que ios clérigos no usasen de compañía de muge-
res , y pireciéndole conveniente el publicarla ; para d ar­
la mas autoridad , ó hacerla mas suasible , confirmó la
verdád que le habia sido re v e la d a , con testimonios de
la Escritura Sagrada y razones de ella deducidas. H e r­
moso y m uy gustoso espectáculo ( digo con palabras de
Ricardo V icto rin o ) (¿) será mirar á la revelación de la
v e r d a d , por una parte patrocinada con manifiesta ra ­
zón , y por otra confirm ida con locucion clara y confi­
gurativa : Pulchrim sps^aculum , vAldequé iucundumcum in
revelntione veritatis bine procedit manifesta ratio , í ? ad
confirmationem revelationis illinc ocurrit tám aperta, quám
figurata locutio. Vam os á la razón. Revélase d e nuevo en
esia Historia el discurso entero de la ¥ida mortal d-e la
madre de Dios , con lodos los beneficios que la c o in u -
nicó el A ltis iíT .o hasta el termmo de su glorificación
en cuerpo y alm^i.. Para mostrar pues » que á esas r e ­
velaciones , en lo que en particular declaran , patroci­
na la rnzon , es preciso veamos los principios sólidos,
por donde en esta materia se debe d iscurrir.
31 Es principio irrefragable entre curólicos, {c) c o ­
legido urgentemente de la Sagrada E scritura , que Dios
co-

(rt) Sandi-. Cyprian, de singular. Cler. a prin.


(/f) Ricard. d S . l^idt. lib. de Beniam. tap. 81.
(t') D e quo vid. Canisi. de V ir . D fip . lib. c. 23.
& Suar. tom. a. in 3. part, d is p .i. sec. 2.
54 P R O L O G O
com unicó á M aria la dignidad de m adre s u y a , no des­
nuda en solo su ser fís ic o , sino elevada , y por algu«
débito infalible, conjunta con las gracias y prerogativas
condecentes á esa dignidad. D e aquí los Padres (<i) m o­
vid o s con un e sp íritu , redjücen á la maternidad de Dio?,
com o á prim era raiz form al, todas las perfecciones de
M aría ; y la ponen por re g la para que por la conde­
ce n cia á esa dignidad se midan todas , asi en su exis­
te n c ia , com o en la excelencia de su modo é intensión»
H econocen todos esa dignidad de ser madre de Dios, por
la suma posible á pura criatura , y entre las cosas cria­
das solo inferior á la 'u n ió n hipostática. C onfirm e á es­
tos p rin cip io s, los Padres concordes {b) hiciéron en ge»
^neral tan alto concepto de la perfección y excelencias
de M aría santísim a, que todos la predican superior á
tod a alabanza con que puedan celebrarla las criaturas,
y descendiendo á ?specífiear mas la eminencia de m
perfección , le conceden una singular, plenitud y alta preex-
celencia sobre las demas puras crirturas , asi en la e x ­
tensión de las gracias y p re ro g a tiv a s, como en la in^
tensión de cada una de ellas. P e don^e muchos de esos
Padres (i:*) hiciéron principio general , que qualquiera
gra-

(fl) Patres apud Suar. loc. citât, Î? Modern, comnu


agent, de B , V , Plur, do. N o t. 24. §. i . îS? N o t, 25.
§. 3. in I. part. huî. oper.
(b) Recoleg, eos Theophil, Raynau, in Dyptyc. M arian,
Proioqu. caut.i.
(r) Oiv. Bernard, epts. 174 S . Bona^. ih specul cap,
g. 6. ^ 7. B . A lb e r t, M ag, Ub, tte B ea t, M ar, $ap.
Cry. 7-0. 7 1.
G A L E A T O SS
gracia ó prerogativa que se hallare haber concedido Dios
á alguno de los santos , se ha de creer la concedió á
su madre con mucha m ayor excelencia.
32 Estos son los principios sólidos, que de razón y
autoridad de los Padres tenemos para discurir en' p a r­
ticular á cerca de los favores , gracias y prerogativas*-
que de hecho se ha de tener concedió Dios á su m a ­
dre. L a variedad de los juicios de los hom bres h^ h e ­
cho que los autores m odernos, unos extendían mas de
lo justo esos principios , otros los limíten mas de lo co n ­
veniente ; aunque unos y otros (co m o m e persuado) con
un mismo d e s e o , de qué la madre de Dios sea mas d ig ­
namente celebrada , veaerada y aplaudida. L a extension
ha nacido de piedad, á que dió ilustre exem plo la ardien­
te devocion de santo Tom ás de V illanueva (a) quando
dixo : iQu(^nam obsecro pulcbritudo ? ¿ Qu¿enam - virtus'^
j Qji¿enam gratia ? ¿ gloria M a tr i D e i non con-^
gruit ? Solve cogitationibus l>abenas ; dilata intelle^ui fi¿n^
hrias ; S describe apud te in ánimo Vírgincm quandam\f
puríS'Simam^ prudcntíssimam, pulcherrimam^. devotíssimam^ bu.-
millimam y mitissimam ^ omni gratia plenam^ omni sandii-
tate pollentem , omnibus virtutibus ornatam, omnibus cha-
rismatibus decoratam , T)eo gratíssimam, Quantum potes^
tantim auge : quantum vales^ tantum adde : mayor est is -
ta V i r g o , superior est V irg o ista. N on earn Spíritus
San^us litteris descripsit , sed tibí earn ánimo depingen-
dam reliquit ; ut intelligas nihil gratice , aut perfediio-
num , aut g lo ries, quoin ánmus ki pura creatura conci“
pere possit , illi defuissei immò re ipsa omnem intelle&um
SU'

{a) Div^ Tkom, à VillAnov* Serm, 2. de Nativ* V irg .


56 P R O L O G O
superasse» L a lim itación se ha originado de zelo» to ­
rnando por exeinplar e l prudente fervor de San Ansélmo»
{a) que dixo : Indecens est de B'eata M a tte D e i , quid
dubitabile in laudem eius recita ri, cUm ea, qua incuntanc^
ter de illa vera existunt , tanta laudìs materia sint re-
fe r ta , ut quicumque in laudando eam tnorari desiderat, ne-
cess^ sit , ut facultas ejus magnitudini r e i, & veritati
succumbat, Sicut enim sola p r a cun&is meriti singularis
en itu it, ita quidquid eam attinet , speciali quadam verità^
tis fir mitote dignum est enitere,
33 Com o lo» principios pues se reducen á dos ; uno,
que la m aternidad divina es la regla por donde se han
de m edir las prerogativas de M aría , por habérsele d a ­
do esa dignidad con quanto de condecencia pedia; otro,
que la plenitud de gracias y preexcelencia de preroga­
tivas de la madre de Dios sobre las demás puras cria­
turas es tanta , extensiva é intensivam ente, que quanto
se hallare concedido á algún Santo , se ha de tener se
concedió con m ayo r em inencia á esta Sefíora.: en uno
y otro se ha de ver la extensión y lim itación que se
ha h e c h o , para conocer el medio del sentido leghim o
de los Padres. E l primero han extendido muchos d i­
ciendo , que quanto en su em inencia no excediere á )sL
dignidad de madre de Dios, se ha de -entender se con
cedió á M aría; y como á -esa dignidad inefable ningu­
na perfección posible 4 pura criatura pueda exce d e r,se
h a hecho en esta materia vulgar un género de arguir
de posibilidad á existencia, pareciendo á algunos irrefra­
gable p rin cip io , que alguna perfección e a naturaleza,
gra-

(a) D iv , Anselm, de exceU V ir . M a r. cap, ?»


G A L E A T O .' ' S7
grado , 6 modo sea posible , de forma que no impUqiíe
contradicción el que se comunique á pura criatura , para
inferir la tu vo de hecho M aría. Em pero á o tr o s , no siíi
grave fundamento-, parece que en esta extensión h ay e x ­
ceso; porque con ella es preciso se derogue én las m a yo ­
res obras á aquella excelencia de la providencia divina p r e ­
dicada en la Sagrada Escritura (¿i) de disponerlas en peso
y medida to d a s ; pues siendo tan dilatada la esfera de
la posibilidad , aun dentro de los limites de pura criatura,
ni es fácil poner término no excesible sin pasar á infinida­
d e s ; ni se hallaría entre las gracias que se le diéron á
la humanidad de C h ris to , por el débito de la unión hipos­
tá tic a , y las que se diéron á M aría por la condecencia á
la maternidad d iv in a , la distancia proporcionada á la d e­
sigualdad de aquellas dignidades , por cu ya razón se d ié ­
ron. Otros lim itan el p rin c ip io , diciendo se han áe medir
las gracias de M aría por la maternidad según la cond e­
cencia con que Dios por las reglas de su sabiduría e ter­
na. y consejo de su re¿la voluntad determ inó com unicar­
la , tasando por su divino arbitrio esa condecencia : y co ­
m o esta determinación solo manifestándola Dios se puede
conocer , dicen , que solas aquellas prerogativá's se han de
conceder á esta ScncT.:, que se probaren por íiutóridad. Mas
esta lim itació n , aunque en lo primero de la determinación*
de la condecencia por la voluntad divina , dice verd a d í
en lo que añade de la prueba , ó evacúa el principio de
los Padres , ó nada explica : porque 6 habla de autoridad
que especialm ente pruebe la prerogativa determinada de que
se trata ; y si esta se reiquirese para qualquiera en piarti“
T om IX . H cu -

(íi) Provsrb, i6 . vers. \ i , Sapient. i i . v. 21,


.fií P R Ó L O G O
c u la r , para, ijada ser\iria e l principio de los Padres » to--
m ado de la dignidad de m adre de D i o s d e que ellos m is­
mos u saa con tanta, freqüencia (a) en sus. pruebas hacién­
dole ún ica m edio en m u ch a s;.ó h a b la de autoridad que
haga general principio de probarlas, y del que se forma
de la condecencia á la maternidad por la autoridad con*
eorde de los P a d res, se busca la in t e lig e n c ia y a s í,s i se.
quiere d ecir que se pruebe p o r la. autoridad general lo que se.
ha de co n ced e rá M a r ía ,, en nada se explica ese-princi­
pio. E l segundo ta m b iea lo han extendido muchos dicien*
d o , que todos los c a rism a sy privikiíios-en particular , que
se hallare haber concedido Dios á alguno de los,santos ángeles^
ú hom bres,, se ha de tener los concedió también á su m a ­
dre. E sta extensiontieneelincQ nvenientt. de habersede con­
ceder conform e á ella ,. que quanios- prodigios consta por
las historias, que obró. D ios en. particular en sus s a n t o s lo s .
obró todos en M aria y sieudo. tantos y tan vanos , lla-
flam ente se hace el consiguiente increíble.. Otros, limitan
el principio d ic ie n d o ,.s e ha de entender solo de. los do­
nes y privilegios que pertenecen á la santidad , pureaa de.
alm a y m ayor unión con D ios..M as esta lim itación coarta
mas de lo ju sta el sentido de los P a d r e s p u e s siendo su
m otivo la preeminencia de la dignidad de madre , sobre los
que solo son sie rv o s; la regla que toman de ese motivo,
violeatam ente se coartaría á solo aquel género-de favores,
quando su razan 1a am plia á los demas que D io s , ó en
señal de su especial benevolencia , ó ea crédito honorjfico
suele hacer i sus siervos.
34 E n tre estos extremos está la verd ad de aquellos dos
prin-

(a) i/ t vider. Uc. apud Moder* passim.


^principios. Consiguiríala el que usase de ellos en ta l m e ­
dio , que ni coartase con escasez la alabanza , ni la.
extendiese con liviandad , según aquella maxima de San
Basilio el de Seleucia : {d) \Ó V írg a S a n & ü im a , de qm ,
qui cum laude , "gravitérque d ix e r it, non Ule quidem á ve-
. rítate üherrabit\ C on alabanza y gravedad se ha de decir
de M aría san tísim a, para no apartarse de la verdad se­
gún la sentencia de Basilio ; con alabanza , para no faltar
á la condecencia-; c o n gra ved a d , para atender al peso. E s ­
pecificó mas 'este medio aquel tan ilustre , com o devoto
teólogo , Juan G érson , dándonos esta adm irable r e ­
gla : lu sta bierarcbicam D ionisii legem continet emirientér
[M aría) omnem perfeSiionem creaturarum^ tanquam inferiorum^
ut ture dicatur Regina mundi, <£? Domina, '-J^is igitur brevi

compendio M a ría ^heatitudinem v ía notam tib ifie r ñ D a sibz
per eminentiam quidquid in creaturis videris mélius ipsum^
■ quam non ipsum , ét si non form alitér , tamen emineñtir^ quam-
• quam distantér d Deo. Á dos to sa s , dice Gerson , se ha
de atender en la investigación de las gra cia s y preroga-
ítiv a s de M aría samisima : una á la em inencia de su
perfección sobre las d e todas las demas puras criaturas;
o tra á la distancia de inferioridad á C h r is to , que es ver­
dadero Dios. Conforme á esto, para d e clara r el m edio que
nos enseña G e rso n , se ha de a d v e rtir, que D ios crió este
universo con órden gerSrquico el mas hermoso posible.En

é l puso por c á b e la única á C hristo Dios y hombre con
la dignidad suma posible criada , que es la unión hipos-
itática: puso por cuello á la m ad re de ese hombre Dios
Hi con

(a) San& , B asil, de S e leu cia , orat, 39.


(¿) loan» Gers* Sup, Magnifie, traSl» 4. notul, t, Utt, É*
( Ó L O G O
con la -dignidad suma posible á pura cria tu ra , que es la
maternidad divina : liizo cuerpo del resto de las criatu­
ras, repartiendo entre ellas diversas dignidades inferiores.
Según esto el universo se parte principalmente en tres ge-
rarquias : (íj) Una de cabeza , y esta la compone y llena solo
C h risto : O tra de c u e llo , y esta la co m p o n e y ll^na sola
M aría : O tra de lo restante del cu e rp o , y esta se c o m ­
pone de las dem as criaturas. Y como Dios dispuso el o r­
den de superioridad è inferioridad de esas gerarquías, con ­
form e al que tienen entre sí las dignidades que en su
constitución colocó ; para que el órden fuese sumamente
h erm oso, era preciso que las perfecciones que comunicó pa­
ra condecencia de esas dignidades , tuviesen superioridad é
inferioridad en proporcion á ellas. Siendo pues este el ó r ­
den con que Dios crió el u n iverso , atenta la le y gerárqui-
ca de San Dionisio , {b) que la gerarqula superior contiene
con m ayor excelencia toda perfección de las inferiores, se
ha de decir , que la humanidad de C h ris to , fuera de la
unión hipostática ,^aunque por razón de ella Contiene to­
das las perfecciones criadas accidentales que se hallan
en su madre y en el resto d é lo s san to s, ángeles y hom ­
bres con m ayor excelencia, fo rm a l, ò eminentemente; y
que M a ría , fuera de la m atern id ad 'd ivin a , aunque por
razón de ella contiene fo rm a l, ó eminentemente todas las
perftccioncs accideiitales que se hallan en el resto de los
santos ándeles y hombres , con inferioridad solo á C h ris­
to

(/z) D e quoeleg, S . Bernar.Senens, Ser, de exaitat Beat,


V irgin, in glor, art. i . per. 9. cap. S Ser. 3. de Nom. Marice
a rd e, i^cap. i.
[b) San^\ DionisiusAreopag.de Cceks. kicr, cap. 3.
to , y con m ayor excelencia que se hallan en ellos. D e
aquí se ve la inteligencia media de aquellos dos princi­
pios, Quanto a l prim ero, se han de m edir las gracias y
prerogativas de María por la con d ecen cia á la 'dignidad
de madre de D ios, atendiendo , no solo á la e x c e le n c ia

de esa dignidad para la eminencia de su perfección res-


de las de todo el resto de todas las demás puras
c ria tu ra s, sino también á la inferioridad d e esa dignidad,
respeao de la unión hipostática; de s u e rte , que sea m e ­
dio entre la humanidad de C hristo y el resto de >as cria-
tu r a s ; y sea el exceso resp efto d e estas, é inferioridad res­
p e t o de aquella en proporcion á la dignidad de m adre,
atento al uno y otro extrem o. Quanto al segundo, se han
de conceder á la madre de Dios todos los carism as, g ra - ■
c ía s , dones y privilegios , que constare tuvo alguno d e
los santos án g eles, ù hombres , y con mucha m ayor e x ­
celencia ; no de modo que todos los tuviese formalmente:
esto es , en la misma espeie íofinna , sino unos a s í, y en
mas excelente ^rado y superior moJo sin com paración;
y otros no fo rm a l, sino eminentemente ; esto es , en el
mismo género ea superior y mas excelente especie.
35 Esta es la razón que com o m edio entre e x tre ­
mos de algún incon veniente, parece mas ajustada á la
vordad , p ir a discurrir conform e á ella en las excelen ­
cias y vida de la madre de Dios. Mídase toda esta His­
toria con e lla , y se hallárá un hermoso y m uy gustoso e s ­
p ectácu lo, com o decia con palabras de R icardo: {a) Pulch'rum
spáctaculum , valdeque iucundum , viéndose las revelaciores
que la componen , acom pañadas con manifiesta razón: Cum
tn-

(íí) ü icc r d , cit. íí;f. huw. 29.


in rev^latitìne veritatis bine procedit manifiesta ratio ; -puffs
quanto por ellas se r e v e la , no es mas que una expresión
individuai de lo que esa razón tan sólida en ^confuso -y
general enseña. V ease en esta obra todas las^gtaciasy pre­
rogativas de madre de D io s , tan ajustadas 4 la condecen­
cia de su dignidad , juntando su em inencia impondera­
ble con la inferioridad á las de su hijo en tan am irable
proporcion , que e a su misma disposición se .trasluce ser
esa la que ordenó la S abid u ríaán fín ita, para d ar al univer­
so d e s ú s obras la mas «hermosa arm onía.-Exprésanse en
ella fa v o re s, gracias y privilegios que Dios concedió á su
m a d re , de tantos géneros y e n tan sublim e excelencia, que
se com prueba con la expresión , que n in gu n o -se halla, m
aun se puede hallar , según la provideincia que ,vem os, en
santo alguno de la naturaleza angélica ò hum ana,, queaio
se halle en M aría , ó formalmente ;en mas excelen te grado^
Ò eminentemente dentro d el mismo género. ;L a disposición
de los sucesos se ve en e lla tan d el;to d o ad m irable, que
antes de le e r la , no parece pudiera ingenio humano ima­
gin arla; y despues de leida , aquieta-tanto^ef juicio , que no
parece pudiéron acaecer de o tra form a , -para , que fues^,
conforme pide la m ateria, con sum adecencia.-Y para d e c ir ­
lo de una v e z , se h a llará , que quanto se escribe en e s ­
ta Historia de la tpadre de DioS , está ^icjho según la r e ­
gla de Cum laude ,gravíterqué; d e iíonde se sigue,
que non á verttate a berra t.h ?i lección estudiosa de la obra
será prueba del asunto.
36 N o solo la razpn , sino tam bién las locuciones de
los P ad ras, c la ra s, ó figurativas acreditan quanto en esta
H istoria se revela de M a r ía , para que podamos d ecir con
R icard o: E t ad eonfirmationem revelationis ilHne occurrit tám
aper^
ttptrtu, gudtn figurutu locutio. Muchas cosas de las que en
ella se dicen , se hallan ò expresas , ó bastantemente signi­
ficadas en sus escritos ; com o seria fácil com probar por
sus autoridades , que copiosamente recogiéron los moder­
nos que de propósito tratan de las excelencias de la V ir ­
gen. Ninguna de las que los Padres enseñáron concordes,
ó que se pueda suficientemente probar de su autoridad, p a ­
rece se desea -en esta obra. Y si bien en ella se escriben
machas que los Padres no to c á ro n , aun esas miomas se
hallan patrocinadas de su autoridad. N o las dixèron , por
que no les fuéron manifestadas ; pero confesáron , que se­
gún lo que la Sagrada Escritura én figuras significa , eran
m uchas mas ^las ■pretjcgativas de la m adreide Dios que les
quedáront ocultas que« las que pudìéron por-' discurso in ­
vestig ar., San. G regorio Niseno,.(í!í) explicando-aquel lugar
de los OzützxQh ^. Murenuias'-'áureos faciemus'^ tibi vertnicu-
/flííií íir^’eíJííí’:. que trasladáron los S ttenta : Similitudines
auri-faciem us: tibh .cum'-n^tis\ seu^pimStis mbmtis: argenti^
dice, asi f Quod. ergo, per híec-Sfgnificatur ^ est ■huiusmodi*
Nem pé y quod superat: omnem , ,quce comprehendit \ cogltatto*
nem.-QuíC autem de ea i^Marh) n* bis s\kbestintelUgentia men^
tisqué CQnceptio\ est sm ilitudo eius , quad queeritur '. non-enìtn.
Qstetiditrtpsam iUius^formam , sed per ' speculum , aiiigma
d escrib it'quondam iUius ^ quod quaritur-^. apparentem spe-
fiem., quce inesi'animis ex quadam coniectura. Omnis autem
tratto. ^ quce significat hujusmodi mentis CQnceptiones ^ habet
vim cuittsdatn punSii .individui^non vcUentis cogitare j d ^ quod
vuit mentis^ cogitatio*. San Bernardo [¿] aplicando á M aría
la.

(fl) D iv . Gregor, N is hom, in Cant, C m t .\ ,v , lo«


(¿) D iv , Ber,%* S er. super S a l, Reg.
<54 P R Ó L O G O
la figura de aquel libro cerrado del A p o ca lip sis, la dice:
Nemo y ñeque in cælo t ñeque in [terra ^ inventus est dignus
ûperire ilibrum prarogàtivarum tuarum , i ? digne solvere sep~
tern signacuia eius, Y luego : V ir i divitiarum multi de civ i-
tate Domini virtutum misserunp manus suas ad hæc for^
tia : Í? tamen multitudinem divitiarum harum ad liqui-
dum comprehendere non potucrunt ; quia in investigahi^
Jes vice eius & ìnscrutahilia universa , conati sunt^
& non datum est ultra\ dum adhuc brdirentur ^succisi sunt»
¿Q tjis enim loquetur potentias Domini , auditas fa ciet om-
fies laudes eius} Ruperto (îï) explicando aquello de los C a n ­
tares : Oculí tui columharüm , absque eo , quod intrinsecus
letteti la d ixo : Absque eo^ quod intrinscus látete quod solus in te
D eus vide}: 'nobis autem quia inexpertum^ adcirco ineffabile^ im •
fnó & incogitahile. Y R icardo de S. Laurcncio(A) juntando ese
y otros lu g a re s, á\c^: fía n c gloriam sihi retinuit Superrus
A r t if e x , cuius V irg o M ater opus est speciale , nec alteri
tiaturus est earn, Q uaré de M aria per Prophetam dicit: Se^
¿return meum mibi : Isa ia 24. Propter hoc etiam de eius spe~
Zìe toties replicat Sponsus in Cànticis : Absque eo , quod in-
trinsecus latet ^ soli pervium Creatori , sed nulli cognitum
creatura. T^àm quanta sit M a r ia species , qui dedit speciem,
solus novit. Y sobre aquel texto*, (r) Hortus conclusus^fons
sígnatus e d ice : Signattís , idest ^ clausus \ quìa pau?is cog­
nita est muìtitudo niiserationum eius , <£? abtmdantia gratia '
rum^ Í? divitiarum spiritualium.?\iQáQ^Q traer en confirm a­
ción de esta verdad la sentencia concorde de los Padres,
de

{a) Rup. in C a n t, ad cap. 4 . vers. i.


(b) R ic. à S . Laur. Jib. 9. d ela u d ib ,B , M ar,
i^c) Cant. 4. V. 1 2, .
de qué M aría nunca ha sido bastantemente alabada ; pues
sus palabras no solo muestran lo inefable de los miste-
t í o s que de ella conociéroa , sino también indican lo escon­
dido de muchas excelen cias de esta Señora , cond ecea-
tes á su d ig n id a d , que no se íes mánifestáron.jPor eso S.
Bernardo , (fl) a otro aator entre sus obras , habiendo V is­
i o lo q u e ios Padres precedentes dixéron , habla así á la
madre de Dios ; Gloriosá diSia sunt de t e , Sandia D ei
'Genitrix , sed adhuc locus est tuce la u d i, adhucin tuis lau-
dibus omnis lingua balbutita Gravem ente confirm a y a p o ­
y a esta verdad el erudito y devoto D oAor Gerson (^) d i ­
ciendo ; ín cognitione g^arum, quús ad D jiparam specíanty
lElcclesiam tnaiorfs in M s progressus fecisse , ftíthi co n-
pertum est. Constat enim , aníiquitatem multa VírgtniS en~
comía , aut prarsus ignorasse , aut minus reSiecalluise , quce
hodie Ecclesia nova luce perfusa p ié ample6íitur , S vene-
ratur : ita ut putem id sibi F irginem divinasse, cum in do-
vto Zacarice ita cecinit : Ecce enim ex hoc beatam me ái^
^ent omnes generationes , Luc, i . Qtíod quidem ita accipien-
dum est^ ut succedentes generationes , non modo acceptas á
prioribus laudes V írg in is celebrarent, sed etiam illas novis
accesionibus augerent, í? cumularent,
37 Siendo pues constante en el sentir de los Padres^
que muchas prerogativas de la M adre de Dios y b en e­
ficios que en su vida m ortal obró en ella el brazo d el
todopoderoso, y ceden en sublime alabanza de esa singular
criatura y adm irable gloria del C riad or , les fuéron i esos
mismos Padres o cu lta s, y -que ningún ingenio humano
Tom, I X , 1 co a

(¿)
{a) Div. Bernar, in deprec. ad Virg. Mar,
loan^ Gers, in ^ppendic.Serm, deConcept, Vir*Mér^
66 P R Ó L O G O
con sola la luz de la fe , las puede líquidamente investigar;
se v e , que las revelaciones de esta'•Historia , aun en las
cosas que los Padres no t o c á r o n s é . hallan patrocinadas
de su. autoridad,. Porqjie confesanda ellos , que confor*
me á las figuras de la Sagrada E s c ritu ra , conocían eran
mas la s prerogativas de esta soberana R eyn a que les
quedaban ocultas y com o guardadas en el secreto del
Consejo D ivin o , que las que ellos llegáron con. expresión,
á alcanzar ; en general signiñcáron las que despues se ma?
nifescasen, siendo conformes á los principios que con lu z
divina dexáron asentados para reg u la rlas; com o se víó
arrib a lo son las que componen «sta obra. N i obsta que
algunas de las excelencias de la m adre de Dios que en.
ella de n u e v a se re v e la n , excedan quanto pudo llegar 4
im aginar el ju icio hum an o; porque eso m ism a lo que
concordes predican, esos Padres,, que los. loores de la
m adre de Dios exceden toda humana capacidad. Y por
eso previniéron nuestra adm iración Eutim io {a) y. Andrés
Cretense diciendo : »Íí quid ^ quod nos superat in ea {J M x-
r í a ) divina operata- est g ra tia , nemo.miretur , intuens ad
novum y ^ ineffahiJe, quod in ea peraSium est misteriutn.
ab otwii infinítate infinities infinité exceptum».-
38 Y aun de ser segua la doéirina de los Padres esas
prerogativas de M aría santísima »que les quedáron. ocul­
tas » por una parte sobre toda, capacidad hum an a, y por
otra de tan singular g lo ria de la madre de D ios ; se
hace congruentísim o» que en el tiem po oportuno las m a­
nifestase el Señor en su Iglesia m ilitante , con expresión
distinta para esa gloria , y por revela cio a para suplir
aque-

(a) Euthim* Ser, de Zona* Virg* Andr* C n t. Serm%


de dormitio, Veipar*
G A L E A T O 67
aquella incapacidad'. N o está sin autoridad esta ilación.
Parece que profetizó San A m ad éo Obispo Lausense, (a)
que el Señor por el m edio de visiones espirituales y ce­
lestiales revelaciones de su m adre saritísima habia de m a*
. nifestar sus excelencias en los siguientes sig lo s, quandó
-confiadamente ó \ ^ o '.Sciendum tertissimé^ quodcrebertima
miracula , spirituaks visiones , ■cceleite's revelationes, suhli^
mes consoiationes almce Parentis Domini orbi terrarum a s s i­
due corruscàbunt donéc finem mundus iste senescens inventai
: in clarescente regno, cuius non est finis. H izo la ilación
el Abad ’ Pedro Celcnse (¿) de la dottrina de los Padres;
pues habiendo confesado segan é l l a , que eran mas las p re ­
rogativas de la Virgen que les estaban o c u lt a s , que las
-que tenian m anifiestas, y que no podia alcanzar aquellas
nuestra capacidad , por estas palabras : C red o, c'onfite9r ,
plura esse apud nos ignota de Vtrgine Sa crosa nta , quám
nota ; quia i'onfsrtáta e s t, g r a t ia ,^ gloria , íSj* non p o s-
sumus ad eam\ Infiere de aí que Dios las revelará quando y
com o fuere su 'voluntad , diciendo inm ediatam ente : E t
hoc ipsum revelahit D e u s , quando voluerit , <S? quomodé
voluerit. Animosamente Am brosio Catarino , Arzobispo
de Cam pfa '(c) singular d evo to de la madre de D ios,
tratando del misterio d e su C oncepcion Inm aculada, m o ­
vid o , según p a re ce , de celestial impulso , dixo : E g d
tenim non in hoc privilegio flniri M a r ía laudes existimo^
Í2 sed

\a)SanSi. Amadeus Episcop, Zaus. homiU 8. de ¡audih,


. B . M ar.
{b) P a tr. CeÍens, lih, 9, E pist. 10.
(c) Amhros. Catha. disp, pro Inmac. P 'irg. Concepì a i ,
^P. Ord. Prced, in expugna. 4. aciei.
Í8 P R Ó L O G O
sed latére etiam plura beatis nota Spiritihus, & sua die
revelanda E cclesia \ ut qucevis ¿etas suis , atque novis gau--
deat decorata misteriis. Pareciera este texto profecia, si­
no se deduxera su resolución tan suasiblemente de las
d oarinas referidas de los Padres. Este es el hermoso es-
p e é lá cu lo , que no dudo será m uy gustoso á los eruditos,
y pios : Cum in revelatione veritatis bine procedit manifes­
ta ratio , <S? ad cunfirmationem revelationis illinc ocurrit^
tám, aperta , quám figurata locutio , Y esto es lo que se ha.
ofrecido proponer , para que se haga juicio de las rever
licion es de esta Historia por parte de la materia.,

S. VII,

39 ara proponer los principios(*)que se deben atem-


der de parte de la forma , se ha de m irar la calidad
de estas revelaciones , así en su razón formal y modo
con q^ue las recib ió la E sc rito ra , com o en el estilo y
modo de palabras con que las d e cla ra . L a razón form al
de la revelación divina privada ,q u e se hace en este es­
tado á los h o m b res, d e cla ri arriba (¿í) diciendo , era
una manifestación sobrenatural de alguna verdad oculta
que Dios com unica en particular á. alguna criatura huma.-
na. D e aquí es^, que en lo formal incluye acción y pa­
sión , com o Botò bien C ayetan o (b) L i acción es la di­
vina , coa que D io s , com o principal agente descubre al
en-

(+ ) R a z ó n f o r m a l de la í e v e l a c i o n , y s u s g é n e ro s.
(<?) Supra num, 2 7 .
{b) Caiet, 2. s. q, 17 1. art. t.
entendimiento humano la verdad oculta que quiere m a-
nife.Marlc. L a pasión es ti conocimiento ó inteligencia con
que e l entendimiento humano percibe la verdad que se
le revela. Y como el entendim iento humano tiene tres c a ­
minos de entender; (a) uno comenzando de algún sen­
tido e x te rio r, pagando de allí al sentido común y fanta­
sía,- y de aquí al entendim iento; otro com enzando de la
imaginación , componiendo las especies q'ue están en la
fantasía, y pasando de a llí al entendimiento ; y otro c o ­
menzando del entendimiento mismo ; es consiguiente que
Dios pueda tener estos tres modos de revelar al hom­
bre las verdades o c u l t a s , comenzando su acción extra­
ordinaria con que las quiere m anifestar, ó de la inmu-<-
tacion del sentido e x te rio r,© d é l a imaginación , ó de la
del entendimiento. Em pero porque muchas veces lo que
D ios intenta manifestar por la inmutación extraordinaria
del sentido e x te rio r, ó d e la imaginación , no llega á la
inteligencia {b) de la persona en quien se hace e s a in M
tacion , y la revelación incluye esencialmente inteligen-»-
cia (r) de alguna verdad q u e Dios quiere m anifestar; pa­
ra declarar aquellos tres géneros enteramente , toman los
doélores místicos un concepto y nombre mas comuH, que
los comprehenda y adeqüe , y en e es F isión.
40 E l nombre Vision , lo primero se im puso p=ira sig-
niñeas- el aéto del sentido, de la vista ; mas por la digni­
dad

{a) V id S , Thom, 2. 1 , qu.vs, 174* i. 5 ? í* t/S-


art. 3.
(¿)- Infra. num. 43.
(¿*) E x S , T h o }n .2 .2 .q u xst: 171. « rí. i. in corpor, Qf
éí/ 4
70 . P R O L O G O
d ad y certeza de este sentido lo extendió el uso coimift
à significar el a flo de qua^ uier potencia cognoscitiva, ho*
ra sea sentido e x te r io r , hora in te r io r , hora el en-
.tendim iento , como notó el Doétor A n gélico, {a) En esta
generalidad , visión divina es qualqaiera operacion cognos-
c itib a , -,ó de sentido exterior , ó de interior , ó :del e n ­
tendimiento , que Dios co:no agen te-priacipil cause, ó por
sí m ism o , ó por ministerio de sus ángeles, ,para dignifi­
ca r Ò manifestar alguna verdad oculta. A esta visión d i­
vina dividen los P id res {ó) y doftores místicos en : tres
géneros , corpórea , im aginaria (que San Agustin llam ó e s ­
piritual) é in te le é ljil. .Vision corpórea es , 1a que p rim e­
ro se hace en alguno de los sentidos exteriores ; y r e g u ­
larm ente se causa proponiendo ò aplicando al sentido
los objetos sensibles, ve rd a d e ro s, ò aparentes en forma
que signifiquen ó' representen 4 a .cosa -oculta que Dios
quiere manifestar. Vision im aginaria es la que primero se
form a en la im aginativa ó sentido J n te rio r, comenzan­
do de a l l í , sin haber precedido en algú n sentido exterior,
y regularm ente se causa , -ordenando 4as .especies que
están en la fantasía adquiridas -.por . Ja via de los .senti­
dos exteriores, d e fo rm a, que formen la .visión significa­
tiv a , ó representativa de lo que Dios quiere descubrir;
y si para ella no fuesen suficientes aquellas , infundiendo
Dios otras de n u e v o , .com o advirtió í>antoTomás, (r )V i­
sion

(a) D iv . Thom. t. par. qa¿es, i. S , Augu st,


lib. 10. Conf. cap. 35.
(b) D iv . A ug , de Genes, ad litt. Uhr. 12, c. 7. S . Isidor,
lib. 7. Etim olo.capit.^. S . Tborn.i. i \ q . 173. «ri.
S , Bonav. de profec. R e lig . lib. 2. cap, 75 ,
(c) Div. Tho, loc. prose, citat.
G A L E A T O. 71
sìori inteleétual es la que se forma prim ero en el e n ten ­
dimiento , donde comien^^a sin tomar su origen , ni de lo
que los sentidos exteriores aprehendiéron , ni de lo que
la- im aginativa percibió ; y esta se hace elevando D ios el
entendimiento humano por algún lumen infuso para el
conocimiento que está sobre sus fuerzas » é infundiendo
en él nuevas especies intelei^uales , sino son suficientes las
preexistentes para- el género d e visión que quiere com u­
nicar ; ó si lo so n , ordenándolas para que la causen coa
concurso divino milagroso. Esta visión puede ser en dos
maneras. (í?) Una tan puramente in teleclu a l, que no c o o ­
pere la fantasía con el entendim iento, sino que este so ­
lo c o n o z c a , sin que la fantasía tenga- entónces opera­
ción alguna,. ni acerca de^ lo que é l está conociendo , ni ■
de cosa concerniente á ello. O tra, acom pañada de la o p e ­
ración de la fantasía» n a de suerte que esta mueva a l e n ­
tendimiento , ni pase á- este lá visión- d esd e' la fantasia,
que entónces no seria la visión in teleélu al, pues no^ te n ­
dría en- el entendimiento su- origen.; siii,o de* modo , que
¿ la. visión qqe primero-se forma, en el entendimi-into, se
sig? en el mismo instante real la o p eracio n 'd e la fan ta­
sía p o r hallarse, esta con especies para, obrar á cerca del
mismo objeto m a te ria l, ó -d e otro proporcionado con»
cerniente en algUQ modo á la m ateria de la visión,-
41.' D e l a dicho se infiere que qualquier visión ' inte-
lediaal es propiamente revelación-; porque en e lla - s e h a -
lia

(fl) Sumit» ex! V . Thanu quces, 13.:-í / e < i r . 2, ad


Ránav, ¿Ji M iss, cap. 2. pág^ i. S exprim it •
Súar. de fid. ilis. 3 , seSi, 6. núm. i . S t x e o M a rtin D^Ir
cit^ c. I. quas* I.
27 P R O L O G O
Ila , no solo la accioa de Dios que d escúbrelo ocu lto , s i ­
no también la inteligencia del entendimiento humano que
lo p e rc ib e ; pero las visiones corporales è imaginarias p u e ­
den no ser revel^îciones; porque aunque Dios las form e
para significar alguna verdad oculta, puede ser, que el que
las recibe no tenga su inteligencia ; y sin esta no h a y
revelación , como ansefió San Agustin. (ti) De donde T eo -
filato {b) dixo : N ovsritis , quód rcoslatio maius qutdpíam*
sU , quim visto : buie enim tantim videre datur ; re v e la th
vero , quod videtur , denuiat. Para declarar cóm o pasan es­
tas visiones corporal è im igin aria á ser revelaciones, ad­
vierto , q ie según el órden natural de nuestras potencias^
ninguna visión corporal dexa de p i s i r del sentido e x te ­
rior á los interioren, y de alli al en ten d im ien to , quanto
4 la percepción ( proporcionada á cada una) de la visión
y d el objeto m iterial que representa ; de forma , que si la
visión corp)rea fuese ex.g. de mano que escribiese , co -
-mo lo fué la del rey B U tasar, (¿*) no se quedaria en la
potencia v is iv a , sino que en e l mismo instante la fantasia
percibirla mano e ic rib ie n te , v el entendimiento la co n o ­
cería , y que la vela sensiblemente. L o qual es llano en
filosofía , y de los místicos la ad virtió el Autor del l i ­
b ro dg sp íritu , í ? anima , [d) diciendo : Q'iidquid sensat
p e r c ip it, jma^inatio représentât , co^itatio form a t,
piufn in v e s tig a t, ratio iu d ica t, memoria servat ^ intelledius
se~

{a) D iv . A u g . Genes, ad litt. libr. 12, e. 8.


(b) Tbopbil. in 2, ad Corint c. 12.
(f) Dan. g. vers. 5.
■ {¿) L ib. de spirit. & mim, cap. 11» inter. Oper, Augus»
tom. 3,
G A L E A T O . 73
separai, wteUigentia campréheniit. L o mismo sucede natu­
ralmente en la vision imaginaria respeéto del entendim ien­
to , sino que haya nigun impedimento, como nóló Cayetano:
{(i) Existente nova ¿ipparithne in imaginativa , nisi impedid
mentum a á sit, vel propter fluxum nimium , ut in pueris^ &
ebriis a.X ídit; v e l'propter babetu.iinem virtutum^ita ut phan.^
tasmata sint inepta ad h o c, quod luceant per lumen tntellec-
tus agentis^ ut accidit quibusdam bominibus , qui f e r é solo
nomine sunt homines ; vel propter defedium applicütionis , ut
9ccupatis circa speculationem contingit \ S si quid aliud si>
mzle impedimentum , nihil aliud requirisur ad generationem
speciei in tellig ib ilis, nisi lumen intelleñus agentis, quod quan-
tum est ex se , semper est paratum agere sim iliter pa-
ratus est intelle^ns passibilis recipere. E n este sentido
dixo San Agustin , {b) que no puede haber vision c o rp o ­
ral , sin que juntam ente la h a y a imaginaria , ni im agi­
naria , sifl que juntamente la haya in teU a u al ; llamando
vision imaginaria á la operacion d e la im aginativa que
naturalmente se sigue á la vision c o rp o ra l; y vision in te-
leélual al conocim iento que se sigue naturálmélite á la
operacion de la im aginativa ó sentido interior , c o ­
mo consta cla ro del contexto. Em pero este conocim iento
conseguido á la vision corpórea é im aginaria por e l ó r­
den natural de las potencias, no basta generalm ente para
que esas visiones pasen á ser revclacione« con propiedad.
42 Para explicar que se requiere m a s, se ha de notar

T#w. ^
una máxima de San Agustín (c) im portantisim a en esta m a-
IX. te-
(«1 Caiet, in 2. 2. y. 173. 2.
(¿) D iv . A u g . lib. 12. citat. cap, 24.
{d) D iv .A u g u s. í M , cap, jg .
74 P R O L O G O
terìà : e s , que qualquiera vision corporal, ó imaginaria,
siendo de buen espíritu, fuera de lo m aterial que repre­
senta à los sentidos , ha de significar por ello otras c o ­
sas que Dios quiera manifestar ^ y cuya noticia sea útil.
A sí lo afirma y prueba el Santo por estas palabras : Cum
cü'.tem spíritus bonus in hcec visa huinanum spiritum assumiti
(i'it rapit , tiullo modo illas imagines , signa rerum aliarum
esse, duhitandum est^ S earum , quas nosse utile e s t , D ei
enim mams cst^ Y mas abajo (a) vuelve á decir , que sin
esta significación no h a y vision sensible que sea de buen
^spirita : Itaque (dice) bono quidem spíritu assumi spiritum
homlnis ad has videndas imagines^ nisi a liq u ii si^niflccnt, non
Requiérese pues para que la vision corpv')rea ó ima­
ginaria pase á Tcvelacion , que el que la recibe, fuera del
cppocimiento de lo m aterial que se ofrece al sentido, ten-
c i n t e l igencia de alguna otra cosa de las que Dios inten,
^a significar por aquellas imágenes. D ixe de alguna otra
cpsa\ porque como advirtió santo Tom ás (b) hablando de
la profecía , puede y suele Dios por unas mismas im á­
genes signos intentar significar diversas cosas : y p a ­
ra que la vision sensible pase á re ve la ció n , no es n ece­
sario que e l que la recibe tenga inteligencia de to d a s, si*
no que basta que la tenga de alguna ; pues y a se le m ani­
fiesta verdad oculta.
43 Para declarar mas la doéirina dada con exemplos,
se ha de advertir , que la vision corpórea é im aginaria
puede s e r , ó de palabras -jensibles, ó d e otras imágenes
ordenadas para significar lo que Dios quiere. Si son de p a-
la-

(í?) D iv . A g u sii.Jb id . c. 22.


{ b )D iv . Thom. 2I 2. 173. rtrí. 3.
labras, ó pueden ser de idioma que no sepa e l que las recibe,
Ò de idioma que él entienda. Y siendo de este , ópuede Dios
intentar significar loque m aterialm ente significan las palabra?,
ó no esto, sino otro sentido oculto,Si son de otras imágenes, so*
lo se debe atender la diversidad, de ser mas ó ménos expre­
samente representativas de lo que Dios quiere significar,.
(a) Si. la visión sensible divina es de palabras en id.io-
ma que el que la recibe e n tie n d e , y lo que Dios inten­
ta significar, es lo mismo que las palabras llanam ente sue­
nan , siempre pasa la visión á revelación ; pues el que la
recibe , tiene inteligencia de la verdad oculta que D ios
por ella quiere manifestar. Si es de palabras en idiom a
que no entiende el que la recib<i , no es para él revela­
ción , sino solo visión : y así para e l rey Baltasar la visión
de la escritura (b) en la pared de su q u a d ra , no fué r e ­
velación. Si es de palabras en idioma que entiende el que
la recibe , pero de forma que no intente Dios significar
lo que materialmente suenan las p a la b ra s, sino otro sen­
tido oculto , miéntras Dios no manifiesta ese sentido á quien
la re cib e , no pasa á revelación la visió n : así aquellas p a ­
labras que Dios dixo á San Pedro en la visión de la saba­
na : (c) O ccide, & manduca, y Pedro entendió entonces
materialmente , como consta de su respuesta no p'asá-
ron á revelación hasta que despues , oída la embaxada de
C o rn e lio , le manifestó el Espíritu santo {d) se entendían
de la admisión de los gentiles á la Iglesia. Si la visión es
k2 de

(íi) Div» Thom, 2 .2 , q, 174. art. 3.


(b) Dan. 5. vers. 5.
(c) u-jdi. 10. vers. 13.
{a) I liá . vers. 2Q.
d e imá^renes, y el que la r e c ib e , recibe también la inte­
ligen cia-óe lo que Dios por ellas intenta sign ificar, es r e ­
velación ; así la vision- que tu v o Geremías (¿i) de la olla
encendida con la inteligencia del incendio de la ciudad que
D ios intentaba significar por esa imágen , fué revelación;
y de la misma forma las demas visiones corporales è
im aginarias que los profetasSantos tuviéron. (¿)’Si el que re^
tib e estas visiones , no recibe su inteligencia, no son pa­
ra él ravelaciones : a s i, ni para Faraón la visión de las
bacas- y esp ig a s, (ít) ni para sus ministros las de la vid'
y los-í canastillos , {d) ni para Nabucodonosor las de la es-
estatua (ff-) y e l á rb o l,fiié ro n revetacioney;pues ningunode=
ellos recibió su inteligencia. Pero hase de advertir, que quan­
do la visión e? de D io s , y no dá al que ia recibe su in­
teligencia , regularm ente le com unica una persuasión d e
que en esa visión hay alguna significación o cu lta , que le-
mueve á investigarla , com o se ve en todos lös exem plos,
puestos y lo insinua San A g u stin , (f) por ser el medio or­
dinario por donJe se viene à conseguir la inteligencia d é­
lo que Dios quiere manifestar por la visión ; que siendo
s u y a , no puede ser ociosa. Y com o dixo bien ^Xz^'.{g)^Qiiid
prodesset videre imagines rerum , quid earum notas infundí^
^uid ,in íissumptis corporibus osíendi\ ^v; separatas defunc'
tOr

(íi) lere i . à vers. 13.


{b) E x D . Tbom ,'2.2.q, 17 1. ^rt: i . a i ‘ 3.
(f) Gen. 4 1 . íi vers. i.
(d) Gen, 40. a v e rs. 0 ,
(f) Dan, 2. 3. & 4 *
(/) D iv . A u g , Ub, 12, citat. cap, 11.
\g) loan Franc. Pico, de pranot, i. 2 , cap. i.
G A T. E A T o .
fòrum animas^ vel àitgelos ^ quee apparìtio dicitur-^ nisi p ari-
n r adesset cognitio^ revelarenturque apparitionis Stgnificantìaì
y San Isidoro d ixo , (a) que sin este conecim ieBio, Ics otros
dos géneros de visiones , re/ if jii.6ìuosc: suht ^ vel etiam in
errortm mìttunt,
44 Entendidas la naturaleza y d i f e r e n c i a s Ias vi*
srones y revelaciones en generai por esos principios, pue*-
de el varón dodlo hacer juicio prudente á cerca de qué
género sean las que se comimican en particular , ó en
voz , ó por escrito. Y es c ie rto , que si se Je comunican
com o recibidas tan independe ntemente de todo lo se/isiblej
que aun careciese de la operacion de^ Ja fantasía el que
las re c ib ió , en suposición de la verdad del informe ^ sg
deben tener por inteletìuales. Si se le comunican como r e ­
cibidas sin - inrágenes ni- palabras- sensibles, sino con oiro
RTodo d e ' inteligencia mas a lto , siendo dé cesas m uy es­
pirituales , y sobre la ■ capacidad ó inteligencia ordinaria
del que las recibe , aunque acompañe la operacion de la '
fiHtasIà" á 'c e r c a de* el obgetd prop'ordonádo , se pueden
tener pfobábrc'mente por intelediíale«. S í'se • le com unican '
com o recibidas por' imágenes' ó ’ patabfas sensibles, hora-'
percebidas por algún sentido exterior , horá por eF inte^
l i o r , aurrque' líis* acompañe la inieligencia de lo que Dios
quiere significar por esas imágenes ó palabras, regu>armen-
te se deben tener por corporales, ó imaginarias propoi*.
civraalrnsntf. DiXe regularmenU\ porqire puede ser, que re­
cibida ia visión c o r p o r a l, ó im a gu ia ria , comunique Dios
la inteligencia d e la verdad oculta qiie por ella intentó
sigahícar eon vi«ioa pyram cm e inteltélual que toque ja
mis -

(a) Sandí, Jsid, lib\ 7. Ethymol. cap. 8; ’


78 P R Ó L O G O
misma verdad desnuda y sin dependencia de aqnellas imá­
genes : que por eso San Buenaventura (¿7) describiendo la
vision in telectu a l, d ix o : A lia visio est intelledíualis^ qua
illiiminatus oculus luce v e r ita tis , purè ipsam veritatcm in se
contemplatur , vel inteiligit in visione imaginaria veritatcm,
qufe in illa significatur. Y también puede ser ", que p ri­
mero manifieste Dios á la alm a las verdades ocultas que
la quiere revelar con vision puramente inteleftual, y des­
pues la dé im ágenes, símbolos y figuras con que las sig ­
nifique; ó para acomodarse á la capacidad de aquellos
à quien se han de c o m u n ica r, que no pueden percebir
la verdad desnuda ; ó porque los misterios revelados 'se
traten con mas reverencia , com unicados debaxo de esos
v e lo s : así entendió el mismo D oélor Seráfico habia su­
cedid o en las revelaciones que tuvo San Juan de su A po-
calípsi : loannes Evangelista [ dixo 3 licét sub figuris cor-
porearum rerum descrlbat ^pocalipsim , creditur tamcn
omnia purè vidisse , í ? intellexisse , quoí ibi figuralìtèr
d escrih it, vel propter capacitatem aliorum , quibus ipsa pu-
ra ver it as p r a sui splendore imperceptihilis f u i t , v elin a -
g is propter misteriorum revdati mem , qu(C non passim om -
nibus propalanda su n t, ut exerceantur d ig n i, S excluyan -
tur indigni á sacrorum misteriorum intcUigentia.

§. VIII.

(a) D iv . Bonav. de prof. R elig , lib. 1, cap. 75.


{b) D iv . Bonaveñ. ibid, ^
S. V in.
45 H ech o concepto del genero de la visión <[*] ó r e ­
velación en p a rticu la r, para investigar por é l y su razón
formal si es D iv in a , se ha de exám inar qué agentes pue­
den causar las visiones y revelaciones de cada uno de
esos géneros. Y lo prim ero está fuera de duda ^ que los
ángeles buenos pueden causar las visiones y revelaciones
corporales é im aginarias; porque aunque hubiese dificul­
tad (a) á cerca de com o puedan por su virtud natural,
i\o la puede haber en que ayudados de D ios por sobre­
natural virtud pueden causarlas, com o advirtió bien el
Padre Suarez; (¿) y que de hecho , com o ministros de
D io s , las han ca u sa d o , consta de infinitos textos de la
sagrada E scritura, Baste para la corporal la em baxada
de San G abriél á M aría santísim a; (í) y para l a im agi­
naria , las apariciones en sueños de el Á n g e l á San Jo«
sef : (íí) y aun es común sentencia de Padres y teó -
Ipgos escolásticos, (e) que generalm ente las. visiones 6
apariciones corporales é imaginarias las causa Dios por
ministerio de sus ángeles. E m pero no porque las causen
in -

[*] Principios de colegir por la naturaleza de la vision


su agente,
(a) D e qua Scot. in 2 . Oxo» d. i i . q, únic, à n. 6.
(b) Suar, de A ng, lib, 4 . c. 33 . n . 9.
(¿•)Luc, V. 26.
I.
{d) M a t. I. V, 20. c. 2 . vsrs. 13 . iS
* 19 .
(e) Apud Suar, de A n g , Ub, 6, cap, 20 . 21.
8o P R Ó L O G O
inmediatamente los ss^otos ángeles dexan de ser propia­
mente divinas y tener la infalibilidad y certeza de cales;
p o rq u e , com o advirtió el Doélor Angélico, (a) los ánge­
les las causan com o ministros de Dios , y e l ministro se
ha como instrum ento, y el efe^ o de el instrumento .se
atribuye á la causa principal en c u y a virtud hace : Op9-
ratio tnstr.wnenti [d ic e el Santo ] attribuitur principait agen-^
Pi ^ in eu h f virtute instrumentum agit. Bit quia minister
est sicut instrumentum , idcìrcò propbetica revelatio, qua
f i t ministerio Anzeìorum , dicitur esse divina.
46 T n n b i‘-in es dodrina rei^ibida de Padres (h) y teó ­
logos escollstìcos y místicos, íjue e l demonio puede rem e­
d ar las visiones y revelaciones corporales é imaginaria«-;
porque siendo p rin cip io , llano ^ ^ue i la naturaleza an­
gélica le está naturalmente ob^di^ntc la corporea quan**
to al moviiTjiento local ; ,es consiguiente pueda el dem o­
n io naturalmente hacer quanto se .puede disponer por ese
movimiento ; y es Cierto , que .por ¿1 se pueden formar
visiones de esos dos géjieros. X a s corporales por tres m e ­
dios : ó por inmi^ucio.n del o b jeto , componiendo 4 e l a y -
re y otras materias con diversa mistura .g colocacion,
cuerpoí de varias apariencias , y form ando voces sensi­
bles Ò sones semejantes á nuestras voces significativas de
diversos idiom as: ó por inm utación de el sentido, perm u­
tando en el órgano los humores , para que aparezca lo
q ye no e s , ó le parezca al paciente que siente exteripr-
men-

(a) p iv , Thom. 2. 2. q, 172. art. a. ad 3.


{h) E x D . Aug, ¡ibr, 12. de Genes* ad litt. T). Thom.
guast. 16. de mal, ^rtic, 1 1 . & Casian. coUat, 7, á c, .g,
a d 16,
mente lo que solo imagina ; ó poc inmutación del mé^
dio interjacente entre el objeto y se n tid o , por la qual
experimentamos varias apariencias falaces. L as imaginarias,
icgun el mas común sentir , (a) puede formar por la
conmocioii de los humores y espíritus vitales , de c u y a
local movimiento , llegando á la fantasía, consta por ex-
petiencia , se excitan en la im aginativa varias visiones; y
como el demonio conoce con tanta perspicacia el modo
y efedos de esa conm ocion, puede formar por ella quan-
tas visiones imaginarias se pueden disponer por las espe­
cies que halla en la fantasia , ordenándolas al modo que
se ordenan las sílabas ó letras para componer lo que qu e­
remos decir. Y por estos medios da á entender al pacien­
te lo que quiere ó se le permite,
47 Es también sentencia re cib id a , que prosigue lata­
mente San 'A g u s tin , (^) que el espíritu propio humano
puede remedar estos dos géneros de visiones. L a c o rp o ­
ral remeda de forma que se crgsfie en sii juicio el pa­
ciente , Ò por algún impedimeriio en cl celebro, que in-*
vierta el órd tn d tl sentido interior , de suerte que mire
las imágenes fantásticas , com o si fuesen cuerpos v e rd a ­
deros , com o explica San Agustín , (f) ò por el medio de la
inmutación del s e n L Í d o p o r q u e de tal luerte puede se i
veemente la imaginación , que conmueva los hum ores, así
en la fantasía , como en e l icniido exterior , sacando al­
gunos espíritus de aquella á este , con que le parece aí p a ­
ciente que siente extcíicrm ente lo que solo imagina. Suce-
Totv. iX . L ¿“e

(fl) D e quo vide Suaf> de A í gel, lib, 6. cep, iC, à k.

[b) D iv . A u g , lilr . 12, cit. à cap. 12. ad 20.


(í") D iv . A u g . cit. cap. 20.
g» P R Ó L O G O
de esto con mas freqüencia quando la im aginativa c s tl.
flaca y el òrgano del sentido leso ; com o se experim en­
ta en muchos gravem ente enfermos , que se persuaden,
que ven cxteriorm ente las cosas que imaginan ; y
lo ad virtió San Buenaventura (a) de los que ^enen princi­
pio de locura ; Cayetano (¿) de los dormidos ; de unos
y otros San Agustin ; (c) y Gerson {d) de los que m editaa
freqüentemente , fixandose con vehem encia en la presen­
cia im aginaria de algún objeto sensible. L a vision im agi­
naría puede provenir del espíritu fvropio por dos medios.,.
Uno el a fe d o impetuoso de la voluntad , que aplica co a
tal fuerza la im aginativa á lo que d e se a , que la hace
form ar la vision , según el común proverbio : Qui amant^.
ipsi sibi somnid fingunt. L o que sucedió á santa MónlciL
en las peticiones que hacia á Dios con el vehemente de­
seo de que se casase su hijo A g u stin o , pomo rtfiere ea.
sus Confesiones el Santo : (e) Cum sane ragatu y & mro^.
( le dice á Dios) & desiderio suo , fo r t i clamore cor'dis abt:
te deprecaretur ^ ut ei per viswn ohstenderes aliquid'ih fu -
tuTQ matrÌPìonio meo , nunquam voluisti : EP viddbat q u x —
dam vana ^ ^ phantastica ^ quo cogehat impetus de hac re
eogitantis humani spiritus , Í? narrabat mibi^ non cwn fi~
dutia ^ qua solebat^cum tu demonstrares e¿, sed contem~
nens ea. O t r o , la conmocion de espíritus y humores (/J
que suele provenir de varia disposicioa naturai del suge«
IO

(ij) D iv . Bonaven,. de p r o f Relig- 2. c, 75«.


{]?) Caiet. 2 . 2. qucest. 93. art. 3,
(f) D . A u g . I I . de Trin. cap. ^
(d) G ers. tra^ . de prob. spirit,
(e) D , Aug. ab, 6. C o n f cap. 13.
i f ) D iv . Tho. i.p a r t. qu:sst. i i u art. %.ubi Caìetan*
G A L E A T O 83
^0 en salud ò enferm edad , com o muestra la experiencia
en los sueños.
.48 L a visión empero ¿ revelación kiteleélual ni el de­
monio ni el espíritu propio humano la pueden causar. Q ue
no pueda el dem onio , es semencia casi kidubiiada de los
teólogos. L a razón dió acertadam ente el Doétor Angélico,
con quien concuerda el Sutil : InteUeBtus enim bumanus
dice el Angélico ) {ci) non potosí ipsam tntelligibilem ve •
-ritatem nudam capere ; quia connaturale est ei-^ ar 4 ite l-
-ìigat per conversionem ad phamasmata. Y el Sutil: (^) A a -
ria est ex intelleUu nostro , qui pro stata ìsto est pixsstDum
determinàtum ad determiiiatum aSiivum ^ ut ad phant.xsfna-
ta , & int.elleSiùm agentem ; S ideó impeditur ne possit re^
'Cipere inmediaté inmutationem ab aìiquo adln intelligibili s i ­
ne phaiìtasmate» Y se form a así ; En el estado presente d el
hom bre viador y la álma suida á cuerpo Corruptible, tiene
e l entendimiento humano tal dependencia de la fantasía
en su o b r a r, que nada pueda el entendimiento entender,
sin que juntam ente 'la fantasía obre á cerca de objeto
proporcionado. Enseñó esta dependencia expresam ente A ris­
tóteles (c) d icien d o: Q ui comtempldtur , necesse est una,
cum phantasmate contempletur. En confortíiidad á elladfe-,
cla ró San Agustín {d) el modo que tenemos de entender
las cosas que prescinden de lo sensible , y la con ven cca
-manifiestas experiancias. U na que lesa 2a fa n ta sía , se d a-
ífia c l uso de la razón ; è im pedida con e l sueüo , queda
Í2 cl

{a) D, Thm, q. ni. cit,art.


{ b ),S c o t,in 3. Om n, d. 11.
i.incerp.
ánic B .4 .
( í ) Aris» 3. de anima , tex. 39.
(ri) D iv , Augus, de Óenes, 0d Utt, í{» c . f .
ÍÍ4 P R O L O G O
e l entendimiento impedido. O tra que quando ponemos
conato en entender perfefiam ente alguna cosa , formamos
en nuestro interior su- imágen sensible , ó alguna propor­
cionada. T ercera que quando nos aplicamos á enseñar á
o tro , buscamos exemplos sensibles, minhtrando así m ate­
ria proporcionada á la fantasía. Esta dependencia y subor-
dinacion de nuestro entendimiento en este estado á la
fantasía en el c b ia r , hora proverga de ctiisa natural,
c«m o quieren unos , (/i) hora traiga su origen de U pri
mera culpa , com o opinan otros , (b) hace le y ordina-ria
general puesta por Dios y solo por él milagrosamente
suplióle ó díspensable.. D e d o n d e , c c iro de razón d é la
visión in tek élu al, de qualquier género que sea de los dos
arriba puestos es , que tenga en el entendimiento su o ri­
gen sin dependencia de la cperacion réiual de ia fantasía;
co n sta , que ninguna visión inteleélual se puede hacer sin
inflaxo divino m ilagroso , y consiguientemente , sin que
s«a con especialidad d iv in a , y por eso honesta é i n ­
falible : y asimismo , que el demonio por si solo no la
puede causar; bí es decente que Dios le t(ir>e por k s -
tfum ento para manifestar por modo milagroso las v e r ­
dades que quiere revelar , com o suponen todos.
49 La mi^ma razón convence , que el espíritu propio
hum ano no puede causar este género de visiones , c o ­
m o se ve en ella , y crn singularidad lo expresó E sco­
to (c) diciendo: Ita etiam omnis raptus ^ ad quem po~
test

(a) Suar. de. anima , Hb, 4. c, 7. cum Thom,


[b) Merin, de anima ^ Ub, 3^ disp. 4. quí^st, cum
S co tist,
(<) Scút, loe* iitat.
G A L E A T O . 85
test homo se ìpsum àìspcr.cre in hac vita per ccnsiictudi-
nsm , non est itd aìtquc.m visìcr.em mere inteìledivaìem^ sed
soìum ad imaglnarìam^ S intelle£iìonem concnmitantem tVam
imaginariam. Donde habla el D cólor Sutil de las visüo*
nes á que* el hombre se puede di.'pcner, no solo p o r sus
fuerzas naturalfes , sino por los ii.fluxos y ayudas sobre­
naturales d‘e la gracia ordinaria y que no llega á mila­
grosa : y por estos medios d ic e , que solò puede llegar
el hombre en esta vida á conseguir visiones imaginarias,,
pero no intelectuales. Y en este sentido dixo San D io­
nisio : (^) Impossibile 'est nohis superlucere Divinum ra­
dium , r.isi varietate sacrorum velaminum circumvolutum, Y
San G regorio Nacianceno: (¿“) Jivpcssibile est^ mentem^ quan-
tumvis se cuni fcece corporea ad sublimium contemplationem
erigat y sensuum comertia destituere. E sta palabra imposi-
h lt de que u sa n , estos S a n to s, se entiende imposibilidad
por sola la gracia ordinaria que no llegue à m ilagro­
sa y sea sobre la ley común de c u e estado del hom­
bre. Y asi lo dió á entender San Bernardo (d ) quando
d i x o , com o distinguiendo esas g ra cia s: Rerum cupidità-
tlèus vivendo non te n e r i, humante virtutis est : corporum
vero sim llìtudinihus speculando non involvi ^ A n g elica pu-
rita tis est : utrurr.que tamen D ivini mvneris e s t, utrumque
excedere , ntrumque te ipsum transcendere est : sed- longè
unum , aìterum non Imgè,
50 Conform e á la razon propuesta , no se excluye
que

(il) D iv . Dionis, de D iv . Nom, cap, 7 . S de C iekst,


fíie ra r, c, io .
(¿) T iv . Greg. N ax, erat, 2. de Tbeolog,
(c) D iv . jUern. Serm. $7, ih Cant,
n6 P R Ó L O G O
que los ángeles buenos puedan causar visiones inteleílua-
les com o ministros de D io s , concurriendo su M agestad
especialm ente, quanto se necesita para inmutar el órden con­
natural de obrar e l entendimiento humano en este es­
tad o ; pues según ella es -llano que puede Dios usar
m ilagrosam ente d e ellos com o de instrumentos -para
esas visiones ; com o advirtió bien el Padre 5 uarez , (a)
que concluye hablando de ellos : Super naturali virtute
p ossw J altiori moào homines illuminare , etiam lumen ^
spccies in eo efficicndo. A n verb interdum divina virtute
b jc elevcntur , incertum nobis eSt, & ideò nihil de ilio
mlraculoso modo dicere pdssumns. Y por esta wia se p o ­
drían traer á la comunísima sentencia A lexandro de A les,
(è) que tiene que el ángel bueno ilumina al hom bre:/«-
formando ipsum spiritum, seu ipsam -intelligentiam alìtèr
quam per viam phantasiíe , -sciltcét, per immediatam irra -
diationcm y sive communicatiónem suarum 'visionum, Y A l­
berto M ig n o {c) que d ixo en una parte : Quod ^Angeli
tn intelíeñum hummum possunt imprimere lum en, sub qua
f i t co^nitio , & ipsa eognascibilia secundum species :suas,
y en otra : (rf) Quod dcemones non possunt^ nisi super sen­
sum ^ ¿5* pbantasiani', boni autem A ng eli possunt superine
telledium humanum , ^ non ;super -voluntatem , diciendo,
conceden esa inmutación inm ediata de e l entendimiento
hum ano á los ángeles buenos , com o .elevados con v ir ­
tu d

(a) Suar, de AngeU lib. 6, cap, r6. num, 9. ö* 25.


{V) A le x . A len s. 2. p , Sum. quess. 40. mem, 4.
(<r) A lb e r , M a g , de 4. coav, tra, 4. qucest,-^^, mrt,%^
tom, Oper. .
{d) I bid. quakst, 68. a n . 3. ptLr, a.
G A L E A T O , 87
tud sobrenatural extraordinaria ó concurso mila^^oso ; U
qual elevación no es decente se les conceda á, los de­
monios , que según las sagradas letras , nunca son m e­
dios ó instrumentos de iluminar Dios á los hombres, si
acaso no resiste á esta interpretación el contexto. L la ­
namente fué de este sentir H entico de Asia (a) que d i­
xo ^ que de le y 6 cursa ordinario so la el Espíritu in ­
creado puede hablar al hombre , inmutando inm ediata­
mente el entendimiento humano , dando á. entender, que
por disposición ex trao rd in a iia , lo puede hacer el espí­
ritu angélico. L o qual también bastantemente indican
Santo Tom ás y E sco to , com o ad virtió eruditamente Juan
Francisco Pico. (^)
S» Es pues lo reg’ilar , que de la» visiones y reve­
laciones divinas , las. corporales, é imaginarias las cause
Dios por- ministerio de sus ángeles- santos, y. las in telec­
tuales por sí m ism o.-Dodrina es de San G regorio el G ra n ­
d e ,. (<r) quí- elegantemente d ixo : Vjoh'us tmdis locutío di
vina distÍHguitur>. A u t p er semaí}psu>m namque loquiPur Da-
n iin u i, aut per creaturai» ^'ingélisam elusc ad ■noí verba
fQrmantur,..Cu:n per-’ semctipsum lQquitur\ sola m hls vis in*
t£rn(S spiratiotiis apertú¿r , ds- verbo eius-' sine verbo^
aut syllabis. docét'ur^ q'ña ijirtus ehíS: intima qiiaiam sub-
Jevñtione- cognoscltur. Y habiendo latamente declarado,
com o la locucion que Dios hace á la alma por sí mis­
m a consiste en, una visio a intelectual con que le m ar
ni-

(¿1) Herr, dè H as*, apud'' Joam Franc: P ic. dt pra/ifit*.


übi 2. cap. 3.
(b) loanri. Franc. Pic. loc. citat,
(ii) D iv. Greg. libr. 28. M oral, cap, 2.
83 R O L O G O
otfìasta lo quiere d ecirle , prosigue : C im verb per
A ngehm suum Dominus voluntatem suam indicata aliquan^
do earn verbis , aliquando itiñm rebus demonstrat , n li-
quando simul verbis^ (S? rebus ^ aliquando imaginibus cor*
dis oculis ostensis^ aliquando imaginibus ante corporeos ocu^
los ad tsmpus ex aere sumpíis] aliquando ccelestibus subs^
tant'tis , aliquando terrenis simul , 6^ ccelestibus : donde,
com a se ve, declara que todos los modos de visiones co rp ó ­
reas è im aginarias las hace Dios por medio de su-s án­
geles. Pero porque no se creyese que esa regla era invaria­
ble, sino tom ada de lo q u e mas frequentemente sucede, aña­
de : Nonnumquam eti.vn ita pe/* Angelum hnmanis cor~
dibus loquitur Deus , ut ipse quoque Angelus mentis obtu-
tibus prcesentet-ur. Donde bastantemente insinua, que Dios
algunas veces causa visiones intelectuales por medio de
los ángeles, no solo de lo5 vsecretos que quiere -revelar,
sino d e ,esos ángeles mismos por cuyo m inisterio los re v e ­
la , como indioan aquellas palabras : Ipse quoque. Ni hay
que estrecharle á Dios los modos de estos favores, quan­
do caben en buena teología ; pue^ San Agustin [a) los
llam a maravillosos : Sunt qucedam excellentia , ^ merito
divina [ dixo ] quaí demonstrant A ng eli miris modis, Y
un ia^enio tan sublime è iluminado com o el suyo co n ­
fiesa se halla em barazad o, no solo en exp licarlo s, pero
aun en percibirlos : U trh n visa sua [ prosigue ] fàcili qua-
dam , et prepotenti coniun&ione , vel commixtione, 4itiiim
nostra esse f agientes ^ an scientes^ nescio quomoÀo , «»j-
tram in spíritu nostro formare visionm , difficilis percepì
tu .<2? difficilior diSiu res est.
Por

[i?) D iv , Aug^ libr, 12. de Genes, .ad lit i, cap.


G A L E A T O. 89
.•^1 Por esta dottrina se ve la concordia de dos sen­
tencias comunes que parecian opuestas. Úna de los Pa­
dres , (a) que dicen , que Dios revela sus secretos á los
hombres solo por ministerio de los ángeles* O tra coi^Un
de los E scolásticos, (b) que dicen, q u e no puede el án ­
gel inmutar inmediatamente el entendimiento humano en
este estado. Porque la primera habla de quando lo ha*
ce por visiones c o rp ó re a s'é im agin arias, y eso regujar-
mente-, cojno consta de Sjn G e ró n im o , (r) que habien­
do puesto aquella regla g e n e ra l, muestra , que alguna*
veces revela Dios á los hombres sus secretos innaediata-
mente por sí jnism o. Y la segunJa se en tien d e, que no
puede naturalmente ,y sin que Dios coopere sobre el ò r-
dea de la naturaleza con m ilagro. Y la razón es, porque
cüino -para hacer D io s visiones corpóreas é im aginarias
por ministerio de los ángeles, no se necesita de que se
^inm ute.el orden de la n atu raleza, regularm ente las hace
por su m inisterio; y com e paca hacer las inteletìuales,
•es preciso inmutar milagrosamente ese órden , es e x tra ­
ordinario que lo hag^ ,por ministerio de ellos. Pero hora
obre el Señor las visiones inteleduales por sí mismo, h o ­
ra. por -mÍQisterio de los ángeles, siempre ha de interve­
nir en ellas el influxo milagroso de inm utar e l órden d é la
naturaleza^ á que n i el demonio , n i el espíritu propi«
-Toin, I X , JM pue-

{a) D iv . Dionis. de coeks. Hierarch, c, 4. S , Hieron. in


E zeeb , c, 3. D iv , A ug , lib, de Trin, cap, 10 & n ,
& alii.
(b) Ad t. sent, d, 10. ^ 11, ^ ad i . p , D . thom,
^ucest, i i r .
(£•) D iv . H ier, p r a f . in Isa i, in & cap, 6, eius.
r^o PRÓLOGO
pueden llegar ; y a s í , con especial razón siempre hán de
se r divinas y seguras.
53 D e lo que se ha dicho dé los agentes que puede
téner cada ^éhéro de V ision, se in fiere, que para cono­
cer pot lo form al d e la& visiones, y revelaciones s i soa
d iv in a s , en las inteleátuales bastaría sabér son d e ese
género i m a l en las corpóreas é imaginarias, no basta e l
conocer de qué ginecei sean , sino que, en lo form al es,
pr’éfciso recurrir à otros aítos in terio res, que, la á a co m *
páñen 6 sigan , por donde se investigue si son ó no.
divinas. K in gu no de los m ortales puede conocer el. atìo,
iníterior ageno , sino que ò D ios se lo revele , ó el que
1q tiene lo manifieste. Y así » pará co legir por v ia d e
doftrina. d^ que género y calidad, sea. la visión que al­
guno afirma que tuvo , y si. siendo- im aginaria, ó corpo-
t a l la acompañáron ó siguiéron otros aétos interiores qüe
la' califiquen de d iv in a ,, es preciso recu rrir á lo que de
e lla y de ésós a c t o l d ice la mistna persona que la re ­
c i b i ó , ó por ía discreción, d el propio! e s p ír it u , ó por lo
que experim entó en, ella,. Com o, esta, prueba pues toma su
fundam ento dèi téstlm onio d e la persona que tu vo la v i­
sión ; y ésta ptiedé ò m entir ó engañarse ó no, sabersé
ei^plicar ; p a ra qué la. prueba d e qüe la, visión, seá d i­
vid a » qu e se tonit. p o t este m edio de caiisa, form al, te n ­
g a v a l o t , es menester e xclu ir d e esa persona aquelíós tres
d efectos. E l exclu ir e l prim era d e méntic , pertenece a l
n ftd io de la causa eiiciente ^ dond e se m uestre ta l per-
fecbíon dt: v id á feh 1 1 p e rsa a ii, ^ e e s t c lu y a la sospecha
d e esa culpa. Pam excluir et segundo d e engañarse. , ^
er'téícferti dé nXi áaberstf áxpU car,. és necesario se d écla-
xcft 1«& m odos con que se puede haber e l alm a en cono -
éer
G A L í : A T Q. 91
c e r , discernir y sigaiiìcar la forma de las visiones y re -
velaciones que recibe : y esto h aré aguí*

S. IX.

54 X I a b la m o s ( * ) d e la s visiones en que el que las re­


cibe conoce por ilustración d ivina la verd a d oculta que
D ios intenta manifestar ó signtñcar ; que solas estas son
de nuestro propósito. Estas las puede Dios com unicar d e
dos modos ; ó de forma que entienda e l alm a por ilu s-
tiTaeion divina aquella verdad , pero que no se le m ani­
fieste ni dé à entender que es divina esa ilustración : 6
d e form^ que no solo conozca el alm a aquella ve rd a d
por ilustración d iv in a , sino que se le dé lu z con que h a ­
g a juipio de que es Dios el que se la revela. A d virtiólo
Santo Tom ás (rt) quando dixo : Cum mens Propheta mo*
vetur ad aliquid astimandum v el apprebendendum, quando^-
que quidem inducitur ad. h o c , quod soium apprebendat rerrt
illam : quandflque. autem ulterius ad h o c , ut cognoscat b¿ec
sihi ess$ divinitus revejata. L a ilustración en la prim era
fo r m a , es aquel instinto d e l Espíritu santo que el mis­
m o D octor A ngélico llam ó a llí : Quídam instinSius prophe»
ttcus. Y en o tra p a rte : {b) Quídam imperfeSium in gene-
re prophetia** L a ilustración en la segunda fo rm a , ó pue-
M2 de

(*) D iscreción de las revelaciones por lo que e x p e ri­


m enta el paciente.
(a) D iv . Thom, 2. 2. qncsst. 173. art. 4%
Ihid qu£es. 171, a tt. 5.
^ p r ó l "
o g o
de ser tal-(^) qne aquel jutcto sea pira e V q ip U rect--
be solamente probable , por ser solò probables los m o-.
tivo s de credìvilidad que se le proponen de ser la re vela ­
ción div.ina ; ò t a l, que sea el ju itio aun para èl tan c ie r ­
to é infalible , que exclu ya toda duda por alguno de
los modos q^ae despues declararé ; como lo tuviéron todos
los profetas santos en las visiones y revelaciones que re-
cibiéron de D io s , según se colige de üaa Gerónimo, (^)
y Crisòstom o , y enseñan Santo Tom ás y San b u en a ­
ventura.
55 D ? las visiones que Dios com unica sin manifestar-
á la alma que son s u y a s , com o' de causa principal , nt^
pcoiíonérsele principios por donde pueda hacer juicio pru­
dente de que lo s o n , no tratam os a q u í; pues es llano-
que en ese caso no puede el olm a d isc e rn ir, si son &
no d ivin as; y si' se a rro ja seá ju zg ar temerariamente que lot
era;i, ò habia de mentir en com unicar los motivos de su juicio,-
Ò qualquiera hombre do¿to conociera, por los que con verd ad
le com unicará su temeridad y locura. Solo tratamos de las vl^
siones y revefacio n es, ó que Dios manifiesta á la alma que-
son s u y a s , ó en que se le proponen principios ó m oti-
vos por donde pueda hacer juicio prudente de que lo son;-
p ú ey en. estas puede el alma con c e rte z a , ò probabilidad
discernir por lo que experimenta ó siente % si son ó- no-
divinas , y los varoítes doílos , á quien se com um careit
pa-

(i?) D ô quo Raphael à Turr, in 2. 2. citat. disp\ 2. §.


H uhis disp.
(¿>) D iv . H ièr. in cap. i. Isa i. S . C brit. ifiit. enarrata.,
in I s a i . D iv . Thom. prox. citat. D iv , BònaiK de prof. R e -
Hg. lib. 2. c, 75.
G A L E A T O . 93
para el ^ ám en , supuesta ia veracidad de la. persona
que ias recibió, y refiere lo que experim entó o sintió en
e lla s , pueden form ar refto juicio d e . su calidad , con­
firm e á Us doctrinas de los sanios y. doClores ca­
tolices.
56 Para que se forme en igual peso este ju icio se ha.
d e .a d v e n ir , que segun la mas recibida sentencia de los
teólogos escolásticos , . (a) la vision y revelación divina,
hora sea la intelectual, que com ienza inmediatamente en el
entendimiento, hora sea la intelig^^nciajie la Æorporea ó ima-i
gkiaria que sigue á la visión .sensible, puede ser. de dos géne­
ros : Una ciara ó e v id e n te , que por sí ó de sus principios in-
trinsecos convenza .al entendimiento y le necesite el asen-»
so: O tra obscura , que por no. convencerlo a s í , quanto-
es de su rázon intrínseca dexa el asenso Ubre. L a evidente^
ó. lo puede ser .solo del objeto ó verdad que dire Clemente se le
manifiesta que \h m a n ,Evidentia rei testificatce-^ ó solo deque
eí-Dios quien lo manifiesta, que Evidentiain attestante^
ô'deunOï-y otro y aun d é la misma naturaleza y calidad de la
v isio n , que-á todo-se puede extet.der la luz divina clara.
L a vision , y revelación evidente , en el modo que lo fuer
re , respectivam ente hace cierta á la. alma , ó de la ver­
d ad del objeto que se manifiesta,-ó d e q u e es d iv in a ,ó de
crtram bas co sas, ó de la naturaleza y calidad de la ope.-
ración ; pues no solo no p u e d e , ni ^iun fisicam ente d u ­
dar de lo que evidentcm eníe conoce«, sinoqqe se necesita
á-'asentir'á ello. Em pero en. la relevación o b s c u r a , c o ­
mo ni la cosa revelada se ve en . sí , ni se conoce e v i­
dentemente que esa. revelación viene de Dios .co m o de
cau-

(a) D s quo Suar, de fide , 3 " disp, 8oSVf. 5,^


3. sec, 8. <
94 P R Ó L O G O
«ausa p r k ic ip a l, .ni que sea de naturaleza q u e *o lo D io s
puede causarla ; para que el entendimiento se certifique
d e que es divina ó le dé prudente asenso , se necesita,
com o de co n d icio n , que se le proponga á la alm a i a
revelación que recibe y lo por e lla re ve la d o , com o creí­
b le suficientemente para e l asenso que le hubiere de dar.
E sta proposicion puede ser.en dos m aneras; ó con tan
fuertes .m otivos de señales , circunstancias y efedos que
hagan evidentem ente creíble que la revelación es d iv in a ;
ó con -tales., que solo probablemente lo hagan creíble.
57 Esto su p u esto , es cértíá m o que en ninguna visión
è revelacioa , hora sea sensible, hora intelectual ;hora
c la r a , h o ra directam ente o b scu ra, á quien acom paña re­
velación reflexa evidente de que es Dios su causa p rin ci­
p a l., puede el alm a que la re cib e , engañarse., ni dudar
de la verdad de que es divina ; pues la evidencia la necesi­
ta al asenso d eesa verdad cierto é infalible. N i tampoco-pue­
de engañarse ni dudar 4 e la verd ad de lo que-se le m a ­
nifiesta por la revelacioa ò vísioa directa-, aunque esta
sea o b scu ra , aplicando aquel prin cip io evidente., de que
D io s ni puede engañarse ni engañar ; -pues de este y
de la revelación reflexa evidente de que aquella es de
D ios sale evidente conseqiiencia de, que es verdad in ­
falible lo que por e lla se le revela. Y com o advirtió biea
el Padre Suarez, (a) aunqiie sea m etafisicam ente:posiblc,
que aquel principio no-se aplique , ao es verisím il, que quan-^
-do Dios eleva à tanta altura á la a lm a , com o hacerla
evidente que es su M agestad quien la habla , T iola pon^
c a con la misma lu z en la consideración de su veracid ati.
'Quan-

la ) Suar. cit. áisp^z. sec» 8.ff. -24*


G A L E. A T 0 « 9S
Q u a n d a t l a visión ó. revelación directa no acompaña 6
sigue, aquella evidente reflexa d e que es D io s su causa
principal^, sií esa. visión 6 revelación directa es obscura,
no puede e l a lm a certificarse , ni d e que séa divina, ni
d e la. verd ad de. su. objeto sin recurrir á los- motivos
de credibilidad con: que se le propone.. M as si esa re­
velación directa fuere, evidente ,, aunque no pueda c l a l­
m a: certificarse de. que. sea d ivin a sin el recurso á
aquellos m o tivo s, quedarán cierta^ dfe la. verdad- de su oIh
je to sin que pueda dudar, p o r la evidencia que de ella
tiene. E m pero se. h a de. a d v e rtir, que si la visión directa
fuese in te le c tu a l, y conociese evidentem ente c l alsnaqu 9
ló era con. sola- esa. reflexión , aplicando el principio a r­
rib a p u e sto , (a); d e que. solo DioS' puede ser causa- prin­
cipal. de. la visión i n t e l e c t u a ls e concluiria. c o a . la efica­
cia coa que se prueba aquet principio » que era; divina esa
Vision,-No hay^' duda> que puede- Dios m anifestar con
lu z sobrenatural; evidente el género y naturaleza d e la
visión y com unicar á la^ alm a e ste modo de discreeioa
evidente, de sus eperacicnes intcrnas^ por' sus- naturale­
zas. bi el alm a pueda tu:turaln 5eni& por su experiencia
conocer* q u e la visión es' intelectual t,, p ued e dificultarse;
y parece probable» qu© quando lá; visión fuese tan p u -
la m en te inteleotuaU, que no lá acom irafiaseoperacion al­
guna d e ' l a fantasía , pufcde el alm a ».pon aquel desusa­
d o modo d e entender* q u e experim ent»>, y- p o n lá c a í
ren cia d e la operacion. d e la? fántasíar q u e percib e, cole­
g i r con. claridad q u e es- intelectual la visioi?. N o así en
Itt' visión' intelectual áquieO ' acom paña operacion de^ la
faa*

[a ] Sufira náff). 48-


^6 P R O L O G O
fan tasía; porque el percibir qual á qual précedió en sig­
no de n a tu ra le za , ó si com enzó en el entendim iento esa
visión , no se alcanza por U experiencia del aéto ; si
bien alguna probabilidad se puede tomar por los prinot*
pios que dixim os arriba (a),
58 Viniendo á los motivos que hagan la revelación
suficientemente creíble , á que se ha de recurrir para día»
cernirla quando -es o b scu ra , sin ninguna de las eviden­
cias re fe rid a s; esto s, {h) ó pueden ser exteriores , com o
los m ila g ro s, ó in terio res, com o .los sentim ientos,afec­
tos y otras operaciones internas , que -acompañan, ó si­
g u e n la revelación. De los prim eros no tratam os a q u í , pues
estos mas se dan para que se crean las revelaciones h e -
c h is á o tro s , que para que pueda d isc e ra ir,e l alma las
que ella recibe. Solo pues tratam os d e »los • segundos, que
pertenecen en algún modo á lo formal d e ' la visión y re*
v e la ció n , por ser sus circunstanetas y com o partes de lo
que el alm.i en ella sien te: y aquí tratam os de como se
han de discernir las visiones y ■ revelaciones por lo for­
m al d3 elU s ; en que se h a d e poner e l cuid a l o , que en­
cargó San Buenaventura, (£•) diciendo : I» -ómnibus reve-
lationum ^ v el visionum ‘generibus magna i^auP^la habendaest^
né falsa pro veris , noxta pro sulutaribus , exigua.pro exi^
miis , í? incerta pro certis recipimtur^
59 D iversos sentimientos y afeilos interiores:señalan los
santos y doétores m ísticos, por donde pueda discernir e l
ítlm a , si son de Dios las revelaciones que recibe S. Agus-
^ tia

(a) Suprá núm, 44.


\b) Suar, de fid. disp, 4. se ^ , i . núm. 8.
(c) D iv , Bonav, de prof» lib* s . 7^.
G A 'L E A T o. 9 7
tin (in) refiere de su madre santa M onica , que en las v i­
siones imaginarias que freqüentem enie tenia, unas de Dios,
otras del propio espíritu , las discernía , conociendo qua-
Jes eran divinas en un cierto sabor que experim entaba
en ellas. El modo y ca lid id de este sabor no lo d e c ía n
el S a n to , solo d ice : Nescio quo sapore. Concuerda í>aa
^Gregorio M agno,, (¿) en que las personas santas discier­
nen las revelacionies verdaderas de las ilusorias en ese sa ­
bor , y añade el llam arle íntim o : San&¿ viri (dice) inter
visiones^ atque.revelationes ipsas visionum voces , aut ima^
gJncs quodam íntimo sapore discernunt , ut sc ia n t, vel quid
á bono spíritu percip iart.i vel quid ab illusore patiantur,
\ en otra parte dice.., que este sabor que acompaña
•líis visiones y revelociones divina« , se gusta sutilm ente
en una contemplación súbita de la ett^rna verdad , e x ­
plicando aquella vision de Elias : ( i) E t post ignem sibi-
lus auree t e n u i s ^ ibi Doininus \ Quasi sìbilum tenuis
. auné ^perciphnus, cám saporem incircumscriptíe verità-^
. tis contemplatione subita subtilitér degustamus. Donde .po­
ne en la luz de la contem plación el ^usto de este sa­
bor discretivo. L o mismo hace San Bernardo (e) ponién-
^dolo en la sabiduría ; Gustum , (dice) qui fit in sapientia^
■quondam sequitur saporis dAilcedo\ quam in interiori sentiens
anima , modo quodam singulari , quce' suscipit , cun&a dis~
<sernit, (£? di]udicat. San Diodoquio {f) explica e u e gusto
Tom. I X . ^ mea-

(¿i) D iv .A u g . Uh. 6. Conf. cap. 13.


D iv . Gregor, in D ia log , cap. 48.
(í) D iv . Greg. Uh. 5. M oral, cap. a6.
id) 3. Reg. 19. vers. 12.
(e) D iu . Bernar. lib. de amore D ei. cap. 19,
{/) O iod,depi'rf. spirit, c. 30. in B ib l, P P , edit,Cohn»i,^
98 P R Ó L O G O
m ental con que se percibe el sa b o r, que discierne por
analogía al conocim iento experimental del sentido del gus­
to : Sensus mentis est gustus perfeSius , quo res discernun-
tur, Quemadmodum enim gustu , qui est sensus corporis^ bo~
na á malis sine errore, cum reSié valemus discernentes ea^
quíe sunt suavia , appetimus ; sic mens nostra^ cúm cceperit
integra sa n ita te, í ? in multa eurarum vacuitate movería
potest enim Divinam consolationem affatim sentiri , í? á con­
traria nunquam rapi. U t enim corpus , cúm terreni cibi sua-
vitatem gust a t , experientiam sensus habet ah errore libe*
ram ; sic mens , cúm supra prudentiam carnis gloriatur^ sen­
tir e potest sine errore Spíritus Sa n & i consolationem. Por
estos y otros muchos términos y símbolos significan los
doctores místicos aquel don de discreción del propio es­
p íritu que Dios com unica á sus profetas san tos, con que
*e certifican en las visiones y revelaciones que tienen, si
» on , ó no divinas. Recogiólos todos eruditam ente Juan
Francisco Pico (a) así : Ver intimam inspirationem, ^ per
internum saporem quanddque exprimitur ; & per experimenta-
Um aliquando dulcedinem^ perque Divinam ilustrationemy in­
terdum per utramque significatur \ per sensum quoque minus
sensibilem, per absconditum manná nonunquam patefaSium est\
p er donum quoque discretionis spiritum manifestatum. E m ­
pero Juan G erson (^) « d u x o la realidad de todos m u y
conform e á la doétrina referida de los Padres á solos dos;
esto e s , al sabor íntim o , y á la ilum inación experim en­
ta l : Sapore quodam intimo (dice) & iluminatione quadam e x -
__________________________________ ______ _

{a) loann. Franc, P ic, deprcenot, lih, cap,


{b) loann, Gers, tradi. de distínSl, vers, vis, á fa ls , sign,
4. sub, lítt, X, '
G A L E A T O . 99
perimentaU sentii homo differentias inter veras reveiationes,
6? deceptorias illusi ones,
60 D ifícil es declarar en que consistan esta ilum ina­
ción experim ental , y este sabor íntim o. Los mas doftos
y experimentados en la m ística dicen , que aunque hsin
sabido sentirlo , no saben declararlo. D e la ilum inación
dice aquel gran místico Henrico Harfio : {a) Apparitio q u í ­
dam sequitur vitam perfe6iam demonstrans ; sed quomodo,
v el quid s it m s e , peniths est indicibile ; quia nec aliqua
potest estendi sim ilitudine, nec verhis , aut exemplis edoce*
r i ; sed ex Deo e f f lu ii, <S? in mente sublimitèr elevata se^
met 9stendit, quam dìttn contemplafi spiritus appetii , su—
bitu sui modhm amittit. D e el saber dice el dulcísim o B ei-
nardo : {b) Nonnunquam Domine , quasi clavis ociilis ad
te inbianti m ittis mihi in os cordis , quod non licet mihi
scire quid sii. Saporem quidem seniio , dulcem adeò , Í?
confortantem , ut si perficeretur in me , nihil ultra qucs^
rerem \ sed eum accipiens, nullo corporis vi su ^ nullo ani^
mce sensu ,• nullo spiritus intelleSiu advertere me perm ittis
quid sit. Y no sabiéndose en qué consistan esa iluminìa^
cion e xp erim en ta l, y sabpr ín tim o , aunque puedan ser
medio de discernir con certeza , para quien verdadera­
m ente los tiene ; siendo posible , que el dem onio , ó é l
espíritu propio cause sentimientos que se equivoquen c o a
a q u ello s, podrán muchas almas engañarse con esos con­
ceptos generales de iluminación e xp erim en ta l, y «abor
íntim o ; y los varones doílos á quien com unicaren , no
podrán formar ju icio seguro por ellos. Q ue pueda el de-
N 2 ^ nio*

(¿i) Henr. H arp. Uh. 3. M ístic. Tbeolog. c. 18. part. 3.


{Jj) D iv . Bernar. lib. de amore D ei p cap, 9.
ÎOO. P R O L O G O
monib , y aun el propio espíritu causar sentiniientos que
se equivoquen con la iluminación y sabor en aquella g e ­
neralidad , consta ; porque qjianto á la jhin^inacion el-
demonio , que según el Apóstol , (a) se trrnnsfigura en
ángel de l u z , , suele formar un lumen fa n tá stico , á qye
el alma , si llega á estar ilusa , con tal fuerza se ape­
ga , que no h ay humano medio para desengañarla , co ­
mo consta de lastimosas experiencias: (¿) y aun el espí­
ritu humano m uy aplicado á la consideración de algu­
na cosa form a en sí esa luz fantástica : Celeritate mi’
rabili , utpoté spiritualis y intelleQ.uaíis y. Ö* ratlnalis'-,
com o, dixo el Autor del libro de spíritu, & anima, (c) Y
quanto al sabor, ó dulzura , también lo remeda el de
monio , según aquello de San Diodoquio {d) Quibusdam
consolationihus , quíü bonce videntur , animam consolatur*-
ut ah illa molli y & húmida dulccdinc relaxatam lateat ccn-
cubitus fraudulentus diaboli* Por eso San Buenaveniura
dixo (í) que siempre es seguro dudar de ese sabor ó d u l­
zura : L e secunda spiritus ebrietate ,{á\cfS) quce consistit
in quadam ahnirahili dulcedine cordis ^ semper securum est.
dubiíarj ; quia diabolus transfigurai se in angelum Íucrs^.
^nsuevlt aliquandü similia procurare. Y laiuoien remeda-
ese sabor el espíritu pn-pio bastantcMnente para que los
imperfectos se engañen , según aquello de Ricardo V ic ­
torino : ( / ) jO quam frequenter imperfecíi^ & i^nari g ra tia
mo,

(a) 2. ad Car^rit. i i . Vc'r.'. 14.


(b) D e quo vid. Gers, cit. & recentior.
(c) L ib . de spirit u , (£5* anima ^ cit. cap. 24. in fin».
[íij D iv . Oiodoc. de p erf. spirit, cap. 33.
[?j D iv . JJí/nav. i/< itnhul. amoi\ c. 0. part^ 3,
[/'J R ic a r . á S . V iñ o r . in Cantic. cap. 33.
moifentur naturali alacritate ^ S fnoveri se arbitrantur s p i­
rituali consolationei
6i Preciso es p u e s,q u e para que p o r la relación de
esa ilum inicion experim ental y sabor íntim o pueda el va -
ron docto hacer juicio prudente de la calidad de la r e ­
velación, se eicpecifiquen ó declaren ; de form a , que se qu i­
te la equivocación referiia . Parece cierto , que por nues­
tros términos no se puede declárar la naturaleza propia
de esos sentimientos ; pues com o dicen les místicos , son
aquel maná escondido, que nadie co n o ce , sino el que lo
recibe , com o se d ic e e n e l A pocalípsi, [a'] y explica Agus­
tino : [A] N is i qui ' accipit per experientiañr, vel per reve-
latioaem. Y aun ese no puede declarar con propiedad lo
que siente,-según aquello de San G rego rio : [<^] RivüU
spiritualium donorum in amantis mente , ita de ccelestibus
subtiiitér currunt ^ ut per os carnis explicari non possint.-
Y. asi.para formar algún concepto distintivo por donde
nos podamos gobernar , es precìso reciirrir á los térm i­
nos com jn es eío o liitico s como m is expresivos y precisos,-
de los quiiiés , con conveniente complexión , quitando y
a ñ a d itu d o , se forme. H arélo así llevando por norte la
d o d rin a dé ios santos.
6¿ Y lo priiiiero asiento , que tòdo lo extfaordinnrio
lnct.no que el a .ma sieiit- en la eU'V'icion espíritu í U se
reduce á opcr x io a e s del entendimiento y üfeclos de la
voluntad. C o n su de la visión a ie q iíjd a de ias .opera-
cio-

y ] Apoc. 2. vers. 17;


[h] Div. August, in bunc.locum^ vel alias inter. Oper.-
ejvs , tom. 9.
[c] Div. Greg. lihr. 15* Moral, cap, 10.
X02 P R Ó L O G O
clones de la alm a en la s de esas dos p o te n cia s, y lo en­
señó San Bernardo [íi] d icien d o: Duo sunt heat te contem-
platiohts excessus ; in inteiUñu m u s , alter in a ffe d iu u n u s
in lumine , alter in fervore ; unus in agnitione, alter in devo^
tione, D e donde el m ism o Santo (3 ) reduxo los efectos de
l a revelación que se hace p o r el Espíritu santo , á co*
nocim iento y amor: Revelatio (dice) qua per Spiritum S a n c­
tum f i t , non solum ilustrat ad agnitionem , sed etiam accen^
d it ad amorem* Conform e á esto la iluminación de que
hablam os , será alguna operacion sublime del entendim ien­
t o , à quien pertenece percibir la lu z y lo que en ella
se le manifiesta ; y el sabor algún afeito ternísimo de la
v o lu n ta d , á quien to ca gozarse, com placerse y d e le y ta r-
se én lo que el entendim iento percibe. L a ilum inación
contiene dos operaciones; una d ire íla , que es el co n o -
»cimiento de los secretos ó cosas que D ios manifiesta á la
a lm a ; otra reflexa , que es e l conocim iento de todas las
o p eracio n es, así del entendim iento,com o de la volu atad ,
que el alm a exercita en la elevación. E l afeélo sabroso
«e diferencia p o r ta m ayor 6 menor excelencia d el cono­
cim iento , á quien se sigue nobleza d el objeto, y p u re ­
z a del m otivo. La iluminación direéla puede s e r , ò clara y
-evidente , o b scu ra , com o se dixo arriba ; (r) y puede ser,
Ò puramente intelectual , ò conseguida á la opera­
cion de la fantasía ■
: y siendo clara y e v id e n te , y
m as si se juntase el ser puramente inteled ual , se
puede llam ar en algún modo experim ental ; p o r
■que por la evidencia clara se toca com o experim ental-
men-

\d\ D iv . Bern. S e r . 49. tn Cani.


Idem , Serm, 8, in Canf*
{c) Supra núm. 55.
G A L E A T O . fo s
m ente é l objeto y en esta form a también el sabor o
a fecto sabroso d e la voluntad conseguido à esa ilum inadon
tan sublime se puede llam ar e x p e rim e n ta l, y mas si tu ­
viese identificado en si el concepto de n o ticia , co m o dá
á entender San Buenaventura (a) diciendo : E s t noticia ali~
qua non intelleSiualis , sed a ffe^ u a lis, seu exp^rimentalis,. Y
de ella dice despues [b] que es de los perfeñísim os : E t
ista notitia experimentaiis perfectíssimorum est. L a ilum ina­
ción reflexa es propiamente e x p e rim e n ta l, y puede ser en
dos maneras l, Una ta l, que con ella conozca clara, ó eviden­
tem ente el alma no s o l o la existencia , sino la calid ad y
naturaleza de aquéllas operaciones ; esto es-, qpe son sobre­
naturales Ò. d e Dios , com o d e agente p rin c ip a l, ò pura^
m ente in telectu ales, & c . O tra ta l , [f] que aunque con-
ella no conozca del modo dicho la ca lid a d y n aturale­
za de aquellas operaciones , conozca evidentem ente que
las tie n e , y que toca tales objetos por ellas , y e l m oda
de operacion con que los t o c a e n la form a que noso*
tros ordinariamente conocemos con evidencia y experi*^
m en tam o s, que creem os y andamos á Dios , aunque no
conozcam os cierto , si e^os aétos son sobrenaturales ó no.
Y aunque este conocimiento reflcxo comunmente es natu*
ra l , según aquella m áxim a : Certisimg. cognitio animce e s t
eornmy quce sunt in anima n no h a y duda que puede a y u ­
d arlo mucho la lu z divina , así para la presteza del co­
nocim iento , com o para la atención á todas las operado«
n e s, y m ayor claridad en distinguirlas. Y parece cierto
que regularm ente obra asi Dios con-las alm as á quien c o -
mu-

[<i] S , Bonav. de itiner, ¿etern, itin, $. d itt, $»


{b)Ibid, itiner. 6. dist i,
{c) V id , Suar. de fide disp, 3. 8 mím. 3.
.104 P R O L O G O.
m unica aquellas lu c e s , segun aquello de San D'odoqñio:
\a\N on est ^ dibitandum , quin mens ^ cúm cccperit divinum
lamen in ea operari,tota fiat perspicua,ita ut lumen id.quod
in se babct , abundé videat. Esto es lo que he sabido e x ­
p lica r de estos sentimientos por nuestros términos,
63 A p licad o al propósito : Si los santos y d o lo r e s
místicos qnisiéron significar por aquel sabor íntimo é ilu­
minación experim ental , la iluminación d ireíla evidente
e x p lic a d a , ó la puramente int^leélual, y el afeélo de la
misma c?!iJad y eminencia á ella seguido., con reflexa
evident? ( ó id-m ificada ó di^tirita ) de ser tales ; 6 la ilu ­
minación reflexa experimerrtal ile i prim er modo exp lica-
d i. L a discreción hecha por esos sentimientos , es la
evidente declarada arriba ; \J/] y así ellos no serán los
m otivos de credibilidad que buscamos para discernir las
revelaciones quando carecen de ,todas esas evidencias.
Si quisiáron significar U\ iluminación y afeéto , que ca­
reciese de esas evidencias , siendo así que los pusiéi-on
com o medios de discernir con certeza las revelaciones
verdaderas é ¡Insorias , han de concurrir .en esos .sentí'
mientos tile s circunstancias , que higan suficiente cred i­
bilidad para esa discreción cierta. Algunos autores (ít)
‘ siguiendo la opinion de C ayetan o , [á ] que concede á
los verdaderos profetas aqujlla discreción y conocim ien­
to evidente de lo que se les revela , y de ser Dios
quien lo revela ; 'y aun quiere que fuese necesaria esa
e v i'

(ii) D iv . Diodoc, de per/, spirit, cap. 40.


(b) Supra num. 55. <£? 56.
{f)yo(imu Franc. F ic. de preen, lih. 9. cap. 3. alij,
(jf) Cajet. in 2. 3. q, 17 1, ars, 5. & quast, 174. art. 3,

i ii a
íG À L /E A T a to s
evidencia en los primeros , á quien fué inmediatamente
•revelada la doctrina de nuestra fe ; sienten , que ea
aquella iluminación exp e rim e n ta l, y sabor intim o que los
santos ponen por medio d.e discernir las revelaciones,
está sigoiñcada la lu z y noticia evidente dicha. Em pero
»el Padre Suarez (a) y o tr o s , que tienen , que regular­
mente no se concedió à todos los profetas santos aque­
lla evidencia en sus revelaciones , no pueden ser de ese
sentir ; porgue -los santos y doctores místicos ponen
aquella iluminación y sabor , com o freqüente en las aN
mas santas ilustradas , y com o el regular y ordinario
m e d io de las ique tienen discreción del espíritu propio;
•y así parece preciso lo „pongan del segundo modo exp*i-
^cado. .L a sentencia mas autorizada que se tom a de San
Agustin , (é) y en que <concuerdan Santo Tom ás , (í*)
y Escoto es , que Dios de hecho regularm ente concedió
aquella luz evidente á j»us santos profetas ; en c u y a
conform idad no tiene iivconveniente el decir >, que de he­
ch o la.con ced e D ios ahora á algunos santos ó alm as
de su especial agrado. Y lo que convence bien e l Padre
Suarez ,es,, que puede D io s , sin aquella lu z evidente
tque necesite al asenso , certificar á sus verdaderos p ro t
-fetas de la verdad de «us -revelaciones , proponiéndolea
interiormente motivos 4 e credibilidad que las hagan evi*
dentemente creibles. Y porque estos motivos interiores se
han de reducir ptecisam ente á ias operaciones de eaten<^
O

:(a) Suar. de fid. dtsp. 3. sec. 8. á num, g.

(ç).(^) D iv , A ug .

^154. Div. Thom, q.


& Scút» tn
1
0. 3
.£?
3
I I . de CivUat. D e i , cap.

3« 24.
de veritaf, art.
Ojtoné d.
cmt. £enK
ánic^ númt
i¿ 6 P R Ó L O G O
'áim iento y voluntad que siente el alm% en la elevación,
y cabe m uy b iea que los santos los declarasen por la
íhim inacion expeirimental y sabor intüna » 'declararém os
^aisi ' calidades que Ijaa de tener estos sentimientos según
l a doctrina de lo s santós , para haqex credibilidad sufi­
ciente de que la revelación es divina^
^ 4 E s cierto pnes que para este genero de discreción
d e l propio espíritu <Ju.e buscamos es precisamente nece-
^aiíio 'aquel conociírñento reílexo ó noticia experim ental
de todas las operacioaes , a sí d e l entendimiénto » com a
^e la voluptad , que el alm a e xercita en ía eievácion,
quanto, i su existencia , percepción de objetos y m odo,
en la forma que arriba decbrarrtos », hora sea fu ra m e n ­
te natural ,, hora ayüdádo sóbrenaturalmerite por la lu z
á iy in a jo rq u e la s operaciones y mòdo de ellas que por
se experimentan , soa las circunstancias de la ilumina-
fion , directa y sabor , que ' h a c e a m otivo suficiente de
Cíédibilidad de ser las revelaciones, divinas » y consigirien-*
te experimentadas , constituyen á esa iluminación y sabor
en razón, de m edio suficiente de discernirlas de las ilusa*
lias.. Veam os pues, y a que circunstancias son. esas seguá
tas doctrinas d e lo s sántos«.
6$ L as circunstancias que ¡nniediatamfenté calificán
¿ e 4i^ÍQa la ilum inácioa d ire cta , que es la m ism a 're v e ­
lación 6: inteligencia d é l a visión ^ fe d u ce n lo s místicos á
is te b reve com pendio (a) Quóíí repente: f i P & ñon 'est
in p e s t a t e animee tarrt: non httendere ^ ac brevissima mor
tvìarrm ìtu àocet y ^ aà-rnagna fortificata, Hácese d e 'r e ­
pente ^ d e ta i-sB ^ tc i e ’ lley^ là atpntion y' voIuntÈrd., quc
. . ■ ^ • n o

•(/) Aòd. Giskd'A'l:b$GÌ9^^ Mistfc* tf<t&, 3. 20.


e.
HO está en potestad^ 4® 1* alm a el dexar de atenderTa , en
brevísim o espacio enseña m uchas *cosas ^ y fortlfíca ¿ U
alm a para cosas grandes. D el hacerse d^ repente dixo Sao
Kjregorio (a) arriba: Subita coriUmpÍattone, : y ^el Beaito Lau-r
Tencio , Juítiniano;'(^) vtrjbi splendor ìrraàians
y es 'senal de no «er del prcfpio espíritu ; pues hacieo>
dose de repente , se hace sin preceder aplicacìou
voluntaria de la imaginación ^ que con su véhem en r
<Í2, la pueda Temed«*. "Que necesite á l a atención,
se toma de Santo Tomás, (c) y lo expresó el Padre SuareZ
{d) d icien d o , que de tal suerte previene la voluntad: Quod
9ton posset y ‘ftiam s í vellet , ulla rcttione aveftere intelUc^
tum á eonsidcratione , ^ quasi auditione Divinorum, D e don­
de “se coligfe , que interviene causa que toca inm ediata­
m ente en el alm a y su^potencia inteleftiva. Q u e en breve
enseñe muchas co sa s, lo dixo R icard o Viélorlno I (e) Su'B
uno visionis radio ad innúmera se dtjfundit, Y parece cier­
to , que no pueda la naturaleza humana tan brevem ente
extenderse á penetrar tantas cosas.: Sensus enim hominis{ái^
x o San Buenaventura) (f) per se pauca p o te s t, t$-
nuitér cogitare. SubUi)atu5 aufem affeSiu'¿iperTíi lumlnis^ tañ-^
>tó plura simul intuetur , quantó supra se ^uhiiníius ^ievaiv^*
O 2 Y

(«) T)iv, Greg» da t. sup, n. $3 . \


(¿ ) Laurent. Ju s t.. de cast. connub. e. 14.
(c )D iv . Thom. 2. 2. queest. i/ r * art. i . ad 4.
\d) Suar. cit. disp. B.sec. %.núm. 4. disp. 3. tec.
fiùm 13.
>fe] Ricard, à S . V i^ o r , de contemp. Ub. t. cap. 3.
{ f '\ D iv . Bma. 13, . de prof, R elig . iik , t , t a p . 72,7*/^ *
vied. ' .
10 « p R Ó L O G
y que np^ sea el demonio autor de esa m aravilîâ, secon-'-
ven çe por- la a lt e z a , santidad y pureza de las cosas que-
en esa. brevedad enseña ; 4as quale» San TOomsio (fl) hablan­
d o de la divina luz:^ declaro así Omnem mentem jupra
foclestem impiet' Iiw.ine itiP&ììe6Ìvali\cfnncin àutem ÌgnoTitntic(itt\
& trrorem^ex omnibus animis ^ in quibus eH \ e jtc it ; ,^ 'ip -
s i i omnihüs lumen sanSium impertit ^eorumque oculo's menta­
les à calígin e, (S? ignorancia circumfusa repurgat^ libe-
excitâ t,_Li<tm la. lu z divina H a m ;nte e l e v a i í
á las cosas celestiales de ilum inación iiiteleíta ú ; expele dé
la alma á qui^^n se co m u n ica , toda ignorauGÍa ; deshace
todo error -; com unícale un .lumen santo que enseña lo mas
p^ rfeftosin njezcla de im p u rid ad ; purga . los ojos mentales
d e l^s nieblas que causò la ignorancia ; libra de todo lo
tnajo y excita á .tg d o lo bueno, y mas expresamente el Bta-^
te. Laurencio, Justiniano (¿>) declara la san tid a d , pu-
i^ za y segregación,de tpdo nial que enseña esa lu z , y e l
m odo t^m divino de enseñarlo por estíos palabras;
illustraperit mentem ^ v iie ^ e .fa c it Im ia b ilitér , pruientér^
¿ í discrete i ^ in-ipsius lumine. ¿eterna intuerp. A'fsque, lu *
ûg ista^nemo sapiens : ubiJsta , nallus indoSius^ impudicus nur
¡lus y nemo v itijs deditus esse valet,. Sobrietatem enim doce t^
& sapientiam , ^ iustitiam ^ (S? viriutem. HcHc quippé educity
adducit , conducit \ çdueit, de v it ijs , adducit adgratÍAm, con^
düçit a i r?qM¿m. U tim am eote la fortificacioa vaTeqtia y efti
ca cia que dá i la alma la iluminación, diy.ina parA cosas
gla n d es, declaran los d o lo r e s místicos por aquel texto de
San Pablo : V iliu s est sermo Dei^ ^ tfficax , ' penç^
tra-
,-------1 ■ -------- - - ^
\ a ] -Oiv, Di9üis> de D iv . Net», cap. 4»
[Jf\ B eat, Laur. J u st.d e cast, comub.çap. 3*'.
\c^:Ad Heb. 4, v^rs, 12,
e A L E A T a . jo p
ttahtVior omni gladio a n cip iti, <Sf p'eñingeht- usque ad di-^
visionem anim¿e, & spíritus , compagumque ^ & medularum •
E s viva y e fic a z , por la fuerte instancia que hace para
am ar , servir y ob ed ecer.à 'D io s; és penetrante , pues h i ­
riendo en lo màs íntimo , divìde el alma del espfritQ , se­
parando las pasiones del • honrbre ammal de los afectos d e l
espirita ; á e tos los e l e v a ,.y á ’ aquellis las reprim e, se ­
gún aquello de LauTencio Justiniano : [¿i] Concupiscenti¿e
fnotus y. voluf-tfítis affeSíus , animi fluSíuationes , cordis bíéé^
tudines , innatas passiones^ innolitas consuetudincs^ & amSías
interioris bindnis inordinattìs p.ffe&Íones sub rationi^'conten*
dit deprìmere iniperió. valenti'a de la luz pai 3 apartar ■
áe tí do. mfcl y \U giT t tCdo lieti , tan fuertev <iue se ha­
lla c lja lm a : cchí:oí deteirainada , y en m odtícrm -'
pclida á errprehérdcr obra tfln- grande , la n»tiírnleza^ í
la puede hacer ,.x i el demonio la sabe rem d ; parque : t

aui que e:^te rebelde« espíritu sepa inducir al una


ú .o trü ivirtud , tomándola;^ pí^r-medio p«rra lle'vrar’at vh io;
esfuerzo tan. valiente para huir to d o 'm ^ l y a b rig a rn o d ^
bien , I i cabe en su - poder , ,ni se-aviene to n su ^malicia:
y así .ú en.la TcveLcum que se hace' con e s t í lu z , se ha­
lla cosa à que no pueda' llegar- la gricia. ordinaria, parece
c itrto que es p n piam ente revelación , divina. Pci¥ eso R icar­
do Vici'jrino [^] Tecopi'andd lá enseñanza -yefcétüs deesa-
lu z , dixü.: D ivinus nuntlus. praculdubío fst^ p er quem D iv i*
fus vo¡untr*tis -bénepldcitum cognoscimus ^per qu^m ad cster-'
MQYum xqgnitione.n illuminamur ^per quem ad atermrum desi*
derium infiammamur* .

[<?] "Béat, Laur. Just, ibid, eap.^ ,


[^jj Ricard, á S , ViSíor. de contemp, ¡ib. cap- 13**
Mxo R- Ó t í f 0 ' G' 0 -
- ‘68 Para d eclar Üas circunstancias^ y càH 4 ades ôleî sâbor
discretivo , advierto-, que'todas las potencias apetitivas tie­
nen sus propios sabores, que son las opsraciones c o n q u e
■cada una toca e l objetp, á s í jcotiveniente. Oe todas'las a fi­
ciones del alma, dixo, & n Bueaavectiira : la ] Omnes anima
pff^UUn^ 'jMOJ bíLbent pr&prtos sapores, id e st , %nótus sih i
convenientes» L as potencias a p e titiva s, ó son sensitivas ò es­
p iritu a le s; las sensitivas, ó exteriores ó interiores ; e sp iri­
tu a l es sola la voluntad-, que «egun su^ diversas áfeccío-
nes de ja-íticia ó de cóni ído ., ad 'nite varias consideracio­
nes; Los si,boTes de estas p o ten cias, ó pueden ser ordina­
r i o s , se g im el cu rso regular de las cosas ; ó extraordina­
r i o s , que p ire z c a a sobre la naturaleza y sobre íórdea
com ún de la gracia. N otorios son lo i sabores ordinarios
4 e los sentidos exteriores. L os extraordinarios son los que
se sienten , sin alcanzar ápiicácioa natural d e causa que
los pueda causar ; y estos pueden ser divinos , con io ad-*
'Virtió San Buenaventura : [h ] Sunt etiam quadam 'sensíhílet
4uleedines, & suavitatis ex p erien tia , qua devotis quando
que infunduntur, ut mirabilis fr a g r m tïa odorum^ ineffabiUs
suavitas saporum , í ? bymnidica melodia vocum , á? sonorunty
& tadlu perceptibiles experientia indicihilium suavitatum,. E a
la misma form a propotclonalm ítite los seritidos interiores
tie n e a sus sabores o rd in a rio s, y los pueden Wiener extraor­
dinarios y q u esea n e n e i modo d ich o divinos. L a vo lu a-
t a d puede tener sobores ordinarios , com o exp lica el m is­
m o D odor Seráftco [c] diciendo : Cum intélieSius vapertt
i n agnitione v e ñ dilatari , statim tti&m gustus a n im a , bof
^st^

'[a'] Div» Bonav. de próf. '¡teUg- iíb» a. eap» ;72,


D iv . Bonav. ibi. cap. 76.
( í) D iv. Bonav. cit. cap. 7a-
G A L E A T Oi il*
is t y W t t n é r njfe&us ^ incipit quodam spir.itmH sapore ìncog*
n ìtis dcle^ari.. Y los- puede tener extraordinarios „ 6 p o r
l a dulce adm irable é intenso do-là: c o iis o la c r o n q u e lin ­
gue à se i tanto que suspenda 6 prive e l uso de los senr
tidos y por segtiirse à, alguna vi§ion ' sublinie d e l entendi­
m iento , hora sea aquella comteuiplficion que llam an Ios-
m ísticos infusa , p o r no poderse alcanzar con la gracia orr*
diñ arla^ hora á l a visión tan puramente inteleÓual, que no*
coop ere la fantasía, Y ccm o ese wibor. de l a voluntad es-
u a gènero ne gozo 6 fruición ,, com o enseñó San Berirar!“
do,(tì) y el gozo n a c e del a iró r , segun aquello d e Santo^
Tom ás : {h) E x eo,,-quod aìiquid amamus,, desideranusilluá^.
si absit \ gaüdemus ^ cum adest \ sé' h á 'd e atender inuch0-
en el sabor, esp iritu al al amor. de. donde nace sú: objeto^,
6.U. m o tiv o su .m o d o ^
6 j Vistbs los ¿éricfos- d e saborrs' qiie h’a y , sc ha dcí
cxám iriar.'qual es el. discretivo de. las revelacioiíes , y qiié;
ibircünstEíDdas ha de ttn é f p a rí s e r lo -Y lo priráero es ciéir-
t o , que ha à e ser extraordinario ; jo rq u é el q^e se puede
alcanzaV'por' las fuerzas'd e nuestja n a tu ra lé z a ó 'd e -la ¿ fa ­
c ía común y o r d i n a r i a n © puede ser medio d e discerní*
la revelació n 'd e Dios „ d e la. que es d e l p ro p io espíritu
hum ano puw to e n a fe tìa / d c devoción cóm o adm iíabl6 -i
m ente d ecU raS an Buenaventura (c) ad virtien d o , que Tn i)o6
tíltquanda quidam devoti invm m íiu r decepti ^ j i c v á 'S in M -
U rfiA Tam bién €s> c ie r to , que el s ^ o r sensible
aunque sea extraordinarísim o, no es-el. discretivo ,.pues i

(tf) mt» droon -sDír. lO -


(¿) H iv . Thom-^^cont.gent.citp- 19..
( f ) JD/v. B e n k v i « V it i* . 7^ *
»I« PRÓLOGO
este llam an los santos íntimo y la razón l o convence; por­
que de la misma forma que las visiones sen sibles, puede
causar ó rem eJar el deoianio estos sabores. Raxon que
expresó el mismo Doélor Seráfico diciendo (d) .;gravem en-
Sicta de visionibus^ & rev¿UtHonihus,\JtaJe.bujuxmo~
di sensibilibus cxperkntijs est stntienium ^quad áliqui sedu^
cuntur in eis^putantes esse á T>eo ^ quad forte phantasHca
deceptio esty &.aJiqui put.ant esse a.liquid tnagni^,quod..nullius es*
fneritl, vel momenti\ aliqui extolluntur de talihus apud se^
jaSiantiey qmsi de singularis g,r,atia sanSiitate. Convence esta
razón de todo sabor sensible, h o ra exferior, hora iuterior.Que-
da p u e s, q u e ,? l ?abor discretivo íha .de «er espiritua);
esto es, a fe d o de la voluntad., ,á .quien j l e las potencias
4 e l alm:i pertenece el gustar., s^ « n iMjuello d e San Buena­
ventura : {b) Acium gustandi non bahiít intelleßius^ sed
luntas, y d exad o .el sabor que se consigue ,4;
la .visión p u -
raraeate -inteleélual , conocida evid ^ teiiieiite t a l , que haría
e v id e n c ia íífí^ j- ííjn f^ , 4fi que §e dixo ,a r r ib a ; (f) hemos
d e mirar las.c4lidades qiie.se/reqviieren ,en aquel .cu yo cou
nacim iento reflexí) ^ o ,tiene .evidencia , o i^ d e .la pura inte-
le ítu a lid a d , ai de la ,sobrenaturaUdad d e : esos aftos, Y no
basta que este sabgr^de , la . voluntad .sea, extraordinario por
lo dulce , adm irable é intenso d e i^a .consolación ,;^por.que
el Doélor S e rá fic o , {d) Padre de la m ística .por ,do¿to y
experim entado , descube ,ua sabor tan d u lce , que Nimift
fiukedine replet cor ; t,an bien.pacido , V.enitp$r contem-
.pía-
...... .. .■ I.

(a) Div. Bonav. ibi, paúl, post,


(fi) Div, Bonav, de itin, atertf» Hin, dist.
(c) Supránúm, 5 i. & 63.
M 9fVt S9n0if, 4c M muL amr»¡» faß, ^ 3.
G A L E A T O . T13
pUtionis quietem ; tan intenso , que in tantum abundar hæc
dulcedo in corde , ut redundet ad ûtnnia membra abundé^ adeô
ut totus s i b i , tàm interius , quâm exterius melîifluus videa -
tur ; tan ad m irab le, ut saporem generet : Y con todo eso
dice de é l , que de bac admirabili duîcedine cordis semper se-
curum est dubitare ; quia diabolus transfigurât se in A n g e-
lum lucis , Çi eonsuevit similia procurare, Y con razon, por­
que el demonio con tal destreza puede conm over espíritus
y hum ores, expedir é im pedir los organos y vias de los
sentidos, q«e induciendo varias operaciones fan tásticas, á
que siguen diversos conocimientos y proposiciones, de que
suele dexarse llevar en varios afedos la voluntad engañada,
remede esas m aravillas permitiéndoselo Dios. Por eso S*
Diodoquio (a) para evitar el engaño que puede haber en el
gusto de esas suavidades 6 d u lzu ra s, dió por r e g la , que,
advierta el espiritual, que la gracia de Dios habita en lo
profundo de la m e n te , y lo amargo del demonio mora a i
derredor del fondo del corazon : Nema enim potest (dice)
vinam gustare suavitcitem, aut amarum dœmonis sensu expe
r i r i , nisi sibi persuaserit , gratiam quidem D ei in profundo
mentis habitare, malos verh dæmones circum fundum cordis
commorari : Quod quidem Dellent dæmones , ut numquam apud
hémines crederetur^ 'ne cum mens hoc perfe6ié cognosceret, re-
cordatione D ei se adversus eos armaret. Para entender es­
ta regla adm irable de San D io d o q u io , se ha de ad vertir
con San Bernardo [b) que corazon se llam a la oócina de
todos los afectos de la voluntad : Totam sibi vendicat volún­
tateme Y m ente, cu ya etimología se tom a de que emined
Tom, I X , P in

(n) S . Diodoc. de p e r f spirit, cap, 33.


(b) D iv . Bernard, de nat, & dig. arr.or, div, cap, z o
„4 P R Ò L O G O
in anima es aquella p o rc io n , fuerza ó facultad sublime de
la a lm a , con que se apega á D io s , y goza de él : E s t
enim mens vis ^ueedam anim/ff [àicQ B ern ard o ) qua-inh^^
rtmus B eo , & f r u im r , Y añade ; F ruifio autem hcee in sa ­
pore quodam divino est ; E se gozar está en un sabor d iv i­
n o , y el Sabor es el mismo gozo. Esto supuesto , la regla es,
que se mire donde está çl sa b o r, en el corazon , ó en la
m tn te. E sto se alcanza mirando de qué es el gozo ó d e -
le yte . Y com o el gozo nace de a m o r , de qué amor n a z­
ca, Si el gozo es puramente da Dios, y en Dios nacido
d e l amor de su bondad que se. sigue al contem plar su her­
mosura , está en lo profundo de la mente , como consta
de su d escrip ción , y ese es el sabor seguro que en otra
ocasión declaró San ^ r n a r d o (¿i) d ic ie n d o ; D ele^atur de
V eo io Veum , cum ejus decorem CQntemplatur, ¡ 0 quam ju~
cundum sentiturl Si el gozo no ep puramente de Dios ó en
D ios , sino de otros objetos, á quien tiene afeélo el alm a,
está en el corazón , y se debe cautelar ; porque al d erre­
dor de esa com ún oficina anda lo am argo del engaño ; y
suele peligrosamente inducirlo ó la vanidad del propio es­
píritu , com o en una ocasion dixo San Buenaventura ; {b)
S ep e etiam cum pro, vanagloria quis optat gratiam henépræ-
dicandi .yVel propbetandi, vel miracu'a faciendi^ vel aliud
undé^mirandus videatur agendi ^ cor delusum hujusmodipban-
tasmatibus b tla rescit, S in vanam affeSíionem ptngmscit, O
1«^ m alicia del demonio , com o dtxo el mismo Santo en otra;
(a) V tU et enim , qmd hama superbirei, Æ? se aliquid repu-
ta*

{f^ .V iv * Remar» àe itin. dom, cap.


V iv . Bonav, de prof» R elig. .liK i . cap, 76.
V iv . B on a v'd e stim, amor.p, 3. cap» 6.
£
G A L E A T O .
t a r e t , ut talihus delicijs frueretur , & ibidem ^iescéreP^ S
sie averteretur á Deo* Y el medio de rem ediar este daño
y discernir este sabor del corazon , dice el D o ílo r Será­
fico (<ï) m uy cofiforme á la doétrina del antiguo y santo
padre D iod oquio, es reducirlo á la m e n te , poniendo y d i­
rigiendo á D ios Joda su vista y afeélo , y deleytândosô so­
lamente de Dios : con que si el sabor e« de D io s , se h a ­
rá mas intenso; y si es del demonio, cesará, ó á lo mènos
se volverá remiso : E t ideó (àìct) cum summa dlHgentia at*
tendendum est^vt quandoeumque-acciderH talis deleSiatio, aciem^
m ^ tis in Deum dirigas , nec ub rllo cor tuum discedat : Í?
s i deìeSiari oparteat, solum deleSieris in Deum, T unc, si d
Deo esset illa dulcedo , deberet intendi : si à diàbolo, de-
beret privarì-., aut saltern r e m iti,
68 Es pues el sabor discretivo que califica las revela­
ciones de divinas , un gozo , ó deleytacion espiritual ex­
traordinario , puramente de D ios y en Dios , nacido d e l
amor divino en la contem plación de su hermosura. Por,
eso di3«) Son Gregorio,(¿) que al gozar esa interna dulzura^
se abrasa el alma en a m o r, y con todo anhelo procura
levantarse sobre s í , para llegar al objeto de su amor que
contem pla sobre sí: Cum internum dulcedinem dégustât(dìcè)
atnore dcstudt , ire supra semetipsam nititur» E m pero por­
que com o advirtió bien Gerson , ((t) suele una pasión d e
am or vano y carnal mentirse amor D iv in o , y rem edar su
d eleyte ; se debe atender mucho si se m ezcla algo turr
b u le n to , carnal ó feo en la elevación en que se experi-
men-

(¿í) D iv . Bonav. loc. prox. citat.


{h) D iv. Grcg. ¿ib. 5. M oral, cap, 33.
(í*) loann. Gers, traáí, de dist, v. vis a fais» sign, 5,
ti6 P R Ó L O G O
menta la d u lz u ra ; que entónces , dice Sfen Diodoquío, (a)
seria del dem onio: S in autem ullam prorsus dubitationem^
aut fadam aliquam cogitaticnem mens in illa g ra tia ope-
rationt concipiat , quambis sanSio nomine lesu usa sit ad
propulsandum malum , (S? n^n magis ad amorem tantum
D e i incendendum , sciendum est , consolationem illam fa ls a
specie leetitiiC á falla ce dcemone proficisci, Y por eso San
Buenaventura {b) á la dulzura espiritual , á quien sigue
alguna im puridad sensible , aunque sea sin culp^ de ei
p a c ie n te , la tiene por sospechosa. Serían el amor y el
g o zo á él seguido? con seguridad divinos , si estuviesen en
aquella alteza de perfección que describió el mismo D o c­
tor Seráfico : (¿') Ita inb¿erere Deo , ut tota anima cum
ómnibus potentijs suis , <S? virihus in Deum colIeSia , unus
fia t spíritus cum eo : ut nihil meminerit , nisi Deum ; ni-
h il sentiat , vel intelUgat ,, nisi Dettm , ^ omnes ajfeUus
in amoris gaudio uniti , in sola Conditoris fruitione suavi-
t i r quiescant. Si alguno en la elevación se hallase tan
unido con Dios , que recogida á Dios y en Dios toda el
a lm a , con toda sus potencias y fuerzas se hiciese un es­
píritu con él ; de form a , que de nada se acordára si-
á o de Dios , nada sintiera ó entendiera , sino á Dios , y
todos sus afeftos unidos en e l gozo del am or , en sola
h fruición d e su hacedor descansáran ; este sin duda tu-
v ie ta e l sabor discretivo nacido de verdadera caridad^
M as porque no todos llegan á la eminencia de esa per­
fección , ó no siempre reciben las revelaciones en esa a l-
tu -

(fl) SanSf. Diodoch. c, 33. citat.


(b) D iv . Bonav. de prof. R elig, lih. a. cap, 75,
(f) S . Bon. )bi. cap. 72. post med.

ti
tu ra V San Bernardo (a) seoaló los efeéios c r ^ue mas fre­
quentemente se conoce naeer el exceso a ftftiv o de dulzu­
ra del di vico amor , diciendo : Pius samé ttffe^us , ^
pttiMS amore sa len s, ® süfi&ee devationis in fv sio , etUm &
vebemtnti spiritus repletus zelo , fton pìanè aliundè , quam
€ celia vinaria repcrtantur : E l piadoso aftélo , el pecha
encendido en am er , la infusión de la devocion sa n ta , y
el esp h im lleno de vehemente zelo que sienten en el ex­
ceso a ftftivo , es llano que no se traen , sino de la bode­
ga de el adovado vino de la caridad.
69 E l Seráfico D c ílo r San Buenaventura (^). advierte,
que la causa de perm itir Dios que el demonio engañe co a
sabores y dulzuras extraordinarias en la fo im a arriba d i­
ch a á algunas personas contem plativas, tenidas por espi­
rituales , es la soberbia , que tomando ocasion de la vir
da espiritual , incautamente conciben : Qaia aliqui contemt^
p ia tiv i aJiquando de se nimis prccsumuni , aliosque contem-
ttunt , & credunt, se V eo esse proxim os, cum tamen sint
per superbia}» ah eo- nimis elongati - ideò diahoius pater su­
perbii^ banc petestatem in tos accipit , ut talihus delicijs
iilos decipere possit. E l presumir de, sí menospreciar á
los otros , pensar que son algo no siendo nada , creerse
m u y cercanos á D ios , estando m uy léjos de él por la
soberbia , es la causa de que el demonio , padre de es^
soberbia , á que se alistáron , tenga poder de engañarlos
con mentidas delicias tan ciegam ente , que no disciernan
su daño aun por los medios señalados. Por eso los santos,
(¿•) y d ofíores m ístico s, com o m edio de toda segurid'^tí.

(rt) Viv» Ber* S er, 49. in Cant.


V iv . S^fiiav, Me stim, amor* part. 3*
(r) In progres, cit and.
'en tre 'tan peligrosos escollos-, sobre todas las demás-, d aa
"la contrapuesta señal. E sta es la humildad Yerdadera so­
b re que todas se fu n d a n -, y en que se aseguran todas.
L a humildad y la soberbia (dice Gregorio el Grande) [«]
so n 'la s dos contrapuestas calidades que dividen los dos
'reynos , él d e C hristo y el de Satanás. Por ellas cono-
cémos con claridad los que son del uno ó dél otro prin-
-cipado : L a señal 'd e los réprobos es la soberbia , la de
los escogidos la hum ildad : con solo conocer quál d e e s -
ta s dos divisas traiga alguno , se descubre debaxo de
-qué ráy milita": Qnia igitur Redemptor noster el San­
to) regit'humilium y S Lceviatban iste resg dicitur sa-
c o r d a

perborum , a p sttè cognoscimus-, quod evideñtissimum 'repro-


borum ‘si'gmtm 'superbia est\ at contrà , humilitas eie&orum,^
Cum er'go quom quírque hcibedt , cognoscitur \ sub quo Re-
'ge m ìlitèt , ^innsèfiìtur. 'Eátás soh las caüdades de los fru ­
tos -por donde el Señor dos enseñó á discernir entre lo s
profetas 'falsos -y ’Verdaderos : Unusquisque enim '^(prosigue)
quasi 'querfdam‘tituíum p ofta t operis , quo fa c ile ostendat^
sub cujus ssrviat póteítáte RsSioris;, unde S per Evange^
liiim diÓHür * A fru^ ibas eorum cognoscetis eos. Porque los
miembros pues de Satanás no nos engañaíen , "aun hacien­
d o m aravillas-, nos dió el Señor esta d a t a señal de c o ­
nocerlos , diciendo : que el demonio es rey sobre todos
los hijos de la soberbia : N e igitur nos L a v ía ih a n istias
membra , 'v e l mira faciendo , fallerent , apertum signum%
quo deprebendi valeant , demonstravit dicens : Ipse est re x
■super •universos filios superbics. Nunca esta señal engaña;
aporque'aunque 4 os'h ipócritas alguna veíZ se vistan de men­
tí-
w —— — ““ ' »•—■•■■■«•i

;(«) jDìv, Greg. 'Moral, cap. i8. in fin. .


G ì A L . E ; A T O ..
tÌTOsà^ especie-de hum ildad ,, no es posible que en. tod o se
d isim ulen.;:que es, de. tal calidad la, so b e rb ia .,, m arca inr
fa m e ,de.SU; e sclavitu d ., que no^sufre estar, m ucho, tiem po
oculta y. si: en. una aocion. se en cu bre , por. otra. se. maT
nifiesta.;:ßM/_ eij*': aliqmnde;fi6íam. specie^n himilitatts-. assu~
ftiunt ^.se. ípsos. tomen zelare in. omnibus- nequaquam ppssmt\.
quìa^ eorum, superbia dik^latére. non sustinens. ,.cùm^ ex. alia :
tegitur.\ ex. alia a 6iÍ 9ne,denudatur*.Q.ou¿yctrí%Q pues lo s.so l­
dados del, re y de la hum ildad, en. su. d ivisa siempre es­
tán temerosos ; por todas partes circuosp eflos pelean in—
fatig^bltfmente: co n tra-lo s. m ovim ientos de. la. elación sm
m ayo r desvelo en los. com bates es guardar, de. las h e­
ridas, la vista, de el propio conocim iento conseivando^
así principalm ente, en si' mismos la hum ildad ; ¡¿ui veró'^
sub' Rege, humilitatis-. m ilitant' [ co n clu ye G regario ] semper
pavidi ,, at que ex. omni ■latere. cir£umspe6ii ,. adver sus ja cu la •
elationis. pugnant.y.^. quasi (¡entra: venientes iSius.solum ma­
g i s 'i n suo corpore: oculum custodiunt:, , dum .'in. semetipsis
principaìitèrr humilitatem Apénas se. hallará. Santo,
que no traiga esta s e ñ a l., com o seguro, a sila contra to­
dos los engaños dei dem onio.. Báste. el caso, del. graad e
A b ad Antonio., (a) R epresem áronsele en , una. vision al
Santo todos los laxos d.el. enem iga tendidos-sobre, la tie r-
ra. ¿Q uién pasará-efttre tantos peligros? dixo suspirando
Antonio. Y o y ó una \0Z’ á\\o H um ilitas. sola p er-
transit : Sola Ja hum ildad pasa segura de. todos..
70 D e aquí el d o fío y experim en tad a' Juan. G erson (ß)

(a) Invit, Patr. edit: Herih..Ros..lib.-^..num.x2g.ex Ruffi.'


(b) yoann, Gerson. de distin.. v.. vis., a. fals. sigti.
sub litt. Z .
4.
ijo P R L o G O«
c o n taata v e r d a d , Como resolución , dixo : fíotí 6st p r i*
nmm , S pracipuum signum inter signa maneta spiritualis
áiscretivum, Monitiones omnes itaqae intrínseca , omnis re -
'iselatío yomne míraculum , omnis amer extaticus ^ omnis con-
tempíatío , omnis raptüs , omnis denique nostra interior , ex~
teríorqae operatioy s i bumilitas p r a c e d it, & comitetur , <S?
tequatur , s i nihíl eam perimens misceatar \crede mibi'j d g -
num bahsnt , quoi & Deo s m t , aut á bono ^jus Angelo-,
' ‘Hec fa lleris. E sta es (dice) entre las dem as la prim era y
principal señal pot donde se discierne la espiritual mone­
d a. Todas las amonestacioHes interiore» , toda revelacio a,
tod o m ilagro , to d o annor extático , to d a contem plación
to d o rapto,y finalm ente toda miestra interior y exterior opera­
ció n , si la hum ildad la precede, acom paña y signe, si n id a s e
m ezcla que ofenda á esta virtu d , creem e á mí, señal tienen de
qne son de D ios ó de su ángel bueno ; ni te engañas , n i eres
engañado. T an to fió este D oftor e a la señal de la humildad^
qu e dixo, qu e si esta se conociera perfeéiameHte, seria o c io ­
so él m ultiplicar otras ; pues la hum ildad y la soberbia
bastantem ente contradistínguen la moneda de las esp iritu a ­
le s operaciones, en verdaderas ó ilu so ria s: tíu m ilita tis er^
go sígnum (dice) si perfe^ e nosceretur , fru stra multiplica •
rentuT aliity quoniam superbía humilitas numisma spiri-
tuaVwm operationum sufficientér condistinguunt. Para que se
conozca pues si es verdadera hum ildad la que precede, «com ­
p a ñ a y sigue ia s cosas extraordinarias del espíritu , y nos
eíiterem os de esta segura señal , pondré aquí las p rio ci-
p a le s operaciones con que se exercita. Y no hablo d e las
e x terio res, sino de las interiores que el alm a experim enta
■en la elevación : pues solo tratam os aquí d e lo interno que
i:ftlifica las revelaciones.

G A í. E A T o . 12 1
71 E s pues la p rim e ra , el menosprecio que tiene el a l­
ma de sí misma , aniquilándose en la prtsen cia de Dios
y conociendo verdaderam ente su nada. E sta enseñó i»an
Gregorio M agno (a) quando dixo : Sandti v iri , dum divini-
ta tis arcana audiunt, quantó magis contemplando .proficiuñt.,
tanto magis despiciendo quod sunt ,a u t nihii ,a u t prope ni-
M I, se esse cognoscunt. L os varones santos (dice) quan^
do oyen los secretos escondidos d é la divinidad , qu an ­
to mas aprovechan en la contem plación , tanto mas
despreciando lo que son., conocen que son nada 6 casi n a­
da. L a segunda es el reconocim iento vivo de las culpas
<y defeélos propios que causa en el alm a la m a y o r lu z,
con que en la elevación conoce la perfección d ivin a á que
^e sigue el reprehenderse con severidad , y dolerse con
•contrición verdadera. D e esta tenemos ilustre testimonio en
.el Santo Job , (¿) que habiendo dicho á Dios en ocasion
que se le manifestó mas : A u d itu auris audivi t e , nunc
<íutem oculus meus videt te: Hasta ahora habia tenido luces
'de vuestro ser divino com o quien o y e ; ahora las tengo
itanto m ayores , que son com o de quien ve ; presigue;
Idcircó ipse me reprehendo agopcenitentiamin fa v ila ^ &
.ciñere. Por esta causa (dice) de haber conocido á la m a­
y o r luz de vuestro ser d ivin o mis culpas y d efecto s, me
reprehendo á mí m ism o, y hago p e n iten cia , re d u cié n d o -
.me á pavesa y ceniza. A sí lo entendió San G re g o rio ; [í*]
.Quanto magis gratile lumen percipit , tantd amplius repre^
JaensibiUm se esse cognoscit. E s tan fiel la lu z divina, que
Tom. I X , Q co-

v(ij) D iv , Gregor, lib, 35. Moral* cap. 2^


{b) Job, 42. vers. $.
(0 D iv , Gregor, lib, 33. M oral, cap,
com o se enderez»; toda i perfeccionar á la alma , quanto
mas se aumenta , mas reprelrcnde, hasta no perdonar d e -
ffeño pOE pequeño que sea que no a r g u y a , para que á
un paso se periFeccione y hum ille. Por eso dixo R icard o V ic ­
torino, [^íi] que e l alm a mas ilum inada mas conoce sus d e -
fcétos y mas p e r f e c t a m a s en su estimación se en vile ­
c e , condenando en sí aun las pequeñas faltas que ántes
toleraba : F ius ilufninata [d ice] pius defeSius suos cognos^
'c if . S . HielioT- fa 6 ia \ plus sibi vilescit.^Damnat tune par*
^os defeétus , quos-. prius toierahdt. k esta operacion de
hum ildad, está próxim a la tercera ,.q u e es el temor san­
t o ; porque: quando la lu z es divina , elevada el alm a á esa;
altu ra , al paso que con el m ayor conocim iento de lo eter­
no hace de ello mas estim a, pavorosa^ con el conocim ien­
to d e su flaqueza , . culpas y, defeéloS' se, intensa en el
tem or d e perderlo poc Süs tem porale»acciones ; y com o
quanto mas conoce la perfecdoU d iviñ a , .tan to mas re ­
conoce en sí lo que discorda de esa prim era regla, aua
en. lo que àntfes por no alcanzarlo s e parecía seg u ra , se
encoge m a s ,, se a te rra m a s , y m as te m e ; con- que el
m ism o aprovecham iento la a b a te ,, la altura la hace m a
hum ilde , y la . ilum inación mas tem erosa. T óm ase d e l
híism o 'San G rego rio (¿) que d ix o : Humana m ens\ quo al^
tius: elevata e qucc sunt. ¿eterna considérât^ea de fa S i is tem--
^óralibus gravlUs. tremefaSia form idat i quia tanto se ream
vertus c e f n it , quantó se ab illa lumine , super se inter-
i n i c a t discrepas se: conspivit ^ sictfuefit ^ ut illuminata plus
fnetuat, quia magis a sp id i à veritatis recula per quanta
discordât : eamque suus ipse profeSius q u a tti, qua prius qua^
si

(a) Ricard, d S . Viàior. 35. in Cantic.


{If) D iv . G r e g .lik . M o ra l e a p .iu
G A L E A T O . 123
s'f secura nihil videhat, Pero porque el dem onio suele re*
.m edar el tem or , para m ezclar en él alguna -desespera­
ción ò d e sp e c h o , según aquello de San Juan CU raaco, (íi)
que hablando del tem or que suelen ind.ucir las visiones,
dixo : Quod si desperatio conturbai, istud à dcemonihus -est*
A dvierte e l mismo S a n - G r e g o r io , (¿) que si la lu z es
divina , el tem or ¿lienta á la esp eran za; y quando'se ha­
lla mas tem eroso el e sp íritu , la esperanza se erige 'Con
m ayor aliento á emprehender cosas m ayores: Qxióties no^
bis ccsiestia demonstrantur (dice) spiritus quidem pavore se

soneutit, sed tamen spes pnesum it : Ande namque spes ad
majara audenda se erigit ^ unde turbatur spiritus. ? o i eso
■enseñó San Bernardo , (í-) que la misma v o z ^divina in te ­
r io r que prim ero »conturba, am edrenta y repreh en d e , al
punto viv ifica , ‘ derrite , inflama , ilumina y lim pia : P r i-
mum quidem sonans in aurihus animis vox D ivina conturbata
terrei ^ dijudicatque ’^-sed continuo mvificat^., liquefacit^ca*
Íefacit ,,'^iUumÍMit y mundat , d ixo. L a últim a operación de
la hum ildad es aquella con que se m ira el alm a á si m is-
:nia en com paración -de sus próxim os. E sta d ice G erson,
(¿í) que es una sapientísima in sip ien cia , con que el a l­
m a , desconfiando de sí misma , á nadie se antepo­
r n e , hállase dócil á la enseñanza , rendida i la co rree-
clon ; de ninguno piensa m a l, con nadie se indigna, to ­
d o lo 'di?rpone con suavidad : Hc^nc, sapieritíssimam, ut sic
Joquar^ Jnsipientiam (dice) qua sibi de se diffidit ^ qua ne-
Qi mi"

ii) S y Joan CUff^ac. de peregr. & scmn. gra. 3.


(b) D iv . G reg. lib. 5. M oral, cap* 33.
(f) D iv , B e n ar- Serm . de multit. utilit* ver* Dei*
{d) Joann. G trs. loco <it. suh* lit* Z*
124 P R Ó L O G O
mint se. praponit y quce idcircó suasibilis est nemini^de-
trahens y aut indignans ^ disponit omnia suavitér , y
prosigue probando , cóm o esta verdadera hum ildad á 5 0 -
lo Dios puede tener por priacipal autor.
*T2 Estos son ios motivo» internos de credibilidad,
con que , segun las doétrina» de- padres y doétores
místicos que he podido recoger , se le pueden propoíier
á la alma las revelaciones divinas que re c ib e .. N o h ay
dtida , que todos los sentimientos , afeélos y o peracio­
nes referidas pueden concurrir juntos en cal¡ficacion^ de
lá visión ó revelación divina. N i la puede haber , en
qiie el a l m a , ayudada sobrenaturalmente con la d ivina
lu z en la form a arriba dicha ,. los p u ed e experim entar t o ­
dos en sí con distinción y c la rid a d .-Y parece cierto, que
todos ellos ju n to s, sentidos y experim entados en. la ,fo r ­
ma referida harian evidentem ente creihle la revelación
á- la alma que la recibiese y experim entase así; porque
por una parte es manifiesto , com o muestra el Padre
Suarez , (/z) que Dios puede proponer á-la alm a, la re v e ­
lación privada o b sc u ra , que le com unica con evid en te
credibilidad ; y que la h a y a propuesto m uchas veces-así
á sus santos , prueba urgentem ente el mismo D oélor de
m uchos textos de la sagrada E&crkura ; y de ellos ■se
infiere , que los m otivos cou que la proponía y que la
hacían evidentem ente creíble , eran interiores en el al­
m a , y l o ' suponé en otros lugares el mismo Suatez.
{b) Por otra , no parece se pueden hallar m otivos inte-
no-

(a) Suar» de fid^ disp, 3. sec, S, S disp, 8, sec, 5.


{b) Suar,. cit, disp. 4. .^ec, i , n, Q, S ' tom, 3. de grat.
Ub, 9 * cap, 9 . n. 31. txpon, Qyrill,
G A L E A T a ia s
riores de credibilidad mas urgentes qiie los propuestos.
Alléjíase el que no parece puede caber en ju icio pruden­
te , que Dios con tantas señales de credibilidad , que
según la doétrina recibida de los santos y. d cd o res de
su Iglesia , solo pueden tener á su M agestad por su prin­
cipal autor permitiese , . que las alm as que con puro
afeéto desean solo agradarle » fuesen engañadas con tí­
tulo de ser su M agestad quien- las ensena. Si basten
ménos m otivos interiores - que todos los referidos jüntós^
para hacer la revelación evid en ttm eate creible á ia a l­
ma que la recibe ,- ó quáles , 6 quántos de ellos sean
suficientes ^para eso , dexo al ju icio d e los doétos. E l
Padre su a rez (a) dice , que' la inspiración eterna pue­
de hacer 4 ' la revelación- suficientemente creibíe , para
creerla con fa d iv in a , ó á lo m én o s, que cum ple la
credibilidad <suñciente , quando no bastan-los m otivos ó
proposicion e x te rn a ; y dice le sucedió así al Padre del
Bauiista*en la revelack)n que tuvo- de el nacim iento de
su hijo. Tam bién enseña (é) que puede el hom bre e x - •
perimentar en sí las mociones divinas , que preparan á
la alma - para e l h á b ita de fe y., suelen acom pañarle,
y por sus- eftétos co n g etu ra r vehem entísim am ente que son
divinas y d e buen espíritu, [r]
73 Propuesta la revelacw n divina privada á la alm a
que la recibe com o evidw item ente creib le , es cie n o ,
q*ie no soto puede prudentem ente , §ino que debe creer
c«n toda certeza y sin ninguna hesitación , que es d i­
v i-

[¿i] Idem cit. disp, 4. ses, g. n.- 9. -


[¿>] idem sec, 6. n, 4.
[c] 'V id , h e, citât,' de Grati
.vina , .y -que es infalible v e rd a d .lo que p o r ella se '4e
manifiesta. D e donde hablando de las revelaciones -divi­
nas que se proponen-á la alma con credibilidad .evid en ­
te , dixo R icard o .Viftorino : [íi] Quod in D e i Jumine per-
níMus , ,quod ex ejus . revelatione cognoscimus ^ tanta cer-
titudinis fiducia tenemus ^ .út nullo super boc .ambiguitatis
a n cipiti.pulsari possímus. Si la revelación no se le .p r o ­
pone á la alm a com o evidentem ente .creíble conform e
a l número y Calidad .de los m o tivo s ,y señales con ,que
se le propusiere y experim entare en sí , será la propo­
sicion de su credibilidad probable .mas ò piénos ; y con­
siguientem ente podrá hacer probable ju icio 4 e que la re­
velación es d ivin a , y darle .asenso , no firme n i cierto ,
sino 'correspondiente á la .probabilidad con que la re v e la ­
ción se le propóne creíb le. Por estos medios y m odos
púede éi altna discernir'^ i son ò n o de D ios ,las yisio-
ries ó revelaciones que recibe.
74 E m pero com o la persona ^ u e .recibió «sas ,vUÍD-
iifes'ó revelaciortes, h a (ie ^ »nifestar de qué género fqé-
ron , ó el mbdo con que las t u v o , y los afedos y efec­
tos que entónces sintió -en «u alm a , para .que por via
de doétrina y este medio de lo form al de d í a s , puedan
h acer juicio los doíítos á quien se com unican , de s ifu é -
r'on ó no d iv iíiá s, resta o tra dificultad. Porque puede
su c e d e r, que aunque esa persona tenga conocirniénto de
quanto pasó en su interior , bastante para no engañarse
á sí misma , en tener lo cierto por dudoso , ó lo dudo­
so por cierto ; con todo .no tenga .los términos necesa­
rios

[fl] R icar, à S , V i^ o r . de ertdit. hom* [inter, lih, i,


í* 3 5 -
riós para d eclararse, ni el uso de aquellos' coa que los
doétos significan y distinguen esos ' aétos interiores m ísti­
cos. Asi lo advirtió N . V . P. Fr. Andrés de Guadalupe(u)
diciendo : 'A H j nequeunt explanare , m e loqu i, quce in reve-
latione acceperunt: Y s e tom a dé R icardo V ictorino (¿) que '
d ix o , qiie la revelación divina unas veces se com unica
de m o d o , «í quii m istérij declarationem \, quam per intelU-
gentiam videt \ serm on é e x p l i c a r e i s quasi in apertam lu-
cem proferre non valet: Y ' otras de form a , ut 'p ersp i-'
cua demOTtsttatione a liis 'etianí declararé posslmus. Y aque­
lla ilustradísim a maestra d e espíritu , santa Teresa de J e ­
sús (£*) d ice le sucedió algún tiem po á ella mísma^por es­
tás p alab ras: fííartos años estu v éy ó\ qué’- leía ihuchas co­
sas y no entendía nada de ellas\ytnuc.bo tì'empò quéMñ^tié me lo '
daba D ios,palabra nú s»bia decir para darlo á entender
no me ba costado esto poco trab a p xQ^tandó su Muges^tfid quie*
rei enun puntó lo enSeña todoi En esté caso pueden-, y gufi '
suelen lös- varones doíítos errar e l ju icio cerca de la c.a-
lidad d e las visiones que' recibió esa“ persona , sin que '
ella intente engañar ní esté en g añ ad a , solò gof faltar­
le la explicación en términos propios , y no usar^ bien d e
los comunes. E m pero si' la - persona que tú v o la s visio ­
nes ó revelaciones , tiene no solo los términos propios qon^
qu© los doétos significan esos interiores ‘ secretos , distin­
guiéndolos c o n determ inación expresa por sus diferencias, ^
úoQ tám biea el -bUea uso d e esos .términos , y^ conocí»

mieh-'

[a) A n d , GuadaL in Tbeolg. M ist, tra& at, ^, cap. #.


{b) R icar, â S,- V iS io f, de erudit, horm inter* libi i .
0i 12.-
[c] Sandii Teresia in vit* sua , c. l a .
tiB P R t^ L O G O
m iento e x p líc ito 'de los. a d o s y afetìos interiores e n -quan­
to por eilos se significan ; es cierto que si esa persona
manifiesta lo que pasó en su interior con esos términos,
sin intentar engañar 9 sino en sencillez desnuda , se pue­
de hacer prudente juicio-de la calidad de sus visiones y
revelaciones por las doétrinas referidas de los santos y
doctores m isticos.

S. X.

7S D jscendiendo de estas generalidades (*) i le


prueba esp ecial, que por esta via de lo form al de las visio­
n e s y revelaciones se tom a para persuadir que las que tu vo
la V . M adre M aría de J e sú s, de lo que escribió en es­
ta historia fuéron verdaderam ente divinas , com enzaré de
lo ùltim o. M anifiesto e s , que quien escribió esta obra,
tu vo los térm inos mas propios y puros qu e hain hallado
los do¿tos para significar , distinguir -y declarar las v i­
siones y revelaciones divinas , sus géiieros , calidades, efec­
tos y afectos interiores. Consta con evidencia esta v e r ­
d ad de todo el discurso de esta historia^ donde á cada
paso se experim enta , sin que h aya prim or m ístico que
en ella no se halle declarado con proplsimos términos;
y especialm ente del cap. 14. delU b. 2. d é la i. parte, donde
la Venerable M a d re , con los rtérminos mas propios de
las dos teologías escolástica y m ística , declara las na­
turalezas , d ife re n cia s, calidades , disposiciones y efeo o s
de todo género de visiones d iv in a s , desde la mas em inen­
te

(*) Prueba por lo form al interior.


G A L E A T O . 12^
t e inteleélual, hasta la corporal mas ínñma. D e donáe se
h a ce indubitable , que la excepción d e no saberse explicar,
no puede tener lugar en el testim onio que da la V ene­
r a r e M adre de las naturalezas , calidades y efeétos de las
visiones y revelaciones que tu v o de las cosas que en esta
Historia escribe.
76 Q ue tam poco :padezca ese testim onio la excepción de
engañarse en el conocim iento del género, calidades y efec­
tos de esas re v e la cio n e s, se prueba por ése mismo testi­
monio. D álo principalm ente la misma V enerable M adre en
-el cap. 2. del lib. i . de esta Historia, c u y o argum ento es
declarar el m odo con que el Señor m anifestaba á su al«
ma los misterios y 'vida de la R eyn a del cielo para que
los escribiese. En este capitu lo pues lo prim ero declara e l
estado en que Dios la puso para -com unicarla e^tos fa v o ­
res , que fué quitarla todo lo exterior y sugeto á peligro,
y /ponerla en un cam ino oculto , c k r o , verdadero y puro.
Desde entónces (dicé) 'conecí mudanza -en mi mt^rior , y un
astado fnuy espiritualizado. Despues va d eclarand o las visio­
ne« y revelaciones de este e-itado, co n que se le m anifes­
taban los mUterios y vida de la m adre de Dios. Q uanto
á su substancia declara , que las freqüentes eran puramen­
te inteleíluaJes ; unas altísim ás^en qáe se le manifestaba e l
Señor i sí m ism o ,, sus atributos y .perfecciones con
tanta c la r id a d , que solo m ediaba el velo -de las especies in ­
telectuales a b s tra c tiv a s por donde «e conocía» y com o d i­
visaba ; y en -estas visiones altisim is veia en Dios los m is­
terios s e c r e to s , y otros objetos qiie se le re v e la b a n , se*
gun era su santa voluntad m anifesurlos. O tras fnas i n f c r i O '
res , en que v e ia .á U ina^re de Uios y á ios santos á n ­
geles en si mismos ; y asi estos como su R e j n a , la ilu» ^
R mi- '

u p JIM
230 P R O L O G O
minaban y hablaban intelectuarlmente , al modo^que los án­
geles iluminan, y hablan unos á otros. T odas est^s visio ­
nes (dice) que eran claras unas mas que otras. Y porque
no siempre estaba en aqirella eminencia , d iee en el núm .
19. Descendía á otro estade'inferior ^ que'tenia-de ordina-
r i o , en que usaba de ¡a substancia y hábito de la luz, aun­
que no de toda, su, claridad,'^ habiendo deciaxadola calid ad
y efeélos de esa l u z , co n clu ye en- d , 25. Visiones
corporeas en estos tiempos y estados tengo: muy pocas, veces\
pero algunas imaginarias si": T estas son en grado mucho
mas inferior á, todos los que te*rgo d ich os, que son muy su-
p efio res y, espirituales , ó inteleSiuales. E sto es lo que d e­
c la ra de la substancia, ó naturaleza, de las. visiones que t e ­
nia. ^
77 Quanto 4 la reflexión que'hacia sobre, e lla s , lo p ri­
m ero consta de su narración la di^crecion que tenia de
sus g é n e ro s , diferenciando con toda dÍ5tincion las que eran,
inteleétuales de las que no lo eran ^ y. conociendo el g ra ­
d o , 6 grados de superioridad que tenian unas sobre otras.
Si este conocim iento era evidente ó claro no lo expresa;
p eto parece que insinúa que si en las visiones intelectua­
les ; pues dá á entender , que en la. misma, visión y con
la misma luz conocia estas diferencias. E n el nVimero, «3.
hablando de la visión de las criaturas en D io s , dice
conoce ser mas superior la vista ó conocimiento de.l mismo Se-
fb r i^c. Y en el núm, 22. hablando de la visión d é lo s ánge-
k s en sí m ism o s, dice : Desciendo algún grado mas in ­
ferior ^y también conozco esto. L o segundo consta de esa
m h m a n a rra ció n , que hacia juicio de que todas esas visio­
nes y revehcibne« eran verdaderam ente d iv in a s,, sin que
se* reconozca que ea esto tuviese lezelo. A cerca de la c a ­
li-
G A L E A T O . 23t
lidad de este ju ic io , hablando de aqnellas visiones a ltís i­
mas , y de las revelaciones que en ellas te n ia , dioe en el
número i g . t)onde se conoce a l Señor con tanta cla rid a d y
certeza , que no dexa duda alguna de lo que se entiende,
Pero primero y mejor se conoce ser D io s e l que está pre*
sen te, que se entienda todo lo que su M agestad hahla, Y en
el niímero i8 . habiendo declarado cóm o esas vi'nories eran
en substancia sobre naturales , dice : T esto también se en­
tiende y conoce en este estado con la certeza que se
creen ó conocen laS demas cosas divinas. D e donde parece
declara , que el juicio que tenia de que estas visiones eran
sobrenaturales y d iv in a s, era evidente, y consiguientem en­
te que las revelaciones que en 'ella recibía , tenían e v i­
dencia m attestante. Hablando de las otras visiones inte­
lectuales con que conocía á la m adre de Dios y á los án ­
geles en sí m ism os, dice e n e i num ero 24. Entiendo y co­
nozco el modo de enseñarme , hablarme é ilu stra rm e, que es
semejante y á la manera que los mismos ángeles se dan luz,
comunican y hablan unos á otros , y alumbran los superio­
res á 'h s inferióres. E l Señor dà esta lúa como primera cau*
sa ; pero de aquella participada, que esta Reyna goza coh
tanta p lenitud, la comunica á la parte superidr de la a l­
m a , conociendo yo á su A lte z a -, y sus prerogativas y sa­
cramentos. del modo que e l átigel inferior conoce lo que h
comunica el superior. Donde aunque no expresa la calid ad
de este coxiocimitr.to reílcxo con que» conocía el modo y
lu z con que se hacían aquellas visio n e s, lo da à entender
diciendo , que en el mismo estado de la visión direéla, te­
nia esta reflexa , y el estado lo hace un mismd gènerò
de visiones : con que se insinua , qufe com o las direélas
er^ui c la r a s , lo era la reficxa. D e la& viuones corporeas
Ra (aun-
,301 P R Ó t O G O
(aunque tan p ocas) é im agin arias,, no expresa el mod©- de
reflexión que tenia , sino solo los efeélos que expeFÍníen-
taba. Pero p a r e c e , que diciendo las tenia en los esta4 «s
referidos , tan espiritualizados ,, bastantemente da á e n t ^ -
der las acom pañaba visión intelectual de lo que D ios por
ellas le significaba. Por, lo ménos habían de suceder, en
aquel estado in fe rio r, que dice tenia de o rd in a r io ,, en
que usaba de la substünciay bah'tto de Isí luz ^aunque no
de toda su claridad : y de este dice en el nüra. 21. E n
ía parte stiperhr del espíritu, siempre gozo de una visión y
habitación de p a z \ y conozco. inteleSiualmente todos los m is-
terios y sacramejitos que se me muestran d i la. vida de la
Reyna del ck lo , y otros muchos de- la fe, que_ casi incesan-
temente tengo pre-entes \,a lo menos la luñ, nunca' la pierdo
de vista. P a rtee p re c iso , que por esta visión in teleau al 6r-
d in a m y reflexión á la lu z discerniese la verdad de es­
tas visiones sensibles.
78 Q uanto á las señales de-sentim ientos, afedos y e f ^ -
tos interiores que., el alm a experim entaba en todos los g é ­
neros de visiones referidos, según las que la Venerable M a­
dre declara , eran tales , que aunque las visiones y r e v « '
laciones fuesen obscuras , bastarían para hacérselas e vid en ­
tem ente creíbles. Los sentimientos y efectos que en todas
las visiones, y revelaciones y en cada upa de ellas con se­
guridad experim entaba, pone en com pendio en el número
25. diciendo : L o que puedo asegurar es , que en todas las
inteligencias grandes y ’pequeñas , inferiores y superiores di^l
'S e ñ o r , de la V irg en santísima y de los santos ángeles^ en
sodas ellas recibo abundüntísima luz y ds&rina muy prove-
chtsd^ en que veo y conozco la verdad ^ la mayor perfec-
ciiin y sa ntidad: y siento una fu erza y lux divina, que m
comr-
G A L E A T O . T33
còtnpeTé á desear la mayor pureza de Ia alma y la gracia d i i
Señor y morir por ella , y obrar en- todo lo mejor» En
estas palabras ccm petidió toda la d cñ rin a de los satvtos
y doélores místicos arriba puesta , y resumió todo lo que
hasta allí habia dicho d e los efeétos interiores- que experi­
mentaba , a s í’ d e las visio n e s, com o d e la luz en que
las recibía > que en todas era una misma en la substan­
cia. Y así para que se haga juic 4o d é l a confórm idad con
aquella doétrina , y consiguientem ente de la suficiencia de
los m< tivos de credibilidad propondré lo que la V en e­
rable M adre dice el m ism o órden que arriba puse
lo que los santos y dcétores enseñan.
79 Quanto á la ilum inación direéta : D e l hacerse de
r e p e n te , d ic e en d núm. i 8 . hablando d e la caUdad de
la luz : D e improviso enseña rftucbo ^ y reduce el corazcn,.
De obligar á -la atención , dice d e la misma lu z en la
introducción , núm. 16.' M e llevaba y ' compelía fu erte,
y -suavemente a l conocimiento del ser de D ios , dé su- bcn^
dad y & c . Y luego com ando ' s u r efeétos , dice : E"! prim e­
ro , llevándose toda mi- atención y^ vo lm ta d . Y ’ en el o. 2,
n. 17. Siéntese una habla intima \ continuada y viva , que
hace atender ■
á 'tod o-lo 'q u e es ■
divino». Y aun de quando
estaba en la conversación humana , dice en el n. a i. Z w -
go me llama el Señor con*- rigor y fuerza- suave , y me
vuelve á la atención de sus palabras y locuciones. Lo- m a­
ch o que enseña d e im proviso e sta lu z - , llenando de ilu­
minación inteleétual á la-alm a , así quanto* al ser y per­
fecciones de D io s , com o á la condicion de las criaturas,
lo declara alfam en te en los núm. 14 , y 15^ D e sn pure­
za y nobleza , quanto á lo fo r m a l, dice en^ el n. 14. S's
tsta inteligencia y- lumen que- aiumbra- , s a n ts , svave , ptt-
roy
134 P R à L O G O
ro y S ù tilf moble y cierto y /¿wp/o. Q uanto I lo que »ense­
ña , dice n. 1 5 . ríí-íi claridad se conocen grandes ^mis­
terios ; quanto .vale la virtud , y quáti 'preciosa cosa es te^
. nerla y 'Obrarla ; conócese su, perfección y seguridad»"^ en
el núm. ig . Enseña con distinción el bien y el mal \ lo
encumbrado y lo profundo \ la longitud y latitud ; e l mun­
do y-su :estado y su disposición , sus engaños ^ sus fa b u la -
ciones y 'falacias de sus moradores y amadores ; y sobre
todo me enseña á hollarlo y pisarlo , y levantarme a l S e -
ñor , ■
mirándole como supremo Dueño y Gobernador de todo»
Y quán discseta y pnidentem etite la enseñaba esta lu z,
d eclara en el m ism o núm. 19. Y en e l a i dice : D dn-
me esta Iu:í ^ no para que declare mi sacramento en:p a r t i'
cular , sino para que con 'prudencia y sabiduría use de
éL D e la fuerza y eficacia de la ilum inación , d ice g e -
.neralm ente en el 'Q ue hace amar el ■
bien -^ y re­
probar el-m al. Q ’ianto á la prosecución del b ie n -, d ice
en el n\yx\. T este conocimiento'hace'una 'fuer&a suaDe^
fu erte <y.eficaz p ara 'a m ar ^ servir y obedecer al A ltísim o ,
Q uanto á U fuga del m al , dice en el núm. iS* -Reduce
e l corazon-^ y con 'fu e rz a 'poderosa lo lleva y aparta de
lo engañoso. y en lo ‘qual. ^ mirandolo á .esta l u z s e halla
una inmensidad de amargura. De uno y otro , y d e la
v is o r ia de las pasiones , d ice n. i$ . Siéntese una virtud
y fu erza y que compéle .á lo bueno y y hace oposicion y pug­
na con lo malo y y con las pasiones - muchas^veces las
vence, \ . á t \z, división que hace de la alm a y espíritu,
d ice en el n. 16. D e x a desiena la parte inferior ^y quan­
do la. v u éh e á buscar , es para, perfeccionarla ^ reform an­
do y ^om o'degsllando-estos ■
animales apetitos de las p a sio-
. 'fíejT.‘: T s i ‘ ta l ~^ez se quieren revelar - ^ lo s . arroja e l aUm
con
G A L E A T O . . 135
cofu: vekcídad*. Yi úitim araeíite e n . el n .. 2 .. pone< tcdos sus
efectos- d iciecd o Que, s€. siente- urta luz:, que. alumbra el
entendmieiito, e reduce, á leu voìuntaà rchèlde.^ quietündo\ en~
direzando gtbemanáo:-^ y JhirHAndúi ttda Ja república, de Jos
sentidos ■interiores^ y exteriores , . rtfídierido á toda Ja
criatura., parac eJ. agrado y. voluntad del. A ltísim o y}
buscar^ e n . to do-, solo, su gltria. y bcnra,.
8o. Quanto^ a l sabor. íutim o ó. dulzura espiritual que
siente e l.a lm a .e n i la elevación ^.dice hablando de las - que
tenia , n .. deleyte. y} alegría. Y '
e n .e l n ,. 17. que-, el g.czár d c-cqu ella. altísim a , es propia"'
mente, e s ta r en,, loss atrios, de. Ja. casa del Señor. .Y en el i
n .. 23.- que los: efectos de la vista, ó conocim iento del Se-
ñori son. dulcísimos; itícfobles. .L a p u reza;d e esta- dulzura^,
y lo extraordinario, de. ella » , declara; enr el n ,- i s * S i el^
(Urna, goza de:esta.^lu»^y^vista.e y no., la pierde.^ no.es ven­
cida. ;. porque, la . da i ánimo^, .fervor, , . seguridad y alegría: -.
cttidadosa y , solicita llama, y levanta: , da. ligereza:-y^ brio^ ,
llevando tras de s í lo rsuperior de^ ¡a alm a.á lo in ferio r, y
aun. el cuerpo. se aligera y : queda ; como ■
*espiritualizado ■por
aquel: tiempo , suspendiendo, su gravámen.x y peso.- T como e l '
alma .conoce.y siente.-estos/dulcesieffdtos.\..con^.amoroso afee- -
to dice.' al A ltísim o : . Trabe.,, m e .p p st.te ., y . csrreréfios.jun--
tos ; porque, unida' con.^ su., amado-..,, no siente, las ■oper aciO'
fies terrenas.. T dexánd^se» Uevarr detestos^unguentos de^ su .
querido- , viene, á estar: mas donde, ama.., ^que^. donde anima. -
Bien se d e c la r a ., que. estos d eleytes son% puramente de
D io s y en Dios , y nacidos de altísim a, caridad en aque* •
lia p e rfe cció n . que la describió San Buenaventura , y por
eso co n clu ye c o a esta causal i Porque, y a ’ no- vivo yo , p«^
r» vive Cbristo en mi.. Y quán' apartados.*sean , no ■solo
Ú9
ig S P R Ó L O G O
d e im puridad , sino de cosas terren as, y tom ados en el
f'.tiro del puro am or d iv in o , d eclara en el n. i8 . dicien­
do : *5*^ esto momentáneo , ^ corriendo ., huye U
aimai a l sagrado y refugio de la verdad eterna , y entra
en la bodega del adovado vino , -donde ordena e l A l-
'to en mí la caridad. Ocras circunstancias que acom pañaft
la dulzura , pone en e li i. 2. diciendo , se siente una vir^
t u i de lo alto , fu erte , suave ^ eficdz y dulce. N en e l n,
23. d eclara la tra n q u ilid a d , seguridad , descanso,y satis­
facción que goza el alm a en esta altura : E n este cono-
cimiento (dice) quédala criatura mas abundante, y adequa-
damente llena de gozo , que la llena de mas virtud y satis^
facción , y queda como en e l descanso de su centro ; porque
quanto es mas intele&ual , y ménos corporeo é imaginarh,
es la luz mas fu erte , y los efeSlos mas altos , mayor la
substancia y certeza que se siente^
■81 Q uanto á la señal fundam ental d e la hum ildad:
quando la V . M adre se determ inó á obedecer a l Se«or en
escribir esta o b r a , venciendo la resistencia que su hum il­
dad y -te m o r hacian , protestó delante de su M agestad,
y su m adre santísima tres cosas á que en t o ia e lla habia
de atender : L a primera (dixo) que se conozca la profun­
da reverencia que se debe á "Dios eterno , y cómo se ha de
huanillar y abatir mas la criatura quando su inmensa M a *
gestad se humana mas con e lla ; y que el efeSio de tos ma*
yares favores y beneficios ha i í ser mayor temor , reveren­
cia , atención y humildad. A sí I0 refiere en jel n. 8. y .pues­
ta Ja segunda , prosigue : L a tercera que quien gobierna
mi alma , y todo e l mundo si fuere conveniente, conozcan
■mi poquedad y vileza y e l mal retorno que doy de lo que
^Ycciba. £ sto s son J o s foindaxnentos sobre «que se levantó U
a l-
altura de la lu z , cn que recibiéron los secretos de la v i­
da de la madre de Dios ; esta ia atención con que se es­
cribió fcu H iitoria , hum illarse , y abatirse mas y mas la
Escritora en la presencia d el Señor , y desear el menos'
precio y desestimación piopìa en los ojos de todas las criatu ­
ras. Tam bién declara cóm o acompañaban á la luz aque­
llas opei aciones inieriorcs de la verdadera humildad,
que pusimos arriba. D e la aHÍquilacton , dice en
el núm. 3> L os efeo o s de estas palabras eran en m í f i e -
chas de dulce amor , de admiración, reverencia , temor y co'
nocimiento de mis pecados y vileza; con que me retiraba, en •
cogía y aniquilaba* Del reconocim iento de sus p ecad o s, y
verdadera contrición de ellos , dice en la Introducción, nú­
mero 16. refiriendo los efeélos de la l u z : E l segundo ani •
-quilándome y pagándome con el polvo , demahera que se des-
hacia mi ser y sentía dolor vehementísimo de mis graves pe^
cados , con firme propósito de la enmienda,y de renunciar quan-
"to ei mundo tiene , y levantarme sobre todo lo terreno a l amor
del Señor, Y que esta luz no solo le descubria y red ar­
güía los pecados que llam a graves ; pero aun la mas p e­
queña culpa ó im perfección , lo dice en el número \ S ie m ­
pre me da voces y amonesta en rni secreto con fuerza po-^
derosa, para que obre lo m asperfeÜioy puro, ensenándome-
io en todo ; y s i falto , aun en lo mas pequeíío , me repre^
bende sin disimular cosa alguna» D el tem or sa n io , que fué
e l lastre de la navegación de su espíritu, y el que siempre
aseguró sus lu c e s, dice en, el nìttnero 13. Tiespues que ten­
g o uso de f azon , he sentido un benefieio del Señor , qus
le juzgo por e l mayor de. ¡os que su liberal mano me ha he-
^bo , y es haberme dado sti alteza un temor intimo y gran*
de de perderle ; y este .me ha provocado y movido á deseaf
Tom. I X . S h
13^ P R Ó L O G O
7ò mejor y 'mas seguro, y siempre obrarlo y pedirlo a l A l .
tùìmo^ que ha crucificndo mis carnes <on esta flecha, por-
'-que nrní sus juicios : y siempre w o con este p a v o r, si p er­
deré la amistad del todo Poderoso, y si estoy en. ella. D e
este testimonio consta también la calidad del temor
alentaba la esperanza provocando y moviendo á la alm a
á desear lo m ejor, obrarlo siempre y pedirlo^ L a misma lu z
tque la atem orizaba, mortificaba y reprehendía,al mismo tiempo
la vivificaba , a-motiestaba y com pelía á obrar 1q toejoc en
alentaba esperanza: así lo dice en el n ú w p o ip .. E sta es ¡ust^que
á un mismo tiempo alumbra ferv oriza , enseña , reprehen­
de , mortifica y vivifica , llama y detiene , amonesta y com­
pele. D e la humiMacion respeí^iva á los próxim os,st-bre
el concepto que manifiesta tenia de sí misma en la In­
troducción núm. T. Una muger simple por su condicion la
fnisma ignorancia y fla q u eza , y por sus culpas la mas in^
'digna ; marnerò 3. A mi la mas v il criatura ; y número 4.
Me conozco y confieso por muger débil y sin virtud. Sobre
est'C concepto , d igo , tan baxo de sí misma repetido frequen­
tem ente por toda la obra , sin que haya palabra en ella
que no respire h u m ild ad ; dice número 18. el modo con
que en la altu ra de la luz miraba á los próxim os en ca­
ridad y hum ildad : M'e compele á que sea padenPey sin en­
vidia \ que sea '^henigtia sin -ofender á nadie ; que no sea
toherbta ni ambiciosa \ que no me aire ni piense mal de los
^fót¡simos%, que todo lo sufra y tolere. Ultim am ente la do­
cilidad con que se hallaba en la altura de tantas luces
para ser enseñada y corregida , declara en la Introducción
BÚmero 14. donde no solo sugeta quanto dice á la correc­
ción de la Iglesia y sus m in istre s, sino que añade: T quiero
fue m prelado. , maestro y confesw sea testigo y censar
de
G A L E A T O . 139
de €sfa dc5iriita que recibo, y también ju e t vigilante y se­
vero de como la pongo por obra ó falto- en el cumplimien­
to de ella , y de mis obligaciones medidas por este bene^
ficto,
84 Quanto á la iluminación experim ental de lo que re­
fiere , com o se ha v iito de los sentim ientos, aFeiflos y ope­
raciones que tenia en las visiones, se co lig e los, e x p e ri­
mentaba todos , pues de otra forma no parece pudiera de -
d eclararlos, diferenciarlos y explicarlos con tanta distin­
ción ; y aun de la misma relación consta los refiere com o
experimentados. Que esta experiencia no fuese solo natural,
sino h ,ch a por especial iluminación d iv in a , lo da bastante­
mente á entender ^en el número 24. hablando de los medios
por donde se certificaba d e la verdad de la visión, dice:
También se cotwce por la dodírina que enseña , y por la
cacia que 'tiene y por otras condiciones que se sienten y g u s-
tan de la pureza , alteza y verdad de la v isión ; donde na •
da impuro obscuro,, fa ls o ó sospechoso se reconoce ; y nada
santo, limpio y verdadero se dexa de reconocer. D onde se
v e , que en la misma lu z que recib ia la v isió n , sentía y
gustaba todas sus 'circunstancias ; y experim entándolas
todas., n in g u n a recÓBOcia que la hiciese sospechosa ; y r e ­
conocía quaiitas califican á las visiones p>r divinas Y rpas
claro en el número 17. Siéntese aquí por cierto modo en
todas las operaciones santas y inovimientos la asistencia d el
E spiritu de Christo , que es D ios , y es vida de la alma^
conociéndose en el ferv or , en el deseo , en la lu z , en la efi­
cacia para obrar una fu erza interior que solo U ios la p u f
de hacer.
83 E ste es el testim onio que dá la Venerable M ad re
d e la lu z y n>odo con que recibió lo que escribió en es-
S2 ta
140 . P R Ó L O G O
ta H istoria. D e él mismo se p ru e b a , que n© padeció en­
gaño en el cotiocim iento d el género , calidad y efectos de
las visiones y revelaciones de que se compone y afirma re­
cibió de Dios ; y que así ese testimonio no tiene la e x ce p ­
ción de engañarse quien la dió. Que no padeciese engaño
en el conociiaiento del género de las visiones, se prue­
b a ; porque según lo q u e dice de e lla s, es preciso fuesen
tan pura y claram en te inteleéluales lasqu e asegura lo eran,
que no cabe el engaño de a lu cin arse, teniendo tan asegu­
radam ente á algunas imaginarias por inteletìuales de aquella
pureza y em inencia ; principalm ente estando la persona que
las recibió , tan capaz^ en la doctrina común de la natu­
raleza y diferencia de las visiones , y en. los principios g e ­
nerales de discernirlas, como consta estaba ia Venerable M a ­
d re , por lo que de esa m ateria repetidas veces con em i­
nencia esciibe. Q u e tam poco lo p ile c ie s e en el conoci­
m iento de la calidad de ser divinas y sobrenaturales; quan­
to. á aquellas de que afirma .que conocía ser Dios el
que estaba presente , y el que la hablaba con tanta clarid ad
y c e rte z a , que no dexaba duda a lg u n a , y que conccia ser
sobrenaturales, ó con la certeza que se creen 6 conocen las
dem as divinas , par-ece llano , pues en el conocim ien­
c o s ü s

to de tanta c la iid a d y eerttza que tx c lu y a toda duda, no


puede caber tn g íjfio ; solo podia im aginar lo hubiese en
que la pef-scna tuviese por c la r o , cierto y sin duda su
conocim iento sin serlo ; y esto no parece puede tener cabida^
c u e s te gènero de conocimientos no discursivos ni imperados^
sino como experim entales. Q uanto-á las d em ás, se prueba;lo
uno, porque suponiendo que tenia en la verdad algunas visiones
de la claridad y certeza que hemos d ich o, no es cr^.ible, que
una alm a tan altam ente iluminada , se engañase en afip-
m ar
G A L E A T O . 14*
m ar con séguridad se hacian todas las visiones que te*
nía con la misma luz sobrenatural en la su bstan cia, con
que se hacian las primeras , com o se vió lo a firm a ; lo
otro , porque en juzgar que los sentimientos , ope­
raciones y afectos que dice sentia en todas las re ve la ­
ciones que recibia , se las h icia n evidentem ente creíbles,
no se e n g iñ a ria , según la doctrina arriba puesta. Y que
en la experiencia de esos aftos no se engañase , ya se
prueba. Que tam poco pues padeciese engaño en el co n o ­
cim iento de los efectos ú operaciones interiores que aconx-
pañiban ó seguían las visiones ó revelaciones , se prueba;
■porque aunque pueda dudar el alma de la existencia y
modo de algún afeóla remiso ú operacion que con c e leri­
dad tu v o ; las operacioaes fuertes y afedos intensos , cons­
tantes , fervorosos de tal suerte los experim enta en sí,
que no parece natural.’h jn te p o sib le, que dude de su exis­
tencia si los tiene ; ni que se peisuada qu^ los tiene , no
teniéndolos: De d on d e, com o las operaciones , sentim ien­
tos y afedüs que la Venerable M adre asegura sentia en
to'lo géne»'o de visiones , eran de la fo rta k z a , intensión,
fervor y coastaacia taiv grande com o sus palabras sig ­
nifican , no parece cabe que se pudiese engañar er> ju a ­
gar los tenia , no teniéndolo*.
84 E xc'u iJas del testim onio-, que da la Venerable M a*
drt* Je lo form al de las visiones y revelaciones que tuvo
de l<) -que escribió en e^ta H i'to ria , las dos excepciones
de enj/^tñarse , y no siber^e explicar ; y supotiíendo por
ahora la exok isio i de la otra , de meirtir ó intentar e n ­
gañar , cuya prueba depende de la calificación de la v ir-
tu l del sug-to , la qual se h ar 4 largam ente en la rela­
ción de su. vida corre la prueba de ser estas visiones
y
-p r o l o g o .
• y revelaciones íd ivin a s,, co n 'só lo aplicar á ' este fte stim o ­
nio ia s : doctrinas arriba puestas ; porque de él tenemos,
''q u e esas visiones y revelaciones , ó fuéron con e v íd e n -
- c ia itt '"attettante , ó claram ente intelectuales., ó "propues^
tas á la alm a'C o m o evidentem ente creíb le s; y segun las
doctrinas de los-p ad res ,• santos , doClores m ístico s-y es­
colásticos referid as, las revelaciones de qualqoiera -de esos
tres modos recibidas , son ciettam ente divinas.
85 T res cosas advierto a q u í.- U n a ., que aunque esas
revelaciones'fuesen para el sugeto que las recibió de to ­
d o punto ciertas y con ocid as., sin ningún gén ero 'd e du­
d a , por d iv in a s , y aunque la santidad del sugeto estu­
viese canonizada por la Iglesia , no habiendo otra apro-
‘ bacion ? u y a , para-nosotros solo sería p ro b a b le 'e l que sean
d e Dios ; porque todo el m otivo de credibilidad que en
ese caso ten d ríam os., estriva en ‘que el sugeto. no inten­
tó engañar en lo que d ixo ni padeció e n g añ o , aun sin
c u lp a -su y a : y aunque á lo ptim ero aseguraría-su sa n ti­
dad declarada , esto-segunido solo se probarla por las r a ­
zones probables que hemos p ro p u e sto , añ id id a otra per­
suasión de <jue no perm itiria Dios , que en cosa tan
grave se engañase una alm a con especialidad am iga su y a ,
que todo solo hace juicio probable ; y así sólo te ñ ir ía ­
mos probable credibilidad d e -ser divinas» O tra ad verten ­
c ia eí , que Vtodas las pruebas propuestas estrivan h o y
últim am ente en sola ^ h u m a n a 'fe ; porque la aplicación d e
las doctrinas referidas de los santos se hace en suposfcion
d e la exclusión de aquellas tres excepciones , y de ellas,
-principalm ente la del no mentir ^está fundada solo en fe
h u m au a :; y su p ru eb a'to n iad a de la virtud y perfección
r te 'la vid a ídel'^sugeto-; com o hasta zahora no tiene c a -
' ‘ I¡-
G A L E A T O ,. 143'
lifièacion alguna - de la Iglesia . sola la ;autoridad huma-^
na que la dan los que la refieren , .puede te n e r .. T erce ­
ra ,,q u e . la. calificación que se tom a del .testimonio^ refe-=
rido. d e .la Venerable :M a d re, .supuesta la exclu«ion;.de.las
excepciones d ich as-, no se extiende á todas- las ' palabras
contenidas en . la - H istoria , , n i á todo lo que.' en: ella in­
cidente ó accidentalm ente, se dice ; ,sino- que^ principalm en­
te. comprehende. á .>todos los • m isterios ■y sucesos que~ en
e lla .s e . refieren -, quanto á su ; substancia, y . modo ; . con
que puede-estar ,- q u e algunas -voces , .términos , palabras
y . alguna .cosa .levem ente incidente , , sea propia de J a V e ­
nerable. M a d r e ., y no d e la ^luz.', divina. .H ízonos ella mis­
ma esta, advertencia en . el cap. . 2 . . re ferid o ., número 24,
donde- hablando del modo, con que se le daba la lu z pa-^
ra'- escribir y . habiendo dicho-: M uchas : veces me .sucede^
que pasa la iluminación.por todos estos arcaduces y ^.conduc­
tos '. .que el Señor da. la ■ inteligencia.y luz i ó el objeto de
ella , .y las V irg en santísima declara. ^ y h s ángeles me
dan los términos, . O tras .v e c e s . lo mas -.crdlnario^ lo ha­
ce todo el Señor-, otras-.lo'hace Jodo la. Reyna.: y .ctra s los
angeles. .Añade : -2^ tambìen^ suelen .dar mi la. inteligencia.só~
¡a \ y los términos,. p0ra.declararme los .tomo y o de .lo que-
tengo entendido. 7 ^ en esto pcdria..errar s iJ o permitiese el
S eñ or porqve: soy‘ muger ^ignorante.,, y^ me .valgo de .lo que
he oido.-Qoxí esta Ingenua, verd ad -p ro ced ió en su-testinio»^
nk> la Venerable M a d r e - ;.y así se debe tom ar :y entender.
H asta aquí es lo que se ha ofrecid o pToppneríá cerca de.
lo form al interior de- las visiones y revelaciones qi^e.tuvo
nuestra. Escritora* d e - l o ; qye escribió, en esta-adm irable^
H istoria.

S. XI.
S. XI.

^6 C ^ u a n t o al m odo de decirlo , (*) la misma obra ha­


bla por sí. L a propiedad de las voces sin afe<5la -
cion ; lo corriente del estilo sin baxeza ; la magestad de
las palabras sin fausto ; la elogüencia sublime sin a fe y -
te ; la disposición aptísima sin arte ; la valentía de d o c ­
trinar sin d u reza ; la significación de af^étossin parvulez;
el uso de las ciencias naturales sin sugecion ; el rigor de
los términos escolásticos sin sequedad ; la gravedad de
las sentencias sin altivez ; la inserción de las frases de la
sagrada E scritura sin disonancia ; calidades qu e notoria­
mente se hallan todas en l i locucion de esta obra , j
componen su modo de d ecir , indican no levem ente que
se escribió con lus divina. Porque s i d hablar de Dios e x ­
cede conocidam ente á t^do el decir humano , según aque­
lla sentencia del N acianzeno : (a) Cedit enim summit ser-
moni Numinis omne humana mentis v a r i u m (S* versatile
verhum. Y e.»»e exced o , según San G regorio el G ran d e,
no solo esU en el peso de las c o s a s , sino también en e l
modo de la locucion : U t ergo de rerum pondere taceam
(dixo) scientias tamen omnes , atque dodirinas ipso etiam
locutionis suce more transcendit. No parece -se puedea
ofrecer otras calidades del decir , en que resplandezca
esa

(*) Exám en y prueba de estilo,


W [íí] D . Gregor» Nax* apud Sera, in p rd o g , B th lie, cap
2 3 * S'* 3 *
Greg* M ag. Ub, ¡ao. Mi>rah cap, i.
esa em in e n c ia d e el m o d o d e h ab lar d iv in o , m as qu e en
la s referidas. Y "ju n tán d o se á m a te ria ta n em in en te e sti­
lo ta n su b lim e , con razon le p o d e m o s a p l i c a r lo que de
la elo c u c io n del g rande A re o p a g ita D io n isio d ix o grave­
m e n t e L e o n a r d o L e s i o : { a ) Quoad elocutionem a ttin e t, eam
quoque angelicam potius dixeris , quam humanam, adeò su-
hlimis est ; nimirum, ut conceptionum sublimitatem orationis
sublimitas excequet»
87 N í o b s t a , si q u i s i e s e o p o n e r , q u e e n l a s a g r a d a E s ­
c ritu ra , que es la p a la b r a escrita c ie r ta m e n te d iv in a , no
se h allan aqueU as ca lid a d e s en el m o d o d e su lo c u c io n , á
k) m énos q u a m o á la d is p o s ic ió n , m é t o d o , elo q ü en cia y
uso d e las c ien cias n a tu ra le s . No o b sta d ig o ; p o rq u e e sa
©.posición d e lo s p r o f e s o r e s d e s o l a l a sab id u ría m u n d an a^
{h) que tien en m as de los v ic io s e x c l u i d o s q u e d e l a s u b s - '
tan cia d ? la s c a l i d a d e s r e f e r i d a s , l a tie n e n siglos h a ' v e n - ,
cid a lo s p a d r e s y d o éto res c a tó lic o s. M u e s t r a e n la s a g r a ­
d a E sc ritu ra San G e ró n im o (í) el m a y o r p rim o r d e la d i a ­
lé c t i c a : S a n I s i d o r o {d) e l -uso y o rig en d e la s d e m a s c i e n - '
c ia s n a tu ra le s.: San A g u s t i n (?) l a r r a s r o n ^ r u a e l o q í i e n c í a :
Ja ra m e n te el C a r d e n a l A u re o lo ( f ) la d is f csicicn a p t ú i m a ,
■el' ó r d e n a d m i r a b l e , l o s m é t o d o s t o d o s d e d i s c i p l i n a . V to -’
Tom. IX * T do

.{a) -Leon. Lss^. (i^ud V ctr, Lcw seU disp. Apolçg* dç S,,
D ionis, in B ibliot. P P. edi£.'Cohn* tom. i.
(b) E x S., Bítsi!* in examer. c, ,3. p o st mcdkmu
{c) iJia^ llie r .e p is , 1 0 3 , îïîî tonú 3,
,{d) S . Isid. iib .2 . etymol, cap, 2^, ^
.(c) D iv . A g u st. d^ dodi. Chris. Ub. 4 . c* 6,
' (/ ) P etr. A u r . in B rev ia r, stíc. S c t ip»
146 P R Ó L O G O
d o lo com pendiò con brevedad Cíisioáo'CQ:{a)ycriptura multis
moitsgenera suce locutionìs exercet; definitionibus susccinta, sche”
matibuf decora^ verborum proprìetatibus signâta ^syllogismwum
compiexìonìbus expedita , disciplinis rutilans.Ho son pues e x tra ­
ñas al modo de hablar d ivin o aquellas calidades , sino ànces
señales de su em in en cia, por verse allí en su nativa h e r ­
m osura, sin el engañoso cotorido con que la vanidad h u -
m in a , intentando h erm o se a rla s, las afea. Dos géneros de
eloqüencia distingue acertadam ente A gustino, (¿) una a fe y -
tada y pom posa; otra sólida ^autorizada y llanam ente d i­
vina. C o n esta habláron los que escribiéron com o in síru '
mentos de D io s : n i les era decente á ellos otra , ni oíros
á esta: Hac iiU locuti sunt (dice) nec ipsos decet alia , nec
tílios ipsa. Repárese cn la eloqiiencia de esta H istoria , y
se hallarán en ellas las calidades que notó A gustino en
la de los E scritores divinos. M írese la autoridad y m ages­
tad de decir decente á D io s , quando se introduce h ab lar
alguna persona divina : m irese la resp ed iva á las perso­
gas quando h a b la n , ó la m adre de D io s, ó los santos
ángeles : atiéndase en toda la o b r a , resped o del fin , lo
só lid o ; resp ed o de las c o sa s, tie m p o s , ocasio n es, sucesos
y personas lo decoroso ; y se hallará una sim ilitud ma­
ravillo sa á la locucion de la sagrada E scritura. Asim ilase
tanto á esta locucion d ivina la que en esta Historia se m i-
T a , que en m uchas partes de ella se encuentran parágra­
fos en teros, com puestos de ptlabras y textos de la sagra­
d a E scritu ra en corriente fr a s e , sin que se perciba divex-
áidad que disuene , com o se puede experim entar le y é n d o ­
los

{d) Casiod, Prolog, in VsaLc. 15.


(^) Viv, Augus» loe» prox» citat.
G A L E A T O . 147
l o s , y m irándo los lugares de E scritura que en la m ár-
gen se citaa. D e d on d e, com o Buenaventura {a) dixo de
Bernardo , que habia hablado eloqüentísim am ente en sus e s­
critos , por e l uso que tenia d e la sagrada E scritu ra; p o -
dém os decir de esta H istoria , que por la asim ilación que
tiene á la frase de esa E scritu ra sagrada , es su locucion
tan eloquente, Y se ve en ella , que las palabras no son
b u sca d a s, sino com o de grado venidas ; el estilo no a fec­
tado , sino com o n a c id o , sirviendo á la sabiduría , com o
inseparable criad a , aun sin ser llam ada , la eloqüencia;
que es otra calid ad que notó Agustino {b) en los escrito­
res divinos : U t verba , quibus res dicuntur, non à dicente ad-
bìbita , sed ipsts rebus velut sponte suhiunña videantur. qua­
s i sapientiam de domo su a , id e s t , pe6iore sapientís proce-'
dere intelligas , í ? tanquam inseparabilem fam u la m , étiam
non vocatam, sequi eloquentiam. Y com o en algunos de los
escritores sagrados se m ira mas que en otros , d escubier­
ta y clara la eloqüencia , segun notan en Isa ía s, N ahun y
D a vid los expositores , (<:) no será ageno del estilo divino,
quie en algunos escritos de revelacion es’ privadas se vea mas
que en otros esa eloqüencia perspicua.
88 Podria oponernos alguno el uso d e los términos teo­
lógicos puramente escolásticos que se hallan con freqüencia
en esta Historia , pues ni eetos términos parecen convenien­
tes aVestilo h istó ric o , ni se halla exem plar de haberse usa”
do en escritos de revelaciones divinas, Pero esta oposición
fácilm ente se deshace advirtiendo , que el argum ento de
Ti es-

{a) D iv , Bon. Serm. 19. in Hexam ,


{h) D iv , A u ^ is . loe, citat.
(¿'2 ^ p u d Suar. h e . cit. qucest. 1 . nâm, 1.
esta obra no se lim ita á la precisa relación de lös sucesos
externos de la vida de M aHa santísima , sus obras y a c ­
tos e x te rio re s, íin o que se extiende á declarar quanto la
providencia divina dispuso en la e te rn id a d , y executó en
tiem po la O m nipotencia á cerca de esa c r ia tu r a , madre del
C riad or , en el modo que los mortales son capaces de en­
tenderlo por medio de una externa rtlacion. D e donde
com o en ese argum ento se incluya la expresión' de altísimos
piisterios y manifestación de escondidísimos secretos d iv i­
nos, , por ser M aría la obra de D ios , en que despues áq
Ja E ncarnación resplandeció mas su gloria , según aquello
de San Buenaventura : (a) Antononyasticé opus Domini mi-
Xabìle est M aria ^ dè quo dici tur in Ecclesiàstico x V a s ad-
tnir.ahile .opus E xcelsi. V e r é opus mirabile v pra^ter assump-
tam à Verbo ìMturam.,nullum est opus^ nulla -creatura^ in qua tan­
ta divmceglor'tee- materia reluceat , sicut in M aria. Fue preciso
que este género de Historia se escribiese contérm inos teo ló ­
g ic o s , pues sin ellos no pudieran expresarse los s a c ra ­
mentos que incluye la materia. Por eso dixo m uy de
propósito E utim io , (i^) que para hablar de la m adre de
D ios era necesario tener estilo ó lenguage teológico: Opor­
tet enim (dixo) habere linguam Tbeológicam ad loqttendum de
M citre D ei Sandísim a. Y como no h ay duda , que entre
los térm inos teológicos , son los escolásticos los que rrjas
expresan los m isterios, con exclusión d istinta de los e rro ­
res que á ce rca de ellos induxo la m ala inteligencia de las
palabras d iv in as; en conseqüencia al intento de m anifes­
tar los de la vida d é la madre de Dios con la m ayor e x -
p re-

{a) D m Bonav. in spec. de B . V ir g . ledt. 7.


{b) Euthym. trat, de Zona V irg .
G A L E A T O ., 149
prjQsiòn; posible-á los m ortales por medio de una externa
relación , también necesario usar en d ia ¿ t esos té r­
minos teológicos puramente escolásticos. Y mas en estos
tiem pos cn que la m alicia infernal de. lós hereges m oder­
nos ha trabajado tanto por ad ulterar con exposiciones si­
niestras las palabras de la sagrada E scritu ra ; que esta y
otras circunstancias ocurrentes en. el tiem po en que se es­
criben, puntos, tan delicad-os» puede ser la razón de la sin­
gularidad del uso de esos términos en estas revelaciones
privadas» C om o aunqye e l. Espíritu santo con la misma in­
falibilidad asistió á todos los concilios generalés legítim os en
sus definiciones., fiié el Tridentino d que mas singularm en­
te usó en. ellas de términos escolásticos por la ocurrencia
de las heregías de a q u d tie m p o , que con mentidas expo-
siiiiones adulteraban los términos com unes de la E scritirra.
y padres. Sino- es que digam os que el R e y d? los s i­
glos , qye con alta providencia determ inó manifestar^ en
^sta edad los misterios y. sacram entos mas ocultos , y
muchos hasta ahora no oídos ,. dé la vida de su santí­
sima madre ,. dispuso correspondiese á esa nueva m ara­
villa Ip sin g u la r'y eminente de ese estilo .. Pensábalo a s i­
da la grandeza d d estilo de San D io n isio . calum niada
de los hereges por no usada dé los christiános en aq u e­
lla edad , Pedro L an sd io : (a) Ego verú sentio (decia) D i ­
vini Numinis imperio , í ? motione hcec ab' eo fuisse prcvs-
cripta-: D eus profeSió. rer.um omniüm ■O p ife x ^ qui iilo ¿evo
rara qucedam, & inusitata p a íra b a t' , D iónisij mentem^
atque Unguam habuit pro calamo scriba^, velocitar .scriben-
tis.^. lile, spiritus ,, qui Dionisio concessit. , ut in diSla cte*-
te^

[fl] Vetr. Lans. disp, -citat:

Il a
terís , inaudítaque pangeret verha , etiam & “mirificum cra~
-tionis -contextum , quo illa ipsa exponeret , suppeditavit.
89 N o escuso referir aquí en confirm ación de este pen­
sar lo que le sucedió á la Venerable M ad re -en aprobación
-de ese estilo. C ontarélo com o lo recibí de su confesor,
varón de todo crédito. Quando la Sierva d e D ios o b lig a ­
d a de la obediencia , habia d e escribir segunda v e z la
H istória , el Reverendísim o Padre F ra y Pedro M añero,
■que á la sazón era M inistro G eneral de la Órden , y te ­
nía noticia de la alteza d el estilo y uso de términos esco­
lásticos con que la prim era v e z la habia escrito , la d i­
xo , era de parecer que cscusasc el uso de esos términos,
escribiéndola ea otros mas llanos y mas acom odados á la
vulgar ánteligencia ; pues p o r este medio sería tnas copio­
so el fruto , y se atajarían algunos inconvenientes. Pero
aunque estaba en este ju icio de la prudencia humana , no
se atrevió á m eter la mano en lo santo , ni ordenar á
su Sábdita , que conocía rendidam ente obediente., la e x e ­
cucion de su parecer , solo la mandó k> consultase con
D io s.-P o r obediencia pues consultó la Venerable M ad re al
Señor este didám en ; y su M agestad dív.ína la respondió
estas palabras : „ N o tienen los hombres en este estado
-rt otros térm in os,, con que se puedan significar los m iste-
« rios que te manifiesto con expresión mas distinta -, por
s» eso se te dan e s to s ; si tuvieran otros mas aptos para
»> ese fin , esos se te d ie ra n .” N o solo esta divina r e s ­
puesta , sino también e l modo con que se ven en esta
H istoria usados estos términos , m uestra gue ese uso fué
disposición del Aitísím o ; porque de ta l su erte-se hallan en
f^I herm anadas con la llaneza la altu ra., con la em inencia
4 a clarid ad , q u e ‘lu el iliterato dexe de entender la sen-
te a -
G A L E A T O . 15^1
te n d a , r í el sábia pueda m ejorar la frase ; con que l a
obra es tan adm irablem ente piara todos » qu e con un. m is­
m o estilo el doélo se h alla con ven cid a , y el indoéto en­
señado. E stas m aravillas solo á Dios reconocen por Autor*
D e^la elocucion de la sagrada E scritu ra ^ porque se aco­
m oda á la inteligencia de todos » dixo San Isidoro Pelusio-
ta ; (fl) Qaoniam autem y ^ omnium curam suscepit y inde, dar
Ttssime demonstratur » Divinam esse ^ atque coelestem,.
90 O tra oposicioa podría alguna hacer co n tra e l estilo
porque en las doélrinas que á cada cap ítu lo se siguen ^ se
hallan m uchas vece& repetidas unas m ism as j sefatenclas^
que parece ociosa superfluidad ; y si á esta aborrece aun
la naturaleza en sus obras » m ucho m as la excluirá e l
A u to r de la gracia de sus palabras. P era esta oposicion^
qutí siglos ha hizo la ignorancia p resu m id a á la s divin as
letras , la tienen con evidencia ven cida los doélores c a -
tóhcos. M u y de nuestro propósito C asiodoro : In S c r ip t
turis ianñis. nimietas non arguitur ^ sed magis .importunità^
crebra laudatur. E t meritò^ quia quanto notitia rerum
lutarium plus d ia tu r , tanto amplius credentihus ^ atqus^
operantibus aterna vita prastatur^ N o es e n lo s escritos
santos la repetición de la d o d rin a v ic io que se pueda re“
prehender , sino virtud que se debe alabar ; pues siendo
la d o d rin a que en ellos se d a tan im p o rtan te para la
eterna sa lu d ., el m edio de ra d ica r su n o tic ia é inclinar
ú su observancia , nunca pu^de ser ocioso y sino siempre
gn nuestra fragilidad gravem ente necesario. Persuádem e
que el que leyere esta Historia , m e culpará de co rto en
lo que he dicho d e su estilo. S. XII.

[íí] Isid , FeltiS, ¡ib, 4. E pistoh 67.


[^] Casi o d. de D ivin, ledi, c, 16.
S* X II.

pi T prueba mas persuasiva (*) de ser esta obra d i ­


vina y Dios su principal autor , se forma por e l medio
•de la causa eficiente instrum ental. T oda su fuerza estriva
en jque fuese la Venerable M aría de Jesús quien por sí
la escribió , sin que persona m ortal la diéláse ó influye­
se lo que habia de escribir. Y aunque esta verdad es h o y
n o to r ia ^ n o solo en el Convento en que esta Sierva de
Dios vivió y murió , y en la Provincia R egular á quien
pertenece el Convento , sino en la V illa de Agreda en que
•eu á sito y en todos sus co n fin es, y no dudo la habrán
dspuesto en el proceso m uchos testigos oculares ; con to -
'd o eso 1 en el ínterin de su r e s u lta , para lös distantes
y ven id ero s, me pareció necesario com probarla con prin ­
cipios .,'_que sin o'fuesen manífieStamecíte verdaderos', con
facilidad pudieran convencerm e en la cara de falsedad los
que hoy viven , que esta expo^cion en persona de a l ­
gún punto que profesa estado religioso , solicita el c r é d i­
to de los distantes en lugar ó tiem po , y aun lo m e re ­
cerá si no fuere redargüida. T odo parece preciso , para
que el tiem po no borre ‘la notoriedad p resen te, y está se
participe. E s pues él prim er principio , que esta H isto­
ria en la misma forína que v a im p re s a , sin variación a l­
g u n a se halla toda escrita de letra y m ano de la V e n e ­
rable M adre en *su propio hom bre. E s t i el original dicho
t n el archivo d el Convento de la lam actilada Concepción
de

P rin c ip io s p o r p a r t e d e l eficien te ia s t r ü m e n t a k
G A L E A T O .
de Agreda. -Llevóse desde allí á M adrid , quando el R e ­
verendísimo G eneral hizo la jun ta arriba referida ; .y en
£lla se confirió palabra por palabra , con el trasunto por
donde se habia de im prim ir con tan escrupulosa exáccion,
que aun s i alguna palabra , por -descuido del amanuense»
estaba traspuesta en el traslado sin variación de senti­
d o , se restituia al lugar que en el original tiene. De
s'jerte , que toda la H istoria com o va im presa , con su
in s c r ip c ió n in tr o d u c c io n e s , divisiones en -partes , libros,
capítulos y números m arginales es á la letra lo mismo
que se halla escrito en el original referido de su mano»
Solo para exornación se afiadiéron los sumarios y citas de
los lugares de E scritu ra que van en la márgen ; al fin de
cada tomo las notas , y en el últim o los Índices., sin in-
trom eter palabra alguna en el texto. Será perpetuo testi-
nionio de esta verdad la compulsa que del mismo original
hizo el Señor O bispo de T arazona , poniendo un traslado
fiel , inserto en el proceso de que arriba se hizo m en­
ción. Que la letra de ese original sea de la mano de la
Venerable M adre ^ se hace evidente , confiriéndola con
la de quantas cartas se conservan s u y a s ; que son tantas,
que hacen notoriedad. N i se pueda m aliciar que alguna
persona contrahiciese la letra ; *pues es notorio en el C on­
vento , que la misma V enerable M adre , no solp lo re co ­
noció por suyo , y com o ta l lo com unicó á sus Confeso­
res y Prelados para que lo exáminasen , sino que lo hizo
©nquadernar en la form a que está , y lo conservó así en­
tre sus papeles hasta que m urió , dexando á sus hijas es­
ta preciosa herencia. Y entónces el G en eral lo encerró
¡nevándose la. lla v e y teniéndola eñ su poder , hasta que
envió por él para hacer el exám en referido ; de suerte,
Tom. lAT» V que
P ÌR ó L o G Q
que aun de una leve adición de o tra mano, no* puede ha­
ber sospecha.
92 D e este p rin cip ia se prueba urgentem ente , que la
Venerable M adre M aría de ]esus fué quien por si escribió
toda esta H istoria , sin que persona m o rta l en tod o ó en
parte la diétase , ò influyese lo que en ella escribió. Por­
que así lo testifica en su pro p ia nombre la E scrito ra por
todo cl discurso de la obra desde el principio al último»
asegurando , que to d a la escribió por luz divina ; por la
qual dice , recibía com unm ente hasta los términos en la
form a que se d ixo arriba * sin mas ínfluxo de persona mor
t a l , que el que significó en estas palabras : (íj) T quando ten­
go alguna dificultad en declarar las inteligencias , acudo à
mi maestro y padre espiritual en las materias mas arduas
y d ifíciles. Siendo pues este continuo testim onio n o to ria ­
m ente de la misma V . M adre , por el principio asentado
de estar toda la H istoria escrita de su letra y en su
nom bre ; no h a y cam ino de negar su verdad , sino
diciendo > que esta criatura de propósito quiso engañar al
m undo en materia tan grave » mintiendo que recibió poc
lu z d ivina lo que alguna persona doCla , intentando el m is­
m o engaño» le d id a b a , para que escribiese» ó daba e s ­
crito para que trasladase. QÍián increíble sea esta tem eridad
d.e una criatura , que desdeque tuvo uso de razón basta que
acabó la vida en seneítud , vivió , en quanto se pudo c o ­
nocer , perfcétísimamentc sin que jam as se le notase g r a ­
v e im p e rfe c c ió n , no-^ s necesario ponderarlo ; pues aun
im aginarla no parece puede caber en ánimo, de católico.
Y mas quando ni en esa criatura hubo ignorancia que p a -
lia-

[a] P a ri. i . n, 24.


G A L E A T O . 155
liase la culpa , ni aceleración de la muerte que diese co?
lo r á la im penitencia. Aunque no me persuado que haya
entre católicos juicio tan impío que se atreva á devorar
este absurd o; con to d o , para m ayor com probacion de la
v e rd a d , lo excluiré por otros principios.
93 E s el segun d o, que la Venerable M ad re tuvo noto­
riamente tal alteza d e c ie n c ia , que sin duda excedia en
ella á quantos varones do¿tos la comunicáron con alguna
freqüencia. D e dond e siendo la única razón que podia ha­
ber de d u d ^ , si eila por sí sola , com o lo testifica ,, es­
cribió esta o b r a , ó se valió de aigun varón doéto para
ello , la ciencia que manifiesta la misma H istoria tenia quien
la escribió, e x clu ye este principio todo m otivo d e dudar
á cerca de la verdad del testimonio de la Sierva de Dios
arriba referido. D el principio son testigos de experiencia
quantos varones do¿tos la com unicáron con autoridad de
superiores ó por esa autoridad ; de los quales aun v i­
ven m uchos, y no dudo lo habrán depuesto en las infor­
maciones que se han hecho. Refieren los que mas interior
y freqüentemente la tratáron , que la oyeron m uchas v e ­
ce s hablar en lo d o género de ciencias naturalés con tanta
a lte z a , com o pudiera el hom bre mas consum ado en ellas^
y que cn las tres teologías expositiva , m ística y escolásti­
ca era singularísim a la em inencia con que hablaba. A l­
gunos prelados hiciéron experiencia de esta m aravilla, p re ­
guntándola la inteligencia d e textos difíciles de E scriiura; los
que ella á la v o z de la obediencia exponía con tanta
profundidad , abundancia de sentidos y ajustam iento al es­
píritu de la m ism a E scritura , que los dexaba llenos de
adm iración y enseñanea. O tros la hiciéron hablando en
puntos delicados de teología esco lástica; y con la misma
Va ad -
P R Ó L O G O
admiracioci la o yéron exp licarlo s con tanta em in en cia ,.d is-
tincioQ y liníipieza de términos , com o si toda su vid a
co n relevante ingenio hubiera« cursado las escuelas. E n
la teo logia m ís tic a , com o su uso le era mas necesario pa­
r a d a r c u e n ta de las cosas de su e sp irita , fué mas fr^-
íjüente la experiencia y también mas ad m irab le; pues con-
venian todos en que en este género de sabiduría , ni habian
oido íii leido cosa mas alta. Y no solo los teólogos de la
Órden, de San Francisco-^ sino muchos de fuera de ella^
q u e , ó por su devocion la comunicáron , ó i a exám ináron
p.or autoridad superior., tuviéron la m ism a experiencia. Bas­
te por singular individuar el testimonio que d ió el R e v e ­
rendísimo Padre M aestro Fray, Juan de Santo T om a de^a
Ó rd en de Predicadores , varó n ,tan acreditado en virtud , c o ­
mo célebre en letras-, confesor del Señor .R ey F elip e Q uarto;
e l qual en la ocasion que con su Magostad pasó por A g re ­
d a , habiendo com unicado á la Venerable M adre y ex á m i-
nado su espíritu, manifestando su sentir delante de personas
graves dixo, que.él firmaría de su n o m b r e , y p ro b a ría en qual-
quier concurso de teólogos, que la M ad re Sor M aría d e Jesu*
estaba ilu strad a con ;ciencia infusa sobrenatural; y que de es,
ta había él. hecho la experiencia que sepodia y debia hacer.
94 E l tercer principio e s , que variándose los confesores
padres espirituales que asistiéron á la Sierva de Dios, m u ­
riendo unos y ‘sucediendo ' otros ; y hallándose escritos de
la Venerable. M adre del ^ tiem po que la asistiéron los
unos , .y . del tiempo, que la. asistiéron los ^otros , todos
son uniformes con la H istoria , no solo en ei estilo, fr a ­
se y , e legan cia, sino en la profundidad de las sentencias,
,exposición .alta de la sagrada ^Escritura , eminencia de d o c-
;rin a teológica , y ajustado uso de las ciencias n aturales D q
don-
G A L É A T o. 157
donde se hace m anifiesto, que la Historia presente es obra*
del E s p íritu único que siem pre asistió á la Venerable M a"
dre int riormcnte , y*n o infíuxo'de^ alguna de las personas
mortales que en lo exterior la, asistieron , en que hubo ta n ­
ta variedad. E l principio consta con evidencia ; porque en *
el tiempo que asistió á la Sierva de D ios el Padre F ra y
Francisco Andrés de la T o rre , que fué* por espacio do^’
veinte años', hasta el de mil: seiscientos- y quarenta y sie­
te en que murió , -escribió la Venerable M adre la H ls to -'
Ttd la prim era vez , com o es notorio ; y aunque ella que­
m ó ese oTtginal pfim ero' y otros papeles , por la razón que
dice en la Intrcduccíon de la primera parte , y yo porr*
dré en la Relación de s u -v ld u ', es sin duda , fué la obra ^
m isma que despues* vo lvió á escribir y hoy sale á lu z ,,
á la le tr a ; sm mas diferencia que^ algunas* adiciones y
m ayor explicación de alguno« puntos’, com o se c o m p ru íL
ba por el traslado del prim er original i, qire el Señor R e y
Felipe Qi/arto tenia en su podxir , y por eso se r e ­
servó del incendio. Por- esta c b r a 'c o m o ;e escribió en es
te tiempor , y por unos tr a s la d o s , aunque incom pletos , d e
otras que eh=-el mismo escribió ‘ y trasladó para sí un
religioso-devoto de la V enerable Mrrdre y fa'miliar del d f-
cho_confesor ; los q u ales, por> tenerlos este en su poder,
t>mbien se reserváton del fueg’o , se m uesíta la excelencia
de los escritos de la V e n e r a b le 'M a d ie ' en e l tiempo qu^
la asistía este co n fesor; pues fuéron’ enr ellos tan notoria*
ias calidades d ic h a s ; qire por haberlos-exám inado los pre­
lados suce.sivamente y manifestado su co n cep td , se comen^
zó á pu blicar , que la Sierva de Dios tenia ciencia infu­
sa : y así Id' mas' im portante de la pruebá se reduce á nví-
r a r , s\ los que despues escribió se conform an c o a los p flv
m eFos, sia desdecir de- su em inencia. Ea-*
, S8 P R O L O G O
95 E h esta parte es hoy mas manifiesta ; porque ifiuef-
to aquel co n fe so r, y sucediendo otros de in ferio r doéirina,
que fuéron los que .despues solos la"asistiéron , escribió la
Venerable M a d re , obligada de la obediencia, m uchas obras
d e nuevo , cuyos originales tenemos de su mano y letra»
En estas no solo no desdice de la grandeza de los p rim e­
ros escritos en las calidades d ic h a s , sino -que conservado
el estilo miscno de d e c ir , se h a lla en todas esas .calida^
des conocidam ente mas em in en cia , por la .moyor clarid ad
de la lu z que en este tiem po la ilustraba. Vése manifiesta­
mente esta verdad : L o prim ero en el original,de .esta H is­
to ria que segunda vez en este tiem po escribió , no solo
en los puntos que ,explicó con m is perspicuidad , sino en
los que añadió y declaró de nuevo. L o /segundo , ■en la
H istoria de su v id a , que en los últim os años de e lla , ren­
dida con dolor su humildad á la ^obediencia ,, -com enzó á
e s c r ib ir ; y habiendo escrito e l prim er tra ta d o de ella, que
pertenece á ia fundación de aquel C onven to, atajó Ja m u er­
te su prosecución, dexándonos el suceso nueva m ateria de
adm irar los secretos de la providencia d ivina ; -pues la e x ­
celen cia, de lo escrito parece empeñaba á su principal Au.-
to r á conservar el instrumento hasta la conclusión. L o te r­
c e ro en muchos quadernos , en que por mandado del con *
fesor de este tiem po le daba cuenta por .escrito d e lo que
cn cad a se m a n a le sucedia ; los quales están t a n -,llenos de
sabiduría d iv in a , así en la exposición de las divinas -Escri­
t u r a s , d eclaración de los misterios de la religión ch ristia­
na , y confirm ación de los dogm as de la doétrina católica,
com o en el alto uso de la teología escolástica y m ística,
qu e son nueva adm iración de los doélos y confusion de
los presumidos, reconociéndose en ellos la adm irable aíiuen-
ci%
d a de la luz d ivina ; pues escribiéndolos sin mas cuidado
que para dar á su confesor la ordinaria cuenta de lo que
la pasaba , parece que saliéron de la mas pulida lim a. L o
quarto , en las cartas m isivas escritas por este tiem po
con la m ism i grand eza; en e l estilo siem p re, en la - d o c ­
trina quando lo- pedia la ocasion , com o se ve en muchas
respuestas al católico R e y F elipe Q uarto y á otras perso­
nas graves , en negocios de m ucíio p e so ; cu yo s trasun tos
escritos de marro de la Venerable M adre por m andado d«
sus confesores , se guardan en el mismo C o n v en to . H aráse
notoria esta prueba , -quando en la H istoria de la vid a de es«
ta Sierva de Dios , que dándom e el Señor vida y d isp o ­
sición ofrezco escribir , diere los escritos suyos de un tlem .
po y otro que tengo re co g id o s, con que se pondrá esta
verdad, á la experiencia d e todos.
96 D e estos principios se hace à m i' ver fuera de d u ­
da á. lo ménos prudente , el fundam ento propuesto: Q ue
la Venerable M adre M aría de Jesus' escribió por si esta
H istoria sin que persona m on a! se la influyese ó ditìasé*
V 1 la. verdad no necesitaba de tan apretadas pruebas; p o r­
que la misma o b r a , su. estilo y disposición están por sí
m anííestando,, que no solo no cabe en la capacidad de un-
hom bre d o f t o , fírijase com o se quisiere e l hacer por cie n ­
cias adquiridas cosa tan adm irable; pero ni en la de m u ­
chos de célebre doíílrina , aunque se juntasen solo para es­
te fin los mas s e le flo s , y trabajasen e n su execucion por
m uchos años. Ue donde con razon poietnos a p licar á la
presente Hi-storia lo que J ic o b o B iüo varón g ravem en ­
te erudito dixo de las obras de San- Dionisio Areopagita-
des-

(n) lacob. B ili, apud LanseL disp. citat»


i6 o p ; R ' 0 L fO .'G 0
descubiertas „despues de tantos sig lo s, para o c u rrirá la-ma­
licia de pensar si algun hombre d o ^ o .la s habia e sc ri­
to entónces, y dándoles el .nombre de Dionisio : //or
hunc stylum cide.ó esse Div}nmn quotquot in Europa sunt
ac2rrim¡o ìngcnìo^^gramoribus scientìjs imbuti, inMnumcoeanty
sìm le q.'iiiplcim meditentur ^ v lx omni animi contentione^ a t­
que virihus sint taniam altiduiinem ^atqu; prcestasitiam
tando consecutiri,
97 Va que hemj^s to c a io este esem plar., perm ítasem e
for.nar un argu m en to, que p o r.las obras d^ Dionisio hace
Leonardo L e s io , {a) variada spia la ip ite ria . Si la m alicia
itpaginase que alg^iin .varpn ..doéto escribió esta obra, y e n ­
gañoso la quiso atribuir 4 esta Sierva jde D ios , poniéndole
su nombre (fu era de quedar manifiestamente .deshecha est^
c a lu m n ia , por la adm irable perfección de vida .de esta m u­
g e r , que la dexo .toda .escrita de su piapo,.,testificando .la
recibió por iluminación d iv in a ) se ^desvanece también pM
la s calidades, que es preciso tuviese ese A u to r que se le
diera. Porque p o r la misma obr^ consta,,que su Autor era de
eminentísima sabid uría; pues fuera d e ,la alteza , penetra­
ción y claridad con que declara .los.mas profundos m iste­
rios de la religión christiana , no h a y .facultad , que quan­
to es necesario al argumento , no se .vea aí tratada com o por
dueño de ella. Por ella misma consta , que su A utor e r^
ó de grande santidad , ó de m ucho exercicío de perfección
y vida esp iritu a l; pues tod^ se ocupa en excelencias d iv i­
nas , toda está llena de contem placiones altísimas , toda
m ezclada de fervorosísimos a fe a o s , y toda es uu exercicio
de

[d] Leon. L es. cens. pp. S . Vionis. e x t. apud Lanseh


I qc\ Cit*
G A L E A T O. i6 i
de la m ayor perfección. Por ella misma confita que su A u
to r era de ardiente zelo de la salud de las a lm a s; pues
todo lo historial aplica con exhortaciones vivísim as á la co r­
rección de las costum btes , al m eaosprecio de todo lo t e r ­
re n o , á l a pureza de esp íritu , al séquito del camino d é la
virtud y vida espiritual , c o m o 'se veen todas las doétrinas
que se ponen á cada capítLiIo. Este es el asunto de L e o ­
nardo en su m ateria: E x quihusconstat^ Autborem buius ope-
ris fu isse eminentísima sapientía^ & magncesanSiitatís virum^
ut qui totus in rebus D ivínís A n g elicis contemplationi-
bus ubique versetur , S passim ad rerum Divínarum assi‘
duam theoriam reliSíis omnibus , qua sub sensum cadunt^
adbortetur ¿ Quién pues creerá (prosigo con él) que un va - '
ron , que fuese tal y tan grande-, quisiese tan feamente
m cutir , y con hipocresía tan absurda , debaxo del falso
color de levelaciones y agena santid ad, hacer tal engaño
al mundo? j^Quis talem ac tantum virum credat^ tám pu^
tide voluisse m entiri, S tám absurda hypocrisi fa ls a qua­
dam specie antiquitatis y S A p o sto lica cmsuetudinis mun-
(Í£> imposturam fa ceré ? Cosas son estas, que no caben en
varón de virtud y de m ente sana ; ¿ quánto ménos en e l
qiic fuese sapientísimo y virtuosísim o? N on cddunt ista in
virum probum , (S* sana mentis ; multò minus in sapìentis-
simum^ i£? sanñissimum. Fuera de que ^ co n q u e fin se h a ­
bía de arrojar á tan enorme maldad y sacrilega ficción ?
¿ P o r ventura para perder sus trabajos y la honesta
gloria á ellos debida , por medio de tal crim en y lo c u ­
ra ? Denique , iquo fine h a c omnia feeisse t , (S? se alium
fin xissef , quam revera f u it ? A n ut labores suos , S g lo “
riam illis- debitam per sceh s ^ (S? amentiam p e r d e r e i D es­
preciar la gloria tem poral p«r astgurar la e te rn a , sábe-
Tom, I X , X lo
1^2 P R. ó L O G O
lo hacer la virtud ; aventurar la eterna por grangear la
tem poral , suélelo hacer la maUcja ; pero tom ar por m e­
dio el huir la tem poral , para perder la eterna , solo
cab e en la locura. ¿Q u é fin pues se le puede fingir á
ese varón que no se supone loco ? Quando la o b ra es tal,
que por ella podía adquirir para sí gloria ilustrísima* por
todo el orbe difusa , y por todos los siglos perpetuada,
podia concìliarse la adm iración , amor y bendición de
los teólogos que son y sucederán ; podia provocar á su
im itación á los ingenios mas ilustres : Poterat enim nomen
suum , (S* veritatem patefaciendo , maximum slhi gloriam
toto orbe , S omnibus scecuJis duraturam comparare. P e -
terat omnium Theologorum , qui unquam fu tu ri sunt , ad~
mirationem , amorem , ^ henediÜionem sihi conciliare, <Sf
illustrissim a ingenia ad sui imitationem. provocare. ¿ P a ra
qué pues habia d e querer por medio de mentiras , m al­
dades , hipocresías y engaños indignísimos é inauditos p ri­
varse de tanto bien , y sepultar en eternas tinieblas su
liOVCihttV Quorsum per mendacia , ^ improba fa 6 ía , per
bipocrisim , imposturas ináignissimas , í ? inaudHas^ vo~‘
íuisset se tanto bono privare , <S? nomen suum ísternis te-^
nebris involvere* E l peso que e s ti razón hizo en e l ju i­
cio del Pad re Lesio tan acreditado de prudente , d e ­
cla ró él m ism o , co n clu yen d o ; H ícc ratio me k á convin-
c i t , ut nihil de A uthore bujus operis possim dubitare : N ec
quisquam , opinar ^ dubitabit ^ qui leSio diligentér opere is -
ta expenderit. P ara mí basta , que U verdad de ser es­
ta adm irable muger A utora de esta Historia , ántes por
tan manifiestas razones concluida , aun por este lado ten­
ga á la calum nia , si no rendida , á lo ménos desar­
m ada.
S. XIIL
S. X IIL

98 sentado c l principio (*) de ser la V . M adre


M aría de Jesús la A utora de esta H is to r ia , de él se pro­
cede así á la prueba. Siendo p o r la misma obra manifies­
to , á lo ménos , íiue n o 's e pudo escribir sin eminente
ciencia ; y siendo tam bién notorio , que esta criatura no
la tuvo adquirida por algun m edio n a t u r a l, por haberse
criado hasta qu e se encerró en perpetua clausura , c o a
sola la ordinaria educación e n c a s a de sus padres , sin
o tra especial enseñanza exterior que la común que se l i ­
m ita á leer y píincipios d e escribir , y en el encerra­
m iento d el convento no haber tenido n i mas estudio que
U lección de algunos libros devotos el co rto tiem po que
le perm itían sus continuos exercicios y ocupaciones , ni
m as escuela que la com unicación ordinaria con sus con ­
fesores que g u ia b a s su e sp íritu ; se con clu ye , que la obra
es preternatural al sugeto que la escribió. D e donde no
pudicn'dó tener por causa principal al dem onio , com o
se probó arriba por parte de la m ateria , y se confir­
m ará mas a b a x o per parte del fin y utilidad ; queda
que solo Dios sea el p rin cip a l agente de esta m aravilla,
la obra S o b ren atu ral, y la Escritora solo instrumento in­
m ediato del poder d ivin o. E s argum ento expreso de San
Juan Chrisóstom o , (¿í) cuya es esta m á x im a : Quando nu'-
X a tem

Prueba p o r la im proporcion n atural de el instrumento.


‘W yoan. Chrisost. in i . ad Cor int, cap, 1. hom. ’^ ,post
med.
i 64 p r ó l o g o
tem füBum fu e r it aìiquid supra naturam , i ? longè supra
naturàm , ita ut cum eo adsit quod d ecet, & quod est u th
le ; est perspicuum , quod hcec fiant D ivina quadam vir^
tute , (S? ope. Prosiguió este argumento en nuestro qaso
con grave m agisterio e] Reverendísimo Padre Fr. Juan de.
Palm a en la respuesta que arriba dixe h^bi^ escrito i
la M agestad cató lica d^ F elipe IV. de su sentir á cerca,
de esta Historia, C u y o tenor no espuso poner aquí , no
solo por lo que su razon tan bien formada convence,
sino por lo que persuade, su autoridad ; por prelado de.
la sierva de Dios , que con todo cuidado tenia exim ina«
do su espíritu por varón do(5to y exercitado en el ca ­
m ino espiritual con el aprovechanjjento que manifestó su^
constante virtud ; y por experto m aestro de personas es­
pirituales , con tan feliz fruto como dió á la Iglesia en
la Serenísima Señora Infanta y pobre monja descalza , Sor
M argarita de la Cruz, su. disoípula.
99 L a respuesta pues com o está original en mi p o ­
der (a) dice así : «Señor : He leido , y estudiado los,
» tre s libros de Sor M aría, de Jesús , que V . M agd. sé
« s ir v ió m andarm e debaxo de secreto reconociese. H élo
V hecho con la atención que pide la, gravedad d e - la m a­
lí teria. D ifícilm ente m e resolviera á-d ecir mi sentimipn-
it to si no me executára la obediencia que debo á V,
Míigd. Porque aunque mi insuficiencia >no me obligase .
»» á ser hum ilde , lo que he leido basta á hum illarm e , y
*9 Á necesitarm e á que confiese mi cortedad. En esta con-
» sideración , mi sentir es com o se sigue : Q ue estos 11-

»m
a-
f> bros son preternaturales á la esfera de su autor , por su

[íj] E x orig. man. propr. subscript, apud med.


' G ' A L E A T O . iS s
»-materia y por la excelencia del e s tiló , ta l que dudo ha.**
» -ya teólogo- por mas em inente que sea , que pueda
»•igualarle , . ajustándole á nues.tro idiom a. Siendo tan* ad-“
In m ira b le s los misterios revelado« que se'rep resen tan , se
» libran de adm iración ; porque á (Jhristo' nuestro Señor
« y á vsu santísima m adre ies vienen com o connaturales y
» debidas quaotas perfecciones pueden ser eftétos del pe­
n d e r divino ^ y tener entero empleo. X ó mas adm irable
» es , que una criatura por su n acim ien to-y crianza c a "
» si. rústica , disponga la declaración de tan altos miste—
» rios en términos tan hábiles y significativos, que quan*‘
» do para dar á entender muchas cosas de las que tra -
» ta ( especialm ente en el primer to m o ) apénas halla*
» términos bastantes la teólogia en lo fecundo de U ”
»»latini4ad , ella los descubriese en nuestro vulgar tan
»> expresivos y preciso?’ , que parece se ad elan tan '
»> á aquellos i, ilustrando el entendim iento , y dándole sin
»> dificultad c o sa s., que* por su naturaleza son superiores al
»» d is c u rs o ‘humano. Y m uchas qoe no le adm iten por
»>-ser jurisdicción precisa de la f é , lás explica tan ra c io -
n ah n en te, que parece h a ce evidente su credibilidad. E n
» esta consideración* tengo por d n d u b ita b íe , que la obra es
preternatural á su- autor, Yiaunqi^e es cierto que el d e -
» monio por permisión d ivin a puede tener, abastante inteli-'
»> gencia para valerse-de-un entendim iento hum ano; y dis-
»> ponerle á cosas 'semejantes , persuadiéndole .m uchas ilu -
» sio n e sy dándole estilo superior á su 'esfera para referir-
» 'las ( según m uchas veces se ha reconocido) no parece que
**-ha lujíar al-presente^ este rezelo. L o prim ero, porque aun-
» q u e el dem onio paeda dar ciencia y otros done.*;, no es
» cap az, de dar hum ilddd verdadera , por ser la misma so<-
» ber-
i6 6 ;P R Ó L O G O
«berbia. D e donde'los santos padres y 'd o lo r e s tm ìsticos
»»siempre tuviéroH la hum ildad por piedra de toque., para,
'» d escu b rir y exám inar los quilates d el-fin o y verdadero
»espíritu. Y esta^criatura, :Cs hum ildísim a., y totalm ente
«íllexible á los movim ientos de voluntad superior. S írva -
wse V . M ag. de hacer recuerdo de la d ificultad -con que
^»»hubo eítos libros; del rezelo que experimentó en e s ta c r ii*
■»tura , siempre desconfiada de su acierto; del rendim ien-
»to con qu e. se sugetó á la corrección , sin <er solicitada
« d el m iedo ni del peligro exterior. E sto no lo sabe h a -
» ce r el d em o n io ., .particularm ente con duración; porque
»com o es inflexible en su culpa , siempre .m ueve á que se
»defiendan'SUS obras con inflexibilidad. L o • segundo , las
-»obras d el demonio tódas son-originarias d è i ^ olard el A l-
»quilon que escogió por asiento y tribunal para su p r e c i-
» p ic io , -región f r i a , y . así : todas padecen este achaque. A un
' »en : los cuet^os fantásticos que^suele tom ar el demonio con
»una apariencia ta n .v iv a q u e bastan á en g añ arla vista.m as
«perspicaz. , se conoce su ficción ( según >enseñan los. d o a o -
»res ).e n e l.t a flo ; porque se redonace ser el calo rsu p u es-
» to en.una friald ad ;p ro p ia que tienen m uy agena de cu er-
jjpos naturales ; al m odo que los fingen ser personas-gran*
» d e s a s ie n d o de nacim iento humilde ; no pueden , desha-
»cerse^de muchas acciones propias, que á vista de qualquier
»ad verten cia están desmintiendo' la . ficción, : R em ítam e á
» la experiencia de quantos leyeren estos lib ro s,, que a u n -
» q u e -fu ese n -ta n im p e ífe a o s com o y o , sentirán un ardor
» e n e l, corazon , un ajustamiento en lo inteletìual tan*pro-
»pio y natural á las p d a b a as de D ios., com o extraño é
»im posible á las . del dem onio , cu yo s efeítos son p re su n -
^ clo n -,< a rro g a n cia., .desconsuelo,, falta de seguridad y t i ­
bie-
G A L E A T O .. 1^ 7 '
»biézai en eV espíritü. L o tercero-,, la. virtud constante de
w estaicriatura desde las prim eras-luces’ de la- »azon,s!n-que
« h ay a padecido re ze lo ',.n i aun de p erso n a-algu n a-d e su
»com unidad:, en. que por disposición del cielo nunca, falta:
»un; fiscar que zele la. m ayor: honra- de Dios y la^ segurÍT-
»dad; de la virtud de que yo^ he hecho exámen: espe-
» cia l ,.e s el fundamento mas sólido para formar, juicio p ru -
wdencial y ajustado al modo de. obrar de D ios ,.q u e no
whabla^de p e r m i t i r q u e .'
u qa m ig o 'fu e ss instrum ento-
s u

wdel demonio en acción tan grave, y deélrinal.-Y e n e lla a p e -


»naS'Se le puede co/igeturar ganancia;alguna-á. ese común*
»enem igo,.ántes'^ bien.rauchas-pérd id asp or los buenos^efec--
»tos que de tan lo a b le obrai se deben esperar..D e estos prin-
»cipios se puede.: concluir ,,s ^ u n p ie d a d .c a tó lic a , que no>
»siendo Qsta obra n a tu r a l- á -s u - A u to r , n i ’ habiendo*- rí-^
*>zon que m ueva a trib u írsela-al d e m o n i o ,-necesariamen.:.
» te se ha de reconocer á D ios p o r su A utor princip al, que
»por/ SMS‘ju icios’ incom prehensibles quiso re-velar^á. una c r ia -
» tura ,.párvula> ení lo» n a t u r a l y ent q^ianta pudo- conUu-
» cir á este-'efeílo lo S 'm isterio s y secretos que escon-
» d ió ái tantos sábios y maestros.. E ste es el ju icio que mi
»cortedad^ ha hecho d& estos. Ubros ” H ásta.aqui, el. d o íto y
prudente Prelado.-
100 M as ilustremente.’ déclára! lá. fu e rza de esta- ra jó n
una respuesta, de M aría: santísim a á esta su d isclp u la , que
e stá 'e n tre las doétrioas que U d ió 'e n la; Historia, (a) D u ­
d aba la- Sierva:de: Dios si: ella; era. instrum ento' convenien­
te para,= e scrib ir tan altos- secretos» , 0 'seria-m ejori que los
escribiese otra, personal m as'sábia y perfééla en la virtu d ,
p o r.

(¿i) P a rt, 3, núm,620,'


1^8 PRÓLOGO
por reconocfr<:e ella la m e T o r, mas inútil é ignorante <íe
todas. A que la soberana fn-i¿stra la resp^n.lkS pa­
labras lleHas d e celestial doétrina : " Á la prim era de es­
l í a s dudas te respondo , concediéndote que tá eres la m e-
*#nor y mas inútil de to d o s; que pues de la boca del S e -
»ñor lo bas o íd o , y y o te lo ío n firm o , así debes enten-
»»derlo. Mas a d v ie r te , que el crédito de esta H isto ria , y
»»todo lo ,que en ella se co n tie n e , no depende del instru-
« m e n to , sino del A u t o r , que es la sama verdad y de
wla que se contiene en lo que escribes ; y en esto nada
wle pudiera añadir el mas suprem o seráfin si la escribiera.
»Q ue la escribiera un ángel no era conveniente; y ta m -
9>bien los incrédulos y tardos de corazon hailáran convo
«calum niarlo. N ecesario era que el instrumento fuera hom -
»»bre ; -pero no era conveniente el mas doéto ni sábio á
»»cuya ciencia se a trib u y e ra , 6 que con-ella se equivocá-
Mra ia divina lu z , y se conociera m én o s, 6 se atrib u ye-
i»ra á la Industria y pensamiento humano. M a y o r gloria de
»»Dios e s , que lo sea una m ager á quien nada pudo a yu *
i»dar la ciencia ni la industria. Y también y o tengo es-
»»pecial gloria y agrado en e sto , y que seas tú el ins-
Mtrumeflto ; porque conocerás tú y to d o s , que no h ay
>»en esta H istoria cosa tu y a , ni que tú la debas a trib u ir
»m as á t í , que á la pluma co n q u e escribes; p u e s tú s o io
»»•eres instrumento de la mano del Señor , y m anitestado-
f»ra de mis palabras. Y porque tú eres tan v il y p eca -
wdora , no tem as que negarán á mi la honra que tn e
sídeben los m o rtales; pues si alj^uno no diére créd ito á lo
»»^ue escribes-, no te agraviará á t í , sino á mi y á mis
»palabras. Y aunque tus faltas y culpas sean m uchas, todas
»tes puede extinguir la claridad d el Señor y su piedad
ift-
G A L E A T O . i 59
♦»inmensa-, que para eso no ha querido e l^ ir otro roa^
» y o r instrum ento, síbo
levantarte á
tí d el polvo , y m ani-
'«festar en tí su liberal p o te n c ia , em pleando esta doctrina
#>en quien se pueda conecer mejor la verd ad y eficacia
^>que en sí tiene. Y así quiero que la im ites y e x e c u te s en
« ti m ism a, y seas .tal eom o deseas. H asta aquí son pala»*
h/cas de la santísima V irgen en aquella respuesta.
lo i Q uan fuerte sea esta razón de ser el instrumente
d e escribir esta H istoria., llena de doétrina tan alta , tan
decente y tan ú til una m uger notoriamente destituida de
toda ciencia adquirida , para persuadir que esta obra es
toda divina sin m ezcla de otra industria , muestra él
e«tilo de Dios., que quando quiere manifestar que es toda
suya alguna obra , usa de instrumentos que notoriamen­
te ningún ínfluxo natural pueden tener en-'ella. Llena está
d e exem plos de este estilo la sagrada E scritura : por me'-
-dio de la esterilidad de Sara (a) hÍ70 Dios á A brahan Pa-
tdre de m uchas.gentes : Eliseo vülvió dulces las aguas
echando sal en -ellas-: G hristo dió vista «I ciego (¿*) em^
baríándole los ojos ; y otros mil. E l mas á propósito es él
Que ponderan los-Padres ,(íí) d e-h aber escogido Christo pa­
ra que-predicasen y enseñasen a l mundo su dottrina , con
altísim a sabiduría infusa por el E*ipír!tu s a i't o , unos hom ­
bres notoriam ente sia cien cia alguna hum ana criados eft
Tom, I k , Y exer-

[¿i] Gene^, i8^


4. K eg, 2. vers, 2 f.
•W 9. vers, 6.
[d] D iv , A m h r, lib, 5. .M Lite, ad 'cap. 6, tjers. ' t^. tK
A ug ust, truSí, 7 . in Cárisost, & uUj uci r, Corintó^
I. V. ^7.
exercicios hum ilde? , sin medio de ad qubirla ; pues de s6r
tales los instrumentos de enseñar una. doétrina en tan e m i­
nente grado a l t a , decente y útil , se h izo manifiesto al
m u n d o , que esa do'Atina. tenia á solo D ios por su A u to r
principal.. A sí lo discurría ^an Gregorio el G rande («) dan­
d o la razón porque C h risto no hizo su Apóstol á N a ta -
naél doéto i ad pvcüdicundufii ím/m '(dice) talss vcniTS
debuerant , qui de laude pròpria n ih il 'habebant , ut tant^
soUdius v erita tis-esse cognosceretur^ quod agerent,, quantó &
a p erti' cerneretur y quia ad hoc agendum per- se idonei non
Razon que aplicó en términos, á nuestro caso la
V irgen , dándola de no haber escogido el Señor algún h o m ­
b re dotìo para escribir esta. Historia , e a su respuesta ia -
m ediatam ente referida, (h)
102 O tra„prueba no le v e nos da para nuestro caso ese
exem plo mismo. Tóm ase de lo que gravem ente dixo San
Juaa Chrisóstom o (í*) probando contra los gentiles , que
la doctrina que predicáron los Apóstoles era divina : N am
quod D ivina s it pr^dicatio , hinc quoque perspicuum est lU n -
denam enim venit in mentem duodecim hominibus ^ iisque im~
psr'ttis res tantas aggredi , qui versakantur in lacubus^
flu v ijs V S soUtudinibus , ís* nunquam fortasse in civitatem
ñeque in forum ingressi fm ra n t ? j Undenam eis venit in men -
tem , ut in universum orbem terrarum struerent aeiemi Nam
quód essent tim idi , & pusilli animi ,. ostendit qui de ipsis
scripsit. Q ue la predicación de los A póstoles fuese divina
( d ic e C hrisóstom o) también de aquí se hace claro. Porque
¿de

[ct\ Div^ Greg,. libr» 33. M oraL cap, 15.


• Supra núm, 99.
I [(?] D h * Joan, Chris, loe, cita t, hom, 4. post med.
G A L E A T o. 171
¿ de dónde pudo venir á la mente á unos hombres im pe­
ritos , cu ya frequente habitación era en los la g o s , ríos y
s o le d a d e s s i n que acaso jam as hubiesen entrado en c iu ­
dad , ni halládose en concurso político , em prehender c o ­
sas tan grandes? ¿ P o r donde pudo entrar á su pensamien­
to form ar esquadron para conquistar por doéirina la re ­
dondez toda de las tierras? Porque , que de su natural
eran tímidos y de corazon pequeño, lo muestran los que
de ellos escribiéron. C o rre esta razon de Chrisóstom o en
acom odada proporcion de inferioridad en nuestro caso. Q ue
esta H istoria ( d ig o acom odando las palabras d e el S an to )
sea divina , también por este medio se h ace claro. Por-?
que ¿ de donde pudo venir á la mente á una m uger im ­
perita , criada entre las manifaéturas de la casa de sus
padres , y de a llí trasladada á la soledad de i4na per­
petua clausura , sin que jam as entrase en ciudad , ni se
hallase en literario ó político co n cu rso , em prehender obra
tan g ra n d e , ro m o escribir la vida entera de la madre de
D ios con alteza y ajustam iento condecente á la m ateria ?
¿ Por 'dónde pudo entrar á su pensamiento tal resolución,
com o form ar esquadrones de doétrina en corrección de
todos los vicios y aliento d e todas las virtudes , para
conquistar á vid a ó reform ada , ó mas perfetìa , por un
exem p la r, el orbe de las tierras? Porque que ella de su
natural -ó hum ildad fuese tím ida y de corazon encogido
para estas publicidades , lo testifican quantos la xom uni-
cáron , asegurando fué su mas penoso exercicio luchar
con esos encogimientos y temores. L a misma Venerable
M adre propuso esta razon en la Introducción Á la primera
parte de esta H istoria (a) por estas palabras :: » E l mismo
Y2 Se-,
ffl] Prfrí.J I. Introd. n. 3. 4.
17 2 P R ó L o G O
»Señor sabe por qué y para qué á mí-, la mas vii criatu^f
n ra , me despertó , llam ó y levantó' , y me dispuso y
^encaminó , me obligó y com pelió á que eseriba la vida
« d e su digna m adre , R eyn a y Señora nuestra. Y no piie*
» d e caber en prudente juicio , que sin e¿te m ovim iento y
» fu erza de la mano- poderosa del Altísimo v k ie r a ta l pea-
«sam iento en corazon hum-ano , ni determinación sem ejao-
ute. en mi ánim o , que me reconozco y confieso por mu-^
??.ger débil y ski virtud*
103 L a últim a prueba de ser escrita por luz*-divina es^
til H istoria , que. se puede form ar por e^te medio de cau-*
sa instFumeatal , s& toma de la- perfección d e . vida y he-
ro y c a virtud que tuvo la Escritora , constante d«sde su.
niñéz hasta su> feliz muerte. Robora esta prueba á toda%
las pre«edentes : L o uno , porque por este m edie se au­
to rizan los testim onios-que da de^ esa verdad ella misma;»
pues la alteza de- la. virtud exclu ye la sospecha de que en
m ateria tan grave intentase-engañar^ y la constancia ea
ella hasta la m u e rte , la de- que fuese engañada. L o otro,
porque^esa-alt€za de vida, hace que no se estrañen en el
sugeto esos-favores d iv in o s; (a) que aunque U gracia de
visiones y. revelaciones divinas se pueda separar d e • la san«
tid a d (^) y v i r t u d e s d e tal suerte las junta la providen­
cia divina en. estos, últimos tiem pos de la. le y . de-gracia^
que comunmente, no. com unica esos -dones , sino- á sus es*
peciales a m i g o s c o m o noté en. el principio de este Pró^
Ipgo á s autprid^d de Teodoreto , (£■) y es común de los
d o c-.

{a) JoAnn, G e r s m .'d e ' proh. spir,'


{by^Div. Thom. 2. 3 . qu(^st. 172.. fiírí. 4«.
[í*] Suprá núm* i.
G A L E A T O , 17 3
àôÆlôrey, (¿í) Y aun quando las reveldcíóncs son sublimes^
son claro indicio del amor d ivin o , según ñ qtello de Ber­
nardo í .(¿) nosse , quia subUrr.Has Divinarum- revela-'
tionum s it ■m<inif€stufn D iv in a dile^ionis indrciunñ Jam nctt
¿team y inqmt \ v o s-servos - sed amicas i, 'quia omnia ^ quæ
audivi à P â tre meo ., nota f e c i vobis. Y' q u e -la alteza d e
^ás revelaciones divinas se tonm ensure á la grandeza d e f
divino am or , lo enseñó R icard o V 'étoriiio {c) dicirndo; -
A tte n d e ,, quia ex^: magnitudine D iv in a dik^ ion is pendei mo^'
àus Divince revelaticms, Gèinedite amici \ ^ ir.ebrhmini età *
rissim i, Bìhunt quodammodó^quiex D iviriis reveìatioràlus summa ■
cum fa cilita te, ^ jucunditate hauriunt; qm d de intifna ver.'. -'.tt's-
suavitate ardefiter tmcnprscunt,Ckdrnsim im unt.qm asecvndiim
wensuram^drfemonis-dispensatur-, & modtís manifestatiOris, ^
I>à la ra zo n ' el D o a o r Seráfico ; (rf) porque- quanto m a ss
cerca -està el -amante al ' am ado , tanto mas v e r d a d e r a ,s u -
tli-y perfeéìam eate s e le re v e la el a m a d o : Qtwntò ergópro^-'
pinquius e s t amans amato \ .tantò veriu s, fi? subtilìus, & per-'
fâSîius sihi 'Tevelatur- amatvm.- De* ■donde Hugo^ de Sanéto'
Vlétore (e)' t\ivo por c o n s tln te , que Ids q u e ' c o n ' m ayor"
a r d o r ’aman ; ven^ coit m a s p^ofiindidad ; y ’ disciernen c o n '
nrayor ' sutileza : -Constat (dice) p q n ardeiitius diUgnnt^'pro-J
fundius conspicianP y ^ suhtiHus d iscim ani, LÒ tercero, p o r- -
que- la im itación' d« -la« . virtu d es de-la~^Virg^n:santíiim a ^
que -

[û] Joann, Franc, V ic, de pr^enot,* lih^ Q., c, 6: Cornel à>^


ZMp: in - 1. Corintb. 14. pxincip, &■ alij agent/de discret, spir. ■
(¿) D iv . B'em ar, de inter, d m . cap, 69. •
(c) m c a r d .'à 'S : V iSìór, de- contempi lib , 4 ., cap: 16,
(d)Bcnciv: itin. O’tcr. itlrt. ^.dist, i .
(e) H u g , à^: S : ' V idt, sup.^.^d^ A n g e l H iera rch ,,
174 P R Ó L O G O
que tu vo esta especial discípula y sierva su ya , m uestra
la proporcion del instrumento para escribir su vid a, re c i­
b ir su doétrina y com prehender sus palabras , según aque­
lla sentencia de San Atanasio : {d) S in s’pura mente^ & sane"
torum imitatione ., nemo comprehendit sanSiorum verba, Quem''
admodum si quis intueri velit solis ju b a r , oculos plañe de‘
ierg it , ^ in .splendorem redigit ^quantum potest ad ejus-si-
militudinem ^ cujus cónspiciendi desiderio tenetur ^ se se p uri-
ficans ^ ut ita .oculos jam lumen redditus ^iumen contempletuVo
D oétrina que co n especialidad aplicó San Basilio el de S e ­
leu cia {b) à los que hubiesen de manifestar jdignamente las
excelencias de la Virgen: N on est quorumlibet .promeritas lau-
des V irg in is .persolvere , sed illorum , qui D ivin ce ,gratìce
lumìne insignítér illuminati sunt. L o q u a r t o , porque quan­
do las revelaciones uo son d e cosas futuras, c u y a verd ad
pueda manifestar 'Cl su ceso ,.sin o d e cosas pasadas que han
Éstado ignotas m uchos .s ig lo s , de que no puede llegar á h a ­
cer prueba la e x p e rie n cia ; aunque por la im becilidad d e
nuestro entendim iento no podamos tocar ea sí la , a lteza
de la lu z con que las escribió el historiador ^ u e despues
de tantos siglos las publica , la excelencia y prerogativas
d e su vid a le solicitan el crédito , ,é inducen los ánimos
piadosos á que den asenso á lo que refiere. Así Jo discur­
ría San Basilio O bispo d e Capadocia , (í:) hablando d el li-*
b ro del G é n e sis, que M oysés escribió por revelación d i­
vin a despues de pasados por tantos siglos los sucesos que
<'Cuea-

(í?) D iv . Athcin, Ub. .de Incarn. V crh . in fine,


{b) D iv . B a sil, S e l, orat. 39. de Anunt, & f e r é idem
'And, Cretens. orat. i . de Assum pt.
{c) D iv ,B a s iL Capad, bom, i , i n Genes,
G A L E A T O . 175
cuenta , aunque en este concurre otro mas alto motivo:
L ic é t áltitudinem coráis H isto rici {áiyíct) non valeamus a tp iif
gere , propter imhecillitatem nostri intelieSius, attamen p r a •
rogativa loqumtis inspe€ía^ ultró>ad consentiendum his^ quce
diSia su n t, adducemur: Para manifestar el asunto de esta
prueba segun su dignidad , era necesaria una dilatada h ii-
to ria,^ n i el tiem po ni la ocasion lo perm iten. L o que co ­
ge en la p re se n te ,.q u e es una relación de la vid a de es­
ta Sierva de D ios por el orden de tiempos y sucesos, pon­
go despues d e este prólogo , que me ^ persuado bastará *
para hacer esta prueba robusta» -

S.V X IV , -

*04 ] R .e s ta p ara' concluir- esté niedío d e la causa efi­


ciente ,(* ) satisfacer á la dificultad com ua-d e ■ser m uger
quien escribió estíi H isto ria ; y recibió las revelaciones que
contiene. Por la condicion^del sexo femenino^-se s u e le n h a ­
c e r'd o s oposiciones contra este género de escritos. L a p ri­
m e r a .s e toma de la natural com plexión ; porque según
d icen los filósofos , (íj) com o la -m u g er'es de m a s ’ débil y
flaco natural, así- es d e com plexión mas húmeda^ de fan­
tasía -mas' flaca , -de apetitos mas v iv o s, de pasiones mas
a n s io sa s , de razón ménos 'S Ó l i d a , de juicio mas ligero, de
corazon mas blando , y mudable fá cilm en te : de este n a t u ­
ra l* aace: la .m a y o r v a p t it u d ó peligro.d& engañarse y en-

________ _____________ _____

[*] Satisfacción' al com ún reparo del sexo.


. (a) .^ r is t. lih, 8.. S 9. de^natur, m im ah ÍB-in pQlitic, lih>-
i^.Tacit, anaU .Hb, 3. ^ tf/y.
t 7ö p r Ö;l o g o
•ganar en m ateria de re v e la cio n e s, y - v íis io n e s ; púas
la conrplexíon húmeda es causa de que corran mas l i ­
geros los humores , espiritas y especies fantásticas q u e en
"ellos se srtgetan , p a ra composiciones varias de la im aginati-
•-va: de la flaqueza de la fantasía viene el poderse . fatigar
yinas fá cilm en te, y que f a t i p d a , mire las Imaginaciones
*como objetos exteriores sensibles: de la viveza de a p e ti-
•tos y ansia de pasiones nace «el que hallándose en la dis­
posición d ic h a , form e las visiones por su an to jo , ó a b ra
<al dem onio «pueria de in d u cirla s: de lo ménos sólido de Va
Ftazon , el que no las discierna , ni seriamente exátnine u
€on ó no falaces: de la ligereza del ju icio se origina el
arrojarse á toda aprehensioTi¡,^sia pensar con m a d u re z ,n i
lo que se ha de h a c e r , ni lo q u e se ha de d e c ir ; de d o n ­
de nace la im p ru d en cia , curiosidad vana y lqqüiC¡dad:-y
r ik a lm e a te ,' de la- blandur-a y m utabilidad de corazon el
q u e con qualquier color d e devocion ó pretexto de piedad
se dexe U e v a r, y a á una parte, y a á G t n , sin tener en ellas
J iio d a , ni .en ninguna co n sta n cia: y a se ve quan á 'p ro -
-pósito.es todo este, natural para engañarse.y venderfácilm en-
i e sus engaños,
lü g 0 )ncuerdan ’ Coa reste setvtir lö s padres. E n la e t i­
m ología del nom bre d e descubrió San Isidoro (ít)su
debilidad y flaqueza : M uUer á ^ ollU ie im m utata^^
detraSia ¡Utem-^ .veluH-moUior* L o incauto , blando y fá cil
d e l sexo d ixo San Juan Chrisóstom o , ü otro autor de el
in ip erfe é lo ^^entre sus obras :. (^) S e x u s muliebris incautas^
et

(a) S . Istdor, ñb, i . different, dtff,


, (A) AuEt, ¿tftper.m M m h . ‘Cap, 144, intf»
Agp, (.'hru. tom, Q.
^ - G A L E A T O . 1 77
& tnollíS est, Tncautus, quia non omnia, qucB v ld e t , aut au­
d it cum sapientia, Æ? ratione considérât ; moÎUs quia fa c ile
f lc t it u r , Del de malo ad bonum , vel de hono ad malum. Y
que por la blandura de corazon se inclinan fácilm ente con
color de devocion ,- lo expresó añadiendo: ïleligionïs gi^a~
tia fa c iîê inclinantur , Cum sint molles corde. Y que estos d e-
feilos nazcan de la debilidad de la razon , no solo de,
las palabras de a rrib a , sino de la caü»a q u e d a de la m a ­
y o r dureza ó constancia del varón , se co lige : Ideó âurior^
quia ratio'nahilior , d ixo de este. Tan asentado es el con cep­
to de la flaqueza del juicio de las m u g e res,q u e San G r e ­
gorio el G rande quiere {a) que en las divinas letras por
la m uger se sim bolice la mente flaca é indiscreta : M u lier
veró mens infirma , (S? indiscreta. Su loqüacidad y cu rio si­
dad advirtió San Isidoro Pelusiota : {h) Fæmineum genus mag.
na ex parte loquax , (S? curiosum ^st, Y el Chrisóstom o (^)
dixo : E st quippé ferme loquax muliebris sexus, Quán apto se^
por estas razones para fragüar el demonio sus engaños , lo
notó San Am brosio ,{d ) con los excm plos de las caidas de
A dán por E v a , y Pedro por la p o rtera: l/sitatus ad deci**
piendum sexus est (dixo) fra u d is sucs vascuhim in OstiariA
diabolus recognovit : fidx'les viros non nisi per mu^ierem
pugnare consuevit. A ia m per Ev.im s u p jr a t, Pctrum vinciP
per Ostiariam. Por eso dixo A¿u>tino , (?) q»ie el dexar
el demonio á Job la muger , »habiéndole quitado hijos y
quanto poseia , no fué méuos cru eldad , sino m is m aliciot
Tom. I X . Z sa
(a) D iv . Greg. lib. í i. M oral, cap. 26.
(b) S . Isid . Pelus. lib. 3. i.p ist. 152.
(c) S . Joa, Chris, in i . iid Timot. 2. hom. g. totn. 4»
(d) D iv . A m br. Ser. 14. ser. 3. M a i. Hebdom.
(e) D iv . ^ g u st. lih, de patient, cap. I2. tom, 4*
Sa astucia , por tener co n o cid o , que la muger es el mas ap -
to instrumento para los engaños con que intenta d e rrib a rá
los ju sto s: N on diabolus uxorem Job-^ cum etiam filias eihs-
tu lis s e t, tanquam nocendi imperitus reliquerat , quíe quantum
es set necessaria tentatori jam in E va didieerat.. San G eró n i­
mo (a) hace un largo catálogo de los h e r e g e s q u e enseña­
dos de su maestro el d e m o n io s e valíéron de m ugeres su ,
persticiosas ó fáciles para sembrar sus errores. O tro hace
San Buenaventura {b) sacado de la sagrada E scritu ra , de
los engaños de las mugeres. E l primero^ fué el principal. E l
prim er hombre y la prim era muger pecáron por so licita ­
ción del demonio. Y San Pablo dice ^ (¿-) que Adán no fué
en gañ ad o , pero que fué engañada la mwg^v\. Adam non est.
sedu^us , muUer- autem sedu&a in prcevaricatíone /« /f.,H o ­
ra sea porque ella sola dió- crédito á la d o flria a fálaz que
en la aparición le dió el d em o n io , com o quiere el M aes­
tr o : {d) Hpra. porque del engaño diabólico que id m itió la
m uger nació el que para pecar padeció Adán , com o da á
entender«. Am brosio: (e) Hora por ser tanto mas necio su
en gañ o, quanto inducido por instrumento de un bruto, c o ­
m o declara el Chrisóstom o : ( / ) H ora porque ella fué
la prim era engañada , com o explica Teudoreto : {g) H ora
por

{a) D iv . Hieron, ad Crtsipbont, advers,. Pelag.. cap. 2


Pom , 2.-
‘ D iv , Bona'o, in BibL. Paup..cap, 12Q.
(í?) r. ad Timotb, 2 ,vers, 14.
(d) M a g ist. sent, in 2, d, 22.
{ey D i t . A m br,' adloe,, citat,. ?aul,
( f j S . Joan Chris, ibid. hom, 9.
(^) Teod, ibid.
G A L E A T O. 17 J
porque à ella sola y no á Adan se atrevió el deraonio á a c o ,
meter iam ediatam ente «on el engaño, com o á mas fácil de e n ­
gañar, com o tiene el mas com ún sentir d é lo s modernos;(fl)En
■qiialquiera interpetacion se m uestra la m ayor disposición ó fa­
cilidad de la m uger para ser en gañ ad a, y medio de sembrar ó
introducir engaños. E n m ateria de visiones , revelaciones
y vanas curiosidades están las historias por todos los s i ­
glos llenas de testimonios experim entales de esta verdad,[¿J
mas para llorados , que para referidos.
106____ L a segunda oposicion se toma del precep to del Após-
to l , [c] que no perm itió que la muger enseñára : Docere
■autem muiieri non _permítto, cscTÌbìò á Tim otéo. Y parece m uy
universal la prohibición , por el m otivo que le dá de ha­
ber sido la primera m uger prim ero engañada. Así d e c la ­
ró el contexto San Juan C h risóstom o:(¿)i> w f/, inquit Pau'^
lus , muHer docuit-, & cunSia 'p erv ertit, idcircó ultrá non
doceat. Una vez enseñó la m uger y echó á perder el mun­
do , y por esa Tazón no ha de enseñar mas : S e d dices
[opone el San to ] iquid igitur'ñd c¿eteras p e r t in e t, si illa hoc
passa est^ì ¿Qué las toca á las dem as , que padeciese E v a
aquel engaño ? Plurimum sané (responde) E s t emm sexus
Ule infirmus , ac le v is , quod jam inconsequentihus dissereus^
dum de sexu ffeneralitér loquitur, ostendit \ N on eni^ dixit,
E v a est sedurla; sed m uiier, quod commune est nomensexus
potius , quam proprium Evat, V ióse en el engaño que pa^
deció E v a la m ayor facilidad de la muger para ser ea-
__________ _____ _________________ ga-

(a) D e quo Cor, à Z a p. ibid,


{b) V e quo plur. M a rt. V e lr , cit,
{c) i . ' ad Timoth. 2.vers, J2.
u Chris, h m , 9. cit»
i8 o P R Ó L O G O
ganada y engañar , por la flaqueza y debilidad de ese se­
x o ; y así por el. peligro experimentado de esa facilidad,
generalm ente se prohíbe á las mugeres que enseñen. C on ­
cuerda San G r e g o r io , [¿i] ponderando el acierto del Santo
Job en reprim ir la audacia de su m uger, que quiso p e r­
vertirle con dúdrinas diabólicas; quippé erat ,u t ftu -
xam mentem v irilis censura restringerei ; cum profeStó , (2?
ipso prim o'lapsu generis bum ani, docet, quod decere mulinr
reSta nesciret. Undé per Paulum dicitur ; JDocere autem mu-
lieri non permitió. Quia nimirum aliquando dum docuit ,á sa -
fientice ¿üternltate separavit. D e aquí e s , que como estos
libros de revelaciones sean de doélrina y una continua en.
señanza , no parece sea á las mugeres perm itido el escribir­
los ; y aun no han fa lta d ^ do¿los (^) que por este cap ítu ­
lo impugnen escritos graves de e^te gènero.
107 Em pero ( para que comenzemos de aquí la satis­
facción ) la prohibicÍQH de San Pablo solo es de que las
m ugeres no enseñen en la Iglesia y en público Concurso
de fieles congregados en el lugar de la oracion com ún, ni
d e oficio ó a u to rid a d , aunque fuese en particular , ò ea
otros lugares. E s exposición casi indutiTitdda de los inter­
pretes de la sagrada Escritura. Consta del contexto en "que va
hablando el A póstol de la oracion común de los fieles. Y
a l Vocere muUeri non perm itió, añade : Ñeque dominari, que
es decir , que no usurpen la autoridad que viene con el ofi­
cio del m agisterio público. Consta de otro lugar del mismo
Após-

(a) Div. Greg. Ub, 3. Moral, cap. 6.


{b) Henr. de Hass, & Sibil, apud. M ar, D eir, sH,
sec. 4.
Apóstol-, (a) en que pu?o con mas- expresión’ esta misma-
doilrina : M ulicres m- E cclesia taceant (dixo) mn enim per^
m ittitur eis loqui ^ sed subditas esse ^ s i c u t '^ le» dicit\sed
s i quid velini discere<, domi nyir^s suos interrcgent : torpe est-
enim mulieri loqui. in E-eclesia. Pero en fja rticu la r, sitr-
usurpación de oficio y com o pénonas p riv a d a s , no 1er
está prohibido el enseñar ; com o grave y eruditam ente deh
mismo A póstol é historias eclesiásticas' prueba Cornelio áí
JLapidc ; (<^) c u y a s palabras para m as-satisfacción , no es­
cuso poner aquí : U t notât Teopbilatus (dice) mulieres ali*
qua tempore. Pauli acceperunt' donum prephetiec-\ neergopu^
tarenp' silfi f a s esse in- E cclesia loqui , Í? propbetare
hie eis inhibit^ Apostolus , idquê twn honestatis , p udcris, ith^
firm ita tis, ac loquacitatis muliehris c a u s a i tnqiát ChrisostOi^
«í'wí;. túm studio reverenti^ iB- subie^^ionis ergavirttm^ qu'a’
f>&quirit\tut eo pr-asente^ & loquente^ sileat' nwlier ^ præ:.
sirtim. in Ecclesia^. robus sacris :: Nam: privatim dòmi-
Priscilla fìdem C h risti docuit virum'eloquetiiem Apollo^ A c ‘
tor,. i8 . vers. ¿6. E t ad Titxim^ 2. vers.i^* V u lt Apostolus^\
ut matres filia s . &. anciilas s m s privatim doceant pruden--
tiam , ià modestieim t fi? fidelis mulier' infidelem virum con,
vertere^. S instruere juh&trur. i^.CórPttbi. 7.. 16. S ic
Sandía C ieiilia fideni docuit Valerianum Sponswn suum\Sanc^
ta N ata lia Ad^ìanum\ SanSìa Monica^ P atritìunh\ S a n c i­
ta l^ìartha ìiarium The^delinda Aguiluìphum Longo-
hardùTum Retrem ; Chlotildis- Clodoveim Elavia. Domiti^-
la Flavium Clementeìti;.
108 Y para tornar de siis principros està m ateria, en.
el chrìstianìsim o està fuera de c o n tro v e rsia , q u e e l h o m .
bre

[a ] I . a dC orint. 14. vsrs. 34.


[^] Corn, à Lap. in i. ad Tìmoth. 2. vers, 14.
iS a P R Ó L O G O
bre y la m uger son de una misma naturaleza , ó com o d i­
cen , especie , y así igualmente capaces de una misma e x ­
celen cia de virtud. A dvirtiólo Clem ente Alexandrino : [<í]
E s t autem apud nos extra C9ntroversiam [ dixo ] eandem
naturam in unoquoque genere , eandem etiam habert v ir -
tutem. Non aliam ergo bahtt natura-n mulier , quod at^
tinet ad humanitatem , aliam vero videtur vlr'habire , sed
eandem , quarí etiam virtutem. Y se torni de S in Pabio,
(b) que hablando de la unidad que tienen los fieles en
C h risto dice : Non ..est J u d eu s, ñeque Grcecus : non serbus^
ñeque liber : non est maicuhisy ñeque faemina. Omnes .enim vos
unum stis in Christo Jesu,~\^i donde com o to d a .la diversidad
e s t é , no ea la naturaleza hu n a n a , sino solo en el sexo*
d e solos aquellos dones será incapaz en la Iglesia /a m uger
que por la condicion precisa de ,ese sexó le son n e g a ­
dos. Atendiendo á esta precisa condicion , el varón fué
criado p ir a cabeza y superior ; la m uger para c o a d -
jutora su/a en ia asistencia , vid a sociable y "i>ropa-
gacion ; ^ a s í , no solo fué prim ero criad o el varón y
la muger 4espues , sino q u e la , muger fué .form ada d el
v a r ó n , dando este materia para la fo rín acio n ' de ella»
com o corista del G énesis, (í?) y lo notó áan Pablo , {d)
diciendo : N on enim vir e x .m ullere, est , sed mulier ex
viro. Y el varón fué ^ l-fin p o i el qual fué criada la
m u g e r , com o co:ista del mismo -.Génesis., («) y advirti®
tíjm-

(a) Cle^n. A 'e x a n i. lib, .4. stromat.


(¿) A i Galat. 3. vers. 28.
[<:] Genes. 2. vers. 22.
(d) I. ad Corint. 11. vers. 8.

(e) Genes. 2. vers. 16.


t?imbien cl Apóstol (a) añ ad ien d o: Etenim non est creatus
vir propter muîierem , sed mulier propter virum, Y por es*
las ramones de ser el varón causa m aterial , ó prîncipium
ex qu«. , y causa final , ó finis prapter quem de ia form a­
ción de la. muger «a su prim era c o n stitu ció n ., co n clu ye
San Pablo {h), lo que habia propuesto ; e.no es , que el
varón es cabeza de la muger : Caput' autem nmlieris vir
id est. y superior y & redlor ^ explican los intérpretes. Y el
m ism o Apóstol en otro lugar , ( í) de el ser el varón cab e­
za de la m uger , prueba la sugecion que debe tener Ja
muger al varen : MuUeres viris. suis subditæ sint \ sicut
Domino ', quoniam vir- caput est: mulieris.^ sicut Christus cu-
put est Eccîesiæ. D e aquí s in tió ‘San Agustin ,. (¿) que es­
ta sugecion de la..m uger al varón-, de suerte que el v a -
ron rigiese y mandase , y la muger sirviese y obedecie­
se ,,fu é indepexidente de la -p rim e ra cu lp a , y por la n a ­
tural condicion del sexo Ñeque enim (dice) ante pee-
fatum , aliter-fadthm fuisse, decet 'credere muüerem , nisi
ut vir ei -dominaretur \, B. ad eum. ipsa - serviendo tonverte-
m a r .- M a s por la sentencia.divina fulminada contra la m u-
ger p o r.su culpa , se-le d i o a l varón -sobre e lla un d o ­
minio de condicion mas d u ra , y se impuso á la muger
una servidum bre mas apr.ttada , que exp lica-b ien R uper­
to (e) por d símil de las leyes civiles : y de este d o m i­
nio concluye, A guitino : Hoc.enim viro potius D ei senten^
tia

(ít) A d ' Çorinth. cit. V, 9. .


(¿) Ibid, vers,..^,
(r) ^ cí 'Philip, 5. vers* '12.
{d) D iv. A ugust, de Genes, , ad litt, Ub* i r.; cap. 73.
(e) Kuper. lib ..^ , de oper. Tritu^ap. a i . .
1^4 P R Ó L O G O
■fia dctüUt, <5* maritum hahere d^minum meruH m ulier, nsn
natura ^ sed culpa. Cooclúyese paes que la muger por U
condicion de su sexo , es dos veces súbdita del varón;
una por la le y natural de su constitución ; otra por la
Üivina , de la serítencia que D ios fulminó contra ella por
su culpa , com o elegantem ente deduxo de el A póstol P ri-
masio \a) diciendo : T>ocet Apdstolus . fceminas oportere
viris esse suhie&as ; quia & posteriores sunt in ordine , &
priores in culpa. D e aquí es , que com o Dios di?puso el
árden gerárquico de su Iglesia con la mas decente confor­
m idad á la le y de la naturaleza , y á la sentencia que
•fulminó ^ o r la prim era culpa , hizo á la muger (¿) in­
cap az de qualquiera superioridad en ese órden , así de la
■sacramental ordenación y potestad por ella concedida,
com o de la jurisdicción eclesiástica , y de qualquier dfi-
■cib que dé en la Iglesia autoridad sobre los fieles. Y á
'e so aludió San Pablo (í:) quando dixo : Mulieres in E c c lt -
sia taceañt; non enim permHtitur eis ¡oqui , sed subditas
esse , sicut S lex dieit. Y en el mismo sentido dixo
Qi) Docere autem mulieri non permitto , ñeque dominari in
virum , sed esse in silentlo. N egando á las mugeres la su­
perioridad eclesiástica , y el oficio de enseñar y predicar
con autoridad pública por la in ca p a cid a d , y aun el exer-
.-Gicio de esa enseñanza y predicación pública en la Igle­
sia

[ a ] Prim. apud Cor. in i. ad Timot. 2. v. 13.


{b) Sandi. Epiphan. de Htsres. hter. 49. D . Thom. in 4,
rf. 19. q. I. I- quCESt, 3. ctd 4. (S* d. 2,5. q. 2. ai^t. i .
qna^st. i. ¿id 2.
í. ad Corint. 14 . vers. 34.
¡í¿] i. ad Tirnot. 2 . w . 12 .
G A L E A T O . tS s
aia por la decencia^ -según aquello que añadió en el p r i­
m er lugar r: Turpe .est .enim 'fnxüieri loqui in Ecclesia* ■ Si
bien la le y prohibitiva de este exercicio se ha visto dis­
pensada ; que así .entiendo lo que dixo e l C ardenal B e-
larm ino-, (^) y d e é l Lorino^ N ec íaíHen proptereá prohi~
■betur Deus ^ quin possit extraordinarié fceminis concedere^
44t doceant viros ut quondam contin-git 'Deborce , ■& ante
. annos ducentos Sandia .Cathurince Senensi' .sed -b(ec privi*-
¡egia non faciunt legem,
:109 :Esto es quanto de las divinas letras y dodrinas
■católicas consta estarles negado á las mugeres por la con*
dicion de su sexó. E n lo demás , com o son con el varoft
de una misma n atu raleza., son igualm ente capaces de los
•mismos dones de gracia. Y así , no solo lo son de todes
los que pertenecen á la g ra cia , que llam an los escolásti*
x o s gratum faciens.^ y es la que perfecciona al que la r e c i­
b e en órden á sí , haciéndole am igo de Dios , agradable
á sus divinos -oj©s y santo , á que pertenecen todas las
virtudes ., ’que esto es de fe ; sino tam bién de todas las'
gracias que llam an gratis d.%tsis , y son las que se o rd e ­
nan principllm ente al bien y utilidad de los otros , y
numeró el Apóstol dicien io .: (¿») Unicuiq^e datar manifes-
tatio Spíritus ad -utilitatem. A lij quide n per Spíritum da»
tur sermo sapientia : alij ser no scientia secundwn eundet»
Spíritum : alij fides in toUem Spíritu : alij gracia sanita*
tum in uno Spíritu \ alij operatio virtutum.^ aíij proph.'tia\
alij discretio spirituum.^ alij genera linguarum-^ ül’j
Tom, IX , Aa

[íí] B elar, t, 2. contr, Ub, 'i , c, ag» & Loruu /><


t9T. cap, 21. vers. 9.
\b) 1. ad Corint, 12* d vers» 7»
iS 6 P R .Ó L O G 0
pretatio sermonum» L o qual parece debe ser recibido enfrre
<mtólicos ; porque aunque esas gracias se den principalm en­
te para bien y utilidad de otres , ni-incluyen superioridad
en el que las recibe sobre e ílo s , ñi la tienen anexa ; c o ­
mo hablando de la profecía advirtió Santo Toraás ,
mas expresam ente nuestro R icardo (¿) com unm ente re c ib i­
do. Y aquella profecía de J o é l: {c) .Efrmdam spiritum meum
super omnem^ -carnem •, qu e según San Pedro en los . A ¿lo s
Apostólicos , {d) se cum plió en e l-d ia de Pentecostés y
en la prim itiva Iglesia ; y habla tam bien-de la m anifesta­
ción del E spíritu sa n to -e n aquellas g ra c ia s, com o consta
d e lo que se sigue ; E t propbetabunt filij vestrJ , filia*
vestrce ^ in clu ye expresam ente á las mugeres , com o
se ve en ella , y vuelve á repetir : S e d ^ super servos
meas y C ancillas in diebus illis effundam- spiritum meum.
D e donde Rabáno , {e) con qui^n concuerdan*Lorino , (/*)
y Cornelio , explica el super omnem camem de todo sexo
y condicion ; m ascuji, & fcem ince, vel cif^cumcisi, S etbni-
€i n secundum illud : N on esi masculus ^ & foemina ^ cir*
cumcisio , prteputium , ͧc. (^) Y L y r a -d eclara el pro^
pbetabunt , Scv- <\ut se daria el Espíritu santo con aque*
lia, manifestación, indiferentemente á personas del uno y
•tro -I d ^st' indifferentér dabitur S p ir itu i SanQus p er-
iCh-.

[a] D iv,. Tbom,in 4. d. 25, q. 2. arti i . qurnt. i . ad t-


[b'] Ricar» ibid, art..¿^, q. i, ad .
(¿7] JoeL 2. vers. 2B.
(d) Adiar. 2. vers. 17.
(e) Rabán, in Glo's, ord. ad A ñ o r . 2. vers. 17.T
[ / ] Lorin, CorneL ad eundem . .
. le)
G A L E A T O . 187
' sm is utriasque sexus. D e dcnde co n clu ye que de hecho se
comunicó asi en el d ia de Penttcostés : Unde cum A p o s-
■tolis fuerunt, mulieres in 4 ie Fertte&óstes , qu<e receparunt
‘ Spiritum Sandium cum eis.
n o Y en quanto á la, gracia 6 don-de profecía , que
dic« revelación divina de verdad oculta ó remota de nues­
tra in telig e n cia , y es la.que hace mas al propósito , no
puede haber duda se ha com unicado á muchas mugeres.
' E n el testamento viejo se halla fuéron profetisás M aría,
hermana de M oysés ; {a) Débora , m uger de L a p id o t; (^)
'A n a , m adre de Samuél ; (¿') H olda , muger de Selun;
- {d) y en el nuevo , fuera de la M adre de D io s , {e) pro-
-letizó Isabél llena del Espíritu sa n to ; ( / ) y A na , hija de
• Phanuel fué profetisa , , {g) y dió ilustre testimonio d e
Christo en 5U presentación al te m p ló : y siendo cierto que-
• se cum plió enteram ente la profecía de Joél despues de la
Ascensión d e C hristo (b) en la Iglesia prim itiva , parece
• ftiera de duda se com unicó ei don de profecía ¿ personas
• del uno y otro sexó ; com o lo notó Teofiiato (/) del tiem ­
po de San Pablo ; y . partee seria bien freqüente « .quando

'Aa-2 en

(a) . E xo d . ig . V* fto.
(¿>) Judie, 4. vers, 4 .
(c) i, /ieg. i, vers, 18.
[ú(J 4. R e j f. 22, V, 14.
( í) L uc, i, á V. 4 6 .
(/ ) Ihid, á vers, 4 1 .
[^] Luc. *. vers, 36,-
[^J AU or. 2. V.16,
[Q^Tbeop. apud Cor. datum , n. 10^. ~
m P R Ó L O G O
en sola lá casa de FUipo Diácono (a) encontró quatro^ don­
cellas hijas suyas que profetizaban- No- es Dios aceptador
de personas ^ y siendo la muger de la» misma, naturaleza
que el varón no le h ab ia de negar, aquellas gracias^ que
Qoncede á é l d e que ella por esa. naturaleza es- igu al­
m ente capaz , y no la ponen, ea; superioridad-opuesta á lO’
que pide la. condicion de su sexo. D e aqur dixo Teodoreto:;
(S) M ulier prophetízat-^ quia virorum ^ ac mulierum eadem
f s t natura. Nam ex A dam form ata e s l multéis ^S particepS'
rationis effedla.ySicut á? Ule,. In Cbristo.non. est maseulus^.&
fcemina*. N i para esto em baraza la flaqueza del- scxó^ pues
com o dixo bien O rigines , (í^). el m érito ó m ayor disposir
c lo n para re cib ir estas g ra c ia s , no está en la diversidad de
é l ,, sino en la m a yo r pureza de la mente : P r a s ta t
non minimsim consülationern mulierum: sexui (dixo) ne. pro in-
firm itate sexus desperenf etiam; propbetice. gratia capaces se'
f e r i posse: sed, intelliganty quod mereatur banc gratiam pu~
rita s mentís y non. diver sita s sexus;. Y la hazaña de purificar la ­
mente ,♦correspondiendo fiel á la> divina g ra cia ., no-la obra:
e l sexo ,, sino la virtud , com o enseñó. S., Am brosio : {d). Str«~
m os enim non sexus\ sed. virtus fa c it,. Y es cierto que en;
l a virtu d se puede adalantar la WMger a l varón. D e don­
d e co n clu ye santo T o m á s ( e ) q u e por no diferenciarse quan­
to á la alm a la m u g er d d varó n , y hallarse á; veces m u­
geres en la virtud y pureza del alm a mejores que, m uchos
hom bres,, pueden recibir el doo de profecía y otras gr-acías
semejantes : Quia secundum. rem (dice) in bis^ qucs- sunt m ir-
[fif] A6ior* 21. vers,. 9.
{b), Thod. q . j i . M Ub,. Judie,.
(í*) O rig, in cap, 4. et 5. Jitdic^
[d) San. Am bros. lib,. de viduis,^
*y. Tkom. in 4. dití* 25,.
G A L E A T O :. . i 89>
in£e\ tnuiier.'non. d ifferì' á v iro ,.cu m quandoque^ mulier tuve--
rtiatur. melior quantum ad animam rr.ultis-viris ', ideó- donum-
prophetiíe.', et. alia, bujusmodi- potest accipere,^
i j i í Asentada, la. verdad de ser las m ugeres capaces deV
don de: profécía y ottas^racias' gratis, d a ta s, es conseqiien­
cia . lo seaa d e com unicar, privadam ente las verdades
p o r la- sabiduría ciencia, infusa inteligencia eníinenie de
m i-U trios».profecía,.interpretación ú otra'- g ra cia que in­
clu y a. revelación, ó .lu z . divina, les fuéron; manifestadas; por­
que. siendo' cierta : que-esaS 'gracias' se dan á: uno para e li
b ien y-u tiU d ad id e otros y aun de la Iglesia ,-com o en­
tienden. todos-significó, San P a b la cn: aquella^ palabra,.
es.-consiguiente ser le. co n ced a- el decirlas ó»
com unicarU s ; ; pues es ese el único ' m ed ió de ser útiles
cnroS' poTí là. noticia.de. esas verdades,- D é donde Isabel e x --
olamanda-con*. VOZ', grande com unicó lo s ' m isterios-que e l'
Iv^in-LUí sa n to ' le- habia: revelado :■ [^] Exclam avit- voc^‘
fnagoq , . e f d i x i t , . &ic; Y: la^viuda Ana ,.r e c ib id á l à - r e v e ­
lación de ser. el iiífánie- J.éí^us- el Mesías- prom etido, lá co -
m iiíjicó á todós-lÓR qut: af»irardnb‘a¿i la redetic-ion : [ r ] Loque-
hatur de illa: omnibus',. qui c -.pe&àbant' redéntionem- Isr a e l'.
H olda envió al R e y. su.i profe'cU> pp run ád io d el sacerdote-'
y ministros«.(d)_,Déb'orai y. la., madre.: d è .S àm u él com únicá-
ronv sus ' cánticos* profcticos qoe. despues pusiè ron en la ^
E.soritUra los escrito res: sagjado.s;.Vt parece; c ie rta que M a -
láa; saiítisimaí conaumcaset. el- suyo: á:- los-'Apóstoles^ à Á Sac -
hWr

(í?) !..«£?' Corint'.-12;. v f f j ; 7.-


(¿)‘ Luc. i.-vers. 42:-
[í*]; Luc. 2. vers.- 38.'*
(d) 4. Reg: 22 .- V,
190 P R O L O G O
L u cas' (iî) que lo escribió, pues él d ic e , que escribió- su
•E /an geiio: Sicut tradiderunt nohis, qui ab initio ipsi v i.
derunt , Í? ministri fuerim t sermonis ; y todo lo que está
en los Ë van g 'iiüs p^rtcuecieate á ia iafancia del-. Salvad or
lo o y é ro n lo s apóstolei y. evangelistas de la büca de M a ria
co.no con otros padres dice Eusevio Emiseno : {b) Qu¿e-
dam A p ostoli . S . E vangelista, à . M atre Domini audieYunt^
-quemadmodum ista , S c a te r a , qua de Salvatcris infantia
scripta sunt. Por estos fundam entos-ha sido recibido en to ­
dos los siguientes s ig lo s , que las m ugeres santas-i>á:-quie­
nes .Dios privadam ente, ha .revelado algunos secretos ó
verdades ocultas,., las com uniquen' para ia utilidad de los
fieles; pues a l. m anifestar D ios á la alm a ^pura la verdad»
c u y a noticia es para , otros úcil , es consiguiente que no
le niegue el decirla , según aquello • de tBernardo ; (c) Non
est quod. se veritas deñe^et int.uendam puro cordi ac - per
hoc nec eloquendam. E sta com unicación se puede h a c e r , à
en voz, ó por escrito.,. y< es accidental se haga de la una
ú otra forma ; si bien ia revelación escrita de m ano de
quien la recibió viene mas libre de la s sospechas de v ic ia -
jda ó a ñ a d id a , si la .autoridad, del que la refiei;e ñ o la e x ­
clu ye igu.ilmente. D e revelaciones privadas :y doétrinas. que
por divina luz recibieron m ugeres-santas-, y . com unicadas
de la una , ú otra form a á sus confesores y ottos varo*
nes dodos y pies , y. ellos, publicáron , tenemos mochos li­
jaros que con edificación leen los, fieles: Los de santa A n ­
gela de B o h em ia , santa G e tru d is , santa H ild egard is, santa
Isa-
{a) Luc, I, V. 2. '
[h) Euse* Emis, Ser, Assump, SophQrn,Ser^ de-Assumf^
Idiot, de contemplât, B . V i t , cap, 3.
((?) Div, Bern. Ser, in Cant-*,
G A L E A T O. ip i
fsa b er Esconaugiense , santa Brígida , santa Catalina de Se­
n a, santa Teresa , y ultim am ente santa M aría M agdalena '
d e P a zzi: y habiendo el Papa Eugenio tercero en los de
santa H ild egard is, ( a ) y Bonifacio nORO en los dé santa
B ríg id a, aprobado este gènero de escritos de m ugeres, n o ’
se com o puede haber duda entre católicos de su ca p a ci­
dad para
lia E n virtud de la doélrína referida , no tem eraria ^
6 'presuntuosaruer.te*^, xino con cabalísim a prudencia y h u ­
mildad profunda escribió la Venerable M adre M aría de
Jesús e s ta , H istoria -que - recibió por luz divina. Pues
com o refiere en su introducción , tu vo para hacerlo m an ­
datos expresos-de D io s , intimados por su M ig e sta d , por M a ­
ría ' sa n tísin w -y los santos ángeles en . visiones , de cu y a ^
verd ad no podia .d u d a r, . á lo ménos prudentemente ; y ño
una ú otra , sino ; continuadas p o r-esp acia de d iez años, que '
^(dándole el Señor lugar para mas com probacion de ser esa
su voluntad santísima ). suplicó instantemente del precep­
to,, pidiendo hum ilde .cometiese obra ía n excelsa A ministro *
condigno. Y-fund 3da. en un principio tan só lid o , corno el que •
significó en estas palabras: (^h).Como -ignorante mu^er be busca­
do ^siempre el norte, -de la obediencia , porque es ■
okügacion re~
g lstrar todas las-cosas aunque'par;i:^'an mas altas y sin sospe-
cbuycork aprobación de los waesi-ros v miristros de la Iglesia ‘
íííy fa . Consultó, esta materia con -sns pr<lados" y padres
espirituales, in c lin a n d o ‘de su parte quanto podia sin faU -
. tari á la verdad» á. escusarse- de em prthenderU , y pidiendo
con

(íj): V id . M ar, D cÍr. loc, cit. sec. 4,


{b)'Jntrod. i. P a rt. « . 1 1 .
txgí P R Ó L O G O
^lágrimas al Señor les diese luz y acierto para su vdírec-
cion. Y fin alm en te, no solo con aprobación , ’ Consejo é
instancias.de esos superiores . , sino añadidos *sus precep -
^tosihumanos á los d iv in o s, se rindió á escribirla., -admi-
■rando en el-co n cep to alto d.e la-grandeza d e ’la -obra y
;Ch el huniilde de su propia baxeza los inescrutables ju i­
c io s del Altísim o. N o obstante estar por -tantos .m edios
asegurada de ^ u e -le era lícito escxibir lo que hábia 're c i­
bido , sin que fuese estorbo el sexo ., quando :auu-se ‘le
proponía el hacerlo inevitdble ; quiso el Señor darla , aun
en esto , la ciencia de los sántos ; pues con adm iracioa
.quanto en este punto hemos dicho de d oéiri­
c o m p e n d ió

na d e 'E s c a t a r a y :padres á estas p a k b ra s : ■


(íí) w-
c r ih ir i comx> maestra , sino , como discípula .^ no para ensa­
ñar ^ sino para aprender.”^ que y a s é han de c a lh r por ofich
J a s mugeres.en la Jg íesia santa oir á los maestros. P e -
. ro como instrumento de la Reyna del . cíelo manifestaré Í9
qm si*-M agestad se dignare e n s e ñ a r m e y me • mmdarei
porque de recibir.el E s p ír itu , que su santísimo H ijo pro­
metió enviar sobre todas las condiciones de las 'personas sin
excepción, todas las almas son capaces ; y también Ho son
,de mañifest arlo-tn su conveniente modo como lo reciben^
quando la potestad superior lo ordena con christiana pr»"

videncia , como juzgo lo han dispuesto mis Prelados. De
aquí queda la segunda-de las oposiciones propuestas m a­
nifiestamente deshecha,
11 3 L a prim era o b tie n e ‘ llanam eflte , qué las mugeres
por la condicion de su sexo , son en estas, m aterias ge-
nerarmente m a s . fáciles >de -ser engañadas , y mas acom o-
da-

,(a) Intr. cit. tu .14,


G A L E A T O. 193
dadas para engañar ; y consiguientemente , que sus reve­
laciones y visiones traen de ai una sospecha e s p e c ia l, que
se necesita con particularidad e x c lu ir , haciendo de ellas
mas exá¿to exám en y averiguación mas rigurosa , que
de Jas que reciben los varones. E s sentencia recibida de
todos los que escriben de la discreción de espíritus por
v ia de doétrina : (a) que advierten se debe atender mu­
ch o al sexo , y que siendo en las demas circunstancias
iguales , m erecen mas crédito las revelaciones de varo­
nes que las de las. mugeres. D ió la razón el A u to r del
lmperfe¿io,: (¿) sexiis m utior e s t , S durior, Catt-
tior quidem , quia amnia , qu^ videt discutit ratione : du~
r.ior autem , quia nec de malo fa c ile inclinatur ad bonum.,
nec de bono fa c ile revocatur ad mahim : nam sequitur ra -
tionem. Ideò autem durior , quia rationabilior. Tantos en-
ganos de mugeres se han experim entado lastimosamente
en esta materia desde el de la primera , que ninguna
suspensión de el ju icio ha^ta el riguroso exám en , ningún
tem or del engaño hasta la averiguación , ninguna diiigen-
c ía por apretada que sea para investigar , si se cubre
a ’^gun mal con la apariencia de bien , se debe reprehen­
der ni culpar de nimiedad. ¡R a r o suceso! A quellas san­
tas mugeres que la mañana de la Resurrt'cciírfi d tl Señoc
fuéron á visitar su sepulcro , (r) tnvié.c.n una viUon de
ángeles , y tn eha .reveiaeion de haber ya resucitado
'^omo I X , Bb C h ris-

{íí] I^id. G ers, D eir, Gravin, Raph, à Turr, Guadal


^ a 'ij Moder, citat,
[b] Audi, Im perf. in M a U . cap. 23. k cm l, 44. inter
oper. Chris, tom. 2,
(<:) Lue, ,24, á vers. 4.
1^4 P R Ó L O G O
Christo ; y con ser la visión vestida de todas buenas
circunstancias , y la revelación tan conform e á las sa­
gradas E scrituras , y á lo que en vida m ortal les habia
predicho su Maestro ; no solo ho las creyéron los após­
toles , sino que lespareciéron delirios: (a) E t visa sunt an­
te tilos sicut deliramentum verba ista : S non crediderunt
illis, ¿ Á qué juicio no parecería gravem ente reprehensi­
ble esta dureza ? Con todo eso , no se lo pareció á San
Pedro Crisologo : {b) Quod Apostoli Dominum resurrexisse^
mulieribus nuntiantibus^ aut non credidisse , aut deliramen­
tum judicasse referuntur nemo graviter arguat , dixo. Y
con razon , porque de Pedro y Juan consta , (r) que no
desestimáron la revelación que refiriéron habian tenido
las mugeres , sino que suspendiéron el juicio , dudáron
por la condicion del sexo , y acudiéron con diligencia al
exàmen , averiguando las señales d e el sepulcro que ellas
habian dado por testigos de su verdad. Entram bos co r-
fiéro n al sepulcro , vió Juan primero apartada la piedra,
vio de afuera que no estaba en él el cuerpo del Señor^
v ió los paños en que había sido sepultado ; Pedro no se
contentó con verlo dé afuera , sino que lo quiso com o
tocar *, entró dentro , exámin(^lo todo con prolixo cu id a ­
d o , donde estaba la mortaja , donde el sudario , con
qué disposición , con qué aseo ; entrò Juan á su exem -
p l o , confiriéron entre los dos {d) la credibilidad que ha­
cían todas esas señ ales, y hallándola suficiente , entram ­
bos
^ 1 1 . I. I li li ■ ■ 1 ■■ .11 — „ ,1^

(a) Ibid. vers. i i .


(¿») Sandi, Petr. Chrisolog* Serm , 79,
(í-) y^an, 20. á iv rs. 3.
{a) B a fra , ¿n Evang, tom, 4. Ub, 8. cap, 9.
G A L E A T O . I9S
bos creyéron corno dice San C irilo, (a) Pondera esta Ad­
m irable m adurez de Pedro con elegancia y gravedad el
Crisólogo : (b) A lt é duhitat , (dice) qui altius c r e d it, de~
d p i non^ potest , qui non est fa c ilis auditui, Ignavus n i­
mis e s t , qui post exemplum invenitur incautus. Peritia est,
non segmties , cum sensim veteranus incedit. S ic Adam »a-
vus cito cecidit , dum citò credit : dum fa c tié dat au^
res ad muHeris auditum , se , suosque pósteras pessimo ad^
d ixit inimico* A t veteranus Petrus fœminam non fa c iìè au^
d i t , fœminis nuntìantibus tarde credit ; 3 ut veteranus de^
libérât , ne ut puer incurrat. Sea esta dottrina del C risó ­
logo perpetua enseñanza á los doctos , para portarse en
estas m aterias co n acierto. D úde profundamente ántes de
la averiguación el que ha de creer , para qu^ sea su
creencia , com o mas profunda , mas segura , siguiéndo­
se al riguroso exámen de la credibilidad : que no pue­
d e ser engañado el que no es fácil a l oído. Sobradam en­
te es negligente el que despues de tantos exem plos de
lastimosas ru in a s, se halla incauto. D estreza es , no pe­
reza , el proceder con lento paso en m aterias tan a r­
duas el experim entado. Adan novicio c a y ó presto , por­
que c re y ó presto ; y dando fácilm ente oido á lo que la
muger le referia engañada , á sí y á su posteridad hi­
zo esclavos del demonio. E m p ero Pedro experimentado*
no o ye y a fácilm ente á la m u g er, tarde cree á las m u ­
geres aun quando anuncian verdad : y com o anciano , áa-
tes de c r e e r , delibera , por no tropezar com o niño,
11 4 B iea se ve quán en esta doctrina ha estado U
Bb a R c-

(a) S , Cyril, apud B arra, ibi»


{b) S , Petr* CrisoL loe, citat.
19« P R Ó L O G O
Raligion de San F ra n cisco , quando no contenta con tan ­
tos exámenes , com o en vida de e'^ta Sierva de D ios se
hiciéron de sus revelaciones y espíritu , despues de su
m uerte los ha repetido con tanta exáccion com o se dixo
arriba , (íí) solo para dar á esta obra la fe humana que
se requiere para sacarla prudentemente á luz. C on form ó­
se con el espíritu de la misma Venerable M adre , que
atendiendo á la condicion del sex^ , solicitó estos re p e ­
tidos exámenes , de lo que obligada inevitablem ente de
la obediencia escribia : {i?) E l errar yo es posible (dixo)
y consiguiente á muger ignorante, pero no en obedecer , ni
tampoco será de voluntad ; y a sí me remito y sugeto á
quien me guia . y á la corrección de la santa Iglesia c a ­
tólica . á cuyos ministros acudiré en qualquiera, dificultad,
T quiero que mi Prelado , M aestro y Confesor sea te sti-
go y censor de esta dodirina que recibo. D iscúlpem e de
la prolixidad de este prólogo el deseo que he tenido de
ajustarme á tan im portante didám en , que no me p erm i­
te (en lo que alcanzo) om itir punto que pertenezca al r i­
guroso exámen de esta obra , que iTo lo proponga con
desnudez. Y no creo que excedo , que suele ser tal la
flaqueza de este sexo , y son tantas las experiencias que
de sus engaños tocam os cada dia , que obligan á tem er
en la misma seguridad ; y al paso que es fundado e l te ­
m or , debe ser desvelada la cautela.
J15 E m pero no por esto hemos de coartar el créd ito
de las m aravillas de Dios ; que es estilo de su om nipo­
tente providencia escoger las cosas flacas del mundo , (c)
pa-

(íi) Suprd fot, §. 3,


{b) Introd, cit. n. 14.
(í.') I . ad Corinth, i . vers, 27.
G A L E A T O . *9 ?
paKi: confundir las fuertes ^ y revelar á los p á rvu lo s, («)
]o que á los sábios esconde y entre las grandezas de
su poder que m anifestó á Job , {è) fué una atar al de­
monio ¿l-sbaciendo sus engañas c o n verdadera d odrina,
no solo por- m edio de- sus siervos , sino tcm bien de sus
esclavas ,.e n - que campea- mas^ su O m nipotencia ; pues
com o dixo G regorio : (^) In servis-^ eísi clesfeSa est con-*
ditiO y vìrììitas vigot : -in ancillis autem cum conditione pa-
ritér sexus ja cet. N i hay que estrañ af.que t<ingamos tan--
tos libros de este género > que- d iñ áro n 6 escribiéron m ur
gerc5 pues fuera de ser-ininvestigables los juicios d iv i­
nos , se descubren razones que fa cilita n el crédito. Pué­
dese aplicar- la que dió Santo Tom ás (í^) de la m ayor de­
voción de las mugeres-; pues com o el tener estas ménos-
ocasiones d-e elación , las haee- que mas fácilm ente la -
compriman y pensando-baxam ente de sí ^. se. entreguen
totalmente á D io s , también, por ese. m edio las bace mas •
aptas de recibir estos divinos dones. : S c ie n tia , (dixo el
Santo) qt^idquid aliud ad magnitudinem pertinet , occa*
SÌ9 est y quod homo consideret de se ipso , & ideò non to-^
ta lìter se Deo tradat, :E t inde est ^ quod hujusmodi , quan--
dòque occasionalitèr devotionem impedìant-\ & in simplicibus^
& mulieribus devotio abundat\- elatioficm. comprimendo* A .
Santa Catalina de Sena (è) que alegaba la im becilidad y
condicion de su sexo para escusarse de. enseñar ^ la res*
pon-

[a~] M att* l ì . V* 2g.


[¿»] Job 40. vers* 24.
[c\ Div: Greg* libr. 35. M oral, cap. 1$.
[í/J D iv* Thom. 2. 2. qmest* 82. art. 3. ad 3..
[?] A p u d Sur* in vita S-, Càth* Sen^
pondiò el Señor t A deò increvìt superbia eorum , qui se
ììttercctos , Í ? sapientes putant , ut D ivina ju stitia id ui-
terius ferr e nequeat , eosque vult pudefacere per fcenjtnas
virtute , S sapientia instruSlas. N o d.udo se verificaria el
asunto de esta razon en el siglo de la Santa , corno ea
e l tiem po de D ébora lo pensaba Teodoreto : {a) E x is t í-
mo enim Deboram in contumeliam virorum prophetia donum
adeptam esse. Si acaso ba pasado al presente , no lo ju z ­
go. Por eso dexo al ju icio desapasionado de cada uno el
considerar si corre b o y esta razon. Mas independente de
esos accidentes es la que d ió nuestra E scritora : (^) Quan­
do el amor .(dixo) llega à ser extático , fervoroso , ardien­
te , moble , Uquido ^ inaccesible, impaciente de otra cosa
fu era de la que ama , y con esto ha cobrado imperio s&-
bre todo afeSio humano , entónces está dispuesta la alma
para recibir la luz de las revelaciones ocultas y visiones
divinas ; y mas se dispone, quanto con esta luz dinina sa-
i e desearlas ménos, por indigna de menores beneficios. T
no se admiren los hombres sábios de que las mugeres ha-
:yan sido tan favorecidas en estos dones ; porque á mas de
.ser fervientes en el amor , escoge D ios lo mas flaco , por
te stig o mas abonado de su poder : y tampoco tienen Ja
■Tienda de la teologia adquirida , 'como los varones doSios^
.'Si no se la -infunde e l A ltísim o ^ para iluminar su flaco è
ignorante jíddo. Fuera de estas razones generales , hubo
^ tras particulares^ par* que fuese m uger quien por d i ­
vina Uiz escribiese esta adm irable H isteria ; las quales
T e-

'{&) Tbeod. q. l u 'in U h Judie.


í(í) F o rt. 1 . •«. ^ 18 .
G A L E A T O: r^9
reveló' la madre de Dios á esta su Sierva , y por sus pa­
labras pusimos arriba. [í?]‘
n é Üitim am ente , aunque la com plexion ordinaria y
com o general d el sexo femenino sea la que se descubrió
en la oposicion , no ^ i t a esa generalidad lo extraordi-
Bario de hallarse algunas m ugeres en prudencia , juicio,,
consrancia , generosidad y otras prendas de valo r aven­
tajadas á m u ch ísim os varones.- Catálogos de ellas ha jun­
tado la erudición , (¿) asi de lá sagrada E scritura , c o ­
m o dé las historias eGlesiásticas y seculares. P or eso a cer­
tadam ente Juan Francisco Pico [í*] puso esta excepciou á
la sospecha general ,- que en la m ateria de revelaciones
nace de la condicion del sexó femenil : Tametsi multte'
v iris plurimis prudenfia , judicio qttandoque prastent, Y
así p ara excluir d cl to d o aquella oposicion , debo ad ver­
tir la notoriedad d e que esa excepción tocó de lleno á
esta adm irable m uger , y de la generalidad solo tuvo la
apari;.nciu inseparable del sexó ; pues quantos' con dis­
creción la com unicáron , celebraban en ella la acom o­
dadísima com plexion de su n<;fural para obedeceí' á lá'
gracia , adm irándole com puesto de la ternura de muger,-
para servir á los aftélos amorosos ; y de la constancia
de varón , para adaptarse á la solidez y grandeza de
un espíritu principal. D escribirélo aquí com o he sido in*«
form ado ^ y com o lo pude alcanzar en los ttes años ú l-
ti-

(ít) Suprá núm, 99^


(b) D iv . Hiercfúm. E p. 140. ad Trine, tow, 3. í ? ProJ,
in Sophon. tom, 5. D . Bonav, in B ib li,' Paüper. 123.- ^
sequent, Theat. v it, hum, verb, M ulier.
(^) Joan» Frm ic. P ie, de pnenot, lib, 9. c,
i2oxì P R Ó L O G O
timos tfc la vidn de la Si-erva de D io s., que fuéron so­
los en los que tuve la b ’J 3aa dicha de com unicarla. E ra
fa mem>ria fácil á la aprehensión , tenaz en conservar
y pronta al ofrecer. E l entendimiento claro , ingenuo -y
bien tem plado para a b ra z a rla verdad. E l ju icio profun­
do , sólido , grave ,• con aversión á singularidades y á
toda curiosidad vana. L a voluntad'inclinada al b ie n , ren ­
dida á la razon , cauta en elegir , constante e n - l o re­
suelto , y en los afectos de amor tierna , fervorosa , ar­
diente. E l corazon dilatado , generoso , fiel con una na­
tural oposicion á toda hazañeria y parvulez miigeril , si
bien de sí m is tímido que arrojado. Los apetitos sensi­
tivos tem plados sin vehem encia , ni ansia. L.is pasiones
moderadas , predominando contra la ira y m elancolía una
apaelbilidad seria-y modesta alegjría , que hacian su t r a ­
to amable y respetoso. D e atjuí -i5e componía una índole
• egregia para lo honesto , de aquel género „excelente que
dixo Seneca : [¿ ] Honesta vornpleditmtur ^ cum primum au^
diunt : Para lo re lig io so , de aqnel divino que dixo San
- Agustin ! Hábere quosdam in ipso ingenio Divinum mu-
nus intelligentiís, quo moventur ad fid :m , si congrua snis
mentibus .¡"vel aadiant verba ^ v'el signa ccrtspiciantx Y pa­
ra lo perfeéto , de aquella fecundidad ác prendas natu­
rales , prudencia , tem planza , docilidad , v a l o r , cous-
taticia , pureza y otras'sem ejantes , com o innatas , quív
á sañSíis patribús (dixo San Anastasio Sinaita) [í*] non
v ir-

* W SeneC. Epist* 96.


ib) D iv . A ugust. de bon, persev» cap. 14.
(f) DíV. Anc'.st. ‘Sin, apüd PhiU, soUt. lib, 4. Dipptr^
. V, 4. in Bii/L P P . í . S2. p, I .
G A L E A T O , aoi
virtutes , scd naturales emìnentia , S exceìlenpia imminan*
tur. Á este naturai egregio elevo tanto la g ra d a , que se
vió en esta muger la m aravilla que de el grande Abad
Antonio celebrò Atanasio r (a) //oe in se mirabile habebat,
quia cum Utteras non didicisset , ingeniosissimus, & pru^
dentissimus erat. Y podemos decir de ella lo que de etra
decia G erónim o : (^) Scio equidem ardorem ejus , scio
fidem superare sexum. T em o que la manifestación sin*
cera de la v e r d a d , parezca exceso de la afición ; y
así me contengo cn esta cláu su la, también aquí nacida,
que de su hija espiritual M arcela escribió el mismo D oc­
tor M áxim o : [t*] Quid in illa virtutum , quid ingenij, quid
sandiitatis , quid puritatis invenerim , vereor dicere , ne
dem credulitatis excedam»

S. X V .

...7 E 1 últim o medio d e probar (*) si esta obra es di­


v in a se tom a del fin. E l que por sí m ism a muestra esta
Historia tener , es la gloria de D io s , m anifestada en las
excelencias de su santísima m a d r e , y la que le resulta,
rá no solo de ser en ella conocido y a la b a d o , sino con
la reform a y mejora de costum bres que se puede prome­
ter de la proposicion de un exem plar tan eminente de
virtudes. L a honestidad y excelencia de este fin por s)
Tom. I X , Ce mis*

(a) Div» A tba n , in v it, S , A n t, cap, 43.


[b] D iv , H ie r, preef. in E p ist. ad G alat,
(r) D iv . Nieronim. F p ist, 16. ad Princip,
(*) E xám en y p iu tb a por parte del ña*
202 P R O L O G O
misma es manifiesta; pero no basta para probar, sí es U obra
divina , sino se muestra la utilidad de esta para co n se­
guirlo, Por eso dixo San Pablo {a) que la manifestación
del Espíritu santo que se hace por las gracias gra tis d a ­
ta s , en que se incluyen las visiones y revelaciones dí‘-
vinas , se com unica para utilidad : Unicuique autem [di­
c e ] datur manifestatío spíritus ad utilitatem, Y añaden co ­
munmente los intérpretes sagrados: (¿>) E cclesia ^ para
sig n ificar, que no basta para la manifestación del espíri­
tu y publicación de sus m aravillas la utilidad precisa de
la persona que recibe esos favores , sino que es tam bién
necesaria la com un utilidad de los fieles : M utilitatem
eommunem , rom o declaró Santo Tom ás, (c) Según esta doc­
trina , si se m ostrare la utilidad de esta obra para la
gloria de D ios y comun aprovecham iento de las alm as,
tendremos la última prueba negativa de que por parte
del fin ó la conducencia á é l , nada obsta , para que las
revelaciones que contiene se tengan por aiyinas. Y si se
m ostrare que la utilidad es de extraordinariá eficacia, sit^
qufe se pueda congeturar que de la obra $e siga daño al­
guno , se hará la prueba positiva ; porque por una parte
parece c la r o , que el espíritu propio engañoso 6 engaña­
do no puede com unicar aquella valentia para el común
provecho : por otra , no cabe en la m alicia del dem o­
nio trazar m e d io s, que cedan todos en poderosa utilidad
de los hombres sin m ezcla ó término d e algun conside-
la b le daño de sus alm as ; siendo m áxim a cierta, ded u c id a
de
{a) I, ad Cor int, j2 . vers,
l¿7j ,V id . Cor. á Cap, ibid,
{c) Div* Tbom: a, 2. ^uast, 63. artic, 3,
G A L E A T O . ^203
d e muchos textos de la E scritu ra sagrada , (íj) que siem­
pre procura nuestra perdición : Diüholut. studet sempcT p cr-
dítiofií hoftihiiDiit Y dsi quedara por suficiente numeración
d e las p a rte s, que la obra es del Espíritu divino.
118 V tam os ahora la utilidad de esta H istoria para el
fin propuesto. Y porque algunos suelen , aun en los oiis-
mos términos tropezar confundiendo lo útil con lo nece­
sa rio , no será ocioso a d v e r tir , que para la utilidad so ­
lo se requiere que la cosa sea acom odada para el fin ó
apta para consej^uirlo , según aquello del D oélor A n g é ­
lico : (¿) E a , qua sunt ad finem accommoda. utilia dicun-
tur. E sto supuesto , quanto á la prim era y principal par­
te del propuesto fin , parece cierto que la m anifestacioa
de toda la vid a de la m adre de D io s , de sus gracias,
prerogativas y excelencias singulares, hecha en tanta co n -
fc^rmidad á la sagrada E scritura, d o d rin a de padres y ra ­
zon teológica , com o mostré en el §. 6. de este pró lo ­
go , conduce con notoria utilidad á la gloria de Dios y
su alabanza en su madre santísima ; pues ella es la pura
criatura.., en quien ipas resultó y se expresó la gloria de
el Criador , según aquello de San Buenaventura í
M aria plena f u i t resuitatione ^-sive expressione D iviníe glo^
f j^^xta iU ui Ecclesiastici : Gloria Domini plenum est
opus eius. Tam bién parece cie rto -que fu é m ihsim o para
ese mismo fin , que esa m anifestación se h icic‘‘e por re ­
velación divina ; lo uno , porque según la d o d rin a de loa
padres alegados ea el lu gar citado, no se podían por otr»
Ce a me-

(íi) In Indie, B thl. vcrh, Diabolus.


{b) V iv . Thom, i . 2, q, i6 . firt. 3,
{c) D ív , Bonav. in spsc, Bec^t, V i r g . Ic^,
204 P R Ó L O G O
m edio plenamente descubrir ; lo otro , po>que en las pre^
rogativas y excelencias singulares de la R eyna de el c ié -
lo que no constan por la E s c r itu r a tr a d ic ió n ó definicio­
nes de la Ig le s ia , ni se prueban suficientemente de auto­
ridad ó doétrina de los p a d r e s , no se anduviese p recisa ­
m ente en congeturas , sino que hubiese alguna especia>
firm eza de verdad por la probabilidad humana de ser esa
revelación divina ; pues según la sentencia de San A n se l­
mo , (íj) como M aría fué singular en el m érito , conve-
Ria que lo fuese en la verd ad de sus individuales alaban­
zas : S icü t enim solapr¿e cuntís meríti síngularis enituit yit a
quidquid ad eam attinet speciali quadam veripatis firm ita -
t e , dignum est enitére.
119 Quanto á la utilidad en órden al aprovecham ien­
to espiritual de los fie le s, la reform ación de sus costum ­
bres , y su adelantamiento en la virtud y perfección, so ­
la la sabiduría infinita parece pudo hallar tan adm irable
traza para esa utilidad, com o en esta Historia se mira^
D isputa el Abulense {a) sobre la m ayor utilidad para las
costum bres entre los libros canónicos, haciendo la c o m ­
paración de los doctrinales á los históricos, Y aunque p a ­
rece se habia de resolver por los doctrinales la co n tro ­
versia , pues aun por su mismo nombre muestran su m a­
y o r conducencia á la enseñanza de el virtuoso vivir; con
todo eso hizo tan to peso en el ju icio de el doétísimo E s ­
pañol la eficacia de el exem plo de virtudes exercitadas
Ique en los historiales se refieren , que se atrevió á resol-
•ver por e sto s, diciendo : A udso enim dicere , quod ¡icet
Ih
Al
(í?) Div» A nseh Uh. de E x c e ll l^ irg. M a t, cap, 2,
(¿) Tost* in prafat» ad Ub. ludio,, q. 5 .
ìì^ri dodirinales ad tolìenda duhìa a p tiores, quàm h isto rk i
sint ; libri tamen hìst orici ad mor alia utiliores su n t, quia
ánimos magis movent fadia , quàm verba : S sicut in do6iri~
nalihus erudimur de omni genere virtutum , ita quoque in
bistoricis , quia nullius virtu tis genus est,, in quo v iri sanc^
t i se non exercuerint, Lo.s libros doélrinales son útiles p a ­
ra el aprovecham ieoto espiritual de los hom bres, porque
en ellos se ensena todo género de virtudes : L os libros
historiales son útiles para ese mismo fin , porque en e llo j
se miran exercitadas todas esas virtudes por los varones
santos Tienen estos m ayor utilidad para^ese cftifto , p o r­
que mas mueven á los ánimos las obras que las palabras^
luego si hubiese un libro en que se juntase el exem ple
d e todas las virtudes emínentísimamente executadas, y la
d o d rin a alta y pura de todas ellas , seria divina tra ­
z a para esa utilidad ; pues lo tend ria todo , sien d a
la dodrina junta con el exem plo mas eficaz , y e l
exem plo arrim ado á la d o d rin a m as seguro. D e este
género es notoriam ente la presente H istoria. Refiere to ­
d o el órden de la vida de la M adre de Dios con e l
exercicio de todas^ las virtudes ,. en el grado mas h e ro y -
c o que fué posible á pura cria tu ra poniendo este e x em ­
p la r , en que eminentemente se contienen todos los e x em ­
p les virtuosos de los santos ; pues com o dixo A m brosi.c
(a) Talis f u it M aría ut ejus unius v ita omnium discipli­
na. sit, Y mas dilatadam ente S. Buenaventura: {b) M a ría est
illuminatrix plurimorum per exempla lucidissima v it a suai
ipsa enim est , cujus vita inclina cun&as illustrât E ccla-
siasi

(a) V iv , A m b, lih. 2. de V irg in .


ib) D iv . Bonav, in spec. £ . V ir . leSi. 3,
2o6 P loGo
stas : Jpsa est ^ cujus vita gloriosa .lucem .dedit sofculoi
ipsa e s t:lu cern a ’ Ecclcsi¿e ad 'boc.illuminata-á Deo ^ ut per
ipsam contra tenehras mundus Jllumnaretur» Dem as de es­
to está', toda esa H istoria con ó rd e n .ta n útilísim o dis­
p u e s ta , que para contar los siiccesos de la vida de la
V ir g e n , se-d eclaran los principales m ist.erios.de la reli­
gión'C hrístiana , con tan a d m ira b a d estreza, que el mas
rudo los puede entender., y al mas d o d o . no le dexa que
a ñ a d ir , ni a u n .a l p ro te rv o . que poder .'calumniar.-; y á
cad a, capítulo que historialm ente refiere esos-succesos , se
sigue una. doéirina de la soberana V ir g e n , e n , que los
aplica á la instrucción de las a lm a s , alentando á la ,im i­
tación de sus v irtu d e s,, c o r r ig ié n d o lo s opuestos-.vicios»
de los peligros , amenanzando con la pena , y
a v is a n d o
anim ando, con el premio. Con que se miran en esa obra
con adm iración enlazados el exem plo y la d o éirin a., y
conseguida la u tilid a d .d e lo doétrinal é h istó rico , sin que
se encuentre cosa que aun levem ente desdiga de . ese fin.
,120 : D e aquí con la inferioridad d e b id a , podíam os
acom odar á .e sta .H istoria aquello que de los escjitos sa ­
grados escribió el Apóstol : (íí) Omnis Scriptura divim ths
inspirata utilis est ad docendum , ad arguendum y,ad.corri^
piendum , ad eru¡ííendum in ju stitia , ■Pues experimenta-rá el
qwe con a te q c io a la leyere , que qs uú\ para enseñar., no
solo las excelencias y prerogativas de la madre de Dios,
sin o ,lo s principales misterios de la. religión christiana , por
la perspicuidad acom odada á t o d o s , con que los d ecla­
ra : para argüir \oi errores opuestos á la verdad ca tó lica ,
porque con , ta l solidez y destreza asienta e s ta ., que aua
so-

A d T im M * 3.: V* té.
G A L E A T O. CC7
solo de ai se ven-aquellos-desarm ados : : corregir á
^os catóH cos'en lo que desdice su vid a de su fe pues
po r' todos-los medios de* exhortación avisos , -proposición
de pena y p rem io 'lo s p ro cu ra-co n valentía' re d u c ir'd e el
quebranto de las culpas á la integridad-de la -v id a ajus­
tada :■para enseñar en la ju sticia Á los que tratan de v i-
4a espiritual siendo su principal em plco con • el exenaplar
de la pura criatura mas santa ,- c o n reglas , docum entos
y advertencias exádvsimas , iastruir á las alm as en - toda
justicia , en toda honestidad de costumbres , -en toda p e r­
fección en toda santidad. D e d o n d e -(n o levem en té) ' se
infiera , - que ‘ fué • dwinafnente ' inspirada, ¥■de aí ’ se le p o ­
dia tam bién acom odar á la E scritora aquello ' de la Sabi­
duría : { a ) . V id e te .^quoniam non- sali mibi laboravi , - seá
Omnibus exquircntibus veritatem,
121 Ocioso seria juntar mas medios- p a r a 'e s ta ' prueba^,
quando estoy persuadido , -q u e -la -h a de h acer notoria 1^
experiencia. Y a s í , d e x a d a s-y a lás p ru ebas, • pu es-las pro--
puestas son claram ente suficientes para form ar ju ic io pru--
dente hunüano de q u c 'e s de Dios lá obra ; me vuelvo á
persuadir á los led ores hagan i a experier.cia-de su u tili,
dad , leyend o está divina H istoria , .n a con • vana curiosi­
dad de investigar sus se c re to s , -sino con puYa intención de
percibir sus frutos. Con palabras d e 'S a n Am brosio (¿) os
h a b l o , led ores dodos : H in c smndtis licet'excw pla 'lÁ^en-
à i , ubi tanquam in exémplari magistèria expressa probita^
tis . quid corrigere , quid ejfugere y quid ' tenere ' debeatis ^ os-^
tendurit. T o m a d ,, d ig o ;, de esta H isto ria 'lo s exém pios de
v i-'

, (rt) E ccles. 24. V. 47.


(b) V iv . A m br, lib. 2. de V irg .
2-,8 P R Ó L O G O
vivir , donde en exem plar tan enriinente , com o la vida
de la madre de Dios , las enseñanzas de toda bondad,
no paliadas , sino expresas , os muestran con claridad lo
que debéis enmendar , io que debeis huir , y lo que d e -
beis tener. Bien creo que aunque la leyerais solo por cu ­
riosidad , habíais de sentir en vuestros corazones un ex­
traordinario a rd o r , p an icipad o de la ardiente fragua de
caridad en que se forjáron sus do¿trinas ; pues aun siendo
el mió tan elado , y leyéndola solo para notarla , lo
sentí tan tierno , que muchas veces se destilaba por los
ojos , sin poderme contener ni dexarm e proseguir ; pero
aunque ese tierno ardor basta para mostrar la valentía
de la. enseñanza , no nos basta , no , para conseguir sus
frutos , sino pasa á la execucion de la doélrina y á la
im itación de su exem plar. D e donde con palabras de Il­
defonso (íí) vuelvo otra vez á exhortaros ; 'Unde qüteso w í ,
fr a tr e s , imitamini signaculum fidei vestra; U ariam beatam^
^uam velut ¿gnis ferrum , Spíritus SanSíu'S totam decoxity
incanduit , ignivit , ita ut in ea S p íritu s Sa n^ t fianm a
tantum videatur \ nec sentiatur , siisi tantum ignis amoris
D e i , «£? hominum,
122 Para recomendaros esta H istoria de la vida d é l a
m adre de Dios , no será despropósito acom odar al trasla»
do lo que se dice del original al lib ro donde se repre­
senta con vivos colores! la vida de la V irgen , lo que se
predica de esa vida misma considerada com o libro. Y así,
acom odando en proporcion debida lo que de este dixo
San B ern ard o , {b) os digo con palabras su y a s: N e putetis hun<í
li-

(íi) S . Ildephon. orat* i . de Assum pt.


(¿) D iv , JSern* Serm* i . sup* Salv» Reg,

P
G A L E A T O . 23^
Jìhrum n ov ìtèr, ac fortuitò invenium , sed á sæculo elee -
tu m , ab A ltissim o prcecogitatum , sibi praparatum, ab àn
g elis servatum , á patribus prafiguratum , à prophetis pro~
mìssum. No penseis, d ig o , que este libro ó Historia es
hijo de la novedad ò del acaso , sino escogido desde los.
siglos para la necesidad de estos tiempos ; dispuesto por es
A ltísim o , que com unicò para escribirlo sus luces ; p re p a ­
rado para nueva gloria suya ; guardado por los ángeles
que aslstiéron á la execucion del instrumento ; prefigurado
en ias doétrinas de los padres y com o profeticam ente en-
ellas prometido^ D e donde le podemos ap licar lo que del
prim ero dixo e l E clesiástico : (a) Qui audit me, non confun-
detur \ E t qui operantur in me \ non peccabw.t : Q ui éluci­
dant tne, vitam aternam habebunt. Hccc omnia liber vita^
Porque en esas palabras se contiene según la interpretación
d e R icard o de Santo Laurencio, (^) quanto se debe recom endar
d e este libro ; la instrucción de los que lo leyeren ; el inte­
rés de los que executáren su doétrina ; y el prem io de
los que execu tân d o la, la ensefiáren : F e lix Ule [d ice] qui
gX libro isto quantuìamcumque ìedtionem' quotidie memo­
r ia commendabit : E t hoc est , quod dicit liber iste de
se ipso. Q ui audit me , non confundetur. E cce infor-
matio , & pnemium auditorum : E t qui operantur in me;
id est secundum quod doceo , non peccabunt. E ece lu^
crum præcepta buius libri fasientium: Q ui élucidant me,
¥ltam æternam habebunt. E cce preemium doeentium. D i­
choso aquel (d ig o c c n palabras de R icard o ) que enoo-
menda-

{d) Eccles, 24. vers. 30.


{b) Ricard, à S . L a u r.li^ . 12, de £aud, f^ ir^ ,

up!
re cada d ìa á la memoria alguna , aunque c o rta
le c c ió n , de este librò é Historia ; porque fecundado su
entendim iento con tan claras lu c e s , no será confundido.
D ichoso aquel que executare sus d o flrin as; pues siendo
de tan eficaz fuga del m al y prosecución d el bien» no so-
10 no pecará , sino que será perfecto^ Y dichoso e l que
en su execucion las en señ áre, mostrando por sus obras la
eficacia de su enseñanza ; pues e l prem io que le agu ard a,
será la vid a eterna. C eso d e recom endar la obra , que
no dudo ha de agradar por sí misma ; pues á la verd ad
es ocioso , que com o d ix o ^ n o d io : {a) Quasi solerne f a -
cìbus adjuvet^ et mare exigu0‘ h u m o r ìocupìetety. i t a su-
perfluis la bw at impendiis , quf p e r se- pìaciturtn commendata

(a) JÉ nn'à W . 9. 3 * in t it .
I N T R O D U C C I O N

A L A V I D A

DE LA R EY N A DEL CIELO.
DE LA RAZON DE ESCR IBIR LA T OTRAS

advertencias para esto.

I \ ^ u i e n llegare á entender (sí por dicha lo entendiere


algun o^ que una m uger sim p le , por su condicion la misma
ignorancia y fla q u e za , y por sus culpas mas indigna , en
estos últimos sig lo s, quando la santa Iglesia nuestra m adre
está tan abundante de maestros y varones doctísimos ; tan
rica de la doéirina de los santos padres y doélores sagra­
dos ; y en ocasion tan im portun a, quando debaxo del san­
to zelo de las personas prudentes y sabias se hallan las
que siguen vida espiritual turbadas y m areadas, y este cam i­
no m irado del mundo com o sospechoso y el mas peligroso
de todos los de la vid a christiana : pues quien en tal coyun­
tura llegáre á considerar á secas y sin otra atención, que una
m uger com o y o se atreve y determina á escribir- cosas divi*
A «as
nas y sotrenaturales,, no me causará ad m iración, sí luego
m e condenare por m asque audaz, liviana y presuntuosa;si­
no es que en la misma obra y su conato halle encerrada la
disculpa, pues h ay cosas tan altas y superiores para nuestros
d eseos, y desiguales á las fuerzas hum an as, que e l empren­
derlas , ó nace de fa lta de ju i c io ,ó se mueve con virtud
d e otra causa m ayor y mas poderosa..
2 Y com o los fieles hijos de la Iglesia santa debemos
confesar , que todos los m ortales, no solo con sus fuerzas
n aturales, pero aun juntas con ias de la gracia común y
ordinaria , son insuficientes é ignorantes y mudos para em­
presa tan d ificu lto sa, com o explicar 6 escribir los escon­
didos misterios y magníficos sacram en tos, que el podero­
so brazo del Altísim o obró en aquella criatura , que para
hacerla m adre s u y a , la hizo m ar impenetrable de su gra­
c ia y d o n es, y depositó en ella los m ayores tesoros de
su-divinidad ; ¿qué m ucho se reconozca por incapaz la
ignorancia de nuestra fla q u eza , quando los mismos espí­
ritus a n g élico s, hacen lo mismo y se confiesan tartam u­
dos para hablar cosa tan sobre sus pensamientos y ca­
pacidad ? Y por esto la vida de esta fénix de las obras
de Dios es libro tan ce rra d o , que no se hallará de las
criaturas en el cielo ni en la tierra quien dignam ente pue­
d a abrirle. Bien claro e s tá , que solo puede hacerlo el
m ism o poderoso Señor que la form ó mas excelente que to­
das las criaturas ; y también la misma Señora R e yn a y
M t d i e nuestra , que fué capaz de recibir tan inefables do­
nes
in fro iu c e h in S
n e s , y digna de conocerlos. Y para manifestarlos quanto
y quand o, y com o fuere su unigénito hijo se rv id o , en su
mano está elegir proporcionados instrum entos, y que pa­
ra su gloria fueren mas idoneos.
3 Bien juzgara y o que lo fueran los maestros y varo ’
nes santos de la Iglesia' c a tó lic a , ó los doétores de la s
escu ela s, que todos nos han enseñado el camino de la
verdad y luz. Pero los juicios del Altísim o , y sus pen •
samientos se levantan sobre los nuestros , com o el cielo
dista de la tierra , y nadie conoció su sen tid o , ni en sus
obras le puede dar consejo. E l es quien tiene el peso d ej
santuario en su m a n o , y pondera los v ie n to s, com pre­
hende todos los orbes en sus p a lm a s, y con la equidad de
sus santísimos consejos dispone todas las cosas en peso
y m ed id a , dándo á cada una oportuno lugar y tiem po.
E l dispensa la lu z de la sabiduría , y por su justísim a
bondad la d is trib u y e , y nadie puede subir al cielo para
traerla , ni sacarla de las n u b es, conocer sus cam inos, ni
investigar sus ocultas sendas.; él solo la guarda en sí mis-*
m o , y com o vapor y em anación de su inmensa caridad
candor de su eterna l u z , espejo sin m ancha ^ é imágen
de su bondad eterna la transfunde por las alm as santas
á las naciones , para hacer con ella am igos del Altísim o, y
constituir profetas. E l mismo Señor sabe porque y para
que á m í la mas vil criatura me d esp ertó , lla m ó , y le­
vantó , y me dispuso y en cam in ó , me obligó y compe­
lió á que escriba la vida de su digna m a d re, R eyna ^ y
Señora nuestra. A 2 4
4 Tntfx>áuccion.
4 Y no puede caber én -prudente jü icio que sin este
m o vim ien to , y fuerza de la mano poderosa del Altísim o
viniera: ta l pensamiento en corazon humano , ni determ i­
nación semejante en mi á n im o , que me reconozco y con­
fiero por m uger débil y sin v ir tu d ; pero así com o no
lyiide por m i juicio pensarlo , tampoco debo con pertinacia
resistirlo por solo m i voluntad. Y porque de esto se pueda
placer ju icio re é lo , contaré con sencilla verdad algo de lo
que sobre' esta causa me ha sucedido.
5 E l año oélavo de ía fundación de este Convento á
lo s veinte y cinco de m i edad me dió la obediencia el
o fic io , que h o y indignamente tengo de Prelada de el : y
hallándom e turbada y afligida con gran tristeza y cobar­
día , porque mi edad y deseo no me enseñaba á gober­
n a r , ni m andar , sino á obedecer y ser gobernada; y el
saber que para darme el oficio se habia pedido dispensa­
ción , y otras justas razones aumentarían mis tem ores , con
que el Altísim o ha tenido toda la vida crucificado m i co-
xazon con un pavor con tin u o, que no puedo e x p lic a r,d e
sí mi camino es segu ro , sí p e rd e ré , ó tendré su amistad
y gracia.
6 E n esta tribulación cb m é al Señor de todo mi go-

razon , para que me ayudase , y sí era su volun tad , me li­


brase de este peligro y carga. Y aunque es verdad que su
M agestad algún tiempo ántes me tenia prevenida , man­
dándome la recibiese, y escusándome y o con encogimien.
t o , siempre me consolaba y manifestaba ser esto su bene-
pla^
plácito ; Gon todo eso no cesé eii mis peticiones, á n ­
tes las m u ltip licab a: porque enteadia y veía en el Señor
una^ QQsa bien digna de consideración ; y e r a , que no obs­
tante lo que-su M agestad me mostraba de ser aquella su
santísima voluntad , y que y o no la podia Impedir , con
todo eso, entendía juntam ente me dexaba libre para
que y o me retirase y resistiese , haciendo lo que como
criatura ñaca debia , reconociendo quan grande era mi in­
suficiencia de todas maneras : que tan prudentes son las
obras del Señor con nosotros., Y con este beneplácito q^ue
c o n o cía , hice iixuchas diligencias para escusarme de peli­
gro tan evidente y poco conocido de la naturaleza, in -
fe é ta , y de sus resabios y desconcertada concupiscible.
R epetia siempre el Señor ser esta su v o lu n ta d , y me con­
solaba por sí y por l.os santos á n g eles, y me am onestabaa
á que obedeciese*
7 A cu d í con esta afTicclon á la R eyn a mi Seño­
ra como á refugio singular de todos mis cuidados , y
habiéndola manifestado mis caminos y deseos , se dignó
de responderm e, y me dixo estas suavísimas razones:" H i-
»ja m ia, consuélate ,, y no turbe tu. corazon el trabajo, pre-
» párate p a ra él , que y o seré tu raadre y prelada á quien
« o b ed ecerás, y tam bién lo seré de tus su b d ita s, y supli-
??ré tus fa lta s , y tu serás mi a g e n te , por quien obraré
» la voluntad de mi hijo y mi Dios, E n todas tus tenta-
wciones y trabajos acudirás á m í , para conferirlas y to-
i>max rai co n se jo , ^ue en todo te le daré ; obedéceaie,
wque
„q u e y o te favoreceré y estaré atenta á tus aflicciones. »
E stas son las palabras que me dixo la R eyn a , tan con­
solatorias com o provechosas para mi a lm a , con que se
alentó y confortó en su tristeza ; y desde este d ia la ma­
d re de misericordia aumentó las que hacia con su escla­
v a : porque de allí adelante fué mas íntim a y continua la
com unicación con m i a lm a , adm itiéndom e, oyéndom e y
enseñándome con inefable d ig n a ció n , y dándome consue­
lo y consejo en mis aflicciones, y llenándo mi alm a de
lu z y doélrina de vid a eterna ; y mandándome renovar
los votos de mi profesion en sus manos ; y al fin desde aquel
suceso se desplegó mas con su esclava esta amabilísima ma­
dre y Señora nuestra , corriendo e l velo á los ocultos y
altísimos sacramentos y misterios magníficos que en su vi­
da santísima están encerrados y encubiertos á los morta­
les. Y aunque ■
este beneficio , y lu z sobrenatural ha sido
co n tin u a , ( y en los dias de sus festividades especialm en­
te , y en otras diferentes ocasiones, en que conocí mu­
chos n¿sterios ) pero no con la plenitud , freqüencia y
claridad que despues me los ha enseñado ; añadiendo el
mandarme muchas v e c e s , que com o los entendía los es­
cribiese , que su M agestad me los diétaría y enseñaría. Y
señaladamente un d ia d e estas festividades de M aría San­
tísima me dixo el A ltís im o , que tenia ocultos m uchos sa­
cramentos , y beneficios , que con esta divina Señora, co­
mo M adre suya habia obrado quando era viadora entre
los m o rtales; y que su voluntad era m anifestarlos, para
que
Introducción, •f
que y o los escribiese , com o ella misma me enseñaría. Y
esta voluntad he conocido continuam ente ea su M agestad
altísim a por espacio de die^ a ñ o s, que resistí » hasta que
empecé la prim era vez á escribir esta divina historia,
8 Y confiriendo éste cuidado con los santos principes, y
án geles, que el todo Poderoso habia señalado , para que
m e encaminasen en esta obra de escribir la historia de
nuestra R e y n a , y manifestándoles m i turbación , y aflic­
ción d el c o ra z o n , y quan tartamuda y enmudecida era-m f
lengua para tan ardua em p resa , me respondieron repetidas
veces ; era voluntad del A ltísim o , que escribiese la vida de
su madre purísima y Señora nuestra. Y un dia en especial^
que y o les repliqué m u ch o , representando mi dificultad, im­
posibilidad y grandes temores , me dixeron estas palabras;
*’ Con razón , alma , te acobardas y turbas , dudas y repa­
ieras en causa que los mismos ángeles lo h a c e m o s c o m o
»insuficientes para declarar cosas tan altas y magníficas,
«com o el brazo poderoso obró en la m adre de piedad y
«nuestra R eyn a. Pero advierte , c a rísim a , que faltará e l'
»firmamento y la máquina de la tierra , y todo lo que

í?tiene ser dexará de te n e rle , ántes que falte la palabra del
«Altísim o , y muchas veces la tiene dada á sus criaturas,
« y en su Iglesia se halla en las santas escrituras ^que el
«obediente cantará villo rías de sus enem igo s, y no ser4
«reprehensible en obedecer. Y quando crió al prim er hom-
«bre , y le puso el precepto de obediencia , que no co -
vm iese del árbol de la c ie n c ia , entonces estableció esta
«vjr-
»virtud de la o bedien cia; y jurando ju ró para mas ase-
»gurar al hombre (q u e el Señor suele h a c e rlo , com o con
w A b rah am , quando le prometió que de su linage descen-
«deria e l M e sía s, y se le daría con afirmación de ju ra-
w m ento) así lo hizo quando crió al prim er h o m b re, ase-
wgurándole que el obediente no errarla. Y también repi-
wtió este ju ra m en to , quando m an d ó , que su hijo santísi •
»m o m u riese; y aseguró á los m ortales, que quien obe-
»deciese á este segundo Adán , imitándole en la obedien-
» c i a , con que restauró lo que el prim ero perdió por su
«desobediencia, vivirla para siempre , y en sus obras no
»tendxia parte el enemigo. A d v ie r te , M a r ía , que toda la
.»obediencia se origina de D io s , como de principal y pri-
«m era causa , y nosotros los ángeles obedecémos al poder
7íde su divina d ie stra , y á su recísim a vo lu n tad ; porque
wno podemos ir contra e l l a , ni la ign orám os; que vem os
»el ser inm utable de el Altísim o cara á cara , y cono-
ice m o s es santa , pura y verdadera , reélísima y justa.
»Pues esta certidum bre , que los ángeles tenemos* por la
»vista beatífica , tenéis los mortales resp etivam en te , y se-
»gun el estado de viadores en que estáis , con aquellas
»palabras que dbío el mismo Señor de los prelados y su­
periores : Quien á vosotros oye , á mi oye \ y quien á vo-
jisotros obedece , á mi obedece, Y en virtud de que se obede-
»ce por D io s , que es la principal causa y superior , le
»com pete á su providencia poderosa el acierto de los obe-
»d ien tes, quando lo que se manda no es materia pecable:
»y
Ifitroducciow 9
«y por todo esto lo asegura el Señor con juram ento , y
»ídexará de ser ánt^s ( siendo esto imposible , por ser Dios)
«que falte su palabra. Y así , com o Jos hijos proceden
wde los p a d re s , y todos los vivientes de Adán , m ultipli-
íícados en la posteridad de su naturaleza , así proceden de
í>Dios todos los prelados, com o de supremo Señor por quien
ííobedecém os á los su p erio res; la naturaleza humana á los
«prelados vivientes ; y la angélica á los de superior ge-
Mi-arquía de nuestra naturaleza ^ y unos y otros en ellos
«á Dios eterdo. Pues acuérdate ^ alm a , que todos te han
«ordenado y mandado lo que dudas ; y si queriendo tú obe-
íídecer , no conviniera^ hiciera e l Altísim o con tu plum a
í>lo que con e l obediente Abraham quando sacrificaba á
'ísu hijo Isaac , que nos mandó á uno de sus espíritus an-
»’ gélicos detuviesemos el brazo y cuchillo ; y no m anda
j>detengamos tu plum a , sino que con ligero vuelo la lle -
« vém o s, oyendo á su M agestad , y rigién d o te, y alura-
«brénios tu entendimiento y te ayudémos.
9 Estas razones y d o d rin a rae dieron en aquella o ca-
5Íon mis santos ángeles y señores, Y en otras m uchas el
Príncipe San M iguel me ha declarado la misma voluntad
y mandato del Altísim o. Y por continuas ilustraciones, fa­
vores y enseñanza de este gran Príncipe he entendido
magníficos misterios y sacramentos del Señor y de la R e y ­
na del c ie lo ; porque este santo A rcángel fué imo. de los
Sue la g u a id a b a n , y asistían con ios demas que para su
cui^iodia fut-ron diputados de todos los órdenes , y gerar-
B quías,
q u ía s, com o en su lugar diré ; y siendo juntam ente Pa­
trón y Proteétor universal de la Iglesia santa , por todo
filé especialm ente testigo y ministro fidelísimo de los mis­
terios de la Encarnación y Redención. Y asi lo tengo mu­
chas. veces entendido de este santo A rc á n g e l; de. c u y a pro­
tección he recibido singulares beneficios en mis trabajos y
p e le a s, y me ha prom etido asistirme y enseñarme en es­
ta obra. »
10 Y sobre todos estos mandatos y otros' que no es
necesario r e fe r ir , y lo que adelante- diré , e l mismo Se-
Hor por sí inmediatamente me ha. mandado y declarado
su beneplácito muchas v e c e s , contenido en las palabras
que ahora, solo, diré. D íxom e. su. M agestad. un, dia de la
Presentación, de M aría, santísima en. el. tem plo u " Esposa,
» m ia , muchos misterios h a y en m i Iglesia militantermani--
»fiestos de mi madre y de los san tos; pero, muchos están
» o cu lto s, y mas. los, interiores, y secretos que quiero m a-
»nifestarlos , y que tú los-escribas com o' fueres enseñada,,
» y en. especial de María, purísima.. Y o te los declararé y
»m ostraré ; que por ios, ocultos juicios de m i sabiduría los.
«he tenido reservados , porque no era e l tiem po con ve-
«niente. ni oportuno, á. m i providencia.. A h ora, lo es , y mi,
«voluntad que los escribas,. O bedece-,, alm a.,
11 T o d a s. estas c o s a s , que he dicho y mas que pu­
d i e r a d e c la ra r, no fueran: poderosas para. reducir, m i vo­
luntad á determ inación. tan ardua, y peregrina á m i con­
d ic io n , si no se juntára- l a obediencia, de m is. prelados,
que_
If¡troduccion% it
que han governado m i alm a y me enseñan el camino de­
la verdad : porque no son mis rezelos y temores de con­
dicion que me dexáran asegurar en m ateria tan dificulto­
sa , quando en otras mas fáciles , siendo sobrenaturales , no
hago poco en quietarme con la obediencia. Y com o igno­
rante muger he buscado siem pre este norte , porque es
obligación registrar todas las co sa s, aunque parezcan mas
altas y sin sosp ech a, con los padres espirituales,, y no te­
nerlas por ciertas y seguras hasta la aprobación de los
m aestros, y ministros de la Iglesia santa. Todo esto he
procurado hacer en la dirección de m i a lm a , y mas en
este intento de escribir la vida de la R eyn a del cielo. Y
para que mis prelados no se moviesen por mis relaciones,
he trabajado muchísim o , disimulando quanto podia algu­
nas c o sa s, y pidiendo con lágrim as al Señor les diese lu z
y acierto ( y muchas veces deseando se les quitase del
pensamiento esta causa ) y que no me dexasen e r r a r , ni
ser engañada.
12 Confieso también , que el demonio , valiéndose de
mi natural y tem o res, ha hecho grande esfuerzo para im­
pedirme esta o b r a , buscando medios con que aterrarm e y
a fligirm e, y en que sin duda me hubiera vencido á de-
xarla , si la industria y perseverancia invencible de mis
prelados no hubiera animado m i cobardía ; dando también
ocasion para que el S e ñ o r, la Virgen purísima y san­
tos ángeles renovasen la lu z , señales y m aravillas. Però
co n todo esto d ila té , ó por mejor d ecir , resistí muchos
años
T2 Inirod'uccwn.
años á la obediencia de to d o s-(com o adelante diré"") siíT
haberm e atrevido á poner mano- de intento en cosa tan
sobre mis fuerzas. Y no creo ha sido sia particular pro­
videncia de su M agestad ; porque- en e t discurso de esre
tiem po han pasado por m í tantos sucesos, y puedo decir
misterios y ti^bajos tan extraordinarios y varios , que no
pudiera con ellos g eza r de la- quietud y serenidad de es^
p ír itu , qual es necesario para reclbk- esta krz y enseñan­
za ; pues no en qualquier e sta d o , aunque sea m u y alto
y provechos© , puede estar idoneo el ápice, del alma- pa^
xa recibir tan alto y delicado influxo.. Y fiiera de e&ta
a^ zon , hallé e t r a , y e s , p aía que- con- tan lar^a ditaGioa
y o me pudiese informar y asegurar así con la xuieva luz^
que- se va grangeando con e l tiem po r y ^ prudencia que
se adquiei« en ia varia, experiencia ; como también para
que perseverando el. Señor y los santos ángeles^, m is prer
lados y sus instancias, con. tan. continuada, obediencia, y o
m e quietase y asegurase, venciese mis temores , cobar­
d ía y p erp lexid ad , y. fiase del S eñ o r, lo que desconfío de
n ü flaqueza..
1,3 E n confianza., pues de esta- virtud grande de la obe­
d i e n c i a , me. determiné en. nombre del Altísim o y de l a

R eyn a m i Señora á. rendir m i resistencia,. Y llam o gran­


de á esta virtud , no solo porque ella, o& ece á Dios, lo.
m as noble, d e la c r i a t u r a q u e es . l a mente , diélámen y
voluntad en. holocausto y sacrificio;, pero también por­
gue ninguna Cftra virtud asegura el acierto mas que la*
Qbe-
obediencia ; ‘pnes y a lá críatiara no obra por sí «íbo co^
mo instrumento de quien la govierna y manda. E lla ase^
guró á Abraham para que venciese la fuerxa d e l amor y
le y natuial con Isaac, Y si- fué poderosa paríi ¿sto, y pa^
ra que e l sol y los cielos detuviesen su- velocisiaio m avi-
miento ; b ie a puede serlo para. qiie. se m u eva la tierra:
que si por obediencia se goverjiára O za par ventura no
fuera castigado por a tíe v id a y tem erario en tocar la. arr-
,ca. Bien veo que y o mas- indigna alargo la mano para'
tocar no al. acca muerta y figurativa de. la antigua, le y ,,
pero- la arca, viv^- del nuevo Testam ento , donde, se en­
cerró el maná de la D iv in id a d ., y el original d e la gra­
cia , y su santa ley. .Pero si callo temo y a con razón de­
sobedecer á tantos mandatos 5 y podré d ecir con Isaías:
¡:A y de m í ,, porque callé !, Pues ó R e y n a y Señora mia^.
mejóc será que resplandezca en mi vileza^ vuestra benig’
nísima piedad y misericordia y e l fa vo r de. vuestra libe--
ra l mano : mejor será , que me ia deis para obedecer á
vuestros m an d ato s, que caer en vuestra indignación. O b ra
será (ó - purísima m a d ie ) digna de vuestra d e m e n c íá , le ­
van tar á la pobre de la tierra , y que dé un sugeto flá--
co y ménos idoneo hagais instrumento para obras tan di»
f í c i l e s c o n que engrandeceis vuestra gracia y ^ás que
vuestro hijo santísimo os com unicó ;y no d aréis-'lugar á
iá engañosa p resu n ción , para que im agine , que con iñ-
clustria h u m a n a , ó con prudencia te rre n a , 6 con la ílier-
»a y autoridad d e la disputa se hace esta o tr a 5 pero que
. coa
14 Introducción,
con la virtud de la divina g ra d a despertáis de nuevo los
corazones fieles , y los lleváis á v o s , fuente de piedad y
m isericordia. H ablad p u e s , Señora , que vuestra sierva o ye
con voluntad ardiente de obedeceros, com o debo. ¿ Pero
cóm o podrán alcanzar é igualar mis deseos á mi deuda?
Imposible será la digna retribución ; pero si posible fue­
ra , la deseára, O R eyn a poderosa y grande , cum plid vues­
tras promesas y p a la b ra s, manifestándome vuestras gra­
cias y a trib u to s, para que sea vuestra gratideza mas co­
nocida y magnificada de todas las naciones y generacio­
nes. H ablad , S e ñ o r a q u e vuestra sierva o ye ; h a b la d , y
engrandeced al Altísim o por las obras poderosas y mara­
villosas que obró su diestra en vuestra profundísima hu­
m ildad ; derívense de sus manos hechas á torno y llenas
de jacintos en las vuestras , y de ellas á vuestros devo­
tos y sie rv o s, para que los ángeles le ben d igan , los jus­
tos le magnifiquen , los pecadores le busquen , y para que
tengan todos exem plar de suma santidad y pureza , y con
la gracia de vuestro santísimo hijo tenga y o este espejo y
eficáz a ra n c e l, por donde pueda componer mi vida ; pues
este ha de ser el prim er intento de m i cuidado en escri­
bir la vuestra , com o repetidas veces me lo ha dicho vues­
tra A lt e z a , dignándose de ofrecerm e un vìvo exem plar y
espejo sin m acula a n im ad o , donde mire y adorne mi al­
m a para ser hija vuestra y esposa de vuestro santísimo

hijo.
14 E sta es toda m i pretensión y voluntad : y por es­
to
Introducción, 15,
to no escribiré com ó maestra , sino com o discipula ; n o
para e n s e ñ a r s in o para' aprender ; que y a sé han de ca­
llar por oficio las mugeres en la Iglesia santa ,• y oír á
los maestros. Pero com oM nstrum ento-de la R eyn a del cie-r
lo manifestaré lo que su M agestad se dignáre enseñarme
y me mandáre : porque’ de recibir el Espíritu que su san­
tísimo Hijo prom etió enviar sobre todas las condiciones de
las personas sin excepción , todas las almas son capaces;
y también lo son de manifestarlo en su conveniente mo­
do com o lo -recib en , quando la potestad superior lo or­
dena c o n . christiana providencia , com o juzgo lo han dis­
puesto mis prelados. E l errar y o es posible y comiguien-
te; á m uger ignorante pero no en obedecer , ni tam ­
poco será de vo lu n tad ; y así me rem ito y sugeto áq u ien
m e guia-, y á la corrección de la santa Iglesia católica»*
á- cuyos ministros acudiré en qualquiera dificultad. Y- quie­
r o ’ que mi prelado , maestro- y confesor sea testigo y
censor d e 'e s t a d ó étrin a , que re c ib o , y tam bién ju ez vi­
gilante y severo de com o la pongo por o b r a , ó falto en
el cumplimiento de ella , y de mis- obligaciones medidas
por este beneficio.
15. P o r voluntad del Señor , y órden de la obedien-'
eia he escrito segunda v e z esta divina' historia : porque
en la: p rim e ra , com o era la lu z con que conocia sus
misterios^ tan^ abundante y fecunda y. mi cortedad gran­
d e , nO‘ bastó la lengua ^ ni alcanzaron los términos , ni
la velocidad de la plum a para: decirlo todo. D exé algu­
nas cosas , y con el tiem po y las nuevas' inteligencias m e ■
h allo
t6 ' 'introducción,
hallo mas dispuesta para escribirlas ahora ; aunque siem­
pre dexaré de decir mucho de lo que entiendo y he co­
nocido ; porque todo nunca es posible. Fuera de e sto , he
conocido otra razón en el Señor , y es que la prim era
-^vez, quando e s c r ib í, me llevaba mucho la atención de
lo m aterial y órden de esta o b r a , y fuéron las tentacio­
nes y temores tan grandes , y las tempestades que me
com batian de discursos y sugestiones tan excesivas , de
^que era tem eraria en haber puesto mano en obra tan ar­
dua , que me rendí á quem arla : y creo no sin perm i­
sión del S e ñ o r, porque en estado ta n turbulento no se
podía dar al alma lo conveniente , y lo que el Altísim o
-quería , escribiendo en mí corazon y grabando en mi
espíritu su dodrina , com o se me manda lo haga ahora»
y puede colegirse del suceso siguiente.
i6 Un dia de la Purificación de nuestra Señ ora, des­
pues de haber recibido "Cl santísimo Sacramento , quise
<:elebrar esta santa festividad ( porque cum plía -en ella
años de profesion ) -con hacimiento de gracias y rendido
corazon a l Altísimo , que sin m erecerlo , m e adm itió por
su esposa. Y ál tiem po de exercitar estos afectos, «entí en m i
interior una mudanza eficáz con abundantísima luz , que
me llevab a , y com pelía fuerte y suavemente al conoci­
miento del ser de Dios , de su bondad , perfecciones y
atributos , y a l desengaño de mi. propia miseria. Y estos
«bjeios , que á iin lienipo se poniau en aii ^nícndim iea-
;to
t o , me hacían varios efeélos: el p r im e r o , llevándose toda
m i atención y voluntad : y e l segundo , aniquilándome y pe-*
gándome con el polvo i d.e manera que se deshacía m i
ser , y sentía dolor vehementísimo y contrición de m is
graves pecados con firme propósito de la enmienda , y
de renunciar quanto el mundo tiene , y levantarm e so­
bre todo lo terreno al amor del Señor, E n estos afec­
tos quedaba d esfallecid a, y e l m ayo r dolor era consue­
lo , y el morir vivir. E l Señor., apiadándose de m i de-»*
liqüio por sola su njisericordia , me dixo : " N o desm a-
» yes , hija y esposa mia , que para p erd on árte, lávárte y
»purificártc de tus culpas , y o te aplicaré mis infinito»
»merecimientos y la sangre que por tí derramé : aním ate
wá la perfección que deseas con la im itación de la vid a
wde m i madre santísima : escríbala segunda v e i , para que
»pongas lo -que falta , é imprimas eá tu corazón su d o c-
»trina ; y no irrites mas mi justicia , ni desobligues ¿
« m i misericordia , quemando lo que escribieres s porque
»m i indignación no quite de tí la lu z » que sin mere*
wcerla se te ha dado , para conocer y manifertar esto»
»»misterios,
17 L u eg o v i é, la m adre de D ios y de p ie d a d , y m e
dixo ; ” Hija m ia , aun no has sacado e l fruto convenien*
*ne -para tu alma del á rtó l de la vida de mi bistoría
»que has e sc rito , ni llegado 4 la medula de §u substaa-
»»cia 5 n o h a s cogido harto de esfte m a n í escondido , n i

C ha<
« h a s tenido la últim a disposicíc!; í k perfección qué ne-
wcesitabas , para que e l todo Poderoso grabe »é im prim á
»»respeéüvamente en tu alma mis virtudes y perfeccio-
»^nes. Y o te he de dar la qualidad y adorno convenien-
#ite para lo que la divina diestra quiere obrar en tí ; y U
whe pedido que por mi mano é intercesión , y de la abun-
9»dantíslma gracia que me ha com unicado, me dé licen«
«eia para adornarte y componer tu a lm a ,p a ra que v u el-
»vas á escribir mi vida sin atender á lo m aterial ds
»ella , sino á lo form al y substancial, habiéndote pasiva-
»m ente , y sin poner óbice para recibir e l corriente d e
» la divina gracia , que e l todo Poderoso encam inó á m í,
» y que pase á tí la parte , que la voluntad divina dis-
»pusiere. N o la coartes , ni limites por tu poquedad, é
» im p e rfe to proceder. L uego conocí que la m adre d e pie­
dad me vestía una vestidura mas blanca que la nieve,
y resplandedente 'que e l so). Y despues m e ciñó con
una cintura riqu ísim a, y dixo : E sta es participad* de
m i pureza. Y pidió ciencia infusa al Señor para adornar-
me coa e l l a , que sirviese de hermosísimos ca b ello s, y otras
dadivas y preseas preciosas, que aunque y o veía eran gran­
d e s , conocia ignoraba su valor. Y despues de este ador­
no , me dixo la divida Señora : Trabaja fiel y dílígen-
» te por im itarm e y ser perfeAísim a hija mia , engen-
«drada de mi espíritu , criada á m is pechos: Y o te doy
»m i b en d ició n , para que en mi nombre y con m i di«
»reccion y asistencia escribas segunda vezt
Introduccîon* if
x8 T oda esta vid a santísima « para m ayor claridad«
te reduce á tres partes ó libros. £ 1 prim ero será de lo
%ue pertenece y to ca á los quince años primeros de U
R eyn a del cielo , desde su concepción purísima , hasta que
en su virginal vientre tom ó carne hum ana e l V erbo eter­
no ; y lo que en estos años obró e l A ltísim o con M a -
yía Santísima. L a segunda parte com prehende e l misterio
d e la E n ca rn a ció n , toda la vida de C hristo nuestro Se­
ñ o r , su pasión y m uerte , y ascensión á los cielos , que
fué lo que v iv ió la divina R e yn a con su hijo santísim o, y*
lo que h ito en este tiempo. L a tercera parte será lo res­
tante de la vid a de esta m adre de la g r a c ia , despues que
•e quedó sola sin Christo nuestro Redentor en e l mundo,
hasta que llegó la hora de su feliz tránsito, asu n ció n , y oo-
Tonacion en los cielos por E m peratriz de e llo s , para v i­
v ir etern am ente, com o hija del Padre , m adre del H ijo , y
esposa del Espíritu santo. Estas tres partes divido en ocho
libros , para que sean mas m anuales, y siem pre obgeto de
m i entendim iento, estímulo de m i vo lu n ta d , y m i medita-»
cio n de dia y noche.
19 Y para declarar en que tiem po escribí esta divina
h isto ria , se h a de advertir, que fundaron este convento de
religiosas descalzas de la purísima Concepción mis Padres F r .
Francisco C o r o n é l, y la m adre Sor Catalina de A ran a, en
su misma casa por disposición y voluntad d iv in a , decla­
rada con particular lu z y revelación á m i madre Sor Ca-
Fué la fundación O d a v a de la E p ifa n ía , á trece
C2 de
20 Introducción*.
de 'Enero d el año de 1619/ £1 mismo diá tomaron el
hábito mi m a d re , y dos hijas ^ y mi padre füé á lá' re­
ligión de nuestra Seráfico Padre San Francisco con dos hi--
jo s , que y a eran r e lig io s o s d o n d e tom ó el h á b ito , pro­
fesó y vivió-, con exem plo de to d o s-, y m u rió ’ santa—
meníe. M i m a d re , y yo-recibiínos e l-v e lo día de la- Pu­
rificación de la gran R e y n a ' del- c ie lo , á dos de Febrero;
del año de m il seiscientos y veinte. Y poc no tener edad
bastan te, se dilató la profesíon ■
de lá segunda hija. F a vo ­
reció el todo Poderoso (- por sola su bondad) nuestra fa­
m ilia , en que toda se consagrase al estado religióso; El
a ñ o -o fta v o de la fundación , á los vein te y cinco de mr
e d a d , y del Señor de m il seiscientos y veinte y s ie te , m e
dió la obediencia el oficio de Prelada que o y • indignamen­
te-ten g o . Pasaron- diez años dé prelacia , en los quales tu­
ve* m uchos' mandatos del Altísim o y de lá gran- R eyn a
d e l- c ie lo , para que ^escribiese su vida sa n tísim a ,, y con
t?mcT y encogimiento, resistí todo ese tiem po á estos ór­
denes d iv in o s, hasta e l año de m il seiscientos y treinta j
si*?te, que comencé á escribirla la prim era vez. Y én a c a *
bándola , por los temores y . tribulaciones dichas , y por
consejo de un confesor que me asistia ( en ausencia del
principal que m e gobernaba ) quemé todos los papeles y
otros m u c h o s, así de esta sagrada h isto ria , com o de otras
materias graves y misteriosas ; porque me dixo que las
mugeres no habian de escribir en la santa Iglesia. O bede-
cile pronta , y despues tuve asperísimas reprehensiones de
los
Introducción. 21
los prelados y confesor que 'sa b ía toda m i vida¿ Y dé nue­
vo me intimaron cen suras, para que la escribiese otra vez.
Y el Altísim o y lá R e yn a del cielo repitieron nuevosf
naandatos, para que- obedeciese, Y esta segunda vez fué
tan copiosa lá l u z , que d e l’ ser divino t u v e , los benefi­
cios que la diestra del Altísim o me com unicó tan abun-
iaantes-( encaminados á que mi pobre alm a se renueve^,y.
vivifique en las enseñanzas de. su divina m a e stra ) las doc--
trinas taji perfectas , y los sacramentos tan en cum brados,,
que es forzoso hacer libro á parte , y será perteneciente
4 la misma, h isto ria: y su título , Leyes, de la. esppsa^ A p i-
frfí de su casto amor; y fru to cogido del arboL de l a . vida
de M a ría santísima señora nuestra,. Y . con el favor divino
empiezo á escribirla en ocho de D iciem bre de m il y seis­
cientos y . cincuenta y cinco dia de la purísima iíim.^cu-
lada Concepción.
a i M ís t ic a C íc d a » d e D io t.

gr ........... .. ' - " .....

P R I M E R A P A R T E

DE LA VIDA Y sa c r a m e n t o s DELA

R E Y N A D E L C I E L O ;

YLOQUEELALTÍSIM
OOBRÓENESTAPU-
ra criatura desde su Inm aculada Conoepcion hasta que en sus
virgíneas entrañas tomó carne hum ana el V erbo , y los fa­
vores que la hizo en estos primeros quince a n o s, y
lo m ucho que por -sí m ism a adquirió con la di­
vina gracia.

L IJ B R O R I M E RO.
CAPITULO PRIMERa
D E DOS P A R T IC U L A R E S V I S I O N E S QUE E Z ,
Señor mostró á mi alma y otras inteligencias y miste­ ,
,
rios que me compelían Á alexarme de lo terreno le- ,
vantando mi espíritu y habitación sobre la fierran

I ( C o n fié s e te , y magnificóte, R e y a ltísim o ,qu e por tu d ig -


nac^ y levantada M agestad encubriste de los sabios y
m aes-
P r im e r a P a r t e , L ib r o I. C a p . L 13

Hiátíscfós càtOà sites iTiisterlos , y los revelaste á m í , tu


esc la v a , la mas párvula é m útil de tu Ig le sia , para que
con adm iración seas conocido por todo Poderoso y Autor
d e esta o b r a , tanto m a s , quanto el instrumento es mas
vil y flaco.
a E ste Señor a ltísim o , (despues de las largas resisten­
cias que he referido , y muchos desordenados temores y
de grandes suspensiones nacidas de mi cobardía , por co­
nocer este m ar inmenso de m aravillas, en que me em ­
barco , rezelosa d« a n d a rm e en él ) m e dió^ á sentir una
virtud de lo alto fuerte , suave , eficaz y dulce ; una
lu z , que alum bra al entendimiento , reduce á la volun­
tad re b e ld e , quietando, enderezando, governando y llam an­
d o á la república de los sentidos interiores y exteriores,
y rindiendo á toda la criatu ra para el agrado y voluntad del
A ltísim o , y buscar en todo sola su gloría y honra. Es­
tando en esta disposición , oí una voz del todo Poderoso
que me lla m a b a , y llevab a tras d e sí con grande fu erza ,
levantando m i habitación á lo a lt o , y fortaleciéndom e con­
tra los le o n e s, que rugían ham brientos » para alexar m i
alm a del bien que la ofrecían en el conocim iento de
los grandes sacramentos , que se encierran en este ta­
bernáculo y ciudad santa de D io s , y librándom e de las
puertas de las tribulaciones , por donde m e convidaban
á entrar , cercada de los dolores d e la m uerte y de
la p e r iic io r í, rodeada d e la llam a de esta Sodoma y Ba­
bilonia en qu e v iv im o s , y queriéndom e atropellar « para
* Hue J
24 M í s t ic a C iu d a d de D io s .
que ciega, m e co n v M ese y entregase i eiia , ofrccíéndolííe
objetos de aparente deleyte i mis sentidos , informándo­
los .-fabulosamente con falacia y d(^o. Pero de todos es­
tos lazos -que preparaba» á mis pies me rescató e l A ltí­
simo , elevando mi espíritu , y enseñándome con amones­
taciones eficaces el cam ino de la p erfección , convidándo­
me á una vid a espiritualizada y angélica en carne m oiv
tal ; y obligándome á v iv ir tan solícita, que en m edio de
la hornaza no me tocase el fuego , y me librase de la leu*«
.gua coinquinada, quando muchas veces m e contaba terre­
nas fabylaciones; y llamándome su A lte za para que me
levantase d e l polvo y tenuidad que causa la le y del pe­
cado , y que resistiese á los efectos heredados de la na­
turaleza in fe c ta , y la detuviese en sus desordenadas iii-
iclinaciones, deshaciéndolas á la vista de la l u z , y levan-»
.tándome á m í sobre -mí. Y con fuerzas de poderoso Dio«,
correcciones de Padre y caricias dé Esposo m uchas vecea
me llam aba y d e c ia : “ Palom a mia y hechura de mis
» m an o s, levántate y date priesa, ven á li i í , que so y lúa
« y camino , y el que me sigue no anda en tinieblas,
« V en á m í que soy verdad segura, santidad c ie r t a , soy
>jcl poderoso y sabio y enmendador de los sabios,«
3 Los efeftos de estas palabras eran en m í flechas de
dulce a m o r , de ad m iración , reverencia , tem or y oonocl-
m iento de m is pecados y vileza ; con que tne retiraba f
-encogía y aniquilaba. “ Y e l Señor me decia;'* V e n , alm a,
í>veo , que so y tu D ios om nipptente, y aunque hayas, si-
wdo
pRiMiRA P a r t e , L ibro I. C ap. L as
>>do prodiga y p e ca d o ra , levántate de la tierra y ven á
>?nií, que so y tu padre ; recibe la estpla de jni amistad
f> y el anillo de esposa^
4 Y estando en esta habitación que d ig o , un dia \í
á los ángeles santos ( que son seis ) que e l todo poderoso
nie ha señ alad o, para que me‘ asistan en esta o b r a , y me
encaminen en ejla ( y en otras ocasiones d e pelea ) y me
|iurificáron y dispusiéron. Y despues de haberlo h e c h o , m^
presentáron al Señ o r, y su M agestad dió á m i alm a un
nuevo lumen y qualidad com o de g lo ria , co n que me p ro-
porcionáron , y fortaleciéron para vef' y conocer lo que es
scb ie mis fuerzas de criatu ra terrena. Y luego «e me m os-
tráron otros d o s’ ángeles d e gerarquía''superior , los quales
s e n tí, que m e llam aban con fuerza poderosa de parte del
Señor ; y tenia inteligencia , que eran misteriosísimos , y
nie querían manifestar altos y ocultos sacramentos, Respon­
d ía s d ilig e n te , y deseosa d e gozar de aquel bien |que m e
evangelizaban , y con ardiente afecto declaré m i ánimo »
que era ver lo que me querían mostrar , y con m isterio
m e ocultaban. Y ellos respondiéron luego y con m ucha se­
veridad : D e te n te , alm a. Convertirne á sus altezas , y d í-
xe le s: ''P rín cip es del Poderoso y mensageros del gran R e y
»? porqué habiéndom e lla m a d o , me deteneis así a h o ra , v io -
alentando m i voluntad y dilatando mi g o zo y alegría¿ ¿Que
« fu erzaes la vuestra y que p o d e r , que me llam a , f e r -
^ v o r iz a , solicita y d e tie n e , siendo todo á un tiem p o , Ue-
i^vándcme tras el olor de m i amado D u e ñ o , y sus ungíien-
D
25 M ís t ic a C iu d a d db D io s .
» t o s , me deteneis con prisiones fuertes ? Decidm e la can­
osa de C ito . R espondiéroíiin:: Porque es m 2aest2r, alm a,
« q i2 venj;as descalza y dasiiuáa de todos tus apatitos y
«pislones para co ao csr estos misterios aU o 5 , qu 3 no se
» co m p a le c e n , ni acom odan con iacUnaciones siniestras. D is -
« c á lz a te , co n i 3 M o y s é s , que así se lo mandáron , para que
« viera aquella m ilagrosa zarza. Príncipes y Señores mios,
«(respondí y o ) mucho se le pidió á M o y sés, que en natu-
«raleza terrena tuviera operaciones a n gélicas; pero é l era
«santo y ju s to , y yo pecadora llena d e miserias. T ú r-
«base m i corazon , y querélloins d e esta servidum bre y
« le y del p e c a d o , que siento en mis m iem bros contraria
« á la de m i espíritu. A esto m e d ixéro n : A lm a ,c o s a m u y
«violenta se te p id ie ra , si la obraras co n solas tus faer-
«zas 5 pero el A ltísim o ,-q u e quiere y pide esta dísposi-
«cion , es p o d ero so , y no te negará e l a u x ilio , si d e co -
«razón se le p id e s , y te dispones para red b irle. V su po-
w d e r ,q u e h acia arder la zarza y no qu em arse, p o ir á h a -
«cer que e l alm a encarcelada y encerrada en el fuego de
«las pasiones no se quems^^ sí ella se quiere librar. Pide
«su M agestad la que q u ie r e , y p u e i- lo p id e ; y en
»su confortacioa has d e poder lo que te m a n d a : d escálza-
« te , y llo ra am argam en te,. clam a de lo profundo de tu
« c o ra z o n , para que sea oíd a tu oracIou y se cum pla tu
»deseo.»^
5 V i lu e g o , que uti v e lo riquísimo encubría un teso­
r o , y m i voluntad se fe rv o riza b a , para que se corriese: y

se
P r i m e r a P a r t e , L i b r o I. C a p . L 27
je descubriese lo que la inteligencia ir.e manifestaba por
sacramento escondido, Y á este m i deseo se m e respondió :
‘ G tcd ece , alm a , á lo que te se amonesta y manda; des­
anúdate de tí misma y se te desci:brirá.'^ Propuse enmen­
dar mi vid a , y vencer mis apetitos ; lloraba con suspi­
ros y gemidos de lo íntim o de m i alm a , porque se me
inanifcstase este bien. Y com o lo iba proponiendo, se Íb3
corriendo e l velo que encubria m i tesoro. Corrióse pues
del todo , y viéron mis ojos interiores lo que no sabré d e­
c ir ni manifestar con palabras. V i una gran señal en el c ie ­
lo y signo m isterioso; v i una M u g e r , una Señora y R e y n a
herm osísim a, coronada de estrellas., vestida d el sol, y la lu­
na á sus pies- D ixéronm e ■
los santos á n g e le s : E sta es
»^aquella dichosa M u g e r , que v ió San Juan en e l A p o ca -
•»lipsis, y donde están encerrados depositados y sellados
»?los misterios m aravillosos d e la redención. Favoreció tan­
a t e e l A ltísim o y todo Poderoso á esta c ria tu ra , que á sus
*>espíritus nos causa adm iración. A tiende y m ira sus exce-
»ílencias; e s c r le la s , que para esto’, despues de lo que á
*'tí te conviene , se te manifiesta.” Y o conocí tantas mara­
villa s , que la abundancia m e en m u d ece, y la adm iración
i r e suspende , y aun en la v id a m ortal no ju zg o por ca­
paces de conocerlas á to d a s las cria tu ra s; y en e l discurso
d e adelante lo iré declarando.
6 O tro d ia en tiem po de quietud y serenidad en esta
misma habitación que d ig o , o í una voz del Altísim o que me
d tc ia ; "E sp o s a m i a , quiero que acabes y a de determinarte
D 2 con
28 M is t ic a C iu d a d de D io s .
íícon veras y m:: busques cuidadosa , y fervorosa me ames,
» y que tu vid a sea m is aagéUca que huTnna , y olvides
«todo lo terreno; quiérote levantar del polvo, como á pobre, y
«com o á necesitada, del estiercol ; y que levantándote yo>
»tú te hum illes, y tu nardo dé suavidad de olor , mién-
»ítras estás en rai presencia; y conociendo tu flaqueza y
» m ise rias, te persuadas que mereces la tribulación y ea
wella la hum illacioa de todo corazon. M ira mi grandeza
» y tu pequeñéz , que so y Justo y Santo , y con equidad
wte aflijo , usando de misericordia y no castiglndote co -
»>mo] mereces. Procura sobre este fundamento de la hu-
s>mildad adquirir las dem as virtudes , p^ira qU2 cum plas
j>mi voluntad , y para que te enseñe , corrija y repre-
9)henda , te señalo por m aestra á m i m adre y Vírgeni
snella te industriará y encam inará tus pasos á m i agrado
« y beneplácito,
7 E staba delante esta R eyn a » quando el A ltísío w
Señor me d is o estas palabras , y no se dedignó la d ivi­
na Princesa d e adm itir e l oficio que su M agestad le daba.
A ceptóle benignam ente, y d íxom e: '* Hija m ia , quiero que
«seas mi discipula y co m p añ era, y o seré tu m aestra; pe-
« ro advierte que me has de obedecer con fortaleza , y
«desde este dm no se ha de reconocer en tí resabio d&
«hija d e A dán. M i vida y las obras de mi peregrinación
#?y las m aravillas qué obró e l brazo poderoso del A ltísi-
ffm o conm igo han de ser tu espejo y arancel de tu v i-
Postrème ante este real trono del R e y y R eyn a del
un i-
P im e r a P a r t e , l i b r o [h C a p . 1. ^9
unIver>so, y ofrecí obedecer cn todo , y di gracias al m uy
A lto por el beneficio que m e bacìa lan scbre mis mé"
xitos de darme*! tal am paro y guia. R enové en sus ma­
ro s los votos de mi profesion , y ofrecí de nuevo obe­
decerla , y cooperar con todas mis fuerzas á la enmienda
ie mi vida, ü íx c m e el Señor : "A d v ie rte y mira. H ícelo,
9>y vi una escala de muchas gradas hermosísima , y con
»ígrande número de ángeles, que la a sistía n , y otros deseen*
íídian y subian por ella. Y díxom e su Mr^gestad : E sta es
»aquella escala de Jacob misteriosa , que es casa de Dios
9>y puerta del cielo : Si te dispusieres y tu vida fuere ta l'
»jque no hallen reprehensión mis o jo s , sijbiras á m í por
wella.”
8 E sta promesa incitaba mi deseo , fervorizaba m i vo*-
iuntad y suspendía m í e sp íritu , y con m uchas lágrim as me
quexaba de ser y o misma grave para m: y pesada. Suspira­
b a por el fin de m i cautividad , y por Tiegar á donde no ha^
Óbice que pueda im pedir al am or, Y con estas ansias gas­
té algunos d ia s , procurando perficionar m i vida , confe-»
sándqme generalmente de nuevo y reform ando algtinas Im­
perfecciones : y siempre se continuaba ía v ista .d e la cs-^
ca la ; pero no entendía su interpretación. H ice muchas pro^
m esas al S e ñ o r, proponiendo de nuevo apartarm e de todo
lo terreno , y tener libre m i voluntad para solo am arle,
6in dexarla inclinar á cosa alguna , aunque sen' pequeña y
sin sospecha ; repudié y negué todo lo fabuloso y vlsibfe*
Y pasados algunos dias en estos afectos y disposición , el
A I"
30 M í s t ic a C iu d a d de D io s .
AUísiino me declaro com o aquella escala era la vida de la
saiitísim i V irgen , sus virtudes y sacramentos. Y su M a ­
gestad me dixo : " Quiero , esposa m ia , subas por esta es-
«cala de Jacob, y entres por esta puerta del cielo á cono-
» per mis atributos y contem plar en mi D ivinidad : sube pues
» y ca m in a; sube por ella á mí. Estos ángeles que ia asis-
«ten y acompañan son los que y o dediqué para su guarda, de-
»jfensa y guarnición de esta ciudad de Sion; atiende y meditan-
»;do estas virtudes , trabaja por imitarlas’\ Parecióm e que
subía por esta escala , y que conocía la m ayor de las m a­
ravillas y prodigio mas inefable del Señor en pura cria tu ­
ra , la m ayor santidad y perfección de virtudes que ja ­
más obró e l brazo del Om nipotente. A l fin de la escala veía
al Señor de los señores, y á la R eyna de todo lo criad o , y
mandáronme, que por estos magníficos sacramentos le glorifica­
se, alabase, y ensalzase y que escribiese lo que de ellos entendie­
se. Púsome el excelso y eminente Señor en estas ta b la s , mejo­
res que las de M o y s é s , le y que m editase, y o b servase, escri­
ta con su dedo poderoso ; y movió m i voluntad , para que
en su presencia se la manifestase á la purísim a R eyn a de
que vencería mi resistencia , y con su ayuda escribiría su
vida san tísim a, llevando atención á tres cosas. L a prim e­
ra que se conozca Ja profunda- reverencia que se debe á
Dios e te r n o , y com o se ha de hum illar y abatir mas la
cria tu ra , quando su inmensa Magestad se humana mas con
e lla ; y que el efecto de los mayores favores y beneficios
ha
P rim era P a r t s , L ibro I. C ap .T. 31
ha de ser m ayor temor , reverencia , aiencíon y humildad*
L a segunda , para que el liiiage h u m a n o , olvidado de su
remedio, advierta y conozca lo que d e te á su R eyn a y madre
de piedad en las obras de la Redención; el amor y reverencia
que ella tuvo á D io s , y el que debemios tener con esta gran
Señora. L a te rc e ra , que quien govierna m í alm a , y todo el
mundo , sí fuere conveniente , ccnozcan m í poquedad y
vileza y el m al retorno que d o y de lo que recibor
9 A este m i deseo m e respondió la V irgen santísima;
^ Hija m ía , el mundo está m uy necesitado d e esta d o c-
« tr in a , porque no s a b e , ni tiene la reverencia debida al
»Señor omnipotente ; y por esta ignorancia la audacia d e
»los m ortales provoca á la rectitud de su justicia para afií-*-
«girlos y o p rim irlo s, y están poseídos de su o lv i d o ,y e s-
»curecidos con sus tin ieb la s, sin saber buscar el rem edía,
»n i atinar con la l u z y esto les viene p o r faltarles el te -
» m o r y reverencia que debían tener^^ EstoS' y otros avisos;
m e dieron e t Altísim o y la R e yn a para manifestarme su
voluntad en esta obra. Y me pareció; tem eridad y poca
caridad conm igo m ism a no ad m itir la doctrina y enseñan-
l a qu e esta gran Señora h a prometido* darm e en e l dis­
curso d e su santísima vida y tam poco m e parcci(y con­
venia d ila ta ilo para otro tiem po> porque e l A ltísim o m e
m anifestó ser este el oportuno y co n ven ien te, y sobre ello
m e d jx o estas p a la b ra s: H ija m ía, quando y o envié a í mun­
i d o á m i U n ig é n ito , estaba e n el peor estado que había te -
»ni*
32 M ís t ic a C iu d a d de D io s .
íjnido desde el p rin cip io , fuera de los pocos que me ser-
»vian , porque la naturaleza humana es tan im perfecta, que
»sino se reduce al govierno interior de mi luz y a l exerci-
»>cÍo de la enseñanza de mis m inistros, sugetándo su pro*
Mpio dictámen , y siguiéndome á m í , que soy cam in o, var­
iedad y vida , y giiardándo mis m andam ientos, sin perder
»Mili amistad , dará luego en el profundo de las tinieblas,
» y en ¡numerables miserias de abismo en a b ism o , hasta
»llegar á la obstinación en el pecado. Desde la creación y
»-•pecado del prim er hombre hasta la le y que di á M oy-
se governáron segun sus propias inclinaciones y come-*
«tíéron grandes yerros y pecados. Y aunque despues de la
» ley los hacian por no la obe'decer y así fuéron caminan-
«do , y alexándose mas de la verdad y luz , y llegando
« al estado del sumo o lv id o ; y o con paternal amor envie
«la salud eterna , y la medicina á la naturaleza humana
»para remedio de sus enferm edades in cu rab les, con que
»justifiqué m i causa. Y com o entónces atendí al tiempo,
»que mas resplandeciese esta misericordia ; ahora quiero ha,
»cerles o tra m uy grande , porque es e l tiem po oportuno
»de obrarla , miéntras llegue mi h o r a , en la qual halla**
» rá el mundo tantos c a rg o s , y tan sustanciados sus proce-,
»sos que conocerán la causa justa de m i indignr.cion. E a
»ella manifestaré mi enojo, justicia y equidad y quan biea
»justificada está m i causa. Para mas hacerlo , y porque es el
» tiem p o , en que el atributo de mi misericordia mas so
»ha de m anifestar, y en que quiero que rni anior no es-
»té
P r im e r a Parte , L i b . I, C ap. I. 33
»té ocioso ; ahora quando e l mundo ha llegado i tan desdi-
ech ad o siglo , despues que el V erbo en ca rn ó , y quando I05
»>mortales están mas descuidados de su bien , y ménos le
» b u scan ; quando mas cerca de acabarse el dia de su tran-
íísitoria vida, al poner del sol del tie m p o , y quando se
»llega la noche de la eternidad á los p rescito s; quando
» á los justos les nace el eterno dia sin noche \ quando de
»los m ortales lo s . mas están en las tinieblas de su ign o-
«rancia y c u lp a s , oprimiendo á los ju s to s , y burlando de
»los hijos de D io s ; quando m i le y santa y divina se des-
»precia por la iniqua m ateria de e sta d o , tan o d io sa, co -
« m o enem iga de mi providencia ; quando ménos obligado
»m e tienen los malos ; m irando á los justos que h a y en
»este tiem po para ellos aceptable , quiero abrir á to -
»dos una puerta para que por ella entren á m i misericor**
» d ia , y darles una lu c e rn a , para que se alum bren en las
»tinieblas de su ceguedad : Quiero darles oportuno r e -
» m e d io , si de el se quieren v a le r , para venir á mi gracia;
» y serán m uy dichosos los que le h a lla re n , y bienaventu*
»rados los que conocieren su valor , ricos los que encontra-
»ren con este te s o ro , felices y m uy sabios los que con re -
»verencia le escudriñaren y entendieren sus enigmas, y sa-
» cram en to s: Q uiero que sepan quanto vale la intercesión d e
» la que fué rem edio de sus c u lp a s , dando en sus entrañas
» vid a m ortal al Inmortal. Q uiero que tengan por espejo, don-
»de vean sus in g ra titu d e s,la s obras m aravillosas de mi t.:-
^?deroso brazo con esta pura c ria tu ra , y m ostrarle; n i
E
3^ M ística C iüdai> de D ios.
»que están ocultas por mis altos ju ic io s , de las que hice coa
wla M adre del V erbo/’
IO " E n la prim itiva Iglesia no las manifesté , porque
»son misterios tan magníficos , que se detubieran los fie-
wles en escudriñarlos y ad m irarlos, quando era necesario:
»que la le y de gracia y el Evangelio se estableciese. Y
«aunque todo era com patible ; pero la ignorancia hum ana
Hpudiera padecer algunos rezelos y dudas , quando ta a
»en sus principios estaba la fe de la E ncarn acioa y R e-
»deiicion ,• y los preceptos de la nueva le y E vangélica. Y
»por esto dixo. la persona del V erbo hum anado á sus dís*-
»cípulos en la últim a c e n a : M uchas cosas tenia que deci-^
» r o s ; pero no estáis ahora dispuestos para recibirlas, Ha~
»»■bió en ellos á todo el mundo , que no ha estado dispues-
»to hasta asentar la le y de g r a c ia , y la fe del h ijo , par a
»introducir los misterios y fe de la raadre. Y ahora es m ayor
» la necesidad , y ella me obliga raas que su disposición. Y
wsi nie obligasen reverenciando , creyendo y conociendo
»las m aravillas que en sí encitrra la m adre d e piedad,,
» y si todos solicitasen su intercesión , tendría el mundo,
»algún r e p a r o s i lo. hiciesen de corazon. Y no quiero de-
»xar de ponerles delante esta mística ciudad de refugio:
'»descríbela y dibúxala com o tu cortedad alcanzare. Y no.
»quiero que' sea esta descripción y declaracioa de su vid a
»opiniones , ni contemplaciones , sino la verdad cierta. Los
»que tienen oidos de o i r , o y g a n ; los que tienen s e d ,v e n -
»gan á las aguas vivas , y ^dexen las cisternas disipadas
» lo s ."
P rim e ra P a w te , L ib . L C ap. 1. 35
«los que quieren luz , sigánla hasta e l E sto diee el
Señor Dios omnipotente.
II Estas son las palabras que e l A ltísim o me dixo
en la ocasion que he referido. Y del modo com o recibo
esta doélrina y lu z , y com o conozco al S e ñ o r, diré en
e l capítulo siguiente , cum pliendo con la obediencia , que
m e lo ordena , y para dexar declarado en todas las in­
teligencias , y m isericordias, que de este genero re c ib o , J
referiré adelante.

C A P ÍT U L O IL

VECZARASE EL MODO , CX)MO EL SEÑ OR


manifiesta á mi alma est o 9 tnisterics y vida de ÌA
Reyna del cielo , en el estado que su
M agesfad me ba puesto*

12 ara dexar advertido y declarado en lo restante


de esta obra el modo con que me manifiesta el Señor es­
tas m a ra v illa s, ha parecido conveniente poner en el prin­
cip io este c a p ítu lo , donde lo daré á entender com o pudiere
y me fuere concedido.
13 Despues que tengo uso de razon he sentido un be­
neficio d el S e ñ o r, que le jü z g o por el m a yo r de los que
E 2 3U
g6 M ís t ic a C iu d a d de D ios .
su liberal mano me ha hecho ; y es haberme dado su
A lte za un tem or íntimo y grande de p e rd e rle ; y este me
ha provocado y m ovido á desear lo mejor y mas seguro»
y siempre obrarlo y pedirlo al Altísim o , que ha crucifi­
cado mis carnes con esta flecha , porque tem í sus juicios:
y siempre vivo con este p a v o r, si perderé la am istad del
todo P oderoso, y si estoy en ella. M i pan de dia y de
noche han sido las lágrim as que me causaba esta solici­
tud , de la qual m e ha nacido en estos últimos tiem pos que
corren ( quando los discípulos del Señor , que profesan
v ir tu d , es menester sean de los o c u lto s, y que no se m a­
nifiesten ) el hacer grandes peticiones á D io s , y solicitar la
intercesión de la R eyn a y V irgen pura , suplicándole con
todo mi corazon me g u íe , y encamine por un cam ino rec­
to y oculto á los ojos de los hombres.
14 A estas repetidas peticiones m e respondió e l Señor:
^'No te m a s, alm a , ni te aflijas, que y o te daré un esta­
ndo y cam ino de luz y segu rid ad , de m i parte tan oculto
» y estim ab le, que sino es el Autor de él , no le conocerá;
»jy todo lo exterior y sugeto á peligro te faltará desde o y,
j>y tu tesoro estará escond id o: guardále de tu parte y coQ-
?>sérvale con vid a perfecta. Y o te pondré en una senda
oculta , c la r a , verdadera y p u r a ; cam ina por ella /' D es­
de entónces conocí m udanza en mi interior , y un €sta-
«do m uy e*piritualizado. A l entendimiento se le dió una
nueva l u z , y se le com unica , y infunde s c ie n c ia , con
la qual conoce en D ios todas las cotas y lo que «on ea

P r im e r a Parte , L ib . I. C ap. IL 37
sí y sus operaciones; y se le manifiestan según es la vo­
luntad del Altísim o que las conozca y vea. E s esta in­
teligencia y lum en que alum bra', sa n to , suave, y puro, su­
til , agudo , m o b le , cierto y lim pio : hazc am ar el bien
y reprobar el mal. E s un vapor de la virtud de D io s, y
emanación sencilla de su l u z , la qual se me pone com o
espejo delante del entendim iento, y con la parte supe­
rior del alm a y vista interior veo m u c h o ; porque el ob­
jeto , con la lu z que de él reverbera , se conoce ser infini­
to , aunque los ojos son lim itados y corto el entendimiento.
E sta vista es com o si el Señor estuviese asentado en un
trono de grande M agestad , donde se conociéran sus atri­
butos con d istin ció n , debaxo del lím ite de la m ortalidad;
porque le cubre uno com o cristal purísimo que media ; y
por él se conocen y divisan estas m aravillas y atributos,
o perfecciones de D ios con grande claridad y distinción;
aunque con aquel velo , ó medio que im pide el verle del
todo inmediata ó intuitivam ente y sin velo , que es este
com o c r is ta l, que he dicho. Pero el conocim iento d e lo
que encubre no es penoso , sino adm irable para el
entendimiento , porque se entiende que es infinito el
objeto , y lim itado é l que le m ira ; y le dá esperan­
zas , que si lo grangea se correrá aquel v e lo , y quita­
rá lo que media , quando se desnude el alm a de la mor­
talidad del cuerpo.
x$ E n este conocim iento h a y m odos, ó grados de ver
d e parte del S e ñ o r, según es la voluntad d iv in a mostrar*
lo
m ís t ic a C iud ad dé D ios. .
lo ; porque es espejo voluntario. Unas veces se manifies*
ta mas c la r a m e n te o tr a s ménos. Unas veces se m uestran
algunos misterios , .ocultando o tr o s , y siempre grandes. Y
«sta diferencia suele seguir también la disposición del al­
ma ; porque sino está con toda quietud y p a z , ó ha co­
m etido alguna culpa ó im perfección por pequeña qne sea,
no se alcanza á ver esta lu z en el modo que digo. Y
donde se conoce al Señor con tanta claridad y certeza
que no dexa duda alguna de lo que se entiende. P ero
|M:imero y mejor se conoce ser D ios el que está presen­
t e , que se entienda tod o 16 que su M agestad habla. Y
este conocim iento hace una fuerza s u a v e , fuerte y eficaz
para a m a r , servir y obedecer al Altísim o. E n esta c la ri­
dad se conocen grandes m iste rio s, quanto -vale la virtud ,
y quan preciosa cosa es tenerla y o b ra rla , conócese su
perfección y seguridad ; siéntase una virtud y fuerza que
com pele á lo bueno , y hace oposicion y pugna con io
m alo y con las pasiones; y muchas veces las vence. Y
si la alm a goza de esta lu z y v is t a , y no la pierde,
no es v e n c id a ; porque la dá án im o, fe r v o r , seguridad , y
alegría : cuidadosa y solícita llam a y le v a n ta , dá ligere­
za y b r io , llevando tras de sí lo superior del alma á lo
inferior ; y aun el cuerpo se a ligera ,y queda com o espirituali­
zado por aquel tiem po, suspendiéndose su gravam en y peso.
i6 Y como el alm a conoce, y siente estos dulces efectos, c o a
am oroso afeñ o d ic e al A ltísim o : íe, y corre*
rémos ju n to s ; porque unida con su amado no siente la*

tos
PíUMERA P a r t e , L ib , 1. Cap,. H.. 39
operaciones terrenas. Y dexándose lleva r del olor de es­
tos ungüentos de su querido , viene á estar mas donde ama»
que donde anima. D ex a desierta la parte in fe rio r, y quan­
d o la vuelve á buscar , es para p erficio n a rla , reform an­
do , y com o degollando estos anim ales apetitos d e las pa­
siones : y si ta l vez se quieren r e b e la r , ios arroja el alm a
con velocidad, porque y a no viVo yo , pero C h risto vive en mf*
17 Siéntese aquí por cierto modo en todas las opera­
ciones santas y m ovim ientos la asistencia del espíritu de
Christo , que es D io s , y e s vida de la a h n a , conocién­
dose en e l fe r v o r , en el d e se o , en la l u z , en la eficacia,
para obrar una fuerza interior que solo D ios la puede hacec^
Siéntese la continuación y virtud de esta lu z y el am or
que causa y una habla íntim a , continuada y v iv a que
hace atender á todo lo- que es d iv in o , y abstrae d e lO'
te rre n o ; en que se manifiesta v iv ir Christo- e n m í, su vir­
tu d y l u z , que siempre luce en las. tinieblas. Esto, es
propiamente estar en los atrios, de l a ca sa del Señor, por-^
que está el alm a á la vista ., donde: reverbera la clarid ad
d e la lucerna del cordero*
18 N o digo que es toda la l u z , pero es p a r te ; y es­
ta parte es un conocim iento sobre las fuerzas y virtud-
de la ■
criatura. Y para esta vista anima el Altísim o al
entendim iento, dándole una qualidad y lumen para que
esta potencia se proporcione con el co n o cim ien to , que es
sobre sus fuerzas : y esto tam bién se entiende y conoce
e n este estado con la certeza que se creen , ó cono­
cen
40 M is t ic a C iu d a d de D ios .
cen las dem as cosas divinas ; pero aquí tam bién acom ­
paña la f e , y en este estado muestra e l todo Poderoso al
alm a el valor de esta ciencia y lu m b re , que le infunde,
no se puede extinguir su luz : y todos los bienes me
vinieron juntos con ella , y por sus manos una honestidad
de grande precio. E sta lucerna vá delante de m í , ende­
rezando mis caminos : aprehendila sin ficción , y deseo co­
m unicarla sin e n v id ia , y no esconder su honestidad. E s
participación de D io s , y su uso es buen deleyte y alegría.
D e im proviso enseña m ucho, y reduce el corazon, y con fuerza
poderosa l l e v a , y aparta de lo engañoso ; en lo qual, so-
lo mirándolo á esta lu z , se halla una inmensidad de amar­
gura ; con que mas se alexa de esto momentáneo , y cor­
riendo h u ye la alm a al sagrado y refugio de la verdad
eterna , y entra en la bodega del adobado v in o , donde
ordena e l m u y A lto en m í la caridad. Y con ella me com ­
pele á que sea paciente y sin envidia ; que sea benigna
sin ofender á n a d ie; que no sea sobervia ni am biciosa; que
no me a ír e , ni piense m al de los p ró xim o s, que todo lo
sufra y tolere. Siempre me dá v o c e s , y amonesta en m i
secreto con fuerza poderosa, para que obre lo mas santo
y puro , enseñándomelo en todo ; y si falto aun en lo mas
pequeño , me reprehende , sin disimular cosa alguna,
19 E sta es luz que á un mismo tiem po alu m b ra, fer*«
voriza , enseña , reprehende , mortifica y vivifica , llam a y
detiene , amonesta y co m p ele, enseña con distinción el bien
V el m a l, lo encumbrado y lo profundo , la longitud y
la -
P r im e r a P arts , L ib , I. C ap. Ü. 4»
la titu d , el m u n d o , su estado, su disposición, sus engaños^
fabulaciones y falácias de sus moradores y am adores; y
sobre todo me enseña á hollarlo y p isa rlo , y levantarm e
al Señor, mirándole com o supremo Dueño y Governador
de todo. Y en su M agestad veo y conozco la disposición
^ e las cosas , las virtudes de. los elementos , el principio,
medio , y fin de los tiem pos y sus mutaciones y variedad;
■el curso de los a ñ o s, la harmonía de todas las criaturas y
«US qualidades ; todo lo escondido de los h o m b res, sus ope­
raciones y pensam ientos, y lo que distan de los d el Se-
%
•ñor ; los peligros en que viven y sus caminos siniestros
por donde corren ; los e sta d o s, go viern o s, su momentánea
firm eza y poca estabilidad ; lo que es todo su principio y
f i n ; lo que tienen de verdad ú de mentira. Todo esto se
v é y conoce en Dios distintam ente con esta l u z , conocien­
d o las personas y condiciones. Pero descendiendo á otro
estado mas in fe rio r, y que el alm a tiene de ordinario, en
tjiie usa de la substancia , y hábito_de la l u z , aunque no
•de toda su claridad. E n este hay alguna lim itación de
aquel conocim iento tan alto , y de personas y estad o s, se­
cretos y pensamientos que he dicho ; porque aquí en este
lugar inferior no tengo mas conocimiento de lo que basta
para librarm e del peligro y huir de p ecad o , com padecién­
dome con verdadera ternura de las personas , sin darme
licencia para hablar con claridad con nadie , ni descubfir
lo que conozco. N i pudiera hacerlo , porque parece quedo
m uda , sino es quando el A utor de estas obras tai vez d i
F Ü-
T ‘4 ’i M/ stica C iudad de D ios .
lic e n c ia , y o rd e n a , que amoneste á algún p ró x im o ; p ero
no ha de ser declarando el m o d o , sino hablando a l cora­
zon con razones lla n a s , Usas ^ comunes y ca ú tativa s ea
D io s ; y pedir por estas necesidades, que para esto me lo
enseñan. ' " ‘
20 Y aunque todo esto he cc«ioddo- con c la r id a d , ja ­
mas el Señor m e ha mostrado el fin malo de ninguna al**
m a , que se h aya condenado. Y ha sido providencia d iv i­
na ,, porque es así justo , y no se ha de manifestar la con­
denación dC: nadie sin grandes f i n e s y porque si lo cono­
ciera , juzgo m uriera de psná. Y fuera efecto del conoci­
miento de esta luz , porque es gran lástim a ver que algu­
na alma carezca para siempre de Dios. Y le he suplica­
do no me muestre alguno que. se condene ; y si pueda
librar con la vida á alguno que esté en pecado- ^ no re ­
husaré e l . tra b a jo , ni que el Señor me lo muestre ; pero
■e l que no tiene remedio no le vea yo*
31 Dánme esta l u z , no para que declare mi sacramen­
to en. particular , sino para que con prudencia y sabiduría
use de él. Quédam e este lumen com o una susbtancia, que
vivifica ( aunque es accid en te) que em ana de D io s , y un
. hábito para usar de él , ordenando bien los sentidos y par­
te inferior. Pero en la superior del espíritu siempre g o zo
de una visión y habitación de paz ; y conozco inteleélual-
mente todos los misterios y sacramentos que se me mues­
tran de la vida de la: R eyn a del c ie lo ,, y otros m uchos'
d e la fe , que casi iacesantemente tengo presentes : á lo
me-
Pm m i^A P a r t e , L ib r o L C ap. II.
m énos la luz nunca la pierdo de vista, Y si alguna ve¿
desciendo , com o c ria tu ra , con atención á la conversación
h u m a n a , luego me llam a el Señor con rigor y fuerza sua­
v e , y me vu elve á la atención de sus palabras y locu­
ciones , y al conocim iento de estos sacramentos , gracias
y virtudes y obras exteriores y interiores de la M adre vir­
gen , com o iré declarando.
22 A este modo y en los estados y lu z que d ig o , veo
ta m b ié n , y conozco á la misma R e y n a , y Señora nues­
tra quando m e habla, y á los santos ángeles y su naturale­
z a y excelencia. Y unas v e ceS 'lo s c o n o zc o , y veo en el
S e ñ o r, y otras en sí mismos ; pero con d iferen cia , porque
para conocerlos en si mismos desciendo algun grado mas
inferior. Y también conozco e s t o ; y resulta de la diferen­
c ia de los ob jeto s, y e l modo de m over al entendimien­
to. Y en este grado mas inferior v e o , hablo y entiendo á
los santos príncipes ; conversan co n m ig o , y me declaran
m uchos de los misterios que el Señor me ha m ostrado; Y
la R eyn a del cielo me declara , y manifiesta los de su santísi­
m a vid a y los sucesos adm irables de ella : y con distin­
ción conozco á cada una de estas personas por s í , sintien­
do los efeélos d iv in o s, que cada qual respeétívam ente hace
en el alma.

• 3 E n el Señor los veo com o en espejo voluntario, mos­


trándome su M agestad los Santos que q u ie re , y com o gusta,
Gon una claridad grande y efeélos mas superiores; poi*qiie se
Conoce con adm irable lu z el mismo S e ñ o r, y á los Santos
F a y
M ís tic a C it o a d ©e Dios^
y sus excelentes virtudes y m aravillas, y com o las obrá-
Ton con ia gracia , en c u y a virtud todo lo pudiéron. Y
en este conocim iento queda la criatura m as abundante y
adequadamente llena de gozo que la llena de mas virtu d
y satisfacción , y queda, com o en el descanso de su centro»
porque quanto es mas intelectual y ménos. corporeo y im a­
ginario , es la lu z mas fuerte y los efedos mas a lto s, ma.-
y o r la substancia y certeza que se siente., Pero también h ay
aquí una diferencia y. que se conoce ser mas superior la
vista ó conocimiento del mismo Señor y de sus atributos
y perfecciones y sus efeélos son dulcísimos é in efá b le s;y
que es grado mas inferior v e r ^ y conocer las criaturas aun
en el mismo Senor^. Y esta inferioridad me parece , que en
parte nace de la misma alm a , que com o su. vista es tan
lim ita d a , no atiende ta n to , ni conoce á Dios con las criar
tu ra s , como á sola su M agestad sin e lla s : y esta vista sola
parece que tiene mas plenitud de gozo que el ver en D ios
las criaturas. Tan delicado es este conocim iento de la D i­
v in id a d , que atender en ella otra c o s a , le im pide a lg o , á
lo ménos miéntras son mortales..
24 E n el otro estado mas. inferior del que he dicho,
veo 1 la. V irgen santísima en sí. misma y á los ángeles; en­
tien d o , y conozco el modo de enseñarme, hablarm e y ilus­
trarm e , que es sem ejante, y á la manera que los mismos
ángeles se dan luz , comunican y hablan unos á otros , y
alumbran- los superiores á los inferiores.. E l Señor dá esta
lu z com o prim era c a u sa ; pero de aquella participada que
esta
P r im e r a - P a rte L ib . L G ap. II. 4S
esta R eyna goza con tanta p le n itu d , la com um ca á*la par­
te superior de la alm a, conociendo y o á su A lteza y sus p re -
rogativas y sacram entos, del modo que el ángel inferior
conoce lo que le com unica e l superior. - Tam bién se cono-'
ce por la doctrina que enseña y por la eficaoia que tiene;
j por otras condiciones que se sienten , y gustan de la pu-^
r-eza , alteza y verdad' de la visión ; donde nada impuro,
obscuro , falso, ó sospechoso se- reconoce ; y nada santo, lim ­
pio y verdadero se dexa de reconocer» L o mismo me su^*
cede- en su modo con los santos prmcipes y así me lo
h a mostrado muchas- veces el Señor , que la comunicación
é ilustración con mi interior es como, la tienen ellos entre
sí mismos. Y muchas veces me- sucede , que pasa la ilur-
m inacion p o í todos -estos arcaduces y conduélos^ q^ie el Se--
ñor d á l a inteligencia y l u z , ó el objeto de e l l a , y la V iC ’-
gen santísima la declara , y los ángeles me dan los térm i­
nos. Otras veces ( y. lo mas^ o rd in ario) lo hace todo elSe»-
ñ o r , y me enseña la doétrina ; otras lo hace la- Reyna»
dándolo ella to d o ;.y otras los ángeles y tam bién- suelen
darm e la inteligencia. sola , y los términos para declararm e
los tomo y o d e lo que tengo entendido. Y en esto podría'
errar , si lo permitiese el S e ñ o r, porque so y m nger ig­
norante , y me v a lg o de lo que he oído : y quando tengo
alguna dificultad en declarar las in teligen cias, acudo á m i
maestro y padre esp iritu al'en las^ materias • mas arduas y

difíciles,
25^ Visiones corporeas en estos tiem pos y estados ten­

go
+6 M ís t ic a . C iu d a d ce D io s .
:ge m uy pocas veces , pero algunas im aginarias s í : y
ta s sen en grado mucho mas inferior á todos los que
ten go d ic h o s, que son m uy superiores y espirituales ó
intelectuales. Y lo que ^uedo a seg u rar, es que en todas
ilas inteligencias grandes y pequeñas, inferiores y supe­
riores del Señor , de la Virgen santísima y de los santos
üngeles , en todas ellas recibo abundantísima luz y doctri­
n a m uy p ro vech o sa , en que veo y conozco la verdad,
l a m ^ -or perfección y santidad.: y siento una fuerza y
lu z d iv in a , que me com pele á desear la m ayor pureza
4 e l alm a , y la gracia d e l Señor , y m orir por ella , y
o b ra r en io d o lo mejor. Y con estos grados y modos d e
in teligen cia que he d ich o , conozco todos los mis­
terio s de la .vida de la R eyn a del cielo con grande prove­
c h o y júbilo de mi espíritu. Por lo qual , de todo mi co­
razon y m ente'm agniíico al todo Poderoso, le engrandez­
c o , adoro y confieso por santo y onanipotente Dios, fuer­
t e y admirable , digno de a lab an za, m agnificencia,
a?ia y reverencia p o r iodos los sig lo s, Amen*

CA-
P r im e r a P a r t e C a p . Iir.. ; 47
«

CAPÍTULO III..

BE LA IN T E L IG E N C IA QUE TUFE DE L A
Divinidad , y del decreto que D ios tuvo de criar
todas las cosas,

o R ey a ltísim o , y sapientísimo Señor , quan ia-¡-


compréhensibles son tus juicios y tus caminos in v e stig a -
bles ! Dios in v ié to , que has de perm anecer para siempre,,
y no se te conoce o rig e n ; ¿q u ien podrá conocer tu gran^
d e z a , y bastará para contar tus magníficas o bras? ¿Y'
quien te podrá decir ¿ porque así lo hiciste ? Pues tú' eres-
A ltísim o sobre todos , y nuestra vista no te- puede al­
ca n zar , ni nuestro entendim iento com prehender. Bendito*
se a s. R e y m agn ífico , porque le dignaste de m ostrar á es­
ta tu esclava y v il gusanillo grandes sacram entos , y al^
tísimos m isterios , levantando m i habitación y suspendien^
do mi espíritu^, á donde v i lo que no sabre decir. Ví^
al Señor y criador de todos. V i una alteza en sí misma¡
ántes de criar otra cosa alguna ; ignoro e l modo co­
mo se me m o stró , mas no lo que vi y entendí. Y sa­
be su M agestad que todo lo com prehende , que para
hablar de su D e id a d , mi pensar se suspend e, m i alm a
se conturba , mis potencias en sus operaciones se atajan,
y toda la parte suoerior d exa á la inferior desierta,
des-
43 M í s t i c a C i u d a d d e D io s :

despide á los sentidos, y vuela adonde am a , desam­


parando á quien anim a : Y en estos desalientos y deli­
quios amorosos mis ojos derraman lá g rim a s, y enmude­
ce mi lengua. ¡ O altísimo, é incomprehensible Señor m’io,
objeto infinito de mi entendimiento , xóm o á tu vista
( porque eres sin m ed id a , y eterno ) me hallo aniquila­
da , y mi ser se pega con el p o lv o , y apénas divi­
so lo que so y ! ¿Cómo esta pequeñéz , y miseria se
-atreve á m irar tu m agnificencia -y grande Magestad? A ni­
ma , Señox , mi ser, fortalece mi vista , y dá aliento á
m i p avor, para que pueda xeferir lo que he v is to , y
^obedecer tu mandamiento.
Vi al Altísim o con el en ten d im ien to, com o es­
ta b a su A lteza en sí mismo ; y tuve clara inteligen-
'CÍa con una noticia verdadera de que es un D ios infi­
nito en substancia y atributos , eterno , suma T rinidad en
tres personas , y un solo D ios verdadero. Tres , por­
que se exercitan las operaciones de c o n o c e rs e , com pre-
,h enderse , y amarse ; y solo Uno , por conseguir el bien
d e la unidad eterna. E s Trinidad de P a d r e , H ijo y E s-
píru santo* El Padre no es heciio , ni criado, ni en­
gendrado , ni puede serlo , ni tener origen. Cono­
cí que él Hijo le trae del Padre solo p o r eter­
na generación , y «on iguales en duración de eternidad,
y es engendrado de la fecundidad del -entendimiento del
Padre. E l Esj)íritu santo procede del Padre y del H i­
jo por am or. E n esta individua Trinidad no h a y cosa
que
P r im e r a Pa r t e L ib . I. C ap. líl. ' 49
que se ’■pueda decir prim era , ni postrera , m ayor , ni
menor : todas tres personas en sí son igualm ente eternas
y eternamente iguales ; que es una unidad de esencia en
Trinidad de personas, y un Dios en la individua Trinidad,
y tres personas en la unidad de una substancia. Y no se
confunden las Personas por ser un D ios ; ni se aparta
ó se divide la substancia por ser tres personas ; y siendo
d istin tas, en el P a d r e , en el Hijo , y eñ el Espíritu san­
to es una misma la d iv in id a d , igual la gloria y la mages-
tad , el poder , la etern id ad , inmensidad , sabiduría y san­
tidad y todos los atributos. Y aunque son tres las perso­
nas , en quien subsisten estas perfecciones infinitas, es uno
solo e l D ios verdadero , el Santo , J u sto , Poderoso, E ter­
no y sin medida.
28 T u ve también inteligencia de que esta divina T ri­
nidad se com prehende con una vista simple ; y sin' que sea
necesaria nueva, ni distinta noticia , sabe el Padre lo que
e l H ijo , y el Hijo y e t Espíritu santo lo que el Pa­
d re ; y que se aman entre sí reciprocam ente con un m is­
m o am or inmenso y e te rn o , y es una unidad de enten­
d er ^ amar y obrar ig u a l, é in d ivisib le, que es una sim­
p le , im corporea y indivisible n a tu ra le za , un ser de Dios
v e rd a d e ro , en quien están en supremo y infinito grado
todas las perfecciones juntas y recopiladas.
29 C o n o c í la c o n d ic io n d e e s ta s p e r f e c c i o n e s d e l A l t í ­
s im o , q u e es h e rm o so s in fe a ld a d , g r a n d e s in q u a n ti-
, b u c r .o s in c a l i d a d , e t e r n o s in tie m p o , fu e rte s in
G f ia -
go m ís t ic a C iu d a b de D io s .

flaqueza, v i l a sin m D rtalidii, verdadero sin falsedad, presente


en to lo tugar, llenándole sin ocuparle, que está en todas las co.
sas sin extensión; no tiene contradicción en la bondad, ni de­
fecto en la sab id u ría; en ella es inestimable , en consejos te r­
rib le , en juicios justo , en pensamientos secretísim o, en pa^
labras verdadero , en obras santo , en tesoros rico ; á
quien ni el espacio ensancha , ni la estrechez de lugar
es angosta , ni la voluntad es varia , ni lo triste lo
coatnrba , ni las cosas pasadas p a sa n , ni las futuras su­
ceden , á quien ni el origen dió principio , ni el tiem po
dará" fin. ¡O inm ensidad e te r n a , qué interm inables espacios
h e visto en tí! ¡Q ne infinidad reconozco en vuestro s e rin -
fi.iito ! N o se term ina la vista , ni se acaba , m irando á
este objeto iVunítado. E ste es el ser incom utable, el ser sobre
tod o ser, la santidad perfeiftísíma, la verdad constantísim a; esto
es lo infin ito, la h t i t u i , longitud , la alteza y profundidad, la
gloria y sa causa , el descanso sin fatiga , la bondad en
grado inmenso. T o d o lo vi junto, y ño a cierta á decir lo que vi.
30 V i al Señor como estaba ántes de cria r cosa algu­
n a , y con admiración reparé donde te n ia su asiento e l
A ltísim o ; porque no habia cielo E m p íre o , ni los dem as
inferiores , ni sol , luna , ni estrellas, ni elementos , y so­
lo estaba el C riad or sín haberlo criado. T odo estaba de­
sierto sin el ser de los á n g e le s, ni de los hom bres, ni
de los an im ales; y por esto c o n o c í, que de necesidad se
h a de conceder estaba D ios en su m ism o ser , y que de
ninguna cosa á t ias que crió tuvo n ecesid ad , ni las ht>-
vo
pRiMiRA P a r t e L ib . I. C ap , III. gì
vo m enester ; porque tan infinito era en atributos ántes
de criarlas, com o despues ; y en toda su eternidad los tu­
vo y tendrá por estar com o en sugeto independente y in­
creado. Y ninguna perfección perfecta y sim ple puede fal­
tar á su divinidad ; porque e lla sola es la que es, y con­
tiene todas las perfeccio n es, que se hallan en todas las cria­
turas , por inefable y em inente modo ; y todo quanto tie­
ne ser está en aquel ser infinito com o efeélos en su
causa.
31 Conocí que en e l estado de su mismo ser estaba
el Altísim o , quando entre las tres D ivinas Personas (á nues­
tro entender ) se decretó e l com unicar sus perfecciones,
dem anera que hiciesen dones de ellas, Y - es de advertir^
para mejor d e cla ra rm e , que D ios entiende todas las cosas
con un a d o en sí rnismo indivisible y sim plicísim o y sin
discurso ; y no procede d el conocim iento de una cosa á
conocer otra , com o nosotros procedem os discurriendo
y conociendo prim ero una con un afío del entendim ien­
to , y luego otra con otro ; porque D ios todas las cono­
ce juntam ente de una v e z , sin que h a y a en su entendi­
miento infinito prim ero ni postrero ; que aUí todas están
juntas en la nocida y ciencia divina increada , com o lo
están en el ser de D io s , donde se encierran y contienen
com o en prim er principio.
32 E n esta c ie n c ia , que prim ero se llam a de «imple
inteligencia , según la natural precedencia d el entendimien­
to á la .v o lu n t a d , se h a;d e considerar ea D ios un crden.
G2 no
52 M ís t ic a O udad te D io s .

no de tiempo , mas de n atu raleza, 'según el qual ó rd en ,


prim ero entendemos que tuvo aélo de en ten d im ien to,
que de voluntad ; porque primero consideramos solo el ac­
to de entender sin decreto d d querer cria r alguna cosa.
Pues en este estado , ó instante confiriéroa las tres Divinan
Personas con a q u d aélo de entender la conveniencia de
las obras ad extra , y d e todas las criaturas’ que hati si­
do , son y serán*
33 Y porque su M agestad quiso dignarse de respon­
derme al deseo’ que le p ro p u s e , indigna d e saber el ór-
den que tuvo , ó el que nosotros debémos entender , en
la determ inación de criar todas la s cosas ; y yo lo pe­
dia para saber el lugar , que en la mente divina tu vo la
madre de D io s y K eyna nuestra ; diré com o pudiere lo
que se me r e s p o n d i ó y n ^ n ife stó , y el órden que enten­
dí en estas ideas en Dios , reduciéndolo á in sta n te s; por­
que sin esto n o se puede acom odar á nuestra capacidad
la noticia de esta ciencia d ivin al; que y á se llam a aquí
ciervcia de visión , adonde perteiKccn la^ ideas , ó tmág©'
nes de las c ria tu ra s, que decretó criar , y tiene en su
mente ideadas , conociéndolas infínitanKnte mejor que no>-
«otros las venios y conocemos ahora.
34 Pues aunque esta divina ciencia es una símplicísr-
ma y indivisible ; pero com o las cosas que m ira son
muchas , y entre ellas h a y ó rd e n , que unas son pri­
meras y otras despues , unas tienen ser ó existencia
por o tr a s , con dependencia de las unas á las o tr a s ; por
es-
P r im é r a P a r te , L ib k ó I. C a ?. H l. S3
esto es necesario dividir la ciencia de Dios, y lo mismo la
voluntad en muchos instantes , ó en m uchos a ¿lo s, que
correspondan á diversos in stan tes, segun e l orden de los
objetos. Y aeí decimos que D ios entendió y determ inó pri­
mero esto que a q u e llo , y lo uno por lo otro ; y que
si primero no q u isiera , ó conociera con ciencia de vi­
sión una cosa , no quisiera la otra. Y no por esto se
ha de entender que tuvo Dios muchos aéíos de entender,
ni querer ; mas queremos significar que las cosas están en­
tre sí encadenadas y suceden unas á otras ; y im aginándolas
con este órden objetivo , refundimos ( para entenderlas me­
jo r ) el mismo órden en los a¿los de la divina ciencia y
voluntad.

C A P Í T U L O I V,

J D I S T R in U T E N S E POR IN S T A N T E S ZOS DI-~


vinos decretos declarando lo que en cada uno determino
\)ios a cerca de su comunicación
ad ex tra ,

35 E . orden entendí que se debía distribuir por los ins­


tantes siguientes. E l primero es en el qi;c conoció D io s sus
■divinos atributos y Ferfccciones con la propensión y ine­
fable inclinación á com unicarse ftiera de sí. Y este ftié el
prim er conocim iento de ser D io s com u;iicativo ad eMtra.
M i-
54 M ís t ic a C iu d a © de D io s ,

M irando su íílteza h condicion de sus infinitas perfeccio­


nes , la virtud y eficacia que en sí tenian para obrax m ag­
níficas o b ra s, vió que tan suma bondad era convenientí-
simo en su equidad y com o debida y forzoso co m u n icarse,
para obrar según su inclinación com u n icativa, y exercer
su liberalidad y misericordia , distribuyendo fuera de sí
co a magnificencia la plenitud de sus infinitos tesoros en­
cerrados en la Divinidad, Porque siendo todo infinito, le
es mucho mas natural hacer dones y gracias, que al fue­
g o subir á su esfera , á la piedra baxar al centro , y al
sol derram ar su luz, Y este m ar profundo de perfeccio­
nes , esta abundancia de tesoros , esta infinidad impetuosa
de riq u e za s, todo se encamina á comunicarse por «u misma
in clin a ció n , y po r' el querer y saber del mismo D ios, que
se comprehendía , y sabía que e l hacer dones y gracias
comunicándose , no era dism inuirlas, mas en el modo po­
sible a crece n ta rla s, dando des^iidiente á aquel m anantial
inextinguible de riquezns.
36 Todo esto miró Dios en aquel prim er instante des­
pues de la comunicación ad intra por las eternas em ana­
ciones. Y mirándolo , se halló com o obligado de sí mis­
ino á coniunicarse a i e x t r a , conociendo ser santo , ju sto ,
misericordioso y piadoso el liiicerlo ; puos n i il e se lo po­
día impedir. Y conforme á nuestro modo de entender
podem os imaginar no estaba D lo i quieto , ni sosegado d e
tod o en su misma naturaleza , hasta Ue¿ar al centro de
¡33 <TÍat;;rs3, donde y con quien tiene sus delicias , co a
h4-
P r im e r a P a r t e , L ib r o l. C a p .1 V « 55
hacerlas participantes de su divinidad y perfecciones.
37 Dos cosas me admiran , suspenden y enternecen mi
tib io cora'/on, dexándole aniquilado en ene conocim iento
y lu z que tengo. La prim era es aquella inclinación y
peso que v i en Dios , y ia fuerza de su voluntad pa­
ra com unicar su D ivinidad y los tesoros de su gloria..
L a segunda es la inmensidad inefable y incom prehensi­
b le de los bienes y dones que conocí quería distribuir, com o
que los señalaba , destinándolos para esto , y quedándo­
se infinito , com o si nada diera, Y en esta inclinación
y deseo que su grandeza tenia , conocí estaba dispues­
to para san tificar, justificar y llenar de dones y perfec­
ciones á todas las criaturas juntas y á cada una de por sí,dando
á cada una mas, que tienen todos los santos ángeles y serafines
juntos ,aunque las gotas del m ar y sus arenas, las estrellas,
p la n ta s , elementos y todas las criaturas irracionales fue-
j a n capaces de razón y de sus dones ; com o de su par­
te se dispusieran , y no tuvieran óbice , que lo impi.-
diéra. ¡O terribilidad del pecado y su m alicia , que tu so.
la bastas para detener la im petuosa corriente de icinttJ«
bienes eternos!
38 El segundo instante fué conferir y decretar e s­
ta com unicación de la D ivinidad con k razón y movin
vo s de que fuese para m ayor gloria ad extra y exáita-
cion de su M agestad con la manifestación de su grande-
•za. Y esta exáltacion propia m iró Dios en este ínstame,
com o fin de com unicarse , y darse á cocoeer eti Ía iiber^-
lí<
g 6 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

lidad de derram ar sus atributos , y usar de su Omnipo**


tencia para ser conocido , alabado , y glorificado.
39 ■E l tercer instante fué conocer y determinar el ór­
den y disposición ó el modo de esta com unicación en la
forma que se consiguiese el mas glorioso fin de obrar tan
ardua determ inación; el órden que habia de haber en los
objetos , y ei modo y diferencia de comunicárseles la
Divinidad y a trib u to s; de suerte que aquel com o m ovi­
miento del Señor tuviese honesta razón y proporcionados
objetos; y que entre ellos se hallase la mas herm osa y
admirable disposición , armonía y subordinación. E a este
instante se determinó en prim er lugar , que el V erbo
divino tomase carne , y se hiciese visible ; y se decre­
tó la perfección y com postura de la hum anidad santísima
de Christo nuestro Señor , y quedó fabricada en la men­
te divina ; y en segundo lugar para los demas á su imi-
tf.cion , ideando la mente divina la armonía de la hum a­
na naturaleza con su adorno y com postura de cuerpo or­
gánico y alm a para el con sus potencias para con ocer,
y gozar de su Criador , discerniendo entre el bien , y
el m al , con voluntad libre para am ar al mismo Se­
ñor.
40« Y esta unión hipostática de la segunda per*“
6ona de la 'santísima Trinidad con la naturaleza hu­
mana entendí que era com o forzoso fuese la pri­
mera obra y objeto , adonde primero saliese el enten-
d i;« ien to _ y voluntad divina ad extra , por altísimas ra-
zo- .
P r im e r a P a rte , L ib , L C ap. IV - 57
zones que no podré explicar. U na e a , porque despues de
haberse Dios entendido y am ado en sí mismo , el me­
jo r orden era conocer y am ar lo que era mas inmediato
á su D iv in id a d , com o es la unión hipostática. O tra ra­
zon es , porque también debia la D ivinidad substancial­
mente comunicarse ad e xtra, habiéndose com unicado ad in­
tra ; para que la intención y voluntad divina comenzase
por el fin mas alto sus -obras , y se comunicasen sus
atributos con hermosísimo orden ; y aquel fuego de la
D ivinidad obrase primero y todo lo posible en lo qae
estaba mas inmediato á e l , com o era la unión hipostá­
tica ; y prim ero comunicase su D ivinidad á quien huviese
de llegar al mas alto y excelente grado , despues del
m ism o D io s , en su conocimiento y anaor , operaciones y
gloria de su misma D e id a d ; porque no se pusiera D io s ,
á nuestro baxo modo de entender , com o á peligro de
quedarse sin conseguir este fi-n , que solo él e ra el que po­
dia tener proporcion y com o justificación de tan m aia-
villosa obra. Tam bién era conveniente y com o necesa­
r i o , si D ios quería cria r m uchas c ria tu ra s, que las cria­
se con armonía y subordinación , y que esta fuese la mas
adm irable y gloriosa que pudiese ser. Y conform e á es­
to habian de tener una , que fuese cabeza y sii-prema á
todas, y quanto fuese posible inm ediata y unida con D ios,
y que por ella pasasen to d o s , y llegasen á su Divinidad«
Y por estas y otras ra zo n e s, q u e no pitid o explicar,so^
Je en e l V erbo humanado se pudo satisfacer á la dignidad
H
M ís t ic a C iu d a d de D ios .
de las. obras de Dios , y con él había hermosísimo ór­
den en la naturaleza , y sin él no le huviera.
41 E l quarto instante fué decretar los dones y gra­
cias que se le havian d e dar á la hum anidad de Christo
Señor nuestro , unida con la divinidad.. A q u í desplegó el
Altísim o la mano de su liberal Om nipotencia y atributos,
para enriquecer aquella humanidad santísima y alm a de
Christo con ^la abundancia de dones y gracias en la
plenitud y grado posible. Y en este instante se determ i*
nó lo que dixo despues. D avid ; E l ímpetu del rio de la
D ivinidad alegra la ciudad de Dios, encaminándose e l cor­
riente de sus, dones á esta hum anidad del V e r b o , comu"
nicándole. tod a la ciencia infusa: y b e a t a g r a c i a y gloria^
de que su. a lm a santísima era c a p a z , y convenía, al su­
geto , que juntam ente e ra Dios y hombre verdadero , y
cabeza de todas las criaturas, capaces de la gracia y
gloria ; que, de aquel impetuoso corriente habia. d e resul­
tar en ellas con e l órden que sucedió..
42 A este, mismo, instante consiguientemente- y comO'
cn segundo, lugar pertenece el decreto y predestinacioa
de la. madre del V erbo hunaanado ; porque aquí entendí, fué
ordenada esta p u ra c ria tu ra , ántes que huviese otro de­
creto de cria r o tra algunar Y así fué. prim ero qué todas
concebida en. la mente, d iv in a ,, com o y qu al pertenecía y
convenia á la. dignidad , excelencia y dones de la hum a­
nidad de su iwjo santísimo ; Y á, ella, se encam inó lue-
gp imnediatamente con el todo el ím petu d e l rio de la divi­
ni«
P r im e r a Parte, L ib . L C ap. ÍV . 59
nidad y sus atributos quanto era capaz de recibirle
una pura criatura , y com o convenía para la dignidad de
M adre,
43 E n la inteligencia , que tuve de estos altísimos mis­
terios y d e cre to s, confieso m e arrebató la adm iración, Uè-
vándome fuera de mi propio ser : Y conociendo á esta san­
tísima y purísima criatura fo r m a d a , y ideada en la mente
divina desde ab initio , y ántes que todos los siglos , con al­
borozo y júbilo de m i espíritu magnifico al todo Podero­
so por el adm irable y misterioso decreto que tu vo de
criarnos tan p u r a , grande, m ística, y divina c r ia tu r a , mas
para ser adm irada con alabanza de todas las dem as,
que para ser descnpta de ninguna. Y en esta adm iración
pudiera y o decir lo que San Dionisio A reopagita ; que
si la fe no me enseñára , y la inteligencia de lo que es^
to y mirando no me diera á conocer , que es D ios quien
la está formando en su idea , y que sola su O m nipo­
tencia podia y puede formar ta l imágen de su D ivinidad
sino se me mostrára todo á un tiem po > pudiera dudar sí
la V irgen m adre tenia en sí D ivinidad.
44 ¡ Ó quantas lágrim as producen mis ojos , y qué do­
lorosa adm iración siente m i alm a de ver que este divino
prodigio no sea c o n o c id o , y esta m aravilla d el Altísim o
no sea manifiesta á todos los m ortales ! M ucho se conoce,
pero ignórase mucho mas ; porque este libro sellado no ha
sido abierto. Suspensa qiiedo en el conocim iento de este
tabernáculo de D ios , y reconozco á su A utor por mas
H2 ad^
6o M ís t ic a C r d a d . d e D io s.
a d m ir a b le en 3u fo r m a c io n que en el re sto d e to d o lo d e -
m as c r ia d o y in fe r io r á e sta S eñ o ra; aunque la d iv e r s id a d
d e c r ia tu r a s m a n ifie s ta c o n a d m ir a c ió n e l p o d e r d e su C r ia ­
d o r :■ P e r o en s o la e sta R eyn a de to d a s se e n c ie r r a n y c o n -

tk n e n m as te so ro s que en to d a s ju n t a s ; y la v a r ie d a d y

p r e c io de su s r iq u e z a s en gran d ecen a l A u to r so b re to d a s

la s c r ia tu r a s ju n ta s ,
4 5 A q u í ( á n u e stro e n t e n d e r ) se le d ió p a la b r a a l V e r ­

bo , y se le h iz o com o c o n tra to d e la s a n tid a d , p e rfe c -


f io n y dones de g r a c ia y g lo r ia q u e h a b ia d e te n e r la q u e

h a b ia de ser su m ad re , y ia p r o te c c ió n am p aro y de­


fe n s a que se te n d r ía d e e sta v e r d a d e r a c iu d a d d e D io s ; e n

q u ie n c o n te m p ló su M a g e sta d la s g r a c ia s y m e r e c im ie n to s ^
que p o r sí h a b ía de a d q u ir ir e sta S e ñ o ra , y lo s fr u t o s q u e

h a b ía de gran gear p a ra su p u e b lo con el am or y re to rn o

que d a r ía á su M a g e sta d . E n e ste m is m o in s ta n te , y c o m o ■

en te rc e ro , y ú ltim o lu g a r d e te r m in ó D io s c r ia r Tugar y
p u e sto donde h a b ita s e n , y fu e s e n c o n v e r s a b le s el V erb o

hu m an ado' y su m ad re. Y en p r im e r lu g a r p a ra- e llo s , y


por e llo s s o lo s c r ió el c ie lo y tie r r a con su s a stro s y e le ­
m e n t o s ', y- iT ) q u e en e llo s se c o n tie n e . Y el segu n d o- in ­
te n to y d e c re to ' fu é p a ra * lo s m ie m b r o s d é q u e fu e se c a b e ­
za , y v a s a llo s d e q u ie n fu e se R e y ; que- con p r o v id e n c ia
T ?eal s e d is p u s o - y p r e v in o d e a n te m a n o to d o lo n e c e s a r io y
c o n v e n ie n te .

46 P áso a l q u in to in s ta n te , a^ m q u e y a h a llé lo que b u s-

r a b a .. E n . e s t e q u in to fu é d e te r m in a d a la c r e a c ió n d e la n a -

tu -
P r im e r a P a r t e L ib . I. C a p . IV,. 6i
turateza anéglica , que por ser mas excelente y correspon­
diente en ser espiritual á la D iv in id a d , fué prim ero pre^
vista y decretada su creación y disposición admirable de
los nueve c o r o s , y tres gerarquías. Y siendo criados de.
prim era intención para gloria de Dios , y asistir á su di­
vina g ran d eza, y que te conociesen y am asen, consiguien­
te y segundariamente fuéron ordenados , para que asistie­
sen , glorificasen y honrasen , reverenciasen y sirviesen á la
hum anidad deificada en el V erbo eterno , reconociéndola
p o r c a b e z a , y en su madre santísima M aría R eyn a d é lo s
mismos ángeles: y íes fuese dada comision , para que por
todos sus cam inos los llevasen en las- manos. Y en este ins"-
tante les mereció Christo Señor nuestro con sus infinitos
m erecimientos presentes y previstos toda la gracia que re­
cibiesen , y fué instituido por su cabeza , exem plar y su*--
prem o R e y , de qiiien eran vasallos. Y aunque fuera infi^
nito e l número de los ángeles , íiiéron suficientísimos lo5
m éritos de C hristo nuestro bien para merecerles l a gracia..
47 A este instante t ó c a l a predestinación de los buenos
y reprobación de los malos á n g e le s: y en el vió y conoció
D io s con su infinita ■
ciencia todas las obras de los unos y
de los otros con e l órden d eb id o , para predestinar con su
libre voluntad y liberal misericordia á los’ que le habian de
obedecer y reverenciar ; y reprobar con su justicia á
Ibs que se havian de levantar contra s\i M agestad en so­
berbia y inobediencia por su desordenado amor propio; Y
a l mismO' instante fué la determ inación de c ria r el cíeló
Em -
6a M ís t ic a C iu d ad de D ios .
E m píreo , donde se manifestase su gloria , y premiase en
ella á los buenos ; y la tierra y lo dem as para otras cria­
turas ; y en el centro , ó profundo de «lia el infierno para
castigo de los malos ángeles.
48 E n el sexto instante fué determinado criar púeblo
y congregación de hombres para Christo , y a ántes pre­
determinado en la mente y voluntad divina; y á cu y a imá­
gen y semejanza se decretó la formacion de e l hombre, pa­
ra que el V erbo humanado tuviese hermanos semejantes y
inferiores y pueblo de su misma naturaleza , de quien fue­
se cabeza. E n este instante se determinó e l órden de la
creación de todo el linage hum ano , que comenzase de
uno s o lo , y de una m u g e r, y de ellos se propagase hasta
la V irgen y su hijo por el órden que fué concebido. O r­
denóse por los merecimientos de C hristo nuestro bien la
gracia y dones que se les había de d a r , y la justicia ori­
ginal , si querían perseverar eu ella ; vióse la caída de
Adán y de todos en é l , fuera de la R e y n a , que no entró
en este decreto ; ordenóse el rem ed io , y que fuese pasible
la humanidad santísim a; fuéron escogidos los predestinados
por liberal g r a c ia , y reprobados los prescitos por la r e d a
justicia. Ordenóse todo lo necesario y conveniente á la con­
servación de la naturaleza h um an a, y á conseguir este fin
de la redención y predestinación, dejando su voluntad li­
bre á los hombres ; porque esto era mas conforme á su
naturaleza y á la equidad divina. Y no se les hizo agra­
vio , porque si con el libre alvedrio pudiéron p e c a r, con
la
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p . IV . 63
la gracia y lu z de la razon pudiéran no hacerlo *, y Dios
á nadie habia de vio le n ta r, corno- tam poco à. nadie falta , ni
le niega lo necesario.. Y sì escribió, su le y en todos los co­
razones hum an os, ninguno tiene disculpa e n no le recono­
ce r y am ar como, á sumo bien y A utor de todo lo cria^
d o. (
49 E n la inteligencia de estos misterios conocia con gran­
de claridad y fuerza los m otivos tan a lto s, que los mor­
tales tienen de alabar y ad orar la grandeza del C r i a d o r y
Redentor de to d o a , p o r lo qu e e n estas, obras se manifes­
tó. y engrandeció.. Y tam bién conocia ,, quan tardos, son en
el conocim iento. d e estas obligaciones y en e l retorno de
tales b en eficio s, y la querella y indignación que el A ltí­
simo. tiene d e este olvido.. Y mandóme y exortóm e su M a­
gestad , no cometiese y o tal ingratitud ; pero que le ofreciese
sacrificio, de alabanza y ca n ta r nuevo; , y le m agnificase
por todas las criaturas..
50, A ltís im o - y incom prehensible Señor mio-, ¡ quién
tu biera e l amor- y perfecciones de todos. los ángeles y jus­
tos para confesar' y a la b a r dignam ente tu gran d eza! C on ­
fieso , Señor grande y p o d ero so ,, qjie: no pudo esta v ilí­
sim a criatura m erecer tan memorable b en eficio, c o m o d a r-
m e esta, noticia y luz tan c la ra de tu altísima M agestad;
1 cuya, vista, veo también mi p a rb u le z , que ántes de esta
dichosa hora ig n o ra b a , y no conqcia. q u a l, y que era la
virtud de l a h u m ild a d , que e n - e s ta ciencia se aprende..
No, quiero decir- ahora que la tengo ,, pero-tam p oco niego,
que
^4 M ís t ic a C iu d ad de D ios.
que conocí el cam ino cierto para hallarla ; porque tu lu z
( ó Altísim o ) me iluminó , y tu lucerna me enseñó ias sen­
das por donde veo lo que he sido y soy, y temo lo que
puedo ser. A lu m b raste, R e y altísim o, m i entendim iento, y
inflamaste m i voluntad con el nobilísimo objeto de estas
potencias , y toda me rendiste á tu q u e re r, y así lo con-
íieso á todos los m o rta les, para que me d e x e n , y d exar-
l o s : Y o soy para m i amado ( y aunque lo desmerezeo) mi
am ado para mL A lienta p u e s , Señor, á m i flaqueza, para
que tras de tus olores corra ; y corriendo , te alcance; y
alcanzándote , no te dexe ni te pierda.
gi M u y corta y balbuciente soy en este capítulo, por­
que se pudieran hacer de e l ‘ muchos libros ; pero callo,
porque no sé hablar y soy muger ignorante , y porque m i
intento solo ha sido declarar como la V irgen madre fué
ideada y prevista ante soecula en la mente divina. Y por
lo que sobre este altísimo m isterio he en ten d id o , me con­
vierto á mi in te rio r, y con admiración y silencio alabo al
A utor de estas grandezas con el cántico de los bienaven­
turados 3 d icie n d o : Santo , Santo, S an to , D ios de Sabaoth*

CA-
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C ap . V . 6$

C A P Í T U L O V,

DE LAS I N T E L I G E N C I A S , Q f l E 'M E D IO
el A ltísim o de la E scritura Sagrada en confirma­
ción del capítulo precedente : son del o^a-
vo de los Proverbios»

52 H a b l a r é , Señor , con tu gran M agestad , pues


eres Dios de las m isericordias, aunque y o soy polvo y ce­
niza ; y suplicaré á tu grandeza incomprehensible , mires
de tu altísimo trono á esta vilísim a y mas inútil criatura,
y me seas propicio continuando tu luz para ilum inar mi
entendimiento. H abla , Señor , que tu sierva oye. H abló
pues el Altísim o y enmendador de los sabios : R em itióm e
al capítulo oftavo de los P ro v e rb io s, donde me dió la in­
teligencia de este m iste rio , com o en aquel capítulo se en­
cierra ; y prim ero m e fué declarada la letra , com o ella
su e n a , que es la siguiente,
53 E l Señor me poseyó en el principio de sus caminos^
antes que hiciera cosa alguna desde e l principio. D e la eter­
nidad f u i ordenada , y de ¡as cosas antiguas, ántes que
fu ese hecha ¡a tierra. A un no eran ¡^s abismos , y yo esta­
ba concebida : A u n tío habian rompido ¡as fuentes de las
(iguas \ ni los montes se habian asentado con su grave pe­
so : ántes que los collados, era y o engendrada : ántes que
I hi-
65 M ís tic a C iu d a d de D io s .
kÍcÍG:ra la tie r r a , y los r io s , y quicios de la redondea de
e l mundo, Quando preparaba los cielos , estaba yo presen­
te : quando con cierta ley y rodeo hacia un vallado á. los
abismos : quando firmaba lös ciclos en lo alto , y pesaba
¡as fuentes de las aguas : quando a l mar rodeaba con su
térm ino, y á ¡as aguas poniit ley ^ que no salieran de sus
fin es’, quando asentaba ¡os fundamentos de la tierra\ E sta ba y»
con él componiendo todas ¡as cosas : y me alegraba todos
los dias , jugando en su presencia en todo tiempo ; jugando
en el orbe de las tierras \ y mis delicias , y regalos son
estar con los hijos de los hombres,
54 H asta aquí es el lugar de los P ro v e rb io s, c u y a ia -
teligencia me dió e l Altísim o. Y prim ero entendí que ha­
b la de las ideas, ú decretos que tuvo en su mente divina ári-
tes de criar al mundo; y que á la letra habla de la persona
d el Verbo humanado y de su madre santísima ; y en lo
m ístico de -los santos ángeles y p ro feta s: porque ántes d e
hacer decreto , ni form ar las ideas para criar al resto d e
la s criaturas m ateriales , las t u v o , y se decretó la hu­
m anidad santísima de Christo y de su m adre purísim a, y
esto suenan las primeras palabras.
55 K l Señor me poseyó en el principio de sus caminos.
E n D ios no hubo caminos , ni su divinidad los habia me­
nester ; pero h íz o lo s, para que por ellos le conociésemos,
y fuesemos á él todas las criaturas capaces de su cono­
cim iento. E n este principio , ántes que otra cosa alguna
fabricase en su idea , y quando queria hacer sendas y abrir
ca-
P r i m e r a P a r t e , l i b r o I. C a p , V . 67
cam inos en su mente divina , para com unicar su divinidad;
para dar principio á todo , decretó prim ero criar la hu­
manidad del V erbo que había de ser el cam ino por donde
los demas habian de ir a l Padre. Y junto con este decre­
to estuvo el de su m adre santísima , por quien habiá de
venir su D ivinidad a l m u n d o , form ándose, y naciendo de
ella Dios y hombre : y por esto dice , D io s me poseyó;
porque á los dos poseyó su M agestad ; al H ijo , porque
quanto á la D ivinidad era posesion , hacienda y tesoro
del Padre , sin poderse de el se p e ra r, porque son una mis­
ma substancia y D ivinidad con el Espíritu santo. Poseyó­
la tam bién en quanto á la hum anidad con el conocim ien­
to y decreto de la plenitud de gracia y gloria que la ha­
bia de dar desde su c re a c ió n , y unión hipostática. Y ha-
biéndose de executar este decreto y posesion por m edio de
la m adre que habia de engendrar y parir al V erbo ( pues
no determ inó criarle ele nada , ni de otra m ateria su cuer­
po y a lm a ) era consiguiente poseer á la que h abia de
darle forma hum ana. Y así la poseyó y adjudicó para sí
en aquel mismo in sta n te, queriendo efica zm en te, que en
ningún tiempo ni momento tuviese derecho ni parte en
ella ( para la parte d e la gracia ) e l linage hum an o, ni otro
alguno , sino el mismo Señor que se alzaba con esta ha­
cienda , com o parte suya sola ; y tan sola s u y a , qual ha­
bia de serlo , para darle á él form a humana de su propia
su b sta n cia , y llam arla sóla ella hijo , y él á ella sola ma­
dre , y madre digna de tener á Dios por huo , habiendo
I2 de
68 M í s t ic a C iu d a d d e D io s .
de ser hom bre. Y com o todo esto precedía en dignidad á
todo lo criado ; así precedió en la voluntad y mente de
el supremo Criador* Por esto dice :
56 E n el principio , ántes que nada hiciese. D e ia etcT"
r.idad f u i ordenada y de Icts cosas antiguas. En esta eterni­
dad de Dios ( que nosotros concebimos ahora , com o im a­
ginando tiem po interm inable ) ¿ quáles eran las cosas anti­
guas , si ninguna estaba criada ? C laro está que habla de
las tres Personas D ivinas ; y es decir , que desde su D i­
vinidad sin principio y desde aquellas cosas que solo son
antiguas , que es la Trinidad individua ( pues lo demas,
que tiene p rin cip io , todo es moderno ) fué ordenada, quan­
d o solo precedió lo antiguo increado » y ántes que se im a­
ginase lo futuro criado. E ntre estos dos extrem os estuvo
el m edio de la unión hipostática por intervención de M a ­
ría san tísim a, y con ella entrambos despues de D ios in-
inediatam ente , y ántes que toda criatura , fuéron ordena­
dos. Y fué la mas adm irable ord en ación , que se ha he­
cho , ni jam as se hará. L a primera y mas adm irable im á­
gen de la mente de D io s , despues de la eterna generacioiij
fué la de Christo y luego la de su m adre.
57 ¿Y qué otro órden puede ser este en Dios , donde
e l órden es estar todo junto lo que en sí tiene , sin que
sea fnecesario seguirse una cosa á o t r a , n i perficionarse
. alguna ,5 aguardando las perfecciones de otra » ó sucediea-
dose entre sí m ism as? T o d o estubo ordenadísimo en su eter­
n a flatuxaleza ^ y lo está y siempre. L o que orde­

P r im e r a P a r t e , L ib . 1. C a p . V . 69
nó fu é’, que la persona del H ijo se hum an ase, y de esta
hum anidad deificada com enzase el orden del querer divino
y de sus d ecretos, y que fuese cabeza y exem plar de to­
dos los demás hombres y c ria tu ra s, y á quien todos se or­
denasen y subordinasen ; porque este era el mejor orden y
concierto de la armonía de las cria tu ra s, haber uno-que
fuese primero y superior , y de allí se ordenase toda la
naturaleza y en especial la de los mortales. Y entre ellos la
prim era era la madre de Dios hom bre , com o la suprema
pura criatura y mas inmediata á Christo , y en él á la
D ivinidad. Con este órden se encaminaron los conduétos
de la fuente crista lin a , que salió del trono de la d ivi­
na naturaleza , encam inada prim ero á la hum anidad del
V erb o y luego á su m adre santísima en el grado y mo­
d o que era posible á pura c ria tu ra , y conveniente á cria­
tura madre del Criador. Y lo conveniente e r a , que to ­
d os los divinos atributos se estrenasen en ella , sin que
se le negase alguno en lo que ella era capaz de reci­
bir , para ser inferior solo á C h risto nuestro Señor , y
superior en grados de gracia incom parables á tod o el
resto de las criaturas capaces de gracia y dones* E ste
fué el órden tan bien dispuesto de la sabiduría , comen­
z a r de Christo y de su m adre ; y así añade el texto.
58 A n te s que se hiciese la tierra , aun no eran ' Jos
a bism os, y y o estaba concebida. E sta tierra fué la del
prim er Adán ; y ántes que su form acion se decret ase,
y en la m ente divii >3 se formasen los abismos de las ideas
ad-
^0 m ís t ic a CiunAD DE D ios.
ad e x t r a , estabaa Cbiristp y su m adre ideados y form a­
dos. Y liámanse abismos , porque entre e l ser de D ios
in crea d o , y e l de las criaturas h a y distancia infinita : y
esta se m id ió , á nuestro entender , quando fuéron las
criaturas solas ideadas y fo rm a d as, que entónces tam bién
fuéron formados en su m odo aquellos abismos de distan­
cia inmensa. Y ántes de todo esto y a estaba concebido
e l V erbo ; no solo por la generación eterna del Padre,
pero también estaba d e cre ta d a , y en la mente d iv in a
concebida la generación tem poral de madr^ V irgen y
llena de gracia ; porque sin la m a d re , y ta l m a d re , no
se podia determ inar co a eficaz y cum plido decreto esta
tem poral generación. A llí pues y entónces fué concebida
M aría santísima en aquella inmensidad beatífica : y su
m em oria «terna fué escrita en el pecho de Dios , para
que por todos los «iglos y eternidades nunca se borrase.
Q uedó estam pada y dibujada por el supremo A rtífice en
su propia m ente , y poseida de su am or con inseparable
abrazo.
59 A u n no habían rompido las fuentes de las aguas.
A un no habian salido de su origen y principio las im á­
genes ó ideas .de las criaturas ; porque no habian rom ­
pido las fuentes de la D ivinidad por la bondad y m ise­
ricordia , com o por c o n d u ílo s , para que la voluntad di­
vina se determinase i la creación universal , y com uni­
cación de sus atributos y perfecciones : porque r e s p e to
de todo lo restante del Universo aun estaban estas aguas
y
P r im e r a Parte, L ib . L C ap. V . 71
y manantiales represadas y detenidas dentro del inmenso
piélago de la divinidad : y en su mismo ser no habia
fiientes , ni corrientes para manifestarse , ni se habian en­
cam inado á los h o m b re s; y quando fuéron , y a estaban-
encaminados á la hum anidad santísima y á su m adre V ir­
gen. Y así añade.
60 N i los montes se habian asentado con su grave peso'.
Porque D ios no habia ■
decretado entónces la creación de
los altos montes de los patriarcas , p ro fe ta s, apóstoles y
m ártires , ni los demas santos de m ayo r perfección ; ni el
decreto de tan grande determ inación se habia asentado con
su grave peso y equidad con el fuerte y suave modo que
D ios tiene en sus consejos y grandes obras. Y no solo
ántes que los montes ( que son los grandes santos ) pero
¿ntes que los collados , era engendrada , que son los
órdenes de los santos án g eles, ántes de los quales en la
m ente divina fué form ada la hum anidad santísima ( unida
hipostáticam ente a l V e rb o d iv in o ) y la m adre que la en­
gendró. Antes fuéron hijo y madre que todos los órdenes
a n g é lic o s; para que se entienda , que si D a vid d ixo en
e l salm o oftavo ? ¿Qué es el hom bre , ó el hijo d el hom ­
bre , que tú Señor te acuerdas de él , y le visitas ? H i-
cistele poco ménos que los ángeles, & c . entiendan y c o ­
nozcan todos que hay hombre y D io s ju n ta m e n te , que
e s sobre todos los hom bres y los á n g eles, y que son to­
d o s inferiores y siervos s u y o s ; porque es D ios, siendo hom­
b re su p erio r: y por esto es prim ero en la mente divina
y
72 M ís t i c a C iu d a d de D io s .
y en su vo lu n ta d ,, y con él está junta y inseparable una
m uger y V irgen purísima , madre s u y a , superior y R e yn a
d e toda cria tu ra .
6t Y si el hom bre (co m o dice el mismo sa lm o ) fué
coronado de honra y g lo ria , y constituido sobre to d a s
las obras de las manos del Señor , fué porque D io s
horabre , su cabeza , le mereció esta corona y
la que los ángeles tuvieron. Y el mismo salmo aña­
de , despues de haber dism inuido al hom bre á me­
nor ser que los ángeles , que le puso sobre sus o b ra s;
y también los mismos ángeles fuéron obra de sus m a­
nos. Y así D a vid lo com prehendió todo diciendo , que
h izo poco menores á los hombres que á los ángeles; pero
aunque inferiores en el ser n a tu ra l, habia algun hom bre,
que fuese superior y constituido sobre los mismos ánge­
les que eran obra d e las manos de Dios. Y esta superiori­
dad era por el ser de la g r a c ia , y no solo por la parte de
la D ivinidad unida á la h u m an id ad , mas tam bién por la
m ism a humanidad y por la gracia que resultarla en e lla
d e la unión hipostática , y despues de ella en su m adre
santísima. Y tam bién algunos de los santos en virtud d el
mismo Señor hum anado pueden alcanzar superior grado y
asiento sobre ios ángeles. Y dice:
62 F u i engendrada 6 nacida , que dice mas que concebi­
da ; porque ser co n ceb id a , se refiere al entendimiento di­
vino de la beatísim a T rin id a d , quando fué conocida, y co ­
m o conferidas las conveniencias de la encarnación ; pero
ser
P r im e r a P arte , L ie . í. C ap. V . 73
ser nacida , refierese á la voluntad que determ inó esta
obra para que tuviese eficaz execucion , deterniinando la
santísima T rin id ad en su divino consistorio, y com o exe-
cutando primero ea sí misma esta m aravillosa obra de
la unión h ip o stá tica , y ser de M aría santísima, Y por
eso dice prim ero en este capítulo , que fué concebida, y
despues engendrada y nacida : porque lo prim ero fué cono­
cida , y luego determinada y querida.
63 A n tes que hiciera ¡a tierra y los rios y quicios de
la redondez del mundo. Antes de form ar otra tierra segunda
( que por eso repite dos veces t ie r r a ) que fué la d e l Pa­
raíso te rre n a l, donde el prim er hombre fué llevado d es­
pués de ser criado de la tierra prim era del cam po D a -
m ascen o : ántes de esta segunda tierra , donde pecó el
hom bre , fué la determ inación de criar la hum anidad
del V erbo y la m ateria de que se habia de form ar que
era la V irgen ; porque D ios dé antemano la habia de
prevenir , para que no tuviese parte en el pecado
ni estuviese á él sugeta. L os rios y quicios d el or~
he son la Iglesia m ilitante y los tesoros de gracia y
dones que con ím petu habian de dim anar del manan­
tia l de la D ivinid ad , encam inados á todos y eficaz­
mente á los santos y escogidos que com o quicios se
m ueven en D i o s ; estando dependientes y asidos á su que­
rer por las virtudes de fe, esperanza y c a r id a d , por cu­
yo medio se sustentan , vivifican y goviern an , m ovién­
dose al sumo bien y últim o fin , y también á la con-
K ve r-
74 M í s t i c a ' C iu d a d de D io s .
versación humana sin perder los quicios en que estrivan.
Tam bién se comprehenden aquí los sacramentos y com pos­
tura de la Iglesia , su protección y firm eza in ven cib le, su
hermosura y santidad sin mancha ' ni ruga , que esto es
este orbe y corrientes de gracia, Y ántes que el A ltísim o
preparase todo esto y ordenase este orbe y cuerpo mís­
t i c o , de quien Christo nuestro bien habia de ser cabe­
z a ; ántes decretó la unión d el-V erb o á la naturaleza h u ­
mana , y á su m adre , por cu yo medio é intervención
h a b ia de obrar estas m aravillas en e l mundo. ■
64 Ociando preparaba ¡os Cielos , estaba yo presente*
Q uando preparaba y prevenía el cielo y premio , que
á ' los justos hijos d e esta Iglesia habia de dar despues de
su destierro : A llí estaba la hum anidad con el V erbo uni­
da , mereciéndolo^ la gracia com o cabeza , y con él es­
taba su m adre santísima , á cu yo e x e m p la r, habiéndoles
preparado la m ayor parte á hijo y m a d r e ', disponía y
prevenia . la gloría para los demas santos.
65 Quando con cierta ley y círculo í^acia vallado à
los abismos» Quando determinaba cercar los abismos de
su D ivinidad en la persona del hijo con cierta le y y tér­
m ino que ningún viviente pudiera v e r lo , ni com prehender-
lo . Quando hacia este círculo y redondez ^ adonde nadie
pudo ni puede entrar mas , que solo e l V erbo ( que á sí
solo se puede comprehender ) para achicarse y encogerse
la D ivinidad en la humanidad ; y la D ivinidad y hu-
inaní 4 ad prim ero en el vien tre^ d e M aría santísima , y
des-
P r im e r a Parte L ib . L C ap. V. 7$
despues en la pequeña cantidad , y especies de pan y
vino y con ellas en el pecho angosto de un hombre
pecador y m ortal. T odo esto significan aquellos abismos,
le y y círculo , ó térm ino que llam a cierta por lo mu­
ch o qne comprehenden , y por la certeza de lo que pa­
recía im posible en e l ser y dificultoso en explicarlo; por
que no parece habia de caber la D ivinidad debaxo de le y ,
ni encerrarse dentro de determinados lím ites ; pero eso
pudo hacer y lo hizo posible la sabiduría y poder del
m ism o Señor encubriéndose en cosa termináda.
66 Quando afirmaba Jos Cielos en lo alto , y pesaba
las fuen tes de Jas a g u a s: quando rodeaba a l mar con su
término , y ponia á Jas aguas ley, que no pasaran de sus fi^
nes. Llam a aquí á los justos cielos porque lo son donde
tiene Dios su m orada y habitación con ellos por gracia,
y por ella les da asiento y firmeza , levantándolos
( aun miéntras son viadores ) sobre la tierra segun la
disposición de cada u n o : Y despues en la celestial Jeru-
salen les da lugar y asiento segun sus m erecim ientos. Y
para ellos pesa las fuentes de las aguas , y las divide
distribuyendo á cada uno con equidad y peso los dones
de la gracia y de la gloria , las virtudes, auxilios y perr
feccio n es segun la divina sabiduría lo dispone. Q uando se
determ inaba hacer esta división, de estas a g u a s, se habia
decretado dar á la hum anidad unida al V erb o todo el mar,
que de la D ivinidad le resultaba de gracia y dones co­
mo á Unigénito d e l Padre. Y aunque todo era infiinito,
K2 pU-
^6 M í s t i c a C iu d a d d e D io s :
puso térm ino á este mar , que fué la hum anidad , donde
habita la plenitud de la D ivinidad ; y aun estuvo encu­
bierta treinta y tres años con aquel térm ino , para que
habitase con los hombres y no sucediera á todos lo
que en e l T abor á los tres apóstoles. Y en el m ism o ins­
tante que todo este m ar y fuentes de la gracia tocaron
á C h risto Señor n u estro , com o á inm ediato á la D ivin i­
dad , redundaron en su m adre santísim a, com o inmedia­
ta á su unigénito hijo ; porque sin la madre y ta l ma­
dre no se disponían ordenadam ente y con la suma perfec­
ción los dones de su hijo ; ni com enzaba por otro fun­
dam ento la adm irable arm onía de la máquina celestial y
espiritual , y la distribución de los dones en la Iglesia mi*
litante y triunfante.
67 Orando asentaba los fundamentas de la tierra esta^»
ba yo con é l componiendo todas las cosas. A todas las
tres D ivinas Personas son comunes las obras ad extra, por
que todas son un solo D io s , una sabiduría y poder : y
así era necesario y inexcusable , que el V e r b o , en quien
segun la D ivinidad fuéron hechas todas las cosas , estu­
viera con el Padre para hacerlas. Pero aquí d ice m as,
porque tam bién el V erb o humanado estaba y a en la di­
vina .voluntad presente con su madre santísima ; porque
así com o por el V erb o , en quanto D io s , fuéron h ed ías to­
das las c o s a s , así tam bién para él , en el primer lugar, y
como mas noble y dignísimo fin fuéron criados los fun­
damentos de la t ie r r a , y todo quanto en ella se contiene-
Y
P r im e r a P a rte , L ib . I. C ap. V. 77
Y por esto dice:
68 T me alegraba todos los días , jugando en su pre­
sencia en todo tiempo^ burlándome en el Crbe de la tierra»
Holgábase el V erb o humanado todos los d ia s , porque c c -
noció todos los de los siglos y las vidas de los m orta­
les que según la eternidad son un breve dia. Y holgába^
se de qire toda la sucesión de la creación tendria térm i­
no , para que acabado el últim o dia , con toda perfección
gozasen los hombres de la gracia y corona de la gloria. *
Holgábase , com o contando los dias , en que habia de
descender del cielo á la tierra y . tom ar carne humana. Co-
nocia que los pensamientos y obras de los hombres ter­
renos eran com o ju e g o , y que todos eran burla y enga­
ño, Y m iraba á los justos , que aunque flacos y lim ita­
dos eran á propósito para com unicarles y manifestarles
su gloria y perfecciones. M iraba su ser inconm utable , y
la cortedad de los hombres , y com o se habia de hum a­
nar con ellos , y deleytábase en sws propias obras , y
particularm ente en las que disponía para su m adre san­
tísim a , de quien le era tan agradable tom ar form a de hom ­
bre , y hacerla digna de obra tau adm irable. E stos eran
ios dias en que se alegraba e l V erb o hum anado ; y por­
que al concebir y com o idear todas estas obras, y a l de­
creto eficaz de la divina voluntad se seguia la execucion
de to d o , anadió el V erbo divino:
69 T mis delicias son estar con h s hijos de los hom­
bres, M i regalo es trabajar por ellos y favorecerlos ; mi
con-
78 M i s t ic a C iu d a d de D io s ,
contento morir por e ilo s , y mi alegría ser su m aestro
y Reparador. M is delicias son levantar al pobr^ desde
e l polvo , y unirme co n ’ 'e l humilde ; y hum illar para es­
to m í D ivinidad y cubrirla y encubrirla con su naturale­
za ; encogerm e y humillarme y suspender la gloria de ni í
cuerpo , para hacerm e pasible , y merecerles la am istad
de mi Padre , y ser medianero entre su justísim a in^
dignación y la m alicia de los hombres ; y ser su exem ­
plar y cabeza , á quien J)uedan im itar y seguir. E s­
tas son las delicias del V erbo eterno humanado.
70 ¡O bondad incomprehensible y eterna , qué adm irada
y suspendida qiiédo , viendo la inmensidad de vuestro ser in­
mutable , com parado con la parvulez del hombre! ¡ Y me­
diando vuestro amor eterno entre dos extremos de tan
incom parable d ista n cia , amor infinito para criatura , no
solo pequeña-, pero ingrata! ¡E n qué objeto tan abatido
y v|l pon éis. Señor, vuestros o jo s; y en qué objeto tan
noble podia y debia el hombre poner los suyos y sus afec­
tos á la vista de tan gran misterio ! Suspensa en adm i­
ración y ternura de mi corazón me lamento de la des­
dicha de los mortales y de sus tinieblas y ceguera ; pues
|iD se disponen para c o n o c e r, quán de antemano com en­
tó vuestra M agestad á mirarlos , y prevenirles su verdar
dera felicid ad con tanto cuidado y amor , como si en
e lla con sistiera la vuestra.
jí Todas las obras y disposición de ellas com obs
Jiabia de criar tuvo presentes el 3eaor desde ab m tio ea
su
Pr im e r a P a r t e , L ib r o L C a p . V I . 79
su m e n te , y las numerò y pesó con su equidad y rec­
titud : y como está escrito en la sabiduría , supo la dis­
posición del mundo ántes de criarle ; conoció el prin­
cip io , medio y fin de los tiempos^ sus m udanzas y con­
cursos de los años , la disposición de las estrellas , las
virtudes de los elementos , las naturalezas de los ani­
m ales , las iras de las bestias , la fuerza de los vientos,
las diferencias de los árboles , virtudes de las raízes,
y los pensamientos de los hombres. T odo lo pesó y
-numeró ; y no solo esto que suena la letra de las cria-
turas materiales y racionales, pero todas las demas, que
m ísticam ente por estas son sign ificad as, que por no
ser para m i intento ahora no las refiero.

C A P ÍT U L O V L

DE UNA DUDA QUE PRO PU SE A L SEÑ OR


sobre la dodirina de eítos capítulos y la
respuesta de ella,

72 s obre las inteligencias y doctrina de los dos capítulos


antecedentes se m e ofreció una duda ocasionada de lo que
muchas veces he oido y entendido de personas doctas,
que se disputa en las escudas. V la duda fué : Q ué sj
la causa y m otivo principal para que el V erb o divino
se humanase fu<¿ hacerle cabcaa , y prim ogénito de toda«
las

up!
8o M is t ic a C iu d a d de Díos,
las criaturas , y por medio de la unión hipostática con
la humana naturaleza comunicar sus atributos y perfec­
ciones en ei modo conveniente por gracia y gloria á
los predestinados ; y el tomar carne pasible y m or'r por
el hombre fué decreto com o de fin segundario. Siendo
esto así verdad ¿ cómo én la santa Iglesia hay tan d i­
versas opiniones sobre ello? ¿Y la mas común e s , que el
V erbo eterno descendió del cielo como de intento para
redimir á lo s hombres por medio de su pasión y muer­

te santísima?
73 E sta duda propuse con hum ildad al S e ñ o r, y su
M agestad se dign6 de responderme á e l l a , dándome una
inteligencia y luz m uy g ra n d e , en que conocí y enten­
dí muchos misterios que no podré 'explicar , porque com ­
prehenden y suenan m ucho las palabras que me res­
pondió e l S e u o r, que son estas : " Esposa y palom a mía,
«oye , que com o Padre y M aestro tu yo quiero respon-
,,der á tu duda y enseñarte en tu ignorancia. A dvierte,
»jque el fin principal y legítim o del decreto que tuve de
»jcomunicar m i D ivinid ad en la persona del V erbo uni-
»da hipostáticam ente á la humana naturaleza fué la glo-
»ria que de esta com unicación habia de redundar pa-
»ra mi nombre y para las criaturas capaces de la q u e
v y o les quise dar. Y este decreto se executaria sin duda
»en la encarnación , aunque el primer hombre no hu-
»)biera pecado ; porque fué decreto expreso y sin condí-
»cion en lo substancial, y así debia ser eficaz mi. vo -
fíh m "
P r-im era P a r t e L ib . T, C ap . VI* 8i
«luntad ; que en prim er lugar fué com unicarm e á la al-
»?ma y humanidad unida a l V erbo. Y esto era así con-
«veniente á mi equidad ,, y reétitud de m is obras : y
waunque esto fué postrero en la e x e c u c io n , fué prime-
f>To en la intención. Y si tardé en enviar á m i U n igé-
j>nito , fué porque determ iné prepararle ántes una C oa-
íígregacion en el mundo escogida y santa de Justos, que
»supuesto el pecado comun serian com o rosas entre las
«espinas de los otros pecadores. Y vista la caíd a del li-
wnage humano , determiné con decreto expreso , que e l
??V erbo viniese en form a pasible y m ortal para redim ís
»su p u eb lo , de quien era c a b e z a ; para que mas se ma^
»nifestase y conociese mi am or infinito con los hombre»,
» y á m i equidad y justicia se le diese debida satisfacción:
« y que si fué hom bre y el prim ero en el ser el que
» p ecó ; fuese hombre y el prim ero en la dignidad e l Reden*
« t o r , y los hombres en esto conociesen la gravedad d e l
«pecado, y él am or de todas las almas fuese uno solo,
»pues su C riad or , V ivificad or , R e d e n to r, y quien los h a
«de juzgar es uno solo. Y tam bién quise com pelerles á es-
» te agradecim iento y a m o r , no castigando á los m ortales,
«com o á los apóstatas ángeles, que sin apelación los c a s-
w tig u é , y al hom bre p e rd o n é , a g u a rd é , y le di oportu-
»>no remedio , executando el rigor de m i justicia en m i
»U nigénito h ijo , y pasando a l hom bre la piedad de m i
«grande misericordia.
»74 Y para que mejor entiendas la respuesta de tu
L du-
82 m ís t ic a C iu d a d de D io s ^

wduda debes a d v e r tir , que como, e a mis decreto« a a h ay


»sucesión de tiem po , ni y o necesito de e l para obrar
í>y entender; los que dicen que encarnó e l V erb o para re-
»dim ir e l mundo^ dicen bien,, y los que dicen que en-
wcarnára si e l hombre no p e c á ra , tam bién hablan bien,
«si con verdad, se entiende: porque si no pecára A dán,,
«descendiera d e l cielo en la forma que para aquel esr-
wtado co n vin iera ; y porque p e c ó , tuve e l decreto segun-
Mdo que b axára pasible , porque visto el pecado , co n -
»»venía que le reparase en la form a que lo hizo. Y por
«que deseas s a b e r , com o se executaria este' misterio de.
«encariiar el. V e r b a , si conservara e l hom bre e l estado
íwie la in o ce n c ia , a d v ie rte , que la form a hum ana fuera la
»^misma en la substancia ; pero con el don de la im '
»-pasibUidad y inm ortalidad ( qual estuvo m i U nigénito des,^.
]gues que re su c itó , hasta que subió á los cielos ) v iv ie -
»ira y conversára con los h o m b res; y los misterios y sa-
íícraipentos fueran á todos m anifiestos; y ipuchas veces
»h iciera patente su g lo r ia , com o la h izo sola una v e z,
»quando v iv ió mortal ; y delante de todos m anifestára en.
«aquel estado de inocencia lo que mostró y obró delan-^
« te d e tres apóstoles en e l que fué m ortal ; y vieran to ­
ados los viadores á m i U nigénito con grande gloria , y
Mcon su conversación se consoláran y no pusieran óbice
« á sus divinos e fe d o s , porque estuvieran sin pecado. Pero
»tod o lo im pidió y estragó la c u lp a , y por ella fué co n -
-«■venientfi que viniera pasible y mortal,.
PRiMBaA P a r t e , L ibro I. C a p . V L 83
75 » Y e l haber en estos sacram eatos y en otros miar
«terios diversas opiniones en m i Iglesia h a nacido de quft
» á unos maestros les manifiesto y d o y lu z d e unos m is-
» te r io s , y á otros se la d o y d e otros; porque los m ortales
wno son capaces de recibir toda la luz. N i era conveniente
«que á uno se le diese toda la cien cia de todas la s cosas m iéa-
«tras son viadores ; pues aun quando son com prehenso-
» res la reciben por partes y se la doy proporcionada
wsegun e l estado y m erecim ientos de cada uno , y co^
» m o conviene á m i providencia distribuirla ; y la plenitud
«solo se le debia á la hum anidad d e m i U nigénito , y
« á su m adre respectivam ente. L o s demas m ortales n i la
»’ reciben t o d a , ni siempre tan cla ra que puedan asegu-
»rarse en todo ; y p o r eso la adquieren con e l trabajo y
«uso de las letras y ciencias. V aunque en mis Escritu^
í»ras h a y tantas verdades r e v e la d a s ; com o yo m uchas
»veces los dexo en la natural lu z , aunque otras se la
« d o y de lo a l t o , de aquí se s ig u e , que se entiendan los
»m isterios con diversidad de p a receres, y se hallen diferen^
»tes explicaciones y sentidos en las E scritu ras , y cad a
»uno siga su op in io n , com o lo entiende. Y aunque e i fin
« d e m üchos es bueno , y la lu z y verdad en substancia
»sea una ; se entiende y se usa de ella c o a diversidad
«dfi juicios y inclinaciones que unos tienen á unos m aes-
»tros y otros á o tr o s ; d e donde nacen entre ellos las
«controversias-
76 « Y de ser mas com ún la o p in io n , que el V erbo
Ls «ba-
§4 M ís t ic a C iu d a d de Ü iosv

ísbaxó del cielo de principal intento á redim ir e l mundo,


») entre otras ca u sa s, una es porque el misterio de la re-
«dencion , y el fin de estas obras es mas conocido y m a-
f?nifiesto por haberse executado y repetido tantas veces
?jen las E scritu ra s; y al co n tra rio , el fin de la im p a sib i-
« lid a d ni se e x ecu tó , ni se decretó absoluta y expresam en-
»)te ; y todo lo que perteneciera á aquel estado quedó
« o cu lto , y nadie lo puede saber con aseguración, sino fue-
« re á quien y o en particular diere l u z , ó reveláre lo
«que conviene de aquel decreto y am or que tenemos á
« la humana naturaleza. V si bien esto pudiera m over m u-
wcho á los m ortales , si lo pensáran y pen etráran ; pero
í>el decreto y obras de la redención de su caída es mas
»^poderoso y eficaz para moverlos y traerlos al conocim ien-
y>to y retorno de mi inmenso amor, que es el fin de mis
•>obras. Y por eso tengo providencia de que estos mo-
« tiv o s y misterios estén mas presentes y sean mas freqüen-
? n a d o s, porque así es conveniente. Y advierte , que en
»una obra bien puede haber dos fin es, quando e l uno se
supone debaxo de alguna condicion , com o fué , que si
»?el hombre no pecára , no descendiera e l V erbo en fo r-
f>ma p a sib le , y que si p e ca se , que fuese pasible y m or-
íJtal ; y así en qualquier suceso no se dexára de cum plir
j>el decreto de la encarnación. Y o quiero que los sacra-
^>mentos de la Redención se reconozcan y estimen y
í?siempre se tengan presentes para darm e el retorno. Pe­
lero quiero ^asimismo , que los mortales reconozcan al V e r-
»bo
P r im e r a P a r t e ', L i b r o L C a p . V I.

•>bo humanado por su cabeza , y causa final d e -la crea-


«cion de todo lo restante de la humana naturaleza; per­
e q u e él fué , despues de m i propia b en ig n id a d , el prin-
fjcipal motivo que tuve para dar ser á las criaturas. Y
»así debe ser reverenciado , no solo porque redim ió al li*'
#?nage humano , pero tam bién porque dió m otivo para su
«creación.
77 »>Y advierte , esposa m ia , que yo perm ito y dis-
»pongo que muchas veces los d o lo re s y maestros ten-
»gan diversas opiniones , para que unos digan lo verd a-
«dero y otros con lo natural de sus ingenios digan lo
»dudoso ; y otras permito digan lo que no e s , aunque
wno disuena luego á la verdad obscura de la f e , en la
»»que todos los fieles están firmes ; y otras veces dicen
»’ lo que es posible segun ellos entienden. Y con esta va-
»riedad se v a rastreando la verdad y lu;« , y se m ani-
*’ fiestan mas los sacramentos escondidos , porque la du-
» d a sirve de estím ulo al entendimiento para investigar la
» v e r d a d : y en esto tienen honesta y santa causa las con-
»>troversias de los maestros. Y también lo es , que des*
»pues de tantas diligencias y estudios de grandes y per-
» fefíos dodores y sabios, se conozca que en m i Iglesia
» h a y c ie n c ia , y que los hace eminentes en sabiduría so-
»>bre los sabios del mundo .; y que h a y sobre todos un
»jcnmendador de los sabios , que soy y o , que solo lo sé
«tod o y com preh en d o, lo peso y mido sin poder s e rm e -
**dido ni com prehendido ; y que los h o m b res, aunque mas
« es-
86 M ís t ic a C iu d a d d e D io s .
»escudriñen m is juicios y testimonios no los podrán a l-
»canzar , sino les 4-lm inteligencia y l u z , que soy
« e l píln cipio y AytCMf file tod a sabiduría y ciencia, Y
«conociendo €sto los m ortales , quiero que rae den ala-
wbanza« co n fesión , superioridad y g lo ria
fíeterna*
78 « Y quiero tam bién que los doctores santos aáqule-
wran para sí m ucha gracia, lu z y gloria con su trabajo h o -
?>nesto, loable y santo ; y la verdad se v a y a mas dea-
**cubriendo y apurando llegándose mas á su m a n a n tia l; y
»investigando con hum ildad los misterios y obras adm i-
wrables de m i diestra vengan á ser participantes de ellas,
» y gozar del pan de entendim iento de mis E scrituras. Y a
»h e tenido gran providencia con los d o lo r e s y maestros,
»aunque sus opiniones y dudas han sido tan diversas y
wcon diferentes fin es; porque unas veces son de m i m a-
« y o r gloria y honra ^ y otras d e im pugnarse y con tra-
» decirse por otros fin e s terrenos : y con esta em ulación y
«pasión han procedido y proceden desigualmente. Pero c o a
«todo eso los h e governado , regido y a lu m b ra d o , asis-
«tiéndoles m i p ro te c ció n , dem anera que la verdad se h a
«investigado y manifestado m u c h o , y se ha d ilatado la
« lu z para conocer muchas de mis perfecciones y obras
« m aravillo sas; y se han interpretado las E scrituras san-
»ytas tan a ltam en te, que me h a sido esto-de m ucho agra-*
« d o y beneplácito. Y por esta causa e l furor d el infierno
« co n increíble envidia ( y m ucho mas en estos tiem pos pre^
»sen-
P r im e r a P a r t e L i b . L C a p . V I. 87
Ȕsentes ) ha levantado su trono de iniquidad, impugnando
»la. verdad y pretendüeindo. beberse el J o rd á n , y con he-
«regias y d o arin as falsaí^ escurecer. U. lu z de l a fe sanîa^
sjcontra quien ha derram ado su falsa zizaña^ ayudándose d e
« los hombres. Pero lo restante de la Iglesia y sus verda-*
»des están en grado perfeélísim o y los fieles católico s, auii-
*»que m uy envueltos y ciegos en, otras- miserias ; pero la
«verdad de la fe y su lu z la tienen perfeélísim a , y aun-
wque llam o á todos, co n paternal amor á esta d ic h a ,s o a
Jípocos los eleflos que m e quieren responder..
79 ” Q uiero tam bién, esposa m ia , que e n tien d a s, que s i
síbien m i providencia dispone que entre los maestros ha^
» y a muchas opiniones,, p a ra que m as se escudriñen mis.
»testim onios; y con intento d e que á los hom bres v ia d o -
«res les- sea manifiesta ía m edula de las d ivin as letras me­
ndiante sus honestas diligencias, estudios y trabajos; però fue*
»-ra de m ucho agradó p a r a m i y se rv icio , que las personas,
» d o t e extinguieran y apartaran, de sí la so b e rb ia , envidia;
»y am bición de honra vana y otras pasiones y vicios que-
« d e e s to se en gen dran , y toda la m ala sem illa q u esiem -
»bran los.m alos efCííios de tales o c u p a c io n e s, pero no la
« a rra n co a h o r a , porque no s e ■
arranque la buena con I3
»m ala..'’ T o d o esto m e respondió el A ltísim o y otras mu­
chas cosas que no puedo m anifestar. Bendita sea su gran­
deza eternam ente , que tuvo p o r bien alum brar mi igno­
ran cia , y satisfacerla tan adequada y misericordiosamen--
t e , sin dedignarse de la parvulez de una m uger insipiea-

te
88 M ís t ic a C iu d a d d b D io s »

te y en todo inútil. D énle gracias y alabanzas sin fin to*


dos los espíritus bienaventurados y justos de la tierra.

C A P Í T U L O vn.
COM O EL A L T I S I M O D IÓ P R IN C IP IO A SU S
abras , y todas las cosas materiales crió para el bombre^y
á los ángeles y hombres , para que hiciesen pueblo-,
de quien e l V erb o humanado fues9
cabeza.

8o ^ ^ au sa de todas las causas fué D ios y C riad or de to­


d o lo que tiene ser : y con el poder de su brazo qui­
so dar principio á todas sus m aravillosas obras ad extra,
quando y com o fué su voluntad. E l órden y principio
de esta creación refiere M oysés en el capitulo pri­
m ero del Génesis : y porque el Señor me ha da­
d o su in telig e n cia , diré aquí lo conveniente , para ir
buscando desde su origen las obras y misterios de la en­
carnación del V erb o y de nuestra redención.
8i L a letra del capítulo prim ero del Génesis dice de
esta manera : E n e l principio crió D ios e l cielo y la tierra.^
y estaba Ia tierra sin fru to sy vacía^ y las tinieblas estaban so­
bre la haz del abismox y el E sp íritu del Señor era llevado sobre
la s aguas, T dixo D io s , sea hecha la luz , y f u é hecha la
kíz. T vió D io s /<í dividióla y apar-
td-
P r im e r a Parte, L ib . I. C a p . V II. 89
tòìa de las tinieblas \ y à la luz llamó dìa ^y á ¡as tinie­
blas noche : y f u é hecho día de tarde y de mañana , ^ c.
E n este dia prim ero , dice M o y sé s, que en e l prin-,
cipio crió Dios el cielo y la tierra , porque este princi­
pio fué el que dió el poderoso D io s , estando en su ser in­
m utable , como saliendo de él á criar fuera de sí mismo á
las criaturas que entónces comenzaron á tener ser en sí mis­
mas , y D ios com o á recrearse en sus hechuras como
obras adequadamente perfectas. Y para que el órden fue­
ra tam bién perfeélísimo , ántes de criar criaturas intelec­
tuales y racionales , formó el cielo para los^ ángeles y
hombres ; y la tierra donde prim ero los m ortales habian
de ser viadores ; lugares tan proporcionados para sus fi­
nes y tan perfeélos , que com o dice D a v id , los
cielos publican la gloria de D ios , el firm am ento y la
tierra anuncian las obras de sus m an os., L os cielos con su
herm osura manifiestan la m agnificencia y gloria , porque
son depósito d el prem io prevenido para los santos. Y el
firmamento de la tierra a n u n c ia , que ha de haber cria­
turas y hombres que la habiten , y por ella cam inen á
su Criador. Y ántes de c r ia r lo s , quiere e l A ltísim o pre­
venirles y criarles lo necesario para esto y para la vida,
que les habia de mandar vivir ; para que de todas par­
tes se hallen com pelidos á obedecer y am ar á gu H acedor
y Bienhechor , y que por sus obras conozcan su nombre
adm irable y infinitas perfecciones.
83 D e l a ’ t ie r ia , d ice M o y s é s , que - estay^ yacía : y ,
M no
^ m ís t ic a C íu d a d t>E D io s .
no lo dice del c ie lo , porque en este crió los ángeles éú
c i in sta n te, quando dice M oysés : D ix o D io s sea hecha la
k iZ , y fu e hecha la luz. Porque no habla solo de la lu z
m a t e r ia l, sino también de las luces a n g élica s, ó intelec­
tuales. Y no h izo mas clara m em oria de ellos , que sig­
nificarlos d ebaxo de este nombre , por la condicion tao
fó cil de los Hebréos en atribuir la D ivinidad á cosas nue­
vas y d e menor aprecio , que los espíritus angélicos. Pé-
t o fué m u y le g ítim a la m etáfora de la lu z para signifícaí
la naturaleza an gélica , y m ísticam ente la lu z de^ la ciencia
y gracia con que fuéron ilum inados en su creación. Y crió
D ios con el c id o E m píreo la tierra juntam ente , para for­
m ar en su c e n tra el Infierno ; porque en a q u ^ instante
que fué criad a , por la d ivina disposición quedaron en me­
d io d e este glo bo cavernas m u y profundas y dilatadas ca^
p aces para Infierno, Lim bo y Purgatorio. Y en e l Infier­
n o al mismo tiem po fué criado fuego m aterial y las de­
m ás çosas que a llí sirven ahora d e pena á los condena*
dos. H abia d e d ivid ir luego el Señor la luz de la s tinie­
b la s 9 y llam ar á la lu z dia , y á las tinieblas noche:
y no solo sucedió esto entre la noche y dia naturales, pe-
'l o éntre los ángeles buenos y malos ; que á los buenos dió
la lu z eterna de su v is ta , y la llam ó dia y dia eternoç
yá los malo» lla m ó noche d el pecado , y fuéron arro­
ja d o s en las eternas tinieblas del infierno : para que todos
entendamos quan juntas anduvieron la liberalidad m isefi-
cordiosa de C riad or y V ivifk á d o r , y la justicia de r e ílí-
«i-
\
P r im e r a P a r t e , tiB R O ^ l. C a p . V II. 9 1-

si^no Juez en el castigo.


83 Fuéron los ángeles criados en e l cielo Ertipíreo y
eo g r a c ia , para que con ella precediera el m erecim iea-
tp a l premio de la gloria ; que aunque estaban en e l lu­
gar de ella» no se Ies habia m ostrado la D ivinidad ca­
ra á c a r a , y con clara n o tic ia , hasta que con la gracia
io m erecieron, los que fuéron obedientes á la voluntad di­
vina. Y así estos ángeles santos , com o los dema:s apósta­
tas duraron m u y poco en el prim er estado dé viadores ; por
que la crea ció n , e sta d o , y térm ino fuéron en tres estan­
cias ó mórulas divididas con algún intervalo en tres ins­
tantes. E n el prim ero fuéron todos criados y adornados Con
gra cia y dones quedando hermosísimas y perfectas criatu­
ras. A este instante se siguió una m órula , en que á to­
dos les filé p ro p u esta , y intim ada la voluntad de su C ria­
dor , y se les puso le y y precepto de o b r a r , reconocién­
dole por supremo S e ñ o r, y para que cumpliesen con el
fin para que los habia criado. E n esta m órula , estancia,
ó intervalo sucedió entre San M iguél y sus ángeles con
el Dragón y los suyos aquella gran batalla , que dice
San Juan en el capítulo doce d el Apocalipsis ; y los bue­
nos án g eles, perseverando en gracia , merecieron la feli­
cid ad eterna ; y los inobedientes, levantándose contra D ios,
m erecieron e l castigo que tienen.
84 Y aunque e a esta segunda mórula pudo suceder to^
do m uy brevem ente segun la naturaleza angélica y el po­
der divino > pero entendí que la piedad del A ltísim o se de«
Ma tu-
91 M ís t ic a C iu d a d , d e D io s.
tu v o algo y con algún intervalo -les propuso el bien y
et m a l; la verdad y falsedad ; lo justo y lo injusto ; su
gracia y a m ista d , y la m alicia del pecado y enemistad
d e D io s ; e l prem io y el castigo e te rn o , y la perdición
para L u cifer y los que le siguiesen : y les mostró su M a ­
gestad el infierno y sus p e n a s, y ellos lo vieron todo :
que en su naturaleza tan superior y excelente todas las
cosas se pueden v e r , com o ellas son en sí m ism as, sien­
d o criadas y lim itadas : desuerte que ántes de caer de
la gracia vieron claram ente el lugar del castigo^ Y aun­
que no conocieron por este m odo el premio de la gloria,
pero tuvieron de ella otra noticia , y la promesa mani­
fiesta y expresa del S e ñ o r; con que el Altísim o justificó
su causa y obró con suma equidad y rectitud. Y porque
toda esta bondad y justificación no bastó para detener á
L ucifer y sus seqiiaces, fuéron com o pertinaces castigados
y lanzados en el profundo de las cavernas infernales ■
^ y
los buenos confirm ados en gracia y gloria eterna. Y esto
lu é todo en e l tercero in sta n te, en que se conoció d e he­
ch o , que ninguna c ria tu ra , fuera de D io s , es im pecable
por naturaleza : pues el á n g e l, que la tiene tan excelen­
te , y la recibió adornada con tantos dones de ciencia y
gracia , al fin pecó y se p e rd ió . ¿Qué hará la fragilidad
hum ana, si el poder divino no la d efien d e, y si ella obli­
g a á que la desampare?
Resta saber e l m otivo que tuvieron en su pecado
L ucifer y sus confederados ( que es lo que v o y buscando)

y
P r im e r a Parte, L ib . L C a p . V I!. 93
y de que temaron ocasion para su inobediencia y caída.
Y en esto en ten d í, que pudieron com eter muclios fo ca ­
dos secundum reatum , aunque no com etieron los aélos de
todos ; pero de los que com etieron con su depravada vo ­
luntad les quedó hábito para todos los aétos malos , in­
duciendo á otros y aprobando el pecado ^ que por sí mis­
mos no podian obrar. Y segun e l mal afecto que^de pre­
sente tuvo entónces L ucifer , incurrió en desordenadísimo
am or de sí mismo ; y le nació de verse con m ayores do*
nes y hermosura de naturaleza y gracia que los otros án­
geles inferiores. E n este conocim iento se detuvo dema­
siado ; y el agrado que de sí mismo tuyo le retardó y
entibió en el agradecim iento que debia á D io s , com o cau­
sa única de todo lo que habia recibido. Y volviéndose á
rem irar , agradóse de nuevo de su hermosura y gracias,
y adjudicóselas y amólas com o suyas : y este desordena­
do afecto propio no solo le h izo levantarse con lo que ha­
bia recibido de otra superior virtud ; pero tam bién le obli­
gó á envidiar y codiciar otros dones y excelencias age-
nas que no tenia. Y porque no las pudo conseguir , con­
cibió m ortal odio y indignación contra Dios , que de na­
da le habia c ria d o , y contra todas sus criaturas.
86 D e aquí se originaron la desobediencia , presunción,
in ju sticia, in fid elid ad , blasfemia y aun casi alguna espe­
cie de idolatría ; porque deseó para sí la, ado ración y re­
verencia debida á D ios. Blasfem ó de su divina grandeza
y san tid a d ; faltó á la fe y lealtad que debia ; pretendió
des-
JiíiSTiCA CiuiSad de D ios.
destruir todas las criaturas , y presumió q«e podría to^
do esto y muchQ m a s; y así siempre su soberbia sube
y p erse ve ra , aunque su arrc^ancia es m ayor que su fo r­
taleza , porque en esta no puede crecer , y . en e l p e c a -
4o «o abism o llam a i otro abismo. E l prim er ángel que
pecó fuá L ucifer , como consta del ■capítulo catorce dc-
|sa ía s; y es^e induxo á otros á que le siguiesen, y así se
IJama Príncipe de los dem onios, no por naturaleza , que
por ella np pudo tener este título , sino por la culpa. Y
no fuéron Iqs que pecaron 4e solo yn órden, ó gerarquía,
sino de todas cayeron muchos.
87 Y para manifestar com o se nve ha mastrado qué
l^ n ra y excelencia fué la qne con soberbia apetecid y en­
vidió L u c ife r , a d v ie rto , que com o en las obras de D ios
h a y equidad , pesq y m edida , ántes que los ángeles se pu­
dieren inclinar á diversos fin es, determ inó su providencia
manifestarles inmediatamente despues de su creación el fin
para que los habia criado de naturaleza tan alta y exce­
lente. Y de todo esto tuvierqn ilustración en esta m anera:
L o prim ero tuvierqn inteligencia rnuy expresa d el ser d e
DIqs , U no en substancia y Trino en personas, y recíbie--
Xon precepto de que le adorasen y reverenciasen com o á
sy Griadoí: y sum o Señor , infinito en su ser y atributos.
A este piai^dato se rindieron todos y obedecieron , per©
pon alguna d ife re n c ia ; porque los ángeles buenos obede­
cieron por am or y justicia , rindiendo su a fed o de buena
Vplunta 4 , adm itiendo y creyendp lo que e r a ; sobre sua
fuer-
P rim era P a r t e , Líb* 1. Cap. Vil. 95
fuerzas y obedeciendo con alegría. Pero L ucifer se rindió
por parecerle ser lo contrario im posible. Y no lo hizo con
carid ad p e r fc tìa , porque dividió la voluntad «n sí ffiisítio
y en la verdad infalible del Señor 4 y esto le hizo que el
precepto íe le hiciese algo violentò y dificultoso , y no cum ­
plirle con afetìo lleno de amor y justicia ; y así se dispu­
so para no perseverar ea el. Y aunque no le quitó ía gra­
cia esta remisión y tibieza en obrar estos p rim eroí aélos
con dificultad ; pero d e aquí com enzó su m ala disposicloa»
porque tuvo alguna debilidad y flaqueza en la virtud y
espíritu , y su hermosura no resplandeció com o debia. Y
á m i parecer el efeéto que hizo e o Lucifer esta remisión
y dificultad fué semejante al que hace en e l alm a un pe­
cado venial advertido ; pero no afirmo que pecó m ortal ns
venialm ente entónces , porque cum plió el precepto de D ios,
m as fué remiso y imperfecto este cum plim iento ; y mas p o r
com pelerle k fuerza de la ra z ó n , que por am or y volun­
tad d e obed ecer, y así se d i f u s o para caer,
88 E n segundo li^ a r les m anifestó D íos había de cria r
«na naturaleza hum ana y criaturas raeiouales inferiores, pa­
ra que am asen , temiesen y reverenciasen á D ío s , com o A
so A u to r y bien eterno \ y que i esta naturaleza habia d e
íav<Mrec€T m u c h o , y que la segunda Persona de la mism^
Trinidad santísima se había de hum anar y hacerse hom bre,
kva n tá n d o ¿ la naturaleza humana á la unión hipostáti-
c a , y persona divina ; y que aquel supuesto hom bre y D íc*
babi^n de reconocer por c a b e z a , no solo en quantv
pe.
9^ M ís t ic a C í UDAD de D ios .
pero juntam ente en quanto h o m b re, y le habian de reve­
renciar y a d o r a r , y que los mismos ángeles habian de ser
sus inferiores en dignidad y gracias y sus siervos. Y dióles,
inteligencia de la conveniencia y equidad , justicia y razon
que en esto habia ; porque ia aceptación de los m erecim ien­
tos previstos de aquel hom bre y Dios les habia m erecido
la gracia que poseían y la gloria que poseerían; y que pa­
ra gloria de el mismo habian sido criados e llo s , y todas las
otras criaturas lo se ria n , porque á todas habia de ser su­
perior : y las que fuesen capaces de conocer y gozar de
D ios habian de ser. pueblo y miembros de aquella cabeza
para reconocerle y reverenciarle. Y de todo esto se les d ió
luego mandato á los ángeles.
89 A este precepto todos los obedientes y santos ánge­
les se rindieron y prestaron asenso y obsequio con hum il­
de y amoroso a fe d o de toda su voluntad, Pero L u cifer
con soberbia y envidia resistió y provocó á los ángeles sus
scqüaces á que hicieran lo mismo , com o de hecho lo h i­
cieron , siguiéndole á el y desobedeciendo al divino man­
dato. Persuadióles el mal P rín cip e, que seria su cabeza, y
que tendrían principado independente y separado de C hris­
to. Tanta ceguera pudo causar en uu ángel la envidia y
soberbia y un afeólo tan desordenado, que fuese causa y
contagio para com unicar á tantos el pecado.
90 A quí fué la gran b a ta lla , que San Juan d ic e , su­
cedió en el cielo : porque los ángeles obedientes y santos
cou Ardiente zelo de defender la gloria del Altísim o y hon­
ra
P rim era P a r t e , L ib r o 1. C ap. Vil. 97
ra del Verbo humanado p re v isto , pidieron licencia y como
beneplácito al Señor para resistir y contradecir al dragón;
y les fué concedido este permiso. Pero sucedió en esto otro
m isterio ; que .quando se les propuso á todos los ángeles
habian de obedecer al V erbo hum anado , se les puso otro
tercero precepto , de que habian de tener juntam ente por
Superiora á una muger , en cuyas entrañas tom aría carne
hum ana este Unigénito del P a d r e ; y que esta muger ha­
bia de ser su R e y n a , y Señora de todas las c ria tu ra s, y
que se . habia de señalar y aventajar á todas angélicas y hu­
manas en los dones de gracia y gloria. Los buenos ánge­
les en obedecer este precepto d el Señor adelantaron y en­
grandecieron su hum ildad , y con ella le admitieron y ala­
baron el poder y sacramentos del Altísim o. Pero L ucifer
y sus confederados con este precepto y misterio se levan ­
taron á m ayor soberbia y desvanecimiento. Y con desor­
denado furor apeteció para sí la excelencia de ser cabeza
de todo el linage hui-^ano, y órdenes a n g élico s, y que sí
habia de ser m ediante-la unión hipostática , fuese con él.
^91 Y en quanto al -ser inferior á ia m adre del Verbo
hum anado y señora nuestra lo resistió con liorrendas blas­
femias , convirtiéndose en desvocada indignación contra el
A utor de tan grandes m aravillas ; y provocando á los de­
m a s, dixo este dragón : Injustos son estos preceptos y á m i
grandeza se le hace a g r a v io ; y á esta n a tu ra le za , que tú,
S eñ o r, miras con tanto am or , y propones favorecerla tun-
t o , y o la perseguiré y d e stru iré ; y en esto em plearé to-
N do
^8 M ís t ic a C iu d a d de D ios .
do mi poder y cuidado. Y á esta m u g e r, madre del V e c -
bo , la derribaré de el estado en que la prometes poner
y á mis manos perecerá tu intento.
92 E ste soberbio desvanecimiento enojó tanto al Señor^
que hum illando á Lucifer , le dixo : " E sta muger , á quien
»no has querido re sp e ta r, te quebrantará la cabeza, y por
wella serás vencido y aniquilado. Y si por tu soberbia en-
??tráre la muerte en e l m u n d o , por la hum ildad de esta
»m uger entrará la vida y la salud de los mortales ; y de
»su naturaleza y especie de estos dos gozarán' el prem io
» y coronas , que tú y tus seqiiaces habéis perdido. Y á
todo esto replicaba el dragón con indignada soberbia, con­
tra lo que entendía de la divina voluntad y sus decretos,
amenazaba á todo el linage humano, Y los ángeles buenos
conocieron la justa indignación del Altísim o contra Luci­
fe r , y ios demas ap ó statas; y con las armas del enten­
d im ie n to , de la razón y verdad peleaban contra ellos.
93 O bró aquí e l todo Poderoso otro misterio m aravi­
lloso ; que' habiéndoles manifestado por inteligencia á todos
los ángeles el sacramento grande de la unión hipostática»
les m ostró á la V irgen santísima en una señal ó especie,
a l modo de nuestras visiones imaginarias , según nuestro
m odo de entender : Y así les d ió á conocer y representó
la hum ana naturaleza pura en una muger perfeélísim a, en
quien e l brazo poderoso del Altísim o habia de ser mas admi­
ra b le , que en todo el resto de las cria tu ra s, porque en ella
depositaba las gracias y dones de su diestra en grado su-
pe-
P rim era Pa r t s , L ib . L C ap . V IIL 99 ’
perior y eminente. E sta señal y visión de la R eyn a del
cielo y madre del V erbo hum anado fué notoria y manifies­
ta á todos los ángeles buenos y malos. Y los buenos á su
vista quedaron en adm iración y cánticos de alabanza ; y
desde entónces comenzaron á d efecder la honra de D ios
humanado y de su m adre santísima armados con este ar­
diente zelo y con el escudo inexpugnable de aquella se­
ñal, Y por el contrario el dragón y sus aliados concibie­
ron im placable furor y saña contra Christo y su m adre
santísim a; y sucedió todo lo que contiene el capítulo 12
del A pocalypsis , cu y a declaración , como se me ha dado,
pondré en el que se sigue.

C A P Í T U L O VIII.

q u e p r o s ig u e e l d is c u r s o d e a r r ib a

son la explicación del capítulo doce del Apocalypsis,

-I— letra de este capítulo del A p o ca ly p sis, dice:


A pareció en e l Cielo una gran señala una muger cubierta
del s d , y debaxo de sus pies la luna , y una corona de
doce estrellas en su cabeza : y estaba p reñ a d a ,y pariendo
daba voces , y era atormentada para parir. T f u é vista
<^tra señal en e l cielo , y vióse un dragon grande , roxí?,
^ tenia siete cabezas y diez cuernos: y siete diademas en

sus
lo o m ís t ic a ,C im íD DE D ios .
sus cabeza s, y su cola arrastraba la tercera parte de ¡as
estrellas del cielo , y las arrojo’ en la tie r r a , y el dragón
estuvo delante de ¡a muger que habia de parir; para que en
pariendo se tragase el hijo, T parió un hijo varón , que ha­
bia de regir las gentes con vara de hierro \ y fu é arrebata­
do su hijo para D io s , y para su trono , y la muger huyó a .
la soledad y donde tenia lugar a p a r e ja d o p o r D ios . para que
a llí l a ,-alimenten m il ducientos y sesenta dias. T sucedió
una gran batalla en e l cielo , M ig u é l, y sus ángeles pelea-
ban con el dragón , y peleaba el dragón y sus á n g e le s y no
prevalecieron , y de a llí adelante no se halló lugar suyo en
e l cielo. Y f u é arrojado aquel dragón , serpiente antigua^
que se llama diablo y S a ta n á s, que engaña, a todo el orbe*
y f u é arrojado en la tie r r a , y sus ángeles fuéron enviados
con él. T o í una gran voz en el cielo ^ que deciai ahora ha
sido hecha la salud y la virtud y el Reyno de nuestro D io s
y -la potestad de su Christo : porque ha sido arrojado el acu­
sador de nuestros hermanos , que los acusaba ante nuestro
D io s de dia y de noche* T ellos le han vencido por la san­
g re del Cordero y palabras de sus testim onios, y pusieron
susl almas hasta la muerte. P or esto os alegrad cielos , y
los que habitais en ellos. A y de la tie r r a , y m a r, porque
á vosotros ha baxado el diablo , que tiene grande ira^sa^
hiendo que tiene poco tiempo. T despues que vió el dragón
como era arrojado']^ á la tie r r a , persiguió á la muger, que
p a rió e l hijo varón: y fuéronle dadas á la muger alas de
una grande aguila, para que volase a l desierto á su ¡fugar^
don-
P rim era Pa r t e , L ib . L C a p . ,VIH. lo i
donde es alimentada por tiempo y tiempos y la rrictad del
tiempo fuera de la cara de la serpiente, T arrojó la ser­
piente de su boca tras de la muger agua como un riü, T ¡a
tieria ayudó á l a m u g e r y abrió la tierra su boca y sor-
bió el rio que arrojó, e l dragón de su boca. T e l dragón se
indignó contra la muger : y fuese para hacer guerra á los de-
mas de su generación, que guardan los mandamientos de Dios.,
y tienen el testimonio de Jesu ^Christo, T estuvo sobre ¡a
arena del mar,
95 Hasta aquí es la letra del Evangelista y habla de
p re se n te ; porque entónces se le mostraba la visión de lo
que y a habia pasado y d ic e : Que apareció en e l cielo una
gran se ñ a l, una muger cubierta del sol , y debaxo de sus
pies la lu n a .,y coronada la cabeza con doce estrellas,'E .s-
ta señal apareció verdaderam ente en e l cielo por volun­
tad • de Dios-, que se la propuso manifiesta á los buenos
y malos ángeles , para que á su vista, determinasen sus vo­
luntades á obedecer los preceptos de su beneplácito. Y
así la vieron ántes que los buenos se determ inasen al bien,
y los malos al pecado. Y fué com o señal de quan ad­
m irable. habia de ser Dios en la fábrica de la humana
naturaleza. Y aunque de ella les habia dado á los ánge­
les noticia , revelándoles el m isterio de la unión h ipostá­
tica ; pero quiso manifestársela por diferente m odo en pu­
ra c r ia tu r a , y en la mas perfecta y s a n ta , que despues
<le C hristo nuestro Señor habia de criar. Y también fué
com o se ñ a l, para que los b u w s á/igeles se asegurasen,que
por
lo a M ís t ic a C iu d ad de D iosí
por la desobediencia de los m a lo s, aunque Dios queda­
b a ofendido , no dexaría de executar e l decreto de criar
á los hom bres; porque el Verbo humanado y aquella mu­
ger m adre suya le obligarían infinito mas que los in­
obedientes ángeles podian desobligarle. Fué también com o
arco en e l cielo ( á cu y a semejanza se pondría e l de las nu-
ves despues del diluvio ) para que asegurase, que si los
hom bres, pecasen com o los’ ángeles -, y fuesen inobedien­
tes , no serian castigados com o ellos sin remisión , pero
que les daría saludable m edicina y remedio por medio de
aquella inaravíllosa señal. Y fué com o decirles á los ánge­
les : N o castigaré y o de esta manera á las criaturas que
he de c r ia r ; porque de la naturaleza humana descende­
rá esta muger , en cuyas entrañas tom ará carne mi U ni­
génito; que será el restaurador de mi amistad y apaciguará m i
justicia y abrirá el camino de la felicidad, que cerrará la culpa.
95 En testimonio de esto , el A ltís im o , á la vista de
aquella s e ñ a l, despues que los ángeles inobedientes fuéron
castigados, se mostró á los buenos ángeles com o desenojado,
y aplacado de la ira que la soberbia de L u cifer le habia ocasio­
nado. Y á nuestro entender se recreaba con la presencia de la
R e yn a del c ie lo , representada en aquella Imágen ; dando
á entender á los ángeles sa n to s, que pondría en los hom­
bres. por medio de Ctu'isto y su madre la gracia y
dones que los apóstatas, por su rebeldía habian perdido.
T u vo también otro efecto aquella gran señal en los ánge­
les bu en o s; que c o m o ,d e la porfía y contienda co n L u ­
c í-
P r im e r a Parte , L i b . T. C a p , VIII, TO3

cifer estaban , á nuestro modo de entender , com o afli­


gidos y contristados y casi turbados , quiso el A ltísim o , que
con la vista de aquella señal se alegrasen , y con la gloria
esencial se les acrecentase este gozo accidental , m ereci­
do también con su victoria contra L ucifer : y viendo aque­
lla vara de clem encia que se les mostraba en señal de
p a z , conociesen luego que no se entendía con ellos la le y
del castigo , pues habian obedecido á la d ivina voluntad
y á sus preceptos. Entendieron asimismo los santos ánge­
les en esta visión mucho de los misterios y sacramentos
de la encarnación , que en ella se encerraban , y de la
Iglesia m ilitante y sus miembros ; y que habian de asis­
tir y ayudar al Unage humano , guardándo los hombres
y defendiéndolos de sus enemigos y encam inándolos á la
eterna felicidad : y que ellos mismos la recibían por los
merecimientos del V erbo h u m an ad o , y que los había pre­
servado su M agestad en virtud d el mismo C hristo pre­
visto en su mente divina.
97 Y como todo esto fué de grande alegría y gozo para
los buenos á n g eles, fué también de grande torm ento para
los malos , y com o principio y parte de su castigo que lue­
go conocieron de lo que no se habian aprovechado, y que
aquella muger los habia de vencer y quebrantar la ca­
beza. T odes estos misterios y m uchos que no puedo e x ­
plicar com prehendió e l E vangelista en este capítulo y mas
en esta grande señal ; aunque lo refiere en obscuridad y
e n ig m a , hnsta que llegase el tiempo.
El
ko4 M í s t ic a C iu d a d be D io s.
98 E l s o l, de que dice estaba cubierta la m uger, e s
e l Sol verdadero de Justicia : para que los ángeles ern
tendiesen la voluntad eficaz del A ltísim o , que siempre que­
ría y determ inaba asistir por gracia en esta m uger, ha­
c e rla sombra y defenderla con su invencible brazo y pro­
tección. Tenía debaxo de los pies la luna : porque en la
división que hacen estos dos planetas del dia y noche;
la noche de la culpa , significada en la luna , habia de
quedar á sus p ie s ; y el sol , que es el dia de la gracia,
habla de vestirla toda eternamente. Y también porque
lo s menguantes de- la gracia que tocan á todos los mor­
tales habian de estar debaxo de sus p ie s ; y nunca po-
'drian subir al cuerpo y alm a , que siempre habian de
estar en crecientes sobre todos los hombres y ángeles:
y sola ella habia de ser libre de la noche y menguantes
d e Lucifer y de Adán , que siempre los h o lla rla , sin q'.ie
pudiesen prevalecer contra ella. Y com o vencidas to ­
das las culpas y fuerzas del pecado original y actual
se las pone e l Señor en los pies en presencia de todos
los ángeles , para que los buenos la conozcan , y los
m alos { aunque' no todos los misterios de la visión alcan­
z a r o n ) tem an á (ssta muger aun ántes que tenga ser.
99 L a corona de doce estrellas claro está son todas las
virtudes que habian de coronar á esta R eyn a de los cie­
los y tierra ; pero el misterio de ser doce fué por los do­
c e tribus de Israél , á donde se reducen todos los elec­
tos y predestinados * como' los señala el E vangelista en el
ca -
P rim era P a r t e ', L iè r o I. Cap. Vin. lo j
capítulo siete del Apocalipsis. Y porque todos los dones
gracias y virtudes de todos los escogidos habian de co­
ronar á su R eyna en grado superior y eminente exceso,
se le pone la corona de doce estrellas sobre su cabeza.
100 E sta ba preñada , porque en presencia de todos los
án g eles, para alegría de los buenos y castigo de los ma­
los , que resistían á la divina voluntad y á estos miste­
rios , se manifestase que toda la santísima T rinidad habia
elegido á esta m aravillosa m uger por madre del Unigéni­
to del Padre. Y com o esta dignidad de madre d el V erbo
era la m ayor y principio y fundamento de todas las ex­
celencias de esta gran Señora y de esta señal ; por eso se
les propone á los ángeles com o depósito de toda la santí­
sim a Trinidad en la D ivinidad y persona del V erbo humanan­
do ; pues por la inseparable unión y inexistencia de las per­
sonas por la indivisible unidad no pueden dexar de estar
todas tres personas donde está cada una ; aunque sola la
d el V erbo era la que rnmó carue Humana , y dp pila sola
estaba preñada.
101 T pariendo daba voces ; porque si bien la dignidad
de esta R e y n a , y este misterio habia de estar al principio
encubierto , para que naciese D ios p o b r e , h u m ild e , y d i-
sunulado ; pero despues dió este parto tan grandes -voces,
que el prim er eco hizo turbar , y salir de sí al R e y H e-
rodes ; y á los M agos obligó á desam parar sus c a s a s , y
patrias , para venir á buscarle.: Unos corazones se turbá-
ron , y otros con a fe d o interior se movieron, V creciendo

O el
io 6 M ística C iu d ad d e D ie s­
e l fruto de este p a r to , desde que fué levantado en la cru z,
dió tan grandes voces , que se han oído desde e l O riente
a l P o n ien te, y desde el Septentrión a l M ediodia, T an to se
o y ó la vo z d e esta muger , que ,dió pariendo la palabra
d e l eterno Padre,
102 T era atormentada para parir : N o dice esto p o r­
qu e habia de parir con dolores , que esto no era posible
en este parto d iv in o ; sino porque fué gran dolor y to r ­
m ento para esta m a d r e , que en quanto á la hum anidad
saliese d el secreto de su virgíneo vientre aquel cuerp ecí-
t o divinizado para p a d e c e r, y sugeto á satisfacer a l Pad re
|>or los pecados d el m u n d o , y pagar lo que no habia d e
com eter ; que todo esto conocería y conoció la R e yn a p o r
l a ciencia de las E scrituras. Y por el natural am or de t a l
m ad re á ta l hijo naturalm ente Ío habia de sentir aunque
con form e con la voluntad del eterno Padre. Tam bién se
com prehende en este torm ento el que habia de padecer la
piadosísim a m a d re , conociendo los tiem pos que habia d e
carecer de la presencia de su te so ro , desde que saliese de
su tálam o virginal : que si bien en quanto á la D ivinidad
k tenia concebido en el a lm a , pero en quanto á la h u -
«lanidad saptísima habia de estar m ucho tiem po sin é l , y
e ra hijo solo suyo. Y aunque el A ltísim o habia determ ina­
d o hacerla esenta d e la c u lp a , pero no de los trabajos y
dolores correspondientes al p re m io , que le estaba apareja­
do. Y así fuéron ^los dolores de este p a r to , no efeftos d el
p e c a d o , com o en las descendientes de E v a , sino d el in -
ten -
P r im e r a P a r t e , L jb . I. C a p . V i li . T07
tenso y pa:fe¿lo amor de esta divina m adre á su único y
santísimo hijo. Y todos estos sacram entos fuéron para los
santos ángeles m otivo de alabanza y a d m iració n , y para
los malos principio de su castigo,
103 ^ el cielo otra señal : vtdse m dragón
grande y r o x o , que tenia siete cabezas , y diez cuernos, y
siete diademas en sus cabeza s, y con la cola arrastraba la
tercera parte de las estrellas del cielo , y ia s arrojó en la
tierra, Y despues de lo que está dicho se siguió el cas­
tigo de L ucifer y sus aliados: porque á sus blasfemias contra
aquella señalada m uger se siguió la pena de hallarse conver­
tid o de ángel hermosísimo en dragón fiero y feísim o, apa*
reciendo también la señal sensible y exterior figura. Y le­
vantó con furor siete ca b e za s, que fuéron siete legiones ó
esquadrones, en que se dividiéron todos los que le siguíé-
xon y cayéron. Y á cada P rin cip a d o , ó congregación de
estas le dió su c a b e z a , ordenándoles que pecasen y tom a­
sen por su cuenta incitar y m over á los siete pecados m or­
tales , que comunmente se llam an c a p ita le s, porque en ellos
se contienen los dem as p e c a d o s , y son com o cabezas d e
los vandos , que se levantan contra D ios. Estos son sober­
bia , e n v id ia , avaricia , ira , luxúria , gula y pereza ; que
iuéron las siete d ia d e m a s, con que L u c ife r, convertido en
dragón , fué coronado , dándole e l A ltísim o este c a s tig o , y
habiéndolo él negociado com o prem io de su horrible m al­
dad para sí y para sus ángeles confederados : que á todos
fué señalado castigo y penas correspondientes á su m alicia,
Oa y
io 8 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

y . haber sido autores de los siete pecados capitales.


104 L o s diez cuernos de las cabezas son los triunfos de
la iniquidad y m alicia del dragon , y la glorificación y exal­
tación arrogante y vana que él se atribuye á sí mismo en
ia execucion de los vicios. Y con estos depravados afeétos
para conseguir el fin d e su arroganda , o fre c ió á los in­
felices ángeles su depravada y venenosa am istad y fi:ngi-
dos principados , m ayorías y premios, Y estas promesas
llenas; de bestial ignorancia y error fuéfon la co la çon que
d dragoo: arrastró la tercera parte d é la s estrellas del cic­
l o : que los ángeles estrellas e r a n ; y si perseveráran ^lucie­
ran. despues con los demas ángeles y justos com o el sol en
perpetuas eternidades. Pero arrojólos el castigo merecido en
la tierra d e su- <í''Csdicha, hasta el centro d e e l l a , que ea
e l iiifiertP», donde carecerán eternamente de lu z y de a le -

lo g T ' e l dragon estuvo d-eíante de ¡a m uger, para tr a ­


garse al hij/3 , que pariese. L a soberbia de Lucifer fué tan
desmedida , que pretendió poner su trono en las alturas, y
con sumo desvanedm iento d ix o en presencia d e aquella se-
ía la d a m uger : ese liijo que ha de parir esa muger es de
inferior naturaleza ¿ la m ia , y o le tragaré y perderé ; y
contra él levantaré vando , que ine s ig a , y sembraré doc­
trinas contra sus pensamientos y leyes que ordenáre ; y le
haré perpetua guerra y contradicción, Pero la respuesta
d d A ltísim o Señor fu é , que aquella muger habia de parir
uti v^ifQn y habia ds regir las gentes con vara de
hter^
P r im e r a P a r t e , L ib . I. C ap. V ili, 10 9
hierro. Y este varón ( añadió el Señor ) será , no solo
whijo de esta m u ger, sino también liijo mio , hombre y
«D ios verdadero y fuerte, que vencerá tu soberbia y que-
wbrantará tu cabeza. Será para tí y para todos los que te
«oyeren y siguieren Juez p o d eroso , que te mandará con
«vara de h ie r r o , y desvanecerá todos tus altivos y vanos
«pensamientos. Y será este hijo arrebatado á mi tro n o , don-
»de se asentará á mi diestra y ju z g a rá ; y le p o n d ré á s u s
«enemigos por peaña de sus p ie s, para que triunfe de ellos:
« y será premiado como hom bre justo , y que siendo Dios ha
«obrado tanto por sus criaturas ; y todos le co n o cerán , y
«darán reverencia y gloria ; Y tú , com o el mas infeliz,
«conocerás qual es dia de la ira del todo Poderoso. Y esta
«m uger será puesta en la soledad., donde tendrá lugar apa-
^»rejado por mí. E sta so le d a d , adonde h u yó esta m uger, es
la que tu vo nuestra gran R eyn a , siendo única y sola en
la suma santidad y esencion de todo pecado ; porque sien­
do muger de la común naturaleza de los m o rta le s, sobre­
pujó á todos los ángeles en la g r a c ia , dones y m erecim ien­
tos , que con ellos alcanzó. Y así liu yó y se puso en una
soledad entre las puras c ria tu ra s, que es única y sin se­
mejante en todas ellas. Y fué tan léjos del pecado esta
soledad , que el dragón no pudo alcanzarla de vista , ni
desde su concepción la pudo divisar. Y así la puso el A l­
tísimo sola y única en el m u n d o , sin com ercio ni sul:-or-
dinacion á la serpiente ; ántes con aseguración y com o fir­
me protesta determinó y dixo ; " E sta m uger desde e l ins-
wtan-
I IO m ís t ic a C iu d a d de D io s .

»tante q u e tenga ser ha de ser mi escogida y única para mí:


» y o la exim o desde ahora de la jurisdicción de sus enem i-
w g o s , y la señalo un lugar de gracia eminentísimo y so-
» l o , para que a llí la alimenten m il ducientos y sesenta dias*
E ste número de dias habia de estár la Reyna¡ del cielo en
un estado altísim o de singulares beneficios interiores y es­
pirituales , y mucho mas admirables y memorables. Y esto
fué en los últim os años de su v id a , como en su lugar, con
ia divina gracia diré. Y en aquel estado fué alim entada tan
divinam ente que nuestro entendimiento es m uy lim itado pa­
ra conocerlo. Y porque estos beneficios fuéron com o fin,
adonde se ordenaban los demas de la vida de la R e yn a
del cielo y el rem ate de ellos , por eso fuéron señalados
estos dias determinadamente por el Evangelista,

C A P Í T U L O IX.

P R O S IG U E L O r e s t a n t e D E L A E X P L IC A C IO N
del capítulo doce del Apocalipsis, j

io 6 sucedió en el cielo una gran batalla , M ig u el


y sus ángeles peleaban con c l dragón , y el dragón y sus án­
geles peleaban. Habiendo manifestado el Señor lo que está
dicho á los buenos y malos án geles, el santo Príncipe M i­
gué! y sus compañeros por el divino permiso peleáron con
e l dragón y sus seqüaces. Y fué admirable esta batalla,
porque se peleaba con los entendimientos y voluntades. San
M i-
P r im e r a Pa r te , L ib . L C ap. IX. iii

M Ig u é l, con el zelo que ardia en su corazon de la honra


d el Altísim o , y arm ado con su divino poder y con su pro­
pia hum ildad resistió á la desvanecida soberbia del dragón,
d ic ie n d o : " D igno es el Altísim o de h o n ra , alabanza y re-
jíverencia , de ser a m a d o , tem ido y obedecido de to d a cria-
«tura : y es poderoso para obrar todo lo que su voluntad
ííquisiere : y nada puede q u e re r, que no sea m u y ju s to , el
»>que es increado y sin dependencia de otro s e r , y nos di#
wde gracia el que teném os , criándonos y formándonos de
«nada ; y puede criar otras criaturas , quando y com o fuere
í>su beneplácito. Y razon es que nosotros postrados y rendi-
wdos ante su acatam iento adorémos á su M agestad y R eal
K>grandeza. V enid pues ángeles , seguidme y adorémosle y
«alabem os sus adm irables y ocultos juicios , sus p erfeílísi-
«m as y santísimas obras. E s D ios altísimo y superior á
iítoda criatura ; y no lo fuera , si pudiéramos alcanzar y
comprehender sus grandes obras. Infinito es en sabiduría
w y b o n d a d , rico en sus tesoros y beneficios; y com o Se-
wñor de todo y que de nadie necesita puede com unicar-
v lo s á quien mas servido fu e re , y no puede errar en su
«elección. Puede am ar , y darse á quien a m a re , y amar á
«quien qu isiere, y levantar , cria r y enriquecer á quien
«fuere su g u s to : y en todo será sabio , santo y poderoso.
«Adorém osle con hacim iento d e gracias por la m aravillo-
o s a obra que ha determ inado de la encarnación y favores
«de su p u e b lo , y de su reparación , si ca yere, Y á este
«supuesto de dos naturalezas divina y humana adorémos­
e le ,
112^ M ís t ic a C iu d a d de D io s.

»le , reverenciém osle y recibámosle por nuestra c a b e z a ; y


«confesémos que es digno de toda glo ria, alabanza y m ag-
« n ifice n cia ; y com o Autor de la gracia y d e la gloria le
»dém os virtud y divinidad.
107 C on estas armas peleaban San M iguél y sus ánge­
les , y com batian como con fuertes rayos al dragón y á
los suyos , que también peleaban con blasfemias. Pero á
la vista del santo Príncipe , no pudiendo re sistir, se des­
hacía en furor , y por su torm ento quisiera h u ir ; pero la
voluntad divina ordenó , que no solo fuese ca stig a d o , sino
también vencido y á su pesar conociese la verdad y po­
der de Dios. Aunque blasfem ando» decia : " Injusto es Dios
»en levantar á la humana aaturáleza sobre la angélica. Y o
» so y el mas excelente y hermoso ángel , y se me debe
» el triunfo. Y o he de poner mi trono sobre las estrellas
» y seré semejante al A ltísim o , y no me sugetaré á nin-
»no de inferior n aturaleza, ni consentiré que nadie me
»preceda , ni sea m ayor que yo . L o mismo repetían los
»apóstatas seqiiaces de Lucifer. Pero San M iguél le repli-
» có ¿Q uién h a y que se pueda igualar y com parar con e l
»Señor que habita en los cielo s? E nm udece, enem igo, en
»tus formidables blasfem ias: y pues la iniquidad te ha po-
»seído , apártate de nosotros, ó in fe liz, y cam ina con tu
» ciega ignorancia y maldad á la tenebrosa noche y caos
»de las penas infernales. Y nosotros , ó espíritus del Señor,
»adorémos y reverenciémos á esta dichosa m u g er, que ha
» d e de dár carne humana al eterno V e r b o , y reconozcá-
»mos-
P r im e r a P a r t e , l ib r o I. C ap. IX . 113
í^mosia por nuestra R eyn a y Señora.
108 E ra aquella gran señal de la R eyn a escudo en esta
pelea para los buenos ángeles y arm a ofensiva contra los
m a lo s; porque á su v is t a , las razones y pelea de Lucifec
no tenian fuerza ; y se turbaba y como enm udecía , no p u -
diendo tolerar los misterios y sacram entos, que en aquella
señal eran representados. Y com o por la divina virtud ha­
bia aparecido aquella misteriosa se ñ a l, quiso tam bién su
M agestad , que apareciese la otra figura , ó señal d el dra­
gón roxo , y que en ella fuése ignom iniosamente lanzado ,
del cielo con espanto y terror de, sus seqüaces, y con ad­
miración de los ángeles san tos: que todo esto causó aquc«
Ha nueva demostración del poder y justicia de D io?.
109 Dificultoso es reducir á palabras lo que pasó eíi
esta memorable b a ta lla , por haber tanta distancia de laSf
breves razones materiales á la naturaleza y operaciones de
tales y tantos espíritus angélicos. Pero los malos nó preva^
Ucieron y porque la in justicia, m entira, ignorancia y m alicia
no pueden prevalecer contra la equidad , v e r d a d , lu z y
bond ad ; ni estas virtudes pueden ser vencidas de los vicios*
Y por esto dice , que desde entónces \io se halló lugar su-^
y o en e l cielo. C on los pecados que com etiéron estos de^
sagradecidos ángeles se hiciéron indignos de la eterna vis­
ta y compañía del S e ñ o r; y su mem oria se borró en su
m e n te , donde ántes de caer estaban com o escritos por los
dones de g ra cia que les habia d a d o , y com o fuéron pri­
vados d el derecho que tenian á los lugares que les estaban
P pre-*
114 M ís t ic a C iu d a d de D io s .
prevenidos si obedecieran , se traspasó este derecho á los
hom bres y para ellos se dedicaron , quedando tan borra­
dos los vestigios de los ángeles apóstatas que no se h alla­
ron jam as en el cielo. \ O infeliz m aldad y nunca harto
encarecida in felicid ad , digna de tan espantoso y form idable
castigo ! A ñ a d e , y d ic e :
lio T f u é arrojado aquel dragón , antigua serpiente^
que se llama diablo y Satanás , que engaña á todo el or­
be , y f u é arrojado en la tierra , y sus ángeles fuéron en-
<viados con éL Arrojó del cielo el santo Príncipe M iguél á
L ucifer convertido en dragón con aquella invencible p a la ­
bra ¿ Quién cofHo D ios ? que fue tan e ficá z, que pudo dec-
ribar á aquel soberbio gigante y todos sus e x e rc ito s, y lan-
;zarle con form idable ignominia en lo inferior de la tier­
ra ; comenzando con su infelicidad y castigo á tener nue­
vos nombres d e d ra g ó n , serpiente , diablo y sa ta n á s, los
•quales le puso e l santo A rcángel en la batalla , y todos
/testifican su iniquidad y m alicia. Y privado por ella de la
felicidad y honor que desm erecía, fué tam bién privado de
los nombres y títulos honrosos, y adquirió los que d ecla­
ran su ignom inia ; y el intento de maldad que propuso y
m andó á sus confederados de que engañasen y pervirtiesen
á todos los que en e l mundo viviesen, manifiesta su iniqui­
dad. Pero el que en su pensamiento hería á las gentes, fué
traído á los infiernos , com o dice Isaías capítulo catorce,
á lo profundo del l ^ o , y su cadaver entregado á la ca r-
coixia y gusano de su m ala conciencia : y se cum plió
en
P r im e r a P a r t e , L ib . L C ap. IX. iig
en L u cifer todo lo que dice en aquel lugar e l Profeta.
III Quedando despojado el cie lo de los malos ángeles,
y corrida la cortina de la divinidad á los buenos y obe­
dientes ; triunfantes y gloriosos estos , y castigados á uii
mismo tiempo los reb eld e s: prosigue el E vangelista , que
oyó utiA grande vos en el c ie lo , que decia: A h ora ha sido
hecha la salud y la virtud y el Reyno de nuestro D io s y
la potestad de su Christo , porque ha sido arrojado el acusa-*
dor de nuestros hermanos, que en la presencia-de nuestro Diosr<
los acusaba de dia y de noche. E sta voz que o yó el E va n ­
gelista fué de la persona del V e r b o , y la percibiéron y
entendiéron todos los ángeles santos , y sus ecos llegaron
h a s ta 'e l infierno, donde hizo tem blar y despavorir á los de­
monios ; aunque no todos sus misterios entendiéron , m as
de solo aquello que e l Altísim o quiso manifestarles para su
pena y castigo. Y fué vo z del hijo en nom bre de la hu­
m anidad , que habia de tom ar , pidiendo a l eterno Padre
fuése hecha la salud , virtud y reyn o de su M agestad y la
potestad de Christo; porque y a habia sido arrojado el acusador
de sus herm anos, del mismo C h risto Señoir nuestro , que
eran los hombres. Y fué com o una petición ante e l tro­
no de la santísima T rin id a d , de que fuése hecha la salud
y v ir t u d ; y los misterios de la encarnación y redención
fuésen confirmados y executados contra la envidia y furor
de L u c ife r , que habia baxado del cielo airado contra la
hum ana n a tu ra le za , de quien el V erbo se habia de vestir.
Y por esto con sumo amor y com pasioa los llam ó herm a-
P 2 nos;
I i6 íViisTiCA C iu d a d de D io s .

R O S ; y dice , que Lucifer los acusaba de dia y de noche^


porque en presencia del Padre eterno y toda la santísima
T rin id a d , los acusó en el dia que gozaba de la g r a c ia , des­
preciándonos desde entónces con su soberbia : y despues en
la noche de sus tinieblas y de nuestra caída nos acusa mu­
cho m a s, sin haber de cesar jamas de esta acusación y
persecución miéntras el mundo duráre. Y llam ó virtud, po­
testad y reyno á las obras y misterios de la encarnación
y muerte de C h r is to , porque toda se obró con e l l a , y se
manifestó su virtud y potencia contra Lucifer.
112 E sta fué la prim erá v e z que el V erbo en nombre
d e la hum anidad intercedió por los hombres ante el trono
d e la D iv in id a d ; y á nuestro modo de en ten d er, el Padre
eterno confirió esta petición con las personas de la santísi­
m a T rin id a d ; y manifestando á los santos ángeles en parte
e l decreto del divino consistorio sobre estos sacramentos,
les d ix o ; L u c ife r ha levantado las vanderas de la sober-
» b ia y p e c a d o ; y con toda iniquidad y furor perseguirá
« a l linage h u m a n o , y con astucia pervertirá á m uchos, v a -
»liéndose de ellos mismos para destruirlos , y con la c e -
«guedad de los pecados y vicios en diversos tiem pos p re-
» vanearán co n peligrosa ignorancia ; pero l a ,soberbia, men-
»»tira y todo pecado y vicio dista infinito de nuestro ser
» y voluntad. Levantém os pues ei triunfo de la virtud y
íísan tid ad , y humánese para esto la segunda persona p a -
«sible , y acredite y enseñe la h u m ild a d , obediencia y to-
tf^das las v irtu d e s, y haga la salud para los m o rta les; y
vsien- j
P r im e r a P a r te , L ib r o I. C ap. IX . 117
»siendo verdadero Dios se hum ílle y sea hecho e l menor,
»sea hombre justo y exem plar y maestro de toda santi-
>#dad , muera por la salud de sus hermanos. Sea la virtud
»sola admitida en nuestro tribunal y la que siem pre triun-
»fe de los vicios. Levantém os á los humildes y hum illé-
»mos á los soberbios: Hagam os que los trabajos y el pade-
»cerlos sea glorioso en nuestro beneplácito. D eterm iné-
»m os asistir á los afligidos y atribulados ; y ' que sean cor-
»regidos y afligidos nuestros am igos , y por estos medios
»alcancen nuestra gracia y am istad ; y que ellos tam bién
»segun su posibilidad hagan la salud obrando la virtud.
»Sean bienaventurados los que llo ra n , sean dichosos los po-
»bres , y los que padecieren por la justicia y p o r su ca-
»beza Christo ; y sean ensalzados los pequeños, y engrande-
»cidos los mansos de corazon. Sean amados com o nuestros
»hijos los pacíficos. Sean nuestros carísimos los que perdo-
»nárcn , y sufriéren las injurias y amáren á sus enemigos.
»Señalémosles á todos copiosos frutos de bendiciones de nues-
»tra gracia y premios de inm ortal gloria en el cielo. Núes-
»tro Unigénito obrará esta d o d rin a , y los que le siguie-
»ren serán nuestros escogidos , rega la d o s, refrigerados y
» p rem iad o s, y sus buenas obras serán engendradas en nues-
» tro pensamiento com o causa prim era de la virtud. D èm os
»perm iso á que los malos oprim an á los buenos y sean par-
»te en su c o ro n a , quando para sí mismos están merecien-
»do castigo. H a y a escándalo para e l bueno , y sea desdi-
»chado el que lo c a u sa re, y bienaventurado e l que lo pa-
»de*
ii8 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

j>dece. Lóa hinchados y soberbios aflijan y blasfemen de


íjIos h u m ild e s; y los grandes y poderosos- á los pequeños,
,jy opriman á los abatidos; y estos e a lugar de maldición
jjd-én bendiciones ; y miéntras fuéren viandantes sean repro-
?»bados de los h o m b re s, y despues sean colocados con los
« esp íritu s, y ángeles nuestros h ijo s , y gocen de los asien-
»tos y premios que los infelices y malaventurados han per-
«dido. Sean los pertinaces y soberbios condenados á eter-
« n a muerte , donde conocerán s a insipiente proceder y pro-

w té r v ia ,
113 » Y para que todos tengan verdadero exem plar y
»superabundante gracia si de ella se quisieren aprovechar,
«descienda nuestro hijo pasible y rep arad o r, y redim a á
» los hom bres, á quienes L ucifer derribará de su dichoso es-
» t a d o , y levántelos con sus infinitos merecimientos. Sea
» h ech a la salud ahora en nuestra voluntad y determ ina-
w c io n , de que h a y a Redentor , y M a e stro , que m erezca y
» en señ e, naciendo y viviendo p o b re , muriendo despreciado
« y condenado por los hombres á m uerte torpísim a y afren-
» t o s a : sea juzgado por pecador y reo , y satisfaga á nues-
« tr a justicia por la ofensa del p ecad o ; y por sus m éritos
»previstos usémos de nuestra m isericordia y piedad. Y en-
»tiendan to d o s, que e l humilde , e l p acífico, el que obráre
» la. v ir tu d , sufriére y perdonáre , este seguirá á nuestro
» C h risto y será nuestro hijo. Y que ninguno podrá entrar
» p o r voluntad libre en nuestro R e y n o , si prim ero no se
»niega á sí m ism o , y llevando su cru z sigue á su cabeza
y
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p . IX . 119

í> y m a e s t r o . Y e ste se rá n u e stro R eyn o co m p u e sto d e lo s


» p e rfe d o s y que le g ít im a m e n te h u b ie r e n tr a b a ja d o y p e le a ­

n d o p ersevera n d o h a sta el fin . E s t o s te n d rá n p a rte en la

« p o te sta d de n u e stro C h r is to , q u e ah o ra es h ech a y d A r -

» » m in a d a ; p orq u e ha s id o a r r o ja d o el a c u sa d o r d e su s h e r-
« roan os , y es h ech o su tr iu n fo , p ara que la v á n d o lo s y

J íp u r ir ic á n d o lo s con su san g re , sea p a ra é l la e x a lta c ió n y


» g lo r ia ; p orq u e é l será d ig n o dq a b r i r .e l l i b r o d e la le y
» d e g r a c ia , y será c a m in o , lu z , verd ad y v id a , p ara

» q u e lo s h om b res ven gan á m i. Y é l s o lo a b r ir á la s p u e r -


» ta s d e l c ie lo ; se rá M e d ia d o r y A b o gad o d e l o s ■m o r t a l e s ,

» y en é l te n d rá n P a d r e , H e r m a n o , y P r o t e d o r , p u e s tie n e n
« p e r s e g u id o r y a c u s a d o r . Y lo s - á n g e le s q u a c o m o - h íjo b n u e s tr o s

^ » ta m b ié n o b ráro n la s a lu d y v ir tu d , y d e f e n d i é r o a l a 'p ó -

»> t e s t a d d e m i C h r is to , se a n c o ro n a d o s y h o n ra d o s p o r to d a s
■ » la s e t e r n i d a d e s d e e te r n id a d e s en - n u e s tr a p r e s e n c ia .
11 4 E sta vo z ( qué contiene los misterios escondidos
desde la constitución del m u n d o , manifestados por la d o c­
trina y vida de Jesu C h ris to ) salió del trono , y decia y
contiene mas de lo que y o puedo explicar. Y con ella se
les intimáron á los santos ángeles la s comisiones que habian
de exercer : á San M iguél y San' G abriél , paira que fué-
sen em baxadores del V erbo hum anado y de M aría su ma­
dre san tísim a, y fuéran ministros para todos los sacramen­
tos de la encarnación y redención : y otros m uchos ángeles
fiiéron destinados con estos dos Príncipes para e l mismo mi-
n isté rio , com o adelante diré. A otros ángeles destinó y man­

120 M ís tic a C iu d a d de D io s .
d ó e l to d o P o d eroso a c o m p a ñ a s e n , a s is tie s e n á la s a lm a s , y

la s in s p ir a s e n y en señ asen la s a n tid a d y v ir tu d e s c o n tr a r ia s


á lo s v ic io s á q u e L u c ife r h a b ia p r o p u e s to in d u c ir la s ; y q u e
l a P d e fe n d ie s e n y gu ard asen y la s lle v a s e n en su s m an o s,
p a ra qu e á lo s ju s t o s n o o fe n d ié s e n la s p ie d r a s , q u e so n la s

m arañ as y en gañ os arm a ría n c o n t r a e l l o s su s e n e m i­

gos.
11^ O tras cosas fuéron decretadas en esta ocasion , 6
tiem p o , que el E vangelista d ice fué hecha la potestad, sa­
lud , virtud y reyno de C h risto ; pero lo que se obró mis­
teriosamente f u é , que los predestinados fuéron señalados y
puestos en cierto n ú m ero, y escritos eu la mem oria de la
m ente divina por los merecimientos previstos de Jesu Cliris^
to nuestro Señor. ¡ Ó misterio y secreto inexplicable de lo
flue pasó en el pecho de D ios ! ¡ Ó dichosa suerte para lo s
escogidos ! ¡ Q ué punto de tanto p e so , qué sacramento tan
digno de la Om nipotencia divina 1 ,* Q ué triunfo de la po­
testad dé C h risto ! Dichosos infinitas veces los miembros que
fuéron señalados y unidos á ta l cabeza, ¡ O Iglesia grande,
pueblo grave y congregación santa , digna de ta l prelado
y maestro ! En la consideración de tan alto sacramento se
anega todo el juicio de las c ria tu ra s, y m i entender se
suspende y enmudece m i lengua*
ii6 E n este consistorio d e la s tre s D ivinas Personas le
fu é dado , y com o entregado a l Unigénito d el Padre aquel
lib ro misterioso del Apocalipsis , y entónces fué compues­
to y firmado y cerrado con los siete sellos que el E vanr
g e-
P r im e r a P a r t e , L i b . T. C a p . IX , i^ i
gelista dice , hasta que tom ó carne humana , y le übrió,
soltando por su órden los sellos con los m isterios, que des­
de su nacim iento, vida y muerte fué o b ra n d o , hasta el
fin de todos. Y lo que contenía el libro era todo lo que
decretó la santísima Trinidad despues de la caída de los
ángeles, y pertenece á la Encarnación del V erbo y á la
le y de gracia , á los diez m andam ientos, los siete sacra­
mentos y todos los artículos de la f e , y lo que en ellos
se contiene , y e l órden de toda la Iglesia m ilitante; dán­
dole potestad al V e r b o , para que humanado , com o sum o '
Sacerdote y Pontífice sa n to , com unicase el poder y dones
necesarios á los Apóstoles y á los demas Sacerdotes y M i­
nistros de esta Iglesia.
117 E s te fué el misterioso principio de la le y E van ­
gélica, Y en aquel tr o n o , y consistorio secretísim o se ins­
titu yó y se escribió en la mente d iv in a , que aquellos se­
rían escritos en e l libro de la vida que guardasen esta ley*
D e aquí tuvo p rin cip io , y del Padre eterno son sucesores,
ó Vicarios los Pontífices y Prelados. D e su alteza tienen
principio los m ansos, los p o b r e s , los hum ildes y todos los
justos. E ste fué y es su nobilísimo o rig e n , por donde se h a
de d e c ir , que quien obedece á los superiores , obedece 4
D ios ; y quien los d esp recia, á Dios menosprecia. T odo es­
to fué decretado en la mente divina y sus ideas , y se le
dió á Christo Señor nnestro la potestad de abrir á su tiem­
po este lib r o , que estuvo hasta entónces cerrado y sella­
do. Y en el ínterin dió el A ltísim o su testamento y testi-
Q rr:
122 M ís t ic a C iu d a d de D io s.

monios de sus palabras divinas en la le y natural y escrita


con obras misteriosas , manifestando parte de ^sus secretos
á los p atriarcas y profetas.
ii8 Y por estos testimonios y sangre del cordero dice:
Q ue le vencieron los justos ; porque sí bien la sangre de
Christo nuestro Redentor fué suficiente y superabundante
para que todos los m ortales venciesen a l d ragón y su acu­
sador ; y los testimonios y palabras verdaderísim as de sus
profetas son de gran virtud y fuerza para la salud eterna;
pero con la voluntad libre cooperan los justos j á la efica­
cia de la Pasión y Redención y de las escritu ra s; y co n ­
siguen- su fr u to , venciéndose á sí mismos y al demonio,
cooperando á la gracia. Y no solo le vencerán en lo q u e
comunmente D ios manda y p id e; pero con su virtud y gra­
cia añadirán el dar sus alm as y ponerlas hasta la m uerte
por el mismo S eñ o r, y por sus testim onios, y por alcan­
zar la corona y triunfo de Jesu C h r is to , com o lo han h e ­
cho los m ártires en testimonio de la fe y por su defensa.
119 Por todos estos misterios añade el t e x t o , y dice:
A legraos cie lo s, y los que viv ís en ellos. A leg ra o s, porque
habéis de ser m orada eterna de los ju sto s, y del Justo de
los justos Jesu C hristo y de su madre santísim a. Alegraos
cíelos , porque de las criaturas materiales y inanim adas á
ninguna le ha caído m ayor suerte, pues vosotros sereis ca ­
sa de D io s , que permanecerá eteríios sig lo s, y en ella re­
cibiréis para R eyn a vuestra á la criatura mas p u ra , y san­
ta que hizo el poderoso brazo d el Altísim o. Por esto os
ale-
P rim e ra P arte, L ib , h C/.p. X. 123
alegrad cielos y los que vivís en ellos ; ángeles y justos,
que habéis de ser com pañeros, y ministros de este Hijo
del Padre eterno y de su m adre y partes de este cuerpo
m ístico , cuya cabeza es el mismo Christo. A legraos ánge­
les santos , porque adm inistrándolos y sirviéndolos con vues­
tra defensa y custodia grangeareis prem ios de gozo a c ci­
dental. Alégrese singularmente San M igu él, Príncipe de la mi­
licia c e le stia l, porque defendió en batalla la gloria del A l­
tísimo , y de sus misterios venerables,, y será m inistro de la
encarnación del V e r b o , y testigo singular de sus efeélos
hasta e l fin : y alégrense con él todos sus aliados y defen-
5ores del nombre de Jesu C h r is to , y de su m adre ; y de.
que en estos ministerios no perderán el gozo de la gloria
esencial que y a poseen : y por tan divinos sacram entos se
regocijen los cielos.

C A P Í T U L O X.

EN Q fJ E SE d J f in a l a E X P L IC A C IO N X
d el capitulo doce del Apocalipsis,

120 E ro hay de la tierra y del mar ^ por­


que ha haxado à vosotros e l diablo , que tiene grande
i r a , sabiendo que tiene poca tiempo, ¡ A y de la tierra, don­
de tan innum erables pecados y maldades se han de come­
ter ! ¡ A y del m a r , que sucediendo tales ofensas del Cria-
Q a dor
12 4 m ìs t ic a C iu d a d de D io s :

dor á su vista no soltó su corriente y anegó á los tra n s-


gresores , vengando las injurias de su H acedor , y SeñorS
jP e ro a y del m ar profundo y endurecido en maldad de
aquellos que siguiéron á este diablo , que ha baxado á v o ­
sotros para haceros guerra con grande i r a , y tan inaudita
y cruel que no tiene semejante ! E s ira de ferocísimo d ra­
gón y mas que león d e v o ra d o r, que todo lo pretende ani­
quilar , y le parece que todos los dias del siglo son poco
tiem po para executar su enojo. Tanta es la sed y el afan qu e
tiene de dañar á los m o rta le s, que no le satisface todo e l
tiem po d e sus v id a s , porque han de tener f i n , y su fu r o r
deseára tiem pos e te rn o s, si fueran posibles , para hacer guer­
ra á los hijos d e Dios. Y entre todos tiene su ira contra
aquella muger d ie h o sa , que le ha de quebrantar la cab e­
za. Y por esto d ice el E vangelista:
121 T despues que vió el dragón como era arrojada en
ía tierra^ persiguió á ia muger ^ que parió a l hijo varón»
Quando la antigua serpiente vió el infelicísim o lugar y
estado , adonde arrojado d el cielo E m píreo había ca í­
d o , srdia mas en furor y envidia ; contam inándose, com o
polilla , sus entrañas, Y contra la m u g e r, m adre del V e r­
bo hum anado, concibió tal indignación que ninguna lengua
n i entendimiento humano lo puede encarecer ni ponderar.
Y se colige en algo de lo que sucedió luego inmediatamen^
t e , quando se halló este dragón derribado hasta los infier­
nos con sus exércitos de m a ld a d , y y o lo diré aquí , se­
gún mi posible , como se me ha m anifenado por in teli-
gencia> To-
P r im e r a Pa r t e , L i b . T. C a p . X. 12 5
122 Toda la semana primera , que refiere el Génesis, en
que D ios entendía en la creación d el mundo , y s us cria­
turas , Lucifer y los demonios se ocupáron en maquinar y
conferir maldades contra el V erbo que se h abia de hum a­
nar , y contra la m uger de quien habla d e iiacer^ hecho
hombre. E l dia prim ero , que corresponde a l D om ingo, fué­
ron criados los án g eles, y les fué dada le y y preceptos
de lo que debían obedecer 4 y los malos desobedecieron y
traspasáron los mandatos del Señor , y por divina p ro vi­
dencia y disposición sucediéron todas las c o s a s , que arriba
quedan d ic h a s , hasta el segundo dia por la mañana , cor­
respondiente al L u n e s, que fué L u c ife r , y su exércíto ar­
rojados y lanzados en el infierno. A esta duración de tiem ­
po correspondiéron aquellas mórulas de los á n g e le s , de su
crea ció n , operaciones, b atalla y c a íd a , ó glorificación. A i
punto que L u cifer con su gente estrenó el in íie rn o , hicié­
ron conciliábulo en el congregados todos , que les duró hasta
el dia correspondiente al Jueves por la m añana. Y en este
tiem po ocupó Lucifer toda- su sabiduría y m alicia d ia b ó li­
ca en conferir- con los dem onios, y arbitrar com o mas ofen­
derían á Dios y se vengarían del castigo que les había d a ­
do. Y la conclusión , que en suma reso lvieron , fué que la
inayor v e n g a n z a , y agravio contra D i o s , segun lo que c o ­
nocían habia^ de amar á los hombres , seria im p ed ir los
efedros de aquel am or , engañando , persuadiendo y en quan­
to les fuése posible com peliendo á los mismos hombres,
para que perdiésen la am istad y gracia de D io s , y le fué -
12 6 m ís t ic a C iu d a d de D ios .
sea ingratos y á su voluntad rebeldes.
123 E n esto , decia L u c ife r , hemos de tra b a ja r, em ­
pleando todas nuestras fu erzas, cuidado y cien cia ; reduci-
rémos á las criaturas humanas á nuestro diitám en y vo ­
luntad para d e stru irla i; perseguiremos á esta generación d e
h o m b re s, y la privarém os del premio que §e le ha pro­
m etido. Procurémos con toda nuestra vigilancia que no lle ­
guen á ver la cara de D io s , pues á nosotros se nos h a
negado con injusticia. Grandes triunfos he de ganar con tra
e U a s, y todo lo destruiré y rendiré á mi voluntad. Sem ­
braré nuevas se¿las y errores y leyes contrarias á las del
A ltísim o en todo. Y o levantaré de esos hombres profétas
y caudillos que dilaten las doctrinas , que y o sembraré en
e llo s ; y despues en venganza de su Criador los colocaré
conm igo en este profundo tormento. A fligiré á los pobres,
oprim iré á los afligidos y al desalentado perseguiré; sem­
braré discordias , causaré guerras, m overé unas gentes con­
tra otras g e n te s, engendraré soberbios y a rrogan tes: e s-
tenderé la le y del p eca d o , y quando en ella me hayan
o b ed ecid o , los sepultaré en este fuego eterno , y en los lu­
gares de m ayores tormentos á los que mas á mí se alie-,
garen. Este será m i reyno y el prem io que y o daré á m is
siervos,
Í2 4 A l Verbo humanado haré sangrienta g u e r ra , aun­
que sea Dios , pues también será hombre de naturaleza in­
ferior á la mia. Levantaré mi trono y dignidad sobre la
i,v.yíi, vcnceréle y derribaréle con mi potencia y astucia*
y
P r im e r a P a r t e , L ib . I. C a p . X . 12 7
y la m uger que ha de ser su m ad re perecerá e á mis ma­
nos. i Q ué es para mi potencia y grandeza una m uger so­
la ? Y vosotros, dem onios, que conm igo estáis agraviados,
seguidme y obedecedm e en esta venganza , com o lo ha­
béis hecho en la desobediencia. Fingid que amais á los hom­
bres para perderlos ; serviréislos para destruirlos y enga­
llarlos ; asistiréislos para pervertirlos y traerlos á xnis In­
fiernos. N o hay lengua humana que pueda explicar la ma­
licia y furor de este prim er conciliábulo , que hizo L uci­
fer en el infierno contra el linage h u m an o , que aun no era,
sino porque habia de ser. A llí se fraguáron todos los vi­
cios y pecados del m u n d o ; de a llí salieron la m entira, las
seétas y errores ; y toda iniquidad tuvo su origen de aquel
càos y congregación abom inable : y á su Príncipe sirven
todos los que obran la m aldad.
12$ Acabado este conciliábulo quiso L ucifer hablar con
D io s , y su M agestad dió permiso á ello por sus’ altísimos
juicios. Y esto fué al modo que habló Satanás, quando pi­
dió facultad para tentar á Job : y sucedió el dia , que c o r­
responde al Ju eves; y d ix o , hablando con el A ltísim o : Se­
ñ o r , pues tu mano h a sido tan pesada para m i, castigán­
dome con tan gran crueld ad , y has deternainado todo quan­
to has querido para los hombres que tienes voluntad de
criar ; y quieres engrandecer ta n to , y levantar a l V erbo
humanado , y con él has de enriquecer á la m u g e r, que
ha de ser su m a d re, con los dones que le previenes: Tén
equidad y justicia ; y pues me has dado licencia para per­
se-
12 8 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

seguir á lo s demas h om bres, dám ela ta m b ién , para que


pueda tentar y hacer guerra á este C hristo D ios hom bre
y á la m uger que ha' de ser madre suya, D ám e permiso
para que en esto execute todas mis fuerzas. O tras cosas dí-
xo entónces L u c ife r , y se humilló á pedir esta Ucencia
(sien d o tan violenta la humildad en su soberbia) porque
la- ira y las ansias de conseguid lo que deseaba eran tan
g ra n d e s, que á ellas se rindió su misma soberbia, cedien­
do una m aldad á o tr a ; porque conocia que sin licencia del
Señor todo Poderoso nada podia intentar. Y por tentar á
Christo nuestro S e ñ o r, y á su m adre santísima en parti­
cu la r , se hum illara infinitas- v e c e s ; porque tem ia le habia
de quebrantar la cabeza.
12 6 Respondióle e l Señor : " N o d ebes, Satanás , pedir
» d e justicia ese permiso y licencia , porque el Vexbo hu-
» manado es tu Dios y Señor omnipotente y supremo, aun-
»que será juntam ente hombre verd a d ero , y tú eres su cria-
»tura : y sí los demas hombres pecaren , y por eso se su-
»getaren á tu v o lu n ta d , no ha de ser posible el pecado
«en mi Unigénito humanado ; y sí á los dem as hiciere
«esclavos la culpa , Christo ha de ser santo y justo y
«segregado de los pecadores, á los quales, si cayeren, le-
«vantará y redimirá. Y á esa muger con quien tienes tan-
« ta ira , aunque ha de ser pura criatura y hija de hombre
« p u ro ; pero y a he determinado preservarla de pecado, y
« h a de ser siempre toda m ia , y por niiigun título ni de-
brech o en tieinpo alguno quiero que tengas parte en ella,’’
A
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X . 12j
127 A esto replicó Satanís. ¿ Pues qué mucho que sea
santa esa muger, s i e n tiem po a l g u n o no ha de tener contrario
que la persiga y incite a l pecado ? Esto no es equidad ni
reííta ju s tic ia , ni puede ser convenieiite ni loable. Añadió
L ucifer otras blasfemias con arrogante soberbia. Pero el A l­
tísimo , que todo lo dispone con sabiduría infinita , le res­
pondió : Y o te d o y licencia para que puedas tentar á
•»Christo, que en esto será exem plar y maestro para otros:
9#Y también te la d o y para que persigas á esa muger ; pe-
wro no la tocarás en la vida corporal : y quiero que no
wsean esentos en esto Christo y su m adre ; pero que sean
«tentados de tí com o los demas.” C o a este permiso se ale­
g ró el d ra gó n , mas que con todo el que tem a de perse­
guir al linage humano : y en executarle determinó poner
m ayo r cuidado ( com o le puso ) que en o tra alguna obra,
y no fiarlo de otro d e m o n io , sino hacerlo por sí mismo,
y por esto dice e l E vangelista : **
128 Persiguió e l dragón à la muger que parió a l h ip
m ro n \ porque con e l permiso que tu vo del Señor , hizo
guerra inaudita y persiguió á la que im aginaba ser madre
<te D ios hum anado. Y porque en sus lugares 4 ^ré qué lu­
chas y peleas fuéron estas , solo declaro a h o r a , que fué­
ron grandes sobre todo pensamiento humano. Y. tam biea
fu é adm irable el modo de resistirlas y vencerlas gloriosí-
»imamente ; pues para defenderse d el dragón la m uger, d i-
ce : Que le fuéron dadas dos alas de una grande águila^
$ara qu& volase a l desierto , á su lu g a r , donde es aiitnen-
R t-a-
13 0 m ís t ic a C iitd a d de I>io s .
tada por tiempo y tiempos. E stas dos alas se le diéron án­
te s de entrar en esta pelea á la V irgen santisima ; porque
fu é prevenida del Señor con particulares dones y favores*
L a una ala fué una ciencia infusa que de nuevo la diéron de
grandes misterios y sacramentos. L a segunda fué nueva y
profundisim a h u m ild a d , com o en su lugar explicaré. C o n
estas dos alas levantó el vuelo al Señor, lugar propio suyo,
porque solo en él v i v i a y atendía. V o ló com o águila real sin
v o lv er el vuelo jam as al en em ig o , siendo sola en este vue­
lo , y viviendo desierta de todo lo terreno y criado; y so­
la con el solo y últim o fin , que es Ía D ivinidad. Y en
esta soledad f a é alimentada por tiempo y tiem pos: alim en­
ta d a con e l dulcísim o maná y manjar d e la gracia y pa­
la b ra s divinas y favores del brazo poderoso : T por tiempo
y tismpos ^ porque este alimento tu v6 toda su vid a ; y mas
señalado en aquel tiem po que le duráron las m ayores ba­
ta lla s con L u c ife r; que entónces recibió favores mas pro­
porcionados y m ayores. Tam bién por ttem po y tiem pos se
entiende la eterna fe licid a d , donde fuéron prem iadas y c o ­
ronadas todas sus victorias.
129 T por la metad del tiempo fu era de la cara de la
serpiente. E ste medio tiempo fué d qoe la V irgen santísi­
m a estuvo en esta vid a libre de la perseaicion del dragón,
y sin v e r le ; porque despues de haberle vencido en las pe­
leas , que con él tu vo por divina disposición, estuvo com o
viílo rio sa libre de ellas. Y le fué concedido este privilegio^
j a r a que gozase de la paz y q u ietu d , que habia m ereci­
do,
P r im e r a P a r t e , L ib r o I. C ap . X . 131
d o yquedando ven ced o ra d e l e n e m ig o , c o m o d ir é a d e la n ­
te . P ero m ié n tr a s d u ró la p e r s e c u c ió n , d ic e e l E v a n g e lis ­

ta : T arrojó la serpiente de su boca como un rio de


agua tra s de la muger , para que el rio la traga-
st i y la. tierra ayudó á la muger , y abrió la tierra su
hoca : y sorbió el r i o , que arrojó de su boca el dragón.
T o d a su m a lic ia y fu e r z a s e stre n ó L u c ife r , y la s e ste n ­
d ió c o n tra e sta d iv in a S eñ o ra , p orq u e to d o s q u a n to s h an

s id o d e él t e n t a d o s , le im p o r ta b a n m énos qu e s o lo M a r ía
s a n tís im a . Y con la fu e r z a q u e c o r r e e l ím p e tu d e u n g r a n d e
y d e s p e ñ a d o r i o ; a s í y c o n m a y o r v io le n c ia s a lia n d e la b o c a

d e e s te d r a g ó n la s fa b u la c io n e s , m a ld a d e s y te n ta c io n e s c o n ­

t r a e lla . P e r o la tie r r a la a y u d ó ; p o rq u e la tie r r a d e su c u e r ­


p o y p a s io n e s no fu é m a ld ita , n i tu v o p a rte en a q u e lla
s e n te n c ia y c a s tig o , q u e fu lm in ó D io s c o n tra n o so tro s en
A d á n y E v a , que la tie r r a n u e stra s e r ia m a ld it a , y p ro -

d u c ir ia e s p in a s en lu g a r de fr u to , q u ed an d o h e r id a en lo

n a tu ra l con e l fom es p ecca ti , q u e s ie m p r e nos p u n za y h a ­

ce c o n tr a d ic c ió n ; y de q u ie n se v a le el d e m o n io p a r a r u i”

n a d e lo s h o m b res: p o rq u e h a lla d e n tro d e n o so tro s e sta s


arm as ta n o fe n s iv a s c o n tra n o s o tr o s m is m o s ; y a s ie n d o de

B A ie s tr a s in c iin a c io n e s , n o s a rra stra con a p a re n te s u a v id a d

y d e le y te , y c o n s u s fa ls a s p e r s u a s io n e s t r a s lo s o b je to s s e n ­

s ib le s y te rre n o s.

130 Pero M aría sa n tísim a , que fué tierra santa y ben­


dita del Señ o r, sin tocar en ella el fom es ni otro efecto
del p e c a d o , no pudo tener peligro por parte de lá tier-
R 2 ra;
13 2 m ís t ic a C lU tA D Í)E D i iS .
ra ; áhtes ella lá fávorécló con sus inclinaciones orde­
nadísimas , compuestas y sugetas á la gracia. Y así abrió
la boca , y se tragó el rio de las tentaciones que en
van o arrojaba el dragón ; porque no hallaba la m ateria
d is p u e sta , ni fomentos para el pecado , com o sucede-en
los dem as hijos d e A d a n ‘: cuyas terrenas y desordenadas
pasiones ántes ayudan á producir este rio , que á sorber­
le , porque nuestras pasiones y corrupta naturaleza siem-^
p r e contradicen á la razon y virtud. Y conociendo e l
dragón quán fustrados quedáron sus intentos contra aque­
lla misteriosa m u g e r, dice ahora:
13 1 T el dragón se indignó contra la m u g e r y se f u e
fa r a hacer guerra à lo restante de su generación ^que guar-^
dan los- mandamientos' de D io s , y tienen e l testimonio- de
yesu-Christo, Vencido este gran dragón gloriosam ente en todas
las cosas por la R e y n a d e todo lo c r ia d o , y aun previ­
niendo ántes su confuáon co n este furioso- torm ento su-^
y o y d e todo e l infierno, se fué determ inando hacer cru d a
guerra á las demas almas de la generación y lin a g e d e
M aría santísima que son los fieles señalados con e l tes­
tim onio y sangre d e Christo en el B au tism o , para guar­
d a r sus testimonios. Porque toda la ira de L u cife r y sus
demonios se convirtió^ mas contra la Iglesia santa y sus
m iem b ro s, quando vió que contra su cabeza C h risto Se--
fio r nuestro y su madre santísima nada podia cons«-
^ ir . Y señaladamente con p articu lar indígnacionr hace
g u e rra á las vírgiives d e Christo > y trabaja p o r destruir
P rim era P a r t e , LiB. I. C ap . XI. 133
ts t a virtud de la .castidad virginal , com o semilla esco­
g id a y reliquias de la castísima V írg ea y m ad ie d elco xr
d e ro , y para todo esto d ic e , que
132 E stuvo e l dragón sobre la arena dcl m a r , que es
la. vanidad contentible d e este m undo , de la qual se
sustenta el d ra g ó n , y la com e com o heno. T o d o esto pa­
só en el c ie lo , y m uchas cosas fueron manifestadas á los
ángeles en los decretos de la divina voluntad , de los
privilegios que se disponian para la m adre d eí V erbo,
que habia de humanarse en ella . Y y o he quedado cor­
ta en d eclarar lo que entendí , porque la abundancia
d e misterios me h a h ech o m as pobre y falta d e térm i­
nos para su declaración»

C A P Í T U L O XL

QUE EN L A C R E A C IO N - D E TODAS LAS


í6sas e l Señor tuvo presente á CbristQ Señor nuestro , y
á su M adre santísim a, y e lig ió , y favwectQ á st^
P u eb lo , figurando estos misterios*

533 el capítulo o ñ a v o d e los Proverbios dice la Sabi­


duría de sí m ism a que en la creación de todas las co­
sas se h a lló presente co n el A ltísim o com poniéndolas to­
d a s. Y d ix e arriba , que esta Sabiduría es el V erb o h u-
ÍDanado ^ que co n su ís a d ie saxjtísinaa estaba presente, quan-
l do
»34 M ís t ic a C iu d a d de Diosí
do en su mente divina determinaba D ios la creación de
todo el mundo ; porque en aquel instante no solo esta­
b a el Hijo c®n e l eterno P a d re , y el E spíritu santo en uni­
dad de la naturaleza divina ; pero también la humanidad
que habia de tom ar estaba en primer lugar de todo lo
c r ia d o , prevista y ideada en la mente divina del Padre
y con la humanidad de su madre santísima , que la ha­
bia de administrar de sus purísimas entrañas. Y en estas
dos personas estuviéron previstas todas sus obras , de que
se obligaba e l A ltís im o , para no atender ( á nuestro mo­
do de hablar ) á todo lo que e l linage humano podia des­
obligarle , y los mismos ángeles que cayeron ; para que no
procediese á la creación de todo lo restante de él y de
las criaturas , que para el servicio del hombre estaba
previniendo.
134 M iraba el Altísim o á su Hijo unigénito hum a­
nado y á su madre santísima com o exem plares que ha-
b ia formado con la grandeza de su sabiduría y poder,
para que le sirviesen com o de origínales , por donde
iba copiando todo el linage humano ; y para que asimi­
lándole á estas dos im ágenes de su D ivinidad todos los
dem as saliesen también mediante estos exem plares seme­
jantes á Dios. C rió también las cos.is materiales necesa­
rias para la vida humana , pero con ta l sa b id u ría , que
también algunas sirviesen de -símbolos, que r e p r e s e n ía -

scn en algun modo á los dos o b je to s, á quien principal­


mente él m ir a b a , y ellas se rvia n , Ciiristo y M aría san­
ti-
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p . X L 135
tísimos. P o r esto hizo las dos lum breras del C ie lo , Sol y
L u n a , que en dividir la noche y e l día señalasen al sol
de justicia Christo y su madre santísim a, que es herm o­
sa com o la luna , y dividen la lu z y dia de la gracia
de la noche del pecado ; y con sus continuas influen­
cias ilumina el sol á la luna , y entrámbos á todas las
criaturas desde el firm am en to, y sus astros , y las d e­
mas hasta e l fin de todo el universo.
135 C rió las demas c o sa s, y les añadió mas perfec­
ción , mirándo que habian de servir á Christo y á M aría
santísim a, y por ellos á ios demas hombres ; á quienes
ántes de salir de su nada les puso mesa gustosísim a, abun­
dante , segura , y mas memorable que la de A suero ; por
que l o s habia de criar para su r e g a lo , y convidados á l a s
delicias de su conocimiento y am or : y com o C o rté s Se-
líor y generoso no quiso que el convidado aguardase; mas
que fuese todo uno el ser criado y hallarse sentado á
la mesa del divino conocimiento y amor , y no perdiese
tiem po e n lo que tanto l e im p o rta b a, com o reconocer y
alabar á s u omnipotente Hacedor.
13 6 A l sexto dia de la creación formó y crió á Adán
com o de treinta y tres anos ; la misma edad que C h ris­
to nuestro bien habia de tener en su m u erte, y tan pa­
recid o á su hum anidad santísima , que en el cuerpo apé-
nas se diferenciaba , y que en la alm a tam bién se asimi­
ló á la suya. Y d e A d án form ó á E v a tan semejante á
la V ir g e n , que la im haba en todas sus facciones y per­
so-
136 m ís t ic a C iü b a d de D ios .
sona. M iraba el Señor con sumo agrado y benevolencia
á estos dos retratos de los o rig in a les, que habia de criar
á su tiem po ; y por ellos les ech6 muchas bendiciones,
com o p ara entretenerse con ellos y sus descendientes, mién-
tras llegaba el d i a , en que habia de form ar á ChrisLo y
á M aría,
137 Pero el feliz e sta d o , en que D ios habia criado á
los dos primeros padres d el género humano , duró m uy
p o c o ; porque luego la envidia de la serpiente se despertó
contra e llo s , com o quien estaba á la espera de su crea­
ción ; aunque L ucifer no pudo ver la form ación de Adan
y E v a , com o v ió todas las otras cosas a l instante que
fuéron criadas ; porque el Señor no le quiso manifestar la
obra de la creación del h o m b re , ni tam poco la forma­
ción de E v a de la c o stilla , que todo esto se lo ocultó su
M agestad por algún espacio de tiem p o , hasta que y a es­
taban ios dos juntos. Pero quando vió e l dem onio la com ­
postura adm irable de la naturaleza hum ana sobre todas
las demas criaturas ,1 a hermosura de las alm as y también
d e los cuerpos d e Adan y E .v a , y conoció el paternal
■amor con que los miraba e l S e ñ o r, y que los hacia due­
ños , y A ñ o re s de todo lo criado , y les dexaba espe-
-ranzas de 1a vida e te r n a : aquí fué donde se enfureció
mas la ira de este dragón , y no hay len gua, que pueda
manifestar la alteració n , con que se conm ovió aquella bes­
tia fie ra , .executáftdole su e n v i d b , para que les quita 5C
la v id a : y com o un león lo h ic ie r a , si no conociera que
le
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p . X L 13 7
le detenia otra fuerza mas superior ; pero conferia y a r- •
bitraba modo cóm o los derribaría de la gracia del Altí->
simo y los convertiría contra él.
138 Aquí se alucinó L ucifer : porque el Señor miste­
riosamente , com o desde el principio le habia m anifesta­
do , que el Verbo habia de hacerse hombre- en el vien«
tre de M aría santísim a, y no le declarando donde y quan-
d o , por eso le ocultó la creación de Adán y form acion
de E v a , para que desde luego comenzase á sentir esta
ignorancia del misterio y tiem po de la encarnación. Y
com o su ira y desvelo estriban prevenidos señaladamente-
Contra C hristo y M aría , sospechó si Adán habia salid a
de E v a , y ella era la m a d re , y él era el V erb o hum a­
nado. Y crecía mas esta sospecha en e l demonio por sen­
tir aquella virtud divina , que le detenia , para que no
les ofendiese en la vida. M as com o p o r otra parte cono^
ció luego los preceptos , que Dios les puso ( que estos
no se le ocultáron , porque o yó la conferencia , que te ­
nian sobre ellos A d á n , y E v a ) salía poco á poco de la
d uda, y fué escuchando las pláticas de los dos padres, y
tanteando sus naturales, com enzando luego com o ham brien­
to león á rodearlos y buscar entrada por las in clin acio ­
nes que conocia en cada uno de ellos. Pero hasta que se
desengañó del todo , siempre vacilaba entre* la ira con
Christo y M aría , y el tem or de ser vencido de ellos : y
mas tem ía la confusion de que le venciese la R eyn a del
c ie lo , por sej criatura pura y no Dios.
S He>
13 8 m ís t ic a C iu d a d de D io s .
13 9 Reparando pues en e l precepto que tenían A d án
y E v a , arm ado de la engañosa m entira , entró por e lla
á tentarles , com enzando á oponerse , y contravenir á la
d iv in a voluntad con todo conato. Y no acom etió prim ero
a l varón , sino á la m u g e r, porque la conoció de natu-
yal m as delicado y débil ; y porque contra ella iba
imas c ie r to , que no era Christo ; y porque tenía contra ella
sum a indignación desde la s e ñ a l, que habia visto en el
c i e l o , y la am enaza que D ios le habia hecho con aque­
lla m uger. T odo esto le arrastró , y llevó prim ero con­
t r a E v a que contra A d á n ; y arrojóle muchos pensamien­
tos ó im aginaciones fuertes desordenadas, ántes de mani­
festársele, para hallarla algo turbada y prevenida. Y por
que en otra parte tengo escrito algo de e s to , no me alar­
g o aquí en decir quan esforzada y inhumanamente la ten­
tó ; basta ahora para m i intento saber lo que dicen las
E scritu ras sa n ta s, que tom ó form a de serpiente , y con
e lla habló á E v a , trabando la co n versa ció n , que no de­
biera ; pues de oirle y responderle pasó á darle crédito,
y de aquí á quebrantar el precepto para sí ; y al íin
persuadir á su m arido que le quebrantase para su daño y
e l de to d o s, perdiendo ellos y nosotros «1 feliz estado en
que los habia puesto el Altísim o.
140 Q u a ftd o L u c ife r v ió la c a id a d e lo s d os , y que
la h erm o su ra in te r io r d e la g r a c ia y ju s tic ia o r ig in a l se

h a b ia c o n v e r t id o en la fe a ld a d d el p ecad o , fu é in c r e í­

b le el a lb o r o z o y tr iu n fo q u e m o stró á s u s d e m o n io s . P e ­

r o - lu e g o lo p e r d ió , p or qu e c o n o c ió qu an p ia d o s a m e n te
P r im e r a P a r te , L ib r o L C ap. XI. 13 9
( y no com o d eseaba) se habia m ostrado el am or d ivin a
misericordioso con los dos delinqüentes , y que les daba
higar de penitencia y esperanza d el perdón y de su gra­
cia ; para lo qual se disponían con e l dolor y contrición*
Y conoció L u c ife r , que se les restituia la hermosura de la
gracia y amistad de D io s ; con que de nuevo se v o lv ió
á turbar todo el in fiern o , viendo los efectos d e la con­
trición. Y creció mas su lla n to , viendo la sentencia que
Dios fulm inaba contra los r e o s , en que se equivocaba el
d em onio-i-^ sobre todo le atorm entó e l oir que se le vo l­
viese á repetir aquella amenaza : La m uger te que-*
braBtará la c a b e z a , com o lo habia oído en e l C ie lo .
14 1 L o s partos de E v a se m ultiplicáron despues d e l pe­
cado , y por é l s» hiao la distinción y m ultiplicación d e
buenos y m a lo s ; escogidos y réprobos ; unos que siguen
á Christo nuestro R edentor , y M a e stro ; otros á S ata­
nás. L os escogidos siguen á su C apitan por fe , hum ildad
c a r id a d , paciencia , y todas las v irtu d e s : y para con-*
seguir e l triunfo son asistidos , ayudados y herm oseados
con la divina gracia y d o n e s, que les m ereció e l mis­
m o-Señor y Reparador de todos. Pero los réprobos , sin
recib ir estos beneficios y favores de su falso c a u d illo , n i
aguardar otro prem io mas que la pena y confusion eter­
na del infierno, le siguen por so b e rb ia , presun ción, am ­
bición , torpezas y m aldades » introduciéndolas el padre de
m entira y autor del pecado.
143 C o n todo esto la inefable benignidad del AUísi-
S 2 nio
' 140 M ís t ic a C iu d a d de D io s .
tno les dió su bendición , para que con ella creciesen y
m ultiplicase el linage humano. Pero dió permiso su al­
tísim a providencia , para que el prim er parto de E va
llevase las prim icias d el prim er pecado en el injusto C a ín ,
y e l segundo señalase en el inocente A b e l al Repara­
dor del p e c a d o , Christo nuestro S eñ or; com enzando ju n ­
tam ente á señalarle en figura y en imitación , para que en
e l prim er justo se estrenase la le y de Christo y su doc­
trina , de que todos los restantes habian de ser discípulos,
padeciendo por la ju s tic ia , y siendo a b o rrecid o s, y opri­
m idos de los pecadores y réprobos y de sus mismos her­
manos. Para esto se estrenáron en A bel la paciencia, hu­
m ild a d y mansedumbre ; y en C aín la envidia y todas
las maldades , que hizo en beneficio del justo , y en per­
d ición de sí m ism o , triunfando el m a lo , y padeciendo
el bueno ; y dando principio en estos espectáculos á los
que tendria el m undo en su progreso com puesto de las
dos ciudades de Jerusalén para los justos y Babilonia pa­
ra los reprobados , cada qual con su capitan y cabeza.
143 Quiso tam bién el A ltísim o , que el prim er Adan
fuese figura del segundo en el m odo de la crea ció n ; pues
com o ántes del prim ero le crió , y ordenó la R epiiblica
de todas las criaturas , de que le hacia Señor y cabeza;
así con su U nigénito dexó pasar muchos siglos ántes de
en viarle , para que hallase pueblo en la m ultiplicación del
linage humano , de quien habia de ser cabeza , maestro
y R e y verdadero , p ara que no estuviese un punto sin R e-
pú-
P r im e r a Pa r te , L i b , l. C ap. XI. 14 1
pública y vasallos : que este es el ó rd e n , y armonía ma­
ravillosa con que todo lo dispuso la divina sabiduría, sien­
do postrero ea la execucion el que fué prim ero en la in­
tención.
144 Y caminando mas el mundo , para descender el
V erb o del seno del eterno Padre , y vestirse nuestra mor­
talidad , eligió y previno un pueblo segregado y nobilísi­
m o , y el mas adm irable , que ántes ni despues hubo:
Y en él un linage ilustre y s a n to , de donde descendie­
se según la carne humana. Y no me detengo en referir
esta genealogía de Christo Señor n u e stro , porque no es ne­
cesario , y la cuentan los sagrados Evangelistas. Solo di­
go con toda la alabanza que puedo d e l A ltís im o , que ea
muchas ocasiones me ha mostrado en diversos^ tiem pos el
amor incom parable que tuvo á su pueblo , los favores que
fué obrando con é l , y los sacram entos y m isterios que se
encerraban en ellos , com o despues en su Iglesia santa se
han ido m anifestando; sin que jam as se h a y a dorm ido ni
dormitado , el que se constituyó por guarda de Israel.
145 H izo profetas y patriarcas santísim os, que en íiguras
y profecías nos evangelizasen de léjos lo que ahora tene­
mos en posesion : para que los venerem os , conociendo e l
a p r e c io , que ellos hiciéron de la le y de gracia ; las ansias
y clam ores con que la deseáron y pidiéron. A este pueblo ma­
nifestó D ios su ser inm utable por muchas revelaciones , y
ellos á nosotros por las escritu ras, ericerrando en ellas in­
mensos misterios ,■que alcanzásem os y conocí ésemos por 1.-
fe
14 2 M is t ic a C iu d a d de D io s .

fe. Y todos los cum plió y acreditó el V erbo humanado, de*


xándonos co a esto ]a doctrina seg u ra , y e l alim ento de
la s escritu ras santas para su Iglesia. Y aunque los profe­
tas y justos de aquel pueblo no pudiéron alcanzar la vis­
ta corporal de C hristo ; pero fué liberalísim o e l Señor con
e llo s , m anifestándoseles en p ro fecía s, y moviéndoles e l afec­
to , para que pidiesen su venida y la redención de todo e l
linage hum ano. Y la consonancia, y arm onía de todas estas
profecías, misterios y suspiros de los antiguos padres eran para
e l A ltísim o una suavísima m ú s ic a , que resonaba en lo ín^
tim o de su pecho ; con que ( á nuestro parecer ) entrete­
nía e l tie m p o , y aun le a c e le ra b a , de baxar á conver­
sa r con los hom bres.
14 6 Y por no detenerm e m ucho en lo que sobre esto
ttie h á dado e l Señor á c o n o c e r, y para llegar á lo que
v o y buscando de las preparaciones que hizo este Señor, pa­
ra enviar a l mundo al V erbo hum anado y á su m adre san­
tísim a , las diré sucintamente por e l órden de las divinas
E scrituras. E l Génesis contiene lo que to ca al exordio y
creación de el mundo para e l linage humano ; la d ivi­
sión de las tierras y gentes ; e l castigo y restauración ; la
confusion de lenguas y origen del pueblo e sco g id o , y ba-
xad a á E g y p t o , y otros muchos y grandes sacramentos,
que declaró Dios á M o y s é s , para que por él nos diese á
conocer el amor y ju s t ic ia , que desde el principio mostró con
los hom bres , para traerlos á su conocimiento , y servi­
c io , y señalar lo que tenia determ inado de hacer en lo
futuro. El
P r im e r a Par te , L ib . I. C ap. XI. 14 3
147 E l Exodo contiene lo que sucedió en E g yp to con
e l pueblo escogido ; las plagas y castigos que envió para
rescatarle misteriosamente ; la salida y tránsito del m ar i
la le y escrita dada con tantas prevenciones y m aravillas;
y otros muchos sacramentos y m isterio s, que D ios obró
por su p u e b lo , afligiendo unas veces á sus enemigos, otras
á ellos , castigando á unos com o Juez severo, corrigiendo
á otros com o Padre amantísimo , enseñándoles á conocer
el beneficio en los trabajos. H izo grandes m aravillas p o r la
vara de M oysés en figura de la c r u z , donde el V e rb o hu­
manado habia de ser cordero sacrificado , para unos rem e­
dio y para otros ruina , com o la vara lo era , y lo fué
el m ar R u b ro , que defendió al pueblo con m urallas de
^ gua, y con ellas anegó á los gitanos. Y iba con todos e s­
tos misterios texieado la vid a de los sa n to s , de alegría y
de lla n to , de trabajos y refrigerio s; y todo con infinita
sabiduría y providencia lo copiaba de la v id a y m uerte de
Christo Señor nuestro.
148 E n el LevíticQ describe y ordena m uchos sacrifi­
cios y ceremonias le g a le s , para aplacar á D i o s ; porque
significaban el cordero , que se habia de sacrificar por to ­
dos ; y despues nosotros á su M agestad con la verdad exe­
cutada de aquellos figurativos sacrificios. T am bién declara
las vestiduras de A aron sumo sa ce rd o te , y figu ra de C h ris­
to ; aunque no habia de ser él de órden tan in fe rio r, sino
según el órden de M elch ised ech.
149 L os números contienen las mansiones del desierto,
f i-
14 4 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

figurando lo que habia de hacer con la Iglesia santa , y


con su Unigénito h um an ado, y su madre santísim a; y ta m ­
bién con los demas ju sto s, que segun diversos sentidos, to ­
dos se comprehenden en aquellos sucesos de la colum na de
fu e g o , del m a n á , de la piedra que dió a g u a , y otros mis­
terios grandes , que contiene en otras obras. Y encierra
tam bién los que pertenecen á la A ritm é tic a ; y en todo h a y
profundos sacramentos.
ig o E l Deuteronom io es como segunda le y y no dife­
rente, sino de diverso modo repetida y mas apropiadanienT
te figurativa de la le y E v a n g é lic a , porque habiéndose de
alargar ( por los ocultos juicios de D ios y las conveniencias
que su sabiduría c o n o cia ) el tomar carne humana , renova­
ba y disponía le ye s , que pareciesen á l a que despues ha^
bia de establecer por su unigénito Hijo.
ig i Jesús N a v e , ó Josué , introduce al pueblo de D ios
en la tierrra de prom ision, y se la divide pasado el Jor­
dán , obrando grandes h a z a ñ a s, com o figura harto expre­
sa de nuestro Redentor en e l nom bre y en las obras; en
que representó la destrucción de los R e y n o s , que poseía
el dem onio ; y la separación y división , que de buenos
y m alos se hará el ultimo dia,
15 2 T ras de Josu é ( estando y a el pueblo en la pose­
sion de la tierra prom etida y deseada , que prim era y pro­
piam ente representa la Iglesia adquirida por Jesu-Christo con
e l precio de su sa n g re) viene el libro de los J u e c e s , que
Dios ordenaba para govierno de su p u e b lo , particularm en-
P rim era Pa r t e , L ib . I. C a p .Í.XL 145
te en las guerras, que por sus continuados pecados y ido­
latrías padecían de los Filistéos y otros' enemigos sus ve­
cinos ; de que los defendía y libraba quando se conver­
tían á él por penitencia y enmienda de la vida. Y en es­
te libro se refiere lo que hizo D ebora , juzgando al pue­
blo , y libertándole de una grande opresion. Y Jael tam ­
bién , que concurrió á la v is o r ia , mugeres fuertes y va­
lerosas- Y todas estas historias son expresa figura y testi­
monio de lo que pasa en la Iglesia.
153 Acabados los J u e c e s , son los R eyes que pidiéron
los Israelitas queriendo ser como las demas gentes en el
govierno. Contienen estos libros grandes misterios de la
venida d el Mesías. H eli sacerdote y Saúl rey muertos
dicen la reprobación de la le y vieja. Sadoc y D a vid fi­
guran el nuevo R eyn o y Sacerdocio de Christo y la Igle­
sia con el pequeño número , que en ella habia de haber,
en comparación del resto del mundo. Los otros R eyes de
Israél y Judá y sus cautividades señalan otros grandes m is­
terios de la Iglesia santa.
154 E ntre los tiem pos dichos estuvo el paclentísim o
Job , cuyas palabras son tan m isteriosas, que ninguna tie­
ne sin profundos sacramentos de la vida de Christo nues­
tro S e ñ o r, de la resurrección de los m u e rto s, y del ú l­
tim o juicio en la misma carne en núm ero , que cada uno
tiene ; de la fuerza y astucia del dem onio y sus conflic­
tos. Y sgbre todo le puso Dios por un espejo de pacien­
cia á los m ortales, para que en el deprendiéram os, todos
T co-
146 m ís tic a C iu d a d de D io s .
cóm o debemos padecer los trabajos despues de la muerte
de Christo , que tenemos presente ; pues ántes hubo santo
que á la vista tan de lejos le im itó con tanta pa­
ciencia.
155 Pero en los muchos y grandes Profetas que D io s
envió á su pueblo en el tiem po de sus R e ye s , porque
entónces mas necesitaba de ellos , h a y tantos misterios y
sacram entos, que ninguno dexó el Altísimo , de los que
pertenecían á la venida del Mesías y su l e y , que no se
lo revelase y declarase. Y lo mismo hizo , aunque de mas
léjos , con ios padres antiguos y patriarcas, Y todo era
m ultiplicar retratos y com o estampas del Verbo hum a­
nado , y prevenirle y prepararle pueblo y la le y que ha­
bla de enseñar.
1 56 E n los tres grandes P a tria rca s, A b ra h a n , Isaac y
Jacob depositó grandes y ricas pren d as, para poderse lla­
m ar Dios de Abrahan , Isaac , y Jacob , queriendo honrar­
se con este nombre , para honrarlos á. ellos , manifestan­
do su dignidad , y exelentes v irtu d e s, y los sacramen­
tos que le s 'h a b ia fiad o , para que diesen nombre á Dios
tan honroso. A l Patriarca A b ra h a n , para hacer aquella
representación tan expresa de lo que el eterno Padre ha­
bía de hacer con su U n igén ito , le tentó y probó , m an­
dándole sacrificar á Isaac. Pero quando el obediente pa­
dre quiso executar el sa crificio . lo im pidió el mismo Se-
f ío r , que lo habia mdndado ; porque solo para el eterno
Padre se reservase- la execucion de tan heróyca o b r a , sa-
cri-
pRirrtERA P a r t e , L i c . I. C ap . XII. 147
crificando co n cfeflo á su U n ig è n ito , y solo cn am ago se
dixese lo ha bia hecho A brahan ; cn que parece fuéron los
zelos del amor divino fuertes com o la muerte. Pero no
convenía que tan expresa figura quedase iniperfeéla , y así
se cum plió sacrificando Abrahan un carnero , que tam^-
bien era figura del c o rd e ro , que habia de quitar los pe­
cados del mundo.
157 A Jacob le mostró aquella misteriosa escala llena
de sacramentos y sentidos ; y el m ayor fué representar al
Verbo hum anado, que es el camino y escala por donde
subimos al Padre ; y d e él baxó su M agestad á nosotros:
y por su medio suben y descienden á n g eles, que nos ilus­
tran y guardan llevándonos en sus manos para que no nos
ofendan las piedras de los e r r o r e s , heregías y v ic io s ,d e
que está sembrado e l camino de la vida m o r ta l, y en
medio de ellas subamos seguros por esta escala con la fe
y esperanza desde esta Iglesia santa , que es la casa de
D io s , donde no h ay o tra cosa, que puerta del cielo ysantidad.,
158 A M o y sé s, para constituirle D ios de F a r a ó n , y
Capitan de su P ueblo, le mostró aquella zarza m ística,que
sin quemarse ardia ; para señalar en profecía la D ivin i­
dad encubierta en nuestra humanidad , sin derogar lo hu­
mano á lo divino , ni consumir lo divino á lo hum a-,
no. Y junto con este misterio señalaba también la vir­
ginidad perpetua de la madre del V erbo , no solo en el
cuerpo sino tam bién en e l alma , y que no la m ancharía
ni ofendería ser hija de A d á n , y venir vestida y deriva-
T2 da
148 m ís t ic a C iu d a d d e D io s .

da de aquella naturaleza abrasada con la primera culpa.


159 H izo también á D avid á la medida de su corazon,
con que pudo dignamente cantar las misericordias del A l­
tísimo , com o lo h i z o , comprehendiendo en sus Salmos to ­
dos los sacramentos y m ísten o s, no solo de la le y de gra­
c ia , p ^ o d e la escrita y natural. N o se le paen d e la
boca los testimonios , los juicios y las obras del Señor; p o r
que también los tenía en eí corazon para meditar de dia
y de noche. Y en perdonar injurias fué expresa imágen, 6
figura del que había de perdonar las n u estras: y así le
fuéron hechas las promesas m as claras y firmes de ía ve^
íiida del R edentor del mundo,
i 5o Salom en , R e y pacífico , y en esto figura deí ver--
dadero R e y de los reyes , dilátó su grande sabiduría en
manifestar p o í diversos modos de escrituras los misterios y
sacramentos de Christo ; especialmente en la metáfora de los
Cantáres, donde encerró los misterios del V erb o hum anado,
de su m adre santísima y de la Iglesia y fieles. Enseñó
también la dóétrina para las costumbres por diversos mo­
dos ; y de aquella fuente han venido las aguas de la v e r­
dad y vida á otros muchos escritores.
16 1 Pera quien podrá dignamente engrandecer el bene­
ficio de habernos dado el Señor por m edio ^de su pueblo
el número loable de los profetas sa n to s, donde la eterna
sabiduría copiosamente derram ó la gracia de la profecía,
alum brando á su Iglesia con tantas lu c e s , que desde m uy
lejos comenzáron á señalarnos e l sol de justicia y los rayos
que
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X I. 14 9
que h a b ia de dar en la le y de g r a c ia con su s ob ras. L o s
dos gran d es P ro fe ta s I s a ía s y G e r e m ía s fiié ic n e s c o g id o s ,
p a ra e v a n g e liz a r n o s a lta y d u lc e m e n te lo s m is te r io s de la

e n c a r n a c ió n d el V e rb o , su n a c im ie n to , v id a y m u e rte .
I s a ía s nos p r o m e tió , que c o n c ib ir ia y p a r ir ía una V ir g e n ,
y n o s d a r ia un h ijo , qu e se lla m a r ía E m a n u e l; y q u e u n
p e q u e ñ u e lo h ijo n a c e r ía p a ra n o so tro s , y lle v a r ía su im p e ­

r io so b re su h om b ro. Y to d o lo re sta n te d e la v id a d e

C h r is to lo a n u n c ió con ta n ta c la r id a d , q u e p a r e c ió su p r o ­
fe c ía E v a n g e lio . J e r e m ía s d ix o la n o ved ad , que E io s h a b ia

d e ob rar co n u n a m u g e r, que te n d r ia en su v ie n tr e u n

varó n , qu e s o lo p o d ia ser C h r is to , D io s y h o m b re p er-

fe a o . A n u n c ió su v e n ta , p a s ió n , o p r o b r ío s y m u e rte . S u s­
pen sa y a d m ir a d a qu ed o en la c o n s id e r a c ió n de e sto s p r o ­

f e t a s . P i d e Isaías q u e e n v íe el Señor al co rd ero , que h a de


señ o rear e l m u n d o , de la p ie d r a d e l d e s ie r to a l m o n te d e
la h ija de S ío n , p o r q u e e ste co rd ero , qu e es el V erb o h u ­
m an ad o , en q u a n to á la D iv in id a d e sta b a e n e l d e s ie r to d e L

c ie lo , qu e fa ltá n d o le lo s h o m b re s, se lla m a d e s ie r to . Y

llá m a s e p ie d r a por el a s ie n to , fir m e z a y q u ie tu d e t e r n a , d e

que goza. E l m o n te , ad on d e p id e , que v e n g a , e n lo m ís ­

tic o es la I g le s ia sa n ta , y p r im e r o M a r ía s a n tís im a , h ija

de la v is ió n de p a z , qu e es S ío n . Y la in te r p o n e el P iñ d -

ie ta p o r m e d ia n e r a p ara o b lig a r al P ad re e te rn o , q u e en ­

v íe al co rd ero su U n ig é n ito , p o rq u e en tc d o e l re sto d el

lio fíg e hu m an o no h a b ia q u ie n le p u d ie s e o b lig a r t a n t o , c o ­

m o h aber d e te n e r ta l m a d re , que le d ie s e á e ste c o rd e ­


ro
ig o ^M îs t îc a C iu d a d de D io s .

ro la piel y bellocino de su hum anidad. santísima : y esto


es lo que contiene aquella dulcísima oracion y profecía de
Isaías.
162 Ezequiél vió también á esta madre virgen en la fi­
gura ó metáfora de aquella puerta c e rr a d a , que para so­
lo el Dios de Israel estaría p a te n te , . y ninguno . otro v a -
ron entrarla por ella. A bacuc contempló á Christo Señor
nuestro en ia c ru » ; y con profundas palabras profetizó
los misterios de la red en ció n , y los admirables efe¿los de
la pasión y muerte de nuestro Redentor. Joel describe la
tierra de los doce tr ib u s , figura de los doce Apostóles,
que habian de ser cabezas de todos los hijos de la Iglesia,
T am bién anunció la venida del Espíritu santo sobre los
/
siervos y siervas del m uy A l t o , señalando el tiempo de la
venida y vida de Christo. Y todos los demas profetas por partes
la anunciáron ; porque todo quiso el Altísim o quedase dicho
y profetizado y figurado tan de léjos y tan abundantemente,
que todas estas obras admirables pudiesen testificar el amor y
c u id a d o , que tuvo Dios para con los iiom bres, y com o en­
riqueció á su Iglesia, Y asimismo para culpar y reprehen-*
der nuestra tibieza ; pues aquellos padres antiguos y *pro­
fetas solo coa las sobras y figuras se inílamáron en divi­
no amor , y hiciéron cánticos de alabanza y gloria para
el Señor : y nosotros que tenemos la verdad y el dia c la ­
ro de la gracia çstamos sepultados en el olvido de tantos
beneficios , y dexando la luz buscamos las tiaijblas.

CA-
P r e r im r a P a t e , L ib r o I. C a p . XII. ig i

C A P Í T U L O x n .

CX)MO H A B I E N D O S E PROPAGADO EL L IN A -
g e humano , crecieron los clamores de los justos por ¡a v e­
nida del M esías ; y también credéron los pecados : jy en
esta noche de la antigua L ey envió D ios al mundo dos
L u cero s, que anunciasen la L ey de Gracia,

16 3 D ila t ó s e en gran n ú m ero la p o s te r id a d y lin a -


g e de A d an , m u ltip lic á n d o s e lo s ju s t o s y lo s in ju s to s , lo s
c la m o r e s d e lo s s a n to s p or e l R e p a r a d o r •, y lo s d e lito s d e
lo s p ecad o res p ara d e sm e re c e r e ste b e n e fic io . E l p u e b lo d e l

A ltís im o y el tr iu n fo d el V erb o , qu e h a b ia d e h u m an ar­


se , e sta b a n y a en la s ú ltim a s d is p o s ic io n e s , q u e la d iv i­
n a v o lu n ta d o b rab a en e llo s p a ra v e n ir el M e s ía s ; jjo r q u e
el reyn o d el pecad o en lo s h ijo s d e p e r d ic ió n h a b ia d ila ­

ta d o su m a lic ia , c a s i h a sta lo s ú ltim o s té r m in o s , y h a b ia

lle g a d o e l tie m p o o p o rtu n o d el r e m e d io . H a b ía s e a u m e n ta ­

do la co ro n a y m é r ito s d e lo s ju s t o s ; y lo s P ro fe ta s y

sa n to s P a d r e s con e l jú b ilo d e la d iv in a lu z r e c o n o c ía n q u e

se acercab a la s a lu d y la p r e s e n c ia d e su R e d e n to r ; y

m u ltip lic a b a n su s c la m o r e s , p id ie n d o á D io s , se c u m p lie ­

sen la s p r o fe c ía s y p r o m e s a s á su p u e b lo . Y d e la n te d e l tr o ­

no real d e la d iv in a m is e r ic o r d ia re p re s e n ta b a n la p r o líx a

y la r g a n och e que h a b ia c o r r id o en la s tin ie b la s d el p c-


« a-
ig 2 ' M ís t ic a C iu d a d de D io s.

cado desde la creación del prim er hombre , y la cegue­


ra de idolatrías en que estaba ofuscado todo el resto del
linage humano.
164 Quando la antigua serpiente habia inficionado con
su aliento á todo el o r b e , y al parecer gozaba de la p a ­
cífica posesion de los m o rta les; y quando ellos desatinan­
do de la luz de la misma razon n a tu ra l, y de la que por
la antigua le y escrita pudieran tener , en lugar de bus­
car la D ivinidad v erd a d era , fingían muchas falsas, y cada
qual formaba Dios á su g u s to , sin a d v e rtir, que la con­
fusión de tantos D io ses, aun para perfección , órden ■y
quietud era repugnante. Quando con estos errores se habian
y a n a tu ra líza lo la m a lic ia , la ignorancia y el olvido del
verdadero D io s , y se ignoraba la mortal dolencia y le -
targo que en el mundo se p a d e cía , sin abrir la boca los
míseros dolientes para pedir el remedio : quando reynaba
la so b erb ia, y e l número de los necios era sin n ú m e ro :y
la arrogancia de Lucifer intentaba beberse á las aguas pu­
ras del J o rd á n : quando con estas injurias estaba Dios mas
ofendido y m inos obligado de los hom bres; y el atributo
de su justicia tenia tan justiacada su causa para aniquilar
todo lo criado , convirtiándolo á su antiguo no ser,
165 En esta ocasion ( á nuestro entender) convirtió e l
Altísim o su atención al atributo de su m isericordia, y in­
clinó el peso de su incomprehensible equidad con la le y de
Ui clem encia , y se quiso dar por mas obligado de su mis­
ma b o n d a d , y de, los elam oreí y servicios de los justos y
p ro-
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p , X H . 153

profetas de su p u e b lo , que desobligarse de la m aldad y


©fensas de todo el resto de los pecadores. Y en aquella
noche tan pesada de la le y antigua determinó dar prendas
ciertas del dia de la g r a c ia , enviando al mundo dos luce­
ros cla rísim o s, que anunciasen la claridad y a vecina del
sol de justicia Christo nuestra salud. Estos fuéron San Joa­
quín y santa A n a , p reven idos, y criados por la divina vo­
luntad , p a ra que fuesen hechos á medida de su corazon.
San Joaquín tenia casa , fam ilia y deudos en N azaréth pue­
blo de G alilea. Y fué siempre varón ju s to , y s a n to , ihis-
trado con especial gracia y lu z de lo alto. Tenía inteligen­
c ia de m uchos misterios de las escrituras y profetas anti­
guos ; y con oracion continua y fervorosa pedia á Dios el
cum plim iento de sus p ro m esas; y su fe , y caridad pe­
netraban los cielos. E ra varón hum ildísimo y puro , de cos­
tumbres santas y suma sinceridad ; pero de gran peso
y severidad , y de incom parable com postura y honesti­
dad.
166 L a felicísima santa A na tenia su casa en B sth -
len , y era doncella castísima , hum ilde y h erm o sa; y des­
de su niñez santa , com puesta y llena de virtudes. T u ­
v o también grandes y continuas ilustraciones d el Altísim o;
y siempre ocupaba su interior con altísim a contem pla­
ción , siendo juntam ente m u y oficiosa y trabajadora, con
que llegó á la plenitud de la perfección de las vidas ac­
tiva y contem plativa. Tenia noticia infusa de las E scri­
turas divinas , y profunda inteligencia de sus escondidos
V m is
154 M is t ic a C iu d a d de D io s .

m isterios y sacramentos: y en las virtudes infusas, fe, esperanza


y caridad fué incom parable. Con estos dones prevenida
oraba continuam ente por la venida del Mesías ; y sus rue­
gos fuéron tan aceptos al Señor para acelerar e l paso, que
singularm ente le pudo responder, habia herido su cora­
zon en uno de sus cabellos ; pues sin duda alguna en
apresurar la venida del V erbo tuviéron los m erecim ien­
tos de santa A n a altísim a lugar entre los Santos del vie­
jo testam ento,
167 H izo tam bién esta m uger fuerte oracion fervoro­
sa para que cl AUísim o en el estado d el m atrim onio la
diese compañía de e sp o so , que la ayudase i la guarda
de la divina l e y , y testam ento santo, y para ser perfec­
ta en la observancia d e sus preceptos. Y al mismo tiempo
•que santa Ana pedia esto al S e ñ o r, ordenó su providen­
c ia que San Joaquín hiciese la misma oracion ^ para que
juntas fuesen presentadas estas dos peticiones en c l tribunal
de la beatísima Trinidad , donde fuéron oídas y despacha­
dlas. Y luego por ordenación divina se dispuso , com o Joa­
quín , y Ana tomasen estado de matrimonio jun tos, y fue­
sen padres de la que había de ser m adre del m ism o JDios
hum anado, Y para executar este decreto fué enviado el
■santo Arcángel G a b r ié l, que se lo manifestase á los dos.
A santa Ana se le apareció Corporalmente estando en ora­
cio n fe rv o ro sa , pidiendo la venida del Salvador del mundo
y €Í rem edia ,de los hombres. Y vij^ al santo Príncipe con
gran -
P r im e r a P a r t e , l ib r o I. C ap. XII. 155
grande hermosura y refulgencia , que á un mismo tiem po
causó en ella alguna turbación y tem or coo interior júbi­
lo y iluminación de su espíritu. Postróse la Santa con pro­
funda hum ildad , para reverenciar al Em baxador d e l cielo
pero él la detuvo y confortó com o á depósito que habia
de ser d el a rca del verdadero m a n á , M aría Santísima;
i

m adre del V erbo e te rn o ; porque y a este santo Arcángel


habia conocido este m isterio del Señor y el sacram ento es­
condido , quando fué enviado con esta embaxada. Aunque
entónces no lo conociéron los dem as Angeles del ciel^, por
que á solo san G abriél fué hecha esta revelación ó ilumina­
ción inmediatamente del Señor. Tam poco manifestó el A n­
gel á santa Ana este gran sacram ento por en tó n ces; mas
pidióla atención , y la d ix o : ^^el A ltísim o te dé su bendición,
»sierva s u y a , y sea tu salud. Su A lte za ha oido tus peti-
»)clo n e s, y quiere que perseveres en e lla s , y clam es por
»la venida del Salvador , y es su voluntad que recibas por
»esposo á Joaquín , que es varón de corazon re d o y agra-
» dable á los ojos del S e ñ o r ,y con su com pañía podrásper-
»severar en la observancia de su d ivina le y y servicio.
»Continúa tus oraciones y sú p licas; y de tu parte no ha­
ig a s o tra diligencia ; que e l mismo Señor ordenará el co -
»mo se ha de executar. Y u'i cam ina por las sendas rec­
atas de la justicia , y tu habitación interior sea siempre en
»las alturas , y pide siempre por la venida del Mesías;
« y alégrate en el Señor que es tu salud.” Con esto desa­
pareció el A n j e l , dexándola ilustrada en muchos miste-
V 2 rios
1^5 M ís t ic a C iu d ad de D ios,
tíos de la s escritu ra s, y confortada y renovada en su eS"
píritu.
i6 8 A San Joaquín a p areció , y habló e l A r c á n g e l, no-
corporalm ente com o á santa A n a , pero en sueños, aperci­
bió el varón de D io s , que le decia estas ra zo n es: " Joa-
»quin , bendito seas de la divina diestra del A ltísim o, per-
wsevera en tus d eseos, y vive con reélitud y pasos per-
»sfeétos. Voluntad d el Señor es que recibas por tu esposa
wá A n a , que es a lm a , á quien e l todo Poderoso ha da-
« d o su bendición. C u id a de e lla y estímala com o prenda
wdel Altísim o y dale gracias á su M a g esta d , porque te
» k h a entregado.’’ E n virtud de estas divinas em baxadas
pidió luego Joaquín por esposa á la castísim a A n a , y se
e fc ílu ó el casamiento , obedeciendo los dos á la d ivin a dis­
posición ; pero ninguno m anifestó al otro e l secreto de l a
que les habia sucedido hasta pasados algunos años co -
rao diré en su lugar. V ivieron los dos santos esposos e a
N a z a r e th , procediendo y caminando por las justificacio­
nes del Señor ; y con reftitud y siaceridad d iéron e l
lleno d e las virtudes á sus- o b ra s, y se hiciéron m uy
agradables ^ y aceptos al Altísimo sin reprehensión. D e las
Tenías y frutos de su hacienda en cada año hacían tre s
partes. L a primepa ofrecían al tem plo de Jerusalen pa­
r a el culto del Seíior. L a segunda dis'tribuían á los pobresr
y con la tercera sustentaban su vida y fam ilia decentem en-
t€r Y D ios les acrecentaba los bienes tem porales, porque
Iqs cxp ead ian co n tanta largueza y caridad.
V i-
P r im e r a P a rte , L ib . 1. C ap. X II. 157

169 V ivían asimismo con inviolable paz y conformidad


de ánimos sin querella y sin rencilla alguna. Y la hum il­
dísima A n a vivia e n todo su g e ta , y rendida á la voluntad
de Joaquin ; y el varón d e Dios , con em ulación santa de
la misma hum ildad , se adelantaba á saber la voluntad de
santa A n a , confiando en e lla su co ra z o n , y no quedanio
frustrado. C o n que viviéron en tan p erfed a carid ad , que en
vida tuviéron d ife re n c ia , en que e l uno dexase d e que­
rer lo mismo que quería e l otro. M as com o congregados
en e l nom bre del Señor estaba su M agestad con su temor
santo esi medro de ello«^, Y el santo Joaquin cum plió y
obedeció a l mandamiento del A n gel , de que estimase á
su esposa y tuviese cuidado de ella,
170 Previno e l Señor con bendiciones de dulzura á la
«anta m atrona A n a c o m u n ic á n d o la altísimos dones de gra­
c ia y ciencia infusa-, que la dispusiesen para la buena di­
c h a , que la agu ard ab a, de ser m ad re d é la que lo habia
de ser del m ism o Señor. Y com o las obras d el A ltísim o
son perfeétas y consum adas, fué consiguiente que la h i­
ciese digna m adre de la criatura m as p u r a , y que en
santidad habia de ser inferior á solo D ios , y superior á
todo lo criado,
171 Pasáron estos santos casados veinte años sin suce­
sión de h ijo s , cosa que en aquella edad y pueblo se te­
nia por mas infelicidad , y desgracia ; á cu ya causa pa-
deciéron entre sus vecinos y conocidos muchos oprobrios
y desprecios ; que los que no tenian hijos se reputaban
€0-
ig 8 M ís t ic a C iu d a d de D io s ,

com o excluidos de tener parte en la venida del Mesúas


que esperaban. Pero el A ltísim o , que por medio de esta
hum illación los quiso afligir y disponer para la gracia que
les p re ve n ía, les díó tolerancia y co n fo rm id a d , para que
sembrasen con lágrim as y oraciones e l dichoso fru to , que
despues habian de coger. Hiciéron grandes peticiones de
lo profundo de su corazon , teniendo para esto especial m an­
dato de lo a lto ; y ofreciéron al Señor, con voto expreso,
que si les daba hijos , consagrarían á su servicio en e l te m ­
plo el fruto que recibiesen d e bendición.
172 Y el hacer este ofrecim iento fué por especial im ­
pulso d e l Espíritu sa n to , qu e ordenaba com o ántes de te­
ner ser la Que habi^ d e ser morada de su unigénito Hi*
j o , fuese ofrecnda , y com o entregada por sus padres al
mismo Señor. Porque si ántes de conocerla y tratarla
no se obligáran con voto particular de ofrecerla al te m ­
p lo , viéad ola despuw tan dulce y agradable criatura, no
lo pudieran hacer con tanta prontitud por el vehem ente amor
que la tendrían. Y á nuestro modo de entender , con este
ofrecimiento , íio solo satisfacía el Señor á lo# zelos, que
ya tenia de que su m adre santísima estuviese por cuenta
de otros , pero se entretenía su amor en La dilación de
d ia ria ,
173 H a b ie n d o p ersevera d o un año e n te ro , d esp u es q u e

el Señor se lo m a n d ó e n e sta s fe r v ie n te s p e tic io n e s ., s u c c -


d ió , q u e san J o a q u ín fu é por d iv in a in s p ir a c ió n y m an­

d a to al te m p la de J e r u s a ie n á o fre c e r o r a c io n e s y s a c ii-
fi-
p R iM íR A P a r t e , L i b . I . C a p . X IT . 159

ficios por la vertida del Mesías y por el fruto que desea­


ba. Y llegando con otros de su pueblo á ofrecer los co­
munes dones y ofrendas en presencia d el sumo SacerdG-
te » otro inferior, que se llam aba Isacar , reprendió áspe­
ram ente ai venerable viejo Joaquin , porque llegaba á ofre­
cer con los: dem as , siendo infecundo. Y entre otras razo­
nes le dixo : “ Tu Joaquin ¿porqué llegas á ofrecer sien­
do hombre inútil ? D ésviate de los demas y v e t e , no eno-
ges á D ios con tus ofrendas y sacrificios que no son gra­
tos á sus ojos» E l santo varón avergonzado y confuso con
humilde y amoroso- afeélo se convirtió al Señor y le dixo:
»A ltísim o Señor y D io s eterno , con vuestro mandato y
«voluntad vine a l tem plo : e l que está en vuestro lugar
»rme desprecia , m is pecados son los q u e m.erecen esta
«ignominia ; pues la recibo por vuestro querer , no despre-
« ciéis la hechura de vuestras manos.*» Fuése Joaquín del
tem plo contristado ( pero pacífico y sosegado ) á una casa
de cam po 6 granja q u e tenia y allí en soledad de
algunos d ias clam ó al Señor y h izo esta oracíon,
174 « A ltísim o D ios eterno , d e quien depende todo
j?el ser y e l reparo d el linage humano ; postrado en vues-
«tra real presencia os suplico se digne vuestra infinita
«bondad de m irar la aflicion de mi alm a y oir mis pe-
»ticiones y las de vuestra sierva A n a . A vuestros ojos
«son manifiestos todos nuestros deseos ; y si y o no m e-
wrezcO' ser' oído , no desprecieis á mi humilde espo-
wsa^ Señor D ios de A brahaii , Isaac y Jacob nues­
tros
i6 o M ís t ic a C iu d a d de D io s -

»tros antiguos padres , no escondáis vuestra piedad de noso-


»tros , ni permitáis , pues sois padre , que y o sea de los ré -
»probos y deshechados en mis ofrendas com o in ú til, por
»que no me dais sucesión. Acordaos , Señor, de los sacrifi-
»cios y oblaciones de vuestros siervos y profetas mis pa-
»dres antiguos; y tened presentes las o b r a s , que en ellos
»fuéron gratas á vuestros divinos o jo s : Y pues me man-
» d a is . Señor m ió , que con confianza os pida c o m o á po-
»deroso y rico en misericordias , concededme lo que por
»vos deseo y p id o ; pues en pediros hago vuestra santa vo*
»luntad y o b ed ien cia , en que me prometéis m i petición.
« Y si'm is culpas detienen vuestras m isericordias, apartad
wde mí lo que os desagrada y impide. Poderoso sois,Se-
»ñor D io s de Isra é l, y todo lo que fuere vuestra volun-
»tad podéis obrar sin r<2sistencia. Lleguen á vuestros oídos
»m is p eticio n es, que si so y pobre y pequeño , vos sois
»infinito y inclinado á usar de misericordia co a los aba-
»tidos. ¿Adonde iré de v o s , que sois, el R e y de los reyes
»Señor de los señores y todo Poderoso ? A vuestros hijos
w y siervos habéis llenado de dones y bendiciones en .sus
» generaciones; á mi me enseñáis á desear y esperar de vues-
» tra liberalidad lo “que habéis obrado con mis hermanos.
«Si fuere vuestro beneplácito conceder m í p e tició n , el
.»fruto de sucesión , que de vuestra mano re cib iere , lo ofre-
jíceré y consagraré á vuestro santo templo para servicio
^vuestro. Entregado tengo mí corazon y mente á vuestra
^voluntad ; y siempre he deseado apartar mis ojos de la
va-
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p . XII. i6 i
»vanidad. H aced de mí lo que fuere vuestro agrado , y
fí alegrad S e íio r, nuestro espíritu con el cumplimiento
wde nuestra esperanza. M irad desde vuestro solio al hu»-
»m ilde polvo , y lev$ntádle para que os magnifique y
»adore y en todo se cum pla vuestra voluntad y no la
wmia.*'
175 E sta petición hizo Joaquin en su retiro , y en el
ínterin el santo Ángel d eclaró á santa A n a , com o seria
agradable oracion para su A lteza que le pidiese sucesión de
hijos con el santo afecto y intención que los d eseab a .. Y
habiendo conocido la santa m atrona ser esta la divina vo ­
luntad y tam bién la de’ su esposo Joaquin, con hum ilde
rendimiento y confianza en la presencia del Señor h iz o ’
oracion por lo que se le ordenaba , y dixo : ^ D ios aitisi-
»m o , Señor mio , Criador , y Conservador universal de
»todas las cosas, á quien mi alm a reverencia y adora co -
»m o D ios verdadero , infinito , santo y etern o: postrada
♦>en vuestra reai presencia hablaré , aunque sea polvo y
« c e n iz a , manifestando mi necesidad y aflicción. Señor D ios
»increado , hacednos dignos de vuestra bendición , dándo-
»nos fruto s a n to , que ofrecer á vuestro servicio en vuesr-
» tro tem plo. A co rd ao s, Señor m io, que A n a sierva vuestra
«m adre de Samuel era estéril, y con vuestra liberal m i-
»sericordia recibió e l cum plim iento de sus deseos. Y o sien-
« to en mi corazon una fuerza que me alienta y anima á
«pediros hagais conmigo esta misericordia. O id p u e s dulcí-

X
»^simo Señor y dueño mio , m i petición hum ilde ; y acor-
daos
1^2 M ís tic a C iu d a d de D io s .

»daos de los se rv ic io s, ofrendas y sacrificios d e mis an-


« tig u o s p a d re s, ~y los favores que obró eix ellos el brazo
»poderoso de vuestra Om nipotencia, Y o , Señor , quisiera
»ofrecer á vuestros ojos oblacion. agradable y aceptable»
wpero la m ayo r y la que puedo es m í a lm a , m ísp o ten -
Mcias y sentidos que me disteis y todo e l ser que tengo*
» Y si mirándome 'desde vuestro real solio m e diereis su­
ccesio n , desde ahora la consagro y ofrezco para serviros
»en el templo. Señor Dios de Isra é l, sí fuere Voluntad y
»gu sto vuestro m irar á esta vil y pobre criatura ^ y c o n -
»solar á vuestro siervo J o a q u in , concedednos,Señor,, esta
» p e tic ió n ; y en tod o se cum pla vuestra voluntad santa y
»eterna#
17 6 Estas fuéron las peticiones que hiciérort lo s santos
Joaquin y A na ; y d e la inteligencia que h e tenido d e
ellas y de la santidad incom parable de estos dichosos pa­
dres no puedo por m i gran cortedad y insuficiencia d ecir
tod o 1o que conozco y siento; ni todo se puede referir,
fii es necesario , pues es bastante para m í intento lo di­
cho* Y para hacer altos conceptos d e estos santos , se h a a
de medir y ajustar con el altísim o fin y m inisterio , para
que fuéron escogidos de D íos., que era ser abuelos inme­
diatos de C h risto Señor nuestro y padres de su m adre san­
tísima«

CA-
P r im e r a P a r t e , L ib r o J. C a p . X I i , 16 3

C A P Í T U L O XIII.

COM O POR EL SAN TO ARCANGEL G A B R IE L


f u é evangelizada la concepción de M a ria santísima : y co­
mo previno D io s á santa A n a para esto con, un
especial favor,

7 7 I ^ l e g á r o n las peticiones de los santos Joaquín ' y Ana


á la presencia y trono de la beatísim a T rinidad, donde
siendo oídas y acep tad a s, se les manifestó á lo s santos án­
geles la volun tad divina , com o si ( á nuestro modo d e en-
t*bnder) las tres D ivinas Personas habláran con ellos y les
dixéran : Determ inado tenemos por nuestra dignación que
» la persona del V erbo tom e carne hum ana, y que en
9>ella rem edie á todo e l linage de los m o rta le s; y á nues-
>>tros siervos los Profetas lo tenemos manifestado y prom e-
í>tido , para que ellos lo profetizasen a l mundo. L o s pe­
ncados de los vivientes y su m alicia es tanta que nos obii-
»>gaba á c x e c u ta re l rigor de nuestra ju sticia ; pero nuestra
»bondad y misericordia excede á todas sus m a ld a d e s; y
»no pueden ellas extinguir nuestra caridad. M irem os á
»las obras d e nuestras manos que criam os á nuestra im á-
»gen y semejanza , para que fueran herederos y p artíci-
»pes de nuestra eterna gloria. Atendam os á los servicios
agrado que nos han dado nuestros siervos y amigos;
X2 »y
IÓ 4 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

t>y i los muchos que se levantarán y que serán grandes


wen nuestras alabanzas y beneplácito. Y singularmente poiir
»gam os delante de nuestros ojos aquella que ha de ser elec-
« ta entre millares , y sobre todas criaturas ha de ser acep-
wtable y señalada para nuestras delicias y ben ep lácito , y
??que en sus entrañas ha de recibir la persona del Verbo>
^^y vestirle de la m ortalidad de la carne humana. Y pues
^íha de tener p rk c ip io esta o b r a , en que manifestemos a i
«mundo los tesoros de nuestra D ivinidad,, ahora e se ltie m '-
í?po aceptable- y oportuno- para la execucion d e este sa-
wcramento. Joaquin y A na haUáron gracia en nuestros ojos;,
»porque piadosamente los miramos y prevenimos con la
nvirtud de nuestros- dones y gracias. Y en las pruebas d e
«su verdad han sid a fie le s; y co n sencilla candidez su?
»raimas se han. hecho aceptas y agradables en. nidestrapre-
w^sencia. V a y a G abriél nuestra enibaxador y déles nuevas
nde aleg;:ía para ellos, y para todo el linage l i u m a n o y
/ranáncieles co.no nuestra d ig iu c io a los h a m irado y es--
^^cogido.'^
173 Conociendo los espíritus celestiales- esta> vo lu n tad
y decreto del aitísiriK), el santo A rcángel G abriél ado­
rando y reverenciando á su A lteza e n la form a q.ue l(¡r
hacen aquellas purísimas y espirituales substancias hu­
m illado ante el trono- d e la beatísma T rinidad , salió de
él una v o z intelectual que íe d ixo -;,^'Gabriel, ilumina ,.ví-
»vifica y consuela á Joaquin y A n a nuestros siervos , y
»díles que sua oraciones lle¿;íron á nuestra presen cia, y
»sus
P r im e r a P a r t e , L i b . 1. C a p . XXII. 165
»sus ruegos son oidos por nuestra clem encia. Promételes q ye \
»recibirán fruto de bendición con el favor de nuestra dies-
» tra , y que A n a concebirá y parirá una h ija , á quien le
»dam os por nombre MAPvÍA.”
179 En este mandato del Altísim o le fuéron revelados
al Arcángel ’San G abriél muchos misterios y sacram entos
de los que pertenecían á esta em baxada. Y con ella des­
cendió al punto del cielo Em píreo , y se le apareció á
San Joaquin que estaba en oracion , y. le d íxo : Varón
»justo y re é lo , el Altísim o desde su real trono ha ví.-to
»tus deseos, y oido tus peticiones y g e m id o s, y te hace
«dichoso en la tierra. T u esposa A n a concebirá y parirá una
»hija que será bendita entre las m u geres, y las naciones
» la conocerán por bienaventurada. E l que es Dios eterno
» in crea d o , y Criador de t o d o , y en sus juicios reílísim o,
»poderoso y fuerte me envía á t í, porque le han sído-acep-
»tas tus obras y limosnas. Y la caridad ablanda el pecho
»del todo poderoso y apresura sus m iserico rd ia s, que l í -
»beral quiere enriquecer tu casa y fam ilia con la h ija, que
»concebirá A n a ; y el mismo Señor la pone por- nom bre
» M A R ÍA . Y desde su niñez ha de ser consagrada á su
»tem plo y en él á D io s , com o se lo habéis p ro m etid o
»Será grande , esco g id a , poderosa y llena del E spíritu san-
» t o : y por la esterilidad de A n a será m ilagrosa su cou-
»cepcion : y la hija será en vida y obras toda prodigiosa.
» A la b a , J o a q u in , al Señor por este beneficio y engrandi-
» c e le , pues con ninguna nación hizo tal obra. Subirás á
»dar
j 66 M ís t ic a C iu d a d de D io s.
»d ar gráciles al tem plo de Jerusaien ; y en testimonio de
«que te anuncio esta verdad y alegre n u e v a , en la puer-
f?ta Aurea encontrarás á tu herm ana A na , que por la
»m ism a causa irá al templo. Y te advierto que es m ara-
» villosa esta em baxada , porque la concepción de esta ni-
»«a alegrará el cielo y la tierra.
180 Todo esto le sucedió á San Joaquín en un sueño'
que se le dió en la prolija oracion que hizo ; para que en
él recibiese esta e m b a x a d a , al m odo que sucedió despues
al santo J o sef, esposo de M aría santísima , quando se le'
m anifestó ser su preñado por obra del Espíritu santo. Des­
pertó el dichosísimo San Joaquin con especial júbilo de su
a lm a ; y con prudencia candida y advertida escondió en
su corazon el sacramento del R e y ; y con viva fe y es­
peranza derramó su espíritu en la presencia del Altísimo:
y convertido en ternura y agradecim iento le dió gracias
y alabó sus inescrutables juicios ; y pa--a hacerlo mejor, se
fué al templo , com o se lo habian ordenado.
181 E n el mismo tiempo qijs sucedió esto á san Joa­
quin estaba la dichosísima santa A n a ^n altísim a oracion
y co n tem p lación , toda elevada en el Señor y en el mis­
terio de la E ncarnación , que esp era b a , del V erbo eterno,
de que el mismo Señor le habia dado altísimas inteligen­
cias y especialísima luz infusa, Y con profunda hum ildad
y v iv a fe estaba pidiendo á su Magestad acelerase la ve­
nida del Reparador d eljin age humano ; y hacia esta oracíon:
Altísim o R e y y Señor de todo Jo criado, y ó vil y des-
» pre-
P r im e r a P a r t e , L i b r o L C a p . X tl* i ^7
»preciada criatura ( pero hechura de vuestras ttianos) de-
useára con dar ia vida (q u e de V o s , Sénoí , he recibido)
» o b lig aro s, para que vuestra dignación abreviára el tiem -
>jpo de nuestra salud ¡ O si vuestra piedad infinita se ín-
wclinase á nuestra necesidad! ¡ Ó si nuestros ojos vierar ya,
» al Reparador y Redentor de los hombres I A c o rd cc s , S c-
»ñor , de las antiguas m isericord ias, que habéis hecho- c o n
»vuestro p u e b lo , prom etiéndole vuestro U n igén ito , y oblí-
«gueos esta determ inación de infinita piedad : Llegue ya»
»llegue este d ia tan deseado. ¡E s p o s ib le , que el A ltísim o
»ha de baxar de su santo c íe lo ! ¡ E s p o s ib le , que ha de
»tener madre en la tie rra ! [Q u é muge^ será tan dichosa
t

» y bienaventurada! ¡ O quién pudiera v e r la ! ; Quién fu e -


»ra digna de servir á sus sie rv a s! Bienaventuradas la s g e -
»neraciones que la v ie r e n , que podrán postrarse á s u s p íts
» y ad orarla.! ¡Q u é dulce será su vista y co n versación !D i-
Mchosos los ojos que la vieren y los oidos que la o y e re a
»sus p a la b ra s, y la fam ilia que eligiere e l A ltísim o para
«tener madre en ella. Execiítese y a , Señor, este d ecreto;
«cúm plase vuestro divino beneplácito/'
182 En esta oracion y coloquios estaba ocupada santa
A na despues de las inteligencias, que había recibido de
este inefable misterio , y confería todas las ra z o n e s, que
quedan d ic h a s , con el santo ángel de su guarda, que m u­
chas veces y en esta ocasion con mas claridad se le m a ­
nifestó. Y ordenó el Altísim o , que la em baxada de la con­
cepción de su madre santísima fuese en algo semejante á
U
i6 8 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

la que despues se había de hacer de su inefable encarna­


ción. Porque santa A n a estaba meditando con hum ilde fer­
v o r en la que habia de ser m adre de la madre d el Verbo
encarnado ; y la V irgen santísima hacia los mismos aétos
y propósitos para la que había de ser madre de D io s, c o ­
m o en su lugar diré. Y fué uno mismo el Á ngel de la j
dos em b axad as, y en forma h u m an a, aunque con mas
hermosura y misteriosa apariencia se le mostró á la V ir­
gen M aría.
183 Entró el santo A rcángel G abriél en forma huma­
na , hermoso y refulgente mas que el sol á la presencia
de santa Ana , y díxola : " A na , sierva del A itísim o, A.n-
Ȓgel del consejo de su A lteza so y , enviado de las alturas
»»por su, divina d ign ación , que mira á los humildes en la
«tierra. Busna es la oracion in cen n te y la confianza hu-
wmílde. E l Señor ha oido tus peticiones, porque está cerca
wde los que ie llaman eon viva fe y esp eran za, y aguar-
»dan con rendimiento. Y si se dilata el cum plim iento de los
wclamores , y sa detiene en conceder las peticiones de los
^»justos, es para ’mejor disponerlos,' y mas obligarse á dár­
teles mucho mas de lo que piden y desean. L a oracion y
«limosna abren los tesoros del R e y om nipotente, y le in-
»icUnan á ser rico en misericordias con los que le ruegan.
y Joaquín habéis pedido fruto 4 e bendición, y el A l-
»tísím o ha determinado dárosle admirable y sa n to ; y con
fftl enriqueceros de dones celestiales,, concediéndoos mu-
mas de lo que habéis pedido. Porque habiéndoos
P r i m e r a P a r t e , L ib r o !. C a p . XIIL 169
»humillado en pedir, se quiere el Señor engrandecer en
»concederos vuestras peticiones : que le es m uy agradable
» la cria tu ra , quando humilde y confiada le pide , no coar*
»tando su infinito poder. Persevera en la oracion y pide
»sin cesar el remedio del linage humano para obligar al
»Altísim o. M oysés coa oracion interm inada hizo que vencie-
»se el pueblo. Esther con oracion y confianza le alcan:é6
»libertad de la muerte. Judith por la misma oracion fué
»esforzada en obra tan ardua , como intentó para d efcn -
»der á Israél ; y lo consiguió , siendo m uger flaca y débil.
» D avid salió victorioso contra G oliat, porque oró invocan-
»do el nombre del Señor. E lias alcanzó fuego del cielo pa-
» ra su sa crificio , y con la oracion a b r ia , y cerraba loa
»cielos. L a hum ildad , fe y limosna de Joaquin y laa
wtuyas llegáron al trono del A ltís im o , y me envió á m i,
» A n gel suyo , para que anuncie nuevas de alegría para tu
»espíritu ; porque su A lte za quiere que seas dichosa y bien-*
»aventurada. E lígete por madre de la que ha de engendrar
» y parir al Unigénito del Padre. Parirás una h ija ,q u e por
»divina ordenación se llam ará M A R ÍA . Será bendita en-
»tre las mugeres y llena del Espíritu santo. Será la nu-
» b e , que derram ará e l rocio del cielo para refrigerio de
»los m ortales ; y en ella se cum plirán las profecías de
»vuestros antigííos padres. Será la puerta de la vid a y de
salud para los hijos de Adán. Y advierte que á Joaquin
»»le he e va n g eliza d o , que tendrá una h i ja , que será dicho-
•?sa y bendita ; pero el Señor reservó e l sacran^ento , no
y m a-
1^0 m ís t ic a C iu d a d de D io s .

»manifestándole que habia de ser m adre del Mesías, Y por


»esto debes ti'i guardar este secreto : y luego irás a l tem -
»»plo á dar gracias al A ltísim o , porque tan liberal te ha
»favorecido su poderosa diestra. Y en la puerta Aurea en -
»contrarás á Joaquin donde conferirás estas nuevas. Pero
•»íá t í , bendita del Señor , quiere su grandeza visitarte y
»jenriquecerte con sus favores mas sin gu lares; y en sole-
^ dad te hablará , al corazon y dará origen á la le y de gra-
-sícia , dando ser en tu vientre á la que ha de vestir de
carne m ortal al inm ortal S eñ o r, dándole forma humana.
en esta, humanidad unida al V erbo , se escribirá con su
sangre la verdadera le y de misericordia,
i 184 P ara que e l hum ilde corazon de santa A na con e s-
.ta em baxada no desfalleciera en adm iración y júbilo de la
,nueva , que le daba el santo A n g e l, fué co n fo rtad a*p o r
el E spíritu santo su flaqueza ; y así la o yó y recibió
'*con dilatación de su á n im o , y alegría incom parable, Y lue­
g o se le v a n tó , y fué a l templo de Jerusalén , y topó
á San Joaquin , como e l Ángel habia dicho á entrambos.
Y juntos diéron gracias al A utor de esta m aravilla , y
ofreciéron dones particulares y sacrificios. Fuéron de nue­
vo ilum inados de la gracia del divino Espíritu ; y llenos
de consolacion divina, se volviéron á su casa , confiriendo
Jos fa v o re s , que d ei A ltísim o habian re c ib id o ; y com o el
santo A rcán gel G abriél á cada uno singularmente les ha­
bia hablado y prometido de parte del Señor que Ies da
j i a una hija , que fuese m uy dichosa y bienaventurada. Y
en
P r im e r a P a r t e , L i b . L C a p , X ÍII. 17r
en esta ocasion también se manifestáron e l uno al o tro,
como el mismo santo Á n gel ántes de tom ar estado les ha­
bia mandado : que los dos le recibiesen por la voluntad
divina para servirle juntos. Este secreto habian zelado vein­
te años sin com unicarle uno á otrp hasta que el mismo
Á ngel les prometió la sucesión de tal hija. V de nuevo
hiciéron voto de ofrecerla al templo , y que todos los años
en aquel dia subirian á él con particulares o fren d a s, y le
gastarían en alabanza y hacim iento de gracias , y darían
muchas limosnas. Y así lo cumplíéron despues , y hiciéron
grandes cánticos de loores y alabanzas al Altísim o.
185 N un ca descubrió la prudente m atrona A na el se­
creto á San Joaquin ni á otra criatura a lg u n a , de que su
hija habia de ser madre del Mesías. N i el santo padre en
el discurso de la vida conoció mas de que seria grande y
misteriosa m u g e r; pero en los últimos alientos ántes de la
muerte se lo manifestó e l A ltís im o , com o diré 'en su lu­
gar. Y aunque se me ha dado grande inteligencia de las
virtudes y santidad de los dos padres de la R eyn a del cie­
lo , no me detengo mas en d e c la ra r, lo que todos los
fieles debemos suponer , y por llegar al principal in­
tento.
186 Despues de la prim era concepción d el cuerpo, que'
habia de ser para la madre de la g r a c ia , y ántes de
criar su alm a santísima , hizo Dios un singular favor á
santa Ana. T u v o una visión ó aparecim iento de su M ages­
tad inteleítualm ente , y por altísimo modo 5 y com uni-
Y2 cán-
172 m ís t ic a C iu d a d d e D io s .
cándole en él grandes inteligencias y dones de gracias, la
dispuso y previno con bendiciones de dulzura. Y purificán­
d ola t o d a , espiritualizó la parte inferior del cuerpo , y
elevó su alma y espíritu de su e rte , que desde aquel dia
jam ás atendió á cosa humana que la impidiese para no te­
ner puesto en Dios todo el afecto de su mente y voluntad,
sin perderle jam ás de vista. D íxola el Señor en este bene­
ficio : A n a , sierva mia , y o soy Dios de A b ra h a n , Isaac
w y Jacob : mi bendición y luz eterna es contigo. Y o for-
^>n\é al hombre para levantarle del polvo , y hacerle he-
j^redero de m i gloria , y participante de mi D ivinidad. Y
«aunque en él deposité muchos d o n es, y le puse en lu-
» g a r y estado m uy perfeélo ; pero o y ó á la serpiente y
»."perdiólo todo. Y o de mi b en ep lá cito , olvidando su ingra-
»?titud, quiero reparar sus daños y cum plir lo que á mis
»siervos y profetas tengo prom etido de enviarles m i U ni-
wgénito y su Redentor. L os cielos están cerrad o s, los pa-
«dres antiguos d eten id os, sin v e r mi cara y darles el pre-
«m io que tengo prom etido de m i eterna gloria ; y la in-
??cljnacion de mi bondad infinita está com o violentada no
comunicando al linage humano. Quisiera y a usar con
« é l de m i liberal m isericord ia, y darle la persona del
wVerbo e te rn o , para que se haga hombre , naciendo de
«m uger , que sea madre y virgen inm aculada, pura , ben­
sì dita y santa sobre todas las cria tu ra s; y de esta mi es-
p cogida y única te hago m adre.”
^ 18 7 L o s e fe ílo s q u e h ic ié r o n e sta s p a la b r a s d e l A itis i-
mo
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X III. 173
in o en el c a n d id o corazon d e sa n ta A n a no lo s puedo y o

fá c ilm e n te e x p li c a r , s ie n d o e lla la p r im e r a d e lo s n a c id o s
á q u ie n se le r e v e ló e l m is te r io de su h ija s a n tís im a , q u e
s e r ia m ad re de D io s , y n a c e r ia d e su s e n tra ñ a s la e le g i­

d a p a ra el m ayo r sa c ra m e n to d el p od er d iv in o . Y co n ve­
n ia así qu e e lla lo c o n o c ie s e , p o rq u e la h a b ia d e p a r ir y

c r ia r com o p e d ia e ste m is te r io , y sab er e s tim a r e l te s o r o


qu e p o s c ia . O y ó con h u m ild a d p ro fu n d a la v o z d el m u y

A lto , y co n r e n d id o c o r a z o n r e s p o n d ió : " S e ñ o r D io s e t e r -
9 > n o , c o n d ic io n es d e v u e stra bondad in m e n s a y ob ra d e
» v u e stro b razo p o d e ro s o le v a n ta r d el p o lv o al qu e es p o -

w b re y d e s p r e c ia d o . Y o , Señor A ltís im o , m e reco n o zco

» in d ig n a c r ia tu r a d e ta le s m is e r ic o r d ia s y b e n e fic io s . ¿ Q u é

» h ará e ste v il g u s a n illo en v u e stra p r e s e n c ia ? S o lo pu ed o


» o fre c e ro s en a g r a d e c im ie n to v u e stro m is m o ser y gran d e­
zz a , y en s a c r ific io m i a lm a y p o te n c ia s . H a c e d d e m í, S e -
« ñ or m io , á v u e stra v o lu n ta d ^ p u es to d a m e d e x o e n e lla .

í)Y o q u is ie r a ser ta n d ig n a m e n te v u e stra , co m o p id e e ste

» fa v o r ; ¿ p ero qué h a ré , qu e n o m erezco ser e s c la v a de

» la que h a de ser m ad re d e v u e stro U n ig é n it o y h ija m ia ?

» A sí lo con ozco , y lo c o n fe s a ré s ie m p r e y de m í qu e so y

» p o b re ; p ero á lo s p ie s d e v u e stra g ra n d eza e sto y agu ar-

» d an do q u e . u s é is c o n m ig o d e v u e stra m is e r ic o r d ia , p u e s

« s o is p ad re p ia d o s o y D io s o m n ip o te a te . H a ced m e, S eñ o r,

« q u al m e q u e r e is , segu n la d ig n id a d qu e m e d a is .* '

18 8 T u v o en e sta v is ió n sa n ta A n a un é x ta s is m a r a v i­
llo s o , e n qu e le fu é ro n c o n c e d id a s a ltís im a s in te lig e n c ia s

de
1^ 4 M ís t ic a C iu d a d d e D ios .
de las leyes de n atu raleza, escrita y evangélica. Y cono­
ció com o la divina naturaleza en el Verbo eterno se habia
de unir á la n u estra ; y como la humanidad santísima se­
ria levantada al ser de D ios., y otros muchos misterios de
los que se habian de obrar en la encarnación d el V erbo
divino. Y con estas ilustraciones y otros divinos dones de
gracia la dispuso el A ltísim o para la concepción , y crea­
ción del alma de su hija santísima y madre de Dios.

C A P Í T U L O X IV ,

COM O E L A L T ÍS IM O M A N IF E S T Ó A LOS
Santos Angeles el tiempo determinado, y oportuno de
la Concepdon de M a ría santísima ; y los que le se­
ñalo' para su guarda.

189 l ^ n el tribunal de la voluntad d iv in a , com o en


principio inevitable y causa universal de todo lo criado, se
decretan y determinan todas las cosas que han de ser con
sus condiciones y circunstancias, sin haber alguna que se
o lv id e , ni tampoco que despues de d eterm in ad a, la pue­
da im pedir otra potencia criada. Todos los orbes y los m o­
radores que en ellos se contienen dependen de este inefa­
ble g o v ie rn o , que á todos a cu d e ; y concurre con las cau­
sas naturales 'sin haber faltado ni poder faltar un punto 4
lo necesario. Todo lo h izo D io s , y lo sustenta con solo
su
P r im e r a P a r t e , L i b . I. C a p . X IV , 175
su querer ; y en él está el conservar e l ser que dió á to­
das las cosas ó an iqu ilarlas, volviéndolas al no ser de don­
de las crió. Pero com o las crió todas .para su glo ria , y
del Verbo humanado , así desde el principio de la creación
fué abriendo las sendas y disponiendo los caminos por don­
de el mismo Verbo baxase á tomar carne h u m an a, y v i­
v ir con los hombres ; y ellos subiesen á D ios, le conozcan,
le teman , le busquen , le sirvan y amen para alabarle eter­
nam ente y gozarle.
190 Adm irable ha sido su nombre en la universidad de
las tierras , y engrandecido en la plenitud, y congregación
de los S an tos, con que ordenó y com puso pueblo acepta­
ble , de quien el V erbo humanado fuese cabeza. Y quan­
do estaba todo en la últim a y conveniente disposición , en
que su providencia lo habia querido poner ; y llegando el
tiempo por ella determ inado para cria r la muger m ara­
villosa vestida del s o l, que apareció en el c ie lo , la que
habia de alegrar y enriquecer la tierra ; para form arla en
e lla , decretó la santísima Trinidad, lo que en mis cortas r a ­
zones y concepto de lo que he entendido m anifestaré,
191 Y a queda dicho a rrib a , com o para D ios no h ay
pretérito ni futuro , porque todo lo tiene presente en
su mente divina in fin ita , y lo conoce con un a ílo simpU-
císimo. Pero re d a c ié a io lo á nuestros términos y lim itado
modo de é n te n ie r , consideramos que . su M agestad miró á
los d e c re to s, que te n li hcchbs de criar madre • convenien­
te y d igna', para- que e l V erba -se hum anase; porque el
cum-
1^6 M ís t i c a C iu d a d de D ios .
cum plim iento de sus decretos es inevitable. Y llegando y a
el tiem po oportuno y determ inado, las tres D ivinas Per­
sonas en sí mismas dixéron : ” Tiem po es y a que demos
»principio á la obra de nuestro beneplácito , y criem os
»aquella pura criatura y a lm a , que ha de hallar g ra -
» cia en nuestros ojos sobre todas las demas. Dotém osla
wde ricos d ones, y depositemos en ella sola los m ayo-
»res tesoros de nuestra gracia. Y pues todo el resto
»de las demas que dimos ser nos han salido ingratas y re -
»beldes á nuestra v o lu n ta d , oponiéndose á nuestro intento
»de que se conservasen en el prim ero y feliz estado , en
«que criam os á los primeros hombres , y ellos le impidieron
«por su culpa ; y no es conveniente que en todo nuestra
«voluntad quede frustrada , criemos en toda santidad y per-
«feccion á esta cria tu ra , en quien no tenga parte el d e-
«sórden del primer pecado. Criem os una alm a de nuestros
« d eseo s, un fruto de nuestros atributos , un prodigio de
«nuestro infinito p o d e r , sin que la ofenda ni la toque la
9Jmácula d el pecado de A d án. H agam os una obra que sea
«objeto de nuestra Om nipotencia y muestra de la perfec-
«cion que disponíamos para nuestros h ijo s,, y e l fin del
«diélámen que tuvim os en la creación. Y pues han p reva-
«ricado todos en la voluntad Ubre y determ inación del prí-
«m er h o m b re , sea esta sola criatura en quien restauremos
« y executem os lo q u e , desviándose de nuestro querer, ellos
«perdiéron. Sea única im á g e n , y similitud de nuestra D i-
«vinidad , y sea en nuestra presencia por todas las eterni*
da-
P rimera P a r t e , LmRO í. C a p . X IV. 177
»dades complemento de nuestro beneplácito y agrado. E n
wella depositarémos todas las prerrogativas y g ra cia s, que
»en nuestra primera y condicionada voluntad destinámos
«para los ángeles y h o m b res, si en el prim er estado se
»conserváran, V si ellos ias perdiéron, renovémoslas en es-
« ta c ria tu ra , y añadiremos á estos dones otros m uchos; y
wno quedará en todo frustrado e l decreto que tuvim os, án-
í^te* mejorado en esta^ nuestra eleiíla y única. Y pues de-»
»terminamos lo mas santo , y prevenimos lo mejor para
wlas criaturas y lo mas petfe¿to y lo a b le , y ellas lo per^
» d ié ro n ; encaminemos el corriente de nuestra bondad p a -
« ra nuestra a m a d a , y saquémosla de la le y ordinaria d e
» la formacion de todos los m ortales, para que en e lla no
«tenga parte la semilla de la serpiente. V o quiero deseen-
»der del cielo á sus en trañ as, y en ellas vestirm e con su
»m ism a substancia de la naturaleza hum ana.
193 »>Justo es y d e b id o , que la D ivinidad de bondad
«infinita se deposite y encubra en m ateria pu rísim a, lim -
» p i a , y nunca m anchada con la culpa. N i á nuestra eq u i-
»dad y providencia conviene om itir lo mas decente, p er-
»feélo y s a n to , por lo que es m é n o s, pues á nuestra v o -
»luntad no h a y resistencia. E l V erbo , que se ha de h u -
Ȓm anar, siendo Redentor y M aestro de los h o m b res, ha
»»de fundar la le y pcrfeftísim a de la g ra c ia , y enseñar en
»»ella á o b e d e c e r, y honrar a l padre y á la madre com o
*>Á causas segundas de su ser natural. E sta ley sé ha de
«executar p rim e ro , honrando el V erbo D ivin o á la que‘ ba
Z »ele-
1^ 8 M ís t ic a C iu d a d d e D io s ,
» e le g id o p or m ad re su y a , h o n r á n d o la y d ig n ific á n d o la c o n
» b ra zo p o d ero so , y p r e v in ié n d o la co n lo m as a d m ir a b le ,
» m as sa n to , m as e x c e le n te de to d a s la s g r a c ia s y d on es.

n Y e n tre e llo s será la h o n ra y b e n e fic io m as s in g u la r n o

í^ s u g e ta r l3 á n u e s tr o s e n e m ig o s ni á su m a lic ia ;, y asi h a

í? d e ser lib r e de la m u e rte de la c u lp a ,


< 19 3 « E n la tie r r a h a de te n e r el V erb o m ad re s in
» p a d re , co m o en el c ie lo p ad re s in m ad re, Y p a ra que
» h aya d e b id a c o r r e s p o n d e n c ia , p r o p o r c io n y c o n s o n a n c ia

» lla m a n d o á D io s p a d re , y á e sta m u g e r m a d re , q u ere-

» m os. que sea ta l , qu e se gu ard e la c o r r e s p o n d -e n c ia y

^ ig u a ld a d p o s ib le e n tr e D io s y la c r ia t u r a , p a r a q u e e n n in -
» gu n tie m p o el d ragó n pu ed a g lo r ia r s e fu é s u p e r io r á la

» m u ger á q u ie n o b e d e c ió D io s com o v erd a d e ra m ad re- E s-

j? ta d ig tiid a d de ser lib r e de c u l p a , e s d e b id a y co rrea-

» p e n d ie n te á }a que h a d e ser m ad re d el V erb o ^ y P ^ ra

)? e lla p o r s í 'm i s m a m a s e s t im a b le y p ro v ech o sa , pu es m a-

w yor b ie n es ser sa n ta , q u e ser m ad re s o la ; p e r a al ser


» m ad re d e D io s le c o n v ie n e to d a la s a n tid a d y p e r fe c c ió n .

íjY la carn e hum ana d e q u ie n h a d e to m a r fo r m a ha de

« e sta r segregad a d el p e c a d a ; y h a b ie n d o de r e d im ir en

« e lla á lo s p ecad o res, n o h a de r e d im ir á s u m is m a car-

« n e co m o á lo s d em ás , pues u n id a e lla con la p iv iiu -


> íd a d h a d e s e r r e d e n t o r a : y por e sto d e a n te m a n o h a de
« ser p reservad a pu es y a te n e n io s p r e v is to s y a c e p ta d o s

« lo s in fin ito s m e r e c h n ie n to s d el V erb o en esa m is m a c a r -

w ne y n a tu r a le z a . Y ^ q u crem o s qu£ por to d a s la s e te r n id a d


ȇQS
pRiMBRA P a r t e , L ib .T. C ap . XIV. 179
«des sea glorificado el Verbo encarnado por su tabernácu-
»lo y gloriosa habitación de la hum anidad que recibió.
' 194 »Hija ha der ser del primer hom bre; pero en quanto
h-á la gracia singular, libre y esenta de su culpa. Y en quanto
í?á lo natural ha de ser perfeélísima y formada con es-
wpecial providencia. V porque el V erbo humanado h a de
■fí^er maestro de la hum ildad y santidad ; y para este
wfìn son medio conveniente los trabajos que ha de padecer
«confundiendo la vanidad y falacia engañosa de los m or­
erales ; y para sí ha elegido esta herencia por el tesoro
»m as estimable á nuestros ojos ; queremos que tam bién
» le toque esta parte á la que ha de ser madre suya , y
«que sea única y singular en la paciencia , adm irable en
»el sufrir, y que con su Unigénito o frezca sacrificio de
»dolor aceptable á nuestra voluntad y de m ayor gloria pa­
tera ella.’*
195 Este fué el d e cre to , que las tres Divinas Personas
manifestáron á los ángeles santos, exaltando la gloria y
veneración de sus altísimos , é investigables juicios. Y co ­
mo su D ivin id ad es espejo voluntario , que en la misma
visión beatífica manifiesta ( quando es servid o ) nuevos m is­
terios á los Bienaventurados , hizo esta demonstracion nue­
va de su grandeza , en que viesen el órden admirable y h ar­
monía tan consonante de sus obras. Y todo fué consiguien­
te á lo que diximos en los capítulos antecedentes, que hi«
zo el Altísim o en la creación de los á n g eles, quando les
propuso habian de reverenciar y conocer por superior al
%3 V er-
i8 o M ís t ic a C iu d a d d e D io s .
V erbo h um an ad o, y á su madre santísima. Porque llegado
y a el tiem po- 4 estinado para la form acion de esta gran R e y ­
na , convenia no lo ocultase el S e ñ o r, que todo lo dispo­
ne en peso y m edida. Fuerza e s , que con términos huma­
nos y tan lim itados com o los que y o alcanzo se escurez-
ca la in telig en cia , que me ha dado el A ltísim o de tan
ocultos m isterios; pero con m i lim itación diré lo que pu­
diere , d e lo que m anifestó e l Señor á los ángeles en esta
ocasion.
196 ''Y a es llegado el tiem po (añadió su M agestad) d e -
» term inado por nuestra p ro vid en cia , para sacar á lu z ia
criatura mas grata y acepta á nuestros o jo s , la restau-
«radora de la prim era culpa del linage h u m a n o , la que
tfái dragón ha de quebrantar la c a b e z a ,la que señalóaque-
»lla singular muger , que por señal grande a p areció en nues-
tra presencia y la que v ^ tirá de carne hum ana a l V erbo
íjeterno. Y a se acercó la hora tan dichosa para los morta-
Ȓles, para franquearles los tesoros de nuestra d ivin idad, y
»»hacerles con esto patentes las puertas del cielo. D eténga­
nse y a e l rigor de nuestra justicia en los c a s tig o s , que
»hasta ahora ha executado con los ho m b res; y conózcase
»el atribulo d e nuestra m iserico rd ia, enriqueciendo á las
»^criaturas, mereciéndoles e l V erbo humanado las riquezas
»de la gracia y gloria eterna.
197 «T enga y a el linage humano reparador , m aestro,
«m edianero , hermano y a m ig o , que sea vida p a ra los m uer-
w tos, salud p ara los enferm Ds, consuelo para los tristes,
P r im e r a P a r t e , L ib * L C a p * X IV . i8 í
«refrigerio para los a fligid o s, descanso y coitlpañero para
i>lo? atribulados. Cúm planse y a las profecías dé ftUestros
»»siervos, y las promesas que les hicim os dé [etiviarles Sal­
iv a d o r que los redimiese. Y para qué todo se execute á
»»nuestro beneplácito y dèm os principio al sacramento e s-
Mcondido desde la constitución del mundo , elegimos para
« la formacion de nuestrá querida M aría el vientre de nues-
wtra sierva A na , para que en él sea concebida y ' criada
«su alma dichosísima. Y aunque su generación y form acioa
«ha de ser por e l común orden de la natural propagación ; p e -
u ro con diferente órden de gracia segun la disposición
»de nuestro inmenso poder/'
198 »Y a sabéis com o la antigua serpiente despues d e
» la señal que vió de estar m aravillosa m uger las anda ro -
«deando á todas ; y desde la prim era que cria m o s, p e r-
«sigue con astucia y asechanzas á las que conoce mas p e r-
«feétas en su vida y obras ; pretendiendo topar entre to ­
adas á la que ha de bollar y quebrantar su cabeza* ^,Y
«quando atento á esta purísim a y inculpable criatura la
«reconociere tan s a n ta , pondrá todo su esfuerzo en p e r ­
ii segu irla, segun el concepto que de e lla hiciere. L a so-
«berbia de este dragón será m ayor que su fortaleza ; pero
«nuestra voluntad es , que de esta nuestra ciudad santa,
« y tabernáculo del V erbo humanado tengáis especial c u i-
«dado y p ro te c ció n , para g u a rd a rla , asistirla y defender-
»4 a de nuestros enemigos ; y para ilum inarla , confortarla
» y consolarla con diguo cuidado y reverencia mientras fue-
wre
i 82 m ís t ic a C iu d a d de D ios .
« re viad o ra entre ios mortales.
199 A esta proposicion que hizo el Altísim o á ios san­
tos ángeles todos con humildad profunda como postrado;»
ante el real trono de la santísima Trinidad se mostráron
rendidos y prontos á su divino mandato. Y cada qual con
santa emulación deseaba ser e n v ia d o , y se ofrecía á tan
feliz ministerio : y todos hiciéron al Altísim o hym nos de
alabanza y cantar nuevo , porque llegaba y a la hora, en que
veían el cum plim iento de lo que con ardentísimos deseos
habian por muchos siglos suplicado. Conocí en esta ocasion
que desde aquella batalla grande que San M iguél tuvo en
el cielo con el dragón y sus a lia d o s, y fuéron arrojados
á las tinieblas sem piterm s , quedando los exércitos de San
M iguél victoriosos y confirmados en gracia y g lo r ia ; co -
inenzáron luego estos santos espíritus á pedir la execucion
de los misterios de la encarnación del V e r b o , que allí co­
nocieron. Y en estas peticiones repetidas perseveráron hasta
la hora que les manifestó Dios el cumplimiento de sus de-
5J0S y peticiones,
200 Por esta razon los espíritus celestiales con esta nue­
v a revelación recibiéron nuevo júbilo y gloria accid ental, y
dixéron al Serior: “ Altísim o y incomprehensible Dios y
«Señor nuestro , digno eres de toda reverencia , alabanza y
»^gloria eterna ; y nosotros somos tus criaturas criadas por
divina voluntad. E n v ía n o s, Señor poderosísimo , á la
>>execucion de tus m aravillosas obras y m isterio s, para que
pen todos y en todo se cum pla tu justísimo beneplácito/^
C ou
p R ’M ERA P a r t e , L ib r o L C a p . X lV . 18 3
C o n e sto s a fe c to s se r e c o n o c ía n lo s c e le s tia le s p r ín c ip e s p o r

in fe r io r e s ; y si p o s ib le fu e ra , d eseab an ser m as p u ro s y
p e rfe d o s, p ara ser m as d ig n o s de g u a rd a rh y s e r v ir la .
201 Determ inó luego el A ltísim o , y señaló quienes ha­
bían de ocuparse en tan alto m inisterio; y de los nueve
coros eligió de cada uno c ie n to , que son novecientos. Y
luego señaló otros doce , para que mas de ordinario la
asistiesen, en forma corporal y visible ; y tenían señales q

divisas de la redención: y estos son los doce que refiere


e l capítulo veinte y uno del Apocalipsis , que guardaban
ias puertas de la c iu d a d ; y de ellos hablaré en la d ecla­
ración de aquel capítulo que pondré adelante. Fuera de
e sto s, señaló el Señor otros diez y ocho ángeles de lós mas
superiores , para que subiesen y descendiesen por esta esca­
la mística de Jacob con embaxadas de la R eyn a á su A l­
teza y del mismo Señor á e l l a ; porque muchas veces lo3
enviaba al eterno Padre para ser governada en todas su3
acciones por el Espíritu s a n to ; pues ninguna hizo sin su
divino ben ep lácito , y aun en las cosas pequeñas le procu­
raba saber. Y quando con especial ilustración no era en­
señada , enviaba con estos santos ángeles á representar al
Señor su d u d a , y deseo de hacer lo mas agradable á su
voluntad santísim a, y saber que la m an d aba, com o en e l
discurso de esta historia diremos.
202 Sobre todos estos santos ángeles señaló y nombró
el Altísim o otros setenta serafines de los mas suprem os, y
l e g a d o s a l tio a o de la D iv in id a d , para que confirk^seu
*
con

up¡
m ís tic a C iu d a d d e D io s ,

co n la P r in c e s a d e l c ie lo , y la c o m u n ic a s e n p o r e l m is m o

m od o qu e e llo s m is m o s e n tr e sí c o m u n ic a n y h a b la n , y
lo s s u p e r io r e s I lu m in a n i lo s i{ if§ n o r e s . E s t e b e n e fic io le fu é

C Q O c e d id o á la m ad re de D io s ( aunque era s u p e r io r e n la

d ig r tid a d y g r a c ia i to d o s lo s s e r a fía e s ) p o rq u e era v ia n ­

d era y en n a tu r a le z a e r a in fe r io r . Y quando a l^ n ^ v e z se

le a u se n ta b a ó e s c o n d ia el Señor ( com o a d e la n te v e r e m o s )

estQ S S Q te a ta s e r a fin e s la ilu s tr a b a n y c o n s o la b a n \y co n


e llo s c o n fe r ia lo s a fe é to s d e au a r d e n tís im o am or y s u s g n -í'

s ia s p or e l te so ro e s c o n d id o . E l n ú m ero de se te n ta e n es-«

te b e n e fic io tu v o c o r r e s p o n d e n c ia 4 Iq s a fio s d e su v id ^
s a ^ tííin ^ a , q u e fu é r o u 1 n o s e s e n t a , s in o s e te n ta , c o m o d ir ^
en su lu g a r . Y e n e s te q á m e r o s e e n c ie r r a n a q u e llo s se te n -i
ta fu e rte s , q u e en e l c a p ítu lo t^ rc e rq 4^ C a n tá rc s sq

íjic e gyar4 4 b an e l tá la m o ó le c h o d e S a lo m q n , e s c o g id a a
d e Iq s n ía s v a lie n te s d e I s r a e l , e x e r c i t a d o s e .n l a g u e r r a c o n

e^ p^ das c e ñ id a s por lo s te m o re s d e la n oche,


903 E sto s p r ín c ip e s y c a p ita n e s q ^ fo rz a d o s fu é ro n se­

ñ a la d o s p ara gu ard ^ d e la R eyu a d el c ie lo , e n tre Iq s n^ aa


s u p r e n iQ S 4e !p s órd en es g e r á r c ju ic o s ; p o r q u e e n a q u e lla a n ^

tig u a b a ta lla , qu^ h^ bq en e j c íe la e n tr ^ lo s e s p ír itu s h u --


p iild e s c p n tra el s o b e r b io d ra ^ ?o n , flié r o n c o m o s e ñ a la d o s y
arm ad os c a v a lle r o s p or el su p rem o R e y dq to d o lo c r ia - »

d p , p a ra que con la esp ad a d e su v ir tu d y p a la b r a d i* *


v in a p e le a s e n y v e n c ie s e n á I^ u c lfe r c o n to d o s \q^ a p o stá -*

ta s qu e l,e s i g u i é r o n . Y p o rq u e en e stn gran p e le a y v ic -

tp r i^ se ¿ v ^ n ta jír p p ^ § í;p s s u p r e n i p s s e r u n ;tq s én el uq


\9,
T r ím e r a P a r t f . , L i e . 1. C a p . X IV . 18 5
la honra del A ltísim o , com o capitanes esforzados y dies­
tros en el amor d iv in o ; y estas armas de la gracia les fué­
ron dadas por virtud del V erbo hum an ado, cu ya honra
com o de su cabeza y Señor defendléron , y con ella jun­
tamente la de su madre santísim a; por esto d ic e , que guar­
daban el tálam o de Salo m o n .y le hacian esco lta , y que te­
nian ceñidas sus espadas en aquella parte , que significa la
humana gen eración , y en ella ía humanidad de Christo
Señor n u estro , concebida en el tálam o virginal de M aría
de su purísima sangre y substancia.
204 Los otros diez serafines que restan para cum plir el
número de setenta fuéron también de los superiores de aquel
prim er órden , que contra la antigua serpiente manifestáron
mas reverencia de la divinidad y hum anidad del V erbo, y
d e su madre santísima : que para todo esto hubo lu gar en
aquel breve confiidlo de los santos ángeles. Y á los prin­
cipales c a u d illo s, que allí h u b o , se les dió com o por es­
pecial honra , que lo fuesen tam bién de los que guardaban
á su R eyn a y Señora. Y todos ellos juntos hacen número
de m il án geles, entre sera fin es, y los demas de los órde­
nes in ferio res: con que esta ciudad ’de D ios quedaba supe *
rabundantemeAte guarnecida contra los exércitos infernales,
205 Y para disponer mejor este invencible esquadron, fué
señalado por su cabeza e l Príncipe de la m ilicia celestial
San M ig u é l; que si bien no asistía siem pre con la R eyna,
pero muchas veces la acom pañaba , y se le manifestaba. Y
t i Altísim o le destinó para que en algunos m isterios, cc^
Aa mo
iB 6 M is t ic a C iu d a d de D ios :
mo especial em baxador de Christo Señor nuestro, atendiese
á la guarda de su madre santísima. Fué asimismo señala­
do el santo Príncipe G a b r ié l, para que de el eterno Padre
descendiese á las legacías y m inisterios, que tocasen á la
Pr'-íicesa del cielo. Y esto fué lo que ordenó la santísima
T rinidad para su ordinaria defensa y custodia.
üo6 Todo este nombramiento fué gracia del Altísim o;
pero tu ve inteligencia , que guardó en él algún orden de
justicia d istrib u tiva; porque su equidad y providencia tu­
v o atención á las obras y v o lu n ta d , con que los santos án­
geles adm itiéron los m isterios, que en el prm cipio les fué­
ron re ve la d o s; de la encarnación del V e rb o , y de su ma­
dre san tísim a: porque en obsequio de la divina voluntad,
ULOS se movieron con diferentes afeélos y inclinaciones, que
o tr o s , á los sacram entos, que se les propusiéron. Y no en
todos fué una misma la gracia ni la voluntad y sus a fe c ­
to s ; ántes unos se inclináron con especial devocion , co­
nociendo la unión de las dos naturalezas divina y hum a­
na en la persona del V erb o encubierta en los térm inos de
nn cuerpo hum an o, y levantada á ser cabeza de todo lo
criado. O tros con este afedlo se m ovian de adm iración, de
.que el- Unigénito del Padre se hiciese pasible y tuviese ta n ­
to amor á los hombres que se ofreciese á m orir por ellos *
O tro s se señaláron en alabanza de que hubies« de cria r
una alm a y cuerpo de tan suprema excelencia , que fuese
sobre todos los espíritus celestia le s, y de ella tomase car­
n e hum aua e l Criador de todos. Según estos m ovim ientos
y
P r im e r a P a r t e , L is . C a p .. X IV. 187
y en su correspondencia y com o en prem io accidental fué­
ron señalados los santos ángeles para los ministerios de C hris­
to y de su madre purísima , com o serán premiados los
que en esta vida se señalan en alguna v ir tu d , com o, los
d o lo re s y virglnes & c , con sus lauréolas.
207 Por esta correspondencia , quando á la m adre de
Dios se le manifestaban corporalm ente estos Santos Prínci­
pes ( com o diré adelante ) descubrían unas divisas y ve­
neras que representaban los misterios ; unos de la encarna­
ción , otros de la pasión de Christo Señor nuestro, otros
de la m ism a R eyn a y de su grandeza y dignidad. Aun­
que no luego la co n o ció , quando com enzáron á mani­
festársele ; porque el Altísim o mandó á todos estos santos
ángeles qne no la d eclarasen , habia de ser m adre de su
Unigénito , hasta el tiem po destinado por su d ivina sa­
biduría ; pero que siempre tratasen con ella de estos sa­
cram entos y misterios de la encarnación y redención hu­
mana , para fervorizarla y m overla á sus peticiones. T a r­
das son las lenguas humanas y mis cortos términos y pa­
labras para manifestar tan alta luz y inteligencia.

Aa CA-
.t 88 M ì s t ic a C iu d a d de D ios.

C A P Í T U L O XV.

DE LA C O N C E P C IO N I N M A C U L A D A DE M A-
ria M adre de D ios por la virtud del poder
Divino.

208 _ P revenidas tenia la divina sabiduría todas las cosas


para sacar en lim pio del borron de toda la naturaleza á la
m adre de la gracia. E staba y a ju n ta y cum plida la con­
gregación , y número de los Patriarcas antigües y Profe­
tas ; y levantados los altos montes sobre quien se debia-
edificar esta ciudad mística de Dios. H abíale señalado con
e l poder de su diestra incom parables tesoros de su D iv i­
nidad para dotarla y enriquecerla. Teníale m il ángeles apres­
tados para su guarnición y custodia , y que la sirviesen
com o vasallos fidelísimos á su R eyn a y Señora. Preparó­
la un linage real y nobilísimo , de quien descendiese ; y es­
cogióla padres santísimos y perfectísimos , de quien in­
m ediatam ente naciese ; sin haber otros mas santos en aquel
siglo ; que si los hubiera y fueran mejores y mas idoneos
para padres de la que el mismo D ios elegia por m adre, los
escogiera el todo l^oderoso.
209 Dispúsolos con abundante gracia y bendiciones de
su d ie s tra , y los enriqueció con todo genero de virtudes,
y con iluminación d e * la divina ciencia y dones del E s p í­
ritu santo. Y despues de_ haberles evangelizado á los dos
san-
P r im e r a P a r t e , L ib . I. C a p . X V . 18 9
santos Joaquín y A n a , que se les daria una hija adm ira­
ble y bendita entre las mugeres , se executó la obra d.e la
primera concepción , que era del cuerpo' purísimo de M a­
ría. Tenian los padres de e d a d , quando se ca sa ro n , santa
Ana veinte y quatro añ o s, y Joaquin quarenta y seis. Pa­
sáronse veinte años despues del matrimonio sin tener hi^
j o s , y así tenia la madre al tiem po de la concepción d e
la hija quarenta y quatro añ o s, y el padre sesenta y seis.
Y aunque fué por el órden común de las demas concepcio­
nes ; pero la virtud del Altísim o le quitó lo im perfecto y
d esordenado, y le dexó lo necesario y preciso de. la na­
turaleza ; para que se administrase la materia debida , de
que se habia de form ar el cuerpo mas excelente que hubo
ni ha de haber en pura criatura.
210 Puso Dios térm ino á la naturaleza en los padres,
' y la gracia p revin o , que no hubiese culpa ni im perfec­
ción , pero virtud y m erecim iento y toda medida en el
m odo, que siendo natural y común fué governado, co r­
regido y perficionado con la fuerza de la divina gracia,
para que ella hiciese su efecto sin estorvo de la naturale­
za. Y en la santa matrona A na resplandeció mas la vir­
tud de lo alto por la esterilidad natural que tenia; con lo
qual de su parte el concurso fué m ilagroso en e l modo y
en la substancia mas p u r o : Y sin m ilagro no podia conce­
bir , porque la concepción que se hace sin él y por sola
natural virtud y órden no ha de tener recurso ni depen­
dencia inmediata de otra causa sobrenatural m as que de
so-
19 0 M í s t ic a C iu d a d de. D íos ,
sola la de ios padres , que así com o concurrea naturalmente
a l efciíto de la propagación , así también administran la
m ateria y concurso con imperfección y sin m edida.
2 11 Pero en esta concepción aunque e l'p a d re no era
naturalmente infecundo , por la edad y tem planza esta­
ba y a la naturaleza corregida y casi atenuada : y así fué
por ía divina virtud animada , reparada y prevenida de
suerte , que pudo obrar , y obró de su parte con toda per­
fección , y tasa -de las potencias y proporcionadamente á
la esterilidad de la madre, Y en entrambos concurrieron la
naturaleza y la g r a c ia ; aquella c o r t é s , medida y solo en
lo preciso é inexcusable ; y esta superabundante , poderosa
y excesiva para absorver á la m ism a n atu raleza, no con­
fundiéndola , pero realzándola y mejorándola con modo mi­
lagroso ; de suerte que se conociese , como la gracia ha­
bia tom ado por su cuenta esta co n cep ció n , sirviéndose de
la naturaleza lo que b a sta b a , para que esta inefable hi­
ja tuviese padres naturales.
212 Y el m odo de reparar la esterilidad d é la santísi­
m a m adre Ana no fué restituyéndole el natural tem pera­
mento , que le faltaba á la potencia natural para conce­
bir ; para que así restituido , concibiese como las demas mu­
geres sin diferencia ; pero e l Señor concurrió con la po­
tencia estéril con otro modo mas milagroso , para que ad­
m inistrase materia natural , de que se formase el cuerpo.
Y así la potencia y la materia fuéron naturales ; pero el
modo de moverse fué por m ilagroso concurso de la virtud
di-
P r im e r a P a r t e , L tb . I. C a ,p . XV. 19 1

d iv in a . Y cesan d o el m ila g r o d e e s ta a d m ir a b le c o n c e p c ió n ,

se quedó la m ad re en su a n tig u a e s te r ilid a d , p a ra n o c o n ­


c e b ir m a s, por no h a b é r s e le q u ita d o n i a ñ a d id o n u eva ca­
lid a d a l t e m p e r a m e n t o ^ n a tu r a l. E ste m ila g r o m e p a re c e se
e n te n d e rá con e l q u e h iz o C h r is to S e ñ o r n u e stro » q u a n d o S a n
P ed ro an d u vo s o b r e la s agu as , que p a r a s u s te n ta r lo n o fu é

n e c e s a r io e n d u r e c e r la s n i c o n v e r t ir la s en c r is ta l ó y e lo , so ­
b re que a n d u v ie s e n a tu r a lm e n te y p u d ie r a n a n d a r o t r o s s in
m ila g r o m a s d e l q u e s e h ic ie r a e n e n d u r e c e ila s ; p e r o s in c o n ­
v e r tir la s en d u ro y e lo pu d o el Señor h acer que su ste n ta se n

a l cu erp o d el A p o sto l c o n c u r r ie n d o con e lla s m ila g r o s a ­


m e n te ; d e su e rte q u e p a sa d o e l m ila g r o s e h a llá r o n la s a g u a s
líq u id a s , y au n lo e sta b a n ta m b ié n , m ie n tr a s San P ed ro

c o r r ía p or e lla s , p u es com en zó á zo zo b ra r y á an egarse;


y s in a lte r a r la s con n u eva q u a lid a d se h iz o el m ij.a -
gro .

213 M u y semejante á este ( aunque m ucho mas adm i­


rable ) fué el m ilagro de concebir A n a m adre de M aría san­
tísima ; y así estuviéron en esto sus padres governados coa
la gracia , tan abstraídos de la concupiscencia y delectación,
que le faltó aquí á la culpa original el accidente im ­
perfecto , que de ordinario acom paña á la m ateria ó ins­
trum ento , con que se com unica. Q uedó sola la m ateria des­
nuda de im perfección , siendo la acción m eritoria : Y así
por esta parte pudo m uy bien no resultar el pecado en
esta concepción , teniéndolo por otra la divina providen­
cia así determinado. Y este m ilagro reservó el A ltísim o pa­
ra
19 2 m ís t ic a C iu d a d de D io s .
ra sola a q u e lla , que habia de ser su madre dignamente;
porque siendo conveniente que en lo substancial de su con­
cepción fuese engendrada por el orden, que los demas h i­
jos de A d a n , fué también convenientísimo y d e b id o , que
salvando la naturaleza , concurriese con ella la gracia en
toda su virtud y poder; señalándose y obrando en ella sobre
todos los hijos de Adan y sobre el mismo Adan y Eva,-
que diéron principio á la corrupción de la naturaleza y i
su desordenada concupiscencia.
2 14 E n esta form acion del purísimo cuerpo de M aría
anduvo tan vigilante ( á nuestro en ten d er) la sabiduría y
poder d el A ltís im o , que le compuso con gran peso y m e­
dida en la quantidad y qualidades de los quatro humores
naturales sanguíneo, m elancólico , flemático y colérico; pa­
ra que con la proporción perfeclísima de esta m ezcla y
com postura ayudase sin impedimento á las operaciones de
alm a tan santa , com o le habia de animar y dar vida. Y
este m ilagroso tempesramento fué despues com o principio y
causa en su género para la serenidad y p a z , que conser-
várón las potencias de la R eyn a del cielo toda su vid ai
sin que alguno de estos humores le hiciese guerra ni con­
tradicción ni predominase á los o tr o s ; ántes bien se a y u ­
daban y servian reciprocam ente, para conservarse en aque-*
lia bien ordenada fábrica sin corrupción ni putrefacción,
porque jam as la padeció el cuerpo de M aría santísima,
ni lo faltó ni sobró cosa a lg u n a ; pero todas las calidades
y quantidad tuvo siempre ajustadas en proporcion sin mas
ni
P r im e r a P a r t e , L m . I. C a p . X V . 193
ni Tnénos sequedad ó hum edad de la necesaria para la
conservación; ni mas calor de lo que bastaba para la d e­
fensa y decoock>n; ni m as frialdad de la que se pedia para
refrigerar y ventilarse los demas humores.
215 Y «D porque en todo era este cuerpo de tan ad­
m irable compostura dexó de sentir la contrariedad de las
inctem endas del calor y frió de ias demas influencias de
Jos astros , ántes bien quanto era mas medido y perfe<5lo ,
tanto le ofendia mas qualquier extremo, por la parte que
tiene ménos del otro c o n tra rio , con que defenderse ; aun­
que en tan atemperada complexton los contrarios hallaban
ménos que alterar y en que o b ra r; pero por la delicadeza
e ra -lo poco mas sen sible, que en otros cuerpos lo m ucho,'
N o era aquel milagroso cuerpo (q u e se formaba en e l vicn»-
tre de santa Ana ) capaz de dones espirituales ántes de
tener ah-rnii; mas éralo de los dones naturales, y estos le fu é -'
ron concedidos por órden y virtud sobrenatural con tales
co n d icion es, como convenían para el fin de la gracia singular,
á que se ordenaba aquella formación sobre todo órdea de
naturaleza y gracia, Y así le fué dada una com plexión y
potencias tan excelen tes, que no podia llegar á formar otras^
semejantes toda la naturaleza por sí sola.
Y com o á nuestros primeros padres Adán y E va
los form ó la mano d el Señor con aquellas condiciones, que
convenían para la justicia original y estado de la inocen­
cia ; y en este grado salieron aun mas m ejorados, que
sus descendientes, si los tuvieran ( p o rq u e.ia s obras del Se-
Bb ñor
194 M ís tic a C iu d a d de D ios .
ñor solo son m as perfectas ) á este m odo obró su O m n i-
Jíotencia aunque e a mas superior y excelente en la forma­
cion d e l cuerpo virginal de M aría santísima ; y tanto con
m a y o r providencia y abundante gracia ^ quanto excedía es­
ta criatu ra no solo á los primeros padres que habían d e
pecar lu e g o , pero á todo e l resto de las criaturas corpo­
rales y espirituales. Y á nuesrro m odo de entender pu­
so Dios; mas cuidado* en so la com poner aquel cuerpecito
de su m adre santísima » que en todos los orbes celestiales
y quanto se encierra en ellos.. Y con esta regla se han d e
com enzar á medir loa dones y privilegios de esta ciudad
de D io s desde las primeras, zanjas, y fundamentos ^ sobre
que se levantó' su grandeza ^ hasta lle g a r á ser inm ediata y
la: mas. vecina á la infinidad del A ltísim o.
a if T a n léjos com a esta se hall<^ e l pecado y e l fo -
mes. d e que resulta en esta m ilagrosa co n cep ció n : pues no
solo n a le hubo¡ e a la A u to ra d e la: gracia ( siempre se­
ñalada y tratada comO' con esta dig,nidad ) pera aun en sus
padres p a ra concebirla estuvo enfrenado y atado y para que:
no desmandase y perturbase á la n a t u r a le z a q u e en
aquella obra se reconoeia inferior 1 la g ra c ia ; y solo ser­
v ía de instrum ento al supremo« A r tífic e , que es superior á
las le y e s de naturaleza y gracia. Y desde aquel punto co­
m enzaba y a á destruir e l p e c a d o y á m inar y batir el
castillo: d e l fuerte armado^ p a ra derribarle y despojarle de
lo que_ tiránicam ente poseía'.-
a 18 E l dia eir que sucedió la prim era concepción de
el
pRíMEft-A. P a r t e , L i b . L C a p , X V . 19 5
e l cuerpo de M aría santísima fué D o m in go , correspon­
diente al de la creación de los á n g e le s, c u y a R ey­
na y Señora habia d e ser superior á todos. Y aunqiae pa­
ra la form acion y aum ento d e los dem as cuerpos son ne­
cesarios por órden natural y com ún muchos d ia s , para
que se organicen y reciban la últim a disposición, para in ­
fundirse en ellos e l alm a racional ; y dicen , que para los
varones se requieren quaren ta, y para las mugeres ochenta
poco mas ó ménos conform e al ca lo r natural y dis­
posición de las m a d res; pero e n la form acion corporal de
M aría santísima la virtud divina aceleró e l tiem po natu­
ra l ; y lo que en ochenta dias ( ó los que naturalm ente
eran n ecesarios) se habia d e o b r a r , se hizo mas perfeéia-
mente en sie te ; en lo s quales fué organizado y prepara­
d o aquel m ilagroso cuerpo en el aumento y quantidad de­
bida en el vientre de santa A na, para recibir la ¿Im a san­
tísima ^ e su hija Señora y R eyn a nuestra.
^ 19 Y e l Sabado siguiente y próxim o á esta prim era
co n cep d o n se hizo la segun d a, criando e l A ltísim o la al­
ma de Su madre y infundiéndola en su c u e rp o ; co n que
entró e n e l mundo la pura criatura m as sa n ta , perfecta
y agradable á sus o jo s , d e quantas h a criado y cria rá hasta
el fin d e l m undo, n i por sus eternidades. E n la corres­
pondencia qu e tuvo esta obra con la que hizo D ios , crian­
do todo e l resto del mundo en siete d ia s , com o lo refie­
re el G é n e sis, tuvo e l Señor misteriosa atención ; pues aquí
sia duda descansó con la verdad de aquella figura, hablen-
Bb 2 do
1^6 M ís tic a Ciujoa» de Dios-
d o criado ía suprema criatura de todas dando con ella prin­
cip io á la obra de la encarnación del V erbo divino r Y à
la redención del linage humano* Y así fué para D ios este
d ia como- feglivo. y de Pascua» y tam bién para tod aí ias
eriatucas^
220 Por este misterio de la concepcíon de M aría santí­
sima ha ordenado ei Espíritu s a n t o q u e el día del Saba-
do fuese consagrado á la Virgen en la santa ig le s ia , com a
dia en que se le hizo para ella- el n:vayor beiie&cio, crian­
do su a lm i santísima y y uniéndola con su cuerpo- , sin
que resultase el pecado original m efeéto suyo.- Y e l dia
d e su co n cep ció n , que celebra o y la Ig le s ia , fué no d de
la prim era de solo el cu erp o , sino él dia^de la segunda con­
cepción , ó infusión del alm a ^ con la qual estuvo nueve
rrieses ajustados en e l vientre de santa A n a , que son.los
que h a y desde la concepción b a sta la natividad d e esta R e y -
Ha. Y los- siete días ameceden-tcs á la animación estuvo
vsolo- ei cuerpo disponiéndose y organizándose por la- virtu d
divina , para que correspondiese esta creacioa á la que
cuenta M oysés de todas laa c ria tu ra s, que com pusiéroa y
fbrmáron- el mundo en su principiov Y al instante d e la
creación y infusión dt*l alm a de M aría santísima £iié quan­
do la beatísima T rin id ad dixo- aquellas- palabras con m a­
y o r afecto de a m o r , que quando las refiere M oysés : Ha­
gam os á M aría á nuestra imágen y semejanza , á nuestra
verdadera h i ja , y esposa, para m adre d el Unigénito de la
substancia d e l Padre
Cor»
RIMERA P a KIE, L iBRO I.- C a P. X V . I9 7
<221 C o n ia fuerza de esta divina palabra , y del amor
co n q u e procedió de la boca del Om nipotente , fué criada
y infundida en e l cuerpo de M aría santísima su alm a d i­
chosísima , llenándola al mismo instante de gracia y do-
fies sobre- lo s mas altos serafines d e l cielo „ sia haber ins­
tante en que se hallase desnuda , n í privada de ia luz,
am istad y amor de su cria d o r, ni pudiese tocarle la mnn-
cfís y obscuridad del pecado o rig in a l; ántes en perfecVv ■
m a y suprema justicia á la que tuvieron. Adán y E v a ea
su creación. Fuéle también concedido el uso de la razoii
p erfectísim o , y correspondiente á les dones de la gracia
que re c ib ía ; bo- para estar solo u a mstante o cio so s, aías
para obrar adm irables efectos- de sumo-agrado para su H a ­
cedor. E n la inteligencia y lu z de este gran misterio me
confieso absorta , y qae mi corazon ( por m i insuficiencia
para explicarle ) se convierte en afectos de adm iración y
alabanza ^ porque mi lengua enmudece. M iro l a verdade­
ra arca del testamento , fabricada , enriquecida y co lo ca ­
da en e l teníplo de uua madre e sté ril, con mas gloria qiae
Ja figurativa en casa de O beded on , y de D avid , y en- el
tem plo de Salonaon- V e a formado e l altar en e l Sancca
Sanctorum , donde se h a de ofrecer el prim er sacrificio,
que h a de vencer y aplacar á Dios- ; y v e o salir de su ór­
den á la naturakza para ser -ordenada, y que se estable­
cen nuevas leyes contra e l p e c a d o , no guardando las co­
munes , ni de la culpa , ni de la n a tu ra le za , ni de la m-is-
aia g r a c ia ; y que se comien;£an á foim ar o tr a cueva tier­
ra
198 m ís t ic a C iu d a d de D io s .
ra y cielos n u evo s, siendo £l prim ero e l vientre d e una
hum ildísim a m u g e r, á quien atiende la santísima Trinidad,
y asisten inumerables cortesanos d e l antiguo c ie lo , y se
destinan m il ángeles para h acer custodia d e l tesoro de
un cuerpeclro .animado .de la quantidad d e iia a abe-
jita.
222 Y en esta nueva creación se o y ó resonar con m a­
y o r fuerza aquella vo z d e su H acedor .^ue d e la obra d e
su Om nipotencia ag rad a d o , dice ;gUe es m u y buena. J-légue
con hum ildad piadosa la flaqueza humana á esta m aravi­
lla , y confiese la grandeza del C r ia d o r , y agradezca e l
nuevo beneficio concedido á todo e l linage hum ano en su
reparadora Y cese y a .el zelo vencido con Ja fuerza .de la
luz d iv in a , porque si la bondad infinita de D ios ( com o «e
m e h a m ostrado) en la concepción de su m adre -santísima
m iró a l pecado original, com o .airado y enojado con .él, glo ­
riándose de tener justa i:ausa y .ocasion oportuna para .ar­
rojarle , y atajar su corriente ; ¿cómo ,á la ignorancia hu­
m ana le puede parecer i>ien ,3 lo gue á Dios fu é tan abor­
recible?
223 A l tiem po de infundirse él alm a en é l cuerpo de
esta d:ivina Señ ora, .-quiso e l A ltís im o , que su madre santa
A n a sintiese y reconociese la presencia de la divinidad por
modo altísimo^ con que fué llena del E spíritu s a n to , y
m ovida interiormente con tan to júbilo , y devocion sobre
sus fuerzas ordinarias ^ <jue fué arrebatada en un éxtasis
soberano, donde fuéilusstrada con altísim as inteligencias de
m uy
%
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C ap, X VL 199
m uy escondidos misterios ; y <alabd a l Señor con nuevos
cánticos d e alegría. Y estos efeélos le duráron tod o el tiem ­
p o restante de su v id a ; pero- fuéron m ayores en los nue­
v e m eses, que tu vo en su vientre e l tesoro del c ie lo : por­
que en este tiempo- se le renováron y repitieron estos be­
neficios mas continuam ente con inteligencia d e la s escrítu-
f

ras divinas , y de sus: profundos sacramentos. O dichosísi­


m a m uger y llám ente bienaventurada , y aláben te todas las
»aciones , y generaciones d e l orbe,

C A P ÍT U L O XVL

DE LOS H Á B IT O S D E LAS V IR T U D E S , C O N *
que dotó e l A ltísim o la alma de M a ría santísima , y las
^'hneras operaciones, que con ellas tuvo en e l vientre de
santa A n a : y comienza su M agestad misma á darme la
doctrina para su imitación.

^24 _
E Llil
. impetuoso' corriente d e s ií divinidad encam inó
D ios á letificar esta m ísticá ciudad d et alm a santísima de
M a r ía , tam ando su co rrid a .desde la fu en te d e su infini­
ta sabiduría y bon d ad, con que , y donde h a b ía determ i­
nado ei Altísim o depositar en esta d ivin a Señora los m a­
yores tesoros de gracias y virtu d e s, que gamas se diéron,
ni se daíán eternamente á otra alguna criatura. Y quando
ilegó la hora de dárselos en posesion , q u e / u é a l mismo
ins-
200 M ís t ic a C iu d a d d e D io s .
in s ta n te , que tu v o ser n a t u r a l, c u m p lió e l O m n ip o te n te

á su s a tis fa c c ió n y g u sto el d eseo qu e d esd e su e te r n id a d


te n ia com o s u s p e n d id o h a sta que lle g a s e e l tie m p o o p o r tu ­
no d e d esem p eñ arse d e su m is m o a fe c to . H íz o lo e s te fid e lí­
s im o Señor , d erra m an d o to d a s la s g r a c ia s y d o n e s e n a q u e ­

lla a lm a s a n tís im a d e M a r ía en e l in s ta n te d e s u co n cep ­

c ió n en ta n e m in e n te grad o , q u al n in g u n a d e ’ lo s sa n to « ,
ni to d o s ju n to s p u d ié r o fl a lc a n z a r , n i cou le n g u a h u m a­

na se p u ed e m a n ife s ita r ,
225 P ero aunque fu é ad o rn ad a e n tó n c e s com o esp osa,
qu e d e s c e a iia d e l c ic lo co n to d a p e r fe c c ió n y gén ero de
^ á b ito s in fu s o s , n o fu é n e c e s a r io que lu e g o lo s e x e r c ita s e
to io s , m as de s o lo a q u e llo s qu e p o iia y c o n v e n ía n a l es­
ta d o qu e te n ia en el v ie n tr e de su m ad re. E n p r im e r lu ­
g ar fu é ro n la s tr e s v ir t u d e s te o lo g a le s , fe , esp eran za , y

• c a r id a d , que tie n e n p o r o b je to á D io s . E stw e x e r c it ó lu e ­

g o , c o n o c ie n d o la D iv in id a d por a ltís im o m odo d e la fe


con to d a s la s p e r fe c c io n e s y a tr ib u to s in fin ito s que tie n e

con Ja T r in id a d y d is tin c ió n d ? la s p erso n as : y no im ­


p id ió e ste c o n o c im ie n to i o tro , que se le d ió d e l m is m o

D io s , com o la e g o d ir é . E x e r c itó ta m b ié n i a ' v ir t u d d e la

esp eran za , que m ir a á D io s , com o -o b je to d e la b ie n a v e n ­

tu ra n z a , y i 'i U i m o fin , ad o n d e lu e g o se le v a n tó , y en ca­


m in ó a q u e l la a l m a s a n t í s i m a p o r in t e n s í s i m o s d e s e o s d e u n ii* -

se con é l , s in h a b e r s e ! c o a v e r t id o á o tr o , n i e sta r s o lo u n

in s ta n te s in e ste m o v im ie n to . L a te r c e r a ' v ir tu d de la c a -

r id a i que m ir a á D io s com o in fin ito y su m o b ie n exer-


c i-
P r i m e r a P a r t e , L b . I. C a p . XVI. 2or
citó en el mismo instante con tal in ten sión , y aprecio de
la D iv in id a d , que no podrán llegar todos los serafines^á
tan eminente grado en su m ayor fuerza y virtud.
226 Las otras virtudes , que adornan y perficíonan
la parte racional de la criatura , tuvo en el grado cor­
respondiente á las te o lo ga les, y las virtudes morales y na­
turales en grado milagroso y sobrenatural; y mucho mas
altamente tuviéron este grado en el órden de la gracia los
dones del Espíritu santo y frutos. T u vo ciencia infusa, y
hábitos de todas e lla s , y de las artes naturales , con que
conoció y supo todo lo natural y sobrenatural que convi­
no á la grandeza de Dios : de suerte , que- desde el prim er
instante en el vientre de su madre fué mas sabia , mas
prudente , ilustrada y capaz de Dios y de todas sus obras
que todas las c ria tu ra s, fuera de su hijo santísimo iian si­
d o , ni serán eternamente. Y esta perfección consistió no,
solo en los h á b ito s, que le fuéron infusos en tal alto gra>-
do , pero en los aélos que les correspondían segun su cort-
dicion y excelencia , y segun en aquel instante los pudo,
exercer con e l poder d iv in o ; que para e s t o , ni tuvo lí­
mite , ni se sugetó á otra le y mas de á su divino , y jus­
tísimo beneplácito.
227 Y porque de todas estas virtudes y gracias., y de
sus operaciones se dirá m ucho en el discurso de esta his­
toria de la vid a santísima de M aría , solo expresaré aquí
algo de lo que o b ró . en el instante de su concepción con
los hábitos , que se le infundieron , y luz a d u al que con
Ce ellos
202 M ís tic a C iu d a d de D io s .
ellos recibió. C on los a d o s de las virtudes teologales ( c o -
níb he dicho ) y la virtud de la religión , y las demas car­
dinales , que á estas siguen , conoció á D ios com o en sí es
y com o C riad or , y Glorificador > y con heróycos aélos
le reverenció , a la b ó , dió gracias porque la habia criado,
y le amó , te m ió , y adoró y le hizo sacrificio d e m ag­
nificencia » alabanza y gloria por su ser inm utable. Cono­
ció los dones que recibía'( aunque alguno se le o cultó) y
por ello d ió gracias con profunda hum illación y postra­
ciones corporales , que luego hizo en el vientre de su m a­
d re , y con aquel cuerpecito tan pequeño. Y con estos a c­
tos m ereció mas en aquel estado y que todos lo s Santos en
e l supremo d e su perfección y santidad.
228 Sobre los a(ítos d e la fe infusa tuvo o tra noticia,
y conocim iento d e l misterio de la D ivinidad y santísima
Trinidad. Y aunque no la vió intuitivam ente en aquel ins­
tante de su conoepcion com o bienaventurada ; pero viòla
abstradivam ente con o tra lu z y vista inferior á la visión
beatífica ; pero superior á todos los otros modos ^con que
D ios «se puede manifestar , ó se manifiesta al entendimien­
to criado , porque le fuéron dadas unas especies de la D i­
vinidad tan claras y m anifiestas, que en ellas conoció el
ser inmutable d e D ios ; y en é l á todas las criaturas con
mayw: lu z y evidencia que ninguna otra criatura se co­
noce por otra. Y fuéron estas especies como un espejo cla­
rísimo , en que resplandecía toda la D ivinidad , y en ella
ias criaturas : y así las vió y conoció todas en Dios con
es-
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p , X V L 203
esta luz y especies de la divina naturaleza con m ayor dis­
tinción y c la rid a d , que por otras especies y ciencia infu­
sa las conocia en sí mismas.
229 Y por todos estos modos le fuéron luego paten­
tes desde e l instante de su concepción lodos los hom bres
y los ángeles con sus ó rd en e s, dignidad y operaciones, y
todas ias criaturas irracionales con sus naturalezas y con ­
diciones, Y conoció la creación , estado y ruina d e los án­
geles , la justificación y g lo ria 4 e los b u en o s, y la caida
y castigo d e lo s malos ■
; e l estado prim ero d e A d án y
E v a con íu in o cen cia; e l «ngario y la culpa y m iseria
en que por ella quedáron los primeros padres y por ellos
todo e l linage humano ; y la determ inación d e la divina
voluntad para su re p a ro , y com o *se ib a y a acercando
y disponiendo ; 'el <Srden , naturaleza d e los c ie lo s , a s­
tros y planetas ; la condicion y disposición de los ele ­
mentos ; -el Purgatorio , L im b o y Infierno ; y co m o todas
estas co sas, y las que dentro d e «í *encierran habían s i­
do criadas por el poder divino , y por él mismo
«ran mantenidas y conservadas solo por su bondad in ­
finita , 'sin tener de ellas alguna necesidad. Y sobre todo
■entendió m u y altos ‘sacramentos sobre e l m iste rio , que
Dios habia de obrar >, haciéndose hom bre , para redi­
m ir á tod o e l linage hum ano , habiendo dexado á los
malos ángeles sìa este remedio,
230 Por todas estas m aravillas ^ que fué coimclendo por
5u órden aquella alm a santísim a d e M aría en e l instante,
C c2 que
2 Q4 M ís tic a C iu d a d de D io s.
que fué unida con su cu e rp o , fué también obrando h e ró y-
cos Sétos de las virtudes con incom parable adm iración,
alabanza , gloria , adoracion , humillación , amor de Dios y
dolor de los pecados cometidos contra aquel sumo bien , que
reconocía por A utor y fin de tantas obras admirables. O fre­
cióse luego ■
en sacrificio aceptable para el Altísim o, com en­
zando desde aquel punto con fervoroso afecto á bendecir­
l e , amárle y reverenciárle , por lo que conocia le habian
faltado de amar y re co n o ce r, así los malos ángeles, como
los hombres. Y á los ángeles santos ( la que y a era R eyn a
s u y a ) les pidió la ayudasen á glorificar al Criador y Se-
flor gis to d o s , y pidiesen también por ella.
231 M anifestóle el Señor en aquel instante los ángeles
de guarda que la daba ; y los vió y c o n o ció , y Jes hizo
befievólencia y obsequio, y los convidó á que alternativa-
jnente con cánticos de loor alabasen al m uy Alto. Y Ies
previno de que había de ser este oficio el que habian d e
exercitar con ella todo el tiem po de la vida m o rta l, que
la habian de asistir y guardar. Conoció asimismo toda su
genealogía, y todo lo restante del pueblo sa n to , escogido
de D io s , los patriarcas y p ro fetas, y quan adm irable h a ­
bia sido su Magestad en los d o n es, gracias y fa vo res,q u e
con eUos habia obrado. Y es digno de toda adm iración,
que siendo aquel cuerpeciio en el primer instante que r e ­
cibió el alm a santísim a, tan pequeño que apénas se pudie­
ran percebir sus potencias exteriores ; con todo eso , para
no le faltase a lg u tu milagrosa e x ce le n cia , de las que
po-
P r im e r a P a r t e , L i b . L C a p . X V I. 205
podían engrandecer á ia escogida para madre de D io s , or­
denó su poder y diestra divina que con el conocimiento y
dolor de la caída del hombre llorase y derramase lá g ri­
mas en el vientre de su m a d re, conociendo la gravedad
del pecado contra el sumo bien.
232 Con este milagroso afeélo pidió luego en el instan­
te de su ser por el remedio de los hombres , y com enzó
cl oficio de su m edianera, abogada y reparadora : y pre­
sentó á Dios los clamores de los santos padres y de los
justos de la tierra , para qu€ su misericordia no dilatase
la salud de los m o rtales, á quienes m iraba y a como her­
manos. Y ántes de conversar con ellos los amaba con a r­
dentísima c a rid a d ; y tan presto como tuvo el ser natu­
ral , tuvo el ser su bienhechora con el am or divino y fra ­
ternal que ardía en su abrasado corazon. Estas peticiones
aceptó el Altísim o con mas a g r a d o , que todas las o racio ­
nes de los santos y án geles; y le fué manifestado á la que
era criada para madre del mismo D io s , aunque ignorando
ella el fin ; pero conoció el amor del mismo Señ o r, y el
deseo de baxar del cielo á redim ir los hombres. Y era
justo que se diese por mas obligado , para acelerar esta
v e n id a , de los ruegos y peticiones de aquella criatura, poi-
quien principalmente v e n ia , y en quien habia de recibir
carne de sus mismas en tra ñ a s,, y obrar en ella ia mas ad­
m irable de, todas sus obras y el fin de todas juntas.
233 Pidió también en el mismo instante de su con­
cepción por sus padres n a tu ra les, Joaquín y Ana , que án­
tes

up
(2 o 6 M ís t ic a C iu d a d d e D io s :
te s d e v e r lo s con e l c u e r p o , lo s v ió y c o n o c ió en D io s $

y lu e g o e x e r c itó con e llo s la v ir tu d d el am o r, r e v e r e n c ia


y a g r a d e c im ie n to d e h ija , r e c o n o c ié n d o lo s p o r cau sa se­

gu n d a d e su ser n a tu r a l. H iz o ta m b ié n o tra s m u ch as pe*


tic io n e s en g e rte ra l y en p a r t ic u la r p o r d ife r e n te s c a u s a s . Y
con la c ie n c ia in fu s a , q u e te n ia c o m p u s o lu e g o c á n tic o s d e
a la b a n z a en su m e n te , y co ra zo n , por h aber h a lla d o á la

p u e rta d e la v id a la d r a c m a p r e c io s a , q u e p e r d im o s to d o s e n

n u e stro p r im e r p r in c ip io . H a lló á la g r a c ia , q u e le s a lió

al e n c u e n tro , y á la D iv in id a d q u e la e s p e r a b a e n lo s u m ­
b r a le s d e la n a tu r a le z a . Y áus p o t e n c ia s t o p á r o n ^ n e l in s ­

ta n te d e su s e r a l n o b ilís im o o b je to , q u e la s m o v ió y es­
tre n ó , p o rq u e s e c r ia b a n s o lo p ara é l; y iia b ie n d o d e ser
su yas en to d o y p o r to d o se le d e b ia n la s p r im ic ia s d e

su s o p e r a c io n e s , q u e fu é ro n el c o n o c im ie n to y am o r d i­
v in o , s in que h u v ie s e en e sta S eñ o ra s e r , s in con ocer á

D io s , n i c o n o c im ie n to s in a m o r, n i am or s in m e r e c im ie n ­
to . N i e n e sto h u b o cosa p e q u e ñ a , n i m e d id a co n la s le ­

yes com un es y r e g la s g e n e r a le s . G ran d e fu é lo d o , y gran ­

d e s a lió d e la m an o d el A ltís im o p a ra c a m in a r , c r e c e r y
lle g a r h a sta ser ta n gran d e, qu e s o lo D io s fu e s e m a y o r , ¡ Ó

qu é h erm o so s pasos fu é ro n lo s tu y o s , h ija d el P r ín c ip e ,


pu es co n e l p r im e r o lle g a s te á la D iv in id a d ! H e r m o s a e re s

d os v e c e s, p orq u e tu g r a c ia y h erm o su ra es sob re to d a


h erm o su ra y g r a c ia . D iv in o s son tu s o jo s , y tu s p en sa­

m ie n to s son co m o la p u rp u ra d el R e y i, p u e s -lle v a s te sü

corazo n , y h e r id o d e e s to s c a b e llo s le e n la z a s te , y le tr a -

g is te
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X V L 207
giste preso de tu amor al grem io de tu virginal vientre
y corazon.
234 Aquí fué donde verdaderam ente dormía la esposa
del R ey » y su corazon velaba. D orm ían aquellos corpo­
rales sentidos , que apénas tenian su forma n a t u r a l n i h a ­
bian visto la luz m aterial del s o l ; y aquel divino cora­
zon , mas incomprehensible por la grandeza de sus dones,
que por la pequenez de su ser n a tu ra l, velaba en el tála­
mo de su m adre con la lu z d e la D iv in id a d , que le ba­
ilaba , y encendía en el fuego de su inmenso amor. No
era conveniente que en esta divina criatura obrasen prim era
las potencias inferiores que las superiores del alma ; ni que
estas tuviesen operacion in fe rio r, ni igual á otra criatura;
porque si el obrar corresponde al ser de cada c o s a , la que
siempre era superior á todas en la dignidad y excelen cia,
también había de obrar con proporcionada superioridad á
toda criatura angélica y humana. Y no solo no le habia
de faltar la excelencia de los espíritus angélicos , que lue­
go usaron de sus potencias en el punto d e su creación; pe­
ro esta misma grandeza y prerogativa se le debia á la
que era criada para su R eyn a y Sefiora.. Y tanto con m a­
yores ventajas , quantO' excede el nombre y oficio de m a­
dre de Dios a l de siervos su y o s, y e l de R eyn a al de
vasallos : porque á ninguno de los ángeles les d ixo el
V e rb o , tú eres mi m adre;, ni alguno de ellos pudo de­
cirle á él m ism o , tú eres mi h ijo ; solo eotre M aría, y
el eterno V erb o hubo este c o m ercio , y m utua correspon^
den-'

Up
2o 8 m í s t ic a C iu d a d de D ios.
dencia : y por ella se ha de medir y investigar la gran­
deza de M aría , com o el Apóstol la de Christo.
23S E n escribir estos sacramentos del R e y , quando y a
es honorífico revelar sus o b ra s, confieso mi rudeza y li­
m itación de muger , y me aflijo porque hablo con térm i­
nos comunes y v a c ío s , que no llegan á lo que entiendo
en la l u z , que m i alm a tiene de estos misterios. Necesa­
rias fueran , para no agraviar tanta g ra n d eza , otras pala­
bras , razones y términos particulares y propios ; pero no
los alcanza mi ignorancia. Y quando los hubiera también
sobrepujáran , y oprim iéran á la humana flaqueza. R e­
conózcase pues inferior y desigual para íixar su vista en
este sol divino , que con rayos de D ivinidad sale al mun­
do , aunque encubierto de la nube del vientre materno
d e santa Ana. Y si queremos todos, que nos den licencia
para acercarnos á la vista de esta m aravillosa visió n , lle­
guemos libres y desnudos, unos de la natural cobardía,
otros d el temor y en cogim ien to, aunque sea con pretex­
to de h u m ild a d ; pero todos con suma devocion y piedad,
léjos del espíritu de contención , y nos será perm itido ver
de cerca en medio de la zarza el fuego de la D ivinidad,
sin consumirla.
236 He dicho , que el alm a santísima de M aría en el
prim er instante de su purísima concepción vió a b strad i-
vam ente la divina e se n cia , porque no se me ha dado luz
de que viese la gloria esencial, ántes entiendo que este pri­
vilegio fué singular de la santísima alm a de C h risto , co-
mo
P r im e r a P a r t e , lib r o T. C a p . X V I . 209
m o d e b id o y c o n s ig u ie n te á la Union s u b s t a n c i a l d e l a D i ­
v in id a d en la p erso n a d el V erb o , p ara qu e ni por solo
in s ta n te d e x a s e d e e sta r con e lla u n id a p o r la s p o te n ­

c ia s d c l a lm a p or su m a g r a c ia y g lo r ia . Y com o aquel
h o m b re C h r is to n u e s tro b ie n c o m e n z ó á s e r ju n ta m e n te h o m -

b i 'e y D i o s , a s i c o m e n z ó á c o n o c e r á D i o s y a m a r l e c o m o c o m -
p reh en so r. P e r o la a lm a d e s u m a d r e s a n tís im a n o e s ta b a u n id a

s u b s ta n c ia im e n te á la D iv in id a d ; y a s í, n o c o m e n z ó á o b r a r c o ­
m o c o m p r e h e n s o r a , p o r q u e e n tr a b a e n la v id a á ser v ia d o r a .

M as en e ste ó rd en , com o q u ie n era la m as in m e d ia ta á

la u n ió n h ip o s tá tic a , tu v o ta m b ié n o tra v is ió n p r o p o r c io ­

n ada y la m a s in m e d ia ta á la v is ió n b e a tífic a , p ero in ­


fe r io r á e lla , a u n q u e s u p e r io r á to d a s q u a n ta s v is io n e s y
r e v e la c io n e s han tenido l a s c r ia tu r a s d e l a D i v i n i d a d , fue­
ra de su c ia r a v is ió n y fr u ic ió n . P e ro en aJgun m od o y

c o n d ic io n e s e x c e d ió la v is ió n d e la D iv in id a d , q u e tu v o
en el p r im e r in s ta n te la m ad r« d e C h r is to á la v is ió n

c la r a de o tro s, en q u a n to c o n o c ió e lla m as m is te r io s ab s-

tr a d liv a m e n te , que o tro s co n v is ió n in tu itiv a . Y el no


h ab er v is to la D iv in id a d cara á cara en a q u e l punto d e la

c o n c e p c ió n , no im p id e , que d esp u es la v ie s e m u chas v e­

ces por el d is c u r s o d e su v id a , c o m o a d e la n te d ir é .

Dd J
)oc
~

up
Q io M ís t ic a C iu d a d de D io s .

D O C T R IN A Q JJE M E D IÓ L A R E T N A D E L C IE -
lo sobre este capítulo,

237 T ^ n el discurso de lo que dexo escrito , he d i­


cho algunas veces com o la R eyn a y madre de m isericor­
dia me había prom etido que en llegando á e scrib ir las
primeras operaciones de sus potencias y virtud es,-m e daria
instrucción y doélrina para com poner mi vida en el espe­
jo purísim o de la s u y a ; porque este era el principal in­
tento de esta enseñanza. Y com o esta gran Señora es fide­
lísima en sus palab ras, asistiéndome siempre con su pre­
sencia divina al tiempo de declararm e estos m isterios, ha
com enzado á desempeñarla en este ca p ítu lo , y prevenir
para hacerlo en lo re sta n te , que fuere escribiendo. Y así
guardaré este órden y estilo , que al fin d tl capítulo es­
cribiré lo que me enseñáre su A lte z a , como lo ha hecho
a h o r a , hablándome en esta forma.
238 ^'Hija mia , de escribir los misterios y sacram en-
»tos de mi santísima vida , quiero qiie para tí misma co -
j>jas el fruto qu,e deseas y que el premio de lo que tra-
»^bajares sea la m ayor pureza y perfección de tu v id a , si
»con la gracia del Altísim o te dispones para im itarm e obran-
»do lo que oyeres. E sta es la voluntad de mi hijo saatí-
» s im o , que estiendas tus fuerzas á lo que yo te enseñáre,
»atendiendo con todo e l aprecio de tu corazon á mis v ir-
» tu*
P r im e r a P a r te , L ib r o L C ap. XVL 2ii
wtudes y obras. O yem e con atención y f e , que y o te h a -
«blaré palabras d e . vid a eterna , y te enseñaré lo mas santo
wy perfecto de Ía vida christiana y lo mas aceptable á
; »»los ojos de Dios con que desde luego te com enzarás á
»disponer para recibir la lu z , en que te son patentes los
jíocultos misterios de mi vida santísima y la doéirina que
»deseas. Prosigue este exercicio , y escribirás lo que pa­
jara esto te enseñáre, V ahora advierte.
239 A6I0 es de justicia debido á D ios e te rn o , que I3
criatura , quando recibe el uso de la r a z o n , encam ine su
prim er m ovim iento al mismo D ios, conociéndole para am ar­
le , reverenciarle y adorarle com o á su criador y Señor
único y verdadero* V los padres por natural obligación de­
ben instruir á sus hijos desde niños en este conocim iento en­
derezándolos con cuidado , para que luego busquen su úl­
tim o fin , y le topen con los primeros actos de la razon
y voluntad. Y debian con gran desvelo retirarlos de las
parvulezes y burlas pueriles , á que la misma naturaleza
depravada se inclina ( si la d e x a n ) sin otro maestro, Y si
los padres y madres se anticipasen á prevenir estos enga­
ños y torcidas costumbres de sus hijos , y desde su ni­
ñez los fuesen inform ando, dándoles tem prano noticia de su
D ios y C ria d o r ; despues se hallarían mas hábiles para co­
menzar luego á conocerle y adorarle. M i sa n ta madre ( que
ignoraba mi sabiduría y e sta d o ) hizo esto conm igo tan
p u n tu a l, y anticipada ,qu e llevándom e en su v ie n tre , ado­
raba en in i nombre al C riador, dándole por mí la suma re-
D dz VC^
212 M ís tic a ’ C iu d a d de D io s .

ve re n d a y g ra d a s debidas por haberm e criado ; y le su«-


p U ca b a , me guardase, defendiese y sacase lib re d el esta­
do , que entonces tenia. Deben asimismo los padres pedir
á D ios con fe r v o r , que ordene con su providencia como
aquellas almas de los niños alcancen á recibir el Bautis­
mo y sean libres de la servidumbre del pecado ori­
ginal.
240 Y si la criatura rad on al no hubiere co n o cid o , y
adorado al Criador con el prim er uso de la r a z ó n , debe
hacerlo en el punto que llegue á su noticia aquel ser y
único bien ántes no co n o d d o p o r la fe. Y desde este co­
nocim iento debe trabajar la alm a , para nunca perderle de
v i s t a , y siempre te m e rle , am arle y reverenciarle. T ú , hi­
ja m ia , has debido á Dios esta adoracion por el dis­
curso de tu vida ; mas ahora quiero que la executes y
mejores , com o y o te lo enseñáre. Pon la vista interior de
tu alm a en el ser de D ios sin principio ni té rm in o ; y
m írale infinito en atributos 7 p erfeccio n es, y que solo él
es la verdadera santidad , el sumo b ie n , e l objeto nobilí­
sim o de la c ria tu ra , e l que dió ser á todo lo criado , y
sin tener de ello necesidad lo sustenta y govierna. E s la
consumada hermosura sin naácula ni defeéto a lg u n o , el que
en amor es e te rn o , en palabras verdadero y en las pro­
mesas fidelísim o; y e l que dió su misma v id a , y se en­
tregó á los tormentos por el bien de sus cria tu ra s, sin ha­
bérselo alguna m erecido. E n este inmenso cam po de bon­
dad y beneficios estiende tu v is ta , y ocupa tus potencias,
sin
P rimera P a r t í , L ib . T. C ap . XVL 213
sin o lv id a rle, ai desviarle de t í ; porque habiendo conocido
tanto el sumo bien , es fea grosería y deslealtad olvidarle
con aborrecible in g ratitu d , com o lo sería la tu y a , si ha­
biendo recibido superior lu z divina sobre la com ún y or­
dinaria de la fe infusa , se descaminase tu entendimiento
y voluntad de la carrera del amor divino. Y si alguna vez
con tu flaqueza lo h ic ie re s, vuelve luego á buscarla con
toda presteza y diligencia , y hum illada adora al A ltísi­
mo , dándole h o n o r, magnificencia y alabanza eterna, Y
a d v ie rte , que el hacer esto incesantemente por t í , y p o r
todas las demas criaturas , lo has de tener por oficio pro­
pio tuyo , en que quiero vivas cuidadosa.
241 Y para exercitarte con mas fu erza , confiere en tb"
corazon lo que conoces que y o h ic e , y com o aquella pri­
mera vista del sumo bien dexó herido mi corazon de
a m o r, con que me entregué toda á él para jam as perder­
le. Y con todo e s to , vivia siempre solícita, y no sosegn-
b a , caminando hasta llegar al centro de mis deseos y
afeólos; porque siendo infinito el o b je to , tam poco el amor
ha de tener f i n , ni descansar hasta poseerle. T ras el co­
nocimiento de Dios y su am or se ha de seguir el cono­
certe á tí m ism a , pensando y confiriendo tu poquedad y
vileza. Y a d v ie r te , que estas verdades bien entendidas, re­
petidas y po n d erad as, hacen divinos efedros en las almas.
C id a s estas razones y otras de la R e y n a , dixe Á su A ía-
gestad ;
242 Señora mia , cu y a soy esclava , y á quien de nueva
p a-
214 m ís tic a C iu d a d de D io s .
para serlo me dedico y me co n sa g ro , no sin causa mi co­
razon por vuestra m aternal dignación deseaba solícito este
dia , para conocer la inefable alteza de vuestras virtudes
en el espejo de vuestras divinas operaciones, y oir la dul­
zura . de vuestras saludables palabras. Confieso , R eyna mia^
de todo mi corazon , que no tengo obra buena, á que co r­
responda este beneficio por p re m io ; y esta de escribir vues­
tra vida santísima juzgára por atrevim iento tan desigual,
que sí en ello no obedeciera á vuestra voluntad, y de vues­
tro tiijo santísimo , no mereciera perdón. R e c ib id , Señora
m ia , este sacrificio de alabanza , y hablad , que vuestra
sierva o ye. S u e n e , dulcísima Señora mia , vuestra suavísi­
m a vo z en mis o id o s, pues teneis palabras de vida. Con­
tinuad , Dueño mió , vuestra doéirina y luz , para que se
dilate m i corazon en este mar inmenso de vuestras perfec­
ciones , y tenga digna m ateria de alabar al todo Podero­
so. E n mi pecho arde el fu e g o , que vuestra piedad ha
encendido , para desear lo mas s a n to , mas puro y mas
acepto de la virtud á vuestros ojos ; pero en la parte in­
ferior siento la le y repugnante de mis miembros á la del
esp íritu , que me retarda , y e m b a ra za ; y tem o justamen­
te no me impida el b ie n , que vo s, piadosísima madre, me
ofreceis. M iradm e p u e s , Señora m ia , com o á h ija , ense­
ñadme como á d iscip ula, corregidm e como á sierva , y
com peledm e com o á e s c la v a , quando yo tardáre ó resistié-
r e ; que no deseo hacerlo de v o lu n ta d , pero reincidiré de
flaqueza. Y o levantaré la vista á conocer el ser de D io s, y
cpn
P r-imer-a P a r te , L ib . I. C ap. X V IL a ig
con su divina gracia governaré mis a fe é lo s, para que se
enamoren de sus infinitas perfeccio n es, y si le te n g o , no
le dexaré. Pero v o s , S eñ o ra, y madre del conocimiento y
<Jel amor hermoso , pedid á vuestro hijo y mi Señor , no
me desampare , por lo que se mostró liberalísim o en fa­
vorecer vuestra h u m ild ad , R eyn a y Señora de todo lo
criado.

C A P Í T U L O XVII.

P R O S IG U IE N D O EL M IS T E R IO VE LA CON-
cepcfon de M aría santísima , se me dió á entender el
capítulo veinte y uno del Apocalipsis.

PARTE P R IM E R A DEL C A P ÍT U L O .

243 E n c i e r r a tantos y tan ocultos sacram entos el bene^


ficio de ser M aría santísima concebida en gracia, que para
hacerm e mas capaz de este m aravilloso m isterio , me de­
cla ró su M agestad muchos de los que encierra el E van ge­
lista San Juan en el capítulo veinte y uno del A p o calip ­
sis , rem itiéndom e á la inteligencia que de ellos se me da­
ta . Y para explicar algo de lo que se me ha manifesta­
do , dividiré la explicación de aquel capítulo en tres par­
te s ; por escusar algo de la molestia , que podía causar»
3Í tan largo capítulo se tom ase junto. Y prim ero diré la
le -
216 M ís n c A C iu d a d d e D io s :

letra segun su tenor , que es com o se sigue,


c4 4 T v i un cielo nuevo ^ y nueva tierra. Porque se f u é et
cielo primero , y ¡a primera tierra ; y e l mar y A no tiene
ser. T y o Juan v i la ciudad santa Jerusalen nueva , que
haxaba de D io s desde el cielo ; preparada , como esposa
adornada para su esposo. T o í una gran voz del trono, que
decia: M ira d a l tabernáculo de D ios con los hombres^ y
habitará con ellos. T ellos serán su pueblo, y e l mismo
D io s estará con e llo s , y será su D ios : y enjugará Dio^
toda lágrima de sus ojos : y no quedará m uerte, ni llanto^
ni cla m o r, ni restará y a dolor, porque la s primeras y a se
fuéron. T el que estaba asentado en e l trono dixo : A d vier-
t e , que todas las cosas hago nuevas. T dixome : Escribe*
porque estas palabras son fidelísimas y verdaderas. T di-^
xome : T a está hecho , y o soy A lp h a y Omega , principio
y fin. To daré de gracia a l sediento de la fuente de la vi­
da, E l que venciere, poseerá estas cosa s, y seré para é l
D io s , y é l para mí será hijo. Pero á los tímidos ^incrédulos^
maldiPos, homicidas , fornicarios , hechiceros , idólatras y á
todos los mentirosos su parte les será en el estanque ardien-^
te con fuego , y con azufre ; que es la segunda muerte.
245 E sta fe s la prim era de las tres partes de la letra
que explicaré en este capítulo , dividiéndola por sus versos,
T Vi ( d ice e l E vangelista ) un cielo nuevo y nueva tierra»
Con haber salido M aría santísima de las manos del oínni^
potente Dios , y puesta y a en el mundo la materia inme­
diata de que se habia de formar la hum anidad santísima
del
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X VIL 2 17
d el V e r b o , que habia de morir por e l hombre , dice el
Evangelista , que vió un cielo nuevo y tierra nueva. N o sin
gran propiedad se pudo llam ar cielo nuevo aquella na­
turaleza y el vientre virgíneo , donde y de donde se
formó ; pues en este cielo comenzó á habitar Dios por
nuevo m o d o , diferente del que hasta entónces habia teni­
do en el cielo antiguo y en todas las criaturas; pero ta m -
,bien se llam ó cielo nuevo e l de los Santos , despues del
misterio de la Encarnación ; porque de aquí nació la n o ­
vedad , que ántes 110 habia en é l , de ocuparle los hom ­
bres m o rta le s; y la renovación que hizo en el cielo la
gloria de la humanidad santísima de C h r is to , y tam bién
de su madre p urísim a; que fué tanta despues de la gloria
esen cia l, que bastó para renovar los c ie lo s , y darles nue­
va hermosura y resplandor. Y aunque estaban allá los bue­
nos án g eles, esto era y a com o cosa antigua y vieja : y
así vino á ser cosa m uy nueva , que el Unigénito del P a­
dre con su muerte restituyese á los hombres el derecho
de la g lo r ia , perdido por el p e ca d o ; y mereciéndosela de
n u e v o , ios introduxese en el cielo , de donde estaban y a
despedidos y imposibilitados de adquirirle por sí mismos.
Y porque toda e^ta novedad para el cielo tuvo principio
en M aría san tísim a, quando la vió el E vangelista conce­
bida sin el p e c a d o , que lo inip uiia todo , dixo que habia
visto un nuevo cielo.
246 V ió también una nueva tierra: porque la tierra^ an­
tigua de Adán era m a ld ita , manchada y rea de la culpa
Ee y
a í8 M ístiCA Ciu-DAD De 0 ios:
y condenadon e te rn a ; pero la tierra santa y bendita áe
M aría fué nueVa tierra sin culpa ni maldición de A d a n ; y
tan nueva que desde aquella primera form acion n o se ha­
bla visto ni conocido en el mundo otra cierra nueva hasta
M aría santísima. Y fifé tan nueva y libre de la maldición
de la tierra antigua y tie ja que en esta bendita tierra se
renovó toda la demas restante de los hijos d e A d an ; pues
por la tierra de M aría bendita , y con ella y en d ía que­
dó bendita , renovada y vivificada Isí masa terrena de
A dan , que hasta entónces habia estado m aldita y enve*
jecid a en su maldición^ Pero toda se renovó por M aría
santísima y su inocenda ; y com o en elía se dió principio 4
esta renovación de la humana y terrena naturaleza,- d ixa
San Juarí, que en M aría concebida sin pecado vió u n cielií
Buevo , una tierra nueva* Y prosigue;
247 Porque se fité e l Cielo primero ^y ía primera tierra*
Consiguiente era , que viniendo al mundo , y apareciéndo­
se en éi la nuevd^ tie r r a , y nuevo cielo de M aría santísi­
m a , y su hijo hombre y D ios verdadero , desapareciese
e l antiguo c ie lo , y la tierra envejecida de la humana y
terrena naturaleza con el pecado. Hubo nuevo d é lo para
la D ivinidad en la naturaleza humana , que preservada y
lib re de culpa daba nueva habitación al m ism o Dios en
la unión hipostática en la persona del V erbo. Y dexó y a
a e ser e l d é lo p rim e ro , que Díos habia criado en Adar?,
y se m anchó y in h a b ilitó , para que Dios viviese en éh
E ste se f u é , y vino otro cielo nuevo en la venida de M a -
xía»

P
P rim e ra P a r t e ,L ib . T. Cap. X V II. 219
ría. Hubo juntam ente nuevo cielo de la gloria para la na­
turaleza humana ; no porque se moviese ni desapareciese
el E m p íreo , sino porque faltó en éi el estar sin hombres,
como lo habia estado por tantos siglo s: y en quanto á
esto dexó de ser el prim er c ie lo , y fué de nuevo por los
merecimientos de Christo , que y a comenzaban á resplan­
decer en la Aurora de la gracia , M aría santísima su m a­
dre : y así se ítié el prim er c ie lo , y la prim era tierra , que
hasta entónces habia estado sin remedio, T e l mar d exó
de ser : porque el mar de abominaciones y p e ca d o s, que
¡tenia inundado el m undo, y anegada la tierra de nuestra
n a tu ra le za , dexó y a de ser con la venida de M aría san­
tísima y de Christo ; pues e l mar de su sangre supera­
bundó y sobrepujó al de los pecados en la suliclencia ,e n
c u y a comparación y valor es cierto que ninguna culpa
tiene ser. Y si los mortales quistéran aprovecharse de aquel
mar infinito de la divina misericordia y méritos de Jesu-
Christo nuestro Señor , dexáran de ser lodos los pecados
d e l m u n d o , que todos vino á deshacerlos y desviarlos el
cordero de ü ios.
248 T y o Juan v i la ciudad santa de Jerusakn nueva,
que descendía de D ios desde el c ie lo , preparada , como la
esposa adornada para su varón. Porque todos estos sacra­
mentos comenzaban de M aría santísima , y se fundíhan
en e lla , d ice e l E va n g elista , que la vió en forma de la
ciudad santa de Jerusalen , & c . que de la R eyna habló con
esta m etáfora. Y fuele dado que la v ie s e , para que mas
Ee 2 ^ co-
220 M istica C hjdad de D io s :
conociese el te so ro , que al pie de la cruz ^e le había en­
comendado y fiado , y con aprecio digno le guardase. Y aun­
que ninguna prevención pudiera equivaler á la falta pre­
sencial del hijo de la Virgen ; pero entrando San Juan
en su lu g a r , era conveniente que fuése ilustrado conform e
á la dignidad y o fic io , que recibía , substituyendo por el
hijo natural.
249 Por los m isterio s, que Dios obró en la ciudad san­
ta de Jerusalen, era mas apropósito para símbolo de la
que era su m a d re , y el centro y mapa de todas las ‘m a-
xavillas del Omnipotente. Y por esta misma razon lo es
tam bién de las Iglesias m ilitante y triunfante: y á todas
se estendió la vista de la águila generosa Juan por la
correspondencia y analogía que entre sí tienen estas ciu ­
dades de Jerusalen místicas. Pero señaladamente m iró de
hito á la Jerusalen su p rem a , M aría santísima , donde es­
tán cifradas y recopiladas todas las g ra cia s, m aravillas, do­
nes y excelencias de las Iglesias militante y triunfante. Y
todo lo que se obró en la Jerusalen de Palestina, y lo que
significa ella y sus m orad ores, todo está reducido á M aría
.p u rísim a, ciudad santa de D io s , con m ayor admiración y
excelencia que en lo restante del cielo y tierra , y de to-,
dos sus moradores. Por esto la llam a Jerusalen nueva, por-
^que todos sus; dones , grandeza y virtudes son n u e v a s, y
rcausan nueva m aravilla á los. santos. Y nueva , porque
fué despues de todos los padres antiguos, patriarcas y pro­
fetas , y en ella se cumplíéron y renovárou sus clamores,
or^
P r i m e r a P a r t e , L i b r o I. C a p . X V IL 221
oráculos y promesas. Y nueva , porque viene sin el con­
tagio' de la c u lp a , y desciende de la gracia por nuevo
órden s u y o , y léjos de la común le y del pecado. Y nueva,
porque entra en el mundo triunfando del demonio y del
primer en gañ o , que es la cosa m as n u e v a , que en él se
habia vista desde su principio.
250 Y como todo esto era nuevo-en la tierra , y no
pudo venir de ella , dice , que baxaba del cielo, Y aun-»
que por e l común orden d e la naturaleza desciende d e
Adan ; pero no viene por el camino real y ordinario de
ia culpa , sendereado de todos los. predecesores hijos de
aquel prime? delinqiiente. Para sola esta Señora hubo otro
decreto en la divina predestinación , y se abr!ó nueva
se n d a , por donde viniese co n su hijo santísimO' al mundo,
sin acompañar en el ó rd e a de la gracia á otro alguno
de los. m ortales, ni que- alguno de ellos le acompañase á
ella y á Christo nuestro Señor, Y así baxó nueva desde el
cielo de la. mente y determinación de Dios. Y quando los
demas hijos de Adan descienden de la tierra , terrenos y '
maculados por e l l a , esta R eyna de todo lo criado viene
del c ie lo , com o descendiente solo de Dios por la inocen­
cia y gracia : que comunmente decimos , viene alguno de
aquella c a s a , ó solar de donde desciende ; y desciende de
donde recibió el ser que tiene. Y el ser natural de M aría
santísima , que recibió por A d a n , apénas. se divisa, mirán­
dola m adre del V erbo etern o, y com o á su lado del eter-
•no Padre con la gracia y participación que para esta dig-
ni-
222 M ís tic a G üdad db D io s .
nidad recibió d e su divinidad. Y siendo esto en ella el ser
p rin c ip a l, viene á ser como accesorio y ménos principal
el ser de la naturaleza , que tien e: y así el E vangelista
miró á lo p rin cip al, que baxó del c ie lo , y no á lo acce­
sorio , que vino de la tierra.
251 Y prosigue diciendo , que venia preparada, como
esposa adornada, & c . Para el dia del desposorio se busca
entre los mortales el m ayor adorno y a liñ o , que se puede
hallar para componer la esposa te rre n a ; aunque ias jo y a s
ricas se busquen prestad as, porque nada le falte segun su
calidad y estado. Pues si confesamos (com o es forzoso con­
fesarlo) que M aría purísima de tal suerte fué esposa de
la Santísima T rin id a d , que juntam ente fuese madre de la
persona del H ijo; y que para estas dignidades fué adorna­
da y preparada por el mismo Dios omnipotente , iníinita
y rico sin medida y t a s a ; ¿ qué adorno , qué prepara­
ción , qué joyas serian e sta s, con que aliñó á su esposa,
y á su m a d re, para que fuese digna e sp o sa, y digna ma-
Ure*? ¿R eservaría por ventura alguna jo y a en sus tesoros?
¿N eg aría le alguna gracia de quanti» con su brazo pa-
deroso la podía enriquecer y aliñar ? ¿ D exaríala f e a , des­
com puesta., m anchada en alguna parte ó por algun ííis-
tante? ¿S ería escaso ó avariento con su madre y esposa
el que derram a prodigiosamente los tesoros de su D ivini­
dad con las a lm a s, que en su comparación son ménos, que
siervas y que esclavas de su casa ? Todas confiesan coa
el mismo S e ñ o r, que es una la escogida y la p e r fe d a , á
q u ie n
pRiMBRA P a r te , L r s . I. C ap . X V II. 223
quien las demas h ín de reco n o cer, predicar y m ag nificar
por inmaculada , y felicísim a entre las muger es , y de
quien admiradas con júbilo y alabanza preguntan: ¿Q uién
es e s t a , que sale com o a u ro ra , hermosa com o la luna,
escogida com o el s o l, y terrible com o exércitos bien or­
denados ? E sta es M aría santísima^ única esposa y madre
del O m nipotente, que baxó al mundo adornada y prepa­
rada com o esposa de la beatísima Trinidad para su espo­
so , y para su hijo. Y esta venida y entrada fué con tan­
tos dones de la D iv in id a d , que su lu z la hizo mas agra­
dable , que la a u ro ra ; mas h erm o sa, que la lu n a ; y mas
eleéla y singular, que e l sol, sin haber segunda; mas fuerte y
po lirasa que todos los exércitos del cielo y de los santos. Ea-
Xó adornada y preparada para D ios , que la dió todo lo
que q u iso , y quiso darla todo lo que pudo , y pudo dar­
la todo lo que no era ser D io s ; pero lo mas inm ediato
á su D iv in id a d , y lo mas léjos del pecado que pudo ca­
ber en pura criatura. Fué entero y perfed o e ste a d o rn o ;y
no lo fu e ra , si algo le fa ítá r a ; y le faltára , si algún
punto estuviera sin la inocencia y gracia. Y sin esto, tam­
poco fuera bastante para hacerla tan hermosa , si el ador-
fío y las jo y a s de la gracia cayeran sobre u n rostro feo
de naturaleza maculada por c u lp a , ó sobre un vestido
manc[iado y asqueroso: siempre tuviera alguna t a c h a , de
donde por mas diligencias no pudiera amas salir del todo
la sombra ó señal de la m ancha. T o d o esto era m énosde-
ccLte para M a r ía , m adre y esposa de D io s ; y siéndolo
pa-
224 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

para e lla , lo fuera también para él : que Ía hubiera ador­


nado y p rep arad o , no con amor de esposo, ni con cui­
dado de h ijo , si teniéndose en casa la tela mas rica y
p re cio sa , hubiera buscado otra m anchada y vieja para ves­
tir á su m adre y esposa , y á sí mismo.
252 Tiem po es y a de que el entendimiento hum ano se
desencoja, y alargue en la honra de nuestra gran R eyna;
y también , que el que estuviere opuesto, fundado en otro
se n tir , se -encoja y detenga en despojarla y quitarla el ador­
no de su inm aculada lim pieza en el instante de su d iv i­
na concep don. Con la fuerza de la verdad y luz en que
veo estos inefables m isterios, confieso una y muchas ve­
ces , que todos los privilegios , gracias , prerogativas , fa­
vores y dones de M aría santísima , entrando en ellos el de
ser m adre de D io s , según y com o á mí se me dan á enten­
der , todos dependen y se originan de haber sido inma­
culada y llena de gracia en su concepción purísima ; de
m a n e ra , que sin éste beneficio parecieran todos informes y
mancos ; ó como un suntuoso edificio sin fundamento só­
lido y proporcionado. Todos miran con cierto órden y en­
cadenam iento á la lim pieza y inocencia de la concepción;
y por esto ha sido forzoso tocar tantas veces en este mis­
terio por el discurso de esta historia , desde los decretos
divinós , y formacion de M aría , y dé su hijo santísimo en
quanto hom bre. Y no me alargo ahora mas en esto ; pe­
ro advierto á to d o s, que la R eyn a del cielo estimó tan­
to el aüoruo y hermosura que la dió su íiijo , y esposo
en
P r im e r a P a r t e , L ib . I. C ap. X V II. 225

e n .sü purísim a co n cep ció n , que á esta corresponderxia


será su indignación contra a q u ello s, que con terquedad y
porfía pretendieren desnudarla de él y afearla , en tiem po
que su hijo santísimo se ha dignado de manifestarla al
mundo tan adornada y hermosa para gloria suya y espe­
ranza de los m ortales. Prosigue el evangelista :
253 T o i una gran voz del trono ^ que decia : M ir a al
tabernáculo de D io s con los hombres , y habitará con ellos,y
ellos serán su pueblo & c . L a voz del Altísim o es grande, fuer­
te , suave y eficaz para m over y arrebatar á sí toda la
criatura. T a l fué esta v o z , que o y ó San Juan salla del
trono de la beatísim a Trinidad ; con que le llevó toda la
a te n ció n , que se le pedia , d iciéiid ole, que atendiese , ó
mirase al tabernáculo de Dios ; para que atento y circuns-
p e ílo conociese perfectamente el m iste rio , que se le m a­
nifestaba de ver el tabernáculo de Dios con los hom bres,
y que vivia con e llo s , y sea su D io s , y ellos su pueblo.
Todo este sacramento se encerraba en ver á M aría santí­
sim a descender del cielo en la fo r m a , que he dicho; por­
que estando este divino tabernáculo de D ios en e l mun­
do , era consiguiente, que el mismo Dios estuviera tam ­
bién con los hombres; pues vivia y estaba en su tabernáculo,
sin apartarse de él. Y fué como decirle al E vangelista: E l R e y
tiene su casa y corte en e l mundo , y claro está que se­
rá para ir á ser m orador en ella. Y de tal suerte habia
d e habitar Dios en este tab ern ácu lo , que de él mismo
tom ase la form a h u m a n a , en la qual habia de ser m o-
Ff ra-
22Ó M ís tic a C ic d a d de D io s .
rador en el mundo , y habitar con los h o m b res, y ser
su D ios para e llo s , y ellos pueblo s u y o , com o herencia
de su P a d re, y también de su m adre. D el Padre eterno
fuimos herencia para su Hijo santísim o, no solo porque en
él y por él crió todas las co sas, y se las dió por he­
rencia en la eterna generación; pero tam b ién , porque co­
mo hom bre nos redim ió en nuestra misma naturaleza , y
nos adquirió por su p u e b lo , y herencia paternal , y nos
hizo hermanos suyos. Y por la misma razon de la natu­
raleza humana fuimos , y somos herencia y legítim a de
su m adre santísim a; porque ella le dió la form a de car­
ne h u m a n a , con que nos adquirió para sí. Y siendo ella
m adre suya , y hija y esposa de la beatísima Trinidad,
era Señora de todo lo c r ia d o , y todo lo habia de here­
dar su Unigénito : y lo que las humanas leyes conceden
siendo puesto en razon natural , fio habia de faltar en las
divinas.
254 Sálió esta v o z del trono real por medio de un án­
gel , que con em ulación santa , m e p a re ce , diria al E van -
gelísta ; Atiende y m ira al tabernáculo de Dios con los
h o m b res, y vivirá con ellos , y serán ellos su pueblo;
será su hermano , y tom ará su form a por m edio de ese
tabernáculo de M a r ía , que miras baxar del cielo por su
concepción , y formacion. Pero les podemos responder con
alegre semblante á estos cortesanos del cielo; q u e está muy
bien el tabernáculo de Dios con n o so tro s, pues es nuestro
y por él lo será Dios , y recibirá vida^y sangre, que ofrez­
ca
P r im era P arte, L ib . L C ap. X V IL 227
ca por nosotros ; y con ella nos ad q u iera, y haga pueblo
suyo , y viva con nosotros com o en su casa y morada, pues
le recibirémos sacram entado, y nos hará su tabernáculo.
Estén contentos estos divinos espíritus y príncipes con ser
hermanos m ayores y ménos necesitados que los hombres.
Nosotros somos los pequeñuelos y en ferm os, que necesita­
mos del regalo , y favores de nuestro padre , y herm a­
no. V enga en el tabernáculo de su madre y nuestra: to ­
me forma de carne humana de sus virginales entrañas:
encúbrase la D ivinidad , y v iva con nosotros y en noso­
tros. Tengám osle tan cerca , que sea nuestro Dios y noso­
tros su pueblo y su morada. Adm irénse los espíritus angé­
lic o s , y suspensos de tantas m aravillas bendíganle; y go^
zémosle nosotros los m o rta le s, acompañándolos en la mis­
ma alabanza de admiración , y am or. Prosigue el
texto.
25S T D ios enjugará toda lágrima de sus ojos ^ y no
quedará m uerte, ni llanto , ni clamor , ni restará dolor^ S e ,
C o n el fruto de la redención h u m an a , de que se nos dié-
xon prendas ciertas en la concepción de M aría santísim a,
se enjugáron las lá g rim a s, que el pecado sacó á los ojos
de los mortales ; pues para quien se aprovecháre de las m i­
sericordias del A ltísim o , de la sangre y méritos de su hi­
jo , de sus mistérios y sacram en tos, de los tesoros de su
Iglesia santa , y para conseguirlos, de la intercesión de su
madre san tísim a, para ellos no h a y m u e rte , ni dolor , ni
lla n to ; porque la muerte del p e c a d o ,- y todo lo antiguo
F f2 que
228 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

que de ella resultó^ dexó y a de ser y se acabó. E l v e rd a ­


dero llanto se fué al profundo con los hijos de perdición^
adonde no h a y rem edio. E l dolor de los trabajos no es
llanto ni dolor verdadero , sino aparente y que se com­
padece con la verdadera y suriva alegría ; y recibido con
igualdad es de inestim able v a lo r ; y com o prenda de amor
lo eligió para sí y p a ra su madre y hermanos e l hijo de
Dios.
25Ó Tam poco habrá c la m o r, ni voces querellosas; por.
que los justos y sabios con el exem plo de su M a e stro , y
de su m adre h u m ild ísim a, han de aprender á callar, co ­
mo la sim ple ovejuela , quando es llevada á ser vid im a y
sacrificio. Y el d e re c h o , que tiene la flaca naturaleza á
buscar algun a liv io , dándo voces y quexándose, le debea
renunciar los amigos de D io s , viendo á su M agestad, que
es su c a b e za , y e x e m p la r, abatido hasta la muerte afren­
tosa de la c r u z , para restaurar los daños de nuestra im p a ­
ciencia y poca espera. ¿ C ó m o se le ha de consentir á nues­
tra naturaleza que á la vista de tanto exem plar se alte­
re , y dé voces en los trabajos? ¿Cóm o se ha de perm i­
tir , que tenga m ovim ientos desiguales y contrarios á la
caridad , quando C hristo viene á establecer la le y del am or
fraternal? Y vuelve á repetir el E v a n g e lista , que no habrá
was d o lo r; porque si alguno habia de quedar en los hom ­
bres , era e l dolor de la mala c o n cie n cia : y para rem edio
de esta d o le n cia , fué tan suave m edicina la encarnación
del V e rb o eu la^ e^itrañas de Mítría san tísim a , que y a es­
te.
P r i m e r a P a r t e , L i b . I. C a p . XVIT. 229
te dolor es gustoso y causa de a le g ría , y no merece nom­
bre de dolor, pues contiene en sí el sumo y verdadero go­
zo ; y con haberle introducido eu el m u n d o , se fuéron las
cosas p rim eras, que fuéroxi los dolores y rigores inefica­
ces de la le y antigua ; porque todo se tem pló y acabó
con la abundancia de la le y Evangélica para dar g ra cia .
Y por esto añade y dice : A dvierte que todo lo hago nue­
vo» Esta v o z salió del que estaba asentado en el tro­
no porque él mismo se declaró por Artífice de todos los
misterios de la nueva le y del E vangelio. Y comenzando
esta novedad de cosa tan peregrina, y no pensada de las
cria tu ra s, com o lo fué encarnar el Unigénito del Padre,
y darle madre virgen y purísima ; era necesario , qu e si
todo era nuevo , no hubiese en su m adre santísima alg u ­
na cosa vieja , y antigua ; y claro está , que el pecado o ri­
ginal era casi tan antiguo com o la naturaleza , y si le
tuviera la madre del V erbo h um an ad o, no hubiera hecho
todas las cosas rvevas.
1257 T dixome : E s c r ib e , que estas palabras son fidcl.'-
simas y verdaderas, 3 '* me dixo : Ta^ está hecho , ^ c, A
nuestro modo de hablar siente ÜÍos m ucho que se olviden
las grandes obras de a m o r, que hizo por nosotros en su
encarnación y redención humana : y para mem oria de
tantos beneficios y reparo de nuestra ingratitud manda^
que se escriban. Y así debian los m ortales escribir esto en
sus co razo n es, y tem er la ofensa que contra Dios com e­
ten con tan grosero y execrable olvido. Y aunque es v e r­
dad
230 m ís t ic a C iu d a d de D io s .

d a d , que los Católicos tienen fe y credulidad de estos mis­


terios ; pero con el desprecio qu'fe muestran en agradecer­
los , y el que suponen en o lvid arlo s, parece que tacita-
mente los niegan , viviendo como si no los creyesen. Y
para que tengan un fiscal de su feísimo desagradecim ien­
to , dice el Señor : Que estas palabras son fidelísimas y
verdaderas; Y siendo así que lo so n , véase la torpeza y
sordera de los mortales en no darse por entendidos de
verdades , que como son fidelísim as, fueran eficaces ,
m over e l corazon h u m an o , y vencer su rebeldía , si c o ­
mo verdaderas y fidelísimas se fixáran en la memoria , y
en ella se revolviéran y pesáran com o ciertas y infalibles,
que las obró Dios por cada uno de nosotros.
258 Pero como los dones de Dios no son con peniten­
c ia , porque no retrata el bien que hace , aunque desobli­
gado de ios h om bres, d ic e , que y a está techo : com o si
nos d ix e r a , que por nuestra ingratitud no quiere retroce­
der en su a m o r ; ántes habiendo enviado al mundo á M a­
ría santísima sin culpa o rig in a l, y a da por hecho todo lo
que pertenece al misterio de la encarnación ; pues estando
M aría purísim a en la tie r r a , no parece que se podia que­
dar el V e rb o eterno en solo el c ie lo , sin baxar á tomar
carae hum ana en sus entrañas. Y asegúralo m a s , dicien­
do : To soy A lp ha , y Omega , la prim era y últim a letra,
que com o principio y fin encierra la perfección de todas
las obras ; porque si les d oy p rin cip io , es para llevarlas
hasta la perfección de su último fin. Y así lo haré por-
me-
pRiMHRA P a r t e , L ib . L C a p . X V II. 231
medio de esta obra de Christo y M a r ía ; que por ella co­
mencé , y acabaré todas las obras de la g r a c ia , y lleva­
ré á mí y encaminaré á mí todas las criaturas en el hom ­
bre , com o á su último fin y centro donde descansan.
259 To dr,rc al sediento graciosamente de la fuen te de
la v> - ’ . . .7 que v j n i j T j poseerá estas cosas ^ ¿ Q uién
se aiiiiv ^ j todas las criaturas , para dar consejo á Dios,
ó algun.1 d;. va, con que obligarle al retorno? Esto dixo
cl Apóstol , pnr.i que se entendiese , que todo quanto Dios
h a c e , y ha hecho con los hom bres, fué de gracia y sin
obligación que á ninguno tuviese. E l origen de las fuentes
á nadie debe su corriente de los que van á beber á ellas;
de valde y de gracia se dan á todos los que llegan ; y de
que todos no participen su manantial , no es culpa de la
fu M te , sino dd q iien no llega á b e b er, estando e l!a c o m -
bidando con abundancia y alegría. Y aun porque no llegan
ni la b u sca n , sale ella misma á buscar quien la reciba; y
corre sin detenerse ; que tan de gracia y de valde se ofre-
ce á todos. ¡ O tibieza reprehensible de los mortales! ;O
ingratitud abom in able! Si nada nos debe el verdadero
Señ o r, y todo nos lo dió y lo da de gracia ; y entre todas
sus gracias y beneficios la m ayor gracia fué haberse he­
cho hombre y muerto por nosotros; porque en este be­
neficio se nos dió todo á sí mismo , corriendo el ímpetu
de la D ivinidad hasta topar con nuestra naturaleza, y unir­
se con ella y con nosotros. ¿ Cóm o es po sib le, que estan­
do tan sedientos de honra , de gloria y deleytes no U e-
g u e-
232 m ís t ic a C iu d a d de D io s .

guem os á beberlo todo cn esta fuente , que nos lo ofre-*


ce de gracia ? Pero y a veo la causa , porque no estamos
sedientos de la verdadera g lo ria , honra y descanso; anhe­
lamos por la engañosa y aparente, y malogramos las fuentes
de la gracia , que nos abrió Jesu Christo nuestro bien con
sus merecimientos y muerte. M as á quien tuviere sed de la
D ivinidad y de la gracia, dice el Señor, que le dará de valde
de la fuente de la vida, i O qué grande dolor y compasion
e s , que habiéndose descubierto la fuente de la vida, h a y a
tan pocos sedientos por e l l a , y tantos corran á las aguas
de la m u e rte ! Pero eí que venciere en sí mismo al demo­
nio , mundo y á su propia carne , este poseerá estas co­
sas. Y d ic e , que las tendrá , porque dándose laS aguas
de gracia , pudiera te m e r, si en algún tiempo se las ne-
gáran ó revocáran ; y para asegurarle , d ic e , que se las
darán en posesion sin lim itarla ni coartarla,
260 Antes le afianza con otra nueva y m ayor asegu­
ra c ió n , diciéndole el Señor : To seré D ios para é l ^ y él
para m í será hijo. Y si é l es Dios para nosotros, y no­
sotros h ijo s , claro está que fué hacernos hijos de Dios;
y siendo hijos, era consigijiente ser herederos de sus bie­
nes ; y siendo herederos ( aunque toda la herencia sea de
gracia) la tenemos se g u ra , com o los hijos tienen los bie­
nes de su padre. Y siendo Padre y Dios juntamente , infi­
nito en atributos y p erfeccion es, ¿quién podrá d e c irlo que
nos ofrece con hacernos hijos suyos? Aquí se encierra el
amor paternal , la conservación, la vocacion , v iv ific a c ió n

r
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C ap. X VIL 233
y la justificación ; los medios para a lc a n z a rla , y para fin
de todo la glorificación, y estado de la felicidad , que
ni ojos viéron , ni oidos o y é ro n , ni pudo venir en cora­
zon humano. Todo esto es para los que vencieren , y
fueren hijos esforzados y verdaderos.
261 Pero á los tímidos^ incrédulos ^ execrables ^ homici-
, y fornicarios , bechizeros , idólatras , j; todos los mentí^
rosos, <^c. E n este formidable padrón se han escrito p o r
sus manos propias innumerables hijos de perdición, porque
es infinito el número de los n e c io s, que á ciegas ha hecho
elección de la muerte , cerrando el cam ino de la vida; no
porque esté oculto á los que tienen o jo s; mas porque los
cierran 'á la luz , y se han dexado y dexan fascinar y obs­
curecer con los embustes de Satanás , que á diferentes in­
clinaciones y gustos de los hombres les ofrece el veneno
disimulado en diversos potages de vicios que apetecen. A los
tímidos , que son los que y a quieren, y a no quieren, sin h a ­
ber gustado el maná de la virtud , ni entrado en el camino
de la vida e tern a , se les representa insípida y terrible,
siendo el yu g o suave , y la carga del Señor m u y ligera;
y engañados con este te m o r , se dexan vencer prim ero de
la cobardía que del trabajo. Otros incrédulos , ó no adm i­
ten las verdades re v e la d a s, ni les dan crédito , com o los
Hereges , Paganos , y Infieles; ó si las creen , com o C a ­
tólicos , parece que las oyen de léjos , y las creen para
o tro s, y no para sí mismos ; y así tienen la fe muerta,
y obran com o incrédulos.
Gg a6a
234 M ís tic a CiUDAr de D iost
262 L os execrables, que siguiendo qualquier vició sin.
reparo y sin fre n o ; ántes gloriándose de la m aldad , y
despreciando el c o m e te rla s, se hacen contentibles á Dios,-
execrables y m ald itos; llegando á estado de. rebeldía , y
casi imposibilitándose para, e l bien obrar ; y alexándose del
cam inO 'de la ■vida e te r n a , como si no fiieran criados pa­
ra ella , se apartan - y enagenan de Dios y de sus bene&*
cios y bendiciones , quedando aborrecibles al m ism o Señcw^.
y á los Santos# A las homicidas ^ que sin tem or , ni reve­
rencia de la divina justicia , usurpan á D ios el derecho de-
suprem o Señorr, para gobernar- d 'u íu v e r s o , y castigar y-
vengar la s-in ju ria s; y así merecen ser medidos y juzgados
por la misma medida ,, que ellos han querido ■
medir á los
otros y juzgarlos» .L o s fo rn ica rio s, que por¡ un breve y íH'*
m undo d eley te cum plido y . aborrecido pero nunca^ sa c ia --
do •el desordenado. apetito . posponen la amistad .de DioSy*y/
desprecian-'los eternos d e le y te s, que sacian do, se apetecen
m a s ; y satisfaciendo , jam as se acabarán. L o s hechiceras^ >
que creyéron y confiáron en las falsas promesas d e l dra­
gón, disim ulado -c o n apariencias >de-, a m ig o ,, quedáron en^
gajíado« y p e r v e r t id o s p a r a engañar y pervertir, á otrds»-
L os idólatras y que siguiendo y . buscando la D ivinidad no ■
la to p á ro n , estando c e r c a .d e to d o s ;, y se la diéron á qiáen
no la- podia te n e r , porque se la d ab an .lo s mismos , que
los fabricaban ; y eran inanimadas sombras de. la ,verd ;id
y todas cisternas disipadas , para^ contener' la grandeza áe
ser D ios verdadero. A h s w w í/rw o í , ,que .se oponen á ia
su*
P r im e r a P a r t e , L ib r o I. C ap. X VIL 235
suma verdad , que es D io s ; y por alejarse al estremo con­
trario , se privan de su re d itu d y v ir tu d , fiando mas en
el fingido e n g añ o , que en e l mismo A u to r de la verdad y
todo e l bien.
263 D e todos e sto s, dice e l E v a n g e lista , o y ó , que la
parte de ellos seria en e l estanque de fuego ardiente con
a z u fr e , que es la muerte segunda. N adie podrá redargüir á
la divina equidad y ju s tic ia ; pues habiendo justificado . su
causa con la grandeza de sus beneficios y misericordias sin
n úm ero, baxando del cielo á vivir y m orir entre los hom^
bres.; y rescatándolos con su misma vid a y sangre, dexan­
do tantas fuentes de g r a c ia , que se nós diesen de yald e
cn su Iglesia sa n ta ; y sobre todas á la m adre de la mis­
ma gracia , y fuente de la v id a , M aría santísim a, por
c a y o medio la pudiésemos a lca n za r: si de todos estos b e ­
neficios y tesoros no han querido aprovecharse lo s m orta­
les ; y por seguir con un d d e y te momentáneo la herencia
de la m u erte, dexáron la de la v i d a ; no es m u c h o , que
cojan lo que sembráron , y que su parte y herencia sea
•el fuego etern o en aquel profundo form idable de ^¡iedra
a z u fr e , donde no h a y redención ni esperanza de vida, por
haber incurrido en la muerte segunda del castigo. Y aun­
que esta m uerte por su eternidad es infinita ; pero mas fea
y abominable fué la m uerte prim era d e l pecado , que v o ­
luntariamente se tomáron los réprobos con sus manos; por-
qife fué m uerte de la g r a c ia , causada por el p e c a d o , que
se opone á la- boíidad y santidad infinita d e D io s ,, o fca-
Gg 2 dién-
<236 m ís t ic a C iu d a d de D io s .

d ié n d o le , quando debia ser adorado y reverenciado. Y la


m uerte de la pena es justo castigo de quien m erece ser
con d en ad o, y se la aplica el atributo de la recísim a jus­
ticia : y en esto es ensalzado y engrandecido por ella, así
com o en el pecado fué despreciado y ofendido. E l sea por
todos los siglos tem ido y ad orad o , Amen.

C A P Í T U L O XVIIL

P R O S IG U E E L M IS T E R IO DE LA C O N C E P C IO N
de María, santísim a, con la segunda parte del capítulo
veinte y uno del Apocalipsis.

264 P r o s ig u ie n d o la letra del capítulo veinte y uno


del Apocalipsis , dice de esta m an era: T vino uno de los
siete ángeles, que tenian siete copas llenas de siete plagas
novísimas , y hablé conmigo , diciendo : í^en , y te mostra­
r é la esposa, muger del cordero. T levantóme en espíritu á
un g ran de, y alto monte, y mostróme la ciudad santa de
Jerusaien^ que descendía del cielo desde D io s , y tenia ht
claridad de D ios : y su luz era semejante á una piedra pre^
cio sa , como piedra de ja s p e , a sí como cristal, T tenia un
grande y alto muro con doce p u erta s; con doce ángeles en
e lla s , y escritos ttnos nombres , que son de los doce tribus
de los hijos de Israel. Tres puertas al O riente, tres puer-
tas a l Aquilón , trss puertas al A u s t r o , y tres puertas
al
P r im e r a P a r t e , L ib . I. C ap. XVITI. 237

Occidente. T el muro de la ciudad tenia doce fundamen­


t o s y en ellos doce nombres de los doce Apóstoles del cor­
dero. T e l que hablaba conmigo, tenia una medida de caña de
oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro, T ia
ciudad estaba puesta en quadro^y su longitud es tanta, quan­
ta es su latitud : y midió la ciudad con la caña por do­
ce mil estadios : y la longitud, latitud y altura son iguales.
T midió su muro ciento y quarenta y quatro codos, con me­
dida de hombre , que es de ángel, *T la fábrica de su mu­
ralla era de piedra de jasp e i pero la ciudad era oro pu­
rísimo , semejante á un puro vidrio,
265 Estos ángeles, de quien habla en este lugar el E v a n ­
gelista , son siete de los que asisten especialmente ai tro­
no de Dios ; y á quien su M agestad ha dado cargo y po­
te sta d , para que castiguen algunos pecados de los hom ­
bres. Y esta venganza de la ira del Om nipotente sucede­
rá en los últimos siglos del mundo : pero será tan nuevo
el c a s tig o , que ni ántes ni despues en la vida m ortal se
haya visto otro mayor. Y porque estos misterios son m uy
o c u lto s, y no de todos tengo luz , ni tocan á esta historia*
ni conviene alargarm e en e s to , paso á lo que pretendo. Es­
te u n o , que habló á San J u a n , es el ángel, por quien sin­
gularmente vengará Dios las injurias hechas contra su ma­
dre santísima con formidable castigo ; pues por haberla des­
preciado con osadía lo c a , han irritado la indignación d e
su Omnipotencia. Y por estar empeñada toda la santísima
Trinidad e a honrar y levantar á esta R eyn a dei ciclo so­
b re

ur
a j8 M ís t ic a G iu e a d d e D ios .
bre toda criatura humana y a n g élica , y ponerla en é l mun­
do por espejo de la D ivin id a d , y m edianera única de los
m o rta le s, tomará D ios señaladamente por su cuenta vea-
gar las h eregías, errores y blasfemias y qualquier desa­
cato com etido contra e lla ; y el no haberle glorificado, co-
íioeido y adorado en este su tabernáculo, y no se haber a p io -
vechado de -tan incom parable misericordia. Profetizados es­
tán .‘Cstos cast'^os en la Iglesia santa. Y aunque e l enigm a
del Apocalipsis encubre con obscuridad este rigor ; ,¡ pero
ay de los infelices ^ á quien alcanzáre ! y a y de m í , que
ofendí :á Dios tan fuerte y poderoso en castigar ! Absor­
ta quedo .en el conocim iento d e'.tanta ca la m id a d , com o
am enaza.
2 66 H abló el án^el al Evangelista^ y díxole: V é n ^ y
t e m ostraré la esposa ^ muger del cordero Aquí decla*^
r a , que la ciudad santa de Jerusalen, que le m o s tr ó , es
Ja .muger esposa del cordero ^ entendiendo debaxo de esta
¡metáfora (co m o y a he d ic h o ) á M aría santísim a, á quiea
m ^ aba rSan Juan m adre , ó m u g e r, y esposa del cordero
<que es C h r is to ; porque entrambos oficios t u v o , y exercitó
ia R e yn a .divinamente. Fué esposa de la Divinidad única
y singular por la particular fe y am or con que se hizo
y acabó este desposorio: y fué m u g e r, y madre del mis­
ino Señpi hum anado, dándole su misma substancia y c a r-
fje m o r t a l, y criándole y sustentándole en la form a de
hgíftbre , ^ue le habia dado. Para ver y entender tan so-
hwrafiQS íaisterios, fué levantado en espíritu el Evaagelisr
ta
p R jM E R A P a r t e , L i b . I . C a p. X V III, 239

ta á un alto monte de santidad y l u i ; porqus sin salir


de si mismo y levantarse sobre la humana flaqueza , no
los pudi&ra enténcle^; com o por esta causa no los enten-
decios las criaturas im p erfectas, terrenas y abatidas.^ Y le ­
vantado dice : Mostróme la ciudad santa, de Jerusaien , que
descendía del c ie lo , com o fabricada y fo rm a d a , no en la
tie r r a , donde era- com o p e r^ rín a y estraña sino en el
c ie lo , donde no se pudo fabricar con materiales de tierra
pura y común : porque si de e lla se tom ó la naturaleza;
pero fué levantándola a l d é lo , para fabricar^ està ciudad
m ística al m odo celestial y a n g é lic o , y aun d ivin o, y se­
mejante á- la Divinidad,
267 Y por eso • añade , que tènia la claridad d e 'D ie si
porque la alm a de M aría santísima tuvo una participaciófi
de la Divinidad y de sus a trib u to s 'y perfecciones ; que si
fuera posible verla en su mismo ser , pa^'eciera ilum inada
con la cla rid a d . eterna •del mismo Dios; ■
Grandes cosas y
gloriosas están dichas en la-Iglesia católica de esta ciudad
de Dios y de la claridad que recibió dei m ism o Señor; pe­
ro todo es poco , y todos- los' términos humanos le vienen
c o rto s ; y vencido el entendimiento criado , viene á d e cir, que
tu vo M aría santísima uir no sé qué de D ivinid ad ; confe­
sando en esto la verd ad en substan cia, y la ign orancia^pa^
ra- explicar ' lO’ que se confiesa por verdadero. Si fué fabri­
cada en el cielo , eV Artífice selo que á ella la fabricó co­
nocerá SU' grandeza y el parentesco y^ afinidad que
contraxo con M aría san tísim a , asimilando las perfeccio­
nes
24o m ís t ic a C iu d a d de D io s .

n e s , que le dió con las mismas que encierra su infinita


D ivin id ad y grandeza.
268 S u luz era semejante á m a piedra preciosa , como
piedra de jaspe , como c r is ta l, B e , N o es tan dificultoso
de entender, que se asimile al cristal y jaspe juntamente,
siendo tan disimiles , com o que sea semejante á D ios ; pero
de esta similitud conoceremos algo por aquella. E l jaspe
encierra muchos colores , visos y variedad de sombras de
que se c o m p o n e ; y el cristal es clarísimo , purísimo y
u n ifo rm e , y todo junto form ará una peregrina y herm o­
sa variedad. T u vo M aría purísima en su formacion la v a ­
riedad de virtudes y perfeccion es, de que parece fabricó
D ios su alm a compuesta y en tretexid a, y todas estas g ra ­
cias y perfecciones y toda ella semejante á un cristal purí-
simo y sin lu n a r , ni átom o de culpa ; ántes en la cla ri-
d'ad y pureza despide rayos y hace visos de D ivinidad,
com o el c r is ta l, que herido del s o l , parece le tiene den­
tro de sí m ism o , y le r e tr a ta , reverberando com o el
mismo sol. Pero este cristalino jaspe tiene sombras , por­
que es hija de Adán y pura c ria tu ra ; y todo lo que tie­
ne de resp lan d o r, del sol de la D ivinidad es participado-
y aunque parece sol d iv in o , no lo es por n a tu ra leza , mas
por participación y com unicación de su g r a c ia : criatura es
form ada y hecha por la mano del mismo D io s , pero pa­
r a ser rnadre suya.
269 T tenia la ciudad un grande, y alto muro con doce
puertas. Los misterios encerrados en este m u ro , y puer­
tas
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p .X V I I Ì . 241

tas d e esta ciudad m ística de M aría santísima , son tan


ocultos y g ra n d es, que con dificultad podré y o , muger ig ­
norante y ta r d a , reducir á palabras lo que se m e ha dado
á entender. D ir é lo , com o se me concediere ; ad vin ien d o,
que en el instante prim ero de la concepción de A laría
santísim a, quando se le m anifestó la D ivinidad por aque­
lla visión y modo , que arriba d ix e , en tó n ces, á nuestro
HKido de e n te n d e r , toda la beatísima T r in id a d , conio re­
novando los antiguos decretos de criarla y engrandecer­
la , hizo un acuerdo y com o contrato con esta Señora, pe­
ro sin dárselo á conocer por entónces ; pero fué com o con­
firiéndolo entre sí las tres divinas personas, y hablando de
esta manera.
270 ” A la dignidad que damos á esta pura criatura
«de esposa nuestra y m adre del V e r b o , que ha de na­
n ce r de e lla , es consiguiente y debido constituirla R eyn a
r y Señora de todo lo criad o. Y sobre los dones y ricfue-
»zas de nuestra D ivinidad que para sí misma la dotam os
í>y con ced em os, es conveniente darle autoridad , para que
«tenga mano en los tesoros d€ nuestras misericordias in -
« fin itas; para que de ellos pueda distribuir y com unicar
« á su voluntad las gracias y favores necesarios á los m or-
»tales ; señaladamente á los q u e , com o hijos y devotos
«suyos , la invocaren : y que pueda enriquecer á los po-
w b res, rem ediar á los p e ca d o re s, engrandecer á los justos
«y ser universal amparo de todos, Y para que todas las
«criaturas la reconozcan por su R eyna, y Superiora , y D e -
Hh po-

upl
242 m ís t ic a C iu d a d d e D io s :

»positaria de nuestros bienes infinitos , con facultad de*


«poderlos dispensar, la entregaremos las llaves de nuestro
»pecho y vo lu n ta d , y será en. todo la. executora. de nues-
»tro beneplácito con las. criaturas.. Darém osle „ á -m a s de
»todo e s t o , el dominio y potestad sobre el D ragón nues-
»tro enemigO' y todos sus aliados, los dem onios, para que
»teman su. presencia y s a nombre , y con é l se quebran-
»ten y desvanezcan sus engaños y que.- todos, los m ortales
»que se acogieren á esta ciudad de refugio , le hallen
»cierto y seguro s ia tem or de. los, demonios, y sus-
»falacias^
271 Sin manifestarle á. la. a lm a d e M a t íá santísim a to -'
do lo que este decreto, ó promesa co n te n ia ,, la mandó el Se­
ñor en aquel prim er in sta n te , q u e orase c o n .a fe c to , y pi­
diese por todas las. alm as ,< y- les. p r o c u r a s e y solicitase la.
eterna salud. : y en especial, por los- que á ella se. enco­
mendasen, en e l discurso de su. vida.. Y la ofreció la. bea­
tísim a T r i n i d a d q u e e a aquel recísim o tribunal nada le
seria negado ; y que- mandase al. d em o n io ,, y le desviase
con imperio- y virtud de todas, las-alm as ; que para todo
la a s is tirla el brazo» del. Omnipotente.. M as no se.le. dió i
entender la razón , porque se le concedia. este favor, y
los demas- que en. él se encerraban-, que era por madre;
é e l V e rb o - Pero en d ecir San Juan que. la. ciudad, santa
tenia un grande y altó muro entendió este- beneficio-,, que
hizo D ios á su- m a d re , constituyéndola por s a g r a d o -r e fu ­

gio ,, am paro y defensa de todos los h o m b r e s p a r a que:


en
P r i m e r a P a r t e , l i b r o I. C a p . X V IIT. 243
en d ia lo hallasen t o d o , com o en ciudad fuerte y se­
gura m uralla contra los enemigos ; y com o á poderosa
R e yn a y Señora de todo lo criado , y dispenserà de los
tesoros d el cielo y de la gracia acudiesen á ella todos los
hijos de A dán. Y dice , que era muy alto este muro , por­
que el poder de M aría purísima para vencer al demonio,
y levantar á las almas á la gracia , es tan a lt o , que es
inm ediato al mismo D ios, Tan bien guarnecida com o esto
y defendida y tan segura es para sí esta ciudad , y para
los que en ella buscan su protección ; que ni podrán con­
quistar sus m uros, ni escalar por ellos todas las fuerzas
criadafs fuera de Dios.
272 T en ia doce puertas este muro de la ciudad santa;
porque su entrada es franca y general á todas las nacio­
nes y generaciones, sin excluir alguna ; ántes convidando
á todos , para que nadie ( sino quiere ) sea privado de la
gracia y dones del A ltís im o , y de su gloria por m edio
de la R e yn a y madre de misericordia. Y en las doce puer­
tas doce ángeles. Estos santos príncipes son los doce que
arriba cité entre los m il , que fuéron señalados para guar­
d a de la madre del V erbo humanado. E l ininisterio de es­
tos doce á n g e le s, á mas de asistir á la R eyn a , fué ser­
virla señaladamente en inspirar y defender á las almas,
que con d evocion llam an á M aría nuestra R eyn a en su
amparo , y se señalan en su devocion, veneración y amor.
Y por esto dice e l E vangelista , que los vió en las puer­
tas de esta ciudad ; porque ellos son ministros y com o agen-
H h2 te»
244 M ís tic a C iu d a d de D io s .
t e s , que ayudan , m ueven ,y encam inan á los m ortales,
para que éntren por .las puertas de la piedad de M aría
santísima á la eterna felicidad. Y m uchas veces los envia
ella con inspiraciones y favores , para que saquen de pe­
ligros y trabajos de alm a y cuerpo á los que la invocan,
y son devotos suyos ; de varias: penalidades y trabajos los
lib ra.
273 Y d ic e , que tenían escritos unos nombres^ que son
áe 'Jos doce tribus de los hijos de Isra ël \ porque los án­
geles santos reciben los nombres d el m inisterio y oficio, pa­
ra que son enviados al inundoi Y com o estos doce prínci­
pes asistían singularmente á la R eyn a del c ie lo , para que por
su disposición ayudasen á la salvación de los hombres ; y
todos los escogidos son entendidos debaxo de los doce tri­
bus de Isra é l, que hacen e l‘ pueblo santo de Dios ; por
esta razo n dice el E v a n g e lista , que los ángeles tenian los
doce nombres de los doce t r ib u s , com o destinada cada
wno para su tribu ; y que tenian protección y cuidado de
todos los que por estas puertas^ de la intercesión d e M a­
ría santísima habian de entrar á la celestial Jerusalen de
todas las naciones y generaciones;,
2 74 Adm irándom e y o de esta grandeza de- M aría pu­
rísim a , y que ella fuese la m edianera y la puerta para
todos los predestinados^ se me- di6 á- entender, que este be­
neficio correspondía al oficio de m adre de C h r is to , y al
que com o m adre habia hecho con su' hijo santísimo y con
ios hombres ; porí^ue le dió cuerpo humano d e su; purísima
san-

P
P r i m e r a P a r t e , L i b . I. C a p . X V IIL 245
sangre y substancia, en que padeciese y redimiese á los
hombres. Y así en aigun m odo murió ella y padeció en
C h risto por esta unidad de carne y sangre ; y á mas de
esto le acom pañó en su pasión y muerte , y la padeció
de voluntad en la form a que pudo con divina hum ildad
y fortaleza. Y así com o ella cooperó á la pasión , y dió
á su hijo , en que padeciese p o r el linage hum ano, así
tam bién el mismo Señor la hizo participante de la digni­
dad de redentora y le dio los méritos y fruto de la r e -
á^ncion , para que ella los distribuyese , y que por sola
sn mano se comunicasen á los- redimidos. ¡O adm irable te -
sercpa de B io s , qué seguras están en tus divinas, manos
y liberales“ las riquezas d é la diestra del O m nipotente!Pues
tcíiiíj esta C iud ad tres puertas a l O rien te, tres- puertas a l
Aquilón , tres puertas a l M edio d'm ^y tres puertas a iO c -
cidihte , 6 V . Tres puertas que correspondan- á cad a p a rie
del mundo : y en el número de tres nos franquea por ellas
á' todos los mortales quanto el cielo y la tierra: poseen; y
í quitrii dió ser á todo lo c r ia d o , que son las tres divinas-
personas-, P a d re , H ijo , y Espíritu santo; Cada- una- de las:
tres quieren y disponen, que M aría santísima; tenga puer­
tas para solicitar tesoros divinos á los- morrales ; q u e
aunque es un Dios en- tres personas, cada- u n a á e por si
le da entrada y puerta franca, para que éntre esta purí­
sima R eyn a a í tribunal d el ser inm utable d e la santisim a
Trinidad ; para que in terce d a , pida y saque dones: y ^^ai-
cías-, y ae los dé i sus devotos, q ^ k buscara», y obiir-
246 M ís tic a C iu d a d de D io s .
garen de .todo el mundo ; para que nadie de los m orta­
les tenga escusa .en ningún lugar del universo , ni en nin­
guna generación,, ni nación de él ; pues á todas partes h a y
no una puerta ^ sino 1res puertas. Y el entrar en una ciu ­
dad por una puerta franca y patente es tan f á c i l , que si
alguno dexáre de e n t r a r , no será por falta de puertas,
sino porque él mismo se detiene y no se quiere poner
en salvo. ¿Qué dirán aquí los in fieles, hereges, y paganos?
¿Qué los m alos christian o s, y obstinados pecadores ? Si los
tesoros d el cielo están en manos de nuestra m adre y Se­
ñ o ra , si ella nos llam a y nos solicita por medio de sus
ángeles, y si es puerta y m uchas puertas del c ie lo , ¿cómo
son tantos los que se quedan fuera , y tan pocos los que
por ellas entran?
2 7s T e / muro de esta ciudad tenia doce fundamentos y
en ellos los nombres de lo 9 doce Apóstoles del cordero. Los
fundamento* inmutables y fuertes , sobre que edificó D ios
esta ciudad santa de M aría su m a d r e , fuéron todas la?
virtudes con especial gobierno del Espíritu sa n to , que les
correspondía. Pero dice fuéron d o c e , con los doce nom ­
bres de los Apóstoles ; así porque se fundó sobre la ma­
yo r santidad de los A póstoles , que son los m ayores de
los sa n to s, segun lo d e D a v id , que los fundamentos
de la ciudad de Dios fuéron puestos sobre los montes san­
tos ; com o porque la santidad de M a ría , y su sabiduría fué
com o fundam ento de los Apóstoles y su firmeza despues
de la m uerte de Christo. y subida álo s cielos. Y aunque.siem­
pre
P r im e r a P arte , L ib , L C ap. X V llL 247
pre'filé; sir M aestra y e x em p la r; p e ro entóaces sola ella fué
la m ayor firmeza', de la. Iglesia prim itiva. Y porque fué
destinada para este ministerio desde su inm aculada concep­
ción. con las virtudes y gracias correspondientes ; por eso
dice que sus- fundamentos: eran doce,
276 T e l que hablaba con migo tenia una medida de ca­
ña de o r o ,. j í rnidit la ciudad con esta caña p o r doce- m il
estadios , & c .. En’ e sta s: medidas»encerró, e l E vangelista gran­
des misterios de' la dignidad gracias , dones ,■ y méritos
de la-, m adre de Dios.- Y ' aunque la midiéron con' gran
m edida en la dignidad y beneficio^',, que’ puso- el Altísim o
en ella pero ajustóse la m edida en e l retorno^ posible , y
fuéron iguales,. L a longitud f u é tanta , qiianta su' latitud', por
Codas partes estuvo: proporcionada y ig u a l,, sin-que- en- ella
se hallase mengua , d esigu a ld a d , ni im proporcion,-Y n o -m e
detengo-ahora en^ esta-,< remitiéndome.' á- lo qpe'd iré en: to--
do el discurso- de su vida,- Solo advierto aJiora, que esta
m ed id a ,, con que s e midiéron: la d ig n id a d , méritos y gra­
cia de- M aría, santísim a,, fué- la hum anidad d e su^ hijo’ ben­
ditísimo unida, al- Verbo divino^
2 77' Y llámala' el Evangelista caña , por lá fragilid ad
dé* nuestra naturaleza de ca rn e flaca ; y llá m a la de oro^
por la-divinidad de la perdona; del Verbo,. Con esta-dignidad
de C iiristo Dios y hom bre verdadero , y con los dones de la
Eaturaleza, unida á. la- divina- persona, y con los merecimientos
que' obró-,, fué m edidasu' madre- santísim a'por e t mismo Se-
Bor,. E l fué quien- la- midió consigo- m ism o ; y e l l a s i e n d o
m e-
248 m ís t ic a C iu d a d de D io s .

m edida por él , pareció estar ig u a l, y proporcionada en la


alteza de su dignidad de madre. E n la longitud de sus do­
nes y beneficios, y en la latitud de sus m erecim ientos, en
todo fué ig u a l sin mengua ni improporcion. Y aunque no
pudo igualarse absolutam ente con su hijo santísimo con
igu a ld a d , que entiendo llaman los dodos m a te m á tica ,p o r
que C h risto Señor nuestro era hombre ' y Dios verdadero,
y ella era pura criatura , y por esto la medida excedía
infinito á lo que era medido con ella : pero tuvo M aría
purísim a c ie rta igualdad de proporcion co.I ¿u hijo santí­
simo : porque así com o á él nada le faltó de lo que le
co rresp o n d ía, y debia tener , com o hijo verdadero de
D ios ; así á ella riada le faltó , n i tuvo mengiía en lo
que se ie debia , y ella debia , como m adre verdadera
del mismo D io s : de m a n e ra , que ella com o m adre , y
Christo com3 h ijo , tuviéron igualj proporcion de dignidad
de gracia y dones y de todos los m erecim ientos, y nin­
guna gracia criada hubo en C h r is to , que no estuviese coo
'proporcion en su m adre purísima.
17 3 Y d ic e , que midió la ciudad con la caña por doce
mil estadios. E sta medida de esta d io s, y e l número de do­
ce m i l , con que fué m edida la divina R eyn a en su con­
cepción , encierran altísimos m isterios. Estadios llam ó el
E vangelista á la medida p e r fe íla , con que se mide la al­
teza de santidad de los predestinados, segun los dones de
gracia y g lo r ia , que Dios en su mente y eterno decreto
dispuso, y ordenó com unicarles por m edio *de su hijo huma-
aa-
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X VIIL «49
nado ; tasándolos y determinándolos por su infinita equidad
y misericordia. Y ^ co n estos estadios se miden todos los
escogidos , y la alteza de sus virtu d es, y m erecimientos
por el mismo Señor. Infelicísimo a q u el, que no llegare á es­
ta m ed id a , n i se ajustare con e lla , quando el Señor le mi­
diere. E l número de doce m il comprehende todo e l resto
de los predestinados y eleétos, reducidos á las d oce ca­
bezas de éstos m illa re s, que son los doce Apóstoles, prín­
cipes de la Iglesia católica : así com o eH el capítulo sép­
tim o del Apocalipsis están reducidos á los doce tribus de
Israél ; porque todos los eleétos se habian de reducir á la
doítrina que los Apóstoles del cordero enseñáron ; com o ar­
riba tam bién dixe sobre este capítulo-
279 D e todo esto se conoce la grandeza de esta ciudad
de Dios M aría santísima ; porque si á los estadios m ate­
riales Ies dam os ciento y veinte y cinco pasos por lo mé­
nos i cada uno , inmensa parecería una ciudad , que tu vie­
se doce m il estadios. Pues con la medida y estad ios, con
que Dios m id e á todos los predestinados, fué m edida M a­
ría santísima Señora nuestra ; y de la a ltu r a , longitud y
latitud de todos juntos nada sobró; que á todos juntos igua­
ló la que era madre del mismo D io s , y R eyn a y Señora
d e todos ; y en sola e lla pudo caber m a s , que en e l res­
to de todo lo criado«
280 T midió su muro ciento y quarenta y quatro codos
con medida de hom bre, que es de ángel. E sta medida del
m uro de la ciudad de Dios no fué de la longitud , sino
li de
*50 M ís t ic a C iu d a d de D io s .

de la altura de los muros que te n ia ; porque si los esta­


dios del quadro de la ciudad eran doce mil en latitud y
longitud , igual por todas partes , era forzoso , que el mu­
ro fuese algo m ayor y mas por la superficie de afuera,
para encerrar dentro de sí toda la ciudad : y la medida
de ciento y quarenta y quatro codos ( de qualquiera que
fuesen ) era corta para muros de tan estendida ciudad;
pero m u y proporcionada para la altura de 'estos muros
y segura defensa de quien vivia en ella. E sta altura d i­
ce la s^ u rid a d , que tuviéron en M aría santísima todos los
dones y g r a c b s , así de santidad , com o de la dignidad que
puso en ella e l A líísim o. Y para darlo á entender dice,
que la altura contenía ciento y quarenta y quatro codos,
que es número d e sig u a l, y com pjehende tres m uros, grán-
d e , mediano y pequeño correspondiendo á las obras , que
hizo la R eyn a del cielo en lo m ayor , inediano y mas
pequeño. N o porque en ella h abia cosa p e q u é fia , sino
porque las materias en que obraba eran diferentes , y
x)bras tam bién. Unas eran milagrosas y sobrenaturales , y
otras morales de las v irtu d e s, y de e sta s, unas eran in­
teriores y otras exteriores : y á todas dió tanta plenitud
de p e rfe cció n , que ni por las grandes dexó las pequeñas
de o b lig ació n , ni por estas faltó á las superiores ; pero
todas las hizo en grado tan supremo de santidad y bene­
p lácito del Señor, que fué á medida de su hijo santísimo, así en
ios dones naturales com o sobrenaturales. Y esta fué la medida
d el hom bre Dios que fué el Á ngel d el gran consejo, superior á
to-
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p , X V I h . 251
todos los hombres y los ángeles á quienes con proporcion exce­
dió la m adre con el hijo. Prosigue el Evangelista, y dice:
281 T la fá b rica de su muro era de piedra de ja sp e. Los
muros de la ciudad son los que primero se to p a n , y se
ofrecen á la vista de quien la m ir a : y la variedad de los
visos y colores con sus sombras , que contiene e l jasp e,
de cu ya m ateria eran los muros de esta ciudad de D ios
M aría santísima , dicen la hum ildad in efable, con que es­
taban disimuladas y acom pañadas todas las gracias y ex­
celencias de esta gran R e y n a : porque siendo digna M a­
d re de su C r ia d o r , esenta de toda m ácula de pecado y
im perfección , se ofreció á la vista de los h om bres, co­
mo tributaria y con sombras de la común le y de los
demas hijos de Adán ; sugetándose á las leyes y penali­
dades de la vida común , com o en sus lugares diré. Pero
este muro de jaspe , que descubría estas sombras com o en
las demas m ugeres, era en la apariencia , y servia á la
ciudad de inexpugnable defensa. Y la ciudad por dentro di­
ce que era purísimo o ro , semejante á un vidrio purísimo^y
limptsimo ; porque ni en la formacion de M aría santísim a, ni
despues en su vida inocentísima nunca adm itió m á c u la , que
escureciese su cristalina pureza, Y com o la m ancha o lu­
nar (aunque sea com o un á to m o ) si cayese en el vid rio ,
quando sp form a , nunca saldria desuerte que no se co­
nociese la tacha , y el haberla te n id o ; y siempre será de-
fo¿lo en su transparente claridad , y pureza ; así también
si M aría purísima hubiera contraído en su concepción la
II a m á-
M ís t ic a C iu d a d de Dios.
m ácula y lunar de la culpa original , siempre se le co­
nociera , y siem pre la a feara , y no pudiera ser vidrio pu­
rísimo , y limpísimo. N i tam poco fuera oro p u r o , pues tu­
viera su santidad y dones aquella liga del pecado original,
que la baxára de q u ilates; pero fué oro y vidrio esta ciu­
dad , porque fué purísima y semejante á la D ivinidad,

C A P Í T U L O XIX.

C O N T IE N E L A Ú L T IM A P A R T E D E L C A P ÍT U L O
, veinte y uno del Apocalipsis en la concepdon de M aría
santísima,

282 í l f l texto de la últim a y tercera parte del A po­


calipsis , capítulo veinte y u n o , que vo y ex p lica n d o , es
com o se sigue: T los fundamentos del muro de la ciudad
estaban adornados can todas las piedras preciosas. E l p ri­
mero fundamentQ, era jaspe : e l segundo , zafiro , el terce­
ro , cakedonio: el quarto, esm eralda: el quinto , sardonio*
e l sexto ^ sardio: el séptim o, crisólito', el odiavo , berilo', e l
nono, topado: e l décimo, crisopasio: e l undécimo, jacinto',
e l duodécimo, ametisto. T las doce puertas son doce marga­
r it a s , por cada una: y cada puerta de cada margarita-, y
Ja p laza de la ciudad ^ oro lim pio, como vidrio lucidísimo*
X no v i templo en ella. Porque el Señor D ios * omnipotente
tS su tem plo, y e l cordero, T la ciudad no ha menester soh
Juna, ywf Jt éin ¡ux, Por^m la claridad de D ios
mi*
P r i m e r a P a r t e , L i b . L C a p . X IX . 253
fninó, y su lucerna es el cordero. T la s gentes caminarán
con su l u z , y los reyes de la tierra llevarán á ella su ho­
nor y su gloria. T sus puertas no estarán cerradas por e l
dia : que a llí no se hallará noche. N o entrará en ella cosa
alguna manchada , ó que comete abominación y mentira^ mas
de aquellos, que están escritos en el libro de la vida de%
cordero. H asta aquí I l^ a la le tra , y texto del capítulo vein ­
te y u n o , que v o y explicando.
283 H abiendo elegido el Altísim o D ios esta ciudad san­
ta de M aría para su habitación , la mas proporcionada y
agradable que fuera de sí mismo en pura criatura podia
te n e r, no era m u ch o , que de los tesoros de su D ivinid ad ,
y méritos de su hijo santísima fabricase los fundamentos
del muro de su ciudad^ adornados con todo género de pie-'
dras preciosas; para que con igual correspondencia, ta for­
taleza y segu rid ad , que son los muros , y su hermosura
y alteza de santidad y d o n es, que son las piedras pre­
ciosas , y su co n cep ción , que es el fundamento del muro,
fuesen proporcionadas en sí mismas ; y con el fin altísim o
para que la fu n d a b a , que era vivir en ella por am or y
por la humanidad , que recibió en su virginal vientre. T o ­
do esto dixo el E v a n g e lista , com o lo conoció en M aría
santísima ; porque á su dignidad y san tid a d , y á la se­
guridad que pedia el haber de v iv ir D ios en e l l a , com o
€n fortaleza in ven cib le, le convenia que los fundamentos
de sus m u ro s, que eran los primeros principios d e su con-
« p c io n inm atuiada > se fabricasea de todo género de v ir -
ttt“
^ 2g4 m ís tic a C iu d a d de D io s :

tudes en grado eminentísimo y tan preciosísimo , que no


se hallasen otras piedras mas ricas para fundamentos de
este muro,
284 E l primer fundamento, ó piedra d ic e , que era de
ja s p e , cuya variedad y fortaleza dice la constancia ó for­
taleza , que le fué infundida á esta gran Señora en el pun­
to de su concepción santísima ; para que con aquel hábito
quedára dispuesta por el discurso de su vida , para obrar
todas las virtudes con invencible magnificencia y constan­
cia , Y porque estas virtudes y h á b ito s, que se le conce-
diéron , y infundiéron á M aría santísima en el instante de
su co n cep ció n , significadas por estas piedras preciosas, tu ­
viéron singulares p riv ile g io s, que le concedió e l Altísim o
en cada una de estas doce p ie d ra s, los m anifestaré com o
m e fuere p o sib le ; para que se entienda el m isterio , que
encierran los doce fundamentos de la ciudad de D ios. E n
este hábito de fortaleza general se le concedió especial su­
perioridad , y com o im perio sobre la antigua serpiente, pa­
ra que la pudiese r e n d ir , vencer y sugetar , y para que
á todos los demonios les pusiese un género de te rro r, que
huyesen de e lla , y de m uy léjos la temiesen, com o tem blando
de acercarse á su divina presencia. Y por esto no llegaban á
M aría san tísim a, sin ser afligidos con gran pena. A n d u v o
tan liberal la divina providencia con su A lte z a , que no so­
lo no la entró en las leyes comunes de los hijos d el pri­
m er p a d r e , librándola de la culpa o rig in a l, y de la su­
gecion a l d em o n io , que contraen los que en ella son com­
pre-
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C ap . X VIL agg
prehendidos ; sino que apartándola de todos estos daños, jun­
tamente le concedió e l im p e rio , que perdiéron todos los
hombres contra los dem onios, por no haberse conservado
en el estado de la inocencia. Y á mas de esto , por ser
m adre del Hijo del eterno Padre ( que baxó á sus entra­
ñas á destruir e l imperio de maldad de estos enem igos) se
le concedió á la eminentísima Señora potestad real , par­
ticipada del ser de D io s , con que sugetaba á los dem o­
nios , y los enviaba repetidas veces á las cabernas inferna­
les * com o adelante diré.
285 segundo, es zafira. E sta piedra im ita al color
del cielo sereno y claro , y señala unos comQ punti-
coa 6 átomos de oro, refulgente ; que significa la serenidad,
y tran qu ilid ad , que concedió e l Altísim o á los dones y
gracias de M aría san tísim a, para que siempre g o z a s e ,c o ­
m o cielo in m u ta b le, de una p a z serena y sin nubes de
tu rb a ció n , descubriéndose en este sereno unos visos de D i­
vinidad desde el instante de su inm aculada concepción; así
por la participación y sim ilitud que tenian sus virtudes
de los atributos divinos,, en especial con e l de la inmu­
tab ilid a d , com o porque muchas, v e c e s , siendo viad ora, se
le corrió la c o r tin a , y vió claram ente á D io s , com o ade­
lante diré : concediéndola su M agestad en este d o a singu­
lar virtud y p riv ile g io , para com unicar sosiego y sereni­
dad de entendim iento, á q u iea la pidiere por medio de
su intercesión. A sí la pidieran todos los católicos ( á quie­
nes las tormentas inquietas, d e los vicios tienen m areados y
tur-

up'
255 m ís t ic a C iu d a d de D io s .

tu rb a d o s) com o la consiguieran.
286 E l tercero » es calcedonio. T om a e l nombre esta pie­
d ra de la provincia donde se h a lla , que se llam a Calce­
donia. E s de color de carb u n co , y de noche im ita su res­
plandor al de una linterna. E l misterio de esta piedra es
manifestar el nombre de M aría santísima y su virtud. T o ­
m óle de esta provincia del m u n d o , doade se h a lló , lla ­
mándose hija de A d á n , com o los d e m a s , y M a r ía , que
m udado ei acento en latin , significa los M ares ; porque
fué e l O céano de las gracias y dones de la D ivinidad. Y
vino al mundo por m edio de su concepción purísima pera
anegarle y inundarle con e lla s , absorviendo la m alicia del
pecado y sus e fe d o s , y desterrando las tinieblas del A bis­
m o con la lu z de su esp íritu , ilum inado con la lumbre
de la sabiduría divina. C oncedióle e l A ltísim o en corres­
pondencia de este fundamento especial virtud , para que
por medio d e su nombre santísimo d e M a r ía , ahuyentase
las espesas nubes de la infid elid ad , y destruyese los erro­
res de las h eregías, paganism o, idolatría , y todas las du­
das de la fe católica. Y si los Infieles se convirtiesen á es­
ta l u z , in vocán dola, cierto es que m u y presto sacudirian
d e sus entendimientos las tinieblas d& sus errores , y todos
se anegarían en este M a r , por l a virtud de lo a lt o , <1^®
para esto le fué concedida.
287 E l quarto fundamento es esmeralda , cu yo colof
verde y a le g re , sin fatigar la v is ta , la r e c r e a : y declara
misterlosísimameate la g r a c ia , que recibió M aría santísima
ea
P r im e r a P a r t e , L i b . 1. C a p , XIX. 257
en su co n cep ció n , para que siendo amabilísima y gracio­
sa en los ojos de Dios y de las c ria tu ra s, sin ofender ja­
mas su dulcísimo nombre y m em oria, conservase en sí mis­
ma el verdor y fuerza de la santidad y virtudes y dones,
que re cib iese , y se le concediese. Y dióle adualm ente en
esta correspondencia el Altísim o , que pudiese distribuir es­
te beneficio , comunicándole á sus fieles devotos , que pa­
ra conseguir la perseverancia y firm eza en la amistad de
Dios y en las virtudes la llamaren.
288 E l quinto es Esta piedra es transparente, y
su color mas im ita al encarnado claro , aunque com pre­
hende parte 'de tres colores: abaxo negro, en medio blanco,
y en lo alto nacar ; y todo hace una variedad graciosa. E l
misterio de esta piedra y sus colores fué significar junta­
mente á la m a d re, y al hijo santísimo que había de en­
gendrar. L o negro dice en M aría la parte inferior y ter­
rena del c u e r p o , negrecido por la mortificación y trabajos
que padeció ; y lo mismo de su hijo santísimo afeado por
nuestras culpas. L o blanco dice la pureza del alm a de la
madre virgen , y la misma de Christo nuestro bien. Y lo
encarnado declara en la humanidad la Divinidad unida h i-
postáticamente ; y en la madre manifiesta e l amor , que
de su hijo santísimo participó con todos los resplandores
de la D ivinidad , que se le comunicáron. Fuéle concedido
por este fundamento á la gran R eyn a del c ie lo , que por
su intercesión y ruegos fuese eficaz con sus devotos e l v a ­
lor suficiente para todos de la encarnación y redención; y
Kk que
2g8 m ís t ic a C iu d a d de D io s .

qu e a sim ism o , p a ra , conseguir este b en eficio, les alcanza­


se devocioa particular con los m isterio s, y vid a de Chris­
to Señor nuestro.
289 E l se x to , sardio. E sta piedra también es transpa­
r e n te , y por lo que ¡m ita á la llam a clara del fu ego, fué
« m bo lo del d o n , que se le concedió á la R e y n a del cie­
lo » de arder su corazon en e l divino amor incesantemen­
te, co m a la llam a d e l fuego ; porque nunca h izo interva­
lo , ni se aplacó la llam a de este incendio e n su pechoj
ántes desde e l instante de su co n cep cío n , donde, y quan­
do se encendió este fu e g o , siempre creció mas ; y en el
estado su p rem o , que pudo caber en pura c r ia tu r a , arde y
arderá por todas las eternidades. Fuéle concedida aquí á
M aría santísima privilegia especial para dispensar con esta
correspondencia e l influxo del Espíritu santo » y su amor y
dones á qnien le pidiere por ella»
29a E i séptim o, crisólito. E sta piedra im ita en su co­
lor al o ra re fu lg en te , con alguna sim ilitud de lum bre ó
faego ; y esta, se descubre mas en la noche que en el dia.
D eclara en M aría santísima el ardiente a m o r , que tuvo á
la Iglesia m ilitante » y á sus misterios » y le y d e gracia
cn especial. Y lu ció m as este am or en la noche» que cu^
b rió la Iglesia con la m uerte de su hijo santísima» y en
e l m agisterio que tuvo esta gran R eyn a en lo s principios
de la le y E vangélica , y en e l afeélo con que pidió su e s-
lablecim ienta^ y d e sus sacram entos; cooperando á toda
{ com o en sus lugares diré ) con e l ardentísim o am or que
tu-
P r im e r a P a r t e , L ib . I. C ap. X IX . 259
tu v o ála salud hum an a: y ella sola fué la que sup o, y
jjudo dignamente hacer e l aprecio debido de la le y san­
tísima de su hijo. Con este am or fué prevenida y dota­
da desde su inmaculada con cep ción , para coadjutora de
Christo nuestro Señor. Y se le concedio especial privi­
legio para alcanzar gracia á quien la llam áre , con que
se disponga para recibir los sacramentos de la Iglesia
santa con fruto e sp iritu a l, y no poner óbice i sus efec­
tos.
291 E l oSiavo €S vertió. E ste es de color verde y am a­
rillo , pero mas tiene de v e r d e ; con que im ita m ucho á la
o liv a , y resplandece brillantem ente. Representa las singu­
lares virtudes de fe y e sp e ra n za , que fuéron dadas á M a­
ría santísima en su concepción con especial claridad , pa­
ra que em prendiese, y obrase cosas arduas y superiores,
com o en efeélo las hizo por la ¿lo ria d e su H acedor. F ué-
ie concedido con este don , que diese á sus devotos es­
fuerzo de fortaleza y paciencia en las tribulaciones y di­
ficultades de los trabajos; y que dispensase de aqueUas v ir­
tudes y dones en virtud d e la d ivina fidelidad y asisten­
c ia del Señor.
292 E l noveno , topacio. E sta piedra es transparente, d e
color m o ra d o , y de v a lo r y estima. F ué símbolo de la
honestísima virginidad de M aría Señora n u estra, junto con
ser madre d el Verbo h u m an ad o : y todo fué para su A lte­
za de grande y singular estim a ció n , con humilde agrade­
cimiento que le duró toda la vida. E n e l instante de su
Kk 2 con-
i6 o M ís t ic a Ciuda© de Diosr
eóncepciotr pidió al Altísimo la virtud de la castid ad , y
se la ofreció para lo restante de ser viadora ; y conoció
entónces que le era concedida esta petición sobre sus vo~
tos y deseos. Y no solo para sí , sino que la concedió el
Señor , que fuese maestra y guia de las vírgines y castas: y
que por su intercesión alcanzasen estas virtudes sus d evo­
tos , y la perseverancia en ellas.
293 E l décimo es crisopasio; cu yo color es verd e, y
muestra algo de oro. Significa la firmísima esperanza, que
se' le concedió: á M aría santísima en su co n cep ció n , reto­
cada con e l am or de Dios, que la realzaba. Y esta virtud fué-
inm óvil en nuestra R e y n a , com o con ven ia, para que á las
demas comunicase este mismo e fe ^ o ; porque su estabilidad
se fundaba en la firm eza inmutable, de su ánimo genero­
so , y alto en todos los trabajos y exercicios de su vida,
santísima ; en especial en la m uerte y pasión de su hijo
benditísimo4 Concediósele con este beneficio, que fuese efi»-
ca z medianera con el A ltísim o , para alcanzar esta virtu d
de ia firmeza en la esperanza para sus devotos.
294- Undécimo^ jacintú ^ que muestra el. color violado per­
íbolo. Y en este fundamento se encierra el am or que tuvo
M aría santísima infuso en su concepción, de la redención
del linage h u m an o , participado de antemano del que su
hijo y nuestro Redentor habia de tener , para morir por
los. hombres.. V com o de aquí se habia de originar todo,
e l rem edio de la culpa y justificación de las a lm a s , se le
concedió, á esta gran R eyna especial privilegio con este
am o r„
P r im e r a P a r t e , L ib . L Cap. XIX. ^ 6t
am or , que le duró desde aquel prim er instante, para que
por su intercesión ningún género de pecadores, por gran­
des y abominables que fuesen , si la llamasen de veras, fue^
sen excluidos del fruto de la redención y justificación ; y
que por esta poderosa Señora y abogada alcaxizáran la vid a
eterna.
295 E l duodécimo^ a m etisto, de color refu^lgente con v i­
sos violados. E l misterio de esta piedra ó fundam ento cor-
r-esponde en parte a l primero ; porque significa un género
áe virtud que se le concedió en su concepción á M ana
san tísim a, contra las. potestades d e l in fie r n o para que sin­
tiesen los. demonios’ , que salia de ella una fuerza ( aun­
que no les mandase , ni obrase contra ellos ); que les afli­
gía- y atorm entaba , si querían acercarse á su persona. Y
le fué concedido este p riv ile g io , com o consiguiente al in--
Gom parable z e lo , que esta Señora tenia de exáltar y de­
fender la gloria de Dios y su- honra. Y en. virtud de este
siní^ular beneficio tiene M aría santísima particular potestad
para expeler los demonios de los cuerpos humanos c o n ia
invocación de su dulcísimo n o m b re , tan poderoso co n tra
estos espíritus malignos , que en o y é n d o le , quedan rendi­
das y quebrantadas sus fuerzas. Estos son en suma los mis­
terios de los doce fu n d a m e n to ss o b re que etlificó Dios su
ciudad santa de M aría : y aunque contienen otros muchos
sacramentos de los favores que recibió , que no puedo ex^
pilcarlos ; pero en el discurso de esta h isto ria se irán
m anifestando, coiïio el Señor me diere lu z y fuerzas f a -
Jia decirlo..
262 M is t ic a C iu d a d de D io s .

2 96 Prosigue y dice e l Evangelista : Q ue ¡as doce puer-^


tas son doce m argaritas, por cada una puerta una margal-
rita , E l número d e tantas puertas d e esta Ciudad mani­
fiesta , que por M aría santísim a, y por su inefable d ig ­
nidad y merecimientos se hizo tan fácil com o franca la
entrada para la vid a eterna. Y era com o debido y corres­
pondiente á la excelencia d e esta eminente R eyn a , qué
en ella y por ella se magnificase la misericordia infinita
del Altísim o , abriéndose tantos cam inos para com u­
nicarse la D iv in id a d , y para en trar á su participación t o ­
dos ios mortales por medio de M aría purísima , si quisie­
ren entrar por sus méritos y intercesión poderosa. Pero el
p r e c io , gran d iosid ad , hermosura y belleza d e estas doce
puertas , que eran d e m argaritas ó p e rla s , declara el v a ­
lo r de la dignidad y gracias de esta E m peratriz de las A l­
turas , y ¡a suavidad d e su nom bre dulcísim o para atraer
á D ios los m ortales. C onoció M a ría santísima este benefi­
cio d e l Señor, que la hacia medianera única del linage hu­
m ano , y dispenserà de los tesoros de su D ivinidad por su
Hijo unigénito. Y con este conocim iento supo ia prudente
y oficiosa Señora hacer tan preciosos y hermosos los m e­
recimientos de sus obras y d ig n id a d , que es asom bro de
ios bienaventurados del c ie lo : y por eso fuéron las puer­
tas d e esta ciudad preciosas m argaritas p a ra el Señor y los
hombres.
2 97 E n esta correspondencia dice : Que ¡a plaza de
esta ciudad era oro purísim o, como vidrio lu cid ísim o. La
pía-
P rim era P a r t e , L ib , T, C ap. X IX . 263
plaza de esta ciudad d e D io s , M aría santísim a, es el in­
te r io r , donde ( c o m a e a plaza y lugar co m u n ) concurren
'to d a s las potencias »-y asiste e l com ercio y tra ta de la re>
pública d el a lm a , y tod a la q u e entra en ella por los
sentidos ó por otros camino's. E sta plaza en M aría santísi­
m a fué oro lucidísim a y purísim o, porque estaba com o fa­
bricada d e sabiduría y amor divino. N unca h u b a allí, ti­
bieza , ni ignorancia 6 inadvertencia; todos: sus pensamien­
tos fuéron altísim os, y sus afeétos inflamados en inmensa
caridad. Y en esta plaza se consuTtáron los misterios altí­
simos de la D iv in id a d : allí se despachó aquel kj/í í ,

que dió principio á la m ayor obra que Dios !ia hecho ni


hará ja m a s : allí se formáron y consultáron innumerables
peticiones para el tribunal d e D ío s en favor del linage hu­
mano : allí están depositadas la s riquezas que bastan para
sacar d e pobreza á to d a el m u n d o , si todos entraren al co­
m ercio d e esta plaza. Y aun será también plaza de armas
contra el demonio y todos los vicios ; pues er? e l interior
de M aría purísima estaban las gracias y v irtu d e s , que á
ella la hiciéron* terrib le contra el in fiern o , y á nosotros nos
dariar> virtud y fuerzas para vencerle.
295 D ic e m a s: Que en la dudad no vió templa aporque
e l Señor Vios^ omnipotente es sii te m p h , y c l Cordero, E l
tem plo en las ciudades sirve p a ra la oraeion y culto, que
damos á D io s: y fuera grande falta , si en la ciudad de
D io s n a hubiera te m p lo , qual á su grandeza y excelencia
convenia. Pero en esta ciudad d e M aría santísim a hubo
tan
254 'M ís t ic a C i u d a d d e D io s :
tan sagrado templo , que el mismo Dios omnipotente y el
C ordero que son la Divinidad y humanidad de su Hijo
u n igén ito, fuéron tem plo suyo ( porque en ella estuviéron
com o en su lugar le g ítim a ) y templo donde fuéron ado­
rados y reverenciados en espíritu y verd ad, mas dignamen­
te que en todos los templos del mundo. Fuéron también
t-eniplo de M aría p u rísim a, porque ella estuvo com prehen-
d id a , rodeada y com o encerrada en la Divinidad y hum a­
n id a d , sirviéndola de su habitación y tabernáculo. Y como
estando en é l , nunca cesó de a d o ra r, dar culto y orar al
mismo Dios y al V erbo humanado en sus entrañas ; por
eso estaba en Dios y en el Cordero com o en tem plo; pues
al tem plo no le conviene m én o s, que la santidad continua
en todos tiempos. Y para considerar á esta divina Señora
dignam ente , siempre la debemos im aginar en la misma D i­
vinidad encerrada , com o en te m p lo , y en su hijo santí­
simo ; y allí entenderémos, qué ad os y operaciones de am or,
•y reverencia haria ; qué delicias sentirla con el mismo Se-
íio r , y qué peticiones haria en aquel templo tan en favor
d el linage humano ; que com o veia en Dios la necesidad
grande de reparo que tenia , se encendia en su caridad,
clam aba y pedia d e lo íntimo del cora:áon por la salud de
los m ortales.
299 T am bién d ice el E van gelista: Que la ciudad no ha
msmstcr s o l, ni luna, que la den lu z , porque la claridad
de Dios la ihrniné ^ y su lucerna es el Cordero, A la pre­
sencia de otra clarid ad m^yor y mas refulgente que la del
sol
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C a p . X IX . 265
sol y de la luna , no son estas necesarias, com o sucede
en el cielo E m p íre o , que allí h a y claridad de infinitos so­
les , y no hace falta este , que nos alum bra, aunque es tan
resplandeciente y hermoso. E n M aría santísima nuestra R e y ­
na no fué necesario otro sol ni luna de criaturas , para
que la enseñasen y alumbrasen ; porque sola sin exem plo
agradó y com plació á Dios : ni tam poco su sabiduría, san­
tidad y perfección de obrar pudo tener otro m aestro , y
árbitro ménos que al mismo sol de justicia , su hijo san­
tísimo. Todas las demas criaturas fuéron ign orantes, para
enseñarla á merecer ser madre d ign a de su C riador. Pero
cn esta misma escuela aprendió á -ser humildísima y obe-
dientísim a entre las hum ildes y obedientes; pues no por
ser enseñada del mismo D io s , dexó de preguntar y obe­
decer hasta á los mas inferiores en las cosas que conve­
nia o b ed ecerlo s; ánt-es com o discípula única del que en­
mienda á los sa b io s, aprendió esta d ivin a filosofía de tal
M aestro. Y salió tan s a b ia , que pudo decir e l E vange­
lista :
300 T la^ gentes eamnarán con su luz: porque si C h risto
Señor nuestro llam ó á los d o lo r e s y santos luces encen­
didas , puestas sobre el candelero de la Iglesia , para que
la ilustrasen ; d el resplandor y de la luz que han der­
ram ado los patriarcas y profetas , apóstoles, m ártires y
d odores han llenado á la Iglesia católica de tanta clari­
dad , que parece un cielo con m uchos soles y lunas: ¿ qué
^e podia decii de M aría santísim a, cu ya lu z y resplan-
L1 dor
206 M ís t ic a C iu d a d de D io s .
dor excede incom parablemente á todos los maestros y doc­
tores de la Iglesia , y á los mismos ángeles, del cielo ? Si
los m ortales tu vieraa claros ojos para ver estas luces de
M aría, santísim a, ella sola bastaba, para ilum inar á todo
h o m b re , que viene al m undo, y eacaminarlos por las sen­
das reélas de la eternidad. Y porque todos los que han
llegado al conocim iento de D io s , h a a cam inado con la luz
de esta ciudad s a n ta » dice San Juan : Que las- gentes ca­
minarán. con su luz.. Y á esto, se seguirá también ^
301 T ¡os Reyes de la tierra llevarán á ella su honor
y su gloria^ M u y felices, serán los. Reyes, y los Príncipes,
que en sus, personas, y monarquías, trabajaren con dichoso
d e s v e lo , para cum plir esta, profecía.. Todos debían hacer­
lo , pero serán, bienaventurados, lo s que lo executaren, con­
virtiéndose con afeélo. íntimo de corazon á M aría santísi­
m a , empleando la v id a ,, la h o n ra , las, riquezas y grande­
za de sus fuerzas y estados e n la. defensa de esta ciudad
de D ios ,, y en. d ilatar su. gloria, por el m u n d o , y engran­
decer- su nombre por la Iglesia s a n ta , y contra la osadía
lo ca, de los infieles, y hereges. Con dolor íntim o me adm i-
de. los Príncipes c a tó lic o s, que n a se desvelen por obli­
gar á esta. Señora. , y in v o ca rla , para, que en sus. 'peli­
gros ( que en, los Príncipes son m a yo re s) tengan su re­
fugio y p ro tecció n ,, intercesora y abogada., Y si los peli­
gros son grandes en los reyes y potentados , acuérdense;
^ue no es menor su obligación de ser a g rad ecid o s; pues
4 ice de s í «aisma esta, divina- R e y n a y Señora , que por
ella.
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C ap. X IX . 267
ella reynan los reyes y mandan los príncipes- y los pode­
rosos administran ju s tic ia : ama á los que la ^ m a n , y los
que la ilustran alcanzarán la vid a eterna , porque obran­
do en e lla , no pecarán.
302 ISIo quiero ocultar la l u z , que m uchas veces se m e
ha dado y señaladamente en este lu g a r, para que la m a-
ijiíieste. E n e l Señor se me ha m o strad o , que todas las
aflicciones de la Iglesia c a tó lic a , y los trabajos que pade­
ce el pueblo christiano , siempre se han reparado p o r me­
dio de l a intercesión de M aría santísima ; y que en el afli­
gido siglo de los tiempos presentes -, quando la soberbia
de los hereges tanto se levanta contra Dios , y su Iglesia
llorosa y afligida , solo tienen Mn remedio tan lamentable»
miserias ; y este e s , -convertirse los reyes , y reynos c a ­
tólicos á la madre de la gracia y , misericordia M aría san­
tísim a , obligándola con algún singular servicio , en que se
acreciente y dilate su devocion y gloria por tod a la re­
dondez de la tie r r a ; para que , inclinándose á nosotros,
nos mire con misericordia ; y e n prim er lugar a lca n ce gra­
cia de su Hijo santísim o, con que se reform en los vicios
tan d esvo cad os, com o el enemigo común ha sembrado en
el pueblo christiano , y con su Intercesión aplaque la ira
del S eñ o r, que tan justamente nos castiga, y am enaza con
m ayor azote y desdichas. D e esta reform ación y enmien­
da d e nuestros pecados se seguirá en segundo lugar la vic­
toria contra los infieles , y extirpación de las falsas seélas
que oprimen la Iglesia sa n ta ; porque M aría santísima es
L ia el
263 m ís tic a C iu d a d de D io s.
e l c u c h illo , que las ha de extinguir y degollar en el uni­
verso mundo.
303 O y exp erim en ta'el mundo el daño de este o lvid o,
y si los príncipes católicos no tienen prósperos sucesos en
e l gobierno de sus r e y n o s , en su conservación y aumento
de la fe c a tó lica , en la expugnación de sus enem igos, en
las vÍ<5torias ó guerras contra los in6eles ; todo sucede;
porque no atinan con este norte que los en cam in e, ni han
puesto á M aría por principio y fin inmediato de sus obras
y pensamientos ; olvidados que esta R eyn a anda en los c a ­
minos de la justicia; para, enseñarla , y llevarlos por ella,
y enriquecer á los que la aman*
304 O Príncipe y cabeza d e la satita Iglesia católi­
ca ; y Prelados, que también os. llainais Príncipes de ella:
O católico Príncipe y M onarca de España , á quien por
obligación n a tu ra l, por singular afeólo y por órden del
A ltís im o , enderezo, esta hum ilde , pero verdadera exórta-
c io n : Arrojad vuestra corona y monarquía á los pies de
esta R e y n a , y Señora d el cielo y de la tierra : buscad á
la Restauradora de todo el linage hum ano: acudid^á la que
con e l poder, divino es sobre todo el poder de los hom ­
bres y del infierno: con vertid vuestros afeólos á la. que
tiene en sus manos las llaves d e la voluntad; y tesoros d el
A ltísim o : llevad vuestra h on ra y gloria á esta ciudad:sari­
ta de D io s ; que no la quiere porque la ha. menester para
acrecentar la s u y a , sino ántes para m ejorar y d ilatar la
vuestra..O frecedle con vuestra piedad; c a tó lic a , y de todo
co*
pR-iMERA P a r t e , L i b . L C a p . XIX. 26^
corazon aígun obsec^uio grande y a g ra d a b le , en cuya r e ­
compensa están librados infinitos b ien e s, la con versión de
g en tiles, ía viétoria contra hereges y paganos, la paz y
tranquilidad de la Ig le s ia , nueva lu z y auxilios para me­
jorar las costum bres, y haceros R e y grande y glorioso eii
esta vid a y en la otra.
305 ¡O R eyno y Monarquía de España c a tó lic a , yp < jr
esto dichosísima , si á la firmeza y zelo de tu fe , que so^
bre tus méritos has- recibido de l*a omnipotente diestrar
añadieses tá el temor santo de Dios , correspondiente á la
profesion de esta f e , señalada entre Tas naciones de todb
el orbe ! ¡ Ó si para conseguir este fin y corona de tus.
fe licid a d e s, todos tus- moradores se levantasen co n ardien­
te ferv(.r en la devocion de M aría santísima I ¡ C óm o re s -
plandcctria tiigloria,cóm o-serias- ilum inada, cóm*a am parada
y defencida de esta R eyna, y tus católicos R eyes enriqueci­
dos de tesoros de lo a lto , y por su mano- lU' suave le y
del' Evan^^elio propagada- por todas- la s n acion es!’ Advierten
que esta gran Princt-sa honra á los que k h o n r a n ^ e n r i*
quece á los que la buscan , ilustra-á' lös que laMlustran , yr
defiende á los que en ella esperan; y para h a c e r comigo)
estos oficios de m adre singular ,, y usar de nuevas m isericor­
dias ,. te aseguro que espera' y dfesea que* lia- obligues y
solicites su m aternal amor. Pero también- advierte, que D íos
de nadie necesita^ jr es poderoso' para^ h a c e r de- piedrasí
hijos de, Abuahan ; y si d e taato* bien ce haceyindigncf^.^ue—
de.' reservar est» gloria para quien é l fuere: aeevído mér-
nos lo desmereciere* 3P^
*70 m ís t ic a C iu d a d de D io s .
306 Y porque no ignores el se rv ic io , con que o y se
dará por obligada esta R eyna y Señora de to d o s , entre
m uchos que te enseñará tu dev-ocion y piedad., atiende
al estado que tiene e l misterio de su Inm aculada C o n ­
cepción en toda la Iglesia , y lo que fa lta para asegu­
rar con firmeza los fundamentos de esta ciudad de D ios,
Y nadie juzgue esta a d ve rten cia , como de muger .flaca y
ignorante ó nacida de particular devocion y am or á mi
estado y profesion debaxo de este nom bre y religión de
M aría sin pecado o r ig in a l; pues para m í me basta m i creen-;
cia y luz que en esta historia he recibido. N o es para
m i esta exórtacion , ni y o la diera por solo m i juicio y
d id ám en : -obedezco en ella al Señor que da lengua á los
m udos , hace prestas las de los niños infantes. Y quien se
adm iráre d e esta liberal m iserico rd ia, advierta lo que d e
esta Señora añade el E vangelista d icien d o:
307 T sus puertas no estarán cerradas por e l dia^ que
a llí no hay noche. L as puertas de la m isericordia de M aría
santísim a nunca estuviéron ni están c e rra d a s, ni hubo en
ella noche de culpa desde el instante primero de su ser
y c o n c e p d o n , que cerrase las puertas de esta ciudad de
D io s , como en los demas santos. Y com o en un lugar, don­
de las puertas están siempre patentes, salen y entran li­
brem ente todos los que quieren á todos tiempos y horas;
así á ninguno -se le pone entredicho de los m ortales, pa­
ra que éntren con libertad al com ercio de la D ivin i­
dad por las puertas de la m isericordia de M aría purísima;
don-
P a iM E R A P a r t e , L ib . I. C a p . X IX . 2 71
donde tiene estanco el tesoro del cie lo sin lim itación de
tie m p o , lu g a r , edad,, ni sexó. Todos han podido entrar
desde su fundación , que para eso l a fundó el A ltísim o coa
tantas puertas , y estas no cerradas-,, sino abiertas y fran­
cas y á la luz :: porque desde' su concepción, purísim a c o -
menzáron á salir misericordias y beneficios p o r estas puer­
tas para todo el linage humano.. Pero no porque tiene tan­
tas puertas ,, para que salgan; p o r ellas las riquezas de la.
D ivin id ad , dexa de estar segura, d e enemigos Y por e sa
añade e l texto..
308. ISIo entrará en- ella cosa- manchada', é que cometiere:
aBuminaciony mentira , mas de aquellos , que- están escritos-
en e l Uhro de la vida del Cordero Renovando el: Evangelista,
e l privilegio de las; inmunidades; de- esta, ciudad, de Dios:
M h ría , dió' fin, á, e ste capítulo> veinte y uno^ asegurándo­
n o s, que e n ella, no entró’ cosa-, m anchada , porque se le:
dió alm a y cuerpo^ inmaculados-:: Y no- se pudiera decir,
que no. habia. entrado: en: ella. cosa, sin m ancha, si hubie­
r a ’*"tenido la de la. culpa o rig in a l; pues aun por esta puer­
ta. no entran las manchas ó m áculas de los pecados a c­
tuales.. T odo lo que; entró, en esta: ciudad santa, „ fué lo
que estaba- escrito- en- la vid a del Cordero : porque- d e su
hijo; santísimo se tomó- e l p ad ro a y original para form ar­
la ; y de ningún: otro se: pudo copiar, virtud alguna dé M a ­
ría santísim a, p o r pequeña' que fu e se , si en. ella' pudiera
haber alguna pequeña. Y si á esta puerta de M aría corres­
ponde el ser ciudad de refugio para los m o rta le s, es: con
conr
27* M í s t ic a C iu d a d de D io s .
condicion , que tam poco ha de tener p a r te , ni entrada en
e lla e l que com etiere abominación y mentira. M as no por
esto se despidan los manchados y pecadores hijos de Adan
de llegar á las puertas de esta ciudad santa de D ios; que
si llegan reconocidos y humillados á buscar la lim pieza
de ia g r a c ia , en estas puerta» de la gran R eyn a la h a ­
llarán , y no en otras. Lim pia e s , pura es , abundante
es, y sobre todo es madre de la m isericord ia, dulce, amo­
rosa y poderosa para enriquecer nuestra pobreza y lim ­
piar las máculas de todas nuestras culpas.

D O C T R IN A Q JJE M E D IÓ LA R E T .V A DZL
cielo en estos capítulos»

309 H i j a m ia , grande enseñanza y lu z encierran los


m isterios de estos ca p ítu lo s; aunque en ellos has dexado de
d ecir muchas cosas. Pero de todo lo que has entendido y
e s c r ito , trabaja para que te aproveches y no recibas la
iu z de la gracia en vano. Y lo que brevem ente quiero de
t í , que a d v ie rta s ,e s que p o r haber sido tii concebida en
p e c a d o , descendiente de tierra y con inclinaciones terrenas;
no por eso desm ayes en la batalla de las pasiones, has­
t a vencerlas , y en ellas á tus en em igo s; puefi con las fuer­
zas de la gracia d el A ltísim o , que te ayudará , te puede^
levantar sobre tí m ism a , y hacerte descendiente d el c ie ­
lo , d e doade viene la g r a c ia : y para que lo co n sigas, ha
de
P r i m e r a P a r t e , L i b . L C a p . XIX. 273
de ser tu contìnua habitación en las alturas , estando tu
mente fixa en -el conocim iento d e l ser inmutable y per­
fecciones de Dios ; -sin consentir que de a llí te d errib e la^
atención d e o tra cosa alguna ; aunque sea de las cosas ne­
cesarias, Y con esta incesante mem oria y vista in terio r d e
la grandeza de D io s , -estarás dispuesta en to d o lo dem as,
para obrar lo m as perfeélo de las virtudes , y te h a rá s
idónea para recibir el ínfluxo d e l Espíritu santo y sus d o <
nes ; y llegar a l estrecho vínculo de l a amistad y c o m a «
nicacion con c l Señor. Y para que no im pidas «n »esto su
voluntad s a n ta , que m uchas veces sé te h a m ostrado y
manifestado , trabaja en inortificar la parte inferior de la
c r ia tu r a , donde v iv e n las inclinaciones y pasiones ■sinies­
tras. M uere 4 todo lo terreno , sacrifica en presencia d e l
A ltísim o todos tus apetitos sen sitivos, y ninguno cumplas^
ni hagas tu voluntad sin obediencia ; ni salgas del secre­
t o de tu in te r io r , donde te ilustrará la lucerna d el C orde­
ro. A d ó rn a te , para -entrar «n el tálam o d e tu esposo ; y
d éxate icomponer ^ com o lo hará l a diestra del to d o Po­
d e ro s o , si tú concurres de tu p a rte , y no le im pides. P u ­
rifica tu alm a con m uchos aélos de dolor d e haberle o fe a -
dido ; y con ardenlísim o im ior le a la ® y m agnifica. Bús­
c a le , y no sosiegues hasta hallar al que desea tu a l m a , y
tío le dexes. Y quiero ^ue v iv a s e n esta peregrinación a l
modo de los que la han a ca b a d o , m irando sin cesar a l
o b je to , que ios hace gloriosos. E ste ha de "ser c l arancel'
d e tu v i d a , para ^que co n la luz d e la fe , y la clsrid a d
M m de
-274 M ís tic a C iu d a d ©e D io s *

de D ios om nipotente , que te iluminará , y llenará tu es­


píritu , le am es, adores y reverencies, sin hacer en es­
to intervalo alguno. E sta es la voluntad d el Altísim o en t i
A d v ié r t e lo que puedes gra n g ea r, y tam bién lo que puedes
perder. N o quieras por tí misma a v e n tu ra rlo ; pero sugeta
tu vo lu n tad , y redúcete toda á la enseñanza de tu esposa,
á la mia , y á la de la o b ed ien cia , con quien lo has d e
«onferir todo. E sta fué la doctri n a , que m e dió la m adre
del Señor , á quien y o respondí llena de confusion , y la
dixe :
3x0 R eyn a y Señora de todo lo c r ia d o , cu ya so y
y deseo serlo por todas las etern idades: y o alabo por toda»
ellas la om nipotencia del A ltísim o , que tanto quiso engran­
deceros. Pues tan próspeia s o is , y tan poderosa con su
A lte za ; y o , Señora m ia , os suplico m iréis con m isericor­
d ia á esta vuestra sierva pobre y mísera : y con lo s
dones que el Señor puso en vuestras manos , pa*
3*a distribuirlos á los neeesitados , reparad mi vile­
za , enriqueced mi desnuda p o b re z a , y com peledm e co^
m o S e ñ o r a h a s t a que eficazm ente quiera , y obre lo m as
perfecto , y h alle gracia en los ojos de vu estro h ^ san­
tísim o , y m i Señ o# G rangead para vos m ism a esta e x ál-
ta c io n , de que la mas inútil criatura sea levantada del pol­
v o . E n vuestras manos pongo mi su erte, queredla vos.
Señora y R e y n a m i a » con e fic a c ia ; que vuestro querer es
«tnto y poderoso por los-m éritos de vuestro hijo santísima
y por la palabra d e la beatísima T rin id a d , que tiene em -
pe-
P rim era P a r t s , L íb r o I. Cap, XX, 275
peñada i vuestra voluntad y p eticio n es, para admitirlas»
sin negar alguna. N o puedo o b lig a ro s, porque soy indig-
t í a , pero represénteos ^ Señora m i a , vuestra m ism a santij<
dad y elemencia,

C A P Í T U L O XX.

LO QUE S U C E D IO EN LOS NUEVE M ESES


del preñado de santa A n a \ y lo que hizo M a ría santísima
en el v ien tre, y su madre en aquel
tiempo.

3 11 ^ ^ o n c e b íd a M aría santísima sin pecado original


( com o queda dicho ) con aquella primera visión , que tu­
v o de la D iv in id a d , quedó su espíritu todo absorto , y lle­
vado de aquel objeto de su am or , que com enzó en aquel
« tr e c h o tabernáculo d el materno vientre en el instante
que fué criada su alm a dichosísim a, para no interrum pir­
se ja m a s , ántes para continuarle por toda la eternidad
cn la suma gloria de pura criatura , que goza en la dies­
tra de su hijo santísimo. Y para que en la contem pla­
ción y am or divino fuese crecien d o ; á mas de las espe­
cies infusas , que recibió de otras cosas criadas , y
de las que redundáron de la prim era visión de U
santísima Trinidad , con que exercitó muchos aílo s
de las virtudes , que allí podia obrar , renovó el Se-
M m2 fior
3 76 m ís t ic a C iu d a d d e D io s .
ñ or la m a r a v illa d e a q u e lla v is ió n y m a u ífe s t a c io a a b s tr a c ­

tiv a d e su D iv in id a d , c o n c e d ié n d o s e la o t r a s d o s veces d e -
« u e rte , q u e se le m a n ife s tó la s a n tís im a T r in id a d tre s, v e ­

ces. p o r este m o d o , á n te s d e n a c e r a l m u n do ^una en el


in s ta n te q u e fu é c o n c e b id a o tr a „ á c ia la m ita d d e lo s

n u ev e m eses ; y la te rc e ra „ e l d ia á n te s q u e n a c ie r a . Y
B o se e n tie n d a .q u e p o r no s e r c o n tin u o , e s t e m odo> d e

v is ió n ^ l e fa ltá o tr o m as; in fe r io r a u n q u e s u p e iio r ís im o y

m u y a l t o c o n q u e: m ir a b a p o r fe y e s p e c ia l ilu s tr a c ió n a l

s e r d e D io s r q u e e ste m odo d e c o n te m p la c ió n fu é in c e s a n ­
te y c o n tin u o ' en . M a r ía s a n tís im a s o b r e to d a l a c o n te m p la ­
c ió n ,q u e tu v ié r o n to d o s , lo s . v ia d o r e s ju n to s .

3 12: P e ro ' a q u e lla v is ió n a b s tr a c tiv a d e la D iv in id a d ,,

au n q u e n o- era- agen a d e l e sta d a d e v ia d o r a ; con to d o

eso era: ta n a lta y in m e d ia ta ; á la v is ió n in tu itiv a , q u e


BO d e b ia s e r c o n tin u a en e sta v id a m o r ta l,, p a r a q u ie n h a ­
b ia d e m erecer la , g l o r i a i n t u i t i v a p o r o tro s; a c to s , ; m a s; v e ­

n ia á s e r su m o , b e n e fic io d e la g r a c ia p a ra e ste in te n to ;
p o rq u e d exa b a e s p e c ie s im p r e s a s d el Señ or en el a lm a ,

y la le v a n ta b a , y a b s o r v ia to d a la c r ia tu r a en e l in c e n ­
d io . d e l a m o r d iv in o . E s to s a fe c to s se ren o váro n con e sta s,
I
v is io n e s e n e l a lm a , s a n tís im a d e M a r ía , m ié n tr a s e stu v o
en e l v ie n tr e d e s a n t a . A n a ,, d o n d e s u c e d ió ,, q u e te n ie n *
¿o u so p e r fe c tís im o , d e razon , y ocu pán dose, e n c o n tin u a s

^ p e tic io n e s ; p o r e l lin a g e h u m an o en a c to s h e r ó ic o s d e rc-

n t e r e n c i a ,, a i o r a c i o n . y am or d e D io s y tra to co n lo s á n

^ l e s , . no* s in tió e i e n c e r r a m ie n to ^ d e la n a tu ra l y e stre ch a


car-
P r im e r a P a r t e , l i b r o I. C a p . XX. 27^
cárcel del vientre, ni le hizo, falta el no usar de los sen­
tidos.,, ni ie fuéron. pesadas las. pensiones naturales.de aquel
e>smdo.. A todo, esto- dexó de- atender con estar mas en su
am adOi, q u e e a e l vientre de. s a m adre ,, y mas. que en
sí. misma.,
3 13 La; últim a de^ estas; tres: visiones, que- tu y o fué con
ouevos y mas admirables, favores; del; Señor;: porque la m a-
nifestó como; era. ya; tiempo de: salir, á la lu z d el’ mundo,
y conversación! de. los. mortales., Y obedeciendo á la: divina
voluntad, la. Princesa, d e l cielo^ ,;d ixo ^ al Señor.:/'D ios altí-
»sim o dueñO'de todo^mi se r,, alma, de m i vida ,, y vida.
w,de m i alm a,, infinito en: atributos, y perfécciónes , in c o m -
»>prehensible,. poderoso’ y rico. en.m isericordias ,. R e y y Se-
«íior mio;de nada- me: habéis; dado el. ser que ten-
»go ,. y sin íiaberlb.podido merecer-,., me; habéis enriquecido-
« con los. tesoros de: vuestra*, divina; gracia y lu z ; para que
«con ella: conociera luego; vuestro» ser.- inm utable y perfec-
» cibnes.d ivinas; y conociéndoos,, fuérades: el prim er objeto^
« d e - m í vista, y d e mi: am or, para no b u scaro tro bien:fuera
« d e vosv<l«fi: sois e l sumo, verdadero- y todo m i consuelo.
» M an dáÍsm e;„Señor-m ió , que: salga: á u sa r de la luz ma-*
« terial y conversación; de.'las. c ria tu ra s; y en. vuestro m is - ’
« 3no. i c r , . dónde: todas: las; cosas; se conocen ,, com o e n c la -
»rísim o' espejo ,. he. visto; ú . peligroso, estado^ de. la. vida
"tn o rta l y sus miserias. 5 i-e n ellas . ( p o r mí flaqueza, y n a -
» ^ ra leza ; d é b il) ' he de: faltar por soló un punto á vuestro
»^m or y servició.,, y/ allí; h e d e morir, entónces;,;niuera.aho-
3>ra’.
278 M / sttca C iu d a d de D io s!
».ra aquí, prim ero que pase á estado, donde os pueda per*
wder. Pero Señor y dueño m ío , si vuestra voluntad santa
»se ha de c u m p lir, remitiéndome ai tempestuoso m ar de
ve ste m undo; á vos Altísim o y poderoso bien de mi alma
» s u p lic o , que gobernéis mi v id a , endereceis m is p a s o s ,y
;^hagais todas mis acciones á vuestro m ayor agrado. O rd e-
wnad en mí 1í^ ‘c a r ü a d , para que con e l nuevo uso de
»las c r ia tu r a s , con v q s y con eUas se mejore. H e cono-
» cid o en vos la ingratitud de muchas almas , y tem o con
» r a z ó n ,( q u e soy de su naturaleza) si acasp y o cometeré
» la misma culpa. E;i esta caberna estrecha del vientre de
.»mi m a d re , he gozado de los espacios infinitos de vues-
» tra D ivin id ad : aquí poseo todo el biea que sois v o s ,a u ía -
í^do m ío ; y siendo ahora splo vos m j parte y posesion, no
í>sé si fuej*a de estg encerram iento la perderé á la vis­
i t a de otra lu z y uso de m is sentidos^ Si posible fuera
9>y conveniente renunciar e l com ercio de la vid a , que
wme a g u a rd a , y o de m i voluntad lo negára to d o , y c a -
?>reciéra de e l l a ; pero no se haga m i v o lu n ta d , sino la
»vuestra. Y pue$ así lo q u e reis, dadme vuestra bendicioa
v y beneplácito , para nacer al mundo; y no apartéis de
v m í en el s ig lo , donde me p o n éis, vuestra divina p rotec-
»>BíDn.” H echa esta oración por la dulcísima niña M a ría ,
el Altísim o la dió su bendición, y la mandó c#mo coa
Únperio saliese á la lu z m aterial de este sol v is ib le ; y la
ilustró de lo que debia hacer en cumplimiento de sus de­
seos.
P r i m e r a P a r t e , L i b r o I. C a p . X X . 379
3 1 4 L a felicísima m adre santa A n a corria su preñado, toda
espiritualizada con divinos efeélos y suavidad, que sentía ea
sus potencias ; pero la divina providencia, para m a yo r coro­
na y seguridad de su próspera navegación de la Santa:
ordenó que llevase algún lastre de trabajos ; porque sin
ellos no se logran harto los frutos de la gracia y del
amor. Y para mejor entender lo que á esta santísima m a­
trona sucedió , se debe a d v e rtir, que e l demonio, des­
pues que con sus malos ángeles fué derribado del cielo
i las penas infernales, andaba siempre desvelado , atendien­
do , y asechando á todas las m ugeres mas santas de la
iey antigua ; para reconocer si topaba con aquella , cuya
señal habia v isto , y cu ya planta le habia de hollar y
quebrantar la cabeza. Y era tan ardiente la indignacioii
de L u c ife r , que estas diligencias no las fiaba de solos sus
inferiores : pero ayudándose de ellos contra algunas m uge-
res virtu o sas, él mismo por sí atendía , y rodeaba á Igg
que conocia se señalaban mas en las virtudes y gracia d e l
Altísim o.
315 Con esta m alignidad y astucia a d v irtió m ucho en
la estremada santidad de la g ra n matrona Ana, y en to ­
do lo que alcanzaba de quanto en ella iba sucediendo : y
aunque no pudo conocer el valor d el te so ro , que su dicho­
so vientre encerraba ( porque el Señor le ocult aba este , y
otros misterios ) pero sentía contra sí una grande fqerza
y v ir tu d , que redundaba de santa A na ; y e l no poder pe­
netrar la causa d e aquella poderosa e fic a c ia , le tra ia á
liem -
28o m ís t ic a C iu d a d de D ios .
tiem pos m u y turbado y zozobrado en su mismo furor. Otras
veces se quietaba un p o c o , juzgando <jue aquel preñado
lera p o r e l mismo órden , y causas naturales que los de­
m as ^ y que no habia en él cosa nueva de qu^í tí:n T ;
porque le dexaba e l 'Señor alucinarse ^en *su misma igno­
rancia •, y andarse m areando en las olas soberbias de su
propia indignación. Pero con todo esto se e sca iil ilizai)a su
perversísim o espíritu de ver ta n ta quietud en el preñado
de san ta-A n a ; y ta l v e z se le m anifestaba la asiítiati ínu-
ch o s ángeles ; y sobre todo le despechaba el sentirse
flaco en fu e rza s, ^ ara resistir á la que salia de la biena-
. venturada santa A n a *, y dió en sospechar ^ ^ u e ho era ella
sola quien la causábB.
3 16 T urbado el D ragón con estos rezelos determinó qui­
ta r la Vidá , si pudiera á la dichosísima A na ; y si no lo
co n seg u ia, procurar á lo m énos, que tuviese m al gozo de su
preñado. P o rq u e'e ra tan desmedida la soberbia de L ucifer,
<que se persuadía podría vencer.,-ó ^^uitar la v id a (sin o se
le ocultaba ) á la *que fuese m ad re-d el V erbo humanado, y
a l mismo M e s ía s , R eparador d e l mundo. Y esta su'.na ar­
rogancia fundaba en que su naturaleza de ángel era supcr
rior en ‘condicion y fuerzas á la n atu ral-za h u n-ina; c o ­
m o si á ana y á o tra no. fuera superior la g ra jia , y ca-
tram bas tio estuvieran subordinadas á la v o lu a t ii d¿ 3U
■Criador. Con esta aud acia se animó á tei.tar á -santa A iii
con m uchas 5 igestiones s, espantos, sobresaltos y desconfian­
zas de la vi-iüad de su p re ñ a d o , representándole su larga
edad
P r im e r a P a r t e , L ib , L C a p . XX. 281
edad y dilación. Y todo esto hacia el demonio para ex­
plorar la virtud de la S a n ta , y ver si el e fe a o de estas
sugestiones abria algún p o r tillo , por donde él pudieseen-
trar i saltearle ‘ la voluntad con algún consentimiento.
317 Pero la invicta matrona resistió estos golpes va*-
ronilm ente con hum ilde fortaleza , paciencia, continua ora­
cion y v iva fe en e l S e ñ o r, con que desvanecía las m ara­
ñas fabulosas del D r a g ó n ; y todas redundaban en m ayo­
res aumentos de la gracia y protección divina ; porque
á mas de los grandes merecimientos , que la santa ma­
dre acum ulaba , la defendían los P rín cip es, que guarda­
ban á su hija santísim a, y arrojaban á los demonios de su
presencia. M as no por esto desistió la insaciable m alicia
de este enemigo : y com o su arrogancia y soberbia ex­
cede á su fortaleza , procuró valerse de medios huma­
nos ; porqu» con tales instrumentos se promete siempre ma­
yores victorias. Y habiendo procurado prim ero derribar
la casa de San Joaquin , y santa A n a , para que con el
susto se alterase y moviese ; y com o no lo pudo conse­
guir , porque los ángeles santos le resistiéron, irritó á unas
ttiugercillas flacas conocidas de santa A n a , para que ri­
ñesen con e lla ; com o lo hiciéron con grande ira , inju­
riándola con palabras m uy desmedidas de contum elia ; y
entre e lla s, hiciéron g ra n ,m o fa de su p reñ a d o , diciéndo-
la , qu€ era embuste del demonio salir con aquello al c a ­
bo de tantos años y vejez.
318 N o sg t u r b ó s a n ta A n a c o n e s t a t e n t a c i ó n , á n te s

Nn con
2 8 a M ís t ic a C iu d a d p e D io s .
co n to d a m an sed u m b re y c a r id a d s u fr ió la s in ju ­
r ia s , y a c a r ic ió á q u ie n se la s h a c ia ; y d e sd e e n tó n ­

ces m ir ó a q u e lla s m u geres co n m as a fe c to , y le s h iz o m a ­

yo res b e n e fic io s . P e r o n o lu e g o se le s te m p ló la , i r a , por

h a b e r la s p o s e id o e l d e m o n io , p a ra e n c e n d e r la s en o d io d e

la S a n ta : y com o e n tr e g á n d o s e le .u n a v ez á e s te c r u e l ti­
ran o , cob ra m a s fu e r z a s p ara tra e r á su m a n d a d o á q u ie n
se le su g e t^ , in c itó a q u e llo s r u in e s in s tr u m e n to s , p a r a q u e
in te n ta s e n a lg u n a ven gan za e n la p erso p a y v id a d e san ­

ta A n a ; m as n o p u d ié r o n e x e c u t a r lo , p o r q u e la v ir tu d d i­

v in a h iz o m as d é b ile s y in e p ta s la s fla c a s fu e rz a s d e a q u e ­
lla s m u geres , y n ad a p u d ié r o n o b rar c o n t r a l a .S a n t a ; á n ­

te s e lla la s v e n c ió .c o a a m o n e s ta c io n e s , y la s y e d u x o co n

su s o r a c io n e s á c o n o c im ie n to , y e n m ie n d a d e su s

v id a s .

3 ip C o n e sto q u ed ó v e n c id o el D ra g o n , p ero n o ren ­

d id o ; p orq u e lu e g o s e v a lió d e u n a c r ia d a , q u e s e r v ia á
lo s sa n to s c a s a d o s , y la ir r itó c o n tra sa n ta A n a ; d e su e rte

q u e e s ta fu é p e o r q u e la s o tr a s m u g e r e s , p o r q u e e r a e n e m i­

g o d o m é s tic o 5 y p o r e sto m as p e r tin a z y p e lig r o s o . N o m e

d e te n g o en r e fe r ir lo qu e in te n tó e l e n e m ig o p o r m e d io d e
e sta c r ia d a ; p o r q u e fu é lo m is m o q u e p o r la s o tra s m u g e -

res , au n qu e c o n m a y o r m o le s tia y r ie s g o d e la s a n ta m a trc ^


n a ; p ero co n e l fa v o r d iv in o a lc a n z ó v ic to r ia d e e s ta te n ta ­

c ió n m a s g lo r io s a m e n te que d e la s o tr a s ; p o r q u e n o d o r m i­

ta b a la g u a r d a d e I s r a é l, q u e gu ard ab a á s u c iu d a d sa n ta , y

U ten ia g u a rn ecid a c o a tan tas centinelas « lo s m as esforza­


dos
•’P r im e r a PÁRTE ,*L ib . I. C ap. X X . «83
dos de su m ilic ia , que auyentáron á Lucifer y sus minis­
tr o s , para que* no molestasen mas á la 'd ic h o s a madre,
que aguardaba y a e l parto felicísim o de la Princesa del
c ie lo , y se habia dispuesto para él con los aítos h eróy-
cos de las virtudes y m erecim ientos adquiridos en estas pe­
le a s , y se acercaba a l ' fin deseado. Y y o deseo tanibiea
e l de estos c a p ítu lo s, para c ir la saludable doétrina de m i
S e ñ o ra , y m a e stra : que si bien níe adm inistra todo lo q u s
e s c r ib o , pero lo que á m í me está n iejó r, es su m aternal
am onestación; y así la aguardo con sumo gozo y jubilo
d e mi espíntu.
320 H ablad p u e s , Señora , que vuestra sierva oye. "Y
si me dais Ucencia ( aunque soy p o lvo y ceniza) preguntaré
una d u d a , que en este capítulo se me ha ofrecido ; p u e s'e n
todas me rem ito á vuestra dignación de m adre , maestra y
dueña mia. La duda en que Aie hallo es esta : ¿C ó­
m o habiendo sido vos Señora de todo lo c r ia d o , con­
cebida sin pecado , y con tan alta noticia de todas las
cosas en la visión de la D ivin id ad , que vuestra alm a
iantísim a t u v o ; se com padecía con esta gra cia el tem or
y ansias tan grandes , que'ten íais de no perder la amis­
ta d de Dios , y no ofen d erle? S i a l'p rim e r paso y ins­
tante de vuestro ser os previno la g f a c i a ; ¿ có m o en ha­
biendo com enzado á s e r , tem íades p erd erla? Y si el A l­
tísim o os exim ió de la culpa ; ■¿Cómo'podíádes caer en otras,
y ofender á quien os guardó de la primera?

Nna COC-»
2 8 4 M ís t ic a C iu d a d d e JD io s ,

d o c t r in a r RESPU ESTA DE LA RETNA

del cieh*

3 2 1 H i j a m í a , o y e la re sp u e sta d e tu d u d a. Q u an ­
d o en la v is io a , q u e tu v e d e la D iv in id a d en e l p r im e r

in s ta n te , h u b ie r a c o n o c id o m i in o c e n c ia y q u e e sta b a c o n ­

c e b id a s in p ecad a ^ son de ta l c o n d ic io n e sto s b e n e fic io s

y d on es d e la m an o d e l A ltís im o , q u e q u a n to m as asegu ­
ran y se c o n o c e n , ta n to m ayo r c u id a d o y a te n c ió n d es­
p ie r ta n p a ra c o n s e r v a r lo s , y np o fe n d e r á su A u to r, q u e

p o r s o la su bon d ad lo s c o m u n ic a i la c r ia t u r a ; y tra e n

c o n s ig o ta n ta l u z , d e qu e se d e r iv a n d e la v ir tu d s o la

d e lo a lto y por lo s m é r ito s de m i h ijo s a n t í s i m o ,. s in

c o n o c e r la c r ia tu r a m as , que su in d ig n id a d é in s u fic ie n c ia ,

qu e con e sto , e n tie n d e m u y c la r o , r e c ib e lo que no m e­


rece ; y q u e s ie n d o agen o v no d ebe n i pu ed e a p r o p iá r s e >

lo á s í m is m a . Y c o n o c ie n d o q u e h a y dueuo y causa ta n

s u p e r io r , q u e com o d e lib e r a lid a d lo c o n c e d e ; p u e d e a s i­

m is m o q u i t á r s e l o y d a r lo á q u ie n fu e re s e r v id o : d e aqu í

n ace fo rz o s a m e n te la s o lic itu d y c u id a d o de no p e rd e r lo

q u e se tie n e d e g r a c ia ; á n te s ob rar co n d ilig e n c ia p a ra

c o n s e r v a r lo y a u m e n ta r e l ta le n to : pu es se co n o ce ser es­

te s o lo el m e d io p ara n o p e r d e r lo que te n e m o s en de­

p ó s ito , y que se le d á á la c r ia tu r a , p a ra que v u e lv a

«1 r e t o r n o , y tr a b a je en la g lo r ia áft su H a ced o r, Y e l
c u i-
P r im e r a Parte, L ib . L C ap. X X . 285
cuidar de este fin , es precìsa condicion , para conservar
los beneficios de la gracia recibida..
322 A mas de esto , se conoce allí la fragilidad de
la hum ana naturaleza y su libre voluntad para el bien y
el m al, Y este conocim iento no me le quitó el AltísimOí
ni le quita á nadie , quando es viador ; ántes le dexa á
todos com o co a v ie n e , para que á su vista se arraygue el
tem or santo de no caer en culpa , aunque sea pequeña^
Y en m í fué m ayor esta l u z , porque conocí que una pe­
queña falta dispone para otra m ayor , y la segunda es ca s.
tig a de la prin^era. V erd ad e s , que por lo s beneficios y
gracias , que habia obrado el Señor en m í a lm a , no era;
posible caer en pecado- con ellas. Pero de tal suerte dis­
puso iu providencia este b en eficio, que m e ocultó la se­
guridad absoluta de no pecar ; y conocia que por mí so­
la era posible c a e r , y solo peirdTa de la d iv in a rolun -
tad e l n o hacerlo ; y así reservó para sí el eonoeim iento
y mi seguridad, y á ini m e dexó el cuidado y santo te­
m or de no pecar com o viadora , y desde mi eon cepd on
hasta la muerte no le p e r d í, tnas. ántes c/eció en m í
con la vida.
3 2 3 D ió m e ta m b ié n et A ltís im o - d is c r e c io r r y fr a m íl-

d ad p a ra que n o p re g u n ta se , n i e x á m in a s e este m is te ­

r io ; y s o lo a te n d ía á fia r d e su bon d ad , y am©4’ , q u e

m e a s is tir ía p a ra n o p ecar. Y d e a q u í r e s u lta b a n d® s e f e c ­


to s. n e c e s a r io s en la v id a c h r is tia n a -; el u -n o ' te n e r q u ie ­

tu d en e l a lm a i d o tro , ü o p e rd a e l te m o j y d e s .v e -

k
s8 6 M ís t ic a C iu d a d d e D io s .

lo d e gu ard ar m i te so ro . Y co rn o e ste era te m o r filia l,

n o d is m in u ía e l am or , á n te s le e n c e n d ia m as y acre­

ce n ta b a , Y e sto s dos e fe tìo s d e am o r y te m o r h a­


c ía n en m i a lm a u n a c o n s o n a n c ia d iv in a , p a ra o r­

d en ar to d a s m is a c c io n e s e a a le x a r m e d el m a l , y u n ir ­

m e co n e l su m o b ie n .
3 2 4 A m ig a m ia , e ste es el m ayo r exám en d e la s

cosas d el e s p íiitu , q u e ven gan con verd a d era lu z y sa­

n a d o é tr in a ; q u e en señ en la m ayo r p e r fe c c ió n de la s

v ir tu d e s , y con gran fu e rz a m u evan p a ra b u s c a r la . E s­

ta c o n d ic io n tie n e n lo s b e n e fic io s qu e d e s c ie n d e n d e l P a ­

d re d e la s lu m b r e s , q u e asegu ran h u m illa n d o , y h u ­

m illa n s in d e s c o n fia n z a ; d an c o n fia n z a Con s o lic itu d 'y


d e s v e lo , y s o lic itu d co n s o s ie g o y p a z , p ara qu e estb s

a fe c to s n o se im p id a n en e l c u m p lim ie n to d e la v o -

lu n ta d d iv in a . Y t ú , a l m a , o fre c e h u m ild e y fe rv o ­

ro so a g r a d e c im ie n to al Señor , p orq u e h a s id o ta n li-


b era l c o n tig o , h a b ié n d o le o b lig a d o ta n p o c o , y te h a

ilu s tr a d o con su d iv in a lu z , y fra n q u e a d o el a r c h iv o

d e su s se c re to s , y te p r e v in o co n e l te m o r d e su d es­

g r a c ia . P ero u sa d e é l co n m e d id a , y exced e m as
en e l am or ; y co n e sta s dos a l a s t e le v a n ta so b re to ­

d o lo te rre n o y so b re tí m is m a . P ro cu ra d epon er lú e -
g o q u a lq u ie r a d esord en ad o a fe c to , qu e te m u eva te m a r

e x c e s iv o ; y d exa tu causa al Señor , y la su ya to rrts


p o r tu y a p r o p ia . T e m e h a sta q u e seas p u r i f i c a d a y lim ­

p ia d e tu s c u lp a s y ig n o r a n c ia s ; y am a a l Señor h as
ta
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C ap. XX. 287
ta que seas toda transform ada en é l, y en todo le ha­
gas dueño y árbitro de tus a ccio n es, sin que tú lo seas
de ninguna. N o fies de tu propio juicio , ni seas sa­
bia contigo misma , porque al d lítim en propio le cie­
gan fácilm ente las pasiones , y le llevan tras de s í , y
é l con ellas arrebatan la vo lu n tad ; con que se viene á
tem er lo que no se debia tem er , y á dilatarse en lo que
no le conviene. Asegúrate desuerte , que no te dila­
tes con liviano gusto interior : duda , y tem e hasta
que con quietud solícita halles el medio conveniente
en todo ; y siempre le h a lla r á s , si te sugetas á la
obediencia de tus prelados , y á lo que el A ltísim o
eq tf obráre , y te enseñáre. Y aunque los efectos
sean buenos en el fin que se d e se a , todos se han d e re­
gistrar co n la obediencia y c o n s t o ; porque sin esta
dirección suelen salir monstruos y sin provecho*
todo serás stent^ á lo m as santo y perfecto»

Cif.
288 M ís t ic a C iu d a d de D io s ,

C A P Í T U L O XXI.

DEL N A C IM IE N T O D IC H O S O DE M A R ÍA
sa n tísim a , y Señora nuestra : los favores que luego
recibió de mano del A ltísim o : y como la pusieron e)
Nombre en el cielo , y tierra^

325 I - v l e g ó el dia alegre para el mundo del parto fe­


licísim o de santa A n a y nacimiento de la que venia á él
santificada y consagrada para madre del mismo Dios. Su­
cedió este parto á lo s ocho dias d el mes de Septiembre
cum plidos nueve meses enteros despues de la concepción
del ahna santísima de nuestra R eyn a y Señora. Fué pre­
venida su madre A n a con ilustración in te rio r, en que e l
Señor la dió aviso de que llegaba la hora de su parto. Y
llena de gozo del divino E spíritu atendió á su vo z; y pos­
trada en oracion pidió al Señor la asistiese su gracia y pro­
tección para el buen suceso de su parto. Sintió luego un
m ovim iento en el v ie n tr e , que es el natural de las cria­
turas^ para salir á luz. Y ia mas que dichosa niña M aría
al misnjo tiem po fué arrebatada por providencia y virtud
d ivin a en un éxtasis altísimo , en el qual absorta y abstraí­
da de todas las operaciones sensitivas nació al mundo sin
p ercib irlo por el sentido; com o pudiera conocerlo por
ellos * si jupto con e l uso de razon que te n ia , los dexá-
caa
P r im e r a P a r t e , L i b , L C ap. XXL 289
tan obrar naturalmente en aquella h o ra ; pero el poder del
m u y A lto lo dispuso en esta fo r m a , para que la Prin­
cesa d el cielo no sintiese lo natural de aquel suceso del
parto.
326 N ació pura , lim pia , hermosa y llena toda de gra­
cias , publicando en ellas que venia libre de la le y y tri­
buto del pecado. Y aunque nació como los dem as hijos de
Adan en la substancia ^ pero con tales condiciones y ac­
cidentes de g ra c ia s , que hiciéron este nacimiento m ilagro­
so y adm irable para toda la naturaleza y alabanza eter­
na del Autor. Salió pues este divino lucero al mundo, á las
doce horas de la noche , com enzando á dividir la de la
antigua le y y tinieblas primeras del dia nuevo de la gra­
cia , que y a quería amanecer. Envolviéronla en paños , y
fué puesta y aliñ a d a , como los demas niños la que tenia
sa m ente en la Divinidad; y fué tratada como párvula la que
en sabiduría excedia á los m ortales y á los mismos ánge--
les. N o consintió su madre que por otras manos fuese tra­
tada entónces ; ántes ella por las suyas la envolvió en las
m a n tilla s, sin em barazarla el sobreparto ; porque fué li­
bre de las pensiones onerosas, que tienen de ordinario las
otras madres en sus partos.
327 R ecibió santa A na en sus manos á la que siendo
hija suya era juntam ente el tesoro m ayor de cielo y tier­
ra en pura criatura , solo á Dios inferior y superior á to ­
do lo c ria d o ; y con fervor y lágrimas la ofreció á su M a­
gestad , diciendo en su interior : Señor de infinita sabidu-
. Oo »n ía
290 m ís t ic a C iu d a d d e D ios .
wría y p o d e r, C riador de todo quanto tiene s e r , el fruto
» d e m i vientre que de vuestra bondad he recibido , os
»ofrezco con eterno agrad ecim iento, de que m e le habéis
» d a d o , sin poderlo y o merecer. D e hija y m adre haced á
»vuestra voluntad santísima , y mirad nuestra pequenez des­
u d e lo alto de vuestra silla y grandeza. Eternam ente seaia
» b e n d ito , porque habéis enriquecido al mundo con c ría -
»tura tan agradable á vuestro beneplácito; y porque en
» ella habéis preparado la m orada y tabern ácu lo,para que
« v iv a el Verbo eterno. A mis santos padres y profetas
» d o y la enhorabuena , y en ellos á todo e l linage hum a-
»no por la segura prenda que les dais de su redención.
»¿ Pero cóm o trataré y o á la que me dais por hija , no
»m ereciendo ser su sierva? ¿ C óm o tocaré la verdadera a r -
» c a del testamento ? D a d m e , Señor y R e y m ío , la l u z
»que necesito para saber vuestra vo lu n ta d , y executarla e a
»agrado vuestro y* servicio de m i hija.
328 Respondió el Señor á la santa m atrona en su in­
terior , que tratase á la divina niña como m ad re á su hi­
j a en lo e x te rio r, sin mostrarle re v e ren cia ; p e ro que se la
tuviese en lo interior , y que en su crianza cum pliese con las
le y e s de verdadera m a d re , cuidando de su hija con soli­
citud y amor. T o d o lo cum plió a s ila feliz m a d re ; y usan­
do d e este derecho y licencia sin perder la reverencia de­
bida , se regalaba con su hija santísim a, tratándola y aca­
riciándola com o lo hacen las otras madres con las suyas;
pero con el aprecio y atención digna de tan ocu lto y divino
sa cja n icn to , com o entre hija y m adre se enccrarba. L o s
P r i m e r a P a r t e , L i b . L C a p . XXL 291
Angeles de guarda de la dulce niña con otra gran multi­
tud la adoráron y reverenciáron e a los brazos de su ma­
dre , y la hiciéron música c e le s tia l, oyendo algo de ella
la dichosa A n a : y los m il Ángeles señalados para cus­
todia de la gran R eyn a se le ofreciéron y dedicáron para
su ministerio ; y fué esta la prim era v e z , que la divina
Señora los vió en form a corpórea con las divisas y hábito,
que diré en otro capítulo : y la niña les pidió que alaba­
sen al A liísim o con ella y en su nombre.
329 A l punto que nació nuestra Princesa M a ría , envió
el Altísim o al santo Arcángel G a b r ié l, para que evangeli­
zase á los santos padres del Lim bo esta nueva tan alegre
para ellos. Y el Em baxador celestial baxó lu e g o , ilustran­
do aquella profunda caverna y alegrando á los justos, que
en ella estaban detenidos. Anuncióles como y a comenzaba
á amanecer el dia de la felicidad eterna y reparación del
linage humano , tan deseado y esperado de los santos pa­
dres y prenunciado de los p ro fetas: porque y a era nacida
la que seria madre del Mesías prom etido ; y que verían
luego la salud y la gloria del Altísim o. V dióles noticia
el santo Principe de las excelencias de M aría santísima, y
de lo que l a ’ mano del Om nipotente habia com enzado á
obrar en ella ; para que conocieran mejor el dichoso prin­
cipio del m iste rio , que daría fin á su prolongada pri­
sión ; con que se alegráron cn espíritu todos aquellos pa­
dres y profetas y los demas justos que estaban en e l
Lim bo , y con nuevos cánticos alabáron al Señor por este
beneficio. Oo 2 330
aga M ís tic a C iu d a d ©e D ios*
330 Habiendo sucedido en breve tiem po todo lo que
he d ic h o , en que nuestra R eyn a vió la luz del sol m ate­
rial , conoció con los sentidos á sus padres naturales y
á otras criaturas , que fué el prim er paso de su vida en
e l m undo en naciendo-. E l brazo poderoso del A ltísim o
com enzó á obrar en ella nuevas m aravillas sobre todo e l
pensamiento de los h o m b re s; y la prim era y estupenda
fué enviar innumerables ángeles , para que á la electa
pa ra madre del V erbo eterno la llevasen al cielo Em pi"
reo en alma y cuerpo , para lo que e l Señor disponía*
Cum plieron este mandato los santos Príncipes y recibiendo á
la niña M aría de los brazos de su m adre santa A a a , or-
denáron una nueva y solemne p ro ce sio n , llevando con
cánticos d e incom parable júbilo, á la verdadera arca det
nuevo testamento ; para que por algún espacio estuviese,
no en casa de Obededón ^ en el tem plo d cl
sumo R ey de los reyes y Señor de los seño­
res ; donde despues habia de ser colocada eternamen^
te. Y este fué el segundo paso, que dió M aría santísima
en su v i d a , desde el mundo al supremo cíelor
3 3 ¿Qui en podrá dignam ente engrandecer este mara'-
villoso prodigio de la diestra del Om nipotente ? ¿ Q uiéa
d irá el gozo y adm iración de los espíritus celestiales, qiiaa-
d o miraban aquella tan nueva m aravilla entre las obras'
d e l A ltísim o , y con nuevos cánticos la celebraban ? A lli
TecoQociéron y reverenciáron á su R e y n a y S eñ o ra ,. es^
co gid a para m adre del que habia de ser su cabeza, y
P r im e r a P a r t e , L i b . L C ap. XXL 493
que era la causa de la gracia y de la gloria que poseían;
pues él se la habia grangeado con sus méritos previstos
en la divina aceptación. ¿ Pero qué lengua ó qué pensa­
m iento de los m ortales puede entrar en el secreto del
corazon de aquella niña tan tierna en el suceso , y
efectos de tan peregrino favor ? D éxolo á la piedad ca­
tólica , y mucho m as á los que en el Señor lo conoce­
rán ; y nosotros quando por su misericordia» infinita lle ­
garem os á gozarle cara á cara«
332 Entró la niña M aría en , manos de los ángeles en
el cielo E m p íreo , y postrada con c l afecto en la pre­
sencia del trono real del A ltísim o , sucedió allí ( á nuestro
entend er) la verdad de lo que ántes se hizo en figura,,
quando entrando Bersabé en presencia de su hijo Salom on,
que desde su trono juzgaba al pueblo de Isra é l; se levan­
tó de é l , y recibiendo á su m adre la magnificó y honró,,
dándola asiento de R eyn a á su lado. L o mismo hizo y mas
gloriosa y adm irablem ente la persona del V erbo etern a
con la niña M a r ía , que para m adre habia escogido, re ci­
biéndola en su tr o n o , y dándole á su lado la posesion d e
m adre suya y R e yn a de todo lo c r ia d o ; aunque se hacia»
ignorando ella la dignidad propia y el fin de tan inefables
m isterios y fa v o r e s ; mas para recibirtos fuéron sus flacas
fuerzas confortadas con la virtud divina. Diéronsele nue­
vas gracias y dones , con que sus potencias lespeélivam en-
te fuéron eleva d as, y las interiores sobre nueva gracia y
lu z con que fuéron p rep arad as, las elevó y pr oporcionó'
D ios
294 M ís t ic a C iu d a d d e D io s .
D ios con e l o b je to , que se le habia de manifestar ; y
dando el lumen n ecesario, desplegó su D ivinidad , y se
le manifestó intuitiva y claram ente en grado altísim o ; sien­
do esta vez ^la prim era , que aquella alm a san tísim a de
M aría vió á la beatísim a Trinidad con visión clara y bea­
tífica.
333 De la gloria que en esta visión tu vo la niña M a­
ría ; de los sacramentos que le fuéron revelados de nue­
v o : de los efectos que redundáron en su alm a purísima
solo fué testigo el A utor de tan inaudito m ilagro y la ad­
m iración de los án g eles, que en el mismo conocían algo
de este misterio. Pero estando la R eyn a á la diestra del
S e ñ o r, que habia de ser su h i jo , y viéndole cara á ca ­
ra , pidió mas dichosamente , que B ersa b é , que diese
la intacta Sunamitis Abisag , que era su inaccesible D i­
v in id a d , á la humana naturaleza su propia herm ana , y
cum pliese la p a la b ra , baxando del cielo al mundo y c e ­
lebrando el matrimonio de la unión hipostática en la per­
sona del V erbo ; pues tantas veces la habia empeñado
con ios hombres por medio de Jos patriarcas y profetas
antiguos. Pidióle acelerase el rem edio del linage huma­
no , que por tantos siglos le aguardaba , m ultiplicándo­
se los pecados , y pérdidas de las almas. O y ó el A ltí­
simo esta petición de tanto agrado, y prom etió á su madre,
mejor que S-ilomon á la suya , que luego desempeñaría
sus promesas y baxaría al m u n d o , tomando carne humana
para redimirle.
P r im e r a P a r t e , L ib . L C ap. XXL 29^
334 D eterm inóse en aquel consistorio y tribunal divino
de la santísima Trinidad de dar nombre á la niña Reyna;
y com o ninguno es legítim o y propio sino el que se po­
ne en el ser inmutable de Dios , que es donde con equi­
dad, peso y m e d id a , y infinita sabiduría se dispensan, y
ordenan todas las c o s a s , quiso su M agestad p o n érsele, y
dársele por sí mismo en el c ie lo ; donde m anifestó á los
espíritus a n gélico s, que las tres D ivinas Personas habian
decretado y formado los dulcísimos nombres de Jesús y
M aría , para hijo y madre de ab initio ante scecula; y que
en todas las eternidades se habian com placido con ellos, y
tenídolos gravados en su memoria eterna y presentes en
todas las co sa s, que habian dado s e r , porque p a ra su ser­
vicio las criaban. Y conociendo estos y otros muchos mis­
terios los santos á n g eles, oyéron una v o z del t roño , que
decia en persona d el Padre e te rn o : " M a ría se ha de 11a -
í>mar nuestra ele(5l a , y este nombre ha de ser m aravÜIo-
»so y m agn ífico ; los que le invocaren con a fe d o devotoi
»recibirán copiosísimas g r a c ia s ; los que le estimaren y p ro-
anunciaren con reverencia serán consolados y vivificados, y
»todos hallarán en él rem edio de sus (dolencias , tesoros
»con que enriquecerse, lu z para que los encam ine á la
» vid a eterna. Será terrible contra el infierno, quebrantará
»la cabeza de la serp ien te, y alcanzará insignes v iso ria s
” de los príncipes de tinieblas.” M andó e l Sefior á los es­
píritus a n gélico s, que evangelizasen este dichoso nombre á
santa A n a , para que en la tierra se obrase, lo que se ha­

bia
39^ m ís tic a C iu d ad de Dios.
bia confirmado en el cielo. L a niña divina postrada con
e l afefto ante el trono rindió agradecidas y hum ildes g ra ­
cias al ser eterno ; y con adm irables y dulcísimos cánti­
cos recibió el nombre. Y si se hubieran de escribir las
prerogativas y gracias que le concedieron, fuera menester
libro aparte de m ayores volúmenes. Los . santos ángeles
adoráron y reconocíéron de nuevo en el trono del A ltísi­
m o á M aría santísima por m adre futura del V erbo y por
su R eyn a y S e ñ o ra ; y veneráron el nombre , postrándo­
se á la pronunciación que de él hizo la vo z del eterno
P a d r e , que salia del tro n o , y particularm ente lo s 'q u e le
tenían por divisa en el p e c h o : y todos diéron cánticos de
alabanza por tan grandes y ocultos misteri(^s ; ignorando
siempre la niña R eyua la causa de todo lo que conocia:
porque no se le manifestó la dignidad de m adre del V e r­
bo humanado hasta el tiem po de la encarnación. Y con
e l mismo júbilo y reverencia la volviéron á poner en los
brazos de santa A n a , á quien se le ocultó también este
suceso y la falta ó ausencia de su h ija ; porque en su lu -
. g a r suplió uno de los ángeles de g u a rd a , tom ando cuerpo
aéreo para este efedlo. Y á mas de esto , m ucho tiempo;
miéntras la niña divina estuvo en el cielo E m p íreo , tuvo su
m adre A na un éxtasis d e altísim a contem plación, y en él
( aunque ignoraba lo que se hacia en su niña ) le fuéron'
manifestados grandes misterios de la dignidad de ma­
dre de D io s , para que era escogida. Y la prudente ma­
trona las guardó siempre en sy pecho , confiriéndolos pa­
ra
F r i m e r a P a r t e , L ib . L C a p . XXI. -297
ra lo que debia obrar cori ella.
335 A los ocho dias del nacim iento de la gran R e y­
na descendiéron de las alturas multitud de ángeles her­
mosísimos y rozagantes , y traían un escudo , en que ve­
nia gravado , brillante y resplandeciente e l nombre de
M A R ÍA , y manifestándose todos á la dichosa m adre Ana,
la dixéron : Q ue el nombre de su hija era el que lle­
vaban allí de M A R ÍA : que la divina providencia se le
habia dado , y ordenaba que se le pusiesen luego ella
y Joaquin. L lam óle la S a n ta , y confiriéron la voluntad
de D io s , para dar nombre á su hija : y el mas que di­
choso padre recibió el nonubre con júbilo y devoto afec­
to. Determ ináron convocar á los parientes y á un sacer­
dote ; y con m ucha solemnidad y convite suntuoso pu-
siéron M A R ÍA á la recien nacida ; y los ángeles lo cele-
bráron con dulcísim a y grandiosa música , y solas la o yé­
ron m a d re , y hija santísimas ; con que quedó nuestra di­
vina Princesa con nombre , dándosele la santísima T rin i­
dad en e l cíelo e l dia que nació , y en la tierra á los ocho
días. Escribióse en el arancel de los demas , quando sa­
lió su m adre al tem plo á cum plir la le y , com o se dirá.
E ste fué el nuevo parto que hasta entónces ni e l mundo
le habia visto ni en pura criatura pudo haber otro se­
m ejante. E ste fué el nacim iento mas dichoso que pudo
conocer la naturaleza , pues y a tu vo una In fa n ta , cu ya
vida de un dia no solo fué lim pia de las inmundicias del
p e c a d o , pero mas pura y santa que los suprenjos serafi-

Pp nes
298 M is t ic a C iu d a d de D ios ,
nes. E l nacimiento de M oysés fué celebrado por la belle­
za y elegancia del niño ; pero toda era aparente y co r­
ruptible. ¡O quán herm osa es nuestra gran n iñ a , ó quan her­
m osa ! Toda es herm osa y suavísima en sus delicias por"
que tiene todas las gracias y hermosuras sin que falte al­
guna. Fué la risa y alegría de la casa de Abran el
nacim iento de Isa a c , prom etido y concebido de madre es­
té ril ; pero no tu vo este parto m ayor grandeza que la
participada y derivada de nuestra niña R eyn a á quien se
encam inaba toda aquella tan deseada alegría. Y ai aquel
parto fué adm irable y de tanto gozo para la fam ilia del
P a tria rc a , porque era como exordio del nacimiento de M a ­
ría dulcísima ; en este se deben alegrar el cielo y tier­
na ; pues nace la que ha de restaurar la ruina del cielo
y santificar el mundo. Quando nació N oé se consoló L a ­
m ech su p a d r e , porque aquel hijo seria en c u y a cabeza
aseguraba Dios la conservación del linage humano por la
a rca ; y la restauración de sus bendiciones desmerecidas
p o r los pecados de los hombres ; pero todo esto se hizo,
p orque naciese al mundo esta n iñ a , que habia de ser
verdadera reparadora , siendo juntam ente la arca m ísti­
c a , que conservó a l nuevo y verdadero N o é , y le traxo
d e l c íe lo , para llenar de bendiciones á todos los m ora-
/
dores de la tierra. O dichoso p a rto , ó alegre nacim iento,
que eres el m ayor beneplácito de todos los siglos pasados ,
p a ra la beatísima Trinidad , gozo para los á n g eles, refri­
gerio de los p eca d o res, alegría de los justos y singular con
sue-
P r i m e r a P a r t e , L i b r o L C ap. XXL 299
suelo para los santos , que te aguardaban en el Lim bo.
336 ¡Ó preciosa y rica m argarita , que saliste al sol
encerrada en la grosera concha de este mundo ! ¡O niña
g r a n d e , que sí apénas te divisan á la lu z m aterial los
ojos terrenos; pero en los del supremo R e y y sus cor­
tesanos excedes en dignidad y grandeza á todo lo que no
es el mismo D ios. Todas las generaciones te bendigan, to­
das las naciones reco n o zca n , y alaben tu gracia y her­
mosura. L a tierra sea ilustrada con este n acim ien to , los
m ortales se letifiqu en , porque les nació su rep arad o ra,q u e
llenará el vacío que originó y en que los dexo el p ri­
m er pecado. Bendita y engrandecida sea vuestra dignación
co n m igo , que soy e l mas abatido polvo y ceniza. Y si
m e dais lic e n c ia . Señora mia , para que hable en vues­
tra p re se n cia , preguntaré una d u d a , que se me ha ofre­
cido en este m isterio de vuestro adm irable y santo naci­
m ie n to , sobre lo que hizo el A ltísim o con vos en la b o ­
ra , que os puso en esta luz m aterial del sol.
337 Y la duda e s : ¿Cóm o se entenderá, que por m a­
no de los santos ángeles fuisteis llevad a en cuerpo basta
e l cielo Em píreo y vista de la D ivinidad ? Pues segun la
d o ñ rin a de la santa Iglesia y sus d o lo r e s , estuvo cer­
rado el cielo , y com o entredicho para los hom bres, has­
ta que vuestro hijo santísimo le abrió con su vid a y muer­
t e , y com o Redentor y cabeza entró en él quando re­
sucitado subió el dia de su adm irable Ascefision : sien­
do el primero para quien se abriéron, aquellas puer-
Ppa tas
300 M ís t i c a C iu d a d de D io s .
tas eternales , que 'p o r el pecado estabaa cerradas.

RESPU ESTA T D O C T R IN A DE LA RETNA


áú chh,

338 C la r ís im a hija m ia , verdad es que la divina jus­


ticia cerró á los m ortales el cielo por el prim er pecado,
hasta que m i hijo santísimo le abrió , satisfaciendo con
su vid a y m uerte sobreabundantem ente por los hombres. Y
así fué conveniente y ju s to , que el mismo Reparador, que
com o cabeza habia unido á sí mismo los redimidos
m iem bros y les abria el cielo , entrase en él prim e-
i o que los demas hijos de A dán. Y si él no hubiera pe­
cad o , no fuera necesario guardar este ó rd e n , para que
los hombres subieran á gozar de la D ivinidad ea e l cie­
lo E m p íre o ; pero vista la caida del linage hum ano, d e ­
term inó la beatísim a Trinidad lo que ahora se executa
y cum ple. Y este gran misterio fué el que encerró D a ­
v id en el salmo 23. quando hablando con los espíritus
del cie lo , dixo dos veces : A brid,, Príncipes vuestras puer^
ta s ; y levantaos , puertas eternales , y entrará e l R ey de
la gloria, D ixo á los ángeles , que eran puertas suyas,
porque solo para ellos estaban abiertas y para los hom­
bres m ortales estaban cerradas, Y aunque no ignoraban
aquellos cortesanos d el c ie lo , que el V erbo hum anado les
había y a quitado los candados y cerraduras de la culpa;

y
P r im e r a P a r t e , l i b r o 1. C a p , XXL 301
y que subía rico y glorioso con los despojos de la m uer­
te y del pecado , estrenando el fruto de su pasión en la
gloría de los santos padres del L im b o , q u e llevaba en
su com pañía; con todo e s o , se introducen los santos án­
geles , como admirados y suspensos de esta m aravillosa
novedad , preguntáñdo ; iQuién es este R ey de la gloria
siendo hombre y de la naturaleza de aquel que perdió
para sí y para todo su linage el derecho de subir al
cielo?
339 A la duda se responden ellos mismos diciendo»
q ie es el Señor fu erte , y poderoso en la batalla , y el S e -
ticr de les vhtpces ^ Rey di la gloria. Que fué com o darse
y a por ei ttnüioüs de que ( ' hom bre que venia del mun­
do para abrir las pucj tas eternales , no era solo hombre,
ni estaba ci>mpi*ehendido cn la le y del pecado : ántes era
hom bre y Dios v erd a d ero , que fuerte y poderoso en la ba­
talla habia vencido al fuerte a rm a d o , que reyn aba en e l
m undo, y le habia despojado de su reyno y de sus a r­
mas. Y era el Señor de las v irtu d e s, porque las habia obra­
do , com o Señor de ellas , con im perio y sin contradic­
ción del pecado y sus efeílos. Y com o Señor de la virtud
y R e y de la gloria venia triu n fa n d o , y distribuyendo vir­
tudes y glo iia á sus red im id os, por quien en quanto hom ­
b re habia padecido y muerto ; y en quanto D ios los le ­
vantaba á la eternidad de la visión beatífica , habiendo
rom pido las eternales cerraduras y im ped im en to s, que
Hs habia puesto e l pecado,
302 m ís t ic a C iu d a d de D ios .
340 E sto fué , alma , lo que hizo mi hijo querido. Dios
y hom bre -verdadero ; y com o Señor-de las virtudes y
gracias me levan tó y adornó con ellas desde e l prir
m er instante de m i inmaculada concepción ; y com o no
m e tocó el óbice del primer pecado , no tuve el im ­
pedimento que los demas m ortales para entrar por aque­
llas puertas eternales del c ie lo , ántes el poderoso brazo
de m i hijo hizo co n m igo , com o con Señora de las virtu­
des y R eyna d el cielo. Y porque de mi carne y san­
gre habia de vestirle y hacerle hombre , q u iso su d ig­
nación de antem ano prevenirm e y hacerme su semejante
en la pureza y esencion de la culpa y en otros dones y
privilegios divinos. Y como no fui esclava de la culpa, no
obraba las virtudes como sugeta á e lla , sino com o Se­
ñora sin contradicción y con im p e rio ; no com o semejan­
te á los hijos de Adán-, sino-com o semejante al hijo de
D io s , que tam bién era hijo niio.
341 Por esta razon los espíritus celestiales me abrié-
ron las puertas etern ales, que ellos tenian por suyas, re­
conociendo que e l Señor m e h^ibia criado mas p u ra ,q u e
todos los supremos ángeles d el ciclo y para su R eyn a y
Señora de todas las criaturas. Y advierte , carísim a, que
quien hizo la le y , pudo sin contradicción dispensar en ella,
co m o lo hizo conm igo el supremo Señor y Legislador;
estendiendo la vara de su clem encia-, mas que Asuero coíi
E s th e r , para que las leyes com unes de los otros , que
m iraban á la culpa , no se oitendicsen conm igo ^ que
ha-
P r im e r a P a r t e , L ib . L C ap. XXL 303
habia de ser madre del A utor de la gracia. Y aunque es­
tos beneficios no los podia m erecer y o pura c ria tu ra ; -pero ■
la clem encia y bondad divina se inclináron lib eralm en te,.
y me miráron com o hum ilde sie rv a -, para que eterna--
mente alabase a l A utor de tales obras. Y tú hija m ia , quie- -
t O n que le engrandezcas y bendigas también por ellas..
342 L a d o élrin a , que ahora te d oy s e a , . que p u es;
yo con .liberal piedad te , elegí p o r-m i discípula y com ­
pañera , .siendo tú pobre desvalida trabajes con -todas tus
fu e rza s en:Im itarm e en un exercicio^ que hice toda mi
vid a despues que nací al mundo ^ sin om itirle d ia ; nin­
guno , por mas cuidados y trabajos que tuviese. ,E1 exer­
cicio fu é : Q ue cada dia en am aneciendo, me postraba e a -
presencia del A l t í s i m o y le daba gracias y alababa por
su ser inmutable y perfecciones infinitas , . y porque me
habia criado de la nada ; y reconociéndome criatura y
hechura suya le b e n d ecía ,y adoraba , .dándole honor, [mag­
nificencia y d iv in id a d ; com o á supremo Señor , y C riador
mk) y de todo lo q u e tiene ser, .L evan taba m i espíritu á
ponerle , en sus manos •, , y con profunda hum ildad y resig­
nación me ofrecía en e lla s; y le pedia hiciese de mí
á -su ví^untad en aquel dia y en todos los que m e res­
tasen de mi v i d a , y me enseñase lo que fuese de ma­
yor agrado suyo para cum plirlo. E sto repetía m uchas v e ­
ces en las obras exteriores de aquel dia , y en las inte­
riores consultaba prim ero á su M agestad , y le pedia con­
cejo licencia y bendición para todas mis a c cio n e s..
304 M ís t ic a C iu d a d de D io s .
343 D e mi dulcísimo nombre serás m uy d evota. Y quie­
r o que sepas que fuéron tantas las prerogativas y gracias,
que le concedió el todo Poderoso, que de conocerlas y o á
la vista de la D ivinidad , quedé empeñada y cuidadosa pa­
ra el retorno ; dem anera que siempre que me ocurría á la
m em o ria M A R ÍA ( q u e era m uchas ve ces) y las que me
oia n o m b ra r, me despertaba e l afecto al agradecim iento,
y á emprehender arduas empresas en servicio d el Señor,
que me le dió. E l mismo nombre tienes t ú , y resp ed iv a -
m ente quiero que haga en tí los mismos e fe d o s , y que m e
im ites con puntualidad en la doctrina de este capítulo, sia
faltar desde o y por causa alguna que ocurriere. Y si co­
mo flaca te d escu id ares, vuelve luego , y en presencia del
Señor y mia di tu culpa , reconociéndola con dolor. Con
este cuidado y repitiéndo muchos aétos en este santo exer­
cicio escusarás im perfecciones , y te irás acostumbrando á
lo mas alto de las virtudes y d el beneplácito del Altísi^
m o , que no te negará su divina gracia , para que lo ha­
gas tú , si atendiéres á su l u z , y al objeto mas agrada­
ble y mas deseado de tus afectos y de los m io s , que son,
te entregues toda á oir , atender , y obedecer á tu espo­
so y Señor , que quiere en tí lo mas p u r o , santo y per^
fe c t o , y la voluntad pronta y oficiosa para executarlo.

CA-
pAiSrrRA P a r t e , L ibro L C ap . XXIL 305

C A P Í T U L O XXII,

COM O SAN TA A N A C U M P L IÓ EN SU PARTO


cm ei mandato de la L ey de M o y sé s: y corno la niñá
M a rta .proccdh' en su Infancia,

344 ^ P r e c e p to era de la L e y en el capítulo doce del


L e v ític o , que la m u g e r, si pariese hija , se tuviese por
inmunda dos semanas , y permaneciese en la purificación
del parto sesenta ^ seis d ia s ; ( doblando los dias del p ar­
to de v a r ó n ) y cum plidos todos los de su purificación , sq le
mandaba ofrecer un cordero de un año por las hijas ó
pDr los hijos en holocausto , y un palomino ó tortolilla
por el pecado á la puerta del tabernáculo , entregán­
dolo a l sacerdote , que lo ofreciese al Señor , y roga¡ge
por e l l a , y co a esto quedase lim pia. E l parto de la di-
chosísima A na fué tan puro y lim pio , quanto le conve­
nia á su divina hija d e donde le venia la pureza á la
madre. Y aunque por esta causa no tenia necesidad de
otra purificación ; con todo eso, pagó la deuda á la le y i
cum pliéndola puntualm ente, teniéndose en los ojos de los
hombres por inmunda la m a d re, que estaba libre de las
pensiones , que la le y manda purificar»
345 Pasados los sesenta dias de la purificación, salió san­
t a A ua al tem plo , llevando su m ente inflamada en el divino
Qq ar-
3 o6 M ís t ic a C iu d a d de D io s ,
a rd o r, y en sus brazos á su hija y niña bendita ; y con la
ofrenda de la le y , acompañada de innumerables ángeles, se
filé á la puerta del tab ern ácu lo , y habló con el sumo sa­
cerdote , que era el santo Simeón ; que com o estuvo mucho
tiem po en e l templo , recibió este beneficio y favor, de que
fuese cn su presencia y en sus manos ofrecida la niña
M aría todas las veces, que en el tem plo fué presentada y ofre­
cida al Señor ; aunque no en todas estas ocasiones conoció el
santo sacerdote la dignidad de esta divina Señora , com o
adelante dirémos ; pero tuvo siempre grandes movimientos
y impulsos de su e sp íritu , que aquella niña era grande en
los ojos de Dios.
346 O frecióle santa A na el cordero y tó rto la con lo de­
mas que llevaba ; y con humildes lágrim as le pidió orase por
ella y por su hija, que si tenian cu lp a , las perdonase el Señor.
N o tu vo que perdonar su M a g esta d , donde en hija y m a­
dre era tan copiosa la gracia ; pero tuvo que prem iar la
h u m ild a d , con que siendo santísimas , se representaban pe­
cadoras. E l santo sacerdote recibió la oblacion , y en su
«spíritu fué inflam ado, y m ovido de un extraordinario jú ­
b ilo ; y sin entender otra cosa, ni manifestar la que sen­
tía , d ixo dentro de sí mismo : ¿Qué novedad es esta que
siento ? ¿Sí por ventura estas mugeres son parientas del M e­
sías , que ha de venir? Y quedando con esta suspensión
y alegría, les mostró grande benevolencia ; y la santa m a-
¿ r e Ana entró con su hija santísima en los b ra z o s, y la
ofreció al Señor con devotísim as y tiernas lágrimas, com o
quien
P r i m e r a P a r t e , L i b r o L C a p . XXU. 30^7.
quien sola en el m undo conocia e l tesoro , que se le ha­
bia dado en depósito.
347 Renovó entónces santa A n a el voto , que ántes ha­
bia hecho , de ofrecer a l templo á su Prim ogénita en lle­
gando á la edad que convenia : y en esta renovación fué
ilustrada con nueva gracia y luz del A ltísim o ; y sintió
en su corazon una voz , que le decia , cum pliese el
v o to , llevase y ofreciese en el tem plo á su hija nina den­
tro de tres años. Y fué esta v o z com o el eco de la san­
tísima R e y n a , que con su oracion tocó el pecho de Dios»
para que resonase en el de su raadre : porque a l entrar
las dos en el te m p lo , la dulce n iñ a , viendo con sus ojos
corporales su magestad y grandeza , dedicada al cu lto y
adoracion de la D iv in id a d , tuvo adm irables efeéíos en su
espíritu , y quisiera postrarse en el te m p lo , y besando la
tierra de é l , adorar al Señor. Pero lo que n a pudo hacer
con el efed o de las acciones exteriores, suplió con e l a fec­
to in te rio r, y adoró y bendixo á D ios con el am or mas
alto y reverencia mas profu n d a, que ántes ni despues nin­
guna otra pura criatura lo pudo hacer ; y hablando en
4u corazon con e l Señor , hizo esta oracion.
348 »Altísim o , y incom prehensible D io s , R e y y Se-
líHor m i ó , digno de toda g lo r ia , alabanza y reverencia,
i»yo hum ilde polvo , pero hechura v u e stra , os adoro en es-
»te santo lugar , y tem plo vuestro ; y os engrandezco y
»glorifico por vuestro ser y perfecciones infin itas, y d o y
» g r a c ia s , quanto m i poquedad a lc a n z a , á vuesu a d ign a-
»cion , porque me habéis d a d o , que vean m is ojos este san-
Q qa to
3o8 M ís t ic a C iu d a d de D io s .
f»io tem plo y casa de oracion , donde vuestros profetas
v y mis antiguos padres os alabáron y bendixéron, y donde
»vuestra liberal misericordia obró con ellos tan grandes m a-
»ravillas y- sacram entos. R e c ib id m e , S eñ o r, para que y o
«pueda serviros e a él , quando fuere vuestra santas v o -
»luntad. ^
34P H izo este hum ilde ofrecim ien to, com o esclava del
Señor , la que era R eyn a de todo el universo; y en tes­
timonio de que el Altísim o lo aceptaba , vino del cielo
una clarísim a l u z , que sensiblemente bañó á ia niña y á
la madre , llenándolas de nuevos resplandores de gracia, Y
'v o lv ió á entender santa A n a , que al tercer año presen­
tase á su hija en el tem plo; porque el agrado , que el A l ­
tísim o habia de recibir de aquella ofrenda , no consentía
mas largos plazos ; ni tam poco el afeélo con que la niña
divina lo deseaba. Los santos ángeles de guarda y otros
in n um erables, que asistieron á este a c t o , cantáron dulcí­
simas alabanzas al A utor de las m a ra villa s; pero de to ­
das las que a llí sucediéron , no tuviéron ooticia mas de la
iiija santísima » y su madre A n a , que interior y exterior--
mente sintiéron lo que era espiritual ó sensible respeélivíi-
mente ; solo e l santo Simeón reconoció algo d e la luz sen­
sible. Y con esto se volvió santa A n a á su c a s a , enrique­
cid a con su tesoro y nuevos dones del altísim o Dios«,
350 A la vista de todas estas obras estaba sedienta la
antigua serpiente , ocultándole el Señor lo que no debia-
« a te a d e r, y permitiéutlole lo g^ue couvem a para <iue con--
ixa-
P r im e r a P a r t s , L ib . L C a p . ?CX1T. ^09
- tradiclendo á todo lo que él intentaba destruir , viniese á
servir com o de instrumento en la execucion de los ocul­
tos juicios del m uy A lto. H acia este enemigo muchas con-
geturas de las novedades , que en madre y hija conocia.
Pero com o vió que llevaban ofrenda al tem plo , y como
pecadoras guardaban lo que mandaba la le y , pidiéudo al
sacerdote, que rogase por e lla s , para que fuesen perdo­
nadas ; con esto se alucinó y sosegó su furor , creyendo
que aquella madre y hija estaban empadronadas con las-
demas m ugeres , y que todas eran de una condicion; aun­
que mas perfectas y santas qeu otras.,
351 L a nifia soberana era tratada com o los demas ni­
ños de su edad. E r a su ccm ida la común , aunque la can­
tidad m u y poca y lo mismo era. del sueño , .aunque la
a p lic a b a n , para que durm iese. Pero no era m olesta, ni ja ­
mas lloró con el enojo de otros n iñ o s; mas era en extre—
mo agradable 'y apacible ; y disimulábase m ucho esta
m aravilla con llorar y sollozar m uchas veces ( aunque co­
mo R eyn a y S eñ o ra, qual en aquella edad se perm itía)
por los pecados del m undo y por alcanzar e l rem edio d e
ellos y la venida del Redentor de los hombres. D e ordi­
nario tenia ( aun en aquella infancia ) e l sem blante a l^ r e ,.
pero severo y con peregrina m agestad , sin adm itir jam as
acción p u e ril , aunque ta l v e z adm itía algunas caricias; pe­
ro las que no eran de su madre ( y por eso ménos m edi-
didas ) las moderaba en lo im perfecto con especial v irtu d
y la severidad que m ostraba. Su prudente m adre A n a traí-
tar*
310 M í s t ic a C iu d a d de D io s .
taba á la niña con incom parable c u id a d o , regalo y cari-^
cia ; y también su padre Joaquin la amaba, com o padre y
com o sa n to , aunque entónces ignoraba el misterio ; y la
niña se mostraba con su padre mas am orosa, com o quiea
le conocia por padre y tan amado de D io s. Y aunque ad­
m itía de él mas caricias que de otros ; pero en el padre
y en los demas puso D ios desde luego tan extraordinaria re­
verencia y pudor, para la que habia elegido por m a d re , que
aun el candido afecto y am or de su padre era siempre m u f
m edido y tem plado en las demostraciones sensibles.
352 E n todo era la n iñ a R eyn a agradecida, perfectísirjia
y adm irable. Y si bien pasó en la infancia por las comu­
nes leyes de la n a tu ra le za , pero no impidiéron á la gra­
cia ; y si d o rm ia , no c e sa b a , ni interrum pía las acciones
interiores d el am or y o tra s, que no pender, del sentido ^
exterior» Y siendo posible este beneficio aun á otras almas,
con quien e l poder divino lo habrá mostrado , cierto es»
que con la que elegia por m adre suya y R eyn a de todo
lo criado , baria con ella sobre todo otro beneficio y so­
bre todo pensam iento de las demas ‘ criaturas. E n el sueño
natural habló Dios á S a m u e l, y á otros santos y profetas,
y á m uchos dió sueños misteriosos ó vision es, porque á
su poder poco le im p o rta , para ilustrar el entendimien­
to , que *los sentidos exteriores duerman cofi e l sueño na­
t u r a l, ó que se suspendan con la fu e fz a ,q u e los arreba­
ta en el é x ta s is ; pues en uno y otro c e s a n , y sin ellos
o y e , atiende y habla e l espíritu con sus objetos proporclo'
na*
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C ap. X X II. 311
nados. E sta fué le y perpetua con la R eyn a desde su con­
cepción hasta ahora y toda la eternidad; que no fué su estado
de viadora en estas gracias con intervalos, como en otras cria­
turas, Quando estaba s o la , ó la recogian á d o rm ir, com o
el sueño era tan m e d id o , conferia los misterios y alaban­
zas del A ltísim o con sus santos ángeles y gozaba de d ivi­
nas visiones y hablas de su M agestad. Y porque el tra ­
to de ios ángeles era tan freqüente , diré en el capítulo
siguiente los modos de manifestársele y algo de sus excelencias.
353 R eyn a y Señora del c ie lo , si como piadosa ma­
dre y mi maestra ois mis ignorancias sin ofenderos de
ellas , preguntaré á vuestra dignación algunas d u d a s, que
cn este capítulo se me han ofrecido. Y si mi ignorancia y
osadía pasare á ser y e r r o , en lugar de responderm e,cor­
regid m e, Señora, con vuestra m aternal misericordia. Mi
duda es : ¿Sí en aquella infancia sentíades la necesidad y
ham bre , que por órden natural sienten los otros niños ?
Y siendo así, que padecíades estas penalidades; ¿C(ím o pediai?
el alim ento y socorro n ecesario, siendo tan adm irable vues­
tra paciencia , quando • á los otros niños e l llanto sirve de
lengua y de palabras? Tam bién ig n o ro , ¿sí á vuestra M a ­
gestad eran penosas las pensiones de aquella ed ad , com o
envolveros en paños y desenvolver vuestro virginal cuerpo,
el daros la com ida de niños y otras cosas que los demas
reciben sin uso de razón para conocerlas; y á vos. Seño­
r a , nada se escondia? Porque me parece casi imposible >
que en el m o d o , en el tie m p o , en la cantidad y en otras
dr-
3 ^^ M í s t i c a C iu d a d C e D ros,
‘circunstancias no hubiese exceso ó falta , considerándoos
yo en la edad de niña , y grande en )a capacidad, para
d ar á todo la ponderación que pedia. V uestra prudencia
celestial conservaba digna magestad y com postura; vues­
tra e d a d , naturaleza y sus leyes pedian lo necesario ; no lo
pediais com o niña llorando , ni como grande hablando, ni
sabian vuestro di¿lámen,TiÍ os trataban según e l estado de
la razon , que teníais ; ni vuestra m adre santa lo cono­
cía todo , ni todo la podia h a c e r , ni a c e r ta r , ignoran­
do el tiem po y el m odo ; ni tam poco en todas las cosas
pudiera ella servir á vuestra M agestad. T o d o esto me ca u ­
sa adm iración y me despierta e l deseo de conocer los mis*»
í e r io s , que en estas cgsas se encierran,

R E iS P U 'E S T J ^ r D O C T R IN A D E L A R E T N A
4 c l cielo»

554 H ija mia , á tu admiración respondo con bene­


volencia. Verdad es que tuve gracia y uso perfefto de la
ra-zon desde el prim er instante de mi concepción , com o
tantas veces te he m o stra d o , y pasé por las pensiones d e
la infancia com o otros n iñ o s, y me criáron con e l órden
com ua de todos. Sentí h a m b re , s e d , sueño y penalidades
en mi c u e rp o , y com p hija de Adán estuve sugeta á es­
tos a c cid e n te s; porque era justo imitase y o á mi hijo san­
tísimo , que adm itió estos defetílos y p en a s, para que así
m ereciese, y con su lyiagestad fuese exem plo á los demas
iiior-
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X X IL 3 13
m o r ta le s , que le h a b ia n de im ita r . C o m o la d iv in a g r a c ia

m e gob ern ab a u saba d e la c o m id a y su eñ o en p eso y


m e d id a , r e c ib ie n d o m énos que o tr o s , y s o lo a q u e llo q u e e r a
p r e c is o p a ra el a u m e n to y c o n s e r v a c ió n d e la v id a y sa­

lu d . P o rq u e el d eso rd en en e sta s co sa s no s o lo es c o n tra


la v i r t u d , s in o c o n tra la m is m a n a tu r a le z a qu e se a lte r a

y e stra g a con e lla s . P o r m i te m p e ra m e n to y m e d id a sen ­


tia m as la h am b re y se d , que o tro s n iñ o s ; y e r a m a s p e ­
lig r o s a en m í e sta fa lta de a lim e n to ; p ero si no m e le

d aban á tie m p o , ó si en e llo e x c e d ía n , te n ia p a c ie n c ia ,


h a sta q u e o p o rtu n a m e n te con a lg u n a d e c e n te d e m o s tr a c ió n

lo p e d ia . Y s e n tia m é n o s la fa lta de su eñ o por la lib e r ta 4

qu e á s o la s m e qu ed aba p ara la v is ta y c o n v e r s a c ió n c o n
lo s á n g e le s de lo s m is te r io s d iv in o s .

355 E l e s ta r e n p a ñ o s o p r im id a y a ta d a n o m e c a u s a b a ta n ­

ta p e n a , s in o m u cha a le g r ía por la lu z q u e te n ia d e q u e e l

V erb o lu im a n a d o h a b ia d e p ad ecer m u e rte to r p ís im a , y

h a b ia d e ser lig a d o co n o p r o b r io s . Y quando e sta b a s o la ,

m e p o n ia en fo rm a d e cru z en a q u e lla ed ad y oran d o á


im ita c ió n s u y a , p orq u e s a b ia , h a b ia d e m o r ir m i am ado

en e lla ., au n qu e ig n o r a b a e n tó n c e s, q u e el c r u c ific a d o h a­

b ia de ser m i h ijo . E n to d a s la s in c o m o d id a d e s q u e p a d e ­

cí d esp u es que n ací al m u n d o , e stu v e c o n fo rm e y a le g r e ;

p orq u e n u n ca se a p a rtó d e m i in te r io r u n a c o n s id e r a c ió n ,

que q u ie r o te n g a s tú in v io la b le y p e r p e tu a ; e sto es , que

peses en tu co razo n y m e n te la s verd ad es r e d ís im a s que

y o m ir a b a , p a ra que s in en gaño h a g a s ju ic io d e to d a s la s

Rr co -
314 m ís tic a C iu d a d d e D io s*
cosas , danáo á cada una el valor y peso que se le debe.
E u este error y ceguedad están de ordinario com prehen-
didos los hijos de A d a n , y no quiero y o que tú , hija
m i a , lo estés.
356 Luego que nací al mundo , y vi la luz que m e
a la m b ra b a , sentí los efe¿los de los elem entos, los influxo»
de los planetas y astros , la tierra que me re cib ia , el ali­
m ento que me sustentaba y todas las otras causas de la
vida, ü i gracias al A u to r de to d o , reconociendo sus obras
por beneficio que me hacia , y n o por deuda que me d e­
bia. Y por e sto , quando me faltaba despues alguna cosa
de las que n ecesitab a, sin turbación , ántes con alegría:
co n fesab a, que se. hacia co n m igo , lo que era razón; por­
que todo se me daba de gracia sin m erecerlo, y seria ju s­
ticia e l privarm e de ello. Pues d im e , alma , si yo decia
esto , confesando una v e r d a l que la razón hum ana no pue­
de ignorar ni negar ; ¿ donde tienen los mortales el seso>
ó qué ju icio h a c e n , quando faltándoles alguna cosa de la s
que m as d esean , y acaso no les co n v ie n e , sé entristecen
y enfurecen unos contra o tr o s , y aun se irritan con el
mism o D io s , com o si recibieran de él algún agravio? Pre­
gúntense á sí m ism o s, ¿ qué teso ro s, qué riquezas poseían
ántes que recibieran la vida? ¿Qué servicios hiciéron al C ria ­
dor , para que se las diese ? Y si la nada no pudo grangear
mas que nada, ni m erecer e l ser, que de nada le diéron ; ¿ qua
obligación h ay de sustentarle de justicia lo que le diéron de
gracia? E l liaberle criado Dios no fué beneficio, que su M ages­
tad se h iio á sí raisiní?, siao áiices fué ta a grande para la
P rim era P a r t e , L i s . I. C ap . X X ll. 315
t u r a , qnanto es el ser y el firu que tiene. Y si en el ser
recibió la deuda que nunca puede pagUr; d ig a , ¿ q u é d e ­
rech o alega ahora , para que habiéndole dado el ser sin me-
le c e rlo , le -d e a la con servación , despues de haberla tan­
tas veces desm erecido ? ¿ Donde tiene la escritura de segu­
ridad y a b o n o , para que nada le falte?
357 Y s-i e l prim er movimiento y operacion fué reci­
bo y deuda con que raas se e m p e ñ ó ; ¿ cómo pide con su
im paciencia el segundo ? Y si con todo esto la suma bon­
d a d del Cria-dor le acude graciosam ente con lo necesario
¿ por qué se turba , quando le falta lo superfino ? ¡O hija
m i a , qué desórden tan execrab le, y qué ceguedad tan odio­
sa es esta de los m o rta le s! ; L o que les da . el Señor de
g ra cia no agradecen ni pagan con reconocim iento; y por
lo que les niega de justicia y á veces de grande mi­
sericordia , se inquietan y ensoberbecen y lo procuran
por iajustos y ilícitos medios , y se despeñan tras el
m ism o daño , que huye de e llo s ! Por solo el prim er pe­
cad o que comete e l hombre perdiendo á D io s, pierdejuti-
tam ente la amistad de todas las criaturas; y si el mismo Se­
ñor no las detuviera , se convirtieran todas á vengar su
in ju ria , y negáran al hombre las operaciones y obsequio,
con que le dan sustento y vida. E l cielo le privára de su
Juz y influencias ; e l fuego de su calor ; el ayre le negára
la resp iració n , y todas las otras cosas en su modo hicie­
ran lo m ism o , porque de justicia debian hacerlo. Pues
ijuando la tierra nfgáre sus frutos, y los elementos su tem-
R ra plan-
3i 6 M ís t i c a C iu d a d de D io s .

p lan za y correspondencia, y las otras criaturas se arm á-


ren para vengar los. desacatos hechos contra el C riador,
hum íllese el hom bre desagradecido y v i l , y no atesore la
ira del Señor para el dia cierto de la c u e n t a d o n d e se le
h a rá este cargo tan formidable..
358 Y t ú , am iga m ia , huye de tan pesada in gratitud , y
reconoce humilde que de gracia recibiste el ser y v id a , y
de gracia te la conserva el A u to r de e l l a ; y sin méritos
tu yos recibes graciosamente todos los otros beneficios ; y
que recibiendo muchos y pagando ménos , cad a dia te ha­
ces ménos d ig n a , y crece contigo la liberalidad del A l­
tísim o y tu deuda. E sta consideración quiero sea en tí
co n tin u a , para que te despierte y mueva á muchos aétos
de virtudes. Y si te faltáren las criaturas irracion ales, quiero
que te alegres en e l S e ñ o r y que des á su M agestad gra­
cias , y á ellas bendiciones , porque obedecen al C ria ­
dor. Si las racionales te p ersiguieren , ámalas d e todo co­
razon y estímalas com o instrumentos de la justicia divi­
na , p a ra que en alguna parte se dé por satisfecho de lo
que tú le debes. Y con los tra b a jo s, adversidades y tribu­
laciones te abraza y co n su ela; que á mas de merecerlos,
por las culpas que has co m etid o , son el adorno de tu a l­
m a y jo yas de tu esposo m uy ricas..
359 E sta será la respuesta de tu dtida : y sobre ella
quiero darte la d o d r in a , que te he ofrecido en todos los
capítulos. A dvierte pues, alm a, á la p u n tu a lid a d que tuvo
Bii santa madre A na en cum plir el precepto de la le y
del
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X X IL g i/
del Señor , á cu ya grandeza este cüidado fué m uy acep--
to ; y tú debes im itarla en él , guardando’ inviolablem en­
te todos y cada uno de los mandatos de tu regla y cons­
tituciones ; que Dios rem unera liberalm ente esta fidelidad»
y de la negligencia en ella se da por deservido. Sin pe­
cado fui yo concebida , y no era necesario ir al sacer­
dote , para que me purificase el Señor , ni tam poco m i
m adre le tenia y porque era m uy sa n ta ; pero obedecimos'
con hum ildad á la le y , y por ello m erecim os grandes;
aumentos de virtudes y gracia. E l despreciar las leyes jus­
tas y bien ordenadas , y e l dispensar á cada paso en ellas
tiene perdido el culto y tem or de Dios , y confuso y des­
truido el gobierno humano^ G uárdate de dispensar fácil­
mente ni para tí ni para otras en las obligaciones de tu
religión.. Y quando la enfermedad ó alguna causa justa lo'
perm itiere , sea con m edida y consejo de tu confesor,jus­
tificando el hecho con D ios y con lo s hom bres, aprobán­
dolo la obediencia. Sí te hallares cansada ó postradas las
fu e rz a s, no luego rem itas el r ig o r , que D ios te las dará
según tu fe ; y por ocupaciones nunca dispenses ; sirva y
aguarde lo que es ménos á lo que es m a s , y la s criaturas
a l Criador : y por el oficio de prelada tendrás m énos discul­
pa , pues en la observancia de las leyes debes ser la p ri­
m era p o r el exem plo ; y para tí jam as ha de haber cau­
sa hum ana-, aunque alguna dispenses con tus herm anas y
súbditas. Y advierte , c a rísim a , que de tí qu iero lo m e­
jo r y mas perfedo ; y para esto es necesario este rigor,
que
3 tS M isttca C iudad de D ios.
que la observancia de los preceptos es deuda á Dios y
á los hombres. Y nadie piense que basta cum plir con e l
Señor , si se queda en pie la deuda con los próxim os , á
quien debe el buen e x e m p lo , y no darle materia de ver­
dadero escándalo. R eyn a y Señora de todo lo c ria d o , y o
quisiera alcanzar la pureza y virtud de los espíritus so­
beranos , para que esta parte inferior , que agrava la a l­
m a , fuera presta en cum plir esta celestial d o ftrin a : grave
soy y pesada para mí misma ; pero con vuestra interce­
sión y el favor de la gracia del Altísim o procuraré , Se­
ñora , obedecer á vuestra voluntad y suya con f-o n titu d
y afecto del corazon. N o me falte vuestra intercesión y
a iíip a ro , y la enseñanza de vuestra santa y altísima doQ"
. tr in a .

C A P Í T U L O XXIIL

DE LAS D IV IS A S , CON QUE LOS SAN TO S


A n g eles de guarda dg M a r íd santísima se le mamfestaban^
y de sus perfecciones^

3^0 a queda dicho , que estos ángeles eran m il, co­


mo en las demas personas particulares es uno e l que las
guarda. Pero segun la dignidad de M aría santísima debe­
mos entender , que sus m il ángeles la guardaban y asistían
con mas v ig ila n cia , que qualquiera ángel guarda á la al­
ma
P r im e r a P a r t e , L ib r o I. C a p . X X I I L 319
m a encomendada. Y fuera de estos m i l , que eran de la
guarda ordinaria y mas con tin u a, la servian en diversas
ocasiones otros muclios ángeles , en especial despues que
concibió en sus entrañas al Verbo divino humanado. T am ­
bién he dicho arriba , com o el nombramiento de estos mil
ángeles le hizo Dios en el principio de la creación de to­
dos , justificación de 'los buenos y caída de los malos,
quando despues del objeto de la D ivinidad , que se les
propuso como á via d o re s, les fué propuesta y manifestada
la humanidad santísima que habia de tomar el V erbo y
su m adre purísima , á quienes habian de reconocer por
superiores.
361 E n esta ocasion , quando los apóstatas fuéron cas­
tigados y los obedientes p rem iad os, guardando el Señor la
debida proporcion en su justísima e q u id a d , dixe : Q ue en el
prem io accidental hubo alguna diversidad entre los^ santos
ángeles segun los afeétos diferentes que tuviéron á los mis­
terios d el V erbo humanado y de su madre purísim a, que
por su órden fuéron conociendo ántes y despues de la
caida de los malos ángeles. Y á este prem io accidental
se reduce el haberlos elegido para asistir y servir á M a ­
ría santísima y al V erbo humanado , y el modo de m ani­
festarse en la forma que to m ab an , quando se aparecían
visibles á la R eyn a y la servían. E sto es lo que
pretendo declarar en este capítulo , confesando mi in­
capacidad , porque es dificultoso reducir á razones
y térm iiios de cosas materiales las perfecciones y
ope-
320 m ís t ic a C iu d a d de D ios .
o p e r a c io n e s d e e s p ír itu s in te le é lu a le s y ta n le v a n ta d o s . P e -

TO si d exára en s ile n c io e ste p u n to , o m itía en la h is to ­

r ia u n a gran d e p a rte d e la s m as e x c e le n te s o c u p a c io n e s
d e la R eyn a d el c ie lo , q u a n d o fu é v ia d o r a ; p o r q u e d es­

pu es d e la s o b ras q u e e x e r c ia co n el S e ñ o r, el m as co a -

tin u o tra to era con s u s m in is tr o s lo s e s p ír itu s a n g é lic o s ; y

s in e sta ilu s tr e p a rte < ju e d á r a .d e fe c tu o s o e l d is c u r s o d e

esta s a n tís im a v id a .
362 Suponiendo to d o lo que hasta ahora he dicho de
los órdenes , gerarquías y diferencias de estos m il ánge­
les ; diré aquí la fo r m a , en que corporalm ente se le apa­
recían á su R eyn a y S eñ o ra , rem itiendo las apariciones in­
telectuales y im aginarias para otro capítulo , donde de in­
tento diré lo s modos de visiones que tenia su A lteza. Los
novecientos ángeles que fueron electos de los nueve coros, cien­
to de cada uno , fuéron entresacados de aq u ello s., que se
inclináron mas á la estim ación , am or y adm irable re v e ­
rencia de M aría santísim a. Y quando se le aparecían v i­
sibles , tenian form a de un mancebo de poca edad ; pero
de estrem ada herm osura y agrado. E l cuerpo manifestaba
poco de terreno , porque era purísimo , y com o un cris­
ta l anim ado y bañado de gloria , con que rem edaban á
lo s cuerpos gloriosos y refulgentes. Con la belleza junta­
ban estrem ada g ra v e d a d , com postura y am able severidad.
E l vestido era rozagante ; pero com o si fuera todo res­
plandor , semejante á un lucidísim o y brillante oro esm al-
ja d o , ó entrepuesto con m atizes de finísinws colores, con
que
P r im e r a P a r t e , L ib . L C a p . X X llI . 321
q u e h a c ia n u n a a d m ir a b le y h e r m o s ís im a v a r ie d a d p a ra la

v is ta ; s i b ie n p a r e c ía que to d o aqu el o rn a to y fo rm a v i­

s ib le no era p r o p o r c io n a d a a l ta c to m a te r ia l, n i s e p u d ie ­

ra a s ir con la m an o , au n qu e se d exaba ver y p e r c ib ir ,

com o e l r e s p la n d o r d el sol , q u e m a n ife s ta n d o lo s á to m o s

e n tra p or u n a v e n ta n a , s ie n d o in c o m p a r a b le m e n te m a s v is ­

to so y h erm o so el d e e sto s á n g e le s .
363 J u n to con e sto tr a ía n to d o s en la s cab ezas unas
co ro n as d e v iv ís im a s y fin ís im a s flo r e s que d e s p e d ía n su a­

v ís im a fr a g a n c ia de o lo r e s , no t e r r e n o s s in o e s p ir itu a liz a -^ -

dos y su aves. E n la s m anos te n ia n unas p a lm a s te x id a s


d e v a r ie d a d y h e r m o s u r a , s ig n ific a n d o la s v irtu d -e s y co -
ro ñ a s, q u e M a r ía s a n tís im a h a b ia d e o b rar y c o n s e g u ir

en ta n ta s a n tid a d y g lo r ia : to d o lo q u a l e s ta b a n c o m o o fr e ­
c ié n d o s e lo de a n te m a n o d is im u la d a m e n te , aunque co n e fe c ­

to s de jú b ilo y a le g r ía . E n e l p ech o tr a ía n c ie r ta d iv is a y

s e ñ a l, q u e la e n te n d e re m o s al m odo d e la s d iv is a s , ó

h á b ito s d e la s órd en es m ilita r e s ; p ero te n ia n u n a c ifr a

q u e d e c ía , Maria madre de Dios ; y e r a p a r a a q u e llo s s a n ­


to s p r ín c ip e s de m u ch a g lo r ia , ad o rn o y h erm o su ra; pe­

ro á la R eyn a M a r ía no le fu é m a n ife s ta d a h a sta el pun­

to que c o n c ib ió a l V erb o hu m an ad o.
36 4 E sta d iv is a y c ifr a era a d m ir a b le p a ra la v is ta

p or el e x t r e m a d o r e s p la n d o r que d e s p e d ía , s e ñ a lá n d o s e e n ­
tre el r e fu lg e n te ad o rn o d e lo s á n g e le s : v a r ia b a n ta m b ié n

lo s v is o s y b r i l l a n t e s , s Í g n 46 c a n d o p o r e llo s la d ifc r e tic ia

d e m is te r io s y e x c e le n c ia s , q u e se e n ce rra b a n en e sta c lu -
Ss d ad
^2-2 M ís tic a C iu d a d de D io s,
santa de Dios. Contenia el mas soberano renombre y
m as supremo título y d ig n id a d , que pudo caber en pu­
ra criatura , M a ría madre de J?ios , porque con él honra­
ban mas á su R e yn a y nuestra ; y ellos también queda­
ban h on rad os, com o señalados por suyos y prem iad os,co­
mo quien mas se aventajó en la devocion y veneración,
que tuviéron á la que fué digna de ser venerada de todas
las criaturas. D ichosas m il veces las que merecieron el sin­
gular retorno del am or de M aría , y de su hijo san­
tísimo.
365 L os efeoos que hacian estos santos príncipes y su
ornato en M aría Señora nuestra , nadie podia , fuera de
ella misma , explicarlos. M anifestábanle misteriosamente la
grandeza de Dios y sus a trib u to s; los beneficios que ha­
bia hecho y hacia con ella en haberla criado y elegido,
enriquecido y prosperado con tantos dones del cielo y te ­
soros de la divina diestra , con que la m ovian y inflam a­
ban en grandes incendios del divino am or y alabanza; y
todo iba creciendo con la edad y su ceso s: y en obrán­
dose la encarnación del V erb o , se desplegáron mu­
cho m a s ; porque la explicáron la misteriosa cifra del pe­
cho , hasta entónces oculta para su A lteza. V con esta de­
claración , y en lo que en aquella dulcísima cifra se le dió
á entender de su dignidad y obligación á D ios, no se pue­
de dignam ente encarecer , qué fuego d e a m o r , y qué hu­
m ildad tan p ro fu n d a, qué afeétos tan tiernos se desperta­
ban en aquel cándido co rajo p de M aría santísim a; reco-
no-
P r im e r a P a r t b , L ib . L C a p . X X U I. 323

noctérídose d e sig u a l, y no digna de tan inefable sacramento-


y dignidad de madre de Dios,
366 Los seten ta serafines de los mas allegados al tro­
no , que asistían á la R eyn a ; fuéron de los que mas se ade-
lantáron en la devocion y admiración de la unión hipos­
tática de las dos naturalezas divina y humana en la per­
sona del Verbo ; porque com o mas allegados á D io s por
la noticia y afeito deseáron señaladamente , que se obra­
se este misterio en las entrañas de _una muger; y á este par­
ticular y señalado afeélo le correspondió el premio de g lo ­
ria esencial y accidental. Y á esta últim a ( de la que v o y
hablando ) p ertenece el asistir á M aría santísima , y á los
m isterio s, que en ella se obráron,
367. Quando estos setenta serafines se le manifesjaban
visibles , los ve ia la R eyn a en la misma form a que im a­
ginariam ente los vió Isaías con seis alas ; con las dos c u ­
brían la cabeza , significando con esta acción hum ilde la
obscuridad de sus entendimientos , para alcanzar e l miste­
rio y sa c ra m e n to , á que servian ; y que postrados ante
la magestad y grandeza de su A u t o r , los creían y en^
tendían con el velo de la oculta noticia que se les daba;
y por ella engrandecían con alabanza eterna los incom ­
prehensibles y santos juicios del Altísim o. C o n otras dos
alas cubrían los pies que son la parte inferior que toca en
la tierra ; y por esto significaban á la misma R eyn a y Se-
Bora del c ie lo , pero de naturaleza humana y terrena ; y
cubríanla en señal de veneración , y que la tenían com o
S s2 á
324 MÍ5TICA C iu d a d de D io s.
á suprem a criatura sobre to d a s , y de su. incomprehensi­
b le dignidad y grandeza inmediata al mismo D io s , y sor
b re tod o entendimiento y juicio crladO’; que por esto tam ­
bién cubrían los p ie s , significando, que tan levantados se­
rafines no podian d ar paso en (íomparacion de los de Ma.-
ría y d e su dignidad y excelencia.
368 Con las dos alas del pecho volaban ó las esten-
dian , dando á entender tam bién dos cosas. L a una el in^
cesante movim iento y vuelo del am or de D io s , de su
alabanza y profunda reverencia que le daban. L a otra era
que descubrían, á M aría santísima lo interior d el pecko,
donde en el ser y obrar com o en espejo purísim o rever­
beraban los rayos de la D ivinidad, miéntras que siendo viado-^
ra , no era posible , ni con ven ien te, que se le manifestase
tan continuam ente en sí misma, Y por esto ordenó la bea­
tísim a T rin id a d , que su hija y esposa tuviese á los serafi-»
n e s , que son las criaturas mas inmediatas y cercanas á la-
D iv in id a d , para que com o en im ágen viva viese co p iad a
esta gran R eyn a , lo que no podía ver siem pre en su
original.
369 Por este m odo gozaba la divina esposa del retra-^
to de su amado en la ausencia de viadora , enardecida
tod a en la llam a de su santo am or con la vista y confe--
rencías que tenía de est 03 inflamados y supremos príncl^
pes. Y e l modo de com unicar con ellos , á mas de lo sen--
s ib le , era el mismo que ellos guardaban entre sí mismos*,
ilustrando los superiores á los inferiores en su ó rd e n , co­
mo-
rRjM i RA P a r t e , L i b . L C a p . XXUL 325
ino o tras veces he dicho : porque si bien la R eyn a del cie­
lo era superior y m a yo r , que todos- en la dignidad y gra­
cia ; pero en la naturaleza (com o dice D avid ) el hombre
fué hecho menor , que los ángeles ; y el órden comun de
ilum inar y recibir estas influencias divinas sigue á la natu­
raleza y no á la gracia,
370 L os otros doce án geles, que son los de las doce
p u e r ta s , de que San Juan habló en el capítulo 2 1. del
A p o c a lip sis, com o arriba dixe., se adelantáron en el afec­
to y alabanza de v e r , que Dios se humanase á ser maes­
tro y conversar con los h o m b r e s y despues á redim irlos
y abrirles las puertas del cielo con sus merecimientos, siea-
do coadjutora de este adm irable sacram ento su madre sanr
tísima. Atendieron señaladamente estos santos ángeles á taa
m aravillosas o b ra s.y á los cam in os, que D ios habia de
en señ ar, para que los hombres fuesen á la vid a eterna-,
significados en las doce puertas , *que corresponden á los
doce Tribus. E l retorno de esta singular devocion fu é, ser
ñalar Dios- á estos santos ángeles por testigos y com o se­
cretarios de los misterios de la redención , y que coope­
rasen con la misma R e yn a del cielo en el privilegio* de
ser m adre de m isericordia y m edianera de los que á ella
acudieren á buscar su. salvación. Y por esto dixe arriba^
que su M agestad de la R eyn a.se sirve de estos doce án­
geles señaladamente , para que amparen , ilustren y defien­
dan á sus devotos en sus necesidades, y en especial p a*
ra salir de p e c a d o , quando ello s y M aría santísima son
invocados. 37'
326 m ís t ic a C iv d a d de D ios,
371 Estos doce ángeles se le aparecían corporalm en'
t e , com o los que d ixe p rim ero , salvo que llevaban mu­
ch as coronas y palmas com o reservadas para los devotos
de esta Señora, S e rv iá n la , dándole singularmente á cono­
c er la inefable piedad del Señor con el linage himiano; m o­
viéndola , para que eila le alabase , y pidiese la execu-
tase con los hombres. Y en cumplimiento de esto , los
enviaba su A lteza con estas peticiones al trono del eterno
Padre , y tam bién á que inspirasen y socorriesen á los de­
votos , que la invocaban , ó e lla queria remediar y patro­
cinar , com o despues sucedió niuchas veces con los santos
Apóstoles^ á quienes por ministerio de los ángeles favore­
cía en los trabajos de la prim itiva Iglesia : y hasta h o y
desde el cielo exercen estos doce ángeles el mismo
oficio , asistiendo á los devotos de su R eyn a y
nuestra, ^
372 Los diez y ocho ángeles restantes para el nú­
m ero de m il fuéron de los que se señaláron e a .e l afecto
á los trabajos del V erbo hum anado; y por esto fué g ra n ­
de su p rem io de gloria. E stos ángeles se aparecían á M a ­
ría santísima con adm irable hermosura ; llevaban por ador­
no muchas divisas de la pasión y otros misterios de la
redención , especialm ente tenían una cru z en el pecho y
otra en el b r a z o , ambas de singular hermosura y reful­
gente resplandor. Y la vista de tan peregrino hábito des­
pertaba á la R eyn a á grande adm iración, y mas tierna me­
m oria y a feao s com pasivos de lo que había de padecer el
R e-
P r im e r a P a r t e , l i b r o I. C a p . XXIH. 327
Redentor del mundo, y á fervorosas gracias y agradecimien­
tos de los beneficios, que los hombres recibiéron con los
misterios de la redención y rescate de su cautiverio. Ser­
víase la gran Princesa de estos ángeles , para enviarlos
m uchas veces á su hijo santísimo con embaxadas diversas
y peticiones para el bien de las almas.
373 D ebaxo de estas formas y divisas he declarado
algo de las perfecciones y operaciones de estos espíritus
celestiales ; pero m uy limitadamente para lo que en sí
contienen : porque son unos invisibles rayo s d é la D ivin id ad ,
prestísimos en sus movim ientos y operaciones , poderosísimos
en su virtud , perfeétísimos en su entender sin engaño, inmuta­
bles en la condicion y voluntad; lo que una vez aprenden, nun­
ca lo olvidan , ni pierden de vista. E stán y a llenos de gra­
cia y gloria sin peligro de perderla ; y porque son in­
corpóreos y invisibles , quando el A ltísim o quiere hacer
beneficio á los hom bres, de que los vean , toman cuer­
po aéreo y a p aren te, y proporcionado al sentido y a l fin
para que le toman. T odos estos mil ángeles de la R eyn a
M aría eran de los superiores en sus órdenes y coros, adon­
de pertenecen ; y esta superioridad es principalm ente en
gracia y gloria. Asistiéron á la guarda de esta Señora sin
faltar un punto en su vid a santísima ; y ahora en el cie­
lo tienen especial y accidental gozo de su vista y con^-
pañia. Y aunque algunos de ellos señaladamente son envia­
dos por su voluntad ; pero todos m il sirven también pa­
r a este ministerio en algunas ocasiones, según la d ispg-
-sicion divina. DPC-»
325 M is tic a C u ís a d d e D io s .

D O C T R IN A Q }JB ME D IÓ LA RETNA DEL

cklo^

374 H 'j a m ta , e n tre s d o cu m e n to s te q ii’e r o d ar lí


d o c lr in a de e ste c a p ítu lo . E l p r im e r o , q u e seas agrad e­
c id a con ete rn a a la b a n z a y r e c o n o c im ie n to al b e n e fic io ^

que D io s te ha h ech o en d a rte á n g e le s , q u e te a s is ta n ,


en señ en y e n c a m in e n en tu s tr ib u la c io n e s y tr a b a jo s . E s te

b e n e fic io tie n e n o lv id a d o d e o r d in a r io lo s m o r ta le s c o n o d io ­
sa in g r a titu d y p esad a g r o s e r ía , s in a d v e r tir en la d iv in a

m is e r ic o r d ia y d ig n a c ió n de h aber m a n d a d o e l A ltís im o á

e sto s sa n to s p r ín c ip e s , q u e a s is ta n , gu ard en y d e fie n d a n


á o tra s c r ia tu r a s te rre n a s y lle n a s d e m is e r ia s y c u lp a s ,

s ie n d o e llo s de n a tu r a le z a ta n s u p e r io r y e s p ir itu a l, y H e­

nos d e ta n ta g lo r ia , d ig n id a d y h erm o su ra : y p o r e ste


o lv id o se p r iv a n lo s h o m b res in g r a to s de m u ch os fa v o re s

tie lo s m is m o s á n g e le s , y tie n e n in d ig n a d o al Señor ; pe­


ro tú , c a r ís im a , reco n o ce tu b e n e fio io , y d a le -el r e t o r n o

co n to d a s tu s ftie r z a s .
375 E l segu n d o d o c u m e n to sea , qu e s ie m p r e y ea
to d o lu g a r te n g a s am o r y r e v e r e n c ia á e sto s e s p ír itu s d i­
v in o s , com o si co n lo s o jo s d el cu erp o lo s v ie r a s ; p a ra

qu e co n e sto v iv a s a d v e r tid a y c ir c u n s p e c ta , com o q u ie n


tie n e p re se n te s lo s c o rte sa n o s d e l c ie lo : y no te a tr e v a s á
h acer en p r e s e n c ia su ya , lo que ea p ú b lic o no h ic ie r a s
ni
P r im e r a P a r t e , L m . I. C ap .. X X I I T ,
dexes de obrar en el servicio del Señor, lo que ellos ha­
c e n ; y de tí quieren. Y a d v ie rte , que siempre están mi­
rando la cara de D io s , com o bienaventurados, y quando
juntam ente te miran á t í , no es razon que vean alguna
cosa indecente : agradécerles lo que te gu ard an , defienden
y amparan,
376 Sea e l tercero documento , que vivas atenta á
los llamamientos , avisos y inspiraciones, con que te des­
piertan , mueven y te ilustran para encaminar tu mente y
corazon con la memoria del Altísim o , y cn el exercicio
de todas las virtudes. Considera, quantas veces los llam as
y te responden ; los buscas y los hallas ; quantas veces
les has pedido señas de tu a m a d o , y te las han dado ; y
quantas ellos te han solicitado e l am or de tu esposo, han
reprehendido benignamente tiis* descuidos y remisiones ; y
quando por tus tentaciones y , flaqueza has perdido el nor­
te de la lu z , ellos te han esp erad o, sufrido y desengaña­
do , volviéndote al camino derecho de las justificaciones
d el Señor y sus testimonios. N o o lv id e s , alm a, lo m ucho,
que en este beneficio de los ángeles debes á D ios sobre
m uchas naciones y generaciones : trabaja por ser agradecí"
da á tu Señor y á sus ángeles sus miiaistros#

Tt CA-
330 M ís t ic a C iu d a d de D ios ,

C A P ÍT U L O X X IV .

DE L O S E X E R C IC IO S , T O C U P A C IO N E S SAN -
tas: de la: Reyna del cielo- en el año y medio primero-
de su infancia,.

577 " R l silencio forzoso- en los años primeros de loss


otros niños y ser torpes y balbucientes , porque no saben
n i pueden, h a b la r ; esto fué virtud- h eró yca en nuestra ni­
ñ a Reyna;; porque- si las palabras son parto deL entendi­
m iento , y como' índices d el d iscu rso ,, y le tuvo su A l­
teza perfeélísimo desde su concepción , no dexó de hablar
desde luego que n a ció , parque no p o d ia ,, sino porque’
nO' queria. Y aunque á los otros niños les faltan las
fuerzas naturales para abrir la boca», m over la tierna len­
gua y pronunciar las p a la b ra s; pero en M aría niña no
hubo este defecto ; así porque en la naturaleza estaba
mas. ro b u s ta , com o porque al im perio y dominio que tenia
sobre todas las cosas obedecieran sus potencias propias,
si ella lo mandára, Pero e l no hablar fué virtud y per-
f^ c io n grande , ocultando debidamente la ciencia y la
g r a c ia ,, y escusando la adm iración de ver hablar á una
recien nacida. Y si fuera adm iración , q u e hablára , quien
naturalmente habia de estar' im pedida para h a c e r lo , no
si füé mas adm irable que callase año y m e d io , la que
pu- j
P rim era P au t * , L i». I. C a?. XXXV. 331
|)udo hablar en naciendo.
378 Órden fué del A ltísim o , que nuestra niíía y Seño­
ra guardase este silencio por el tiempo que ordinariamen­
te los otros niños no pueden hablar. Solo para con los san**
tos ángeles de su guarda se dispensó en esta le y , ó quan­
do vocalm ente oraba al Señor á solas ; que para hablar
con el mismo Dios , autor de este beneficio , y con ios
ángeles , legados su y o s, quando corporalmente trataban
á la n iñ a , n o intervenía la misma razón de c a lla r , que
con los hombres ; ántes con venia que orase con la boca,
pues no tenia impedimento en aquella p o ten cia, y sin él
no h abia de estar ociosa tanto tiem po. Pero su m adre
santa A n a nunca la o y ó , ni conoció que podia hablar en
aquella edad ; y con esto se entiende mejor com o fué vir­
tud el no hacerlo en aquel año y medio de su prim era in ­
fancia. M as en este tiem p o , quando á su madre le pa­
reció oportuno , soltó las manos y los brazos i la niña M a ­
ría , y ella cogió luego las suyas á sus padres y se las
besó con gran sumisión y hum ildad reverencial ; y en es­
ta costumbre perseveró miéntras viviéron sus santos padres.
Y con algunas demostraciones daba señal en aquella edad,
para que la bendigesen, hablándoles mas al corazon , p a n
que lo hicieran , que quererlo pedir con la boca. T anta fué
la reverencia €n que los te n ia , que jam as faltó un punto
en ella , ni en obedecerlos ^ ni les dió molestia ni pena al­
guna ; porque conocia sus pensamientos y prevenia la obe­
diencia.
232 M ística C iuda » de D ios.
379 E n todas sus acciones y movimientos era gober­
nad a por el Espíritu sa n to » con que siempre obraba lo
perfeétísim o ; pero executándolo , no se satisfacía su ar­
dentísim o a m o r, que de continuo renovaba sus afeólos fer­
vorosos , para em ular mejores carísmatas. L as revelacio­
nes divinas y visiones intelectuales eran en esta niña R e y ­
na m uy continuas , asistiéndola siempre e l Altísim o, Y
quando alguna vez suspendía su providencia un modo de
v is io n e s , ó in teleccion es, atendía á o tras; porque de la
visión clara de la D ivinidad ( que dixe a rrib a ) habia te­
nid o luego que n a c ió , y fué llevada al cielo por los án­
geles ) la quedáron especies de lo que conoció , y des­
de entónces » com o salió de la bodega del vino ordena­
da la c a rid a d , quedó tan herido su c o ra z o n , que con­
virtiéndose á esta contem plación, era toda en a rd e cid a ; y
com o e l cuerpo era tierno y flaco y el am or fuerte com o
la m u e rte , llegaba á padecer suma dolencia de amor, de
que enferma m uriera , si e l A ltísim o no fortaleciera y
conservára con m ilagrosa virtud la parte inferior y vida
n a tu ra l. Pero muchas veces daba lugar e l S e ñ o r, paraque
aqu el tierno y virginal cuerpecito llegase á desfallecer mu­
c h o cotí la violencia del amor > y que los santos, ángeles
la sustentasen y confortasen , cumpliéndose aquello de la
esposa : F uícíte me florihus , quia amore tangueo ; socorred-
jn e con flores , que estoy enferm a de amor. Y este fué
wn nobilísimo género de m a rtirio ., millares de veces repe­
tido en £3ta d iv w Señora , cpn que excedió á todo»
lo s
P r i m e r a P a r t e , L i B R o T. C ap. XXITT. 533
\0 9 mártires en e l merecimiento y aun en el dolor.
380 E s la pena del amor tan dulce y apetecible, qtie
quanto m ayor causa tiene tanto mas desea quien la pade­
ce, que le hablen de quien ama , pretendiendo curar la he­
rida con renovarla. Y este suavísimo engaño entretiene al
alm a entre una penosa vida y una dulce m uerte. E sto le
sucedia á la niña M aría con sus ángeles, que ella les ha­
blaba de su amado , y ellos la respondían : preguntába­
les ella muchas veces „ y les decía ; M inistros de m i Se-
rñ o r y mensageros suyos, hermosísimas obras de sus ma*
íjn o s , centellas de aquel divino fuego que enciende m i co -
»>razón , pues g o záis de su hermosura eterna^ sin velo,
♦>ni r e v o z o , ¿ decidme las señas de m i a m a d o : que con«
adiciones tiene m i querido? Avisadm e si acaso 1 e tengo dis-
gustado , sabedme lo que desea y quiere de mí , y
«no tardéis en aliviar m i pena » que desfallezco de
wamor/^
381 "Respondíanla los espíritus soberanos: Esposa d e l
A ltísim o , vuestro am ado es s o lo , él que solo por sí es»
» él que de nadie necesita y todos de él. E s iníinito en per-
»■feccioiies , inmenso en la g ra n d e za , sin lím ite en el pe­
nder , sin término en la sab id u ría, sin modo en la boti-.
#>dad, e l que di6 principio á todo lo criado sin tenerlo, e l
rjque lo gobierna sin cansacio y e l que lo conserva &in
»h aberla m enester, e l que viste de hermosura á todo lo
c ria d o , y que la suya nadie la puede comprehender y h a -
vce c o a ella bieuaventuxados 4 los que llega» 4 verla ca^
ara
334 M ís tic a C iv d a p pe Díos*
vra á cara. Infinitas so n , Señ ora, las perfecciones de vues-
wtro esposo , exce4en á vuestjro entendimiento, y sus alto$
«juicios son para la criatura investigables/^
382 E n estos coloquios y otros m u ch o s, que no alean»-
z a toda nuest^’a capacidad , pasaba la niñez M aría santí­
sim a con sus ángeles y con el A ltísim o , en quien estaba
transformada. Y com o era consiguiente crecer en el fer­
vo r y ansias de ver al sumo bien , que sobre todo pen­
samiento a m a b a , m uchas veces por voluntad del Señor
y por manos de sus ángeles era llevada corporalm ente al
cielo E m p íreo , donde gozaba de la presencia de la Divinidad;
aunque algunas de estas v e c e s , que era levantada al cielo, la
vela claram ente ; y otras solo por especies in fusas, pero
altísim as y clarísimas en este género de visión. Conoció
tam bién á los ángeles clara y in tu itivam en te, sus grados,
órdenes y gerarquías, y otros grandes sacramentos enten­
día en este beneficio. Y com o fué muchas veces repeti­
do, co n el uso de él y los aftos que e x e r c ia , vino á ad­
q u irir un hábito tan intenso y robusto de a m o r , que pa­
recía mas divina que humana criatura : y ninguna otra pu­
diera ser capaz 4e este beneficio y o tro s, qúe con propor­
cion le acom pañaban, ni tam poco la naturaleza m ortal de
la m ism a R eyn a los pudiera recibir sin m o r ir , si por mi^
lagro no fuera conservada,
383 Quando era necesario ea aquella niñez recibir al­
gún obsequio y beneficio de sus santos padres, ú de qual­
quiera otra c ria tu ra , siempre lo admicia con interipi^
mi'*
P rim era P a r t e ,- L ib r o L C ap .X X III,
tnìllacion y agradecim iento, y pedia al Señor’ les prem ias­
se aquel b ie n , que le hacian por su amor. Y con estar
en tan a lto grado de santidad y llena de la; divina lu z
del Señor y sus m isterios, se juzgaba por la m enor de la»
cria tu ra s, y en su com paración con la propia estimación
se ponia en e l últim o lugar de to d as; y aun del mismo'
alim ento para la vid a natural se reputaba indigna, la qu©'
era R eyn a y Señora de todo lo criado.-

D O C T R IN A D E L A R E T N A D E L CIELÚ .

384 f j i j a ' m ia , el que mas recibe se debe reputar'


p o r mas p o b re , porque su deuda es m ayo r ; y si todos’
deben hum illarse, porque' de sí mismos nada so n , ni pue­
d e n , n í poseen , p o r esta misma razon se ha de p egar
mas con la tierra aquel , que siendo p p lv o , le h a levanta-«^
do la mano poderosa del Altísim o ; pues quedándose por*
s í , y en sí mismo sín ser ni valer n a d a , se halla mas adeu­
dado Y obligado á lo que por sí no puede satisfacer. C o ­
nozca la cria tu ra , lo que de sí e s , pues nadie podrá de­
c ir , y o me hice á m í mismo , ni y o me sustento, ni y o
puedo alargar mi v id a , ni detener la m uerte. T odo el ser
y conservación depende de la mano d el Señor , hnmíliese la
criatura en su presencia ; y t ú ,, carísim a y no olvides es--
tos documentos;
385 Tam bién quiero aprecies com o gran tesoro la vir­
tud' del sile n c io , que y o com encé á guardar desde m i na-
c i-
m ís tic a Ciütdatj be Dios*
c im ie n to ; porque conocí en e l Altísim o todas las vírtud er
con la lu z , que recibí de su mano pod erosa, y me afi­
cioné á esta con m ucho afeélo , proponiendo tenerla por
com pañera y am iga toda mi vida : y así la guardé con
inviolable recato , aunque pude hablar luego que salí al
m undo. E l hablar sin medida y peso es un cuchillo de
dos filos , que hiere a l que habla y juntam ente al que
o y e , y entram bos destruyen la caridad , 6 la impiden
co n todas las virtudes. Y de esto entenderás quánto se
ofende D ios con el vicio de la lengua desconcertada y
suelta ; y con qué justicia aparta su espíritu y esconde su
c a ía de la loqu.acidad , bullicio y conversaciones , donde
hablándose m u c h o , no se pueden escusar graves pecados,
S dI o con D ios y sus santos se puede hablar con seguri­
dad ; y aun eso h a d e ser con peso y discreción. Pero
con las criaturas es m u y difícil conservar el medio per-^
f e f t o , sin pasar de lo justo y necesario á lo iujusto y
superfluo,
386 E l remedio , que te preservará de este peligro cft
quedar siempre mas cerca del extrem o contrario, excediendo
en callar y enm udeciendo; porque el m edio prudente de
hablar lo n ecesario , se halla mas cerca de caliar m ucho
que de hablar demasiado. A d v ie r te , a lm a , que sin d e x a i
á D io s en tu interior y secreto , no puedes irte tras de la s
conversaciones voluntarias de criatu ras; y lo que s in v e r ­
gü en za y nota de grosería no hicieras con o tra criatura,
tjo debes hacerlo co a e l Señor tu yo y de todos. A parta los
o i-
P r im e r a P a r t e , L ib . T. C ap . X X IV . 337
oidos de las engafíosas Afabulaciones que te pueden obligar á
que hables lo que no debes ; pues no es justo que hables
mas de lo que te manda tu dueño , y Señor. O y e á su
le y sa n ta , que con mano liberal ha escrito en tu corazon,
escucha en él lá vo z de tu P asto r, y respóndele a llí, y
solo á él. Y quiero dexarte advertida que si has de ser
m i discipula y com pañera , ha de ser señalándote por ex­
trem o en esta virtud del silencio. C a lla mucho y escribe
en tu corazon este documento a h o ra , y aficiónate mas y
mas á esta virtud ; que primero quiero de tí este afedo,
y despues te enseñaré com o debes hablar.
387 N o te impido para que dexes de hablar amones­
tando y consolando á tus hijas y súbditas. Habla también
con los que te pueden dar señas de tu amado y te des­
pierten y enciendan en sil a m o r ; y én estas pláticas ad­
quirirás el deseado silencio provechoso para tu alm a : pues
de aquí te nacerá el horror y hastío de las conversacio­
nes humanas , y solo gustarás de hablar del bien eterno
que deseas, y con la fuerza del amor , que transform ará
tu ser en e l a m a d o , desfallecerá el ímpetu de las pasiones
y llegarás á sentir algo de aquel m artirio d u lc e , que
yo padecia quando me querellaba del c u e rp o , y de la
vid a , porque me parecíian duras prisiones , que detenían
m i v u e lo , aunque no mi amor. O hija mia , olvídate de
todo lo terreno en el secreto de tu silencio ^ y sígue­
m e con todo tu fervor y fuerzas , para que llegues al es ­
tado , que tu esposo te convida , donde oygas aquella con-
Vv sola-
338 m ís t ic a C iu d a d de D io s .

solacion , que á m í me entretenía en mi dolor de amor;


Palom a m ia , dilata tu corazon ; y a d m ite , querida mia,
»jesta dulce pena, que de tu afeito está mi corazon herido»
E sto me decia el Señor , y tú lo has oido repeti­
das veces , porque al solo y silenciario habla su M a­
gestad.

C A P Í T U L O XXV.

COM O A L AÑO r M E D IO COM ENZÓ A


hablar la niña M a ría santísima : y sus ocupacio­
nes hasta que f u é a l templo,

388 I ^legó el tiem po, en que el silencio santo de M aría


purísima oportuna y perfeétamente se rompiese y se o y e ­
se en nuestra tierra la vo z de aquella tórtola d iv in a , que
fuese em baxadora fidelísima del verano de la gracia. Pero
ántes de tener licencia d el S e ñ o r, para com enzar á hablar
con los hombres (q u e ü jé á los d iez y ocho meses de su
tierna infancia ) tu vo una intelectual vision de la D ivini­
dad , no intuitiva sino por especies, renovándole las que
otras veces habia r e c ib id o , y aumentándole los dones de
las gracias y beneficios. Y en esta divina vision pasó en­
tre la niña y ei suprem o Señor un dulcísimo coloquio, que
con tem or me atrevo á reducir á palabras.
389 D ixo la R eyn a á su M agestad : ^ A ltísim o Señor y
»D ios
P r im e r a P a r t e , L ib r o L C ap. XXV. 339
«Dios incom prehensible, ¿cóm o á la mas iaútil y pobre
«criatura favorecéis tanto ? ¿ C óm o á vuestra e s c la v a , in^
»suficiente para e l re to rn a , inclináis vuestra grandeza con
litan am able dignación? ¿ E l Altísimo m ira á la sierva?
E l poderoso enriquece á la pobre ? ¿ E l Santo de los
»santos ss inclina al p o lvo? Y o , S e ñ o r, soy párvula e a -
wtre todas las criaturas , soy la que ménos m erece vues-
»tros favores ; ¿ qué haré en vuestra divina presencia? ¿ C on
»qué daré la retribución de lo que os d.ebo? ¿ Q u é tengo
» y o ,S e ñ o r , que no sea v u e stro , si vos me d.ais e l ser, la
»vid a y movimiento ? Pero gozarém e , amad.o m io, de que
»vos tengáis todo lo bueno, y que nada tenga la criatura
»fuera de vos m ism o , y que sea condicion y gloria vues-
»tra levantar al que es m én o s, favorecer al mas in ú til,y
»dar ser á quien no le tiene , para que así sea vuestra
«m agnificencia mas conocida y engrandecida.
390 E l Señor la respondió , y dixo : P alo m a, y q u e -
»rìda m ia , en mis ojos hallaste g r a c ia : suave e re s ,a m ig a
9>y eletìa m ia , en mis delicias. Q uiérete manifestar lo que
«en tí será de m i m ayor agrado y beneplácito.’’ E stas ra zo -
n'es del Señor herían de n u e v o , y desfallecían con la fuerza
dèi amor el tiernísimo corazon , pero m uy robusto , de la
niña R eyn a ; y el Altísim o agradado p ro sig u ió , y dixo:
" Y o soy Dios de m isericordias, y con inmenso amor amo
ȇ los m ortales, y entre tantos que con sus culpds me han
» d esobligad o, tengo algunos justos y a m igo s, que de co -
»razon me han servido y sirven. H e determiuado reme^
Vv2 d iar-
340 . M ística C iu d a d de D ios-.
»diarios , enviándoles á mi Unigénito , para que no carez-<
»can. mas de mi g lo r ia , ni y o de su alabanza eterna.
391 A esta proposicion respondió, la santísima niña Ma^
ría : Altísim o Señor y R e y poderoso , vuestras son las
» c ria tu ra s , y vuestra l a p o te n cia ; solo, vos sois el Santo,-
w y el supremo. Gobernador de todo, lo criado ; obligaos,
»Señor , de vuestra misma, b o n d a d , para acelerar el p a -
»so de vuestro Unigénito ea la redención de los hijos de-
»Adán : llégue ya. el deseado dia ^ e mis.antiguos padres,
n y vean-los. mortales vuestra salud eterna. ¿P o rq u é , ama«
»do Dueño m ió , pues sais piadoso Padre d é la s misericor-»
» d ia s , dilatais tanto la que tanto esperan vuestros hijos
»cautivos y afligidos? Si puede rai vida ser de algún ser-.
» vicio , y o os. la ofrezco, pronta , para ponerla por ellos.’*
393- M andóla el A líísim o con grande benevolencia, que^
desde entónces todos los dias muchas, veces le pidiese la<
aceleración de la encarnación del -Verbo eterno y el reme­
dio de todo e l linage h u m an o ; y que llorase los pecados,
de los hom bres, que impedían su misma salud y repara­
ción. Y lu e g o . la declaró , que y a era tiem po de exercitar
todos los sen tid o s, y que para m ayor gloria suya con­
venia que hablase con las' criaturas humanas. Y para
cum plir con esta o b ed ien cia, dixp la. niña á su M ages­
tad.
393 " Altísim o Señor de M agestad incom prehensible,.
»¿ cóm o £6 atreverá c l polvo á tratar misterios tan escon-
»didüs y soberanos, y en vuestro pecho de tan inestinia-«.
»ble
P rim era P a r t e , L ib . L Gap. X X V. 341
wble p r e c io , la que es menor entre los nacidos? ¿C ó m o ,
fjos obligará por e llo s , y qué puede alcanzar la criatura,
?>que en nada os ha servido ? Pero v o s , amado mio , os.
»daréis por obligado de la misma necesidad, y la enferma
»buscará la salud , la sedienta d e ja r á las fuentes de vues-
Mtra m isericord ia, y obedecerá á vuestra divina voluntad
»Y si o rd en á is, Señor m io , que y o . desate mis labios para
« tratar y hablar con-otros fuera de- v o s - m is m o q u e soÍ5
»nodo m i bien y mi deseo; atended, os s u p lic o , á mí fra-
Ȓgilidad y -p e lig ro : m u y dificultoso es para la criatu ra rar
»cional no exceder e n las p ala b ra s; y o ca llá ra pox esto
»toda la vid a , si fuera de vuestro b e n e p lá c ito , por no
»aventurar el perderos ; que si lo hiciese , imposible seria;
»vivir un solo punto.’*
394 E sta fué la respuesta de la niña sa n tísim a M aría
temerosa d e l nu^vo. y peligroso misterio d e Iiablar , que
la mandaban : y quanto era de su voluntad propia ( si lo
consintiera D io s ) tenía deseo de guardar inviolable silen­
c i o , y enmudecer toda su vida. ; G ran confusion y exem -
pío para la insipiencia de los mortales-, que temiese el pe­
ligro de la le n g u a , la que no podía pecar hablando; y los
que no podemos h a b la r, sino es pecando , morimos y nos
deshacemos por h a c e rlo ! Pero dulcísima niña y R eyn a de
todo lo criado , cóm o quereis dexar de hablar ? ¿No aten­
déis , Señora m ia , que vuestra mudez fuera ruina del mun­
do , tristeza para el cielo , y aun á nuestro corto enten­
der fuera gran vacío para la misma beatísima T rinid ad?-
?N q ,
342 M ís t ic a C iu d a d de D ios .
¿No sabéis que en sola una r a z o n , que habéis de respon­
d er a l A rcángel s a n to , F ia t m ib i, S e . daréis aquel lleno
á tod o lo que tiene ser ? A l eterno Padre h ija ; al Hijo
e te rn o , m a d re ; y a l Espíritu s a n to , esposa; reparo á los
á n g e le s, remedio á los hom bres, gloria á los cie lo s, paz á
la tie r r a , abogada a l m u n d o , salud á los en ferm os, vid a
á los m uertos, y cum pliréis la voluntad y beneplácito de
tod o lo que e l mismo Dios puede q u e re r, fuera de sí mis­
mo. Pues si de sola vuestra palabra pende la m ayor obra
d e l poder inm enso, y todo el bien de lo c r ia d o , ¿ c o m o .
Señora y m aestra m ia , quiere callar , quien tan bien ha de
h ab lar ? H ablad p u e s , n iñ a , y vuestra vo z se o y g a en to ­
do el ám bito del cielo.
395 D e l prudentísimo recato de su esposa se agradó e l
A ltís im o , y fué su corazon herido d e nuevo con e l am o­
roso tem or de nuestra niña grande. Y com o pagada la
beatísim a T rinidad de su d ile fta , y com o confiriendo entre
sí la p e tició n , dixéron aquellas palabras de los Cantáres:
VequeñO: es nuestra hermana ^ y no tiene pechos: ¿ que hare­
mos para nuestra hermana en e l d ia , que ha de hablará
"Si es muro , edifiquemos en ella torreones í/e í>/£Zíí3. “ Peque-
>>ña e r e s , querida hermana n u estra , en tu s o jo s , pero gran-
iíde eres y lo serás en los nuestros. E n ese desprecio con
«uno de tus cabellos has herido nuestro corazon. Párvu-
» la eres en tu propio ju icio y estim ación, y eso mismo
»nos aficiona y enamora. N o tienes pechos para alim en-
»>tar con tus palabras, pero tam poco eres m uger para la ley
del
P r im e r a P a r t e , L ib . L C ap . XXV. 343
«del pecado ; que contigo no q u is e , ni quiero que se en -
»tienda. H um illástete, siendo grande sobre todas las cria-
jíturas : te m e s, estando se g u ra ; previenes el p e lig ro , que
9>no te podrá ofender. ¿ Q u é harémos con nuestra herm a-
«na el d i a , que por nuestra voluntad abra sus la b io sp a -
wra bendecirnos, quando los mortales los abren para blas-
»fem ar nuestro santo nom bre? ¿ Q u é harémos para celebrar
»>tan festivo d i a , com o el que ha de h ablar? ¿ C o n qué
>?premiarémos tan humilde recato de la que siempre fué
wdeleytable á nuestros ojos? D ulce fué su silencio y d u l-
«císim a será su voz en nuestros oidos. Sí es muralla fuer»
w te , por estar fabricada con la virtud de nuestra gracia,
w y asegurada con el poder d e nuestro b r a z o , reedifique-
»mos sobre tanta fortaleza nuevos propugnáculos de pla­
n t a , acrecentem os nuevos dones sobre los pasados ; y sean
9)de p la t a , para que sea mas enriquecida y preciosa ; y
»sus p a la b ra s, quando hubiere de h a b la r, sean purísimas,
» cá n d id a s, tersas y sonoras á nuestros oid os, y te n g a d cr-
»ram ada en sus labios nuestra g ra c ia ; y sea con ella nues-
«tra poderosa mano y protección.
396 A l mismo tiem po , q u e, á nuestro entender, pasaba
esta conferencia entre las tres divinas personas, fué nues­
tra R eyn a niña confortada y consolada en su humilde cui­
dado de com enzar á h a b la r ; y e l Señor la prom etió la
gobernarla sus p a la b ra s, y asistiría en e lla , para que to­
das fuesen de su servicio y agrado. Con lo qual pidió á
su M agestad nueva licencia y bendición para a b rir sus

bios
344 M ís tic a CrtfDAD ''d e D ios.
bios llenos de gracia. Y para ser en todo prudente y ad­
vertid a la primera palabra habló con sus padres San Joa­
quín y santa A n a , pidiéndoles la b e n d ix e s e n c o m o quien
despyes de Dios , le habian dado el ser que tenia, Oyé*-
ronla los dos santos d ich oso s, y juntam ente viéron , que
com enzaba á andar por sí sola ; y la feliz madre Ana con
grande alegría de su espíritu , tom ándola en sus b ra zo s , la
dixo : " Hija mia y querida de m i corazon sea enhora^
»buena y para gloria del Altísim o , que oygam os vues-
»»tra voz y p a la b ra s; y que también com enceis á dar
>*pasoS para su m ayor servicio. Sean vuestras razones y
-»palabras pocas , medidas y de mucho peso , y vuestros
«pasos rectos y enderezados a l servicio y honra de nues'*
w-tro C riad or/'
397 O yó la niña santísima e^tas y otras razones, que
■su m adre santa Ana la dixo , y escribiólas en su tierno
•corazon , para guardarlas con profunda hum ildad y obe­
diencia. Y -en e l año y medio siguiente hasta cum plirlos
t r e s , en que fué al tem plo, fuéron m uy pocas palabras
las que habló , salvo quando con su madre santa Ana en o ca ­
siones , que por oírla habla«*, la llam aba y mandaba que
con ella hablase de Dios y de sus m isterios, y la niña
d ivina lo hacia , oyendo y preguntando á su santa madre,
y la que en sabiduría excedía á todos los nacidos , que-
j j a ser enseñada y instruida ; y en esto pasaban hija y
íiiadre dulcísimos coloquios del Señor.
398 N o seria fácil, ni aun p o s ib b , decir io que obró la ni­
ña
P rimera P a r te , L ib . L C ap . X X V . 345
fia divina M aría estos diez y ocho meses que estuvo en la
com pañia de su m a d re , la que mirando algunas veces á
su hija mas venerable que la arca figurativa del testamen­
te , derram aba copiosas y dulces íágrím&s de am or y
agradecimiento. Pero jam as le dió á entender el sacramen­
to que tenia en su pecho , de que ella era la escogida
para m adre del Mesías, aunque muchas veces trataban
de este inefable m isterio, en que la niña se inflamaba con
ardentísimos afeaos , y decia grandes excelencias de él,
y de su propia dignidad , que misteriosamente ignoraba. Y
en su felicísima madre santa A na acrecentaba mas el g o -
^0 , el amor y el cuidado de su tesoro y hija,
399 E ran las fuerzas tiernas de la niña R eyn a m uy
desiguales á los exercicios y obras hum ildes , que la im­
pelía su ferviente y profunda hum ildad y amor : por­
que juzgándose la Señora de todas las criataras por la
mas inferior de ellas , queria serlo en las acciones y de­
mostraciones de las obras mas abatidas y serviles de su
casa, Y creia , que sino los servia á to d o s, no satisfacía á
pu d e u d a , ni cum plía con el Señor; siendo verdad , que
solo quedaba corta en satisfacer á su inflamado afefto, por­
que sus fuerzas corporales no alcanzaban i su d e se o ; y
los supremos serafines besáran , donde ella ponia sus sa­
gradas p la n ta s : con todo eso intentaba muchas veces exe­
cutar las obras humildes , com o lim piar y barrer su ca­
pa ; y com o esto no se lo consentían , procuraba hacerlo
á so la s , asistiéndola entónces los santos ángeles y ayu-
Xx dán-
34^ M ìs t ic a C iu d ad de D ios .
dándola, para que en algo consiguiese el fruto de su humildad,
400. N o era m uy rica la casa de Joaquin, pero tam poco
era p o b re; y conforme al lionrado porte de su familia
deseabá santa A na aliñar á su hija santísima con el vesti­
do mejor que pudiese dentro de los términos de la ho­
nestidad y modestia. L a niña humildísima adm itió este afec­
to materno , miéntras no hablaba , sin re sistirá e llo ;p e ­
lo quando com enzó á h a b la r , pidió con hum ildad á su
m a d re, no la pusiese vestido costoso ni de alguna gala;
ántes fuese gro sero , pobre y traido por otros (si fuese po­
sible) de color pardo de c e n iz a , q u a le s el que h o y usan las
religiosas de santa C lara. L a madre s a n ta , que á su mis­
ma hija m iraba y respetaba com o á Señora , la respondió:
ííH ija mia , yo haré lo que me pedis en la forma y co -
>?lor de vuestro vestido ; pero vuestras fuerzas de niña no
»le podrán sufrir tan g ro se ro , com o vos le deseáis ; y en
»esto me obedecereis á mí.
401 N o replicó la niña obediente á la voluntad de su
m adre santa A n a , porque jam as lo hacia ; y se dexó vestir
de lo que ella la dió, aunque fué en el color y form a, c o ­
mo. lo pedia su A lt e z a , semejante á los hábitos de d evo ­
cion., que, visten i los niños. Y aunque deseaba mas as­
pereza y pobreza ; pero con la obediencia lo recompen­
só siendo esta virtud mas e x c e le n te , que e l sacrificar;
y así quedó U santísima niña M aría obediente á su ma­
dre y pobre en su afeito , juzgándose por indigna de lo
que usaba , para defender la vida natural. Y en esta obe­
diencia de sus padres fué excelentísima y prontísima los tres
P r im e r a P a r t e , l ib r o I. C ap . XXV. 347
años que vivió en su compañía : porque con la divina cien­
cia ,■que conocia sus in teriores, estaba prevenida para obe­
decer a l punto. Y para lo que ella hacia por sí misma,
pedía la bendición y Ucencia á su madre , besándole la ma­
no con grande hum illación y reverencia. Pero aunque la
prudente madre lo consentía en lo exterior, con el interior
reverenciaba la gracia y dignidad de su hija santísima.
402 Retirábase algunas veces en tiempos oportunos, pa­
ra gozar á solas con mas libertad de la vista y coloquios
divinos de sus ángeles santos , y manifestarles con señales
exteriores el amor ardiente de su amado. Y en algunos exer-
cicios que hacia se postraba llorando y afligiendo aquel
cuerpecito perfeélísimo y tierno por los pecados de los m or­
tales ; pidiendo y inclinando la misericordia del A ltísim o,
para que obrase grandes beneficios, que desde luego c o ­
menzó á merecerles. Y aunque el dolor interno de las cu l­
pas que conocia , y la fuerza del amor que se le causaba,
hacian en la divina niña efe¿tos de intentísimo dolor y
pena ; en comenzando á usar de las fuerzas corporales, en
aquella edad las estrenó con la penitencia y m ortificación,
para ser en todo madre de misericordia y medianera de
la g r a c ia , sin perder punto ni tiem po , ni operacion
por donde pudiese grangearla para sí y nosotros.
403 En llegando á los dos a ñ o s, com enzó á señalarse
mucho en el afeólo y caridad con los pobres. Pedia á su
madre santa Ana limosna para e llo s ; y la piadosa m adre
satisfacía juntamente al pobre y á su hija santísim a, y la
Xx 2 exór-
34^ M ística C ivdad de D ios.
exortaba á que los amase y reverenciase , á la que era
m aestra de caridad y perfección. Y á mas de lo que re­
cib ía para distribuir á los p o b re s, reservaba alguna parte
de su comida para darles desde aquella e d a d , porque pu­
diese decir mejor que el santo Job ; Desde m i niñez cre­
ció la miseración conmigo. D aba al pobre la limosna, no co­
m o quien le h a d a beneficio- de gracia , sino com o quiea
pagaba de justicia la deuda ; y decia en su corazon : A
este hermano y señoi' mío se le debe y no lo tiene ; y yo
lo tengo sin merecerlo ; y entregando la limosna besaba
la mano del p o b re , y si estaba á solas le besaba los pies;
y si no podia hacerlo , besaba el suelo donde habia pisado,
Pero jam as dió lim osna á pobre que no se la hiciese m a­
y o r á su alm a , pidiendo por e lla ; y así volvían reme­
diados de a lm a 'y cuerpo cfc su divina presencia,.
404 N o fué m inos admirable la hum ildad y obediencia de I3
santísima niña en dexarse enseñar á leer y otras cosas, co ­
mo es natural en aquella tierna edad. Hiciéronlo así
sus santos padres enseñándola á le e r , y otras cosas ; y
todo lo adm itia y deprendía la que estaba llena de cien­
cia infusa de todas las m aterias criadas, y callaba y oía á
todos con adm iración de los ángeles , que e a una niña mi-
rabap tan peregrina prudencia. Su madre santa A n a , segua
e l am or y lu z que te n ía , estaba atenta á la divina Prince­
sa , y en sus acciones bendecía al Altísim o ; pero como se
iba acercando el tiem po de llevarla al tem p lo , crecía con
e l amor e l sobresalto de ver que cumplido el plazo de
los
P r im e r a Parte, L ib . I. C ap. XXV. 349
los tres a ñ o s, señalado por el todo Poderoso , la execu-
taria lu e g o , para que cumpliese con su voto. Para esta
com enzó la niña M aría á prevenir y disponer á su madre?
manifestándole seis meses ántes el d eseo , que tenia de ver­
se y a en el te m p lo , y representábale los beneficios , que^
de la mano del Señor habian re c ib id o , y quan debido era
hacer su m ayor beneplácito, y que en el templo estando de­
dicada á Dios la tendría mas por suya que en su casa propia.
405 O íala la santa madre A na las razones prudentes d e
su niña M aría santísima ; y aunque estaba rendida á la
divina voluntad , y queria cum plir la promesa de ofrecer­
le su amada hija ; pero la fuerza del amor natural de tau
única y cara p re n d a , junto con saber el tesoro inestima­
ble que tenia en ella , pugnaban en su fidelísimo corazon
ccn el dolor de la ausencia, que y a le amenazaba tan de cer­
ca ; y sin duda rindiera la vida á tan dura y viva pena , s í
la mano poderosa del Altísim o no la confortára : porque la
gracia y dignidadP, que sola ella conocia de su divina hija^
la tenian robado el corazon ; y su presencia y trato le
eran mas deseables que la misma vida. Con este dolor res-
pondia tal vez á l a niña : "H ija mia querida^ m uchos años
>’ 0s he deseado y pocos m erezco gozar de vu estra com -
»pañia , porque se haga la voluntad de D ios ; pero aunque
*m: o resisto á la promesa d e llevaros al tem plo , tiem -
»po me queda para cum plirlo : tened p acien cia m ién-
»tras llega el dia , en que se cum plan vuestros deseos.
406 Pocos dias ántes que cumpliese M aría santísima los tres
años
350 M ís t ic a C iu d a d d e D ios.
»Tíos , tuvo una visión de la D ivinidad abstradlivam ente, en
que le fué manifestado se llegaba y a el tiem po , en que
su Magestad ordenaba llevarla á su te m p lo , donde viviese
dedicada y consagrada á su servicio. Con esta nueva se
lleno su purísimo espíritu de nuevo gozo y agradecim iento;
y hablando con el Señor , le dió gracias y d ix o : " A l t í -
«sim o Dios de A b ra h a n , Isaac y Jacob , eterno y sumo
wbien m io ; pues y o no puedo alabaros dignamente , h á -
wganlo en nombre de esta humilde esclava todos lo sesp í-
??ritus án gelicos, porque v o s , Señor inmenso , que de na-
wdie teneis necesidad , m iráis á este vil gusanillo con la
«grandeza de vuestra liberal misericordia. ¿De donde á m í
» ta l beneficio que me recibáis en vuestra casa y servicio,
« si no m erezco e l mas despreciado lugar de la tierra, que
«m e sustenta ? Pero si de vuestra misma grandeza os dais
«por o b lig a d o , y o os suplico. Señor mio, pongáis e lcu m -
«plim iento de esta vuestra santa voluntad en el corazon
wde mis padres , para que así lo e x e c í^ n .
407 Luego tuvo santa A n a otra visión , en que la man­
dó el S eñ o r, cumpliese la p ro m esa , llevando al tem plo á
su hija , para presentarla á su M agestad el mismo dia, que
cumpliese los tres años. Y no hay dud a, que fué este man­
dato de m ayor dolor para la m a d re , que el de Abrahan
en sacrificar á su hijo Isaac; pero el mismo Señor la co n ­
soló y co n fo rtó , prometiéndola su gracia y su asistencia
en la soledad de quitarle á su amada hija. L a santa ma­
trona se mostró rendida y pronta para cum plir lo que e l
A l-
Pa im e r a Pa r t e , L ib . I. C a p , X X V , 351
Altísim o Señor la m an d ab a, y obediente hizo esta ora­
cion : Señor D ios eterno , dueño de todo mi s e r , ofreci-
wda tengo á vuestro templo y servicio á mi h ija, que vos
«con misericordia mefable me habéis dado; vuestra es, y o
»os la d o y con hacim iento de gracias por el tiem po que
»la he tenido y por haberla concebido y criado ; pero
» aco rd ao s. Dios y S eñ o r, que con la guarda de vuestro
»inestimable tesoro estaba rica ; tenía compañia en este des-
» tie rr o , y valle de lá g rim a s, alegría en mi tristeza, a livio
»en mis trabajos, espejo en quien regular mi v id a , y un
»exem plar de encumbrada perfección que estimulaba mi ti-
» b ie z a , fervorizaba mi a f e d o ; y por esta sola criatura
»esperaba vuestra gracia y m isericordia; y todo temo me
»falte en solo un p u n to , hallándome sin ella. C u r a d ,S e -
fyfiov , la herida de mí corazon , y no hagais conm igo se~
»gun lo que m erezco; pero miradm e com o piadoso Padre
»de m isericordias; y o llevaré m i hija al tem p lo ,co m o vos
»Señor me lo mandais/^
408 A l mismo tiempo habia tenido San Joaquin otra
visita ció n , ó visión d e l. S eñ o r, que le mandaba también lo
m ism o , que á santa Ana. Y habiéndola conferido entre
los d o s , y conociendo la voluntad divina , determináron
cum plirla con rendimiento , y señaláron el dia para llevar
la niña al te m p lo ; aunque no fué m enor en su modo el
dolor y ternura del santo v ie jo ; pero no tanto com o el
de santa A n a , porque entónces ignoraba el m isterio altísi­
m o de la que habia de ser m adre de Dios,
DOC-
35» M ìs tic a C iv s a b ss D m

m c m m A d e l a m m d m i c ie l o

409 H , . m ìa y ca rísim a , advierte que todos los v i­


vientes nacea destinados i la niuerte , ignorando el tér­
m ino de su vida ; pero lo que de cierto sa b e n , es (^ue su
plazo es corto y la eternidad sin fin í y que en ella solo
ha de coger el hombre lo que ahora sembráre de mala?
ó buenas obras , que entonce? darán su fruto de muerte 6
vid a eterna ; y en tan peligroso viage no quiere Dios, que
nadie conozca de cierto , sí es digno de su amor ó abor-
reein^iento ; porque si tiene seso , esta duda le sirva de es­
tím ulo , para diligenciar con todas sus f\ierzaa la am istad
del mismo Señor, y él Justifica su ca u sa , desde que el al­
ma com ienza el uso de la razon ; porque desde luego
enciende en ella una lu z y d iílá m e n , que la estimula y
encam ina á la virtud y desvía del p e c a d o , enseñándola á
distinguir entre el fuego y a g u a , abonando el bien y re­
prehendiendo el m a l, eligiendo la virtud y reprobando el
vicio . A mas de e s to , la despierta y llam a por sí mismo
con inspiraciones santas y continuos im pulsos, y por me-»
d io de los sacram entos, aríículos y m andam ientos, por Iq
éngeics , predicadores , confesores , prelados y maestros, por
los trabajos propios y beneficios ; por el ?iíemplo de lo?
A genos, en trib u lacio n e?, muertes y otros varios sucesos y
m ydíoi ^ue bu providencia dispone para traer é sí á todos,
pOF'
P r im e r a P a r t e ^ L ib r o L C ap. XXV. 353
porque todos quiere sean salvos : y de estas cosas hace un
compuesto de grandes auxilios y favores , de que la cria­
tura puede y debe usar aprovechándose de ellos,
410 Contra esto procede la contienda de la parte infe­
rior y sensitiva , que con el fomes peccati inclina á los o b ­
jetos sensibles , y m ueve á la concupiscible y irascible, para
que turbando la razon , arrastren á la voluntad ciega, para
abrazar la libertad del deleyte. Y el demonio con fasci­
naciones y falsas y iniquas fabulaciones escurece el sentido
interior , y oculta el mortal veneno de lo deleytable tran­
sitorio. M as no luego desampara el Altísim o á sus cria tu ­
ras , ántes renueva sus misericordias y auxilios , con que
de nuevo las revoca y llam a : y si responden á las prime-r
ras vocacio n es, añade otras m a y o re s, segun su equidad; y
á la cprrespondencia los va acrecentando y m ultiplican­
do : y en premio de que el alma se v e n c ió , se le van
atenuando las fuerzas á sus pasiones y al fomes , y se a li­
gera mas el espíritu , para que pueda levantarse á lo a l ,
t o , y hacerse m uy superior á sus inclinaciones y al d e­
monio,.
411 Pero si dexándose lleva r del deleyte y d el olvido,
da la mano el hombre al enemigo de Dios y su yo ; quan­
to se va alexando de la bondad divina , tanto ménos dig­
no se hace de sus llam am ientos, y siénte ménos los au­
xilios , aunque sean grandes ; porque el demonio y las pa­
siones han cobrado sobre la razon m ayor dominio y fuer­
za , y la hacen mas inepta y incapaz d^ la gracia del Al~

yY ti-
354 M/ s t ic a C iu d a d di D ios .
tísimo. E n esta d o d rin a , hija y am iga mia , consiate lo
principal de la salvación ó condenación de las alm as , eñ
com enzar á re sistir, ó adm itir los auxilios d el Señor. E s
ta d o íírin a quiero que no la o lv id e s , para que respondas
á los m uchos llam am ien to s, que tienes de la mano de
A ltísim r, Procure ser fuerte en resistir á tus enem igos, y
puntual y eficaz en executar el gusto de tu S e ñ o r, con
que le darás a g ra d o , y atenderás á su querer, que con su
divina lu z conoces. G rand e amor tenia y o á mis padres, y
las razones y ternura de m i m adre me herian el corazon;
pero com o sabía era órden y agrado del Señor dexarlos, ol­
vidé su casa y mi p u e b lo , no mas de para seguir á mi
esposo. L a buena crianza y doftrina de la niñez hace mu­
cho para d espues, y que la criatura se halle mas libre y
habituada á la virtud , com enzando desde el pue.
razón < seguir este norte verdadero y seguro.

F I N B E E S T E L IB R O TR IM ER O .
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